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Universidad Autónoma

del Estado de México

Facultad de Ciencias Agrícolas

Programa Educativo de Ingeniero


Agrónomo en Floricultura

. Morfología
Vegetal
Botánica.
Del griego: botane que significa planta.

Ciencia que estudia la morfología, fisiología, distribución, formas de reproducción, usos


económicos y distribución de las plantas.

Tanto los animales como los vegetales concuerdan en rasgos funcionales:

Respiran
Se nutren
Se reproducen

El crecimiento y desarrollo en ambos son esencialmente similares y las propiedades de


movimiento e irritabilidad están presentes.

Los caracteres esenciales de los vegetales, que los distingue de los animales,
especialmente en organismos superiores son: ausencia de un sistema nervioso y la
facultad de efectuar síntesis de sustancias orgánicas a partir de sustancias inorgánicas.

Las ramas de la Botánica son:

Morfología Externa.
Estudia los caracteres externos y sus órganos; forma, dimensiones, color, colocación y su
relación entre los mismos, así como las leyes que rigen la formación del organismo
vegetal.

Morfología Interna o Anatomía.


Estudia la estructura interna, microscópicamente y macroscópicamente, a su vez
comprende la histología vegetal (estudios de los tejidos) y la citología vegetal (estudio de
la organización celular).

Fisiología Vegetal.
Estudio de las funciones del vegetal o conjunto de fenómenos físico-químicos que forman
la actividad del organismo.

Ecología Vegetal.
Estudia las relaciones existentes entre los diferentes vegetales y las que tienen éstos con
los demás organismos y con el medio en que viven.

Sistemática Vegetal.
Se ocupa de la descripción de las formas vegetales conocidas, encontrando semejanzas y
diferencias para establecer su clasificación.
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Ramas auxiliares
Física, Química, Geología, Geografía, Matemáticas, etc.

Clasificación del Reino Vegetal.

El reino vegetal se concibe como un conglomerado de quince grupos llamados divisiones.


Cada especie vegetal puede estar asignada a uno de estas teniendo como base sus
características. Una división es un conjunto de especies vegetales, las cuales, de
ordinario, se cree que han tenido un origen común en alguna forma ancestral remota y
que muestran una tendencia evolutiva.

Tabla. El Reino Vegetal


Talofitas. Comprende las primeras 10 divisiones desde el punto de vista estructural y son
relativamente sencillas, ya que carecen de la diferenciación en raíz, tallo y hojas.

En tamaño varían desde bacterias microscópicas hasta algas marinas con varios metros
de longitud. Carecen de los órganos de absorción especializados y generalmente no
tienen tejidos conductores. El agua y las sustancias pasan directamente hacia el interior
de la planta a través de su superficie.

Algas. Tienen en común un pigmento verde llamado clorofila, el cual las capacita para
elaborar su propio alimento por un proceso llamado fotosíntesis.

Hongos. Carecen de clorofila o de cualquier otro pigmento fotosintético.

Autótrofas. Plantas que pueden elaborar su propio alimento.

Heterótrofas. Son aquellas plantas que no pueden elaborar su propio alimento.

Parásitas. Se alimentan a expensas de otros organismos.

Saprofitas.
Consumen los alimentos de tejidos muertos o los productos orgánicos de otras plantas o
animales vivos.

Los organismos autótrofos de este grupo, son principalmente las bacterias que obtienen la
energía para la elaboración de compuestos orgánicos por la oxidación de sustancias
inorgánicas y se les llama quimiosintéticos.

-Briofitas. Crecen como manchas verdes, musgos, crecen en lugares húmedos. No tienen
raíces absorbentes ni tejidos conductores en sus pequeñas hojas y tallos.

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-Traqueofitas. Son las verdaderas plantas terrestres. Se reproducen sexualmente y por
medios vegetativos. Se estima un número mayor de 220 mil especies.

-Psilophyta. Representada por la flora moderna, dividida únicamente por dos géneros y
unas cuantas especies, de distribución tropical.

El cuerpo de la planta consiste en un tallo vascular ramificado dicotómicamente que sale


de un tallo horizontal ramificado subterráneo o rizoma. La función de fijación y absorción
son realizadas por el rizoma.

Lycophyta.
Son conocidos como licopodios y selaginelas, están representadas en nuestra flora
moderna.

Los tallos crecen sobre la superficie del suelo y alcanzan varios metros de longitud,
algunos otros son subterráneos y muy cortos.

Las plantas requieren de elementos inorgánicos y orgánicos para crecer y desarrollarse,


los elementos inorgánicos son: carbono (C2), hidrógeno (H2), oxígeno (O2), nitrógeno (N2),
azufre (S), fósforo (P), potasio (K), cloro (Cl), sodio (Na), calcio (Ca), magnesio (Mg),
manganeso (Mn), fierro (He), etc. y agua.

Los elementos orgánicos son:

Glúcidos: Cn(H2O)

Monosacáridos: glucosa, galatoso


Disacáridos: sacarosa, lactosa, maltosa
Polisacáridos: almidón, inulina, glucógeno

Lípidos: grasas

Prótidos: sustancias proteicas o albuminoides formados de C, H, O, N, P y S


Aminoácidos:
Glicocola
Tirosina
Alanina
Prolina
Cisteina
Ácido aspártico
Leucina
Valina
Histidina
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Cisteina
Triptófano
Acido glutámico

Célula Vegetal.

Célula es el elemento anatomofisiológico, microscópico dotado de vida propia, formado de


tres partes principales: membrana fundamental, protoplasma y núcleo.

Las formas de las células son muy variables: bastoncillos, esfera, conos, espiral,
filamentos sencillos o ramificados, ovoides, elípticas, cilíndricas, filamentos ampliamente
ramificados (hongos).

En los vegetales superiores hay una gran variedad de formas; las células ovoides y
esféricas están presentes en el tejido parénquima esponjoso, colénquima y a veces en los
meristemos; células de forma prismática y poliédricas se presentan en tejidos de
meristemos, epidermis, colénquima, corteza, etc. Las células cilíndricas se encuentran en
los vasos leñosos, pelos absorbentes y las células con formas reniformes en las estomas.

El tamaño de la célula varia de 0.1 a 0.01 milímetros (100-10 micras).

Las células vegetales constan de:

Membrana Celular. Es una membrana gruesas, rígida, incolora, permeable a los gases y
al agua con sustancias salinas. Está constituida por una sustancia llamada celulosa que
proporciona sostén y forma a la célula y a la planta en conjunto, ésta protege al
protoplasma que está en su interior.

Entre las células adyacentes se encuentra la capa intercelular o lamina media, formada
principalmente por sustancias pépticas, éstas forman una capa mucilaginosa que ayuda a
conservar juntas las otras capas de la pared celular.

Las paredes celulares no son continuas, presentan áreas delgadas (punteadas) y


perforaciones o plasmodesmos. A través de las perforaciones se extienden de una célula
a otra, filamentos de protoplasmas que facilitan la transferencia de materiales y de
impulsos de irritación; y a través de las puntuaciones se difunden agua y sustancias en
disolución.

Protoplasma. Tiene una estructura compleja, cambiando su forma constantemente, la


agregación de materiales que llenan las células.

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Generalmente es transparente y de viscosidad variable. Esta formado por una solución
acuosa de sales y compuestos orgánicos. Debido a la naturaleza de las partes que
comprenden el protoplasma, algunos autores lo dividen en citoplasma, metaplasma y
paraplasma.

Citoplasma o hiaplasma es la parte fundamentalmente viva de la célula, es


homogénea y sin diferencias morfológicas. El fluido esta limitado por una
membrana delgada (membrana citoplasmática o plásmica); en las plantas
superiores se encuentra dentro de la pared celular.

Metaplasma. Comprende aquellas diferencias protoplasmáticas que intervienen en


las funciones vitales de la célula. Consiste en un sistema de membranas dobles,
ramificadas y subdivisiones a través del citoplasma; conectadas entre la
membrana plasmática, la membrana nuclear, vacuolas y plastos.

Paraplasma. Está formado por sustancias inertes, como los granos de almidón,
cristales de sales, glóbulos de grasa, pigmentos, glicógeno, mucilago, inulina,
celulosa, etc.

Plastos. Son diversas formaciones con aspectos muy variados que se encuentran en la
mayoría de las células vegetales, según la coloración que adopten, se denomina:
cloroplastos, leucoplastos y cromoplastos.

Cloroplastos (granos de clorofila). Son corpúsculos de color verde, a los cuales se


debe el color verde de las plantas, especialmente el de las hojas. Dicha coloración
se debe a la clorofila, por medio de la cual se realiza la fotosíntesis en cual se
elaboran glúcidos, lípidos y prótidos.

Leucoplastos. Son plastos incoloros, que se encuentran en los tejidos profundos


de los vegetales al abrigo de la luz, por lo cual son muy numerosos en raíces y
tallos profundos. En estos se forman granos de almidón.

Cromoplastos. Son plastos con pigmentos rojos, amarillo y naranjas; se


encuentran en aquellos órganos que adoptan estos colores, especialmente en
raíces, flores y frutos.

La coloración que adoptan se deben a dos pigmentos: la xantofila de color amarillo


y la carotina de color rojo y anaranjado.

Vacuola. Es un conjunto de pequeñas cavidades o depósitos que se encuentran en la


mayor parte de las células, especialmente en las adultas, estas vacuolas se van
reuniendo a medida que la célula envejece para formar una gran vacuola central que

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desaloja al citoplasma y al núcleo a la periferia, siendo ésta una de las causas de la
muerte de las células.

Las vacuolas contienen agua, un sinnúmero de productos de elaboración, excreción y


secreción del protoplasma que en conjunto forman lo que se denomina jugo celular.

Son el principal sitio de almacenamiento de agua en la célula, su turgencia conserva


firmes a las células, tejidos y órganos.

Mitocondria. Tienen forma de salchichas, son más pequeñas que los plástidos; incoloras,
flexibles, expandibles y móviles. Cada mitocondria está cubiertas por una membrana
doble, cuya parte exterior es lisa y continua y la parte interior presenta pliegues (crestas
mitocondriacas) que forman divisiones incompletas en el interior de la mitocondria.

La principal función es formar, por medio de un complejo sistema de enzimas,


compuestos ricos en energía, principalmente trifosfato de adenosina (ATP).

Las mitocondrias son numerosas en células jóvenes y relativamente raras en las células
fotosintéticas maduras.

Lisosomas. Son pequeñas gotas rodeadas por membranas que se encuentran en el


citoplasma y contienen concentraciones de enzimas. Actúan como limpiadores de la
célula dirigiendo partículas citoplasmáticas, como mitocondrias que han dejado de ser
útiles.

Cuerpo de Gogi o Dictiosomas. Son conjuntos de placas, rodeadas por una doble
membrana. Su función se asocia con la formación de las paredes celulares nuevas que se
originan como partición entre dos células de división reciente.

Ribosomas. Son partículas que contienen RNA (ácido ribonucleico). Se encuentra en


plastos, mitocondrias y en el núcleo. Con frecuencia se asocian al retículo
endoplasmático. Son el centro de la síntesis de las proteínas.

Núcleo. Es un cuerpo cuya forma típica es esférica y ovoide. Los núcleos están rodeados
de una membrana nuclear porosa, está lleno de un fluido nuclear en el cual flotan los
cromosomas y uno o más nucléolos.

Los cromosomas, constituidos por ácidos nucleicos y proteínas simples, controlan las
actividades genéticas y metabólicas y regulan la mayor parte de las síntesis y actividades
de las células reproductoras.

El núcleo consta de:

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Membrana nuclear. Es una fina membrana que separa al núcleo del protoplasma,
permite la entrada y salida de sustancias del núcleo al protoplasma.

Red acromática. Aparecen en pocos casos, está formada por finísimos filamentos
entrecruzados en todas direcciones que convergen hacia el interior del núcleo.
Está formado por linina.

Jugo nuclear o cariolinfa. Es una sustancia semilíquida contenida en el núcleo.

Cromatina. Se presenta en forma de granulaciones, filamentos, bastoncillos,


reticular, de esferas. Es una sustancia proteica muy compleja en cuya constitución
toman parte los ácidos nucleicos.

Nucleolos. Son pequeños corpúsculos de forma esférica y ovoide. Puede variar de


1 a 3 en las células vegetales. Están formados por ácidos nucleicos y proteínas.
Funcionan como intermediarios en las síntesis de proteínas

Actividad a desarrollar por el alumno.

 Figura de Célula. Dibuja tu propia célula vegetal en la cual se


puedan identificar los organelos que la integran.
 Establecer cuáles son las diferencias entre célula vegetal y
célula animal.
 Investigar y describir las formas de división celular.

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Tejidos Vegetales.

Se entiende por tejido al agrupamiento de células estrechamente unidas con caracteres


morfológicos generalmente semejantes y que en conjunto desempeñan la misma función.

La agrupación de los tejidos por las necesidades de construcción, protección, resistencia


y nutrición de la planta.

1. Tejidos de construcción vegetal


a. Sistema de meristemos
2. Tejidos de protección del vegetal
a. Sistema tegumentario
3. Tejidos de resistencia del vegetal
a. Sistema mecánico o esquelético
4. Tejidos de nutrición del vegetal
a. Sistema de absorción
b. Sistema de conducción
c. Sistema de asimilación
d. Sistema de reserva
e. Sistema de oreamiento
f. Sistema de secreción y excreción

Tejidos de construcción vegetal.


Sistema de meristemos.

Se da el nombre de meristemos a los tejidos cuyas células están en constante


reproducción y que por lo tanto generan nuevos elementos que, al diferenciarse, van a
formar parte de otros tejidos; con ello aumentan la masa del vegetal o el número de sus
órganos. A estos tejidos se debe el crecimiento en longitud y grosor de los vegetales.

Las células de los meristemos son indiferenciadas o poco diferenciadas, y conservan su


carácter embrional; carecen de una especialización funcional. Son células cúbicas,
poliédricas, esféricas, ovoides y levemente aplanadas o alargadas; generalmente son
pequeñas, con membranas muy delgadas, con citoplasma abundante, poca agua,
vacuolas pequeñas y poco numerosas, núcleo voluminoso, carecen de plastos; su
metabolismo es muy intenso y poseen, como carácter esencial el dividirse con bastante
actividad.

Si se toma en cuenta su origen se distinguen fundamentalmente dos clases de


meristemos: primarios y secundarios.

