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La adolescencia es uno de los periodos más críticos para el desarrollo de la autoestima; es la

etapa en la que la persona necesita hacerse con una firme IDENTIDAD, es decir, saberse
individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como
persona que avanza hacia un futuro. Son los años en que el niño pasa de la dependencia a la
independencia y a la confianza en sus propias fuerzas. Es una época en la que se ponen sobre
el tapete no pocas cuestiones básicas; piénsese en la vocación, en los planes para ganarse la
vida, en el matrimonio, en los principios básicos de la existencia, en la independencia de la
familia y en la capacidad para relacionarse con el sexo opuesto. Y a estos aspectos hay que
sumar todos aquellos conflictos de la niñez que no se hayan resuelto y que surjan de nuevo,
conflictos que habrá que afrontar también.

En la "crisis de identidad" de la adolescencia, el joven se cuestiona automáticamente,


incluyendo la opinión que de sí mismo ha adquirido en el pasado. Puede rebelarse y rechazar
cualquier valoración que le ofrezca otra persona, o puede encontrarse tan confuso e inseguro
de sí mismo que no haga más que pedir a los demás aprobación y consejos de todo tipo. Sea
cual fuere su aproximación a su nueva identidad, el adolescente pasará inevitablemente por
una reorganización crítica de su manera de apreciarse con el consiguiente cambio en su
autoestima.

La autoestima influye sobre el adolescente en:

• cómo se siente
• cómo piensa, aprende y crea
• cómo se valora
• cómo se relaciona con los demás
• cómo se comporta

Ayudando a los adolescentes a acrecentar su autoestima se pueden inducir situaciones


beneficiosas y reforzar así los recursos del adolescente para la vida adulta. Para él es una
auténtica necesidad fraguar su identidad y sentirse bien consigo mismo. Si puede satisfacer tal
necesidad a su debido tiempo podrá seguir adelante y estar listo para asumir la responsabilidad
de satisfacer sus necesidades en la vida adulta

Un adolescente con autoestima...

• ... actuará independientemente


• ... asumirá sus responsabilidades
• ... afrontará nuevos retos con entusiasmo
• ... estará orgulloso de sus logros
• ... demostrará amplitud de emociones y sentimientos
• ... tolerará bien la frustración
• ... se sentirá capaz de influir en otros

La autoestima puede desarrollarse convenientemente cuando los adolescentes experimentan


positivamente cuatro aspectos o condiciones bien definidas:

• Vinculación: resultado de la satisfacción que obtiene el adolescente al establecer


vínculos que son importantes para él y que los demás también reconocen como
importantes.
• Singularidad: resultado del conocimiento y respeto que el adolescente siente por
aquellas cualidades o atributos que le hacen especial o diferente, apoyado por el
respeto y la aprobación que recibe de los demás por esas cualidades.
• Poder: consecuencia de la disponibilidad de medios, de oportunidades y de capacidad
en el adolescente para modificar las circunstancias de su vida de manera significativa.
• Modelos o pautas: puntos de referencia que dotan al adolescente de los ejemplos
adecuados, humanos, filosóficos y prácticos, que le sirven para establecer su escala de
valores, sus objetivos, ideales y modales propios.
Con un adolescente que presenta escasa vinculación debe relacionarse del siguiente modo:

• Preste atención a su hijo cuando le necesite.


• Demuestre afecto en lo que usted diga o haga.
• Elógiele de manera concreta.
• Demuéstrele su aprobación cuando se relacione bien con los demás.
• Respete sus amistades dándole la oportunidad de que las reciba en casa y
demuéstrele que usted las aprueba.
• Comparta sus sentimientos con él, que vea cómo le afectan las cosas.
• Comparta intereses, aficiones y algunas de sus preocupaciones con el adolescente.
• Haga de cuando en cuando algo especial que satisfaga sus intereses o necesidades
particulares.
• Pase algún tiempo solo con él, sin que las necesidades de otros miembros de la familia
le sirvan de distracción.

El adolescente con escaso sentido de singularidad se expresará de alguna de las siguientes


formas:

• Hablará negativamente de sí mismo y de sus logros.


• Se enorgullecerá poco o nada de su apariencia.
• Demostrará poca imaginación y rara vez propondrá ideas originales.
• Hará cosas como se le diga, sin apenas aportar nada de su propia cosecha.
• Se sentirá incómodo cuando se le destaque o se le pregunte en clase.
• Buscará con frecuencia el elogio, pero cuando lo consiga se sentirá confuso y lo
negará.
• Hará alardes cuando no sea el momento.
• Se adaptará a las ideas de otros. Sigue pero raramente guía.
• Tenderá a clasificar a los demás de un modo simple, y es probable que sea crítico con
sus características personales

Cómo relacionarse con un adolescente que tiene problemas de singularidad.

• Resalte y reafirme sus dotes y características especiales


• Acepte que su hijo adolescente exprese sus propias ideas, anímele a ello, aunque sean
diferentes que las que usted tenga.
• Transmita su aceptación, incluso cuando halla que censurar su comportamiento.
• Descubra aspectos positivos en las ideas o en las conductas no habituales que
manifieste, y alábeselos.
• Acepte la experimentación por parte de él con distintos trabajos actividades o ideas.
• Respete sus puntos de vista , su singularidad, intimidad y sus pertenencias.
• Déjele llevar a cabo tareas que supongan responsabilidad, de forma que vaya
adquiriendo conocimiento de sus habilidades singulares.
• Estimule al adolescente a fijarse objetivos personales, tanto a corto como a largo plazo.
• Reafírmele cuando influya en otros de manera positiva

Cómo desarrollar modelos en los adolescentes

Si durante su proceso de desarrollo el niño no ha tenido suficientes modelos a su disposición,


los padres se verán obligados a rellenar esos huecos en la adolescencia. El anhelo natural del
adolescente por tener héroes, ideales y sueños servirá de ayuda para proporcionarle un
adecuado sentido de los modelos.

Problemas que pueden plantearse con los modelos


• Suele confundirse con facilidad. Malgasta el tiempo en actividades que aparentemente
no tienen ningún objeto, o se pueden obsesionar con actividades que no tienen relación
con sus obligaciones más inmediatas.
• Se organiza mal, tanto en ideas como en comportamiento. Puede ser desaliñado en su
persona y en sus cosas. Suele tener su habitación hecha un desastre.
• Confunde lo bueno y lo malo.
• Le cuesta decidirse a hacer o decir algo.
• Responde a las instrucciones que se le dan de modo confuso o rebelde.
• Se muestra inseguro en los métodos y en los objetivos que elige cuando trabaja en
equipo. Solicita continuamente instrucciones y suele insistir en que solo hay una
manera de hacer las cosas.

Cómo relacionarse con el adolescente que carece de modelos

• Recuerde que usted es un modelo básico para su hijo adolescente, sea un buen
ejemplo, acorde con sus creencias.
• Presente a su hijo aquellas personas a las que usted tiene gran estima, bien mediante
el contacto personal, o por medio de obras literarias.
• Ayúdelo a entender bien aquellas cosas en las que cree. Hable con él de su escala de
valores. Y si le pregunta el a usted por sus creencias, háblele honradamente.
• Haga que se proponga objetivos de comportamiento y aprendizaje que sean realistas.
Que razone los pasos que debe dar para conseguir sus objetivos. Que decida que
debe aprender y en que medida debe hacerlo.
• Que afronte las consecuencias de su comportamiento. Deje bien clara la ralación
causa-efecto en lo que se refiere a su comportamiento y a las consecuencias del
mismo.
• Ayúdelo a que entienda como puede realizar su tareas. Dígale las cosas claras y
demuéstreselo si es necesario.
• Haga un esfuerzo para entender las condiciones que influyen en su comportamiento.
Comprender no significa aceptar permisivamente conductas destructivas. Intente llegar
a decisiones comunes o a normas de comportamiento mediante el intercambio de
opiniones

Cómo desarrollar la sensación de poder: problemas y soluciones

El adolescente podrá obtener una sensación de poder cuando disponga de las oportunidades,
recursos y la capacidad de influir sobre su vida de una forma positiva. Cuando esta sensación
esté firmemente desarrollada, se acrecentará su autoestima, pero si no dispone de
oportunidades para ejercitar este poder y se le niega sistemáticamente, su autoestima se verá
disminuida.

