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Secreto en la tumba - Charlaine Harris 1

Charlaine Harris
Saga Harper Connely
04 - Secreto en la tumba

Traducido por Beleth


2 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Indice


- Capítulo 1
- Capítulo 2
- Capítulo 3
- Capítulo 4
- Capítulo 5
- Capítulo 6
- Capítulo 7
- Capítulo 8
- Capítulo 9
- Capítulo 10

Por venir:
- Capítulo 11
- Capítulo 12
- Capítulo 13
- Capítulo 14
- Capítulo 15
- Capítulo 16
- Capítulo 17
- Capítulo 18
- Capítulo 19
- Capítulo 20
- Capítulo 21

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Secreto en la tumba - Charlaine Harris 3

Capítulo1

M
uy bien. - dijo la mujer de cabello de paja con la chaqueta
vaquera. - Haz lo que sabes hacer.- Su acento hacía que
las palabras sonaran más como – Haz lo que zabez hazer.
– Su cara de halcón parecía ansiosa, la mirada preventiva de una persona
que está dispuesta a probar un alimento desconocido.
Estábamos en un campo barrido por el viento, a unos kilómetros al sur
de la autopista que va desde Texarkana a Dallas. Un coche pasó por los dos
estrechos carriles de asfalto. Era el único coche lo había visto desde que
había seguido la brillante y negra camioneta de Lizzie Joyce, un Chevrolet
Kodiak, hasta el cementerio Pioneer Rest, que estaba a las afueras de la
pequeña ciudad de Clear Creek.
Cuando el puñado de personas con las que estábamos se quedó en
silencio, el silbido del viento recorriendo el cerro circundante fue el único
sonido que reinaba.
No había una verja alrededor del pequeño cementerio. Había
sido limpiado, pero no recientemente. Era un viejo cementerio, como los
cementerios de Texas solían ser, creados cuando el roble del centro del
cementerio era sólo un pequeño árbol. Una bandada de aves cacareaba
en las ramas del roble. Debido a que estábamos en la zona norte de Texas,
había hierba, pero como era febrero no estaba verde. Aunque la temperatura
rondaba los diez grados hoy, el viento era más frío de lo que esperaba. Yo
llevaba la cremallera de la chaqueta subida. Me di cuenta de que Lizzie
Joyce no llevaba una.
La gente que vivía aquí eran duros y pragmáticos, incluyendo a la
rubia de unos treinta años que me había invitado a venir. Era delgada y
musculosa, y debía haberse puesto los pantalones engrasando sus piernas.
No podía imaginarme cómo se montaría a un caballo. Sin embargo, sus
botas estaban gastadas, igual que su sombrero, y si había leído su hebilla
del cinturón correctamente, era la ganadora del año pasado de la feria. Lizzie
Joyce era un ser único.

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4 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Ella también tenía más dinero en su cuenta bancaria de lo que yo


jamás podría ganar en toda mi vida. Los diamantes de su mano brillaban
bajo la luz del sol mientras se dirigía hacia el pedazo de suelo dedicado a los
muertos. La Sra. Joyce quería que hiciera mi trabajo sobre la marcha.
Me preparé para hacer lo mío. Como Lizzie me estaba pagando mucho
dinero por esto, quería sacar el máximo provecho de ello. Ella había invitado
a los de su entorno, eran su novio, su hermana menor, y su hermano, que
parecía como si prefiriera estar en otro sitio que no fuera el cementerio
Pioneer Rest.
Mi hermano estaba apoyado en nuestro coche, y no iba a moverse de
allí. Hasta que me hubiera hecho mi trabajo, Tolliver no le prestaba atención
a nada excepto a mí.
Todavía pensaba en él como si fuera mi hermano, aunque estaba
tratando de remediarlo cuando le llamaba en voz alta. Ahora teníamos una
relación muy diferente.
Habíamos conocido a los Joyce esa mañana por primera vez. Habíamos
conducido por el sendero largo y tortuoso, siguiendo las indicaciones que
Lizzie nos había enviado al correo electrónico.
La casa que había al final del camino era muy grande y muy bonita,
pero no era pretenciosa. Era una casa para las personas que trabajaban
duro. La latina que había abierto la puerta llevaba pantalones y una blusa,
no era cualquier tipo de uniforme, y se había referido a su jefa como “Lizzie”,
no como “la Sra. Joyce”. Como todos los días en un rancho o en una granja
son días de trabajo, no me había sorprendido ver que la gran casa se sentía
bastante vacía, y los sentidos me decían que llevaba así mucho tiempo.
Mientras la ama de llaves nos llevaba a través de la casa, yo había visto un
Jeep subiendo por una de las pistas que recorría los enormes campos de la
parte trasera de la casa.
Lizzie Joyce y su hermana Kate nos habían estado esperando en la
sala de armas. Estaba segura de que la llamaban el foso o la sala familiar, o
alguna otra cosa para indicar que era donde se reunían para ver televisión
y jugar a juegos de mesa, o lo que la gente realmente rica hacía durante las
noches cuando vivían alejados de la civilización. Pero para mí, era la sala
de armas de fuego. Había armas y cabezas de animales por todas partes,
y la decoración fingía ser la de un rústico albergue. Como la casa había
sido construida por el abuelo de Joyce, reflejaba sus gustos, o eso supuse,
pero podrían haberlo cambiado si no les gustara. Él llevaba muerto mucho
tiempo.
Lizzie Joyce se parecía a las fotos que había visto de ella, pero la
impresión era estrictamente práctica. Ella era una mujer trabajadora. Su
hermana Kate, llamada Katie, era una versión reducida de su hermana mayor,

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más bajita, más joven y menos experimentada. Pero ella parecía muy segura
de sí misma y dura. Tal vez crecer rodeada de dinero causaba eso.
La sala de armas tenía un muro lleno de puertas francesas que daban
a un pórtico de ladrillo. Había unas urnas que estarían llenas de flores en
primavera, pero no era el momento. Las temperaturas caían por debajo de
cerco durante la noche. Me di cuenta de que los Joyce habían dejado sus
mecedoras afuera durante el invierno, y me pregunté qué sería sentarse en
un porche con techo de ladrillos una mañana de verano, tomarse un café y
mirar toda aquella tierra.
El jeep se detuvo al pie de la suave pendiente que llevaba hasta el
porche trasero, y dos hombres salieron de él y entraron.
- Harper, este es el gerente del rancho, Chip Moseley. Y este es nuestro
hermano, Drexell.
Tolliver y yo les estrechamos la mano.
El gerente era un hombre escéptico, de ojos verdes y cabello castaño,
y estaba tan dispuesto a marcharse como su hermano. Ambos estaban aquí
porque Lizzie quería que estuvieran. Chip Moseley le dio a Lizzie un beso
casual en la mejilla, y me di cuenta de que era su hombre, así como su
gerente. Eso podría ser complejo.
El hermano, Drexell, era el más joven de los Joyce y el más anónimo
de todos. Lizzie y Katie tenían una extravagante nariz, pero la cara redonda
de Drexell era todavía como la de un bebé. El no me miró a los ojos como
habían hecho sus hermanas.
Tenía la sensación de que había visto antes a estos dos hombres
en alguna parte. Como el rancho grande Joyce no estaba muy lejos de
Texarkana, y yo había crecido allí, no era muy improbable que yo hubiera
conocido a Chip y a Drexell - pero lo último que quería hacer era recordar mi
vida anterior. No siempre había sido la misteriosa mujer que podría encontrar
cadáveres porque había sido alcanzada por un rayo.
- Me alegro de que pudieras encontrar tiempo para venir aquí. - dijo
Lizzie.
- A mi hermana le gustan las cosas inusuales – le dijo Katie a Tolliver.
Ella tenía definitivamente los ojos en él.
- Harper es única. - dijo, y él me miró. Parecía un poco divertido.
- Bueno, es mejor que haga un buen espectáculo para Lizzie por
su dinero. - dijo Chip, su cansado y bello rostro me dedicaron una gran
advertencia. Le miré más de cerca. No quería mostrar interés en la pareja
de otra persona, pero había algo en Chip Moseley, algo que le hablaba a
mi talento especial. Se estaba moviendo y respirando, lo que normalmente
quería decir que no debería sentir nada.
Mis negocios tienen que ver con los muertos.

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6 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Como Lizzie Joyce había encontrado una página web que seguía los
pasos de mi viaje, aparentemente no había sido capaz de descansar hasta
que se le ocurrió un trabajo para mí. Finalmente había decidido que quería
saber qué había matado a su abuelo, que había sido encontrado lejos de la
casa del rancho principal, derrumbado al lado de su jeep. Rich Joyce tenía
una herida en el cráneo, y suponían que había resbalado y se había caído
cuando se estaba paseando, o tal vez el jeep se había golpeado contra una
piedra y lo había lanzado fuera y su cráneo se había golpeado contra el
chasis del Jeep, aunque no había pruebas de un impacto cuando había sido
encontrado. En cualquier caso, el motor del Jeep estaba apagado, y Rich
Joyce había muerto, y no había nadie cerca en millas, por lo que su muerte
se había atribuido a una insuficiencia cardiaca, y había sido enterrado hace
años. Dado que el único hijo de Rich y la esposa de su hijo habían muerto
en un accidente de coche unos años antes, sus tres nietos habían heredado
todo, aunque de forma desigual. Lizzie estaba legalmente a cargo de la
fortuna de la familia, la investigación de Tolliver así lo había indicado, pero
los otros dos habían heredado algo menos de un tercio de las acciones cada
uno, lo suficiente para mantener a Lizzie al mando. Era fácil de ver en quién
Rich Joyce había confiado.
Me preguntaba si Rich Joyce había conocido a su nieta cuando tuvo
una racha de misticismo, o quizás simplemente un amor hacia lo inusual. Por
eso Lizzie nos había llevado al cementerio Pioneer Rest, y por qué yo estaba
esperando a que me diera el visto bueno.
Lizzie quería sacarle partido a su dinero, así que no me iba a llevar
directamente a la tumba donde estaba su abuelo. Ella ni siquiera me dijo cual
era el objetivo de mi búsqueda hasta que había salido de mi coche treinta
minutos antes. Por supuesto, podía pasear y leer todas las lápidas hasta
que encontrara uno con las fechas adecuadas. No había tantos Joyce bajo
tierra. Pero pasaría de eso, le daría algunas lecturas gratis, ya que no había
ni parpadeado ante mis honorarios.
Me había quitado los zapatos para la lectura, aunque tenía que mirar
donde ponía mis pies. Puede haber espinas ocultas entre la hierba en Texas,
no importa lo bonito que pueda parecer. Eché una última mirada de todo el
panorama de tierra y árboles. Este pequeño cementerio bien podría haber
estado en la luna, el paisaje contrastaba con las grandes agrupaciones de
urbanizaciones y comunidades asentadas que habíamos visto mientras nos
dirigíamos hacia nuestro último trabajo en Carolina del Norte. Habíamos
terminado en un pueblo pequeño, pero no había tenido la sensación de
aislamiento que tenía desde aquí. No siempre había sido consciente de que
el siguiente pueblo estaba a unos minutos en coche.
Por lo menos no hacía tanto frío aquí, y por lo menos podíamos estar
casi seguros de que no habría nieve. Mis pies se estremecerían ante el aire

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frío, pero no me molestaban tanto como me había dolido congelado y mojado


en Carolina del Norte.
Los Joyce estaban enterrados cerca de la encina. Pude ver una gran
roca que había sido cincelada por un lado, y el nombre de Joyce estaba
tallado en ella con letras grandes. Hubiera parecido deliberadamente ingenua
si hubiera ignorado esa pista. Me detuve ante la primera tumba que había
en esa parcela, aunque claramente no era laque yo había venido a leer.
Pero qué diablos, yo tenía que empezar en algún momento. La lápida decía:
“Sarah, Amada esposa de Paul Joyce.” Respiré profundamente, y me puse
de pie encima de la misma. La conexión con los huesos bajo mis pies era
eléctrica y me llegó de inmediato. Sarah estaba esperando, como todos ellos,
los muertos siempre esperan, tanto los recientes como los antiguos, tanto los
que están enterrados en bonitas tumbas como los que han sido arrojados
como si fueran desechos. Utilicé mi sentido con lo que había debajo de mí.
Conecté. Aprendí.
- Mujer de unos sesenta años, aneurisma. - dije. Abrí los ojos y me
acerqué a la tumba próxima. Esta era una de más edad, mucho más antigua.
- Hiram Joyce. - dije. Me quedé allí, tratando de conseguir una lectura firme
en los huesos que quedaban en el suelo bajo mis pies. - Envenenamiento de
la sangre. - dije finalmente. Me acerqué a la siguiente, descansé un momento
hasta que el zumbido me impulsó, era la llamada de los huesos, los restos.
Querían que supiera que estaban allí, que supieran lo que les había matado,
como habían sido sus últimos momentos. Miré a la lápida. No tiene sentido
reinventar la rueda.
Este no era un Joyce, aunque estaba enterrado en la parcela familiar.
La fecha era de unos ocho años y unos meses antes. El nombre grabado era
“Mariah Parish”. Aunque yo sentía as los dos hombres, que habían estado
de pie bajo la escasa sombra de un árbol torcido, ahora estaban mucho más
tensos, yo estaba demasiado concentrada en la conexión para preguntarme
acerca de eso.
- Oh. - dije en voz baja. El viento sopló, levantándome el pelo corto y
oscuro y jugueteando con él. - ¡Oh, pobre!
- ¿Qué? - Preguntó Lizzie, su voz ronca sonaba simplemente confusos.
- Esa era la cuidadora de mi abuelo. Tuvo apendicitis o algo así.
- Ella tuvo una hemorragia, sangrado después del parto. - le dije. Sumé
dos y dos y miré a los dos hombres. Drexell en realidad había dado un paso
más hacia delante. Chip Moseley se quedó atónito, estaba también furioso,
ya sea porque la información era una sorpresa para él, o porque yo lo había
dicho en voz alta. Pero fuera lo que fuera lo que sentían, ya era demasiado
tarde para Mariah. Me aparté y me acerqué a la tumba de la derecha, para la
que me habían contratado. Era la mayor lápida de la parcela, era doble. La
esposa de Richard Joyce había muerto antes que él, unos diez años antes.
Su nombre había sido Cindilynn, y descubrí que había muerto por cáncer de

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mama. Lo dije en voz alta, y alcancé a ver como Kate y Lizzie se miraban y
asentían. Me acerqué al otro lado, la lápida de Rich Joyce. Rich había muerto
hace ocho años, no mucho después de su ama de llaves. Torcí la cabeza al
escuchar los huesos de Richard.
Había visto algo que algo le había sobresaltó. Comprendí eso, pero
me llevó unos segundos comprender que él había salido del Jeep porque
había visto a alguien que conocía.
Yo no tenía una imagen de esa persona en mi cabeza. No es como
si estuviera viendo una película. Era como estar dentro de la persona por
un momento o dos, dentro de sus pensamientos, sintiendo sus emociones
en sus últimos segundos de vida. Así que comprendí que Rich Joyce que
se había detenido porque había visto a alguien. No pude comprender el
razonamiento que le llevó a detenerse ni reconocer a la persona. Cuando
Rich Joyce detuvo el Jeep, salió, y luego la serpiente vino volando por el aire,
la serpiente de cascabel, dándome (a Rich Joyce) un susto que hizo que mí
(su) corazón dejara de funcionar correctamente. Tanto calor, no tengo agua,
no puedo alcanzar mi teléfono, ohdiosmio morir así y todo se volvió negro.
Con los ojos cerrados para revivir la escena más claramente, esa escena
solo visible para mí, relaté lo que estaba viendo.
Cuando abrí los ojos, las cuatro personas de la fiesta Joyce me miraban
como si me hubieran salido estigmas. A veces la gente reacciona de esa
manera, incluso cuando me han pedido que haga exactamente lo que acabo
de hacer.
Aterro a la gente, o les fascino (no siempre de una manera sana)…
o ambas cosas. Sin embargo, la fascinación no iba a ser un problema hoy.
El novio me miraba como si llevara puesta una camisa de fuerza, y los tres
Joyce tenían la boca abierta. Todo el mundo estaba en silencio.
- Así que ya lo sabe. - dije rápidamente.
- Quizás se lo haya inventado. – dijo Lizzie- ¿Había alguien ahí? ¿Cómo
pasó eso? Nadie ha dicho que estuviera allí. ¿Estás diciendo que alguien le
lanzó una serpiente de cascabel al abuelito? ¿Y que le dio un ataque al
corazón, y que alguien le abandonó allí? ¿Y está diciendo que Mariah tuvo
un bebé? ¡No la contraté para que dijera mentiras!
Vale, eso me molestó. Respiré profundamente. Desde la esquina de
mi ojo, me di cuenta de que Tolliver había comenzado a avanzar hacia mí,
con una expresión de alarma evidente en su rostro. Detrás de todos ellos,
Chip Moseley estaba de pie con una mano apoyada en el Jeep, se dobló. Me
di cuenta de que estaba sufriendo, y yo sabía que no me lo agradecería si
centraba la atención en él.
- Tú me trajiste aquí para hacer esto. -dije. Abrí mis manos. - No hay
nada que se pueda comprobar, incluso si exhuman a su abuelo. Le advertí
que podría ser el caso. Por supuesto, usted puede buscar información sobre

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Mariah Parish, si realmente están interesados. Debe de haber una partida de


nacimiento o algún documento similar.
- Eso es cierto. - dijo Lizzie. Su rostro era más serio ahora. - Pero
aparte de la cuestión de qué le ocurrió al bebé de Mariah, si realmente había
uno, me enferma que alguien le pudiera hacer eso a abuelo. Si usted nos
está diciendo la verdad, claro está.
- Créame, o no lo haga. Eso depende de usted. ¿Sabía algo acerca de
su afección cardiaca?
- No, no le gustaban los médicos. Pero había tenido un ataque antes.
Y la última vez que fue a una revisión regresó con aire preocupado. - Ella
había pensado en esto muchas veces desde la muerte de su abuelo, eso era
obvio.
- Tenía un teléfono móvil en su jeep, ¿verdad? - dije.
- Sí. –dijo- Así es.
- Estaba tratando de alcanzarlo. - Algunos últimos momentos dan más
información que otras.
Miró rápidamente en dirección a Tolliver, y luego a la distancia. La
tensión fue abandonando sus hombros. Pensé que estaríamos bien.
- ¿Crees en esto? - Chip le preguntó a las hermanas con incredulidad.
Se había recuperado de lo que había sentido, y ahora estaba de pie al lado
de Lizzie. La miró como si nunca la hubiera visto antes, yo sabía de nuestra
investigación que había sido su escolta durante los últimos seis años.
Lizzie estaba demasiado confiada para tener prisa. Parecía estar
pensando cuidadosamente cuando sacó un cigarrillo y lo encendió. Por
último, inclinó su rostro hacia él. - Sí, lo creo.
- Maldición. - Kate Joyce dijo, y se quitó su sombrero de vaquero. Ella
lo golpeó contra su magro muslo. – Ahora querrá traer a ese John Edward.
Lizzie le lanzó a su hermana una mirada de desagrado. Drexell dijo -
Creo que ella se ha inventado todo esto.
Lizzie nos había hecho un ingreso. Veníamos hacia Texas de todos
modos, pero seguro que no nos habríamos detenido si no hubiéramos
conseguido el dinero por adelantado. Los clientes de esta riqueza,
curiosamente, a menudo cambiaban de opinión. Las personas más pobres
no lo hacían. Así que, a pesar de que ya había depositado el primer cheque
del RJ Ranch, el resultado final no estaba claro, y hasta un ciego podría
decir que la opinión de Joyce era dudosa acerca de lo que había hecho
ahora. Antes de que pudiera comenzar a preocuparme por ello, Lizzie sacó
un cheque doblado de su bolsillo y se lo entregó a Tolliver, que estaba lo
suficientemente cerca como para deslizar su brazo alrededor de mí. Yo
estaba un poco inestable. Esto no había sido tan difícil como algunas lecturas,
porque sólo había tenido una segunda oleada de miedo antes de que se
fuera, pero el contacto directo con los muertos me drenaba.

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10 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- ¿Necesitas caramelos? - Preguntó.


Yo asentí. Sacó un Werther’s Original de su bolsillo y lo desenvolvió.
Abrí la boca y me lo metió. Glorioso sabor a mantequilla.
- Pensaba que era tu hermano. - dijo Kate Joyce dijo, inclinando la
cabeza hacia Tolliver. Aunque yo sabía que tenía que rondar los treinta años,
tenía más años de experiencia por la manera en que caminaba y hablaba.
Me preguntaba si esto era el resultado de ser criado por gente rica, pero
práctica, en Texas, o si la vida del hogar de los Joyce había tenido otras
fuentes de estrés.
- Lo es. - dije.
- Parece más como un novio. - Drexell rió.
- Soy su medio hermano y su novio, Drex. - Tolliver dijo amablemente.
– Estaremos en la carretera. Gracias por pedirnos que le ayudáramos con su
problema. - Él asintió con la cabeza hacia todos. Él medía menos de metro
ochenta, pero no por mucho, y era delgado, pero tenía los hombros anchos.
Lo quiero más que nada.

************

El sonido de la ducha me despertó. Vemos el interior de tantas


habitaciones de motel que muchas veces tengo que pasar uno o dos segundos
recordando dónde se encuentra esa habitación de motel en particular. Esta
era una de esas mañanas.
Texas. Después de que habíamos dejado a los Joyce, habíamos
conducido la mayor parte de la tarde anterior para llegar a este motel de
la interestatal de Garland, a las afueras de Dallas. Esto no era un viaje de
negocios, sino que era personal.
Fui consciente de ello cuando abrí los ojos, ese pensamiento sombrío
de que yo estaba pensando demasiado acerca de los viejos y malos tiempos.
Cada vez que visitábamos a mi tía y a su esposo afuera de Dallas, resurgían
malos recuerdos.
No era culpa del Estado.
Cuando estoy cerca de mis hermanas pequeñas, comienzo a recordar
el remolque roto en Texarkana, aquel en el que Tolliver y yo vivíamos con su
padre, mi madre, su hermano, mi hermana y dos hermanos nuestros mutuos,
que eran prácticamente bebés en el momento en que el hogar se disolvió.
El delicado engaño que los niños mayores habíamos mantenido
durante varios años había colapsado cuando mi hermana mayor Cameron
desapareció. Nuestra vida en ese hogar desagradable había sido expuesta
a la opinión pública, y nuestras hermanas nos habían sido arrebatadas.

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Secreto en la tumba - Charlaine Harris 11

Tolliver se había ido a vivir con su hermano Mark, y yo había ido a un hogar
de acogida.
Las dos niñas ni siquiera recordaban a Cameron. Yo se lo pregunté la
última vez que las vi. Las niñas viven con la tía Iona y el tío Hank, a quienes
no les gusta que vayamos a verlos. Lo hacemos, sin embargo, Mariella y
Grace (llamada Gracie) son nuestras hermanas, y queremos que recuerden
que tienen familia.
Me apoyé en un codo para ver como Tolliver se secaba. Había dejado
la puerta del baño abierta mientras se duchaba, porque de lo contrario el
espejo se nublaba demasiado para poder usarlo mientras se afeitaba.
No nos parecíamos; los dos somos delgados y de pelo oscuro. Nuestro
cabello, incluso tiene más o menos la misma longitud. Sus ojos son marrones,
los míos son de color gris oscuro. Pero la piel de Tolliver está llena de hoyos
y cicatrices de acné, ya que su padre no pensó en enviarlo a un dermatólogo.
Su cara es más estrecha, y a menudo tiene un bigote. Odia llevar otra cosa
que no sean pantalones vaqueros y camisetas, pero a mi me gusta vestirme
un poco más, y ya que yo soy la del “talento” y esperan eso de mí. Tolliver
es mi manager, mi asesor, mi principal apoyo, mi compañero, y desde las
últimas semanas es mi amante.
Se giró para mirarme, vio que le estaba viendo. Él sonrió, y dejó caer
la toalla.
- Ven aquí. - le dije.
Él obedeció rápidamente.
- ¿Quieres ir a correr? - Le pregunté, una hora después. – Podrás darte
otra ducha después, conmigo. Así que no será un desperdicio de agua.
Teníamos la ropa de correr puesta en muy poco tiempo, y salimos
después de hacer estiramientos. Tolliver es más rápido que yo. Muy a menudo,
se aleja el último kilómetro más o menos, y hoy no era una excepción.
Nos había gustado encontrar un buen lugar para correr. Nuestro hotel
estaba junto a la vía de acceso de la interestatal. Estaba flanqueado por otros
hoteles y moteles, restaurantes y gasolineras, lo habitual para los guerreros
de la carretera. Pero en la parte trasera del hotel, habíamos encontrado uno
de los “parques de negocios”: dos calles curvas con plantaciones cuidadas
que estaban frente a una fila de edificios históricos, cada uno con una zona de
estacionamiento. Una mediana separaba en dos la calle, era lo suficientemente
amplia como para contener una plantación de mirtillos. Había aceras para
darle al lugar un aspecto más acogedor y agradable. Como era viernes por la
tarde, el tráfico era mínimo entre las hileras de edificios rectangulares, como
“Gran Systems, Inc.” y “ Distribuidores Génesis”, que podría ser cualquier
tipo de. Cada edificio estaba rodeado por un camino estrecho que debía
llevar a un estacionamiento trasero para los trabajadores. Casi no había

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12 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

coches aparcados delante, los clientes se habían ido, los últimos empleados
salían para el fin de semana.
En ese lugar, lo último que yo esperaba encontrar era un muerto. Yo
estaba pensando en el dolor de la pierna derecha, que se intensificaba de
vez en cuando desde que me alcanzó el rayo, así que al principio no escuché
los huesos que me llamaban
Están por todas partes, por supuesto, la gente muerta. No se escucha
sólo a los muertos modernos. También a los antiguos, incluso, muy rara vez,
el débil eco del rastro de las personas que caminaron por la Tierra antes de
que hubieran textos escritos. Pero la conexión que sentía en los suburbios
de Dallas era muy fresca. Corrí en el mismo lugar durante un momento.
No podía estar segura a menos que me acercara al cuerpo, pero
estaba pensando que se sentía como un suicidio por arma de fuego. Señalé
su ubicación - estaba en la parte trasera de una oficina llamada “Diseñadores
ingenieros”. Me sacudió su miseria abrumadora. Tenía práctica. ¿Tenerle
lastima? Él había podido elegir. Si tenía lástima de todo el mundo que
conociera, yo estaría llorando continuamente.
No, no gastaba mi tiempo en tener emociones. Estaba tratando de
decidir qué hacer. Podía dejarlo donde estaba, y ese fue mi primer impulso.
La primera persona al entrar en “Diseñadores ingenieros” al día siguiente
recibiría un duro golpe, si la familia del chico no enviaba a la policía a
comprobar su oficina esta noche, cuando no regresara a casa.
Parecía duro, dejarle ahí toda la noche. Sin embargo, yo no quería
involucrarme ni tener que darle una larga explicación a la policía.
Correr en el mismo lugar me estaba empezando a cansar. Tenía que
tomar una decisión.
Aunque no puedo agonizar por cada persona muerta que encuentro,
tampoco quiero perder mi humanidad.
Miré a mí alrededor en busca de inspiración. La encontré entres las
rocas que bordean la entrada llena de flores de la puerta de entrada. Cogí
la roca más grande que podía sostener. Después de experimentar un poco,
decidí que podía tirarla con una sola mano. Miré hacia ambos lados de la
calle, no había coches a la vista, y nadie andando. Me puse a una distancia
segura, me coloqué en una postura equilibrada y dejé volar la roca. Tuve que
recuperarla y repetirlo tres veces hasta que rompí un cristal y sonó la alarma.
Eché a correr. Tendría que quitarme metafóricamente el sombrero frente a
la policía. Apenas había llegado al estacionamiento del hotel, cuando vi el
coche patrulla que se desviaba por la carretera de acceso, y con exceso de
velocidad, junto al hotel hacia los edificios.
Una hora más tarde, Tolliver me estaba diciendo lo que había ocurrido
mientras me ponía el maquillaje. Yo me había dado una larga ducha, y,

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Secreto en la tumba - Charlaine Harris 13

efectivamente, él había entrado de nuevo para “ayudarme a lavarme el


pelo”.
Me estaba inclinando sobre el lavabo para ponerme el delineador
de ojos. Aunque sólo tenía veinticinco años, tuve que acercarme al espejo, y
supe que la próxima vez que hiciera un examen médico, mi oculista me diría
que necesitaba gafas. Nunca me había considerado inútil, pero cada vez que
me veía con gafas, sentía una punzada. ¿Tal vez lentes de contacto? Pero la
idea de meter algo en mis ojos me hizo estremecerme.
Cada vez que pensaba acerca de esto, me preocupaba el dinero que la
corrección de la vista nos podría costar. Estábamos ahorrando cada centavo
que teníamos para hacer el pago inicial de la casa que queríamos comprar
aquí, en el área de Dallas. San Luis era una ubicación céntrica, desde el
punto de vista empresarial, pero podríamos ver a nuestras hermanas más a
menudo si nuestra base estuviera en Dallas. Probablemente, Iona y Hank no
les importaría eso, y podría poner una gran cantidad de obstáculos en nuestro
camino. Habían adoptado formalmente a las niñas. Pero tal vez podríamos
convencerles de que las niñas se benefician de vernos tanto como nosotros
a ellas.
Tolliver entró en el cuarto de baño y se detuvo para besar mi hombro.
Yo sonreí cuando nuestros ojos se encontraron en el espejo.
- Hay actividad policial en la calle. – dijo - ¿Sabes algo de eso?
- De hecho, sí. - dije, sintiéndome culpable. Yo no le había explicado a
Tolliver nada antes de meterme en la ducha, y él me distrajo después de eso.
Entonces le conté a Tolliver lo del hombre muerto, y le expliqué lo de la roca
y la ventana.
- Los policías ya lo han encontrado, así que hiciste lo correcto. Ojalá lo
hubieras dejado estar. - dijo Tolliver.
Era bastante más de lo que yo esperaba que dijera, él siempre era
cauteloso acerca de ser atraído hacia cualquier situación para la que no nos
hubieran pagado. Mientras lo miraba en el espejo, vi los sutiles cambios en
su postura que me dijeron que iba a cambiar de tema, y que iba a hablar de
algo serio.
- ¿Piensas alguna vez en que deberíamos dejarlo? - Dijo Tolliver.
- ¿En dejarlo? - Terminé mi ojo derecho y dirigí el rimel hacia mi ojo
izquierdo. - ¿Dejar el qué?
- A Mariella y Gracie.
Me volví hacia él. - No entiendo lo que estás pidiendo. - le dije, aunque
yo tenía mucho miedo que comprenderlo.
- Tal vez sólo deberíamos visitarlas una vez al año. Sólo enviar regalos
de Navidad y regalos de cumpleaños el resto del tiempo.