Meristemos Primarios. Son aquellos que provienen directamente del embrión y cuyas
células conservan los caracteres embrionales. Se encuentran en la extremidad de los
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tallos y sus ramificaciones, en la parte subterminal de las raíces y raicillas, y en los brotes
o yemas que dan origen a nuevas ramas, hojas y flores. A estos sitios se les da el nombre
de puntos vegetativos o de crecimiento. Por medio de estos meristemos los distintos
órganos de las plantas crecen en longitud.

Meristemos Secundarios. Son aquellos que derivan de los primarios, como el cambium, o
los que se forman a expensas de tejidos definitivos y cuyas células, debido a diversas
influencias físicas y químicas, recobran repentinamente la facultad de dividirse, como el
felógeno. Estos tejidos proporcionan el crecimiento en grosor de las plantas
Gimnospermas y Dicotiledóneas.

El cambium o zona generatriz, se encuentra en las Gimnospermas y Dicotiledóneas; éste


se localiza en el cilindro central, en forma de una zona circular en toda la longitud del tallo
y raíz.

En la mayoría de las plantas que tienen crecimiento en grosor, la epidermis se destruye y


entonces las capas externas de la corteza se dividen sus células y constituyen el
meristemo secundario llamado felógeno, éste origina células hacia la parte externa que en
conjunto forman su súber o corcho, tejido que va a proporcionar protección a los tallos y
también se originan células hacia el centro que entran a constituir parte de la corteza. El
felógeno ayuda al cambium a efectuar el crecimiento en grosor de los órganos de las
plantas

Tejidos de protección del vegetal


Sistema tegumentario.

El sistema tegumentario cubre a los diversos órganos de los vegetales y les presta
protección contra la acción de diversos agentes físico: aire, cambios bruscos de
temperatura, lluvia, sequía, etc., y evita asimismo la evaporación rápida del agua que se
encuentra en los tejidos internos.

Sin embargo este revestimiento no es absoluto, ya que la planta no podría efectuar


cambios constantes con el medio externo, que le son indispensables; así, la pared
terminal de las raíces no está cubierta por este sistema, y en los órganos aéreos se
encuentran multitud de orificios que permiten los cambios de gases y la evaporación del
agua. El sistema tegumentario comprende dos tejidos: epidérmico y suberoso.

Tejido epidérmico. Está representado por la epidermis, la cual se encuentra recubriendo a


las raíces jóvenes, tallos herbáceos y jóvenes, hojas y flores. Las células que la integran
son grandes y forman generalmente una sola capa, aunque a veces pueden existir dos o
más. Tienen forma muy variable, aunque especialmente son tubulares, aplanadas o
alargadas; los contornos en algunas ocasiones son ondulados o festoneados, lo cual les
permite una mayor cohesión. Poseen poco citoplasma, abundante agua, vacuolas
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numerosas y grandes, núcleo pequeño y carecen de cloroplastos; además, sus paredes
están íntimamente unidas entre sí y dejan sólo los orificios correspondientes a las
estomas.

El carácter esencial de la epidermis es que se encuentra recubierta por una capa de


cutina llamada cutícula, que es delgada, brillante, translúcida, impermeable al agua y muy
poco permeable a los gases y vapor de agua.

A este sistema tegumentario pertenecen también los llamados derivados epidérmicos,


como los pelos o tricomas que son muy abundantes en muchos tallos herbáceos, hojas y
flores. Se originan por el crecimiento y diferenciación de una o varias células epidérmicas,
quedando así unicelulares o pluricelulares.

Los pelos contribuyen a aumentar el papel protector de la epidermis y en algunas plantas


trepadoras ayudan a la fijación y sostenimiento del organismo, por lo que adoptan formas
de ganchos, garfios, uñas, etc.

Tejido suberoso. Es un tejido de protección originado por el meristemo secundario


llamado felógeno, se encuentra cubriendo en sus partes externos a los tallos semileñosos
y leñosos, así como a raíces leñosas, rizomas y tubérculos.

Al formarse el felógeno comienza a generar células hacia la parte externa, las cuales
pronto impregnan sus membranas de suberina, en ellas desaparece el citoplasma y
quedan como elementos muertos llenos de aires. Son células de forma prismática,
alargadas, aplanadas y elásticas, que se disponen con cierta regularidad en varias hileras
continuas, estas capas de células son la que forman el llamado súber o corcho.

Las capas de súber o corcho sólo son interrumpidas, en algunas plantas, por pequeñas
hendiduras de bordes salientes, llamadas lenticelas, que tienen forma de papilas
alargadas y fusiformes y que se distinguen aún a simple vista en numerosos tallos y
ramas. Por las lenticelas, los tejidos colocados bajo el súber, se ponen en comunicación
con el medio externo, a través de éstas pasa el aire que se utiliza en la respiración celular
y también se efectúa el fenómeno de la transpiración.

El felógeno, al mismo tiempo que origina capas suberosas hacia el exterior, genera hacia
la parte interna elementos vivos que van a aumentar el grosor de la corteza, las que se
diferencian y constituyen células, dispuestas en varias capas, reciben el nombre de
feloderma.

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Tejido de Resistencia
Sistema esquelético o mecánico

El sistema esquelético está representado por aquellos tejidos que proporcionan


consistencia al vegetal, que le permite resistir su propio peso y la acción de diversos
agentes externos como el viento, lluvias, corrientes de agua, etc., está adaptado,
entonces, para resistir presiones, tracciones y flexiones.

Dos son los tejidos esenciales de resistencia: esclerénquima y colénquima.

El esclerénquima se encuentra en las raíces, tallos y ramas de las plantas semileñosas,


leñosas y a veces en algunas herbáceas; comprende las fibras esclerosas y las células
pétreas.

Las fibras esclerosas o fibras de esclerénquima en forma de hueso, alargadas y con sus
paredes fuertemente impregnadas de lignina. Se forman de una célula que se diferencia
alargándose y, al desaparecer en ella su protoplasma, queda como elemento muerto. En
sus membranas se forman pequeños poros por los que se comunican con los elementos
contiguos.

La resistencia que presentan los diferentes órganos de las plantas a las tracciones,
flexiones y presiones, se debe a las fibras esclerosas, aunque en el último caso
intervienen principalmente las células pétreas, que son los elementos más resistentes que
se conocen en los vegetales leñosos.

Las células pétreas son elementos que espesan considerablemente sus paredes de
lignina, y se forman multitud de canales muy ramificados. Sus cavidades, debido al
espesamiento tan intenso, quedan sumamente reducidas, y al desaparecer su
protoplasma, constituyen elementos muertos.

Las células pétreas proporcionan una gran resistencia a las presiones, son muy
abundantes en la corteza de tallos, ramas y raíces adultas, así como en las cubiertas
duras y lignificadas de algunas semillas y frutos.

Colénquima, este tejido mecánico de poca resistencia formado por varias capas de
células parenquimatosas vivas y a veces tienen cloroplastos. Su carácter de resistencia lo
deben a que su membrana de celulosa se espesa en las aristas celulares, quedando el
resto sin engrosamiento o cuando menos mucho más del gado.

El colénquima es propio de órganos jóvenes y herbáceos: tallos, ramas, pecíolos,


pedúnculos y en ciertas hojas. Se encuentra generalmente debajo de la epidermis, y a
veces en las capas profundas de la corteza y aún en el cilindro central.

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Tejidos de Nutrición
Sistema de absorción

El sistema de absorción está formado por aquellos órganos y tejidos que tienen como
función la absorción de sustancias del medio externo, las cuales constituyen la base de la
nutrición de las plantas.

Los vegetales que poseen clorofila absorben del medio externo agua y sales minerales
disueltas; las plantas parásitas, saprofitas y embrionales, además de las sustancias
anteriores, toman productos orgánicos poco complejos.

Sistema de conducción

En las Criptógamas Vasculares y Fanerógamas, existe un sistema conductor de


sustancias representado por los haces conductores, también llamados fibrovasculares o
liberoleñosos. Se extienden dichos haces desde las ramificaciones de la raíz, y a través
de este órgano, así como del tallo y de las ramas, hasta la extremidad de las hojas y
flores.

Las células que forman el sistema conductor, son generadas en primer término por los
meristemos primarios y posteriormente por el cambium.

En todo haz fibrovasculares se distinguen dos regiones: xilema y el floema. El xilema


compren los elementos conductores: vasos leñoso, traqueadas y células
parenquimatosas; y las fibras leñosas que son los elementos de resistencia. El floema
comprende los elementos conductores: vasos liberianos o cribosos, células anexas y
parenquimatosas; y las fibras liberianas.

En las raíces, el xilema y el floema forman haces separados; en los tallos constituyen un
sólo haz, llamado liberoleñoso.

Los vasos leñosos se forman de varias células meristemáticas colocadas


longitudinalmente unas a continuación de otras, en las cuales se performan los tabiques
transversales y que llegar a desaparecer por completo en algunos casos, quedando sólo
pequeñas salientes internas que indican el sitio que ocupaban las membranas, las
paredes laterales se impregnan de lignina y el citoplasma y núcleo desaparecen,
quedando como elementos muertos.

Las traqueidas son células alargadas y terminadas en punta; sus membranas trasversales
no desaparecen y conservan por lo mismo su individualidad. Las membranas laterales se
impregnan de lignina de manera semejante a los vasos leñosos.

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Las células parenquimatosas están vivas y con membranas delgadas, impregnadas de
escasa proporción de lignina., en su citoplasma se notan comúnmente granos de almidón.
Este parénquima se encuentra rodeando a los vasos leñosos y contribuyen a la unión de
los diversos elementos del xilema.

La función de las fibras leñosas consiste en proporcionar resistencia y protección a los


elementos del xilema.

De los diversos elementos del xilema, los vasos leñosos son los que se esencialmente se
encargan de la conducción del agua y sales minerales desde la raíz hasta las hojas en
donde se efectúa la síntesis de las sustancias orgánicas. Las traqueidas y el parénquima
leñoso (células parenquimatosas) ayudan a los vasos en su función y cuando éstos llegan
a fallar, los sustituyen por completo.

El floema comprende vasos liberianos, células anexas, parénquima liberiano y fibras


liberianas. Los vasos liberianos están formados, como los vasos leñosos, de varias
células colocadas en series longitudinales y que tienen su origen en los meristemos
primarios o en el cambium. Sus membranas celulósicas no se impregnan de lignina,
quedando delgadas y por los mismo, bastante permeables a los jugos circulantes; en
ciertos casos se forman pequeños orificios que comunican lateralmente a los elementos
con otros.

Los tabiques transversales, que pueden ser perpendiculares o inclinados, no


desaparecen, formándose en ellos pequeños orificios que les dan el aspecto de cribas. En
las células se forma una gran vacuola central, que contiene un jugo celular con abundante
agua, sales minerales, glúcidos y prótidos.

Las células anexas son elementos que acompañan a los vasos liberianos; tienen forma
alargada, estrecha y con extremidades terminadas en punta. Son células vivas, con
abundante citoplasma, núcleo grande, y membranas celulósicas delgadas en las cuales
se observan puntuaciones que corresponden con los poros de las paredes laterales de los
vasos, de esta manera se facilita el intercambio de sustancias entre unos elementos y
otros.

El parénquima liberiano está constituido por células que poseen citoplasma, núcleo y
membranas delgadas. Se encuentran envolviendo a los vasos liberianos y une a los
diferentes elementos del floema.

Las fibras liberianas son fibras semejantes a las leñosas, y como éstas, proporcionan
resistencia y protección.

Los vasos cribosos son los elementos principales a través de los cuales circulan las
sustancias orgánicas nutritivas que han sido elaboradas en los tejidos clorofílicos y por
medio de estos vasos son repartidas por todos los órganos del vegetal.
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Tanto vasos leñosos como liberianos se encuentran formando haces, los cuales en las
raíces están generalmente separados y alternados, y en los tallos, ramas, pecíolos y
hojas, se unen e integran los haces liberoleñosos. En tallos y rama, los vasos leñosos se
colocan hacia el centro y los cribosos se distribuyen en la parte externa.

Sistema de asimilación

Pertenecen al sistema de asimilación todos los tejidos cuyas células poseen clorofila, y en
los cuales se efectúa la fotosíntesis; aunque todos los órganos del vegetal que poseen
clorofila son capaces de efectuar fotosíntesis, son las hojas las partes esenciales de los
vegetales las que representan al sistema asimilador y así es en ellas donde se encuentran
acumulados la mayor cantidad de cloroplastos.

En un corte transversal de la hoja, se encuentra el haz y el envés, sus partes son las
siguientes: epidermis del haz, parénquima en empalizada, parénquima esponjoso y
epidermis del envés.
La epidermis del haz está formada de una o varias hileras de células, cuyos caracteres ya
se describieron. En ciertos casos se pueden observar estomas (en escaso número) en
esta epidermis.

El parénquima en empalizada es la zona que de manera esencial representa el tejido de


asimilación, está constituida de una o varias hileras de células de forma prismática,
cilíndrica, alargada, aplanada; colocadas en sentido perpendicular a la epidermis; sus
membranas son delgadas, tienen poco citoplasma y núcleo pequeño; su característica
principal es que poseen tal cantidad de cloroplastos que apenas se nota el citoplasma y
casi nunca el núcleo.

El parénquima esponjoso o lagunoso se coloca a continuación del anterior; está


constituido de varias hileras de células de formas muy variadas: ovoides, esféricas,
elípticas, prismáticas, cilíndricas, triangulares, estrelladas, etc. Sus membranas son
delgadas y poseen cloroplastos, aunque en menor cantidad que la zona anterior. El
carácter esencial de esta zona consiste en la existencia de numerosas lagunas aéreas
entre unas células y otras. Este tejido recibe el aire de la atmósfera de las estomas y de
las cámaras aéreas, y es el que permite los cambios gaseosos indispensables en las
funciones de respiración y fotosíntesis; asimismo facilita la evaporación del exceso de
agua que se encuentra en los tejidos, y hace posible la transpiración. En esta zona se
notan también los haces liberoleñosos

La epidermis del envés es semejante a la que se encuentra en el haz, con la única


diferencia de que posee gran número de estomas.

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Sistema de reserva

Durante la fotosíntesis se elaboran por las plan tas verdes una gran cantidad de
sustancias orgánicas, de sustancias orgánicas, de las cuales unas son sumidas
inmediatamente por las células, pero quedan otras que se almacenan y constituyen
productos de reserva, aunque todas las células de un vegetal son capaces de poseer
reservas en menor o mayor proporción, existen, en la mayoría de las plantas, tejidos cuya
función esencial es la de almacenar sustancias de reserva.

