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Revista Institusional del Ministerio Pablico de La Libertad, AUTORIA E INTERVENCION DELICTIVA: ‘ CUATRO IDEAS NUCLEARES* L Quisiera iniciar esta intervencién haciendo ua precisién inicial relacionada a las pretensiones de lamisma, la que formularé en negetivo, No es objeto de mi intervencién hacer un recuento de las teorias desarrolladas histéricamente por la dactrina penal sobre ésta materia pues, como es facil deducir, su extenso némero haria de aquello una labor imposible, con lo cual mi ponencia, para utilizar expresiones jucidico penales, scria absolutamente inidénea por otra parte, un desarrollo estrictamente descriptive de las teorias sobre autoria y participacién resultaria mezquino con los objetives propuestos por la organizacién al congregara tan selecta mesa de expositores' Tampoco es mi propésito postular una consiruecién acabada y en alguna medida original en torno a la autoria pues entiendo que la seriedad académica obliga a reservat pronunciamiento en tépicos de tal complejidad hasta que la madurez intelectual lo permita, circunstancia que en mi caso resulta bastante distante, Mi objetivo es més modesto y pretende, a partir de ciertas ideas nucleares -que denominaré fesis- reconocer los rumbos seguidos actualmente por lnteoria de la autoria y partivipacién e identificar, al menos en sus contenidos més relevantes, el contenido actual de la misma, I. Laprimera tesis en tomo a ésta cuestion tiene que ver con la importancia de aquella reviste como mecanismo de conteneién del poder punitive del Estado y puede formularse en los términos LUIS MIGUEL REYNA ALFARO** siguientes: La dogmética de la autoria permite ‘una aplicacién menos arbitraria del poder penal del Estado. Como ha destneado adecundamente Zaffaroni, la caracteristica fundamental del poder estatal (y el poder punitivo es una expresién del mismo) es su tendencia extensiva y amplificadora que se manifiesta en postulados de politica eriminal destinados a exigir més Derecho penal. Esta tendencia de huida hacia et Derecho penal no slo deriva en una utilizacién simbélica, claramente ineficaz en la solucién de los problemas de criminalidad, sino que se expresa en el uso arbitrario del poder punitive y frente al cual Ia dogmética aparece -utilizando expresiones de von Liszt- como barrera infranqueable*, En efecto, el desarrollo de una dogmética de la autora y participacién permite superar los riesgos que subyacen a Ia formulacién claramente neutral de las normas juridicas. Esa neutralidad de las normas juridicas, ya referida por Gimbematen su famoso opiiseulo™Tiene un futuro la dogmitica juridico penal?, puede cobservarse en el contenido del articulo 23° del Cédigo penal, que regulan la autoria y la coautoria, No puede negarse que la referencia a la “realizacién porsio por medio de otro” del hecho punible, en el caso de la autoria, o Ja formula de considerar coautores a quienes “cometan ~ conjuntamente el hecho”, sélo adquieren sentido racional gracias a la existencia de una dogmitica que de sentido al contenido inicialmente neutro de las normnas juridico- penal. Justamente es esa dogmatica juridieo penal la ‘que lleva, por ejemplo, a considerar que quien ejecuta la accién por coaccién 0 por exror proveniente de un tercero no realiza el hecho punible en el sentido del articulo 23° del Cédigo penal o la que permite sostener que quien realiza ‘un aporte esencial en el hecho punible pero no interviene en fase de cjecucién del delito, no co- comete el hecho delictivo y, por tanto, no comesponde ser calificado como co-autor sino como cémplice primario. TH. La segunda tesis que quisiera formular tiene que ver con los pilares sobre los que debe asentarse fa dogmética de la autoria e intervencién delictiva, Desde esa perspectiva