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BREVE INTRODUCCION
Desde la antigüedad una de las consecuencias del matrimonio era la adquisición
por parte del marido de cierta autoridad o potestad, más o menos absoluta según
los pueblos, sobre la mujer.
DERECHOS Y DEBERES
El artículo 198 del Código Civil Argentino, introducido por la ley 23.515, expresa
que "los esposos se deben mutuamente fidelidad, asistencia y alimentos",
mientras que los artículos 199 y 200 regulan igualitariamente el deber de
cohabitación y la facultad de fijar la residencia familiar.
El Dr. Zannoni expresa que "Vivir juntos en la misma casa, asistirse afectiva y
económicamente y guardarse mutua lealtad o fidelidad (lo que incluye la entrega
sexual) constituyen las bases éticas del matrimonio."
FIDELIDAD
El deber mutuo de fidelidad no sólo excluye la posibilidad de que uno de los
esposos tenga relaciones sexuales con un tercero, sino también toda relación
que constituya una apariencia comprometedora y que pueda lesionar la
reputación, dignidad o los sentimientos del otro cónyuge.
ASISTENCIA Y ALIMENTOS
Se considera que la asistencia no comprende sólo la prestación de recursos
económicos (dinerarios o en especie), sino mutua ayuda, solidaridad afectiva,
cuidados recíprocos. En la actualidad la igualdad jurídica de los cónyuges lleva
consecuentemente a considerar que ambos, en la medida de sus posibilidades,
deben contribuir a la satisfacción de las necesidades, no sólo en lo económico,
sino también en lo relativo a otros aportes de orden doméstico.
COHABITACIÓN
Los esposos están obligados a cohabitar, es decir, vivir bajo un mismo techo. El
Código Civil deja a salvo los casos en que por circunstancias excepcionales se
vean precisados a mantener transitoriamente residencias separadas. La mayoría
de la doctrina argentina considera que con la obligación de cohabitar se vincula
el débito conyugal, es decir, el deber de prestarse a las relaciones sexuales con
el otro cónyuge.
LUGAR DE RESIDENCIA
Los esposos deben, de común acuerdo, fijar el lugar de residencia de la familia.
La ley argentina no establece el medio para superar las discrepancias entre uno y
otro cónyuge respecto de la fijación de la residencia familiar. Entendemos que
esas diferencias deberán ser resueltas judicialmente. Será el juez quien deberá
valorar la pretensión y las razones de la oposición a efectos de resolver lo más
conveniente al interés familiar.