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Indemnización derivada de accidente de trabajo, daño emergente, lucro cesante y daño moral.

[ LOPCYMAT ]
30 de abril de 2009

SALA DE CASACIÓN SOCIAL


Ponencia del Magistrado OMAR ALFREDO MORA DÍAZ.

En el juicio que por indemnización derivada de accidente de trabajo, daño emergente, lucro cesante y daño
moral, sigue el ciudadano FRANKILN JOSÉ MÉNDEZ SARRAMERA, representado judicialmente por los abogados Luis
Gerónimo Sosa Vela y Rayda Rosalía Méndez Sarramera, contra las sociedades mercantiles C.V.G. INDUSTRIA VENEZOLANA
DEL ALUMINIO (C.V.G. VENALUM), representada judicialmente por los abogados Justo Castillo, María Blanco, Maximiliano
Hernández, Sibeles Del Nogal, José Ramírez, Manuel Brito, Ana Horrillo, Francisco Verde, Alejandro Tovar, Raquel Kaakdjian,
Flavia Zarins y Sara Padovan, y LATINOAMERICANA DE ALIMENTOS ELABORADOS, S.A., representada judicialmente por la
abogada Alba Torrivilla (defensor ad litem); el Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del
Estado Bolívar, extensión Puerto Ordaz, mediante sentencia publicada en fecha 30 de mayo de 2007, declaró sin lugar el
recurso de apelación ejercido por la representación judicial de la parte actora y sin lugar la demanda, confirmando el fallo
proferido en fecha 20 de agosto de 2004, por el Juzgado Primero de Transición de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de
la referida Circunscripción Judicial, el cual declaró sin lugar la demanda.

Contra la referida decisión de Alzada, la representación judicial de la parte actora anunció recurso de casación, el
cual, una vez admitido, fue oportunamente formalizado. No hubo impugnación.
Recibido el expediente en esta Sala de Casación Social, se dio cuenta en fecha 27 de marzo de 2008,
designándose ponente al Magistrado Omar Alfredo Mora Díaz.

Concluida la sustanciación del presente recurso de casación con el cumplimiento de las formalidades legales, en
la audiencia oral, pública y contradictoria celebrada el día jueves 23 de abril de 2008, la Sala dictó sentencia de manera
inmediata declarando con lugar el recurso extraordinario interpuesto. En tal sentido, se procede en esta oportunidad a
reproducir y publicar el fallo según lo dispuesto en el encabezamiento del artículo 174 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, en los términos siguientes:

RECURSO DE CASACIÓN ANUNCIADO Y FORMALIZADO POR LA REPRESENTACIÓN JUDICIAL DE LA PARTE ACTORA

Por razones de orden metodológico, esta Sala altera el orden de las denuncias planteadas y pasa a resolver la
tercera de ellas:

De conformidad con lo previsto en el numeral 3, del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, se
denuncia la ilogicidad manifiesta que afecta la motivación del fallo, toda vez que la recurrida al no verificar la procedencia
del hecho ilícito determinó que las codemandadas no debían indemnizar los daños reclamados.

La Sala, para decidir, observa:

Esta Sala de Casación Social ha establecido que el vicio de ilogicidad de la motivación se configura “cuando los
motivos son tan vagos, generales, inocuos o absurdos que se desconoce el criterio jurídico que siguió el juez para dictar su
decisión”.

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Verifica la Sala, que la recurrida en su motivación, comienza explanando lo que de manera reiterada ha sostenido
esta Sala en cuanto a la aplicación de la llamada teoría del riesgo profesional “la cual hace proceder a favor del trabajador
accidentado el pago de indemnizaciones por daños independientemente de la culpa o negligencia del patrono.”,
procediendo, en este orden de ideas, a realizar extensas consideraciones con respecto a la responsabilidad objetiva por la
guarda de las cosas.

