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Alfredo Molano “Pero cuanto mas los oprimian, ellos crecian y se propagaban mas” ogo 1 12, is oe sere. ad Lut reo Sontke bso: Eoiores Mensajes, 958, Exoae ‘ealado por 8! PHUDy Coonbaenal Ps ata, en Sept eed sep wre tao 20:8 ela Bloc Lis A Arango. 16 neue secmens amine —ianersno mcoKAL OC cu uando veo en los semaforos de Bogoté —o de Medellin, o de Cartagena o de Cali— a una mamé negra con su cola de ne- ‘gritos —unos alzadosen sus bra- 205, otros prendidos de su fal- da, otros revolotedndole alrededor, alguno chupando de un tetero sin leche una aguapanela rendida con agua— no puedo evitar recordar tuna tarde que, bajando por el rio Atrato hacia Bojay, en una vuelta nos detuvimos en el pueblito de Beté. El sol estaba cayendo y tefa de tenues lilas y dorados las aguas del rio don- de pescaban en un silencio largo los hombres del pueblo con sus enormes “copones’ hechos de palos flexibles, como para cazar maripo- sas gigantes 0 suefios de nifio, Los copones ‘aian sin afan al rio y volvian a sali, algunos con un bocachico, una dorada, un bagrecito, ‘mientras sus mujeres pilaban el arroz cantén- dole a San Lorenzo para que el santo dejara pasar el viento y se levara la cascarilla. Las ‘masas caian también a un ritmo lento, sin apre- hensién, mientras los granos blancos parecfan comenzar a crecer en el pildn. Los nitios jugae ban en la playa a elevar flores de ceiba como panderos al viento que el sordo San Lorenzo mandaba de poco en poco. Si alguna vez en mi vida he sentido la sensacidn de armonfa y de paz, fue aquella tarcle muelle. Al desembar- car, cuando Vieron que éramos afueranos se hizo un silencio espeso y expectante, hasta que alguin nifio, el mas pequeno de todos, rompid con un grito de: el paisa, el paisa y todos salie~ ron corriendo a esconderse. Sobraria decir que el paisa es para los nifios negros del Atrato lo que paralos blancosde Villavicencio, Cartagena 0 Bogoté esel cn Sobraria agregar queal Atrato hemos llegado os blancos —cualquiera sea stu tinte—a saquear y a matar. El blanco es sinéni- mo de violencia. En aquel rincdn del rio, en aquellos dias que parecen ya fantasmas, se pe- lenba la madera. Lo negos no queria dejar ‘que las grandes empresas, en pe- fias, sacaran la madera porque sabian que con el descumbre de las selvas se acababa el arroz y legaban las vacas haciendo potreros. La resistencia fue enconada. Las comunidades se organizaron, estrecharon sus vinculos de san- gre, de orilla, de rio. Reconocieron de golpe y 2 golpes su pasado cimarrén y enfrentaron la amenaza. Con sus estudios de rentabilidad entre las piernas, los blancos tuvieron que reti- rarse, pero solo para regresar, no mucho tiem po después, motosierra en mano, a aserrar pa- los y mochar cabezas. Puedo imaginar el cuadro de los hombres abandonando sus copones al rio, a las mujeres corriendo a es- conderse detrés de San Lorenzo y a los nifios tapandose sus bocas con las flores de ceiba, ‘mientras los blancos hacian lo que venian a hacer para poder llevarle al patrdn la madera. El resto es literatura. Literatura barata. Infor- mes de las autoridades que siempre legan so- licitas y babeantes después de lo ocurrido a mirarlo que ya sabian. A levantar censos e ins- talar timbres que suenen en los batallones para dar “cumplidos de comisién”; crénicas de prensa, girones de vestiduras rasgadas quedan ‘cuenta de los horrores de la guerra, y se alzan de hombros en los editoriales escribiendo: “algo malo habrén hecho". El crimen se entie~ ra mientrasa la gente que queda, empacando en lagrimas sus chiros, la destierran. EI destierro —ustedes To entenclerén— no es el desplazamiento con que nos pintan las au- toridades y sus cdmplices del antes y del des- ‘pués a tragedia de nuestro pueblo. Desplazar- sees cambiar de lugar, casi plécidamente y casi por voluntad propia. Al desplazamiento lo es- tudia la fisica 0, como tiltima concesién, la de- mografia. El destierro es otra cosa. Es, como lo sabe y lo grita el que lo vive, un “desentierre”, un brutal corte de la raiz que se hunde en el pasado y que dice quién se es, para dénde se mira y hacia dénde se va, Por eso las mujeres negras siembran el ombligo de sus recién na- del intercambio de mercan- ‘el bautismo y les recomien- fas del cual fue victima. Hay da paciencia y abstinencia; s / en el colono una lucha a bra- i quedado al garete como pes. “fy, % a R prestado, la mano vuelta, Sabe que en ese natural inter: cambio nacen las fuerzas de su resistencia y los valores que la guian y la hacen fuer- te. Por eso en las zonas de co- Jonizacién la resistencia echa ay raices, ylogra defenderlas. En ¥ sumemoriaesté muy, \ te el inventario de lo que le robaron para hacer la gue- a, para ganar la guerra, estan vivas las se- menteras que abandonaron en la huida del ao 48, 0 las casas que incendiaron en el afio 51,0 las mulas que le robaron en el afto 55, 0 las sementeras, las casas, las mulas y las aves. de corral que se perdieron en el afio 65. Tam- bign de aquellas huidas muchos Megaron a Thagué, a Neiva, a Bogota; otros resistieron en las faldas de las cordilleras 0 en las sel- vas haciéndole frente al hambre, al desem- pi, a Ja enfermedad, al miedo, Toda esa rrutalidad con que ha sido expropiado y asesinado nuestro pueblo tiene limite. Es el limite del desierto por el que ha vagado més de medio siglo ya. Es hora ya de enterrar la imagen del desplaza- do y desenterrar la del huyente que vaga por ciudades y campos para que viva y resista Jaime Arocha Muntu y Ananse amortiguan la diaspora afrocolombiana* + Esteante caring: sable sin os apartes do Maris Evia Diaz y Lins to Vans, connate ‘as de Ua tvestgacion DINAN 2 tas sera (5 abesy moe dee afecacbnos en Bots ® Ch Rater asin a Pa ance, Pats: Eins cs Seu 57, © res de a intense ‘idea uaa en ho i abamesexbado a tnsma tpstesis. Véase, die Atcha, Pesan: ‘eateerecoara en va do net. Resta Colom tera ae Psa, No. Safe vomit 232203, etara Nya, Demog- 1 ces de npr arma 4 aia Hay, (oo ‘tecaoares. Gots fumarase Cac i, Bigs 922 Sarto Bo (ret de uta kn, 18, is 529. MONT AND ASE MAKE THE AFR-COLOMBIA DUSPORALES HARSH ‘We perceived opposite emotions while writing about Afo- Colombian tradltional dwellers of the Colombian Pacific LUtioral, who are being civen ut oftheir ancestral territories ‘by opposite waring iregler armies. On the one hand, we fel frustration and rage as we reflected upon the centuries: ‘id wisdom being releitesiy lost. On the other hand, we felt exctement and hope as we found that what i left of those fos o knowledge cive Ao-Cotombians into cult ‘al innovation and optimism as means to face the diaspora caused by armed confit. Therefore, on these pages. st ‘we wil deal with the oss of ancestral lore, stressing that by itself such loss causes exile. Then we will approach the Innovations that Atro-Colombians have implemented to ‘ebuild theives in Bogs. Our data come rom fl projects suntocon niche ave ve enim ssi pop ‘tan ete os ae ‘ara dea capi. Ate Melano, Caste os cringe cesar, Boga 6 Anca Eats, ‘a0 plan, Eaubeyado Ge a sealin quo eats Moana es Mest. ANBOMETOE pasTC. MPSS 93 * José Femando Serano, Cin canta gaze ‘unre ye mor ar por Dao socsomanoe tia Bauer ‘ep opt srt lade atopdogo. Sata fe Boge Dera ‘i Antopotoga, Facultad fe Crencias Humana, Universi Nacional dé construyeron sus antepasados. También se ofan