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Kullpi. Investigaciones Culturales en la Provincia de Huaral y el Norte


Chico.
Pieter van Dalen Luna, editor.

Diciembre del 2006.

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KULLPI
“Investigaciones Culturales en la Provincia de Huaral
y el Norte Chico”

Año 3 – Nº 3, Huaral – Perú, Diciembre 2006

Indice…….…………………………………………….…...…Pg. 3
Introducción………………………………………………….Pg. 5
ARTICULOS:
José Luis Fuentes Sadowski
“La ocupación Lima del valle bajo de Chancay”……..……….….Pg. 11

Pieter van Dalen Luna


“Reconocimiento arqueológico en la cuenca alta del río
Chancay – Huaral: margen izquierda (distritos de Atavillos
Alto, Santa Cruz de Andamarca y Pacaraos). Nuevos datos
para comprender los procesos socio- culturales Atavillos.”………..Pg. 50

Luis Flores Blanco


“UN GRANERO DOMÉSTICO: Tecnología de almace-
namiento perteneciente a la Cultura Chancay en Caral,
valle de Supe”.………………………………………..……….....…Pg. 131

Leonardo Feldman Gracia


“El cactus San Pedro en la historia de los andes centrales”...............Pg. 141

Amilcar Hijar Hidalgo


“La tradición oral sobre algunos lugares arqueológicos de
Cajatambo”……………………………………..………...……...…Pg. 184

Pieter van Dalen Luna


“Análisis de un quipu Tahuantinsuyo procedente de Lauri,
valle de Chancay”………………………………………..…………Pg. 191

3
Sheyla Melgar Torres y Ernesto Lázaro Torres
“El periodo Intermedio Tardío en San Pedro de Copa: una
aproximación al patrón de asentamiento”…………………………..Pg. 215

Filomeno Zubieta Nuñez


“Vichama y la Historia Regional”……………………..…………...Pg. 239.

Carlos Zapata Huamani


“Cerro Blanco Sur: arquitectura del Formativo Temprano en el
valle de Fortaleza”…………………………………………….……Pg. 248

José Fernández Sánchez


“El Patrimonio cultural y la historia regional”……………………..Pg. 259

Guido Casaverde Ríos


“Periodo de transición. Colonial vs. Inca: el caso de la sierra
de Lima”……………………………………………………………Pg. 282

Manuel Augusto Ingunza Simonetti


“La casa hacienda “El Ingenio” de Huaura”……………………….Pg. 291

Miguel Angel Silva Esquén


“Iglesia y torre excentra de Rapaz”…………..…………………….Pg. 296.
NOTAS:
Orlando Izquierdo Vásquez
“El sello artístico de las civilizaciones”……….……………………Pg. 306

HOMENAJE:
Tito Mármol
“Reseña Biográfica del Dr. Andrés Mármol Castellanos”…………Pg. 309

Jesús Buitrón Cañamero vda. De Cafiti


“Estudios arqueológicos in situ del Dr. Andrés Mármol
Castellanos”………………………………………………………...Pg. 312

Andrés Mármol Castellanos

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INTRODUCCIÓN

Hace tres años salió a la luz, por primera vez, el primer número
de la Revista Cultural Kullpi, cuyo objetivo era y lo es difundir los
resultados de las pocas pero valiosas investigaciones culturales realizadas
en la Provincia de Huaral, en particular y el norte Chico en general, un área
de la costa central que presenta un largo y complejo proceso cultural,
producto del desarrollo de numerosas e importantes formaciones
económico sociales. Los resultados de dichas investigaciones, era
necesario que sean difundidas entre los investigadores del área y entre la
población local, para continuar a partir del estado de las mismas y no
comenzar como siempre desde cero nuevamente; además de crear y
fomentar entre la población local y regional una identidad cultural e
histórica que les permita identificarse como pueblo y afrontar
conjuntamente los desafíos del proceso post moderno y de globalización en
la que vivimos.

La falta de conocimiento entre la población acerca de su Historia,


Arqueología, Antropología o Etnografía, entre otras disciplinas que nos
permiten reconstruir el proceso histórico social acaecido a través de los
siglos en este espacio geográfico; no permite tampoco que se forje la
identidad cultural, mas aunado a las masivas migraciones de pobladores
provenientes de otras regiones como Ancash y Huanuco, provenientes con
otras tradiciones culturales e históricas, genera que el proceso de
concientización cultural se tenga que iniciar desde cero. Así, pues,
buscamos que estos trabajos se constituyan en una fuente didáctica
fundamental en el proceso de enseñanza, por parte de docentes y alumnos

Es por ello que después de muchos años, tiempo en que se


encontraba en descanso la edición y publicaciones, de artículos y libros
relacionados con la cultura Chancay, con la arqueología e historia del valle
Chancay, y otros desarrollos culturales locales, logramos la edición de un
bloque de artículos relacionados con esas temáticas, las cuales en este
tercer número se viene ampliando considerablemente.

Sin embargo, dicha inquietud por fomentar las investigaciones en


la región, no hubiera sido logrado sin el apoyo moral y científico de
muchos colegas, interesados en el mismo fin. Es por ello que nos
encontramos y seguiremos comprometidos con la difusión de otros
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números en la que se expondrá la historia, arqueología, antropología y
otros ámbitos científicos de la realidad regional. Conocemos de las
limitaciones que tenemos, como todo investigador social en el Perú, en
especial de carácter económico, lo que no nos permite editar nuestros
ejemplares con la elegancia y rapidez que deseáramos, aunque con trabajo
y esfuerzo tratamos de llenar esos vacíos. Creemos que en el presente
número estamos superando algunas deficiencias del primer y segundo
número, pero a la vez nos comprometemos a seguir mejorando en cada
ejemplar futuro.

Los procesos sociales en el ámbito de la provincia de Huaral, en


particular, y en el norte Chico en general, se inician cuando las primeras
formaciones sociales llegan y se asientan, en los primeros momentos del
poblamiento de este sector de la cordillera de Los Andes, en territorio
sudamericano. Estos pobladores llegaron en un estado nómade,
desarrollando la trashumancia itinerante, sistema que les permitía el
aprovechamiento de productos de diferentes ecosistemas. Con el transcurso
del tiempo, el descubrimiento de la agricultura, la ganadería, la arquitectura
y otras artes de gran importancia para el desarrollo humano, logra una serie
de cambios al nivel del patrón de asentamiento de estos pueblos; los cuales
con el surgimiento y desarrollo de la religión, provoca la aparición de
grandes centros religioso – ceremoniales, como los de la Tradición Caral y
un poco mas tarde los de la Tradición de Templos en “U”, justamente el
mas grande es el de San Jacinto, ubicado en los alrededores de Huando, en
el valle de Chancay. Posteriormente, la sociedad se comienza a complejizar
aún más y a volverse más dinámica, hasta la aparición del estado Lima.
Con Lima, se produce una unificación cultural con los valles de Rímac,
Chillón y Lurín, aunque siempre presentando variaciones locales. Luego de
la desestructuración Lima, aparece una formación político social, conocido
con el nombre de Teatino, conocido a partir de su cerámica roja anaranjada
y de fino acabado. Teatino se constituye en el antecedente cultural de lo
que vendría a ser la Cultura Chancay, la cual fue finalmente anexada al
Tahuantinsuyo.

La mayoría de la población ha oído hablar acerca de la cultura


Chancay, pero pocos conocen sus características culturales principales,
desconociendo los otros desarrollos culturales anteriores.

Pero si esto sucede en el valle bajo de la provincia de Huaral,


donde se han realizado siquiera algunas investigaciones científicas, el

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panorama en la cuenca alta o región altoandina es mas complicado, ya que
no se han realizado mas de tres o cuatro investigaciones. Se conoce en
conjunto a todo lo arqueológico en esta zona como reino de los Atavillos.
Es por ello que estamos tratando de dar también prioridad a los artículos
referidos a la cuenca alta del río Chancay.

Como señalamos en la editorial del anterior número, se decidió


llamar al presente trabajo “Revista Cultural Kullpi”, en honor a estas
estructuras arquitectónicas de gran importancia, de compleja organización
espacial y arquitectónica y tan poco investigadas; pertenecientes a la
formación sociocultural denominado “Atavillos”, que se extendieron
ampliamente en toda el área alto andina de la Provincia de Huaral.

Además se pensó en sub denominar Revista de Investigaciones


culturales en la Provincia de Huaral y el Norte Chico, porque pensamos
que el proceso cultural en esta área ha sido uniforme en todos los periodos
culturales, desde la aparición de los primeros grupos sociales, en el
Tahuantinsuyo, en la época colonial, y en la República, conformando la
extensa provincia de Chancay.

En el presente número presentamos en primer lugar el artículo: “La


Ocupación Lima del valle bajo de Chancay”, del arqueólogo José
Luis Fuentes Sadowski, artículo de gran importancia para conocer el
panorama y características del valle Chancay dentro del estado Lima,
así como las características de los sitios mas importantes que datan
de este periodo. El segundo artículo “Reconocimiento arqueológico
en la cuenca alta del río Chancay – Huaral: margen izquierda
(distritos de Atavillos Alto, Santa Cruz de Andamarca y
Pacaraos). Nuevos datos para comprender los procesos socio-
culturales Atavillos” del arqueólogo Pieter van Dalen Luna, es
también de gran importancia, ya que nos muestra el panorama
cultural en conjunto de los periodos tardíos en estos periodos tardíos;
así como las características arquitectónicas y espaciales de los
asentamientos. El tercer artículo: “UN GRANERO DOMÉSTICO:
Tecnología de almacenamiento perteneciente a la Cultura
Chancay en Caral, valle de Supe”, del arqueólogo Luis Flores
Blanco, nos muestra las características de áreas de almacenamiento
de maíz correspondientes a la Cultura Chancay en el sitio de Caral.
Este trabajo es muy importante ya que es el primero en reportan
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ocupaciones Chancay en el sitio Arcaico de Caral, en el valle de
Supe. El cuarto artículo: “El cactus San Pedro en la historia de los
andes centrales”, del historiador del arte Leonardo Feldman Gracia,
es de gran importancia ya que nos muestra la importancia que tuvo el
San Pedro, en el área andina, en relación al mundo mágico
ceremonial y ritual. Este trabajo constituye en un resumen de la tesis
para optar el Magíster en Arqueología Andina. El quinto artículo:
“La tradición oral sobre algunos lugares arqueológicos de
Cajatambo” del antropólogo Amilcar Hijar Hidalgo, está referido a
información referente a sitios arqueológicos de Cajatambo,
recuperada a través de mitos y leyendas propias de la región. El
sexto artículo “Análisis de un quipu Tahuantinsuyo procedente
de Lauri, valle de Chancay”, también del arqueólogo Pieter van
Dalen Luna, está referido al análisis estructural de un quipu
procedente de la localidad de Pampa Libre, en Chancay; quipu que
es único en su género, ya que en toda el área andina no se ha
encontrado uno de las mismas características. El séptimo artículo:
“El periodo Intermedio Tardío en San Pedro de Copa: una
aproximación al patrón de asentamiento”, de los arqueólogos
Sheyla Melgar Torres y Ernesto Lázaro Torres, nos muestra un
estudio acerca de los patrones de Asentamientos en el Sur del
departamento de Ancash, provincia de Ocros. El octavo artículo
“Vichama y la Historia Regional”, del profesor Filomeno Zubieta
Núñez, está referido a la interpretación del mito de Vichama a partir
de los documentos haciendo el seguimiento en el actual territorio de
Huacho. El noveno artículo: “Cerro Blanco Sur: arquitectura del
Formativo Temprano en el valle de Fortaleza”, del arqueólogo Carlos
Zapata Huamani, nos muestra la importancia de este asentamiento en
el Periodo Formativo Temprano, en la región del Norte Chico. El
décimo artículo: “El Patrimonio Cultural y la Historia Regional”,
del profesor José Fernández Sánchez, está referido al patrimonio
cultural, su importancia para la educación y perspectivas para el
desarrollo cultural. El undécimo artículo: “Periodo de transición.
Colonial vs. Inca: el caso de la sierra de Lima”, del arqueólogo Guido
Casaverde Ríos, nos muestra las características de los sitios
Coloniales tempranos en la Sierra de Lima. El duodécimo artículo
“La casa hacienda “El Ingenio” de Huaura”, del Ingeniero Manuel
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Augusto Ingunza Simonetti, está referido a la importancia y el papel que
cumplió esta casa hacienda al momento de la llegada de José de San Martín
a Huaura, como cuartel general durante varios meses. El décimo tercer
artículo “Iglesia y torre excentra de Rapaz” del señor Miguel Silva
Esquén, describe e interpreta las pinturas murales que se encuentran
en el interior de la iglesia Matriz del pueblo de Rapaz en Oyón; así
como las características estructurales de esta iglesia. Además existe
una nota: “El sello artístico de las civilizaciones” del reconocido
pintor Orlando Izquierdo Vásquez, en el cual analiza la importancia
del arte en las diferentes culturas a nivel del mundo.
Además se ha visto conveniente realizar un justo homenaje al
Doctor Andrés Mármol Castellanos, quien durante muchos años
impulsó las actividades culturales en el ámbito de la provincia de
Huaral. Es por ello, que con permiso de su Hijo Don Tito Mármol
hemos republicado algunos de sus artículos, que ya antes han sido
publicado en diferentes periódicos y revistas de la localidad.
Adjuntamos una biografía del Dr. Mármol hecha por su hijo Don
Tito mármol, un artículo acerca de las investigaciones arqueológicas
del Dr. Mármol, hecho por la profesora Jesús Buitrón Cañamero
Vda. De Cafiti.

Esperamos para los próximos números seguir


recibiendo los artículos de otras investigaciones para su difusión.

Lic. Pieter van Dalen Luna.


Editor.

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AGRADECIMIENTOS

Un agradecimiento especial al señor Medil Alfredo Luna


Palacios, quien ha apoyado en parte, con la edición de este número.
Además un agradecimiento especial a todas aquellas personas que
han apoyado laboral y moralmente en la elaboración del presente
trabajo.

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LA OCUPACIÓN LIMA DEL VALLE BAJO DE
CHANCAY
José Luis Fuentes Sadowski 1

Introducción
El presente artículo constituye un primer
acercamiento al estudio de la cultura Lima en el valle de Chancay, por los
estudios realizados desde principios del siglo XX y por la numerosa
bibliografía publicada sobre la cultura Lima sabemos que ésta cultura
ocupó también este valle, a pesar que los hallazgos realizados hasta la
fecha, no muy numerosos, son de una importancia capital para el
entendimiento de ésta cultura hasta ahora éste período del valle, el
Intermedio Temprano, no ha despertado el interés que debiera en los
investigadores, dentro del estudio de los períodos culturales del valle de
Chancay éste lapso de tiempo constituye aún un vacío lamentable, al igual
que el conocimiento que tenemos sobre la cultura Lima para este valle.
Por las investigaciones realizadas hasta la fecha el
valle de Chancay constituyó el valle fronterizo para la cultura Lima, cuya
ocupación es la más norteña plenamente comprobada, más al norte a pesar
de reportarse algunos hallazgos aún falta investigar sobre éste período. El
presente artículo pretende sintetizar todos los conocimientos que se tienen
sobre la cultura Lima en el valle de Chancay hasta la fecha, y el autor
plantea también algunas hipótesis, ideas y líneas de trabajo que podrían ser
un aporte para la investigación de la cultura Lima en el valle en los años
venideros.
Para terminar esta breve introducción el presente
artículo parte de la investigación que el autor realizó para el curso de
Prácticas Pre-Profesionales I que dictara el profesor Francisco Medina
durante el año 2001 en la Escuela Académico Profesional de Arqueología
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, muchas de las ideas
iniciales han sido revisadas, algunas omitidas y se han añadido nuevas, de
todas maneras debo advertir que éste es sólo un avance preliminar sobre la
investigación de la cultura Lima en el valle de Chancay.

1
Bachiller en Arqueología-UNMSM

11
Antecedentes de estudio
Desde los inicios de la arqueología en la costa
central el valle bajo de Chancay fue escenario de numerosos estudios y
excavaciones por parte de los investigadores, el primer arqueólogo que
excavó ampliamente en el valle y que halló y definió cerámica de la
cultura Lima fue el alemán Max Uhle (Uhle, 1910, 1918, 1970,1998,
Kroeber,1926), Uhle excavó en numerosos sitios del valle bajo, primero
entre septiembre y noviembre de 1900 (Ravines, 1989:20) y después de
mayo a septiembre de 1904, ocasión en que excavó en Cerro Trinidad,
Huaral Viejo y otros sitios del valle (Ravines, 1989:20) reuniendo un
considerable corpus de cerámica de todos los períodos de ocupación; Uhle
trabajó en 1904 cinco sitios en el valle de Chancay: La Mina (Sitio A), La
Calera de Lauren (Lauri) (Sitio B), La Calera de Jecuán (Sitio C), Huaral
Viejo (Sitio D) y Cerro Trinidad (Sitio E) (Kroeber, 1926:266), de éstos
cinco sitios Cerro Trinidad y La Mina conformaban en la práctica uno
solo, y fue solamente en el primero donde encontró cerámica de la cultura
Lima (interlocking), en Cerro Trinidad las labores se iniciaron el 20 de
Junio de 1904 (Kroeber, 1926:294) y aparte de los numerosos hallazgos de
cerámica Lima, en fragmentos y algunas enteras, encontró la primera
pintura mural Lima hallada por un investigador (Kroeber, 1926:302)
(Uhle, 1998:242) (Bonavia, 1974:47-48).
Todos los materiales recuperados por Uhle en
Chancay en 1904 fueron trasladados a la Universidad de Berkeley en
California, EE.UU., veintidós años después de su descubrimiento en
Chancay éstos materiales fueron analizados por Alfred Kroeber, quien
publicara en 1926 un informe sobre ellos: The Uhle pottery collections
from Chancay, en éste trabajo Kroeber separa, entre los numerosos estilos
de cerámica, dos estilos que define como white-on-red (blanco sobre rojo)
e interlocking (entrelazado), los cuales Uhle sólo encontró en el Sitio E
(Cerro Trinidad), Kroeber intentó encontrar la relación cronológica entre
ambos estilos pero finalmente termina aceptando la que había propuesto
Uhle (en la cual el interlocking antecedía al white-on-red) aunque
reservando sus dudas, uno de los aportes más significativos de este trabajo
de Kroeber es la descripción e ilustración de numerosas vasijas de estilo
Lima de Cerro Trinidad que Uhle no había llegado a publicar, también en
la parte final del trabajo hay un pequeño reporte escrito por Uhle acerca de
sus labores en tres sitios del valle de Chancay durante 1904 (Kroeber,
1926:293-303).

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En 1941 y 1942 como parte de las investigaciones
antropológicas que el Instituto de Investigaciones Andinas de Nueva York
realizó en el Perú William Duncan Strong, Gordon R. Willey y John M.
Corbett realizaron excavaciones en la costa central, excavando
Pachacámac, Ancón, Chancay y Supe, fue en Chancay donde Gordon R.
Willey trabajó en los sitios Cerro Trinidad y Baños de Boza esclareciendo
definitivamente la secuencia cronológica para el Intermedio Temprano en
el valle, el artículo de Willey se llamó Excavations in the Chancay valley
y fue publicado en el libro Archeological studies in Perú: 1941-1942
publicado junto con William Duncan Strong y John M. Corbett en 1943.
En Chancay Willey excavó siete pozos de prueba
en Cerro Trinidad y cuatro en Baños de Boza, las excavaciones en Cerro
Trinidad se realizaron en la zona adyacente a la ladera sur del cerro, al
sureste de las excavaciones de Uhle (Willey, 1943:132) en este lugar
encontró una considerable ocupación de las sociedades que usaron los
estilos white-on-red y el interlocking, lo más importante de su trabajo es
que pudo por fin definir la anterioridad del estilo white-on-red (blanco
sobre rojo) al interlocking (entrelazado), en Baños de Boza encontró sólo
la ocupación de una sociedad que usó el white-on-red, aunque también
encontrara tres fragmentos Lima 3 (Patterson, 1966:109).

Para el año de 1961 Hans Horkheimer emprende


un proyecto a gran escala de reconocimientos y excavaciones en las zonas
baja y media del valle de Chancay, este proyecto se denominó la Misión
Arqueológica Chancay y, aunque su principal foco de atención fue el
estudio de la Cultura Chancay, es decir, de las sociedades del Intermedio
Tardío, también hizo reconocimientos en sitios Lima del valle y se
indicaron en las publicaciones que se realizaron, una de las menciones más
importantes fue sobre el importante sitio Lima de Horcón, situado a dos
kilómetros y medio al sureste del sitio Chancay de Pisquillo Chico, y de
sitios Lima en la quebrada de Quilca (Horkheimer, 1965; 1970:370-371
[1963]). En el mismo año de 1961 y en 1963 Thomas C. Patterson y
Edward Lanning realizan reconocimientos en la parte baja del valle,
aportando una información adicional al conocimiento de la cultura Lima
allí (Patterson, 1966:110).

En el año de 1963 Rogger Ravines con un grupo de


estudiantes de arqueología del Departamento de Antropología de San
Marcos desenterraron dos pinturas murales Lima ubicadas en Cerro

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Trinidad, correspondiendo a la pintura descubierta por Max Uhle en
1904 (denominada por Ravines “Panel B”) y a un mural no
mencionado con anterioridad pero que se situaba en las
inmediaciones del primero (se denominó el “Panel A”), éste en
verdad era la superficie de dos muros con restos de pintura mural
que formaban una esquina, uno adosándose a otro (Bonavia, 1974:
Fotografía a color adyacente a la pág. 46), después de estudiar ambas
pinturas el grupo cubrió nuevamente los murales, lamentablemente
éstos se situaban a escasa distancia del avance urbano del puerto de
Chancay y en los años siguientes las casas de los invasores
terminaron por cubrir totalmente la zona, se supone que al instalarse
sobre ésta parte y al construir construcciones de material noble los
murales fueron totalmente destruidos, Ravines escribió un informe
que permanece inédito, habiéndose publicado parte de éste en el
libro Ricchata Quellccani de Duccio Bonavia (Bonavia, 1974:48-
50).
En el año de 1965 Paul Kosok publica su monumental obra
Life, land and water in ancient Peru, en la cual publica una
excelente foto aérea del sitio de Cerro Trinidad (Kosok, 1965:132).

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El año de 1966 Thomas C. Patterson publica su
tesis doctoral titulada Pattern and Process in the Early Intermediate
Period Pottery of the Central Coast of Peru, obra fundamental para el
estudio de la cultura Lima, en la que no sólo se intenta sistematizar el
material Lima proveniente del valle de Chancay dentro de las nueve fases
planteadas por este investigador (Patterson, 1966:122-124) sino que
también se esboza una visión general de ésta cultura en el valle (Patterson,
1966:108-110).

En 1974 Santiago Agurto Calvo y Abelardo Sandoval publican un


inventario de sitios arqueológicos del valle bajo y medio de Chancay, en
donde por lo menos registran 84 sitios con ocupación del Intermedio
Temprano, es sorprendente que fueron los primeros investigadores en
clasificar la cerámica Lima de un valle en los períodos Lima Temprano,
Lima Medio y Lima Tardío, anticipándose a Guerrero (1998) y a
Goldhausen (2001), el informe de ellos se denomina Inventario, catastro y
delimitación del patrimonio arqueológico del valle de Chancay y se
encuentra actualmente en el Instituto Nacional de Cultura, Agurto y
Sandoval elaboraron una ficha breve de cada sitio que forman el cuerpo
general del inventario y les dieron una nomenclatura particular, no
utilizando el sistema Rowe de registro de sitios arqueológicos del país,
incluye algunas fotos de sitios y mapas del valle, es hasta la fecha el
informe que registra la mayor cantidad de sitios Lima del valle (Agurto y
Sandoval, 1974).

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En 1980 Rogger Ravines intervino en las proximidades del sitio
Lima de Chancayllo, ubicado en la parte norte del valle de Chancay,
situado al este de la carretera Panamericana antes que ésta, viniendo de
Lima, ingrese a la zona irrigada de El Hatillo, ésta intervención se realizó
debido a que se construyó un canal de riego que cortó varios montículos de
la zona y que afectó el sitio arqueológico en general, la intervención de
Ravines consistió en levantar un plano general de la zona, de perfilar,
dibujar y describir uno de los perfiles ubicados en uno de los montículos
afectados y de recoger cerámica Lima diagnóstica, siendo más precisos el
sitio exacto en donde Ravines trabajó el perfil y recogió la cerámica (que
él denomina PV44-14G07, según la nomenclatura de sitios que dieron
Agurto y Sandoval) por el plano que publica se situaba al este del sitio de
Chancayllo, en una pequeña quebrada, pero como veremos más adelante
tenemos dudas acerca de ésta ubicación, Ravines publico un artículo en el
Boletín de Lima, centrándose sobre todo en la cerámica recogida de este
sitio (Ravines, 1995:57-76).

Entre los meses de noviembre de 1993 y 1994 se


realizó en el puerto de Chancay un proyecto de rescate arqueológico
realizado por los arqueólogos Juan Murro, Vicente Cortéz y José
Hudtwalcker, las excavaciones se realizaron a los pies de la falda norte del
cerro La Capilla, un pequeño promontorio rocoso situado inmediatamente
al oeste de Cerro Trinidad, y se debió a que se iba a instalar la red de
alcantarillado en las calles de esta parte del puerto, las excavaciones aparte
de descubrir una densa ocupación de la cultura Chancay encontraron
debajo de ella ocupación de la cultura Lima, que estuvo asociada con las
estructuras monumentales de Cerro Trinidad (Murro, Cortéz y
Hudtwalcker, 1997:253-264).
Marco Goldhausen hace algunas referencias a
sitios Lima en el valle de Chancay (como Cerro Trinidad, Chancayllo y
Horcón) y de algunos hallazgos, sobre todo de iconografía Lima,
realizados en este valle, todo esto enmarcado en su artículo sobre
iconografía Lima publicado en Arqueológicas 25 (Goldhausen, 2001:223-
263). Finalmente una de las últimas intervenciones realizadas en un sitio
Lima del valle de Chancay ha sido un proyecto de evaluación
arqueológica, realizado en la falda oeste de Cerro Trinidad del 30 de Mayo
al 15 de Julio del 2001, debido a que algunos asentamientos humanos de
esa zona querían sanear la propiedad de esos terrenos, lo realizó la
arqueóloga Aurora García y el área evaluada fue de 9 Ha. excavándose

16
alrededor de 62 pozos de prueba de 2x2 metros, quizás la intervención más
grande realizada en Cerro Trinidad hasta la fecha (García, 2001:4-8).

Marco Geográfico

El valle bajo de Chancay se sitúa al norte de Lima,


inmediatamente al norte de los cerros arenosos de Pasamayo que dividen
la cuenca de Chancay de la de Ancón, se circunscribe al cono de deyección
que forma el río Chancay en la parte más baja de su recorrido al océano,
pudiendo definirlo como un gigantesco triángulo, cuyo vértice se sitúa en
la zona donde se abre el cono de deyección del valle, donde finaliza el
valle medio y se inicia el valle bajo, ésta es la zona situada entre los cerros
Mascarín por el norte y Plaza por el sur, el lado norte de este triángulo lo
conformarían de este a oeste: cerro Mascarín, Bilbao, Huando, Cabuyal,
Cuchicorral, Vizcachera, Iguañil, Contadero, Hatillo y Grita Lobos, por el
lado sur serían de este a oeste: cerro Plaza, San Cristóbal, Valenciana,
Atalaya, Trinchera, Porteño, Redondo y Pasamayo, estando la base situada
en toda la línea del litoral, entre el cerro Grita Lobos por el norte y el cerro
Pasamayo por el sur, en el área de todo este gigantesco triángulo se sitúa el
valle bajo de Chancay, que se caracteriza por ser una llanura aluvial de
superficie plana que tiene algunos cerros de pequeña altura situados hacia
el norte y que es cortada adyacente al litoral por dos sistemas de macizos
de cerros rocosos y arenales, que son en el lado norte los cerros La Mina y
La Calera y las pampas de Jecuán y Pampa Libre, y por el lado sur del
valle los cerros de Macatón, Salinas y Lunavilca y la pampa del Ynca; el
cauce actual del río Chancay se desvía con rumbo suroeste desde que
ingresa al valle bajo manteniéndolo hasta su desembocadura en el mar,
pasando al sur de la actual ciudad de Huaral y desembocando en el océano
al sur del puerto de Chancay, entre los cerros de Salinas por el norte y el
Pasamayo por el sur.
El clima del valle bajo es el típico de cualquier
valle de la costa central, de diciembre a marzo la temperatura es elevada
producto del verano austral y el cielo es despejado, mientras que de abril a
noviembre la mayor parte del tiempo se sitúa en el cielo a poca altura una
densa capa de nubes estratos, que produce algunas lloviznas, excesiva
humedad y baja temperatura en el ambiente, la humedad y las lloviznas en
estos meses producen en los cerros cercanos al litoral y que bordean el
valle el fenómeno de lomas, sobre todo en los meses de junio a septiembre,
la vegetación natural está tremendamente impactada por acción humana,
fuera de las chacras realizadas por el hombre y que cubren la mayor parte

17
de la superficie del cono de deyección (donde sobre todo abundan los
cultivos de pan llevar) está presente una vegetación silvestre en las riberas
del río Chancay, en algunos humedales presentes en la planicie y en las
lomas, la fauna también está condicionada por el impacto humano, siendo
más abundante en las lomas, el litoral no es tan accidentado como otras
zonas de la costa, de norte a sur mantiene una dirección sureste y no
presenta amplias bahías o significativas penínsulas o puntas, todo el litoral
se caracteriza por tener playas abiertas y la única bahía que exhibe la
posibilidad de ser un puerto natural es la que forma la punta Chancay.
Otra cuestión importante en el valle de Chancay
son las vías de comunicación naturales que ofrece, sobre todo con los
valles bajos costeños al norte y al sur, por el norte existen sólo dos vías de
comunicación, que jugaron un papel importante en las comunicaciones en
la época prehispánica: el paso entre los cerros Grita Lobos y Hatillo, y
entre el cerro Hatillo e Iguañil, y por el sur sólo existieron dos vías desde
tiempos prehispánicos: el paso entre los cerros Pasamayo y Redondo, que
permite el acceso de la zona de Baños de Boza a la pampa de Ancón y la
quebrada de Orcón y Quilca que permite el acceso pasando la zona de
Huachoc al valle del Chillón por la zona de Trapiche.
Naturaleza de la ocupación de la cultura Lima en el valle de
Chancay

Se ha mencionado generalmente que sólo se han


encontrado huellas tangibles de la cultura Lima en cuatro valles de la
costa central: Lurín, Rímac, Chillón y Chancay, los estudios realizados
hasta ahora sobre la cultura Lima se han centrado en los tres primeros
valles, siendo el de Chancay el que más ha carecido de éstos, aún así
algunos investigadores nos han dejado datos puntuales y fragmentados de
la ocupación Lima de este valle.

El año de 1974 el arquitecto Santiago Agurto y el arqueólogo


Abelardo Sandoval publicaron un inventario de sitios arqueológicos del
valle de Chancay, el único realizado hasta la fecha y en el cual se
dividieron los sitios por períodos, así para el período Intermedio Temprano
tenemos un aproximado de 84 sitios, teniendo ocupación de la época

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PLANO DEL VALLE CHANCAY

Blanco sobre Rojo 40 sitios y de Lima propiamente dicho 71 sitios,


existiendo ésta cantidad de sitios con ocupación Lima pensamos que la
población del valle fue bastante densa en la época que va desde el año 200
d.C. hasta el 500 d.C.

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De todos los sitios Lima presentes en el valle bajo
tres sitios podrían recibir la denominación de centros urbanos o centros
ceremoniales, nos referimos a Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón, al
parecer éstos tres sitios son los sitios Lima de mayor magnitud del valle,
algo que tienen en común es su considerable extensión y la presencia de
montículos voluminosos, sin duda la construcción de estos asentamientos
demandó bastante inversión de trabajo, un buen control de la mano de obra
y una anticipada planificación de las construcciones, éstos tres sitios se
componen de varias construcciones y de estructuras arqueológicas que se
articulan entre sí guardando entre ellas una evidente relación, es por ello
que en la descripción y explicación de estos sitios los hemos denominado
“complejos”.
Hasta ahora por las investigaciones realizadas la
ocupación Lima del valle de Chancay tendría unos límites temporales entre
los 250 y 500 d.C. si nos basamos en la secuencia de Patterson, ya que los
trabajos realizados en el valle sólo han encontrado cerámica Lima entre las
fases Lima 2 a Lima 6. (Patterson, 1966:122-124).
Por el inventario de Agurto y Sandoval podemos
observar que la ocupación Lima es densa en toda la amplitud del cono de
deyección del valle bajo, pero en el valle medio no se encuentran tantos
asentamientos como en ésta zona, de todas maneras la presencia de tan
enorme cantidad de sitios en la parte baja de este valle exige una
exploración más exhaustiva para poder ubicar sitios que no hayan sido
registrados y poder hacer un mapa arqueológico más elaborado.
El Complejo Cerro Trinidad
Cerro Trinidad es el nombre de un promontorio
rocoso de aprox. 150 m.s.n.m. ubicado inmediatamente al sureste del
puerto de Chancay, en sus faldas y alrededores se encuentran diseminadas
una serie de evidencias culturales que cubren un espacio de tiempo desde
el Intermedio Temprano hasta el Intermedio Tardío.
Como “Complejo Cerro Trinidad” nosotros
estamos definiendo al conjunto de restos y evidencias situados en y en las
inmediaciones del cerro del mismo nombre pertenecientes al Intermedio
Temprano, específicamente a la cultura Lima.
Cerro Trinidad ha sido uno de los sitios
arqueológicos Lima más investigados de ésta cultura y prácticamente el
único excavado en el valle de Chancay, pero refiriéndonos a eso hay que

20
confesar que después de las excavaciones de Uhle y de Willey no se han
vuelto a realizar otras intervenciones que nos hayan aportado más datos e
información de la envergadura que dieron estas excavaciones, fue aquí
donde Uhle descubrió el estilo Lima en el valle de Chancay.
Por el conjunto de evidencias Lima situadas en el
Complejo de Cerro Trinidad puede inferirse que la pequeña bahía de
Chancay jugó un rol bastante importante para la sociedad Lima de
entonces, hay que considerar que ésta bahía con su puerto natural es la
única de esta naturaleza en toda la costa del valle, por lo que los Lima de
Chancay se instalaron preferentemente en ella, usándola no sólo como un
puerto para embarcaciones que extrajeran productos marinos, sino también
como un posible lugar de comunicación marítima.
Hasta hace unos 50 años aprox. el sitio
arqueológico se encontraba relativamente conservado, ya que sólo las
evidencias ubicadas en las inmediaciones del puerto habían sido afectadas
por las construcciones modernas, fieles testigos del estado de conservación
del sitio son las fotos aéreas tomadas por el SAN en 1945 (una de ellas
publicada por Kosok, 1965:232) pero desde la década del sesenta sobre
todo empezó un acelerado crecimiento del puerto de Chancay, que empezó
a urbanizar extensiones de los arenales, campos cultivados y cerros que
rodean al puerto, fue así que empezó la sistemática destrucción del sitio de
Cerro Trinidad, cuyo principal factor ha sido el crecimiento urbano
desordenado del puerto de Chancay.
Al parecer todo el asentamiento Lima ubicado en
Cerro Trinidad se estableció rodeando al promontorio rocoso del mismo
nombre, considerándolo quizás como un importante punto de referencia e
inclusive pudiendo tener algún valor religioso (Apu), la principal
característica de este cerro es que prácticamente sus laderas son arenosas
hasta la mitad de su altura, donde se descubre la roca madre oscura del
cerro que conforma la cima, allí se sitúa una antena y también una cruz,
por el este está limitado por la actual carretera Panamericana y hacia el
oeste por la Panamericana antigua, ambas vías al construirse cortaron el
sitio arqueológico, por lo que actualmente lo dividen en tres zonas, hacia el
oeste de la antigua carretera están diseminadas una serie de evidencias
Lima sobre las laderas y cimas de los cerros Cascajo y La Capilla, cerros
que se adentran hacia el oeste conformando con un último promontorio
rocoso la punta Chancay, lamentablemente la expansión urbana del puerto
a ocupado buena parte de las colinas (sobre todo el cerro La Capilla)
afectando la zona arqueológica, aún así es posible encontrar todavía en la
21
superficie evidencias arqueológicas como fragmentos de cerámica, etc. que
ya había observado Willey (1943:131) e inclusive Uhle (Kroeber,
1926:295) también pudimos observar en una pequeña quebrada ubicada en
la ladera noroeste del cerro Cascajo mirando hacia la bahía restos de
construcciones de piedra formando habitáculos en una serie de terrazas
artificiales que se adaptan al desnivel de la ladera, en éstas construcciones
se pudo observar algunos fragmentos Lima, muy probablemente éstas
estructuras sean del Intermedio Temprano y fueron quizás una aldea, de
todas maneras no dejan de estar relacionadas con las estructuras situadas
en el mismo Cerro Trinidad, en la foto aérea de 1945 pueden distinguirse
claramente y libres de alguna ocupación moderna los tres promontorios:
cerro La Capilla, Cascajo y el de la punta, lo notable es que colindante con
las faldas norte de los cerros Cascajo y La Capilla puede verse un extenso
cementerio saqueado que por las excavaciones de Murro, Cortéz y
Hudtwalcker (que fueron en esta zona) se determinó que databa del
Intermedio Tardío; aparte de las evidencias anteriores habría que
mencionar los hallazgos que hizo este mismo proyecto de rescate en el
puerto Chancay en 1993-1994 en la base de la ladera norte del cerro La
Capilla: una sucesión de tres ocupaciones asociadas a cerámica Lima, y
que incluían estructuras arquitectónicas remodeladas de notable
envergadura (Murro, Cortéz y Hudtwalcker, 1997:257), es probable que
éstas estructuras sean sólo una pequeña muestra de la serie de estructuras
Lima que hubieron en los alrededores de la bahía; hacia el sur de los cerros
Cascajo y La Capilla se ubica una zona de humedales en cuyo límite
noreste pueden distinguirse por lo menos tres montículos arqueológicos
(que pueden verse claramente en la foto aérea de 1945), también cerca de
éstos montículos se ubica una pequeña huaca (denominada por nosotros
montículo F) ya adyacente a la Panamericana antigua y sobre la que
lamentablemente se ha construido viviendas modernas, es interesante
mencionar que en la foto aérea de 1945 pueden verse al sur del montículo
F alineados al lado oeste de la antigua Panamericana por lo menos tres
montículos más, que por nuestras propias observaciones al parecer han
desaparecido por completo.
Entre los dos trazos de la Panamericana, el antiguo y el moderno,
se sitúa Cerro Trinidad, prácticamente en todo el contorno de la ladera
arenosa del cerro hay evidencias arqueológicas, lamentablemente ahora
muy afectadas por la expansión de las urbanizaciones del puerto Chancay,
en la ladera oeste se sitúa la zona donde se ubican una serie de montículos,
siendo los de mayor envergadura de todo el sitio, en la ladera que mira al
sureste se sitúa una enorme construcción de piedra que tuvo una planta
22
cuadrangular, inmediatamente al sureste de éste cuadrángulo se sitúan un
par de montículos bajos (denominados por nosotros G y H), tanto la zona
de los grandes montículos como la zona del cuadrángulo y alrededores es
lo que Uhle denominó su sitio E (Kroeber, 1926:294), al parecer en la
ladera este del cerro no hay evidencias significativas, pero en la ladera
norte se situaba un saqueado cementerio Chancay que Uhle denominó su
sitio A (Willey, 1943:130) (Kroeber, 1926:266), también en la ladera
noreste del cerro se puede observar, en zonas que aún no han sido
invadidas, restos de superficie como huesos, cerámica, etc., no hay
evidencias claras en esta zona de estructuras arquitectónicas de gran
volumen pero por las sinuosidades del terreno quizás se encuentren
sepultadas, hacia el este de la actual Panamericana por indicación de un
pintarrajeado letrero del INC se encuentra la zona arqueológica de
Peralvillo, hoy casi totalmente ocupada por granjas y asentamientos
humanos, al parecer no tuvo estructuras importantes.

Foto 1: Vista Panorámica del Cerro Trinidad, visto desde el Norte. Foto J.L.F.S. Octubre 2001.