Al respecto, cabe destacar que, efectivamente, esta Sala ha establecido que la responsabilidad objetiva del
patrono en materia de accidentes o enfermedades profesionales, la cual está basada en el riesgo que éste asume por ser
quien lo origina y recibe los beneficios del trabajo, es procedente independientemente de la culpa o negligencia del
empleador, siempre que se configure el presupuesto de hecho esencial como lo es que el accidente o enfermedad
provenga del trabajo mismo o con ocasión directa de él.

No obstante, el sentenciador, una vez finalizadas sus disertaciones sobre la responsabilidad objetiva, estableció
la improcedencia de las indemnizaciones “que derivan del presunto daño moral y también las demandadas con fundamento
en la Ley Orgánica del Trabajo”, por cuanto, no se demostró que el accidente ocurrido al trabajador haya sido como
consecuencia del incumplimiento e inobservancia de normas sobre higiene y seguridad industrial por parte del patrono,
resultando a todas luces erradas las razones que excluyeron el pago de las indemnizaciones, y al mismo tiempo ilógicas,
toda vez que la Ley Orgánica del Trabajo recoge, en materia de infortunios en el trabajo la teoría del riesgo profesional.

Conforme a lo antes expuesto, se denota procedente la presente delación, resultando innecesario el estudio de
las denuncias restantes; en consecuencia, se declara con lugar el recurso de casación interpuesto por la representación
judicial de la parte actora, y de conformidad con lo previsto en el artículo 175 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, esta
Sala pasa a resolver el mérito de la controversia, bajo las consideraciones que se explanarán en los acápites siguientes.

DECISIÓN DE FONDO

Señala el actor, que la empresa C.V.G. VENALUM, en cumplimiento a lo establecido en la cláusula 54 del contrato
colectivo suscrito con el Sindicato Único de Trabajadores de la Empresa de Aluminio VENALUM (SITRALUM), en fecha 5 de
junio de 1996 y según la cual, la empresa se compromete a ofrecer a sus trabajadores el servicio de comida y comedores,
contrató a la empresa Latinoamericana de Alimentos Elaborados, S.A. (intermediaria), con la finalidad de elaborar y
suministrar la comida del personal.

Adujo, que en fecha 23 de octubre de 1996, fue contratado como obrero por la empresa Latinoamericana de
Alimentos Elaborados, S.A., para prestar servicios en la elaboración de alimentos dentro de las instalaciones de la empresa
C.V.G. VENALUM. Para cumplir sus funciones, debía trasladarse diariamente en un transporte de C.V.G .VENALUM, hasta las
instalaciones de la empresa.

En fecha 6 de noviembre de 1996, era transportado -el actor- desde su vivienda hasta su sitio de trabajo, y
encontrándose dentro de las instalaciones de CVG VENALUM, el autobús, a solicitud del actor, se detuvo en la parada
correspondiente al comedor, y cuando se disponía a bajar del vehículo, el conductor reanudó la marcha bruscamente; ello,
sumado a la existencia de una platina sobresaliente en las escaleras del vehículo, produjo la caída del demandante y su
posterior arrollamiento con las ruedas traseras del autobús. Este incidente, trajo como consecuencia la mutilación y
amputación de la pierna derecha, fractura de mandíbula y fractura de tres costillas del lado derecho, además de otros
golpes y raspaduras. Tras la consecución del accidente, las codemandadas se negaron a autorizar y respaldar los gastos
médicos causados a raíz del accidente, siendo pagados enteramente por el actor.

Indicó, que el accidente sufrido le produjo una incapacidad absoluta y permanente, al haber perdido dos terceras
(2/3) partes de su pierna derecha; esto le impide valerse por sí mismo para cubrir las necesidades y deberes de cualquier
persona. Igualmente, se ha visto afligido por una serie de depresiones emocionales, y en general por un gran dolor físico y
emocional. Al momento del accidente contaba con veintiocho (28) años. En virtud de lo expuesto, solicita le sea acordado lo
siguiente:

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a) Conforme a los artículos 31 y 33, parágrafo tercero, de la derogada Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo, por sanción pecuniaria legal, la cantidad de seis millones ochenta y dos mil setecientos veinticinco
bolívares (Bs. 6.082.725,00 o Bsf. 6.082,73).

b) Daño moral (artículos 1.185, 1.193 y 1.196 del Código Civil de Venezuela, y artículo 31 de la Ley de Prevención
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo), la cantidad de ciento cincuenta millones de bolívares (Bs. 150.000.000,00 o Bsf.
150.000,00).

c) Daño emergente (artículos 1.273 y 1.185 del Código Civil de Venezuela, artículo 577 de la Ley Orgánica del Trabajo), la
cantidad de doce millones seiscientos sesenta y nueve mil seiscientos ochenta y cinco bolívares (Bs. 12.669.685,00 o Bsf.
12.669,69). Sobre este punto, solicita sea realizada una experticia complementaria del fallo, que determine el monto que ha
gastado la familia en asistencia médica, medicinas, etc., desde el momento del accidente hasta ahora.

d) Lucro cesante (artículos 1.273, 1.185 del Código Civil de Venezuela, artículo 31 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo), la cantidad de cuarenta y cuatro millones cuatrocientos mil bolívares (Bs.
44.400.000,00 o Bsf. 44.400,00). Dicho cálculo se realiza tomando una expectativa de vida de 65 años.

e) Ajuste por inflación del “daño-lucro cesante”, la cantidad de ochocientos cincuenta millones quinientos sesenta y dos mil
ochocientos cincuenta y cuatro bolívares con setenta y cinco céntimos (Bs. 850.562.854,75 o Bsf. 850.562,85).

f) Indemnización por pérdida de extremidad (artículos 560, 561, 566 de la Ley Orgánica del Trabajo), la cantidad de dos
millones cuatrocientos mil bolívares (Bs. 2.400.000,00 o Bsf. 2.400,00).

g) Gastos de recuperación, elaboración y adaptación de prótesis (artículo 577 de la Ley Orgánica del Trabajo), la cantidad de
dos millones de bolívares (Bs. 2.000.000,00 o Bsf. 2.000,00).

h) indexación, costos y costas del proceso.

En cuanto a la contestación de la demanda:

Latinoamericana de Alimentos Elaborados, C.A.

Negó que el accidente sufrido por el actor haya ocurrido con ocasión del trabajo, pues, no se produjo en el curso
de las labores que éste debía desempeñar.

Seguidamente, opuso la prescripción de la acción, toda vez que el supuesto accidente laboral se produjo en fecha
6 de noviembre de 1996, siendo la demanda interpuesta en fecha 1° de octubre de 1998 y la citación efectuada en fecha 5
de mayo de 1999, es decir, la citación se verificó fuera de los dos meses siguientes al vencimiento del lapso de prescripción,
sin que se evidencie, que el actor haya interrumpido la misma por alguno de los medios establecidos en el artículo 64 de la
Ley Orgánica del Trabajo.

Alegó la inaplicabilidad de las disposiciones del Código Civil de Venezuela, pues, la responsabilidad a cargo del
patrono derivada de los infortunios en el trabajo, es una responsabilidad objetiva limitada por el riesgo y se encuentra
regulada en la Ley Orgánica del Trabajo; además, la doctrina ha señalado que los accidentes de trabajo constituyen casos de
responsabilidad especial regulados por leyes especiales (Ley Orgánica del Trabajo y Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo) y no por el derecho común.
Adujo la subrogación del seguro social obligatorio en caso de accidente de trabajo. En este sentido, señaló que la
Ley Orgánica del Trabajo es supletoria para los casos no cubiertos por el seguro social obligatorio; en el presente caso el
actor se encontraba amparado por el seguro social obligatorio, en virtud de la cotización efectuada tanto por la
codemandada como por la parte actora.

