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BIOFRAFÍA
En 1871, tras casarse con el comerciante inglés Joseph Turner, Clorinda Matto se
trasladó al pueblo de Tinta donde continuó la carrera literaria que iniciara unos
años antes, escribiendo versos y artículos que fueron publicados bajo diversos
seudónimos en publicaciones regionales como El Heraldo, El Ferrocarril, El
Rodadero, El Eco de los Andes y El Mercurio. En abril de 1876 la escritora fundó
la revista El Recreo y, al año siguiente, visitó por primera vez la capital peruana,
donde tuvo la oportunidad de participar en las tertulias literarias organizadas por
la escritora argentina Juana Manuela Gorriti (28-II-1877), veladas que luego
continuaría la propia Clorinda. Para entonces ya colaboraba con las principales
publicaciones literarias del país firmando artículos con su nombre o con el
seudónimo de "Carlota Dimont".
Durante la guerra con Chile (1879-83), Clorinda Matto de Turner vivió en Tinta y,
luego de la muerte de su esposo, el 3 de marzo de 1881, tuvo que administrar los
bienes del matrimonio. A fines de 1883, se trasladó a Arequipa para asumir la
jefatura de redacción del diario La Bolsa, uno de los más importantes de la ciudad.
En abril de 1886 se estableció en Lima, ciudad donde fue incorporada
rápidamente a las principales instituciones culturales de la capital peruana, como
el Círculo Literario y el Ateneo de Lima. En 1888 la Unión Iberoamericana de
Madrid acordó nombrarla socia honoraria.
Sus primeras publicaciones las hizo dentro del género tradicional, que Ricardo
Palma había puesto en boga en toda Hispanoamérica. El primer libro de Clorinda
Matto de Turner fue Tradiciones cuzqueñas, leyendas, biografías y hojas sueltas
(Arequipa, 1884), publicado con un prólogo de Palma en el que la llama "su
mejor discípula". En la misma línea, siguió luego Tradiciones cuzqueñas,
crónicas, hojas sueltas. Tomo segundo (Lima, 1886), con prólogo de José Antonio
de Lavalle. El historiador peruano Horacio Villanueva Urteaga ha demostrado que
la mayor parte de estas tradiciones se basan en los Anales del Cuzco de Diego
Esquivel y Navia, entonces inéditos.
La obra se inicia describiendo Killac, pueblito de los andes, donde transcurren los
principales hechos de la novela. En Killac sólo el paisaje físico es bello, pero no el
social que es aberrante. En la trama de la novela aparece Manuel, quien se
enamora de una joven doncella, Margarita; él desea casarse con ella, pero pronto
descubren que son hermanos, pues ambos son hijos de un cura.
PRIMERA PARTE
Aves sin nido empieza con una descripción del pueblo situado en la sierra del
Perú que se llama Kíllac - un lugar en que la naturaleza inspira a la gente a sentir
mucho amor para su país. El autor usa los colores y los olores para describir la
naturaleza y la belleza de la tierra peruana. El narrador continúa por describir a la
gente del pueblo. Primero, se presenta a Marcela, una mujer india que lleva la
ropa peruana tradicional. En contraste, hay otra mujer, se llama Lucía, que
pertenece a la clase élite del Perú y acaba de mudarse a Kíllac con su esposo, don
Fernando. Con su tiempo libre, empieza a hablar con Marcela y aprende de su
situación devastadora: Marcela tiene que pagar sus deudas al cura y al gobernador
del pueblo pero no tiene bastante dinero. Por eso, Lucía decidió hablar con el cura
Pascual y con el gobernador, don Sebastián. Cuando los dos oficiales del pueblo
van a visitar a Lucía y se enteran de sus opiniones, se burlan de ella. Ellos piensan
que Lucía tiene la intención de cambiar el ritmo y estilo de vida en el pueblo.
Además, el cura dice que tiene que coleccionar las deudas para que él pueda
continuar con sus servicios al pueblo. En este momento Lucía empieza a darse
cuente a la corrupción en Kíllac en vez de estar de acuerdo con ellos. Marcela,
después de conocer a Lucía, comienza a tener la esperanza de que alguien pueda
tenerles compasión y tal vez cambiar el sistema corrupto de su pueblo.
