oteas cauteloso el horizonte cndor que acecha desde su alto monte del enemigo una seal furtiva. Vendr esta vez del Norte el godo artero, cual tantas otras, pero no de da; vendr la noche lloviznosa y fra en que un Judas te vende por dinero. Padre salteo!, por la espalda herido, huyendo, desangrndote en la oscura senda del Chamical no quiero verte, sino aqu, ya de vuelta del olvido, viva plasmada en bronce tu figura con que tu gloria triunfa de la muerte.