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14 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Me sorprendió. - ¿Por qué haríamos eso? - ¿Acaso el propósito de


ahorrar cada centavo que podíamos era para poder convertirnos en una gran
parte de sus vidas, no en algo más insignificante?
- Las confundimos. - Tolliver se acercó un poco más y puso su mano
sobre mi hombro. - Las niñas pueden tener sus problemas, pero les va
mejor con Iona de lo que les iría con nosotros. No podemos cuidar de ellas.
Viajamos mucho. Iona y Hank son personas responsables, y no consumen
alcohol ni drogas. Llevan a las niñas a la iglesia, se asegurarse de que vayan
a la escuela.
- ¿En serio? - dije, aunque yo nunca había visto a Tolliver hacer gracias
con temas de familia. Me sentí cegada. - Sabes que yo nunca he pensado
que deberíamos llevarnos a las niñas, aunque pudiéramos conseguirlo
legalmente. ¿De verdad crees que deberíamos disminuir nuestras visitas?
¿Todavía más?
- Así es. - dijo.
- Explícate.
- Cuando aparezcamos… bueno, para empezar, venimos con bastante
regularidad, y nunca nos quedamos mucho tiempo. Las sacamos, tratamos
de enseñarles cosas que normalmente no ven, nos interesamos en cosas de
su vida diaria… y cuando nos vamos, dejamos que sus ‘padres’ se ocupen
de las consecuencias.
- ¿Las consecuencias? ¿Qué consecuencias? ¿Acaso somos hadas
malas o algo así? - Estaba tratando de no enojarme...
- Iona me dijo la última vez – recuerda que las llevaste al cine – que
les llevó a ella y a Hank una semana hacerlas volver a su rutina después de
que las visitáramos.
- Pero… - Yo no sabía por dónde empezar. Sacudí la cabeza, como si
eso sirviera para organizar mis pensamientos. - ¿Se supone que debemos
hacer cosas que convengan a Iona? Somos sus hermanos. Las queremos.
Tienen que conocer que no todo el mundo son como Iona y Hank. - Mi voz
se elevó.
Tolliver se sentó en la bañera. - Harper, Iona y Hank están criándolas.
Ellos no tendrían porqué haberse quedado a las niñas en, y no las veríamos si
Iona y Hank no se hubieran ofrecido a quedárselas. Casi te puedo garantizar
que el tribunal hubiera preferido poner a Mariella y Gracie en un hogar de
acogida a que estuvieran con nosotros. Tenemos suerte de que Iona y Hank
estén dispuestos a probar. Son mayores que la mayoría de los padres de niños
de esa edad. Son estrictos, porque tienen miedo a las chicas salgan como tu
madre o mi padre. Pero adoptaron a las niñas. Ellos son los padres.
Abrí la boca, la cerré. Era como si una presa se hubiera roto en la
cabeza de Tolliver, y yo estaba escuchando los pensamientos que nunca
había oído antes saliendo directamente de su boca.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 15

- Claro, están limitados en su forma de pensar. – dijo - Pero ellos son


los que tienen que ocuparse de Gracie y Mariella, día tras día. Van a las
reuniones con los profesores, con el director, llevan a vacunar a las niñas y
las llevan al médico cuando están enfermas. Les ponen horas de dormir y
horas de estudio. Ellos compran la ropa. - Se encogió de hombros. - Todas
esas cosas. Nosotros no podemos hacerlo.
- Entonces, ¿Qué crees que deberíamos hacer? ¿En lugar de lo que
estamos haciendo? - Salí del baño y me senté en el borde de la cama sin
hacer. Él me siguió, se sentó junto a mí. Apoyé mis manos en las rodillas.
Traté de no llorar. - ¿Crees que debamos abandonar nuestras hermanas?
¿Casi a la única familia que tenemos? - Yo no contaba con el padre de
Tolliver, que estaba desaparecido desde que había salido de la cárcel.
Tolliver se puso a cuclillas delante de mí. - Creo que quizás deberíamos
venir para Acción de Gracias y Navidad, o Pascua, o para los cumpleaños de
las niñas… tiempos de reuniones. Lo previsto para las familias. A lo sumo,
dos veces al año. Creo que deberíamos ser más cuidadosos con lo que
decimos delante de las chicas. Gracie le dijo a Iona que habías dicho que
ella era demasiado rígida. Pero Gracie le retransmitió que era demasiado
“frígida”.
Traté de no sonreír, pero no pude evitarlo. - Está bien, tienes razón en
eso. Hablar mal de las personas que cuidan de las niñas, eso no está bien.
Pensé que estaba siendo más cuidadosa.
- Lo intentas. - dijo, y sonrió un poco. - Es la expresión de tu cara en
lugar de tus palabras…la mayor parte del tiempo.
- Está bien, entiendo tu opinión. Pero pensé que podríamos estar
más con ellas al mudarnos aquí. Tal vez algunos muros entre Iona y Hank
y nosotros. Nos gustaría ver a las chicas con más frecuencia, y la situación
podría llegar a ser más relajada. Tal vez las chicas podían pasar el fin de
semana con nosotros a veces. Sin duda, Iona y Hank querrán estar solos de
vez en cuando.
Tolliver contraatacó con otro tema. - ¿Crees que Iona será capaz de
aceptarnos? ¿Ahora que estamos juntos?
Me quedé en silencio. El hecho de que nos habíamos convertido en
una pareja sin duda chocaría a mi tía y a su marido, y eso era decir poco.
Hasta podría entender su punto de vista. Después de todo, Tolliver y yo
habíamos crecido juntos en nuestros años de adolescencia. Habíamos vivido
en la misma casa. Mi madre se había casado con su padre. Le había estado
presentando como mi hermano desde hace años. A veces todavía me refería
a él como mi hermano, porque era la costumbre de años y debido a que
habíamos compartido una educación. Aunque no estábamos emparentados,
había un cierto factor raro en nuestra relación sexual, al menos desde un
punto de vista ajeno. Seríamos tontos si no reconociéramos eso.

Traducido por Beleth


16 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- No sé. - dije, simplemente para argumentar. – Quizás lo acepten. -


Yo estaba mintiendo.
- Estás mintiendo. -dijo Tolliver. Sabes que tanto Hank como Iona van
a enloquecer.
Cuando Iona enloquecía, Dios se enojaba. Si Iona pensaba que
era algo moralmente cuestionable, Dios pensaba lo mismo. Y Dios, como se
canalizada a través de Iona, reinaba en ese hogar.
- Pero no podemos ocultar lo que somos. - le dije sin poder hacer
nada.
- No debemos, y no lo haremos. Tendremos que ver qué pasa.
Intenté cambiar el tema, porque tenía que pensar en todo lo que
acababa de decir. - ¿Cuándo vamos a ver a Mark?- Mark Lang era el hermano
mayor de Tolliver.
- Se supone que hemos quedado con él en el Texas Road mañana por
la noche.
- Oh, bien.- Logré esbozar una sonrisa, aunque estaba seguro de que
era débil. Siempre me gustó Mark, aunque nunca había sido tan cercana
de él como lo había sido de Tolliver. Nos había protegido a todos lo máximo
que pudo. No habíamos conseguido ver a Mark en cada visita nuestra a
Texas, así que se alegró de que hubiera encontrado tiempo para cenar con
nosotros. - ¿Así que esta noche estamos invitados por Iona para una breve
visita? Y veremos lo que pasa. ¿No tenemos ningún plan?
- No tenemos ningún plan. - confirmó Tolliver, y nos sonreímos.
Traté de mantener la sonrisa cuando nos metimos en el coche para ir
hasta la pequeña casa de Garland, donde nuestras hermanas vivían. Aunque
el cielo estaba claro y brillante, yo no veía el cielo azul.
Iona Gorham (cuyo apellido de soltera era Howe) había basado su
personaje en ser anti-Laurel. Laurel Howe Connelly Lang, mi madre, había sido
la única hermana Iona, y le llevaba a Iona casi diez años. En la adolescencia
de mi madre durante su juventud, antes de su adicción a las drogas, había
sido bastante atractiva, popular y amante de las fiestas. Ella también tuvo
buenas notas, había ido a la universidad para ser abogada. Se había casado
con un hombre que había conocido allí, mi padre, Cliff Connelly. Mi madre
había sido un poco salvaje - Bueno, más que un poco - pero también había
sido un gran triunfadora.
Para competir y contrastar, Iona había seguido el camino dulce-y-
religioso. Por la cara de Iona cuando abrió la puerta, me pregunté cuando
la dulzura se habría agriado. Iona siempre parecía decepcionada. Sin
embargo, hoy, ella parecía un poco menos amargada que de costumbre, y
me preguntaba por qué. Por lo general, la llegada de Tolliver y mía le hacía
ver como si hubiera chupado un limón. Traté de recordar cuántos años tenía
Iona, y decidí que tenía que tener algo menos de cuarenta.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 17

- Bueno, pasad. - dijo mi tía, y dio un paso atrás hacia su sala de


estar.
Siempre sentía que nos invitaban a entrar a regañadientes, que a Iona
le hubiera gustado cerrarnos la puerta en la cara. Soy bajita, y mi tía lo es
más. Ella es agradablemente redondeada, y su pelo es bastante canoso,
como si su pelo castaño claro fuera simplemente desapareciendo poco a
poco. Sus ojos son de color gris oscuro, como los míos.
- ¿Cómo estás? - Tolliver preguntó amablemente.
- Me siento maravillosamente. - dijo Iona, y nuestras boca se abrieron
en el mismo momento. Nunca habíamos escuchado a Iona decir nada
remotamente parecido a eso. – La artritis de Hank ha vuelto. - continuó,
ajena a nuestra reacción - pero puede levantarse e ir a trabajar, gracias
a Dios. - Iona trabajaba a tiempo parciales el club de Sam, y Hank era el
gerente de la sección cárnica de un supermercado.
- ¿Cómo les va a las niñas en la escuela? - pregunté, mi pregunta
estándar de recuperación. Yo todavía estaba tratando de no mirar a Tolliver,
porque sabía que él estaba igual de sorprendido que yo. Iona nos llevaba
hacia la cocina, donde generalmente teníamos nuestras conversaciones.
Iona dejaba la sala de estar para las visitas de verdad.
- A Mariella le va muy bien. Ella es una estudiante superior a la media.
- dijo Iona. - Gracie, siempre dicen que va un poco por detrás de donde
debería. - ¿Queréis café? Lo tengo preparado.
- Eso sería genial. – dije – Lo tomo solo.
- Lo recuerdo. -dijo con un borde afilado a su voz, como si la hubiera
acusado de ser una mala anfitriona. Eso se parecía más a la Iona que conocía,
y me sentí un poco más cómoda.
- Yo con un poco de azúcar. - dijo Tolliver. Mientras ella estaba de
espaldas a nosotros, él me miró y alzó las cejas. Algo pasaba con Iona.
En poco tiempo, una taza apareció delante de él, junto a un tazón lleno
de azúcar, una cuchara y una servilleta. Me sirvió en segundo lugar, y me
tocó la taza normal. Iona se sirvió un café también, y se acomodó en la silla
más cercana a la cafetera de una forma que indicaba que estaba muy, muy
cansada. Por un minuto o dos, ella no dijo nada. Parecía estar pensando
mucho en algo. La mesa era redonda, y había un montón de correo encima.
Yo automáticamente lo miré: la factura del teléfono, de Internet, una carta
escrita a mano que sobresalía del sobre. La letra parecía familiar de una
manera desagradable.
- Estoy cansada. - dijo Iona. - He estado de pie en el trabajo durante
seis horas seguidas. - Iona llevaba una camiseta, pantalones caqui y
zapatillas de deporte. La ropa nunca era una prioridad para ella, de la forma
en que lo hubiera sido para mi madre, al menos hasta que ella había dejado

Traducido por Beleth


18 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

de preocuparse por todo excepto por las drogas y lo que había venido a
continuación. Sentí una inesperada simpatía por Iona.
- Eso es duro para el cuerpo. - dije, pero ella no estaba escuchando.
- Aquí vienen las chicas. - dijo, y entonces mis oídos captaron lo que
ella ya había registrado, el sonido de unos pasos en la puerta del garaje.
Nuestras hermanas irrumpieron en la habitación y lanzaron sus mochilas
contra la pared hacia un perchero. Colgaron la chaqueta del perchero, y se
quitaron los zapatos que dejaron junto a las mochilas. Me pregunté cuánto
tiempo le había llevado a Iona establecer ese hábito.
El segundo siguiente lo dediqué a examinar a mis hermanas. Ellas
siempre cambiaban cuando las veía. Me llevaba un minuto absorberlo.
Mariella tenía doce años ahora, y Gracie era casi tres años más joven.
Las chicas se sorprendieron al vernos, pero no se asombraron. Yo
no sabía si Iona les había dicho que íbamos a verlas Mariella y Gracie nos
abrazaron diligentemente, pero sin entusiasmo. No me sorprendió eso,
dado lo Iona se había esforzado para conseguir que las muchachas nos
consideran innecesarios e incluso malos. Y puesto que no se acordaban de
Cameron, sabía que sus recuerdos de la caravana tenían que ser débiles o
inexistentes.
Por su bien, esperaba que así fuera.
Mariella estaba empezando a parecerse más a una chica y menos a
un saco de harina. Tenía el pelo castaño y los ojos también, y era cuadrada
como su padre. Gracie siempre había sido pequeña para su edad, y siempre
había sido más tranquila que Mariella. Me besó de forma voluntaria, era toda
una novedad.
Siempre era difícil sentirse cómoda con nuestras hermanas. Era un
trabajo arduo, el restablecimiento de un vínculo que siempre había sido
tenue. Se sentaron en la mesa con nosotros y su “madre”, respondieron a
las preguntas, y parecieron gustarles sus regalitos. Siempre les traíamos un
libro a cada una, para animarlas a leer, un pasatiempo que no era la norma
en el hogar de los Gorham. Pero por lo general les traíamos, algo lindo para
ponerse en el pelo, o baratijas, algo frívolo. Fue difícil no encenderse como
un árbol de Navidad, cuando Mariella dijo, - ¡Oh, he leído los otros dos libros
que escribió esta señora! ¡Gracias! – Mantuve mi “De nada” con un tono de
voz de satisfacción.
Gracie no habló, pero ella nos sonrió. Eso era lo más significativo
porque no era una niña sonriente. No se parece nada a Mariella, pero claro,
mi hermana y yo tampoco. Gracie se parece a un elfo, tiene los ojos verdosos,
el pelo largo y liso, la nariz pequeña y aguileña y su boca se como un arco de
Cupido.
Tal vez yo no soy una persona a la que le gusten los niños. Me parece
más interesante Gracie que Mariella, aunque esta confesión suene fría.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 19

Por lo que sé, las madres reales siempre tienen favoritos en secreto. Estoy
bastante segura de que no muestran parcialidad. Estaba esperando a que
Mariella hiciera algo que me interesara, y estaba encantado de que ella
hubiera sido feliz con el libro. Si Mariella resultaba ser una buena lectora,
tendría una forma de conectar con ella. Gracie estaba enferma, igual que
yo a su edad. Los débiles habían tenido que cuidar de los débiles; yo había
sido alcanzada por un rayo, y Gracie tenía problemas crónicos en el pecho y
problemas respiratorios.
- ¿Eres una mujer mala, tía Harper? - Gracie preguntó. La pregunta
salió de la nada.
Eso de “tía” lo había originado Iona, que había pensado que como
éramos mucho mayores que nuestras hermanos debían dirigirse a nosotros
con respeto. Pero eso no era por lo que yo estaba tan atónita. - Trato de
no ser mala. - dije, para ganar algo de tiempo hasta que descubriera lo que
había originado esa pregunta.
Iona se obligó a sí misma a ocuparse con su café, removiéndolo con
una cuchara una y otra vez. Sentí que mi boca se retorcía de ira, y estaba
tratando de mantener las palabras amargas en mi interior. Después de un
momento, quedó claro que Iona iba a actuar como si ella no participara en la
conversación, así que continué. - Trato de ser honesta con la gente para la
que trabajo. – dije - Creo en Dios.” (No era el mismo Dios adorado por Iona,
al parecer.) - Trabajo duro y pago mis impuestos. Soy la mejor persona que
puedo ser. - Y todo esto era cierto.
- Porque si tomas dinero de la gente y realmente no puedes hacer lo
que dices que puedes hacer, eso es malo, ¿verdad? - Dijo Gracie.
- Así es. -dijo Tolliver. – A eso se le llama fraude. Y eso es algo que
Harper y yo nunca, nunca hacemos. - Sus ojos oscuros perforaron a Iona.
Gracie también miró a su madre adoptiva. Estaba segura de que estaban
viendo a dos personas diferentes.
Iona todavía no nos miraba a los ojos, seguía revolviendo el maldito
café.
Hank apareció entonces por la puerta del garaje, fue un momento
de llegada. Hank era un hombre grande, con una complexión fuerte y un
fino cabello de rubio. Era muy guapo cuando era más joven, y todavía era
un hombre guapo, ahora que había llegado a los cuarenta. Su cintura era
apenas más gruesa de lo que era cuando él e Iona se casaron.
- ¡Harper, Tolliver! ¡Que bueno veros! ¡No nos vemos lo suficiente!
Mentiroso.
Besó a Gracie en la parte superior de la cabeza y le tiró a Mariella de
la barbilla. - ¡Hey, vosotras! – Les dijo a las niñas. – Mariella, ¿Cómo te ha
ido el examen de ortografía de hoy?
Mariella dijo: - ¡Hola, papá! Saqué bien ocho de diez.

Traducido por Beleth


20 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- Esa es mi chica. - dijo Hank. Estaba echándose algo de Coca Cola


de una botella de dos litros. Añadió algunos cubitos de hielo en el vaso y
acercó una silla plegable que estaba junto a la nevera. - Gracie, ¿Lo has
pasado bien hoy en el coro?
- Cantamos bien. - dijo. Parecía aliviada de estar en un terreno de
conversación familiar.
Si Hank se había dado cuenta de la tensa atmósfera de la pequeña
cocina, no hizo ningún comentario al respecto.
- ¿Cómo os va a vosotros? – Preguntó - ¿Habéis encontrado algún
buen cadáver últimamente? - Hank había hablado siempre de nuestra vida
como si fuera una gran broma.
Sonreí levemente. - Unos pocos. -dije. Evidentemente, Hank no leía
los periódicos ni veía las noticias en la televisión. Me habían mencionado
con más frecuencia de la deseada en el último mes.
- ¿En donde habéis estado? - Hank también pensaba que era gracioso
que Tolliver y yo estuviéramos siempre en la carretera persiguiendo esta
extraña vida nuestra. Hank había salido de Texas cuando estaba en el
Ejército, pero esa era toda su experiencia de viaje.
- Fuimos a las montañas de Carolina del Norte. - dijo Tolliver. Se
detuvo para ver si Iona o Hank reconocían la referencia a nuestro último y
más notorio caso.
No.
- Después nos fuimos a otro trabajo entre aquí y Texarkana, en Clear
Creek. Ahora hemos venido a Garland para visitaros.
- ¿Alguna gran noticia en el negocio de los cadáveres? – Dijo de nuevo
con la sonrisa burlona.
- Tenemos otras noticias. - dijo Tolliver, irritado por la ironía de Hank.
Esto ocurría cada vez. Cada maldita vez. Miré a Tolliver, vi la intensidad con
la que sus ojos se centraban en Hank.
Oh-oh, pensé.
- ¿Has encontrado una novia y vas a sentar cabeza? - dijo Hank con
gracia, ya que hacía tiempo que la falta de una novia estable de Tolliver era
el tema de muchos chistes tanto de Iona como de su marido.
- De hecho, así es. - dijo Tolliver, y la sonrisa en su rostro me hizo
cerrar los ojos. Era brillante y duro.
- ¡Vaya, escuchad eso, chicas! ¡Tolliver ha encontrado una chica!
¿Quién es, Tol?
Mi hermano odiaba cuando alguien abreviaba su nombre.
- Harper. - dijo Tolliver. Con sus manos atravesó la mesa y me cogió
las mías. Y esperamos.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 21

- Tu…. - Iona casi dijo hermana, pero recordó la palabra a tiempo. –


Pero… ¿Vosotros dos? - Ella me miró a mí y a Tolliver. - Eso no es correcto.
- dijo titubeando. – Vosotros dos…
- No estamos emparentados. - le dije con una sonrisa radiante a mi
tía.
Las chicas miraban de un adulto a otro, confundidas.
- Tú eres mi hermana. - Mariella dijo de repente.
- Sí.- dije, sonriendo.
- Tolliver es mi hermano. - dijo con claridad.
- También es cierto. Pero no estamos relacionados unos con otros. Lo
entiendes, ¿verdad? Tuve una mamá y papá diferentes de los de Tolliver.
- Entonces - dijo Gracie - ¿Te vas a casar? - Se veía contenta.
Confundida, pero contenta.
Tolliver miró al otro lado de la mesa, hacia mí. Su sonrisa se suavizó.
- Espero que sí. – dijo.
- ¡Oh, chico! ¿Podré estar en la boda? - Dijo Mariella. - Mi amiga
Brianna estuvo en la boda de su hermana. ¿Podré llevar un vestido largo?
¿Podré hacerme un peinado? La madre de Brianna le dejó usar su lápiz de
labios. ¿Podré usar pintalabios, mamá?
- Mariella, no va a haber una gran boda. – dije, ya que podía garantizar
que eso no iba a suceder. – Quizás solo vayamos a ver a un juez, quizás no
vayamos a la iglesia, y yo no llevaría un largo vestido blanco.
- Pero sea lo que sea lo que hagamos, podrás venir, y podrás llevar lo
que quieras puesto. - dijo Tolliver.
- ¡Oh, por el amor de Dios! - Iona dijo en tono muy disgustado. -
¡Vosotros dos no os podéis casar! Y si lo hacéis, Dios no lo quiera, ¡Mariella
y Gracie seguro que no estarán allí!
- ¿Por qué no? - Tolliver preguntó, con esa voz peligrosa. - Son nuestra
familia.-
- Simplemente no es correcto. - dijo Hank, con su rostro serio, que
nos daba el correcto y definitivo veredicto sobre nuestra relación. – Habéis
crecido demasiado juntos para que sea bueno.
- No estamos emparentados. – dije – Y nos casaremos cuando
queramos. - Luego me di cuenta de que había sido absorbida en la pelea
mucho más de lo que había esperado. Tolliver me sonreía. Cerré los ojos.
Al parecer, Tolliver acaba de proponerme matrimonio y yo acababa de
aceptar.
- Bueno. - dijo Iona con los labios fruncidos, como la vieja Iona. -
Nosotros tenemos algunas noticias también.

Traducido por Beleth


22 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- Oh, ¿Cuáles son? - Yo estaba dispuesto a estar interesada. Estaba


dispuesta a disipar la atmósfera de ira que había hecho a mis hermanas
tan infelices. Me obligué a sonreír a mi tía para mostrar una anticipación
decente.
- Hank y yo vamos a tener un bebé. - dijo Iona. - Las niñas tendrán un
hermanito o una hermanita.
Después de un largo momento de intensa lucha para no decir
“¿Después de todos estos años?” Me las arreglé para decir: - ¡Oh, qué gran
noticia! Chicas, ¿No es excitante?
La mano de Tolliver encontró la mía bajo de la mesa y me agarró
con fuerza. Nunca había considerado que Iona y Hank pudieran tener un
hijo propio, y hablando por mí misma, nunca había tenido curiosidad por
saber por qué no tenía ninguno. De hecho, solo los veía como dos irritantes
inconveniente que estaban en nuestro camino cuando queríamos ver a
nuestras hermanas. Sin embargo, eran poderosamente convenientes a la
hora de vivir el día a día para la atender a estas dos niñas, quienes no eran
como dar un paseo por el parque.
En un momento de claridad, me di cuenta de todo esto, y supe que
no podía interferir con la relación de Iona y de Hank con las chicas. Miré a
Mariella a la cara y vi a la incertidumbre. Ni ella ni Gracie necesitaban otro
problema del que ocuparse en este momento. Las chicas estaban tratando
de sentirse felices con el bebé, pero habían sido arrojadas hacia un tobogán
sin fin.
Podía entenderlo.

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Secreto en la tumba - Charlaine Harris 23

Capítulo 2

E
n el Parador de Texas la noche siguiente, ya habíamos puesto
nuestro nombre en la lista de espera para una mesa cuando
Mark llegó. Mark parece ser el hermano de Tolliver, cierto,
tienen los mismos pómulos, la misma barbilla, los mismos ojos marrones.
Sin embargo, Mark es más bajo, más ancho, y (una observación que he
mantenido para mí misma) no es tan inteligente como Tolliver.
Tenía muchos recuerdos de Mark y yo sabía que siempre estaría
orgullosa de él. Mark había hecho todo lo posible para protegernos a todos
nosotros de nuestros padres. No es que nuestros padres tuvieran siempre la
intención de hacernos daño… pero eran adictos. Los adictos se olvidan de
cómo ser padres. Se olvidan de que están casados. Sólo son adictos.
Mark había sufrido mucho porque tenía más recuerdos de su padre
que Tolliver de cuando era una persona normar. Mark recordaba a un padre
que le había llevado de pesca y de caza, a un padre que había ido a charlas
con los maestros y a sus partidos de fútbol y que le había ayudado con las
matemáticas. Tolliver me había dicho que recordaba ese tramo de su propia
vida un poco, pero que los últimos años en el remolque formaban la mayor
parte de sus recuerdos hasta que el dolor había extinguido la llama que los
mantenía vivos.
Mark se había convertido recientemente en el gerente de JCPenney,
y llevaba unos pantalones de color azul marino, una camisa a rayas, y una
placa con su nombre. Cuando le vi entrar en el restaurante parecía cansado,
pero su rostro se iluminó cuando nos vio. Mark se había cortado el pelo muy
corto y se había afeitado el bigote, ese aspecto más limpio le hacía parecer
mayor y más seguro de sí mismo de alguna manera.
Tolliver y su hermano hicieron el típico saludo ritual, golpeándose el
uno al otro en la espalda, diciendo - ¡Hey, hombre! – una cierta cantidad de
veces. Yo obtuve un abrazo más moderado. En el momento justo, vino un

Traducido por Beleth


24 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

camarero que nos dijo que podíamos sentarnos. Cuando estuvimos en la


mesa y nos dieron los menús, le pregunté a Mark cómo le iba en su trabajo.
- No nos fue tan bien como debería esta Navidad. – Dijo seriamente.
Me di cuenta de lo blancos que eran sus dientes, y sentí una punzada de
resentimiento en nombre de su hermano. Mark había tenido la edad suficiente
para que le pudieran pagar una ortodoncia a diferencia de Tolliver. En el
momento en que Tolliver debería haber llevado aparato en los dientes y
usado medicina para el acné, nuestros padres habían comenzado su espiral
descendente juntos. Aparté esa punzada de resentimiento. Mark había sido
afortunado. - Nuestras ventas no han sido muy altas y vamos a tener que
pelear esta primavera. - dijo.
- Entonces, ¿qué crees que pasó? - Tolliver preguntó, como si le
importara porqué la tienda no iba tan bien como debería.
Mark divagó sobre la tienda y sobre sus responsabilidades, y traté de
mostrar un cierto interés. Este era un trabajo mejor que su puesto anterior
en un restaurante, al menos, las horas se pagaban mejor. Mark había estado
dos años en la universidad, y había estado tomando clases nocturnas desde
entonces. Al final, conseguiría un título. Tenía que admirar esa dedicación. Ni
Tolliver ni yo habíamos hecho tanto.
La verdad es que aunque me aseguré de que pareciera que estaba
escuchando, y de que realmente estaba orgullosa de Mark, me aburría
mortalmente. Me encontré recordando un día en el que Mark había derribado
uno de los visitantes de mi madre, un tipo duro de unos treinta años que
había intentado aprovecharse de Cameron. Mark no sabía si el hombre
estaba armado (muchos de los amigos de nuestros padres lo estaban), y
sin embargo, Mark no dudó ni un segundo en salir a defender a mi hermana.
Este recuerdo me hizo más fácil fingir que estaba pendiente de cada palabra
de Mark.
Tolliver estaba haciendo preguntas pertinentes. Quizás estaba más
puesto en esto de lo que yo había pensado. Me pregunté, por enésima vez,
si Tolliver hubiera disfrutado teniendo una vida normal, en lugar de la que
teníamos.
Pero pensé que había más o menos dejado el miedo descansando
desde el día anterior.
Habíamos dejado a Iona y Hank en un estado muy confuso. Nos habían
sorprendido también las noticias de Iona. A pesar de que había tratado de
felicitarla a ella y a Hank con entusiasmo tal vez no había sonado lo bastante
emocionada. Nos alteramos un poco por su reacción ante nuestra relación,
y fue duro estar encantado por su buena noticia dado que había estado tan
horrorizados ante la nuestra.
Por supuesto que las chicas habían dejado de lado todo el estrés y
la ira. Al cabo de unos pocos minutos, habían pasado de sentirse felices

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 25

por nosotros a estar confundidas y resentidas por todas las emociones que
giraban a su alrededor. Hank se había marchado a su pequeña oficina para
llamar a su pastor y consultar con este hombre desconocido nuestra relación,
eso había hecho que algo pequeño estallara en mi cabeza. Tolliver se había
ido con él, y después Tolliver había salido indignado y divertido.
Desde que habíamos dejado a Hank y a Iona, no habíamos dicho una
sola palabra sobre el tema del matrimonio, que había aparecido como un
muñeco saltarín de una caja.
Extraño, no hablar de lo que sentíamos… Vale. Habíamos estado en la
sala de entrenamiento durante algún tiempo, en el tapiz rodante y luego visto
una repetición de Ley y Orden en la televisión. Habíamos estado cómodos
el uno con el otro y aliviados de estar solos. A pesar de que había estado
caminando en la cinta, me di cuenta de que cada vez que visitábamos a
nuestras hermanas, era el mismo desgaste emocional. Después de un corto
tiempo en la atestada casa, teníamos que irnos, juntarnos y descansar por
nuestra cuenta.
Me preocupé por la mala relación entre mi tía y yo hasta que me dí
cuenta de que todo estaba bien entre Tolliver y yo, y esa era la única relación
que realmente me importaba… bueno, esa y la que estaba tratando de
establecer con mis dos hermanas pequeñas.
Sin embargo, en los momentos extraños de la tarde anterior, admito
que la incómoda situación ocupó mis pensamientos. Sé que era ingenuo
de mí, pero me soprendía cada vez que pensaba en el embarazo de Iona.
Había visto dos embarazos de mi madre para mis hermanas, y todavía me
parecía increíble que Gracie hubiera nacido con todos los atributos correctos
físicamente y sin problemas aparentes mentales o neurológicos, teniendo en
cuenta el alto consumo de drogas de mi madre. Ella había tenido la voluntad
suficiente de contenerse un poco durante el tiempo que llevó a Mariella, pero
con Gracie… Gracie había estado muy enferma cuando nació, y también
muchas veces después de eso.
Estaba pensando en esos malos días después de nuestra sesión de
cinta de correr la noche anterior. Después de haber tomado un descanso,
había cogido nuestra aspiradora de mano y había limpiado el maletero
una vez más. Me había llevado unas bolsas para la basura. Cuando pasas
mucho tiempo en un coche, tiende a ponerse bastante sucio en poco tiempo.
Mientras tiraba los recibos viejos y las tazas vacías en la bolsa, y repasé
todas las esquinas con el aspirador, me preocupaba mi tía. Iona estaba
sana, por lo que yo sabía, y nunca bebía ni se sobremedicaba. Pero ella
era definitivamente mayor para estar experimentando por primera vez la
maternidad.
Mientras una parte de mi cerebro estaba tratando de recordar si había
visto manchas de aceite en la carretera de acceso, la otra parte trató de
reírse de mis propios temores. Me dije a mí misma que muchas mujeres