Los tejidos de reserva poseen células de forma esférica, ovoides, prismáticas, poliédricas,
etc., de membranas generalmente delgadas, elásticas y con numerosas puntuaciones.
Tienen poco citoplasma, núcleos pequeños y grandes vacuolas. Cuando las células llegan
a almacenar gran cantidad de productos, el citoplasma y el núcleo desaparecen,
quedando como elementos muertos; esto sucede en los tejidos de reserva de semillas,
frutos, tubérculos, bulbos, algunas raíces y en tallos aéreos.

Según la naturaleza de los productos almacenados, se conocen dos tipos principales de


tejidos de reserva: de agua y de sustancias orgánicas. Los tejidos de reserva de agua son
característicos de los vegetales epífitos y especialmente de aquellos que viven en climas
desérticos o muy cálidos. El tejido de reserva se encuentra casi siempre en las partes
internas de los tallos o de las hojas como en las cactáceas, agaves, bromeláceas y
algunas orquídeas.

Los tejidos de reserva que acumulan sustancias orgánicas se encuentran principalmente


en semillas, raíces, tallos subterráneos, algunos tallos aéreos y rara vez las hojas. Como
productos de reserva se encuentran glúcidos y prótidos, los cuales pueden estar disueltos
en el jugo celular (glucosas, sacaros, glicógeno) o en forma de granos, glóbulos y cristales
(almidón, grasas, prótidos). Las sustancias de reserva no se encuentran en la misma
proporción dentro de las células, pues estas varían mucho según las especies de las
plantas y los órganos en que se encuentran.

Sistema de oreamiento

El sistema de oreamiento está formado por el conjunto de elementos que permiten la


entrada de aire a los tejidos internos, y así mismo, facilitan la expulsión del vapor de agua
que provienen de las células. Las plantas superiores pueden efectuar, debido a este
sistema, tres funciones esenciales: respiración, fotosíntesis y transpiración.

Los elementos principales del tejido de oreamiento son las estomas, las lenticelas, las
cámaras aéreas y los meatos aéreos.

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Las estomas se encuentran en la epidermis de tallos jóvenes y herbáceos, en las flores, y
especialmente en las hojas; la raíz carece de estos elementos. Cada estoma, colocado
entre las células epidérmicas, lo forman dos células llamadas estomáticas o de cierre, que
tienen generalmente forma arriñonada, aunque ésta puede variar según las especies de
plantas. Estas células se unen en sus extremos y dejan en el centro un orificio
denominado ostíolo; y presentan las siguientes características: membranas delgadas,
núcleo pequeño de forma esférica, ovoide o alargada, tienen cloroplastos y granos de
almidón. El ostíolo de los estomas es capaz de adquirir una mayor o menor abertura, y
hasta cerrarse completamente, según la turgencia que tengan las células estomáticas.

El cierre y apertura de los estemos, dependiendo de la turgencia de las células, permite a


la planta regular su transpiración: sí existe bastante agua se abren los ostíolos y expulsa
el exceso de agua por medio de la evaporación.

Debajo de cada estoma y en comunicación directa con el ostíolo. Existe una cavidad
llamada cámara aérea, a la cual llega el aire del medio externo, pasando después a los
meatos aéreos que lo reparten entre las células del parénquima.

Las lenticelas son elementos característicos de los tallos y ramas leñosas que poseen
súber y en los que la epidermis, y por mismo los estomas, se han destruido al efectuarse
el crecimiento en grosor. Se originan las lenticelas a expensas de varias células de la
corteza, las cuales forman un meristemo secundario que reproduce sus células
activamente, y generan un tejido de células parenquimatosas; éstas dejan numerosos
espacios entre sí, y al romper las capas de súber y de la epidermis, queda al contacto del
medio ambiente por una abertura.

Las lenticelas permiten la aireación y transpiración de los tejidos internos de tallos y


ramas, pues sus espacios intercelulares están comunicados con los meatos aéreos de las
regiones internas de manera que el aire que penetra por la abertura de aquellas se
reparte por todos los tejidos.

En ningún caso las lenticelas son tan numerosas como las estomas; así como éstos,
adoptan formas y estructuras muy distintas, según el tipo de planta.

Los meatos aéreos son espacios intercelulares que se encuentran en los parénquimas de
tallos, pecíolos, hojas y flores; su presencia es de gran importancia en el sistema de
oreamiento, ya que por medio de ellos el aire se pone en contacto con todas las células
de los tejidos internos, y al mismo tiempo facilita la respiración.

17
Sistema de secreción y excreción

Todas las células vivas de un organismo vegetal son capaces de producir secreciones y
excreciones, pero existen grupos de ellas que lo hacen de manera intensiva, los cuales
constituyen los tejidos de secreción y excreción.

Los elementos esenciales que constituyen estos tejidos son: células y epidermis
secretora, recipientes y canales secretores, tubos laticíferos, hidátodos, pelos
glandulosos, nectarios, recipientes y canales excretores.

Las células secretoras tienen forma globulosa, tubulosa, alargada y poliédrica; se


encuentran aisladas, o formando grupos o hileras más o menos grandes, repartidas en los
parénquimas de raíces, tallos, hojas, flores y frutos. Dentro de estas células se
encuentran secreciones y excreciones en gran abundancia y de naturaleza muy diversa:
mucílagos, gomas, esencias, resinas, alcaloide, fermentos, etc.

Las capas epidérmicas de muchas plantas constituyen a veces el sito de acumulación de


secreciones, especialmente de aceites esenciales, que se evaporan lentamente en la
atmósfera y proporcionan los aromas y perfumes peculiares de las flores y de otros
órganos de la planta. Los hidátodos son elementos unicelulares o pluricelulares que
excretan agua y adoptan aspectos muy distintos, se encuentran en los bordes y puntas
de las hojas. Los pelos glandulosos son derivados epidérmicos formados de varias
células, por los cuales se excretan sustancias como gomas, mucílagos, resinas,
fermentos. Los nectarios son elementos glandulares que segregan sustancias azucaradas
y se encuentran especialmente en la base de los pétalos, están formados por células
epidérmicas modificadas que constituyen papilas de membranas delgadas, en las que
existen numerosos poros.

Actividades a Desarrollar por el alumno:

 Realiza un cuadro sinóptico, en el cual se observen: los


sistemas de tejidos, los tejidos, los elementos que componen
a éstos, su función o funciones y en dónde se localizan los
tejidos.

18
Raíz

Definición: es el órgano de las plantas cormofitas que primero se forma en el desarrollo


del embrión.
Origen: a partir del desarrollo del embrión de la semilla; el hipócotilo, se trasforma en la
primera raíz la cual crece dirigiéndose hacia el centro de la tierra atraída por la gravedad.
Color: las raíces tienen por lo común un color moreno o pardo, grisáceo y blanco
amarillento; rojas, naranjas, blancas, verdes.
Tamaño: los tamaños son variados.
Función

 Anclar a la planta al suelo


 Absorber el agua y minerales en solución
 Conducción del agua (hacia arriba)
 Conducción de los alimentos elaborados en las hojas (hacia abajo), a las regiones
de crecimiento y almacenamiento
 Reproducción
 Fotosíntesis

Morfología Externa de la Raíz.

 Cuello. Es la región donde se une la raíz con el tallo. Por lo general está al nivel
del suelo y normalmente ésta región no se distingue con claridad Región desnuda.
Es una zona más o menos cilíndrica que está comprendida entre el cuello y la
zona pilífera, está cubierta de una capa de células epidérmicas carentes de
cutícula.

 Zona pílífera. Es la zona donde se encuentran numerosos pelos absorbentes, está


situada a pocos mm de la punta de la raíz.

Los pelos absorbentes se derivan de la capa epidérmica y todos son unicelulares,


se dirigen en todas direcciones, se adhieren fuertemente a las partículas del suelo
y al mismo tiempo segregan fermentos que transforman y hacen solubles a
muchas sustancias que se encuentran en la tierra.

 Zona de crecimiento. Es una región reducida que está ubicada desde los pelos
absorbentes más pequeños, hasta el cono vegetativo, en donde se encuentran las
células del meristemo que constituyen la zona de crecimiento.

 Cofia. Parte de la raíz que cubre su extremidad o ápice y a manera de casquete


protege las células meristemáticas que forman el cono vegetativo.

19
La raíz principal o eje primario: es la raíz principal y la continuación del tallo, de ésta
nacen lateralmente las raíces secundarías de las que a su vez surgen las terciarias, y así
sucesivamente. Las raicillas: son las últimas ramificaciones de la raíz, ya sea que se
formen de la raíz primaria, secundaría, etc. Son muy finas y en ellas es donde está
principalmente la zona pilífera.

Se pueden observar cinco grupos de células; el más bajo de estos grupos es la cofia
cuyas células meristemáticas dan origen a tejidos maduros de la raíz, forman largas
hileras de células destinadas a convertirse en:

Epidermis

Corteza Raíces laterales


Cambium de corcho
Periciclo
Cambium vascular

Meristemo Cilindro Vascular


Ápical
Floema primario
Cambium vascular
Xillema primario
Médula

Epidermis.

Es una zona, con sus pelos radicales, de una capa simple de células que deriva de la
protodermis. Un pelo radical es una proyección lateral de una célula epidérmica, ambos
forman una sola célula de paredes delgadas, que se componen principalmente de
celulosa y sustancias pépticas. En la mayoría de las plantas, la vida de un pelo radical, es
corta, funciona durante unos cuantos días o pocas semanas.

El desarrollo de los pelos radicales se inhibe con frecuencia por las soluciones
concentradas de los suelos y por las temperaturas altas y bajas; cuando las cantidades de

20
humedad y oxigeno son adecuadas, los pelos radicales se desarrollan en presencia o
ausencia de luz.

Corteza.

Se compone principalmente de parénquima de almacenamiento con grandes espacios


intercelulares, la capa más interna de la corteza es una hilera simple de células, llamada
endodermis. En el estado primario, las células de la endodermis son delgadas, con
excepción de un engrosamiento en banda sobre las paredes radicales y transversales, la
cual se conoce como Banda de Caspary, está suberizada.

Las paredes celulares y los espacios intercelulares pueden imbibirse con agua y
nutrientes disueltos: la Banda de Caspary forma un anillo entorno a las células evitando
que el agua llegue al periciclo.

Periciclo y Cilindro Vascular.

Es una etapa temprana del desarrollo de la raíz, se diferencia una capa de células
parenquimatosas de la zona externa del cilindro de procambium. Puede dar origen a
raíces laterales.

El xilema primario consiste en una masa central o núcleo, con vanos brazos radicales,
entre los que se agrupa el floema.

En las raíces con crecimiento secundario, estas células producen cambium vascular,
mientas que en las raíces sin crecimiento secundario, maduran para convertirse en
esclerénquima. Muchas de las raíces carecen de médula, no obstante en aquellas que sí
se presenta procede del procambium.

Diferenciación de tejidos.

1. La protodermis produce una epidermis sin cutícula, pero con células de pelos
radicales
2. Del meristema fundamental surgen las células parenquimáticas, mientras que no
se forman células de refuerzo (colénquima), la capa más interna se especializa
para desempeñar el papel de desplazamiento del agua y nutrientes, que
constituyen la endodermis
3. El cilindro del procambium da origen al cilindro de tejido vascular
4. La capa exterior de las células del procambium se diferencian en un cilindro
especializándose células que se conoce como periciclo.
5. Las primeras células del tejido vascular que se forman son las del floema
21
6. Hacia el centro de la raíz se produce una mayor diferenciación del tejido vascular.

Fisiología de la Raíz

1. Absorción Osmosis Imbibición


 Osmosis
 Imbibición
 Difusión de salutos

2. Transporte
 Pelos radicales
 Corteza
 Endodermis y periciclo
 Xilema

3. Almacenamiento
 Células de la corteza
 Células del parénquima

4. Crecimiento
 Longitud: punta de la raíz
 Diámetro: cambium

5. Reproducción
 Yemas adventicias
6. Excretan desechos

Influencia de la raíz en el suelo.

1. Absorben minerales y agua


 Fertilización
 Rotación de cultivos

2. Añaden materiales al suelo


 Materia orgánica
 Dióxido de carbono (ácido carbónico)
 Exudados: aminoácidos

3. Sistema radicular
 Retención de la humedad
 Erosión: lluvia y viento

22
Sistemas Radicales.

Definición. Es la masa de raíces subterráneas producidas por una planta.

Clasificación:

 Fibroso (difuso). Tiene varias raíces principales, así del mismo grosor, con
numerosas ramificaciones laterales más pequeñas.
 Pivotante. La raíz principal es más o menos gruesa y larga que el resto de las
demás raíces.

Clasificación de las Raíces

Subterráneas
Plantas superiores
Terrestres

Acuáticas Fijas y flotantes


Medio en que
viven

Aéreas Plantas epífitas

Normales (embrión)
Origen
Adventicias (tallos, ramas)

Pivotantes
Fibrosas o fasiculadas
Forma

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24
25
26
Tallo

DEFINICION. Es el órgano de las cormofitas que generalmente se desarrolla en sentido


inverso a la raíz, posee yemas, hojas; sostiene a las flores y frutos

COLOR: Verde (herbáceas), Pardo, grisáceo (semileñoso y leñosos), Blancos, Rojos,


Amarillos

DIMENSIONES. Son muy variables tanto en longitud como en grosor dependiendo de las
especies.

Tipos de tallos: Acaules y Caulinares

Acaules. Aparentemente no muestran tallo, es muy pequeño y se inserta en la parte


superior y media de la raíz que está llena de reservas: zanahoria, rábano, remolacha,
nabo y las plantas de las que parece que las hojas salen de la raíz.

Caulinares. Son las plantas en las que las hojas se insertan en un tallo visible, simple o
ramificado

Partes del Tallo

Cuello. Es la región que separa al tallo de la raíz.


Eje primario. Es la parte que deriva directamente del embrión y crece a expensas de los
meristemos primarios.
Nudos. Son los sitios del eje primario en donde se insertan las hojas y están más o menos
abultados.
Entenudos. Son las regiones del eje primario comprendidas entre cada dos nudos
consecutivos.
Yemas. Son pequeños brotes situados en las axilas de cada hoja o en la parte terminal
del eje primario.
Hojas. Son las expansiones foliáceas que se forman de las yemas.