El adolescente que no desarrolla una sensación firme de poder suele comportarse de alguna
de las siguientes maneras:

• Puede eludir afrontar la responsabilidades. No hará nada por su cuenta y habrá que
recordarle constantemente los deberes que se le han marcado. Se echará atrás en las
tareas que supongan para él un reto.
• Puede tener habilidades muy limitadas en muchas áreas, las típicas respuestas serían
"no sé cómo" o "eso no sabré hacerlo nunca".
• Puede actuar con frecuencia dando la sensación de estar desvalido y evitará hacerse
cargo de los demás.
• Puede carecer de control emocional. Una demostración continua de furia, miedo,
histeria o incapacidad para enfrentarse a la frustración indica una carencia definida de
control personal.
• Puede ser excesivamente exigente o terco.
• Puede querer siempre ser el líder, hacer las cosas a su manera. Será inflexible y se
negará a discutir opciones y a compartir su autoridad.
Cómo relacionarse con el adolescente que posee una inadecuada sensación de poder

• Estimule su responsabilidad personal.


• Ayúdelo a ser consciente de su propio proceso de toma de decisiones.
• Evalúe su procedimiento para resolver las situaciones problemáticas.
• Reafirme los éxitos que obtenga.
• Respete el grado actual de competencia del adolescente.
Concepto
Una forma clara de entender el concepto de autoestima es la que plantea Branden (1993),
correspondiente a "una sensación fundamental de eficacia y un sentido inherente de
mérito", y lo explica nuevamente como la suma integrada de confianza y de respeto hacia sí
mismo. Se lo puede diferenciar de auto concepto y de sí-mismo, en que el primero atañe al
pensamiento o idea que la persona tiene internalizada acerca de sí misma como tal; mientras
que el sí-mismo comprende aquel espacio y tiempo en que el Yo se reconoce en las
experiencias vitales de importancia que le identifican en propiedad, algo así como el "mi".

Formación
El punto de partida para que un niño disfrute de la vida, inicie y mantenga relaciones positivas
con los demás, sea autónomo y capaz de aprender, se encuentra en la valía personal de sí
mismo o autoestima. Hablar de autoestima es hablar de percepciones, pero también de
emociones fuertemente arraigadas en el individuo. El concepto encierra no sólo un conjunto de
características que definen a un sujeto, si no además, el significado y la valoración que éste
consciente o inconscientemente le otorga.

La comprensión que el individuo logra de sí mismo -por ejemplo, de que es sociable, eficiente y
flexible- está en asociación con una o más emociones respecto de tales atributos. A partir de
una determinada edad (3 a 5 años) el niño recibe opiniones, apreciaciones y -por qué no
decirlo- críticas, a veces destructivas o infundadas, acerca de su persona o de sus actuaciones.
Su primer bosquejo de quién es él proviene, entonces, desde afuera, de la realidad
intersubjetiva. No obstante, durante la infancia, los niños no pueden hacer la distinción de
objetividad y subjetividad. Todo lo que oyen acerca de sí mismos y del mundo constituye
realidad única. El juicio "este chico siempre ha sido enfermizo y torpe" llega en forma definitiva,
como una verdad irrefutable, más que como una apreciación rebatible. La conformación de la
autoestima se inicia con estos primeros esbozos que el niño recibe, principalmente, de las
figuras de apego, las más significativas a su temprana edad. La opinión "niño maleducado" si
es dicha por los padres en forma recurrente, indiscriminada y se acompaña de gestos que
enfatizan la descalificación, tendrá una profunda resonancia en la identidad del pequeño.

En la composición de la valía personal o autoestima hay un aspecto fundamental que dice


relación con los afectos o emociones. Resulta que el menor se siente más o menos confortable
con la imagen de sí mismo. Puede agradarle, sentir miedo, experimentar rabia o entristecerlo,
pero en definitiva y, sea cual sea, presentará automáticamente una respuesta emocional
congruente con esa percepción de sí mismo. Tal es el componente de "valía", "valoración" o
"estimación" propia. En forma muy rudimentaria el niño está consciente de poseer -quiéralo o
no- un determinado carácter o personalidad y eso no pasa inadvertido, le provoca una
sensación de mayor o menor disconfort. Inclusive, es más factible que él identifique muy
claramente el desagrado que le provoca el saberse "tímido", sin tener clara idea de qué
significa exactamente eso. Sólo sabe que no le gusta o que es malo.

Sólo en la adolescencia, a partir de los 11 años aproximadamente, con la instauración del


pensamiento formal, el joven podrá conceptualizar su sensación de placer o displacer,
adoptando una actitud de distancia respecto de lo que experimenta, validando la fidelidad de
los rasgos que él mismo, sus padres o su familia le han conferido de su imagen personal.

Siendo la identidad un tema central de esta etapa, el adolescente explorará quién es y querrá
responderse en forma consciente a preguntas sobre su futuro y su lugar en el mundo. La crisis
emergente tendrá un efecto devastador si el joven ha llegado hasta aquí con una deficiente o
baja valoración personal. La obtención de una valoración positiva de sí mismo, que opera en
forma automática e inconsciente, permite en el niño un desarrollo psicológico sano, en armonía
con su medio circundante y, en especial, en su relación con los demás. En la situación
contraria, el adolescente no hallará un terreno propicio -el concerniente a su afectividad- para
aprender, enriquecer sus relaciones y asumir mayores responsabilidades.

Desarrollo
Conformarse una autoestima positiva va de la mano con las distintas tareas del desarrollo que
un individuo debe lograr a lo largo de su infancia, adolescencia y más allá. Como en un proceso
de engranaje, diversas piezas deben calzar y ajustarse para conformar un todo armónico. Tales
piezas no sólo las conforman las influencias ambientales, sino que también, la salud física y la
maduración del organismo. Para cada fase evolutiva surgen en el niño distinto tipo de
demandas, son necesidades relacionadas con su instinto de exploración, el deseo de
pertenecer a un grupo de referencia, contar con el respeto de los demás, controlar su entorno
inmediato, ser de utilidad y trascender, entre otros. En la medida que dichas necesidades
obtengan su oportuna y correspondiente satisfacción, estimularán en el niño o en el
adolescente la sensación de logro y de confianza en sus propias capacidades.

En lo relativo al entorno familiar, Clemes y Bean (1998) proponen cuatro factores


condicionantes para que este proceso marche normalmente o en forma equilibrada.

Vinculación
El niño necesita sentirse parte de algo, ya sea su familia, sus hermanos o una pandilla. Para él
es necesario saber que hay alguien que se preocupa de él, que es necesario e importante para
otro. La vinculación se relaciona también con sentir que tiene objetos significativos para él y
que le pertenecen. Necesita ser escuchado, tomado en cuenta, que le permitan participar y dar
sus opiniones. El grado de vinculación va a estar en estrecha relación con la calidez, la
apertura para aceptarlo y brindarle seguridad, la comprensión e incluso el sentido del humor
que manifiesten las personas que lo rodean y que él considera importantes. La vinculación es
necesaria a la vez con lugares y circunstancias que al niño le producen satisfacción.

Singularidad
Corresponde a la necesidad de saberse alguien particular y especial, aunque tenga muchas
cosas parecidas a sus hermanos u otros amigos. La noción de singularidad implica también,
espacio para que el niño se exprese a su manera, pero sin sobrepasar a los demás. La
condición de singularidad también entraña el respeto que los demás le manifiestan y que será
para él un parámetro de la seriedad con que lo consideran. Otra característica, que promueve
la singularidad, se relaciona con el incentivo a la imaginación. El hecho de permitirle crear e
inventar le sirve para reconocer lo distinto que puede ser su aporte, fomenta su flexibilidad y la
valoración de sus propias habilidades.

