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Era una noche invierno, con mucho frío esos que congelan hasta el alma...

Ella se
encontraba junto al hogar de la inmensa casa en donde vivía, traía puesto su pijama
favorito, era de seda color bordo, recuerdo de él y encima un sweater gris. Estaba
sentada escribiendo, habían pasado cuatro años después de la perdida de su gran amor;
intento rehacer su vida con alguien mas, Martín quien es su mejor amigo...

2 años antes...

Martín: ¿¡¿No lo entiendes?!?, te amo Lara, no puedo ocultarlo mas –explico con lagrimas
en los ojos– yo te amo
Lara: No me hagas esto –se sentó en el sofá, mientras no dejaba de llorar– eres mi mejor
amigo
Martín: Espere dos años para decírtelo, –explico, se arrodillo frente a ella.
Lara: Pero, Tincho yo...
Martín: Ya se –se levanto con pena– aun sigues pensando en él
Lara: Si, –hizo una pausa– no –dijo instantáneamente y la miro confundida– Tincho yo
no... me siento bien, quiero estar sola ahora
Martín: ¡De acuerdo!, –replico aliviado– estaré arriba
Lara: No –exclamo con la voz entrecortada– sola dije, quiero que te vayas
Martín: –respondió triste y llorando– ¡Ok! Esta bien –se mordió el labio inferior– si me
necesitas, llámame –se fue y ella rompió en llanto.

Actualidad

Martín: –la llamo desde el segundo piso– Cielo, ¿Donde estas?


Lara: Aquí –su voz retumbo en la semi oscuridad en la que se encontraba.
Martín: –Bajo las escaleras– ¿Que haces aquí, en casi plena oscuridad? –se acerco a
ella– me desperté y me asuste, porque no te vi –se sentó a su lado– te extrañe
Lara: ¡Aaaw mi dulce! –le dio un beso en los labios.
Martín: ¿Qué escribes?
Lara: Una historia
Martín: ¿Una nueva? –ella asintió con la cabeza– ¿Por qué no me dejas comprarte una
PC portátil?
Lara: Ya te dije que no
Martín: Pero yo quiero comprarte una
Lara: Pero tu nada –le cubrió los labios con sus dedos, el los besa– ¡Aaaw! Eso me
encanto
Martín: Volvamos a la cama –lo tomó de la mano.
Lara: ¡De acuerdo! –dejo sus notas sobre la alfombra y se levanto junto a él– ¡¡¡Vamos!!!

Al otro día...

Ella se despertó sobresaltada por un mal sueño y se volteó a ver el reloj... Como si
alguien le hubiese introducido una inyección en la columna vertebral, se incorporo
rápidamente y bajo de la cama, Tincho se movió un poco pero no se despertó. Lara se
coloco la bata y las pantuflas, y bajo de la cama, salió de la habitación hacia la cocina.
Una vez allí sonó el celular en la sala, se apresuro a contestar

Lara: ¡Hola!
Florencia: Se suponía que vendrías a buscarme. ¿Dónde estas?
Lara: En mi casa, me visto y salgo
Florencia: Pero eso queda como a hora y media del aeropuerto; que voy a hacer...
Lara: Ya no vivo allí, estoy solo a veinte minutos
Florencia: ¡¡¡Uff!!! Bueno, me imagino que tenemos mucho para hablar
Lara: Estoy en media hora. Hasta luego –corto.

Media hora después

En el aeropuerto de Los Ángeles

Lara: Bonieee –corrió a abrazarla– ¿Como estas?


Florencia: Hermanita –la abrazó con fuerza– como te extrañe –con emoción– Tina viene
en dos días
Lara: ¿Cómo estas? ¿Cómo viajaste?... ¿De verdad viene Tina? –la hermana asintió–
Florencia: Bien. Dormí mucho –ambas rieron– ¿Cómo es eso de que te mudaste?
Lara: Te comento en el camino. ¿Ya hiciste los trámites de aduana?
Florencia: Si, ya. Ya esta todo hecho, ya podemos marcharnos
Lara: ¡De acuerdo! Vamos por mi auto
Florencia: Cuanto hace manis que no nos veíamos
Lara: A ver –pensó– diez meses exactamente –ambas rieron.
Florencia: ¡Dios mío! –abrió los ojos– por esas casualidades no te habrás casado o sea
tía, ¿no?
Lara: No way –subieron al auto– pero si convivo con mi novio
Florencia: –Dijo sorprendida– ¡Wooww! Que vas rápido con el. Vaya que cambiada que
estas, lo que Tiago no pudo en seis años, el lo pudo en diez meses
Lara: –Arranco el auto– ¿Me crees de esas? Yo con el no llevo diez meses, llevo dos
años
Florencia: ¿Por qué no me dijiste nada, nunca?
Lara: Primero porque no era algo en serio, luego ya... no se –hizo una pausa– realmente
no lo se
Florencia: ¿Lo amas?
Lara: Si –respondió no convencida– claro que si –quiso reafirmar su inseguridad–
Florencia: No veo brillo en tus ojos –la miró de reojo– cuando hablas de él
Lara: –se detuvo en un semáforo– Si lo amo y el es mi todo
Florencia: Suenan –ella arranco– a palabras vacías
Lara: Pues no lo son
Florencia: No te pongas así. Cuando hablabas de Tiago hasta la voz se te quebraba
Lara: –freno de golpe– No vuelvas a nombrar a Tiago y menos delante de él –agrego con
el seño fruncido.
Florencia: No te pongas así –se frotó las muñecas, pues le habían servido de resorte para
no golpearse la frente– ¿lo sigues amando?
Lara: –respondió violentamente– No, ya te dije que amo con locura a mi novio
Florencia: ¡Como digas!

El resto del viaje permanecieron calladas, Lara manejo y Flopi miro hacia fuera durante
todo el camino sin emitir palabra. Lara siempre fue neutral y térmica, no tenía demasiados
amigos a pesar de ser artista prefería no asistir a muchas fiestas, ni tampoco realizar, su
vida era una caja de pandora, esta rubia de cabellos rizos y con mucha altura, su dulzura
y misterio cautivo a Tiago Ledesma.

Lara: Ya llegamos –indicó contenta parada frente a la casa.


Florencia: ¡Wow! Tu novio tiene mucha plata... ¿Quién es? –bajaron del auto.
Lara: Para mi solo es Martín –puso la alarma al auto.
Florencia: –se asombro– Tincho Navarro, ¿tu mejor amigo, el actor y cantante? ¿Cómo
hicieron para mantenerlo en secreto?
Lara: Desmintiéndolo siempre –se encogió de hombros– el siempre sale en fotos con
amigas y lo involucran inmediatamente –Lara busco las llaves– ¿Entramos?
Florencia: ¿Y no te dan celos? –pregunto mientras subieron las escalera.
Lara: No, yo estoy segura de él
Florencia: –Lara abrió la puerta– Con Tiago no eras así, cada vez me convenzo más de
que no lo amas
Lara: Ya deja de decirlo, ok –se interpuso entre su hermana y la puerta– Tiago es mi
pasado, el es mi presente, y lo amo... daré todo porque nos dejen ser felices.
Florencia: No te ataques así, cualquiera diría que no sientes nada de lo que dices, y por
eso lo haces
Lara: Pues no es así –entro a la casa– ¡Pasa! –ella paso– yo a él... mejor dejemos el tema
Florencia: ¡De acuerdo! ¡¡¡Que hermosa casa!!! –viendo a su alrededor– vives en el lujo
manis
Lara: No, no –sonrió– solo queremos vivir cómodos –la tomo de la mano– ven te
enseñare tu habitación –exclamo animada como si nada hubiese pasado– ¿con o sin
suit?
Florencia: Con –se encogió de hombros– que mas da, vivamos con comodidad –la siguió–
¿Duermes con el?
Lara: ¡Claro! Es mi novio
Martín: Que mal señoritas, hablando de mi a mis espaldas –ella se voltearon– ¿Quién es
la belleza que te acompaña, mi amor?
Lara: Hola cielo –lo beso– ella es mi hermana Flopi, Flopi él es Tincho mi novio
Florencia: –le extendió la mano– Gusto en conocerte –Martín le besó galantemente la
mano.
Martín: El gusto es mío –tomo de la cintura a Lara– ¿Desayunaron?
Lara: No, Tincho
Martín: Entonces iré a prepararles el desayuno mas rico que hayan probado –le dio un
beso en la mejilla a Lara– ¡no tarden! –bajo.
Florencia: Tu novio es un encanto –entraron en una habitación.
Lara: Esta será tu habitación
Florencia: Es muy bonita –observo el lugar, y adentrándose en la misma rozo los muebles
con la yema de los dedos.
Lara: Me agrada que te guste –la abrazó desde atrás por los hombros–
Florencia: ¿Qué me encante tu novio o la habitación?
Lara: ¡Ambos! –le acarició la cabeza desarreglándole el cabello– vamos a desayunar, sino
el acuariano se enojara, luego desempacas

En la cocina, mientras desayunaban

Lara: ¿Cuándo es que viene Tina?