Vegetaciones del tallo

Yemas. Son pequeños órganos ovoides o cónicos que nacen en la extremidad o en la


superficie de los tallos y ramas. Están formadas de una especie de cono tunicado muy
pequeño situado en el centro, el cual se halla cubierto de escamitas secas, duras,
parduscas e imbricadas.

Contienen tejidos de formación o meristemos primarios que van a dar origen a diversos
órganos del vegetal
27
Clasificación de las yemas

Por la posición de las yemas en las ramas:


-Terminales
-Axilares o laterales
-Adventicias

Por su función o desarrollo ulterior las yemas son:


-Ramales
-Florales
-Foliares

Vegetaciones del tallo

 Hojas: son vegetaciones laminares que se forman de las yemas foliares, algunas
acompañan a la planta toda su vida y otras se caen y cada año se renuevan, en
ocasiones no existen (vegetales afilos)
 Flores: son las vegetaciones del tallo que sólo se encuentra en las Fanerógamas,
se originan de yemas florales y contienen los órganos sexuales.
 Espinas: son las prolongaciones cónicas agudas y resistentes que se originan en
la región interior del tallo o ramas, presentan dificultad para desprenderlas y al
hacerlo se llevan parte del tallo.
 Aguijones: son las prolongaciones agudas y resistentes que se originan en la
epidermis de los tallos y ramas, se desprenden con facilidad
 Zarcillos: resultan de ramas o de hojas que se convierten en filamentos enrollados
en espiral, permiten que ciertas plantas se adhieran y trepen.
 Raíces: adventicias que se pueden formar en tallos y ramas.

Ramificación de los tallos

Tallos simples o sencillos, eje primario

Tallos ramificados, el eje primario o tallo principal se ramifica y da origen a ejes o tallos
secundarios, éstos a terciarios, etc.

Estas ramificaciones reciben el nombre de ramas y en ellas se distinguen las mismas


partes que en el tallo primario y por su forma de ramificarse se agrupan en: monopódicos,
dicotómicos, simpódicos y polipódicos.

 Ramificación monopódica, el eje principal lo conservan íntegro desde la base


hasta su cima y su desarrollo es mucho mayor que en sus ramas laterales que son
más delgadas y cortas
28
Ejemplos: pino, oyamel, cedro, ciprés
 Ramificación dicotómica, conserva su tallo principal hasta cierta altura, después se
divide en dos ramas opuestas del mismo grueso, las que a su vez se dividen en
otras dos de manera semejante y así sucesivamente
Ejemplo: toloache, maravilla, lilas, etc.
 Ramificación simpódica, el tallo y la división de ramas es similar al anterior, pero
una de las ramificaciones es más gruesa que la otra
Ejemplo: álamo, fresno, sauce llorón, amate, etc.
 Ramificación policotómica, los tallos en los que el eje primario se divide son tres o
más ramas que a su vez se dividen de igual forma y así sucesivamente.
Ejemplo: falsa acacia

Duración de los Tallos

 Anuales. Viven un año, dentro del cual fructifican y mueres: maíz, trigo, cebada,
chícharo, etc.
 Bianuales. El primer año germinan, crecen y se desarrollan y en el segundo
fructifican y mueren: betabel, nabo, etc.
 Plurianuales. Viven varios años y en cada año fructifican o viven varios años y solo
fructifican un año y mueren: plantas herbáceas y semileñosas: geranio, malvones,
rosales, buganvilias, etc.
 Perennes. Viven y fructifican muchos años: fresnos, encinos, manzanos, pinos,
ahuehuetes, oyamel, etc.

Medio en que viven

 Tallos aéreos (epigeos). Viven sobre la tierra; se subdividen en:


 Erguidos. Se desarrollan verticalmente y toman una dirección perpendicular al
suelo si apoyarse en otras plantas u objetos.
 Herbáceos. Son pequeños, delgados, débiles y generalmente verdes con forma
cilíndrica, prismática o cónica sencilla o ramificada.
 Arbustos o matas. Son tallos semileñosos o leñosos ramificados desde su base
 Rastreros.
 Trepadores

29
Estructura del Tallo

A partir del meristemo primario del tallo se desarrollan los primeros tejidos o estructura
primaria que permanece inalterable durante toda la vida de algunas plantas como en las
Monocotiledóneas; pero en las Dicotiledóneas y Gimnospermas, sólo se conserva cuando
están jóvenes, pues cuando engruesan, debido a los meristemos secundarios, integran la
estructura secundaria.

Estructura primaria en una planta dicotiledónea

Se encuentra de adentro hacia fuera tres zonas: epidermis, corteza y cilindro


central.
Cilindro central está formado de las siguientes partes: periciclo, haces
liberoleñosos, cambium y parénquima medular.
El periciclo comprende una o varias hileras de células que hacia fuera limitan con
la endodermis y por su parte interna con el parénquima medular y los haces
liberoleñosos. Se llama también capa rizógena, porque de allí se derivan las raíces
adventicias.
Los haces liberoleñosos (varían en número dependiendo de la especie que se
trate) se disponen en círculo por debajo del periciclo.
Los haces leñosos, que junto con otros elementos constituye el xilema, están
colocados hacia el centro del tallo
Los haces liberianos, que junto con otros elementos constituyen el floema, están
colocados hacia fuera del tallo, apoyándose en el periciclo
Entre los haces se encuentra el cambium o zona generatriz, meristemo secundario
que al reproducirse sus células, va a proporcionar el crecimiento secundario.
El parénquima medular ocupa el resto del centro de la médula, a partir de la cual
se forman los radios medulares que se insinúan entre los haces hasta llegar al
periciclo.

Estructura primaria de una planta monocotiledónea.

Rasgos fundamentales en las monocotiledóneas:


1. La corteza es más reducida
2. La endodermis y el periciclo no están claramente definidos; no hay una
separación definida
3. El cilindro central es más amplio
4. Existen muchos haces liberoleñosos, rodeados por fibras leñosas, que
pueden estar altamente lignificadas (palmas)
5. Los haces liberoleñosas están dispuestos en varios círculos concéntricos;
los situados en la parte central están más separados entre sí, y a medida
30
que se colocan en los círculos periféricos, se hacen cada vez más
pequeños y más apretados entre sí
6. No existe cambium entre los haces leñosos y liberianos
7. La médula queda reducida y los radios medulares no se notan claramente

Estructura Secundaria

En la mayor parte de las dicotiledóneas y gimnospermas aparece una estructura


secundaria, debido al engrosamiento que experimentan los tallos al generarse nuevos
elementos por los meristemos secundarios: cambium y felógeno.

El cambium durante la primavera, verano y otoño, divide intensamente sus células hacia
dentro y hacia fuera; las células que se originan internamente dan lugar a elementos del
xilema (vasos leñosos), y las que se forman hacia fuera constituyen elementos del floema
(vasos liberianos)

En el otoño, debido a que la savia es escasa, los vasos generados son pocos y estrechos,
siendo numerosas las fibras y los tejidos originados son obscuros y compactos.

Con el paso del tiempo los vasos leñosos que se encuentran en el centro se van
aplastando, obscureciendo y dejan de conducir la savia, los elementos que los rodean
mueren y en conjunto constituyen un tejido resistente y oscuro llamado duramen o
corazón que sólo desempeña la función mecánica y se encuentra en la parte central del
tallo.

Después de algunos años, la epidermis se desgarra y se originan capas de felógeno,


meristemo secundario que al dividir sus células constituye hacia el exterior el súber o
corcho y hacia la parte interna la felodermis que en conjunto forman la epidermis.

31
32
Hoja

Definición.

Son vegetaciones del tallo y de las ramas que nacen en los nudos de estos órganos,
generalmente son laminares, de color verde y con simetría bilateral y tienen un
crecimiento limitado.

Partes externas de las hojas.

Pecíolo.
Es la parte de la hoja que sostiene al limbo y lo une al tallo; generalmente es
delgado y cilíndrico, aunque también puede ser prismático y cilíndrico, acanalado;
hueco o fistuloso como en la calabaza.

Presenta cierta consistencia y elasticidad que lleva haces liberoleñosos que al


pasar por el limbo se ramifica constituyendo la nervadura.

El pecíolo puede ser largo o corto y en ocasiones faltar por completo, entonces las
hojas se llaman sésiles o sentadas y las hojas que presenta pecíolo se llaman
pecioladas.

El color del pecíolo es generalmente verde, aunque los hay pardos, grises y de
otras coloraciones.

En cuanto a sus dimensiones pueden tener desde uno cuantos milímetros hasta
un metro y más.

El pecíolo se inserta en el centro del limbo y es perpendicular a éste, entonces a la


hoja se le denomina peltada (tiene aspecto de un escudo).

Si el pecíolo se ensancha y toma el aspecto de un limbo se le denomina filodio.

Si el pecíolo se ensancha y se tornan globosos permiten a las plantas acuáticas


flotar.

Vaina.

Es un ligero ensanchamiento que se encuentra en la base del pecíolo y por donde


éste se inserta al tallo o las ramas. Por lo común es pequeña y de forma cónica,
pero en ocasiones es bastante grande y laminar, envolviendo al nudo y parte del
tallo, en cuyo caso la hoja se llama envainadora.

33
Limbo.

Es la parte generalmente laminar de la hoja y la más importante de la misma, pues


allí se efectúa la fotosíntesis y la respiración de las plantas. Si el limbo es laminar,
consta de una cara dorsal o superior llamada haz y de otra inferior o ventral que
recibe el nombre de envés.

La gran mayoría de los limbos son de color verde, debido a la clorofila que poseen
en sus parénquimas; el haz es por lo común de un verde más intenso que el
envés, debido a que recibe directamente los rayos solares. Existen, sin embargo,
los limbos rojizos, amarillentos, grisáceos y de otros colores muy distintos.

Las dimensiones de los limbos son muy diversas: desde unos cuantos milímetros
o centímetros, como sucede en muchas plantas herbáceas y pequeñas, hasta los
más grandes, que llaman la atención por su enorme tamaño, como sucede con las
hojas de las palmeras y plátano, en donde alcanzan uno y más metros de longitud.

Por su consistencia los limbos pueden ser herbáceos, si son tiernos y delgados;
escamos, con aspecto de escamas; coriáceos, si tienen una consistencia
semejante al cuero; rígidos, cuando son duros y tiesos; carnoso o jugosos, sí son
gruesos y llenos de jugo; papiráceos, semejantes al papel.

Por la forma de sus limbos las hojas se denominan, orbiculares o circulares,


ovaladas, elípticas, oblongas, lineares, ensiformes (en forma de espada),
lanceoladas, cordiformes (en forma de corazón), reniformes, espatuladas,
triangulares, aovadas (en forma de huevo), falciformes (en forma de hoz),
aciculadas, etc.

Partes del limbo. En un limbo se distinguen el haz y el envés, la base, los bordes,
la cima o ápice y las nervaduras.

 La base es el sito por donde el limbo se inserta al pecíolo o al tallo y a las


ramas si la hoja es sésil. La base puede ser redonda, cuneiforme o en
forma de cuña, tunicada, si parece como cortada transversalmente;
cordiforme, cuando tiene dos lóbulos redondeados; reniforme, o en figura
de riñón, sagitada, con prolongaciones semejantes a flechas, etc.
 La cima o ápice es la parte terminal o extremidad del limbo. Por su forma la
cima puede ser agua o acuminada, si termina en punta o más o menos
larga; redonda, cuando es redondeada, tunicada, sí se observa como
cortada transversalmente; mucromada en el caso en que termine en una
espina más o menos robusta llamada mucrón; retinada, cuando posee una
pequeña depresión redondeada; escotada o emarginada, si forma una
hendidura en forma de cuña y separa dos pequeños lóbulos; etc.
34
Los bordes constituyen la orilla o margen del limbo, pueden ser

 La base es el sitio por donde se inserta el limbo al pecíolo o al tallo y a las


ramas si la hoja es sésil. La base puede ser redonda, cuneiforme o en
forma de cuña; truncada, si parece como cortada transversalmente;
cordiforme, cuando tiene dos lóbulos redondeados; reniforme o en figura de
riñón; sagitada con prolongaciones que semejan flechas.

 Los bordes constituyen la orilla o margen del limbo. Pueden ser lisos o
entero, si en ellos no hay accidente alguno; aserrados, con salientes
pequeñas y agudas dirigidas hacia la cima semejando los dientes de una
sierra; dentados, si las salientes son perpendiculares al borde y parecen
dientes; ondulados, si las entrantes y salientes son redondeadas; crestadas
o almendradas, en el caso en que las entrantes se noten aguas y las
salientes sean redondas o viceversa; lobulados, si se observan entrantes y
salientes profundas que tienen el aspecto de lóbulos; raídas, cundo las
entrantes y salientes no poseen regularidad, etc.

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 Las nervaduras son prolongaciones del pecíolo que se extienden por
dentro del limbo y que con aspecto de largos cordones se notan a
simple vista, especialmente por el envés, en donde a veces emergen
un poco.

En su interior las nervaduras contienen haces liberoleñosos; además de


ser los elementos de conducción constituyen el esqueleto o tejido de
sostén de las hojas.

La disposición de las nervaduras en el limbo se llama nerviación y


aunque es muy diversa, se puede reducir a cuatro tipos principales. El
caso más simple es el de una nervadura media y única que no se
ramifica: la nerviación es simple y la hoja se llama uninervia (confieras),
y los limbos son por lo común estrechos y a menudo aciculares.

Cuando la nervadura media y única se ramifica; a partir de ella se


forman, a uno y otro lado, nervaduras secundarias cada vez más
delgadas; la nerviación es pennada y la hoja se denomina penninervia
(bugambilia), los limbos son entonces ovalados o más o menos
alargados.

36
Si el pecíolo, en el punto en donde se inserta al limbo, se ramifica en varias
nervaduras principales divergentes, de las cuales la más grande y gruesa
es la mediana y las que están a los lados de ésta van siendo más
pequeñas y delgadas, la nerviación es palmeada y la hoja es palminervia
(higuerilla, vid, calabaza).

Si la hoja es peltada y las nervaduras irradian a partir del pecíolo y tienen


aspecto de radios, la nerviación es irradiada o peltada y la hoja es
radiadinervia o peltinervia (mastuerzo y geranio).

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Existen limbos que poseen varias o numerosas nervaduras que se
disponen paralelamente desde la base hasta la cima; la nerviación es
paralela y las hojas son paralelinervias; si las nervaduras son rectas se
llaman rectinervias (trigo, maíz, etc.) y si son curvas o arqueadas las hojas
se denominan curvinervias.

