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Tomado del folleto sobre la Exposición “El Mapa Geológico de España, 1:50.000,
1971-2003” celebrada del 19 al 30 de octubre de 2005 en la Escuela Universitaria
de Ingenierías Técnicas de Mieres, Asturias.
CONCEPTO Y TIPOS
El mapa geológico es un tipo de mapas temáticos, que tiene como base importante el mapa
topográfico, y que, atendiendo al adjetivo que se le añade al sustantivo “mapa”, recoge datos de
índole geológica. Según la naturaleza de estos datos, podemos encontrarnos con diferentes
tipos de mapas geológicos. De entre ellos, recogemos a continuación algunos ejemplos:
1. Mapa geológico s.str. Se trata de un tipo de mapa general, que nos muestra la distribución
de las diferentes formaciones geológicas, así como de las estructuras tectónicas,
metamórficas, magmáticas, de la geodinámica externa, de recursos mineros, etc.
2. Mapa del Cuaternario, que muestra la distribución de depósitos y de superficies de erosión
de esta época; de gran interés para estudios de riesgos superficiales.
3. Mapa tectónico. Se trata de un mapa que recoge fundamentalmente las relaciones
espaciales entre las grandes (y las pequeñas) estructuras tectónicas (Pliegues, fallas,
cabalgamientos,...).
4. Mapa de lineaciones. Recoge esencialmente las estructuras tectónicas a lo largo de las
cuales pueden identificarse superficies de debilidad en la corteza terrestre; de gran utilidad
en el trazado de redes viarias.
5. Mapa morfoestructural. Que expone las relaciones entre los aspectos geomorfológicos y
los estructurales para poder explicar el porqué del modelado de una región determinada o,
por ejemplo, desde el punto de vista de la geología ambiental, la generación de
determinados riesgos geológicos.
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Doctor en Ciencias Geológicas. Catedrático de Biología y Geología, IES Ría del Carmen, Muriedas. Profesor
Asociado de la Universidad de Cantabria. Responsable A.E.P.E.C.T. en Cantabria.
2/Mapas y perfiles geológicos Francisco Javier Barba Regidor
En la figura 1 se recogen algunos de estos elementos que suelen figurar en un mapa geológico.
Seguidamente se explican sucintamente cada uno de dichos elementos.
La Escala
Como ya debe quedar claro, la escala constituye una relación de proporcionalidad entre la
realidad y su representación en el papel. Recordemos ahora que, básicamente, existen dos
maneras de expresarla: gráficamente (un segmento graduado indicando lo que representa en la
realidad) y numéricamente (una proporción simple con un numerador, 1, y un denominador –
5.000, 10.000, 50.000, 100.000, etc.- que es exactamente el número de veces a que
corresponde ese 1 de la realidad; en este caso, el numerador representa a las unidades en el
papel, y el denominador a las unidades . Si bien en las representaciones gráficas se debe
indicar las unidades en las que se trabaja, en las expresiones numéricas no hace falta, pues
se entiende perfectamente que si el numerador fuera indicado en milímetros –por ejemplo-, el
denominador debe corresponder a milímetros; si fuera en metros, el denominador en metros, y
así sucesivamente. Así, en el caso de la figura, en que se trata de un mapa a escala 1:50.000 (ó
1/50.000), cada unidad en el “papel” equivaldrá a 50.000 unidades en la realidad (1 mm del
papel, p. ej., serán 50.000 mm en el terreno, o sea, 50 m).
Hemisferio Norte tendrán Latitud Norte, en tanto que los situados en el Hemisferio Sur tendrán
Latitud Sur. La figura 2 representa estos conceptos gráficamente1.
De la intersección de los husos con las bandas resultan 60 x 20 = 1.200 trapecios esferoídicos
de 6° de longitud por 8° de latitud, que reciben el nombre de zonas y se designan cada una de
ellas por el número del huso seguido por la letra de la banda, no habiendo repeticiones. Esta es
la cuadrícula básica.
España está en las zonas (figura 3):
27R y 28R, para las Islas Canarias
29S y 29T
30S y 30T,
31Sy31T
Leyenda
La leyenda del mapa es el elemento de referencia que nos permite entender la estructura del
mapa. Para ello, son elementos indispensables tanto las unidades litoestratigráficas (rocas
presentes), como una identificación de sus edades geológicas respectivas (unidades
cronoestratigráficas).
Este último rasgo suele representarse por medio de columnas estratigráficas, donde cada
unidad se representa en una secuencia vertical donde las más antiguas se sitúan en la base de
la columna, de modo que a medida de que van apareciendo rocas más modernas, se sitúan
progresivamente encima de las anteriores. Paralelamente a este dato, pueden recogerse
aspectos tales como tipos de contactos estratigráficos, si hay o no fósiles y, en caso de haberlos,
cuáles son los más característicos de cada unidad, lo cual puede ser indicador de algunos
aspectos relacionados con el ambiente donde dichas rocas se formaron en su momento.