Poder
La sensación de poder implica que el niño cree que puede hacer lo que se planea y que en la
mayoría de las veces obtendrá éxito. En las excepciones, es decir, cuando no logra lo que se
propone, será de vital importancia que comprenda la verdadera razón de los impedimentos y
cómo ellos se relacionan con sus futuros propósitos. Necesita disponer de medios básicos,
sobre los cuales él está a cargo. El niño desarrolla una confianza en sí mismo cuando se le
permite decidir sobre cosas que están a su alcance y que él considera importantes. El poder se
relaciona, también con saber controlarse ante determinadas circunstancias, como ante la
frustración o el agobio. Cuando aprende una nueva habilidad es necesario que se le de la
oportunidad para practicar lo que ha aprendido. Permitirle que resuelva problemas a su
medida.

Pautas
Las pautas se relacionan con el sentido que el niño le otorga a su existencia y a lo que realiza.
Requiere de modelos positivos, que cuando los imite obtenga resultados satisfactorios y
alentadores, a través de los cuales aprenda a distinguir lo bueno de lo malo. Los niños son
como esponjas frente a quienes él considera importantes. La forma en que ellos -los modelos-
actúan, lo que dicen y cómo lo dicen, dejará un sello indeleble en su retina. Los patrones éticos,
los valores, los hábitos y las creencias se transmiten a través de las figuras de apego. Saber
por qué ocurren los cambios, qué sentido tiene el trabajo y qué cosas se valoran a la hora de
decidir, le permitirá desenvolverse con confianza, prediciendo que si actúa de determinada
manera logrará lo que se propone. El orden y las reglas -dentro de límites razonables- son
especialmente importantes para crear en el niño la sensación de pautas o guías, que le
permitirán conducirse, organizar el tiempo, planificar y resolver problemas.

Coorpersmith (1967) plantea algunas condicionantes diferentes, con ciertos aspectos similares,
pero que se complementan con las ya enunciadas.

1. El niño experimenta una aceptación de sus sentimientos, pensamientos y del valor de su


existencia.
2. El niño se mueve dentro de límites bien definidos, pero justos, razonables y negociables. De
este modo experimenta una sensación de seguridad. Estos límites implican normas de
conducta posibles de alcanzar, por lo que el niño tiene la confianza de que podrá actuar y
evaluar su comportamiento según esa vara. No goza de una libertad ilimitada.
3. El niño siente respeto por su dignidad como persona. Los padres se toman en serio las
opiniones y demandas del niño. Se muestran dispuestos a negociar las reglas familiares, dentro
de ciertos límites. Ejercen autoridad, pero no autoritarismo. Se interesan por él constantemente
y están dispuestos a dialogar con él cuando éste quiere hacerlo.
4. Los propios padres gozan de autoestima positiva.

La ausencia o distorsión de cualquiera de estas condicionantes repercutirá en la manera en


que el adulto se verá a sí mismo y a los demás. La carencia de pautas en el individuo
conllevará al desinterés, a la desadaptación, a actuar en forma irresponsable y en base a
valores difusos. La falta de poder instigará la dependencia, el sentimiento de inferioridad y la
inseguridad. Las relaciones que el individuo buscará establecer tendrán una connotación de
sumisión y/o arbitrariedad, pues querrá obtener el mayor control al mínimo esfuerzo. El adulto
que se vio limitado en su demanda de singularidad, presentará notorias inhibiciones en su
contacto social, será poco flexible y exacerbado en su afán de perfeccionismo. La escasa o
nula vinculación se manifestará como una actitud de resentimiento, falta de generosidad,
narcisismo y/o una marcada desconfianza hacia los demás.

No obstante, estas condicionantes distan de transformarse en reglas. En el fenómeno de la


resiliencia, Kotliarenco (1994), plantea que existen casos de niños que a pesar de crecer
rodeados de un medio con factores de riesgo social y de vivir permanentemente en situaciones
de estrés, logran no adaptarse a los modelos de su medio y, contra todo pronóstico, llegan a
tener una vida saludable, alcanzan metas académicas, realización personal y logros
económicos. Algunos autores han explicado este proceso con la presencia de una
condicionante básica: la afectividad. El hecho de que estos niños reciban cariño incondicional
de al menos una persona, puede ser un factor de intervención positiva que altera el curso del
desarrollo, protegiendo a estos menores de la agresión ambiental.

En el mejor de los casos, la presencia de las condicionantes en el lecho familiar permitirá un


desarrollo pujante que se completará en forma sucesiva -más que simultáneamente- gracias a
la cooperación de otros agentes de vital importancia, como son el grupo de amigos o pandilla,
las primeras relaciones afectivas con el sexo opuesto, el colegio y otras instituciones o
agrupaciones de referencia. Así, al final del proceso encontraremos a un adulto íntegro que
reúne una serie de atributos de no fácil detección. En la gestualidad, la expresión y los
movimientos de este adulto se observa armonía y felicidad. Los logros y fracasos son
expuestos de la misma manera, directa y francamente. Están abiertos a recibir críticas, pues
son flexibles y les interesa obtener el mayor provecho de las posibilidades que le ofrece la vida.
El adulto con autoestima positiva es capaz de trabajar incesantemente por los objetivos que se
ha planteado, es consciente, a la vez responsable de sus actos. En él está presente la
espontaneidad, se alegra de recibir expresiones de cariño, mientras que nada lo limita a ofrecer
sus propias manifestaciones de afecto.

En lo corporal y lo relativo a la gestualidad es posible identificar ciertos indicadores que revelan


la presencia de un adulto con autoestima positiva. Algunos de ellos, adaptados de Branden
(1993) se indican a continuación.
· Ojos vivaces y brillantes. Mirada clara.
· La voz modulada con intensidad adecuada a la situación. Pronunciación clara.
· El rostro exhibe un color natural y una piel tersa (salvo casos de enfermedad).
· El mentón está erguido de manera natural.
· La mandíbula, el cuello, los hombros y las extremidades están relajadas.
· La postura es erguida, el andar es resuelto.

Elementos de Diagnóstico

Existe cierta correspondencia entre los rasgos que identifican a la personalidad neurótica,
descrita por Horney (1984) respecto a lo que hasta aquí se ha descrito como autoestima baja.
En primer lugar, la necesidad imperiosa o excesiva dependencia de la aprobación o afecto de
parte de los demás. Esa ansía es particularmente notoria, aunque se demuestre bajo el clisé "y
a quién le importa". El adulto neurótico quiere recibir afecto, pero a la vez, choca con su propia
incapacidad de sentirlo o de ofrecerlo. Puede mostrarse en exceso amable y afanoso en ayudar
a todo el mundo, pero entre líneas se puede distinguir que actúa bajo compulsión y no por
espontáneo calor afectivo. Por otra parte, está la inseguridad, que lo lleva a sentirse menos o
actuar de manera inadecuada. Tienen sentimientos de inferioridad, ideas de incompetencia y
de fealdad que pueden no estar realmente fundadas o en lo cierto. Estas impresiones y
sentimientos pueden aparecer bajo la fachada de preocupaciones y lamentaciones o bien,
como compensaciones de elogios y alardes acerca de sí mismos. Las personalidades
neuróticas presentan además, inhibiciones en su autoafirmación. Esto es, dificultades para
expresar con seguridad lo que sienten o piensan, para expresar críticas justificadas, tomar
decisiones, oponerse en forma explícita o dar instrucciones. Tienen que encubrir todas estas
necesidades con eufemismos o modos rebuscados. No obstante, el defecto en la
autoafirmación puede darse en el sentido contrario, presentándose el individuo en forma
avasalladora, intrusa y hostil. Se sienten engañados u ofendidos con facilidad, frente a lo cual
responde con demandas ofensivas y presuntuosas.

Las actitudes que describen al adulto con deficiencias en su autoestimación estarían presentes,
de algún modo, en las personalidades neuróticas. En estas últimas el miedo y la angustia son
piezas claves que mueven al individuo a desarrollar mecanismos defensivos contra tales
temores y alternativas de solución que conllevan un enorme desgaste energético para ellos. En
un sujeto con baja autoestima el miedo también está presente, paradójjcamente es un miedo
tanto a ganar como a perder, pues lo que obtenga de sus intentos no va tener la "cualidad real",
si no una sustitución, lo que dicte la propia percepción de sí mismo.