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Ejemplar No. _________________________

Nombre común de la planta: ____________________________________


Lugar de procedencia: _________________________________________

Características
Tipo de hoja: ________________________________________________
Borde: _____________________________________________________
Apice: ______________________________________________________
Nervadura: __________________________________________________

39
HOJAS SIMPLES Y COMPUESTAS

Las hojas pueden estar formadas de una sola pieza o de varias, por lo que se clasifican
en simples y compuestas.

Una hoja simple tiene un solo limbo o lámina que se origina en una yema foliácea; y las
hojas compuestas son aquellas que tienen el limbo dividido.

Las hojas compuestas constan de un eje o raquis que representa el pecíolo y sobre éste
se insertan pequeñas hojas llamadas folíolos; los que a su vez pueden ser sentados
(sésiles) o sostenidos por pequeños pecíolos.

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Las hojas compuestas, de acuerdo con la disposición de los folíolos en el raquis son:
pinnadas y palmeadas. En las hojas pinnadas los folíolos se disponen a uno y otro lado
del raquis, si tienen un número impar de folíolos y en su extremidad terminan en una solo
folíolo, las hojas se llaman imparipinnadas: rosal. Se llaman hojas paripinnadas cuando
tienen un número par de folíolos y en su extremidad termina en dos folíolos: haba.

FILOTAXIA

La filotaxia es la disposición de las hojas en los tallos o en las ramas. Esta disposición es
constante para cada especie vegetal, pero variables de una especie a otra. Por su filotaxia
las hojas pueden ser de tres tipos: opuestas, verticiladas y alternas.

Las hojas opuestas se disponen por pares a distintas alturas del tallo; cada par está a la
misma altura y una frente a la otra: cafeto, menta. Estas hojas proyectadas sobre un plano
producen dos líneas que forman una ángulo de 180°, pueden encontrarse todas en un
mismo plano (en dos líneas paralelas y longitudinales o también en dos planes
perpendiculares entre sí y entonces se llaman opuesto-cruzadas o decusadas, como la
hierbabuena.

Un par Dos pares superpuestas

Figura. Hojas opuestas proyectadas sobre un plano


Las hojas verticiladas son las que se disponen en número de tres o más alrededor de un
nudo y a la misma altura, formando lo que se llama un verticilo.

Las hojas alternas o esparcidas son las que se observan dispuestas asiladamente a
distintas altura del tallo o de las ramas, formando sus puntos de inserción a una línea de
aspecto helicoidal; la filotaxia de las hojas alternas no es al azar, es precisa. Las hojas se
41
encuentran dispuestas en los nudos, que forman líneas o series longitudinales a lo largo
de los tallos y se les llaman ortósticas.

VEGETACIONES DE LAS HOJAS

Las vegetaciones de las hojas se desarrollan en la superficie o base de las mismas, las
principales son: estípulas, ocreas, lígulas y tricomas (pelos).

Las estípulas son generalmente dos expansiones foliáceas y verdes que se notan en la
base del pecíolo de algunas plantas: chícharo, rosal, pensamiento. Pueden ser libres o
soldadas al pecíolo; por su duración son: persistentes, si acompañan a la hoja durante
toda su vida (rosal) y en algunas especies pueden tomar aspecto de espina.

Las estípulas desempeñan el papel de protección, cubren las yemas y a las hojas, y
cuando son verdes pueden realizar la fotosíntesis.

Las ocreas son estípulas, transformadas y membranosas que se sueldan entre sí


formando una especie de cucurucho que envuelve al tallo o a las ramas y protegen a las
yemas ramales; al crecer el tallo o las ramas, forman una envoltura tubulosa, persistente
en la base del nudo.

Las lígulas son pequeñas prolongaciones foliáceas, más o menos transparentes y con
aspecto de lengüetas que nacen en algunas hojas entre el pecíolo y el limbo o entre éste
y la vaina. Se encuentran comúnmente en las gramíneas y en este caso se forman en la
parte terminal de la vaina.

Los tricomas o pelos son vegetaciones de algunas hojas que resultan de la epidermis,
según su naturaleza pueden ser: cortos o largos, apretados o ralos, suaves o tiesos libres
o entrelazados, erectos o tendidos, rectos o encorvados, etc., y a las hojas se les llaman
pubescentes son las que tienen pelos cortos, apretados, suaves y que impiden ver la
epidermis.

MODIFICACIONES DE LAS HOJAS

Las hojas pueden sufrir modificaciones y se transforman en elementos con aspectos y


funciones diferentes a las de las hojas normales.

Cotiledones. Son hojas modificadas y las primeras que se forman en el interior de la


semilla. En muchos vegetales, además de cubrir al embrión, almacenan grandes
cantidades de reservas que ceden al embrión cuando germina.

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Brácteas. Son hojas modificadas que se encuentran en la base de las flores de lagunas
plantas y están cubriendo a las inflorescencias. Tienen una estructura más sencilla que
las hojas, son sésiles y por lo tanto más pequeñas que éstas y con escasa clorofila. En
ocasiones alcanzan grandes dimensiones, tomando colores muy vivos y llamativos,
sustituyendo en su función a la corola, la cual falta o es poco aparente, como en la
buganvilia y en el alcatraz. Las brácteas que cubren a las inflorescencias de la palmera y
a la mazorca del maíz, se llaman espatas.

Glumas. Son las hojas modificadas en pequeñas expansiones membranosas, elípticas y


de color verde, que envuelven y protegen a las flores de las gramíneas, como en el trigo,
centeno, cebada, etc.

Catáfilas. Se encuentran en los rizomas y en los bulbos; son expansiones foliáceas


carentes de clorofila que resultan de las hojas modificadas. En los rizomas son pequeñas
y protegen a las yemas. En los bulos, están formados por Catáfilas, protegen a la yema
apical que se encuentra situado en el centro del bulbo.

Espinas. Las hojas y las estípulas se transforman en espinas, esparcidas por todo el tallo,
el cual a falta de hojas, posee clorofila y viene a ser órgano que efectúa fotosíntesis.

Zarcillos. Son órganos filiformes, comúnmente espiralados considerados como hojas o


ramas modificadas.

Filodios. Los pecíolos se ensanchan, toman el aspecto de limbos que se transforman y


desempeñan la función de asimilación y de sostén.

Ascidias y utrículos. Parte de las hojas se modifican, formando en su extremidad un


receptáculo en forma de urna que se llama ascidia; las hojas se transforman en pequeñas
vesículas que reciben el nombre de utrículos que se encuentran en las plantas carnívoras
en aguas estancadas, para que la planta flore ya que carecen de raíces.

Partes florales. Las modificaciones de las hojas son: el cáliz, la corola, los estambres y el
pistilo.

ANATOMIA O ESTRUCTURA DE LA HOJA

La anatomía de un limbo de hoja se presentan tres tejidos principales:

Epidermis
Mesófilo
Venas o haces vasculares

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A continuación se presentan detalladamente cada una de esas regiones.

Epidermis

La epidermis cubre toda la superficie de la hoja y continúa en la superficie del tallo al que
está fija la hoja. En la mayoría de las hojas, la epidermis es una capa simple de células.
Puede contar de varios tipos de células: a) células epidérmicas ordinarias, b) células
protectoras, c) células pilosas o d) células glandulares.

Las células epidérmicas ordinarias tienen una gran variedad de formas, según las
especies. Tienen una forma similar a un adoquín irregular, cuya profundidad es
normalmente menor que su anchura o su longitud. Por lo común, las células epidérmicas
están cubiertas en las superficies externas por una cutícula cérea secretada por sus
44
protoplastos. La acumulación de la cutícula forma a menudo un patrón muy específico
para las hojas en que se encuentra.

Células oclusivas, de cierre, de guarda, o estomáticas

Las células de cierre se presentan por pares y todas ellas tienen forma semicircular o de
media luna. Los cloroplastos aparecen en las células de cierre, pero faltan en las células
epidérmicas ordinarias. Ambos tipos de células epidérmicas tienen protoplastos de larga
vida. La pared exterior de paredes epidérmicas, incluso las células de cierre, tiene una
cutícula como la de la epidermis de los tallos, que resulta eficiente para controlar la
entrada y salida de vapor de agua y otros gases. Por lo general, la cutícula es más gruesa
del lado superior que del lado inferior de la hoja.

Una célula de cierre es un tipo especial de célula epidérmica. Dichas células se presentan
en pares y entre ellas hay una abertura o poro (figura 10.8G).

Los dos principales grupos de plantas que carecen de estomas son las algas y los
hongos. Los estomas son básicamente similares en los numerosos grupos diferentes en
que se encuentran.

La apertura y el cierre físico de las estomas es resultado de los cambios de turgencia de


las células de cierre, sobre todo en lo que se refiere a la turgencia de las células
epidérmicas adyacentes. El paso del agua de esas células epidérmicas adyacentes al
interior de las células de cierre da como resultado una mayor turgencia en las células de
cierre y el estiramiento elástico de sus paredes. En dos células de cierre asociadas, las
paredes delgadas adyacentes a las células epidérmicas se estiran más que la pared más
gruesa y carente de elasticidad, que bordea al poro.

Esto da como resultado la formación de una abertura elíptica. Podemos representar con
facilidad el cambio de forma de las células de cierre si imaginamos que estamos inflando
un globo largo, con un lado ligeramente más delgado que el otro. Al ir aumentando la
presión del aire en el globo, el lado angosto se estirará con mayor rapidez que el grueso y
el globo adoptará una forma de riñón o fríjol. Las regiones centrales de dos globos
similares, fijos sólo en sus extremos y con paredes más gruesas que se tocan y están
paralelas entre sí, se separan al inflarse el globo. Así, si se comprenden las
características estructurales de las células de cierre, podrá verse con claridad el modo en
que los cambios de la turgencia hacen que se abran o se cierren las estomas.

No obstante, ¿cómo se producen los cambios de turgencia? Si se observa la influencia


del ambiente exterior sobre la apertura de las estomas, muy pronto resulta evidente que la
apertura y el cierre de éstas puede desencadenarse mediante un gran número de
factores. Por lo común, la luz provoca una apertura y la oscuridad el cierre. El
marchitamiento, las deficiencias de agua en las hojas o un aumento de las cantidades de

45
CO2 en torno a las hojas, pueden inducir el cierre; por lo común, las elevaciones de la
temperatura hacen que se abran las estomas.

Puesto que esos distintos cambios ambientales pueden dar como resultado la apertura o
el cierre de las estomas, es evidente que el mecanismo osmótico regulador de esta acción
estomática es complejo, de hecho, todavía no se comprende claramente. Una de las
primeras sugerencias que se hicieron para explicar los cambios de turgencia asociados a
la apertura de las estomas inducida por la luz, es la que dice que esto provoca la
fotosíntesis en los cloroplastos de las células protectoras.

La fotosíntesis produciría entonces azúcar, un soluto osmóticamente activo que haría


disminuir el potencial de difusión de las células de cierre. Así, el agua se difundiría al
interior de las células, haciendo aumentar la turgencia y provocando la apertura de las
estomas. Sin embargo, se descubrió que los efectos de la luz eran muy rápidos y que, en
algunos casos, la intensidad lumínica que provocaba la apertura de los estomas era
demasiado baja para propiciar una fotosíntesis apreciable.

Pelos epidénnicos

Existen varios tipos distintos de pelos que surgen en la epidermis de las hojas y se
parecen a los de la epidermis de los tallos. Pueden ser unicelulares o multicelulares,
simples o ramificados, parecidos a escamas o glandulares. El pelo unicelular es el más
sencillo. Puede ser una extensión de una célula epidérmica, o bien poseer una pared
basal transversal. Frecuentemente, los pelos unicelulares están ramificados. Por su parte,
los pelos multicelulares pueden constar de una hilera simple de células o bien tener
ramificaciones. En el extremo superior, los pelos glandulares llevan una célula grande y
simple o un grupo de células, algunas de éstas secretan aceites etéreos que, con
frecuencia, dan viscosidad a las hojas.

Mesófilo

El mesófilo es el tejido fotosintético entre la epidermis superior y la inferior. Es tejido


parenquimático, atravesado por venas (haces vasculares). Hay cloroplastos en las células
del mesófilo, que se dividen en dos capas distintas: el parénquima en empalizada y el
parénquima esponjoso.

El parénquima en empalizada se encuentra inmediatamente debajo de la epidermis


superior y, por lo común, consta de una a varias capas de células angostas, cuyos ejes
más largos están perpendiculares a la superficie de la hoja. El parénquima esponjoso se
extiende del parénquima en empalizada a la epidermis inferior. Las células del
parénquima esponjoso son de forma irregular y tienen una disposición suelta. Hay

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grandes espacios de aire o cámaras estomáticas que se encuentran generalmente por
encima de cada estoma.

La cutícula ocupa la porción superior de la figura, con secciones de células de la


epidermis superior inmediatamente por debajo de ella. Bajo dichas células epidérmicas,
las células del parénquima en empalizada tienen un contorno circular y se ajustan de
manera muy estrecha unas a otras. Se considera que hay más espacios con aire en el
tejido en empalizada que los que resultan evidentes en los cortes de sección transversal
de las hojas.

En general, el parénquima en empalizada se encuentra por encima de las venas, con


parénquima esponjoso bajo él. Obsérvese también, en este plano, que las células del
parénquima esponjoso se ajustan unas a otras para formar algo así como una red abierta.
La epidermis inferior se encuentra en la parte más baja de la sección y se aprecian en su
interior células de cierre.

Los espacios intercelulares están muy desarrollados en el mesófilo, pero son mucho
mayores en el parénquima esponjoso que en el de empalizada.
Abscisión de las hojas

La separación de partes vegetales de una planta progenitora es un fenómeno normal, que


se produce de manera constante. Las hojas se caen, los frutos se desprenden, las flores
se marchitan y se caen e incluso las puntas de las ramas o ramas enteras pueden
separarse normalmente de las plantas originales. El ejemplo más común de esto es el de
la caída de las hojas, en otoño, en las plantas dicotiledóneas leñosa, prácticamente en
todos los casos, la separación o abscisión es el resultado de la falta de diferenciación en
una zona especializada que se conoce como zona de abscisión, en la base del pecíolo o
cerca de ella.