Martín: ¿Quien es Tina? –mordió una tostada.
Lara: Mi hermana menor, Flopi es la mayor, y yo la del medio
Martín: ¿Cuánto hacen que no se ven?
Lara: Hace diez meses que no hablamos por teléfono, y como un mes que estábamos
desconectadas, ellas de mi
Martín: ¿Tina, es tan bella como ustedes?
Lara: Salimos del mismo vientre –sonrió.
Florencia: Gracias por el cumplido
Martín: No hay por que –se dirigió a Lara– tomate el día libre hoy, yo hablare con Jay
Lara: ¡Buenísimo! –volteo a ver a su hermana– iremos de shop
Martín: Bueno cariño –se levantó– iré a trabajar, nos vemos en la tarde. Te amo –la beso–
cuida a mi nena, cuñada
Lara: ¡Ay Mishi!
Florencia: No te preocupes, queda en buenas manos
Martín: Adiós, bellezas –salió de la cocina en dirección a la calle.

Dos días después

Lara fue nuevamente al aeropuerto a esperar a su otra hermana, pero esta vez junto a
Florencia, ella era la mas centrada y callada de las tres siempre llevaba cabello corto
aunque si cambiaba el color del mismo era la mas menuda de las tres y poseía unas
hermosas curvas latinas; y Tina era la mas alta, esbelta y armónica en su cuerpo, era
espontanea y fresca, pero su inseguridad la habían hecho desertar varios sueños. Se
escucho por el altoparlante la llegada del vuelo.
Florencia: Puerta seis –la agarró del brazo y salieron corriendo– ¡¡Tina!! ¡¡Tina!! –grito al
verla.
Martina: Flopi –salió corriendo– Lara –se abrazaron– hermanita te extrañe –se dirigió a
Lara.
Lara: ¡Ay mi bebe! Yo también –la abrazo fuerte– ¿Cómo viajaste?
Martina: ¡Puff! Muy cansador –gesticulo agotada– no pude dormir nada, había un bebe
detrás que lloro todo el viaje –agrego mofando.
Lara: Ahora descansaras en casa –la abrazo por un lado.
Florencia: Lara no vive sola, tenemos cuñado –dijo contenta– Tina
Martina: ¿De verdad? –miro a su hermana, quien asintió– pues tu también tienes uno, su
nombre es Javier y vive aquí en Los Ángeles. Se ha puesto muy contento al saber que
venia
Florencia: ¿Y no vino a buscarte?
Martina: Quiso, pero el trabaja mucho, y como le dije que tu vendrías a buscarme,
quedamos en llamarnos cuando llegara. ¿Cómo se llama tu novio?
Lara: Martín
Martina: No, en serio –golpeo suavemente en el hombro a su hermana– yo te pregunte
por tu novio, no tu amigo
Lara: El es mi novio
Martina: –abrió los ojos sorprendida– No te creo –sonrió de lado.
Florencia: Créelo, porque es verdad –subieron al auto.
Martina: ¡Wow! Hermanita que auto
Lara: ¿Sabes conducir?
Martina: Si claro que si
Lara: Entonces te prestare el Alfa negro –Tina sonrió, y Lara arranco– ¿y tu Flopi, sabes?
Florencia: Si también se. Tomamos el curso de manejo juntas hace seis meses.
Lara: Entonces a ti te prestare el Nissan, mientras estén en el país
Martina: ¿Cuántos autos tienes?
Lara: Cuatro y una camioneta. Este, otro de la misma marca pero en gris topo, un Alfa
negro y un Nissan azul, y la camioneta verde musgo, originalmente era negra pero Tincho
la cambio por su color favorito
Martina: Como te ama –respondió con ilusión.
Lara: Como yo a él
Florencia: –agrego entre dientes– ¡Si, claro!
Lara: No comiences
Martina: –pregunto desconcertada– ¿Qué no comience con que?
Lara: –respondió molesta– A Flopi se le ha metido en la cabeza que yo no amo a Tincho,
ya que aun sigo pensando que Tiago –se le quebró la voz– que lo amo, y no es así
Martina: –exclamo inocentemente– Yo si creo que tu amas a Martín, te ves muy
enamorada
Lara: ¡¡Gracias!! –respondió con una gran sonrisa.
Florencia: Pues la razón el tiempo me la dará a mi
Lara: What–ever! –se hizo un breve silencio y decidió hablar– tenemos mucho que
contarnos, gracias a Dios tengo una semana libre
Martina: ¿En donde trabajas?
Lara: Estoy haciendo los coros de Tincho, su disco saldrá pronto... Jay es un gran amigo y
productor, y como sabe que venían mis hermanas me dio una semana libre. Además
estoy escribiendo
Martina: Tu gran pasión
Lara: Así es, para dentro de tres meses publicaran mi primer libro
Martina: ¡Felicidades! Si yo pudiera triunfar en lo mío, pero en Uruguay no hay chances –
se detuvo el auto frente a la casa–
Lara: Pero aquí si. Si quieres te ayudo, a ti también –vio a Flopi– se que sueñas con ser
actriz. Seria grandioso tenerlas aquí en casa
Florencia: Yo no puedo dejar a mamá sola, quedo mal desde la muerte de papá y se
refugio mucho en mi. Le dolió tu partida, imagínate si se van sus tres hijas, se nos muere
–se dirigió a Tina– pero tu si puedes, eres joven, tu novio esta aquí... también perteneces
al mundo del espectáculo –agrego triste– ustedes son de aquí, yo no
Lara: Si que lo eres, y con respecto a mamá la traeremos
Florencia: No querrá, lo sabes. Por papá
Lara: Tu, déjame hablar a mi con ella, y en poco tiempo la tendremos aquí
Florencia: ¿Qué dirá Martín que traigas a tu familia a vivir aquí?
Lara: Le encantara la idea
Martina: ¿Y si no?
Lara: Conozco bien a Martín y se que le encantará, pero aun así tengo una casa
desabitada, pueden ocuparla... solo tiene un poco de tierra y muebles fuera de moda, que
pueden cambiar a su gusto
Martina: ¿Aun conservas cosas de él?
Lara: Solo dos cosas –su voz se torno triste– el pijama de seda italiano color bordo regalo
de nuestro aniversario –asomaron lagrimas por sus ojos– numero seis, y esa casa donde
viví hasta hace diez meses –seco algunas de las lagrimas que habían derramado– los
autos los vendí, a los dos y me compre el Nissan y Tincho me ayudo a comprar el Alfa
azul... el resto de los autos en realidad son de él
Florencia: Lo sigues amando, no trates de ocultarlo
Lara: No, ya no lo amo
Florencia: Entonces, ¿Por qué las lagrimas?
Lara: Por el daño que me hizo, creí una a una sus promesas y me fallo –se mordió el labio
inferior.
Florencia: No puedo creer que aun sigas pensando en que el te engaño con Kay
Lara: No quiero hablar del tema –seco sus lagrimas.
Martina: No llores manis –la abrazo.
Florencia: –la abrazo también– No quise –se le entrecorto la voz– ¡Lo siento! –se
abrazaron las tres.
Lara: Esta bien, ya me recuperaré. Entramos así Tina conoce también la casa
Florencia: Si, vamos –salieron del auto y entraron a la casa.

Días mas tarde

Lara y Tincho estaban sentados en el sofá central del living, ambos con las piernas sobre
el mismo, ella entre las piernas de él. Mientras miraban televisión hablaban

Lara: ¿Cuándo saldrá?