Instaurada esta complejidad, el individuo con baja autoestima idea modalidades especiales a
fin de lograr el cariño que tanto anhela. Lo hace a través del soborno, el llamado a la caridad, la
invocación a la justicia o por medio de las amenazas. En cada uno de ellos va creciendo la
cuota de hostilidad. Sin querer caricaturizar sus esfuerzos, la manera en que este individuo
plantea su demanda de afecto puede adquirir la forma de clisés o grafitis. El que soborna
pareciera decir "te amo, por lo tanto, debes amarme y dejarlo todo por mi"; el llamado a la
caridad parece expresar "tienes que amarme, porque sufro y estoy indefenso"; en la invocación
de justicia el mensaje es "he hecho todo esto por ti y tú ¿qué has hecho tú por mi?"; en cambio,
el que amenaza plantea directamente "si no me amas, entonces, ya verás". Finalmente, cuando
ya los recursos anteriores no dan resultado, la llamada puede ser "de todos modos ya nadie me
quiere, así es que mejor me quedo en este rincón, para que nadie me desprecie".

Es muy factible que el afecto dedicado a tales personas suscite en ellas desconfianza y
ansiedad. Reaccionan como si ceder a esa libre y sincera expresión los capturara en una
telaraña de sufrimiento, pudiendo experimentar hasta pánico ante la sospecha de que alguien
le ofrece cariño sincero.

En el adulto con autoestima baja, es posible reconocer algunos de los indicadores siguientes,
propuestos por García, D´Anna et al. (1999).
1. 1. Autocrítica dura y excesiva que mantiene al individuo en un estado de hipervigilancia e
insatisfacción consigo mismo.
2. 2. Hipersensibilidad a la crítica, por la que se siente exageradamente atacada/o, herida/o.
Tiende a echar la culpa de los fracasos y las frustraciones a los demás (extrapunitivo) o a la
situación. Cultiva resentimientos tercos contra sus críticos.
3. 3. Indecisión crónica, no por falta de información, sino por miedo exagerado a
equivocarse.
4. 4. Deseo innecesario por complacer, por lo cual no se atreve a decir un "no rotundo".
Puede más el miedo a desagradar y a perder la buena opinión del peticionario.
5. 5. Perfeccionismo, como autoexigencia esclavizadora de hacer "perfectamente" todo lo
que intenta. Esto le conduce a un desmoronamiento interior cuando las cosas no salen con
la perfección exigida.
6. 6. Culpabilidad neurótica, por la que se acusa y se condena respecto de conductas que
no siempre son objetivamente malas; exagera la magnitud de sus errores y faltas y/o los
lamenta indefinidamente, sin llegar nunca a perdonarse por completo.
7. 7. Hostilidad flotante. Esto es, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aún
por cosas de poca importancia. Actitud propia del hipercrítico a quién todo le sienta mal,
todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.
8. 8. Tendencia defensiva. Es un negativo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro
y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida
misma.

Aunque una baja autoestima no significa ni es sinónimo de psicopatología, como rasgo se la


encuentra presente en una serie de trastornos de índole psicológico, como síntoma central,
complementario o en combinación con otros. El CIE -10 , por ejemplo, distingue en la etiología
de las fobias sociales, que suelen acompañarse de una baja estimación de sí mismo y de
miedo a las críticas.

En el adulto y en el adulto mayor, la autoestima sigue condicionando la satisfacción,


independiente de cual sea el tema central de cada una de estas etapas. Al constituirse por
percepciones y afectos relativamente permanentes acerca de sí mismo, una parte importante
de la autoestima personal se desplaza sin mayores alteraciones a lo largo de la vida, mientras
que otro tanto sufre leves modificaciones. Las disminuciones de mayor consideración en la
autovalía están en estrecha relación con la intensidad, la duración, el significado y la amplitud
del estímulo detonador; así como el estrés adopta distintos índices de gravedad, dependiendo
de la espectacularidad del trauma y su recurrencia. La pérdida de un ser querido, por ejemplo,
puede incidir de manera importante en la vida afectiva de sus parientes más cercanos. El
sentimiento de culpabilidad -presente en la pareja o el padre- sobreviene después de la
pérdida, convirtiéndose en una incesante fuente de mortificación y desamparo, al punto que
llega a desarrollar un importante rencor contra sí mismo. La falta crónica de trabajo, puede
despertar gradualmente una sensación de hastío intolerable, carcomiendo la certeza que el
sujeto puede tener acerca de sus verdaderas capacidades.
Sea o no de manera consciente, el juzgarse y rechazarse a sí mismo provoca un tremendo
dolor. Un adulto normal, en tales condiciones, se inhibe de asumir riesgos sociales, académicos
o profesionales. Junto a su vida afectiva, la sexualidad sufre importantes trastornos. Como se
señaló anteriormente, el adulto levanta barreras defensivas. Puede enrabiarse consigo mismo y
con el mundo o sumergirse en un empeño perfeccionista. O recurre al alcohol o a las drogas.

En el diagnóstico de la valoración de sí mismo es posible reconocer dos tipos de problemáticas.


Para cada una de ellas la intervención terapéutica requiere de distintas modalidades.

1. Baja Autoestima Situacional


Se manifiesta o abarca sólo áreas concretas dentro de la vida del sujeto. Por ejemplo, una
persona puede confiar en sí mismo como padre, en el círculo social, como cofrade de un
determinado credo y como pareja sexual, pero puede presentar serias aprehensiones o nulas
expectativas de alcanzar logros dentro de su profesión.
2. Baja Autoestima Caracterológica
Esta disminución tuvo habitualmente su origen en experiencias tempranas de abandono,
descalificación, abuso o maltrato. La sensación de "maldad", "culpa", "inmerecimiento" o
"incompetencia" es más global, tendiendo a cubrir varios aspectos o ámbitos de la vida de la
persona. En estos casos la persona con baja autoestima aparece inhibida en forma
permanente y generalizada. Por ejemplo, un sujeto hosco, que agrede verbalmente a quienes
trabajan con él, se impone una exigencia desmesurada, trata de influir en la vida pública, no se
compromete en forma estable con un pareja sexual, etc.

Consideraciones Terapéuticas
¿Se puede recuperar la autoestima?. Desde la mitología griega llegó hasta nuestros tiempos la
historia del artista que esculpió la estatua de una mujer bellísima. Se afanó tanto en su creación
que al concluirla se enamoraró de tal deidad. La Diosa Venus se apiadó de sus súplicas y en
premio a su virtuosismo le concedió vida a la estatua. A partir del mito, Bernard Shaw escribió
la obra teatral Pigmaleón. En ella, un profesor decide transformar a una rústica mujer en una
distinguida dama, gracias al obstinado aleccionamiento que le proporciona en su uso del
lenguaje. My Fair Lady es el nombre de la comedia musical que, más tarde obtuvo la fama ya
conocida. Si las expectativas de una persona pueden influir en el comportamiento de otra, esa
influencia también es posible cuando tales esperanzas provienen de la misma persona. El
propio destino se puede crear si existe en las personas la firme determinación de realizarlo.
Quizá se deba partir entendiendo cómo las ideas y sentimientos que cada uno tuvo acerca de
sí mismo en el pasado, llegaron hoy en día a transformarse en realidad. Pero, ¿qué nos pasó
en el camino?.

Desde la psicología misma recibimos mensajes acerca de lo deseable que es formar a un niño
con un "ego fuerte", que "tenga personalidad" o "carácter". No obstante, el poseer una idea de
este tipo acerca de sí mismo es sólo una abstracción o idea. En la medida que el joven en
ciernes o el mismo adulto está preocupado y pendiente de esta idea fija acerca de sí mismo,
pierde el contacto con su vivencia real tal cual ésta fluye. Mientras esta idea le quita el sueño a
una buena parte de la población, hay quienes ya se creen investidos de "carácter", parecen
autómatas, útiles a la sociedad, rígidos y predecibles.

Nuestros adultos comienzan a identificarse con una idea de sí mismos en vez de hacerlo con la
realidad de sus sentimientos y experiencias actuales. Su vida se divide entre imagen y realidad,
entre lo que se piensa que se es y lo que realmente se es. Se produce en el adulto una suerte
de fragmentación de la conciencia, pues cuando intenta lograr su propósito -laboral,
económico, profesional, etc.- se vuelve presa de los temores al fracaso. Surge luego, la
necesidad de impresionar favorablemente, pues él no quiere echar a perder su imagen en
quien le importa.