Las células parenquimáticas que constituyen la zona de abscisión pueden ser más
pequeñas y carecer de lignina, que se encuentra en cantidades significativas en las
células de los tejidos adyacentes. Incluso los elementos vasculares pueden ser más
cortos y las fibras pueden encontrarse ausentes del haz de la zona de abscisión. Esas
características anatómicas hacen que, definitivamente, esa zona sea muy débil.

Antes de la caída de una hoja, pueden producirse cambios en la zona. Con frecuencia se
producen divisiones celulares que, en apariencia, no son necesarias. Cuando se
producen, surge una capa de células en forma de ladrillos, a través del pecíolo. La
separación real de una hoja puede producirse de varios modos distintos. En algunas
especies, la lámina media se disuelve, y las células simplemente se caen. En otras, las
paredes y las células se disuelven, efectuándose en esa forma la separación. En un tercer
grupo pequeño de plantas, se forma una capa de corcho a través del pecíolo de modo
que la hoja se marchita en su lugar y el viento se la lleva. En todos los casos, se
desarrolla a través de la cicatriz una capa de células de corcho, que se une al corcho del
47
tallo. Además, los vasos tienen probabilidades de taparse con tilosas y gomas. En esa
forma, la caída de una hoja no deja una herida abierta o un punto de entrada para
organismos que puedan provocar enfermedades.

La zona de abscisión tiene dos funciones: a) provocar la caída de la hoja o la parte de la


planta de que se trate y b) proteger la zona del tallo de la que se haya caído la hoja,
contra los daños causados por los insectos o la putrefacción causada por bacterias u
hongos.

Las hormonas y la abscisión de las bojas

Desde 1933, se sabe que las auxinas y, sobre todo, el ácido indoleacético (AlA) pueden
inhibir la abscisión. En las huertas frutícolas rociar los árboles con la auxina sintética NAA
que constituye una práctica común para evitar la caída de los frutos. Esto resulta
particularmente importante en el caso de los manzanos ya que es común en estos que se
caiga una buena proporción de frutos jóvenes. En la actualidad se conoce como ácido
abscísico o ABA y fomenta la abscisión en muchas otras plantas.

El ácido abscísico está muy difundido en el reino vegetal. En pequeñas cantidades,


estimula la abscisión tanto de las hojas como de los frutos, induce la latencia de las
yemas apicales, prolonga la latencia de las yemas de papa, inhibe la germinación de las
semillas y desempeña un papel importante en la floración.

Las giberelinas inhiben también la abscisión de las hojas, pero tienen aproximadamente
una actividad dos veces menor a la del ácido abscísico.

La acción de las dos hormonas es diferente y puede explicar, hasta cierto punto, la
variación de los cambios morfológicos que se producen durante la abscisión y que
mencionamos antes. Cuando se induce la abscisión por medio de ácido abscísico, se
restringe la división celular y no se forma ninguna capa definida de separación.

Las paredes celulares de las células parenquimáticas de la zona de abscisión se


descomponen. La separación tiene lugar unas 24 horas después de la aplicación del ABA
y puede iniciarse en cualquier punto de la zona de abscisión. En contraste, la aplicación
de giberelinas hace aumentar considerablemente la división celular y la creación de una
capa definida de separación. La separación de las células se produce al disolverse la
lámina media. La hoja se cae unas 48 horas después de la aplicación de giberelinas.

En general, las giberelinas, las auxinas y las citoquininas inhiben la abscisión y estimulan
el crecimiento, mientras que el ácido abscísico y el etileno fomentan la abscisión y
retrasan el crecimiento. Resulta tentador el especular sobre la interacción posible del ABA
y el etileno con las auxinas, las giberelinas y las citoquininas, como explicación parcial del
ritmo anual de crecimiento de las plantas y la senescencia.

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En otoño, un aumento del contenido de ácido abscísico podría explicar la abscisión de las
hojas y los frutos y la latencia de las yemas, las semillas y otras partes vegetativas. La
predominancia de otras hormonas durante la primavera podría inducir la germinación de
semillas, romper la latencia de las yemas y, en general, explicar el auge del crecimiento
primaveral. No obstante, todavía no se sabe gran cosa sobre las interacciones detalladas
de esas hormonas.

Resumen

1. Las funciones principales de las hojas son la fotosíntesis y la respiración.

2. Las hojas de angiospermas tienen generalmente limbos delgados y planos, sujetos al


tallo por medio de pecíolos o vainas. Las venas refuerzan a los limbos y transportan
alimentos y agua.

3. Las hojas de gimnospermas del hemisferio septentrional son agujas o similares a


espinas.

4. Una sección de corte transversal del limbo de una hoja descubre los tejidos siguientes:
epidermis superior, parénquima en empalizada, parénquima esponjoso y epidermis
inferior. Generalmente, hay una cutícula cérea que cubre la epidermis. Las células
protectoras de la epidermis forman estomas que controlan el intercambio de gases.

5. El aumento de la turgencia al interior de las células de cierre hace aumentar la apertura


de las estomas; la disminución de la turgencia reduce el tamaño de la apertura de las
estomas. El aumento de turgencia puede ser el resultado de la mayor intensidad de luz
del sol y la elevación de la temperatura en torno a las hojas. El marchitamiento o un
aumento de las concentraciones de C. en torno a las hojas, provocan una reducción de la
turgencia.

6. El tejido del mesófilo se compone de venas y tejidos del parénquima en empalizada y el


esponjoso. En ambos tipos de tejidos parenquimáticos hay cloroplastos. El mesófilo está
adaptado para efectuar la fotosíntesis.

7. La forma de las hojas se encuentra bajo control nuclear y citoplasmático y es afectada


también por la luz, la humedad y la edad fisiológica de la planta.

8. Las hojas pueden modificarse para vivir como escamas de yemas, órganos de
almacenamiento de alimentos, en las insectívoras, y trampas para insectos.

9. Los primordios foliares se desarrollan en el siguiente espacio disponible, en una


secuencia espacial definida, sobre los lados del ápice del retoño.
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10. El promeristema cortado del ápice de un helecho se desarrollará para constituir un
nuevo retoño, pero deben incluirse con los meristemas apicales cortándole las
angiospermas, las iniciadoras de las hojas, antes de que se produzca la diferenciación de
un retoño.

11. El limbo joven de una hoja lo producen meristemas marginales, que son también
responsables de la forma de una hoja.

12. Las divisiones celulares se completan cuando las hojas están todavía encerradas en
las yemas; la expansión de las hojas se debe, primordialmente, al ensanchamiento de las
células.

13. La formación de una zona definida de abscisión a través de una pecíolo o el


pedúnculo de un fruto es responsable de la caída de la hoja o el fruto de que se trate.

14. El óxido abscísico induce la formación de la zona de abscisión; también provoca la


latencia de las yemas apicales. Sus efectos son contrarios a los de las hormonas
reguladoras del crecimiento.

50
Flor

Definición. La flor es la parte de las plantas Fanerógamas, formada de un conjunto de


hojas modificadas y que tiene los órganos de reproducción. Son vegetaciones del tallo
que se originan de las yemas florales, cuando las plantas llegan a su estado adulto; tienen
crecimiento limitado y se distinguen generalmente por sus colores llamativos.

Partes de una Flor.

Una flor completa de las plantas


angiospermas consta de las siguientes
partes: pedúnculo, envolturas florales
(cáliz y corola), androceo y gineceo.
Cuando alguna de estas partes falta, la
flor se llama: incompleta. Las envolturas
florales, androceo y gineceo se les llaman
verticilos florales.

Dibuja el esquema.

Pedúnculo. Es un pedicelo delgado que une la flor al tallo terminado en un ligero


ensanchamiento llamado receptáculo; a veces suele faltar y entonces la flor es sésil o
sentada y cuando existe es llama pedunculada.

El pedúnculo puede ser largo o muy corto y casi reducido; por lo general es de color verde
y de forma cilíndrica. Consta de una epidermis con pocos estomas, de un colénquima que
le proporciona consistencia y elasticidad, un parénquima clorofílico y de haces
liberoleñosos (vasculares) que llega a la región superior, se ramifica y distribuye por las
demás partes de la flor.

Envolturas florales. Protegen a los órganos reproductores y constituyen los dos verticilos
externos de la flor: cáliz y la corola, que en conjunto reciben el nombre de perianto.

Cuando el perianto forma una sola envoltura en la cual no se distingue el cáliz, recibe el
nombre de perigonio, cuyas piezas se denominan tépalos. Si las flores carecen de
51
envolturas florales, se llaman desnudas o aperiantadas, como sucede en el trigo y en el
maíz.

Cáliz. Es la envoltura o verticilo más externo de la flor, está formado por pequeñas hojas
modificadas, generalmente de color verde, que se llaman sépalos. En ocasiones toman
coloraciones muy diversas y asemejan a los pétalos, entonces el cáliz recibe el nombre de
apetaloides (como la azucena o tulipán). Si lo sépalos permanecen libres el cáliz recibe el
nombre de dialisépala y si están más o menos unidos por sus bordes laterales, se le llama
gamosépala.

Por su forma el cáliz puede ser tubuloso, campanulado, capuliforme, claviforme.


Labiado, vesiculoso, etc.

Por su duración el cáliz puede ser: caduco, si se desprende antes de abra la flor;
caedizo, si se desprende después que la flor haya abierto; y persistentes, si
sobrevive después de la caída de la corola.

Los sépalos tienen una estructura semejante a las de las hojas y su función es
envolver y protege los órganos sexuales.

Corola. Es el segundo verticilo o envoltura de la flor, y está formada por hojas


modificadas, llamadas pétalos, generalmente de colores muy variados y llamativos,
aunque hay casos, como en la vid que son verdes.

En el pétalo se distingue generalmente una región basal y estrecha llamada uña; y


otra ensanchada que se llama limbo. Cuando los pétalos están libres y se pueden
separar uno de otro sin romper a los demás la corola es dialipétala; si están más o
menos soldados por sus bordes es gamopétala.

Tanto las corolas dialipétalas (actinomorfas) como gamopétalos (cigomorfas)


pueden ser regulares o irregulares; las primeras tienen sus pétalos iguales y
distribuidos simétricamente: rosa, manzano, clavel, papa, alhelí, etc. En las
irregulares los pétalos son desiguales: violeta, chícharo, haba, etc.

Por el aspecto que presentan las corolas pueden ser: campanuladas, tubulares,
labiadas, estrelladas, rosáceas, amariposadas, etc.

Por su duración, las corolas son caducas si se desprenden después de la


fecundación y antes del crecimiento del fruto y persistentes si sobreviven durante
el desarrollo del mismo.

La función principal de la corola es la protección de los órganos sexuales,


desempeña, así mismo la respiración y la transpiración.

52
Androceo. Es el tercer verticilo de la flor y
está formado por los estambres, órganos
masculinos de la planta, que resultan de
las hojas transformadas.

Dibuja el esquema

Los estambres pueden estar libres o soldados por sus filamentos: son monadelfos si
están soldados formando un solo haz y diadelfos si constituyen dos haces y poliadelfos si
son tres o más grupos. En otras ocasiones se unen por sus antenas y se denominan
singenésicos o si están soldados al pistilo, se les da el nombre de ginandros, como en las
orquídeas.

En cuanto al número de estambres, aunque constante en una misma especie de plantas,


varía extraordinariamente de unas especias a otras, como: monandria, diandria, triandria,
tretandria, pentandria, hexandria, heptandria, octandria, enneandria, dodecandria (de 11 a
19 estambres), icosandia (20 ó más estambres unidos al cáliz) y polyandria (20 ó más de
estambres unidos al receptáculo).

En cuanto a la dimensión de los estambres, éstos no son siempre iguales en la misma


flor, y reciben el nombre de didínamos si hay cuatro (dos más cortos y dos más largos que
los otros dos) y tetradínamo (cuando hay seis, cuatro de los cuales son más largos que
los dos restantes).

Un estambre consta de dos


partes: filamento y antera. El
filamento es un soporte filiforme,
corto o largo, flexible y
generalmente cilíndrico. La antera
es la parte principal del estambre,
se encuentra en el ápice del
filamento formando un cuerpecito
que puede ser globuloso,
reniforme, ovoideo, filiforme, etc. Dibuja el esquema

53
Las anteras se componen de dos partes iguales llamadas tecas, unidas por un ligamento
intermedio llamado conectivo que es una prolongación ensanchada del filamento.

Cuando las anteras están volteadas al interior de la flor se llaman intrusas y si están
volteadas al exterior se llaman extrosas o van hacia el perianto.

Cada teca contiene dos sacos polínicos o lóbulos donde se encuentra el polen, por lo
tanto las anteras poseen cuatro sacos polínicos, siendo raro las que poseen menor o
mayor número de sacos. Los granos de polen son los gametos masculinos y son los
responsables de la fecundación.

Cuando el estambre carece de filamentos se llama a la antera sésil o sentada y si llegan a


faltar las anteras o los estambres son estériles o estaminoides.

Gineceo. También llamado pistilo, es el


cuarto verticilo o envoltura floral y ocupa
el centro de la flor. Está formado por una
o varias hojas modificadas llamadas
carpelos. Son pocas las plantas que
constan de un solo carpelo, en la mayoría
se presentan varios o numerosos
carpelos que pocas veces están cerrados
cada uno y más o menos independientes
unos de otros, formando lo que llamamos
gineceo apocárpico. Los más frecuentes
es que los carpelos se suelden por sus
bordes constituyendo el gineceo
sincárpico, referido sólo a la parte basal
de los carpelos, o como es lo más común
a toda su longitud.

Dibuja el esquema

El pistilo consta de tres partes: ovario, estigma y estigma.

Ovario es la región ensanchada y globulosa del pistilo que se inserta en el receptáculo del
pedúnculo, presenta formas muy diversas: esférica, ovoide, cilíndrica, piriforme, etc.;

54
constituye la parte más importante del gineceo, debido a que contiene los óvulos que a su
vez encierran a los gametos femeninos.

El ovario se prolonga por el estilo que es un filamento delgado, corto o largo que termina
en el estigma, éste es un ensanchamiento dividido comúnmente en varias partes
correspondientes al número de carpelos de que consta un pistilo.

El estigma segrega varias sustancias húmedas y pegajosas para colectar los granos de
polen. El estilo puede faltar y cuando esto ocurre se dice que el estigma es sentado.

Por la posición que ocupa el ovario con respecto a los demás verticilos florales, es súpero
o ínfero. Es súpero o libre cuando se encuentra aislado en medio de la flor y por encima
de los demás verticilos, e ínfero o adherente, si queda por debajo de los otros verticilos
que se sueldan a él, ocupando a veces posiciones intermedias.