Traducido por Beleth


26 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

esperaban hasta fundar su propia familia. Y más que nada, esperaban a


tener una garantía financiera o una buena relación para tener una base para
criar a sus hijos. El problema era que yo sabía por experiencia personal
cómo de agotador era cuidar a un niño. Tal vez Iona sería capaz de dejar de
trabajar.
Mientras fingía escuchar a Mark y bebía lo que la camarera me había
traído, estaba reviviendo nuestra pequeña reunión en la mesa de la cocina
de Iona. Algo que había visto y que me había preocupado, algo que no había
sido capaz de recordar después de la algarabía sobre nuestras revelaciones
familiares.
Mientras Mark y Tolliver pasaban demasiado tiempo discutiendo los por
menores, examiné mentalmente cada persona que había estado sentado en
la mesa. Luego revisé los objetos que había sobre la mesa. Al fin, conseguí
localizar el origen de mis inquietudes. Esperé hasta que los hermanos se
quedaron en silencio antes de sacar el el tema.
- ¿Mark, vas a ver a las niñas muy a menudo?- Le pregunté.
- No. - dijo, agachando la cabeza de una manera inocente. - Es un
largo viaje desde mi casa, y trabajo muchas horas. Además, Iona siempre
me hace sentir mal por algo. - Se encogió de hombros. - Para ser honesto,
las niñas simplemente no están interesados en mí.
Mark había dejado la caravana y se marchó a vivir solo en cuánto
pudo, cosa que todos habíamos acordado ya que era lo mejor para él. Venía
cuando nuestros padres no estaban o mientras estaban fuera y él (Dios le
bendiga) nos traíasuministros siempre que podía. Pero eso significaba que
no había estado presente cuando las niñas eran bebés, y que no había tenido
tantas oportunidades de formar un vínculo con ellas. Cameron, Tolliver y yo
habíamos cuidado de Mariella y de Gracie. Por la noche, cuando los malos
recuerdos me despertaban y no me dejaban dormir, me asustaba de nuevo
al pensar en qué podría haberles pasado a las niñas si no hubiéramos estado
allí. Eso no era la preocupación de las niñas, eso sí – y no debería serlo.
- Así que no has hablado con Iona últimamente.- Tenía que pensar en
el aquí y ahora.
- No.- Mark me miró, con la mirada interrogante.
- ¿Sabes que Iona ha sabido noticias de tu padre?- Era la escritura de
mi padrastro lo que había visto en la carta que sobresalía de la montaña de
correo.
Mark nunca sería un jugador de póquer de éxito, porque no parecía
otra cosa excepto culpable. Tuve que sonreír ante su evidente alivio cuando
la camarera eligió ese momento para tomar nuestras órdenes.
Pero esa sonrisa no se quedó en mis labios por mucho tiempo. Tenía
miedo de mirar de reojo a Tolliver.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 27

Cuando la camarera se marchó, extendí mis manos hacia Mark,


indicando que era el momento de aclarar las cosas.
- Bueno, sí, iba a hablaros sobre eso. - dijo, mirando a su plato.
- ¿Qué ibas a decirnos, hermano?- Tolliver preguntó con voz uniforme,
agradable y forzada.
- Recibí una carta de papá hará un par de semanas. - dijo Mark. No,
él confesó. Después esperó a que Tolliver le diera la absolución, pero Tolliver
no iba a hacerlo. Los dos sabíamos que Mark había respondido a la carta, o
no estaría tan avergonzado.
- Entonces mi padre está vivo.- dijo Tolliver, y nadie más que yo hubiera
llamado a esa voz neutra.
- Sí, él tiene un trabajo. Está limpio y sobrio, Tol.
Mark siempre había tenido una debilidad con su padre. Y siempre
había sido muy ingenuo cuando se trataba de él.
- ¿Desde hace cuanto tiempo que Matthew ha salido de la cárcel?- Le
pregunté, ya que Tolliver no estaba respondiendo ante la afirmación de Mark.
Yo nunca había sido capaz de llamar a Matthew Lang “padre”.
- Um, un mes. - dijo Mark. Dobló el anillo de papel que había estado
uniendo sus cubiertos y la servilleta. Lo desdobló y lo dobló de nuevo. Esta
vez lo comprimió en un pequeño rectángulo. – Le dieron libertad anticipada
por buena conducta. Después de responderle, me llamó. Él quiere volver a
contactar con su familia, eso dice.
Estaba segura (totalmente) de que Matthew también quería el dinero
y tal vez un lugar para quedarse. Me preguntaba si Mark verdaderamente
creía en su padre, si realmente podría ser tan tonto.
Tolliver no dijo ni una palabra.
- ¿Se ha puesto en contacto con el tío Pablo o la tía Miriam?- Le
pregunté, tratando de llenar el silencio.
Mark se encogió de hombros. - No lo sé. Nunca me llaman.
Si bien no era técnicamente cierto que Tolliver y yo fuerámos los dos
adultos de la familia, con la excepción de Mark, bien podríamos haberlo
sido. Los hermanos de Matthew Lang habían sido heridos y disgustados con
demasiada frecuencia para que quisieran mantener cualquier relación con
él y, lamentablemente, ese aislamiento se había extendido incluyendo a los
hijos de Matthew. Mark, Tolliver y yo podríamos haberles pedido ayuda, pero
eso habría supuesto hacerle frente a Matthew, quien había sido muy difícil
de tratar para sus hermanos más convencionales. Como resultado, Tolliver
tenía primos que apenas conocía.
No estaba segura exactamente que sentía por las decisiones de Paul
y de Miriam, pero que nunca había hecho ningún intento de contactar con

Traducido por Beleth


28 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

ellos en los últimos años uando Matthew había estado entre rejas. Supongo
que eso hablaba por sí mismo.
- ¿Qué hace papá? - Dijo Tolliver. Su voz era inquietantemente
tranquila, pero se mantenía firme.
- Está trabajando en un McDonald’s. En la sección de pedidos, creo. O
tal vez está cocinando.
Estaba segura de que Matthew Lang no era el primer abogado que
terminaba trabajando en la ventanilla de un McDonald. Pero dado el hecho
de que yo había vivido en el mismo remolque que él y nunca le había visto
cocinar más allá que calentar con el microondas, y que nunca le había visto
lavar un plato, era un poco irónico. Pero no bastaba para que me pusiera a
reír.
- ¿Qué pasó con tu padre, Harper?- Preguntó Mark. - ¿Cliff, era su
nombre? - Mark notó que era hora de señalar que Matthew no era el único
padre malo en todo.
- Lo último que oí se que estaba en el hospital de la prisión. - dije. - Yo
no creo que ya conozca a nadie.- Yo se encogió de hombros.
Mark pareció sorprendido. Sus manos se movían involuntariamente
sobre la mesa. - ¿No vas a verlo?- En realidad parecía sorprendido por mi
falta de corazón, cosa que me pareció casi increíble.
- ¿Qué?- Le dije. - ¿Por qué debería hacerlo? Nunca se ocupó de mí.
Yo no voy a cuidar de él.
- ¿No era bueno antes de empezar a tomar drogas? ¿No te proporcionó
un buen hogar?
Comprendí que esto no tenía nada que ver con mi padre, era realmente
irritante. – Sí. - acepté - Él y mi madre nos dieron una buena casa. Pero
después de empezar a drogarse, nunca pensaron dos veces en nosotros.
– Hay muchos niños que lo habían pasado peor, que incluso ni tenían un
remolque con un agujero en el suelo del baño. Ni siquiera tenían hermanos
que estuvieran dispuestos a vigilarles la espalda. Pero había sido bastante
malo. Y más tarde, las cosas horribles que habían pasado, cuando mi madre
y el padre de Tolliver habían invitado a sus asquerosos “ amigos”. Me acordé
de una noche, cuando todos dormimos bajo el remolque, porque estábamos
muy asustados de lo que estaba sucediendo en el interior.
Me hice entrar en razón. No hay piedad.
- De todos modos, ¿Cómo sabías que había salido?- Preguntó Mark.
Parecía malhumorado. Mark siempre había sido un hombre transparente.
Estaba claro que no era su persona favorita en ese momento.
- He visto una carta suya en la mesa de Iona. Me ha llevado un tiempo
recordar dónde la había visto. Me pregunto por qué le escribió. ¿Crees que
está tratando de hacer que Iona le deje ver a las chicas? ¿Por qué iba a
hacer eso?

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 29

- Tal vez piensa que debería ver a sus hijas. - dijo Mark, y enrojeció,
un signo claro de que estaba enojado.
Tolliver y yo miramos a nuestro hermano, y ninguno de nosotros dijo
una palabra.
- Bueno, vale. - dijo Mark, frotándose la cara con las manos. - Él no se
merece verlas. No sé lo que le quiere pedir a Iona. Cuando lo vi, me dijo que
quería ver a Tolliver. Él no tiene ninguna dirección para enviarte una carta.
- Hay un motivo para eso. - dijo Tolliver.
- Él había vistouna página web que realiza un seguimiento suyo. - dijo
Mark, asintiendo con la cabeza hacia mí como si yo estuviera sentada muy
lejos. - Dijo que la página web tenía una dirección de correo electrónico, pero
que no quería ponerse en contacto contigo a través de una web. Como si
fuera un extraño.
Entonces apareció la camarera con la comida, y empezamos el
pequeño ritual de estirar las servilletas y poner sal y pimienta.
- Mark - Tolliver, dijo, - ¿Hay alguna razón que te haga pensar que
debería hacer un esfuerzo para incluir a ese hombre en mi vida? ¿O en la
vida de Harper?
- El es nuestro padre. - dijo Mark tenazmente. - Él es todo lo que nos
queda.
- No. - ,dijo Tolliver. – Harper está sentada aquí mismo.
- Pero no es nuestra familia.- Mark me miró, esta vez disculpándose.
- Ella es mi familia. - dijo Tolliver.
Mark se quedó helado. - ¿Estás diciendome que no debería haberte
dejado en el remolque? ¿Que debería haberme quedado allí con vosotros?
¿Que te he decepcionado?
- No. - dijo Tolliver, asombrado. Intercambiamos un vistazo rápido. -
Estoy diciendo que Harper y yo estamos juntos.
- Ella es tu hermanastra. - dijo Mark.
- Y ella es mi novia. - dijo Tolliver, y sonreí hacia mi ensalada. Parecía
un término poco adecuado.
La boca de Mark estaba abierta de par en par. - ¿Qué? ¿Es eso legal?
¿Cuándo ocurrió esto?
- Recientemente, sí, lo es, y estamos felices, gracias por preguntar.
- Entonces me alegro por ti. - dijo Mark. - Es bueno que os tengáis el
uno al otro. - Pero todavía parecía tener dudas. - ¿Pero no es un poco raro?
Quiero decir, crecisteis en la misma casa.
- Al igual que tú y Cameron. - dije.
- Nunca sentí eso por Cameron. - dijo.

Traducido por Beleth


30 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- Muy bien. - dije. - Pero así nos sentimos. No comenzamos de esta


manera, pero así hemos terminado. - Y sonreí hacia Tolliver, sintiéndome
ridículamente feliz.
Sonrió de nuevo. El círculo se había cerrado de nuevo.
- Entonces, ¿qué quieres que le diga a papá? - Dijo Mark. Había un
poco de desesperación en su voz. Yo no podía saber cómo Mark se había
imaginado esta conversación, pero no estaba satisfecho, obviamente.
- Pensé que había sido claro. No queremos verlo. - dijo Tolliver. - Yo no
quiero que se ponga en contacto conmigo. Si nos escribe un correo electrónico
no le voy a contestar. El año pasado… Tuvimos suerte de tenerte cerca,
Mark. Me alegro de que tuvieras edad suficiente para marcharte, para iniciar
tu vida. Nunca te he culpado por dejarnos, si eso es lo que estás pensando.
Incluso si hubieras estado en el remolque, no podrías haber parado nada
de lo que pasó. Y nos traías comida y pañales y dinero cuando podías. Nos
alegró que uno de nosotros lograra salir al mundo real. Mi trabajo en Taco
Bell no habría sido suficiente.
- ¿No pensaste que estaba huyendo?- Mark cortó su carne, sus ojos
fijos en el cuchillo.
- No, creo que estabas salvado tu vida. - Tolliver dejó su tenedor. Su
rostro estaba serio. - Eso es lo que realmente creo. Y eso es lo que Harper
cree.
No es que Mark estuviera tan preocupado por mi opinión, pero asentí.
Nunca se me había pasado por la mente otra cosa.
Mark trató de reírse, pero fue un intento bastante lamentable. Él dijo -
Nunca tuve la intención de que esta velada fuera tan intensa.
- Es tu padre el que reaparece. No es culpa tuya. - Yo le sonreí, tratando
de aligerar la situación.
Pero parecía ser una causa perdida. - ¿En realidad no has visitado a
tu padre? - Me preguntó. Él estaba luchando contra mi actitud.
- No. - dije. - ¿Por qué iba a mentirte sobre eso?
- ¿Cuál es su enfermedad?
- No lo sé.
- ¿Sabe que tu madre murió?
- No creo.
- ¿Sabe lo de Cameron?
Pensé por un momento. - Sí, porque algunos de los periodistas le
localizaron y hablaron con él cuando desapareció.
- Él nunca vino a ver...
- No. Fue encarcelado. Me escribió unas pocas cartas. Mis padres
adoptivos me las dieron. Pero no respondí. No sé qué le pasó después

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 31

de eso. Más de lo mismo, supongo. Nunca he oído hablar de él, o acerca


de él, hasta que se puso tan enfermo. Luego, el capellán de la prisión, me
escribió.
- ¿Y tú simplemente… no contestaste?
- Simplemente no respondí. ¿Tolliver, puedo probar tu puré de
patata?
- Claro. - dijo, y deslizó su plato hacia mí.
Siempre pedíamos cuando estábamos en Texas, y siempre probaba
un poquito. Me lo tragué. No estaba tan bueno como solía estarlo, pero no
pensaba que fuera culpa del personal. Pensé que era de Mark.
Estaba moviendo la cabeza, sus ojos se volvieron hacia el plato.
Levantó la vista, primero hacia Tolliver y luego hacia mí. - No sé cómo lo
hacéis. - dijo. - Cuando papá llama, tengo que responder. Él es mi padre. Si
mi madre estuviera viva, sería igual.
- Creo que no somos tan buenos como usted, Mark. - dije. ¿Qué otra
cosa podía decir? Te sacará el dinero y te chupará la vida. Va a romper su
palabra y tu espíritu.
- No creo que sepaís nada de la policía desde que la última vez que
hablamos, ¿No? - Dijo Mark.- ¿O de aquel detective privado?
- Estás decidido a tocar todos los temas esta noche, Mark. - dije, y tuve
que luchar para sonar educada.
- Tengo que preguntarlo. Sigo pensando que algún día habrá noticias.
Dejé que mi ira se fuera, porque a veces pensaba lo mismo. - No hay
ninguna noticia. Algún día la encontraré. – Lo decía desde hace años, y
nunca había sucedido. Pero un día, cuando menos lo esperara, aunque a
cierto nivel siempre lo esperaba, sentiría su cercanía, igual que otros tantos
muertos. Me gustaría encontrar a Cameron, y me gustaría saber qué le había
sucedido ese día.
Volvía sola a casa después de ayudar a decorar el gimnasio de la
universidad para el baile. Yo me había convertido en el tipo de chica que no
hacía cosas como esa. El rayo había tenido efectos en mí. Todavía estaba
adaptándome a los injertos de piel, aterrorizada ante mi nueva y extraña
capacidad, recuperándome de los daños físicos. Todavía estaba coja, y me
cansaba con facilidad. Tenía uno de mis terribles dolores de cabeza ese
día.
Había sido en primavera, y había una ola de frío. La noche anterior,
la temperatura había bajado por debajo de los cero grados. Esa tarde, sólo
había diez. Cameron llevaba medias negras, una falda a cuadros blancos
y negros y un suéter de cuello blanco. Ella se veía bien. Nadie se hubiera
imaginado que había conseguido todo eso en la tienda de segunda mano.
Su cabello era rubio, largo y brillante. Mi hermana Cameron tenía pecas. Las
oiaba. Sacaba muy buenas notas.

Traducido por Beleth


32 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Mientras Mark y Tolliver hablaban, traté de imaginar cómo sería


Cameron ahora. ¿Seguiría siendo rubia? ¿Habría crecido? Ella era bajita,
más que yo, con brazos y piernas delgadas y una voluntad de hierro. Corría
en la pista con cierto éxito, y cuando en los periódicos la llamaron “la estrella
de la pista” cuando desapareció, todos nos miramos y pusimos la vista en
blanco.
Mi hermana no había sido un santo. Conocía a Cameron mejor que
nadie. Era orgullosa. Podía guardar un secreto hasta gritar. Era inteligente.
Estudiaba con ahínco. A veces le molestaba nuestra situación, nuestra
disminución social, con tanta furia que gritaba en voz alta. Odiaba a nuestra
madre, Laurel, la odiaba fuertemente, por arrastrarnos en su caída. Pero
Cameron también la quería.
No podía soportar a Matthew, fue el segundo marido de la madre,
pero su centésimo novio. Cameron tenía la ilusión de que nuestro padre
saliera de la cárcel, dejara las drogas y se presentara en el remolque un día
para llevarnos con él. Volveríamos a vivir en una casa limpia, y alguien más
lavaría nuestra ropa y cocinaría para nosotros. Nuestro padre irí a la escuela
para las reuniones de la PTA, y hablaría con nosotros durante la cena acerca
de la universidad a la que queríamos.
Esta era una fantasía feliz de Cameron. Había algunas que eran más
oscuras, mucho más oscuras. Ella me dijo, una mañana de camino a la
escuela, que ella también soñaba con que uno de los distribuidores de nuestra
madre se presentaría en el remolque mientras no estábamos y que mataría
a nuestra madre y a nuestro padrastro. Después de su muerte, nos llevarían
a un hogar de acogida en Niza. Después, cuando se hubiera graduado en
la escuela secundaria, tendríamos un puesto de trabajo y alquilaríamos un
apartamento para poder estudiar en la universidad.
Hasta ahí había llegado el sueño de Cameron. Me preguntaba lo que
habría imaginado que sucedería después. ¿Cada uno de nosotras habríamos
encontrado un hombre bueno y próspero, y hubiéramos vivido felices para
siempre? O tal vez tendríamos que continuaron viviendo juntos (en nuestro
apartamento modesto pero limpio), vestidos con ropa nueva (una parte muy
importante de la historia de Cameron), y comer comida buena que habíamos
aprendido a cocinar.
- ¿Cariño?- Dijo Tolliver. Me volví hacia él, sorprendida. Nunca me
había llamado así antes.
- ¿Quieres postre? - Preguntó. Me di cuenta de que la camarera estaba
esperando, sonriendo de esa manera tensa que indicaba que ella estaba
siendo muy, muy paciente.
Casi nunca tomo postre. - No, gracias. - dije. Para mi irritación, Mark
se pidió un pastel y Tolliver un café para hacerle compañía. Yo estaba lista

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 33

para irme, quería alejarme de todos estos recuerdos. Me moví un poco para
estar en una posición más cómoda, sofocando un suspiro.
Cuando Tolliver y Mark volvieron a hablar de computadoras, yo estaba
una vez más pensando en otras cosas.
Pero todo en lo que podía pensar era Cameron.

Traducido por Beleth


34 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Capítulo 3

C
uando regresamos a nuestra habitación, los dos éramos reacios
a hablar de la traición de Mark entablando de nuevo una relación
con su padre. Tolliver encendió el ordenador portátil y se fue a una
página web de fans que seguía mis actividades, la supervisa con regularidad
debido a que está preocupado de podamos tener un acosador loco. Nunca
la miro, porque hay mensajes de chicos que quieren hacer cosas conmigo
y a mí, y eso da miedo, por no decir que es repugnante. Ahora yo estaba
preocupada de que Matthew lo estuviera leyendo en el mismo momento que
Tolliver; estaría buscando pistas sobre cómo encontrar a su hijo.
Un dolor persistente interrumpió mis preocupaciones.
Rebusqué en mi bolsa de medicinas en busca de una crema de frío
para frotarlos sobre mi pierna derecha. Ahí es, sobre todo, donde siento
los efectos a largo plazo de haber sido golpeada por un rayo. Me quité los
zapatos y los pantalones vaqueros y me senté en la cama, estirando los
músculos y las articulaciones doloridas. Mi muslo derecho está cubierto con
una trama de líneas rojas - capilares rotos o algo así. Lleva así desde que fui
golpeada por el rayo cuando tenía quince años. No es bonito de ver.
Me puse la crema sobre la piel durante un rato en silencio. Me froté
duro, tratando de que los músculos volvieran en sí. Después de unos minutos
de masaje, sentí algo de alivio. Me tumbé sobre la almohada y le dije a cada
grupo de músculos de mi cuerpo que se relajara. Cerré los ojos. - Prefiero
estar buscando un cadáver en la nieve que hablar con Iona y Hank. - dije - Y
a veces hablar con Mark es tan difícil.
- Anoche, en casa de Iona…- Tolliver dijo, y luego se detuvo. Cuando
se giró, parecía cauteloso. - Hank se me acercó mientras estabas en el baño
y me preguntó si yo te había dejado embarazada.
- Dime que no lo hizo.
- Oh, sí. Lo hizo. Lo decía en serio también. Era del tipo, “Tienes que
casarte con ella si la has dejado embarazada, chico. Si no podías ocuparte
de eso, no cometas ese crimen.
- Gran perspectiva sobre el matrimonio y la paternidad.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 35

Tolliver se rió. - Bueno, este es el tipo que llama a Iona su “bola y


cadena”. -
- Casado, no casado, no me importa. - le dije, después me di cuenta de
que era una forma poco diplomática de decir eso. – Si me importa. – Dije
rápidamente. – Quiero decir, te quiero y estar contigo es lo que deseo. No
me importa si tenemos que casarnos o no para eso. Mierda, eso tampoco ha
sonado bien.
- Haremos lo correcto cuando llegue el momento. - Tolliver dijo con una
voz cargada de indiferencia fingida.
Al parecer quería casarse. ¿Por qué no lo decía sin ´mas? Me puse
las manos sobre la cara, eso me pareció extraño ya que estaban frías por la
crema.
Por supuesto que me casaría con él, especialmente si era una cuestión
de romper o no romper nuestra relación. Haría casi cualquier cosa para que
se quedara conmigo.
Eso no era muy romántico. Me quedé pensando, escuchando los
dedos de Tolliver sobre el teclado. Pensé que, si algo le sucedía a él, podría
morirme. Me pregunté si eso significaría mucho para Tolliver - o no mucho
para mí.
Se escuchó un golpe en la puerta de nuestra habitación. Nos miramos
el uno al otro, perplejos. Tolliver sacudió la cabeza, no esperaba a nadie..
Se levantó y corrió la cortina un poco. La dejó caer. - Es Lizzie Joyce.
- dijo - Con su hermana. Kate, ¿verdad?
- Vale.- Yo estaba tan sorprendida como él. – Bueno - dije. - ¿Qué
diablos?- Nos encogimos de hombros.
Tolliver, habiendo decidido que no estaban armadas y que no eran
peligrosas, dejó que las hermanas Joyce pasaran. Me puse mis pantalones
vaqueros de nuevo y me levanté para saludarlas.
Se podía pensar que nunca antes habían visto un motel de carretera.
Kate y Lizzie examinaron la habitación explorándola de forma lenta. Las
hermanas eran muy parecidas. Katie era un poco más baja que Lizzie, y tal
vez unos dos años más joven. Pero se había teñido el pelo rubio, del mismo
color que el de Lizzie, y sus ojos marrones estaban entrecerrados como los
de Lizzie, y su estructura corporal también era la misma. Las dos llevaban
vaqueros, botas y chaqueta. Lizzie se había alisado el pelo y llevaba una
coleta en la nuca, mientras que Katie lo llevaba suelto y rizado. Entre los
collares, pendientes y anillos, pensé que cada una de ellas llevaba encima
un valor de unos mil dólares en joyería. (Después de un viaje posterior a una
tienda del centro comercial, revisé la cifra de nuevo.)
Los ojos de Katie eran ávidos mientras examinaba Tolliver. Ella no
estaba tan entusiasmado con nuestra parafernalia: la ropa, sus libro de
crucigramas, el portátil abierto, los zapatos puestos junto a la maleta.

Traducido por Beleth


36 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- Hola, Sra. Joyce. - ,dije, tratando de darle a mi voz un tono caluroso.


- ¿Qué puedo hacer por usted?
- Podría decirme de nuevo lo que vio cuando estaba en la tumba de
Mariah Parish.
Me llevó un segundo recordarlo. – La cuidadora de su padre - le dije.
- La que tuvo los problemas en el parto. La infección.
- Sí, ¿por qué dices eso? Ella tuvo complicaciones después de la
apendicetomía, - Lizzie dijo. Era un desafío de muy bajo nivel.
¡Oh, por Dios! Esto no era cosa mía. - Si así es lo que como lo llama,
perfecto. - dije. No había ninguna diferencia para mí. De todos modos, Mariah
Parish no era el que había pagado para la lectura.
- Eso es lo que sucedió. - dijo Katie.
Me encogí de hombros. - Muy bien.
- ¿Qué diablos quiere decir, ‘muy bien’? O así fue o no. - Las hermanas
Joyce no iban a soltar este hueso.
-Crea lo que quiera creer. Ya os dije de qué murió.
- Era una buena mujer. ¿Por qué quieres hacer eso?
- Exactamente. ¿Por qué iba yo a hacer eso? - ¿Y qué tenía de malo
una mujer que había muerto en el parto?
- Entonces, ¿quién era el padre?- Lizzie preguntó, tan bruscamente
como había preguntado sobre la muerte.
- No tengo ni idea.
- Entonces… - Lizzie dio tumbos hasta detenerse. Era una mujer
que no estaba acostumbrada a zozobrar. A ella no le gustaba. - ¿Por qué lo
dijo?
Realmente tuve que abstenerme de poner mis ojos en blanco. - Lo dije
porque lo vi, y quería que encontrara la tumba de su abuelo por mí mismo.
- le dije, con una dicción fabulosa. - Para sacarle partido a su dinero, fui de
tumba en tumba, ya que obviamente quería que hiciera eso.
- Lo demás que dijo era correcto. - dijo Katie.
- Lo sé.- ¿Esperaban que me sorprendiera de mi propia precisión?
- Así que ¿por qué te inventaste uno?
Si no hubieran estado tan agitados, esto hubiera sido aburrido. La
pierna me dolía, y yo quería sentarme. Pero no quería invitarles a hacerlo,
por lo que me sentí obligado a permanecer de pie. - Yo no lo hice. Créanme
o no. No me importa.
- Pero ¿dónde está el bebé?
- ¿Cómo voy a saberlo?- Se me estaba terminando la paciencia.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 37

- Damas - dijo Tolliver, en el momento justo - Mi hermana encuentra


a los muertos. El bebé no estaba en la tumba que miró. El bebé está vivo o
está enterrado en otro lugar. O podría haber sido abortado.
- Pero si el bebé era de mi abuelo, el bebé heredaría algo de lo que
dejó. - dijo Lizzie, y de repente eso convirtió su agitación comprensible.
Al diablo con ellos. Me hundí en la cama, estirando la pierna dolorida.
- Por favor, tome asiento. - les dije - ¿Quieren una Coca-Cola o un 7-Up?
Tollilver se sentó junto a mí para que las hermanas pudieran usar las
dos sillas de la habitación. Aceptaron una copa cada una, y aunque Katie se
quedó mirando el portátil para ver qué había estado haciendo Tolliver, ambas
parecían más tranquilas y menos acusatorias, eso era un alivio para mí.
- Ninguno de nosotros sabía que Mariah estaba embarazada. - dijo
Lizzie. - Es por eso que estamos muy sorprendidos. Y no nos dimos cuenta
de que estuviera saliendo con nadie. Ella y mi abuelo eran muy buenos
amigos, y pensamos que tal vez eso se convirtió en algo más. Tal vez no.
Tenemos que saberlo. Aparte de las consideraciones jurídicas y financieras,
se lo debemos a cualquier niño que pudiera ser un miembro de la familia
Joyce... Queremos cumplir con ese chico. ¿Puedo fumar?
- No, lo siento. - dijo Tolliver.
- El bebé debe de estar vivo en algún lugar, debe de haber algún
registro de su nacimiento. - les dije - Incluso aunque hubiera nacido muerto,
aun así deben hacerse los registros hospitalarios. Hay que saber qué hacer y
dónde preguntar. Tal vez ustedes puedan contratar a un investigador privado,
alguien que pueda conseguir los registros fácilmente. Yo solo contacto con
los muertos.
- Esa es una buena idea. - dijo Katie. - ¿Conoce alguno?
- Dado que ya están aquí, en Garland, - Tolliver, dijo, - hay una mujer
cerca de Dallas que es buena. Su nombre es Victoria Flores. Solía ser policía
en Texarkana. Y sé que hay al menos un ex-militar aún más cerca de su
rancho, creo que tiene la sede en Longview. Su nombre es Ray Phyfe.
- Hay decenas de grandes agencias en Dallas también. - dije como si
les fuera difícil comprenderlo.
- No queremos una gran agencia. - dijo Lizzie. - Sólo queremos que
esto sea muy, muy privado.
Esa era la respuesta que esperaba escuchar, yo había sentido
curiosidad acerca de sus preguntas en busca de una recomendación. El
imperio de los Joyce, de los cuales RJ Ranch era sólo una parte, habrían
empleado detectives privados seguramente en el pasado. En circunstancias
normales, yo estaba segura de quelos Joyce iban a una agencia que habían
utilizado antes, donde podrían obtener el tratamiento de lujo al que estaban
acostumbrados.

Traducido por Beleth


38 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Por el momento no me importaba lo que querían o cómo lo consiguieran.


Yo solo quería tomar un montón de medicinas y meterme en la cama.
Lizze estaba hablando con Tolliver de Victoria Flores, y él le estaba
dando el número de teléfono de Victoria. Ese nombre me trajo algunos
recuerdos.
- ¿Usted realmente vio eso?- Katie me preguntó directamente. – ¿No
hace esto solamente para jugar con nosotros? ¿Nadie le pagó para gastarnos
una broma?
- Yo no juego ni hago bromas, por si no lo han notado. Yo no acepto
dinero para hacer declaraciones falsas. Por supuesto que realmente vi eso.
No es una cosa que pueda inventarse.
Lizzie se había apropiado de la libretita de papel que había junto
al teléfono y de la pluma de motel para anotar la información de Victoria
Flores.
- Ella cambió de casa recientemente. - dijo Tolliver. – Pero este es
el número bueno.- Miré hacia abajo, sin querer que se viera en mi cara lo
sorprendida que estaba.
Después de darles más confianza y repetirles las cosas que ya
había dicho, las hermanas Joyce se fueron y regresaron a la carretera. Me
preguntaba si pasarían la noche en Dallas o tratarían de hacerlo en su rancho,
eso sería un largo camino. Se habrían alojado en un lugar más palaciego si
se iban a quedar en la zona, de eso estaba segura. Probablemente tenían un
apartamento de Dallas.
- Entonces - dije cuando la puerta se cerró detrás de ellas, y Tolliver
había sentado de nuevo en la mesa para terminar su trabajo con el ordenador,
- Victoria Flores.
No necesité decir nada más.
- La llamo de vez en cuando. - dijo Tolliver. - De vez en cuando oye algo
nuevo. De vez en cuando sucede algo. Ella me envía cheque. Le pago.
- ¿Y no me habías dicho esto… por que?
- Te pones triste. - dijo – No tenía sentido. Cuando digo ha llamado, te
entristeces. Ahora ya no llama mucho, tal vez dos veces al año, y yo no podía
hacerte eso.
Respiré profundamente. Mi impulso era lanzarme contra él. Era mi
problema como reaccionaba ante las posibles noticias de mi hermana. Era
mi derecho sufrir por ella.
Después lo pensé dos veces. Por otro lado – del lado de Tolliver -
¿Servía de algo? ¿No estaba bien sin saberlo? ¿No había estado más
tranquila y más feliz, simplemente esperando localizar a Cameron por mi
cuenta? ¿Acaso no estaba bien que hicieran algo por ti, para evitarte un

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 39

poco de dolor, incluso si eso quería decir estar ignorante acerca de algo que
considerabas cosa tuya?
¿Podría esa idea haberse vuelto más complicada?
Pero yo sabía lo que quería decir, y yo sabía lo que quería decir Tolliver.
Y pensé que tal vez tenía razón. O al menos, que estaba bien que hubiera
hecho eso.
Asentí finalmente. Pareció aliviado, porque sus hombros se relajaron
y respiró. Se sentó en la cama para quitarse los calcetines y luego los arrojó
a nuestra bolsa de ropa sucia, eso me recordó que nos hacía falta comprar
detergente.
Yo tenía unos diez pensamientos como éste mientras me iba a la cama.
Había estado leyendo novelas de Charlie Huston y Duane Swierczynski,
pero era como recibir una descarga de cafeína si leía uno antes de dormir,
y definitivamente no lo necesitaba esta noche. En su lugar, abrí un libro de
crucigramas. Me metí en la cama con mi pantalón de pijama y mi T, y me
tumbé boca arriba, absorta en el crucigrama. Tolliver era mejor que yo en
ellos, y fue difícil no hacerle preguntas.
Otra emocionante noche en la vida de la encuentra-cadáveres Harper
Connelly, pensé. Y estaba feliz de que así fuera.