resulta fundamental reconocer, por un lado, que el desarrotlo de la teoria de la auorla e imlervencién delictiva no puede mostrarse desvinculado de la comprension que se tiene sobre los fines del Derecho penal (perspectiva funcional) y, por otro lado, que estos fines no pueden ser otros que los de la proteccién de bienes juridicos. La construccién dogmatica debe necesariamente responder a las finalidades politico criminales de tutela subsidiaria de bienes juridicos, En esa linea, sin pretender introducirme a una atin inacabada discusion epistemolégica sobre los fines del Derecho penal, considero mucho mas seguro recurtiraun sistema de teorfa del delito de corte funcional orientado hacia la Politica Criminal’, Pues bien, de ésta fesis se extraen una serie de consecuencias de indole aplicativo que conviene desarrollar. TILA Siendo la proteccién de bienes juridicos cl criterio en el que s¢ asienta la dogwnatica dela autoria y la participacién, es evidente que el fundamento de la distincién entre autoria y participacién, reside en la vinculacién del sujeto con Ja lesién o la puesta en peligro del bien juridico. En ese contexto, el autor recibe tal calificacin por serresponsable de la lesién del bien juridico, vi gue! Resa Aro en tanto que al complice se le atribuye algo de menor significaci6n como es el haber puesto,en riesgo el bien juridico. Esta diferenciacién es especialmente importante en la prietica en ta medida que sirve para establecer los criterios aplicativos para la delimitacién de la imputacion objetiva que en el caso del autor tendré como centro de referencia el resultado (al autor se le imputa objetivamente el resultado) y que en el caso del cémplice tendri como eje cemiral el riesgo (al complice se le atribuye el riesgoy’. TE.2 Esta relacion entre Ja dogmética de Ta autoria ¢ intervencién delictiva y la finalidad de proteccién de bienes juridicos permite explicar el total abandono de planteamientos meramente subjetivistas en virtud del cual la distinciénentre autor y participe se reconocia en términos de animus: Sila intervencibn del sujeto en el delito era realizada con animo del autor (animus auctoris) se le calificaba al sujeto como autor; si, por el contrario, su intervencién en el delito respondia a un animo de cémplice (animus socit) se le calificaba como cémplice’. Desde esa perspectiva, 1a calificacién del sujeto como autor no respondia a wna intervencién efectiva del mismo en el delito que, a su vez, reflejase una mayor intervencién material u objetiva en ta lesion del bien juridico, sino tan slo a una relacién interna del sujeto con el hecho, Desde esa perspectiva, quien se limitaba a entregar al ejecutor material del delito un instrumento para su reatizacién (por ejemplo, un. arma), respondia necesariamente como autor si actuabacon énimo de autorlo que implica, como es facil deducir, una punicién excesiva y, por ello arbitraria, sobre quien tenia solamente un rol meramente accesorio en Ja perpetracién del delito. 111.3 Perono es sdlo que la finalidad tuitiva de bienes juridicos sirve para fundamentar ta distincién entre autor y participe, sino que adicionaimente sirve para reconocer y distinguir las fases del iter criminis consideradas penalmenterelevantes y que, por tanto, permiten a punicion ya sea a titulo de autor como de cémplice-: Aquellas que involucran Ja puesta en peligro o lesién del bien juridico.