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E] cle Sn item tt] Tee eee eg iT ei Ee) El desplome de la dicotomia hecho/valor y otros ensayos Paidés Basica Ultimos titulos publicados 66. C. Geertz - Conocintiento local 67. A. Schiitz - La construccion significativa del mundo social 69. M. Hammersley y P. Atkinson - Errografia 70. C. Solis - Razones e intereses 71.4. T. Engelhardt - Los fundamentos de la biodtica 72, E. Rabossi (comp.) - Filosofia de la mente y ciencia cognitiva 73. J. Derrida ~ Dar fel) tiempo 74, R. Nozick - La naturaleza de la racionalidad 75. B. Morris - Introduccion al estudio antropoldgico de la religion 76. D. Dennett - La conciencia explicada 77.35. L. Nancy - La experiencia de la libertad 78. C. Geertz - Tras los hechos 79, R. R. Aramayo y otros - El individuo y la historia 80.°M. Augé - El sentido de los otros 81. C, Taylor » Arguimentos filosdficos 82. T. Luckmann - Teorfa de la accién social 83. H. Jonas - Técnica, medicina y ética 84, K. J. Gergen - Realidades y relaciones 85. J. R. Searle - La construceidy de la realidad social 86. M. Craz (comp.) - Tiempo de subjetividad 87. C. Taylor - Fuentes del yo 88. T. Nagel - iguaidad y parcialidad 89. U. Beck - La sociedad del riesgo 91. K.R. Popper - El mito del marce comiin 92. M. Leenhardt - Do Kamo. La persona y el mito en el mundo melanesio 93. M. Godelier - El enigma del don 94. T. Eagleton - Ideologia 95, M. Platts - Realidades morales 96. C. Solis - Alta tensidn: filosofia, sociologta e historia de la ciencia 97. J, Bestard - Parentesco y modernidad 98, J. Habermas - La inclusion del otro 99. I. Goody - Representaciones y contradicciones £00. M. Foucault - Evtre filosofta y literatura. Obras esenciales, vol. i 101. M. Foucault - Estrategias de poder. Obras esenciales, vol. 2 102. M. Foucault - Estética, étiea y hermenéutica. Obras esenciales, vol. 3 103. K. R. Popper - El mundo de Parménides 104. BR. Rorty - Verdad y progreso 105. C. Geertz ~ Negara 106. H. Blumenberg - La legtbilidad del mundo 107. J. Derrida - Dar la muerte 108. P. Feyerabend - La conquista de la abundancia 109. B. Moore - Pureza moral y persecuctdn en la historia J£0. H. Arendt - La vida del esptritu 1il. A. MacIntyre - Animales racionales y dependientes 112. A. Kuper - Cultura 113. J. Rawls - Leceiones sobre la historia de Ia filosofta moral 114. Th. S. Kuhn - El camino desde fa estructura 115. W. V. ©. Quine - Desde un punto de vista légico 116. H. Blumenberg - Trabaja sobre el mite 117. J. Elster - Alguimias de la mente 118. L F. Shaw - La evaluacidn cualitativa 119. M. Nussbaum - La terapia del deseo 420, H. Arendt - La rradician ocuita 121. H, Putnam - i desplome de ia dicotomia hecho/valor y otros ensayas Hilary Putnam El desplome de la dicotomia hecho/valor y otros ensayos yD P PAIDOS | fona + Bueno: Titulo original: The Collapse of the Fact/Value Dichotomy and other essays Publicado en inglés, en 2002, por Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, EE.UU. Traduccién de Francese Forn i Argimon Revisién de Miguel Candel Cubierta de Mario Eskenazi Quedan rigurosamente prohibidas, sin Ja autorizacion escrita de los titulares del copyrigitt, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduceién total o parcial de esta obra por cualquier medio o procecimiento, comprendidos la reprogralia y el tratamiento informatico, y la distribucién de @jemplares de ella mediante alquiler o préstamo ptiblicos. © 2002 The President and Fellows of Harvard College © 2004 de la traduccién, Francese Forn i Argimon © 2004 de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidés Tbérica, S. A., . Mariano Cubi, 92 - 08021 Barcelona http://www.paidos.com ISBN: 84-493-1588-3 Depésito legal: B. 23.752/2004 Impreso en Novagrhfik, S.L. Vivaldi, 5 - 08110 Montcada i Reixac (Barcelona) impreso en Espafia « Printed in Spain Para Vivian Walsh En agradecimiento no sdélo per sus sugerencias, sus criticas y los dnimos que me dio, sino también por su amistad y las maravillosas conversaciones que fuimos manteniendo a lo larga de casi medio siglo. SUMARIO PRIMERA PARTE: EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR i. Los antecedentes empiristas .. 