Información adicional nos suministra el inventario de sitios


arqueológicos del valle de Chancay que publicaron Agurto y Sandoval en
1974 para el complejo de Cerro Trinidad, son cinco sitios arqueológicos
que estos investigadores registran en los alrededores del puerto de
Chancay que pueden incluirse en nuestro “Complejo Cerro Trinidad”: son
los sitios 3H03, 3H04, 3H05, 3H06 y 3H07, registrando en todos ellos
cerámica Lima menos en el 3H06, 3H03 lo mencionan como un
cementerio saqueado situado en la falda suroeste del cerro, colindante con
la antigua Panamericana, 3H04 es una serie de montículos muy destruidos
situados frente al actual castillo de Chancay al lado este de la antigua

23
Panamericana, 3H05 es un cementerio denominado Peralvillo situado en
las inmediaciones de la zona en que la antigua Panamericana se une a la
moderna al sur de Cerro Trinidad, al parecer el sitio denominado por el
cartel del INC “Peralvillo” es otro, debido a su ubicación, aunque queda la
sospecha que se haya producido una confusión en los nombres, 3H06 es un
cementerio partido por la moderna Panamericana en la falda noreste de
Cerro Trinidad, en el punto que la Panamericana deja la zona desértica y
reingresa a una zona con cultivos, y por último el sitio 3H07 es el
cuadrángulo de piedra, que Agurto y Sandoval denominan “geoglifo de
planta rectangular” mencionando que tanto en su interior como en la zona
externa arriba de éste se encuentran cementerios removidos, mencionan
que la función del cuadrángulo fue la de proporcionar “una unidad de
medida” (¡!) Es curioso que ellos no registraran ninguna de las grandes
estructuras que se ubican sobre todo en la falda oeste del cerro.
En Cerro Trinidad aunque los asentamientos
humanos han bordeado todo el cerro y avanzado hacia las partes superiores
todavía no han destruido toda la evidencia arqueológica, la parte más
afectada es la zona de montículos que da hacia la bahía (quizás sea la zona
más importante) las casas de los pobladores han subido desde la antigua
carretera hasta la mitad del área arqueológica, han cortado los montículos
para hacer terrazas que sostengan sus moradas y han abierto perfiles en
donde se distingue toda una sucesión de fases arquitectónicas.
Básicamente existen cinco montículos de enorme envergadura, orientados
hacia el oeste que hemos denominado A,B,C,D y E, D y E son los más
cercanos a la antigua Panamericana y son los que se sitúan a menor altura
en la parte baja de la ladera, éstos se encuentran ya totalmente cubiertos
por viviendas precarias y en uno de ellos, específicamente el D, situado
más al norte se ha abierto un enorme perfil que exhibe una interesante
sucesión de fases constructivas, donde pueden reconocerse muros de
adobitos y al parecer también de tapia (a menos que sea un muro de otro
material constructivo cubierto totalmente de enlucido), entre éstos dos
montículos se ubicó la zona que evaluaron las excavaciones de Aurora
García el 2001, encontrando material del estilo blanco sobre rojo e
interlocking y también 17 entierros (García, 2001:52-54); es probable que
fue en el montículo E, el situado más al sur y actualmente casi
imperceptible en donde Ravines destapó y estudió el año 1963 los dos
paneles de pinturas murales de Cerro Trinidad, aunque Horkheimer
(1965:45) ubica “una pintura de dibujos interlocking en colores amarillo,
negro, rojo y blanco” en un promontorio separado del cerro por la antigua
Panamericana, es decir al oeste o sur de dicha vía, quizás Horkheimer haya
24
confundido la ubicación de las pinturas (que están al este de la antigua
Panamericana) o quizás se refiera a otra pintura completamente diferente
de las otras. El panel “B” de Ravines ya había sido descubierto por Max
Uhle en 1904 y era una pintura hecha sobre una “pared de terraza” (Uhle,
1998:242) representando de forma entrelazada cabezas de serpientes o
peces, el panel “A”, que se situaba adyacente al “B” y que fue sólo
mencionado y descrito por Ravines en 1963, era un diseño “por oposición”
de bandas de triángulos con puntos negros al centro, formando un diseño
geométrico complicado (Bonavia, 1974:49) lamentablemente la zona en la
actualidad se encuentra totalmente cubierta de viviendas modernas, siendo
verdaderamente trágico que tan bellos ejemplares del arte mural
prehispánico se hayan perdido. También en los alrededores del montículo
E se situaba el sitio 3H03 del inventario de Agurto y Sandoval que lo
denominan un cementerio saqueado. Los otros tres montículos se sitúan en
la parte alta de la ladera arenosa, una zona que aún no ha sido invadida por
el asentamiento humano pero que corre peligro inminente de que en
cualquier momento ésta se produzca, curiosamente los tres adoptan en su
distribución una planta ligeramente parecida a una “U”, estando el A
situado más al este y adyacente al inicio de la ladera rocosa del cerro,
mientras los montículos B y C, situados inmediatamente al oeste de A,
semejan las prolongaciones de la forma en “U” pero no parece que éstos
tres montículos encerraran un área definida, los tres montículos son de
gran tamaño y no exhiben perfiles o evidencias en la superficie de
arquitectura, prácticamente están intactos y tampoco exhiben evidencias de
perforaciones o huaqueos recientes, son la muestra de que aún Cerro
Trinidad no está completamente destruido y que guarda todavía muchas
sorpresas para el futuro, aunque esto podría desaparecer si el asentamiento
humano avanza y termina de invadirlo por completo (cosa que todo parece
indicar su inminencia). Creemos que toda esta zona era probablemente la
zona ceremonial del asentamiento y que los montículos tuvieron funciones
religiosas, aunque sin excavaciones intensivas eso no puede saberse con
certeza, en la fotografía aérea de 1945 puede verse esta zona totalmente
libre de construcciones modernas, notándose claramente los cinco
montículos (en la foto aparecen el montículo A junto con el B
conformando en la práctica uno solo, semejando a los dos montículos que
conforman la huaca Middendorf en el complejo Maranga) entre éstos
montículos y la antigua Panamericana puede distinguirse en la ladera
muros conformando habitáculos, posiblemente de piedra por su color
oscuro (en esta zona es que excavó Aurora García), es importante
mencionar que al sur del montículo C puede verse una construcción al

25
parecer de piedra de planta rectangular que tiene una pequeña
prolongación al sureste, conformándola en total cinco ambientes, al
suroeste de esta construcción y adyacente a la antigua Panamericana puede
verse en la foto aérea restos de trincheras de excavación, que
comparándolas con el dibujo que incluye Willey en su plano todo parece
indicar que son los restos de la excavación de Max Uhle (Willey,
1943:132), si estas huellas son en verdad la excavación de Uhle entonces
las siete unidades de Willey se ubicaron, por lo que grafica en su plano, al
suroeste de estas viejas trincheras, frente a dos montículos que se ubicaban
al otro lado de la antigua Panamericana, otros datos que nos da el plano de
Willey es que al este de las trincheras de Uhle existió una estructura de
piedra de planta rectangular, que sus unidades IV y VII fueron las más
cercanas a las trincheras de Uhle y que fueron excavadas al mismo nivel
de éstas (Willey, 1943:133) y que las unidades V y VI se excavaron en un
pequeño montículo situado a escasa distancia al noreste de las otras dos
unidades de excavación (Willey, 1943:139).

Foto 2: Vista del perfil expuesto en el montículo D, Cerro Trinidad. Foto J.L.F.S. Octubre 2001.

En la ladera que mira al sureste de Cerro Trinidad


se ubica el gigantesco cuadrángulo de piedra cuyas medidas fueron por la
foto aérea de 1945: 200 metros de largo por 180 metros de ancho aprox.,
inmediatamente al noroeste del muro superior de piedra de ésta estructura

26
PLANO DE CERRO TRINIDAD

se ubican los restos de un saqueado cementerio, del cuadrángulo sólo se


conserva actualmente tres muros ya que el situado más al sureste y que
tenía la menor altitud de los cuatro ha sido totalmente destruido por el
avance de las invasiones, aún puede distinguirse en el interior del
cuadrángulo una serie de terrazas con muros de contención de piedra
también, la función de toda esta estructura es imprecisa hasta ahora y su

27
antigüedad también, pudo estar relacionado con los montículos Lima
situados al oeste de éste pero también pudo ser posterior, sobre su función
pensamos que posiblemente se usó como un lugar para salar pescado, por
su similitud con otras terrazas similares ubicadas en el contemporáneo sitio
de Lapa Lapa en Chilca.
Inmediatamente al sureste del cuadrángulo se
ubica una planicie arenosa hoy totalmente cubierta por el avance de las
urbanizaciones en las que sobreviven hasta este momento dos pequeños
montículos, el más próximo al cuadrángulo lo hemos denominado G y el
situado más al sur H, ambos se encuentran adyacentes a la actual
Panamericana, el G actualmente se encuentra totalmente cubierto por
material eólico y en medio de una especie de parque de la moderna
urbanización, su estado de conservación es bueno y sólo han sembrado una
serie de plantas en su ladera sur, sobre el montículo H diremos que es más
pequeño que el G y que lamentablemente viene siendo progresivamente
destruido por un poblador de avanzada edad que tiene su vivienda
inmediatamente al sur de éste, por los cortes efectuados por ésta persona y
por los perfiles expuestos hemos contemplado adobitos similares en
tamaño a los presentes en otros sitios Lima, por la foto aérea de 1945
podemos observar en toda esta zona la presencia de numerosas estructuras
arqueológicas que hasta ahora inexplicablemente no han recibido la
atención de ningún estudioso, sólo Kosok (1965:232) publica la foto aérea
de esta zona pero sin dar muchas interpretaciones, pueden distinguirse una
serie de estructuras que se distribuyen como si siguieran un eje hacia el
norte, hacia el sureste del cuadrángulo se distingue un montículo de
notable envergadura que tiene al parecer otro más pequeño adosado en su
ladera norte, nosotros lo hemos identificado como el montículo G, que
felizmente sobrevive hasta ahora (en la foto de Kosok se distingue un
amurallamiento de planta trapezoidal alrededor de éste montículo)
siguiendo hacia el sur sigue una impresionante estructura de planta
trapezoidal que encierra por lo menos tres ambientes, en el más sureño
destaca la presencia de dos montículos (probablemente uno de ellos sea el
actual montículo H, si no es uno situado más al sur ya fuera de este recinto
trapezoidal) éste edificio de planta trapezoidal tiene adyacente en su lado
suroeste una serie de estructuras que terminan hacia el oeste en un edificio
con planta en cruz, cosa que no hemos visto en ningún otro edificio Lima
pero si en la iconografía (véase Escobedo y Goldhausen 1999:28) en
reproducciones de uno de los paneles de la pintura mural de Cerro
Culebras, pensamos que la filiación Lima de estos edificios está avalada
por su planta trapezoidal, muy semejante a otros edificios Lima como la
28
estructura principal de Cerro Culebras y la Huaca Tello en Cajamarquilla,
más al sur de éstos edificios puede verse en la foto aérea que prosiguen
una serie de estructuras, al parecer son montículos, plazas cuadrangulares
y grandes ambientes de planta rectangular, destaca en medio de una serie
de ambientes cuadrangulares y rectangulares un montículo de tamaño
notable de planta cuadrangular, asociado por su lado este con el trazo de al
parecer un camino antiguo que cruzaba la pampa y se dirigía tanto al sur
como al norte, por su asociación a ésta estructura es innegable su filiación
prehispánica (posiblemente sea un camino Lima) al parecer en la
actualidad ésta estructura no existe ya, el trazo de la moderna
Panamericana parece haber arrasado con todo este sector de las ruinas, una
cosa que es conveniente mencionar es que Willey señala que al sur del
Sitio E (a 1 km. aprox.) se ubicaba un enorme complejo Chancay “frente”
al cuadrángulo de piedra, éste complejo lo excavó junto con John Corbett
(Willey, 1943:130) si esto fuera así entonces sobre parte de éstas
estructuras existió una reocupación Chancay, o quizás sean de ésta
filiación cultural las estructuras más sureñas de esta zona.
En base a los trabajos realizados sobre todo por
Uhle y Willey sabemos que hubo una ocupación ininterrumpida en el sitio
desde el estilo blanco sobre rojo hasta el estilo interlocking, es decir, hasta
la fase Lima 6 de la secuencia de Patterson, pensamos que ya para el
período Blanco sobre Rojo (200 a.C.-200 d.C.) hubo una ocupación
significativa en el sitio, como lo demuestran los hallazgos hechos por Uhle
y Willey; todo parece indicar que el estilo interlocking fue foráneo y fue
dominante sobre el blanco sobre rojo, aunque el trabajo de Willey ofrece
datos de una coexistencia entre el estilo blanco sobre rojo y el interlocking
durante el tiempo que éste dominó, al parecer la gente común siguió
elaborando sus vasijas con el estilo blanco sobre rojo y el estilo
interlocking fue característico de la “élite”, de la clase dirigente (¿o
conquistadora?); pudo ser el caso que el estilo, por el prestigio que tuvo en
la época, fue adoptado por la clase sacerdotal dirigente de Cerro Trinidad,
pero habría que hacerse investigaciones más exhaustivas para probar esto,
todo parece indicar que éste estilo provino del sur, de la zona de Ancón-
Chillón.
El Complejo Chancayllo
Chancayllo es todo un complejo arqueológico
ubicado al este de la altura del kilómetro 93-94 de la Panamericana Norte,
se ubica en la zona oeste de una extensa planicie arenosa denominada

29
pampa de San Juan, está limitado por el norte con las faldas del cerro
Hatillo, por el oeste, este y sur limita al sitio arqueológico actualmente un
moderno canal de irrigación revestido de cemento hecho hace algunos
años para irrigar la pampa El Hatillo, la última extensión de tierra agrícola
del valle de Chancay por el norte, este canal recibe el nombre de canal El
Hatillo pero evidentemente no fue el verdadero límite por el oeste, sur y
este de la zona arqueológica, por la foto aérea tomada por el SAN en 1945
el límite sur del asentamiento era el actual canal Chancayllo distante a
unos 250 metros al sur aprox. del actual canal El Hatillo, la construcción
de este último canal se realizó en 1980 y prácticamente partió en dos al
sitio, iniciándose la irrigación y la siembra de los terrenos arqueológicos
situados inmediatamente al sur de este canal, donde ahora es la zona
agrícola de San Cayetano, con la consiguiente destrucción de las
evidencias arqueológicas pero a pesar de ello aún puede distinguirse
actualmente de forma clara en medio de las chacras por lo menos tres
montículos arqueológicos y rastros supérstites de otros, el área
arqueológica fue realmente mucho más extensa de lo que ahora queda,
inclusive inmediatamente al oeste de la Panamericana pueden distinguirse
rastros de tres montículos arqueológicos, inclusive uno ofreciendo perfiles
hacia la carretera, el área arqueológica original de Chancayllo fue bastante
extensa. Actualmente al norte del canal El Hatillo, en pleno sitio
arqueológico, se han instalado tres familias de campesinos, las tres
relativamente cerca del canal, una al este de la zona arqueológica, otra al
centro y otra al oeste.

Foto 3: Vista de dos montículos, Chancayllo. Foto J. L. F. S. Octubre 2001.

Chancayllo podemos definirlo como un complejo


urbano-ceremonial Lima, compuesto actualmente de por lo menos 23
montículos de regular tamaño, 17 de éstos se distribuyen en la zona oeste
30
de la pampa de San Juan al norte del canal El Hatillo, 3 se ubican al sur de
éste canal y los otros 3 se ubican inmediatamente al oeste de la
Panamericana (Ravines denomina esta zona en su plano San Juan Sur
(1995:58)), se puede observar cierto orden en la distribución de los
montículos en la zona oeste de la pampa de San Juan, inclusive existen
algunas áreas planas entre algunos montículos que parecieran haber sido
plazas, en base a su extensión y a la cantidad de estructuras existentes
Goldhausen (2001:225) le asigna un carácter “sumamente urbano” idea
que nosotros compartimos, pero el aceptar la hipótesis que Chancayllo fue
una ciudad trae una serie de problemas y cuestionamientos que veremos
más adelante. Agurto y Sandoval para el caso del complejo Chancayllo
mencionan una serie de siete sitios que formaban parte de este complejo,
son 14G05, 14G06, 14G06A, 14G07, 14G08, 14G09 y 14G13, de éstos
sitios los autores expresan que sólo encontraron cerámica Lima en los
sitios 14G05, 14G06A, 14G09 y 14G13, por el plano que ellos incluyen de
la zona en el inventario podemos observar que los sitios 14G08, 14G07 y
14G13 estuvieron dentro de la zona occidental de la pampa de San Juan
que conformaba el sitio de Chancayllo antes de la construcción del canal
El Hatillo, 14G08 estuvo ubicado en la zona occidental de esta zona, frente
a la Panamericana (lo denominan cementerio) actualmente arrasado por los
cultivos, 14G07 (el sitio donde supuestamente Ravines (1995) estudió un
perfil en un montículo) se ubicaba en casi toda la porción central de esta
zona, podemos decir que aún queda parte de este sitio al norte del canal El
Hatillo, mientras que 14G13 se ubicaba en la zona oriental, era interesante
este lugar ya que los investigadores señalaron que era una “pirámide de
tipo escalonado” y que “prácticamente toda la pirámide resulta una
especie de corte estratigráfico” añadiendo finalmente que “En resumen, es
uno de los monumentos más valiosos encontrados en el valle y algo
realmente digno de estudio”, posiblemente ésta estructura todavía subsista
en el sitio, es la única estructura situada en la zona oriental de éste
inmediatamente al sur del canal El Hatillo de considerable magnitud,
notándose que al edificarse el canal en 1980 cortó parte de éste montículo,
por no encontrarse más estructuras de considerable magnitud al este de
éste montículo lo hace candidato para identificarlo como el sitio 14G13 de
Agurto y Sandoval, 14G09, 14G06 y 14G06A se encontraban al sur del
canal Chancayllo y consistían en pequeños montículos en medio de los
campos cultivados, por las observaciones hechas por nosotros en nuestras

31
Foto 4: Vista del perfil expuesto en el montículo cortado, (sitio 14G07) Chancayllo.
Foto J. L. F. S. Octubre 2001.

visitas al sitio, al parecer los sitios 14G06, 14G06A y 14G09 han sido
totalmente destruidos, el sitio 14G05 estaba situado más al este de la zona
que nosotros hemos denominado el sitio de Chancayllo y consistía en unas
estructuras de adobón dispuestas en la falda natural del cerro Hatillo frente
a la hacienda de Jecuán, en este sitio Agurto y Sandoval también
encontraron cerámica Lima. Otro investigador que trabajó muy cerca del
sitio pero que no reparó en él fue Ravines, que trabajó en un montículo
cortado precisamente por el canal El Hatillo en 1980, éste montículo ó
sitio arqueológico Ravines menciona que es el denominado 14G07 por
Agurto y Sandoval en 1974, Ravines lo ubica “sobre un espolón del cerro
Hatillo, casi en la parte central y media de la pampa de San Juan”
(Ravines, 1995:58) al verificar el plano que publica vemos que no coincide
con la ubicación que dan Agurto y Sandoval de el sitio 14G07, al parecer y
por la ubicación que da en su plano, el montículo en donde Ravines
estudió el perfil estaría al este de la actual zona arqueológica de
Chancayllo (entre 14G13 y 14G05), en su artículo incluye una descripción
muy somera de las zonas arqueológicas de la pampa de San Juan, que
resume en “4 áreas de ocupación arqueológica: dos corresponden a
cementerios totalmente saqueados (probablemente los sitios 14G08 y otro
al este de 14G13), uno es un conjunto de restos arquitectónicos muy
destruido, constituido por paredes de adobes (probablemente 14G06), y el
cuarto es un montículo cubierto totalmente con basura arqueológica
(probablemente el sitio designado en su plano por él 14G07)” (Ravines,
1995:58).

32
PLANO DE CHANCAYLLO

33
Chancayllo no posee ningún montículo que sea de
las dimensiones de los existentes en Cerro Trinidad, pero varios poseen un
considerable tamaño, existe un montículo que fue cortado por el canal (y
ahora exhibe huellas de impactos de picos, evidencia que lo usan como
cantera) en donde puede distinguirse la técnica arquitectónica que se usó
en su construcción, el montículo se encuentra adyacente al canal, entre la
casa de la familia Quispe, que es la ubicada más al este, y la casa de los
agricultores ubicada relativamente al centro del asentamiento, es el único
montículo de Chancayllo en que pudimos observar perfiles estratigráficos
claros y en el que se puede distinguir fragmentos de pisos y de muros, la
técnica empleada en la construcción de este montículo fue el tapial, éstos
se hicieron rellenos con arena, arcilla y tierra, exhiben caras de muros con
enlucidos y restos de pintura (en algunas caras observamos que
posiblemente existieron verdaderas pinturas murales) al este de estos
fragmentos de muro hay todo un perfil expuesto donde se ven capas de
relleno, algunos de tierra oscura, donde pudimos observar fragmentería
Lima interlocking, al parecer es la única huaca que tiene un corte de ésta
naturaleza, hecho cuando se construye el canal El Hatillo. Lo curioso es
que si queremos ubicar esta estructura en el mapa de los sitios de la zona
que publican Agurto y Sandoval veremos que este montículo se ubica
precisamente en la zona denominada por ellos 14G07, al presentar esta
estructura perfiles tan claros ¿No fue probablemente acaso la estructura
donde estudió su perfil Ravines? Lo único que contradice esta sospecha es
el plano publicado en el artículo de este arqueólogo, pero nos inclinamos a
pensar que en verdad los perfiles de este montículo fueron los estudiados
por éste investigador. No hemos encontrado adobitos en el sitio en sí
(excepto en un pequeño rastro de montículo cercano ya a la Panamericana,
en medio de los campos de cultivo) la cerámica de superficie que se ha
visto en todo el asentamiento es Lima interlocking, al parecer lo que queda
del conjunto ubicado al norte del canal El Hatillo no ha sufrido graves
alteraciones.
Encima de la ocupación Lima existe otra
ocupación más tardía ubicada sobre todo en la zona adyacente a las laderas
del cerro Hatillo, que son extensos cementerios ya bárbaramente
saqueados, por el material de superficie es tardío (cultura Chancay).
Los montículos de Chancayllo fueron construidos
al parecer sobre algunas pequeñas elevaciones naturales y adaptándose a la

34
topografía de las laderas del cerro, en esto son similares a los existentes en
Cerro Trinidad y en Horcón, cosa que difiere de otros sitios monumentales
Lima ubicados en los valles al sur, como Cerro Culebras, Maranga y
Pucllana (una excepción sería Copacabana), podría tratarse de un patrón
sólo presente en la arquitectura Lima del valle de Chancay, pero quizás
tendría relación con tradiciones arquitectónicas norteñas (Moche, etc).
Pensamos que el sitio por su ubicación colindante
con una de las salidas naturales al norte del valle de Chancay tuvo
funciones del control de la vía de comunicación de Chancay hacia el norte
(Lachay, Huaura, etc), es bueno mencionar que sólo existen dos vías
naturales que comunican el valle de Chancay con el norte, una es el
angosto paso entre los cerros Grita Lobos y el cerro Hatillo (adyacente al
sitio de Chancayllo) y el otro es un paso más amplio ubicado entre los
cerros Hatillo e Iguañil , en medio del cual se ubica el pequeño cerro de
Contadero (que divide literalmente el paso en dos vías).
La mayor interrogante acerca de Chancayllo surge al considerarlo
un centro urbano Lima ¿Cómo fueron las estrategias de subsistencia de
ésta ciudad? ¿Cómo se abastecían de agua estando el sitio relativamente
alejado del cauce del río Chancay? Es interesante observar que en las
partes altas del cerro Hatillo que limita el sitio por el norte se forman
lomas en los meses de invierno, quizás éstas jugaron un papel importante
en la subsistencia de la gente que vivía aquí, pero obviamente no era el
único recurso, el mar también debió jugar un papel importante, a unos 5
kilómetros aprox. de allí se ubica una pequeña bahía junto a la punta Grita
Lobos la que posiblemente se usó para la extracción de recursos marinos,
pero en un sitio de esta naturaleza la agricultura debió ser la estrategia de
subsistencia básica, pero vuelve la interrogante ¿Dónde obtenían el agua
para alimentar estos cultivos? El hecho de que sea uno de los sitios más
alejados del río Chancay hace plantear dos cosas: ó había fuentes de agua
suficientes en las cercanías (puquios, humedales) ó se construyó un canal
que trajera agua hasta el lugar (al parecer las tierras inmediatamente al sur
del sitio fueron cultivadas ya en aquella época), si se llegó a construir un
canal eso implicaría que hubo una gran planificación para y en su
construcción lo que demandó que un grupo de personas dirigiera la obra,
pero si la ciudad necesitaba para subsistir prioritariamente del canal
entonces es lógico que primero debió construirse éste para después poder
edificar el centro urbano, entonces ¿Quiénes en un inicio lo construyeron?
¿Fueron acaso los Lima asentados en Cerro Trinidad?

35
El Complejo Horcón
El sitio arqueológico de Horcón se ubica en la
margen izquierda de una quebrada de regular amplitud que desemboca en
la margen izquierda del valle de Chancay, esta quebrada se llama
precisamente Horcón (en la carta del IGN dice Orcón) y desemboca al
valle a la altura de la zona de Pisquillo (donde también hay otro gran
asentamiento de la época Chancay) en esta zona es donde se unen el inicio
del valle medio y el inicio del cono de deyección del valle bajo de
Chancay, también por medio de ésta quebrada de Horcón y cruzando la
pampa de Descansa Muerto se puede acceder por otra quebrada llamada
Quilca a una vieja ruta que comunica al valle del Chillón por la zona de
Trapiche.
Horcón se ubica en las laderas del cerro del mismo
nombre, cerro que es parte de un macizo llamado en la carta del IGN San
Cristóbal, dista unos 2.5 Km. al sureste aprox. del sitio Chancay de
Pisquillo Chico, un poco antes de llegar a la antigua casa hacienda de
Orcón, el área del sitio se distribuye desde donde la ladera obtiene una
pendiente suave hasta donde empiezan los campos cultivados, aunque hay
que advertir que los agricultores han estado ampliando en esta zona sus
áreas agrícolas en los últimos años arrasando evidencias arqueológicas.
Horcón es un asentamiento de considerable extensión, aunque no tiene la
amplitud de Chancayllo parece que tuvo una importancia similar siendo las
pirámides tan grandes y voluminosas como las de Cerro Trinidad. El sitio
se compone de varios grandes montículos que tienen un patrón similar al
presente en los dos complejos anteriores: emplazados en la ladera de los
cerros, pudiéndose distinguir que el material de construcción utilizado en
éstos es tapia y adobes, varias de las pirámides han sido bárbaramente
saqueadas hace poco tiempo y mucho material arqueológico se encuentra
disperso, siendo la cerámica estilo Lima interlocking, por lo menos en
Horcón podemos distinguir claramente tres montículos piramidales bien
definidos y dos zonas de construcciones de tapias, los montículos los
hemos definido como A, B y C, el A se sitúa en la zona suroeste del sitio,
emplazado sobre una suave ladera adyacente a la desembocadura de una
pequeña quebrada, es el montículo piramidal de mayor magnitud, que
ofrece el mejor grado de conservación y que mejor define su forma de los
tres, lamentablemente también ha sido víctima de un vasto saqueo, el
frontis principal (que mira al noreste) ofrece una serie de terrazas que
36
ascienden el montículo mientras que en los dos frontis adyacentes se
observa un fuerte talud que sube hasta la cima de la construcción, por su
límite suroeste la superficie superior del montículo llega a unirse con la
superficie de la ladera al mismo nivel, en la superficie superior de ésta
pirámide pudimos distinguir removidos por el huaqueo una serie de

Foto 5: Horcón, vista de una tumba saqueada, planta rectangular y paredes enlucidas con barro,
en la cima del montículo A. Foto J. L. F. S. Enero 2003.

ambientes, muchos de ellos cuartos pequeños que probablemente fueron


tumbas, eran de planta rectangular y circular, los de planta rectangular eran
de dos tipos: de paredes al parecer de tapia cubiertas totalmente por un
fino y sorprendente enlucido de barro y de paredes formadas de
mampostería de piedras canteadas unidas con argamasa de barro, los
ambientes circulares eran de un diámetro pequeño ( 50 cm. aprox.) y sus
paredes eran también de piedras canteadas unidas con barro como
argamasa, algo importante de éste montículo fue el notar en la cabecera de
un muro una fila de adobitos rectangulares dispuestos en la técnica del
librero, algo propio de sitios Lima de los valles al sur, fue la única
evidencia de adobitos Lima dispuestos en ésta técnica visto por nosotros
no sólo en Horcón, sino en todo el valle; el montículo B se sitúa en el
extremo noroeste del sitio, rodeado por el este, norte y oeste en su base por
una acequia hecha por los agricultores para ganar más tierras de cultivo, el
montículo ofrece hacia los bordes con la acequia una serie de perfiles
interesantes que muestran la sucesión de fases constructivas, en su cima
pueden distinguirse una serie de muros de tapias, el montículo C se sitúa
frente al B, hacia el oeste del mismo y sobre la ladera del cerro, los separa
a ambos una pequeña hoyada producto del cauce curvo de la acequia que

37
bordea al montículo B; acerca de las dos estructuras de tapias presentes en
el sitio las hemos denominado A y B, la estructura A se sitúa hacia el
sureste del montículo C y es un rectángulo de tapias bien definido asentado

PLANO DE HORCON

38
sobre una terraza en la ladera del cerro, hacia el noreste de ésta estructura y
frente a ella hay una zona que ha sido intensamente saqueada hace poco
tiempo, con huellas de haber los huaqueros encontrado tumbas Lima muy
importantes y de las mismas características de las encontradas en la cima
del montículo A, de planta rectangular y circular, con paredes de piedra
canteada, en el tiempo de nuestra primera visita al sitio (Octubre 2001) el
material de superficie producto del saqueo era de una variedad y magnitud
enormemente patéticas, da la impresión que tanto el montículo B como la
estructura de tapias A y ésta zona huaqueada se haya construido sobre una
sola enorme plataforma arqueológica. La estructura de tapias B se sitúa
casi frente del frontis noreste del montículo A, es una estructura muy
deteriorada de tapias que actualmente se encuentra semisepultada, entre
ésta estructura B y el inicio de la enorme plataforma que al parecer soporta
a la estructura A se sitúa otra zona que ha sido intensamente huaqueada,
pero en tiempos más lejanos, éstas son las estructuras más importantes que
pueden distinguirse en el sitio, aunque hay que advertir que frente al
montículo A y la estructura B y limitando el sitio por el noreste se
encuentra una amplia ladera de conformación arcillosa que prácticamente
bordea al sitio desde la ladera rocosa del cerro por el sur hasta casi topar
con el inicio de la plataforma arqueológica que al parecer soporta al
montículo B y la estructura A, aunque aparentemente semeja un talud
arcilloso natural se encuentra en su superficie abundante fragmentería
Lima, sospechando que puedan ser restos de montículos arqueológicos
extremadamente deteriorados por agentes climáticos catastróficos (lluvias,
huaycos, etc.), aunque se pusieron hitos delimitando el sitio arqueológico
(presumimos que fue el INC) de todas formas los campos de cultivo están
en expansión, y el huaqueo no cesa en esta zona.

39
Foto 6: Horcón. Derecha: vista panorámica del sitio, desde la cresta del cerro San Cristóbal.
Izquierda: Vista de una tumba saqueada, planta rectangular y paredes de piedra canteada con
argamasa de barro, en la cima del montículo A. Foto J. L.F. S. Enero 2003.

Es sorprendente que a pesar de la magnitud e


importancia del asentamiento prácticamente no tenga ninguna mención o
investigación de importancia, las únicas referencias son la de Horkheimer,
que trascrita literalmente dice: “Ambiente: terrazas fluviales, cortadas por
huaycos. Fundamentos de viviendas, compuestas de piedras pequeñas,
muros de contención, un templete y tumbas, cuyos pozos son revestidos de
piedras sin labrar y cubiertos con lajas. En la superficie considerables
cantidades de tiestos, que pertenecen al estilo Interlocking” (Horkheimer,
1965:47), y la de Agurto y Sandoval que registran dos sitios en esta zona:
14M01 y 14M02, ambos a muy escasa distancia uno del otro y a 1 Km.
aprox. al noroeste de la casa hacienda de Orcón, el sitio 14M01 es el
conjunto de una serie de estructuras: “cuatro habitaciones rectangulares
construidas en adobón en la cima de un cerrito. En la parte más baja,
existen algunas construcciones hechas en piedra y asentadas con barro”
mientras que 14M02 es un “Templo escalonado”, la descripción que dan
de éste sitio es un poco confusa: “Se trata de una construcción ubicada en
lo alto de un montículo, al parecer, es un templo escalonado con terrazas,
se pueden apreciar tres de ellas. Los muros son de adobón con las
características típicas del lugar” por estos datos podríamos identificar a
este “templo escalonado” con el montículo A de nuestro complejo de
Horcón, pero entonces ¿Dónde estuvo ubicado el sitio 14M01? Por la
cercanía entre ambos sitios posiblemente en la práctica conformen uno
solo y sean nuestro sitio de Horcón, pero el problema es que Agurto y
Sandoval ubican a 14M02 más al noroeste de 14M01 cuando cuadraría
perfectamente con la disposición de nuestro complejo Horcón si fuera
14M01 el situado más al noroeste puesto que las “habitaciones

40
rectangulares construidas en adobón” podrían identificarse con la
estructura A y otras que posiblemente hayan desaparecido, a menos que
14M01 esté ubicado en la falda sureste del cerro que limita nuestro sitio
por el sur, pero es poco probable debido a nuestras observaciones en estos
cerros, por el momento la exacta ubicación de estos dos sitios del
inventario de Agurto y Sandoval es problemática.
Al parecer Horcón fue un sitio estratégicamente
ubicado para controlar la ruta al valle del Chillón por la quebrada de
Quilca, quizás fue un santuario religioso ó un centro administrativo pero
junto con Chancayllo y Cerro Trinidad son los tres asentamientos Lima
más grandes del valle, desde este lugar puede distinguirse que en las zonas
aledañas y frente al sitio en la margen derecha de la quebrada hay otros
montículos (o lo que parecen ser montículos) arqueológicos, al parecer
esta zona fue densamente habitada.
Discusión
¿Qué significó realmente la ocupación Lima del
valle bajo de Chancay? ¿Qué sucedió a lo largo de esos doscientos
cincuenta años que probablemente duró la ocupación del valle por los
Lima o gente portadora de cultura Lima? Hasta ahora por los estudios
realizados todo parece indicar que las poblaciones asentadas en el valle
bajo de Chancay empezaron a elaborar cerámica Lima 2 aproximadamente
hacia el año 250 d.C. y que a partir de allí el estilo predominó sobre casi
todos los aspectos de la cultura ¿Por qué la gente de entonces adoptó ese
estilo de forma predominante? Todo parece indicar que el estilo provino
del sur, de la zona de Ancón-Chillón y que las clases dirigentes de las
aldeas o poblados y de los centros ceremoniales del valle bajo de Chancay
adoptaron ese estilo ó cultura, sobre la posibilidad de una conquista militar
u otro tipo de expansión de los Lima de Ancón-Chillón hacia Chancay no
existen pruebas contundentes y es remota la posibilidad, ya que el nivel de
organización de los Lima de Ancón-Chillón no debió pasar del de una
Ciudad-Estado.
Hasta el año 500 d.C. aprox. podemos encontrar
una presencia evidente en el valle del material cerámico del estilo Lima,
pero a partir de esta fecha no sólo se abandona completamente el estilo
sino que los tres centros urbano-ceremoniales de Cerro Trinidad,
Chancayllo y Horcón son abandonados ¿Qué pudo suceder en el valle para
que tan drástico cambio ocurra? Goldhausen (2001:246,255,257) hace
mención del fenómeno, inclinándose por un considerable cambio climático
41
en los Andes Centrales estudiado por Shimada, Schaaf, Thompson,
Thompson y Byrd (1991) el cual fue una gran sequía, ocurrida hacia el año
500 d.C., Goldhausen menciona que: “se cambia el patrón de
precipitación pluvial en la sierra, que provoca sequías prolongadas y una
degradación medioambiental en la costa. Esto parece haber sido el factor
determinante que obligó a los Lima a tomar la decisión de abandonar el
valle del río Chancay, el más periférico de su dominio, e intensificar con
mayor esfuerzo la producción agrícola en la cuenca baja del río Rímac,
que tiene un área irrigable más grande en comparación con los valles
vecinos, así como un río con una descarga más estable y abundante”
(2001:246) esta cita del texto de Goldhausen nos hace realizarnos unas
preguntas: al decir que los Lima abandonan el valle de Chancay ¿Da a
entender que hubo en la etapa Lima Medio un Estado en el ámbito de los
cuatro valles de presencia Lima?¿A qué segmento social de los Lima se
refiere? ¿A sólo la clase dominante ó a toda la población de cultura Lima?
Estas preguntas están íntimamente ligadas a la apreciación que nosotros
tenemos de la naturaleza política de la cultura Lima en el valle de
Chancay, habíamos mencionado que el fenómeno cultural Lima llega al
valle de Chancay aprox. hacia el año 250 d.C. y viene de la zona de
Ancón-Chillón, la cerámica Lima que llega a Chancay de ésta zona es
Playa Grande I (Tabío, 1957), Lima 2 (Patterson, 1966) ó Lima Temprano
(Goldhausen, 2001) y suplanta en lo que respecta a vasijas de élite o de
mayor prestigio al estilo blanco sobre rojo, hasta entonces vigente en el
valle, pero no ocurre la total desaparición de éste estilo, sino que coexisten
durante un buen tiempo ¿Cómo podemos interpretar esto? Para empezar,
nosotros reafirmamos que el estilo Lima es un estilo foráneo al valle de
Chancay, que provino del sur, de la zona de Ancón-Chillón, segundo:
creemos que el nivel de organización social y política en el valle de
Chancay en el momento de la llegada de este nuevo estilo era el de aldeas
autónomas y en competencia, con algunos centros ceremoniales que
congregaban el poder ideológico y religioso (Baños de Boza y Cerro
Trinidad), en el momento de la llegada al valle del estilo Lima 2 por
alguna razón se abandona Baños de Boza de forma definitiva y Cerro
Trinidad adopta mayor poder, y creemos que el estilo Lima 2 es adoptado
por la clase sacerdotal dirigente de Cerro Trinidad afianzando así su poder
político en el valle, que fue creciendo más y más a medida que transcurrió
el tiempo, creemos también que en el momento en que Cerro Trinidad se
transforma en un centro urbano es que adopta la configuración de un
estado teocrático que pudo tener el suficiente dominio y control de la
población para construir canales de irrigación, no sólo para hacer crecer el

42
área agrícola, sino también para “fundar” los centros urbanos de
Chancayllo y Horcón, los cuales sin la construcción de canales
prácticamente no hubieran podido crearse y subsistir. No compartimos la
idea de que haya existido algún tipo de mecanismo coercitivo por parte de
los Lima de la zona de Ancón-Chillón para “traer” e “implantar” el estilo
Lima en el valle de Chancay, sino que el estilo Lima fue “adoptado” por la
clase dirigente-sacerdotal de los centros ceremoniales del valle con el
objetivo de tener mayor prestigio, y así poco a poco tener mayor poder,
quizás Cerro Trinidad haya sido el núcleo o capital del estado teocrático
Lima que se creó en el valle de Chancay, pero mientras el estilo
interlocking fue el usado por las clases altas el blanco sobre rojo continuó
presente en el valle, sobre todo en las poblaciones más humildes, una
muestra de ello serían los entierros flexionados que Uhle encontró en
Cerro Trinidad, propios del estilo blanco sobre rojo pero con fragmentos
de vasijas que cubrían el cadáver estilo interlocking (Uhle, 1998:237-238),
hecho del que ya había reparado Willey (1943:183) y que interpreta de una
forma acertada.
Pero una vez adoptado este estilo por la clase
sacerdotal de Cerro Trinidad ¿Cómo se configuró este nuevo estilo en el
orden social y político de esta sociedad que iba complejizándose más y
más? ¿Cuál fue el derrotero del estilo Lima en el valle de Chancay en estos
doscientos cincuenta años? Éstas preguntas lamentablemente aún no
estamos en condiciones de responderlas con los datos disponibles hasta la
fecha, por lo tanto solo podemos esbozar algunas conjeturas acerca del
desarrollo de éste hipotético estado Lima en el valle de Chancay que
correspondería a la etapa Lima Medio de Goldhausen (2001), pensamos
que este estado tuvo su núcleo permanentemente en el sitio o complejo de
Cerro Trinidad, basamos esta suposición por la magnitud del asentamiento,
el volumen de las construcciones presentes, la probada ocupación de este
sitio desde la época Blanco sobre Rojo (antes de los 250 d.C.) y, el
fundamento más concreto creemos nosotros, para la construcción y
subsistencia de este sitio no se necesitó la construcción de grandes obras
hidráulicas, ya que el río Chancay transcurre a unos 3 kilómetros al sureste
del sitio e inclusive frente al sitio, a la espalda del cerro Cascajo, se ubican
una serie de humedales que pudieron dotar de agua y alimentos a la
población, la clase dirigente sacerdotal de esta ciudad fue la que programó
la construcción de una serie de canales de irrigación en el valle bajo, que
permitieron la construcción del centro urbano de Chancayllo, sobre este
sitio debemos mencionar que aún no se han hecho excavaciones
sistemáticas en él, por lo tanto desconocemos la fecha inicial de su
43
ocupación, aunque somos conscientes que estaría contradiciendo este
postulado si llegara a encontrarse una ocupación de la época Blanco sobre
Rojo en Chancayllo; para el caso de Horcón creemos que fue también
importante la construcción de canales de irrigación, pero hay que
considerar aquí que Horcón se ubica muy cerca al cauce de una quebrada
que probablemente en esa época pudo tener un caudal constante y que
hubiera permitido construir tomas de canales desde este flujo de agua,
tendría que hacerse un estudio riguroso acerca del paleoclima de esta
sección del valle y estudios también de los cauces de estas quebradas, en
caso de probarse que estas quebradas estuvieron tan secas como ahora en
esos años Horcón no hubiera podido subsistir sin una red de canales con
sus tomas en el cauce mismo del río Chancay.
Acerca de la naturaleza de estos dos asentamientos
pensamos que Chancayllo con mayor probabilidad que Horcón fue un
centro urbano