Expectativas y miedos se perpetúan consecutivamente, en una suerte de espiral. El adulto


quiere alcanzar el criterio de estimación o aceptación contra sus propios miedos, aunque ese
criterio no guarde relación alguna con su verdadera esencia.

En la terapia guestáltica se busca precisamente unir estos fragmentos del hombre en un todo
coherente y armónico. Para esta vertiente terapéutica es posible recomponer la comunicación
entre las ideas acerca de sí mismo con las reales vivencias. La capacidad de insight permite re-
conocer las sensaciones y experiencias, otorgándole al individuo una nueva oportunidad, la de
aceptar esa experiencia tal y como ella es.

Existen ejercicios para ampliar el propio estado de la conciencia ...

Bibliografía consultada
Clemes, Harris & Bean, Reynold; "Cómo desarrollar la autoestima en los niños". Editorial
Debate, 1998.
Davis, Flora; "El lenguaje de Los Gestos". Editorial Paidós, 1987.
Mckay, Matthew & Fanning, Patrick; "Autoestima: Evaluación y Mejora". Editorial Martínez
Roca, 1991.
Coopersmith, S; "The antecedents of Self-Esteem". W. H. Freeman and Co., 1967.
García O. Verónica, D´Anna Guillermina, Pedreza Laura & Scutti, Pamela;"Autoestima".
www.monografías.com., 1999. Stevens O. John O; "El Darse Cuenta". Editorial Cuatro Vientos,
1988.
Pauchard Hafemann, Héctor & Pauchard Cortés, Paulina; "Reglas para mantener y mejorar la
Salud Mental".
Kotliarenco, M; Cáceres, I & Alvarez, C; "Resiliencia: Construyendo en Adversidad". CEANIM,
1999.
Dyer, Wayne W.; "El Cielo es el Límite". Editorial Grijalbo, 1998.
Fuentes, María Eugenia & Lobos, Lucía; "Adolescente Embarazada, Programa de Apoyo
Emocional". Editorial Universitaria (1995).
Horney, Karen; "La Personalidad neurótica de nuestros tiempos". Editorial Paidós, 1984.
Ribeiro, Lair; "Aumente su Autoestima". Editorial Urano, 1997.
Branden, Nataniel; "Honoring The Self. The Psychology of Confidence and Respect. Bantam
Books, 1993.
Práctica 1: Fortalecimento de la autoestima. Ejercicio para realizar en
clase.
Fuente: Junta de Andalucía. Departamento de Orientación. Consejería de Educación y Ciencia.

Los adolescentes suelen tener “crisis de identidad” o “crisis de autoestima”, es decir, no se valoran a sí
mismos como lo que son sino que tienen en mente a ese “tipo ideal” de persona que piensan que nunca
van a llegar a ser. En múltiples ocasiones esta infravaloración viene determinada por aspectos físicos de
su cuerpo con los que no está conforme. Esto puede llevar a situaciones de inseguridad, fobias y a
conductas inadecuadas. En otras ocasiones, algunos fracasos en los estudios, en sus relaciones con los
amigos o con sus padres puede generar problemas emocionales (anorexia, bulimia, depresiones...) Es
importante valorarse a sí mismo y valorar a las personas que nos rodean.

Este ejercicio es el trabajo de campo que aplicarás en uno de tus grupos de orientación.
El ejercicio se titula TE APRECIO- ME APRECIAS

Objetivo:
- - Que los alumnos entiendan la necesidad de apreciarse a sí mismo.
- - Que los alumnos entiendan la necesidad de apreciar a los demás.

Esquema-guía para el desarrollo de la sesión.

El tutor/a empezará por explicar los objetivos de la sesión a los alumnos.


Posteriormente entregará la hoja de actividades que se adjunta e irá aclarando, una a una,
cada una de ellas.
De cada pregunta se hará una puesta en común con lo más interesante que hayan contestado
cada uno

Material:

Hoja con actividades (anexa) debe responderse de manera anónima.

Presentación de resultados para la sesión de Chat

Elaborar un reporte en el que indiques de manera cuantitativa en cuál de los 4 niveles de


relación se observa una mayor falta de aprecio: padres, hermanos, profesores, amigos. Este
punto se aborda en el punto 4 de las actividades, dice:

4.- Redacta las frases o expresiones que te gustaría oír de .......

• • Tus padres__________________________________________________________

• • Tus hermanos:_______________________________________________________

• • Tus profesores:_______________________________________________________

• • Tus amigos: _________________________________________________________


ACTIVIDADES

1. Lee con atención los siguientes párrafos:


• • Conoce y valora tus cualidades, como persona eres único e irrepetible.
Desarrollando y poniendo en práctica tus cualidades puedes realizarte y servir a los
demás con eficacia.
• • No te estimes en exceso pues serás un pedante y egoísta.
• • No te subestimes pues serás rechazado o manipulado fácilmente.
• • Aprecia a los demás tanto como quieres que te aprecien a ti.
Contesta:
¿Estás de acuerdo con estas afirmaciones?. Si _____ No _____ ¿Por qué?

2.- ¿Qué entiendes por apreciarse a sí mismo?. ¿Cómo se manifiesta ese autoaprecio?

3.- ¿Qué entiendes por apreciar?. ¿Cómo y cuándo se manifiesta ese aprecio?

4.- Redacta las frases o expresiones que te gustaría oír de .......

• • Tus padres__________________________________________________________

• • Tus hermanos:_______________________________________________________

• • Tus profesores:_______________________________________________________

• • Tus amigos: _________________________________________________________

5.- ¿Qué puedes hacer para mostrar tu aprecio a......

• • Tus padres__________________________________________________________

• • Tus hermanos:_______________________________________________________

• • Tus profesores:_______________________________________________________
• • Tus amigos: _________________________________________________________

Práctica 2: ¿Cómo fortalecer la autoestima?


(How to Build Self Esteem)1[3]
Permission is granted to reproduce these materials in whole or in part for educational purposes only (not
for profit beyond the cost of reproduction) provided that the author and Network receive acknowledgment
and this notice is included: Reprinted with permission from the National Network for Child Care - NNCC.
Mietlicki, S. (1991). *?Como fortalecer la autoestima?* (Family Day CareFacts series). Amherst, MA:
University of Massachusetts.

Esta dinámica la podrán aplicar en su familia, a madres de familia, a chicas que ustedes hayan
identificado con bajo nivel de autoestima. El ejercicio consiste en utilizar una hoja de papel para
aprender a demostrar los sentimientos y a ser capaces de identificar los sentimientos que
afectan positiva o negativamente nuestra autoestima.

ACTIVIDADES A DESARROLLAR

Escribe en una hoja de papel el siguiente lema “SOY SIMPÁTICA Y CAPAZ”. Colócala en tu
refrigerador o en tu estudio. Luego a lo largo del día, y en cada ocasión que tengas algún
sentimiento negativo o de frustración en tus relaciones con los demás, le quitarás un pedazo de
papel a tu hoja (cortar un trozo).

Cuándo tus relaciones con los demás te hagan sentir bien le vas a añadir a tu hoja original un
pedazo de papel.

El tamaño del papel con el que termines tu día te indicará como te sientes y el nivel en que se
encuentra tu autoestima.

Mientras mas pequeño sea el papel al final del día, será indicio de que tu autoestima no anda
muy bien. Esto servirá para indicarle a tus familiares cuando tienes necesidad de apoyo y de
cariño. Si el papel es de buen tamaño al finalizar el día (creció), esto indicará que tienes un
nivel de autoestima bastante alto. Puedes hacer papeles con la frase "Soy Simpática y
Capaz" para cada miembro de tu familia y puedes colgarlos igual que el tuyo.