Jos gritos de quienes protestaban contralas ame- nazas que guerrilleros y grupos de autodefensa habian hecho con antelacidn. Reclamaban por- que el gobierno habia desoido las advertencias, y de esa manera se habia convertido en eém- plice de la refriega que libraron ambos bandos fen Bellavista, la cual termind en el genocidio yamencionado. También se ofan condenas por el abandono en el cual el Estado ha manteni- do al Chocé, y por la indiferencia de sus fun- cionarios ante la manera como los pueblos aftodescendientes han sido excluidos de los sistemas de educacién, salud y empleo. Gente de Barbacnas, presente, presente, presente Gente de Timbiquf, presente, presente, presente Gente de Buenaventura, presente, presente, presente Gente de San Andrés, presante, presente, presente Gonte de Cartagena, presente, presente, presente Gente de Guapi, presente, presente, presente Gente de Quibds, presente, presente, presente Gente de Palenque, presente, presente, presente Asi, entre gritos y consignas, los manifes- tantes completaron la enumeracién de sus pueblos de origen, la cual va siendo dema- siado larga desde que hace un lustro comen: zaran a ser sacados de la cartografia de ia paz, para ser incluidos en la de una guerra que desconocian y no era de ellos. En fa Pla za de Bolivar, los integrantes de la marcha formaron un circulo como los de los velo- tios que hacen en sus pueblos para despe- dir a los muertos, respondiendo en coro a Jos alabaos que entonaban cantaoras y 9A cue vccmenshanwnas-menscAo nice recon, ‘cantaores viejos, por lo general mayoritares portadores de la sabiduela ancestral, como Paulino Salgado, el maestro Batata del Pa- lenque de San Basilio. El hizo sonar su tam- bor pechiche para que las cantaoras repitien ran en criollo palenquero, una y otra vez aquel verso del Lumbalti para el baile e” ‘mueto, el cual por fortuna va siendo conoci- do y tespetado por el resto de colombianos: ‘Chi man nkongo {Soy del Congo! Chi ma Luango (Soy de Luangol Gh ma # lengo ai Angla€ (Soy de, Luangoy Angola Juan Gung me Aamo yo {Me llamo Juan Gungél Juan Gung me a re fiama (Usted me debe lamar duan Gungtd Cantaoras y cantaores asimismo hacian un Namado a fos antepasados y a los santos, pi- digndoles que desde el mas alld acogierana sui prole asesinada de maneras tan intem= pestivas que ni siquiera el pajaro guaco u otros animales agoreros podian anuneiarsu muerte, y do ese modo permitirle recomrery Tecoger sus pasos, para ponerse en paz.¢on su vida". De mismo modo, pedian solaa por no haber podido perfumar los cuerpos ya sin vida, ni vestirlos de blanco, ni rodearios de flores sagradas. Desde luego, también su- plicaban que les ayudaran a desahogar la pena por no haberlos puesto en atatides aromatizados con azafrdn, que para ellos son sus canoas para viajar al més allé, al cual las personas muertas llegan después de que Tos suyos las han besado una y mil veces en- ye, 4 “Poo tre trance y llanto, hasta sepultarlasenel ppuro suelo, y marcar ‘sus tumbas sembran- doles rboles como las Palmas de Cristo”. Tan pronto como re- ‘gresan del cemente- rio, contindan con las nueve noches de cantos y rezos". Adis reina del cielo ‘madre del salvador ads prenda dorada ide mi sincero armor ‘Adiés comadre virgen més pura que ta luz Jams de mi te olvides delante de Jesis Ladelsde mayo tam- bign era una stiplica contra el destierro de los velorios que cau- ssan el genocidio y 1a prohibicién de enterrar a los muertos, acerca de la cual Alfredo ‘Molano describié para el bajo Atrato: .. Uno necesita del cuerpito del muerto para poder llowrlo, y para que descanse ese arebato que ie dea auno ol finado por dentro. Sin muerto, ei muerto sigue vivo... Esa tarde llegaron fos diablos y dijeron {que estaba prohibido pescar ios muertos, que habia {ue dejarlos seguir rio abajo y que si alguien des~ ‘obedecia la orden lo echaban a hacerle compafia a! difunto que sacara’* Entre los afrodescendientes, una lépida oun frbol marcan la tumba y el lugar donde los vvivos van a conversar y a pedirles consejo a ‘sus antepasados suas, Donde van a ser, porque “agente es de donde estan enterra- dos sus muertos’, conforme ensefia el Muntu, el cual puede estar tan en riesgo como quienes lo practican. Los deudos de- jan de pertenecer a los linajes ancestrales porque tienen que integrarse a los lugares donde pueden proteger sus vidas y no don- de estan sus muertos. De ahi que el 21 de mayo de 2002, cuando se ‘elebraban Jos 151 afios de Ia abolicién oficial de la esclavitud, los mismos afrocolombianos que haban marchado el § de mayo repartie~ ran flores, prendicran velas en honor alas vic- timas de ambos bandos, continuaran cantén- doles !umbalties y alabaos, y el adalid timarrén Juan de Dios Mosquera clamara: Santos del catolicismo, no nos abendonen Santos aficanos, no nos abandonen Teds nuestros ancesiros, no nos abandonen Unan sus fuerzas, no nos abandonen Pese a la esperanza en el més allé, atin hay quienes en el mas acd siguen practicando el Muntu que les permitis asus antepasados for- mar redes de solida- ridad para resistirse a la esclavizacin y formar pueblos de ci- marrones. De ahi que estén gestando comi- és para apoyar a los afrobojayasefios a re- hacer sus vidas en la misma Bellavista 0 en Quibds, donde tantos de los damni- ficados han ido a re~ fugiarse”. No obs- tante la vitalidad de Jos afrocolombianos, es innegable el sur- gimiento de una nueva aberracién, etnocidio por destie- ro de velorios. De otra novedad aterra- dora nos ocupamos a continuacién. EMPLAZAMIENTO FORZADO Entre el 27y el 30 de junio de 2002, la Organi- zacién de Comunidades Negras (Orcone) realiz6 el Taller de experiencias sobre étnica y conflict, participacién democratica y te- itorio. En ese foro que auspicic la organi- zacién no gubernamental OIM, miembros del Movimiento Social del Afropacifico uti- lizaron el concepto de emplazamiento forzado para referirse a una situacién tan grave Como la del destierro que buscan los pro- motores de la guerra, Consiste en la inmo- vilidad que ellos les imponen a los campe- sinos de las riberas de las regi6n, como medio violento de inhibir el ejercicio de una opcidn enraizada en el antiguo cimarronaje rebelde contra la esclavizaci6n: huir hacia las cabeceras de los rios en busca del refu- gio de la selva. En ese mismo foro, explica- ron que esa forma de newfralidad action sur- gid a finales de 2001 para resistirse al destierro. Como es légico, no fue de buen recibo para ninguno de los belicistas. Ellos dirigen sus A-47, sus cilindros de gas y sus motosierras contra los desarmados para lo- grat varios impedimentos. En el Baudé, el primero, consiste en que naveguen los bo- tes plataneros". Esas embarcaciones de ma- dera tenian hasta quince metros de eslora. Las propulsaba un motor diesel desde Bue- aventura, rio arriba llevando las remesas, y tio abajo transportando el plétano que sus motoristas habian comprado a quienes lo cultivan. Los cafiones también apuntaban contra los hombres que canaleteaban en sus canoas hasta el colino"por un racimo de plé~ tano, Siempre llevaban a sus perros, para no desaprovechar la ocasién de capturar una guagua y hasta un venado. Y desde luego, ‘mujeres y nitios también estén en la mirilla, * sae Femanoo Sera emo Ge mar cantando, porque loondo ac! os Mineores como forms de ‘imarronaje, eo Adan Hay, (et), Les afocion Daros, Gagafa