Professional Documents
Culture Documents
INTRODUCCIÓN.
Aunque en una sola vida no se notan grandes cambios naturales en la forma de las
montañas y valles que nos rodean, sabemos que en el pasado el paisaje no siempre ha
sido como lo vemos hoy en día. Por ejemplo, los fósiles marinos encontrados en alta
montaña prueban que estas rocas se han formado en el mar, un hábitat completamente
diferente.
Reconozco que es imposible restablecer la topografía existente en cada momento de la
historia geológica de una región, pero muchas veces es posible realizar una aproximación
de la antigua topografía (paleotopografía) durante los últimos millones de años.
La erosión hace que con el tiempo grandes volúmenes de rocas hayan desaparecido. Es
indispensable intentar “reponer” estos volúmenes para conseguir una impresión de cómo
era la topografía hace cierto tiempo. En este artículo se intenta reponer la paleotopografía
de la zona de la Cueva de Udías hace unos 3 millones de años.
Mientras que la mayor parte del Mioceno (desde hace unos 23 millones de años (Ma)
hasta unos 5,3 Ma) ha sido una época de fuerte actividad tectónica, como indica la
deposición de paquetes sedimentarios de gran espesor que son el resultado de la erosión
de unas montañas rejuvenecidas, el final del Mioceno y la mayor parte del Plioceno
(desde hace 5,3 Ma hasta 1,8 Ma) han sido una época de relativamente poca actividad
tectónica.
Esta época de tranquilidad ha durado desde hace aproximadamente 8 Ma (límite bastante
arbitrario) hasta unos 3 Ma (bastante preciso). Es decir unos 5 millones de años, durante
lo cual el proceso geológico dominante ha sido la erosión. La erosión sin levantamiento
simultáneo de una región, resulta en amplios valles llanos (llanuras aluviales) de poco
gradiente y aplanamiento del terreno en general.
INTRODUCCIÓN.
Ahora que se sabe que la superficie de la zona se ha levantado unos 250 metros desde
hace unos 3 Ma, tenemos que intentar imaginar la topografía existente en esa época.
Hay que tener en cuenta que la erosión de una zona levantada no ha sido igual en toda su
superficie. La erosión de las rocas duras, que a menudo forman los cumbres, es mucho
menor que la erosión de las rocas blandas. Además en una región recién levantada la
erosión es más rápida en el fondo de los valles, donde se encuentran los arroyos y ríos,
por el abrupto aumento en gradiente hidráulico. Esta erosión suele empezar en la
embocadura de los ríos para migrar aguas arriba, formando marcados valles encajados.
La conclusión es que los cumbres (por ejemplo los conglomerados silíceos y areniscas de
la Sierra del Escudo de Cabuérniga) habrán experimentado una erosión de entre 50 y 75
metros (hasta 25 metros por millón de años), mientras que los fondos de los valles
principales y cercanos al mar habrán bajado hasta 250 metros.
EL PALEORELIEVE DE LA ZONA.
Actualmente hay dos zonas que se levantan claramente por encima de los 250 metros:
-La Sierra del Escudo de Cabuérniga, situada al suroeste de Cabezón de la Sal, con
cumbres de entre 700 y 900 metros. Antes del levantamiento del Plioceno las cumbres de
esta Sierra llegarían a entre aproximadamente 500 y 700 metros (700 metros originales +
250 de levantamiento – 50 metros de erosión = 900 actuales).
-El Alfoz de Lloredo, una zona compuesta de roca caliza y dolomia, con cumbres hasta
422 metros (Pico de las Palomas). Aquí se encuentran numerosas dolinas (hoyos) y no
existe un sistema de desagüe superficial y por tanto toda su erosión ocurre por disolución.
Una cifra aproximada de la disminución de su cota más alta puede ser entre 75 y 100
metros y, por tanto, el Alfoz era una zona de monte bajo con cumbres hasta unos 295
metros (295 metros originales + 250 metros de levantamiento – 75 de erosión = 420
metros actuales).
El resto de la zona era probablemente una llanura costera, que parcialmente puede haber
estado por debajo del mar, con algunas pequeñas elevaciones. La falta de llanos (como en
Asturias) indica que la mayor parte ha estado por encima del nivel del mar.
Donde el río Saja salía de las montañas su posición era muy cercana a la actual, por estar
fijado por sus altas laderas que impiden grandes cambios laterales. Sin embargo, su
posición sobre la llanura costera es mucho más incierta y lo más probable es que ocupaba
una amplia llanura aluvial donde el río se va cambiando de posición dentro de su propio
valle.
Lo más probable parece que el río se desviaba hacia el noreste, como lo hace en la
actualidad, dentro de su amplia llanura aluvial encajada entre las montañas el sur y el
Alfoz de Lloredo en el norte. La posición cambiante del río dentro del valle hace que en
algunos momentos estaba cerca de las montañas al sur y en otros momentos pegado a las
calizas del Alfoz de Lloredo. Esta última situación era muy propicia para la formación de
sumideros que alimentaban un desagüe subterráneo por debajo del Alfoz de Lloredo, con
otras palabras, una buena situación para formar cuevas.