El número de piezas en los diversos verticilos de las flores de las plantas Angiospermas
es distinto, en las monocotiledóneas sus piezas florales (sépalos, pétalos, estambres y
carpelos) son generalmente en número de tres o múltiplos de tres y se les llaman
trímeras. En las dicotiledóneas el número de piezas florales es de cinco o múltiplos de
cinco y se les llaman pentámera: en éste grupo existen excepciones en algunas especies
que presentan el número de piezas florales en cuatro o múltiplos de cuatro y se les
denomina tetrámeras.

INFLORESCENCIAS

Cuando las flores se encuentran asiladas se llaman flores solitarias, las cuales pueden ser
terminales, es decir, se encuentran en el extremo de los tallos o de las ramas; o laterales
si nacen en los flancos de las mismas, generalmente en las axilas de ciertas hojas. Sin
embargo, en la mayoría de las plantas las flores se hallan reunidas en grupos formando
las llamadas inflorescencias.

Las inflorescencias comprenden dos tipos: simples y compuestas.

Inflorescencias simples. Son aquellas en las que del pedúnculo o eje floral principal nacen
flores individuales que pueden ser sentadas o pedunculadas. Se agrupan estas
inflorescencias en dos categorías fundamentales: las racimosas y las cimosas.

En las inflorescencias racimosas existe un eje principal que domina a los ejes
(ramificaciones) laterales. Se llaman también inflorescencias indefinidas por falta de flor
terminal y porque el eje principal crece indefinidamente; a sus costados o de su
extremidad nacen las flores que pueden ser sentadas o pedunculadas y más jóvenes
cuanto más próximas se hallen en la porción superior.

55
Entre las principales inflorescencias racimosas están las siguientes:

Racimo: tiene un eje central alargado en donde se insertan lateralmente flores


separadas y pedunculadas, como el alhelí, perritos, etc.

Espiga: tiene un eje centro alargado en donde se insertan lateralmente flores


separadas y sésiles, como el llantén. Variedades de la espiga son:

Amento: espiga comúnmente doblada hacia abajo y con flores unisexuales


desnudas, como el álamo, sauce.
Espádice: tiene un eje central grueso y carnoso protegido por una gran
bráctea que se llama espata, posee flores unisexuales, las masculinas en la
región superior del eje y las femeninas en la inferior, alcatraz y mafafas.
Cono: espiga con un eje de flores unisexuales y sésiles, protegidas cada
una por una bráctea lignificada, pino, abeto, etc.

Corimbo: tiene flores pedunculadas que nacen a distinta altura del eje central; los
pedúnculos son tanto más largos cuando más bajos se insertan de manera que
todas las flores quedan más o menos a la misma altura, como el peral.

Umbela: en este caso las flores separadas y pedunculadas nacen al mismo nivel
en la extremidad del eje; los pedúnculos son de la misma longitud y divergentes de
manera que la inflorescencia tiene la superficie convexa y da el aspecto de una
sombrilla. Su base se halla rodeada por un conjunto de brácteas que constituyen lo
que se llama involucro: malvón, geranio, cebolla, etc.

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Capítulo: tiene un eje corto terminado en un receptáculo ensanchado, carnoso y
convexo o aplanado, rodeado de numerosas brácteas que forman un involucro; las
flores, generalmente sésiles, se insertan en la parte superior del receptáculo, como
el girasol, margarita, crisantemo, lechuga, dalia, alcachofa, etc.

Las inflorescencias cimosas definidas o simplemente cimas, tienen siempre una flor en el
extremo del eje principal de manera que el crecimiento de éste se anula. Por debajo de la
flor del eje se producen una o dos ramificaciones laterales, también terminadas en una flor
y que pueden seguir ramificándose en la misma forma.

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La cima es escorpioidea si del eje principal que termina en una de éste se origina otro y
así sucesivamente, así se van formando otros ejes secundarios, los cuales se hallan del
mismo lado de este modo la inflorescencia se encorva y toma el aspecto de una cola de
escorpión o alacrán, como la borraja.

La cima helicoidea es parecida a la anterior, con la diferencia de que los pedúnculos se


van alternando a la izquierda y a la derecha sucesivamente.

La cima bípara o dicotómica es aquella inflorescencia en la cual, por debajo de la flor que
se encuentra en el eje principal, se producen dos ejes secundarios laterales y opuestos,
terminados en una flor cada uno, los que a su vez pueden ramificarse en la misma forma:
flor de noche buena.

Inflorescencias Compuestas.

Están formadas por la agrupación de varias inflorescencias simples, es decir, que en ellas
los pedúnculos secundarios, que se forman a partir del eje principal, constituyen otra
inflorescencia. Pueden ser racimosas y cimosas o de ambos géneros. Son frecuentes:
racimo compuesto, racimo de racimo o panícula (trueno, nube, vid); umbela de umbelas
(zanahoria, apio); espiga de espigas (trigo); corimbo de corimbos.

De acuerdo con lo anterior, para designar a las inflorescencias compuestas, hay que
observar primero que la inflorescencia forma el eje principal junto con las ramas
secundarias y después saber qué tipo de inflorescencia se forma en esas ramas
secundaria, entonces usar el nombre de la inflorescencia principal y añadirle el de las
inflorescencias secundarias.

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Estructura de la Antera, Grano de Polen, Ovario y Ovulo.

Antera. Está generalmente formada de dos partes simétricas llamadas tecas, situadas a
cada lado del conectivo que las une. Cada teca contiene dos cavidades llamadas sacos
polínicos. Cada saco polínico consta de varias capas, que de afuera hacia dentro son las
siguientes:

Epidermis: capa protectora de toda la antera, provista de algunas estomas.


Capa mecánica o fibrosa: sus células tienen su membrana interna lignificada éstas
al madurar la antera, se desecan y determinan el desgarramiento de la misma,
dando salida a los granos de polen, esta capa sólo se encuentra en la parte
externa de los sacos polínicos y no por la parte interna de los mismos.
Dos capas de células nutricias: son células ricas en almidón y grasas que son el
alimento de los granos de polen para que éste tenga crecimiento.
Células madres de los granos de polen, órganos que ocupan la parte central, cada
una de estas células se divide posteriormente dando origen a cuatro granos de
polen.

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Los sacos polínicos de cada teca están unidos por el tejido parenquimatoso del conectivo
que en su parte media lleva un hacecillo liberoleñoso.

En una antera madura las capas nutricias han desaparecido y los dos sacos polínicos de
cada teca se unen, generalmente, formando una sola cavidad llena de polen rodeada
hacia fuera de la capa mecánica y de la epidermis.

Cuando se abre la antera y deja salir el polen, se le llama dehiscencia de la antera. La


dehiscencia es muy variada en los distintos grupos de plantas, existen cuatro tipos
principales:

Longitudinal: se origina una hendidura a lo largo de cada


teca

Transversal: la hendidura es perpendicular al conectivo

Valvar: la hendidura se hace de manera de ventanilla, se


abre hacia fuera

Poricida: se abre un pequeño poro en la extremidad de


cada teca

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Polen.

En la mayoría de las plantas el polen se presenta a simple vista como un polvo


generalmente amarillo aunque en ocasiones puede tener otras coloraciones; éste
presenta diferentes formas (esféricos, ovoides, poliédricos, elipsoidales, etc.) y tamaños
variados según las especies; en cuanto a las dimensiones va desde 3 y 4 µ los más
pequeños hasta 250 µ los más grandes.

Un grano de polen está formado de dos células, una pequeña contenida en otra mayor;
ambas están envueltas por dos membranas: la interna llamada intina, delgada y celulósica
y la externa o exina, gruesa, cutinizada, provista de pequeños poros, lisa o erizada de
puntas, cresta, etc.

De las dos células que constituyen el grano de polen, la mayor se llama célula vegetativa
y tiene un núcleo grande y rico en sustancias nutritivas. La más pequeña dentro de la
anterior está separada de ella por una delgada membrana proteica que se denomina
célula generatriz o célula madre de los gametos ya que ésta da origen a los gametos
masculinos.

Ovario.

Según el número de carpelos que formen el ovario éste puede ser unicarpelar, bicarpelar,
tricarpelar o pluricarpelar. Cuando es unicarpelar da origen a un ovario con una sola
cavidad o lóculo (ovario unilocular). Si el ovario consta de dos o más carpelos éstos se
disponen en círculos y se sueldan de diferentes maneras ya que al unirse lo hacen por el
centro y los bordes de cada carpelo formando tantos lóbulos como carpelos haya, entoces
el ovario puede ser: unicarpelar, bicarpelar, tricarpelar y pluricarpelar.

Dentro del ovario se encuentra uno, dos o más óvulos los cuáles se insertan por medio de
un delgado filamento llamado funículo, abultamiento llamado placenta que se encuentran
en los bordes de los carpelos.
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Se llama placentación a la disposición de los óvulos sobre las placentas del ovario. La
placentación tiene tres tipos principales:

Axilar, cuando los óvulos se insertan en la parte media de las axilas que forman
los tabiques de un ovario trilocular o plurilocular.

Parietal, si los óvulos se fijan en las paredes del ovario que es unilocular ya sea
que esté formado por uno, dos o más carpelos.
Central, si los óvulos se adhieren a un eje central estando en medio de un ovario
unilocular que puede estar formado por uno, dos o más carpelos.

Ovulo

En las Angiospermas los óvulos se encuentran dentro de los ovarios envueltos o


protegidos por los carpelos; en las Gimnospermas están descubiertos o desnudos al
contacto del medio ambiente y tan sólo protegidos por escamas o brácteas.

Los óvulos se originan en las placentas a las que permanecen unidos por medio del
funículo. Son blancos o incoloros de forma ovoide generalmente pequeños y en la
mayoría de los caso se ven a simple vista, aunque los hay microscópicos.

En un óvulo de las Angiospermas completamente desarrollado se encuentran las


siguientes partes:

Una capa externa, llamada primina, formada de numerosas células.


Una segunda capa, la secundina, semejante a la anterior. Ambas capas
constituyen la envoltura del óvulo o tegumento y desempeñan la función de
protección.
La primina y la secundina dejan, en su parte superior, un pequeño orificio
denominado micrópilo.
Debajo de la primina y secundina se encuentra un tejido parenquimatoso, la
nucela o nuececilla, que constituye la mayor parte del óvulo.
En la base de la nucela, en el sito en que ésta se une con la secundina, existe un
tejido parenquimtoso muy reducido llamado chalaza.
El punto en donde el funículo se une a la primita recibe el nombre de hilio. Por el
funículo corre un hacecillo liberoleñoso, el cual lleva las sustancias nutritivas al
óvulo.
Más o menos en la parte media de la nucela se encuentra el saco embrionario en
donde se observan las siguientes partes:

o Tres células en la región superior, una de las cuales llamada oosfera, es


más grande y lateralmente a ella están las otras dos, las sinérgicas; en el
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extremo opuesto a las anteriores existen tres células semejantes
denominadas antípodas y en la región media un núcleo grande llamado
núcleo segundario. De todas estas células el verdadero gameto femenino
está representado por la oosfera

Funciones de la Flor.

La función principal de la flor es la formación de la semilla que da origen a otra planta de


la misma especie.

Sin embargo cada parte de la flor participa, más o menos, en la formación de las semillas;
las envolturas florares desempeñan una función protectora, los estambres con las anteras
encierran al polen y el ovario lleva los óvulos.

El ovario desarrollado forma el fruto y los óvulos fecundados por el polen se transforman
en semillas, pero antes de la transformación del ovario en fruto y de los óvulos en
semillas, se verifican tres fenómenos sucesivos: la polinización, la germinación del grano
de polen y la fecundación.

Polinización. Es el transporte de los granos de polen desde las anteveas hasta


los estigmas. Puede ser de dos tipos directa e indirecta.

-La polinización directa o autopolinización sólo es posible en las flores


hermafroditas, en cuyo caso el polen cae en el estigma de la misma flor. Para que
se efectúe es necesario que los granos de polen maduren al mismo tiempo que el
pistilo o gineceo. Comúnmente los estambres son más largos que el pistilo y dejan
caer el polen sobre el estigma, en casos en el que el pistilo es más largo que los
estambres, la flor es colgante, de tal forma que se favorece la caída del polen
sobre el estigma.

Los obstáculos que se pueden presentar en la polinización directa es que en una


misma flor no maduren sus estambres y pistilo al mismo tiempo.

-La polinización indirecta o cruzada es más común, en cuyo caso el polen de una
flor cae en el estigma de otra flor de la misma especie. En las plantas monoicas y
dioicas esta polinización es la única que se efectúa y ocurre con frecuencia en las
hermafroditas.

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Existen diversos agentes externos que intervienen en la polinización cruzada:

Agente Externo Tipo de Polinización


viento anemófila
insectos entomófila
aves ornitófilas
agua hidrófilas
hombre artificial

Germinación del Grano de Polen. Una vez que el grano de polen ha llegado al
estigma absorbe el líquido que allí se encuentra y se hincha; como consecuencia
de esto se rompe la exina y por uno de sus poros se escapa el protoplasma, que
protegido por la intina, forma el llamado tupo polínico.

En la extremidad de éste va el núcleo vegetativo y a continuación la célula


generatriz ésta pierde su membrana y divide su núcleo en dos, que constituyen los
lamentos masculinos.

Fecundación. El tubo polínico al llegar al micrópilo atraviesa las nueces y se pone


en contacto con el saco embrionario. Entonces aquél rompe su membrana y los
lamentos penetran al saco embrionario. Uno de los lamentos, el inferior, se fusiona
con la oosfera, la cual se transforma en cigoto o célula huevo que se rodea de una
membrana celulósica. El gameto superior del tubo polínico se funde con el núcleo
secundario, dando lugar al llamado núcleo del endospermo. Esta fusión de los dos
gametos, uno con la oosfera y otro con el núcleo secundario constituyen la
fecundación que en este caso se denomina fecundación doble.

Como en el estigma pueden caer varios granos de polen y cada uno de éstos
emite un tubo polínico que llega hasta el ovario, pueden ser varios los óvulos que
resulten fecundados.

Transformación del óvulo en semilla. A partir del cigoto o célula huevo se obtiene el
embrión de la semilla. Para ello dicha célula se divide inmediatamente en dos. La superior
o externa que está próxima al micrópilo al continuar su división origina un filamento de
células llamado suspensorio o embrióforo, por medio del cual el embrión se adhiere a la
pared del saco embrionario.

