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El caso HBR
POR JOHN HUMPHREYS, ZAFAR U. AHMED,
Y MILDRED PRYOR
COMENTARIOS DE KIRK 0. HANSON,
DON PEPPERS Y MARTHA ROGERS,
Y JAMES BORG
Un ardid grande
como un toro
2Una tactica de ventas genial o una violacion a la ética?
IDEBES ESTAR BROMEANDO, Sa
‘mantha!’ exclamé Jeremy atragan
tado."Chris nos trajo el tinico gran
negocio que hemos ganado desde
hhace mis de dos afios. ;Es nuestro
vendedor estrella! jLoges sacarnos
del estancamiento con Armadillo!
{Fue absolutamente brillante!”.
Desde la ventana de su oficina
envel décimo piso de Specialty Fleet
Services, el vicepresidente de ven-
tas Jeremy Stlva divist dos de los ca
miones amarillos de reparacion de
Armadillo Gas & Power estaciona-
dos al costado de un tajo profundo
en South Polk, cerca del viejo edi
ficio Paramount. Obtener el lucrative negocio de gestién de
flotas de Armadillo habia sido un proceso largo y arduo. i no
hhubiese sido por lasinteligentes y astutas maniobras del ninja
de ventas Christopher Knox (apodado “Fort” por sus colegas,
como el Fuerte Knox, porque todo lo que tocaba se convertia
en oro), SFS todavia estaria tratando de abollar la armadura
famosamente resistente de Armadillo. ¥ ahora, pata sorpresa
dle Jeteny, la Vieepresidenta de recursos lunanos, Santantiis
Williams, le estaba informando que queria reprendet @ Knox
por violar el eduigo ético de SES.
“Si ‘brillante’ es sinénimo de
“engatioso’ tal ver", dijo aman
tha, arqueando sus cejas. Sam era
amiga de Jeremy y a menudo su
aliada, y lo habia ayudado a Ue
var a cabo una reorganizacién de
la fuerza de ventas, incluyendo
nuevas estructuras de incentivos
y comisiones. Pero también era la
actual presidenta del consejo de
revisidn de ética de SFS. "Una vio-
acid a ta ética es una violacién a
laGtica. Tal como lo sefialanuestro
codigo: ‘Las pricticas de negocio
engatiosas’ son poco éticas. Tiene
que haber consecuencias. ¥ ti, mis
que nadie, deberias saberlo”
Es verdad, pens6 Jeremy. Cuando 61 habia Hegado a SES
hhace cinco afios, inmediatamente despuds de un embarazoso
esedindalo de soborno, Jeremy habfa sido una fuerza impul-
sora detras de la creacion de un eédigo ético corporativo,
Y ahora estaba siendo aplicado contra su animal de ventas
estrella, Fort Knox. ,Cémo habia llegado a esto?
Los casos HBR, aunque ficticios, presontan dlemas habitualos on
ta gestion de emnrasas y ofrecen soluclones de expert.
Mayo 2009 | Harvard Business Reviow 19Un cliente duro de ganar
Seis meses antes, el gerente de ventas
regional Will Meyers habia regresado
de una de muchas reuniones frustran-
tes con el director de finanzas de Ar-
madillo, Dale Landry. "Simplemente
ro logro Hlegar mas lejos", dijo con un
suspiro, dejdndose caer en la butaca
donde Jeremy y Fort ya estaban hin:
cAndole el diente a un almuerzo tardio
en Texas Two-Step, las mejores barba
coas de Amarillo. Will iba a obligarlos
a que lo escucharan desahogarse sin
importar cémo y Jeremy lo animé a
comenzar.
“Entonces, ga Dale no le gusté la de
‘mostracién de FleetNet?”
Se senté y eseuchd, no hizo nin-
guna pregunta y se encogié de hom-
bros cuando ésta termin6", rezoned
will.
FleetNet era el nuevo sistema on-
line de SFS para brindar apoyo perso-
nalizado a los clientes. Mediante mé-
los equipados con GPS instalados en
___HleasoHBR Un ardiid granda.como un tora
bio en tos proveedores de servicios de
flotas de la empresa.
*Lo peor de todo es que Dale siem-
pre me incentiva aque lo visite nueva-
mente para hacer otra presentacién de
venta’, se quejé Will. "Creo que es un
poco sido’
Chris Knox limpis sus dedos llenos
4e salsa de barbacoa. “Dale Landry...
