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Prevenir los trastornos del comportamiento alimentario y en particular de la anorexia y la bulimia nerviosas, se ha converti- do en una necesidad de la sociedad actual. En este sentido, es- te documento pretende aportar algunas Ifneas generales de ac- tuacién en el medio escolar que contribuyan a su prevencidn y detecci6n precoz, y orienten sobre las actitudes mas adecuadas ante la existencia de algdn caso en los centros educativos. Como complemento a este documento, existe otro, dirigido a padres y madres, cuya informaci6n es en parte comtin a la que contiene este documento y en parte distinta, adaptandose a las diferentes realidades. El documento dirigido a padres y madres puede ser utilizado en el centro educativo cuando éste lo crea conveniente. Conceptos La anorexia y la bulimia nerviosas son problemas de salud que se manifiestan como trastornos del comportamiento ali- mentario y que a veces, cuando no se tratan, pueden poner en peligro la vida de las personas que los sufren. Aunque estos problemas de salud afectan principalmente a las mujeres, hay hombres que también los padecen. Es un pro- ceso que se inicia muy sutilmente, pudiendo pasar desaperci- bido en un primer momento. Pueden afectar a cualquier edad, pero es en la adolescencia cuando aparecen con mayor fre- cuencia, debido al momento vital de cambio y de busqueda de la propia identidad. Las personas con anorexia y con bulimia comparten una preocupaci6n excesiva por no engordar, aun cuando su peso sea normal o esté muy por debajo de lo saludable, convirtién- dose la comida en el eje central de sus preocupaciones y desa- tendiendo progresivamente otros aspectos de sus vidas. FS La anorexia y la bulimia se diferencian por la forma en que las personas se comportan ante la comida. Puede darse el caso de que una misma persona sufra de ambos trastornos, bien de forma alternativa 0 sucesiva. La ANOREXIA NERVIOSA se caracteriza por un miedo exa- gerado a engordar y por una distorsién de la imagen corporal, que hace que las personas que la padecen se vean y se sientan gordas cuando no lo estan. Esto les lleva a realizar, entre otros, los siguientes comportamientos: — Comen cada vez menos. — Realizan ejercicio fisico intenso, con la Gnica idea de adelgazar. — En ocasiones, vomitan y/o utilizan diuréticos y laxantes sdlo con la finalidad de perder peso. Todas estas conductas provocan una pérdida de peso exce- siva que tiene repercusiones fisicas tales como la retirada de la regla, la caida progresiva del pelo o la sequedad de piel. En fa- ses mas avanzadas, pueden llegar a poner en peligro su vida por desnutricién, con problemas de corazén y circulacion, de- sequilibrios hormonales graves, etc. En el caso de la BULIMIA NERVIOSA, junto al miedo a la gordura, hay un sentimiento de pérdida de control con la co- mida, siendo caracteristicos los atracones compulsivos (comer mucho en un perfodo de tiempo corto). Para contrarrestar es- tos atracones de comida, suelen provocarse vémitos, mante- ner algdn periodo de ayuno y utilizar farmacos en exceso (laxantes, reductores del apetito, diuréticos, etc.). Estos comportamientos provocan una gran vergiienza, por lo que suelen realizarse a escondidas. Por ello, y porque en la bu- limia el peso puede ser normal, este trastorno es menos visible. Aunque sea menos visible, hay que tener en cuenta que 4 también puede producir complicaciones fisicas, tales como ero- siones en los dientes y en los nudillos de los dedos —por la ma- niobra de provocaci6n del vémito-, aumento del tamano de las glandulas salivares especialmente de las parétidas-, alteracio- nes del nivel de potasio y sodio en sangre con posible parada cardiaca, esofagitis e incluso rotura de es6fago y estomago. Tanto en el caso de la Anorexia como en el de la Bulimia, hay que tener claro que el problema no es la alimentacién, sino el modo en que la persona se valora y se percibe a si misma. Es de- cir, estamos hablando de un problema de salud mental que tie- ne tratamiento