Al mismo tiempo que esto ocurre, se presenta a Dona Petronila (la esposa del
gobernador) y su hijo (cuyo verdadero padre no es el gobernador) que se llama
Manuel. Manuel es muy bien educado y tiene una mente clara y digna. También él
tiene mucho respecto para Lucía y don Fernando y quiere ayudarlos en cualquier
manera que sea posible. Cuando Lucía y don Fernando vuelven a su casa, tienen
que escapar la brutalidad de la gente del pueblo cuando tratan de allanar su casa y
matarlos. En medio del ataque, la gente del pueblo mata al esposo de Marcela y
ella muere poco después por dificultades y el desconsuelo ante la muerte de su
esposo. Las hijas de Marcela quedan sin hogar, son las “aves sin nido”, carentes
de padres, casa y sostén. Lucía, por su empatía, decide ser la nueva madre de las
huérfanas (Margarita y Rosario).
Este parte termina con el retiro del cura del pueblo de Kíllac, debido a padecer la
fiebre tifus, de la cual se recupera, quedando sin embargo con perturbaciones
psicológicas. Se resalta también la persistencia y afán de Lucía, su esposo
Fernando y Manuel por proveer justicia y borrar la corrupción al interior del
pueblo.
SEGUNDA PARTE
A pesar de haber tomado las declaraciones de muchos testigos, el juez de paz, don
Hilarión Verdejo, no ha hecho un juicio y cita a don Fernando Marín para que éste
dé su testimonio. Marín no ha querido “empeñarse en aquel juicio”, pero cumple
con la citación y llega a la oficina de Verdejo para hacer su declaración. Después
de que llega el plumario Estéfano Benites, el juez de paz comienza la entrevista
con Marín. Cuando Marín declara que sí “sabe quiénes atacó la casa o conoce los
autores del atentado”, Verdejo concluye la entrevista diciendo que está suficiente
para hoy y que anda muy ocupado con otras cosas. Al salir Marín, Benites y
Verdejo planean el embargo para poder quitarle al campanero Isidro Champí de
sus vacas, ovejas y alpacas y deciden que su amigo Escobedo será el que exige la
orden para la entrega del ganado de Champí.
“Encerrado en su cuarto por largas horas”, Manuel sufre por la contradicción entre
la implicación de don Sebastián en el crimen y su deseo de ayudar a Lucía con los
planes para el futuro de su nueva ahijada, Margarita. Después de largas
vacilaciones, Manuel decide volver a la casa de don Fernando Marín y de su
esposa la señora Lucía. Antes de llegar él coge una ramita de violetas del jardín de
su mamá para dársela a Margarita, haciendo una comparación entre ellas y la
modestia de la chica. Una vez en la casa de Marín, observa a Margarita estudiando
unas fichas grabadas con las letras del alfabeto. Lucía le pregunta a Manuel
porque ha estado ausente por tanto tiempo, y él explica mencionando a sus
preocupaciones recientes. Mientras estudia Margarita, Manuel expresa de manera
disimulada su interés en la chica y Lucía se da cuenta de los sentimientos de
Manuel.
Gracias a “la asistencia caritativa”, el cura Pascual no muere del ataque de tifoidea
y se va para la ciudad de Lima para pasar el período de su convalecencia allí.
Mientras tanto, llega a Kíllac el hombre que ha sido designado por el Supremo
Gobierno como la nueva autoridad de la provincia serrana. El coronel Bruno de
Paredes es conocido en el Perú “por gozar de influjos conquistados en torneos del
estómago, o banquetes, como por sacar con frecuencia las manos del plato de
Justicia”, y además es amigo antiguo de don Sebastián.
El cura Pascual, que está en el camino para Lima, pasa unos días sin tomar
alcohol ni estar con mujeres. Su intención de llevar una vida más sana fracasa
cuando llega a un posado y ve a la bella posadera. Se emborracha en el posado y
la posadera y su esposo lo ponen nuevamente en su caballo fino para que termine
el viaje a Lima. Cuando llega a Lima se cae de su caballo y está salvado por los
frailes de un convento. Le dan un cuartito en que descansar, y una vez allí el cura
piensa en la contradicción entre el deseo natural del hombre y la vida que tiene
que llevar en el servicio de Dios y la Iglesia. De repente cae muerto el cura, y lo
encuentran unos frailes que después hablan de su temor a la muerte repentina,
pues una muerte repentina no les daría la oportunidad de prepararse para el más
allá.
Después Lucía le informa a Margarita que toda la familia se irá para Lima.
Cuando Margarita le cuenta de lo ocurrido con Manuel, Lucía le aconseja que no
se enamore de Manuel, pues él es “el hijo del sacrificador de tus padres”.
Margarita se siente muy triste por el conflicto. Lucía decide que va a hablar con su
esposo acerca de la situación de Manuel y Margarita.