DIBUJOS DE CERAMICA

44
como Cerro Trinidad, Horcón probablemente también lo fue, quizás la
extensión original del asentamiento fue más grande pero es más seguro
que haya sido un centro ceremonial, relacionado quizás al cerro en cuyas
laderas se construyó, este cerro exhibe algunas paredes rocosas y picos de
forma caprichosa y probablemente tuvo algún significado religioso.
Pensamos que tenemos todavía datos demasiado
dispersos para tratar de esbozar algunas ideas sobre la organización social,
económica y política de los Lima de Chancay, aspectos tan importantes
como: las principales manifestaciones artísticas, la iconografía propia de
este estilo y la religión apenas podemos configurarlos ya que así lo
permiten los datos que disponemos, al respecto a este punto es importante
mencionar el estudio hecho de Goldhausen acerca de la iconografía y sus
implicancias religiosas del estilo Lima Medio, al respecto hace alusión a
dos deidades, que probablemente fueron las más importantes del panteón
Lima: el pulpo y la cara sonriente, imágenes iconográficas que relaciona
con la luna y el sol respectivamente (Goldhausen, 2001:257), es
importante mencionar esto puesto que ambas figuras fueron encontradas
en Cerro Trinidad, nosotros hemos encontrado también representaciones
de éstos íconos en la cerámica de superficie de Horcón, inclusive
Goldhausen propuso que una vasija Lima 6 en que se encuentran
representados ambos íconos hallada por el proyecto de rescate en el puerto
Chancay por Murro, Cortés y Hudtwalcker representa un eclipse solar total
acontecido hacia el año 478 de nuestra era (Goldhausen, 2001:245-246), si
fuera cierto esto entonces éstos íconos del pulpo y la cara sonriente fueron
45
los más importantes del panteón Lima en el valle de Chancay, y el
abandono de su culto estuvo íntimamente ligado al abandono de estos
centros urbano-ceremoniales hacia el 500 d.C.
Surge otro problema cuando intentamos explicar
que realmente ocurrió hacia esta fecha en el valle de Chancay ¿Ocurrió
acaso un desastre climático de una considerable magnitud? ¿Ocurrió un
mega-niño? ¿Hubieron guerras u otro tipo de desórdenes sociales?
Volviendo a la cita textual de Goldhausen menciona que los Lima
abandonaron el valle de Chancay para intensificar su ocupación de los
valles más sureños, pero ¿A que población se refiere exactamente cuando
menciona “los Lima”? ¿Se refiere a la clase dominante? Una interpretación
superficial de la cita mencionada sería que un Estado Lima dominante en
los cuatro valles durante la época Lima Medio se tambaleó debido al
desastre climático y a los desórdenes sociales que siguieron con el
abandono del culto a los íconos del pulpo y la cara sonriente, y que por
ello este Estado, la clase dirigente sacerdotal de los Lima decidió el
“abandono” del valle de Chancay, dejando a las poblaciones propias de allí
a su propia suerte, ó en caso extremo despoblándose el valle por completo,
la verdad nosotros no compartimos mucho esta opinión, creemos que el
colapso del sistema político y social que estuvo en el valle de Chancay
durante la época Lima fue mucho más traumático de lo pensado hasta
ahora, ya que no fue un Estado global que abandonó el control de éstos
territorios si no fue el colapso de todo un aparato estatal, propio de éste
valle; a manera de hipótesis podemos decir que a raíz de un fenómeno
climático de enorme envergadura hubo una severa crisis económica en el
valle, lo que trajo desórdenes sociales que condujeron al colapso del poder
político de los sacerdotes en la región, con el consiguiente abandono de los
centros urbanos y el derrumbe del estado Lima en el valle de Chancay,
posiblemente buena cantidad de gente con marcada aculturación Lima
(entre ellos quizás parte de la clase dirigente del valle) emigró a otras
zonas, quizás al sur, la población que finalmente prosiguió en el valle
fueron las clases más humildes del antiguo estado Lima, pescadores y
campesinos, que poco a poco iniciaron un nuevo ascenso cultural a lo
largo de los siglos que culminaría en el alto desarrollo de la cultura
Chancay, ya en el Intermedio Tardío. Con los datos disponibles no
podemos lamentablemente afirmar o reprobar de forma satisfactoria ésta
hipótesis, pero lo que sí podemos afirmar es que debió ocurrir un cambio
muy drástico en el valle para que los sitios de Cerro Trinidad, Chancayllo
y Horcón fueran abandonados, esta afirmación se basa sobre todo en que
hasta ahora por los estudios realizados la cerámica Lima más tardía
46
encontrada en el valle ha sido Lima 6 de la secuencia de Patterson, y no de
las siguientes fases (vale decir Maranga, de la terminología de Tabío ó
Lima Tardío, de Goldhausen), pensamos que es muy probable que no se
llegue a encontrar una ocupación Lima en el valle de estas fases tardías, ya
que a pesar de los pocos estudios realizados no se ha encontrado hasta
ahora cerámica de este tipo, sobre todo en los grandes asentamientos de
Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón (aunque curiosamente habría que
mencionar que en el inventario de Agurto y Sandoval mencionan buena
cantidad de sitios con el estilo de Lima Tardío) también tenemos una
referencia aislada de un sitio Chancay del valle medio, el arqueólogo
Pieter Van Dalen (comunicación personal) nos informó que en el sitio de
San Miguel encontró fragmentos en la superficie de cerámica Maranga,
este hallazgo hay que considerarlo todavía con reservas, antes que se
hagan estudios más exhaustivos en el valle bajo y medio.
Una cuestión aparte sería la ocupación Lima del
valle medio de Chancay, al respecto mencionamos que el valle medio
comienza en la zona de Huayán, entre los cerros Mascarín y Plaza y
asciende hasta la zona de Acos, donde empieza el valle alto, por el
inventario de Agurto y Sandoval sabemos que localizaron varios sitios
Lima en el valle medio (incluso tenemos referencias que en el sitio de
Cuyo se han ubicado muros edificados con el típico adobito rectangular
cúbico (Pieter Van Dalen, comunicación personal)) pero no son tan
numerosos como en el valle bajo, pero creemos que haciendo una
prospección más exhaustiva podrían encontrarse nuevos sitios, pensamos
que es muy probable que los Lima del valle bajo de Chancay hayan
ocupado todo el valle medio (probablemente para abastecerse de coca y
otros productos, propios del clima de esta zona) pero ésta ocupación
estaría limitada al estilo Lima Medio; sobre la situación del valle alto es
nulo lo que podemos decir porque prácticamente no se han realizado
estudios al respecto, pero es interesante mencionar que tanto en las partes
altas de los valles del Chillón (Canta) como en la parte alta del valle de
Santa Eulalia (Huarochirí) se ha reportado hallazgos de material Lima,
posiblemente también pudo existir una ocupación de los Lima en la zona
alta de Chancay, pero eso se reserva para investigaciones futuras.
Conclusiones
Reuniendo los datos proporcionados por las
escasas investigaciones realizadas más las observaciones hechas por
nosotros en nuestras salidas a sitios Lima del valle bajo de Chancay hemos

47
podido al menos delinear algunos rasgos de la ocupación de tan importante
cultura en este valle.
Pensamos que la cultura Lima fue uno de los
grandes procesos culturales del Intermedio Temprano de la costa del Perú,
comparable con las culturas Moche y Nasca, pero que todavía no se le ha
dado la importancia que debiera, debido en gran parte a que desde los
inicios de la arqueología en el Perú se dio mayor atención a los desarrollos
norteños y sureños, debido mayormente al nivel alcanzado en la cerámica,
creemos de forma muy convencida, aunque hayan muchos investigadores
que discrepen con nosotros, de que la cultura Lima tuvo un desarrollo
cultural comparable con las sociedades Moche y Nazca.
Las conclusiones que podemos mencionar sobre el tema tratado
son bastante puntuales, para empezar: los Lima tuvieron una ocupación
tangible en el valle de Chancay desde la fase Lima 2 hasta la fase Lima 6,
en un lapso de tiempo de unos doscientos cincuenta años aprox., esto es
desde los 250 d.C. hasta los 500 d.C.

Segundo: los Lima del valle de Chancay llegaron a construir


asentamientos de considerable magnitud, los cuales fueron Cerro Trinidad,
Chancayllo y Horcón, a estos sitios les asignamos la categoría de centros
urbano-ceremoniales, siendo el más importante de todos Cerro Trinidad.
Tercero: la aparición del estilo Lima en el valle se
debió a la adopción por parte de la clase dirigente sacerdotal de este estilo
por el prestigio que éste había adoptado, y provino del sur, es decir de la
zona de Ancón-Chillón.
Cuarto: a los Lima se debe la construcción de
enormes obras de irrigación, que ampliaron la frontera agrícola y que
permitieron la construcción de centros urbano-ceremoniales como
Chancayllo y Horcón.
Y quinto y última, nuestra conclusión más
polémica: la naturaleza política de la sociedad Lima en el valle bajo de
Chancay fue el de un estado, que tuvo su centro o capital en Cerro
Trinidad, este estado tuvo una duración del 300 d.C. hasta el año 500 d.C.
aprox. fecha en la cual se disuelve, por razones aún no esclarecidas.

48
Para terminar queremos mencionar que este es
sólo el inicio de nuestras investigaciones sobre la cultura Lima en el valle
de Chancay, labor en la cual avistamos un largo camino por recorrer.
Agradecimientos: No queremos dejar de mencionar
nuestro más profundo agradecimiento a algunas personas que colaboraron
con nuestra investigación en el valle, a Mario Ramos, Carlos Campos,
Alfonso Ponciano y Pieter Van Dalen, al profesor Francisco Medina en
cuyo curso se efectuó esta investigación y también al Dr. Alberto Bueno,
por los datos y comentarios proporcionados del sitio de Cerro Trinidad.
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1995 “La cerámica del sitio PV44-14G07, Valle de Chancay, Lima”. Boletín de
Lima, 100: 57-76. Lima.

UHLE, Max
1998 “Acerca de las culturas tempranas de Lima y sus alrededores”. Max Uhle
y el Perú Antiguo. 231-254. Peter Kaulicke, Editor. Pontificia Universidad
Católica del Perú, Fondo Editorial 1998, Lima.

WILLEY, Gordon
1943 “Excavations in the Chancay valley”, Archaeological studies in Peru.
1941-1942. Columbia studies in archaeology and ethnology 1 (3): 123-195.
Columbia University Press, New York.

50
RECONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO EN LA CUENCA
ALTA DEL RIO CHANCAY – HUARAL: MARGEN
IZQUIERDA (DISTRITOS DE ATAVILLOS ALTO, SANTA
CRUZ DE ANDAMARCA Y PACARAOS). NUEVOS DATOS
PARA COMPRENDER LOS PROCESOS SOCIO-
CULTURALES ATAVILLOS.
Pieter van Dalen Luna.2

Introducción
El presente artículo esta referido a los trabajos de
reconocimiento arqueológico realizados en la cuenca del río Baños (distrito
de Atavillos Alto) y las partes altas del distrito de Santa Cruz de
Andamarca y alrededores y la cuenca del río de Vichaycocha,
correspondiente al pueblo de Vichaycocha, anexo del distrito de Pacaraos;
todos en la margen izquierda de la cuenca alta del río Chancay – Huaral,

2
Arqueólogo UNMSM. Docente UNFSC. Director Proyecto de Investigación Arqueológica Chancay
– Atavillos.

51
con la finalidad de identificar la totalidad de sitios arqueológicos existentes
en la zona. Estos trabajos nos han permitido conocer de manera mas clara,
cuales son los patrones y características culturales de los sitios tardíos.
Además se ha podido identificar cuales fueron los corredores de
interacción cultural, que permitían mantener relaciones de carácter cultural
y comercial con la zona norte de Junín, Pasco y Canta por la cordillera de
la Viuda. Este proyecto se enmarca en el Proyecto de Investigación
Arqueológica Chancay – Huaral – Atavillos. Los trabajos de
reconocimiento realizados en las localidades de Baños, Pirca y Santa Cruz
de Andamarca fueron auspiciados por la empresa Cibeles.

Antecedentes de estudio
Existen en verdad muy pocas investigaciones
realizadas en la zona de estudios (cuenca alta del río Huaral) y ninguno en
la cuenca del río Baños. Pedro Villar Córdova en su obra: “Arqueología del
departamento de Lima”3, menciona algunos sitios del alto Huaral, entre
estos el de Marca Piche, del cual dice cumplía la función de evitar las
violentas migraciones de grupos humanos desde Huayllay y Huarón,
habiendo encontrado tumbas con numerosos cráneos trepanados. Otro
trabajo de investigación es el de Diana Antezana y María Díaz 4, quienes
realizaron estudios en el sitio de Puchuni, en las cercanías de Pirca. Ellas
han identificado cuatro sectores: El sector I, ubicado al lado Nor Oeste, que
corresponde a corrales y áreas de cultivo; el sector II, ubicado en la parte
central, que corresponde al área residencial; el sector III, ubicado hacia el
Oeste, que presenta aterrazamientos y unidades arquitectónicas aisladas; y
el Sector IV, ubicado al Sur Este, conformado al igual que el sector I, por
corrales y áreas de cultivo. Asimismo han podido identificar en base a las
características espaciales cuatro tipos arquitectónicos, correspondientes a
edificios y espacios abiertos. Asimismo Daniel Cáceda Guillén5 reporta los
resultados de sus investigaciones en los sitios de Rúpac, Chíprac, Añay y
Cerro Mango, basándose en análisis arquitectónico y de material cerámico.
Sin embargo Villar Córdova menciona también otros sitios de la
región, como Araro, Ninas y Carihuaín. Por ejemplo, sobre el sitio de
Purunmarca señala: “...Esta inexpugnable fortaleza estaba situada al pié
de las cumbres nevadas de “Antajirca” y resistían, constantemente, el
empuje de las invasiones orientales: ya de los belicosos “Huanucuyos”,
3
Villar Córdova, Pedro: 1935 (1982), pg. 330.
4
Antezana, Diana; y María Díaz; 2005: pg. 7-22.
5
Cáceda Guillén; 2005, pg. 23- 54.

52
“Huancas” y “Tarumas” por el sector transversal, ya de los valerosos
“Conchucos” y “Huamachucos” por el sector transversal…” Además
señala: “…La Fortaleza de Purun-Marca” tenía además la consigna de
impedir el acceso de las vías de comunicación Junín – Chancay, en un
caso dado, a través de la ensenada de Vichaycocha. Esta importante
defensa se componía de:
a).- De los fuertes de contención de “Yana-Cancha”, “Ararak”, “Yuli” y
“Zapan-Kullpi”, que impedían el paso del invasor frente a los nevados
perpetuos de “Huamayte”, “Chungar”, “Puajianca” y “Tuyún”, en la
región de Santa Catalina, Santa Cruz y Chauca…..
b).- Atalayas, observatorios en las cumbres de los cerros de la vertiente
derecha del río Chancay y los fuertes de contención de “Chupas”,
defendían las vías de comunicación con una serie de murallas que
interceptaban el camino de los invasores; sirviendo para la lucha de
intervalos, a partir de la confluencia del río Pacaraos con el Baños que
forman el río Chancay en el sitio estratégico de Tingo.
c).- Reductos militares en las cumbres de Ravira y campo atrincherado en
Viscas de Pacaraos, “Hualina-Cocha” en la sección de Ñaupay, servían
para vigilar las invasiones por Cajatambo y Cerro de Pasco….” 6 Así
pues Villar Córdova le otorga al sitio de Purunmarca una importancia
estratégica y de control, para evitar las incursiones armadas de otros grupos
vecinos que eran hostiles. Señala además que este sitio tenía sitios
secundarios, que estaban regidos a este.
Villar Córdova también describe también el sitio
de Auquihuilca: “…Una de las fortalezas que se cubren de nieve y que
está situada frente al sector de la Cordillera de la Viuda, dominando las
vías de acceso a través de los nevados de “Antán”, “Auquischani”,
“Alay”, “Yagro”, “Kurmán”, “Quisac”y “Mariac”, es, indudablemente,
la fortaleza de “Auqui-Huillca”, como su hermoso templo en honor del
sol. Allí se descubrieron adoratorios, un obelisco sin decoración al centro
y un edificio principal con petroglifos o emblemas, donde está dibujado el
Sol estilizado y asociado al felino, incrustados en el umbral de un
pórtico….”7

UBICACIÓN Y MEDIO AMBIENTE


La cuenca del río Chancay – Huaral

6
Villar Córdova, Pedro; 1935 (1982), pg. 329.
7
Villar Córdova, Pedro; 1935 (1982), pg. 330.

53
La cuenca del río Chancay – Huaral8 se encuentra
ubicado geográficamente en la costa central del Perú, perteneciente a la
vertiente hidrográfica del Pacífico. Políticamente se ubica íntegramente en
la provincia de Huaral, departamento de Lima, ocupando territorios de
todos los distritos de la provincia como Chancay, Huaral, Aucallama,
Ihuarí, Lampián, San Miguel de Acos, Sumbilca, Atavillos Alto, Atavillos
Bajo, 27 de Noviembre, Pacaraos y Santa Cruz de Andamarca. La cuenca
del río Chancay – Huaral limita por el Norte con la cuenca del río Huaura y
la cuenca de Río Seco de León (Vertiente del pacífico), por el Sur con la
cuenca del río Chillón (vertiente del Pacífico), por el Este con la cuenca del
río Mantaro (Vertiente del Amazonas) y por el Oeste con el Océano
Pacífico.
Esta cuenca tiene en total un área de 3 279 Kms2.
Desde el punto de vista altitudinal se va elevando desde el nivel del mar, en
las orillas del océano Pacífico, playas de Chacra y Mar, Chancay y
Chancayllo; hasta las cumbres mas elevadas de la cadena occidental de los
Andes Centrales, que actúa también como divisoria de aguas entre los ríos
de la vertiente del Pacífico y del Atlántico. Los picos mas elevados de la
cuenca son los nevados de Pugianca (5 355 m.s.n.m.), Alcoy (5 350
m.s.n.m.), Auquichani (5 185 m.s.n.m.), Cusurucocha (5 155 m.s.n.m.),
Antacacha (5 095 m.s.n.m.), Antahualcán (5 094 m.s.n.m.), Jancocancha (5
020 m.s.n.m.) Antajirca, entre otros. El eje mayor de la cuenca tiene 94.75
Kms., mientras que el menor tiene 34.75 Kms. El 49 % del total de la
cuenca se ubica por encima de los 2 500 metros sobre el nivel del mar.
El lugar mas alejado de origen de las aguas del río
Chancay – Huaral se ubica en la cordillera de Antajina o Antajirca, a 3 940
metros sobre el nivel del mar. Las aguas se reúnen en la planicie de
Pishgohuangana, precipitándose por zonas una pequeña quebrada muy
escarpada dando así origen al río Vichaycocha, al recibir las aguas del río
Chucupampa. El río Vichaycocha se desplaza hacia el Oeste hasta cambiar
su nombre por el de río Pacaraos, al unirse con las aguas del río Chungar o
Chicrín, que a su vez se origina de los desagües de un conjunto de lagunas
como Ccacray, Chungar, Yanahuín, Yucán, y Soco. El río Pacaraos hace
confluencia con el río Baños en la localidad de Puente Tingo a 2 750
metros sobre el nivel del mar, que a su vez se origina en las lagunas de
Aguashman, dando origen propiamente al río Chancay – Huaral,
denominado en este sector río Acos.
8
Se le denomina Chancay – Huaral para diferenciarlo del río Chancay ubicado en el departamento
de Lambayeque.

