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"Busca oportunidades para hacerle saber a la gente lo que haces". Una buena
estrategia: crea una evidencia escrita al copiar a tu jefe a tu lista de contactos de
correo electrónico (¡discrimina!). Y periódicamente toma la iniciativa de enviar un
sumario de aquello en lo que estás trabajando.
Llega temprano y vete tarde. Esto es obvio y dejó de ser opcional. Haz tu
compromiso visible al trabajar horas extra. Olvídate de los mensajes de texto o las
llamadas personales en horas de oficina.
Siente el dolor de tu jefe. Si sientes que estás al margen, habla con tu gerente y
descubre cuáles son sus prioridades en estos días. Pregúntale a tu jefe, ¿Cuáles son
sus mayores metas en este momento y cómo puedo ayudar?
5.-No te quejes en demasia
NO seas demandante. Aun si los despidos son necesarios, también pueden servir
como una excusa para que las compañías liquiden a gente de la que querían
deshacerse de cualquier manera. ¿Por qué? El problema más frecuente es la
actitud: las personas que son demandantes, difíciles, quejumbrosas o absorben
demasiada energía de sus gerentes, son las primeras en irse.
Si necesitas algo de tu jefe, hay un modo correcto y uno incorrecto de pedirlo. Usa
la frase mágica, ´En realidad quiero hacer que esto funcione´, sugiere Deborah
Brown-Volkman, una experta orientadora que se especializa en guiar a los
profesionales de los servicios financieros. Deja claro que estás comprometido con
encontrar una solución que ayude a la compañía. El peor acercamiento es ´No
tengo esto, No tengo aquello´, dice Brown-Volkman. Al contrario, muestra como el
negocio se beneficiaría con un arreglo. Si no puedes, entonces no insistas. Siempre
deberás estar listo con una solución o dos.
Mantente informado. Programa una alerta de Google para que siempre sepas lo
que pasa en tu compañía. Así tendrás una mejor sospecha cuando los despidos se
acerquen. Además, los empleados inteligentes saben cómo su pieza del negocio
encaja en la imagen completa de lo que sucede en la compañía.
Haz una auto revisión. Intenta este ejercicio: Imagina a tu jefe, al jefe de tu jefe
y al director de recursos humanos sentados en un cuarto clasificando a la gente.
¿Qué dirían de ti? ¿Qué tanto valoran tu trabajo?
¡NO entres en pánico! Aún puede haber una forma de salvar tu trabajo si tu jefe
te dice que serás liquidado. `Éstas son las palabras que siempre oyes: Escucha,
tenemos que dejarte ir -es una cosa de números`, dice Viscusi. Él sugiere la
negociación y ofrecerse a recibir un salario menor o trabajar menos días de la
semana.