* Aor e tervecin delta Cuatro teas muctoaes Al postularse una configuracién del sistema penal en clave funcional, vinculada a la misién de proteccién de bienes juridicos, se tendré que aquella condicién (tutela de bienes juridicos) es Ja que permitiré delimitar las etapas del iter criminis que serin merecedoras de una pena. Esto exptica porqué ni ta ideacion ni los actos preparatorios integran la nocién de tentativa, conforme el articulo 16° del Cédigo penal. Enefecto, al seitalar expresamente en el articulo 16° en mencién que: “En la tentativa el agente comienza la ejecucidn de un delito, que decidié cometer, sin consumarlo”, se reconoce la imelevancia penal de las actuaciones previas ala ejecucion del hecho punible, lo que responde a que sélo a partir del inicio de ejecucién de ta conducta tipica se produce la puesta en peligro del bien juridico penalmente tutelado’, Justamente esta circunstancia (ofensividad en relacién al bien juridico) es la que explica la no punibilidad de 1a tentativa inidénea. El articulo IT del Cédigo penal sefiala que “No es punible latentativa cuando es imposible la consumacién del delito, por la ineficacia absotuta del medio empleado 0 absoluta impropiedad del objeto” conloquese reconoce la no punibilidad de dicha clase de tentativa, justamente debido a que las, cirounstancias antes deseritas (ineficacia absoluta_del medio empleado y absoluta impropiedad del objeto) suponen la iimposibilidad de afectacién del bien juridico", por lo cual una punicién sustentada en el mero desvalor de la accién resultaria excesiva y escasamente util desde una perspectiva funcional, Vv. Puss bien, esa orientacién de la dogmitica de la autoria hacia los fines del Derecho penal, fijados en la proteccién subsidiaria de bienes juridico, sla que permite postular la tercera fesis aqui postulada: La (eorfa de la autoria no puede responder mis a planteamientos de orden ‘ausal- material, sino acriterios normativos. EI devenir de Ja teoria de la autoria muestra cebmo, frente a una construccién de la teoriade la autoria basada en criterios exclusivamente 39 subjetivos, era posible oponer un planteamiento objetivo formal en virtud del cual la condicién de autor del delito debia corresponderse con 1a efectiva realizaci6n de la conducta descrita en el tipo pen: Desde esa perspectiva, esto es, desde ia perspectiva objetivo- formal, autor es aquél que el tipo penal indica puede serlo, al realizar directamente la conglucta tipica; de este modo, por ejemplo, sélo podria ser considerado autor de homicidio quien ejecutase la conducta prevista en el respectivo tipo penal, es decir, quien realizase directamente la accién de matar, quien tirase del gatillo o quien asestaba Ia cuchillada mortal. Esta formulacién, como es evidente, llegaba también a un resultado insatisfactorio al proponer una respuesta penal insuficiente para quien, pese a tener un papel central en In lesion del bien juridico, no ¢jecutaba directamente 1a accién tipica; asi, por ejemplo, quien utilizaba a otro como instruments, no respondia como autor al no haber ejecutado él, de modo directo, losactosttipicos. Las limitaciones mostradas por los planteamientos naturalistas y que se encuentran, reflejadas en pricticamente todos los t6picos de Ia teorfa del delito, produjeron su progresivo abandono; primero, através deuna comprensién finalista del delito que en el terreno de la autoria se expreso a través de la teoria del dominio del hecho; y, posteriormente, mediante cl predominio de las corrientes funcionalistas que, en el plano de Ie autoria, se ha reflejado en la incorporacién, junto con la categoria de los delitos de dominio, de los delitos de infraccién del deber. IVA. ateoria de la autoria, como es concebida on la actualidad por Ia doctrina dominante, responde inicialmente a los planteamientos dela teoria del dominio del hecho formutada por Hans Welzel, en virtud de la cual la condicién de autor no responde a fa tealizacién directa 0 inmediata de la conducta tipica sino al efective dominio del suceso tipico”. Esta caracterizacion del autor como sefior del hecko y que tenia su 40 expresién medular en los supuestos de autoria mediata fue trascendente en la construccién de una dogmitica de ta autoria desvinculada del paradigma causal, En efecto, al sostener Welzel que existen supuestos en los cules el verdadero autor no es el que ¢jecuta la accién, sino quien desde atris domina su voluntad, ya sea por el ejercicio de violencia 0 amenaza sobre el ejecutor 0 por haber provocado en aquél un estado de error, permitié reconocer Ja insuficiencia del hasta entonces dominanteparadigma causal. 