0.0.0.0. . 0-2. c cece ee 21 2. La imbricacién entre hecho y valor ..............05. _ 8 3. Hecho y valor en el mundo de Amartya Sen .......... 63 SEGUNDA PARTE: RACIONALIDAD Y VALOR 4. Los inicios «prescriptivistas» de Sen .............4.. 87 5. Sobre la racionalidad de las preferencias............. 99 6. Los valores, se crean o se descubren? ............... 117 7. Valores y normas ......0000 00 ccc cece cee e eee 133 8. La evasién de los valores por parte de los filésofos de la CIENCIA Lente eee eens 159 Notas 0... eet eee eee ees 171 PREFACIO La primera parte de este libro incluye las conferencias que di por invitacién de la Fundacién Rosenthal y la Northwestern Uni- versity School of Law en noviembre de 2000. Estas conferencias presentan la argumentacién contra la dicotomia hecho/valor, tal y come esta dicotomia ha sido desarrollada y defendida histérica- mente, y dilucidan la importancia de la cuestién, en particular pa~ ra la economia. Tengo la certeza de que en el dereche se plantean cuestiones similares pero, consciente de mis propias limitaciones, no he intentado documentarlas. Durante los diez afios en que Amartya Sen fue mi colega en la Universidad de Harvard, llegué a apreciar no sélo su.brillantez (que le iba a reportar el Premio Nobel de economia al poco tiem- po de dejar Harvard por el Trinity College de Cambridge) y su idealismo, sino también la importancia de lo que él llama «enfo- que de las capacidades»* en economia del bienestar ante quiza el mayor problema con que se enfrenta la humanidad en nuestro tiem- po, el de las inmensas disparidades entre las partes mAs ricas y las mas pobres del globo. El alma.de este enfoque es la percepcién de que los temas de economia del desarrollo y los temas de ética no pueden mantenerse separados sin mds. Sen, a lo largo de su ca- rrera, ha echado mano tanto de los recursos de la economia mate- matica como de los de la filosofia moral, incluidas diversas con- cepciones del florecimiento humano. * Capabilities, término acufiado por Sen que combina, en espafiol, dos sentidos de «capacidad», no denotados por su homélogo en inglés: capacity, la propiedad de con- tener otras cosas, y ability, aptitud. Frente al énfasis de la economia del bienestar cla- sica en la mera capacidad de atesorar {(contener) bienes materiales, el enfoque de las capacidades destaca la capacidad (aptitud) de las personas para transformar esos bie- nes er bienestar y calidad de vida. Véase, por ejemplo, A. Sen, Inequality Reexamined, Nueva York, Oxford University Press, 1992 (trad. cast.: Nuevo examen de la desigual- dad, Madrid, Alianza, 1995). (N. del t.) 12 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR [...] Sin embargo, la mayor parte de la filosofia del lenguaje y gran parte de la metafisica y la epistemologia analiticas se han mostra- do abiertamente hostiles al discurso sobre el florecimiento huma- no, considerandolo irremediablemente «subjetivo», a menudo re- legando toda la ética a esta categoria de desecho. Ademas, la economia se enorgullece con frecuencia de eludir to- do «presupuesto metafisico» mientras esté engullendo entera la metafisica del positivismo légico —un estado de cosas brillante- mente analizado y criticado por Vivian Walsh en su obra Rationa- lity, Allecation and Reproduction-——.! Walsh y yo somos intimos ami- gos desde hace cerca de cincuenta afios y hace ya mucho tiempo que, llamé mi atencién sobre este lamentable estado de cosas en el campo de la economia. Cuando llegé la invitacién de la Northwes- tern University School of Law para impartir las conferencias Ro- senthal en noviembre de 2000, me parecié que se trataba de la oca- sién perfecta —-y Walsh me animé encarecidamente a ello— para presentar una recusacién detallada de la concepcién segtin la cual «los hechos son hechos y los valores sen valores, y ambas cosas nunca deben mezclarse», que implica que la empresa seniana de acercar mas la economia a la ética es l6gicamente imposible. Tam- bién constitufa una