Traducido por Beleth


40 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Capítulo 4

T
eníamos previsto llevar a Gracie y Mariella a patinar la tarde
siguiente, el domingo, pero no hasta las dos de la tarde Los
sábados por la mañana tenían que recoger sus habitaciones y
hacer los deberes antes de poder ir a cualquier parte, y los domingos tenían
la iglesia y la comida en familia. Estas eran las reglas obligatorias de Iona.
Y no eran malas pensaba. Me fui a correr, me duché y estaba a punto de
vestirse cuando el teléfono móvil de Tolliver sonó. Tenía pereza y todavía
estaba en la cama, así que contesté.
- Hey, debes de ser Harper.
Reconocí la voz. - Sí, Tolliver no está despierto todavía Victoria. ¿Cómo
te va?
Los bisabuelos de Victoria habían sido inmigrantes. Victoria, nacida y
criada en Texas, no tenía rastro alguno de acento. - Es bueno poder hablar
contigo. - dijo. - Oye, no hay nada nuevo sobre tu hermana, siento mucho
tener que decir eso. Te llamo por los clientes que me has enviado. Los
Joyce.
- ¿Ya se han puesto en contacto contigo?
- Cariño, ya han venido a mi oficina y me han escrito un cheque.
- Oh, bien. Pero no quiero tener beneficios por enviártelos. Tolliver fue
el que les dijo tu nombre y les dio tu número de teléfono.
- Eso es lo que Lizzie dijo. Esa mujer es muy de Texas, ¿eh? Y la
hermana, ¿Kate? Creo que está interesada en tu hermano.
- Él no es mi hermano. - dije de forma automática, aunque le llamaba
así yo misma la mitad del tiempo. Respiré profundamente. - De hecho,
estamos comprometidos. - dije.
Tolliver se giró y me miró agudamente.
- Oh… Bueno, eso es… genial. Enhorabuena a los dos. - Victoria
no parecía completamente feliz. ¿Quizás ella misma estaba interesada en
Tolliver?

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Secreto en la tumba - Charlaine Harris 41

- Decidme la fecha de la boda y donde os vais a registrar, ¿de acuerdo?-


Dijo Victoria, más alegre.
- No lo hemos decidido todavía. - dije, perdiendo el equilibrio y luchando
para volver a retomar la conversación. - ¿Quieres hablar con Tolliver? Ya
está aquí. - Tolliver movía la cabeza diciendo que no, pero cogió el teléfono
mirándome severamente cuando Victoria me dijo que le gustaría hablar con
él.
- Victoria, hey. No, ya estaba despierto. Sí, estamos juntos. Pero aún
no hemos fijado una fecha. Lo haremos en breve. No hay prisa. - Y me hizo
un gesto significativo, mirándome directamente a los ojos.
Vale, entendido, Tolliver. Sin presiones. Salvo que él era quién le había
dicho a Iona en primer lugar que nos íbamos a casar. Le volví la espalda y
me incliné para rebuscar la ropa en la maleta.
Después de un segundo, sentí un dedo acariciandome en un lugar muy
interesante. Me quedé helada. Sexo desprevenido. Esto era algo nuevo. Mi
cuerpo decidió que le gustaba eso, y no se apartó y golpeó a Tolliver. Las
caricias se hicieron más agresivas, más rítmicas. Oh, oh, oh. Me estremecí.
Entonces sentí el calor de él detrás de mí. A pesar de que todavía estaba
hablando con Victoria, y sonaba algo más que un poco distraído.
- Sí, ya te llamaré. - dijo - Tengo otra llamada que atender.
Cerró el teléfono. Algo más sustancial sustituyó sus dedos.
- ¿Estás lista? - Preguntó con voz ronca.
- Sí. - dije, y se acercó a mi sujetándome las manos contra la pared.
Y entonces su pene curvado hacia arriba entró en mí y revolvimos juntos el
mundo.
Tolliver siempre quería mantener las cosas frescas.
Yo no tenía mucha experiencia cuando admití que estaba interesada
en él. Pero estaba aprendiendo mucho de él, y me estaba descubriendo un
nuevo punto de vista sobre su naturaleza. Pensaba que le conocía tan bien
que nada me iba a sorprender. Pero estaba equivocada.
Lancé un grito agudo, un sonido que me sorprendió al salir de mi propia
garganta, y él se hizo eco un segundo después.
- ¿Por qué crees que Victoria ha llamado? - Pregunté cuando pude
hablar de nuevo. Nos desplomamos sobre la cama después, y nos abrazamos
de una manera muy tierna. - Me parece un poco fuera de lugar que llame
para darnos las gracias. Un correo electrónico o un mensaje de texto hubiera
sido más normal. - Me besó en la garganta.
- Ella siempre ha estado fascinada por ti. - dijo Tolliver, y eso fue
completamente inesperado.
- Ah…. ¿Dices de esa manera?

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42 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- No, yo no creo que sea gay o bi. Creo que encuentra que tu
capacidad, todo lo relacionado con el rayo, realmente interesante. Tal vez
incluso fascinante. En los últimos años, Victoria me ha hecho un centenar
de preguntas sobre cómo haces lo que haces, lo que sientes, los efectos
físicos.
- Ella nunca me preguntó nada.
- Una vez me dijo que si no lo hacía podrías pensar que ella creía que
tú eras un monstruo o que pensaba que tenías algún tipo de discapacidad.
- ¿Como si yo estuviera en una silla de ruedas o tuviera un lunar grande
en mi cara? ¿Algo por lo que podría sentirme acomplejada?
- Creo que ella estaba siendo sensible tratando de no hacerte daño o
que te hiciera sentir diferente. Creo que Victoria te admira. - Tolliver parecía
estar reprochándome algo, tal vez me lo merecía. Después de todo, si Victoria
había estado tratando de no herir mis sentimientos, no debería menospreciar
sus esfuerzos.
- Parece extraño que no quisiera preguntarle a la fuente diretamente.-
Con eso yo estaba insinuando que pensaba que Victoria quería tener
razones para hablar con Tolliver, en lugar de estar realmente interesada en
mi pequeño problema.
- Tal vez tenía ambas cosas en mente. - dijo Tolliver, lo admitió,
pensando en mis sospechas. - Pero no creo que jamás haya estado muy
interesada en mí. Eras tú. Creo que Victoria tiene una especie de fervor por
la mística. Creo que tu capacidad entra dentro de eso.
- ¿Como ver a la Virgen María en un pedazo de pan tostado o algo
así?
- Algo así.
- Ja.- Giré la cabeza. - Entonces debería venir a un cementerio con
nosotros, si está tan interesada. Verlo de primera mano. Ella ha sido de gran
ayuda para nosotros a lo largo de todos estos años. No me importaría.
Ahora le tocaba a Tolliver estar sorprendido. - Está bien, voy a decírselo.
Estoy seguro de que realmente le gustaría eso.
Frotó la barbilla contra la parte superior de mi cabeza. Pasé mi pulgar
sobre uno de sus pezones. Emitió un gemido de placer. Me dije a mi misma
que debía levantarme para ducharme, ya que teníamos que ir ponto a por
las niñas, pero podría esperar unos minutos más. Teníamos tiempo. Traté de
imaginarme llevando a Victoria Flores con nosotros cuando estuviéramos en
un cementerio. Tendría que ser cuando no tuvieramos un trabajo concreto,
cuando yo estaba visitando… vale, sé que suena muy extraño, pero si no he
trabajado por un tiempo, voy a un cementerio para mantenerme en forma.
Por extraña mi habilidad.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 43

Estar con Victoria se sentiría extraño, pero no pensaba que su presencia


me molestara. - Entonces, ella tiene conocimientos de informática supongo,
igual que la mayoría de los detectives privados hoy en día. - dije.
- ¿Seguimos hablando de Victoria? Sí, eso creo. - dijo Tolliver. - Ella
mencionó a un tipo de alta tecnología que trabaja con ella a tiempo parcial.
Me quedé pensando, mientras Tolliver se levantó. se duchó y se
vistió.
Victoria Flores se había convertido de repente en alguien mucho más
interesante para mí.
Me pregunté si encontraría al bebé desaparecido, el bebé que no
estábamos ni siquiera seguros de que existiera. Si Mariah Parish había dado
a luz o no a un niño vivo no debería importarme, pero me encontré deseosa
de que los Joyce localizaran al bebe. Sospechaba podía ser la descendencia
de su abuelo. Pensándolo bien, si las niñas habían estado tan dispuestas a
creer Richard Joyce había apadrinado al hijo de su cuidadora, tal vez el bebé
hubiera sido suyo. Pero Lizzie y Katie no miraban en la misma dirección que
yo cuando les dije lo que había matado a Mariah Parish. Yo había estado
mirando a su hermano y al novio de Lizzie, y parecían muy preocupados
en aquel momento. Sobre qué, no lo sabía, y quizás nunca lo supiera. Pero
esperaba que Victoria si.
Tal vez ambos habían tenido relaciones sexuales con la cuidadora
de Rich. Tal vez uno de ellos la había dejado embarazada. O tal vez eran
culpables de ayudar a enterrar al bebé o de darle en aopción.
Cual fuera el hermano - Drexell, era su nombre - me di cuenta que no
era asunto mío, y que el paradero del bebé de Parish no dependía de mí y no
entraba dentro de mi área… a menos que el bebé estuviera muerto. Pensé
en prestarle mi ayudar a Victoria para buscar un niño muerto. Pero los niños
eran los más difíciles. Tenían poca voz. Se notaba con más fuerza cuando
estaban enterrados con sus padres.
Abandoné el pensamiento del posible hijo, posible muerto, y me preparé
para recoger a las chicas vivas con las que estábamos emparentados. Ambas
niñas salieron corriendo hacia nuestro coche cuando llegamos a la entrada
de Gorham. Parecían felices, anticipándose a la tarde.
- He sacado una A en mi examen de ortografía de la semana pasada.
- dijo Gracie. Tolliver le dijo lo bueno que era, y yo sonreí. Pero al mirar hacia
el asiento trasero de ella, me di cuenta de que Mariella estaba en silencio y
parecía un poco triste.
- ¿Qué pasa, Mariella? - Le pregunté.
- Nada. - dijo, eso era obviamente falso.
Gracie dijo - Mariella tiene que quedarse al terminar las clases y hacer
trabajo extra mañana.
- ¿Por qué, Mariella?- Hice mi materia voz de la realidad.

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44 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- El director me dijo que creé problemas en clase. - Mariella no me


miraba.
- ¿Eso hiciste?
- Fue esa Lindsay.
- Lindsay es una matona. - dijo Gracie. - Nosotras no debemos dejar
que la gente nos intimide, ¿verdad? Eso es malo. - Gracie parecía muy
estricta.
Quería que Gracie se callara. - Hablaremos de eso más tarde. - dije, y
creo que Mariella se relajó un poco. Yo no estaba acostumbrada a lidiar con
problemas como este, yo no estaba acostumbrada a lidiar con niños. Pero
recordé que con la edad de Mariella, eso habría sido un grave problema.
Cuando llegamos a la pista de patinaje, Tolliver me dedicó una mirada
inquisitiva, e incliné la cabeza hacia Gracie. - Venga, Gracie, vamos a buscar
nuestros patines. - dije, y ella salió con alegría y me tendió la mano mientras
nos dirigíamos a la puerta.
Mariella también salió, y caminamos más lentamente detrás de ellos.
- Entonces, cuéntame. - Yo le dije.
Como esperaba, no era gran cosa. Lindsay le había dicho algo feo a
Mariella sobre ser adoptada, porque su padre estaba en la cárcel. Mariella
había golpeado a Lindsay en el estómago, que desde mi punto de vista,
era la respuesta correcta y adecuada. Desde la perspectiva de la escuela,
al parecer, Mariella debería haber empezado a llorar e irse a hablar con su
maestro para quejarse. Me gustaba más su reacción. Esto me llevó a un
dilema. ¿Decía lo que pensaba o apoyaba la posición de la escuela? Si yo
hubiera sido una madre de verdad, debería de haber sabido la respuesta
correcta. Según estaban las cosas, respiré profundamente y empecé a
hablar.
- Eso fue muy malo por parte de Lindsay. - dije. - No puedes evitar lo
que hizo tu padre.
Mariella asintió con la cabeza, su mandíbula se movió de una manera
muy familiar. La viva imagen de Matthew, no pude evitar pensarlo.
- Eso es lo que le dije a la directora. - Mariella me dijo. - Eso es lo que
mamá me dijo que dijera. Supongo que es lo que debería haberle dicho a
Lindsay. Ella me hizo sentir muy mal.
Pensé mejor en Iona por haber preparado a Mariella ante la crueldad
de los otros niños. - Probablemente yo también habría golpeado a Lindsay
en tu lugar. - le dije – Por otra parte, cada vez que pegues a alguien que te
vas a meter en problemas.
- ¿Así que golpear es malo?

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 45

- No es la mejor manera de resolver un problema. – Acepté. -


¿Qué podrías haber hecho en su lugar?- Eso parecía adecuadamente
sentimental.
- Podría haberselo dicho al profesor. - dijo Mariella. - Pero entonces
tendría que hablar con ella sobre mi padre biológico, y ella pondría esa
expresión divertida.
- Es verdad.- Hmmm.
- Yo podría haber pasado de ella, pero Lindsay lo hubiera hecho de
nuevo.
- También es cierto.- Mariella era más perspicaz de lo que nunca
había imaginado.
Y ella estaba realmente disfruto hablando con alguien que no le decía
que Dios resolvería sus problemas.
- Podría… No puedo pensar en otra cosa. - Mi hermana esperaba mi
reacción.
- Yo tampoco, creo que fue un impulso, y lo seguiste y no te salió
bien.¿Qué le pasó a Lindsay?
- La han castigado cuatro descansos. - dijo Mariella. - Por ser una
matona.
- Así que eso ha sido bueno, ¿verdad?
-Sí. Pero habría sido mejor si hubiera mantenido la boca cerrada en
primer lugar. Whoa. La pequeña mujer guerrera. - Tienes razón en eso.
No es tu culpa que tu padre tomara drogas. Lo sabes. Sin embargo, hay
algunos niños que no entienden lo que es tener padres que hacen cosas
malas. Esos niños tienen suerte, pero parece que no entienden que es algo
de lo que no quieres hablar. Sólo saben que eso te hará sentir mal. Así que
cuando ellos quieren que te sientas mal, eso es lo primero que te van a decir.
Respiré profundamente. - Pasamos por eso, también, Mariella. Tolliver y yo.
Cuando eras muy pequeña. Todos en la escuela sabían lo malos que eran
nuestros padres.
- ¿Incluso los profesores?
- Tal vez no los profesores. No sé cuánto sabían. Pero los otros niños,
todos lo sabían. Algunos de ellos compraban drogas en nuestro remolque.
- ¿Y te dijeron cosas crueles?
- Sí, algunos de ellos. Otros pensaban que estábamos haciendo las
mismas cosas malas que tu mamá y tú papá. Drogándonos y esas cosas.
- ¿Y sexo?
- Eso, también. Pero los chicos que pensaban que éramos iguales que
nuestros padres, esos no nos conocían. Teníamos amigos que nos conocían
mejor. - No muchos, pero unos pocos.
- Entonces, ¿Tenías citas?

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46 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

¡Whoa! Ella ni siquiera tenía la regla todavía. ¿Verdad? Casi me entró


el pánico. - Sí, tenía citas. Y nunca salí con un chico que creyera que iba a
tener relaciones sexuales con él de inmediato. Cuanto más cuidadoso sea,
mejor será la reputación que tendrás, ser muy…
- Contenida. - dijo Mariella con conocimiento de causa.
- Ni siquiera eso. - dije - Porque si dices que no, eso significa que
algún día dirás que sí, y que estás esperando al chico correcto para abrir
las piernas. Ni siquiera puedes dejar que eso sea una posibilidad. - Sabía
que Iona explotaría si pudiera escuchar la conversación. Pero por eso mi
hermana estaba hablando conmigo, no con Iona.
- Pero entonces nadie saldrá contigo.
Esto era simplemente horrible. - Entonces, al diablo con ellos- dije,
recordando justo a tiempo cuidar mi lenguaje. - No es necesario salir con
un tipo que está seguro de que va a tener sexo si está contigo el tiempo
suficiente.-
- ¿Por qué va a salir contigo entonces? - Dijo, pareciendo
desconcertada.
Eso no era nada comparado con lo que yo sentía. - Un chico debe
salir contigo porque le gusta su compañía. - dije. - Porque os reís de las
mismas cosas, o si estáis interesados en las mismas cosas.- Al menos, esa
era la teoría. ¿Era siempre así en la práctica? ¿Y debería hablar de esto con
Mariella, con su edad? ¿Doce?
- Así que debería ser también un amigo.
-Sí. Él debe ser un amigo.
- ¿Tolliver es tu amigo?
- Sí, él es mi mejor amigo,
- Pero sois… ya sabes…
Ella no podía decidirse a pronunciar las palabras, y sólo pude estar
agradecida por ello.
- Eso es cosa nuestra. - dije. - Cuando es de verdad, significa tanto
que no quieres hablar de ello con otras personas.
- Oh. - Mariella se quedó pensativa. Yo esperaba que así fuera.
Esperaba que no hubiera cometido un error colosal. Yo le había dicho que no
tuviera relaciones sexuales con los chicos con los que salía. Pero después no
había contradicho que Tolliver y yo habíamos hecho eso. Me sentí totalmente
inadecuada.
Yo estuve muy contenta de ver Tolliver y a Gracie esperando, y casi
me fui corriendo hacia ellos. Tolliver me dedicó una mirada divertida, pero
Gracie estaba simplemente impaciente.
- ¡Vamos a por nuestros patines!- Dijo. - ¡Quiero patinar!

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 47

Después de que todos nos pusiéramos los patines y que Tolliver y yo


ayudáramos al as chicas a salir a la pista, y ver que estaban bien cuando
se agarraban a la barrera, patinamos un poco por nuestra cuenta. Ibamos
cogidos de la mano y lentamente al principio, porque habían pasado unos
buenos ocho años desde que habíamos patinado por última vez. Había
una pista cerca del remolque, y puesto que no costaba en aquella época,
habíamos pasado horas allí.
Disfrutamos de unas cuantas vueltas juntos, y luego volvimos con
nuestras hermanas, que ya estaban discutiendo para ver quién lo hacía
mejor. Tolliver cogió a Mariella y yo a Gracie, nos alejamos de la pared y
fuimos con ellas, lenta y cuidadosamente. No pude evitar que Gracie se
cayera una vez, y otra vez ella me arrastró, pero mejoraba con el tiempo. A
Mariella, que había jugado al baloncesto en un club después de la escuela,
le iba mucho mejor, y estaba dispuesta a alardear de ello hasta que Tolliver
la cortó en seco.
Estábamos saliendo de la pista, riendo, cuando me di cuenta de que
alguien nos estaba observando: un hombre canoso de un metro ochenta,
amplio y musculoso. Mis ojos se fijaron en él una vez, y luego miré su rostro.
Yo le conocía. Le miré directamente a sus oscuros ojos.
- Hola, papá. - dijo Tolliver.

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48 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Capítulo 5

N
uestras hermanas se quedaron cerca de nosotros, con los ojos
fijos en su padre biológico, con, al menos por parte de Gracie, una
mezcla de odio y de nostalgia en la mirada. Mariella parecía más
hostil. Sus pequeñas manos estaban cerradas.
No era mi padre. Mis sentimientos eran relativamente puros. – Matthew,
- dije - ¿Qué estás haciendo aquí?
Había estado mirando a Tolliver y a Mariella, con sus ojos ávidos. Me
miró brevemente, sin afecto. Gracie se encogió detrás de mí. - Quería ver a
mis hijos. - dijo. – A todos ellos.
Hubo un largo momento de silencio. Digerí el hecho de que su voz
era clara: no arrastrada, coherente. Tal vez él no estaba drogado, tal y como
había dicho Mark, aunque sabía que era sólo cuestión de tiempo antes de
que volviera a las andadas.
- Pero no te queremos ver. - dijo Tolliver, manteniendo cuidadosamente
su voz baja. Nos hicimos a un lado para apartarnos del camino de otros
patinadores. - No respondimos al anzuelo que nos pusiste a través de Mark.
No respondimos a tus cartas. Estoy dispuesto a apostar que Iona no te ha
dado permiso para ver a las chicas, y ella es su madre legal ahora. Hank es
su padre legal.
- Pero yo soy su padre biológico.- dijo Matthew.
- Las abandonaste.- le recordé, dándole mucho peso a cada palabra.
- Había mucha presión. – Se acercó como si quisiera acariciar el pelo
de Mariella, pero ella dio un respingo hacia atrás, seguía apretando la mano
de su hermano, como si se fuera a perder si se soltara.
La pista no estaba muy concurrida, pero la gente había comenzado
a echar miradas de reojo hacia nuestro tenso grupo. No me importaban los
espectadores, pero lo último que quería era una confrontación, física o verbal,
en frente de las niñas.
- Tienes que irte. - le dije. – Vamos a llevar a las chicas de vuelta a su
casa ahora. Has arruinado nuestro tiempo juntos. No lo hagas peor.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 49

- Quiero ver a mis hijos. - dijo de nuevo.


- Los estás mirando ahora. Ya los has visto. Ahora vete.
- Me marcho solo por las pequeñas. - dijo, señalando a Mariella y a
Gracie, que estaban confundidas y miserables. - Nos veremos de nuevo
Tolliver.- Y se dio media vuelta y salió de la pista.
- Nos ha seguido. - le dije estúpidamente.
- Supongo que estaba esperándonos en alguna parte cerca de
la casa de Iona. - dijo Tolliver. Nos miramos mutuamente, posponiendo
silenciosamente la discusión. Al mismo tiempo, respiramos profundamente.
Habría sido divertido si no hubiera sido todo tan tenso.
- Bueno. - les dije a mis hermanas, tratando de parecer enérgica y
optimista - Me alegro de que se haya terminado. Hablaremos con vuestra
mamá sobre esto, ¿Está bien? Le diremos todo. No volverá a suceder. Lo
estábamos pasando bien hasta que todo esto ocurrió, ¿verdad? - Sonaba
como una idiota, pero al menos las chicas empezaron a moverse, quitándose
los patines. Dejaron de parecer como un ciervo ante los faros de un coche.
Nuestras hermanas estuvieron calladas durante el viaje de vuelta a
casa, no fue una gran sorpresa - y salieron de nuestro coche hacia la puerta
del garaje como si tuvieran miedo de unos francotiradores. Tolliver y yo las
seguimos más despacio, no queríamos contarle lo sucedido a Iona y a Hank,
aunque no fuera culpa nuestra.
No nos sorprendió demasiado encontrar nuestra tía y tío de pie en la
cocina, esperándonos.
- ¿Qué pasó?- Iona preguntó. Para mi sorpresa, ella no parecía
enojada, sólo preocupada.
- Mi padre se presentó en la pista de patinaje. - dijo Tolliver, yendo
directo al grano. - No sé cuánto tiempo estuvo mirando hasta que supimos
que estaba allí. - Se encogió de hombros. - Él no estaba drogado, no era
hostil. Pero las niñas estaban agitadas.
- Estábamos pasándolo bien hasta que lo vinos - dije, dándome cuenta
de que sonaba malo como excusa. Pero era algo que me sentía obligada a
decir.
- Nos llegó una carta suyal la semana pasada. - dijo Hank. - No le
contestamos. Nunca pensé que fuera a hacer esto.
Así que se estaban asumiendo su parte de culpa, pero no nos advirtieron
de que sabían que Matthew había salido de la cárcel.
Aunque era reacia a perder esa ventaja, dije: - Lleva fuera de la cárcel
bastante tiempo. Cuando fuimos a cenar con Mark, nos lo dijo. Pero solo dijo
que Matthew tenía un trabajo y que no tomaba nada.
- ¡Oh! ¿Mark, está en contacto con su padre?- Iona frunció el ceño y
se sentó pesadamente en una de las sillas de la cocina. Con cautela, nos

Traducido por Beleth


50 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

sentamos también. Nos sorprendió que los Gorhams no nos echaran la culpa
del incidente. – Este Mark, es demasiado tierno cuando se trata de su padre.
- dijo Iona.
En secreto, estaba de acuerdo. O tal vez no en tan secreto - Tolliver
me lanzó una mirada. Podía leerme casi con demasiada facilidad.
- ¿Pudiste saber qué quería? - Iona me preguntó de repente.
- ¿Qué quieres decir?
- ¿Con tu sentido ese?- Iona agitó una mano delante de ella como si
se estuviera apartando de un mosquito.
- No soy psíquica, Iona, estaría encantada de descubrir lo que
Matthew quería. Me gustaría saberlo. Todo lo que puedo hacer es encontrar
cadáveres. - Demasiado tarde, vi a Mariella por encima del hombro de Iona.
Iba desde el vestíbulo hacia las habitaciones. Tenía los ojos abiertos de par
en par. Pero esto no podía ser muy sorprendente para ella, ¿verdad? ¿Qué
demonios les habían dicho Iona y Hank que habíamos estado diciendo? Se
giró y salió corriendo de la cocina.
Bueno, eso hacía el día perfecto.
- Bueno, ¿Qué te dijo ese sentido?- Iona era muy persistente.
- Nada útil, en aquel momento. - dije - No había una persona muerta
por aquí, si eso es lo que estás preguntando. El cadáver más cercano es
muy antiguo y está muy enterrado bajo el patio de tu vecino de enfrente.
Indio, probablemente. Tendría que estar más cerca para estar segura.
Finalmente se había callado. Mi tía y mi tío, simplemente me miraron.
Esto no ayudaba a avanzar nuestro debate. - Pero eso no tiene nada que ver
con la aparición de Matthew en la pista hoy. - les recordé. - ¿Deberías pedir
una orden de alejamiento contra él? Quiero decir, él no tiene ningún derecho
legal sobre las niñas, ¿verdad?
- Así es. - dijo Hank, recuperándose mucho más rápido que su esposa.
– Las hemos adoptado. Renunció a sus derechos.
- Y no quiero llamar a la policía. - dijo Iona. - Hemos hablado con la
policía lo suficiente para el resto de nuestras vidas.
- ¿Así que queréis que vuelva de nuevo? ¿Para asustar otra vez a las
niñas?
- ¡No! ¡Pero tuvimos bastante relación con la policía cuando raptaron
a tu hermana! No queremos que vengan aquí de nuevo.
Entendía lo que se sentía querer estar por debajo del radar de la policía,
aunque la mayoría de la gente que aplicaba la ley que había conocido eran
simples seres humanos estado tratando de hacer un buen trabajo con poco
dinero. Pero también entendía que, aparte de la repulsión de Iona y Hank ante
la perspectiva de tener coches de policía estacionados en frente de la casa,
mis hermanas se verían seriamente afectadas. Quizás ver venir a la policía

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 51

haría que el temor de las niñas de ver a Matthew aumentara radicalmente.


Después de todo, no tenía ninguna razón para dañar a Mariella o a Gracie.
Tal vez Iona y Hank tenían razón, aunque por motivos equivocados.
- Entonces no hay nada más que podamos hacer. - dijo Tolliver,
habiendo llegado a la misma conclusión que yo. – Nos vamos ya.
- ¿Cuánto tiempo vais a estar en la ciudad?- Iona dijo, sonando un
poco desesperada. - ¿Tenéis otro trabajo ya?
Nunca había estado tan ansiosa por que nos quedáramos. De hecho,
para ella nunca nos íbamos con suficiente rapidez cada vez que les hacíamos
una visita.
- Podríamos estar aquí unos días más. - dije, después de mirar a
Tolliver. De hecho, no teníamos ningún trabajo pendiente, aunque eso podía
cambiar de la noche a la mañana.
- Vale. - dijo, moviendo la cabeza como si hubiéramos llegado a un
acuerdo. – Entonces os llamaremos si aparece de nuevo.
¿Qué se supone que podríamos a hacer? Abrí la boca para protestar,
pero Tolliver dijo - Está bien. Hablaremos con vosotros mañana de todos
modos.
- Hablaré con el director de la escuela. - dijo Iona. - No me gusta que
hablen de nosotros, pero al menos los profesores de las niñas deben saber
que está Matthew por ahí.
Eso era un alivio. Me di cuenta de que mi tía estaba sentada como
si estuviera agotada, y de que Hank estaba preocupado. Me acordé de que
estaba embarazada. Hank me llamó la atención y movió la cabeza hacia la
puerta. Traté de no exagerar ante su pensamiento de que no fuéramos lo
suficientemente listos como para irnos cuando teníamos que hacerlo.
Tolliver dijo – Hablaremos mañana entonces. ¡Adiós, chicas! - Gritó
por el pasillo. Después de un segundo, vi a las muchachas que asomaban
desde la habitación Mariella, y les hice un gesto. Devolvieron el saludo un
poco vacilantes. No estaban sonriendo.
Nos metimos en nuestro coche en silencio. Yo no sabía qué decir.
- Tendremos que quedarnos un tiempo, para asegurarnos de que no
les molestan. - , dijo Tolliver después de alejarnos de la casa
- Entonces, ¿Qué le detendrá cuando nos marchemos otra vez?
Tolliver sacudió la cabeza como si una abeja zumbara a su alrededor. -
Nada lo mantendrá lejos si quiere estar cerca de ellos. Yo no sé qué hacer.
- Él puede esperar a que nos marchemos, y lo hará. Además, ¿Qué
somos, un ejército privado? ¿Por qué estamos protegiéndolos de repente?
- Supongo que nos ven más duros de lo que ellos son. - dijo Tolliver,
después de reflexionar.
- Bueno, tienes razón. Pero eso no dice mucho de nosotros, ¿eh?

Traducido por Beleth


52 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- Él es mi padre. Siento que tengo que hacer algo.