1V.2. Bsaorientacién hacia lanormativizacion del Derecho penal” se enfatiza con el pensamiento de Claus Roxin mediante una doble via. Por un lado, Roxin reconoce formas de dominio de la voluntad distintas a las reconocidas inicialmente por Welzel y, por otro lado, entiende que Ja estructura de ciertos tipos penales, los de infraccién del deber, exigen recurrit a criterios distintos para la determinacién del autor. Respecto a la primera cuestion, es Roxin quien reconoce que ademis del dominio de voluntad. por coaccién y el dominio de voluntad por error, exisie una forma de dominio de voluntad distinta, basada en el dominio sobre ta organizacién delictiva, en virtud de la cual el Jefe del aparato de poder organicado, expresién ulilizada por Roxin para identificar a estructuras altamente complejas de estructura yertical, degyinculadas del ordenamiento juridico y en donde los ejecutores resultasen simples piezas intercambiables”, debia responder como autor, pese a existir un ejecutor responsable, pese a no existir una intervencién material de aquél en el especifico hecho punible cometido ¢, incluso, en aquellos casos que el Jefe de la organizacién no conoce siquiera al ejecutor. Respecto a la segunda cuestin, Roxin reconoce la existencia de divergencias en la formulacién de los tipos penales, las cuales, a su vez, tienen trascendencia en la determinacién detaautoria, Enefecto, Roxin reconoce que en cierta clase de delitos, los conocidos en doctrina como delitos Las Miguel Reyna Afra comunes 0 delitas de dominio, el autor carece de vineulo alguno con el bien jutidico, con to cual s6lo quien domina Ja lesién det bien juridico puede ser considerado como autor. No obstante, ‘existe cierta clase de delitos que, por la forma en que se encuentran construidos, ubican a ciertos sujetos en posicién de custodia de los bienes juridicos, de lo cual se desprende que es la defraudacién de las expectativas de tutela de bienes juridicos la que otorga a dichos sujetos ¢! papel central en relacién al hecho delictivo, Ea estos delitos, identificados por la doctrina como delitos especiales 0 delitos de infraccién del deber, e3 autor aquél que tiene el deber extrapenal de proteccién del bien juridico, sin resultar relevante el efectivo dominio sobre el sucesotipico.”* IV3. La normativizacién de la teoria de la intervencién delictiva, sin embargo, adquiere matices mds intensos con las formulaciones provenientes dei funcionalismo sistémico de Giinther Jakobs” que supone, como cierto sector de la doctriva ha denominado, una renormativizacién del Derecho penal. Aunque ambos autores, reconocen la necesidad de construir un sistema del Derecho penal de corte funcional, las bases motodolégicas sobre las que se construye el pensamiento de Jakobs son completamente divergentes de las que sirven de sustentoalpensamiento deRoxin”. Adiferencia de Roxin, Jakobsentiende que el fin del Derecho pena! no es otro que el de mantener la vigencia de 1a norma juridico penal, Si el delito implica la desestabilizacién de la norma juridico penal, corresponde al Derecho penal proceder su reestabilizacién, con lo que se evita que aquella pierda vigencia”. La importancia de la vigencia de la norma se relaciona con su condicién de pauta orientadora de los contactos sociales: Es la norma la que permite que los contactos sociales se desarrollen inocuamente, esto es, sin dafios. Esta