ACERCA DE RUBEN MORALES

Por Felix Ramiro Lozada Flórez

De la siguiente manera traza Félix Ramiro Lozada Flórez la poética de Rubén Morales
en su libro Literatura Huilense: “En Morales, nos encontramos con una poesía muy
personal, profunda y de bastante contradicción espiritual, con buenos logros formales,
pero que no alcanza a romper con los esquemas expresivos tradicionales: “A pesar de
que canto eternamente, / por nadie seré oído, / porque mi voz fue hecha de silencios /
y con silencios grito. / Sobre los amplios surcos de la tierra / soy como un grano ínfimo
/ y en los vientos un átomo sin sombra / rodando en el vacío…”
Es un mundo desencantado, de sumo pesimismo, donde se resalta lo imposible. De
ahí, esa contradicción entre el ser y no ser; por eso la alegría inicial se contrapone al
desarraigo social, al dolor interno del que es víctima en una sociedad que rechaza al
no encjar plenamente en ella, pero que al final se somete, por lo que nos encontramos
con un caso típico del exiliado en su propio terruño, sumergido en un silencio
profundo, casi imposible de romper. Esta observación la hace David Rivera, cuando
expresa: “En todos sus bellísimos poemas el poeta se nos muestra siempre sensitivo y
depurado, atraído por una irresistible fuerza interior de recelos errantes por los
senderos de su modestia y de su retraimiento.
En “Voz de mi Silencio”, su fiel autosemblanza, el poeta nos dice: “El placer que me
exalta lo mantengo / en mi dulce martirio: / recogiendo las más selectas rosas / de mis
rudos espinos.
Su poesía corresponde a una exploración intensa de su mundo interior: por eso en ella
palpita la soledad, los silencios, los recuerdos y hasta la muerte; de ahí que sea
significativa su confesión de aislamiento deliberado que lo mueve a tumultuosas y
profundas meditaciones, resueltas con determinación por medio de la imaginación
creadora, lo que le permite acogerse a distintos elementos, relacionados con sus
sueños, sus amores, sus institntos y demás ejecutorias que le permiten resaltar sus
imágenes expresivas, plenas de asuntos habituales, generalmente fragorosas,
frenéticas y llenas de entusiasmo”. Rubén Morales nació en El Hato, hoy Tarqui, el 9
de junio de 1930 y fallece el 22 de agosto de 2002. Algunos de sus mejores poemas
son: Presencia de la rosa, Nocturno de mi corazón, Voces del silencio, Mañana de
diciembre, Misterio.