- Puedo entender que te sientas así. - dije tan discretamente como
pude ponerlo. - Y comprendo que quieras quedarte un par de días más, y me
parece bien. Pero no podemos quedarnos aquí para siempre, acampar fuera
de su casa, esperando a que tu padre se acerque a las chicas de nuevo. A
menos que sea arrestado de nuevo, y seamos realistas, es probable que
así sea, porque empezará a drogarse de nuevo, no hay nada que podamos
hacer, a menos que Iona y Hank acudan a la policía. Incluso entonces, la
policía no puede vigilar a las chicas todo el tiempo.
- Lo sé.
El tono de Tolliver era brusco. Cerré la boca para evitar las posibles
palabras que pudiera decir. Ninguno de los dos dijo nada más en todo el
camino de vuelta a nuestro motel.
Si hay algo que me pone nerviosa es la disensión con mi hermano. Me
recordé a mi misma que tenía que dejar de pensar en Tolliver como en mi
hermano, ya que eso era espeluznante, pero era un hábito difícil de romper.
Cuando estuvimos en la habitación, no pude ocuparme con nada.
No quería leer, y la televisión de la noche del domingo es mala a menos
que te guste el deporte. No podía concentrarme en mi crucigrama. Recogí
nuestras bolsas de ropa sucia. - Voy a buscar una lavandería. - dije, y
salí de la habitación. Si Tolliver dijo algo, salí demasiado rápido para oírlo.
Necesitábamos un descanso el uno del otro.
Pregunté en la recepción del motel, y el dependiente me dio instrucciones
sobre un lugar amplio y limpio que estaba a una milla de distancia. Siempre
tenemos un recambio de todo, detergente y hojas de secado en el maletero.
Yo estaba lista para ir.
Había un asistente en la lavandería, una mujer mayor con el pelo
blanco y un cuerpo ancho. Estaba sentada en una mesita, leyendo, y me
miró cuando entré para hacer ver que sabía que estaba allí. Dado que era
el fin de semana, el lugar estaba lleno, pero después de buscar un poco
vi dos máquinas vacías una junto a la otra. Encontré una silla de plástico
y la arrastré, después de que haber llenado las máquinas y logrado que
comenzaran, me senté y saqué un libro de mi bolso.
Ahora podía leer, ya que estaba lejos de la presencia inquietante de
Tolliver. No sé por qué eso era así. Pero era agradable temer bullicio y gente
a mí alrededor, y era reconfortante conseguir ropa limpia.
Yo estaba tranquila. No había cuerpos alrededor. Durante un rato, no
pude escuchar ningún murmullo en mi cabeza.
De vez en cuando miraba a mi alrededor para asegurarme de que no
estaba molestando a nadie, y vi que una mujer de mi edad me miraba cuando
levanté la cabeza, cuando el ciclo de centrifugado casi había terminado.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 53

- ¿Es usted esa mujer? - Preguntó. - ¿Es usted la mujer psíquica que
encuentra cadáveres?
- No. - dije al instante. – He escuchado eso antes, pero yo trabajo en
el centro comercial.
Eso es lo que siempre decía cuando yo estaba en una zona urbana.
Siempre había funcionado antes. Siempre había un centro comercial cerca
y eso proporcionaba una explicación razonable para que me hubieran visto
antes.
- ¿Qué centro comercial?- Preguntó la mujer. Era bonita, aunque iba
vestida con su ropa desaliñada de fin de semana, y era persistente.
- Lo siento. - dije con una sonrisa adecuada. - Yo no te conozco.- Me
encogí de hombros, que debía significar “Estoy segura que eres normal,
pero no quiero discutir mis asuntos personales contigo”.
Esta chica no acabó de captar la señal. - Eres igual que ella. - dijo,
sonriendo como si eso debiera hacerme feliz.
- Vale. - dije, y empecé a sacar la ropa de las lavadoras. Ya había
cogido de uno de los carros con ruedas.
- Si usted fuera ella, su hermano estaría en algún lugar. - dijo la mujer.
- Me encantaría conocerlo, él es muy guapo.
- Pero yo no soy ella.- Alejé mi carrito con la ropa mojada. Tenía que
permanecer el tiempo suficiente para secarlos. No podía irme ahora. Si hay
algo en el mundo que yo no quería hacer, era hablar con esa mujer de mi
vida, de mis actividades y de mi Tolliver.
La mujer me miró el resto del tiempo que estuve en la lavandería,
aunque no se acercó a mí otra vez, gracias a Dios. Fingí estar leyendo
mientras nuestra ropa se secaba, fingí ser absorbida en doblarla una vez
estuvo seca, y yo decidí que, en lo que a mí respectaba, ella simplemente no
estaba allí. Esta técnica me había funcionado en el pasado.
Cuando estuve lista para cargar la ropa en el coche, pensé que había
conseguido quitármela de encima. Pero no, ahí estaba, siguiéndome hacia
el estacionamiento.
- No me hables de nuevo. - le dije, agitada.
- Usted es ella. - dijo con un gesto petulante de su cabeza.
- Déjame en paz. - dije, subí al coche y cerré la puerta. Esperé a
marcharme hasta que ella volvió a entrar en la lavandería. Tenía la esperanza
de que alguien hubiera robado su ropa mientras ella salía para hablarme.
Por lo menos ahora sabía que no podía seguirme. Pero miré el espejo
retrovisor un par de veces, sólo para estar segura, y así fue como me di
cuenta de que un coche me estaba siguiendo. Era difícil estar segura, ya que
estaba oscuro, pero como la zona era tan urbano y bien iluminada, estaba

Traducido por Beleth


54 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

segura de que veía el mismo Miata gris en mi retrovisor. Apreté el número de


marcación rápida de Tolliver.
- Si. - dijo.
- Alguien me está siguiendo
- Entonces ven directamente aquí. Saldré a esperarte.
Así que me fui directamente al motel, y él estaba de pie en un
aparcamiento delante de nuestra habitación vacía, para asegurarse de que
permanecía vacía. Dejé el coche, salté fuera y corrí hacia la habitación
mientras él esperaba fuera.
Después de un minuto, Tolliver me llamó por mi nombre. Miré por la
mirilla. Él no estaba solo.
- Está bien. - dijo, pero él no parecía feliz.
Entonces, abrí la puerta y entró con su padre detrás.
Mierda.
Tolliver se giró hacia su padre, quedándose de pie junto a mí.
- ¿Qué quieres?- Le preguntó a Matthew. - ¿Por qué has seguido a
Harper hasta aquí?
- Sólo quiero hablar contigo, hijo.- Matthew me miró, trató de parecer
molesto. - ¿A solas? Esto es asunto de familia, Harper.
Él quería hacerme salir de mi propia habitación.
- No va a ser posible. - dijo Tolliver. Puso su brazo alrededor de mí. -
Esta es mi familia.
Los ojos de Matthew pasaron de Tolliver hacia mí, y otra vez a él. –
Entiendo. - dijo. - Escucha, tengo que pedirte perdón. Yo fui un padre terrible.
Te dejé de lado y también a los hijos de Laurel. Y lo peor de todo, defraudé a
los hijos que tuvimos juntos. Tolliver y yo estábamos juntos en silencio,
casi tocándonos. Yo ni siquiera necesitaba mirar a mi hermano, porque sabía
cómo se sentía. Matthew no necesitaba decirnos a quién había dejado de
lado.
Y, sin embargo, era obvio que estaba esperando nuestra reacción.
- Nada de esto es nuevo para nosotros. - dijo Tolliver.
- Laurel y yo éramos adictos. - dijo Matthew. - Eso no es una excusa
para nuestra negligencia, sino una... confesión, supongo. Hicimos las cosas
mal antes. Os pido perdón.
Me preguntaba si esto era algo que Matthew se veía obligado a hacer
como un paso en algún programa de rehabilitación. Si era así, se había
equivocado completamente. Acosando a sus hijos, después usarme para
llegar hasta Tolliver, esa no era la manera de expresar el arrepentimiento.
Después de un momento de silencio, dije - ¿Te acuerdas de la noche en
que Mariella se puso tan enfermo, y que tratamos de salir del remolque para

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 55

llevarla al medico y nos cerraste la puerta porque no queríais que hospital


llamara a los servicios sociales? Estábamos dispuestos a ser separados, si
así podíamos conseguirle ayuda a ella.
- ¡Se puso bien!
-¡Porque nos pasamos toda la noche poniéndola en un baño frío y
dándome Tylenol para bebés!
Matthew parecía blanco.
- No recuerdas nada de eso. - dijo Tolliver. - No recuerdas la noche
en la tuvimos que dormir debajo del remolque porque estaba lleno de tus
amigos. ¿No te acuerdas cuando Harper fue golpeada por un rayo y no
querías llamar a una ambulancia.
- Me acuerdo de eso.- Matthew miró directamente a Tolliver. – Tú le
salvaste la vida ese día. Le hiciste la reanimación cardio-pulmonar.
- Y tú no hiciste nada. - dije.
- Yo amaba a tu madre. - me dijo.
- Sí, estoy muy contenta de que estuvieras con ella al final. - dije. -
Cuando ella murió sola, y mientras tú estabas en otra cárcel.
- ¿Tú estabas allí? - Dijo, rápido como una serpiente atacando.
- Yo no declaro mi amor por ella.
- ¿Fuiste al funeral?
Si pensaba que estaba echando brasas sobre mi cabeza, no podía
estar más equivocado. - No. Yo no voy a los funerales. Por razones obvias.
Matthew todavía no lo entendía. Se había frito algunas de sus propias
neuronas en el transcurso de los últimos años. Entrecerró los ojos hacia mí,
haciendo una pregunta.
- Presencia de los muertos. Es un problema real para mí.
- Oh, venga ya. No tienes que fingir. Yo soy yo. Te conozco. Puedes
engañar a otras personas evidentemente, pero no a mí. - Matthew hizo una
mueca que pretendía hacerme saber que todos estábamos formando una
gran conspiración juntos.
- Márchate. - dijo Tolliver.
- Oh, venga. - dijo Matthew, incrédulo. - Hijo, ¿no estarás afirmando
que eso de encontrar cadáveres es real? Quiero decir, puedes fingir delante
de otras personas, pero tu hermana es cualquier cosa menos una especie de
bruja oculta.
- Ella no es mi hermana, por lo menos no de sangre. - dijo Tolliver. -
Somos una pareja.
La cara de Matthew enrojeció. Parecía que iba a vomitar. - Me dais
asco. - dijo, y al instante se arrepintió.

Traducido por Beleth


56 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Ahora, casi todos a los que se lo habíamos dicho habían tenido esa
reacción, en mayor o menor grado. Si me hubiera preocupado lo que iban a
sentir, hubiera estado preocupara por nuestra relación.
Afortunadamente, no me importa una mierda.
- Es hora de que te marches, Matthew. - dije, alejándome de Tolliver.
– Para ser un drogadicto reformado y alcohólico, no eres muy tolerante ante
las diferencias de los demás.- Mantuve abierta la puerta de la habitación.
Matthew me miró y luego a su hijo, esperando que Tolliver cancelara
mi sugerencia. Tolliver giró la cabeza hacia la puerta abierta. - Creo que será
mejor que te vayas antes de que enloquezca más. - dijo, en una voz sin
carga emocional alguna.
Matthew me lanzó una mirada furiosa, mientras caminaba hacia la
puerta.
La cerré con llave detrás de él. Di un paso hacia Tolliver, lo abracé,
y miré su cansada cara. – Y yo que pensaba que alguien se alegraría por
nosotros. - dije, para romper el silencio. Yo no sabía lo que estaba sintiendo
Tolliver. ¿Acaso estaba dudando?
Ahora afuera estaba completamente oscuro, y la ventana parecía
un gran ojo mirando la habitación, especialmente ya que estábamos en la
planta baja. Tolliver me dio un abrazo y se acercó hacia la ventana para
correr las cortinas. Me sentiría mejor cuando la noche cayera y Tolliver y yo
estuviéramos solos.
Tolliver estaba de pie en mitad de la ventana, con los brazos extendidos
para poner las cortinas. Yo estaba un poco al lado y detrás de él, a punto de
sentarme sobre la cama para desatarme los zapatos. Y entonces sucedieron
un centenar de cosas en unos pocos segundos. Hubo un ruido enorme, y mi
cara y mi pecho me dolían, y me salpicó algo húmedo. Una ráfaga de aire frío
sopló sobre mi cara mientras Tolliver se tambaleaba hacia atrás, tirándome
encima de la cama. Cayó encima de mí y luego se deslizó hasta el suelo de
una manera extraña.
Me puse de pie tan rápido que me tambaleé, consciente de que el
aire frío entraba por la ventana, inexplicablemente. Miré a mi pecho frío.
Estaba mojado, no con lluvia, pero con manchas rojas. Mi camiseta estaba
arruinada. No sé por qué eso me importaba. Pero creo que grité, porque
había comprendido en un nivel subconsciente que le habían disparado a
Tolliver, que el vidrio roto me había cortado y que estaba cubierta de sangre,
y de que nuestro mundo había cambiado por completo en el espacio de un
segundo.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 57

Capítulo 6

D ebí de haber abierto la puerta en respuesta a los golpes, porque


Matthew estaba en la habitación, y yo no estaba siendo de ayuda
para Tolliver porque estaba allí, mirándolo, con las manos extendidas hacia
delante porque me había tocado la cara y estaban cubiertas de sangre. Como
mis manos estaban sucias que no quería tocar a Tolliver.
Matthew estaba de rodillas junto a su hijo. Saqué mi teléfono de mi
bolsillo y llamé al 911, aunque requirió más concentración que cualquier otra
cosa que yo había hecho en mi vida. Jadeé el nombre del motel y su ubicación,
y creo que dije que necesitábamos una ambulancia inmediatamente, y dijo:
“francotirador”, porque estaba pensando en esa palabra.
En un pensamiento que pasó tan rápido que no pude alcanzar su
final, me arrepentí de haber mencionado a un francotirador porque tal vez la
ambulancia no se acercaría porque el conductor estaría asustado, y luego
tiré por la borda esa idea y me fui junto a Matthew en la alfombra, frente a él
estaba el cuerpo de Tolliver.
Me habían disparado a través de una ventana antes y había sido
aterrador. Entonces también había recibido esquirlas de vidrio. Pero esto era
mucho peor, más terrible, era la peor cosa que jamás me había ocurrido, porque
le había pasado a Tolliver. Eso era todo lo que podía pensar, en la horripilante
idea de que eso sucediera dos veces, pero intenté sobreponerme del horror
y traté de ayudar. Matthew estaba quitándose la camisa y doblándola, y la
apretó contra la zona que sangraba.
- Sujeta esto, idiota. - dijo, y puse las manos sobre la montaña formada
por la camisa. Se empapaba de sangre bajo mis dedos.
Si él no se hubiera precipitado hacia la puerta con tanta rapidez, le
habría acusado de hacerle esto a Tolliver, pero yo no creía que así fuera. Era
una idea que sin duda hubiera adoptado si me hubiera ocurrido a mí.
Tolliver abrió los ojos. Estaba pálido, perplejo. - ¿Qué ha pasado? -
Dijo. - ¿Qué pasó? Cariño, ¿estás bien?

Traducido por Beleth


58 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- Sí, estoy bien. - le dije, apretando con todas mis fuerzas. - Escucha,
ya están de camino, querido. - Yo no recordaba haber llamado a Tolliver
“querido” en todos los años que habíamos pasado juntos. – Van a venir para
ayudarte. No estás mal herido, te pondrás bien.
- ¿Había una bomba? – Dijo - ¿Hubo una explosión? - Su voz se
quebró - Papá, ¿Qué pasó? Harper está herida.
- No te preocupes por Harper. - dijo Matthew. - Está bien. Estará bien.
- Estaba examinando las heridas de Tolliver con sus dedos, levantándole la
a Tolliver para examinar la piel.
Entonces los ojos de Tolliver se cerraron y su rostro se relajó.
- ¡Oh, Dios! - Casi moví las manos, pero incluso bajo el pánico del
momento supe que no debía hacerlo. Había sujetado durante lo que me
parecieron horas. No era el momento de soltar ahora.
- No está muerto. - gritó Matthew. - Él no está muerto
Sin embargo, a mí me parecía muerto.
- No. - dije - Él no está muerto. No lo está. No puede estarlo. Es su
hombro derecho, y ahí no está el corazón. Él no puede morir por esto. - Yo sabía
lo tonta que estaba siendo, pero no tenía vergüenza en ese momento.
- No, él no morirá. - dijo su padre.
Abrí la boca para gritarle a Matthew, aunque no sabía lo que le iba a
decir, y entonces apreté los labios juntos, porque escuché una ambulancia.
Había gente apiñada en la puerta de la habitación, y estaban hablando
y gritando, y escuché a algunos de ellos gritándole al conductor de la
ambulancia “Ven aquí, ven aquí”, y si giraba la cabeza hacia mi izquierda,
podía ver por la ventana las luces intermitentes. Lo que yo más quería era
que alguien que sabía lo que hacía entrara en la habitación y ocuparse de
todo, alguien que pudiera ocuparse de mi hermano y detener el sangrado.
Hubo más gritos afuera cuando la policía llegó con la ambulancia y
comenzaron a decirles a todos que se apartaran, a continuación los tipos de
la ambulancia aparecieron en la habitación y Matthew y yo tuvimos que salir
fuera para pudieran trabajar.
La policía me llevó fuera, y yo no pude recordar una sola cara después
de esa noche. - Alguien le disparó a través de la ventana - le dije a la primera
cara que pareció hacerme una pregunta. - Yo estaba parada detrás de él y
alguien le disparó a través de la ventana.
- ¿Qué relación tienen? - Preguntó la cara.
- Soy su hermana - dije de forma automática - Este es su padre. No es
mi padre, pero él suyo sí. - Yo no sé por qué hice esa distinción, excepto que
había estado haciéndolo durante años, diciendo que no tenía parentesco
alguno con Matthew Lang.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 59

- Tiene que ir también al hospital. - dijo a la cara. – Tendremos que


quitarle las esquirlas de cristal.
- ¿Qué cristal? - Le dije. - Tolliver recibió un disparo.
- Tiene vidrio clavado en la cara. - dijo el hombre. Pude ver ahora
que era un hombre, mayor de cincuenta años. Pude ver que tenía los ojos
marrones y profundas arrugas que irradiaban desde las esquinas, y una gran
boca y dientes torcidos. – Tendrán que limpiarle y quitarlos.
Tendría que empezar a llevar gafas de seguridad si iba a seguir
recibiendo impactos de vidrio en la cara.
Entonces fui al hospital, estaba sentada en un cubículo, y alguien
había sacado mi billetera del bolso para obtener la información del seguro.
Alrededor de un centenar de personas vinieron a hacerme preguntas, pero
yo no podía hablar. Estaba esperando que alguien viniera a decirme cómo
estaba Tolliver, y que no tenía sentido hablar hasta que supiera qué le había
ocurrido a él. La médico que me quitó los cristales parecía tener un poco de
miedo de mí. Trató de hablar, tal vez pensado que su voz me relajaría.
- Tienes que mirar hacia abajo para que pueda sacar este trozo. -
dijo finalmente, y cuando miré hacia abajo pude sentir la tensión salir de su
cuerpo. Debía de haber estado mirándola fijamente. Estaba deseando poder
volverme fantasma y flotar por el pasillo para ver qué le estaba pasando
a mi hermano. ¿Si prometía renunciar a él si así vivía, serviría de algo?
Las ofertas que se hacen cuando se tiene miedo son probablemente una
visión del carácter real de una persona. O quizás sólo una visión exacta de
su naturaleza primitiva, como serías si nunca hubieras estado en un centro
comercial o recibido un cheque o confiado en alguien más para proporcionar
los alimentos.
Una mujer con una blusa rosa me preguntó si había alguien a quien
pudiera llamar, alguien que me gustaría que se quedara conmigo, y yo sabía
que iba a comenzar a gritar si veía a Iona o a Hank, así que dije que no.
Dejaron que su padre fuera con él. ¡Y a mí no! ¡Tenían que quitarme
el cristal! Estaba tan enojada que pensé que la parte superior de mi cabeza
iba a explotar. Pero yo no grité. Lo guardé en mi interior. Cuando el médico
y la enfermera terminaron conmigo, me dieron un par de píldoras porque
pensaban que iba a pasarlo mal por un tiempo, asentí y me fui a buscar a
Tolliver. Encontré a Matthew sentado en una sala de espera, hablando con
un policía.
Me miró cuando entré, y pude ver la precaución en la cara.
- Esta es la hermanastra de Tolliver. Ella estaba en la habitación con él,
de pie detrás de él. - dijo Matthew, como si él fuera el maestro de ceremonias,
presentando a la alineación.
El policía era un detective, supongo, ya que llevaba pantalones, una
camisa y una cazadora. Era muy alto, y me pareció como una estrella de

Traducido por Beleth


60 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

fútbol, que en realidad resultó ser su caso. Parker Powers había sido un
famoso jugador de fútbol de Longview, Texas, le habían herido hace dos
años cuando estaba con los Cowboys de Dallas. Eso le hacía ser casi una
estrella. Aprendí todo eso a los diez minutos de conocerlo, gracias a Matthew
Lang.
El Detective Powers era una sombra de color marrón de estatura media
y tenía ojos azules. El pelo era de color marrón, rizado y bien recortado.
Llevaba un anillo de casado bastante ancho.
- ¿Quién cree que le disparó? - Me preguntó, era más directo de lo
que esperaba.
- No me lo puedo imaginar. - le dije. – Hubiera dicho que fue Matthew
si no hubiera entrado en la habitación tan rápido.
- ¿Por qué su padre?
- Porque ¿A quién más le importa? - Dije, dándome cuenta de que
esa no era la manera más coherente de exponer mi opinión. - Por supuesto,
a algunas personas no les gusta lo que hacemos, pero somos honestos y
no tenemos enemigos. Al menos, no que yo sepa. Obviamente, debemos
de tener uno. - No sé cómo la policía podría sacar algo de sentido a esto,
pero se suponía que en algún momento había explicado lo que Tolliver y yo
hacíamos. No me acordaba.
El Detective Powers hizo todas las preguntas-y-respuestas de rutina
acerca de cómo nos ganábamos nuestra vida, desde hace cuánto tiempo,
cuánto dinero cobrábamos, cual había sido nuestro último caso. Tuve que
pensar un momento sobre eso, pero entonces me acordé de la visita de
los Joyce y se lo conté. No parecía muy contento al descubrir que nos
hablábamos con una familia rica y poderosa.
Un médico entró, un hombre mayor, con flequillo y una vieja cara. Me
puse de pie en un instante.
- ¿Señores de la familia Lang? - Él nos miró a mí y a Matthew. Yo no
podía hablar, yo estaba esperando. Matthew asintió.
- Soy el Dr. Spradling, y soy cirujano ortopédico. Acabo de operar al
Sr. Lang. Bueno, hay buenas noticias en conjunto. El Sr. Lang fue alcanzado
por una bala de pequeño calibre, probablemente de un rifle o una pistola .22.
Atravesó su clavícula.
Exclamé. No pude evitarlo. Yo estaba actuando como una tonta.
- Así que he escayolado la clavícula. No hubo grandes daños ni a los
nervios ni a los vasos sanguíneos, por lo que es un hombre con suerte, si
se puede decir eso de alguien que ha recibido un disparo. La cirugía ha ido
bien. - dijo el médico. - Y creo que se va a recuperar sin muchos tropiezos.
En cuanto a lo que va a suceder ahora, tendrá que permanecer en el hospital
durante dos o tres días. Si todo sigue bien, si no hay complicaciones, podrá
ser dado de alta. Pero probablemente tendrá que tomar antibióticos por

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 61

vía intravenosa durante una semana. Podemos buscarles una enfermera


a domicilio para ayudarles, pero tendrá que permanecer en la zona, y creo
saber que no tiene una residencia aquí. - Miró más o menos hacia los dos,
mientras esperaba a ver qué sucedía.
Asentí frenéticamente para asegurarle que yo entendía todo. - Cualquier
cosa que usted diga. - Le dije al Dr. Spradling.
- ¿Dónde vive usted, señorita Connelly? ¿Tengo entendido que vive
con usted?
Pude ver la cara de Matthew, y pensé que tal vez Matthew estaba a
punto de intentar tomar el control de la atención médica de Tolliver. Un miedo
enorme se superpuso a todos los demás. ¿Me dejarían pasar a verlo si
Matthew protestaba? Tuve que aguantar la carta de paternidad de Matthew.
Abrí la boca y me sorprendí al decirle al médico, totalmente fuera de la nada,
- Estamos casi casados. Es lo que se llama un matrimonio informal. - Texas
reconocía los matrimonios de hecho, y yo estaba segura de que así es como
llamaban. La concubina podría vencer a la hermanastra. - Tenemos un
apartamento en San Luis. Hemos estado viviendo juntos durante seis años.
Al médico no podría importarle menos. Él sólo quería hacerme saber
como iba a tener cuidar a Tolliver. Sin embargo, si se giró un poco para
mostrar que se dirigía a mí en particular. - Sería más fácil si se pudiera
encontrar un lugar cercano al hospital hasta que esté más fuerte. Él no está
fuera de peligro todavía, pero realmente creo que estará bien.
- Está bien.- Repasé todo lo que había dicho de nuevo por mi mente,
con la esperanza de que podía recordar todo. Fractura de clavícula, bala de
pequeño calibre, ningún daño importante. Tres días en el hospital. Antibióticos
administrados por vía intravenosa por una enfermera en el hotel. En un hotel
más cercano.
- Pueden quedarse conmigo y con su hermano si lo necesitan. - dijo
Matthew, y el médico asintió con la cabeza, claramente interesado en los
detalles. Podía garantizar que eso no iba a suceder, pero este no era el
momento de resolverlo.
- Mientras pueda estar con alguien que sea responsable con él. Tiene
que estar tranquilo y confortable, levantarse y moverse varias veces al día,
tomar a tiempo sus medicamentos, evitar el alcohol, y comer buena comida.
- dijo el médico. – Y de nuevo, eso es suponiendo que siga estando bien.
Sabremos algo más mañana. – El Dr. Spradling quería estar seguro de que
estábamos lo suficientemente advertidos.
Asentí vigorosamente, temblando de ansiedad.
- Me quedaré en su habitación esta noche. - dije, y el médico, que
había dado media vuelta, hizo un esfuerzo para parecer simpático.
- Dado que acaba de salir de intervención quirúrgica, estará vigilado con
mucha frecuencia durante la noche. - dijo el médico. – Y no estará despierto.

Traducido por Beleth


62 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Estaría mucho mejor en su casa, limpiándose, y volviendo por la mañana. Si


deja un número de teléfono, nos pondremos en contacto con usted si sucede
algo.
Me miré a mí mismo. Tenía sangre por todas partes, y se había secado.
Me veía… horrible, y ahora entendía por qué todo el que pasaba desviaba
la mirada. Olía a sangre y a miedo. Y yo necesitaba nuestro coche. Así que
en contra de mis propias inclinaciones, le pedí a Matthew que me llevara al
motel.
La policía había terminado de procesar los restos de la habitación en
ese momento. Cuando caminaba por el vestíbulo para hablar con la mujer en
la recepción, fui recibida por la gerente, una mujer afro americana de unos
cincuenta años con el pelo cortado y que parecía simpática. Estaba ansiosa
de que me alejara de los clientes que pudieran entrar, y cuando estuvimos en
una pequeña habitación en la parte posterior del mostrador de facturación,
me hizo sentarme y me trajo una taza de café, que yo no recuerdo haber
pedido. Tenía una etiqueta con su nombre, Deneise.
- Srta. Connelly. - dijo, muy seria y sinceramente, - Si da su
consentimiento, le enviaré a Cynthia a la habitación para recoger su ropa y
sus objetos personales.
Me preguntaba a dónde llevaría esto. - Muy bien, Deneise. - dije. - Eso
sería muy útil.
Ella tomó aire y dijo - Esperamos que sepa que lamentamos este
terrible incidente y que queremos hacer su estancia lo más libre de estrés
posible. Sabemos que tiene otras cosas en las que pensar.
Finalmente lo entendí. Deneise se preguntaba si considerábamos que
el motel tenía a culpa del tiroteo, y quería saber cuales eran mis intenciones.
Y creo que estaba realmente conmocionada y triste por todo lo que había
sucedido.
Después de que Cynthia fue enviada para salvar lo que quedaba de
nuestras cosas, para mi alivio, Matthew se ofreció a ir con ella. Deneise
propuso un acuerdo,. - Quizás no quiera quedarse aquí otra noche, Señorita
Connelly, pero si lo hace, nos gustaría contar con usted.
Sentí que era poco sincera, pero no culpar a la mujer.
- Si decide quedarse, por supuesto estaríamos encantados de
proporcionarle una habitación similar de forma gratuita, para mostrar nuestro
pesar de que ha tenido… inconvenientes.
Casi sonreí. - Eso es un eufemismo. - dije. - Sí, me gustaría tener una
habitación para el resto de la noche, pero me marcharé a primera hora de la
mañana. Tengo que encontrar algo más cercano al hospital.
- ¿Cómo está el Sr. Lang? - Deneise preguntó, y yo le dije que iba a
estar bien.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 63

- ¡Oh, eso es una buena noticia! - Parecía aliviada en varios niveles


diferentes, y yo no la culpaba ni un poco.
Ahora que se había resuelto la situación de motel, yo estaba ansiosa
por entrar en una habitación y limpiarme. La gerente llamó a Cynthia y le dijo
que cogiera nuestro equipaje y lo llevara directamente a la habitación 203.
- Pensé que podría sentirse mejor en una habitación que no esté a
nivel de calle. – Explicó mientras colgaba.
- Tiene razón. - dije. Pensé en el agujero negro de la ventana, y me
estremecí. Mi cara y mis hombros me dolían, estaba cubierta con puntos y
manchas secas de sangre, y de repente empecé a temblar, ahora tenía todo
el tiempo para mí. Ahora que pensaba que Tolliver iba a estar bien.
Matthew apareció en la puerta de la oficina. - Tus cosas están en tu
nueva habitación, y no creo que falte nada. Todo parece estar en tu bolso.
No me gustaba la idea de que Matthew tuviera acceso a mis cosas,
pero el había sido de mucha ayuda esta noche, y tendría que darle crédito
por ello. Le dije que estaba agradecida de que Deneise hubiera sido tan
considerada y llave en mano, salí a la entrada con Matthew para entrar en el
ascensor.
- Gracias. - dije, y retumbó hasta la zona con máquinas de comida
y de hielo. Un par de personas que subían las escaleras nos miraron con
curiosidad, y cuando vieron que estaba cubierta de sangre, subieron a toda
prisa a su habitación.
- Está bien. - Matthew. - Escuché el disparo, y te oí gritar. Crucé el
estacionamiento bastante rápido. - Rió.
Yo ni siquiera me di cuenta de que había gritado.
- ¿No viste a nadie en el estacionamiento?
- No. Y me está volviendo loco, porque el asesino tuvo que haber
estado muy cerca de mí.
Recordé eso para pensar en ello más tarde. - Bueno, supongo que te
veré mañana en el hospital, si puedes conseguir un día libre en el trabajo.
- le dije. De repente, quería estar sola.
- ¿Quieres que llame a Iona? - Matthew preguntó.
Cuando le dije, - ¡No! - Se rió, una especie de risa ahogada que le hizo
sonar un momento como Tolliver.
- Espero que no te importe que lo diga, pero dependes mucho de mi
hijo. - dijo Matthew, leyendo mis pensamientos tan bien que me enojé al
instante.
- Tu hijo es mi amante y toda mi familia. - le dije. - Hemos estado juntos
durante años. Cuando tú no estabas.
- Pero tienes que ser capaz de funcionar por tu cuenta. - dijo Matthew
en el típico tono que emplea alguien que ha sido asesorado, y porque estaba

Traducido por Beleth


64 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

tratando de parecer amable, me molestaba incluso más. Quizás sea una


persona dependiente, pero no soy tan frágil como parece. O tal vez si lo soy,
pero eso no es asunto de Matthew Lang.
- No creo que tengas derecho a decirme cómo debo vivir ni cómo
debo ser. - dije. - No tienes derechos sobre mí. Nunca los tuviste. Y nunca
los tendrás. Te agradezco tu ayuda esta noche. Me alegro de que por fin
hicieras algo por su hijo, aunque tuviera que recibir un tiro para ello. Tienes
que irte ahora, quiero darme una ducha. – Cogí la llave, abrí la puerta y entré
en la nueva habitación. Las luces estaban encendidas, y la habitación estaba
caliente. Nuestras maletas estaban en el suelo junto a la cama.
Matthew asintió con la cabeza hacia mí y se alejó sin decir una palabra
más, cosa que era fue muy buena. Miré la maleta de Tolliver y empecé a llorar,
pero me obligué a ir al baño para quitar la sangre de la ropa manchada. Me
di un baño muy cuidadosamente, consciente de mis propios cortes y heridas.
Me puse el pijama.
Llamé al hospital de nuevo, y me dijeron Tolliver seguía igual. Les
recordé una vez más que me llamaran inmediatamente si había algún
cambio. Puse el teléfono en el cargador, y me metí en la cama, esperando a
que sonara.
Pero no lo hizo. En toda la noche.

