pequesima y redondita; de ojos cafs y cabello acamaleonado; de piel triguea al contacto con el sol y amarilla con nubarrn; de boca comnmente deseada, en invierno roja cuan frutilla madura; de mente extremadamente abierta; de decisiones firmes y tajantes; amante de los animales y de los nios; de corazn grande, explosivo y efusivo; de muchos o pocos favores; de odiar los rostros bipolares; de rencor incomparable; de ideas firmes e inadulterables. De querer, de amar y de no cambiar; de tragar desilusiones; de llorar y volver a empezar; de impulsos; de obsesiones; de besos y de pasiones; de destrozar con un solo pensamiento; de perdonar, a veces, con un slo lamento; de sentir tanto que sentir muero, pero sin sentir no puedo, por lo que prefiero morir antes de dejar de sentir. Observadora constante, artista imparable, escritora fugaz y filsofa frustrada; tan pensadora que hasta llego a pensar pensamientos que en algn momento pensar, a menos que se relacionen con la matemtica; esos no entran, esos se quedan fuera; tocando a la puerta de mi cabeza, cuan mormn en domingo, que de tanto insistir se aburre, se da media vuelta y se va.
De inteligencia activa; de acciones flojas y pasivas; de
identidad formada y definida; de homosexualidad; de desorden irreparable y detallismo compulsivo. Soy amante de las letras; soy enamorada sin razn; soy sabionda compulsiva; soy viajera sin remedio y copiloto asustadiza. Todo esto soy; todo esto fui y ser, porque sin cambiar viv, sin cambiar vivo y sin cambiar vivir.