oportunidad para presentar una filosofia del lenguaje muy distinta de la del positivismo légico, que hace impo- sible la empresa seniana. Es evidente que desarrollar una explica- cién menos cientificista de la racionalidad que nos permita ver que el razonamiento, lejos de ser imposible en 4reas normativas, es de hecho indispensable en ellas, y, a la inversa, entender que todo ra- zonamiento presupene juicios normativos, es importante no tnica- mente en economia, sino también —como observé Aristételes— en todas jas facetas de la vida. Como se explica en la Introduccién, aparte de las conferencias Rosenthal, que han sido retocadas tan sdlo ligeramente (en par- ticular, aunque ahora son «capitulos» y no «conferencias», espero que el lector todavia pueda sentir que est4 escuchando una confe- rencia a medida que lee), también he reunido en este volumen aquellos de mis ensayos mds recientes que se sustentan directa- mente en los argumentos de las conferencias Rosenthal y les ayu- dan a tomar cuerpo. PREFACIO 13 Como siempre, este libro ha sido leido atentamente por James Conant y por Ruth Anna Putnam. Sus criticas preguntas y prove- chosas sugerencias han sido de gran ayuda en la revision de las conferencias Rosenthal. Asi, este libro tiene en realidad cuatro pa- drinos: Conant, Sen, Walsh y Ruth Anna. , Cambridge, Massachusetts Universidad de Harvard, 2002 INTRODUCCION La idea de que «ios juicios de valor son subjetivos» es una crea- cién filoséfica que ha llegado a ser gradualmente acepiada por mucha gente como si fuera de sentido comin. En manos de pen- sadores habiles, esta idea puede ser, y de hecho ha sido, desarro- llada de distintas maneras. Los autores que ocuparan mi atencién aqui sostienen que los «enunciados facticos» pueden ser «objetiva- mente verdaderos» y también «objetivamente justificados», mien- tras que los juicios de valor no pueden ser ni una cosa ni otra. Se- gun los partidarios mds extremos de una dicotom{fa tajante entre «hecho» y «valor», los juicios de valor estan completamente al margen de la esfera de la razdn. Este libro trata de demostrar que esas concepciones descansan desde el principio en argumentos in- sostenibles y dicotomias exageradas. Y tales argumentos han teni- do, como veremos, importantes consecuencias en el «mundo real» a lo largo del siglo xx. Aunque he criticaco la dicotomia hecho/valor en algunos capi- tulos de libros anteriores, ésta es la primera vez que intento exa- minar la historia de tal dicotomia, desde David Hume hasta el pre- sente, y considerar sus efectos concretos, en particular sobre la ciencia econémica.' He escogido ia economia porque es una cien- cia con impacto en la politica —-los economistas aconsejan direc- tamente a los gobiernos y a las orgariizaciones no gubernamenta- les—. ¥ la cuestién de la que trata este libro, la de si los «fines», es decir, los valores, pueden o no ser racionalmente discutidos —di- cho de otro modo, la de si hay una nocién de racionalidad aplicable a las cuestiones normativas—, lleva siendo objete de un acalorado debate en economia desde hace muchas décadas. Otro motivo es que, si bien durante un tiempo la perspectiva dominante en la cien- cia econémica ha sido precisamente la impugnada aqui, la pers- pectiva segitin la cual, en palabras de Lionel Robbins, cuando se 16 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR [...| trata de valores «no hay lugar para la discusién», existe una pode- rosa argumentacion desde el otro bando, una argumentacién en favor de la necesidad y la posibilidad de argumentos racionales en las cuestiones éticas de la economia del bienestar, establecida y defendida a lo largo de muchos afios por uno de los mejores eco- nomistas del mundo, Amartya Sen.’ En la actualidad, por consi- guiente, la pregunta acerca de cuales son las diferencias entre jui- cios «de hecho» y juicios «de valor» ya no es una pregunta tabi. Pueden muy bien estar en juego cuestiones de —literalmente— vi- da o muerte. Los primeros tres capitulos de este libro, que recogen las con- ferencias Rosenthal que di en la Northwestern University School of Law en el afio 2000, exponen los argumentos contra la dicoto- mia hecho/valor tal y como ha sido desarrollada y defendida his- téricamente, y explican su importancia para la economia. En la primera de las conferencias (capitulo 1) examino, en un contexto mas amplio, la practica de ciertos filésofos de convertir en dico- tomfias absolutas lo que parecen ser distinciones inocuas. En par- ticular, demuestre que la idea de una dicotomia absoluta entre «hechos» y «valores» tiene su origen en otra dicotomia menos fa- miliar para los no versados en filosofia: la que se establece entre juicios «analiticos» y «sintéticos». «Analitico» es el término intro- ducido por Kant para designar lo que la mayoria de la gente Jama verdades «por definicién», per ejemplo: «Todos los solteros son no casados». Los positivistas logicos sostenfan que las matemati- cas consisten en una serie de verdades analiticas. «Sintético» era el término kantiano para las verdades wo analiticas; Kant daba por supuesto que las verdades sintéticas son enunciados de «he- chos». Su sorprendente afirmacion era que las matematicas son a la vez sintéticas y a priori. Este libro intenta mostrar que estas dos dicotomias, «juicio de hecho versus juicio de valor» y «verdad de hecho versus, verdad analitica», han pervertido nuestro pensa- miento tanto en lo que concierne al razonamiento ético como a la descripcién del mundo, impidiéndonos advertir que evaluacién y descripcién estan entretejidas y son interdependientes. La segunda parte empieza con un capitulo que es la continua- cién natural de las conferencias Rosenthal, puesto que describe la INTRODUCCION 17 pugna inicial de Sen con la cuestién hecho/valor. El resto de la se- gunda parte (y del libro) rene unos cuantos de mis tiltimos ensayos y conferencias, que complementan los argumentos de la primera parte en distintos aspectos. En el capitulo 5 figura una critica a uno de los presupuestos de la «teorfa de la decisién racional» (la «completud»), en el que se basaba.gran parte de la economia del siglo xx. Como observaré el lector atento a las notas, el presu- puesto de la completud es otro blanco de las criticas de Amartya Sen {y de otros muchos economistas y fildsofos). En la segunda parte del capitulo 5, sin embargo, abandono el marco de la econo- mia e intento demostrar que la largamente debatida distincién, introducida por Bernard Williams, entre «razones internas» y «ra- zones externas» para una decisién es otro ejemplo de lo que en el capitulo 1 llamo una «dicotom{a» metaffsica, y que también se fundamenta, aunque mas sutilmente, en la imbricacién de hecho y valor analizada en el capitulo 2. En los capitulos 6 y 7 abordo dos cuestiones que tienen que ver con el fundamentoe de la ética. El capitulo 6 considera la cuestién de cémo sostener la creencia en la objetividad del juicio ético si uno se niega (como lo hago yo) a postular cualquier reino «platé- nico» especial para las «propiedades éticag», Sostengo que puede hallarse el fundamento para una explicacién completamente opues- ta a la platénica en los escritos de John Dewey. En el capitulo 7 examino la posicién de Jiirgen Habermas, que traza una distincién tajante entre «normas» éticas universales y valores no universali- zables, y sostiene que sélo las primeras —las «normas»—- son ob- jetivas. Puesto que los bienes que segtin los economistas y filéso- fos seguidores de Sen debemos jerarquizar, por muy tentativa y faliblemente que sea, son «valores» y no «normas» (la longevi- dad, la salud, el acceso a la educacién a varios niveles, la oportu- nidad de crear y disfrutar de obras de arte, etc.), ello implicaria que Sen nos esta pidiendo de nuevo la tarea imposible de razonar acerca de lo que es meramente subjetivo, o cuanto menos total- mente relativo a una cultura. Mi tesis es que ahi subyace una vez mas una dicotomia indefendible y que, de hecho, la objetividad que Habermas atribuye a las normas presupone la objetividad de por lo menos algunos valores. “18 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR [...] En el capitulo 2 