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1. Qué es la descripción
La descripción es una forma de expresión que consiste en reflejar cómo son los
paisajes, las personas, los animales, los objetos, incluso las emociones, explicando sus
cualidades y características.
2. El proceso de la descripción
El real de los cristianos se extendía por todo el campo de Guadaira, hasta tocar en la
margen izquierda del Guadalquivir. En frente del real y destacándose sobre el
luminoso horizonte, se alzaban los muros de Sevilla flanqueados de torres almenada
y fuertes. Por encima de la corona de almenas rebosaba la verdura de los mil
jardines de la morisca ciudad, y entre las oscuras manchas del follaje lucían los
miradores blancos como la nieve, los minaretes de las mezquitas y la gigantesca
atalaya, sobre cuyo aéreo pretil lanzaban chispas de luz, heridas por el sol, las cuatro
grandes bolas de oro, que desde el campo de los cristianos parecían cuatro llamas.
a.- Objetivo, si reproduce la realidad tal como es, sin que en ello intervenga su actitud
personal. Es propia de las descripciones científicas.
b.- Subjetivo, si el autor deja ver sus emociones y sentimientos y pretende crear belleza
por medio de la palabra. Se utiliza generalmente en las descripciones literarias.
"Te miro y sé que tienes once años, que eres, —según tu biología—, mucho mayor que
yo. Tú, que fuiste en mis manos la cosa más pequeña, más graciosa, más mala y más
meona de este mundo. Recuerdo que yo me había empeñado en tener una tortuga. […].
Al día siguiente me encontré contigo en un campo neutral. Quieto y triste, mirabas
desde abajo, dejando ver dos lunillas crecientes en los ojos. Y llorabas […]. Yo me
incliné de cuclillas sobre ti. Fui a acariciarte (Troylo, mi primera caricia) y tú te diste
repentinamente la vuelta. Te quedaste boca arriba, con la barriga al aire, gordito,
indefenso, abandonado, encogidas las manos, con las dos lunillas crecientes en los ojos.
Y entonces supe que nunca había querido tener una tortuga; que a quién había querido
desde siempre era a ti.»
Era Encarnación Guillen la vieja más acartonada, más tiesa, más frágil y dispuesta que
se pudiera imaginar. Conservaba casi toda su dentadura, que no cesaba de mostrarse,
entre sus labios secos y delgados. Su nariz pequeña redonda, arrugada y dura, como
una nuececita, no paraba un instante. Sus ojos, que habían sido grandes y hermosos,
conservaban todavía un chispazo azul. Su frente estaba surcada de finísimas rayas
duras, que se estiraban o se contraían conforme iban saliendo las frases de la boca. Dos
palillos mal forrados en un pellejo mal sobrante eran los brazos, que no cesaban de
moverse, amenazando tocar un redoble sobre la cara el oyente, y dos manos de
esqueleto con las falanges tan ágiles que parecían sueltas, no paraban de girar. Vestía
una falda de diversos pedazos bien cosidos y mejor remendados, mostrando un talle
recto, liso, cual madero bifurcado en dos piernas.»
B. P. CALDOS: La desheredada.
Ej.:
«Doña Josefa, la tía Pepa, era insoportable por lo gruñona y fastidiosa. Era la mujer más
astuta que ha comido pan; no se la engañaba fácilmente, ni mucho menos. Siempre
estaba en guardia, ponía nueces junto a las patas de la mesas y debajo de los armarios
para sorprender a las criadas por si no barrían bien; husmeaba y fisgaba todo con su
ojillo siniestro; su nariz le servía de sonda de las intenciones ajenas. Tenía la manía
clasificadora y coleccionista: para ella el mundo era una inmensa buhardilla que había
que ordenar y clasificar.»
5.3.- El retrato es una mezcla de los dos anteriores. Incluye cualidades físicas y
morales. En este tipo de descripción deben aparecer los detalles característicos de la
persona, las peculiaridades que lo distinguen de los demás.
El tío Lucas era más feo que Picio. Lo había sido toda su vida y ya tenía cerca de
cuarenta años. Lucas era en aquel entonces de pequeña estatura, un poco cargado de
espaldas, muy moreno, barbilampiño, narigón, orejudo y picado de viruelas. En el alma
del tío Lucas había valor, lealtad, honradez., sentido común, deseo de saber y cierto
espíritu de ironía, de burla y de sarcasmo. Tal era por dentro y por fuera el tío Lucas.»
«Este que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada,
de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no
hace veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni
menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y esos mal acondicionados y peor
puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos
extremos, ni grande ni pequeño; el color vivo, antes blanco que moreno, algo cargado
de espaldas, y no muy ligero de pies, este, digo, es el rostro del autor de La Galatea y
de Don Qujiote de la Mancha.»
5.5.- La caricatura es un retrato deformado en el que se exageran los rasgos más
llamativos de una persona, casi siempre con intención satírica o de burla.
Pepita tiene los ojos grandes, verdes como los de Circe, hermosos y rasgados; y lo
que más mérito y valor les da, es que no parece sino que ella no lo sabe. Se diría
que cree que los ojos sirven para ver y nada más que para ver. En ellos hay una
serenidad y una paz como de cielo. Ni por eso se puede decir que miren con
indiferencia. Sus ojos están llenos de caridad, de dulzura. Se posan con afecto en un
rayo de luz, en una flor, hasta en cualquier objeto inanimado.
2.- Piensa en la mascota que tienes o te gustaría tener, y haz sobre ella dos
descripciones, una objetiva y la otra subjetiva.
Horizontales:
a) Aparecen frecuentemente en las descripciones.
b) Uno de los puntos de vista de la descripción.
c) Tiempo verbal que aparece en las descripciones.
d) Ayuda al receptor al hacerse una idea clara de lo descrito.
e) Por medio de ella el autor escoge los detalles más significativos.
f) Otro tiempo verbal frecuente en las descripciones.
g) Términos propios de las descripciones técnicas.
h) El autor reproduce la realidad tal como es.