y que hay que intentar prevenir. Factores que influyen en la aparicion de estos problemas de salud Cada sociedad tiene una forma concreta de enfermar. En la sociedad actual, la industria de la moda, los medios de comu- nicacién y los mensajes «interesados» de la publicidad (pro- ductos light, dietas de adelgazamiento, cuerpos perfectos...) nos estan diciendo que para tener éxito en la vida es imprescindible ser guapo/a y que, en el caso de las mujeres, ser guapa implica «necesariamente» estar delgada. Las dietas son una practica habitual en nuestra sociedad, sin que ello implique, en la mayoria de los casos, una patologfa. Sin embargo, aunque todos participamos de esta situacién, es cierto que algunas personas, y en algunas etapas de la vida, tienen unas caracteristicas psicolégicas que les hacen especial- mente sensibles a este tipo de mensajes, y seguirlos puede convertirse en una auténtica obsesién La forma y el momento particular en que cada persona vive, siente, asimila o interioriza dichos mensajes contribuye, entre otros factores, a que enferme o no. Esto es asi porque cada persona tiene una historia particu- lar, una forma de entender la vida, de enfrentarse a los pro- blemas, de resolver los conflictos y, por supuesto, tiene una opinién sobre si misma que en ocasiones puede no ser satis- factoria. En definitiva cada persona tiene su propio caracter y personalidad. En la adolescencia, la btisqueda de una identidad propia, la progresiva autonomia y la integracién en grupos fuera de la fa- milia hace que los/as jovenes busquen modelos a quienes pare- cerse y con quienes identificarse, lo que les hace mas vulnera- bles a las modas. Lo habitual en el/la adolescente es que sienta una mayor preocupaci6n por su aspecto fisico y que realice cambios en los habitos de vida, como por ejemplo en las comidas, que puede tratar de restringir, en los horarios, etc. Todo esto es normal, pero, y aqui esta la sutil diferencia, cuando el/la adolescente «siente» que el cuerpo es el vehiculo «principal» de aceptacién en el grupo y por tanto de triunfo social, corre el riesgo de en- fermar. Sin embargo, si estamos atentos a su desarrollo y podemos valorar los cambios que en ellos/as se van produciendo, se puede cuanto menos detectar de forma precoz las sefiales que nos alertan de que algo esta sucediendo, como muchas veces lo observan los propios profesores. 3. Qué se puede hacer en el centro educativo para ayudar a prevenir los trastornos del comportamtento alimentario Evidentemente, los profesores no son los tinicos responsa- bles que deberfan procurar un desarrollo saludable de los chi- cos y chicas que acuden a las aulas. La familia es el principal lugar donde las personas configuran su estructura psico-afecti- va y donde se establecen los primeros codigos de relacion y de respuesta ante las diferentes situaciones que nos plantea la vi- da cotidiana. Los/as niftos/as y jévenes Ilegan al centro educa- tivo con todo su aprendizaje familiar, con sus limitaciones y ca- pacidades personales y con una percepcién subjetiva sobre si mismos/as que inevitablemente pondran en juego en su proce- so de socializacién, confrontandose ahi los distintos esquemas de referencia. Este proceso de confrontacién supone una apertura a un mundo mas amplio de relaciones que le sitda ante un nuevo aprendizaje sobre si mismo/a. La forma particular de realizar es- te aprendizaje permitira o no que chicos y chicas vayan cons- truyendo su identidad de forma saludable, en la medida en que se permita desarrollar al maximo sus capacidades poten- ciales. Ahf es donde la institucion educativa y en particular los profesores, tienen un importante papel. Prevenir los trastornos del comportamiento alimentario pa- sarfa por contribuir al desarrollo normal de nuestros/as alum- nos/as. Permitiendo la expresién de las dificultades y de los conilictos, de forma sana y ajustada a las situaciones concre- tas, y dotandoles de recursos para resolverlas, evitamos que los chicos y las chicas focalicen su atencién en la comida, el