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Con respecto a las indemnizaciones previstas en el artículo 33 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo, considera que no resulta aplicable, pues, sus normas sancionatorias requieren una actividad u
omisión culposa por parte del patrono, lo cual no se verificó, toda vez que el sujeto que desplegó la conducta causante de
los daños es un tercero. En efecto, el chofer involucrado en el accidente alegado por el actor, era en esa oportunidad
trabajador de la empresa Transporte Punto Fijo, S.A., empresa contratada por C.V.G. VENALUM, para prestar el servicio de
transporte a su personal. Asimismo, el vehículo involucrado en el accidente pertenece a la empresa Transporte Punto Fijo,
S.A..

En cuanto a la responsabilidad civil, indicó que en caso de determinarse que el accidente sufrido por el actor no
posee la cualidad de un accidente de trabajo, por aplicación directa de la Ley de Tránsito Terrestre, el conductor del
vehículo, el propietario del mismo y la compañía aseguradora serían los únicos responsables por el hecho ilícito acaecido en
el accidente sufrido por el actor. Asimismo, de establecerse la ocurrencia de un accidente de trabajo, Latinoamericana de
Alimentos Elaborados, S.A., no sería responsable en virtud de que la causa del daño recae en una situación ajena a
cualquier conducta, culposa o no, que haya asumido la empresa.

Por último, negó pormenorizadamente todos los alegatos contenidos en el escrito libelar.

C.V.G. Industria Venezolana de Aluminio, C.A. (C.V.G. VENALUM).

En primer lugar, negó la responsabilidad solidaria aducida por el actor en su escrito libelar. Al respecto, señala
que la empresa Latinoamericana de Alimentos Elaborados, S.A., es una contratista de C.V.G. VENALUM, y por lo tanto no
existe la alegada solidaridad entre las codemandadas.

Seguidamente, señaló que el accidente sufrido por el actor no constituye un accidente de trabajo, pues, no
cumple con los presupuestos establecidos en el artículo 561 de la Ley Orgánica del Trabajo.

Alegó la prescripción de la acción, reproduciendo los mismos argumentos de la codemandada Latinoamericana


de Alimentos Elaborados, S.A..

También, indicó que las obligaciones derivadas de la supuesta responsabilidad civil extracontractual por hecho
ilícito, no puede ser extensible por vía de solidaridad, pues este tipo de responsabilidad es personal para el agente material
del daño.

Reprodujo los mismos argumentos de la codemandada Latinoamericana de Alimentos Elaborados, S.A., con
respecto a la inaplicabilidad de las normas del Código Civil de Venezuela, la subrogación del seguro social obligatorio en la
responsabilidad objetiva, la improcedencia de las indemnizaciones previstas en el artículo 33 de la Ley de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, la improcedencia de la responsabilidad civil, y finalmente, negó
pormenorizadamente todos los alegatos explanados en la demanda.

Con respecto a la defensa de prescripción opuesta por las codemandadas, esta Sala debe hacer mención al
artículo 62 de la Ley Orgánica del Trabajo, el cual dispone: “La acción para reclamar la indemnización por accidentes o
enfermedades profesionales prescribe a los dos (2) años, contados a partir de la fecha del accidente o constatación de la
enfermedad.”.

Por su parte, el artículo 64 eiusdem señala como causas de interrupción las señaladas en el Código Civil, entre las
cuales se encuentra la interposición de demanda, aun ante un Juez incompetente, siempre que se registre en la Oficina
correspondiente, copia certificada del libelo de demanda con la respectiva orden de comparecencia del demandado, antes
de que expire el lapso de prescripción.

Ahora bien, es un hecho aceptado por ambas partes que el accidente se produjo en fecha 6 de noviembre de
1996, debiendo el actor interponer su demanda antes del 6 de noviembre de 1998. No obstante, de las actas del expediente
se evidencia (folios 163 al 174, pieza Nº 2), copia certificada del libelo de demanda con su respectiva orden de

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comparecencia, debidamente registrada por ante la Oficina Subalterna de Registro Público del Municipio Autónomo Caroní,
Ciudad Guayana, en fecha 20 de octubre de 1998, hecho éste que interrumpió la prescripción. Así, vista la interrupción, el
actor podía interponer su demanda antes del 20 de octubre de 2000, siendo introducida la presente en fecha 1° de octubre
de 1998, es decir, antes de que expirara el lapso de prescripción, razón por la cual se declara improcedente la prescripción
alegada.