54
El río Chancay – Huaral no presenta claramente
diferenciadas sus etapas o sectores clásicos. La etapa juvenil comprende
desde sus orígenes hasta la desembocadura de los ríos Pacaraos y Baños,
en Tingo. La cuenca alta o etapa juvenil del río está conformada por un
área de recepción o captación de aguas, formada por las subcuencas de los
ríos Acos, Baños, Pacaraos, Cárac y Huataya. Todos estos tienen su origen
a partir del desagüe de lagunas de origen glaciar, observándose numerosos
circos glaciares en los alrededores de estas lagunas, como las de Chungar
(la mas grande de la cuenca), Ccacray, Yanahuín, Yuncán, Patococha,
Suerococha, Aguascocha, Champahuasi, Rahuite, Aguashman, Chancán,
Puractisho, Quisha, Vilcacocha, Llacsacocha, Santa Ana, Occorusococha,
Chalhuacocha, Huatococha, Chinicocha, Iscococha, Pucacocha, Yananyac,
Uchumachay, Parcas Alta y Baja, Sahuac, Atcococha, Lichiococha,
Morococha, Uchumachay, entre muchas otras, llegando a tener en total
todas mas de 87 000 000 m3 de agua. En esta etapa juvenil, la cuenca se
caracteriza por presentar ríos de fuerte pendiente, descendiendo a medida
que se van acercando a la Costa.
La etapa de madurez del río, también llamado valle medio, se
caracteriza por el encajonamiento del valle, aunque el río tiene una
pendiente media, no tan pronunciada. El valle medio se extiende hasta la
localidad de Palpa, lugar donde se encuentra el cono de deyección del
valle, donde comienza la ampliación del mismo, en la localidad de El Tres.
La geología del valle medio está formado por depósitos fluviales, producto
de la acumulación fluvial formado por arenas, arcillas, gravas y cantos
rodados; así como depósitos alternos, producto de la actividad fluvial y
eólica. Los suelos son alcalinos de excelente drenaje. La zona en estudio
comprende dos zonas fisiográficas distintas: el paisaje montañoso árido,
con un alto nivel de aridez, de relieve moderado a un poco pronunciado,
atravesado por varias quebradas. El otro es el paisaje de valle encajonado,
caracterizado por el angostamiento y encajonamiento del valle, dando lugar
a la forma en “V” en su sección transversal. Esta zona llamada también
Chaupi-yunga, cuenta con un clima muy seco y semicálido, con
temperaturas entre 15,9° y 22,9° C. y con una precipitación anual de 80
mm.
A partir de El Tres, se abre el cono de deyección dando lugar a la
deposición de los materiales y elementos de arrastre, formando la llanura
aluvial, valle bajo y la etapa de senectud del río. En esta zona el río se
desplaza en un terreno ligeramente ondulante, tomando dirección Oeste,

55
hasta desembocar en el Océano pacífico, a unos pocos Kilómetros al Sur
del Puerto de Chancay, en las inmediaciones de Las Salinas. El amplio
valle bajo es apto para la agricultura, especialmente de frutales, principal
producto.
El colector truncal de escurrimiento de la cuenca del río Chancay
recibe por la margen derecha los ríos de Cárac y Huataya, y las quebradas
de Lumbra y Huerequeque; mientras que por la margen izquierda al río
Añasmayo y la quebrada de Orcón.
La sub cuenca del río Baños
El río Baños es uno de los principales afluentes
que conforman la cuenca del río Chancay – Huaral. En su confluencia con
el río Pacaraos en la localidad de Puente Tingo, forma propiamente al río
Chancay, conocido en este sector con el nombre de río Acos.
Este río nace a partir de los desagües de las
lagunas del grupo Aguashman, conformadas por las lagunas de
Aguashman, Vilcacocha, Yanacocha o Tinyahuarcocha, Llacsacocha,
Santa Ana y Occorusococha9, las cuales son a su vez alimentadas por los
deshielos del nevado Pugianca. La cuenca del río Baños tiene una
extensión de 264 Kms.2, conformando la región más oriental de la cuenca
del río Chancay – Huaral.
El principal afluente del río Baños es el río Quiles
que es recibido por la margen izquierda, el cual nace de los desagües de las
lagunas del grupo Contadera, conformado por las lagunas de Quishá,
Iscococha, Pucacocha, Yananyac, Uchumachay, Parcas Alto, Parcas Bajo,
Sahuac, Accococha, Patococha, Verdecocha, Llichicocha I, Llichicocha II
y Morococha. De todas estas lagunas solo tres se encuentran represadas10.
Las aguas del río Baños son aprovechadas con
fines energéticos, ya que en su cuenca se encuentran cinco centrales
hidroeléctricas. En la parte alta de la sub cuenca se hallan tierras óptimas
para la explotación minera, identificándose la mina Santander.
La comunidad campesina de San José de Baños se
encuentra ubicada íntegramente en la margen izquierda de la cuenca del río
Baños, aunque en los últimos años, la comunidad ha comprado terrenos del
9
Las tres primeras de estas lagunas se encuentran reguladas, con fines energéticos.
10
Las lagunas represadas son las de Quisha, Yanauyac y Uchumachay.

56
fundo San Juan de la ex CAP San Jerónimo de Huasca, y de la ex hacienda
Alpamarca, que corresponden a la cabecera de la cuenca del río
Aguascocha, afluente del río Carhuacayán, ubicado en el distrito de
Marcapomacocha, provincia deYauli, departamento de Junín.

Desde el punto de vista político, la Comunidad


Campesina de San José de Baños pertenece al distrito de Atavillos Alto,
constituyéndose en uno de los cuatro anexos de este distrito.
Geomorfológicamente el área que ocupa la cuenca
del río Baños presenta tres zonas bien demarcadas:
1.- El fondo del valle, de característica encajonada, muy estrecha, ubicado
en la parte media y baja de la cuenca, con terrenos aprovechados por la
agricultura y la ganadería, con presencia de vegetación arbustiva, arbórea y
herbácea.
2.- Los grandes cerros que circundan el valle, con farallones escarpados,
quebradas de gran pendiente, laderas casi verticales, cubiertas de
vegetación arbustiva, cactácea y herbácea. Es una zona muy abrupta. En las
zonas accesibles se desarrolla la ganadería.
3.- La puna altoandina, conformado por una extensa pampa ubicada en la
cabecera del río baños, de relieve ondulado, cubierto de una densa
vegetación de pasto natural como el ichu. En esta zona se desarrolla la
ganadería, en especial de camélidos y ovinos.
Lagunas: La Cuenca del río Baños presenta un considerable número de
lagunas, todas de origen glaciar, formadas por los deshielos de los nevados
y por las lluvias estacionales. En el extremo Sur este se ubican las lagunas
de Aguashman, Pucacocha, Chaquicocha, Ushcomachay, Templaderas,
Paccho, Parcash, Barrosococha, Patococha, Quisa, Minachacon, Trinchera,
Vilcacocha. En la parte central de la cuenca se encuentran las lagunas de
Galajcancha, Halidashauntar, Ocruyoc, entre otros.
Nevados: Los territorios pertenecientes a la Cuenca del río Baños también
presenta algunos nevados, los cuales dan origen con sus deshielos a las
lagunas. Estos nevados presentan en las partes bajas morrenas y algunos
circos glaciares, evidencia del proceso de retroceso glaciar en que se
encuentran. Los principales nevados son los de Puagianca, en el extremo
norte de la cuenca.

La sub cuenca del río Vichaycocha

57
El río Vichaycocha se constituye en el afluente más lejano de toda
laq cuenca del río Chancay-Huaral. Tiene una sub cuenca colectora de 189
Kilómetros cuadrados, y en su confluencia por la margen derecha con el río
Chungar o Chicrín, forman el río Pacaraos, a su vez afluente principal del
río Chancay – Huaral.

El río Vichaycocha se forma a partir de los desagües de las lagunas


ubicadas en la parte mas elevada de la cuenca, los mismos que se
encuentran reunidos en dos agrupamientos: las del grupo Patococha,
integrado por las lagunas Patococha, Suerococha, Aguascocha, y
Champahuasi; y las del grupo Purapa, conformado por las lagunas de
Rahuite, Chancán, Aguashumarguna, Puractisho, Chalhuacocha,
Huatococha y Chinicocha. Del total de estas lagunas solo dos se
encuentran reguladas, las de Rahuite y Chancán.

Las principales escorrentías acuíferas que dan origen al río


Vichaycocha, son la quebrada Escalón, formada a su vez por las quebradas
de Pacla y Yanahojsha, en la margen izquierda; y la quebrada de Rahuite.
Un afluente principal es la quebrada de Janca y Shipra.
Se une con el río Chirín, pasando la localidad de Vichaycocha,
dando origen al río Pacaraos.
La sub cuenca del río Chicrín
El río Chungar o Chicrín nace a partir de los desagües de
las diferentes lagunas ubicadas en la cabecera de su cuenca, como son las
de Yancán, Ccacray, Yanahuín, Soco, Chungar y Marca. La cuenca del río
Chicrín es de 11 Kilómetros cuadrados, encontrándose íntegramente dentro
de la llamada cuenca húmeda. Del total de lagunas, tres se encuentran
reguladas: Ccacray, Chungar y Yucán, con fines energéticos.
Su confluencia con el río Vichaycocha, por la margen izquierda,
origina el río Pacaraos, afluente principal del río Chancay – Huara.
Pisos Altitudinales de la región de Estudio

Desde el punto de vista altitudinal, la comunidad presenta cuatro


pisos ecológicos, o regiones naturales, según la clasificación de Javier
Pulgar Vidal:

58
- Región Quechua: Es una región de relieve ligeramente plano, con tierras
aptas para la agricultura, ubicadas en la zona de fondo de valle. Aquí se
encuentran las mejores tierras de cultivo de toda la sub cuenca, donde se
alternan las tierras de secano (producidas por las lluvias) y las áreas
destinadas a los pastos naturales. Esta región comprende entre los 2 500
y 3 500 m.s.n.m. Presenta un clima templado, con temperaturas que
varían entre 12º C. y 15 º C., con descensos de temperaturas por las
noches.

- Región Suni: Es una región de relieve abrupto y empinado, conformado


por la zona de cerros laterales al valle, muy montañoso, con muros
escarpados, desfiladeros rocosos y cumbres afiladas. Esta región
comprende entre los 3 500 y 4 100 m.s.n.m. Presenta un clima templado
frío, con descenso de temperaturas durante la noche. El aire es seco con
escasa humedad. Durante las noches se producen algunas heladas. La
temperatura media anual es entre 7º C. y 10º C. Esta región se constituye
en el límite para la actividad agrícola, cultivándose en las zonas bajas
algunos productos como la papa.

- Región Puna: Es una región de relieve casi plano, ligeramente ondulado,


con montañas de flancos de suave pendiente, conformado por pequeñas
colinas y alternadas con lagunas de origen glaciar, que contienen una
gran variedad de fauna. Aquí se encuentran todas las lagunas
mencionadas líneas abajo. Se extiende entre los 4 100 y 4 800 m.s.n.m.
El clima en esta región es frío y seco, con precipitaciones sólidas como
granizo y nieve, en especial en los meses de verano. En esta región se
encuentra el centro minero de Santander, por las grandes concentraciones
mineralógicas que presenta.

- Región Janca o Cordillera: Esta región se extiende desde los 4 800


metros hasta las cumbres mas elevadas de la sub cuenca, cubiertas casi
toda su extensión de nieve. El clima es glaciar, con temperaturas casi
siempre inferiores a los 0º C.
Recursos Bióticos
Por su ubicación y su paisaje la Comunidad de San José de Baños
presenta una rica y variada gama de recursos bióticos, que conforman el
ecosistema de la sub cuenca del río Baños.
FLORA: El valle, la puna y los cerros de la comunidad se encuentran
cubiertas de vegetación, en algunas zonas, muy densa. En las partes bajas
59
se observa el maguey, en sus géneros ágave y foucroya; además de la
retama, característica por sus flores amarillas (género Spartim); entre la
vegetación arbórea tenemos la tara, el quiñual, el quishuar, entre otros. En
los cerros laterales al valle se observa abundante vegetación arbustiva
espinosa, con y sin flores; así como la tala, arbusto semileñoso, resinoso,
de sistema radicular profundo; y otras especies forrajeras como los géneros
Estipa, Poa, Calamagrostis, y Bromus. En las partes mas altas no existe
mucha vegetación, predominando la vegetación raquítica que crece
adherida al suelo, como la yareta, la Pallagua, la Ulluyma, el huagoro, el
pajuro, la huamanripa, además del ichu y abundantes musgos y líquenes.
FAUNA: Entre los principales recursos faunísticos que presenta la
Comunidad tenemos además de los animales domésticos como la vaca, las
ovejas, el cuy; camélidos como la llama, la alpaca y la vicuña; animales
silvestres de tierra como el puma andino, la vizcacha, el zorro; una gran
variedad de insectos que viven en las partes bajas de la cuenca; una gran
variedad de aves como la perdiz, el halcón, el condor, el gavilán, el águila;
aves que viven en las lagunas altoandinas como la gallareta, la garza
andina, el yanavico, el patopuna, el ganso andino, la huachua, entre otros.
Recursos Abióticos
Entre los recursos naturales abióticos que presenta
la comunidad, tenemos los recursos minerales. El subsuelo de las partes
altas presentan una fuerte concentración de minerales, en especial de cobre,
oro, carbón y hierro, existiendo varios centros mineros como es la mina de
Santander, la que en los últimos años se encuentra paralizada, Santa Rosa,
Chungar, entre otros.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS DE BAÑOS, SANTA CRUZ DE


ANDAMARCA Y VICHAYCOCHA
En la cuenca del Río Baños ha sido posible
identificar un total de 15 sitios arqueológicos, entre asentamientos político-
administrativo, domésticos, de control y caminos; dos sitios en la localidad
de Pirca, ocho en la localidad de Vichaycocha; además de otros cinco sitios
identificados, pertenecientes ya al distrito de Santa Cruz de Andamarca.
Los sitios arqueológicos identificados son los siguientes:
SITIO 1: MARCA PICHE O PUEBLO VIEJO

60
Ubicación: El sitio arqueológico de Marca Piche o Pueblo Viejo se
encuentra ubicado en la margen izquierda, entre los 3 600 y 3 650 metros
de altura, ubicándose el punto datum en la parte central a N8758793 y
E0324363. Se ubica en la cima y ladera del cerro Marca Piche.
Topográficamente el área es muy accidentada, con grandes afloramientos
rocosos. El sitio se encuentra orientado hacia el Este. El sitio de Marca
Piche se encuentra emplazado en un lugar estratégico, desde donde se tiene
un buen panorama de casi toda la cuenca del río Baños. La fuente de agua
próxima se ubica en el fondo del río baños, debajo del sitio. Se habría
constituido en el centro político de control local y de los Incas en la
cuenca.
Tipo de sitio: Asentamiento monumental con estructuras públicas.
Descripción: Debido a la complejidad de la organización espacial y
arquitectónica, y a que se encontraba cubierta de vegetación no fue posible
identificar claramente los sectores conformantes. Es por ello que hemos
dividido al sitio en base a los puntos de orientación y en base a las altitudes
de las estructuras en relación al mismo cerro en F sectores.
- SECTOR “A”: Se ubica en la parte media y baja del asentamiento,
constituido por las estructuras funerarias y los Kullpis. Hacia el extremo
Oeste se encuentra el pórtico de ingreso al sitio, que ha sido destruido
por la carretera que une el pueblo de Baños con Tingo. El ingreso al sitio
se realizaba a partir del camino prehispánico, que pasa junto al
asentamiento, por el lado Este y que está muy deteriorado, presentando
en algunos tramos empedrados. El pórtico de ingreso está conformado
por dos grandes bloques de roca natural aflorante que habría sido labrada
adquiriendo una forma alargada verticalmente, de mas de 1.50 metros de
altura. Es posible que antiguamente haya tenido una laja horizontal
encima, que habría cumplido la función de dintel.
En la parte media se observa una gran cantidad de edificaciones de planta
cuadrangular y rectangular, así como patios y plazas de forma ovalada.
Las estructuras son de gran altura, llegando a tener hasta 4.50 metros de
altura.
En la parte central superior se ha identificado una escalinata de 16
peldaños, conformados por lajas alargadas; el cual comunica con un
túnel de 4 metros de largo, 1 metro de ancho y 1.20 metros de altura; el
cual pasa por el medio de la roca madre geológica del cerro, cuyas
paredes están edificadas a base de piedras canteadas unidas con
61
argamasa, evidenciando un fino acabado tecnológico. Este túnel servía
para comunicar los sectores inferiores de función administrativa y
doméstica local, con el sector superior (Sector C) de función
administrativa en el Tahuantinsuyo. A la salida del túnel se observan
escalinatas que comunican hacia la cima rocosa.
- SECTOR “B”: Este sector se ubica en la parte media – alta del sitio y
está conformado por un conjunto de estructuras funerarias, asociadas a
dos pinturas rupestres. En la parte superior de los farallones rocosos a 3 y
4 metros de altura con respecto a la superficie, se puede apreciar pinturas
rupestres. Estas consisten en dos motivos: el primer motivo está
conformada por la representación de una cruz estilizada, con las puntas
engrosadas; mientras que el segundo motivo está representado por dos
líneas convergentes. Los motivos se ubican en la parte media alta del
farallón y son de color anaranjado, producto de algún tipo de óxido. Por
la ubicación a casi 9 metros de altura con respecto a la superficie y por la
pendiente vertical del farallón, no se puede ascender sin el uso de equipo
especial para escalar en roca. Además de estos dos motivos se observan
otros cinco, que se encuentran muy destruidos y borrados, por lo que solo
es posible observar manchas.
Junto a estas pinturas se puede observar un pircado de 0.50 m. de alto,
que sería el muro de contención de una posible estructura funeraria,
ubicado en una concavidad rocosa del farallón, ubicado a 9 metros de
altura aproximada con respecto a la superficie del sitio, en un lugar
totalmente inaccesible.
En la parte baja de las pinturas, sobre la superficie del sitio se observan
estructuras funerarias, de planta rectangular y cuadrangular, de 1 metro
de altura en promedio.
- SECTOR “C”: Se encuentra ubicado en la parte superior del
asentamiento, al cual se accede a través del túnel. En la parte superior se
observa un espacio abierto público, definido con muros de contención y
emplazado sobre un aterrazamiento. Hacia el lado Este de esta cima se
observa una cruz contemporánea de color blanco.

- SECTOR “D”: Se ubica en la parte superior, en el lado Nor Oeste. Se


observan tres recintos de planta circular y alineados en el eje Este –
Oeste; edificados a base de piedras canteadas y labradas de tamaño
mediano, unidos con argamasa. Estos se encuentran en buen estado de

62
conservación, con una altura no menor a un metro. El primer recinto
tiene un diámetro de 3.40 metros, el segundo tiene 3.20 metros de
diámetro, mientras que el último tiene 3.50 metros de diámetro. Frente al
tercer recinto se observan tres estructuras funerarias de 1.40 metros de
altura, de planta rectangular, y de un vano cuadrangular muy pequeño.
Todas estas estructuras arquitectónicas corresponderían al Periodo
Tahuantinsuyo.

- SECTOR “E”: Se ubica en la ladera media del cerro, en el lado oriental,


está conformado por estructuras funerarias aisladas, asociados a un
conjunto de andenes prehispánicos que descienden consecutivamente
hasta muy cerca del río. Estas estructuras son de poca altitud.

- SECTOR “F”: Se ubica al otro lado de la carretera y está constituido por


algunas estructuras funerarias de planta cuadrangular y rectangular,
asociados a un conjunto de andenes. Los andenes son de un metro y
medio de altura, aproximadamente y se encuentran en estado de
abandono. También se ha podido observar enterramientos hechos entre
las aberturas de las rocas naturales, siendo luego tapados con pircados
simples.
Interpretaciones: En base al análisis de la arquitectura conformante ha
sido posible identificar cuatro tipos arquitectónicos.
1.- En primer lugar se encuentran los típicos “Kullpis”, estructuras
arquitectónicas características de la cuenca alta del río Chancay,
correspondiente a la cultura Atavillos. Se caracterizan por presentar planta
cuadrangular y de una altura de mas de 3.50 metros. Son estructuras que
por su altitud se le podría considerar como “edificios”, totalmente cerrados,
con un pequeño vano de no mas de 0.50 metros de altura, ubicado en la
parte media del paramento externo, que comunica el exterior con una
cámara central de forma ovalada o cuadrangular. En esta cámara se
observan hasta tres pequeños vanos que comunican con cámaras y galerías
internas, con compartimientos en varios niveles superpuestos de no mas de
0.80 metros de altura cada uno. La altura de estos Kullpis puede llegar
hasta los 4.50 metros.
2.- En segundo lugar tenemos las estructuras administrativas y domésticas,
de características muy similares a los Kullpis, pero no son cerradas, sino
abiertas, con pasadizos amplios y espaciosos que comunican diferentes
recintos.

63
3.- En tercer lugar tenemos las estructuras funerarias a modo de túmulos
funerarios, las cuales pueden llegar a tener hasta 1.50 metros de altura y
hasta tres niveles superpuestos, conteniendo en su interior una serie de
cámaras funerarias.
4.- En cuarto lugar encontramos las estructuras de planta circular ubicados
en la parte superior del sitio, las cuales al parecer corresponderían al
periodo Tahuantinsuyo, y se trataría de estructuras administrativas.