Así mismo, es necesaria la identificación de las relaciones tanto estratigráficas (transiciones de
unas unidades rocosas a otras), como cualesquiera otros contactos que pudieran estar
relacionados con el desarrollo de procesos tectónicos: diaclasas, fallas y tipo de fallas,
cabalgamientos, mantos de corrimiento,... Incluso si hay pliegues y el tipo de éstos, y de ahí que
suelan aparecer un grupo de símbolos: los que hacen referencia a las direcciones de las capas,
al buzamiento de las mismas (figura 4), etc.
El perfil geológico
También conocido como corte
geológico, consiste en añadir al perfil
topográfico a lo largo de una
determinada dirección en el mapa, la
estructura geológica existente. Para ello
se deben pasar a aquél los contactos
geológicos que se observan en el mapa y
unirlos de manera lógica, coherente. La metodología es sencilla y consiste en seguir los
siguientes pasos:
1. Para situar los contactos mencionados es preciso bajar verticales desde cada contacto en
la dirección citada hasta cortar el perfil topográfico en otros tantos puntos,
correspondientes a los afloramientos de las superficies de separación entre las diferentes
unidades rocosas consecutivas: son los contactos en sentido estricto.
Francisco Javier Barba Regidor Mapas y perfiles geológicos/7
diferente –con otra orientación- , el buzamiento resultante se tratará del buzamiento aparente,
que siempre será menor que el real.
2. Un estrato buza 10º y se desea obtener un corte con un buzamiento de sólo 5º. Para
determinar la divergencia se une el punto que marca los 10º de buzamiento real con el de 5º de
buzamiento aparente; la dirección deseada del corte será la indicada en la columna
“divergencia”, es decir, 60º con respecto al sentido del buzamiento real.
3. El buzamiento aparente a lo largo de un corte que forma un ángulo de 50º con la
perpendicular a la dirección de la capa es de 30º; se desea saber su buzamiento real. Para ello
basta con unir mediante una línea el punto 50º de la columna “divergencia” con el 30º
correspondiente a “buzamiento aparente”. La intersección de esta línea con el buzamiento real
en el punto 45º nos dará la solución buscada.
Efectos de la topografía en los afloramientos: la regla de las “UVES”
En las áreas planas y con capas horizontales, la formación superficial es el propio estrato
continuo. Ahora bien, cuando la superficie del terreno es irregular, al cruzar las capas por los
valles dan lugar a figuras en forme de “V” o de “U” que, si bien pueden asemejarse a estructuras
plegadas, no obstante, son fáciles de identificar sobre el plano y se pueden clasificar en seis
casos típicos que se enuncian a continuación y que, en conjunto, constituyen lo que se conoce
como “regla de las uves” (figura 8).
• Caso “a”: Estratos horizontales: los contactos entre las formaciones se disponen
paralelamente a las curvas de nivel.
• Caso “b”: Si el buzamiento es contrario a la pendiente topográfica, los contactos se
disponen en el mismo sentido que las curvas de nivel, aunque con un ángulo más abierto.
• Caso “c”. Cuando la estratificación es vertical, la topografía no ejerce ningún efecto en la
forma del afloramiento y las capas aparecen en la cartografía (en el mapa) con trazado
rectilíneo.
• Caso “d”. Cuando las capas buzan en el mismo sentido que la pendiente pero con un
ángulo mayor, se forma una ”V” en sentido opuesto al de las curvas de nivel.
• Caso “e”. El buzamiento que tiene el mismo sentido y ángulo que la pendiente topográfica
da lugar a fajas paralelas en el plano.
• Caso “f”. Es el caso de capas con buzamiento en el mismo sentido que el de la pendiente
topográfica, aunque con menor inclinación. Se forma una “V” en el mismo sentido que laa
curvas de nivel, aunque más cerrada.
Interpretación de los cortes geológicos
La realización de un corte geológico no es un fin en sí mismo, sino que tiene como objeto poder
llegar a una comprensión más completa de la geología de una determinada zona. El análisis e
interpretación del corte, junto con el estudio del mapa geológico, permite establecer los tipos de
materiales y su disposición (estructura geológica) profunda, los procesos que los originaron y la
secuencia cronológica de acontecimientos (historia geológica) que han configurado desde el
punto de vista geológico una determinada región.
Para realizar esta interpretación es preciso tener en cuenta una serie de aspectos de tipo
estructural o estratigráfico. Los aspectos estructurales se refieren a la configuración y disposición
en el espacio de los materiales geológicos como consecuencia de su comportamiento físico ante
la actuación de determinados procesos. Los aspectos estratigráficos, por otro lado, están en
relación con el ordenamiento espacial y temporal de los materiales, en respuesta a las
condiciones reinantes en los ambientes en que se formaron.
10/Mapas y perfiles geológicos Francisco Javier Barba Regidor
Referencias
Cendrero, A. y otros (1992): Geología ambiental: casos prácticos. Ed. Interfac. Univ. de
Cantabria. 144 p.