La otra célula que queda hacia la parte interna se multiplica intensamente y da lugar al
embrión propiamente dicho, en el cual se encuentra representado de forma rudimentaria,
los órganos nutritivos de la planta adulta. Así en un embrión ya desarrollado se encuentra

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la radicula que se sitúa a continuación del suspensor, después está el talluelo y luego uno
o dos cotiledones.

Las plantas dicotiledóneas, en la extremidad del embrión, forman dos cotiledones y entre
éstos, en la base de la hendidura que los separa, se constituye el punto vegetativo, yema
o gémula, las monocotiledóneas producen un solo cotiledón grande y apical y el punto
vegetativo se sitúa lateralmente.

Al momento en que termina la formación del embrión, las células suspenden su división,
iniciando el periodo de vida latente que dura hasta que comienza la germinación.

Transformación del ovario en fruto. El desarrollo de la semilla a partir del óvulo va


acompañado de transformaciones más o menos inmediatas y duraderas del ovario y sus
partes anexas dando como resultado la formación del fruto. La corola, por lo regular,
desaparece después de la fecundación quedando comúnmente el cáliz que continúa
desempeñando su función protectora. También desaparecen los estambres así como el
estilo y el estigma, salvo excepciones de estigmas persistentes que permanecen
coronando el fruto.

El fruto propiamente dicho (el pericarpio) deriva de la transformación de las paredes del
ovario, las cuales aumentan de tamaño por un rápido crecimiento de sus células, que
almacenan diversas sustancias, especialmente de reserva. Terminando este crecimiento,
se efectúa la maduración, que en unos frutos se manifiesta por la desecación de las
células del pericarpio, las cuales mueren y se llenan de aire (frutos secos) mientras que
en otras las células acumulan diversas sustancias según la clase de la planta: agua,
azúcares, ácidos, almidón, grasa, etc., (frutos carnosos).

Fruto.

El fruto es el ovario desarrollado y maduro después de la fecundación. Después de la


fecundación se caen los órganos florales, a excepción del ovario que persiste, se
desarrolla y sufre transformaciones que lo convierten en un fruto.

En cuanto al tamaño los frutos pueden ser desde muy pequeños hasta muy grandes como
en caso de las calabazas, sandías, etc., al igual el color es variado: amarillos, rojos,
naranjas, verde, azules, violetas, negros, blancos, etc.; y en cuanto a la forma son:
esféricos, ovoides, cilíndricos, reniformes piriformes, etc.

Partes del Fruto.

Pericarpio, es la parte del fruto que envuelve y protege a las semillas. Se origina de la
transformación de las paredes del ovario, o sea, de uno o varios carpelos. El fruto consta
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de dos partes un pericarpio y las semillas. Un pericarpio normal consta de tres capas:
epicarpio, mesocarpio y endocarpio.

-Epicarpio, es la capa que proviene de la trasformación de la epidermis externa del


ovario y constituye lo que comúnmente llamamos cáscara, piel o corteza de los
frutos. Tiene aspecto muy variado tanto por su coloración como por diversos
aspectos de ésta.

-Mesocarpio, es la capa que se encuentra debajo del epicarpio y se origina de la


transformación del parénquima clorofílico del ovario. En muchos frutos es carnoso
y adquiere gran desarrollo, cuando el pericarpio es pulposo, debido a que el
mesocarpio almacena reservas a los frutos, se les llama carnosos y cuando no se
tenga este carácter se denominan frutos secos.

-Endocarpio, es la última capa del pericarpio y se origina de la epidermis interna


del ovario y tapiz la cavidad que encierra a las semillas, en algunas ocasiones
toma el aspecto de una membrana coriácea (manzana) y en otras es muy duro por
estar fuertemente lignificado formando el llamado hueso del fruto (durazno).
Muchos frutos carecen de endocarpio (uva plátano) y las semillas se encuentran
en el mesocarpio.

Dehiscencia del fruto. Se llama dehiscencia del fruto al acto por el cual el pericarpio
maduro se abre por sí solo y deja escapar las semillas. Este fenómeno se observa
especialmente en muchos de los frutos secos por lo que se denominan dehiscentes, en
cambio, no sucede lo mismo con la mayoría de los frutos carnosos que, por no abrirse a
su madurez, se denominan indehiscentes, en este caso las semillas sólo quedan en
libertad después de la putrefacción del pericarpio.

Algunos frutos secos como el trigo, maíz, calabaza, etc., donde el pericarpio
estrechamente unido a la semilla no se rompe sino hasta que ésta germina.

Clasificación de los Frutos:

Los caracteres de los frutos como origen, dehiscencia e indehiscencia, consistencia,


número de semillas y disposición de los carpelos, se pueden agrupar los frutos en cuatro
grupos.

I. Frutos simples o monocárpicos. Provienen de una sola flor y cuyo ovario está
formado de un solo carpelo.
a. Secos indehiscentes.

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i. Cariópside. Es un fruto monospermo que sólo encierra una semilla y
cuyo pericarpio, muy delgado y reducido, está soldado con la
misma: trigo, centeno, cebada, avena, arroz (gramíneas).
ii. Aquenios. Fruto monospermo, cuyo pericarpio no está soldado con
la semilla de la cual se puede separar fácilmente: girasol, lechuga,
dalia, margarita (compuestas).
iii. Sámara. Es un aquenio cuyo pericarpio se prolonga en un ala
membranosa rodeado todo o parte del fruto: olmo.
b. Secos dehiscentes.
i. Folículo. Es un fruto polispermo que contiene varias o numerosas
semillas, se caracteriza porque posee dehiscencia longitudinal por
una sola sutura ventral correspondiente a los bordes de la hoja
carpelar; espuela de caballero.
ii. Legumbre o vaina. Es semejante al folículo del que difiere porque
su dehiscencia se efectúa no sólo por la sutura ventral sino también
a lo largo de la línea dorsal formándose así dos valvas: fríjol, haba.
Chícharo, garbanzo, alfalfa (leguminosas).
c. Carnosos
i. Drupa. Este fruto se caracteriza porque su mesocarpio carnoso y el
endospermo duro y leñoso forma un hueso que envuelve a la
semilla: durazno, ciruelo, cereza, aceituna, capulín. Contienen
generalmente una semilla. La nuez y la almendra se consideran
también como drupas, aunque en ellas el mesocarpio es poco
carnoso, se seca y cae al madurar el fruto, la semilla es la parte
comestible.
II. Frutos agregados o múltiples. Son aquellos constituidos por la reunión de
varios frutos simples que provienen de una misma flor y permanecen distintos
y libres ente sí.
i. Poliaquenios. Es un conjunto de aquenios cuyo número puede ser
de dos-diaquenio: perejil, anís, zanahoria; de tres-triaquenio:
mastuerzo; cuatro-tetraquenio: romero, orégano, mejorana, tomillo,
menta. Hay de mayor número y pueden tener modificaciones como
es el caso de la fresa donde la reunión de aquenios sobre un
receptáculo seco o carnoso, este fruto se llama esterio.
ii. Polisámara o samaridio. Es un fruto que resulta de una reunión de
dos, tres o más sámaras: arce y fresno.
iii. Polidrupa. Es el conjunto de drupas sobre un receptáculo:
zarzamora y frambuesa.
III. Frutos sincápicos o soldados. Estos frutos provienen de una sola flor que tiene
un ovario formado por dos, tres o varios carpelos soldados entre sí.
a. Secos indehiscentes.
i. Bellota. Es un fruto con pericarpio leñoso que tiene varios carpelos
en sus primeras fases de desarrollo, luego se reducen por atrofia a

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una sola cavidad monosperma en el fruto maduro rodeado en su
base por una pequeña cúpula escamosa y lingnificada: encino.
ii. Balausta. Fruto con pericarpio seco y coriáceo, posee una cavidad
dividida por falsos tabiques membranosos en los cuales se insertan
las millas cuya cubierta externa (testa) de color rojo, es jugosa y
comestible: granado (granada roja).
b. Secos dehiscentes.
i. Silicua. Es un fruto alargado formado por dos carpelos soldados que
al principio tienen una sola cavidad, pero luego se divide en dos
cavidades por un falso tabique membranoso y en cuyos bordes se
insertan las semillas: col, rábano, nabo.
ii. Pixidio. Fruto generalmente globuloso con una sola cavidad interna
y cuya dehiscencia es transversal, levantándose la parte superior
como una tapa u opérculo: llantén.
iii. Cápsula o caja. Los frutos sincárpicos, seco y decientes que no
pertenecen a los dos tipos anteriores (silicua y pixidio). Poseen una
o varias cavidades y su dehiscencia es poricida longitudinal: clavel,
tabaco, amapola, violeta.
c. Carnosos.
i. Pomo. Fruto carnoso con varias semillas (pepitas) encerradas en un
endocarpio generalmente membranoso. En este fruto únicamente la
parte interna con las semillas, llamada corazón, proviene de los dos
carpelos que en un corte longitudinal se muestra claramente
separadas de la masa circundante carnosa y comestible la cual se
ha formado del receptáculo: en una de sus extremidades quedan
los restos del cáliz: pera, manzana, membrillo.
ii. Baya. Fruto carnoso y a veces muy jugoso, cuyas cavidades no
pueden reconocerse más que cuando es joven, pues en su
madurez se desintegran los tabiques de separación. Las semillas,
que generalmente son numerosas, no están protegidas por el
endocarpio, están diseminadas en la parte interna o en todo el
mesocarpio: tomate, uva, grosella, guayaba, plátano, tuna.
iii. Pepónide. Es un fruto semejante a la baya, aunque, por lo común,
de grandes dimensiones tiene un epicarpio duro y a veces de
consistencia leñosa, un mesocarpio muy desarrollado carnoso y
blando en cuya parte interna están las semillas o pepitas, el
endocarpio se confunde con el mesocarpio, tornándose carnoso o
jugoso: pepino, melón, sandía, calabaza (cucurbitáceas).
iv. Hesperidio. Fruto con epicarpio grueso, blanco y con numerosas
glándulas que segregan esencias, el mesocarpio es blanco,
delgado, esponjoso o compacto y enjuto. El endocarpio constituye
la mayor parte del fruto y está dividido en numerosas celdas (gajos)
y en su interior numerosos pelos fusiformes y jugosos que

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constituyen la parte comestible del fruto, las semillas se agrupan en
la parte central y axilar: naranja, limón, mandarina (cítricos).
IV. Frutos compuestos o infrutescencias. Los frutos compuestos, llamados
infrutescencias, se originan de ciertas inflorescencias cuyas diferentes partes
se han modificado en formas muy diversas y en conjunto dan la apariencia de
un solo fruto. Provienen, entonces, de la unión más o menos íntima de varios
frutos correspondientes a otras tantas flores, las cuales forman una
inflorescencia.
i. Cono o estróbilo. Este fruto proviene de una inflorescencia femenina
en cono, en donde las escamas que protegen a los óvulos se
transforman en brácteas leñosas, cada una de las cuales lleva en
su base dos semillas desnudas y en conjunto adoptan una forma
cónica (pináceas).
ii. Gálbula. Es un fruto semejante en su origen al cono, pero tiene
forma esferoidal y está formado por cierto número de brácteas
piramidales ensanchadas y gruesas que protegen a las semillas
desnudas: ciprés, tuya, ahuehuete.
iii. Sicono. Es un fruto compuesto formado por la reunión de
numerosos aquenios muy pequeños situados en el interior de un
receptáculo cóncavo y carnoso abierto al exterior por un orificio
colocado en la parte opuesta al pedúnculo: higo.
iv. Sorosis. Es una infrutescencia formada por un eje más o menos
carnoso alrededor del cual se agrupan los numerosos y pequeños
frutos que provienen de la inflorescencia, junto con los cálices y
brácteas que son también carnosos: piña, chirimoya.

Semilla.

La semilla es el óvulo fecundado, transformado y maduro de las plantas Fanerógamas;


asimismo, es la parte de estos vegetales que tienen como función reproducirse y
perpetuar la especie. En las Angiospermas las semillas se encuentran dentro del fruto
unidas al mismo por el funículo, filamento delgado y pequeño que une el óvulo a la
placenta; en las Gimnospermas están desnudas protegidas sólo por las brácteas
lignificadas o carnosas en la base de las cuales se fijan.

Las semillas tienen formas muy diversas según la especie: esféricas, ovoides, elipsoides,
arriñonadas, lineales, etc. lo mismo sucede con el color y tamaño.

La estructura de la semilla madura se distinguen dos partes esenciales: una externa


constituida por los tegumentos o cubiertas que la envuelven y otra interna, llamada
almendra, que forma la mayor parte de la semilla.

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Los tegumentos, envolturas protectoras de la semilla, formados de dos capas: la externa,
denominada testa, que se origina de la primita y la interna o tegmen, derivada de la
secundina. Comúnmente es seca y más o menos membranosa y coriácea, en ocasiones
es dura y hasta pétrea. Raramente es carnosa como ocurre en la granada.

Frecuentemente en la testa se distingue el hilio y el micrópilo. El hilio es una pequeña


cicatriz que corresponde a la inserción del funículo con la semilla. El micrópilo es un
diminuto orificio que corresponde a la abertura micropilar del óvulo, éste permite el acceso
del aire y del agua al embrión; es el orificio por donde sale la radícula al germinar la
semilla.

La almendra es la parte interna de la semilla que se encuentra recubierta por los


tegumentos. Según la clase de semillas, la almendra comprende sólo al embrión o al
embrión con el endospermo. En el primer caso se trata de semillas sin endospermo o
albumen como el fríjol, haba, garbanzo, etc. y en las semillas con endospermo o albumen,
como las gramíneas.

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Referencias Bibliográficas.

1. Greulach, V.A, Adams, J.E: 1989. Manual de Botánica y Ecología. Vol. I.

Editorial Ciencia y Técnica, S.A.

2. Ruíz, O. M. 1971. Tratado Elemental de Botánica. Décima Segunda

Edición. Editorial E.C.L.A.L.S.A. México.

3. Weier, T.E., Stocking, G. R., Babaur, M. 1980. Botánica. Quinta Edición.

Editorial Limusa. México.

4. Holman, R.M., Robbins, W.W. 1982. Botánica General. Editorial UTHA.

México.

5. Strasburger, 1989. Tratado de Botánica. Editorial Omega, México.

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