Con respecto al nombre de Marca Piche (en


español Pueblo Viejo), se trataría de un nombre del Periodo
Tahuantinsuyo, ya que “Marca” es una denominación quechua imperial
que significa pueblo. Al hablar de una marca, los Incas querían hacer
referencia a un grupo de familias o un ayllu, con una paqarina11 común.
Con respecto al término “Piche”, es posible que sea colonial, ya que por su
significado (viejo) estaría refiriéndose a que el pueblo es de origen
prehispánico.
Periodos de Ocupación: En base al análisis arquitectónico y al poco
material cerámico observado en superficie, se infiere que el sitio ha tenido
dos ocupaciones: los señoríos locales tardíos: Atavillos (800 d.c. – 1470
d.c.) y la ocupación Tahuantinsuyo (1470 d.c. – 1535 d.c.).
Materiales Asociados: Se ha identificado material cerámico,
correspondiente a los estilos Atavillos e Inca local. En la parte superior del
sitio, junto a las pinturas rupestres se ha observado abundante material
óseo, asociado a pequeñas estructuras funerarias, notándose rasgos de
deformación craneana braquicéfala. También se identificó algunos batanes
y moledoras asociadas a las áreas de actividad doméstica.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra en regular estado de
conservación. Los principales factores de deterioro del sitio son: el
pastoreo, ya que muchos pobladores del pueblo de Baños, aprovechan los
muros de las estructuras como corrales y en los meses en que la vegetación
es abundante llevan a su ganado al sitio, provocando el colapso de las
estructuras. Otro factor es la vegetación, ya que por la densidad muchas
veces inestabiliza las estructuras. El huaqueo es otro factor, se ha
identificado muchas edificaciones que han sido huaqueadas. La
11
Lugar mítico común de donde se dice salió el primer antepasado que creó el ayllu, que puede tratarse
de un cerro, nevado, cueva, laguna, etc; en el caso de la región altoandina de Huaral se ha identificado
al Cerro Mango como paqarina de Rúpac, Chíprac y Añay. El antepasado común podía tratarse de un
personaje mítico como una divinidad.

64
construcción de la carretera ha contribuido a cercenar el sitio arqueológico
en dos partes.
SITIO 2 : PAHUAMAYO
Ubicación: El sitio esta conformado por un abrigo rocoso ubicado en la
margen derecha del río Baños, a unos 300 metros de distancia al Norte de
la Central Hidroeléctrica de Baños 2, por encima del canal de aguas que se
dirige hacia la central de Baños 3. El sitio se ubica a 3 970 m. s. n. m., en
las coordenadas N876070712 y E0327957 (E=8m.).
Tipo de sitio: Abrigo Rocoso.
Descripción: El abrigo es una concavidad que se introduce naturalmente
en la roca madre caliza sedimentaria. El abrigo tiene en la parte externa un
ancho de 7.50 metros y una altura de 5.10 metros; en el extremo interno
tiene un ancho de 2.50 metros; y una profundidad de 7.70 metros.
La superficie del abrigo presenta amontonamiento de tierra
en pendiente, producto de la descomposición de la roca madre del techo
natural del abrigo. Se nota en la superficie, en algunos sectores, tierra color
plomo con abundante humedad producto de la vegetación existente (ortiga
y plantas silvestres).
A pesar de no haber identificado en la superficie del abrigo
algún tipo de material cultural que evidencie de manera directa una
ocupación humana, por las características del abrigo, su ubicación en un
lugar encerrado por la geomorfología del terreno, y por el color del terreno
y textura del terreno; podemos inferir que habría sido ocupado en épocas
prehispánicas, lo cual deberá ser confrontado a futuro mediante
excavaciones sistemáticas.
Filiación cultural: Periodo Precerámico.
Materiales Asociados: No se identificaron.
Estado de conservación: El sitio se encuentra cubierto de vegetación
natural arbustiva y herbácea.

SITIO 3: JATUNPATA

12
Todos los puntos tomados en ubicación UTM se encuentran en sistema Pro Sad-1956.

65
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la cima del cerro Jatunpata, el
cual se eleva inmediatamente por encima del pueblo de Baños, hacia el
lado Este, margen derecha del río Baños; a 4 184 m. s. n. m. y en las
coordenadas UTM N8760750 y E0326811.
Tipo de sitio: Corrales.
Descripción: En la parte superior del cerro se observa un espacio abierto,
cercado por muros de piedras canteadas. En la parte central de este espacio
se observa una estructura de planta semi ovalada, a desnivel, con un
diámetro de 1.66 metros en el eje del vano y 1.37 metros en el eje
perpendicular al primero (Norte – Sur). Esta estructura presenta muros a
base de piedras canteadas grandes, mientras que hacia el lado Sur se ha
utilizado la roca natural que aflora desde la profundidad. El vano tiene 0.60
metros de ancho y 1.30 metros de altura, ubicado hacia el lado Norte y esta
asociado a tres gradas que descienden hacia el interior del recinto (de 0.20
m., 0.20 m., y 0.30 m. de altura cada uno respectivamente). En la parte
interna, lado Sur, se observa una pequeña camarilla de 0.30 m. de ancho,
0.50 m. de alto y 0.80 m. de profundidad. Esta edificación ha sido
reutilizada en épocas modernas, habiéndose encontrado en su interior un
pico y otras herramientas agrícolas actuales.

PLANO DE JATUNPATA 1

66
A 7 metros de distancia de esta estructura y en la esquina
Sureste, del espacio abierto se observa otra estructura similar, pero de
mayores dimensiones, con un diámetro de 2.30 m. en el eje del vano (este –
Oeste) y 3 metros en el eje Norte – Sur. Las piedras que conforman los
muros son de gran tamaño, sin argamasa. Los muros tienen hasta 0.80
metros de altura. El ancho del vano es de 0.50 metros. En la superficie
interna se observan restos de basura moderna. Al parecer esta estructura
habría sido reconstruida en épocas modernas.
Hacia el lado Oeste del espacio 1, se encuentra otro
espacio de forma rectangular, delimitado por muros lineales aunque con
algunas curvas, a base de piedras canteadas, a 4 metros de profundidad con
respecto a la superficie del espacio 1.
Hacia el Nor Este del espacio 1 se encuentra el espacio 3,
el cual es de forma rectangular, emplazado sobre un aterrazamiento
cultural de la ladera del cerro. Además al Norte del espacio 1 se encuentra
el espacio 4, el cual tiene planta cuadrangular. Junto al espacio 4, hacia el

67
norte se observa otro espacio, espacio 5, delimitado por alineamientos, área
que esta cubierto de pasto natural.
Filiación cultural: Este sitio correspondería al Intermedio Temprano
Materiales Asociados: No se identificó ningún material.
Estado de conservación: El sitio se encuentra muy destruido por el
desarrollo de la agricultura en la zona.

SITIO 4: WARACANCHA BAJA


Ubicación: Este sitio se encuentra ubicado en la ladera Sur del cerro
Jatunpata, a 4 070 m. s. n. m. y en las coordenadas UTM: N8760607 y
E0326931, margen derecha del río Baños, a unos pocos metros debajo de
la cima donde se ubica Jatunpata I.

Tipo de sitio: Paisaje cultural Arqueológico. Categoría: Aterrazamientos.


Descripción: Este sitio esta caracterizado como un sitio aislado,
conformado por una serie de aterrazamientos pircados edificados en el
farallón rocoso, de no más de un metro de altura.

68
Foto 1: Izquierda: Vista general del sitio de Waracancha Baja, nótese el detalle de las pinturas
rupestres de diseños circulares. Derecha: Vista Panorámica del abrigo rocoso de Pahuamayo,
ambos en la cuenca del río Baños.

Filiación cultural: No se ha podido identificar el periodo de construcción


de las evidencias culturales, pero si se ha podido comprobar su carácter
prehispánico por la tecnología constructiva y por su asociación con
Jatunpata I y III.
Estado de Conservación: Las edificaciones se encuentran muy destruidas
por acción del pastoreo.
SITIO 5: WARACANCHA BAJA
Ubicación: Este sitio se encuentra ubicado en la margen derecha del río
Baños, a unos pocos metros debajo de Jatunpata II, en una pequeña
explanada en la parte media del flanco Sur del cerro Jatunpata, a 4 015 m.
s. n. m., en las coordenadas UTM: N8760573 y E0326871.

Tipo de sitio: Abrigo rocoso.


Descripción: El sitio está conformado por un abrigo rocoso de 6.80 m. de
ancho y 4 m. de altura, presentando en la boca un muro pircado a base de

69
piedras grandes unidas de manera simple sin argamasa. En el interior del
abrigo se observa una concavidad que se introduce, casi en diagonal, hacia
arriba; la cual a su vez presenta pequeñas concavidades.
El abrigo rocoso presenta en las paredes laterales cuatro representaciones
de pinturas rupestres. La primera pintura es la representación de un círculo
y desde la parte central de este aflora una figura geométrica que se asemeja
a una cruz. Por su parte el motivo 2 se ubica a 18 cm. de distancia a la
izquierda del primero y está conformado por la representación de
camélidos. El tercer motivo es la representación de una figura estilizada de
forma circular y de esta salen cinco pequeñas protuberancias a cada lado,
lo que al parecer estaría representando el sol con sus rayos; este se ubica a
26 cm. de distancia a la izquierda del segundo motivo. El cuarto motivo se
ubica a 17 cm. a la izquierda del tercer motivo, y es la representación de
una figura antropomorfa, la cual no ha sido posible identificar por el mal
estado de conservación, pero es muy posible que se trate de
representaciones de camélidos. El sitio en general se observa en buen
estado de conservación.
Junto a la abertura del abrigo rocoso (lado derecho), se observan pequeñas
aberturas, las cuales tienen en su interior abundante osamenta humana,
pudiendo apreciarse mayormente la presencia de huesos largos y costillas.
Al parecer este lugar habría sido el depositario final de los individuos que
ocuparon el sitio o de otros con fines rituales.
Filiación cultural: Por las características y por no haber logrado
identificar algún fragmento cerámico en superficie, lo relacionamos con el
periodo Precerámico. Es necesario realizar investigaciones mas profundas
para conocer el periodo de ocupación exacto, sea Lítico o Arcaico.
Estado de conservación: Las pinturas se encuentran en mal estado de
conservación, presentan pintas de tiza color blanco en la superficie.
SITIO 6: ANDENES DE BAÑOS

Ubicación: Estos andenes se extienden desde la parte alta del mismo


pueblo de Baños, hasta la parte baja del cerro Jatunpata, debajo del sitio de
Waracancha Baja. Está ubicado en las coordenadas UTM: N8760336 y
E0326873, a una altura de 3 918 m. s. n. m.
Tipo de sitio: Paisaje cultural Arqueológico. Categoría: Andenes.

70
Descripción: Este sitio está conformado por una serie de sistemas de
andenes de origen prehispánico, utilizados hasta la actualidad en algunos
sectores con fines agrícolas. Se trata de andenes simples de hasta 2 metros
de altura en algunos casos. En la parte central de los andenes cerca al
pueblo se ha podido identificar una estructura aterrazada con muros de
contención, la cual se habría constituido en un área ceremonial. Además
esta estructura presenta una cruz.
Filiación cultural: Al parecer el origen de esta cruz dataría del periodo
colonial temprano, lo que no quiere decir que esta cruz sea de ese periodo,
ya que constantemente ha ido siendo reemplazado por una nueva,
manteniendo las mismas características. Los andenes son de origen
prehispánico, y corresponderían al Horizonte Tardío o Intermedio Tardío.
Estado de conservación: Se puede observar los andenes en buen estado de
conservación, aunque en algunos tramos esta destruido.
SITIO 7: ARCOTORAL
Ubicación: Se encuentra ubicado en la cima del cerro Arcotoral, el cual se
ubica encima del cerro Marca Piche, en la margen izquierda del río Baños,
habiéndose ubicado como punto Datum en las coordenadas UTM:
N8758795 y E0324350, a 3 899 m. s. n. m. El sitio se ubica justo encima
de una estancia de pastores de Pirca. El sitio es de forma alargada y se
encuentra cubierto por vegetación arbustiva, los cuales presentan flores de
diferentes colores.
Tipo de sitio: Asentamiento no monumental. Categoría: Asentamiento de
estructuras Funerarias.

Descripción: El sitio está conformado por siete estructuras arquitectónicas


de carácter funerario, dispuestos en forma alineada. La arquitectura del
sitio es a base de piedras canteadas unidas con argamasa; muchas de las
piedras han sido talladas de tal manera que tengan cierta forma adoquinada,
con pequeñas pachillas entre las piedras para rellenar los espacios. Las
estructuras arquitectónicas identificadas son las siguientes:
- ESTRUCTURA 1: Se encuentra ubicado en el extremo Oeste del sitio,
conformado por una estructura de planta cuadrangular, junto a un muro de
contención, que es el mismo que limita el sitio por todo su contorno.

71
PLANO DE JATUNPATA 2

72
PLANO DE ARCOTORAL

Presenta un vano de acceso de 0.65 m. de altura y 0.50 m. de ancho. El


vano es de forma trapezoidal y pequeño. El interior de la estructura está

73
conformado por un recinto de forma ovalada, el cual presenta en la parte
posterior un pequeño compartimiento pequeño, por el cual se ingresa
mediante un vano pequeño. Adosado a esta estructura, en el muro de
contención, se observa una pequeña estructura con un vano cuadrangular
de 0.30 metros de altura por 0.50 metros de ancho, de carácter funerario.
Esta estructura adosada es también de planta cuadrangular, pero en el
interior hay un compartimiento con esquinas curvas.
- ESTRUCTURA 2: Se encuentra ubicado entre las estructuras 1, 3 y 4. Es
de planta circular (representando solo la mitad de un circulo), de 1.55
metros de largo en la parte frontal y 1.20 metros de ancho. La altura de los
muros es de 1.50 metros.
- ESTRUCTURA 3: Se encuentra ubicado sobre el muro de contención
posterior de la estructura 2. Tiene una altura de 0.60 metros y un ancho de
1.30 metros. Esta estructura tiene planta ovalada, en media luna.
- ESTRUCTURA 4: Se encuentra ubicado junto a la estructura 2, y está
conformado por una estructura funeraria de planta cuadrangular con
esquinas curvas, la cual se encuentra destruida en su parte frontal. En el
interior se observa una cámara ovalada, la cual presenta un nicho de 0.42
metros de alto, por 0.30 metros de ancho en la parte superior y 0.40 metros
de ancho en la parte inferior, y 0.30 metros de profundidad; la cual serviría
de ornamentación del muro. La cubierta interna es a base de lajas, en forma
de cúpula, con las lajas escalonadas en salientes. La altura de la estructura
4 es de 2.30 metros.
- ESTRUCTURA 5: Se ubica hacia la derecha de la Estructura 4 y tiene
2.70 metros de altura. Presenta hasta 7 compartimientos, dispuestos en dos
niveles superpuestos, a razón de tres en la planta inferior y cuatro en la
segunda planta y superior. El compartimiento “A” se ubica en el extremo
derecho del nivel inferior. Este ha sido destruido para servir como vía de
comunicación con el otro extremo posterior del sitio, como un túnel, en
forma de arco, muy similar al observado en Marca Piche; tiene 1.35 metros
de alto, y de ancho 1.18 metros en la base, 1.30 metros en la parte central y
0.70 metros en la parte superior. Los compartimientos “B” y “C” se ubican
junto al “A”, los cuales tienen 1.30 metros y 1.15 metros de largo
respectivamente. El grosor del muro de separación entre el “A” y el “B” es
de 0.70 metros, mientras el muro entre “B” y “C” tiene 0.93 metros. La
superficie del Nivel 2 se ubica a la altura del dintel del arco o túnel
(Compartimiento “A”). Encima del túnel no existe ningún compartimiento.

74
Los compartimientos “D”, “E” y “F” se ubican hacia el lado izquierdo del
túnel, mientras que el “G” se ubica hacia la parte superior derecha. Estos
tienen 0.93 metros, 0.75 metros, 1.35 metros y 0.98 metros de ancho
respectivamente. De todos estos el “D” es el único que presenta la cubierta
en buen estado de conservación. El área interna de todos los
compartimientos es de forma ovalada, de media luna.
- ESTRUCTURA 6: Junto a la estructura 4, la formación natural rocosa
del cerro se eleva hasta alcanzar la misma altura de la cubierta de la
Estructura 4. Sobre este promontorio y aprovechando la mitad de la
cubierta de la estructura 4, se ubica una estructura (Estructura 6), la cual
presenta seis compartimientos internos, dispuestos en dos niveles
superpuestos. La planta de la estructura es cuadrangular, mientras que los
compartimientos internos son ovalados, los cuales presentan pequeños
ductos que sirven de comunicación entre sí. En los recintos y
compartimientos se observa pequeñas galerías que comunican con
compartimientos subterráneos, los cuales tienen hasta 1.50 metros de
profundidad.
- ESTRUCTURA 7: Esta conformada por una estructura de 3.60 metros
de alto y 5.20 metros de largo. Esta estructura está conformada por dos
recintos internos: el A y B. El recinto “A” presenta un vano en la parte
frontal de 0.80 metros de alto y un ancho de 0.55 metros en la parte
superior y 0.50 metros en la parte inferior. El grosor del muro del vano es
de 0.55 metros. Este vano se ubica a 1.20 metros de distancia de la esquina
Oeste y su base se ubica a 0.30 metros de altura con respecto al nivel del
suelo. El espacio interno se encuentra destruido por el colapso de la
cubierta. El compartimiento “B” se ubica junto al “A” y presenta un vano
de ingreso también en la parte frontal de 0.56 metros de ancho, 0.76 metros
de alto, mientras que el ancho del muro es 0.50 metros. El interior del
recinto es ovalado, encontrándose muy destruido, ya que el colapso de la
cubierta ha provocado varios amontonamientos de piedras en la superficie
interna. En la parte exterior, paramento externo, se observan algunas
piedras salientes escalonadas (voladizas), las cuales servirían para el
ascenso al techo de la estructura.
- ESTRUCTURA 8: Se encuentra adosado a la estructura 7. Es de
pequeñas dimensiones, de 0.70 metros de altura, 0.70 metros de ancho y
1.60 metros de largo. Presenta un vano de 0.55 metros de ancho por 0.45
metros de altura. El interior es un pequeño espacio de función funeraria.

75
- ESTRUCTURA 9: Se ubica en el extremo derecho del sitio y se
encuentra separado de las demás estructuras, unido a la estructura 8
mediante un largo muro pircado de 19.80 metros de largo. Está
conformado por dos compartimientos que se pierden en una galería que
descienden dentro de la estructura. En general toda la estructura tiene tres
vanos identificables, el primero que comunica con el compartimiento “A”,
de 1.20 metros de altura y 0.98 metros de ancho. El segundo vano se ubica
a 2.50 metros de distancia del primero (hacia la derecha) y tiene 0.65
metros de alto y 0.50 metros de ancho; sirve para comunicarse con el
compartimiento “B”. El tercer vano se ubica en el segundo nivel y se
encuentra muy destruido, por lo que no es posible identificar sus
dimensiones. Los compartimientos internos se encuentran muy destruidos
por efecto de los derrumbes. El ancho de esta estructura de planta
rectangular es de 3.50 metros.
El sitio presenta dos muros de contención que han servido para el
aterrazamiento del sitio. El primero se ubica a 1.40 metros de distancia de
las estructuras arquitectónicas y tiene entre 1.20 metros y 0.80 metros de
altura. El segundo muro de contención se ubica a 2.90 metros de distancia
del primero y tiene 1.60 metros de altura en los sectores mejor
conservados, mientras en otros tiene 0.80 metros.
Hacia el lado este de la estructura 7 se eleva un
promontorio natural, en cuya cima se observan algunos aterrazamientos.
Por su parte hacia el lado posterior del sitio se observan pequeños pircados
aislados.

Foto 2: Izquierda: Vista de una construcción funeraria en Arcotoral. Derecha: Vista panorámica
del sitio arqueológico de Auquihuilca.