A continuación, se describen algunos ejemplos de experiencias que pueden afectar tu


autoestima y, por consecuencia, el tamaño de tu papel:

1. Me quedé dormida. (rompe el papel)

2. Le serví el cereal frío a mi esposo para ganar tiempo. El se niega a comérselo porque es un
día de mucho frío. El se enoja conmigo. (rompe el papel)

3. Todos han salido de casa. Estoy tomando mi café y tengo tiempo para relajarme antes de
que lleguen los niños. (añade papel)

4. El primer niño del grupo de guardería llegó 15 minutos más temprano. A su mamá se le hace
tarde para llegar a su trabajo y me pide que le de a su hijo algo de desayunar. Ella me dice lo
mucho que aprecia que yo haga estas tareas adicionales. (añade papel)

5. El siguiente niño de mi guardería llega. Esta triste y fastidioso. A su padre se le hace tarde
para llegar al trabajo. Sale rápidamente sin poder consolar a su hijo. (rompe el papel)

1
6. Los tres niños restantes del grupo llegan al mismo tiempo. Están peleando por el mismo
juguete. (rompe el papel)

7. Llaman de la escuela de mis hijos para informarme que por un problema eléctrico en la
escuela mis hijos regresarán temprano. ICorro, mi auto no arranca! Llamo a mi vecina y ella
esta dispuesta a recoger a mis niños. (añade papel)

8. Mis hijos regresan. Ellos deciden presentar un drama de marionetas a los niños de la
guardería. (añade papel)

9. Mi agente de seguros toca a la puerta. No lo esperaba. (rompe papel)

10. Uno de los niños no encuentra su lonchera. Comienza a llorar, pero mi hija encuentra su
lonchera y el niño se tranquiliza. (añade papel)

11. Miro el pollo que esta en el horno y me doy cuenta de que no lo había prendido. (rompe el
papel)

12. Se me hizo tarde para preparar la cena. Le explico el problema a mi esposo y el sugiere
que salgamos todos a comer. (añade papel)

13. Es tarde pero tomo el tiempo para cuidarme a mi misma y me doy un baño con jabón de
burbujas. (añade papel)

Al final del día es posible que tu papel "SOY SIMPÁTICA Y CAPAZ" se haya reducido al
tamaño de una estampilla. Lo mas probable es que no te sientas muy bien contigo misma.

Esto es un ejemplo de como las experiencias diarias con los demás pueden afectar tu
autoestima.

Presentación de resultados para la sesión de Chat,

Pedirán a las personas que participaron en el ejercicio su comentario por escrito o platicado
sobre la experiencia. Recuerden que el objetivo es estar conscientes de los aspectos que
dañan la autoestima y los aspectos que la incrementan.

Práctica 3: Evaluación docente:


¿Eres un profesor que tiene en cuenta el desarrollo de la autoestima?
Con Ocasio- Nunca
Siempre
Frecuencia nalmente
Promuevo que mis alumnos expresen sus intereses y
preocupaciones
Doy reconocimiento verbal a las características personales
positivas de los alumnos que más lo necesitan
Utilizo estrategias que permitan a los alumnos sentirse
eficaces
Evito criticar en público a mis alumnos

Diseño actividades que faciliten que los alumnos expresen


sus características positivas

Me preocupo de crear un ambiente grato en el aula

Genero actividades grupales que permitan la participación


activa de los alumnos
Cuando un estudiante ocasiona problemas tiendo a
preguntarme ¿Qué me está queriendo decir con el
comportamiento antes de castigarlo?

Ayudo a los alumnos a establecer sus metas personales

Evito la entrega de malas notas en público

Me preocupo por que las clases se relacionen con su vida


cotidiana
Cuando llamo la atención a un estudiante me preocupo en
descalificar el hecho pero no la persona
Evito que el alumno se sienta culpable cuando ha actuado
mal
Tengo una imagen clara de las características personales
de mis alumnos
Cuando un alumno tiene historias de fracasos genero
situaciones donde es altamente probable que tenga éxito
Doy oportunidades para que los alumnos tomen decisiones
y no sólo sigan ordenes

Acepto y aliento que los alumnos tengan ideas diferentes

Ayudo a los alumnos a atribuir sus éxitos a sus capacidades


y a su esfuerzo
Programo actividades que faciliten la integración de los
alumnos mas aislados
Diseño actividades que permita a los alumnos mostrar sus
emociones
Evito situaciones que generen la expresión de sentimientos
negativos

PUNTUACIÓN : 3 puntos por cada siempre, 2 por cada frecuentemente, 1 punto por cada
ocasionalmente,
0 puntos por cada nunca

EVALUACIÓN : Sobre los 46 puntos : Sí lo hace. Entre los 35 y 45 puntos : Puede mejorar
Menos de 36 puntos : Debe mejorar ya!!

Práctica 4. Ejercicios de visualización para fortalecer la autoestima


Fuente: http://www.iespana.es/educacionsocial/autoestima.htm

La visualización se realiza de forma más efectiva cuando el cerebro produce ondas alfa, y para
eso se ha de estar en un estado de profunda relajación.

En la primera sesión ejercitamos la capacidad de formar impresiones sensoriales imaginarias


de los sentidos de la vista, el oído, el tacto, el gusto, y el olfato. A través de la practica estas
impresiones sensoriales se harán cada vez más claras.
En la segunda sesión practicamos la creación de una experiencia llena de vida que incluía
impresiones de los cinco sentidos practicados con anterioridad.

En la tercera sesión practicamos la creación de escenas personales, que más tarde


realizaremos en la realidad con la mayor exactitud de como lo hemos imaginado.

Reglas para crear visualizaciones efectivas para la autoestima:

1. 1. Imaginarse cada uno consiguiendo la meta deseada.


2. 2. Visualizar nuestra conducta manifiesta.
3. 3. Incluir en la visualización esas consecuencias positivas de una mayor
autoestima, así como nuestro lenguaje corporal afirmativo.
4. 4. Imaginarse luchando al principio y después triunfando.
5. 5. Imaginarse gustándose a si mismo y a los demás.
6. 6. Imaginarse descubriendo nuestra autoestima como un gran tesoro perdido.
7. 7. Combinar con la visualización una serie de afirmaciones breves, positivas, que
constaten lo que estamos visualizando.

Sesiones de autoestima:
Estas sesiones pueden ser muy variadas como:

- - Sesión de autoimagen, es aquella destinada a corregir nuestra propia


concepción.
- - Sesión de relaciones, que se centra en la forma de sentirnos en las relaciones
con los demás.
- - Sesión de metas, destinada a clarificar nuestras metas y crear una expectativa
de éxito.

Consideraciones especiales:

No nos hemos de desanimar si no da resultado de forma inmediata, nuestro subconsciente,


puede estar realizando cambios de importancia, mientras la nuestra critica patológica
consciente, nos dice que es una perdida de tiempo. Hemos de considerar los ejercicios de
visualización como algo agradable y relajante en sí, sin tener en cuenta los resultados que de
ellos se desprenden.

¿Cómo se forma la autoestima del adolescente?

-La adolescencia es un puente por el que los chicos oscilan y se comportan como
niños o adultos alternativamente. Les cuesta mucho aceptar su propio desarrollo
físico porque andan desgarbados, chocan con las cosas, cambian la voz...

En esos momentos no podemos colgarles ningún cartel, porque aún están en


búsqueda de su identidad. Cuando ésta se define, el chico ya se acepta como
alguien diferente de los demás.

Nuestra tarea ha de centrarse en ayudarles a tomar seguridad en sí mismos, en


hacerles ver lo bueno que tiene esa diferencia. Ellos acuden a la pandilla por esa
inseguridad, pero no deben permitir que ésta les domine: han de luchar por lo que
crean, ser ellos mismos.

Para eso necesitan también tener cierto margen de acción y responsabilidad, sin
sentirse
presionados por el tutor ni el padre. Y estos han de saber retirarse para que el niño
crezca.

Pubertad y adolescencia son dos términos que a veces se


confunden. Esta confusión es absolutamente normal, pues ambos
conceptos están estrechamente unidos. Definimos la pubertad como
una etapa en la que los órganos sexuales primarios inician su
madurez y empiezan a aparecer los secundarios. Debemos añadir
que, con ella, comienza esa fase más amplia llamada adolescencia.

