Silo para granos.

TRES ADVERTENCIAS
A LOS SENORES ARQUITECTOS

VOLUMEN
1 Nuestros ojos están hechos p a v e ~
P'
r .$r
r bajo
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\ Las formas primarks son las f m a r b d a s puesto que se k n om
ciuridad.
-.
-
Los avquitectos de hoy ya no ~ealizanúrs f0.mnmj4es.V
Guiándose por J cálcub, lbs inpn&os u t i l h las formar geomktricair,
súlisfacen nwstros ajas median& la geomdriu y nuestro e s p f d u mediante
la matemática; sus obras marchan pcw et c m i n a del gran urte.
T R E S ADVERTENCIAS: E L V O L U M E N

S-yg-
. , ;,
a',, .,. ~.
 HACIA UNA ARQUITECTURA

el símbolo de la idea p i b l e . El hecho brutal no es pasible de ideas, sino

por el orden que proyecta en ellas. Las emociones que suscita la arquitec-
tura, emanan de condiciones físicas ineluctables, irrefutables, olvidadas hoy.
El volumen yJh superficie son los elementos
- mediante los s u d e s se
- - El
manifhta la arquitectura. -.
volumen
-- -
y la superficie están determjmbs
por el plan. El plan es el generador. i Tanto p o r para los que carecen de
imáginación!

La arquitectura egipcia, griega o romana, es una arquitectura de pris-

mas, cubos y cilindros, triedros o esferas: las Pirámides, el Templo de
Luxor, el Partenón, el Coliseo, la Villa Adriana.
T R E S ADVERTEA'CIAS: EL V O L U M E N
@a y de.\~adeFedpara en Es#idor~Unidas,
 TRES ADVERTENCIAS: E L VOLUMEN 19

La arquitectura gótica no es, en su fundamento, una arquitectura en

hse a esferas, conos y cilindros. Sblo la nave expresa una forma simple,
de una geometría compleja de segundo orden (cruceros de ojivas).
sta razón, una catedral no es muy hermosa y buscamos en ella com-
ciones de orden subjetivo, fuera de la plástica. Una catedral nos
sa como la solución ingeniosa de un problema difícil, pero cuyos datos

Estación del Quai d'Orsay, el Grand-Palais, no son arquitecpra.

se l a ha enseñado eso.
 HACIA U N A ARQUITECTURA

Si71 seguir una idea arquitectónica, &no simplemermte guiacdos por dos
rjectos del cálculo (derivados de los pkcip& que nuestro uniuerd)
y por la concepción de un ÓRGANO VIABLE, los INGENIEROS de hoy m p h
cbementos prirmios y las coordinan wgún dmr reglar, provocando a m-
otros ernocio?ues arquitectónicas, h d d o de este modo que resuene & obra
humana al compás del orden universal.
Hle aquí los silos y las fábricas nortmmerimus, magníficas PRIMICIAS
dd tiempo nuevo. Los INGENIEROS NORTEAMERICANOS APLASTAN CON SUS
CÁLCULOS LA ARQUITECTURA AGONIZANTE.
 TRES ADVERTENCIAS
A LOS SEÑORES ARQUITECTOS

LA SUPERFICIE
 U n v d u m e n está mvuello por una superficie, una superficie que está
dividida según h dirtctriceií y gerueratdces del volumen, que acusam &
individwlidtad de nre volumen.
Hoy los arquilcictos temen los c o d u y e n t e s geométricos & las su-
prfuies.
Los p d e s problenus de la construccióíi moderna t i e m que ser solu-
cionados mediante la geometrfa.
Somtidos a las estrictas obligaciones de u n progranla imperativo, los
i n p i m o s emplean las genmatrices y las acusatricos de las formas. Crean
rea&Wes plásticas, l í m ~ d a se impresicmantes.
 T R E S A D V E R T E N C I A S : LA SUPERFICIE

La arquitectura no tiene nada que ver con los "estilos".

Los Luis XIV, XV, XVI, o el gótico, son, con respecto a la arqui-
M,io que una pluma en la cnb2za de iina mujer: a vews resultan
, pero no siempre.

la arquitectura es el juego sabio, correcto y iiiagnifico di* los

reunidos bajo la luz, el arquitecto tiene por misión dar vida a
&S que envuelven esos volúmenes. sin que Estas se conviertan en
@zv~ren el volumen y lo absorban en su bzncficio: triste historia

un volumen el esplendor de su forma bajo la luz, pero, por

ar a la superficie misiones con frecuencia utilitarias, significa
milar en la división impuesta de la superficie, las acusatrices,
-de la forma. Dicho de otro modo, una arquitectura es una
a una fábrica. La superficie del templo o de la fábrica a,
veces, un muro agujereado por puertas y ventanas. Esos
HACIA U N A ARQUITECTURA
 T R E S ADVERTENCIAS: LA SUPERFICIE

eros son con frecuencia destructores de la forma y es preciso hacer que

acusen la forma. Si lo esencial de la arquitectura son esferas, conos
rilindrcu, las generatrices de estas formas son básicamente pura geometría.
m esta geometría asusta a los arquitectos de hoy. En la actualidad. los

ya no se atreven a construir el palacio Pitti ni la calk Rivoli;

& d bulevar Raspail.
p o s las presentes observaciones sobre el terreno de las necesidades
$t~tvshacen falta ciudades útilmente trazadas y cuyo volumen sea
k s de ciudad). Necesitamos calles donde la limpieza, la atención
hades de la vivienda, la aplicación del espíritu de serie en la
&' de la construccibn, la grandeza de la intención, la serenidad
b,maravillen el espíritu y procuren el encanto de las cosas dicho-
M&.
 HACIA UEIA ARQUITECLURA

Modelar la superficie unida de una forma primaria simple es hacer

surgir automáticamente la competencia misma del volumen. La contradic-
ción de la intención : bulevar Raspail.
Modelar la superficie de volúmenes complicados y puestos en sinfonía,
es moduhr y permanecer en el volumen: problema raro: los Inválidos de
Mansart.
Problema de época y de estética contemporánea: todo conduce a la
reinstauración de los volúmenes simples: las calles, las fábricas, los grandes
almacenes, todos los problemas que re presentarán mañana bajo una forma
sintética, bajo vistas de conjunto que ninguna otra época ha conocido jamás.
La superficie, agujereada por las necesidades del destino, debe tomar las
generatrices acusatrices de esas formas simples. Esas acusatrices son prácti-
camente el tablero de damas o la cuadrícula: fábricas norteamericanas.
i Pero esta geometría da miedo!
Sin seguir una idea arquitectónica, sino simplemente guiados por las
necesidades de un programa imperativo, los ingenieros de nuestros dias recu-
rren a las generatrices acusatrices de los volúmenes; muestran el camino y .
crean realidades plásticas, claras y límpidas, brindando paz a los ojos, y los
goces de la geometría al espíritu. I

Así son las fábricas, tranquilizadoras primicias del tiempo nuevo. I

 T R E S ADVERTENCIAS: LA SUPERFICIE

Los ingenieros de hoy se hallan d e acuerdo con los principios que

Bramante y Rafael habían aplicado hacia ya mucho tiempo.

1 N. B.: Escuchemos los consejos de los ingenieros norteamericanos. Pero

) temamos a los arquitectos norteamerican3s. Ahí está la pnieba: