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SERIACION

Operación que evoluciona desde los 7-8 años en adelante y mediante la cual el niño
puede establecer relaciones de orden, o relaciones seriales, es decir, "ordenar
elementos según sus dimensiones crecientes o decrecientes" (9:104) y fundándose en
las relaciones asimétricas o simétricas que mantienen entre sí. Las estructuras que
posibilitan las operaciones de seriación son los agrupamientos V, VI, VII y VIII, y
constituyen un logro del nivel de las operaciones concretas.
1. Generalidades.- Seriar, genéricamente, significa ordenar elementos de acuerdo a
algún criterio. Por ejemplo, ordenar botones por su tamaño de mayor a menor (serie
decreciente) o de menor a mayor (serie creciente); ordenar los números 4-7-1-5-8 en
forma creciente o decreciente; ordenar lápices se acuerdo a su color y su tamaño
(usamos aquí dos criterios), etc.
La seriación tiene entonces un aspecto cuantitativo (pues se ordenan una cierta
'cantidad' de objetos), y un aspecto cualitativo (pues se los ordena de acuerdo a alguna
'cualidad': tamaño, color, etc.).
Si bien el niño puede seriar antes de los 7-8 años, sólo a partir de entonces puede
considerarse a esta seriación una operación, por cuanto incorpora la reversibilidad
(véase más abajo). En este sentido, se dice que las operaciones de seriación están
regidas por ciertas estructuras que son los agrupamientos V, VI, VII y VIII (ver
Agrupamiento). Cada una de esas estructuras permitirá realizar diferentes tipos de
operaciones de seriación.
Por ejemplo, el agrupamiento V permite construír series en base a relaciones
asimétricas (A mayor que B, B mayor que C, etc. Son asimétricas porque si A es mayor
que B, no puede ocurrir que B sea mayor que A). Asimismo el agrupamiento VI
incorpora relaciones simétricas (por ejemplo A es hermano de B es una relación
simétrica, porque entonces también es cierto que B es hermano de A). Piaget cita al
respecto la seriación aplicada a la construcción de árboles genealógicos (18:200).
Por su parte, el agrupamiento VII permite construír series sobre la base de dos
cualidades, y no sólo de una. Esto quiere decir que permite al niño ordenar varios
objetos, por ejemplo, según su tamaño y su color simultáneamente (cuadro de doble
entrada).
2. Ejemplo.- Se da al niño "una serie de varillas de diferentes tamaños y se le indica
que las ordene de la más pequeña a la más grande. Por supuesto, el niño podrá lograr
esto antes de los 7 años pero lo hará de una forma empírica, es decir, por ensayos
sucesivos, lo que no es una operación lógica. Sólo a partir de los 7 años el niño es
capaz de elaborar un sistema que compara los elementos entre sí: basta que haya
encontrado el más pequeño, que pone sobre la mesa, enseguida buscará el más
pequeño de los que quedan colocándolo junto al primero, y después el más pequeño
de los restantes colocándolo junto al segundo, etc. Cada elemento será a la vez más
grande que todos aquellos que han sido puestos sobre la mesa y más pequeño que
todos aquellos que quedan. Se trata aquí de un elemento de reversibilidad" (2:26).
3. La seriación y la noción de número.- Desde los 7-8 años el niño construirá tres
sistemas correlativos de operaciones: la clasificación, la seriación y, como síntesis de
ambos, la noción de número y las operaciones aritméticas.
Así, "el niño se vuelve capaz de seriaciones, es decir, de un encadenamiento transtivo
de relaciones de orden: A antes que B, B antes de C, etc. En segundo lugar construye
clasificaciones, o 'agrupaciones' de clases cuya forma más simple consiste en reunir
las clases individuales A y A' en B, B y la clase B' en C, etc. Admitamos ahora que se
haga abstracción de las cualidades, es decir, que A, A', B, B' se consideren como
equivalentes e indiscernibles en cuanto a sus cualidades (este es el caso cuando se
trata de fichas o de botones, etc., que son todos similares); en ese caso tendremos A +
A' = B', etc, y por consecuencia A + A = A. Para evitar esta tautología (o sea, olvidar un
elemento o contar dos veces el mismo, etc.) no existe más que una manera: distinguir
A, A', B' por su orden de numeración y efectivamente este orden los diferencia aún
cuando exista una abstracción de las cualidades, puesto que se trata de hecho de un
orden 'vicariante" , es decir, que si permutan los términos se reencuentra el mismo
orden (un primero, un segundo, etc., tal que el primero no tiene predecesor, el segundo
no tiene más que un predecesor, etc). El número aparece entonces como la síntesis de
la inclusión de clases y del orden serial, o sea como una combinación nueva pero a
partir de caracteres puramente lógicos" (4:16).
Mas concretamente: fusionando entre sí las agrupaciones del englobamiento simple de
las clases (agrupamiento I) y de la seriación (agrupamiento V), se obtiene el 'grupo'