Martín: Como en un mes –le acaricio la mejilla.
Lara: Que ansiedad
Martín: Hablando de ansiedad, tengo muchas ganas –le dijo al oído– de casarme contigo
Lara: ¿Qué? –se reincorporo y se dispuso a verlo.
Martín: Yo te amo, ya pasaron dos años y hace diez meses que convivimos, nos llevamos
bien, yo tengo veintisiete y tu veintiséis. ¿No crees que es hora de comprometernos?
Lara: Pero antes de casarnos, deberíamos comprometernos
Martín: Es el siguiente paso
Lara: Si, pero los compromisos pueden romperse
Martín: No deberías pensar así –hubo un silencio pesado– ¿Tu me amas?
Lara: Claro que te amo con toda mi alma –aquellas palabras sonaron calculadas en su
voz.
Martín: Y yo a ti –la beso– espérame aquí, iré por algo –subió corriendo y al rato bajo, se
arrodillo frente a ella y abrió una cajita verde, le dijo– ¿Te casarías conmigo?
Lara: ¡Ay mi Dios! –se tapo la boca, Tincho se paro sin cerrar la cajita.
Martín: ¿Que dices?
Lara: ¡Que si! –saltó para abrazarlo– si, si, si mi amor, claro que si
Martín: ¡Ay te amo!
Lara: Y yo a ti te amo también
Martín: Nos casaremos ni bien termine mi gira por aquí –la abrazo– ¡Claro! Si tu quieres
Lara: Si no surge nada, me encantaría
Martín: ¡Te amo!, ¡te amo muchísimo!
Lara: Yo también te amo mucho, mi dulce
Martín: ¿Sabes algo? Me olvide de decirte que tengo una fiesta la organiza un amigo,
motivo festejar –ambos rieron– ¿Qué dices vamos?
Lara: Bueno vamos –observo la alianza de plata en ambas manos– ¿Pueden ir mis
hermanas?
Martín: ¡Claro! Me encantaría que fueran mis cuñadas
Lara: ¡Ok! Entonces iré a decirles, tendremos que ir de compras
Martín: Lo que diga mi Reina –ella subió por las escaleras– ¡¡Reina!! –ella volteo– ¿Podré
decir lo de nuestro compromiso esta noche?
Lara: –Bajo dos escalones– Si para ti es importante, entonces estas autorizado –volvió a
subir y el la volvió a llamar.
Martín: ¡Lara! –ella volteo una vez mas– ¿Para ti no lo es?
Lara: –se tomo de la baranda de madera– El hecho de casarme contigo si, muy
importante, lo otro me es irrelevante
Martín: Bueno –sonrió complacido– ahora ve a contarle a tus hermanas ambas noticias –
ella subió perdiéndose en el segundo piso.

A la noche

Martín: ¡¡Vamos Ladies!! –grito desde la puerta de la sala.


Lara: Cinco minutos más, ya casi estamos
Tincho tenia una camisa verde agua, regalo de Lara para uno de sus cumpleaños, un
sweater beige que dejaba ver el cuello de la camisa, pantalón cremita y zapatillas de
vestir. Lara apareció junto a sus hermanas en la sala; ella tenía puesto una pollera
irregular color roja, una camisa color blanca y el saco largo de toalla del mismo color que
la pollera, en los pies zapatos... Tina tenía puesto un pescador blanco, sandalias cremitas
que hacían juego con la musculosa que llevaba, la cual era de vestir y un saquito corto del
color de la musculosa... Flopi llevo puesto un vestido corto color negro con mangas
abiertas, escote pronunciado redondo y sandalias plateadas, también llevaba un saco de
gamuza y piel color negro.

Martín: ¡Dios mío! Que belleza, tres ángeles han caído del cielo; que bella amor y que
escote cuñada –Flopi se sonrojo.
Lara: Navarro –le llamo la atención.
Martín: ¿Te pusiste celosa? –la abrazó por un lado.
Lara: Si, ubícate quieres –salieron de la casa y subieron al auto.
Florencia: Gracias por el cumplido –arranco el auto.
Martín: ¡De nada!
Lara: ¿Cuándo voy a conocer a tu novio Tina?
Martina: ¿Lo invite a cenar mañana en la noche en casa, les molesta?
Lara: No, al contrario será perfecto. A propósito chicas, hable con mamá me dijo que se
queden aquí, que ella viajara de visita pronto, pero no se quedara a vivir
Florencia: Te lo advertí, yo me vuelvo en días entonces
Martín: No tienes porque, cuando tu madre viaje aquí le encantara y se quedará
Florencia: Mi madre, no dejara a mi padre
Martín: Él puede venir también
Lara: Tincho... mi padre esta muerto
Martín: ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho!, –dijo avergonzado, paro el auto en un semáforo– si
alguna vez dejaras de ser tan cerrada, yo no haría estos papelones –se volteo a verla– lo
lamento –arranco.

Mas tarde en la fiesta

Voz: Estas tan hermosa como siempre


Florencia: –se dio vuelta y lo vio– ¿Tu? –exclamo sorprendida– ¿Tiago que haces aquí?
Tiago: Me entere de que tu hermana vendría a la fiesta –se rió– quería corroborar si era
verdad –frunció el seño– pero no vine solo. ¿Y tú?
Florencia: ¡Ya lo sabes! –se encogió de hombros– vine con mis hermanas
Tiago: Entonces, ¿Lara esta aquí? –dijo ilusionado.
Florencia: Si, ella y Tina... también esta aquí
Tiago: ¿Conocen a George?
Florencia: Tengo entendido que es amigo de Tincho, el novio de Lara
Tiago: ¡Ah! –añadió con tristeza– algo mas que corroboro... me imagino –suspiro– que
hace cuatro años –elevo las cejas– ¡Vaya! no tardo en buscarme reemplazo
Florencia: No, estas equivocándote mi hermana te ama, ellos hace dos años que salen,
pero no hay amor... hoy cometió la ultima locura, se comprometió –dijo preocupada–
Tiago sálvala de su propio infierno, se que estas aquí por ella
Tiago: No –alegó frió– ¡Lo siento! Pero ella ya me quito de su vida al comprometerse, no
creí que había llegado tan lejos –bajo la cabeza– si ella se casa, yo me casare a fin de
año –agrego seco.
Florencia: Tu estas loco, ¿Qué te vas a casar, con quien?
Tiago: Con mi novia, es fácil comprometerse por lo que veo –hizo muecas con la cara.
Florencia: ¿Ya no la amas?
Tiago: Aunque… –se queda pensando– me cueste reconocerlo –suspiro– ¡Ay! que mas
da... si, aun la amo; pero ella no me corresponde se va a casar –volvió a decir– me casare
también a fin de año
Florencia: Acabo de decirte que te ama –lo interrogó con la mirada– ¿Cómo estas tan
seguro de que no digo la verdad?
Tiago: Porque antes de que se cumpliera un año de nuestra ruptura quise volver con ella
–comento triste– y me rechazo, me dijo que lo nuestro ya no era posible, que era historia
–agrego con voz apagada– aunque mi vida sea una farsa, esto se acabo, ya no mas –
contuvo las lagrimas.
Florencia: ¡Que orgulloso son los dos! –exclamo con rabia en las palabras.
Tiago: ¿Cómo dijiste? –llegaron al mismo tiempo Juliana y Martina.
Martina: –lo abrazo impulsivamente– ¡¡Cuñado!!
Juliana: ¿Tiago quien es ella? –con celosía.
Tiago: ¡Cariño!, –fingió y soltó a Tina– ellas son Florencia y Martina, hermanas de mi ex
novia, Lara, chicas ella es mi novia –la tomó por la cintura– y futura prometida
Martina: ¡Hola! –la saludo cortante.
Florencia: Mucho gusto, soy Florencia –con amabilidad.
Juliana: Mucho gusto para ambas, soy Juliana y como escucharon futura esposa de Tiago
–respondió con orgullo.
Florencia: Bueno, Tiago me alegro verte. Tu secreto esta a salvo conmigo –saluda a
ambos– Tina vamos
Martina: Si, vamos. Adiós –se fue sin saludar.
Juliana: Adiós, gusto en conocerlas –las chicas se perdieron entre la gente, ella se dirigió
a Tiago– ¿De que secreto habla, no le habrás dicho la verdad, no?
Tiago: No, no te preocupes; no le dije nada de nuestro plan –suspiro.
Juliana: ¿Tiago no crees que has llegado lejos con esto?, o sea, a mi no me molesta
hacerme pasar por tu novia, pero a ti te esta haciendo mal, y eso es lo ultimo que yo
quisiera
Tiago: No te preocupes, July, yo estaré bien, te lo prometo –hizo muecas con los labios–
¿Tu crees que funcionará?
Juliana: Tente fe, eso es lo único que necesitas

Mas tarde...

