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‘’Aplausos, Aplausos’’

Rápidamente me vestí para ver la puesta en escena de Quíntuples de Luis


Rafael Sánchez. Tenía idea de cómo era ésta, pero no sabía que me aguardaba una
experiencia gratificante. Llegué y había fila, por tal razón, busqué a quién conocía
cercano a la puerta para colarme. Gracias Jesús porque existe Gabriela Ortiz quien me
llamó para tranquilizar mi ansiedad por sentarme cercano al escenario.

Antes de la entrada al Teatro podía observar una presentación que mostraba el


rostro de mi ex –novia y mi amigo Juan, quienes serían los ‘’caballotes’’ de la noche.
Sentándome muy cercano al escenario podía observar las caritas de desesperación.
Desesperación que fue recompensada.

Y es entonces cuando va llegando el momento del comienzo que se levanta este


encorvado profesor de español, Carmelo, y se dirige a presentar lo que sería un
espectáculo increíble. Pero, más increíble fue cuando se apagaron las luces y escucho
los tacos de la actriz que se acercan al proscenio. ‘’Aplausos, aplausos’’, escuché decir.
Me impresionó la total sensualidad de la Odettcita (así se llamaba ella realmente)…
que sensual se veía la condenada. No sabía cómo levantarme del trance que me puso.
Fue un desbarajuste de risas y emoción cada palabra que emanaba la Dafne, el
nombre del personaje, de sus pintados y jugosos labios. Jugosos porque yo lo sabía.
No viene al caso, pero quería mencionarlo. Mencionarlo porque fui digno de probarlos.
En fin, continúa y se despide a lo que sería una total pavera el siguiente personaje. No
comprendí su nivel de torpeza y poder de risa. Poder de risa porque nada más de
observarlo me hacía reír.

‘’Se me esucha’’, así decía el anormal personaje Baby Morrison. Luego, llegó la
Bianca, personaje polémico que me causó gran conmoción. Me hizo reír hasta que me
dolían las costillas y el estómago. Estuvo realmente excelente. Mandrake Morrison les
seguía, que chistoso se mostraba al sentirse hermoso. Al igual, Carlota, personaje del
cual fui víctima. Víctima porque esta obra integra al público y la hace única y hasta
cierto punto, especial. Y es que fue tal mi impresión cuando fui parte la escena que
hasta me dio un poco de vergüenza levantarme para ayudar a la embarazada que se
encontraba representada en Carlota.

Hasta que al fin, llega quien reúne todas las características de los Quíntuples
Morrison, Papá Morrison. En su silla de ruedas, me hizo sentirme cada vez más
extasiado de la capacidad de actuación con la que presentaron estos jóvenes. En fin,
me hicieron vivir una experiencia única y que sin duda alguna, jamás olvidaré. Me
hicieron sentirme en otro mundo, me hicieron sentirme parte de un teatro lleno de
calidad, me hicieron sentirme parte de los Quíntuples. Sin duda alguna lo lograron y no
me queda más que decir: ‘’Aplausos, aplausos’’ para esta obra con causa.

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