22480 no es el tipo que tiene una
hacienda de descanso cerca de Palo
Duro?"
creo que es el mismo", dijo Will
“EL Ginico momento en que muestra
sefiales de vida es cuando habla de
su toro. Dijo que lo haba exhibido en
Lubbock el fin de semana pasado y que
haba ganado un Tiston oalgo ast. Qué
emocién!".
Fort asinti6 con la cabeza mientras
miraba fjamente la pila de huesos en
su plato. ":Qué les parece que yo lo in
tente? Creo que tal ver pueda captat
suatencidn’.
Will mid a Jeremy yéste se
ncogis
“No me gustaria que usted pensara
que tengo intenciones sospechosas”.
cada vehiculo, el sistema registraba la
ubicacién, los kil6metros recorridos, la
eficiencia del combustible y el compor-
tamiento del conductor (velocidad, ini
clo de marcha abrupta, frenadas brus-
cas, y asf sucesivamente) en tiempo
real, También registraba datos sobre
‘mantenimiento y accidentes y moni-
toreaba el costo de mantenimiento y
reparacién de cada vehiculo que un
cliente poseia o arrendaba, cl valor de
reventa actual del veh{culo e innume-
rables otros datos de interés vital para
los ejecutivos de las flotas de sus clien-
tes. En consecuencia, era sumamente
frustrante para Will que aun cuando el
gerente de flotas de Armadillo estaba
cntusiasmado respecto de FlectN
debfa dirigirse a Dale Landry, la dinica
persona que podia autorizar un cam-
20 Harvard Business Review | Mayo 2008
de hombros. “A estas alturas no tene-
‘mos nada que perder, :clerto?”.
“asf es” acordé Will.*He hecho todo,
lo posible. Es tiempo que otra persona
{ointente’.
“La comisién serfa tuya", senald
Fort.
No’, dijo Will."Se necesitaré un mi-
lagro para conseguir Armadillo. Si lo
logras,tendrias bien merecida la comi
sign y serfa toda tuya'
“La dividiran’, dijo Jeremy."Lo justo
es justo’.
Maestro del engafio
Fort se dedicé a investigar a su cliente.
Dale y Carol Landry habjan heredado
su pequefia pero pintoresca hacienda
(que segiin Dale era de un tamaio in
fimo en comparacién con algunas de las
propiedades de lazona).LosLantry po-
sefan una pequefia manada de ganado
de cternos largos yeneeecto,tenlan un
toro en particular del cual estaban tan
orgullosos que hasta tenfan pegatinas
cn su auto que dectan cosas como:
{oro es mas intligente que su hijo dis
Cinguido en la escuela’
Tort condujo a la hacienda de tos
Landry un sébado por la maitana
Planifies el encuentro de manera
que pareciera una simple caswalidad.
Mientras viajaba pore camino serpen-
teante en direccidn a la casa, vio un
enorme toro de cuernos largos parado
junto a la rej, distante de la manada.
“Siperseguir a Dale Landry nohha dado
resultados", pens6, “veamos si puedo
lograr que él me persiga a mi’
‘Al tocar a la puerta, Fort estaba
‘como un jugador de ajedrez, planif-
cando varias jugadas por adelantado.
Carol Landry abrié la puerta El juego
habia comenzado.
‘Hola, dijo Fort alegremente, ha
ciendo gala de su personalidad y su
sonrisa brillante mientras se presenta
ban mutuamente.
“Lamento molestarla, pero estaba
pasando y no pude dejar de ver a ese
gran toro suyo. Si no le importa, me
‘gustaria tomarle algunas fotos. Es un
animal impresionante” Luego agreg6:
“siempre creo que es mejor pedir per
‘miso, no me gustaria que usted pensata
ue tengo intenciones sospechosas’
“Por supuesto' dij ella."Mi esposo
y yo estamos muy orgullosos de Bi,
Buddy. Ha ganado muchos premios”
Fort podria jurar que Carol Landry se
ruborie6. Le agradeci6, se excus6 yvol-
vi6 hacia la reja donde estaba parado
€1 toro, le tomé una docena de fotos
digitales y luego siguié su camino.