peso y el cuerpo; ya que, en ocasiones, esta atencién puede estar ocultando otro tipo de conflictos, tales como la insatisfaccién con la propia imagen, los problemas de relacién con los/as ? compafieros/as 0 con los/as amigos/as, las dificultades en los es- tudios, etc. Tener presente la importancia del desarrollo integral de la persona, tanto fisico como intelectual, afectivo, relacional, fa- miliar, etc., en el marco educativo, es sentar las bases para la prevencién de cualquier alteracién en el desarrollo del nifio/a y del/la adolescente. Esto nos permite observar si se deposita un acento excesivo en alguno de estos aspectos sobre los demas, y corregirlo si es preciso. En el caso de la bulimia y la anorexia nerviosas, el cuerpo y las tareas intelectuales se convierten en la principal preocupacién. El centro educativo debe favorecer un ambiente saludable que potencie la comunicacién, la capacidad critica, las relacio- nes personales y las actitudes solidarias y de colaboracion. En consonancia con lo que venimos diciendo, no existen «recetas» que nos digan como prevenir, ya que prevenir no es otra cosa que educar para la vida. Seales que pueden alertar sobre el inicio de una anorexia o bulimia nerviosas Ya sabemos que la adolescencia es un momento de cambios. que afectan a la totalidad de la persona, y que en ella se dan to- da una serie de comportamientos que a los adultos nos parecen cuanto menos raros y en ocasiones peligrosos. Que aparezcan algunos trastornos del comportamiento alimentario no es ex- trafio, pueden aparecer como formas de autoafirmarse frente al mundo de los adultos y como formas de investigar su propia au- tonomia. Por otro lado, la mayor preocupacién por el aspecto fisico, las actitudes negativas y criticas, las actitudes vergonzosas ha- cia los compafieros del otro sexo, junto con los cambios en la imagen corporal y la adopcidn de regimenes dietéticos, son fre- cuentes y normales en este perfodo de la vida. La existencia de estas actitudes no implica necesariamente que se vaya a desarrollar una enfermedad, pero si debe mante- nernos alerta sobre su posibilidad. Podemos sospechar que un alumno/a pudiera estar de- sarrollando un trastorno del comportamiento alimenta- rio si observamos alguno o varios de los siguientes com- portamientos y actitudes: * Progresivo aislamiento cle los compafieros/as, con apariencia infeliz, decaida y con una pérdida de interés por las activida- des en las que participa. * Excesiva preocupaci6n por los estudios, independientemen- te de los resultados obtenidos. Su nivel de exigencia personal no le permite disfrutar de sus logros y sus comportamientos son cada vez mas «raros». * Comportamientos extrafios con la comida, cambiando sus habitos llamativamente en relacién con la misma. Puede es- conder comida, tirarla y desmenuzarla obsesivamente. * Evita ponerse ropa ajustada, y mostrar partes de su cuerpo cuando eso es lo esperable en las circunstancias y estacién del afio (clases de gimnasia, verano...). * Manifiesta un comportamiento marcadamente mas desorde- nado, despreocupado y erratico del que solia tener. S. Qué hacer si se sospecha que un alumno/a puede estar iniciando una anorexia o bulimia nerviosas Si sospechamos que un alumno/a puede encontrarse en si- tuaci6n de riesgo deberiamos, en primer lugar, hablar con otros profesores para contrastar nuestra impresiOn. Si ésta se confirma, el orientador del centro, junto con el tutor o la per- sona de la institucién que mantenga con él/la joven una mejor relacién, deberian hablar con él/ella para valorar su situaci6n y el alcance del problema. El profesor tiene que tener presente que la mejor manera de ayudar es no angustiandose él mismo, y teniendo claro que una sospecha de anorexia o bulimia nerviosa debe ser siempre derivada a un especialista de la red sanitaria. Para ello, se deberia intentar convencer al alumno/a para que cuente el problema a sus padres. Si el alumno/a no sabe cémo hacerlo, pueden ofrecerse para ayudarle a hablar con ellos. En caso de que no consigan