hua de Cabra, Sate 4 Bogota dec {ra Hisparica, 06, ps. 2 jaime Arche, La Ince sin don aforiembires: {meta inaleancatie”. en ane ay eo fee 00 in, pig Las reraciones de fs ronobres poses os gave bis yo 0s fro son exooeitias det ‘eco arochozaro. " Serano, op. cl 198 ig 2. ° Atos, Frames espe ‘atv, Pe EreueoNo ‘Gonal de Afecolombanes Desa, egos Pub ‘acon faa 13, (4 8 db renbee do 2 2 Jaime Aceh, op. ct 18,27 ° cain en eet Pat ete de cv, poo = ral smbadocan tro. raanenrctos-ranestens-oumseso 95 AYE SUIS AMEE TI FN NERO ® Jalne Roch, op Albert Dago-osale, ‘Avarsé oy eam, ‘en Esperanza Be fo Encuairs ce oe ‘par w eoaaiesctn y ‘acuta, Sarat emo. th Furic Outs Co- lobia Neg, =n, es 2 Eanéoimo median ef cual e acetic los Faso edecendtes al Pate,» ua) sxnastan eon cho para rebar 2s oe a pra vera 3 ‘urdescendlentos 2 fo Mean, oo ct. ag. * Beatic Epi Sch, iret nici kee (aja dei 0 ‘ad may yi ose ‘algae on Borer Se Sousa Santos y Mauacia Garcia Vegas (as), ‘sabicxeen oe jae fen Cabrnbe, e Bop (elses, rez Co lobar de Artopalogis Histor, Som Faltres Yuba Nocord lesan y/deComtra ce 2 Pemaaueqien dt Cal fio, a alis el cse ue 6 certene ‘considren les aftoco. lembianas como puetion ‘nics, mencingmas 4 ‘avbes Come medias ies ‘para compre par ce las varstomaciones que inl i Coretocn Se 1p a fo ele ean truftoauie, * Jno Attn Soc, Et yt eel rad Pacicocoloriare, Tar hooereroas screens enel sur, porque pueden descubrir caletas de coca en sus recorridos por el manglar en busca de aquellas conchas que llaman piamguas,y con las cuales hacen encicaos de exbticos. Yenel norte, porque iban hacia el bosque para recoger tierra cle Hormiguero con la cual lena- ban las zofeas. Fsas plataformas demadera localizaban frente a sus casas, ala orilla de rios, servian para poner ollas o canoas Viejas dentro de las cuales cultivaban las especies para hacer sus comidas, las hierbas para el buen menstruar 0 el bienquerer, y las semillas de los tboles que —al dar a luz— sembrarian junto con la placenta en la cual viniera la nena o el rene, y a quien de ahi en adelante le ensefia- rian a tratar a ese drbol como si fuera familia, Haméndolo mi ombligo. La otra ombligada era Ja que los padres le hacian esparciendo polvos preparados con partes del animal o planta cu- yas caracteristicas aspiraban a ver realizadas én el hijo 0 hija que crecerfa. El exoesqueleto que deja Ananse era fuente predilecta para pre- parar las sustancias que hermanaban a la cria- tura con el dios de la insumisién y la sagaci- dad”. En Ghana y Costa de Marfil, los antepasados fanties y ashanties de los aftochocoanos aspiran a que los entierren jun- to.o muy cerca de sus ombligos”. Aqui lo que face insessenbrar tea Fubar Cs 1wotz0 drbol al lado de la tumba, Entonces; la inanicién lenta por emplazamien- to forzado surge hoy como altemativa no me- ‘nos macabra que la del desmemibramiento con el cual se ensafia el operario de la motosierra 0 quien teledirige el cilindro de gas. Como con- secuencia de esta nueva forma de tortura, no es de extraiiar que afrobaudoseiios, afroboja- yasefios o afroatratenios opten por el destierro voluntario y preventivo, aun asi en Bogota de- testen la came de pollo que se les parece tan fria porlo congelada y blanca, Las implicaciones legales de esta nueva forma de autoexilio estén por verse: ninguna autoridad podra certfiaar ee \ 96 moumodeceners Hams rveRtGA HEAL coLoMEA ‘Hasta finales del decenio de 197, libres los del litoral se haban escapado de lal hha regido la expansién de la frontera on Ansa Latina, Albedo Molar el sentido de un régimen implicito, en de cuya aplicacién pugnaban las orga nes de la base y el pufiado de ab antropélogos e historiadores que las acom aban en 1990, durante el proceso para sgiera una Constitucién incluyente: La gente [desterradal me cont6 mil c iy fines econémicos. A los campesinos los acu 108 rieos de ser liberales, o conservadotes, munistas, para expulsarios de sus tiers y arse con elas. Siempre las guerras se han do en Colombia con tierras. Nuestra historia de un desplazamiento inoesante, sOlo a ratos’ rumpido (e} éntasis es nuestro). fi De hecho, esas organizaciones y os acadk acompaiiantes concurrieron al proceso de: ‘ma constitucional que se inicié a finales del cenio de 1960 con la esperanza de detener lo. hasta entonees parecia destino de destietto: placable. Lograron que la Constitucién de: tarde, la Ley 70 de t3haria realidad estos hos humans de trcera generat, Jas mismas comunidades al gobierno la titulacion colectiva de sus rios ancestrales. Pesea que para el afto 2000 ley ya hubiera permitido que los gobierno Emesto Samper y Andrés Pastrana escrituraran a los afrocolombianos casi tres. llones de hectéreas-en el litoral Pacifico, los los legales no detendrian las balas*. En 1962, el presidente Belisario Betancur Janz6 un programa de modernizaci6n del Hitoral que excluia a los afrocolombianos ¢ indigenas, a partir de politicas concretas para mejorar las comunicaciones con la re- én, y por tanto, ponerla en el mapa de os sistemas de economia extractiva y co- mercio exterior que los paises de la Corti ‘na de Bambid propagaban en calidad de f6r- ‘mulas salvadoras del progreso™. Molano” también ha resumido una parte de los procesos de explotacion y violencia que desencadenan esas formas de moderniza- cign excluyente: {En Pinillos, cuandol al gobierno le dio por hablar dela carretera a Tisquisio todos querian situar- se cerca de [a obra para que la valorizacién los Deneficiara, y se desat6 una guerra de terras que 10 respets tiules de papel, ni de trabajo, ni de tradicién, ni de palabra. Los madereros quarian sacar rapido lo que quedaba de madera, y los ga naderos y especuladores querian abarcar més tie ma para vendérsela cara al gobierno cuando salie- {aa comprarla, lo que signified atropellos, robos Gescarados, muertos .. Y cuando la Iglesia, @ su manera, y la guerrila a la sua, se pusieron del lado de’la gente, aparecieron los paramilitares y Jos miltares, y la impunided se quedé a vive cur dando ese matrimonio. No obstante, para los aftos de 1989, los actores armados acerca delos cuales Molano habla para Jallanura Caribe tan sélo esbozaban sus inten- ciones de controlar el litoral, Desde entonces, el Estado termin6 la carretera entre Pasto y ‘Tumaco, prolongs la Panamericana hasta la se- ania del Baud6, impuls6 la modemizacién portuaria y anuncié los megaproyectos del ca- nallinterocednico entre los rfos Atrato y Truand6, ‘asi como la ‘én de la carrétera Pana- ‘mericana por el Tapén del Darién®®. La magni- tud de los procesos de expropiacién éinico-te- rmitorial que han tenico lugar en esa regicn esta relacionada hasta con el simple enunciado de los anteriores proyectos, y es inseparable de la pérdida de sabidurias milenarias, unas de ancestro africano, otras de raigambre aborigen. La concurrencia de ambas y sus fertilizaciones ‘mutuas dieron origen —entre otras innovacio- nes culturales—a lo que algunos han llamado {ligranas*ambientales,y cuyas caracteristicas en la ensenada de Tumaco y los valles de Jos rios Patia y Baudé hemos detallado en otras publi- caciones y que ahora resumimos para trazarlos antecedents dela situacién de destierro que ex pperimenta la zona. FILIGRANAS DESHECHAS En otra publicacién sostuvimos que las formas de produccidn del Afropacifico dependen del sentipensamiento y del aacharreo (bricolaje)" Nos encantarfa