A la mañana siguiente cuando fui al McDonald para llevar, me di


cuenta de que tenía que llamar a Iona para decirle lo que había sucedido.
De lo contrario, lo podría en los periódicos. No esperaba nada de ella, y fue
una sensación extraña darme cuenta de que había alguien a quien debía
informar; Tolliver y yo estábamos acostumbrados a estar por nuestra cuenta.
Si no hubiéramos estado en la misma zona, yo nunca habría pensado en
llamar a Iona para contarle el ataque a Tolliver. Llegué al hospital pronto,
miré hacia su habitación para ver que Tolliver estaba durmiendo, y regresé a
la sala de espera para utilizar mi teléfono móvil. La cobertura en el vestíbulo
no era buena, así que salí con los fumadores. Era un día frío y claro, con un
cielo azul brillante.
Miré el reloj, pensé que había alguna posibilidad de que Iona no
hubiera salido a trabajar todavía, y llamé a la casa. Iona no se alegró mucho
de escucharme a esas horas, y me hizo saberlo.
- A Tolliver le dispararon ayer por la noche. - dije, y ella se quedó en
silencio.
- ¿Está bien? - Preguntó ella, incluso aún así sonaba molesta.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 65

- Sí, se pondrá bien. - le dije. - Está en una habitación normal en


el Hospital God’s Mercy. Le han operado el hombro. Estará en el hospital
durante un par de días más, el médico dijo eso.
- Bueno, no creo que haga falta decírselo ahora a las niñas. -dijo Iona.
- Además, Hank ya las ha llevado a la escuela. Hablaremos de ello cuando
vuelvan a casa hoy.
- Haz lo que quieras. - le dije. - Tengo que llamar a Mark. – Cerré el
teléfono, enfadada y decepcionada. No es que yo quisiera que mis hermanas
pequeñas se preocuparan, sobre todo después del incidente en pista de
patinaje, entonces supe que mi interacción con ellas siempre estaría regulada
por la patrulla que las vigilaba. Estaba siendo muy ingrata con Iona al hacer
esa comparación. Debería estar contenta cada día por el valor que ella y
Hank habían tenido de cuidar a unas niñas con un fondo tan perjudicial.
Pero hablar con ella era como una batalla cuesta arriba.
Por primera vez, pensé que Tolliver podría tener razón. Tal vez
deberíamos salir de la vida de nuestras hermanas y solo enviarles tarjetas
por Navidad y regalos en sus cumpleaños.
Entonces Mark respondió a su teléfono con una voz somnolienta, y
tuve que dejar de lado estos malos pensamientos para lidiar con el presente.
Mark había trabajado hasta altas horas de la noche el día anterior por lo que
no estaba siendo muy coherente, pero me aseguré de que comprendiera la
esencia de la historia y supiera el nombre del hospital. Prometió que iría por
allí en cuanto pudiera, probablemente más adelante en la mañana.
Después yo no tenía nada más que hacer sino volver a la habitación
triste y ver cómo dormía Tolliver. Por supuesto, tenía un libro en mi bolso, y
traté de leer un rato, pero yo seguía perdiendo el hilo de la narración. Por
último, deje el libro de lado y simplemente miré a Tolliver.
Tolliver rara vez estaba enfermo, y nunca había sido herido en serio.
Las vendas y la intravenosa y el tono gris de su piel lo hacían parecer casi
un extraño, como si alguien se hubiera introducido dentro de él y usurpado
su cuerpo. Me senté a mirarle, deseando que se despertara, de que el vigor
regresara a su cuerpo.
Eso funcionó tan bien como era de esperar.
Yo sabía que tenía que ser fuerte ahora. Con mi hermano herido, yo
tenía que cuidar de él, de los dos. Era bueno que hubiéramos planeado
pasar unos días en Texas, porque sabía que no teníamos ningún otro trabajo
que debiera de ser reprogramado. Sin embargo, yo tendría que revisar el
ordenador para ver los mensajes nuevos. Tendría que ocuparme de todo.
De inmediato comencé a preocuparse de no hacer un buen trabajo, de que
me olvidara de algo fundamental. Pero, ¿De qué podía olvidarme que fuera
a importar tanto? Mientras no nos olvidáramos de un trabajo, y mantuviera el
depósito del coche con gasolina, estaría haciendo un buen trabajo.

Traducido por Beleth


66 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Finalmente, el Dr. Spradling entró. Tolliver había estado moviéndose


un poco, así que sabía que se iba a despertar. El Dr. Spradling parecía más
cansado y viejo hoy. Él me dedicó una mirada y un movimiento de cabeza
antes de acercarse a la cama de Tolliver. Él dijo: - ¿Señor Lang? - Con una voz
penetrante. Tolliver abrió los ojos. Él miró más allá del médico, directamente
hacia mí, y se notó su alivio.
- ¿Estás bien, cielo? - Dijo, tratando de extender una mano hacia mí.
Me adelanté al médico, rodeando la cama por el otro lado. Puse su
mano izquierda entre las mías.
- ¿Cómo estás? - Le pregunté.
El Dr. Spradling estaba mirando los ojos de Tolliver, leyendo su informe,
y al mismo tiempo escuchando nuestra conversación.
- Mi hombro me duele. ¿Qué pasó? – Preguntó - La ventana estalló.
¿Alguien arrojó un ladrillo? Tienes cortes en la cara.
- Tolliver, te dispararon. - dije. No podía pensar de una manera discreta
de sacar el tema. - Sólo fui golpeada por fragmentos de cristal de la ventana.
No es nada. Te pondrás bien.
Tolliver parecía confundido. - No me acuerdo. – Dijo- ¿Me
dispararon?
- Su memoria volverá. ´- dijo el Dr. Spradling. Lo miré, parpadeando
para no llorar.
- Esto no es algo raro. - me dijo, y aprecié su intento de tranquilizarnos.
- Sr. Lang, voy a mirar su herida. - Entró una enfermera, y los minutos
siguientes fueron realmente desagradables. Tolliver se veía exhausto cuando
le volvieron a vendar.
. Todo se ve bien. - dijo el Dr. Spradling rápidamente. – El Sr. Lang va
mejorando.
- Me siento muy mal. - dijo Tolliver, no era una queja, más bien una
preocupación.
- Un disparo es algo serio. - dijo el Dr. Spradling, y me miró con una
leve sonrisa. - No es como en la televisión, Sr. Lang, cuando la gente se
levanta de la cama del hospital y se marcha a perseguir ladrones.
No creo que Tolliver siguiera todo eso, porque estaba mirando al
médico con una expresión incierta. Spradling se giró hacia mí. - Espero que
se quede aquí mañana, y veremos a ver al día siguiente. Él quizás necesite
un poco de terapia física con el hombro.
- ¿Pero recuperará el pleno uso de su brazo? - dije, de repente
dándome cuenta de que ni siquiera había comenzado a preocuparme tanto
como debería.
- Si todo sigue bien, es muy probable.
- Oh. - dije, aplastada por la falta de certeza. - ¿Qué puedo hacer?

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 67

El Dr. Spradling parecía como si estuviera tan perdido como Tolliver. El


médico claramente no pensaba que hubiera mucho más que pudiera hacer
por Tolliver, excepto pagar su factura. - Depende de él. - dijo el Dr. Spradling.
– De su compañero..
No creo que me hubiera gustado ver a otro médico ese día, ya que
un médico no me podía dar una respuesta clara. Mi mente sabía que el Dr.
Spradling estaba siendo lógico y realista, y mi mente también me decía que
se lo agradecía. Pero mi mente estaba por detrás de mis emociones.
Me las arreglé para mantenerme bajo control, y el Dr. Spradling se
marchó con aire alegre. Tolliver todavía parecía un poco confundido, pero
volvió a dormirse. Parpadeó cuando escuchó un ruido en la habitación,
pero nunca abrió los ojos. Yo no podía saber qué hacer a continuación. Yo
estaba de pie junto a la cama, mirando a Tolliver y tratando de hacer un plan,
cualquier plan, cuando Victoria Flores entró después de llamar rápidamente
a la puerta.
Victoria rondaba la treintena. Era una ex policía de la fuerza de
Texarkana, era a la vez esbelta y hermosa. Yo nunca había visto a Victoria
llevar otra cosa que no fuera un traje y tacones. Ella tenía su propio código
de vestimenta personal. Su cabello oscuro y grueso estaba cortado hasta el
hombro, y llevaba pendientes de oro. Hoy el traje era de un color rojo opaco,
con una blusa de color crema.
- ¿Cómo está? - Dijo, señalando hacia la figura silenciosa de la cama.
No hubo abrazo, ni apretón de manos, sin preámbulos. Victoria fue directa al
grano.
- Está bastante herido. - dije - Tiene un hueso roto. - Me toqué mi
clavícula a modo de ilustración. - Pero el médico que estaba aquí ha dicho
que Tolliver estaría bien si hacía rehabilitación. Si no cambia nada.
Victoria resopló. - Entonces, ¿qué pasó?
Se lo dije.
- ¿Cuál fue vuestro último caso? - Me preguntó.
- Los Joyce.
- Me voy a reunir con ellos más tarde esta mañana.
No le describí la lectura que había hecho en el cementerio porque los
Joyce no me habían dado permiso, pero sí le expliqué a rasgos generales a
Victoria el tiempo que estuvimos con ellos. Y sabía que nos habían visitado
en el motel.
- Esa tiene que ser la causa más probable de los disparos. -dijo Victoria.
- ¿Y cual fue el caso anterior a éste?
- ¿Te acuerdas del asesino en serie, los niños muertos en Carolina del
Norte? ¿Los que estaban enterrados en el mismo lugar?
- Fuiste tú… ¿Quién los encontró?

Traducido por Beleth


68 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- Sí. Eso fue horrible. Además, tuvimos mucha publicidad, la mayor


parte del tipo malo. – Sabíamos que el boca a boca era lo mejor para conseguir
trabajos de verdad. La publicidad podría inducir un brote de interés, pero
ese interés era en su mayoría de la gente que quería ver lo inexplicable y
lo misterioso, no personas que querían pagar un montón de dinero para
enseñárselo a sus vecinos.
- ¿Así que este incidente podría ser una secuela de caso de Carolina
del Norte?
- Ahora que lo he dicho en voz alta, no me parece muy probable. -
Tolliver necesitaba un afeitado. Debería hacer eso, y luego peinarle. No podía
pensar en otra cosa que hacer para ayudarlo.
Se veía tan indefenso. Era tan impotente. Yo era la única defensa que
tenía. Tendría que llevar los pantalones.
- Los asesinatos de Carolina del Norte realmente molestaron a mucha
gente. - dijo Victoria, con su voz reflexiva. Ella creía claramente que el disparo
de Tolliver debía de estar relacionada con el único caso de asesinato en
masa que habíamos descubierto.
- Pero atraparon a los malos. ¿Por qué iba alguien a querer matarnos
por ayudar a capturar a quien lo hizo?
- ¿Estás segura de que no había nadie más en eso? ¿Los dos hombres
eran los únicos asesinos?
- Estoy segura, y lo que es más, la policía está segura Créeme, fue
una investigación a fondo. Ellos no han ido a juicio aún, pero el fiscal está
bastante seguro de que vamos a obtener una condena.
. Está bien. - Victoria miró a Tolliver durante unos segundos. - Entonces,
o tienes un acosador o tiene algo que ver con los Joyce. - Hizo una pausa
por un momento. - No ha habido nada nuevo acerca de tu hermana durante
mucho tiempo. Asumo que el caso está demasiado frío como para que el
secuestro de Cameron tenga relación alguna con lo que te está pasando
ahora.
Asentí. - Estoy de acuerdo. Creo que el caso de los Joyce es lo más
probable. Si les parece bien que hable contigo, estaré encantada de decirte
todo. Realmente no hay mucho que contar.
Victoria sacó su teléfono móvil e hizo una llamada, estaba bastante
segura de que no debía hacer eso en un hospital. Ella empezó a hablar.
Unos segundos más tarde, ella me pasó el teléfono.
- Hola. - dije.
- Soy Lizzie Joyce.
- Hola. ¿Quieres que hable con Victoria?
- Me parece muy ético por tu parte. Tienes mi permiso. - ¿Sonaba
divertida? Yo no creía que mi moral fuera graciosa. - Lamento lo que le ha

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 69

pasado. - Lizzie continuó. - He oído que sucedió en ese mismo motel donde
les visitamos a ustedes. ¡Dios mío! ¿Qué crees que pasó? ¿Era sólo un
disparo al azar?
Un recuerdo apareció en mi mente. - Uno de los policías me dijo que
había otro disparo a un par de manzanas de distancia. Así que es posible.
Pero eso es bastante difícil de creer.
- Bueno, realmente lo siento mucho. Si hay algo que pueda hacer, sólo
házmelo saber.
Me preguntaba cómo de sincera era la oferta. Por un salvaje minuto
consideré en decirle: - La estancia en el hospital va a ser muy cara, porque
nuestro seguro es una mierda. ¿Podría usted ocuparse de la factura? Ah,
y de recoger su ficha para la rehabilitación también, ya que estás? - Pero
simplemente le di las gracias y le entregué el teléfono a Victoria.
Había estado demasiado preocupada como para pensar a la crisis
financiera que íbamos a tener que enfrentarnos hasta ese momento. Tuve
pensamientos infelices mientras Victoria Flores terminaba su conversación
con Lizzie Joyce. Por primera vez, vi el alcance del problema. Me di cuenta
de que la lesión de Tolliver significaba el fin de nuestro sueño de comprar
una casa, al menos en un futuro cercano.
Era posible que yo estuviera más deprimida, cosa yo no habría creído
posible hace diez minutos.
Le conté a Victoria la visita en el cementerio Pioneer Rest. Me hizo
un montón de preguntas que no pude contestar, pero finalmente se mostró
satisfecha de haberme arrancado hasta el último de mis conocimientos y de
mis conjeturas.
- Espero que pueda servirles de algo. - me dijo, dejando baja su propia
guardia. - - No puedo creer que vinieran a mí en lugar de acudir a alguna
agencia grande, pero ahora que sé todos los detalles, puedo ver por qué han
acudido a alguien como yo.
- ¿Ha sido duro, mudarse a esta zona? - Le pregunté.
- Sí, hay mucho más trabajo, pero mucha más competencia. - dijo
Victoria. - Es bueno poder estar cerca de mi madre, ella me ayuda con mi
hija. Y la escuela MariCarmen está aquí y es mejor que la de Texarkana.
Además, no está muy lejos en coche, y todavía tengo un montón de trabajos
y de contactos allá. Sólo me cuesta dos horas y media o tres, dependiendo
del tráfico y del clima.
- Nosotros nunca encontraremos a Cameron, ¿verdad? - dije.
Victoria abrió la boca, como si ella fuera a decirme algo. Entonces la
cerró. - Yo no diría eso. Nunca se sabe cuando aparecerá alguna pista. Yo
nunca os dejaría de lado. Sabes que es cierto.
Asentí.

Traducido por Beleth


70 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- Siempre lo tengo presente. - dijo Victoria. - Todos esos años, cuando


fui al trailer y hablé con Tolliver... Yo era una policía novata. Pensé que podría
encontrarla rápido, y hacerme un renombre allí. Eso nunca sucedió. Pero
ahora que trabajo por mi cuenta, todavía la busco, donde quiera que vaya.
Cerré los ojos. Yo también lo hacía.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 71

Capítulo 7

D
espués de que Victoria se marchara, me senté en la silla que había
junto a la cama del hospital. Mi pierna derecha estaba temblorosa.
Es la pierna que fue recorrida por el rayo en el remolque cuando el
trueno me alcanzó. Me estaba preparando para una Cita, así que era sábado
o viernes. Descubrí que ya no me acordaba de todas las circunstancias, eso
fue un verdadero shock.
Sí recordaba había estado rebuscando en el espejo del baño, mientras
me rizaba el pelo, que estaba conectado a la toma junto al lavabo. El rayo
entró por la ventana abierta del baño. Lo siguiente que recuerdo es que
estaba tendida de espaldas, la mitad del cuerpo dentro y la otra mitad fuera
de la pequeña habitación, y a Tolliver realizándome la reanimación cardio-
pulmonar, y a los de urgencias ocupándose de mi, y Matthew gritándoles de
fondo. Mark estaba tratando de acallarlo.
Mi madre estaba inconsciente en su dormitorio. Podía verla tendida
en la cama si giraba la cabeza hacia la izquierda. Uno de los bebés estaba
gritando, probablemente Mariella. Cameron estaba pegada a la pared de la
habitación, con el rostro empapado en lágrimas y con expresión angustiada.
Había un olor extraño en el aire. Los pelos de mi brazo derecho eran como
pequeños copos crujientes. No parecía funcionarme nada.
- Tu hermano te ha salvado la vida. - dijo el hombre de más edad que
estaba inclinado sobre mí. Su voz sonaba muy lejos y zumbaba.
Traté de responder, pero mi boca no funcionaba. Conseguí hacer un
pequeño movimiento de cabeza.
- ¡Gracias, Jesús! - dijo Cameron, sus palabras eran casi incoherentes
porque estaba muy sofocada.
Esa escena en el trailer me pareció más real en este cuarto de hospital
de Dallas. Me podía imaginar a Cameron claramente: su pelo largo y rubio,
sus ojos marrones, como los de papá. No nos parecíamos mucho, incluso
un rápido vistazo te diría que la forma de nuestras caras era muy diferente
y también lo eran nuestros ojos. Cameron tenía pecas en la nariz, y ella era
más bajita, y su construcción era más compacta que la mía. Cameron y yo

Traducido por Beleth


72 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

sacábamos buenas notas, pero ella era más popular. Ella trabajó duro para
conseguirlo.
Creo que Cameron lo hubiera pasado mucho mejor si no hubiera
sido capaz de recordar claramente la bonita casa en Memphis donde había
crecido, antes de que nuestra madre y padre fueran cuesta abajo. Quizás
ese recuerdo también hizo la hacía luchar para mantenernos aL nivel que
recordaba. Se volvía loca si no estaba todo ordenado, limpio y claro. Se
volvía loca si alguien sospechaba de cómo era eralmente nuestra vida en
casa. A veces ese deseo desesperado por mantener las apariencias en la
escuela hacía que Cameron fuera un poco difícil de tratar. Incluso vivir con
ella lo era, a decir verdad. Pero ella era absolutamente leal a sus hermanos,
tanto los medio-hermanos como los de sangre. Estaba decidida a cuidar a
Mariella y a Gracie mientras guardaba sus recuerdos sombríos de nuestro
pasado. Cameron trabajaba constantemente para que el remolque tuviera
un aspecto limpio y ordenado, y yo le ayudaba en esa lucha.
Victoria ya había levantado un montón de fantasmas. Mientras dormía
Tolliver, me acordé de los años en que yo esperaba ver a mi hermana a
todas partes adonde íbamos. Me imaginaba que estaría una tienda, y que el
empleado que me ayudaría con la compra sería ella. O que sería la prostituta
que estaba en la esquina de una calle en la noche. O que sería la joven
madre empujando un carrito de bebé, una con el pelo rubio y largo.
Pero no lo había sido.
Una vez incluso pregunté a alguien si se llamadba Cameron, porque
estaba convencida de que la joven era mi hermana, un poco envejecida y
desgastada. La asusté. Tuve que alejarme rápidamente, ya sabía que iba a
llamar a la policía si decía una palabra más.
En todas esas fantasías, ni una sola vez me había explicado a mí
misma cómo Cameron había encontrado esta segunda vida, o por qué no
me había llamado o escrito en todos estos años.
Al principio, me había auto-convencido de que mi hermana había
sido secuestrada por una banda o vendida para ser esclava, algo violento y
horrible. Más tarde se me había ocurrido que tal vez ella simplemente había
estado harta de su vida: de sus malos padres y del asqueroso remolque,
de una hermana que cojeaba y parecía abstraída, de los bebes que nunca
parecía mantenerse limpios.
Pero casi todos los días estaba segura de Cameron estaba muerta.
Me vi arrancada de mi sueño triste por la súbita aparición de uno
de los policías de la noche anterior. Entró en la habitación del hospital
silenciosamente y se quedó mirando a mi hermano. Luego dijo: - ¿Cómo
está hoy, señorita Connelly? - Con una voz que apenas movía el aire en la
habitación, de lo silenciosa y uniforme que era.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 73

Me levanté, porque me ponía nerviosa, al haber entrado en silencio y


hablar voz baja. Él no era especialmente alto, tal vez medía metro setenta
y cinco, era fornido y tenía un gran bigote salpicado de color gris. No se
parecía nada a su compañero, Parker Powers. Este se parecía a millones de
otros hombres. Traté de recordar su nombre. Algo Rudy. Rudy Flemmons.
- Estoy muy bien en comparación con mi hermano. - le dije, señalando
hacia la figura de la cama. - ¿Tienen alguna idea acerca de quién hizo
esto?
- Se encontraron algunas colillas de cigarrillos en el estacionamiento,
pero podrían haber sido de cualquier persona. Pero por si acaso las metimos
en bolsas por si alguna vez tenemos algo de ADN con el que comprarlo.
Suponiendo que los chicos del laboratorio puedan sacar ADN de eso. –
Observamos un poco más al paciente. Tolliver abrió los ojos, me sonrió
levemente, y se volvió a dormir.
- ¿Crees que en realidad le quería disparar a él? - Preguntó el
detective.
- Lo dieron a él - dije, un poco confundida por la pregunta. Por supuesto
que el atacante iba a por Tolliver.
- ¿No cree que podría haber sido usted el blanco? - Rudy Flemmons
preguntó.
- ¿Por qué? - Eso me sonó estúpido justo cuando terminé de decirlo. -
Quiero decir, ¿Por qué me iban a disparar? ¿Estás diciendo que crees que la
bala le dio a Tolliver por accidente, que debería haberme alcanzado a mi?
- Podría haber sido así. - Flemmons dijo – No que fuera obligatorio que
le dispararan a usted.
- Y se basa… ¿En qué?
- Usted es la dominante en su pequeño grupo. - dijo Flemmons. - Y
tu hermano es estrictamente tu personal de apoyo. Usted es la que posee el
talento. Las posibilidades son mucho más altas de alguien está en desacuerdo
con usted, en lugar de con el Sr. Lang, aquí presente. ¿Tengo entendido que
no tiene novia?
Este era el policía más extraño con el que jamás había hablado.
Suspiré. Allá íbamos de nuevo. – Si tiene. - le dije.
- ¿Quién es ella? - Incluso había sacado su libreta de apuntes.
- Yo. -Flemmons levantó la vista, con sus ojos burlones.
- ¿Qué? - Dijo.
- Él no es mi hermano de sangre, sabe. - Yo estaba muy cansada de
explicar nuestra relación.
- Cierto, no comparten los padres. - dijo. Había estado haciendo su
trabajo investigando.

Traducido por Beleth


74 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- No, no son los mismos. Somos socios, en todos los sentidos de la


palabra.
- Muy bien. Recibí una interesante llamada de teléfono esta mañana.
- Flemmons dijo, lanzando de lado del tema. De inmediato me puse más
alerta.
- ¿Sí? ¿De quién?
- De un detective de la policía de Texarkana. Su nombre es Peter
Gresham. Es un amigo mío.
- ¿Qué le dijo? - dije y suspiré. Yo realmente no quería escuchar otro
refrito sobre la desaparición de mi hermana. Ya había tenido un “apenado día
por la falta de Cameron”.
- Él dijo que había habido una llamada de teléfono sobre tu hermana.
- ¿Qué tipo de llamada de teléfono? - Había más chiflados en el mundo
de los que se puede sacudir con un palo.
- Alguien la vio en el centro comercial de Texarkana hace no mucho.
Dejé de respirar por un segundo. Entonces el aire en mis pulmones se
atragantó saliendo en forma de un ahogado grito de asombro. - ¿Cameron?
¿Quién la vio? ¿Alguien que la conocía?
- Fue una llamada anónima. Un hombre, llamaba desde un teléfono
público.
- Oh. - dije sintiendo como si alguien me hubiera golpeado en el
estómago. - Pero... ¿Cómo puedo saber si eso es cierto? ¿Conseguir que
esa persona salga a la luz? ¿Hay alguna manera?
- ¿Se acuerda de Pete Gresham? Él era el investigador principal en el
caso de su hermana.
Yo asentí. Sí le recordaba, pero no con mucha claridad. Cuando miré
hacia atrás, hacia los malos días que tuvieron lugar inmediatamente después
de la desaparición de Cameron, parecía una gran mancha de ansiedad para
mí. - Era un hombre grande. -dije. Añadí, con más dudas. - ¿Llevaba botas
de vaquero todo el tiempo? Estaba quedándose calvo. Era joven para ser
calvo.
- Sí, es él. Pete es calvo ahora. Creo que se afeita lo poco que le
queda de pelo.
- Entonces, ¿Qué hizo? ¿Con la llamada de teléfono?
- Él repasó las cintas de seguridad.
- ¿Graban en el interior del centro comercial?
- En algunos, y también el estacionamiento. - dijo Pete.
- ¿Aparecía allí? - Pensé que iba a gritar si no me lo decía.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 75

- Había una mujer que se ajustaba a la descripción general de su


hermana. Pero no hay ninguna visión clara de su rostro, y no hay forma real
de saber si era o no era Cameron Connelly.
- ¿Puedo verla?
- Veré si eso se puede arreglar. Por lo general, supongo que le gustaría
ir a verla a Texarkana, pero con el Sr. Lang aquí, tendrá que permanecer en
el hospital un par de días más, tal vez nosotros podamos llevarla para que la
vea en nuestra oficina.
- Sería maravilloso si pudiera hacer eso. - dije - El viaje sería mucho
tiempo lejos de él. - Yo estaba tratando de obligarme a mantener la calma.
Antes de que pudiera detenerme, me incliné sobre Tolliver y le cogí de
la mano. Hacía frío, y me dije que tendría que pedirle a la enfermera por otra
manta. - ¡Eh, tú! - dije. - ¿Has oído al detective?
- Un poco. -dijo Tolliver. Era más bien un murmullo, pero se le
entendía.
- Va a tratar de conseguir las cintas del centro para que las veamos aquí.
- dije. - Tal vez, finalmente tengamos alguna pista. - Me parecía increíble que
Victoria y yo hubiéramos estado discutiendo esto mismo una hora antes.
- No te hagas ilusiones. - dijo Tolliver con una voz más clara. - Esto ha
ocurrido antes.
Yo no quería pensar en todas las pistas falsas anteriores. – Lo sé. -
dije. - Pero quizás esta vez sea la definitiva, ¿eh?
- Ella no sería igual. - dijo Tolliver, con los ojos completamente abiertos.
- Lo sabes, ¿verdad? No sería lo mismo.
Me calmé a toda prisa. - Sí, lo sé. - le dije. Ella nunca sería la misma.
Demasiados años habían pasado ya. Demasiado dolor había sentido,
demasiado... todo.
- Si necesitas ir a Texarkana… - Tolliver comenzó.
- Yo no te voy a dejar solo. - dije inmediatamente.
- Si tienes que ir, ve. - dijo.
- Aprecio eso. - dije. - Pero yo no me iré mientras estés aquí en el
hospital. - Yo no podía creer lo estaba diciendo, incluso al escuchar mis
propias palabras. Durante años había estado esperando tener noticias de mi
hermana. Ahora había una pista y, aunque sonara extraña y poco fiable, y le
estaba diciendo a Tolliver que no me iba a marchar de inmediato.
Me senté en la silla que había junto a la cama. Apoyé la frente contra la
manta de algodón que recubría a mi hermano. Nunca me había sentido más
comprometida.
El detective Flemmons había escuchado nuestra conversación con la
cara en blanco. Parecía reservarse su juicio sobre nosotros, y lo apreciaba
también.

Traducido por Beleth


76 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Él dijo: - Les llamaré cuando estemos listos.


- Gracias. - dije, sintiéndome un poco adormecida.
Cuando se fue el detective, Tolliver, dijo – Estamos en paz.
- ¿El qué?
-Tú recibiste un disparo que era para mí. Ahora yo lo he recibido por ti.
Estamos en paz. ¿Crees que eras el objetivo del agresor?
- Huh. - dije. - La diferencia es que, cuando me pegaron un tiro, casi
fallaron. Quiero decir, fue sólo un arañazo. El tuyo hizo un mejor trabajo.
- Entonces – dijo - Me dispara gente más eficiente.
- Creo que la medicación para el dolor debe ser muy, muy buena.
- La mejor. - dijo con aire soñador.
Sonreí. Tolliver no estaba muy relajado a menudo. Yo ya no quería
pensar en Cameron, porque no sabía lo que desear.
Su padre llamó a la puerta de la habitación y entró antes que decirle sí
podría entrar o no. Nuestro momento de paz se terminó de golpe.
Matthew se veía un poco agitado, no era demasiado sorprendente
teniendo en cuenta lo tarde que se había acostado la noche anterior, y me
había dicho que tenía turno de la mañana en el McDonald. Era evidente que
había tenido tiempo para ducharse después de salir del trabajo, porque no
tenía ese olor distintivo de McDonald.
- Tolliver, tu padre me ayudó mientras llamaba a la ambulancia. - dije,
porque tenía que saldar cuentas con el diablo. – Y estuvo en el hospital hasta
que dijeron que estabas fuera de peligro.
- ¿Estás segura también de que no fue él quién me disparó?
Si yo no hubiera vivido con Matthew Lang durante tantos años, me
había sorprendido hasta la médula.
Matthew dio una impresión de hombre herido profundamente. - Hijo,
¿Cómo puedes creer eso? - Preguntó, al mismo tiempo herido y furioso. - Sé
que no he sido el mejor padre…
- ¿Qué no has sido el mejor padre? ¿Te acuerdas de la vez que
apuntaste con un arma a la cabeza de Cameron y dijiste que le volarías los
sesos si yo no te decía donde había escondido tu droga?
Los hombros de Matthew se cayeron. Creo que él había conseguido
olvidar que pequeño incidente.
- Y ahora me preguntas si te veo capaz de dispararme… - Si la voz
Tolliver no hubiera sido tan débil, hubiera estado caliente con pura rabia; y
así era, las palabras de Tolliver sonaban tan triste que podía haber llorado
por él. - Es realmente fácil de creer, padre.
- Pero yo no lo habría hecho. - dijo Matthew Lang. - Me encantaba esa
chica. Me encantabais todos. Yo era un maldito drogadicto, Tolliver. Yo era un

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 77

desastre, y lo sé. Te estoy pidiendo perdón, ahora que estoy limpio y sobrio.
No voy a joderlo otra vez, hijo.
- Harán falta mucho más que palabras para convencernos. – dije,
mirando a Tolliver y viendo cómo estaba agotado después de cinco minutos
en presencia de su padre. – Ya que hablamos de recuerdos felices, seguro
que podemos sacar a la luz algunos que hemos querido evitar. Estuviste allí
la noche pasada… Está bien. Eso fue bueno. Pero no es más que sino una
gota en el océano.
Matthew se veía triste. Sus ojos castaños eran como los de un perro
de aguas, inocentes y líquidos con los sentimientos a flor de piel.
Yo no creía que se hubiera reformado ni por un segundo. Y, sin embargo,
tenía que admitirlo, yo quería creerle. Si el padre de Tolliver realmente podía
reformarse, tratar de quiere a Tolliver como merecía serlo, lo respetara como
se merecía, sería algo maravilloso.
Un segundo después, me maldije a mi misma por ser tan patética,
para caer en esa trampa. Como Tolliver estaba herido y débil, tenía que estar
muy alerta. Yo estaba a cargo de los dos, no sólo de mí misma.
- Harper, sé que me merezco eso. - dijo Matthew. - Sé que va a llevar
mucho tiempo el convenceros a los dos de que lo siento mucho. Sé que lo
fastidié, una y otra vez. Sé que no me comporté como un verdadero padre.
Yo ni siquiera actuaba como un adulto responsable.
Miré a Tolliver para medir su reacción. Todo lo que vi fue a un hombre
joven que había recibido un disparo en el hombro esa noche, a un hombre
agotado por las exigencias de su padre que estaba en la habitación.
- No es necesario que Tolliver pase por todo este drama ahora. - dije.
- No deberíamos haber empezado esta discusión. Gracias por tu ayuda
anoche. Ahora debes irte.
A su favor, diré que Matthew dijo adiós a Tolliver, se giró y salió de la
habitación.
- Bueno, ya pasó. - dije, para llenar el silencio repentino. Había
cogido la mano de Tolliver, y él la apretó, pero no abrió los ojos. Yo no sabía
si estaba realmente dormido, pero necesitaba actuar como si lo estuviera,
a mí me pareció bien. Nuestro flujo de visitantes parecía haber decaído,
y tuvimos unas pocas horas del típico aburrimiento de hospital que había
previsto. Fue casi un alivio poder estar aburrida. Vimos películas antiguas, y
leí unas cuantas páginas. No hubo una sola llamada. Nadie vino a hacer una
visita.
Cuando el reloj marcó las cinco en el gran reloj en su habitación, Tolliver
insistió en que tenía que salir, ir al hotel y descansar un poco. Después
de hablar con su enfermera, finalmente acepté. Yo estaba casi caminando
dormida, y quería ducharme de nuevo. Todos los pequeños cortes de la cara
me dolían y picaban.

