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ACERCA DE LA PEDAGOGÍA CONSTITUCIONAL

Constitución Política - Estado social de derecho – Educación para la liberación - Conceptos de libertad e
igualdad para la democracia.

Según lo establecido desde 1948 por las Naciones Unidas en la Declaración Universal

de los Derechos del Hombre, todo proceso educativo “debe tender al pleno desarrollo de

la personalidad humana y a reforzar el respeto de los Derechos Humanos y de las

libertades fundamentales.”1 Entonces, en esta orientación, la formación específica en

materia constitucional ha de tener como referente básico la dignidad de todo ser humano

y el respeto a los derechos, libertades y garantías que le son inherentes.

El derecho, definido como el conjunto de reglas obligatorias que rigen las relaciones

del complejo social, al actuar como instrumento de control tiene la misión de organizar

la sociedad dentro de lo racional y lo justo, reconociendo en cada individuo y en la

colectividad lo que les corresponde en derechos y deberes, garantizando la convivencia

en orden para todos mediante la realización de unos valores propuestos como

imperativo a cumplir en la organización político-jurídica. Como ciencia, el derecho es

indagación consciente, metódica, racional y fundamentada, que analiza, relaciona e

interpreta los fenómenos de la realidad para alcanzar un objetivo de aplicación respecto

de una necesidad socialmente determinada. Como doctrina, el derecho se formula en

conceptos de la mayor exactitud, mediante juicios ordenados cuyo tratamiento

sistemático conduce a razonamientos destinados a iluminar procedimientos aplicados a

situaciones jurídicas.

1 Art.26. 2. Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Aprobada por la O.N.U. el 10 de Dic.de
1948
Por ser la realidad social cambiante, dado su proceso constante de evolución, esto

conduce a que el contenido normativo del derecho también cambie constantemente,

presentando en cada momento histórico las proposiciones jurídicas correspondientes.

Siendo parte de las ciencias sociales, hoy la ciencia jurídica se compromete no sólo con

la interdisciplinariedad, sino también con la fundamentación de una nueva concepción

científica, esto es, acometiendo el estudio crítico de la práctica jurídica, lo mismo que el

análisis metódico de las formas en que se manifiesta el derecho, por existir entre la

teoría del derecho y su praxis una relación compleja que se origina en las posiciones

frente a los problemas relativos a los juicios de valor y respecto de la vigencia de

determinados principios, conforme a la realidad concreta.

En nuestro medio, con la realidad jurídica orientada por los principios políticos de la

concepción del Estado social de derecho, la Ley Fundamental, inspirada en estos

principios, es el referente máximo para todos los sectores sociales y políticos, de modo

que orienta un modelo de sociedad en democracia, organizada en la consideración de

prevalencia de los derechos del hombre. Si para el Estado de derecho la libertad

jurídica y la igualdad política eran formalmente los valores primordiales -con el

agravante de las desigualdades social y económica-, ahora, más allá del formalismo

positivista, en el Estado social de derecho el propósito es imponer a la organización

Estatal la realización de concretos fines materiales orientados hacia el cumplimiento de

unas propuestas sociales y económicas en términos de convivencia para todos en

condiciones de justicia social, sobre la base de unos referentes axiológicos

determinantes del ordenamiento político-jurídico, como son la libertad, la igualdad, la

justicia, el pluralismo y la participación.

En el Estado social de derecho el valor justicia se encarga de determinar el contenido

de igualdad y libertad en cada derecho, para que haya realización del valor supremo del
bien común, que es la base para el desarrollo de una vida digna. Así, el Estado social de

derecho no sólo es una fórmula ontológica sino más aún, axiológica, pues de lo que se

trata es de la efectiva realización y el ejercicio práctico de los derechos por parte de

todos y, especialmente, de la construcción de las condiciones para asegurar a todos una

vida digna, es decir, que se tiene a la dignidad del ser humano como dinámica de la

libertad y la igualdad.

