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DIOSES MITOLÓGICOS

GRIEGOS:
Los dioses griegos tenían una forma humana, estaban constituidos
por una una sustancia noble, y por sus venas no corría sangre,
sino fluido eterno, poseían divinidades relacionadas con el agua,
se les atribuía la belleza y la inmortalidad.Tambien se le atribuían
la juventud divina.
Cada uno de los dioses regia una esfera de la existencia humana:el
amor, la guerra, etcétera. los dominios de cada divinidad eran
muy amplios. Apolo, regia las artes, las profecías y los
juramentos; el arco y la lira le pertenecían, al igual que el laurel;
influida en el crecimiento del ganado. El resto de los dioses tenia
una esfera de influencia igualmente amplia, estas divinidades
simbolizaban el orden del universo, el cosmos.
Los dioses griegos carecían de dimensión ética que revisten las
divinidades de otras religiones, es decir que pueden ser muy
buenos a veces pero pueden cambiar su actitud completamente.
Otra peculiaridad de estos dioses es su corpocidad: no se trata de
seres espirituales ni de principios inmateriales, sino que pueden
volverse visibles para los mortales y viven en un lugar geográfico
concreto, dentro del mundo que habitan los humanos (el monte
Olimpo).

EL CULTO A LOS DIOSES:


Los dioses no le pedían al hombre que cumpliera con
determinados preceptos morales, pero exigían respeto y honores.
Los mortales, además, debían honrarlos a todos por igual: aquel
que despreciaba a un dios a favor de otro, generalmente, sufría un
castigo, los dioses no tenían poder sobre los muertos.

LOS ORÁCULOS:
Las moiras eran encargadas de ejecutar el destino que los dioses
determinaban para cada ser humano. Por eso, los Griegos le
otorgaban especial importancia a la predicción del futuro y
desarrollaron métodos para conocer la voluntad de los dioses, uno
de ellos era recurrir a los adivinos; pero el método mas popular
para conocer las decisiones de los dioses consistía en consultar los
oráculos, templos en los cuales sacerdotes o sacerdotisas,
consagrados a un dios, comunicaban a los fieles los designios de
la divinidad.

EL ORIGEN DE LOS DIOSES:


Ante todo, existió el Caos. Después Gea, La Tierra, de ancho
pecho. Por ultimo, Eros, el mas hermoso entre los seres
inmortales. Con su poder cautiva, por igual, los corazones y la
voluntad de dioses y hombres. Ante él, unos y otros sienten
aflojarse los miembros. Del Caos nacieron también Erebo, que es
el infierno, y la Negra Noche. De la Noche, en amoroso contacto
con Erebo, nacieron a su vez el Éter y El Día.
Gea, La Tierra, comenzó por parir un ser de igual extensión que
ella, Urano, El Cielo Estrellado, para que contuviera por todas
partes, y fuera una morada segura y eterna para los
bienaventurados dioses. También puso en el mundo las Altas
Montañas, deliciosas moradas de las Ninfas, que viven en los
montes boscosos. Dio también a luz al estéril Mar de hinchadas
olas, el Ponto. Estos fueron sus primeros hijos, Urano, Las Altas
Montañas y el Ponto. A todos dio a luz Gea, sola, sin media
ninguna clase de unión amorosa.
Mas tarde, Gea se unió a Urano. De este matrimonio, nación una
nueva generación de dioses. Los cinco titanes: Océano, de
profundos remolinos, Ceo, Crío, Hiperion y Japeto. Y sus seis
hermanas, las Titanides: Tea, Rea, Temis, Mnemosine, Febe, la
de áurea corona, y la amable Tetis. El ultimo titán fue el taimado
Crono, el mas terrible de los hijos de Urano. Desde el principio, él
odió a su prolífico padre. Gea dio a luz también a los Cíclopes, de
corazón violento. Brontes, Astéropes y Arges. Los tres eran
semejantes a los dioses, pero con un único ojo en medio de la
frente. Su vigor, su coraje y sus mañas se mostraban en cada una
de sus acciones. Tiempo después, le dieron a Zeus el trueno y le
forjaron el rayo.
De Gea y Urano nacieron aún tres hijos, grandes y fuertes ,
cuyos nombres no deben pronunciarse: Cotto, Briareo y Gías.
Cada uno de ellos tenía cien brazos invencibles, que se agitaban
desde sus hombros y, por encima de esos miembros, les habían
crecido cincuenta cabezas a cada uno. Temible era la poderosa
fuerza que emergía de sus cuerpos monstruosos.
Los hijos de Gea y Urano, los hijos mas terribles, estaban
irritados con su padre desde siempre. Cada vez que alguno de
ellos estaba a punto de nacer, Urano lo retenía oculto en el seño
de Gea, sin dejarlo salir a la luz. Urano gozaba cínicamente con
su malvada acción.
La Monstruosa Gea, la ancha Tierra, sufría henchida de sus
propios hijos. Sintiéndose a punto de reventar, urdió una cruel
artimaña. Produjo de su seno un brillante acero y, con él, forjó
una enorme hoz. Luego explicó el plan a sus hijos. Pero todos
sintieron temor ante la idea de vengar el ultraje que les hacía su
padre, aunque él fuera el primero en maquinar odiosas acciones.
Solo Crono, el de mente retorcida, armado de valor aceptó
realizar la empresa.
Gea lo escondió (a Crono) en una emboscada. Vino el poderoso
Urano, se echó sobre la tierra ansioso de amor y se entendió por
todas partes. Pero Crono salió de su escondite, armado con la
prodigiosa hoz, y segó los genitales de su padre. Luego los arrojó
a la ventura, por detrás. Desde el preciso instante en Crono arrojo
los genitales de su padre al mar, a su alrededor surgía una espuma
blanca, y en medio de ella, nació una doncella (Afrodita). Cuando
la bella diosa salió del mar y pisó la tierra, bajo sus delicados pies
crecía la hierba.