Traducido por Beleth


78 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Yo fui muy cuidadosa mientras conducía, y me detuve en un par de


hoteles. Me registré en el que tenían una habitación que estaba limpia,
preparada y en el tercer piso. Arrastré mi maleta por el vestíbulo hasta el
ascensor, sintiendo un intenso anhelo de una buena cama. También tenía
hambre, pero la cama era el elemento principal ahora mismo. Mi teléfono
sonó. Respondí, porque pensaba que podría ser el hospital.
El detective Rudy Flemmons dijo: - Hablas como si estuvieras casi
dormida de piel
- Así es.
- Tendremos esas cintas mañana por la mañana. ¿Quiere venir a la
estación para verlas?
- Por supuesto.
- Está bien, entonces. Nos vemos allí a las nueve, en caso de que le
parezca bien.
- Está bien. ¿Cómo va la investigación?
- Todavía estamos investigando por el vecindario, para ver si alguien
vio algo la noche anterior a que le dispararan a su hermano. El otro tiroteo
fue en la calle Goodman, y era un caso de un altercado entre ladrones. Es
posible que el tirador de ese incidente estuviera tan agitado después de
ocuparse de su amigo que decidió disparar al motel cuando pasó cerca.
Creemos que hemos encontrado el lugar donde estaba el tirador.
- Eso es bueno. - dije, incapaz de reaccionar más. El ascensor abrió
sus puertas en mi planta, me bajé y me fui por el pasillo a mi nueva habitación.
- ¿Eso es todo lo que tiene que decirme? – Metí la tarjeta de plástico en la
cerradura.
- Eso creo. - dijo el detective. - ¿Dónde está ahora?
- Acabo de registrarme en un Holiday Inn Express. - dije.
- ¿El de Chisholm?
- Sí. Está cerca del hospital.
- Hablaré con usted más tarde. - dijo Rudy Flemmons, y reconocí el
tono de su voz.
El detective Flemmons era un creyente.
Las personas que conozco a lo largo de mi trabajo caen en tres
categorías: los que no me creen aunque tuviera una declaración jurada
firmada por el mismísimo Dios, los que están abiertos ante la idea de que
haya cosas extrañas en este mundo (los llamo los “Hamlet”), y la gente que
realmente está convencida de que puedo hacer lo que hago - y, además,
adoran esa conexión que tengo con los muertos.
Los creyentes son propensos a ver Cazafantasmas, ir a sesiones
de espiritismo, y utilizar psíquicos, como nuestro fallecida colega Xylda
Bernardo. Si no están dispuestos a ir tan lejos, por lo menos están abiertos a

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 79

nuevas experiencias. No hay muchas personas que aplican la ley que entran
en la categoría de creyentes, no es demasiado sorprendente, ya que estos
profesionales tienen que lidiar con mentirosos todos los días.
Yo soy como la hierba de gato para los creyentes. Soy convincente,
porque soy de verdad.
Sabía que, a partir de ahora, el detective Rudy Flemmons aparecería
más y más a menudo. Yo era una confirmación viviente de lo que él creía en
secreto.
Y todo porque me había caído un rayo encima.
Yo quería ducharme, pero me quité los zapatos y me acosté en la
cama. Llamé a Tolliver para decirle que tenía que ir al departamento de
policía por la mañana, y que iría al God Mercy después para contárselo.
Sonaba tan somnolencia como me sentía, y en vez de ducharme, después
de haber puesto mi teléfono en el cargador, me quité el pantalón y me metí
entre las sábanas.

Traducido por Beleth


80 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Capítulo 8

M
e desperté con una sacudida. Me quedé allí tumbada durante unos
segundos, tratando de precisar el motivo por la que era tan infeliz,
y entonces me acordé de que Tolliver estaba en el hospital. Reviví
el momento en que le habían disparado con una claridad espantosa.
Como ya me habían disparado a través de una ventana antes,
tenía que preguntarme lo que pasaba con nosotros y las ventanas. Si nos
quedábamos lejos de los edificios, ¿Estaríamos a salvo? Aunque Tolliver
había sido Boy Scout y había hecho acampadas, no me acordaba que
disfrutara particularmente la experiencia, y yo sabía que no lo haría.
Eran las cuatro y media de la mañana. Me había saltado la cena y
casi toda la noche. No era sorprendente que ahora estuviera completamente
despierta. Me puse montones de almohadas detrás de mí y encendí la
televisión, manteniendo el sonido muy bajo. Ver las noticias estaba fuera
de lugar: siempre son malas, y yo ya había tenido mi dosis suficiente de
derramamiento de sangre y crueldad. Encontré una película del viejo oeste.
Fue extraordinariamente relajante ver como los buenos ganaban, ver como
los tipos duros resultaban tener un corazón de oro, y observar de vez en
cuando, algún tipo al que le habían disparado caer al suelo, sin sangrar. Este
era un mundo mejor que en el que yo vivía, y disfruté visitándolo, sobre todo
a altas horas de la madrugada.
Después de una hora, debí de dormirme de nuevo, porque me desperté
a las siete en punto, y el televisor aún estaba encendido. El mando a distancia
estaba en mi mano.
Cuando estuve duchada, vestida y arreglada, me fui hasta el buffet
libre de desayuno. Si no comía con más regularidad, iba a colapsar. Me tomé
un gran tazón de cereales y alguno de fruta, y luego dos tazas de café. Volví
a la habitación para lavarme los dientes. Ponerme maquillaje de base estaba
fuera de dudas ya que mi cara estaba muy cortada, pero sí conseguí ponerme

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 81

un poco de sombra de ojos y rimel. Hice una mueca al mirar el resultado en


el espejo del baño. Sabía que parecía algo que había arrastrado un gato.
También podría dejar de intentar mejorar mi apariencia.
Ya era hora de ir a la comisaría para ver los videos del centro comercial
de Texarkana. Mi estómago estaba agitado incómodo con el suspenso. Yo
había hecho mi mejor esfuerzo para no pensar en el avistamiento de Cameron,
pero me di cuenta de que me temblaban las manos mientras me tomaba
mis vitaminas. Había llamado al puesto de enfermeras para preguntar por
Tolliver, y la enfermera había dicho que se había dormido durante la mayor
parte de la noche, así que me sentí bien por posponer una visita al hospital
hasta más tarde.
El descanso y la comida habían ayudado mucho, y me sentía mucho
mejor, más yo misma, a pesar de mi aprensión. El departamento de policía de
la ciudad se encontraba en un edificio histórico que parecía haber empezado
normal y después se había tomado esteroides. Evidentemente había sido
añadido posteriormente, y estaba reventando por las costuras. Me llevó un
tiempo encontrar un lugar para estacionar, y justo cuando me bajé del coche,
empezó a llover. Al principio era como un aspersor, pero mientras dudaba en
sí debía sacar el paraguas, comenzó a llover más fuerte. Saqué el paraguas
y lo desplegué en un tiempo récord, así que no estaba demasiado mojada
cuando llegué a recepción.
De un modo u otro, he pasado mucho tiempo en las comisarías de
policía. Nuevas o viejas, son siempre iguales; son como las escuelas y
hospitales, en ese sentido.
No había un buen lugar para dejar mi paraguas chorreando, así que
tuve que llevarlo conmigo. Rocié con gotas de lluvia el suelo, y sabía que el
portero tendría mucho trabajo hoy. La latina que había detrás del mostrador
era delgada y musculosa y puro trabajo. Ella usó un intercomunicador para
llamar al detective Flemmons, y no tuve que esperar más de un par de
minutos hasta que apareció.
- Buenos días, señorita Connelly. - dijo. - Vamos atrás.- Él abrió
camino por un laberinto de cubículos creados por altos muros, cubículos
enmoquetados. A medida que pasaba, me di cuenta de que cada cubículo
había sido decorado para adaptarse a la persona que lo usaba. Todos los
equipos estaban sucios: manchados con huellas digitales, las pantallas
tenían tanto polvo que había que mirar bien para poder leer. Un rumor de
conversaciones se escuchaba como si fuera niebla.
Este no era un lugar feliz. Aunque la gente hace cumplir la ley piensa
que yo soy un fraude y un timo, lo que significa que a menudo no me llevaba
bien con ellos, en conjunto pensaba que era maravilloso que alguien decidiera
hacer este trabajo. - Hay que escuchar a las personas mentir todo el tiempo.
- dije, después de pensar eso. - ¿Cómo aguantan?

Traducido por Beleth


82 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Rudy Flemmons se giró para mirarme. - Es parte del trabajo.- dijo. -


Alguien tiene que ponerse entre las personas y los malos.
Me di cuenta de que el detective no había dicho “buenas” personas.
Si yo hubiera sido un policía tanto tiempo como Flemmons, me preguntaba
si alguien me parecería realmente bueno.
Había una especie de sala de conferencias al final de los cubículos,
con una larga mesa rodeada de sillas destrozadas. El equipo de vídeo estaba
en un extremo. Flemmons bajó la luz después de que me hubiera sentado, y
luego presionó un botón.
Yo estaba tan tensa que sentía como si la habitación estuviera
zumbando. Me quedé mirando la pantalla, temiendo perderme algo.
Al minuto siguiente, yo estaba viendo a una mujer que parecía rondar
los treinta o más atravesando un estacionamiento. Su cara no era claramente
visible. Ella estaba parcialmente girada. Tenía el pelo largo y rubio. Ella era
bajita. Su estructura compacta. Puse la mano sobre mi boca para no hablar
hasta que estuviera seguro de lo que iba a decir.
La escena cambió abruptamente a una toma de la misma mujer
caminando en el interior del centro comercial. Llevaba una bolsa de compras
de Buckle. Esta imagen estaba tomada desde delante, directamente frente
a la mujer. Aunque la imagen estaba algo borrosa y no salía mucho tiempo,
cerré los ojos y sentí que mi estómago se desplomaba.
- No es ella. - dije. - Ese no es mi hermana.- Pensé que iba a llorar, mis
ojos se humedecieron, pero no lo hice. Pero la anticipación y mi decepción
posterior (o alivio) era inmensa.
- ¿Está segura?
- No del todo. - Yo me encogí de hombros. - ¿Cómo podría saberlo,
a menos que le viera cara a cara? Han pasado ocho años o más desde la
última vez que vi a mi hermana. Pero puedo decir que la cara de esta mujer
es más redonda, y la forma en que camina no es como lo hacía Cameron.
- Vamos a verlo de nuevo, para estar completamente seguros. -
Flemmons dijo en voz muy neutral. Yo me enderecé y miré de nuevo. Esta
vez pude prestarle más atención a las pequeñas cosas.
La mujer del video en de aparcamiento llevaba un bolso grande que yo
no creo que mi hermana nunca hubiera elegido. Por supuesto, los gustos de
la gente cambian a medida que crecen, pero no pensaba que la elección de
Cameron sobre los bolsos cambiara drásticamente. La mujer llevaba zapatos
de tacón alto con pantalones de vestir, y Cameron no llevaba tacones para
uso diario. Pero podría haber cambiado su gusto por los zapatos, así como
de los bolsos. Yo no llevaba los mismos accesorios que tenía en la escuela
secundaria. Pero la forma de la cara de la mujer, y la forma en que avanzaba
a un ritmo rápido con los hombros un poco inclinados hacia delante... No, yo
estaba segura de que esta mujer no era Cameron.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 83

- Definitivamente no es ella. - dije, después de la segunda emisión.


Yo estaba mucho más tranquila ahora. La sorpresa había terminado, y la
esperanza frustrada eran la realidad
Rudy Flemmons miró hacia abajo durante un minuto, y me pregunté
qué expresión estaba ocultando. - Muy bien. - dijo en voz baja. - Muy bien.
Se lo diré a Pete Gresham. Por cierto, me pidió que te dijera hola.
Yo asentí. Ahora que había visto la cinta, y que sabía que la mujer que
salía en ella no era mi hermana, tenía mucha curiosidad por el hombre que
había llamado para decirlo.
Traté de hacer algunas preguntas, pero el detective Flemmons no
quiso soltar prenda. – Se lo haré saber si tenemos más información. - dijo, y
tuve que estar satisfecha con eso.
Yo abrí mi paraguas de nuevo y corrí hacia el coche, sintiendo el
teléfono en mi bolsillo vibrar mientras sacudía el paraguas y me metía en el
asiento del conductor. Lancé el paraguas en la parte trasera, cerré la puerta,
y respondí al teléfono.
- Mariah Parish tuvo un bebé. - dijo Victoria Flores.
- ¿Deberías decirme eso?
- Ya he hablado con Lizzie Joyce. Ahora estoy rastreando al niño.
Desde que Lizzie me contrató, me he pasado horas en el ordenador, y he
hecho algo de trabajo de campo. Todo esto es raro, te lo digo en serio. Como
ella dijo que podías hablar conmigo, supongo que yo podré hablar contigo.
- Victoria, que siempre había parecido prosaica y de pocas palabras, estaba
prácticamente tartamudeando.
- Eso no es exactamente así, pero sabes que no se lo voy a decir a
nadie. - Lo admito, sentía curiosidad.
- ¿Quieres que cenemos juntas? Me imagino que no has podido charlar
con mucha gente ya que tu amorcito está en el hospital.
- Eso suena bien.
- Vale, ¿Qué te parece ir al Outback? Hay uno cerca del hospital. –
Me dio las instrucciones, y le dije que nos encontraríamos allí a las seis y
media.
No me sorprendía solamente un poco que Victoria fuera tan próxima.
De hecho, su interés en hablar conmigo era casi raro. Pero la verdad era que
me sentía sola. Era bueno saber que alguien quería hablar conmigo. Iona
había llamado una sola vez para preguntar por Tolliver, pero la conversación
había sido breve y obligada.
Los hospitales son como un mundo autónomo, y éste daba vueltas sin
cesar a lo largo de su propio eje. Cuando llegué a la habitación de Tolliver,
había sido llevado a hacerle pruebas, pero nadie podía decirme qué pruebas
o por qué estaba con ellos.

Traducido por Beleth


84 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Me sentía extrañamente triste. Incluso Tolliver, confinado a un hospital,


no estaba donde yo pensaba que estaría. Mi teléfono sonó y lo miré con
culpa. No debía tenerlo encendido en el hospital. Pero contesté.
- ¿Harper? ¿Estás bien?
- ¡Manfred! ¿Cómo estás? - Yo estaba sonriendo.
- Tuve la sensación de que estabas en problemas, y tuve que llamar.
¿Es este un mal momento?
- Me alegro de que llames. - le dije, probablemente con más fervor
que lo que debería.
- Oh, bien, entonces. - dijo. - Cogeré el próximo avión.- Solo lo decía
medio en broma. Manfred Bernardo, psíquico en proceso, era menor que yo
por tres o cuatro años, pero nunca había sido discreto sobre lo atractiva que
él me encontraba.
- Me siento sola porque le han disparado a Tolliver. - dije, e
inmediatamente me di cuenta de lo egocéntrico que sonaba. Después de
haberle explicado a Manfred lo que había ocurrido, él se entusiasmó. Hablaba
en serio sobre venir a Texas para “que tuviera un hombro sobre el que llorar”
decía. Me sentí emocionada, y por un loco momento consideré decir que
sí. Sería reconfortante tener a Manfred – con sus piercings, tatuajes y todo.
Sólo imaginando la cara Tolliver mientras se lo decía me detuvo en seco.
Cuando Manfred estuvo listo para colgar, le prometí que lo llamaría
si “las cosas se ponían peor”, que era lo suficientemente vago como para
satisfacer a los dos. Y él juró que me llamaría todos los días teléfono hasta
Tolliver saliera del hospital.
Me sentí mucho más alegre cuando colgué. Para hacer mi día aún
más brillante, un Tolliver en silla de ruedas apareció justo después de cerrar
el teléfono. Su color era mejor que el del día anterior, pero me di cuenta
que estaba muy débil, sólo por la forma en que estaba desplomado en la
silla de ruedas. Tolliver estaba listo para volver a la cama, aunque odiaba a
admitirlo.
Después de que la enfermera se asegurara de que Tolliver estaba
en la cama y cómodo, se marchó con la rápida y tranquila forma de andar
del personal del hospital, parecen adquirirlo como parte de su descripción
de trabajo. A Tolliver le habían hecho otra radiografía para comprobar su
clavícula, me dijo, y un neurólogo había venido para comprobar que no había
habido ningún daño en los nervios del hombro.
- ¿Has visto al Dr. Spradling hoy? - Le pregunté.
- Sí, él vino antes. Dijo que todo se veía bien. Te esperaba hace una
hora. – Tolliver se había olvidado por completo de que le había dicho que iba
a pasar por la comisaría de policía.
Le hablé del video que había visto, en cómo esa mujer no era
Cameron.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 85

- Lo siento. - dijo. - Yo estaba preparado para que fuera otra persona,


pero creo que siempre tengo un poco de esperanza.- Eso era exactamente
lo que sentía.
- No lo era, y me pregunto por qué alguien pensó que era ella. Quiero
decir, ¿Quién llamó a la policía? ¿Que conseguía haciendo que Pete mirara
las cintas? Y esta mujer se parecía lo suficientemente a Cameron para que
Pete sintiera que debía mirar el video. ¿Era la persona de la llamada anónima
alguien de la escuela secundaria a la que íbamos Cameron y yo? ¿Alguien
que realmente se equivocó? ¿O era algún loco que solo quería agitarnos?
- ¿Y por qué ahora? - Dijo Tolliver. Me miró. Yo no tenía una
respuesta.
- No veo cómo esto podría tener algo que ver con Rich Joyce y su
cuidadora. - dije. - Pero de momento es muy sospechoso, ¿eh?
No podía pensar en nada más que decir sobre estos extraños
acontecimientos. Después de un rato, encontré el peine de bolsillo de Tolliver
en sus vaqueros, que estaban colgados en el armario. Estaban un poco
manchados. Su camisa había sido cortada. Me recordé que tendría que traer
otra el día en que fuera dado de alta.
Cuando empecé a peinarle, ví que su pelo estaba sucio, por supuesto,
y traté de pensar en una manera de lavarlo. Con un poco de improvisación,
incluyendo un orinal limpio, una almohadilla extra que había llevado en caso
de que su hombro le doliera, y n bote de champú incluido en su pack de
ingreso, lo conseguí. También le ayudó a afeitarse y a lavarse los dientes, y
luego le di un baño con la esponja, que se convirtió inesperadamente en algo
subido de tono.
Estaba muy relajado y con sueño - y feliz – cuando terminé, y dijo que
se sentía mucho mejor. Peiné su húmedo y oscuro pelo y le besé en la mejilla
lisa. Estaba pasando por una fase de limpiado.
Una enfermera vino a darle un baño después de haber terminado yo,
y se encogió de hombros cuando le dije que ya lo había hecho.
El tiempo en un hospital te arrastra inevitablemente. Antes de que
tuviera la oportunidad de decirle a Tolliver algo sobre la llamada de teléfono
de Victoria, se quedó dormido. Yo odiaba despertarlo ya que teníamos un
largo día ante nosotros. Me eché la siesta. Me desperté cuando la bandeja
de comida Tolliver llegó a las once y media.
Esa era otra interrupción emocionante. Corté todos sus alimentos,
bueno, lo poco que hacía falta ser cortado y le puse una pajita en su bebida
para que pudiera comer una sola mano. Se alegraba tanto de tener comida de
verdad en vez de líquidos, que hasta la comida del hospital era bienvenida, y
se las arregló bastante bien. Cuando yo estaba segura de que había tomado
lo suficiente, alejé la bandeja y le entregué el mando del televisor. Tenía que
ir en busca de alimentos para mí misma.

Traducido por Beleth


86 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- No tienes que quedarte aquí toda la tarde, ya lo sabes. - dijo


Tolliver.
- Después de comer, pasaré la tarde contigo. - dije en un tono que
le indicaba que no debía discutir. – Después me reuniré con Victoria para
cenar. Y probablemente no volveré después de eso.
- Bien. No tienes que quedarte encerrada todo el día. Probablemente
quieras salir a correr o hacer ejercicio o algo así.
Tenía razón en eso. Estoy acostumbrada a permanecer sentada
durante largos períodos, porque pasamos mucho tiempo en el coche, pero
también a hacer ejercicio cada día, y mis músculos estaban rígidos.
Me tomé una ensalada en vez de comida rápida, disfrutando del
bullicio y de la gente del restaurante. Se sentía raro estar sola, aunque no
me importa demasiado, veía (y escuchaba) a una madre con tres niños
en edad preescolar en la mesa de al lado. Me pregunté si Tolliver querría
tener hijos. Yo no. Yo ya había tenido a mí cuidado dos bebés, a mis dos
hermanas, y no quería pasar por eso otra vez. Y admití que mientras yo no
quería ser expulsada de la vida de mis hermanas, yo no quería tampoco ser
responsable de ellas.
Incluso después de ver cómo el muchacho más joven le daba a su
madre un abrazo y un beso espontáneo, no me animaba la idea de llevar
a otra persona dentro de mi cuerpo. ¿Debería sentirme culpable por eso?
¿Acaso no todas las mujeres querían tener su propio hijo al que amar?
No necesariamente, pensé. Y Dios sabe que hay un montón de niños
en el mundo. No era necesario añadir otro más.
Tolliver estaba despierto y viendo un partido de baloncesto cuando
entré en su habitación. - Mark llamó mientras estabas fuera. - dijo.
- Oh, Dios, ¿Has podido alcanzar el teléfono?
- Ha sido mi gran aventura del día.
- ¿Qué tenía que decir?
- Oh, que había hecho sentirse mal a mi papá, que él pensaba que era
ser un idiota por no darle la bienvenida a mi padre de nuevo a la tierra de los
sobrios, con los brazos abiertos.
Debatí conmigo misma por un minuto antes de decidirme a decir lo que
pensaba. - Mark tiene una debilidad con su padre, Tolliver. Sabes que quiero
a Mark, y creo que es un gran tipo, pero él nunca realmente lo comprenderá,
a Matthew.
- Sí. - dijo Tolliver. - Tienes razón. Estaba loco por mamá, y cuando ella
murió, transfirió esa emoción en nuestro padre.
Tolliver no hablaba mucho de su madre. Su muerte, por el cáncer, tuvo
que haber sido completamente horrible.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 87

- Creo que Mark cree que papá tiene que ser bueno de corazón. - dijo
Tolliver lentamente. - Porque si papá no es bueno, entonces habrá perdido al
único padre que le queda. Y necesita tener esa relación.
- ¿Crees que tu papá tiene un buen corazón?
Tolliver se puse a pensar en su respuesta. - Espero que le quede algo
bueno en él. - dijo Tolliver. - Pero honestamente, yo no creo que se vaya
a mantenerse sobrio, si es que está realmente sobrio. Ha mentido acerca
de eso antes, y lo hará otra vez. Siempre vuelve a caer en las drogas, y
recuerda que en sus peores días, tomaba cualquier cosa que le ofrecieran.
Pero estoy seguro de que debe haber sentido un gran dolor emocional para
necesitar tantas drogas para acallarlo, ¿sabes? Pero él nos abandonó para
quien quisiera se aprovechara de nosotros, porque tenía que drogarse. No,
no puedo confiar en él. - dijo Tolliver. - Y espero que nunca tenga que hacerlo,
porque me decepcionaré de nuevo.
- Eso era exactamente lo que yo sentía por mi madre. - dije,
comprendiéndolo por completo.
- Sí, Laurel era un todo un caso. - dijo Tolliver. - ¿Sabes que ella trató
de conquistarnos a Mark y a mí?
Pensé que iba a vomitar lo que acababa de comer. – No. - dije con la
voz ahogada.
-Sí. Cameron lo sabía. Entró en el, eh, momento crítico. Pensé que
Mark iba a morirse de vergüenza, y yo no tenía idea de qué hacer.
- ¿Y qué pasó? - Sentí una profunda vergüenza. Me dije que no era
asunto mío, pero es difícil creer eso cuando escuchas una historia sobre
alguien de tu propia sangre y te revuelve el estómago.
- Bueno, Cameron arrastró a su madre fuera del dormitorio y le hizo
ponerse algo de ropa. - dijo Tolliver. - No creo que Laurel supiera dónde
estaba ni qué estaba pasando, Harper, si sirve de algo. Cameron le dio un
par de bofetadas a tu madre. - Caramba. - dije. A veces no hay palabras.
- Pero ya ha terminado. - dijo Tolliver, como si estuviera tratando de
convencerse a sí mismo.
- Sí-. dije – Ya ha pasado. Y nos tenemos el uno al otro.
- Ya no nos puede afectar.
- No. - dije, mintiendo entre dientes. - No puede.

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88 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Capítulo 9

E
l restaurante donde había quedado con Victoria Flores estaba lleno,
y los camareros no paraban de dar vueltas. Parecía muy animado
en comparación con los sonidos apagados del hospital.
Para mi sorpresa, Victoria no vino sola. Drexell Joyce, el hermano de
Kate y Lizzie, estaba sentado con ella en la mesa.
- Hey, chica. - dijo Victoria, levantándose para darme un abrazo.
Me sorprendí, pero no lo suficiente como para retroceder. Yo no sabía que
estábamos en esos términos. De alguna manera, este espectáculo era paraa
Drexell Joyce. Me había imaginado una cena relajada entre dos mujeres que
encontraban secretos para vivir, no una cena estratégica con un hombre
desconocido.
- Sr. Joyce. - dije mientras me sentaba y metía el bolso bajo la mesa.
- Oh, por favor, llámame Drex. - dijo con una amplia sonrisa. Puso gran
admiración en su mirada. Yo no creí que fuera sincero ni por un segundo.
- ¿Qué estás haciendo lejos de la finca?- pregunté, con lo que esperaba
fuera una sonrisa encantadora.
- Mis hermanas me pidieron que hablara con Victoria, para ver qué
había de nuevo sobre la investigación. Si tenemos una pequeña tía o tío por
ahí, queremos encontrar a este bebé y asegurarnos de que crece bien .- dijo
Drex.
- Simplemente suponen que el hijo que tuvo Mariah Parish era de tu
abuelo. - Eso me pareció sorprendente, y no traté de ocultarlo.
- Sí, eso es lo que estoy pensando. Era un perro viejo, no hay duda,
pero conocía un par de trucos. A mi abuelo le gustaban las mujeres, siempre
fue así.
- ¿Y crees que Mariah Parish cayó bajo sus encantos?

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 89

- Bueno, él tenía mucho carisma, y podría haber pensado que su


trabajo dependía de ello y dijo que sí. Al abuelo no le gustaba escuchar un
“no” como respuesta.
Encantador. Yo no podía pensar en nada que decir, así que no dije
nada.
- Entonces, ¿Cómo está tu hermano?. - Preguntó Victoria, su voz con
preocupación.
Estaba decepcionada. Ahora estaba segura de que Victoria me había
traído aquí para algún secreto propósito. No porque simplemente quisiera
mi compañía después de todo. – Está mucho mejor, gracias. – dije - Espero
que le den de alta en cualquier día.
- ¿Dónde iréis después?
- Tolliver generalmente se ocupa de nuestros trabajos, tendré que
hacerlo yo hasta que se sienta con ganas. Habíamos planeado originalmente
permanecer aquí al menos una semana más, para poder ver a nuestra
familia.
- ¿Oh, tienes familia en esta zona?- Drex se inclinó hacia delante,
ampliamente interesado.
- Sí, nuestras dos hermanas viven aquí.
- ¿Quién las está cuidando?
- Mi tía y su esposo.
- ¿Ellos viven por aquí?
Podría ser que Drex estuviera simplemente fascinado por todas las
cosas relacionadas conmigo, pero no me pareció bueno tanto interés. - ¿Tu
familia pasa mucho tiempo en Dallas? - pregunté. - Vi a tus hermanas del
otro día, y ahora tú estás aquí. Está muy lejos en coche.
- Tenemos un apartamento aquí, y uno en Houston. - dijo Dex. - Estamos
en el rancho unos diez meses al año, pero todos tenemos que ver luces
brillantes de vez en cuando. ‘Cept Chip. Le encanta llevar el rancho. Pero
Kate y Lizzie participan en una decena de mesas cada una, en instituciones
de beneficencia, y se reúnen en Dallas.
- ¿Y tú no?. - Preguntó Victoria. - ¿No haces obras de caridad?
Drex rió, echando la cabeza hacia atrás. Yo sospechaba que era para
que pudiéramos ver su hermosa mandíbula desde otro ángulo. Me pregunté
qué iba a hacer cuando se hiciera mayor y su mandíbula no fuera tan firme.
Sé por mi propia experiencia que nadie se ve bien en la tumba.
- Victoria, creo que la mayoría de las instituciones son suficientemente
listas como para no pedirmelo. - dijo. Tenía un cierto brillo en sus ojos. El
típico de los niños ricos. – No se me da bien estar sentado y me dormiría si
tuviera que escuchar todos los discursos.

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90 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

¿Cómo podía estar Victoria escuchando toda esta mierda?