invoco el argumento de que (como sefialan Peirce y el resto de los pragmatistas clasicos) la ciencia misma pre- supone valores —de que los valores epistémicos (coherencia, sim- plicidad y semejantes) son también valores, y estan en el mismo barco que los valores éticos con respecto a la objetividad—. El ca- pitulo 8, el capitulo final, desarrolla este argumento mediante una ojeada a la filosofia de la ciencia del siglo xx y la penosa historia de sus intentos por evadir esta cuestidn. PRIMERA PARTE EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR Capituto 1 LOS ANTECEDENTES EMPIRISTAS éDénde esta la cuestién de hecho que aqui llamamos cri- men?; sefialadla; determinad el momento de su existencia: describid su esencia o naturaleza; exponed el sentido o Ja fa- cultad a los que se manifiesta. Reside en el alma de la persona ingrata; tal persona debe, por tanto, sentirla y ser conscien- te de ella. Pero nada hay ahi, excepto la pasion de mala vo- luntad o abseluta indiferencia. Mas no podemos decir que siempre y en todas las circunstancias estas cosas sean cri- menes. No; sdlo son crimenes cuando se dirigen contra per- sonas que previamente han expresado y manifestado buena voluntad para con nesotros. En consecuencia, podemos in- ferir que el crimen de la ingratitud, no es ningiin hecho indi- vidual en particular, sino qué surge de una complefidad de circunstancias, las cuales, al ser presentadas al espectador, provocan el sentimiento de censura segtin la estructura y constitucién particulares de su mente. s Davin Hume Todos y cada uno de los presentes han oido alguna vez a alguien preguntar: «;Se ha de considerar esto un juicio de hecho o un juicio de valor?». Lo que se esta presuponiendo con este «rompecabezas» es que si es un «juicio de valor» no puede ser en absoluto un [enun- ciado de] «hecho», y un presupuesto afiadido es que los juicios de va- lor son «subjetivos». La concepcién de que los juicios de valor no son afirmaciones facticas y la inferencia de que, dado que no lo son, en- tonces deben ser subjetivos, tienen una larga historia. Muchos cienti- ficos sociales de nuestro siglo han aceptado ambas ideas, y ello con je *s EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR consecuencias de enorme importancia, como veremos con detalle en el capitulo 3 (en conexién con el caso particular de la economia). Antes de examinar con mas detalle la dicotomia entre hechos y valores resultaré titi] observar una distincién diferente, que también se ha exagerado hasta alcanzar el rango de dicotomia y se ha mane- jado como si comprendiera una clasificacién exhaustiva de todos los juicios posibles, a saber, la distincién entre lo analitico y lo sintético. «Analitico» es un término técnico del lenguaje filoséfico que, bajo la presién de ciertas tendencias imperantes en los primeros tiempos de la filosofia analitica, llegé a ser considerado el nombre idéneo para la clase de verdades que son «tautologias» o «verdaderas meramente en.virtud de su significado». Un ejemplo recurrente de este tipo de verdad supuestamente analftica es «Todos los solteros son no casa- dos» (los positivistas, al emplear los términos «analitico» y «sinté- tico», estaban tomando prestado el vocabulario de Kant —vocabu- lario heredado a través de Frege y transformado por él en ese proceso—).' Los positivistas légicos sostenian que las mateméaticas consisten en una serie de verdades analiticas. «Sintético» era el tér- mino de Kant para las verdades no analiticas. Su sorprendente afir- macién era que las verdades matemdaticas son a la vez sintéticas y necesarias (a priori). En el siglo xx, los adversarios positivistas de Kant intentaron ampliar la nocién de lo «analitico» hasta abarcar la totalidad de las matemdaticas (que segtin ellos eran, en efecto, meras convenciones lingiiisticas que no tenfan nada que ver con los he- chos). De modo que, para los positivistas, ambas distinciones, la dis- tincién entre hechos y valores y la distincién entre analitico y sin- tético, contraponen «hechos» a otra cosa: la primera distincién contrapone les «hechos» a los «valores» y la segunda contrapone los «hechos» a las «tautologias» (o «verdades analiticas»). Existe un amplio reconocimiento del desplome de esta forma caduca de la dicotomfa analftico/sintético desde que Quine la ata- cara en 1951. (Quine arguy6é que los enunciados cientificos no po- dian ser divididos de modo tajante en «convenciones» y «hechos»). En el capitulo 2 describiré el fenémeno (0, mas precisamente, los fenédmenos) que he llamado «la imbricacién de hecho y valor», y explicaré por qué la existencia de una tal imbricacién socava por completo la idea de un abismo omnipresente y fundamental entre LOS ANTECEDENTES EMPIRISTAS 23 los juicios de valor y los llamados «enunciados de hecho». Me ba- saré en este fendmeno para aducir que esta dicotomia se desmo- ronda de un modo totalmente andlogo a como lo hace la dicotomia analitico/sintético (en efecto, esta Gltima distincidn también se de- rrumba a causa de una imbricacion, la de convencién y hecho).? En el capitulo 3 (que, cuando estos tres capitulos fueron expues- tos dentro de las conferencias Rosenthal, era la conferencia final), examinaré la obra de un gran economista y filésofo, Amartya Sen, con la finalidad de ver cémo la naturaleza misma de la «teor{a clAsica» en economia se transforma en sus manos y cémo esta transformacién es funcién directa del desplome de la dicotomia hecho/valor. ; Una version de cada una de estas dicotomias, la dicotomia he- cho/valor («es» frente a «debe») y la dicotomia analitico/sintético («cuestiones de hecho» frente a «relaciones de ideas»), tuvo ca- racter fundacional para el empirismo cldsico, asi como para su heredero del siglo xx, el positivismo légico. De modo que llegar a pensar sin estos dogmas es entrar en una auténtica «posmoderni- dad»: entrar en un campo totalmente nuevo de posibilidades inte- lectuales en todas las esferas importantes de la cultura. Empezaré con algunas observaciones generales sobre dicoto- mias y distinciones, y luego abordaré en concreto las dicotomias analitico/sintético y hecho/valor. . UNA DISTINCIGN NO ES UNA DICOTOMIA: LO ANALITICO Y LO SINTETICO _ El punto de vista con respecto a la relacién entre «hechos» y «valores» que defenderé en este libro es el que John Dewey defendié practicamente a lo largo de toda su larga y ejemplar carrera. Lo que atacaba Dewey no era la idea de que, para ciertos propdsitos, pueda ser util trazar una distincién (entre, digamos, «hechos» y «va- lores»). El blanco de su critica era mas bien lo que éi llamaba el «dualismo» hechos/valores, uno de los muchos dualismos filoséficos que Dewey estaba interesado en identificar, diagnosticar y exorci- zar de nuestro pensamiento. Una confusién que siempre tiende a provocar su obra (tal como he aprendido al ensefiarla) es la de 24 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR que cuando Dewey ataca lo que é] llama «dualismos» esta atacan- do todas las distinciones filoséficas asociadas a ellos. Nada mas lejos de ia verdad: el caso de la dicotomia analitico/sintético, pese a no ser uno de los ejemplos de dualismo filoséfico pernicioso fa- voritos de Dewey, ilustra la importancia de respetar la distincién entre un dualismo filosdfico y una distincién filoséfica. Los positivistas l6gicos introdujeron una célebre clasificacién tripartita de todos nuestros presuntos juicios dividiéndolos en «sin- téticos» (y, por ende, segtin los positivistas logicos, verificables o falsables empiricamente), «analiticos» (y, por ende, segiin les po- sitivistas l6gicos, «verdaderos [o falsos] con arregio sdlo a las regias [légicas]») y por ultimo —y esta categoria incluye especialmente todos nuestros juicios éticos, metafisicos y estéticos— «carentes de valor cognitivo» (aunque puedan tener una funcién practica como imperativos, modos camuflados de influir en las actitudes de otros, etc.).4 Aunque nuestro lenguaje ordinario es confuso y vago, de modo que algunas de sus oraciones pueden no ser clasi- ficables con claridad como analiticas o sintéticas (o incluso como dotadas o carentes de valor cognitive), una vez que queda claro