La figura 3 muestra un esquema de la situación de la diferentes unidades y una posible
situación hidrológica.
UNAS CONCLUSIONES.
Hemos reconstruido una supuesta paleotopografía, basado en principios geológicos
bastantes sólidos.
-Primera conclusión bastante obvia es que la depresión cerrada de Udías se ha formado
después del levantamiento de la zona (ver más adelante).
-Segunda conclusión es que antes y durante el levantamiento es probable que en varios
momentos de su historia geológica, el río Saja estaba en contacto con las calizas del
Alfoz de Lloredo, perdiendo aguas debido a gradientes hidráulicos algo más favorables.
Este último tendría las siguientes consecuencias para la formación de teóricas cuevas:
Deben tener una edad mayor de aproximadamente unos 1,5 Ma., es decir antes, durante e
inmediatamente después del levantamiento.
Deben ser (sub)horizontales y empezar en el borde sur del Alfoz de Lloredo, aunque
pueden empezar con un trayecto más vertical (si se ha conservado).
Si la pérdida de agua es bastante (y/o durante mucho tiempo), las cuevas pueden ser de
un tamaño considerable.
Deben formar un nivel horizontal entre los 200 y 250 metros aproximadamente.
Debido a la suave inclinación de los estratos hacia el norte, también es probable que se
han formado sumideros (y cuevas) en la formación C152 (la misma caliza donde se ha
formado la Cueva de la Virgen, ver artículo “La depresión cerrada de Udías”). Esta
formación se encuentra por debajo y al sur de las calizas y dolomías que forman el resto
del Alfoz de Lloredo y, por tanto, más cercano al antiguo río Saja.
El desagüe del la depresión hacia el mar en el norte estaba bloqueado por una gran
sinclinal de materiales impermeables (figura 4), lo que sugiere que desde el principio ha
sido en dirección de Novales, donde también está la actual resurgencia. La distancia
desde la resurgencia hasta el mar es muy reducido, solo unos pocos kilómetros, y, por
tanto, la erosión del río original que salía de las primeras resurgencias debe de haber sido
muy grande (gradiente hidráulico de unos 100 metros por kilómetro) resultando un rápido
encajonamiento de su valle.
Con la rápida profundización del valle también es lógico una rápida profundización de
sus resurgencias. Según los datos de la monografía del karst de Udías (1983), la actual
resurgencia se encuentra a una altura de 65 metros y la Cueva las Aguas, un amplio
conducto que ha funcionado como una antigua resurgencia (figura 5), a una altura de 100
metros. El gran tamaño de la Cueva las Aguas indica un nivel estable del desagüe del
sistema, y si lo combinamos con una rápida profundización del valle, se puede pensar que
la resurgencia ya se había establecido a un nivel de 100 metros hacia el final del
levantamiento (hace unos 2 Ma).
La figura 4 muestra el sumidero, la resurgencia y el trayecto subterráneo en línea recta
actuales. El sinclinal en el norte bloquea un desagüe directamente hacia el norte.
Todas estas suposiciones (si, soy consciente de que lo son), nos pintan el siguiente
panorama: hace unos 2 Ma el sumidero de la depresión cerrada de Udías se situaba
alrededor de los 200 metros y su resurgencia alrededor de los 100 metros. Los arroyos
que ya se habían instalado en la depresión la erosionaban de una forma más o menos
constante, mientras que el arroyo procedente de la resurgencia ya había excavado el
mayor parte de su valle. Sumidero y resurgencia estaban conectados por un sistema de
cuevas.
Hay tres modelos posibles respecto la inclinación de las cuevas.
El primero puede suponer una inclinación gradual entre sumidero y resurgencia, en cuyo
caso debe de haber unas galerías que bajan gradualmente desde los 200 metros hasta los
100 metros. Estas galerías deben de ser en forma de cañón o meandro, con quizá algunos
tramos freáticos hacia sus techos y cerca de la resurgencia, es decir en régimen vadosa.
El segundo modelo supone que la capa freática se adapta al nivel de la resurgencia en
relativamente poco tiempo y que se forman galerías freáticas más o menos horizontales.
En este caso el agua que entra por el sumidero ha de bajar por una serie de pozos hasta
alcanzar el nivel freático, es decir un trayecto corto y muy vertical seguido por un
trayecto largo y (sub)horizontal. O el agua que entraba por el sumidero bajaba por unas
galerías que se inclinaban según la estratificación hasta llegar a la zona freática y
horizontal. Estas galerías pueden haber estado en la base de la formación y
probablemente eran de flujo libre (vadosas). Es decir un tramo inclinado seguido por un
largo tramo horizontal.
Hoy en día los pozos de entrada o estas galerías inclinadas de entrada deberían de haber
desaparecido por la erosión y el sistema resultante consistirá de unas galerías horizontales
situadas alrededor de los 100 metros, de origen freático. A primera vista parece que el
segundo modelo se adapta más a la realidad.
Desde luego que es muy probable que durante la primera instalación del sistema hubo
galerías superiores, pero de menor tamaño, y que todo el sistema está pinchado por pozos
vadosos posteriores.