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2, Aquello en cuanto al cuerpo: esto en cuanto al conocimiento Svs ancesTR0s fundaban su cultura en un hori- zonte temporal de alguns miles de aos, decora- dos por la antigiiedad grecolatina, la Biblia ju- dia algunas tabletas cuneiformes, una prehistoria corta, Ahora millonario, su horizonte temporal remonta a la barrera de Planck, pasa por la acre- cin del planeta, la evolucion de las especies, una paleontologia de millones de aiios. ‘Al no habitar ya el mismo tiempo, viven wna historia por completo diferente. Estin formateados por los medios de comunica- ci6n, difundidos por los adultos que de manera ‘minuciosa han destruido su facultad de atencién reduciendo la duracién de las imagenes a 7 se- gundos y el tiempo de las respuestas a las pre- _guntas a 15, segtin cifras oficiales; medios en los ‘que la palabra més repetida es “muerte” y la ima- ‘gen mis representada la de los cadaveres. Desde Ios 12 aftos, e508 adultos los obligaron a ver mas de 20 mil crimenes. stn formateados por la publicidad: icémo es posible ensefiarles que la palabra relaisen lengua francesa termina en "ais" cuando en todas las es- taciones hay carteles en los que se escribe *-ay"? {Como es posible ensefiarles el sistema métrico ‘cuando, de la manera mas tonta del mundo, el servicio ferroviario nacional les vende millas? Nosotros, los adultos, hemos transformado nues- ta sociedad del especticulo en una sociedad pe- dagégica en la cual la competencia aplastante, vanidosamente inculta, eclipsa la escuela y Ia universidad, Por el tiempo de audiencia y de atencién, por la seducci6n y la importancia, los ‘medios se han apoderado desde hace tiempo de Ia funcién de ensefanza. Criticados, despreciados, vilipendiados, por- que pobres y discretos, aun cuando detentan el récord mundial de premios Nobel recientes y de smedallas Fields respecto del mimero de la pobla~ ‘én, nuestros docentes han egado a ser los me- oe i | | | i | nos entendidos de esos maestros dominantes,ri- cos y ruidosos. Estos nifios viven, pues, en fo virtual. Las ciencias cognitivas muestran que el uso de Ia Red, la lec- tura ola escritura de mensajes con los pulgares, Ia consulta de Wikipedia o Facebook no estim- Ian las mismas neuronas ni las mismas zonas cor- ticales que el uso del libro, de la tiza 0 del cua- derno, Pueden manipular varias informaciones a Ia vez. No conocen ni integran, ni sintetizan como nosotros, sus ascendientes. ‘Yano tienen la misma cabeza, Por el telsfono celular, acceden a cualquier per ona; por GPs, a cualquier lugar; por la Red, a cal quier saber: ocupan un espacio topolégico de ve- cindades, mientras que nosotros viviamos en un espacio métrico, referido por distancia. ‘Ya no habitan el mismo espacio. Sin que nos digramos cuenta, nacié un evo = mano, durante tn intervalo breve, el que nos se parade los afios setenta. Ho ella ya no tiene el mismo cuezpo, la mis- 1a esperanza de vida, ya no se comunica de a ‘misma manera, ya no percibe el mismo mundo, ya‘no vive en Ja misma naturaleza, ya no habita el mismo espacio, ‘Nacido con la peridural y de un nacimiento programado, ya no le teme, con los cuidados pa- Tiativos, ala misma muerte Como ya no tiene la misma cabeza que sus padres, él o ella conoce de otro modo. 1 0 ella escrbe de otro modo, Por haberlos observado, con admitacin, enviar, con. una rapi-

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