EL NACIMIENTO DE ZEUS:
Rea era hija de Gea y de Urano. Crono, su hermano, la sometió
al yugo amoroso, y ella le dio estos famosos hijos: Hestia,
Démeter, Hera, la de áureas sandalias, el fuerte Hades, que vive
bajo la tierra y cuyo pecho guarda un corazón despiadado, el
estruendoso Poseidón, que gobierna los mares, y el prevenido
Zeus, padre de dioses y hombres, que con el trueno hace
estremecer la ancha tierra. Pero el gran Crono fue devorándolos a
todos en cuanto salían del vientre sagrado de su madre y llegaban
a sus rodillas. Los engullía para que ninguno de sus hijos
obtuviera, entre los inmortales, la dignidad real. Pues había oído
decir a Gea y a Urano que él, Crono, a pesar de su poder,
sucumbiría un día en manos de un hijo suyo. Por este motivo se
encontraba siempre al acecho e iba devorando a sus hijos; y Rea
sufría terriblemente. Mas al llegar el día en que Rea esperaba
poner en el mundo a Zeus, alcanzó (Rea) las primeras cimas de
Lictos. Allí ocultó a su hijo, de ese modo, Gea, la monstruosa
Tierra, recibió a Zeus en su regazo para alimentarlo y criarlo en la
espaciosa Creta.
Luego Rea envolvió en pañales una piedra enorme y se la dio al
poderoso Crono, quien la tomo con sus manos, se la tragó, y esta
se alojó en su vientre.¡infeliz! no pudo pensar que, gracias a lo
que acababa de tragar, quedaba asegurada la vida de su invencible
hijo, quién pronto lo sometería con la fuerza de sus brazos. Le
quitaría la dignidad real e imperaría a su vez sobre los inmortales.
Rápidamente, crecieron el vigor y los hermosos miembros de
joven príncipe. Y al cabo de un año, el gran Crono vomitó cuanto
había consumido, y fue vencido por la destreza y la fuerza de su
hijo. Así, Zeus libró enseguida a sus tíos paternos, Los Cíclopes,
de las dolorosas cadenas con las que Crono los había sujetado
insensatamente. Y ellos, agradecidos por tal favor, le dieron el
trueno , el ardiente rayo y el relámpago que, antes, la vasta tierra
ocultaba en su seno. Confiando en estas armas, desde entonces,
manda Zeus sobre mortales en inmortales.

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