acopiar la informacién necesa- ria para demostrar que esas epistemologias tie- rnen buena parte de sus cimientos en el Muntu yer la mitologfa de Ananse. ‘ATumaco y al Patia los ligaba el comercio del platanoy otros productos que podian cit~ cular desde la ensenada hacia arriba o en di- reccidn opuesta, seguin la época del aio. En efecto, los habitantes del puerto y sus alre- dedores intercalaban pesca y agricultura de acuerdo con la estacién. Cuando habia puja, y por tanto cada dia las mareas sehacian mas altas, los pescadores se ibanasus fincas para atender las siembras de plétano, chocolate y ‘chontaduro. Cuando venian las guiebras,y el nivel del mar disminufa cada dia, salian en sus potras*’y con sus redes en busca de tibu- rones, jaibas y camarones. En los puntos de acopio que se conocian como ohoritas, por la madera de la cual estaban hechas, los “agropescadores” concurrian con sus pro- ducciones y excedentes de mar o de tierra, Jos cuales se distribufan desde alli ya fuera hacia Bogotd, Medellin, Cali yla costa de Es- meraldas, 0 aguas arriba del Patia. Por su parte, en ese rio y en sus afluentes, con el tiempo seco que sdlo permite el ‘mazamorreo individual de las arenas aurife- 1as de las orillas, la gente se iba a atender los cultives de platano y frutales que tenfan en el colin, Con las Iluvias venia la mineria e” compariié® que hacia toda la parentela 0 fron co, localizandose a lo largo de los canalo- nes que zigzagueaban por las quebradas has- tallegar al xo. Filigranas comparables existieron en el alto Baud6, donde los Hons dividian sus terrtorios «en franjas paralelasal io, las cuales distinguian * Jaime Noche, Desa, pro cn os gupos rer, fn Cien dias vistas or Cine, Ma 0, vl 3, 20 ‘ee, Bogus: Cento de Irvestgacin y Eaucacion Popa, 10,363.25 ® Atte Molar, op. et pgs 2,7 “Jaime Arocha, Etnia y pura ric austen (os extucs sobre ls vi lencis colomanas, on Jaime Arocha, Femando Cte y Myriam simone (compas), Las vote Dias nels erecente, Saralé de Bogot: Cle: bn CES, Cento 38 et ‘dos Salles, Facultad de ‘leis Humana, Unive: ‘aa Naira! de Cal bia, 196, S202 © Reso yd Val (986) sano eoneep de “Te ‘paren coi ‘Spokes emicas er coast Bj Pata por equ conpegao ate St preys Besaves Je Gants gue dant cio de 198 desaralé Ia Universidad Nacional de Colo, eda Moder Vasee Eduardo Rese & Ignacio det Vale eds.) anacentes 6! Guarda Sgupcs regres 0 sos Satinga y. Sanguiange, ‘Sanat Boge. Pe: {oBiopactieay Unkersas ezine de Clembi,0% Jame Arocha, 6, ct tae, Jame Ar, Res poitinieas desecrate. ‘lcanvento humane ene! ‘Afopoiiocatmeiare, eh femanco Cubies y Car {a Domingue (ei, Des: azaces, maroctnes ye fexrucracenes tera ‘ee, Sat de Bost: Con Wo de Estutls Sociales, Facultad de Cenc ‘manas,Unveidas Nacio fal de Colombia, 19990, pgs. 278. * Jaime Noch, E srt: persamirta ees pues fags ans con de Coiombia. Simposto, La anstuiin de as Are a, Meme dl Vt Car ‘pero Navona de Anon fl, edt por Cares A bro Ube Toten, 1333, lg. 38372 ° canoa; ain pr. © nina 8. de Fedemarn, Mina, dessensenca ya febreria tral Pacico Cabin, Boget: Un’ ‘eraidad Nacional de C>- Tomb, on, renee. conurto de pa eres coeanguinns que Dede etabece aso ‘ero po rma pater fico rater, hast le fra un alpaca comin, indi oa prio, aaaneeneTor panes PuMrssTo 97 Monte: sea. En el Baude, monte biche es ‘ousidon comienz3.a opera vegstarion vata, despus decor tne sla de plan, doeae sembyen Tatas ant aaa es aa a ‘ober boseoae ya es pyominets os fas ‘sténal sebras np ers, y mentees v0.4 qe ya sha ecu. "ado yes iar a sas igs a donde es eamge- Sios fans seta 8 cae, tarde as Drecaueiened recess oemreeaat sols hain de 8 tena mena Jame Moen, op... * amanda Bre, Moa arteanal en ta Aurea ago tai), wba {gaco pte ot rs © ce anon, Sarat te Bago Departament fe Antopoloa, Facutae {eres Hema, Un ‘esd Nasional do C3 ‘orn 120, Kevin veach, Gents, resource we. corona as province, Ecuador, Gaines ce Noes” ‘ta tho Eataoe rosmercans, Ue ‘es Fl, on, > Mara Luz Machado, afr de mare, aap de grado pv opt th tbe Maesia en Coma cack Soca, Sata se Boge Fata Unters “© seecénqunse naan ta en Aejanare Comers, Pinoo, tert y cute "a, Boot: arse pa GI Tale de teerseas ‘enegatcas, Pen Curiae ‘e Antoplgl, ecu (Crane Homan. Une \ersidad Naccnal de Co Tembl,jno sade oe, y aera Bea fosay Lin 4s Mor Moreno, tos Poimadoserce on Bogs, Boga: manusto para Tale deteerieasemaps ‘eas, Plan Curcuar de Bntopokg, Facute Ciencias Humana, Un versiad Nacional de Co- Tema uni 2nd 202 segiin el crecimiento del barbecho necesario para que las éreas que habian sido cultivadas recuperaran su fertilidad. Asf, en los espacios recién despejados de drboles, sembraban maiz ¥ arroz; en los de monte biche, el plétano; en los ‘de monte alzao mango, aguacate, chontaduzo y otros frutales, y destinaban los de monte braoo para sacar maderas, cazar y recoger alimentos silvestres", Mientras que el maiz y el arroz.cre- cian, llevaban sus cerdos a la orilla opuesta, donde acababan de cosechar ambos granos, y los marranos podian alimentarse de las cafias secas y dobladas. Terminado el caviey, pasaban los animales al colino donde se alimentaban de vvastagos de platano, de restos de racimos co- sechados 0 de retofios infértiles. De ahi, los dejaban ramonear ya fuera para purgarlos con chontaduro 0 aebarlos con aguacate y mango. Era deseable que el final de la ceba coincidiera conel inicio de la cosecha de arroz y matz, para poder volver a cambiar de orilla alos porcinos Yy reiniciar el ciclo*. Lanzamos la hipétesis de que parte de la c:isis de las economias tradicionales del litoral Paci- fico tiene que ver tanto con la disminucién del platano, como de su incapacidad para integrar sistemas y microrregiones. Primero desapare- «6 de las fincas de la ensenada que pasaron a 98 sewuno se cen mms -ERBOAD ACMA DE CHLOMEA pesca. En segundo lugar, ‘como los del rio Magiii desatendieron el pl no y otros frutales para encargarse moiobombas y draguetas que habian ido los técnicos de Corponarifio para que caran y sacaran oro durante todo el afio s6lo cuando llovia més. Por un tiempo, tano que no se conseguia ni en Tumaco nie Patia vino de la costa de Esmeraldas en dor. Sin embargo, su produccicn sufri6n ‘comparables a los que habia tenido en bia, a medida que la camaricultura también: propagé por esas tierras™. En tercer Iga ‘monocultivo contribuy6 a romper filigrana sincronfas ancestrales. No séto ha sido la id= lencia que ha acompafiado la difusién del palma africana en las fincas de la carretera tre Pasto y Tumaco®, sino la preponderar de los cultivos ilfcitos. Hoy, los alimentos antes se producfan en las distintas region provienen de lugares distantes y tienen significativos para gente que ha dependidod ‘economfas de subsistencia, Entonces, emplazamiento y desplazamiento forzados tienen antecedentes en la desi ign de los sistemas ancestrales de prod No tratamos aqui de hacer una defensa. ultranza de unos duencs saloajesa quienes gut el Muntu y Ananse. Organizaciones de lab como la Asociacién Campesina del Baud (ACABA) han mostrado que esas filigranas son vendes'y sustentables, pero que no Son com petitivas y que, por tanto requieren innovadio- nes tecnol6gicas y organizativas, ademés ‘mejoras radicales en el mercadeo de los p ductos. De ahi propuestas como la de los fi ecoligicos del Baud6, disefiados para la sostenibilidad de la produccién, pero into duciendo nuevas