Aparentemente parecía estar realmente encantada de estar con este
imbécil.
- Pero Victoria, volviendo al tema, ¿Cómo va la investigación? - Drex
preguntó, con el aire de un hombre que tenía que dejar la diversión de lado
para volver a los negocios
- Bastante bien, creo. - dijo Victoria, y me puse en alerta. Victoria
sonaba tranquila y competente, y más que solo un poco cautelosa. - Estoy
haciendo una biografía completa de Mariah, y no es tan fácil como pensaba
que iba a serlo. ¿Se verificaron sus antecedentes ella antes de que fuera
contratado para ayudar a tu abuelo?
- Supongo que Lizzie no hizo eso. - dijo Drex, sonaba realmente
sorprendido. - Creo que fue mi abuelo quién hizo la contratación. Mariah ya
estaba viviendo en la casa cuando nos enteramos.
- ¿Pero habías considerado contratar una cuidadora para él? - Preguntó
Victoria.
- Necesitaba algo más que una cuidadora, pero algo menos que una
enfermera. - Drex dijo. - Necesitaba una ayudante. Realmente, era como una
niñera. Se aseguraba de que comiera comida adecuada, trataba de controlar
cuánto bebía. Pero nos habría llamado tontos si la hubiéramos llamado así.
Ella también le tomaba la presión arterial cada día.
Victoria se centró en eso. - ¿Mariah tenía un título de enfermería?
- No, no. No creo que ella tuviera ningún título. Se suponía que debía
asegurarse de que se tomara la medicina, le recordada sus citas, le llevara
en coche si él no se sentía bien, llamara al médico si veía algunas de las
señales de advertencia que le dimos. Ella era una especie de alerta humana,
al menos esa era la idea.
Intercambié una rápida mirada con Victoria. Así que no había sido la
única en detectar una nota de resentimiento en el monólogo de Drex. Ahora
ya estaba convencido de que Victoria no estaba tan interesada en Drex como
me había aparecido en un primer momento. Victoria estaba haciendo algo
más profundo de lo que podía ver y ejecutar.
- ¿Ella creía que su papel era un poco diferente?. - Le pregunté.
- Claro que sí. Se veía a sí misma como un perro guardián, supongo.
- dijo Drex. Tomó un gran trago de su cerveza. Miró a su alrededor para ver
si nuestro camarero estaba cerca. Habíamos pedido unos minutos antes.
- ¿Por qué su familia pagó su funeral y la puso en el santuariode la
familia? - Le pregunté. Era algo que ya había preguntado un par de veces. -
¿Dónde estaba su familia?
- Miramos todas sus cosas después de su muerte, y no pudimos
encontrar nada con sus nombres y direcciones. - dijo Drex. – Lizzie nos
preguntó a todos si había hablado sobre su familia, de dónde venía, y nadie

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Secreto en la tumba - Charlaine Harris 91

podía recordar nada. Le preguntamos a Chip, y ninguno de sus hombres


podía recordar nada.
- ¿Y con su número de seguridad social? Como su empleador, su
abuelo debía de tenerlo.
- Él le pagaba en negro.
Me desconcertó por qué un hombre tan rico como Richard Joyce
elegiría hacer eso. Los Joyce tenían contables y gente de negocios que
podrían ayudarles con eso.
Drex dijo: - Cuando Lizzie conoció a Mariah, le dijo al abuelo que
pensaba que Mariah no iba a funcionar. El abuelo dijo que ella se quedaba,
pero él sabía que no nos gustaba mucho Mariah. No quiso tener que hacer
simplemente para tener que despedir a Mariah. - Parecía a la defensiva, y
pude entender por qué. Intercambié una mirada larga con Victoria.
- Así que alguien su abuelo a alguien que no conocía, le pagaba bajo
mano, y no sabía nada acerca de su historial de trabajo, y además vivía
en su casa con él.- Si sonaba incrédula, perdonadme. - ¿Has dicho que le
pediste a Chip que hablara con su familia después de que Mariah muriera?-
Escuché un trueno y miré hacia la ventana para ver la lluvia golpeando el
cristal.
- Sí, la conocía. Fue Chip quién nos dijo que Mariah sería ideal para el
trabajo.
Hubo un largo silencio, mientras Drex miraba a su alrededor hacia
nuestro camarero, Victoria y yo estábamos absortas en nuestros propios
pensamientos. Yo no sabía lo que le pasaba por la mente a Victoria, pero
estaba pensando en que esperaba que mi familia me cuidara mejor de lo que
los Joyce habían cuidado a su patriarca, Richard.
- ¿Hace cuánto que Lizzie sale con Chip? - Victoria le preguntó,
mientras sacó un tema totalmente nuevo, un pequeño viaje social.
- Oh, hombre, desde hace años. Se conocían del rancho, por supuesto.
Y se veían cuando ambos estaban haciendo rodeos. Después de unos años,
y tras el divorcio de Chip, conectaron. Fue en el rodeo de Amarillo, atrapando
terneros con lazo. Ella tuvo problemas con su gancho del remolque, y él se
acercó a ayudarla.
- ¿Y Mariah había trabajado para la familia de Chip?
- Eran niños adoptivos viviendo en la misma casa, y cuando salieron
por sus propios medios, Chip se la recomendó a su primo lejano, Arthur
Peaden, creo que ese era su nombre. Su primo murió justo en la época en la
que los médicos del abuelo dijeron que necesitaba a alguien que le vigilara
todo el tiempo. Chip nos habló de ella y la enviamos a la casa, a mi abuelo
le gustó, y eso fue todo lo que ella escribió. Después de recuperarnos de la
sorpresa, nos sentimos aliviados de no tener que entrevistar a un montón de
gente para el trabajo. Y el abuelo tenía a alguien con experiencia, pero no

Traducido por Beleth


92 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

andaba detrás de él todo el tiempo para no hacerle sentir como si fuera un


incompetente. Ella era bonita, y siempre estaba sonriendo. También era una
gran cocinera.
Drex consiguió al fin su cerveza fresca, y Victoria le hizo algunas
preguntas para hacerle hablar de sí mismo. Drex no era el tipo más brillante
que había conocido, y Victoria era una mujer hábil, por lo que sentándose
a escuchar su vida se hacía una idea de la vida de Drex. A su padre se le
debió hacer difícil aceptar que su único hijo no era competente para tratar los
asuntos de familia, pero no se podía negar que Lizzie no era solamente la
mayor, sino la más aguda. Katie, la mediana, era más salvaje que cualquiera
de sus hermanos. Drex al menos así lo creía.
Me sentí aliviada cuando llegó la comida. Yo no era una investigadora
privada, y no estaba siendo pagada para absorber todas esas largas historias
de la familia Joyce. En cuando hube comido todo lo que quería, estaba
cansada hasta la muerte de la vida de Drex Joyce, y no me sentía muy feliz
por ser cómplice de Victoria para sonsacarle a este imbécil información. Por
irritante que encontrara la táctica, podía entender por qué Victoria había
decidido incluir a Drex como invitado en la cena. Era más fácil alternarnos
en la conversación de modo que no se diera cuenta a dónde llevaba, y,
probablemente nos contó más de lo que tendría previsto.
También pensé en algunas preguntas que Victoria no le hizo.
Decidí que Victoria había querido mostrarle a Drex una selección de
mujeres atractivas, y me sentí aliviada de que hubiera decidido que Victoria
era más su tipo. Me alegré cuando me pude disculpar pronto para marcharme,
antes de que el camarero preguntara por café y postre. Victoria pareció
consternada por un fugaz instante, y luego me dijo que hablaría conmigo al
día siguiente.
Pensé que no, no sí yo podía evitarlo. No me gustaba sentirme
utilizada, y estaba segura de que Victoria había planeado deliberadamente
esa noche antes de invitarme. Podría haber sido honesta conmigo. Yo no
entendía porque necesitaba recurrir a tal cosa. Seguramente, si la familia
Joyce la había contratado, cooperarían con ella completamente. ¿Por qué
Victoria no había conseguido toda esta información ya?
Volví al hotel con una sensación de descontento. Dado que la lluvia
había parado, decidí que era hora de hacer alguna actividad. No me gusta
correr por la noche, pero realmente necesitaba hacer algo físico. No había
tenido tiempo para explorar la zona en detalle, pero una manzana por detrás
del hotel había visto un gran instituto. Tal vez podría correr en su pista, si
la puerta estaba abierta. Si no podía entrar, había un estacionamiento de
autobuses enfrente de la escuela.
Para mi sorpresa, Parker Powers, el ex-jugador de fútbol convertido
en policía, estaba sentado en el vestíbulo.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 93

- ¿Estaba esperándome a mí? - Le pregunté, acercándome a él.


-Sí. ¿Podemos hablar? - Me dedicó una mirada pensativa.
- ¿Qué necesita? - Le pregunté.
- Yo quería hacerle algunas preguntas más acerca de su hermano.
Hubo un tiroteo desde un coche a un par de manzanas la noche anterior, y
estamos tratando de averiguar si esta relacionado con los disparos contra su
hermano. He oído que está mejorando.
Si él no hubiera dicho eso, no habría picado el anzuelo. Yo ya había
visto antes ese brillo en los ojos. Pero si realmente era por la investigación
del disparo de Tolliver, quería ayudarle. Quería saber quién había intentado
matar a mi hermano. Pero no iba a hablar de ello en el vestíbulo, y con ese
brillo en sus ojos, yo no iba a pedirle que subiera a mi habitación.
- Voy a correr. - dije. - ¿Quiere venir conmigo?
- Claro. - dijo, vacilando brevemente. – Llevo unos pantalones cortos
en mi coche. Sabe, realmente no debería salir sola siendo que alguien le ha
disparado a su hermano. Aunque no sabemos por qué le dispararon. Podría
estar relacionado con los disparos desde el coche o puede que no.
- Vuelvo en diez minutos. - dije, y subí a mi habitación. Tenía un cordón
del que colgaba un plástico rectangular, puse mi llave del hotel y mi permiso
de conducir dentro. Me puse pantalones cortos y camiseta, y mis zapatillas
de correr. Estaba lista. Metí el rectángulo bajo mi camiseta y reboté un par
de veces para ver que estaba seguro. Puse mi teléfono en el bolsillo del
pantalón corto, lo cerré con cremallera y volví a bajar al vestíbulo.
Parker estaba allí, con pantalones cortos y una sudadera vieja. Le
dediqué un movimiento de cabeza, salimos hacia el estacionamiento y
comenzamos a estirar. Tenía la impresión de que Parker no corría desde
hacía mucho tiempo, probablemente el pantalón corto y la camiseta eran su
ropa de hacer gimnasia, porque podía ver sus trabajados músculos, aunque
empezaba a tener una cintura algo ancha. Me di cuenta de que no estaba
muy entusiasmado con el ejercicio, pero estaba disfrutando viéndome a mí.
- ¿Listo?- Le pregunté y él asintió con la cabeza, con la boca fija en
una línea sombría. Más bien parecía que se iba a enfrentara la guillotina que
a una agradable sesión de ejercicio.
Salimos, recorriendo la acera pasando por la manzana de casas,
luego otro bloque de casas, después la escuela secundaria. Las luces del
exterior eran fuertes, y todo el mundo parecía estar en su casa esta noche.
Hacía frío, y todavía había charcos aquí y allá de la anterior lluvia. Pasaban
coches con bastante frecuencia, algunos de ellos claramente superando los
límites de velocidad y algunos de ellos serpenteaban, pero con un bordillo
de por medio, no había ningún problema. Me preguntaba si alguno de los
conductores reconoció a mi compañero de entrenamiento.

Traducido por Beleth


94 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

El aire frío me sentó bien. Iba a un ritmo suave, disfrutando la extensión


de las piernas y del aumento de los latidos de mi corazón. La pista de la escuela
secundaria estaba rodeada por una valla alta, y estaba cerrada con llave,
no era una gran sorpresa. Llevé a mi compañero hasta el estacionamiento
de autobuses escolares. Parker mantuvo mi ritmo, y miré de reojo y vi que
estaba sonriendo, satisfecho de sí mismo. Aumenté el ritmo y su sonrisa
se desvaneció rápidamente. Después de correr cuatro manzanas, Parker
estaba jadeando. Seguía corriendo impulsado por el orgullo.
Incluso su orgullo se terminó en el kilómetro siguiente. Había tres
filas de autobuses, y corríamos desde la carretera hasta el final de una fila,
después otra fila y rodeábamos la carretera para comenzar de nuevo. Yo
me sentía realmente bien, pero Parker se detuvo, con las manos sobre las
rodillas, jadeando. Me quedé corriendo sobre el sitio. Él hizo un gesto con
la mano hacia mí para decirme que siguiera adelante. - Quédate a la vista. -
dijo, casi mordiendo cada palabra.
Le hice un gesto y empecé a correr de nuevo. Yo no era ni la mitad de
corredora que mi hermano, pero esa noche me sentía veloz y ligera como un
pájaro, en comparación con Parker. Recorrí en silencio la fila de autobuses,
oliendo los charcos y el pavimento, lavado por la lluvia de la tarde. Miré por
encima del hombro y vi que Parker estaba caminando hacia mí a buen ritmo,
pero yo estaba definitivamente alejándome de su vista. Con cierto pesar, en
lugar de rodear la fila de autobuses y empezar otra vez, me di la vuelta y
empecé a correr por el camino por el que había venido. Debía de haber otra
después de los autobuses, porque por esa dirección pude escuchar a un
coche que iba despacio. En ese momento, las luces del coche aparecieron
detrás de mí, deslumbrando la cara de Parker y proyectando mi larga sombra
en frente de mí. Sentí una oleada de miedo, y ralenticé, sin saber qué hacer.
El sonido que había detrás de mí era definitivamente del motor de un coche
al ralentí… pero se acercaba.
El detective, aunque estaba deslumbrado, aceleró el paso y comenzó
a trotar hacia mí. A medida que se acercaba, él se levantó la sudadera y
sacó un arma. No registré eso por un segundo, y luego pensé que iba a
matarme. Mis pasos se aflojaron, vacilando. El motor del coche comenzaba
a acercarse más.
- Corre. - gritó.
Yo no entendía nada, pero comencé a moverme más y más rápido, los
brazos cortando el aire para aumentar mi impulso. Cuando llegué hasta él,
Parker me empujó entre dos autobuses y se giró para hacerle frente al coche
que venía, con el arma en la mano. El coche se desvió cuando el conductor
presuntamente observó el arma apuntando en su dirección y, a continuación,
con un chirrido de neumáticos, aceleró como un loco, alejándose a toda
velocidad del aparcamiento.

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 95

- ¿Qué? - dije - ¿Qué?- Salté de entre los autobuses para hacer frente
a mi salvador, y extendí los brazos. - ¿Qué? - Grité.
- Amenaza de muerte. - dijo. Su respiración era todavía irregular. -
Recibiste una amenaza de muerte hoy en día. No quería que salieras sola.
Blanco fácil.
- ¿Por qué diablos no me dijo eso? Así que por eso accedió a correr
conmigo.
- Yo no sabía que eras una loca por la salud. - dijo de manera injusta.
- Yo debía contarte tu situación, informarte acerca de los tiroteos.
- Así que en lugar de... - Empecé a balbucear. Entonces cerré los ojos,
me recompuse mentalmente, y me enderecé. - ¿Tiene un nombre relacionado
con esa amenaza de muerte?
- No, era una voz de hombre. Decía que pensaba que tu trabajo era
obra de Satán, y esas cosas. Dijo que no creía que debieras estar en Texas,
y que iba a ocuparse de ti la próxima vez que te viera. Mencionó tu nuevo
hotel.
Yo estaba escuchando por encima el asunto de la llamada telefónica
hasta que Parker Powers llegó a la parte de “tu nuevo hotel”. Eso era
desconcertante, y supe que tendría que tomarme esto en serio.
- ¿Así que piensa que ese coche era suyo, o cree que sólo ha asustado
a un montón de adolescentes que iban a aparcar aquí? - Mis piernas se
pusieron rígidas, por lo que reboté hacia arriba y hacia abajo suavemente de
puntillas y luego me doblé hasta tocarme las puntas de los pies.
- No lo sé. - dijo Parker con la voz triste. – Sin embargo he apuntado
un número de matrícula parcial y buscaré información.
De pronto me di cuenta de que este hombre se había puesto delante
de mí cuando creía que alguien iba a dispararme. La enormidad del acto
prácticamente me golpeó en la cara.
- Gracias. - dije. De repente, mis rodillas estaban temblando. - Gracias
por hacer eso.
- Eso es lo que se supone que debemos hacer. - dijo. - Se supone que
debemos proteger a la gente. Suerte que no tuve que protegerte mucho.
Casi me da un ataque al corazón. - Él sonrió, y me alegró observar que el
pecho no ya no estaba agitado.
- Por lo tanto, debo vigilar mi espalda, ¿Eh? ¿Supongo que esto no
ha sido un incidente? - Yo no quería herir sus sentimientos, cosa que era
bastante absurda.
- No, supongo que se marchó del todo.- Parecía aliviado por ello. -
Volvamos al hotel.- Enfundó su arma.
Sabía que no iba a ser posible volver corriendo hasta el hotel. Por
lo menos caminamos rápidamente cuando salimos del aparcamiento de

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96 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

autobuses y pasamos junto a la escuela secundaria. Luego llegamos a la


zona residencial, y ya casi no había tráfico. Todo el mundo había vuelto a
casa del trabajo, nadie iba a salir esta noche. La temperatura había bajado
un poco, y comencé a temblar. Nos faltaban tres manzanas para llegar.
Estábamos en un pequeño barrio en que tener un jardín era un pasatiempo.
Incluso en invierno, había árboles con hojas, arbustos y jardines de piedra
que decoraban los pequeños patios delanteros. Parker Powers me estaba
haciendo preguntas para calmarme, una insignificante investigación acerca
de mis carreras. Cuánto tiempo corría cada día, si mi hermano venía
conmigo…
Y justo cuando me di cuenta de que la sombra que había detrás de
uno de los árboles tenía sospechosamente la forma de un hombre, comenzó
a moverse. Un hombre salió junto al árbol, y vi el brillo de un arma bajo
las luces. Parker Powers se abalanzó hacia mí para hacerme a un lado,
alejándome de la amenaza, y el hombre armado disparó hacia él y le alcanzó
en el pecho.
Gritar habría sido una pérdida de tiempo. La única ventaja que tenía
era la velocidad, y salté hacia el césped y salí corriendo como un conejo con
cafeína. Escuché pasos detrás de mí, incluso en la hierba, y traté de ir por
detrás de la casa y me encontré con que tenía una valla en el patio trasero.
No era una valla muy grande, más una especie de barrera para proporcionar
seguridad. Agarré la parte superior de la valla y salté, aterrizando bien y a
continuación seguí corriendo por el otro lado.
No fue hasta más tarde que pensé en todo lo que me podría haber
pasado, podría haberme roto la pierna al caer.
Me encontraba en un patio trasero, y tenia una vista clara en la calle
de al lado. Había casas a un solo lado de la calle. Al otro lado había una
estrecha franja de árboles con una valla detrás de ellos, por lo que pude
ver con la escasa luz. Empecé a correr hacia el hotel, a correr en serio, a
tope. Ahora estaba mucho más oscuro. Tenía miedo de caer, miedo de que
me dispararan, miedo de que el detective hubiera muerto. Yo sabía que iba
en la dirección correcta, pero no podía ver el hotel porque la calle era curva.
Casi llamé a una puerta, pero luego pensé en el peligro que correrían las
personas que había dentro de la casa y corrí más. Me pareció escuchar un
ruido delante de mí, y me hice a un lado y me agaché detrás de un coche
aparcado. Me quedé en silencio por un momento, escuchando, aunque mi
corazón latía tan fuerte que era difícil distinguir los sonidos externos.
Abrí la cremallera de mi bolsillo del pantalón, saqué el teléfono, y lo
abrí, con una mano lo tapé para atenuar la luz. Marqué el 911, y una voz de
mujer respondió. - Me estoy escondiendo en la entrada de una casa, en la
urbanización que hay detrás del hotel de la cadena Holiday Inn Express. -
dije, manteniendo la voz tan baja como pude. – Han disparado al Detective

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 97

Parker Powers. Está en el suelo en la calle Jacaranda. El que ha disparado


viene a por mí. Por favor, vengan rápido.
- ¿Señora? ¿Ha dicho que le han disparado a un agente? ¿Está
herida.
- Sí, al detective Powers. - dije. - Yo no estoy herida todavía. Tengo que
colgar. - No podía hablar por teléfono. Necesitaba escuchar.
Ahora que mi propia respiración se había moderado, estaba segura de
que podía oír la respiración de otra persona, alguien andando por los patios
delanteros. Alguien que no quería estar en el centro de la calle. ¿Alguna de
estas personas sabía lo que estaba sucediendo a su alrededor? ¿Dónde
estaban los cabeza de familia armados con pistolas y fusiles cuando se
los necesitaba? Yo no sabía si salir corriendo o quedarme donde estaba y
esperar que no me encontraran.
La tensión era casi insoportable. Estar agachada al lado de ese coche
ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho nunca. Yo ni siquiera
sabía si esta tranquila calle tenía salida. Tal vez era un callejón sin salida al
girar la curva. Tendría que volver sobre mis pasos por los patios para salir
hasta la calle Jacaranda para volver al hotel. Podría haber vallas, podría
haber perros...Ahora podía escuchar un ladrido, y sonaba como el de un
gran perro.
Unos pasos, pasos muy tranquilos, se acercaron un poco y se
detuvieron. ¿Podían verme? ¿Iban a matarme al instante siguiente?
Entonces escuché el ulular de las sirenas. Dios bendiga a la policía,
Dios bendiga a sus luces y al ruido y a las armas. La sombra estaba cerca
de donde yo estaba agachada se apartó rápidamente y se marchó corriendo
por la calle por donde había venido.
Traté de levantarme pero no pude. Mis piernas simplemente no
funcionaban. Pude ver la luz de una linterna grande cada vez más cerca, y
luego se posó sobre mí. Volvió a fijar su mirada en mí.
- ¡Tumbese con los brazos extendidos! - Dijo una voz de mujer.
- Muy bien. - dije. – Lo haré.
Por el momento, eso parecía mucho mejor que ponerse de pie

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98 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

Capítulo 10

A
l final, fui de nuevo al hospital y pasé la noche con Tolliver. Yo
simplemente no quería estar sola, y me sentía más seguro cerca de
él a pesar de que le habían disparado.
El Detective Powers todavía estaba vivo. Me alegré mucho al escuchar
eso, agradecida de que su valor le fuera recompensado en esta vida en
lugar de en la siguiente. Había captado fragmentos de la conversación de
los policías que había a mi alrededor, que casi me habían tratado como si no
estuviera allí.
- Powers se pondrá bien. - la mujer policía, que finalmente me dejó
levantarme, había dicho. - Es demasiado difícil de matar.
- Todos estos años jugando al fútbol, debe de ser un tipo duro. - dijo
uno de los enfermeros de la ambulancia que había venido para examinarme.
Estaba tomandose su tiempo para recoger sus cosas, habiendo determinado
que yo estaba bastante bien.
- Sí, esos golpes en la cabeza no te han hecho ningún bien. - dijo otro
oficial, un joven con la cabeza afeitada. – Powers jugó como mucho una
temporada.
- Hey, respeta al detective. – dijo el ambulanciero más mayor. - Es un
buen portavoz para el departamento.
Leyendo entre líneas, deduje que el detective Powers había sido todo
un reclutamiento para la policía desde que había sido contratado, y que tenía
mucho que ver con su ascenso a detective. La gente estaba muy emocionada
al ser interrogada por un ex futbolista y decían cosas que no habían planeado
decir, sólo para mantener su atención. Así que no era muy apreciado por su
inteligencia o su habilidad innata, sino porque era activo y siempre estaba
dispuesto a ser el centro de atención. Además, era considerado como un tipo
realmente agradable.
Fue un placer decirle a sus compañeros lo valiente que había sido,
y fue un placer ver el orgullo que eso les causó. El hecho de que pensaran

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 99

que había sido casi de idiotas salir a correr conmigo, bueno, quedó en un
segundo plano.
Tenía una pocas manchas de sangre en mi cara y me fui a la0 habitación
de hotel para limpiarme. La funcionaria, Kerri Sauer, vino conmigo, y también
se ofreció para llevarme al God Mercy, un gesto que agradecí.
- ¿Alguna vez ver ha visto jugar a Parker? - Preguntó ella, mientras
miraba como me quitaba la sangre con un trapo.
- No. - dije. - ¿Y usted? Debía de ser una niña.
- Lo era. Él era genial. Que se hiciera daño fue terrible para el equipo.
Pero hizo, y todavía hace, todo tipo de cosas para los niños en riesgo. Es un
gran tipo. Tenías su localización cuando llamaste. Eso le salvó la vida. Así
pudo tener una oportunidad.
Parecía contraproducente decir que Powers realmente no habría sido
disparado si no hubiera estado conmigo. Asentí y hundí mi cara en una toalla
para que no pudiera leer mi expresión.
Después de haber aparcado en el hospital y acercarme hasta la puerta,
saludó a la patrulla, y se integró en el tráfico. Tuve una idea loca: si yo ya no
podía ganar más dinero encontrando cuerpos, ¿Podría ser oficial de policía?
Me preguntaba si podría pasar el examen físico. Normalmente mi pierna
derecha estaba bien, pero de vez en cuando me molestaba. Y tenía dolores
de cabeza horribles. Así que probablemente ser agente de la ley no era una
buena opción para mí. Negué con la cabeza y vi el movimiento reflejado en
las paredes brillantes del ascensor. Sólo estaba haciendo el tonto.
Fui por el pasillo con sigilo y abrí la puerta de la habitación de Tolliver
cuidadosamente. Todo estaba oscuro dentro, aunque la luz en el baño estaba
encendida y la puerta se había quedado ligeramente abierta.
- ¿Harper? – Dijo con voz somnolienta.
- Sí, soy yo. Te he echado de menos. - dije, manteniendo estable mi
voz.
- Ven aquí.
Me fui hasta la cama y me agaché para quitarme los zapatos. - Voy a
dormir en la silla. - le dije en voz muy baja. - Vuelve a dormirte.
- Sube conmigo, por el lado bueno.
- ¿Estás seguro de que vas a estar cómodo? La cama es bastante
pequeña.
- Estoy seguro. Prefiero que esté llena contigo a que esté vacía.
Sentí lágrimas empezar a resbalar por mis mejillas, y suprimí el sonido
de llanto que las acompañaba.
- ¿Qué pasa? - Puso su brazo bueno a mi alrededor después de que me
metiera en la cama. Pude todo de mi parte para darle espacio suficiente.

Traducido por Beleth


100 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

- No tenemos que hablar ahora. - le dije. - Duerme. No quería estar


sola.
- Yo tampoco. - dijo. Y se volvió a dormir. Después de unos minutos, yo
también.
La enfermera que llegó a las cinco y media de la mañana estaba
bastante sorprendido de verme allí, en la cama con Tolliver. Una vez que vio
que estábamos los dos vestidos y supuso que Tolliver no había hecho nada
que fuera a estropear la curación de su hombro, se relajó.
Tolliver parecía mucho mejor bajo la luz de la mañana. Estar con él
me había sentado bien también. Me sentía mucho más segura. Después de
que él hubiera sido bañado y afeitado, y de que hubiera comido, le conté la
historia de la noche anterior.
Dijo al instante - Tengo que salir de aquí. - y comenzó a sentarse para
salir de la cama.
- No, no puedes. - dije bruscamente. - Te vas a quedar aquí, donde
nadie pueda llegar hasta ti, hasta que el médico te de el alta.
Tolliver, dijo - Estás en peligro, cariño. Tenemos que encontrar un lugar
para ponerte a salvo. - Había abandonado la idea de marcharse, y me sentí
aliviada al verlo, sobre todo porque el movimiento había sido suficiente para
causarle un sudor frío.
- Eso suena bien. - dije. - Pero no sé a donde podría ir.
- Podrías marcharte. - dijo, un poco a la ligera. - Puedes ir a San Luis,
al apartamento.
- ¿Y dejarte aquí solo? Lo veo poco probable.
- Podrías abandonar el país.
- ¡Oh, cállate! No voy a gastarme todo el dinero para irme a Europa o
lo que sea, sólo porque alguien disparó a un tipo cuando yo estaba allí.
- Tienes una amenaza de muerte. - dijo Tolliver, como si yo fuera
mentalmente lenta o dura de oído.
- Lo sé. - dije, imitando su tono de voz. Él me dedicó una fuerte mirada.
- En serio, Tolliver, creo que alguien está solamente tratando de asustarme.
Quiero decir, recibiste un disparo y luego también el pobre Detective Powers.
¿Pero acaso el tirador no podría haberme disparado a mí con la misma
felicidad, si yo hubiera sido el objetivo? No estoy tan segura de que tuviera
tanta suerte. Pienso que tal vez el tirador está tratando de asustarme.
- No me gustan mucho los resultados de alguien tratando de asustarte
más de lo que me gusta la idea de que alguien intente realmente matarte.
- dijo Tolliver, señalando la cama del hospital.
- Es verdad. - Parecía que estábamos en un punto muerto.
El Dr. Spradling apareció y le hizo a Tolliver las preguntas habituales.
Parecía claro que Tolliver estaba fuera de peligro, y el médico habló de darle

Traducido por Beleth


Secreto en la tumba - Charlaine Harris 101

de alta, siempre que Tolliver tuviera a alguien que cuidara de él. Yo levanté
la mano, para indicar que yo era esa persona.
- ¿Qué hay de viajar? - pregunté.
- ¿En coche?
- Sí.
- Yo no lo haría. Necesita descansar durante al menos dos días antes
de poder viajar. Estoy pensando en ponerle ya un gotero con antibióticos,
pero si promete atenerse a lo que yo diga fielmente, si promete mantenerlo
en una habitación tranquila y, a continuación, le recetaré antibióticos de vía
oral y le daré de alta mañana.
- Muy bien. - dije. - Lo prometo.
- Entonces, si sigue mejorando y no tienen fiebre, mañana saldrá.
Yo estaba encantada de oírlo. Tolliver pareció aliviado también. Cuando
el médico se marchó me dijo - Creo que será mejor que vuelva al hotel para
darme una ducha y comer algo.
- ¿Puedes esperar hasta que Mark salga del trabajo? Podría
acompañarte.
- Iré sola. No puedo quedarme encerrada en una habitación todo el
tiempo, Tolliver. Tengo que salir y hacer cosas. – Tampoco quería que le
pegaran un tiro a Mark.
- ¿Quién crees que está haciendo esto?
- Sé que suena ridículo, pero me preguntaba si podría ser alguien
que se haya obsesionado conmigo en la página web, algún loco que decidió
que no quería que yo estuviera cerca de otros hombres. O tal vez es una
coincidencia que yo estuviera con hombres en ambas ocasiones. Tal vez
este tipo dispara muy mal y estaba tratando de darme a mí. Tal vez sea
alguien que sólo quiere asustarme y ver cómo reacciono.
- ¿Por qué ahora? Tiene que haber una razón.
- No sé. - dije perdiendo la paciencia. - ¿Cómo voy a saberlo? Tal vez
la policía encuentre algo. Al haber disparado a uno de ellos, es un poderoso
incentivo para encontrar al tipo malo. Dios sabe que me han pedido que les
dijera todo lo que he hecho en los últimos días, una y otra vez. Te diré algo
más que tengo que hacer, tengo que ir a visitar al detective que recibió el
disparo.
Tolliver asintió. Apartó la cara de mí, para mirar por la ventana. El
día era frío y claro, el cielo era de un azul tan brillante que casi hacía daño
mirarlo. Era un día dolorosamente hermoso. Y aquí estábamos, encerrados
en un hospital y enfadados mutuamente.
Me acerqué a su cama, le cogí de la mano. Respondió a mi agarre. -
Tengo que ducharme y comer, y tengo que ir a ver al detective. - dije - Después
de eso, regresaré. Si sigo moviéndome, estaré bien. Nadie puede seguirme

Traducido por Beleth


102 Charlaine Harris - Secreto en la tumba

las veinticuatro horas al día, ¿Verdad? - Yo odiaba a sonar persuasiva, pero


así era.
- Tengo que marcharme de aquí. - dijo.
- Sí, y podrás, pronto. El médico eso dijo. Simplemente no hagas
ninguna locura y no te caigas, ¿Vale?
Llamaron a la puerta, y mientras nuestras cabezas giraban, un hombre
de baja estatura entró. Tenía un aspecto extraordinario, todo vestido de negro
y con piercings de plata en las cejas y nariz, y también (sabía por experiencias
pasadas) en la lengua. Era más joven que yo, rondando los veintiún años,
era delgado y extrañamente bello.
- Hola, Manfred. - dijo Tolliver. - Nunca pensé que diría esto, pero me
alegro de verte

Traducido por Beleth

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