constituído por la sucesión de los números enteros positivos y negativos. En efecto,
reunir los individuos en clase, consiste en consideralos equivalentes, en tanto que
seriarlos según una relación asimétrica cualquiera, expresa sus diferencias. Ahora bien,
si se consideran las cualidades de los objetos, no podrían agruparse simultáneamente
como equivalentes y diferentes a la vez. Pero, si se hace abstracción de esas
cualidades, por este hecho mismo se los hace equivalentes entre sí, como también
seriables según un orden cualquiera de enumeración: transformémoslos, pues, en
'unidades' ordenadas, y allí está precisamente la operación aditiva constitutiva del
número entero. De igual modo, fusionando las agrupaciones multiplicativas de clases
(agrupamiento III) y de relaciones (agrupamiento VII), se obtiene el grupo multiplicativo
de los números positivos (enteros y fraccionarios)" (3:55-56).
4. Evolución.- Hay esbozos senso-motores de las operaciones de seriación "cuando el
niño de un año y medio a dos años construye, por ejemplo, una torre con tacos cuyas
diferencias dimensionales son inmediatamente perceptibles. Cuando, seguidamente, se
les da a los sujetos 10 regletas cuyas diferencias poco aparentes necesitan
comparaciones dos a dos, se observan las siguientes etapas: primero, parejas o
pequeños conjuntos (una pequeña y una grande, etc.), pero incoordinables entre sí;
luego, una construcción por tanteos empíricos, que constituyen regulaciones
semirreversibles, pero aún no operatorias; finalmente, un método sistemático,
consistente en buscar, por comparaciones dos a dos, el más pequeño elemento
aparente, luego el más pequeño de los que quedan, etc. En este caso, el método es
operatorio, ya que un elemento cualquiera E está comprendido de antemano como
simultáneamente mayor que los precedentes (E>D, C, B, A) y menor que los siguientes
(E<F, G, etc.), lo que es una forma de reversibilidad por reciprocidad. Pero, ante todo,
en el momento en que la estructura llega así a su cierre, resulta de ello,
inmediatamente, una manera hasta ahí desconocida, de composición deductiva, la
transitividad: A<C si A<B y B<C (haciendo comparar perceptivamente A y B y luego B y
C, pero ocultando enseguida A debajo de la mesa para hacer deducir su relación con
C, a lo que se niegan a hacer los sujetos preoperatorios)".
"De esta seriación operatoria, adquirida hacia los siete años, se derivan
correspondencias seriales (hacer que se correspondan monigotes de tallas diferentes,
bastones igualmente distintos y mochilas análogamente susceptibles de seriar) o
seriaciones de dos dimensiones (disponer en una tabla de doble entrada hojas de árbol
que difieran a la vez por su tamaño y por color más o menos intenso). Esos sistemas
se adquieren también a los siete u ocho años" (9:104-105).
El ejemplo anterior se refiere a las longitudes o dimensiones dependientes de la
cantidad de materia (alturas, anchuras, etc.), pero habrá que esperar a los 9 años
aproximadamente para obtener una seriación análoga en relación a los pesos (ordenar
bolas del mismo tamaño pero de pesos diferentes) y a los 11-12 años para obtener
seriación de volúmenes (mediante la inmersión de objetos en agua). "Es pues,
evidente, que estas operaciones están en estrecha conexión con la construcción misma
de dichas nociones de peso y de volumen y especialmente con la elaboración de los
principios de conservación que les son relativos" (8:79-80).
Las operaciones de seriación aplicadas a objetos concretos (varillas, botones u otros
para armar una serie) se consiguen a las edades indicadas, pero si se traducen esas
operaciones en términos de lenguaje puro, resultan para el niño de esas edades mucho
más complicadas, y sólo logra resolverlas más adelante, a nivel de operaciones
formales. No es lo mismo, en efecto, pedirle al sujeto que ordene en una serie varios
objetos, a pedirle que resuelva un problema verbal como el siguiente: "Si Edith es más
rubia que Susana y ésta es menos rubia que Lili, quien de las tres tiene el cabello más
oscuro?". Este problema implica también operaciones de seriación, pero son
seriaciones verbales, muy diferentes a las seriaciones que corresponden a las
operaciones concretas (2:26).

(2) Piaget J., "Estudios de psicología genética", Emecé Editores, Buenos Aires, 1973.
(3) Piaget J., "Psicología de la inteligencia", Editorial Psiqué, Buenos Aires, 1979.
(4) Piaget J., "Psicología y epistemología", Emecé Editores, Buenos Aires, 1972.
(8) Piaget J., "Seis estudios de psicología", Seix Barral, Barcelona, 1968, 2° edición.
(9) Piaget J. e Inhelder B., "Psicología del niño", Ediciones Morata, Madrid, 1978, 8°
edición.
(18) Flavell J., "La psicología evolutiva de Jean Piaget", Paidós, México, 1991

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