Mientras tanto, Teodora y su padre don Gaspar huyen de su casa y del coronel
Paredes. Teodora continúa en el camino para la casa de doña Petronila, quien la
esconderá del subprefecto. Su padre regresa a la casa para encontrarse en el
camino con los amigos de Paredes que han salido en busca de Teodora. Mientras
tanto, Paredes recibe una carta avisándole de “una tempestad política” que le
obliga a salir rápidamente de la casa de don Gaspar para esconderse en la ciudad.
Doña Petronila también fue a la casa de don Fernando para pedirle cartas de
recomendación al nuevo subprefecto para Teodora y su padre. Don Fernando dice
que pedirá las cartas a la vez que aplica a su amigo para ayuda en respeto a la
situación de Champí. Después de que se van doña Petronila y Manuel, Lucía
habla con su esposo acerca del amor que ha observado entre los jóvenes. Don
Fernando le asegura que el de Manuel y Margarita sería un muy buen matrimonio,
y Lucía piensa en la educación de las virtudes domésticas de Margarita. Don
Fernando prepara la carta con el doble propósito a su amigo don Federico
Guzmán.
Don Fernando y su familia viajan por caballo hasta llegar a la estación de tren.
Manuel está muy triste por la postergación de sus planes y extraña mucho a
Margarita. Su madre le anima por decirle que vaya a alcanzar a don Fernando para
que declare su intención de casarse con Margarita.
Lucía y su esposo suben al tren con las dos chicas. El tren sigue sale de la estación
y todo va bien hasta que el tren choca con una tropa de vacas que está en el centro
de un puente.
Manuel cumple su deber con respeto a su padrastro, pues don Sebastián sale de la
cárcel. Él explica a don Sebastián su deseo de salir la próxima mañana diciendo
que además de pedir la mano de Margarita hará los pasos necesarios para
conseguir de don Fernando “el recurso de transacción y desistimiento, para que
este juicio quede fenecido y no nos vuelvan a molestar”.
Don Fernando y su familia salen del choque de tren sin mayores heridas. Por fin el
tren reanuda la marcha y llegan a una hermosa ciudad. Un tranvía tirado por
caballos los conduce al Gran Hotel Imperial. La familia llega al hotel lujoso
mientras Manuel está en el camino para alcanzarla.
Cuando Manuel llega al hotel, se reúne con la familia para contarles del estado de
las cosas en Kíllac. Hablan de la salida de don Sebastián y de los pasos que debe
tomar don Fernando para asegurar la libertad de Champí y de don Sebastián. Don
Fernando sale a arreglar el asunto y Manuel queda con la familia en regresar por
la noche, cuando espera pedir la mano de Margarita.
Esa noche, Manuel aparece en el hotel lleno de esperanzas. Otra vez declara su
amor a Margarita, y cuando llegan don Fernando y Lucía, les pide su mano con un
plazo de tres años. Entonces revela que su verdadero padre es el obispo Claro, y
Lucía, quien sabe la identidad del verdadero padre de Margarita, comienza a
temblar y a llorar. Por fin, se entiende que Margarita y Manuel son hermanos.
Margarita cae en los brazos de Lucía, “cuyos sollozos acompañaban el dolor de
aquellas tiernas aves sin nido”.
ANÁLISIS LITERARIO
Personajes
Personajes principales
Personajes secundarios
7. Temas:
Tema principal:
Secundario:
- Abuso
- Explotación
- Pobreza
- Amor
- Falsedad.
8. Espacio
- Macrocosmos: ( Perú-cusco)
Clorinda Matto de Turner nos deja un mensaje con un obvio sentido social,
mediante cada capítulo nos da a conocer distintas formas de corrupción, abuso,
etc. Claro que para darle un matiz más armonioso a la novela..., recurre a una
historia de amor, una historia que lamentablemente culmina en una tragedia, que,
para éstos tiempos, no sería llamada como tal, es decir; ahora no es trágico, o por
lo menos no tanto, casarse entre hermanos de un mismo padre; más aún sabiendo
las condiciones en las que Margarita y Manuel se encontraban. Sin embargo, una
historia tan igual de resaltante en la novela es la que destaca en su mayoría en la
primera parte de la obra, la parte en que Clorinda saca a la luz con una sinceridad
de infante la realidad social en que vivía el país con respecto a los indios en
relación a las autoridades, en su mayoría españolas o de la capital.
En pocas palabras, es una cruda denuncia en favor de la gente que era la base de la
economía del país, con remuneraciones que hasta en esos tiempos daban lástima y
además sometidos a irracionales abusos, sin importar su género.