Durante el largo camino de regreso
a la ciudad, Fort se detuvo junto a un
puente sobre un pequeio arroyo que
corria por la orila de un bosque. Ob
serv cémo corriael agua sobre las pie-
das de colores. Era una escena hip
tica y serena que enculbri Ins fuerzas
inquietas que se agitaban. por debajo
de la superficie,Morder el anzuelo
“Hola, gse acuerda de mi", pregunts
Fort en un tono alegre. Carol Landy
si se acordaba de ese hombre joven
y educado que habfa pedido permiso
para sacarle fotos a Big Buddy. Lo in-
vit6 a entrar. Habfan pasado un par de
semanas desde que se encontraron por
primera vez. y Fort tenia una sorpresa
para los Landry. Le entregé a Carol
Landry una fotograffa elegantemente
enmarcada del impresionante bovino.
“Las fotogratias salieron tan buenas
que pensé que tal vez le gustaria te-
ner una’ le dijo, sonriente. En verdad,
sin ser un profesional, las fotos de Fort
‘eran mejores que las de cualquier fo-
‘tégrafo aficionado promedio. Incluso
sino hubiese sido parte de su plan se
habria enorgullecido de la fotografia,
de la forma en que capts algo esencial
sobre el sujeto: una tozudez impasi
ble, ojos negros como vidrio. Fl placer
que Fort sentfa al mirar la imagen
se itradié hacia Carol, “jCaramba, e
simplemente magnifica, sefior Knox!
exclamé,
“Por favor, Ikimeme Chris”
Carol colocé la foto sobre una me
sita a la entrada junto a la biografia
encuadernada en cuero del explora:
dor briténico Henry Stanley. Continus
dandole las gracias mientras é sonrefa
yyse marchaba. Pero st idea no era au-
sentarse durante mucho tiempo.
‘A medida que Fort se alejaba de la
hacienda de los Landry, se le acereé un
automdvil. Detris del volante vio el
impasible rostro de Dale Landry, muy
cconcentrado y sin sospechar nada. (Por
cierto, Fort habia buscado a Dale y a Big,
Buddy en Google y habia encontrado
varias fotograffas de los dos posando
juntos, en las que Big Buddy aparecta to-
talmente indiferente a los listones que,
al juzgar por el tamafio de su sonrisa,
tanto orguilo le generaban a Dale). Fort
not6 el ao y modelo del automévil (Ca-
dillac Escalade), de manera de estar se-
‘guro de que Dale estuviera en casa para
sa préxima vista “esponti
Dejé pasar tres semanas, durante las
cuales Dale Landry veria y apreciaria
diariamente el ingenioso retrato de su
querida Big Buddy y escucharia a su.
esposa (mas de una vez, Fort estaba se-
guro) hablar sobre ese hombre joven,
educado, considerado y generaso que
habia tomado le fotografia y la habia
enmarcado para ellos. El tiempo era
su aliado, Serfa una estupidez dejarse
traicionar por la impaciencia. Al igual
que un buen t6, los ingredientes de
Ia estrategia de Fort necesitaban una
larga infusion,
Caer en Ia trampa
Para st siguiente visita, Fort apenas
pudo abstenerse de felicitarse a si
mismo una vez que divisé ta entrada
hacia la casa de los Landry. ita bri-
“Bueno, Chris Knox, me alegre mu
cho conocerlo, Realmente nos encantd
la fotografia que toms. Este viejo toro
es casi de la familia, Asi que muchas
gracias”: Tras la insistencia de Carol,
entraron a la casa para tomar té he-
lado."Bueno, digame Chris, zqué hace
ademids de fotografiar a grandes ant
males del campo? le pregunts Dale.
Fort le dijo que trabajaba en ventas en
Specialty Fleet Services.
“En serio?” exclamé Dale. “Esa si
que es una coincidencia, Yo trabajo
en Armadillo Gas & Power y ustedes
hhan estado a la caza de mi negocio du:
rante afios". Después de explicatle que
61 trabajaba en un drea diferente, Fort
Je lanz6 un anzuelo:*Proporcionamos
“Donde esta el daho? Nadie fue
enganado. Nadie pagé un soborno”.