Tiago se encontraba hablando con George, y se acercan Tincho junto a Lara

Martín: ¡Hey George! –se acercó–


Lara: Hola George –estaban tomados de la mano, reconoció a Tiago y se paralizo–
¿Tiago?, –trato de disimular– tanto tiempo sin verte –intento relajarse–
Martín: Tengo algo que contarte George
George: Yo también, y alguien a quien presentarte –lo abrazo por un costado– ¿me
acompañas?, te dejo en buenas manos –se dirigió a Tiago, se alejo junto George y no
paraba de mirar hacia atrás hasta que ya no pudo.
Tiago: Hola Lara, hace un rato me cruce con tu hermana y me confirmo que estabas aquí
Lara: ¿Confirmar?, ¿Sabía que venías?
Tiago: Algo sabía algunos invitados de la fiesta –se encogió de hombros– George me
comento
Lara: ¡Ah que bien! –bajo la mirada a su copa.
Tiago: Debería ser yo el avergonzado –ella se mosqueo– digo, según tu yo te engañe, no
–elevó su cara desde el mentón con su mano izquierda.
Lara: Si lo sé –suspiro– me pone nerviosa estar a solas contigo
Tiago: Si quieres me marcho –amago a irse y ella amago a detenerlo.
Lara: No, no... esta bien –vio sus manos– ¿Estas comprometido?
Tiago: No, no exactamente... pero lo estaré en poco tiempo –miro su anillo– esto es algo
informal por decirlo así, si todo sale bien a fin de año me casaría. Me dijeron que tu
también te comprometiste
Lara: ¡Si! –exclamo entusiasmada sin convencimiento en sus palabras– hoy me
comprometí
Tiago: ¿Lo amas?
Lara: ¿Con qué derecho tu me preguntas eso? –pregunto atacada.
Tiago: No te pongas así, mi amor
Lara: ¡Yo no soy tu amor Tiago!
Tiago: Bueno, es una manera de decir, pero aun no contestaste mi pregunta Lara ¿Lo
amas?
Lara: ¿La amas?
Tiago: No me contestes con otra pregunta, no es de personas inteligentes –respondió con
decisión en sus palabras– no, no la amo
Lara: –pregunto desconcertada– ¿Por qué te casas, entonces?
Tiago: Porque la aprecio muchísimo, me llevo bien con ella y para no estar solo. Podría
ahora la señorita contestarme la pregunta
Lara: Yo si lo amo, –respondió con tristeza en la voz– lo amo con mi alma
Tiago: No te creo
Lara: No es mi problema, –agrego– yo se que lo amo
Tiago: No te brillan los ojos, ni se te quiebra la voz o demuestras emoción al hablar de él,
tu no eras así hablas con mas cariño de tus hermanas
Lara: Ya basta Tiago, yo si pude encontrar el amor luego de ti
Tiago: Eres afortunada entonces porque yo aun no lo encontré, y apenas estoy
comenzando –se le quebró la voz– a olvidarte
Lara: Tiago... yo...
Tiago: No te sientas obligada a decir nada –respiro hondo– con permiso, están
llamándome –dio media vuelta y se fue.
Lara: ¡De acuerdo! Adiós –apareció detrás de ella, Tincho abrazándola por la cintura, le
dijo al oído–
Martín: ¿Me abrazas?, –dijo dulce– te extrañe –ella se volteo y lo abrazo– Reina, mi amor
–agrego preocupado– ¿estabas llorando?
Lara: No –le sonrió– estoy divirtiéndome mucho, lastima que estoy algo cansada ya
Martín: ¿Quieres que nos larguemos? Tu y yo, lejos de la ciudad
Lara: ¡Ay Tincho! Que disparates –rió.
Martín: Solo intento hacerte reír, ¿Quieres que nos vayamos a la casa?
Lara: Bueno iré por los abrigos, despídeme de George –ella se dirigió hacia la salida y
Tincho en dirección contraria.
Tiago: ¿Ya te vas?
Lara: –voltea a verlo– Si –respondió secamente– estoy cansada y mi novio también quiere
irse
Tiago: ¿Te vas porque estoy yo?
Lara: –revoleo los ojos mofando– No Tiago –sonrió irónica– tu no eres el centro del
mundo, ni siquiera el centro de mi mundo, leonino
Tiago: Creo que volvimos a discrepar
Lara: ¿Qué quieres decir?, –llegaron sus hermanas y Tincho–
Martín: Ya estamos listos –tomo su abrigo, vio a Tiago con desprecio– estaré esperándote
en el auto, no tardes –dijo seco y se fue.
Martina: ¿Por qué debemos irnos? –se queja.
Lara: Porque yo estoy cansada, ¿Quieres quedarte?
Tiago: Yo me comprometo a llevarla luego a Tina
Lara: No debes molestarte
Tiago: No es molestia, lo hago encantado... yo aun las quiero... a todas
Lara: ¡Bueno!, –vio a Tina– quédate, entonces
Martina: ¡¡Gracias Tiago!! –le dio un beso en la mejilla y se fue–
Lara: ¿Tú quieres quedarte? –vio a Flopi.
Florencia: No, yo me voy con ustedes –tomó su saco– Tiago piensa bien lo que te dije –lo
saludo y salió, Lara le entrego el saco de Tina.
Lara: ¡Nos vemos! Si Dios quiere, cuídate y que seas muy feliz –se fue.
Tiago: ¡Lo mismo digo! –respondió entre dientes– ¡Lo mismo digo!
July: ¿Qué dices?
Tiago: Nada July –contesto con la mirada perdida– acabo de perderla –agrego apunto de
llorar.
July: Ya no crees que haya sido buena idea
Tiago: No, la verdad que ya no lo creo
July: Deberías correr a buscarla
Tiago: Es inútil, esta con él. Me buscarías un vaso de algo sin alcohol, yo estaré en el
jardín –ella asintió y se fue.

En el jardín

Martina: ¡Tiago! ¡Tiago! –se acercó a él–


How: Tina, ¿Qué andas haciendo?
Martina: Solo hablaba con gente que conocí aquí –dijo triste– pero ya se van, debí irme
con mi hermana
Tiago: No, ¿Por qué?
Martina: Tiago, puedo hacerte una pregunta –inquirió, y él asintió– ¿Amas a mi hermana,
no?
Tiago: No me cambies de tema –se sonrojo y bajo la mirada, luego volvió a levantarla–
¿Se nota mucho?
Martina: A decir verdad... si, mucho
Tiago: Lastima que ella ya no
Martina: Yo no estaría tan seguro de esa respuesta negativa, según Flopi, ella aun esta
muerta por ti
July: Tiago –miro a Tina con desprecio.
Tiago: No hace falta que sigas fingiendo July
July: ¡Esta bien! –respondió relajada.
Martina: ¿Fingir? –indagó extrañada– ¿De qué hablas Tiago?
July: Disculpa lo de hace un rato, solo fue un papel que interpretaba, me caes bien
Martina: ¡Eh! ¿Qué? –torció sus labios– ¿De qué habla Tiago?
Tiago: Tina, Juliana solo es una amiga, es actriz... solo estaba ayudándome a darle celos
a tu hermana
July: Pero parece que tu hermana no se percato de eso o lo disimulo muy bien
Martina: ¿Esto es una mentira, tu no estas comprometido?
Tiago: No Tina, pero no se lo digas a Lara
Martina: Pero Tiago...
July: Tiago, la verdad que me comenzó a doler mucho la cabeza, ¿no me llevarías hasta
mi casa?
Tiago: Si claro –le sonrió a Tina– ¿Te quieres ir?
Martina: Mmm... Preferiría quedarme un rato más, en realidad... pero vamos si te tienes
que ir
July: Porque no te quedas, Tiago va y viene, no lo retendré nada de tiempo
Tiago: Eso, hagamos eso... llevo a Juliana y vuelvo
Martina: ¡De acuerdo! Ve –sonrió– gusto conocerte Juliana, y eres muy buena actriz
July: ¡Muchas gracias! –algo apenada.
Tiago: ¡Ya vuelvo!
Martina: De acuerdo –se fue.