A la pubertad la podemos considerar un fenómeno biológico por el


cual el cuerpo experimenta una serie de transformaciones sexuales
que permiten la procreación. La adolescencia se deriva de la
pubertad, ya que es la respuesta psíquica y social originada por los
cambios corporales. Pero la gran diferencia entre una y otra etapa es
que en la pubertad se descubre el sexo y durante la adolescencia se
da un paso más allá, es decir, se ponen en práctica los
descubrimientos anteriores, aparecen las fantasías sexuales, los
genitales se definen...

Algunos jóvenes tienen ya sus primeras relaciones sexuales


completas, marcando un límite muy difuso entre su comportamiento
y el de los adultos. Si la pubertad se convierte en algo similar a un
juego exploratorio en el que prima el instinto, en la adolescencia ese
juego va volviéndose poco a poco más consciente. Sobre la
adolescencia se ha escrito mucho y las definiciones han cambiado a lo
largo del tiempo. Antiguamente, se la asociaba a una etapa de
transición desde la irresponsabilidad hasta la responsabilidad. Hoy en
día estamos más cerca de creer que se trata de una época de tránsito
desde la infancia hasta la edad adulta, en la que los jóvenes, además
de consolidar las transformaciones físicas iniciadas en la pubertad,
construyen su propia personalidad. Es pues, un tiempo de cambio, de
descubrimientos, en el que el pensamiento, las emociones o los
sentimientos están a flor de piel.

La adolescencia tiene su punto de partida con la pubertad. Lo que no


está tan claro es cuándo acaba la etapa adolescente.

Tanto la pubertad como la adolescencia coinciden en la fecha de


inicio, fácilmente identificable, ya que los cambios corporales son
visibles. Lo que no está tan claro es cuándo acaba la etapa
adolescente. Algunos especialistas fijan la edad final del adolescente
alrededor de los diecinueve años, pero esta cifra puede cambiar en
función de diversas variables, como son la educación, la autonomía
económica, etc. Parece evidente que, en nuestra sociedad, la
adolescencia se ha alargado en los últimos años, debido a que los
jóvenes dedican más tiempo a los estudios y se independizan a una
edad más tardía. Hay que recordar que la adolescencia, tan familiar
entre nosotros, no es un concepto universal, puesto que en algunas
sociedades primitivas los niños se trasforman en adultos de la noche
a la mañana, por medio de ritos.

Durante la adolescencia se da un paso más allá, es decir, se ponen en


práctica los descubrimientos anteriores, aparecen las fantasías
sexuales, los genitales se definen...

EL DIALOGO MAS DIFÍCIL


De nada sirven las recriminaciones que se hacen a una chica porque
su manera de vestir o de maquillarse parece demasiado provocativa.

Del mismo modo que el púber se siente extraño consigo mismo a


causa de los cambios físicos que experimenta, algo parecido le ocurre
con su entorno familiar, que le exige ahora otras normas y otras
pautas de conducta. Es habitual, pues, que trate de rebelarse contra
las imposiciones de los padres ya sea con sus salidas nocturnas,
desafíos al frío, conductas temerarias y disfunciones fisiológicas
(inapetencia, obesidad, fatiga.) Ante estas conductas lo más
recomendable es que los padres recurran al diálogo con su hijo, que
le den razones y explicaciones sobre la conveniencia de seguir las
normas que se le imponen. Sin embargo, hay que evitar ser severos
y vengativos, y es igualmente importante no guardar resentimientos
inútiles, ya que estos comportamientos solamente conseguirán
complicar la relación, y no siempre será fácil ponerles remedio.

Aunque a veces parezca lo contrario, no es cierto que los chicos


ignoren los consejos que se les dan.

EN BUSCA DE PRIVACIDAD

La imaginación creativa es el principal recurso que tienen los púberes


para crearse una realidad autónoma y diferente de la de su niñez y
de la que le ofrecen los padres. Por ello, construyen su propia
realidad imaginaria a través de diversas actividades, como, por
ejemplo, el diario íntimo, el rincón personal, las nuevas aficiones, o la
pasión por la ficción o por la poesía Todos estos intereses requieren
soledad o compañías escogidas Precisamente, el culto a la amistad es
típico de esta edad. Los amigos se extrañan, se disculpan, se
sinceran A esta edad, los chicos prefieren, por supuesto, el control de
los amigos que el que ejercen los padres, a los que sienten como si
les estuvieran sometiendo a una verdadera persecución Por ello, no
es bueno que los padres invadan la habitación del chico sin su
permiso, ni que entren en el baño mientras ellos lo ocupan, ni que
lean sus cartas o registren sus armarios. Hay que empezar a gestar
una relación de confianza mutua que sólo se irá conquistando con
paciencia, tolerancia y tiempo.

No es bueno que los padres interfieran en las conversaciones


telefónicas de su hijo con los amigos Sólo cuando no se le pregunte
tendrá ganas de explicar de qué ha estado hablando.

Es posible que los chicos que se sienten incomprendidos y


controlados eviten su casa llegan más tarde de lo previsto, rehuyen la
compañía paterna y puede que incluso se fuguen por una noche o
varias horas.

La adolescencia es una etapa de búsqueda de la identidad física y


psicológica- y también un proceso de adquisición de independencia.
Por este motivo, los adolescentes pasan a menudo períodos en que
desean compañía y otros en los que prefieren la soledad y el
aislamiento. También es en esta etapa cuando se establece una
nueva relación con la familia, a la que sustituyen por el grupo de
amigos. Las ansiedades acerca del presente y del futuro, la
aceptación de la finitud de la propia vida, y la pulsión sexual que
requiere satisfacción, son los ejes fundamentales en los que se
asienta la crisis vital adolescente. Chicos y chicas se enfrentan a ella
según sus propias características subjetivas y con nuevos retos por
delante: la necesidad de experimentar situaciones nuevas y
diferentes, la atracción por el riesgo, la asunción de ideales distintos
a los familiares, y la búsqueda de la pareja. En definitiva, la palabra
clave de este momento evolutivo es “salir”: de noche, al exterior,
fuera del seno familiar, visitar otros países, conocer nuevas ideas,
lugares, personas, experiencias, caminos, situaciones…

Los padres no deben inquietarse ante los constantes cambios de


humor de su hijo adolescente. Su vida emocional pasa por un periodo
-largo a veces- de inestabilidad que confunde a los que les rodean
tanto como a él mismo. El adolescente cree que no le entienden pero
tampoco se entiende a si mismo ni tiene capacidad para entender a
los demás. Pasa fácilmente de la alegría a la tristeza de verse capaz
de todo a sentirse débil de creerse adulto y responsable a necesitar
compañía y ayuda como cuando era pequeño. Los padres tampoco
deberían exigirle ni esperar de él un comportamiento cariñoso con
ellos como antes pues para el adolescente ahora es imprescindible
separarse internamente de los padres como destinatarios amorosos
para buscar y elegir otros nuevos intereses de su entorno. El mayor
peligro a esta edad es que el adolescente se quede pegado a los
padres por miedo a «salir» al mundo ya vivir sus propias
experiencias.
Es de esperar pues que inhiba sus sentimientos afectuosos con los
miembros de la familia más cercanos.

Hay que respetar sus deseos de estar solo o acompañado en este


momento los jóvenes necesitan replantearse muchas cosas pasadas
para afrontar el futuro.

INSEGURIDAD Y MIEDO AL RECHAZO

El adolescente es muy frágil en su relación con los demás, porque


internamente no se siente seguro de casi nada. Su auto estima puede
ser fácilmente herida, y necesita sentirse aceptado por los amigos y
el resto de la pandilla.
El miedo al rechazo o a la exclusión, y la búsqueda de aceptación por
todos los medios son dos aspectos esenciales de este período,
durante el cual se van a determinar muchas de las conductas del
adolescente, que puede llegar a transgredir las normas impuestas por
la familia.
El modelo grupal sustituirá a los valores representados por los
padres, a los que se enfrentará para poder seguir formando parte de
su grupo de amigos.
Las relaciones amorosas ocupan buena parte de su tiempo y espacios
mentales, ya que ser escogido y amado le produce una enorme
gratificación personal y eleva su autoestima Cuando vive situaciones
de celos, exclusión y abandono, el adolescente experimenta un
enorme sufrimiento, aunque más adelante su capacidad de
reacomodación emocional le permita volver a la carga y buscar otros
acompañantes.