inocuidad en los contactos social deriva de 1a configuracién de un sistema de roles asignados por la norma que genera en los cindadanos wna expectativa normativa que facilita una Astoria nsersonctin deliv: Cua Eeas ncleares interaccion social dinémica: Las normas, al establecer cuales son los roles que corresponden a cada persona, generan una expectativa de cumplimiento en virtud de la cual los cciudadanos saben que esperar de los demas.” Estos roles puede ser _genevales o especiales de lo cual se desprenden las diferencias existentes entre los delitos de dominio y los delitos de infraceidn del deber. Mientras en los delitos de dominio, el autor es aquél que domina los fiesgos de su propia organizacién; en los delitos de infraccién del deber, la condicién de autor deriva de los deberes asignados a la persona en el contexto de instituciones sociales especificas”. Es precisamente a través de la problemitica de los delitos de infraccién del deber que es posible reconocer la poca relevancia que posee la distincién entre acciény omisién en el sistema de imputacién penal constraido por Jakobs". IVA, La normativizacién del Derecho penal ha servido también para resaltar los nexos ‘existentes entre la teoria de la autoria e intervencién delictiva y la teorfa de la imputacién penal, los cuales se han visto manifestados especialmente en el plano de las denominadas conductas neutrales. Enefecto, debido a que las conductas neutrales identifican aquella clase de comportamientos que siendo inicialmente inocuos, adquieren relevancia causal en el resultado tipico a partir del comportamieato proveniente de un tercero, lo que permitiria sostener —insisto, desde una perspectiva exclusivamente causal- su relevancia juridico penal a titulo de complicidad, la introduccién de critetios de indole normative permite racionalizar el procedimiento de detimitacién de las conductas penalmente relevantes. De este modo, los instrumentos teéricos formulados por la dogmitica juridice penal (a saber, el principio de confianza invocado por Roxin” y la prohibicién de regreso formulada por Jakobs*) al analizar el nexo o relacién de riesgo existente entre la conducta y el resultado tipico no sélo determinan la efectiva imputacién a al tipo penal objetivo -en el caso de las conductas neutrales, al tipo penal objetivo ampliado- sino que distingue entre los supuestos de participacién aparente ~como los denomina Jakobs”- con los supuestos de participacién real. v. Tras proponer algunas ideas nucleares ~por cierto, sin mayores pretensiones de exhaustividad- en relacién a la evolucién de la dogmética de la autora y la interyencién delictiva, podemos reconocer fo que seré la cuarta ~y final- tesis: La teoria de la autoria e intervencién delictiva constituye una manifestacién concreta del principio de proporcionalidad. En efecto, el principio de proporcionalidad, formulado habitualmente como prohibicién de exceso, se expresa claramente en Ia dogmstica de la autoria y participacién al pretender una reaccién penal mesurada y acorde con el papel desempefiado por el sujeto en la lesién © puesta en peligro del bien juridico. Asi, ta dogmatica de la autoria y la participacién sirven como instrumento de realizacién en la praxis penal de la prohibicién de penas desproporcionadas establecido en el articulo 2.24, literal h, constitucional”, En esa linea, hemos podido constatar en los distintos momentos de esta intervenci6n, cémo la proporcionalidad ha jugado y juega un rol esencial en la determinacion de ia capacidad de rendimiento de las distintas teorias penales; ast, enrelacién a la teoria subjetiva, se observaba lo excesivo que resultaba proponer una sancién a titulo de autor en quien, sin haber realizado actos objetivos significativos en el hecho punible, intervenia en el mismo con