Mientras tanto en el auto donde iban Flopi, Lara y Tincho

Martín: ¿Por qué tan callada amor, sucede algo malo?


Lara: No bebe, solo estoy un poco cansada
Martín: ¡Ay! Mi chiquita –le acaricio una mejilla– entonces mejor que te acuestes a dormir,
enseguida
Lara: –sonrió– si, eso haré –se dirigió a su hermana– ¿la pasaste bien?
Florencia: Si, muy bien –siguió mirando hacia fuera.
Martín: No parece, por tu tono de voz –vio por el espejo retrovisor.
Florencia: Pero la pase de verdad, muy bien
Martín: Esta bien si tu lo dices –sonrió– llegamos –aparco el auto delante de la casa.
Lara: Adentro –sonrió– llamaré a Tina, quiero saber si esta bien
Florencia: ¡Ay Dios!... deja de quitar mi puesto –todos rieron, pero ella lo había dicho algo
molesta– ya déjala que no es un bebe. Buenas noches a los dos –subió a su habitación.
Martín: ¿Subimos?
Lara: Llamo a Tina, y te alcanzo, quiero quedarme tranquila –se sentó en el sofá y llamó a
Tina– ¡Hola Tina!, ¿Soy Lara, cómo estas?
Martina: ¡¡Bien!! ¿Por qué llamas?
Lara: Para asegurarme de que estas bien, antes de irme a dormir
Martina: Si, claro que lo estoy... me estoy divirtiendo
Lara: ¡Me alegro! –sonrió relajada– no te vengas sola, que te traiga él
Martina: ¿Qué? –se tapo el oído y se esforzó por oír– ¿Qué, no qué?
Lara: Que no te vengas sola –elevo la voz– que te traiga Tiago
Martina: ¡Ah! Si, si... pero ahora el no esta, llevo a Juliana a la casa
Lara: ¿Quien es Juliana? ¿Te dejo sola? –inquirió molesta.
Martina: La chica con quien estaba –elevo la voz– sabes, te escucho muy poco
Lara: No te muevas Martina, yo iré a buscarte
Martina: No hace falta, él vuelve –Lara no la escucho– ¡demonios!

Lara tomo su saco y salió de la casa, entro al auto y lo arranco... camino a la fiesta
prendió la radio, mientras empezó a escuchar música, pensó...

«Maldita sea la hora en que te ofreciste, maldita sea la hora en que te vi en la fiesta,
maldito sea el día en el que me enamoré de ti, maldigo tus promesas, maldito el día en el
que te conocí, maldigo tu persona y el hecho de seguir amándote»

Mientras pensaba en todo eso, comenzó a llorar casi sin darse cuenta, llego a la fiesta
nuevamente, parada en la puerta siguió volando con el pensamiento

«Creía haberte podido olvidar, pero esta noche me di cuenta de que aun no he podido,
pese a que te dijera lo contrario, que ganas de saltar sobre ti y decirte que aun te amo
como el primer día, ¿Cómo hice para contener mis ganas?, quería decirte que eres mi
todo, y que Tincho solo significa en mi vida, lo que ella en la tuya... ¡¡Por dios!! Que
relación mas falsa que tienes Osito»

Sacudió su cabeza para quitar aquellos pensamientos pero con logros negativos

«Tus ojos, tu mirada, siguen siendo el motivo de este amor, tus labios y tu sonrisa aun
conservan el encanto, como amo tu sonrisa, tu sencillez, tu dulzura, todo absolutamente
todo tu ser... pero que estoy diciendo, ¡¡Dios!!»

Alguien golpeó el vidrio y la quitó de aquel ensimismamiento, volteó a ver quien era y bajo
la ventanilla, se apoyo sobre la misma y le dijo sonriendo

Tiago: ¿Qué haces aquí?


Lara: Vine a buscar a mi hermana
Tiago: Te dije que la alcanzaría yo
Lara: Y la dejaste sola –abrió la puerta del auto y bajo– eres un irresponsable, no
cambiarás mas
Tiago: ¿Por qué te empeñas tanto en querer herirme con tus palabras?
Lara: Yo no –comenzó a caminar pero él interfiere encerrándola con ambas manos– ¿Qué
haces? Tu novia –nerviosa– se pondrá nerviosa si te ve así con tu ex
Tiago: Ya no hay novia –respondió desafiante.
Lara: ¿Qué paso? –Inquirió viéndole la mano sin el anillo.
Tiago: Que me di cuenta que solo fue una farsa para cubrirme de la vedad
Lara: Me parece genial, digo –agrego avergonzada– el hecho de que te sinceres, contigo
mismo... Lamento que estés solo, ahora permite ir a buscar a mi hermana
Tiago: Dios –sin dejar que pasara– te me ha puesto nuevamente en el camino por algo,
es una clara señal, vuelve conmigo... aun yo te amo
Lara: Tiago tu estarás solo, pero yo sigo aun en pareja, ¿Lo recuerdas? Y aunque te
duela estoy enamorada de él
Tiago: Tu y yo sabemos bien que no es así, ¿Verdad?
Lara: No te mientas, te... dije que no te amo, no te amo –repitió cerrando los ojos.
Tiago: Titubeas, te pones nerviosa cuando pronuncias la palabra enfrente mío, admítelo –
se acerco aun mas a ella y dejo escapar un suspiro.
Lara: No –intento demostrar seguridad– no te amo –bajo la mirada– déjame buscar a mi
hermana
Tiago: ¡De acuerdo! Si así lo quieres –le abrió paso– ve a buscar a tu hermana
Lara: Permiso –dijo aparentando frialdad– Permiso –él la observo mientras ella se iba–

Dentro de la fiesta

Lara: Tina –la tomo del brazo al verla– vamos, –ella volteo– despídete de quien tengas
que hacerlo, y vamos
Martina: No, yo no voy a irme, me cortaste justo cuando estaba por decirte que...
Lara: Nadie puede llevarte, Tiago se fue
Martina: Ya sé –sonrió.
Lara: Te esperaré diez minutos afuera
Martina: No, Lara ya te dije yo tengo quien me llevará
Lara: Nada de cosas raras, sabes que no las tolero –respondió molesta y se enfado aun
mas viendo entrar a Tiago.
Martina: –elevo las cejas– Esta Javier aquí, me voy con él mas tarde, ¿Ok?
Lara: ¿Que Javier, tu novio? –ella asintió– ¡quiero conocerlo!
Martina: Esta bien, pero simula que Tiago aun te produce cosas, porque eres muy obvia –
se acerco a un muchacho que estaba de espaldas, y golpeo su hombro– amor, quiero
presentarte a alguien –él se dio vuelta.
Javier: ¿Quién?
Lara: ¡Jay! ¿Te llamas Javier?
Javier: ¿Lara?
Martina: ¿Se conocen? –inquirió confundida y celosa.
Lara: El es Jay para mi –ambos sonrieron– el productor de Tincho –explico a su
hermana– y amigos de ambos –lo observo sorprendida– no sabia que salías con mi
hermana
Javier: ¿Es tu hermana? –pregunto sorprendido.
Lara: Si, ella es mi pequeña hermana –la abrazo por un lado– bueno si esta contigo me
quedo tranquila, me iré a casa. No la lleves tarde
Martina: ¡Lara por favor!, no soy cenicienta –los tres rieron.
Lara: Ya mejor me voy, me deben estar buscando en casa –hizo unas muecas con los
labios– salí sin decir donde iba –los saludo a ambos y se retiro del lugar.

Fuera da la fiesta

Tiago espero a que Lara salga, y al verla comenzó su actuación, Lara había salido
ensimismada y no lo vio sentado en el cordón de la vereda, cuando estaba por entrar al
auto volteo y lo vio, lo observo por unos instantes y decidió ir a hablarle

Lara: ¿Estas bien? –se sentó a su lado.