Hante! jEra definitivamente clarivi-
dente! Durante las semanas de inter:
valo, mediante la “observacién casual”
(un término que preferta usar en lugar
de “vigilancta”) habia descubierto que
Dale Landry normaimente tlegaba a
‘casa a mediodta los viernes. "jBingo!’
dijo Fort en voz alta. No sélo el Es-
calade de Dale estaba estacionado al
frente de la casa, sino que él y Carol
estaban afuera, cada uno escobillando
Jas corputentas ijadas de Big Buddy.
“zDoctor Landry, supongo?, dijo
Fort con un débil acento britanico imi-
tando el famoso saludo del explorador
Henry Stanley cuando encontré al es-
curridizo doctor Livingstone.
"EI mismo’, dijo el director de finan-
zas Landry.
“Dale’, dijo Carol Landry, "éste es
Chris, el hombre amable que nos trajo
esa maravillosa foto de Big Buddy”.
Luego, dirigigndose a Fort, le dij
*Lamento decirle que he olvidado su
Jot
“Knox. Chris Knox, sefior Landry”,
Ambos hombres se dieron la mano.
a nuestros clientes miltiples datos,
todos muy personalizados. Debidlo a
0, tendemos a enfocarnos en cuen:
tas realmente grandes. No estoy muy
familiarizado con Armadillo Gas, pero
tal vez usted no necesita el alto nivel
de servicio que nosotros ofrecemos.
Quizis seamos un poco més costoso de
To que usted tiene actualmente”
Fort se percaté de que Dale resopls
levemente como un tora; le resultabs
interesante ver eémo las personas real-
‘mente empiezan a parecerse a sus mas
cotas. “Bueno, debo irme”, dijo. “Pero
‘me alegro mucho de que les haya gus:
tado la foto”, Termind su t8 helado, dio
las gracias correspondientes y se fue.
Dale Landry lamé a primera hora
dl lunes;tal como lo suponta Fort. Pero
Fort no devolvié et llamado. En lugar de
quello, ese viernes Hev6 a los Landry
‘un calendatio con fotografias de toros
de cuernos largos premiados. "Esto es
tan hermoso”, dijo Carol, Pero Dale pa:
reefa pre
tas a Fort todo el rato sobre “esta red de
servicio online que usted tiene’.
Mayo 2009 | Harvard Business Reviow 21__HleasoHBR_Un ardid grandecomoun tose _
Fort gener un parde encuentros mas
(domasiados habrfan dado lugar a sos-
ppechas). CAmara en mano, se topé con
Dale Landry en una subasta de ganado
‘una hermosa matiana de un sabado, ¥ a
rmitad de la semana siguiente, Fort fue
aver a su sobrino competir en un juego
de las pequefias ligas y ahi estaba Dale,
viendo a su propio hijo ~Dale Jr. (apo:
dado Little Buddy!)~ jugar de segunda
‘base para el equipo contratio.
Cada vez que conversaba con Fort,
Dale parecfa més agitado y mas cu:
rigso sobre SES. Fort hizo un gran es
fuerzo para contenerse. No podia dejar
de pensar que Dale Landry estaba tan
acostumbrado a ser perseguido que le
costaba ejercer ¢l rol de quien perst-
‘gue, Fort actuaba siempre indiferente,
a menudo alejando el tema de ta con-
vversacién de los negocios, como si es0
fuera la altima cosa en su mente.
Un dia, cuando Dale habia dejado
os mensajes antes de almuerzo y uno
después, Fort creyé que habia llegado el
momento para devolver el llamado. Ape-
22 Harvard Business Review | Mayo 2009
nas habfa alcanzado a decir "Hola, Dale”,
‘cuando el director de fnanzas de Arma
dill lo interrumpié."Quisiera ver esa de-
rmostracién nuevamente’, dijo. “gPuede
venir con Will Meyers mafana en algiin
momento y mostrarme los detalles?”
ala hora de la verdad?
Fucun dia feliz cuando Armadillo firméel
contrato con SFS. Jeremiy Silva estaba tan
ccomplacido con el desempefiode Fort que
cenvi6 un email al equipo de ventas com-
pleto (el asunto deefa: “Un anid grande
como un toro"), describiendo cada max
niobra de Fort. Jeremy astutamente le dio
crédito a Will por haber pavimentado et
‘amino para lo que Fort finalmente loge,
Ihaciendo que fuera mis fil para Will er
‘obsequioso con su colega presurnido.
ero no todos en SPS estaban tan di-
chosos como Jeremy y su equipo. Copias