animo de autor; del smo modo, en relacién a las teorias objetivo formales, destacdbamos la falta de proporcionalidad de la respuesta penal en los casos de instrumentatizacién del ejecutor por parte del hombre de aards en donde este tiltimo, pot no intervenir directamente en el hecho, sélo ‘erasancionade como mero complice, ‘Y¥ esjustamente el principio de proporcionalidad 2 el que sirve de fundamento ulterior a 1a auforia mediata en aparatos de poder organizado 0 la autoria en los delitos de infraccién del deber, supuestos en los cuales s6lo Ja calificacién del sujeto como autor, como personaje central en el hecho delictive, supone una respuesta penal racional y proporcionada en Ja funcién tuitiva gue asiste ai Derecho penal en relacién a los bienes juridicos. La teoria de la autoria y la participacién, al determinar quien tuvo wn papel central en el hecho delictivo y quien tiene un papel meramente accesorio en el mismo, define Ia dosis de pena que corresponde a cada interviniente en el hecho punible, sirviendo de instrumento dogmitico de realizacién del principio de proporcionalidad y, con ello, del principio de dignidad de la persona humana”, lo que tesponde a una comprensién del Derecho penal como instrumento de mela de los Lag Mique! Raya Alfaro derechos ‘fundameniales”. De este modo se logra ademas reducir los cuestionatnientos en tomo # la efectiva vigencia del principio de proporcionalidad de las penasen ta medida quea través de aquella, esto es, de la dogmitica penal en materia de intervencién delictiva, se permite al operador de justicia penal conter con un criterio objetivo” de ponderacién de la pena proporcional al hecho y, a partir de ella, establecer lapena adecuadaalaculpabilidad”. Se revela asi contingentemente una’ refacion continua y sinérgica existente entre la teoria del delito, la determinacién dela pena y la actividad de los operadores de justicia penal que hacen plausibles las propuestas de elaboracién de un sistema que integre los desarrollos de la dogmitica penal y los de la ciencia procesal penal” sumamente funcional al propésito de lograr una aplicacién mis predecible y, por ende, mas racional delaley penal”. “Tex de la ntervencibn del ator en of Seminario Los detivos de infaecion del deber en ia dogmitic actual: Analisis de nautriay pantcipacineincomunicabifdad de ks circunstancias especiales dl agente" realizado dit 13 de Sukio de 2010emel Auditor de i Facultad de Derecho dela Pontificia Universidad Catbliea del Pei, Sea procuraslo mantener la redaveitm cotoquil, lo quejustifica Inlimitacionen asnotasapisde pagina * [Abogado del Estudio Caro de Asociados. Profesor dele Academia de a Magistratura, Peri, Profesor de Derecho penal Beonsmicoy de ia empresa y Criminologia de la Universidad de Sau Marin de Pores, Profesor de Derecho peral econbmico en las Maestis de Derecho ponal dz Ia Universidad rivada Antenor Orrego (Trill yla Universidad Continental Huancayo). 1 Para tales propdsitos, vse: ROXIN, Claus. Auforiay dominio del heoko en Derecho penal traduccion de Joequin Cuello Contreras y Jost Luis Serra Gonzalez de Muri, Macial Pens, Madrid, 2000, passim. 2 ZAFFARONI, Eugenio Rail ALAGIA, Alejandro) SLOKAR, Alejandro, Manuaf de Derecho penal. Parte Genera, Ear, Buenos Aires, 2008,p.25. + VONLISZT, Franz. Tratodo de Derecho penal tomo segundo, taduecibn de Luis Himénez de Asua, Reus, Madrid, 1927, p.65 4 GIMBERNATORDEIG, Enrique. , Tene un fuuro a dogndtice jwidicopenal?, Ara, Lima, 2009, p44. 