Tiago: Y eso te importa –respondió sin levantar la mirada.
Lara: A decir verdad si, acaso no me conoces... ¿Qué clase de maldita me crees? Yo te
quiero
Tiago: Pero no me amas –levantó la mirada.
Lara: Tiago, no me presiones
Tiago: Esta bien
Lara: Yo creo que –trago saliva y dijo forzadamente– podemos ser amigos
Tiago: No, no entendiste nada –se levanto– yo te amo Lara, me iré a dormir en el auto por
ahí –dijo entre dientes, ella lo siguió con la mirada.
Lara: ¿Qué acaso no tienes donde dormir?
Tiago: No, Juliana y yo nos separamos y le deje la casa a ella –respiro hondo– en realidad
yo vendí la mía, esa era de ella –frunció de hombros– mala decisión. ¡Adiós Lara! –abrió
la puerta del auto.
Lara: Tiago aun conservo la casa de la playa que me regalaste –se levanto y lo alcanzo–
si quieres puedes quedarte ahí, cuanto tiempo necesites
Tiago: ¿Segura?
Lara: Muy segura –respondió sonriente– Tu espérame allá que iré a casa por las llaves
Tiago: ¡Bueno!

Lara subió a su auto, al igual que Tiago en el suyo. Ella en el trayecto a su casa reflexionó
sobre todo lo que había pasado esa noche, y si era verdad todo lo que había dicho Tiago
sobre sus sentimientos para con ella, Lara estaba segura de sus sentimientos, pero aun
no estaba segura del amor de Tiago. Cuando llego a su casa abrió la puerta y camino
hacia el interior sigilosamente sin hacer un solo ruido, busco las llaves en un cisne de
cerámica que tenía en el living, regreso sobre sus pasos y cuando estaba por cruzar la
puerta, su hermana salió de la cocina con un vaso lleno de agua

Florencia: ¿Sales?
Lara: ¡Que susto!, –se sobresalta– Si, salgo –dijo bajito– tengo que ir a abrir mi casa de la
playa
Florencia: ¿Para?
Lara: Tiago se dejo de la novia –contuvo su alegría– y no tiene donde ir, quiero ayudarlo
Florencia: ¿Por qué haces todo esto?
Lara: Porque es un amigo y por los viejos tiempos
Florencia: Y porque lo amas y te da miedo admitirlo, además no quieres lastimar a Tincho,
pero tu bien sabes que ninguno de ustedes se pertenecen, tu eres de Tiago y Tincho de
alguien mas
Lara: Ya basta Flopi
Florencia: ¡Esta bien!, –tomo un sorbo de agua– ve, yo te cubriré
Lara: Como si te costará tanto –entrecerró los ojos, celosa.

Más tarde

Tiago: Gracias por tu hospitalidad


Lara: No tienes porque, tu ya conoces la casa no es necesario hacerte un tour por la
misma, así que yo me voy a mi casa
Tiago: No, espera –la tomo del brazo– quédate a tomar un café –agrego con la mirada
triste– no me dejes solo aun, por favor
Lara: Se como terminan estas cosas -suspiro– y no quiero líos
Tiago: Juro que no los tendrás es solo un simple café –respiro con pesar– como amigos y
por los viejos tiempos
Lara: Pero solo un rato
Tiago: ¡Esta bien!, –contesto– ya lo preparo

Más tarde

Lara y Tiago estaban en unas sillas mecedoras junto al ventanal que separaba la sala del
balcón que daba hacia la playa

Tiago: ¿Cuantos recuerdos, no?


Lara: Si, es verdad –hizo una pausa– son muchos –miro el horizonte.
Tiago: Cuantos te amo que te he dicho, aquí –se tiro hacia delante y le dijo al oído, ella se
estremeció– cuantas veces fueron las noches en las que te hice el amor
Lara: No sigas
Tiago: Las caricias, las sonrisas que me regalabas, los besos que nos dimos
Lara: No sigas Tiago, por favor –dijo con los ojos cerrados.
Tiago: ¿Por qué, acaso no lo estas disfrutando? –le acaricio la pierna.
Lara: Ya –le quito la mano– no quiero sufrir
Tiago: Nunca te lastimaría
Lara: Lo hiciste una vez –lo miró a los ojos– el lobo pierde el pelo, pero no las mañas
Tiago: Yo jamás te engañe Lara, no se porque no me crees yo jamás lo hice, ni lo haría
porque te amo de verdad –respondió con lagrimas en los ojos.
Lara: No me hagas esto –le seco las lagrimas– Tiago por favor, no aquí ni ahora...
Tiago: ¿Qué tiene?
Lara: Estamos los dos solos y es peligroso
Tiago: Yo solo te quiero conmigo de vuelta, muero por volverte a hacer el amor
Lara: Ya basta –murmuro con la voz entrecortada–Tiago –susurro– no sigas
Tiago empezó a besar el cuello de Lara y con sus manos recorrió toda la espalda sobre la
ropa, la tomo de la cintura y ambos se levantaron, y entre besos y caricias llegaron al sofá
donde el la recostó y comenzó a desnudarla entre caricias, enredaron las piernas y el
fuego comenzó a sentirse en el ambiente, Lara no sintió necesidad de negarse a aquella
escena y que habían montado juntos. Los labios de Tiago bajaron a lo que se podía ver
de su pecho sobre la camisa, mientras que ella le revolvió con ambas manos el cabello,
cuando el ambiente era tal que la ropa escocía sonó el celular de Lara, ella interrumpió el
momento para atender

Lara: ¡Espera!, –se detuvo– puede ser algo importante me suena el celular, déjame
atender
Tiago: No atiendas –intento persuadirla pero ella se sentó el sofá y el comenzó a besarle
la nuca.
Lara: Es Tincho –vio el numero de celular, agrego cortante– déjame atender –él se hizo a
un lado– ¡Hola!, –atendió el teléfono.
Voz: Soy yo Lara, Flopi... Tincho esta como loco, me obligó a decirle donde estabas, va
para allá y sabe que Tiago esta contigo
Lara: Le dijiste que estaba con él, dijiste que me cubrirías
Voz: Lara, ¡lo siento! Siento haberte fallado, pero si amas a Tiago de verdad mejor dile
que se vaya... me asusto ver a Tincho tan sacado
Lara: ¡Ay Dios mío! ¡Ok! Adiós –corto– Era Flopi, me dijo que Tincho esta súper sacado y
viene para aquí, es mejor que te vayas
Tiago: No me voy a ir, tu me prestaste la casa... a parte no le tengo miedo
Lara: Tiago, hazlo por mi, por favor... ¿si?
Tiago: ¡Esta bien!, –se levanto, ella también.
Lara: Hazme un favor
Tiago: ¿Qué favor, princesa?
Lara: Ve por Jay y Tina a la fiesta y por Flopi a mi casa, saquen –suspiro– no deja,
llamaré de nuevo a Flopi y le diré que haga mi valija y que se venga en mi auto, tu ve a
buscar a Tina a la fiesta y dile lo que paso
Tiago: ¿Me estas insinuando que dejarás a Tincho?
Lara: No lo se –dijo triste– lo intentaré, espero atreverme
Tiago: Yo rezaré porque así sea
Lara: ¡Ok!, –sonrió– ¿Tiago?
Tiago: ¿Sí?, –volteo.
Lara: No, nada quería decirte... que te llevarás mi auto, pero no es bueno que vea tu auto
aquí
Tiago: ¡De acuerdo! Me voy... ¡Te amo!
Lara: Yo te amo a ti, –respondió espontáneamente.
Tiago: ¿Cómo dijiste?, –volteo.
Lara: Que te amo Osito –suspiro relajada y sonrió– ahora vete –él la beso y se fue.