asociaciones entre fa campesinas hacia la mayor eficiencia en elu tivo de la tierra y la criade animales, Paimand en Bogorés La propuesta que formulé la Asociacion pesina del Baud para poner en marcha fa ecolégicos tenfa que ver con formas de pro duccién para la guerra que les permitieran, Jos afrochocoanos ejercer dominio sobre lost rritorios que el gobierno, a partir de la Ley: de 199, les tituld de manera colectiva, ¥ p ducir mas y mejor, sin depender de los: vos ilicitos que se propagan en esa érea, en casi toda Colombia. Concebidos dentro las nociones de neutralidad activa, los fara también hacian parte de una estrategia d Sobrevivencia que contemplaba, por ejemplo Ja prohibicién de establecer relaciones amo +05a8 con miembros de los grupos armados.B realidad los faros no introducfan innova nes tecnolégicas ni agronémicas, sino Se fundamentaban en dos instituciones que han funcionado en dmbitos rituales o festi- vos: la minga y la mano cambiada. La minga consiste en el trabajo comunitario que la gen- te por lo general lleva a cabo mediante con- vocatoria de las autoridades locales 0 de los ‘mayoritarios, para hacer obras en beneficio de toda la colectividad. La mano cambiada equi- vale a la minga, pero la aplican a resolver ne- ‘cesidades de una sola familia, la cual se com- promete a restituir el trabajo que miembros de las demés familias le hayan brindado. Ex- tenclidas a contextos cotidianos, los faros pro- ponian aplicar la primera a labores agrico- las que requerian mucha mano de obra, como limpiar un lote de monte alzao, para iniciar una siembra de maiz destinada a la cria de cerdos. Por su parte, usarfan la mano cambia- da para ta cria de esos animales. Las familias se agruparian de acuerdo con la proximidad de sus territorios, sin abandonar la sincro- ria entre el crecimiento de las cosechas y las mudanzas de los animales". Empero, en el Alto Baudé, el emplazamiento forzado no sélo impide el desarrollo de esta innovacién, sino que a varios lideres no les ha dejado otra alternativa que escabullirse como puedan, En Bogoté, nos hemos encon- trado con Rudesindo Castro, miembro fun dador de ACABA, y en buena medida disefiador de los faros. Al poco tiempo de Ile- gar de su tierra, este “organizadicto” se vin- cul6 con la Organizacién de Comunidades Negras (ORCONE) y se puso a organizar a tun grupo de jévenes paimadosefios que co- menzé a llegar a Bogota desde comienzos de 2a, y vive en el barrio Los Cerezos. Paimads es un clésico puerto ribereno a Jas orillas del rio Quito, el cual nace en la Serrania del Baud6 y desemboca en el Atrato cerca de Quibds. Desde la Colonia ha sido avenida flu- vial para el poblamiento que partfa del distri- tominero de Citard hacia el rio Baud6, el cual, asu vez, lollevaa uno hastael Pacifico, sianda desde San Francisco de Cugucho hasta Bahia Solano. Es uno de esos canales secos que tanto les apetecen hoy a los guerreras, el cual ade~ més tiene conexiones histéricas con el rio Bojayé, el cual también nace en la Serrania del Baud. De ese nexo nos dimos cuenta en fe- brero de 1995, cuando fuimos al Barrio Obrero de Quibdé con dofia Rosmira Hinestrosa, la tesorera de ACABA. Para ese entonces, alli nacian los primeros asentamientos de despla- zados, y nos detuvimos frente a Ja casa que estaba levantando un refugiado del rio Bojaya. Como result6 tener el apellido Palacios, como el del marido de dota Rosmira, no resistimos el habito etnogréfico de levantar la genealogia decesa persona. Para sorpresa nuestra, ly don Ocfavino tenian el mismo bisabuelo. Casi todos los jévenes paimadosefios que hoy vviven en las proximidades de Suba también son de apellido Palacios. Rudecindo Castro Jes ha propuesto realizar un programa simi- ar al de los faros en una finca del Sisga. El se propone aprovechar que casi todos ellos ter~ minaron bachillerato agricola, y liberarlos de la inestabilidad que implica la rusa 0 de los riegos inherentes al raspado de coca, cuya ‘oferta laboral también abunda por toda la geo- ¢grafia nacional. Contres estudiantes de la Uni- versidad Nacional, ya han visitado el lugar donde podrian iniciarse los cultivos y han ¢o- menzade eiclos de capacitacién para desarro- llar el proyecto. Tan importantes como los j6venes, han sido las paimadosefias de Los Cerezos. Un poco mayores que ellos, casi todas trabajan como doamésticas internas, Pasan los fines de sema~ na en el barrio conversando con sus amigas, arreglando su ropay acicalandose el pelo para ir a rumbear en La Caponert y El Torno, un ta- er que los miches acondicionaron como dis- coteca. Para ellas, para todos, la actividad so- ial palia el dolor por la distancia, y los hijos y maridos ausentes. Buena parte de las madres de las paimadosefas de Bogoté estan en Quibds, y cuidan a los nifios y nifias que tu- vieron que quedarse atrés, mientras los mari- dos se cuidan a sf mismos y a los colinos y marranos que los alimentan. Esta forma de atomizacién de la familia extendida es otro saldo en contra de las maquinas de guerra, Con el grupo de estudiantes que en el pri mer semestre de 2002 toms el Taller de técni- ‘cas etnograficas, apoyamos a ORCONE en la identificacién de estos hombres y mujeres. ‘Como otros afrocolombianos que viven en Bogoté, son gente orgullosa que no acepta una camisa usada y pasa hambre antes que pedir limosna. No viven en un tugutio, sino en un barrio obrero con buenos servicios y casas de cemento, con bafios y cocinas apai~ te de las habitaciones. Desde este punto de vista, los paimadoseitos, como los otros afrocolombianos en Bogoté, no estén tan mal®, Sin embargo, al conversar con esas per= sonas y al visitar sus sitios de vivienda, he~ ‘mos encontrado, en primer lugar, que hay hacinamiento: hasta seis mujeres comparten tuna habitacidn de seis metros cuadrados; el acceso telef6nico esté condicionado al pago del arrendamiento, y hay duefios de casa que —por recibir Hamadas— cobran lo mismo {que por dejar hacerlas; los espacios para co- cinar son pequefios, y la dotacién es de in- uilinos e inquilinas, quienes deben mante- nerla bajo llave en pequefas alacenas, igual que el jabén y Tas toallas que usan en el bafio sin agua caliente que hay en cada piso. ara esas personas no ha sido fécil lograr que les arrienden. Cuando ven un aviso de se arrienda, golpean para avetiguar por el canon, y les responden que alguien ya tomé la habi- tacién; sin embargo, ala semana o a los quin- ce dias vuelven a leer el mismo letrero. En los sitios de vivienda y en el trabajo también han sie “oma Pata, Los Fan ‘ecoligices en of Baud Tale de experiencia ob ftnicay cone par ‘nomen y et 2, Bogs Oran Comunidades Negras (OM, uno 270,20. con el de aff, srcalmbisnes popula an este etndnime 03 Sutalenominase © Vase aime Arocha ‘ia Ospina, lose Eas oro, Mara ivi 0 Lina Marla Vargas, onto en Bagot est Ebcloesnimco y cut te ls arogescenton ‘ein on Bagot (Pie Acai Maer, Sc fla sal de Gobi (Cenvede ude Seca Facade Clecis F ‘manas, Unies Na al de Comba, 2 © Seciin ue se fund. ‘mora on Lia tangs iaret, Las Patqueries Atoeatnbanes en Bogo. ‘a esta y expacs, Be se manuseta, Proyecto Fas, sande memes {rales de boca ‘anos en Bogs, Cano e Estucos Sociales, Fa ‘utes de Gerelas Him a5, Unersilad Nactonal e Colombia, 202 © vies portals rev sce Galeri “ sams Cito, Roots, cmtnige, Mass Hana Users Pres © Ova vost de ee payee evel Also os tas srsatembanos, fad por a oid Pina May conta ol Mir do Eas (ania mea ge poe eters penagigcn rare Ir edtedra de Estodios ‘tcarmereanes que con temp fa ey 70. 