Resuelta la defensa de prescripción, pasa esta Sala resolver los hechos controvertidos, los cuales se circunscriben
en determinar, en primer lugar, si el accidente ocurrido se originó como consecuencia del trabajo mismo o con ocasión de
él, y en segundo lugar, si resultan procedentes los conceptos reclamados.

El artículo 561 de la Ley Orgánica del Trabajo, establece lo que ha de entenderse por accidente de trabajo: “todas
las lesiones funcionales o corporales, permanentes o temporales, inmediatas o posteriores, o la muerte, resultantes de la
acción violenta de una fuerza exterior que pueda ser determinada y sobrevenida en el curso del trabajo, por el hecho o con
ocasión del trabajo.”.

Es un hecho admitido por las partes, que el actor laboraba para Latinoamericana de Alimentos Elaborados, S.A.
(empresa contratada por C.V.G. VENALUM para el suministro de alimentos a los trabajadores), desempeñando sus labores
en la sede de C.V.G. VENALUM.

Asimismo, ambas partes reconocieron que el día 6 de noviembre de 1996, el demandante, encontrándose en las
instalaciones de C.V.G. VENALUM, sufrió un accidente que le produjo la amputación de dos terceras partes de su pierna
derecha. Dicho accidente, a consideración de la Sala se corresponde con la definición de accidente de trabajo, pues, el
mismo ocurrió mientras el actor se encontraba en el transporte que la empresa C.V.G. VENALUM destinaba a sus
empleados y dentro de sus instalaciones.

Ahora bien, en lo atinente a la responsabilidad de las codemandadas en el accidente de trabajo sufrido por el
actor, deben realizarse algunas observaciones.

La empresa C.V.G. VENALUM -como ya se indicó- contrató a la sociedad mercantil Latinoamericana de Alimentos
Elaborados, S.A., para el suministro de alimentos al personal; esta última empresa era el patrono del trabajador. Asimismo,
C.V.G. VENALUM, contrató a una empresa de transporte para que se encargara del traslado del personal.

De las actas del expediente así como de los hechos narrados por las partes, se evidencia que el daño lo causó la
empresa encargada del transporte, la cual no fue demandada en la presente causa. En este sentido la Sala considera
ajustado a Derecho las consideraciones que sobre este punto hizo la recurrida, pues, consideró que el accidente de trabajo
no se debió a la conducta desplegada por las codemandadas, sino por la de un tercero, en este caso el conductor del
autobús. En razón de ello, debe descartarse de manera inmediata la alegada responsabilidad subjetiva de las
codemandadas, así como el daño emergente y el lucro cesante, los cuales requieren para su procedencia la constatación del
hecho ilícito.

Finalmente, se debe señalar que la responsabilidad objetiva del patrono (guardián de la cosa) en materia de
accidentes o enfermedades profesionales, la cual está basada en el riesgo que éste asume por ser quien lo origina y recibe
los beneficios del trabajo, es procedente independientemente de la culpa o negligencia del empleador, siempre que se
configure el presupuesto de hecho esencial como lo es que el accidente o enfermedad provenga del trabajo mismo o con
ocasión directa de él. Así, y en atención al concepto de daño moral demandado, en aplicación de la “teoría del riesgo
profesional”, dicho daño debe ser reparado por el patrono aunque no haya habido culpa en la ocurrencia del infortunio de
trabajo.

Por consiguiente, de seguida se realizará una estimación del daño moral, acatando el criterio sentado por la
reiterada doctrina jurisprudencial de esta Sala, según el cual todo sentenciador tiene que, necesariamente, sujetarse al
proceso lógico de establecer los hechos, para luego calificarlos y proceder a la aplicación de la ley y de la equidad, tomando
en consideración los parámetros dictados en la sentencia Nº 144, de fecha 7 de marzo de 2002.