Un rato luego

Lara se sentó en el sofá súper nerviosa y fijo la mirada en la puerta, impaciente y


expectante que en cualquier momento que Tincho tocará el timbre; los minutos pasaron
lentamente hasta que el timbre en el silencio de la sala retumbo, ella se paro y se dirigió a
la puerta para abrirla

Martín: ¿Dónde esta? –entro echo una fiera cuando ella abrió– ¿Dime que no es verdad
Lara, mi amor dime que no es verdad?
Lara: ¿Qué cosa?, –trato de mantener la calma.
Martín: Es que me dijo tu hermana, que no me amas –se arrodillo delante de ella– que
nunca lo hiciste, y que aun amas –se le quebró la voz– a Tiago
Lara: ¿Qué? –fingió molesta– Flopi te dijo eso. Acaso no fuiste tú el que te sacaste y por
poco no rompes todo queriendo saber que sucedía
Martín: No, yo –se calmó– tu hermana –agrego confundido– me despertó y me dijo que te
habías ido que no sabías donde estabas y que estaba preocupada, comenzamos a
discutir y comenzó a decirme que estabas en esta casa ayudando a Tiago, que no se que
le había pasado, me dijo pero no recuerdo, y comenzó a insistir que te dejará que tu ya no
me amabas, y que dejará entrar a alguien mas a mi corazón, que tu corazón ya estaba
ocupado desde hacía tiempo y no me correspondía –comenzó a llorar nuevamente– Dime
que no es verdad, dime que tu si me amas
Lara: Tincho yo –dijo molesta por lo que se acababa de enterar– voy a matarla cuando la
agarre
Martín: ¿Entonces es verdad que lo nuestro es una farsa?
Lara: No, Tincho claro que lo nuestro no es una farsa, tu realmente me importas yo te
amo
Martín: No me mientas mas –dijo desesperado rompiendo en llanto.
Lara: No te estoy –se le entrecorte la voz mientras las lagrimas comenzaban a llenarle los
ojos– mintiendo
Martín: ¿A él lo amas?
Lara: No sé quien es él
Martín: Hablo de tu ex, de Tiago Ledesma
Lara: Yo no quiero hablar de lo que sienta por él, porque no quiero ponerme peor –se
levanto.
Martín: Pero yo si –la tomo fuerte de un brazo.
Lara: Tincho suéltame, estas lastimándome –forcejeo.
Martín: Lara, yo te amo y no quiero perderte
Lara: No vas a perderme –se zafo– no se puede perder lo que nunca fue de uno –dijo
entre dientes, pero Tincho escucho.
Martín: ¿Qué quieres decir con eso? –se molesto.
Lara: Que mi hermana en parte tiene razón, yo Tincho –estallo en lagrimas– yo no te amo
es verdad, no como tu quisieras no con esa intensidad; y sé que me duele en el alma de
la manera sucia en que Flopi jugo este juego, pero ella te querrá mas y mejor que yo
Martín: ¿Cómo sabes que ella siente cosas por mi?, ¿Cómo sabes que paso algo entre
nosotros?
Lara: ¿Qué dijiste?, –inquirió asombrada– ¿Cómo que paso algo entre ustedes? ¿Te
acostaste con mi hermana en casa?
Martín: ¿No lo sabías? –preguntó avergonzado.
Lara: No, claro que no –dijo molesta– que clase de mujer me crees, piensas que tan poco
me importas como para permitir que mi hermana se acueste con mi pareja y no decir
nada?
Martín: Lara yo no –se acercó a ella– no quise hacerte daño, jamás lo haría sabes
Lara: No, olvídate esto se termino –se quitó el anillo y se lo revoleó por la cabeza.
Martín: Pero todo esto no quita que te ame –agrego triste– ¿Tu no me amas?
Lara: No, Tincho se acabo... me traicionaste y yo jamás lo hice
Martín: ¿Y a él lo amas?, –se mordió el labio inferior.
Lara: Eso a ti no te concierne, no te importa –se sentó resignada en el sofá– pero para
que lo sepas y sufras como estoy sufriendo yo, sí lo amo con todo mi ser –Tincho
comenzó a llorar y ella también– ¡Lo siento! Yo no –se le quebró la voz.
Martín: No digas mas nada, yo podré sobrevivir sin –se ahogó en llanto– ¿Puedo ir a
lavarme la cara?
Lara: Si, claro –se secó las lagrimas que recorrieron sus mejillas– ve –él subió las
escaleras y a ella le sonó el celular.
Voz: Mi amor soy yo, ya hemos sacado el auto de la casa, estamos en la casa de Jay por
si necesitas algo –escucho el congojo de ella– ¿tu estas bien?
Lara: Si, estoy bien. Cualquier cosa te llamo
Voz: No estas sola, ¿verdad? Aun esta ahí
Lara: Si así es
Voz: ¿No puedes hablar?
Lara: No en este momento, nos vemos mas tarde... yo te llamo
Voz: ¡De acuerdo! Te amo
Lara: ¡Lo se! Adiós –cortó.
Martín: ¿Era él? –bajo las escaleras, tenía los ojos color rojo de tanto llorar.
Lara: Si –dijo triste.
Martín: Yo ya me voy –exclamó con la cabeza baja.
Lara: No te vayas así
Martín: No hay otra manera Lara, el tiempo cura toda clase de heridas y estoy seguro de
que podremos volvernos a ver... pero por ahora y pese a que estoy decidido en continuar
mi vida, te sigo amando
Lara: Tincho –suspiro fuerte– tu me importas mucho –se abrazaron.
Martín: ¡Lo siento Lara!, yo quería que funcionará, pero fue hermoso mientras duro ya no
tengo nada que hacer aquí. ¿Volverás con él?
Lara: No voy a contestarte esa pregunta, Martín
Martín: ¿Cuándo buscarás tus cosas, o prefieres ir ahora?
Lara: Flopi, ya saco mis cosas de la casa
Martín: ¿Lo tenías planeado? –dijo triste.
Lara: Solo tenía la idea en mente cuando Flopi me llamo de que venías para aquí
Martín: ¡Maldición!, –exclamó con rabia y tiro sin querer un jarrón que había allí, Lara se
asusto– yo te amo sabes, y si me dejarás la mínima esperanza de que tu aun me amas,
intentaría conquistarte lo dejaría todo
Lara: Ya no funciona Tincho, lo siento... yo también hubiese querido casarme contigo,
pero las cosas en algún momento de hoy se quebraron
Martín: Lara no me mientas así, nunca me amaste porque si realmente me hubieses
amado, no estarías dejándome
Lara: Tincho, no hagas las cosas más difícil
Martín: ¡Esta bien!, tienes razón –respiró profundo.
Lara: ¡Lo siento! –abrió la puerta de calle y él salió.

Unas horas más tarde

Lara rompió en llanto y afirmo su cuerpo contra la repuesta, para luego por inercia
caminar hacia un rincón entre el hogar y un sofá individual de la sala, sobre un cojín con
las piernas agarradas y la cabeza perdida entre ellas, llorando desconsoladamente, la luz
se encontró apagada cuando Florencia entro junto a Tiago y Martina, Tiago tenía una
copia de aquella casa

Martina: Lara, hermanita –entro a la casa encendiendo la luz– ¿Lara dónde estas? –la
busco con la mirada hasta divisar sus pies sobresaliendo el sofá– Hermanita ¿Qué haces
allí sentada? –se arrodillo frente a ella acariciándole la cabellera.
Lara: No se como sentirme –levanto la mirada– quisiera salir corriendo e ir a buscarlo, y
pedirle perdón
Florencia: No Larita, él no te ama –se acercó– como tu te mereces –Tiago y Javier
permanecieron junto a la puerta parados, alejados de la escena.
Lara: No quiero que ni me hables, no tenías derecho de hacerme lo que hiciste, no fuiste
de frente Florencia –grito con rabia en la voz.
Martina: ¿Qué paso?
Lara: Paso que Florencia se acostó con Martín –la vio desafiante– ¿Te gusto, lo
disfrutaste?
Florencia: Lara, no es necesario que ninguna de las dos suframos esto
Lara: No, no es necesario. No quiero verte –se paro y se dirigió a la cocina.
Martina: Lara, hablemos –volteo– ya me vas a explicar lo que hiciste –entra a la cocina.
Florencia: Yo mejor me voy –dijo viendo a los chicos.
Tiago: ¿A dónde irás?
Florencia: Buscaré mis cosas en lo de Martín –abrió la puerta– y me volveré a Argentina
Lara: Florencia –ella volteo, Lara estaba apoyada sobre el marco de la puerta de la
cocina– no te vayas por favor, sé cuanto amas a Martín, sé que él llegará a amarte igual o
mas, ve a buscarlo y hazlo feliz –sale de la cocina– cuídalo mucho, él se merece una
mujer como tu, no permitas que haga ninguna locura, y en su estado es capaz de hacerlo,
ve
Javier: No creo que sea conveniente –expreso– de que nadie se le acerque a Tincho si
esta alterado, no hasta que se calme –observo a Flopi– deja que él te llame
Lara: Creo que Jay tiene razón –sonrió amargamente.
Martina: Lara, tu tienes que hablar con Tiago, supongo... yo junto a Javier y Flopi
subiremos tu equipaje, estaremos arriba si nos necesitas –le hablo a Javier– ¿Me ayudas
amor? –se acercó.
Javier: Si, subamos las cosas los tres –cada uno tomo dos valijas y subieron, Tiago y Lara
los siguieron con la mirada hasta que se perdieron en el segundo piso.
Tiago: Tomarías –volteo a verla– mi mano –se la extendió– por favor –ella lo hizo– muy
bien princesa –sonrió y la acerco a él haciéndole un mimo en la nariz– podríamos ir a la
playa para hablar mas tranquilos –vio el resto del equipaje– aquí no podremos hacerlo
Lara: Bueno –expresó con algo de ahogo– vamos