190 sta sec se urdamer ‘Ben Vs, on “olde Mus, eon: eo Quen, ecu) 9 Diana Tilt, (produc 1k ato ea toma 2 Boge, Revista de EE. ecto No. 9, jnio 2 ‘ene, ps, 2627, sido victimas de humillaciones e imprope- ios verbales, y deben aceptar menos suel- do por el mismo trabajo que harian los no afrodescendientes. Por qué no apelan a la condicién de desplazados y al consecuente apoyo estatal? “Porque nd somos”, dicen. “Cogimos camino”, responden, quizés tam- bién para no llegar a figurar entre los objeti- 20s militares de quienes puedan clasificarlos como sus enemigos. CAMINO AL FUTBOL Hanner es un joven de 1 afios. Nacié en Puer- to Tejada y entrenaba en la division C del América. Su hermano es Robinson, quien ya lleva un par de arios de haberse instalado en la Isla del Sol, un sector de Tunjuelito donde viven muchos niches, y quien le propuso a Hanner que se viniera para Bogota y probara suerte con e! Santafé. Mientras lo admiten, decidié hacerlo que casi todos los afros saben hacer desde nifios: peluquear, o més bien “ta- ar” cabezas®. Esta habilidad que parece innata merece ser explorada. La relacionamos con el papel que dentro de las etnonaciones africanas donan- tes de cautivos, siempre han desemperiado los cortes, los peirtados, las trenzas y demas arre- glos del cabello para definir identidades cul- turales y aliliaciones clinicas, De ahi que no sea extrafia la atencidn que miisicos y depor- tistas afronorteamericanos le prestan a la de- coracién de sus cabezas, La difusién de este nuevo culto depende de la globalizacion, lo cual demuestra una vez més que el cambio contemporéneo surge de la interacci6n de rai- ces y rutas®, ‘Tomada su decisién, Hanner se armé de un maletin Totto, metié una maquina de peluquear, aceite para lubricarla y cuchillas de afeitar. Averigué dénde habia otros niches trabajando y los viernes comenzé a pegar para San Andresito, donde hay un grupo que repara rines de automévil. Conecta su maquina de una toma pirata y Ie arrepla el peloa cinco o siete mecanicos. Pagan de dos mil a tres mil “barras’, de acuerdo con lo intrincado del arreglo, y el sdbado sigue hacia la Avenida de La Esperanza con 50, frente a la Fiscalia General de la Nacién. Alrededor del seméforo més proximo se re- linen hasta veinte lavadores de vidrios y cin- co vendedores de rosas. Un mecanico boyacense y rubio de las cercanias le presta a Hanner un able largo de electricidad para que conecte su maquina, y un banquito para que se sienten sus clientes, Cuando ya no hay mucha huz, termina hasta con treinta y cinco mil pesos en el bolsillo, y quizas un ramo de rosas para la novia Al Monito le aga tres mil pesos por los servicios presta- dos, y se queda mirando cémo lo que gana: ron vendedores de tosas y limpiadores de vidrios cambia de mano, al ritmo de los da- 100 exo ce canes nau. uwversons cna cone dos. "Yo no juego, no”. “Yo no tome, no porque tengo que entrenar durante el re de la semana’. Suefia con jugar en Santaf “;Vuelves a Puerto Tejada?” “No; eso se puso muy duro”. “Saliste de alld por la vio lencia?” “No. Queria coger camino”. GALAXCENTRO 18” Elcamino de Galaxcentro es espiralyy no: bien iluminado. Al lado izquierdo, do, deja un vacio vertical, y al lado dere estén los diminutos locales. Es un mall g no casa del todo dentro de la cueva Saramago. Localizado en la Avenida D con calle 18 de Bogoté, alberga los restaure tes y peluquerias que lo han convertido un hito de afrocolombianidad del cual yah tomado nota 1a prensa. Alli el Grupo d Estudios Afrocolombianos ha encontrado’ universo desconocido y fascinante, del e reproducimos una minima faceta. Después de Semana Santa, como a Was ton se le hacfa dificil regresar de Buenaver tura, le pidié a Gustavo que le abriera peluqueria Black Power. Gustavo aceptd, di pués de solicitarle a otro niche que le jara su negocio, localizado a unas cuad de Galaxcentro en otro sector de pel rias afrocolombianas que queda hacia la rrera octava, Mientras pasaba la méquin sobre la cabeza de su primer cliente, a favo le llevaron el desayuno: un plato de arroz y huevos con cebolla y tomate, tevaaenfriar”. "Que va". “ZY a cémo es ‘Dos mil barras”. “Quiero uno como tuyo”. Que lleg6 después de que Gusta marcara un ntimero de teléfono. Ambos d sayunaron conversando. Luego de comer y charlar, Gustavo abrié los cajones de todo Jos gabinetes de la peluqueria de Washi ton, buscando una “gillette” para pei nar el corte en a frente, as patillas y la Como no encontré ninguna cuchilla, pas donde Misael. Al regresar, “gillette” ‘mano, le encendié el televisor a otro pel quero a quien Ilaman Africa, y quien se se t6en una de las dos sillas para quienes peran turno, debajo del afiche de Ghett Glan, el grupo musical al cual pertened Gustavo desde que salié de Aguablanca er Cali. Al principio, en Bogota les fue bier pero ahora estén dispersos, por lo cual q re formar otra agrupacién dentro de la fi sofia Rastafari, cuya doctrina considera cuada para su pueblo. Sigue siendo cul del reggae y del hip-hop. Con la cuchilla que sacs de donde Gustavo no le pulfa el corte que le habia cho a su cliente. Mas bien los movimi cortos y precisos de sus manos recordaban los de los talladores de méscaras de Grand Bassam en la Costa de Marfil, Cada despl zamiento de la cuchilla dependia de un vimiento dgil de los ojos sobre la cabeza que iba esculpiendo. As{, los cortes finisimos re- alzaban cada rasgo facial. Terminada esta ‘operacién escult6rica, valiéndose de un ce- pillo como los que usan los lustrabotas para ‘esparcir el bettin, Gustavo fue cepillando los cabellos sobrantes de la piel y 1a ropa, ¢ in- vit6 a su cliente a que conociera a Samaris La Mejor, el restaurante desde donde les habjan mandado el desayuno. Subieron pot la rampa de caracol, hasta encontrar un si- tio muy pequefio, al cual ese dia lo atendia luna seftora enorme cuyos movimientos cau- saban la sensacién de que ella daria al tras- tecon esas especies de cintas de platos blan- cos que se formaban.en los anaqueles verticales que pendian casi desde el techo. *Comida de la tierra’, dijo Gustavo, agre- gando que en las pescaderias més conoci- das de Bogot4, cocineras y cocineros habian aprendido a servir platos cuyos adobos ‘menos fuertes complacian a los “rolos”, sin que dejaran de ser vistos como comidas exé- ficas del trépico de mar y palmeras. De ba- jada, se detuvieron en un bar, mintisculo como los demés locales. Se tomaron una cerveza, y Gustavo regresé a Black Power a seguir atendiendo a los clientes de Washing- ton. Los encontré viendo televisién o leyen- doel periddico que se edita en Quibdé, Cho- 6 Siete Dias, el cual tiene todas las noticias locales de interés. Cerca de Galaxcentro 18 también hay discote- cas para exhibir pasos de salsa y vallenato. Con otros negocios de sastrerfa, reparacién de maletas y hechura de textos por computador, ese centro comercial es un lugar abigarrado donde cada dia cientos de afrocolombianos y afrocolombianas confluyen para embellecer- , deleitarse con platos de sus regiones, con- ‘versar, conocer las Ultimas noticias de sus tie- rras, y divertirse. Si uno lee las estadisticas de empleo que arro- jaellibro Afi gente en Bogotd, ibro al cual ya hhicimos mencidn, no encuentra esta conjuin- ‘ién