5 ROXIN, Claus, Derecho penal. Parte Genera, tomo I, traduccion de Diogo Lavin Pet Miguel Disz y Garcia Conlledy Javier de Vicente Remesal, Civitas, Madi, 1997, pp Si 3s 206-231 © MIRPUIG, Santiago. Derecho penal Parte General, stint edicion, BdeR, Buenos Aites, 2005, p 373. > Enténminos generales sobre el contenido Ge dchas teorins, vase; ROXIN, Claus. Autoriay dominio del hecho en Derecho penal, PB 7s. 8 ZAFFARONI, Eugenio Ratl/ ALAGIA, Alejandeo/ SLOKAR, Alejandro. Op. Cit, pp. 633-634, 9 Enesa lines: ROXIN, Claus. “Acerca del fundamento penal de Ia tentativa”, en: F1 mismo, Dogmatica penal politica criminal teaduceidn deManue] Abani Kéems, Lima, 1998, pp. 258-266, 1 Como precisa Roxin: “La tentativa inidénce es un delito de perurbscién de Ta paz-sin una real puesta en peigro”; véase: ROXIN, ‘Claus. “Acerca del fundarsento penal dela tentative”. 263, 1. Véese: ROXIN, Claus. dutoriay dominio del hecho en Derecko penal, pp. 52-56. J WELZEL Han Estos de Derecho pen aden de Gua eno Ten Li Bac, Buenos As, 2003, gp. 803 4 Sobre! endmeno de la normativizacn del Derecho penal, vése: ROXIN, Clans, “Normativismo, politica criminaly empirismo en Iadogmatiea penal en: mismo, Problemas actuales de degrética penal, waducoién de Manuel Abanta, Ara Fitres, Lima, 2004, pp.47s5,;FELIOO SANCHBZ, Bemardo, La normatlvzaciin del Derecho penal, AraFditores, Lima, 2007, pp. 625%. 14 ROXIN, Clas. Autoriay dominiodet hecho en Derecho pencl, passim, 1 ROXIN, Claus. Autoriay dominio del hecho en Derecho penal, pp 2695s. 1 ROXIN; Claus utoriay dominio def hecho en Derecho penal, 1p. 383s, 1 TAKORS, Ginter Sobre a normattvieacidn de la dogmiitcajuridico- pena, traduccm de Manuel Cancio Meliéy Bernardo Feijoo ‘Sanchez, Angel Editor, México, 2003, passim, Auioriaewmuervenctindeictiva” Cuatro teas mcleares 43 1 Fsto,segurament, porque el nisi de a natives se encsentrafundamenfalmente ex Roxiny Hasse, econociendo los “ntecedentes bseevacosen Welze on suteoriadelaaeuacion sos, ass FEL}OO SANCHEZ, Bemardo. La mormaticacin del Derecho pena, pS taabiga, CANCTO MECLA, Manus. "Ca tora de I iipatacién objtve Ia nomasvzacon del ipo Shjetivo"ven: Eniamo, Extatios de Derecho Pana, Plesa, ts, 2010, pp. 7253. 2 JAKONS, Gunther. Derecho penal. Parte General raduccn de Yoagun Cuello Conteras Jost Lis Serrano Gonz de Murillo, segunda tlcige, Marcial Pons, Madd, 1997, pp.09 ss. 3 JAKOBS. 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Ea la misma Knee, von Hirsh, defensor ee una tots de ls pena basadn ex la Droporsionalidad destaca como los esfuereos teeicos se han erento fundamentalmcnte jstifear porqis se debe castigar Droporciocalente, pece han dedicadoescasos esfuer2s adetenninar cud esel castigo propotcional, véese: VON HIRSCH, Andre. Consurar ycastigan radwociin de Elena Larraur, Trova, Madris, 1998 Sobre la dificota di azionalizzeslone dela proporzione PALAZZO, Fraveesco.fnrodone ai princi de Dirt penal, Gieppicheli, Torino, 1999, p. 6 1 ROXIN, Claus, Derecho penal Parte Genera, pp. 99 ss MIR PUIG, Samiago. Op. Cit, p. (36. Como se ve, no se postlaaqut una ‘cova d la pena bnseds en le proporionalidad yo ug derer (Sobre ln mista, Yéuso: VON HIRSCH, Andrew. Op. Ci passim; HORNLE, Tajona, Decerminactondelapenay culpabilided Notas sobre la teria de ladeierminacisn legal dela pena en Alemania, tradusciin de Seniago Maninez eval, Fabign Di Placido, Buenos Aies, 2003, p. 23 ss) sito que se eulende que el citeio de la ‘toporcioneldad esa elemento indispensable pala indvdualizacion adil ela pena dentro del espacio de juego quepropone la “alpablidas al respecte, ease: REYNA ALFARO, Luis Miguel. “La redvidualzacin judicial dela pena y reforma penal”, en: “svalos Rosriguca, Carlos & Quispe Villanueva, Alejandro (Coordinadores). Dogmética penal del trcermileni, Libro Homenaje a los Profesores Eugenio Ras! Zafaroniy Klaus Tiedemann, Ar, Lima, 2009, pp.998 ss. © Sobre el mismo: WOLTER, Jigen. “Estudio sobre le dogmatica y la otdeoacidn de las causas materiales de exclusion, del beset Gel proceso, dea fenunciaa a pena y de a aenuscion deta misma. 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