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Así pues, en cuanto a la entidad o importancia del daño, tanto físico como psíquico: Se constata que el
trabajador sufrió, como consecuencia del accidente de trabajo, la amputación a nivel del tercio medio del muslo.

Con respecto al grado de culpabilidad: Quedó demostrada la responsabilidad objetiva de las codemandadas,
más no así la responsabilidad subjetiva.

Con respecto a la conducta de la víctima: No se desprende de autos que el trabajador haya realizado algún
acto tendiente a generar el accidente.

Con respecto al grado de educación y cultura del demandante, así como a su posición social y económica: Se
observa que el trabajador se desempeña como obrero no calificado.

Con relación, a la capacidad económica de las accionadas: Consta en el expediente copia de los estatutos
sociales de la empresa C.V.G. VENALUM, en la cual se evidencia que el capital de la misma asciende a sesenta y nueve mil
seiscientos sesenta y ocho millones doscientos tres mil bolívares (Bs. 69.668.203.000,00 o Bsf. 69.668.203,00); asimismo,
consta copia de los estatutos sociales de Latinoamericana de Alimentos Elaborados, S.A., en la cual se desprende que el
capital de la misma asciende a quinientos mil bolívares (Bs. 500.000,00 o Bsf. 500).

En cuanto a los posibles atenuantes: Se verifica que el hecho generador del daño lo produjo un tercero.

De esta manera, del análisis precedente y a los fines de indemnizar al trabajador por el daño moral sufrido, la
Sala, por razones de equidad, estima que constituye una suma justa la cantidad de cien mil bolívares fuertes (Bs.F.
100.000,00),monto que deberá ser pagado solidariamente por las codemandadas.

Por último, se acuerda la indexación judicial sobre el monto ordenado a pagar por concepto de indemnización
de daño moral, a partir el momento en que expire el lapso que la Ley prevé para el cumplimiento voluntario de la sentencia,
sin que la parte demandada haya efectuado el pago; la indexación judicial a que se hace referencia será calculada mediante
una experticia complementaria del fallo realizada por un solo experto designado por el Juez de Sustanciación, Mediación y
Ejecución competente, tomando en cuenta los índices de inflación que determine el Banco Central de Venezuela. Así se
decide.
DECISIÓN

Por las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Social, en nombre de la
República y por autoridad de la Ley, declara: 1) CON LUGAR, el recurso de casación ejercido por la representación judicial
de la parte actora, contra el fallo dictado por el Juzgado Superior Segundo del Trabajo de la Circunscripción Judicial del
Estado Bolívar, extensión Puerto Ordaz, en fecha 30 de mayo de 2007; 2) se ANULA el fallo recurrido; 3) se declara
PARCIALMENTE CON LUGAR la demanda incoada.

No hay condenatoria en costas, dada la naturaleza de la presente decisión.


Publíquese, regístrese y remítase el expediente a la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos de la
Circunscripción Judicial del Estado Bolívar, a los fines consiguientes. Particípese de esta remisión al Juzgado Superior de
origen antes mencionado, todo de conformidad con el artículo 176 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Social, del Tribunal Supremo de Justicia, en
Caracas a los treinta (30) días del mes de abril de dos mil nueve. Años: 199° de la Independencia y 150° de la Federación.

El Presidente de la Sala y Ponente, OMAR ALFREDO MORA DÍAZ


El Vicepresidente, JUAN RAFAEL PERDOMO Magistrado, ALFONSO VALBUENA CORDERO
Magistrado, LUIS E. FRANCESCHI GUTIÉRREZ CARMEN ELVIGIA PORRAS DE ROA
El Secretario, JOSÉ E RODRÍGUEZ NOGUERA
R.C. N° AA60-S-2008-512
Nota: Publicada en su fecha a El Secretario,

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