de Muntu y Ananse que se manifiesta en compaferismo, disfrute pausado del tiempo, destrezas innovativas en la muisica, en la danza y en los estilos de las culinarias, Ios cortes de cabello y las trenzas de las mu- jeres. Su figuracién como subempleados no indica que son creadores de una nueva ciu- dad y que con minimos enseres, metidos a Ta carrera en cajas de cartén, también han ‘raido su sagacidad e ingenio, sus alegrias, sus maneras de cocinar, hacer mtisica y em- bellecer el cuerpo, pero en especial sus habi- fos de integrarse y privilegiar la solidaridad. Bs preocupante gue ni el Estado ni los gra pos armados que retan sus poderes hayan comprendido que esas maneras de aproxi- marse al medio y a las demés personas ha- cen parte de una sabiduria milenaria lena de claves no s6lo para el futuro de ésta, sino de otras naciones, La compa bet PaciFico QUE NO ES ‘DEL Pacirico* Enel Pacifico, uno casi nunca come la comida del Pacifico que preparan en Bogoté los res- taurantes y pescaderias del Pacifico. Debido a que los moluscos cocinados son negros y mas bien duros, un encocao ‘epiangud® pue- de ser demasiado extrafio para el rolo que va por primera vez.a una de esas pescaderias. ‘Asi, los meseros de un restaurante como Se- cretos del Mar, tan s6lo le ofrecen ese plato a Ja gente del Afropacifico o a los andinos que yalo han probado. Entonces, ese restaurante que ya es un reconocido polo de socializa- cin afrobogotana tiene dos mentis: uno para los del altiplano y otro para los de la tierra. En ese sentido, Aires del Pacifico es distinto. No ofrece sino comida del Pacffico, Queda en la calle 25 cerca de la carrera séptima, y lo abrié AFRODES (Afrocolombianos Despla- zados), la ONG dedicada a ofrecerles opor- tunidades laborales y productivas a los des- terrados afrocolombianos™, Su decoracién juega con el azul marino y consiste en la pin- tura de una langosta roja, palmeras y otros motivos del mar, pese a que Pecho, sti admi- nistrador, sea de Pie de Paté, un puerto so- bre el rio Baudd, en el centro del municipio del Alto Baudé. A él lo conocimos hace diez afios, y entonces nos preguntamos si alld en su pueblo lo reverenciarfan como mensajero de los antepasados, conforme lo hacen los anti devotos del Muntu con las personas morenas de ojos verdes®. En cambio, Sof nacié en Nuqui, uno de los lu- gares mas bellos de la costa chocoana del Paci- fico. Usted la puede mirar preparando sus re- cetas, porque ella decidié que Ja cocina fuera abierta para que los comensales calmaran su curiosidad por los secretos culinarios de las mujeres negras. Edward est4 orgulloso de las, fotografias que las dos estudiantes de la Na- ional pusieron en las paredes, y les explica a ‘otros clientes que ellas estin haciendo un estu- dio sobre el restaurante. Ese dia ofrece picudo frito, en salsa 0 sudao. En st libretica, apunta que un firto y una cazuela [de mariscos}, el es pecial que aparece en el menti colgado de un muro. Al frito lo antecede un caldo de pescado que Sol bogotanizé agregéndole mas color, papa y harina de trigo. En la bandeja, al pescado lo rodea una buena porcidn de arroz con coco, plé- tano verde frito y ensalada de remolacha con zanahoria y mayonesa, la cual tampoco es muy del Pacifico. Tirson, otro patoseito, trae la cazue- la, a la cual le agrega una pizca de brandy. En- tonces, quien la pidié, comienza a luchar con el vapor, la temperatura y el tamafio de su plato, pero goza con cada bocado que saborea, Hoy no estén ni Patricia, ni Pilar, ni Rocio, quienes forman un personal flotante que no aparece segiin las urgencias de la administra- didn, sino de acuerdo con las necesidades de das feritias © Vlrse Mrica ox La ‘ulus alimentos ‘aocdombsares J aco ‘empienas en a, te manuserto, Provesto Fata senders mereras {rates door afo-colom Danas on Bagot, Caio do Fsucos Socoles, Facutad ‘Se Clencas Huanas, UN ‘sie Reon oOo bias y en Reina Raquel onze, Ares de Fai: tina mettre Oa eon tnt fo pao y bora 9, ogo: manus ota lator “de. tenieas ‘aroges, lan Creal ‘de drrpalge, Facil do Cena Homenas, Unver Sidad Nacional de Clam, uno de 22 Alert del Patio su cron en un mola ‘mi ures eae del anda cua conan ‘unasaeaespesa dee, 5 AFRODES, op. ot © €nenanuel Donal, te ascin de Mira Sart ‘reso, £1 ego de fos oF ones, Satelona: Eieos Ge one, ime razron-rasurisns-raweseso 101 ime Arca: op. ot. 299%, i Beier Roo, Acton, ta ia que se ete: Ne i. Cota ee ‘Meza, Anes. Mensae ate 9 Erato. Sufceote: Vendedores shoembanes an a ‘aica calcameres cle 110 on Bagot. Takao ‘bara oftar por ue do ‘ntoptiegn. Santé ce egal: Departament ‘atoncleya, Facade Clecias Wumanas, Uni- essa Navara de Co- lama, 222, las familias de elas. Se trata de una légica re- fiida con la del capitalismo, pero acorde con la del Muntu y la Solidaridad que le da la ra- 26n de ser a AFRODES. Ni se suefie que con esa cara de paisa le van a ofrecer un pastel, un arroz con longaniza, 0 ‘un sancocho de siete carnes, porque ya saben que ala gente del altiplano no le gustan esas comidas de la tierra con sabores fuertes, ci- dos y picantes. ;Se est acordando del tapao que preparé la mujer de Eucicio en Boca de Pepé, mientras velébamos a dofia Genara Bonilla? Lo hizo de un bocachico seco, cu- yas espinas bien podian haber atragantado a un /iére experimentado, quien ademas y al mismo tiempo tratara de paliar el sabor a salitre y marjjco tomando agua®, Para esas delicias chocoanas, es mejor ir a Samaris Le Mejor en Galaxcentro 18. En Bogotd, la comida del Pacifico consiste en formulas que los miches de la regi6n fueron deduciendo para que los bogotanos se sintie- ranante platos originales, pero no muy extra- vagantes: comiendo un pescado raro de mar, pero que no fuera ni seco, ni salado, Un arroz que supiera a coco, pero que no tuviera el gus- to agrio. Un platano distinto a los patacones delgaditos que frita mamé, pero no tan seco como ef de los sancochos del Baud6. Todo esto consiste en insertarse en el nuevo mundo urbano, “negociando la identidad”. Como siempre hace en las historias que abue- Jos y abuelas les narran a sus nietos y nietas, el astuto Ananse guarda un as en la manga. Del mismo modo, Pecho y sus asociados tan sélo muestran aquello de sus raices que no les ocasione el rechazo de sus comensales ‘Teatralizan su manera de ser para que encaje con parte del libreto con el cual entra el clien- tea Aires del Pacifico”. Sin embargo, su actuar tampoco puede ser tan predecible que inhiba al cliente para experimentar la sorpresa de sentirse en un lugar exdtico. UNA MISA CON PERSPECTIVAS ETNICA Y DE GENERO De exotismo estan hechas las imagenes ‘estereotipadas que la gente del hemisferio norte ha elaborado sobre fas negras. Sin em- bargo, los tltimos también pueden valerse de esa cualidad para afianzarse a si mismos y para mostrarse ante los demds de maneras soi- prendentes, conforme lo hemos observado en celebraciones de la pastoral afrocolombiana®. ‘Cuando una persona catélica se persigna, Ile- va la mano derecha a la frente, mientras dice “En el nombre del Padre“, al pecho cuando pronuncia “del Hijo", al hombro izquierdo, "Espiritu Santo" y“Amén" ya sea al hombro derecho o a la boca que besa el pulgar. Cuatro puntos corporales para tres personas divinas es un desequilibrio que los oficiantes de las 102 sroxnoocoercames-wwrERD0A0 COVA BecLONa ‘misas de la Pastoral afrocolombiana nan recitando “En el