LA ELECCIÓN DE LA PAREJA

El despertar de la sexualidad genital durante la pubertad y la


adolescencia, además de la integración de los aspectos masculinos y
femeninos en sintonía con el sexo anatómico, y la asunción de la
identidad sexual, favorece la capacidad de elegir un destinatario
amoroso fuera de la familia Esto no quiere decir que se escoja la
pareja definitiva, puesto que el adolescente todavía tiene que
recorrer mucho camino para poder realizar una elección de tal
envergadura. Por eso, los romances en esta época son buenos y
necesarios para ir experimentando en las relaciones amorosas los
aspectos personales y sociales más importantes. La atracción ha de
ser recíproca, y no deben existir presiones ni culpabilidades
Confianza, sinceridad y diálogo compartido son aspectos
fundamentales para una buena relación, en donde la complicidad y el
compañerismo han de ser prioridades.
Indiscutibles Lo más frecuente es que, después de haber realizado
algunos tanteos y aventuras, cada adolescente esté más capacitado
para escoger la persona con la que prefiere compartir sus cosas más
íntimas La primera experiencia suele ser confiada primeramente al
mejor amigo o la mejor amiga; sólo cuando el adolescente se sienta
más seguro en la relación surgirán las ganas de explicarlo a sus
padres.

1. Tener pareja da una gran satisfacción personal en una


época de crisis como la adolescencia, pero no debe
constituir una obsesión para calmar angustias de soledad,
ni ser un motivo de orgullo delante de los amigos.

2. Las confidencias de amor con los amigos suelen


proporcionar seguridad, si no se pretende con ello dar
envidia, celos o quedar bien ante los demás Un buen
amigo puede guardar bien un secreto, ya veces es más
importante su opinión que la de los protagonistas de la
historia

3. La madre puede ser una buena confidente y también


una buena consejera para sus hijos, aunque suele ser
preferible que no quiera estar al corriente absolutamente
de todo, para que éstos no se sientan presionados o
investigados

4. Cuando la pareja de un hijo o hija adolescente !lega a


casa, la expectación suele ser enorme; por lo que no hay
que precipitar la ocasión Hasta que las cosas no están
bien claras entre los dos, los puntos de vista familiares
suelen ser muy incómodos y parecen poco objetivos

La Adolescencia - El puente de la niñez a la adultez

El pasaje de la niñez a la adultez, esa etapa conocida como adolescencia, se compara


muchas veces con un puente. Ahora bien , este no es un puente firme, sino que se
asemejaría más a un puente colgante, un tanto oscilante e inestable, donde a veces
parece que se avanza, y otras que se retrocede.

Por este proceso se abandona un terreno conocido y seguro, como es el de la niñez,


donde se cuenta con la protección y seguridad que brindan los padres, para aventurarse
a la tarea de ser adulto, de ser responsable, de elegir su futuro. Es por ello que este
tránsito no es fácil, ni para los adolescentes, ni para los padres.Y es por ello también que
esta etapa está plagada de contradicciones, de ambivalencias, ya que se trata de algo
muy deseado - crecer, ser independiente- y a la vez muy temido. Es también un
momento difícil para los padres, quienes se encuentran generalmente en una etapa de
realizar un balance de su vida, donde se replantean sus proyectos y expectativas; cuales
fueron sus logros y cuales no pudieron ser . Donde ellos también deben elaborar el
duelo de ver desprenderse a sus hijos, y abandonar esa imagen de niños, y verlos como
adultos.

La adolescencia es una etapa muy bella también , donde surgen con más fuerza los
ideales, donde se cree firmemente en la posibilidad de realizar los sueños, donde
aparece por primera vez el enamorarse ; en fin, es también un gran momento para
encontrarse de otra manera con los hijos, y redescubrirlos.

Pero en este proceso, decíamos muchas veces los padres se muestran proecupados o
confundidos , sin saber muy bien como acompañar a sus hijos a transitar este camino.

Si bien cada adolescente es un individuo , con una personalidad única y con intereses
propios , sus propios gustos y disgustos , hay numerosos factores comunes en el
desarrollo que todos confrontan durante los años de la adolescencia y que quizá , ayude
a comprenderlos:

EN RELACCIÓN A SU BÚSQUEDA DE INDEPENDENCIA

· Se halla en una constante lucha en la búsqueda de su identidad ,esto es de definir


quien será, como será.(El tan frecuente :"Yo soy así",en su intento de reafirmarse);
buscando incorporar modelos , ideales, a la vez que comienza el dejar un poco a las
figuras de los padres como modelos.Este proceso conlleva a una inevitable
"desidealización" de las figuras paternas, con la consecuente crítica hacia ellos. Esto,
por supuesto, es motivo de muchas peleas, ya que no siempre los padres pueden tolerar
esas críticas, o no siempre el adolescente puede formularlas como corresponde.

· Se queja de que los padres interfieran en su independencia ,y a la vez

· Tiene la tendencia a regresar el comportamiento infantil , particularmente cuando


está bajo mucho estrés.

· Pone constantemente a prueba las reglas y los límites .

EN RELACIÓN A SU CUERPO

· Los cambios que ocurren con su cuerpo,lo hacen en un ritmo que no siempre
alcanza a asimilarlo,lo que lleva a que con frecuencia se siente extraño o avergonzado
consigo mismo o con su cuerpo.

· Aparece preocupación con relación a su atractivo físico y sexual con relación a


otros.

· EN RELACIÓN A SUS EMOCIONES

· Se observa permanentemente a sí mismo , alternando entre altas expectativas de sí


mismo y una pobre autoestima .

· Su humor es cambiante: por momentos está alegre,y de pronto se muestra triste o


enojado .
· Tiene menos demostraciones de afecto hacia los padres ;e incluso en ocasiones se
muestra agresivo, así como también puede estar muy cariñoso .

EN RELACIÓN A SU GRUPO

· Su modo de vestir e intereses está muy influenciado por sus amigos, esto es muy
importante, ya que como dijimos, pasan a ser sus referentes,en este proceso de
independencia de sus padres, desvalorizando muchas veces las opiniones de la familia.
Nuevamente, los padres tendrán que lograr ese equilibrio, en que se respete a sus
amigos, respetando también la normas básicas que cada familia tiene .

· Comienzan a mostrar mayor interés en el sexo opuesto .

DE CÓMO PUEDEN ACOMPAÑAR LOS PADRES

Si bien nuevamente podemos decir que no hay reglas fijas respecto a lo que debe
hacerse, algunas pautas generales que pueden ayudar, son:

· Proveer un ambiente seguro y armonioso en el hogar .

· Crear una atmósfera de honradez , confianza y respeto mutuo.

· Permitirle al adolescente la independencia apropiada para su edad .

· Desarrollar una relación con el niño que le permita confiar en los padres cuando
tenga preocupaciones o problemas .

· Enseñarle la responsabilidad básica para con sus objetos personales y para con los
suyos .

· Enseñarle la responsabilidad básica de ayudar en la casa .

· Enseñarle la importancia de aceptar límites .

La habilidad de hablar abiertamente acerca de los problemas es uno de los aspectos más
importantes de la relación entre padres e hijos .Desarrollar esta relación requiere
persistencia y comprensión . Los padres deben tratar de dedicarle cierto tiempo a cada
hijo , especialmente si están discutiendo temas difíciles o tristes . Esta relación crea una
base de confianza que le permite al niño el discutir con sus padres los problemas y
conflictos que surjan durante la adolescencia .

Una relación padre – hijo llena de conflictos y tensión en la adolescencia puede ser una
señal de la necesidad de ayuda profesional .El tiempo y energía que invierten los padres
durante la infancia de sus hijos puede prevenir el que los problemas pequeños de la
infancia se conviertan en problemas más grandes de la adolescencia .

Ana María Vaernet


Médica Psiquiatra
Subdirectora C.I.D.E.P.P.
Staff de Zona Pediatrica
Consulte a su pediatra
En la salud de los niños el pediatra es irremplazable!!

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