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Si para los puristas de la voluntad, los ascetas, todo aquello que rebase
colmar la sed o el hambre se convierte en exceso, en la barcelonesa galería Como
me ves, te verás (CMTV), exploran en la exposició n colectiva Away from Dios,
todas las desviaciones del deseo y la voluntad con la representació n pictó rica de
cada uno de los siete pecados capitales, má s un añ adido muy contemporá neo, La
Prisa, en clave lowbrow.
El término lowbrow surge de un movimiento underground de arte visual que se
dio en Los Angeles, California, a finales de los 70, también conocido como
surrealismo pop, y que en ciertos ambientes impera en el mundo de la
ilustració n, desde el imaginario japonés con el trabajo de artistas tipo Yuka
Yamaguchi, Takashi Murakami o Yoshitomo Nara, las atmó sferas imposibles de
los có mics, los murales chicanos y el mundo del tatuaje, hasta la estética que
impone desde San Francisco la prestigiosa revista Yuxtapoz, con los
estadunidenses Tim Biskup y Marc Ryden como artistas de culto de esta
tendencia, cuyos antecedentes se podrían remontar al mundo onírico de las
ilustraciones y pasajes del libro de Lewis Caroll, Alicia en el país de las maravillas,
o al delirante Jardín de las delicias, de Hieronymus Bosch (el Bosco), con un toque
gore y cruelmente posmoderno.
El low brow se caracteriza entre otras cosas por hacer gala del sentido del
humor, ya sea con alegría agridulce o con sarcasmo, puesto que su origen se
atribuye al libro The Lowbrow Art of Robert Williams (El arte de mal gusto de R.
Williams), escrito por Gilbert Shelton en 1979 que incluía la autoparodia en el
título propuesto por el propio pintor, en contraposició n al término highbrow
(pensamiento elevado), puesto que esta modalidad artística, por sus orígenes
populares y callejeros, no estaba admitida como tal dentro del mundo académico
que regía las artes en Estados Unidos. Este ir a contracorriente, como les sucede
a los "contraculturales" zurdos, y la ira despertada ante determinados aspectos
incó modos y nada funcionales que los diestros ni se plantean porque el mundo
de los objetos está hecho para ellos, piensen nada má s en las tijeras, es el tronco
del discurso utilizado por Matthew Couper materializá ndolo, con macabro
sentido del humor, en la pintura La ira del zurdo.
Mismo sentido del humor que destila el cuadro La soberbia, representada
por Gonzalo Rueda con un doberman al que unos perritos sin tanto pedigrí
adulan con sus violines ejecutando la mú sica que quiere oír, necesitada como
está la soberbia de sú bditos para reconocer la grandeza de sí misma: yo soy
puesto que tengo ego.
Away from Dios es un experimento curatorial donde prevalece la calidad
técnica de los artistas convocados, se nota que hay trabajo detrá s, ademá s de que
los discursos plá sticos se hilvanan a través de finos juegos de asociació n y
metá foras que nos actualizan los viejos vicios ancestrales, dando fe de que ni
mucho menos han desaparecido, sino que má s bien, observen la mujer entrada
en carnes que representa a La Lujuria y el enorme bife que alumbra tal pulsió n,
gozan de una excelente salud y gran predicamento entre los mortales.
El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, misma que sin duda, se le
regresará a su propio tejado.
Away from Dios, los siete + 1 pecados capitales, estará en exhibició n hasta el 29
de enero en la galería Como me ves, te verás, en la calle Sant Pere més alt # 36,
Barcelona.