nombredel: ‘tras la mano derecha se va para laf Ia Madre" (pecho), “del Hijo” (ho ierdo), “del Espiritu Santo” (homb ‘co-espacial y una inequidad de g ‘pora a Maria tanto a la sefial dela alas divinas dad de Dios. Esta innovacién no’ formalizar la posicién que la mayors télicos de hecho le reconocen a la Vi bién puede tener una inspiracién 6 deidades del Africa occidental, incluid de los Yoruba, y las de los Akan, como, encarnan al mismo tiempo identid ninas y masculinas, El21 de abril de 2002, en la Iglesia Consolata, el padre Emigdio Pino y los dotes Michel Rwasha y Dario Mawisi, nientes de Kenya concelebraron una afrocolombiana, A esa eucaristia no la naban las arraigadas nociones de is y.pecado. Se trataba de una co alegre que se inicio luego de que los cerdotes entraran al templo danzando elatrio, detrés de dos filas de mujeres yh bres quese meneaban a ritmo de tambor, nes percutian los cueros, se habian local al lado izquierdo del altar mayor, e conjunto musical Palenque que hace tro fundé dofia Alba Nelly Mina. Aellal dado a conocer prensa y televisién, dek sus actividades con Ia Organizacién de! res Negras y 2 la guarderia que cre6 y man en el barrio Britalia, Los sacerdotes portaban el misal rojo, danzantes hogazas de pan y un car sus prédicas, el oficiante aludia a nuest cidn multicultural de gente negra, india, tiza y blanca, y le pedia a Dios perdén p apatia de nasotras y nasotros frente a la gu y el desplazamiento forzado, cuyos 1 de desposesién inicua para el rritorial no dejé de resaltar. No cabia d que para esos sacerdotes da came no era Ui fuente indebida de tentaciones sino de r ijo, a juzgar por la forma como, antes Evangelio, contoneaban sus cuerpos al de los tambores, girando alrededor del con el misal en alto. Sus sermones més parecfan clases de antropologia e hi porque se referian a la urgencia de alca interculturalidad, mediantela tolerancia, 0 minacién por el color de la piel o el g contra el destierro impune. Bl Ofertorio se e- feria a un pan y a un vino frutos y simbolas trabajo de hombres y mujeres, y ademas la ofrenda de un canalete emblematico d pueblos tan de orilla, rfo y ciénaga, como de los afrocolombianos. Quienes pasaban por la calle, miraban at6- nitos, y quienes se atrevian a entrar pedian ‘explicaciones sobre esa festividad tan rara. ‘Antes de esas personas curiosas, otras se habian hecho las mismas preguntas, y luego de ingresar al templo, no han dejado de par- ticipar en las celebraciones que cada mes lle- va.a cabo la pastoral. Algo parecido sucede con otras convocatorias de {a estética y la espiritualidad afrocolom- bianas. Durantelos tiltimos veinte afios, y aun después del fallecimiento de Delia Zapata Olivella en 2001, bailarinas y bailarines afrocolombianos y no afrocolombianos siguen. asistiendo y participando en la escuela que cella funds para investigar y recuperar el folclor de ambos litorales. Por su parte, la mi- tad de los hipoperos y raperos de ADN son stanos de ascendencia chocoana, y la tra mitad, mestizos de raigambre cundina~ ‘marquesa. Ambos cantan y recitan a favor de tuna revolucién que borre el racismo de la tie- tra. Y por si fuera poco, en Bogoté crece el ‘iimero de intérpretes de birimbao y practi- antes de capoeira, dlancos y rolos, quienes hablan de los bantti como si los conocieran: que fueron capturados en Angola; que en Ba- hia se revelaron y crearon artes marciales de saltar y patear, mientras grilletes y cadenas les sujetaban las manos, y que convirtieron ‘sus entrenamientos en movimientos de acro- bacia y danza al ritmo de los birimbaos*. En conclusién, desplazamiento y emplaza~ miento forzados africanizan a Bogoté. En Cuba ese se manifiesta en Ta propa- gacién de la Santeria de origen yoruba y el Palo de Monte que introdujeron los banti. Ya los santeros, paleros y sus adeptos han deja~ do de ser afrodescendientes e involucran a personas de todas las afiliaciones étnicas. El ue en Colombia suceda algo comparable de- penderd de la tolerancia que la Constitucién dde 1991 contribuya a ampliar. Esa transforma- ‘cin, asi como la Ley 70 de 1988 que la pone en préctica, abrié espacios politicos, territoriales y educativos que no sélo benefician a las co- munidades negras, como es el caso de la Ca- tedra de Estudios Afrocolombianos. Sus lineamientos curriculares requieren que el sis- tema educativo la ofrezca para todos los educandos del pais. En el caso de Ia territo- rialidad colectiva sobre las riberas del Chocé biogeografico, la Ley 70 garantiza que esos bosques biodiversos tropicales y htimedos queden excluidos de la puja econémica y si- gan favoreciendo a todos los colombianos mediante el aire y el agua que generan y sal- vaguardan. 1 modelo opuesto, basado en la depredaciin de maderas y tierras, llevaré al fracaso nacional, asi quienes lo apoyan me- diante el desplazamiento forzado de los pue- bfos ancestrales y sus saberes milenarios jus- fifiquen sus actos alegando que contribuyen al desarrollo del pais * Magda Jutana Muti Capaara en Bogota, Boe ter mar sett para oer fe tenicas dtnogaias, Pan Cureiar ae Aneopo- fog, Facutad de Centos umanes, Universi Ne Seale Clon, un828 em raanenunton-rmunrsess- punesesto 103 BIBLIOTECA) DEPOSITO- LEGAL ‘AREDO Mota BRWO Set excite ine: sce Crmain oon Pc Se ORS ‘im pret esa ts Cok ye do a pets is Oster, ora, {Blivei Aina Asta, ie xa 00, Os ‘espa Oud area Sta ar ed ‘econ Gone srs ce 8 treet eos esi Gag {Tho eo Sn Be Pe ai 8 bo ‘eoouaye Pea ese Nin dCi a ‘sce eri Ceri pens ia a Tins tne pet exc © Sortie Ee ie ost bara {br he game es ez Usa Suro Aine Yr Pes 6 x de ans mean i i, est Sink ak anda ‘Aievor Muftoz LOPEZ Pscoanalsta, coer on ea mais Su bianca cesta aia ease Des Hares y Respro er anufdipesheaon Gronia NaRau0 GRALDO Aton, pea e mest ‘dar ded Inst de Estos Potions det Universit via. 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Juan Cantos PERGOUS Auteco,imestipdar uta, po- jeer sve Neral de Conia, ida aes de insipid acl oc ceca Gombe int se ‘pepe esr > Esyeraioa PRADA MANTIALA Admistatra con estas e pga en Earaia dela Lesa Neca fe Go Essig tel ONE reap esd te ats se cas amps. coma snepageatiemsam ‘Ons ALaNoR® REBOULEDO Pst, MP sata iy edt a Farin Rab Pni. ‘fos ee pnech eines xe snag fesse sor diame pra ce. ‘laps deen queda assess is ease ce ce Lg aap Fen ete Bis, ta, pt car 1 ph) (kn kc tara eis enc. ‘emakgnS@hanalcom Tar ROELENS Paras, rec del rama Cache che hry Ets a ede, Dos Hoe, inlet PALSY Sys ssetis— Meet ‘Aung Ronin SaaveDna Ano, posse ive ‘to acral Conia. eles Maes ene ‘Unvesifat Nacel aon de Wan, Seta desis ene ‘ano ea ai aie ez Quin yen Cs Bary ks poss ead en vas xs cis eBags Hpbi vats ahs rca cans as ines nea Mains yn es Cates AL ‘eri bona c ‘Noa Soreuo CESPEDES Medio. 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Ha ic incon cme el ei ira tale rao Wane Cli. al vate 0 Femnanoo VinscaS Arietta, psa a Un vest Neca Maso en Arts a Unies de Tas ase), est, coy cons, easy con os aos y Ves, ees cus dsr: Unc y alex Cobb, oobi espe cel ria, Fes "a cid y La Cub iba de dered y amp, A ren arta la pean eu tn ive is ecacones ela cust ene mundo caremocinen, “Woh PALIMPSESTVS Director Editor Lue Berard Lipez Caicedo EQUIPO EDITORIAL. 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CA #2056 TH 20085 ‘ma lamarenburte corn “ita pos duc: Zan diced 208

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