convencerlo/la, deberan ha- cerle ver que la situacién puede ser grave, que hay soluciones y que no pueden callar, no pueden convertirse en su cémplice, por lo que tendran que hablar con los padres, aun a costa de que el alumno/a se enfade. Si existen problemas familiares y la familia se niega a po- nerse en contacto con el tutor, éste puede intentar consultar el tema con algtin especialista. Cerca del centro educativo existe un Centro de Salud, con médicos de familia, y un Centro de Salud Mental, con psicélogos y psiquiatras, que les pueden orientar. De cualquier modo, hay que tener muy claro que una ano- rexia y una bulimia nerviosas no deben tratarse nunca en el Ambito escolar y deben siempre ser derivadas para su valora- 10 ci6n y tratamiento a la red sanitaria. El primer paso que la per- sona o familia afectada tiene que dar es acudir al médico de su Centro de Salud; éste valorara su situaci6n e iniciara las actua- ciones necesarias. También hay que tener en cuenta que, cuando se sospecha que un/a alumno/a puede encontrarse en situaci6n de riesgo, habria que estar alerta ante la posibilidad de que otros/as com- paneros/as de su entorno préximo presentaran el mismo riesgo, ya que, en ocasiones, la experiencia sobre el manejo de las die- tas, del ejercicio fisico, etc., es compartida grupalmente, potenciandose en el seno del grupo las actitudes anoréxicas y bulimicas. 6. Cémo actuar en el aula cuando hay un alumno/a con un anorexia o bult- mia nerviosas Como es légico, cada alumno/a tiene unas caracteristicas perso- nales que hacen de él/ella una persona Gnica, y como Unica debe ser tratada, no obstante, como regla general: n No es conveniente hacer comentarios sobre el aspecto fisico del alumno/a, aunque ello nos pueda parecer positive e ino- fensivo. La preocupacion por no engordar es tan grande que cualquier comentario suele ser mal interpretado. La relacién con el/la alumno/a debe dirigirse a otros aspectos de su vida, comunes a los del resto de sus companeros/as. No se debe desvelar su secreto ante los compafieros/as, pero el secreto es un «secreto a voces» tampoco se debe conver- tir en tab. Informar de forma sencilla, clara y sin alarmismos sobre lo que son estas enfermedades puede ayudar a com- prenderlas. Si la enfermedad de el/la alumno/a repercute en el resto de sus compafieros/as y despierta comentarios e interés, es bue- no reconducir el tema, considerandolo como una enfermedad que no se cura con «buenos consejos», y cuya mejor terapia en el medio escolar es tratar al compafiero/a como a una per- sona normal, dejando a un lado todo lo relacionado con el as- pecto fisico, la comida y el peso, ya que eso esta en manos de los especialistas. Aunque la enfermedad en si misma pueda ocasionar aisla- miento en quien la padece, son sus propios companeros y compafieras, en ocasiones, quienes contribuyen también a es- ta situaciOn, por lo que se hace necesario favorecer actitudes que faciliten la integracion. Se debe facilitar la realizacién de los controles médicos, per- mitiéndole las salidas a los centros de atencién primaria y de salud mental, recuperar examenes, etc. Es importante para su tratamiento que el/la chico/a no pueda poner el colegio o ins- tituto como excusa para no ir a sus consultas. En los momentos en los que requiera hospitalizacién, puede ser necesario reforzar el apoyo escolar cuando se incorpore de nuevo al centro. Es importante que asista a clase aunque el rendimiento escolar no sea todavia satisfactorio. El centro edu- cativo en si mismo es una estructura de apoyo para la recupe- raci6n del alumno. 12 Por lo demas, son personas normales y deben ser tratadas como tales. Si el profesor tiene dificultades, no sabe como manejar el caso, cémo tratar a este/a alumno/a en clase y ante sus compa- feros/as..., de acuerdo con los padres y el/la alumno/a, puede contactar con los profesionales que estan Ilevando el caso. Este contacto puede ser util y necesario en alguna fase del trata- miento.

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