En la playa

Tiago: Que linda esta la noche –ella asintió– es parecida –se sentaron sobre la arena– a
la noche en que nos conocimos
Lara: ¿Aun la recuerdas? –dijo sonriendo.
Tiago: Como si hubiera sido ayer –volteo a verla a los ojos– ¿Cómo hiciste para vivir sin
mi? –suspiró– porque para mi fue un calvario cada noche que me acostaba sin ti, y
cuando –agrego con lagrimas en los ojos– me junte con... –suspiro– ¡Ay! Para que seguir
mintiendo, no he estado conviviendo con nadie si estuve en pareja, pero Juliana es solo
una amiga mía, es actriz –se encogió de hombros– siempre te extrañe mas de la cuenta
Lara: O sea, que jamás perdiste tu casa y jamás estuviste de novio con esa chica de esta
noche –él asintió– debería matarte –hizo cara de perrito regañado y le robo una sonrisa–
yo no conseguí dormir en toda la noche, cuando creía haberlo superado apareciste
pidiéndome de volver, estaba tan lastimada que no quería saber nada de ti, por eso te
pedí que no me molestarás mas; pero si deseaba estar contigo... Cada vez que te
necesitaba a ti, aparecía Tincho, él significo tanto en esa etapa de mi vida que fui
encariñándome con el hasta que me pidió salir, estaba sola y lastimada y él era mi refugio
entonces le dije que si, pero no era lo mismo y no creo haberlo amado como te amo a ti,
no me llenaba en verdad tu te habías llevado el ultimo rastro de amor que había en mi. Me
engañe creyendo que algún día podría amarlo, el tiempo paso tan rápido que no me di
cuenta cuan dentro de la relación estaba
Tiago: ¡Entiendo!, –le acarició la mejilla– ¿Cómo te sientes ahora?
Lara: Mejor –suspiró– comienzo a extrañarlo
Tiago: Es lógico, convivías con él. Sabes debo serte sincero... en gran parte me alegra
que hayas decidido jugarte por mi
Lara: Yo no confirme que hayamos vuelto –sonrió pícara.
Tiago: Si, lo hiciste; desde el momento en que lo dejaste
Lara: Eso no quiere decir nada –lo miro a los ojos y sonrió apenada por la mirada de él–
¿Tu me amas mucho?
Tiago: Si, muchísimo. Jamás deje de hacerlo

Mientras tanto en la casa de Tincho

Florencia: No puedo verte llorar –señalo triste– te metiste demasiado dentro de mi


corazón –dijo sin pensar y se tapo la boca, hubo un breve silencio y ella agrego–
¿Quieres un poco de agua?
Martín: No, lo que quiero no puedo tenerlo
Florencia: Si, entiendo –bajo la cabeza– quieres a...
Martín: ¡Lo siento! –se acerco a ella– ¿Puedo preguntarte algo? –ella asintió– ¿Quisieras
que... lo... intentemos?
Florencia: ¿Lo dices en serio?, tu acabas –agrego con sonrisa amarga– de terminar una
relación que te llenaba
Martín: Ya no lo creo, creo que solo fue capricho –suspiro rendido– ¿Entonces que dices?
Florencia: Me encantaría, claro si tu quieres
Martín: Tu ya sabes como son las cosas, ¿no? –ella asintió– ¡pues quiero que me
enamores!
Florencia: No funciona así Tincho, vayamos paso a paso ¡de acuerdo!, –le acaricio la
mejilla.
Martín: Ven aquí –la aferro contra su cuerpo y la beso.

En la playa

Tiago: ¿Qué piensas?, –observo la mirada perdida de Lara.


Lara: En todo lo loco que me ha pasado en una noche –le acaricio el brazo derecho– no
creía que la llegada de mis hermanas cambiaría nuevamente mi vida
Tiago: ¿Sabes algo?, –sonrió– hubo algo no fue casual
Lara: ¿Qué?
Tiago: Nuestro encuentro, George es sobrino artístico mío él me dijo que irías a la fiesta
con tu pareja claro, entonces me arme toda esa historia falsa con July –ella frunció el
seño– cuando ustedes llegaron yo me cruce casi instantáneamente con Tincho, y me
comento lo de su relación y que no estaba seguro de lo que estaba haciendo porque
Flopi, tu hermana le había empezado a agradar de una manera distinta –Lara levanto las
cejas asombrada– entonces convenimos que yo le abriría el camino intentando
reconquistarte, sé que se me fue la mano con la mentira pero tu me conoces ya y suelo
exagerar las cosas, tu hermana me dijo que aun me amabas y eso para mi fue un gran
motor, para recuperarte
Lara: ¡Ay Dios!, –se sintió mal de repente– ¿Tincho nunca me amo?
Tiago: Si, si te amo y aun lo hace... pero tú nunca lo amaste a él, y él comenzó a cambiar
de camino, tu camino –señalando su pecho– estuvo siempre aquí
Lara: Te lo tenías –sonrió– bien guardado, así que no tenías novia
Tiago: No, intente salir con alguien pero fue inútil te amo demasiado, lo intente cuando
supe lo tuyo con Tincho mientras mantuve la ilusión de recuperarte
Lara: ¿Y lo has hecho?
Tiago: ¿Lo he hecho? –inquirió interrogativo.
Lara: No lo se –se encogió de hombros.
Tiago: Quizás si te haga la siguiente pregunta
Lara: ¿Cuál?
Tiago: ¿Quieres volver a ser mi novia?
Lara: Si, si quiero –respondió con una gran sonrisa en sus labios.
Tiago: –metió su mano en el bolsillo y saco una cajita bordo– ¿Lara, te casarías conmigo?
–abrió el estuche.
Lara: ¡Ay me muero!
Tiago: No por favor –respondió en tono de broma– no quiero ser viudo –saco el anillo de
la misma.
Lara: No, no claro que no –él se arrodillo frente a ella.
Tiago: Aun no me has dicho si aceptas
Lara: Si, claro que sí mi amor –lo besó impulsivamente cayendo sobre la arena.
Tiago: Te amo mi amor, te amo mucho, mucho princesa
Lara: Yo también te amo mucho, mucho –ella extendió su mano izquierda y él coloco el
anillo.

Lara y Tiago jamás dejaron de amarse a pesar de estar tanto tiempo alejado uno del otro,
se armo una gran familia entre todos, Martina aun sigue de novia con Javier, e incluso
están comprometidos; pudo dedicarse a lo que mas amaba ser bailarina integraba el
cuerpo de baile del staff de bailarines de su hermana; Florencia también quedo en
Estados Unidos y lleva una hermosa relación con Martín, él siempre sostuvo que los
mimos que ella le brindaba robaron su corazón, él continua con su carrera mientras tiene
3 Cds en su haber, cuando ella puede lo acompaña en las giras si es que no esta
grabando alguna película, en esos viajes aprovecho a escribir, y ya publicaron su primer
libro; la madre de las chicas viajo a vivir con sus hijas luego de cremar a su marido para
tenerlo mas cerca; las chicas están encantadas de tener a su madre y ella se adapto muy
bien a la ciudad; Lara comenzó la gira de su primer trabajo discográfico como telonera de
Tincho en la gira ‘Over Load’, Tíago siguió produciendo artistas y junto a Lara abrieron
una compañía para artistas de distintas ramas, ya salió a la venta el quinto disco de
estudio y séptimo de su carrera. Fueron los primeros en casarse al terminar la primera
gira de ella.

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