El modelo de sociedad en democracia, razón de ser del Estado social de derecho,

implica pues, un conocimiento por todos de los contenidos del ordenamiento

constitucional, lo que significa que en la praxis cotidiana cualquier persona ha de estar

plenamente consciente de sus derechos y deberes en procura de una convivencia

ciudadana responsable. No es la Constitución Política una normatividad cuyo

conocimiento exclusivo pertenece a un estrecho círculo de privilegiados vinculados a la

majestad del profundo arcano de la dirección de los asuntos del Estado, no; el

conocimiento de la Constitución es para todos, porque es normatividad en democracia

para el desarrollo de la democracia. Nacida de la unión entre el espíritu de libertad y el

espíritu de igualdad, la democracia en sí es lucha contra la lógica de los aparatos

dominantes, y por esto es protección contra el autoritarismo, que se expresa en todo

género de arbitrariedades y totalitarismo. En la democracia formal del Estado de

derecho, ésta funcionaba con una lógica que descendía del Estado hacia el sistema

político y luego hacia la sociedad civil; en cambio ahora, en el Estado social de

derecho, la democracia funciona con una lógica que va de abajo hacia arriba, vale decir,

desde la sociedad civil hacia sistema político, y desde allí hacia el Estado. 2 De aquí, la

disposición de la Ley Fundamental de Colombia, en el Art. 41, para que en todas las

instituciones de educación sea obligatorio el estudio de la Constitución y la Instrucción

Cívica, lo mismo que el fomento de las prácticas democráticas para el aprendizaje de los

2 Touraine, Alan. ¿Qué es democracia? México,D.F., Fondo de Cultura Económica, 2001. p.65.
principios y valores de la participación ciudadana, siendo por esto, obligación del

Estado la divulgación de la Constitución Política.

Más allá del mero simbolismo en que se dejó en el Estado de derecho a los valores de la

democracia, en el Estado social de derecho la cultura ciudadana es fundamental para el

desarrollo de un definido conjunto de vínculos, roles y compromisos con lo social, lo

cual requiere del aprendizaje y ejercicio de especiales capacidades o virtudes. Así, la

ciudadanía no es más una situación pasiva sino un reto de actividad comprometida con

el proceso de construcción democrática del Estado, proceso que en la praxis enriquece

nuestra condición de miembros de una comunidad, porque es el ejercicio consciente de

derechos y deberes originados en valores, conceptos y actitudes ante lo individual y lo

social, todo lo cual supone responsabilidades sociales y políticas, con lo que se logra

cualificar nuestra condición de integrantes de la colectividad, y con lo que se evidencia

entonces la dimensión pedagógica del problema de entender realmente qué es ser

ciudadano y cómo se es ciudadano.3

En la pedagogía de los valores ciudadanos, el proceso de educación, orientado para

operar por medio de las instituciones sociales -y materializado a través de múltiples

medios de intercambio social-, ha de resultar en una amplia praxis que exprese formas

pertinentes de interpretación real de los valores y propuestas de convivencia ciudadana. 4

Entonces, es aquí cuando surge el reto pedagógico: las dificultades que plantea para el

sistema educativo la transformación social hacia una auténtica cultura ciudadana.

Ya con casi dos siglos de vida republicana, en nuestra sociedad quedan aún remanentes

culturales del antiguo régimen monárquico absolutista de dominación colonial,

3 Mayordomo, Alejandro. El Aprendizaje Cívico. Barcelona, Edit. Ariel, 1998. p.125-6.


4 Cajiao R. Francisco A. “Hacia una Pedagogía de los Valores Ciudadanos”. En:Pedagogía de los Valores
Ciudadanos. Bogotá, FES-MinEducación, 1992. p .63-64.
reproducidos socio-políticamente por cuenta de intereses retardatarios, aún empeñados

en no dejar desarrollar los postulados del Estado social de derecho. En consecuencia, y

en el propósito de superar los obstáculos a la transformación social, a partir de 1991 la

normatividad constitucional quiere promover que la educación sea causa eficiente para

el funcionamiento efectivo de la democracia, con el estímulo a la participación

ciudadana y la construcción de la convivencia pacífica en un entorno de integración e

identidad nacional dentro de la diversidad cultural.

De acuerdo con las definiciones constitucionales del Estado social de derecho, “la

educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la

democracia” (Art.67, Const.Pol.), puesto que, como servicio público, la educación tiene

una función social , siendo ante todo, un derecho fundamental, es decir, un derecho

inalienable, inherente y esencial de cada persona, y por esto, en el sistema político-

jurídico colombiano el constituyente de 1991 señaló unos precisos fines a la educación:

“el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de

la cultura.”(Art.67, Const.Pol.) 5.

5 La Ley General de Educación (115 de 1994) especifica que “la educación es un proceso de formación
permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona
humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes.” (Art.1).

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