lo que el hablante quiere decir —tal vez después de haberle presen- tado un conjunto de precisas formulaciones alternativas en un lenguaje artificial—, ia formulacién (0 «reconstruccién racional») clara que é] escoja de lo que esta intentando decir, sea ésta cual sea, sera 1) verdadera (0 falsa) en virtud de las reglas (0 conven- ciones) mismas del lenguaje artificial, o 2) comprobable median- te la confrontacién con «oraciones observacionales», o 3) un me- ro sinsentido «cognitivamente hablando». Lo que he dicho antes acerca de la dicotomia hecho/valor, a saber, que se concebia como un «abismo omnipresente y fundamental», se podria decir tam- bién de la dicotomfa analitico/sintético tal como la concebian los positivistas lé6gicos. Decir que es «omnipresente» es decir que esta distincién se. concibe como aplicable absolutamente a todos los juicios significativos y absolutamente en todas las areas. Es mas, si un juicio no puede ser clasificado asi, entonces esto bastaré pa- ra demostrar que el supuesto «juicio» es en el mejor de los casos ambiguo, que el hablante no tiene claro cual de entre varios jui- cios diferentes quiere hacer o, en el peor de los casos, que no se da LOS ANTECEDENTES EMPIRISTAS 25 en absoluto un auténtico juicio. Esta «distincién analitico/sintéti- co» (0, para usar la expresién de Dewey, este «dualismo» de lo analitico y lo sintético) es una ilusién metafisica. Decir que la dis- tincién analitico/sintético resulta «fundamental» es decir que, una vez que esta distincién (o, mas bien, este dualismo) fuese acepta- da, todos los problemas filoséficos.quedarian por ello mismo re- sueltos de inmediato. Los tinicos problemas por resolver serian técnicos, tales como los que los mismos positivistas légicos plan- fearon. Esta transicién crucial —de la que Dewey intenté alertarnos— de una inocente distincién a un dualismo metafisico puede obser- varse ya en la manera en que Kant concebia la distincién entre juicios analiticos y juicios sintéticos, pues Kant forzé la pregunta: «Las verdades matematicas, json analfticas o sintéticas?» (asf como preguntas similares acerca de muchos otros casos dificiles, por ejemplo, el principio de causalidad). Kant consideraba que los principios de las matemAaticas eran a la vez sintéticos y a priori, tesis que ha resultado anatema para los empiristas. La réplica de los positivistas légicos fue que los principios de las matematicas son efectivamente necesarios (como pensaba Kant), pero no sinté- ticos, sino analiticos.3 Sin embargo, a fin de dar esta réplica, los positivistas légicos forzaron la nocién de analiticidad hasta ha- cerla afiicos. Una vez que la categoria kantiana de lo sintético a priori deja de estar disponible, pasa a ser importante considerar la posibilidad ~~ante la que muchos metafisicos se muestran atin reticentes— de que los principios de las matematicas sean distintos de los ejem- plos paradigmaticos de verdades analiticas («Todos los solteros son no casados») y también de los de verdades puramente des- criptivas («Los petirrojos tienen plumas»). Esto sirve para ilustrar una diferencia entre una distincién ordinaria y una dicotomia metafisica: las distinciones ordinarias tienen Ambitos de aplica- cién y no nos sorprende que a veces no sean aplicables. Los positivistas lé6gicos no sélo seguian a Kant al suponer que la forzada pregunta «analitico o sintético?» debe tener sentido apli- cada a las matematicas, sino que también pensaban que era aplica- ble a todo enunciado particular de la fisica teérica. Por lo tanto —pe- 26 EL DESPLOME DE LA DICOTOMIA HECHO/VALOR se al hecho de que consideraciones de elegancia (en las que los positivistas légicos verian la introduccién de un elemento de «con- vencién»), asi como la necesidad de que nuestras teorias fisicas en conjunto cuadren con los experimentos (con los«hechos», en la jerga de los positivistas légicos), conforman el modo en que desa- rrollamos y empleamos los conceptos en fisica—, tienen que sos- tener que la pregunta por, digamos, el caracter

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