Periodos de ocupación: El sitio es de carácter funerario y corresponde al


Intermedio tardío (1100 – 1470 d.c.) y se habría constituido en uno de los
76
asentamientos de la cultura Atavillos, emplazado en la zona, como lugar de
descanso de personas distinguidas en su sociedad.
Estado de Conservación: El estado de conservación del sitio es regular,
existen estructuras arquitectónicas muy destruidas, mientras hay otras en
buen estado de conservación.
SITIO 8: AUQUIHUILCA
Ubicación: Este sitio se encuentra ubicado en la margen izquierda del río
Baños, en la divisoria de aguas con la cuenca del río Chilamayo, en la parte
superior de una pequeña quebrada Políticamente el sitio de Auquihuilca se
ubica en la jurisdicción de la Comunidad Campesina de Pirca, distrito de
Atavillos Alto. Se ubica en las coordenadas UTM: N8758280, E0323484, a
3953 m.s.n.m. El terreno sobre el que está emplazado el sitio es muy
accidentado y de mayor pendiente, con abundantes afloramientos rocosos.
El sitio se encuentra cubierto de vegetación arbustiva y cactácea con
abundantes espinas.
Tipo de sitio: Asentamiento no monumental. Categoría: Sitio Funerario y
de control.
Descripción: En la parte baja del sitio, a 100 metros de las estructuras
principales, se ubica un pequeño abrigo rocoso, en cuyo interior hay un
pequeño muro pircado sin argamasa, de 1.30 metros de altura. La
superficie de la cueva esta lleno de piedras de mediano y pequeño tamaño,
producto del derrumbe del muro y del techo de la cueva. No se ha
identificado otros materiales culturales.

Foto 3: Vista panorámica del


sitio de Auquihuilca.

77
Foto 4: Sitio de Auquihuilca. Izquierda: Vista de una estructura Funeraria. Derecha: Vista de
una construcción tipo Kullpi, muy destruido.

El área nuclear del sitio presenta un total de ocho


estructuras arquitectónicas dispersas, de las cuales la mitad han colapsado.
El emplazamiento de las estructuras está en relación a la topografía mas
propicia del espacio. Las edificaciones tienen una altura de hasta 2.50
metros (Kullpis), mientras otras estructuras funerarias tienen un metro y
medio de altura y son de hasta dos niveles. Las estructuras están asociadas
a espacios abiertos de planta ovalada de 3 metros de diámetro. Las
estructuras son de planta cuadrangular con esquinas curvas o rectas y
presentan un vano pequeño, de 0.50 metros de altura y 0.40 metros de
ancho, de forma rectangular y trapezoidal. Algunas estructuras presentan
un ducto de ventilación vertical que comunica el compartimiento principal
con el exterior de la cubierta de la misma.
Periodo de Ocupación: El sitio corresponde al periodo Atavillos
(Intermedio tardío).
Estado de conservación: El sitio se encuentra en regular estado de
conservación. Los principales factores de deterioro son los agentes
naturales.
SITIO 9: BAÑOS I
Ubicación: Se ubica en la margen derecha del río Baños, junto al camino
prehispánico que desciende desde la cuenca alta hasta Tingo, a un metro de
altura con respecto al camino, a 3 526 metros sobre el nivel del mar y en
las coordenadas UTM: N8759473 y E0324628 (E= 4m.). Se ubica un poco
más arriba del frente de Marca Piche o Pueblo Viejo.

78
PLANO DE MARCAPICHE

79
PLANO DE AUQUIHUILCA

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Categoría: Pinturas


Rupestres.

80
Descripción: Este sitio está conformado por un abrigo rocoso con pinturas
rupestres, que representan figuras zoomorfas como orejas y cabezas. Las
dimensiones de las figuras son de 0.30 metros de ancho, y 0.40 de altura en
promedio.
Periodos de Ocupación: Precerámico.
Estado de conservación: Las pinturas se encuentran en mal estado de
conservación. Se encuentran muy despintadas por su exposición constante
a la intemperie, observándose solo manchas rojas despintadas, además de
pinturas actuales en tiza blanca
SITIO 10: BAÑOS II
Ubicación: Se ubica en la margen derecha del río Baños, junto al camino
prehispánico que desciende desde la cuenca alta hasta Tingo, un poco mas
abajo del anterior, a 3 524 metros sobre el nivel del mar y en las
coordenadas UTM: N8759658 y E0323861 (E=8m.). Este sitio se ubica
justo en frente del sitio de Marca Piche o Pueblo Viejo.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Categoría: Abrigo rocoso
con pinturas Rupestres.
Descripción: El sitio está constituido por una serie de pinturas rupestres
dibujadas sobre la roca natural aflorante, en un abrigo rocoso extendido de
14 metros de largo. En la base del abrigo se observa canteras de carbón
natural. Las pinturas son de color rojo. Se ha podido identificar hasta 13
motivos lineales curvos y circulares, orientados en un eje horizontal. Las
pinturas se encuentran ubicadas al aire libre, por ello su deteriorado estado
de conservación. El grosor de las líneas de las pinturas es en promedio de
entre 1,5 cm. a 2.5 cm.
A continuación describimos los 13 motivos los cuales se encuentran
dispuestos en un panel de izquierda a derecha. El Motivo 1 está
representando por una línea que se va encerrando hasta volver a unirse a si
misma en la mitad. El Motivo 2 está conformado por un círculo con punto
concéntrico, el mismo que es ovoide, con un diámetro de 13 cm. en el eje
vertical y 14 cm. en el eje horizontal. El Motivo 3 está representando una
figura parecida a una “hoz”, de 20 cm. en el eje horizontal por 14 cm. en el
eje vertical, las líneas son rectas, con esquinas rectas y ovaladas. El Motivo
4 está conformado por dos rombos concéntrico y dentro de estos un punto,
de líneas de 1.5 cm. de grosor y 5 cm. de largo y ancho en ambos ejes. El
Motivo 5 está conformado por un círculo de 8 cm. de largo (eje horizontal)
81
por 6.5 cm. en el eje vertical, con líneas de entre 2 y 1.5 cm. El Motivo 6
está conformado por un círculo con punto concéntrico de 13 cm. (eje
vertical) por 7 cm. en el eje horizontal. Los motivos 7, 8, 9, 10, 11 y 12 se
encuentran relacionados entre si por su cercanía, en un área horizontal de
1.10 metros y están conformados por círculos concéntricos y simples de
diferentes tamaños. El Motivo 13 está conformado por un círculo simple.
Materiales Asociados: En la superficie del abrigo se pudo hallar algunos
escasos fragmentos de cerámica, de pasta roja, cocción oxidante, acabado
de superficie alisado, utilitarios, no diagnósticos, no habiéndose
identificado el estilo correspondiente.
Periodo de Ocupación: A pesar de haber identificado un fragmento
cerámico, el sitio pertenece al Periodo precerámico, aunque es posible que
haya seguido siendo ocupado y visitado en el periodo formativo.
Estado de Conservación: Las pinturas se encuentran en un deteriorado
estado de conservación debido a su exposición a los agentes climáticos.
SITIO 11: BAÑOS III
Ubicación: Sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del río Baños,
junto al camino prehispánico que desciende hasta Tingo, en un abrigo
rocoso, un poco mas abajo del sitio anterior, a 3 509 metros sobre el nivel
del mar y en las coordenadas UTM: N8759239 y E0323615 (E=9m.).
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Categoría: Abrigo rocoso
con pinturas Rupestres.
Descripción: Se trata de un abrigo rocoso de 8 metros de largo con
pinturas rupestres. Las figuras representan motivos circulares simples y
con puntos concéntricos, así como motivos antropomorfos. Sin embargo
las pinturas se encuentran muy deterioradas y despintadas.

Periodo de Ocupación: A pesar de haber identificado un fragmento


cerámico, el sitio pertenece al Periodo precerámico, aunque es posible que
haya seguido siendo ocupado y visitado en el Periodo Formativo.
Estado de Conservación: Las pinturas se encuentran en un deteriorado
estado de conservación debido a su exposición a los agentes climáticos.
SITIO 12: CAMINO PREHISPÁNICO DE BAÑOS A TINGO

82
Ubicación: Por la margen derecha del río Baños se observa un camino
prehispánico que desciende desde la parte alta de la cuenca proveniente
desde el Sur, posiblemente de Canta o Pasco, el cual ha sido identificado y
recorrido en el sector del pueblo de Baños y la central Hidroeléctrica de
Tingo.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural arqueológico: Categoría: camino
prehispánico.
Descripción: Se trata de un camino de origen prehispánico, preinca,
asociado a sitios con pinturas rupestres, mencionados líneas arriba. El
ancho del camino es de 1.50 metros a 2 metros, según la topografía del
terreno. Por lo general es recto, aunque en algunos lugares de mucha
pendiente va zigzagueante, hasta llegar al fondo del valle. Presenta escasas
escalinatas y rampas. No presenta empedrados, se trata de un camino
simple, salvo en el área cercana al cañón ubicado un poco mas arriba de
marca Piche, donde si se observa empedrado. En los sectores mas
empinados presenta muros de contención a base de pircados.
Filiación cultural: Prehispánico, al parecer pre inca.
Estado de conservación: Se encuentra en buen estado de conservación y
es transitado hasta la actualidad.
SITIO 13: ZANGO
Ubicación: Se ubica en la margen derecha del río Baños, en la toma de
aguas del canal de la central Hidroeléctrica de Baños 1. Por las
características, se ubicó un punto datum en la otra margen, en la carretera,
a 200 metros, justo frente a los corrales, el cual se halla emplazado en
N8761400 E0332335 y a 4 366 m.s.n.m.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural arqueológico. Categoría: Corrales.
Descripción: Este sitio está conformado por un conjunto de corrales
abandonados. Los muros se encuentran muy destruidos, observándose en
algunos casos pircados sin argamasa.
Periodo de Ocupación: Los corrales pertenecerían al periodo Colonial o
prehispánico. No ha sido posible identificar el periodo por la ausencia de
materiales culturales en superficie.

83
Estado de conservación: Las estructuras se encuentran muy deterioradas
por el paso del tiempo.
SITIO 14: CERRO LLAMPQUI.
Ubicación: Se encuentra ubicado en la localidad de Llantaq, límite entre la
Comunidad de San José de Baños, distrito de Atavillos Altos, provincia de
Huaral, departamento de Lima y el distrito de Marca Pomacocha, provincia
de Yauli, departamento de Junín. Sin embargo hidrográficamente pertenece
aún a la cuenca del río Baños. El sitio se ubica en la parte media del cerro
Llampqui, cerro de características orográficas muy escarpadas y de difícil
acceso hacia la cima. Según las características visibles en la antigüedad
este cerro habría estado cubierto en la parte superior de nieve, ya que se
nota las fases del retroceso glaciar.
Se ubica en la región Puna, límite con la región Janca, a 4
940 metros sobre el nivel del mar (parte superior del sitio), en las
coordenadas UTM siguientes: 8753934N y 0341080E (E= 12 metros).
Desde este sitio se puede lograr una visión completa de todo el panorama
ambiental circundante.

Foto 5: Vista en la parte baja del sitio arqueológico de Cerro Llampqui, hasta ahora el
asentamiento arqueológico más alto identificado en el Perú. Nótese al fondo el medio ambiente
circundante.

Tipo de sitio: Paisaje cultural arqueológico. Categoría: asentamiento de


control.

84
Descripción: Se trata de un asentamiento conformado por corrales de
forma ovalada o irregular, terrazas y muros perimétricos, escalinatas y
estructuras funerarias (mínimas). Todas las estructuras se encuentran
encerradas por los muros perimétricos, en un área de 100 metros por 250
metros. Estos muros perimétricos o murallas son de un metro de ancho y
dos metros de alto, que separa los corrales (en la periferia), del conjunto de
terrazas. Esta muralla recorre la zona del acantilado, adquiriendo de por si
una mayor altura y una forma sinuosa.
En la parte baja del sitio se ha identificado el camino prehispánico que
viene desde Baños por la laguna de Quisa, rumbo a La Viuda. Este camino
tiene 6 metros de ancho y está delimitado con piedras.
El sitio está conformado por estructuras edificadas sobre aterrazamientos.
En base a las características de la organización espacial se ha definido tres
sectores.
SECTOR “A”: La parte baja está conformada por corrales de forma
irregular, con esquinas ovaladas. La altura de los muros de estos corrales es
de aproximadamente un metro. Las dimensiones varían entre 25 m. y 10 m.
de largo, por entre 20 m. y 10 m. de ancho. Algunos de estos corrales están
acompañados de pequeñas terrazas
SECTOR “B”: Ubicado en la parte superior, lado Sur. Se observa una gran
roca aflorante, en la cual se observa un socavón que se introduce hacia la
parte baja de la roca. En la superficie de este socavón se encuentra
abundante material óseo. En la parte superior del asentamiento se
encuentra una cámara funeraria aislada de forma cuadrangular, construida
en el sub suelo y debajo de una roca grande. Todo este sector corresponde
a un área funeraria.
SECTOR “C”: En la parte central y superior del asentamiento se encuentra
la mayor concentración de terrazas, de mayor tamaño (3 metros de alto),
pudiendo ascender a ellas por una escalera, que las recorre hasta la parte
mas alta del sitio. En algunas de las terrazas se observan estructuras
circulares de hasta 8 metros de diámetro, y cuadrangulares de dos metros
de largo aproximadamente, con muros de 1.20 metros de altura y 0.80
metros de grosor. Todo el conjunto de las terrazas se encuentra cercado por
la muralla.

85
Foto 6: Sitio Cerro Llampqui. Izquierda: Vista de Corrales en la parte superior del sitio.
Derecha: Sector doméstico.

Tecnología constructiva: Todas las estructuras del asentamiento se


encuentran edificadas a base de piedras canteadas, formando aparejos de
una cara en las terrazas, y de doble aparejo en la muralla; algunos de los
muros presentan argamasa y pachillas entre las piedras para darle mayor
estabilidad.
Filiación cultural: El sitio pertenece al periodo Tahuantinsuyo (1470 –
1535 d.c.)
Materiales asociados: se ha podido identificar material cerámico.
Interpretaciones culturales: Es en este sentido que el asentamiento de
cerro Llampqui se habría constituido en un asentamiento político de gran
importancia, dentro de las estrategias inca de control de la cuenca alta de
Huaral y Canta y como mediador de las relaciones con el área norte de
Yauli y cerro de Pasco. Al parecer, según el patrón constructivo
(estructuras de planta circular), y el material cerámico hallado en
superficie, la población que vivió en este sitio habrían sido mitqmas
Huancas.
Estado de conservación: El sitio se encuentra en mal estado de
conservación. Los muros se encuentran destruidos.
SITIO 15: CAMINO PREHISPÁNICO DE LA VIUDA, LAGUNA
QUISA HASTA PUEBLO VIEJO Y PIRCA.
Ubicación: Ha sido posible identificar el camino prehispánico que
proviene desde la cordillera de La Viuda, la laguna de Quisa, descendiendo
por el río Quiles, bifurcándose a mitad de camino uno de los cuales llega
hasta Santander, descendiendo por la margen izquierda del río Baños,
86
pasando junto al sitio de Marca Piche o Pueblo Viejo, para dirigirse luego
al pueblo de Pirca.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Categoría: camino.
Descripción: El camino pasa por la parte frontal del sitio de cerro
Llampqui, proveniente desde el Sur, de la naciente del río Chillón. En este
sector el camino tiene 6 metros de ancho y se encuentra delimitado por
piedras planas y lajas empotradas en el suelo. El suelo en este sector no es
empedrado, es simple. El punto ubicado con el GPS es de N8754618
E0341976 y a 4796 m.s.n.m. Este camino se dirige hacia el Norte hasta
llegar a la entrada a la laguna Quisa, desde donde se dirige a la parte alta de
la naciente del río Baños, por la laguna de Aguashman. Desde aquí
desciende por la margen izquierda, pasando frente a la mina Santander
hasta llegar al pueblo de Baños, descendiendo hasta pasar por la parte
superior del sitio de Marca Piche, para luego dirigirse paralelo al río Baños
pero por las alturas a las inmediaciones del actual pueblo de Pirca.
Estado de conservación: el camino se encuentra en buen estado de
conservación, solo hay pequeños tramos que han sido destruidos.
SITIO 16: ARARO
Ubicación: El sitio arqueológico de Araro se encuentra ubicado en la cima
del cerro Araro, el cual cumple la función de divisoria de aguas entre las
sub cuencas de los ríos Baños al Oeste y Santa Cruz al este; ambos ríos
afluentes del río Chancay por la margen izquierda. La ubicación UTM del
sitio es: N8760880, E0321944 y la altura es de 4030 metros sobre el nivel
del mar (E=4m.).
Tipo de sitio: Complejo arqueológico monumental. Categoría: Sitio
político-administrativo.
Descripción: El sitio está conformado por un extenso asentamiento de
control Atavillos conformado por un conjunto de estructuras
arquitectónicas del tipo Kullpi, las cuales hemos numerado de Sur Oeste a
Nor Este, en tres visitas realizadas al sitio entre 2003 y 2005. Se han
identificado en total cerca de 35 estructuras arquitectónicas, del tipo
Kullpi, estructuras funerarias simples y unidades habitacionales. Se ha
identificado tres sectores: sector A: ubicado en el extremo oeste del sitio,
en la primera cima del cerro; el sector B: ubicado en la parte central del

87
sitio, en la cima media del cerro; y el sector C: en el extremo este del sitio,
en la cima mas cercana a la carretera.
SECTOR A: Se ubica en el extremo oeste, se han identificado las
siguientes estructuras.
- ESTRUCTURA 01 (E-01): Estructura de planta rectangular, edificada
completamente a base de piedras canteadas alajadas, mampuestas con
argamasa. Presenta un vano en el lado Sur Oeste de forma rectangular de
0.53 metros de alto y 0.40 metros de ancho. En el interior de la estructura
se aprecia una cámara ovalada, con un huaqueo en una de las esquinas.
Los muros tienen una altura de 1.61 metros con respecto a la superficie
interna de la estructura. A esta altura se encuentra la techumbre o
cubierta. Esta estructura tiene dos niveles constructivos. El grosor de los
muros es de 0.40 metros. Las esquinas de la edificación son rectas. La
función de la estructura es funeraria.
Hacia el lado Este de la estructura se ubica un pequeño recinto asociado de
forma semicircular, con un pequeño vano orientado al mismo lado que el
otro, de 0.40 metros de alto y 0.43 metros de ancho. Este recinto se
encuentra muy destruido.
Hacia el lado Sur oeste de la estructura hay una plaza, de forma ovalada,
cercada con piedras de gran tamaño.
ESTRUCTURA 02 (E-02): Estructura de planta cuadrangular, de tamaño
pequeño, de función funeraria, de 1.25 metros de alto, 2.80 metros de
largo y 1.80 metros de ancho. Presenta una cubierta simple. La esquina
Oeste está destruido por un huaqueo. Los muros tienen 0.30 metros de
ancho. Los muros son ligeramente curvos, con esquinas rectas, a base de
piedras ligeramente adoquinadas unidas con argamasa. Se ubica
aproximadamente a 6 metros de distancia al Norte de la estructura 1,
alrededor de la plaza descrita.
ESTRUCTURA 03 (E-03): Es una de las más grandes de este sector y la
mejor conservada, edificado a base de piedras de gran tamaño, de forma
rectangular y ligeramente adoquinadas. La estructura tiene 2.80 metros
de altura y 4.80 metros de ancho frontal. Tiene cámaras internas y ductos
de ventilación de forma circular de 0.55 metros de diámetro. Hay
también cámaras subterráneas de hasta 2.30 metros de profundidad con
respecto a la superficie del suelo. Debido a la destrucción se observan
cámaras rectangulares pequeñas, de 0.30 metros de altura y 0.60 metros

88
PLANO DE ARARO

de ancho. Hacia el lado norte se identificó otro ducto de ventilación,


también circular y vertical de 1.90 metros de altura y 0.40 metros de

89
diámetro. En el interior de la estructura hay una cámara central y hasta
30 cámaras sepulcrales en diferentes niveles superpuestos, donde estaban
depositados los fardos. Estás cámaras son de forma circular. Hay galerías
interiores que rodean la cámara central hasta en 4 o 5 niveles verticales.
El techo o cubierta es de 0.30 metros de alto y está conformada por lajas.
Se observa la presencia de columnas invertidas (semi trapezoidales). Los
muros tienen un grosor de 0.40 metros. Esta estructura se constituye en
un Kullpi característico.
ESTRUCTURA 04 (E-04): Estructura de planta cuadrangular, de poca
altura llegando a tener un metro de altura. Está conformado por un
recinto interno. La estructura está edificada a base de piedras medianas
unidas con argamasa. Presenta un pequeño vano de forma rectangular. Se
encuentra muy destruido.
ESTRUCTURA 05 (E-05): Estructura de planta cuadrangular, con muros
a base de piedras rectangulares alajadas, con inclusiones de pequeñas
pachillas intermedias. Presenta un vano pequeño rectangular de 0.40
metros de ancho. Hacia el lado Norte de la estructura presenta pequeñas
ventanas de forma cuadrangular de 0.40 metros de altura y 0.55 metros
de ancho. El ancho de la estructura es de 3 metros, mientras que la altura
es de 2 metros. Se encuentra muy destruido, solo se conserva el lado
norte.
SECTOR B: Se ubica en la parte central del sitio. Las estructuras
identificadas son:
ESTRUCTURA 06 (E-06): Estructura pequeña de planta rectangular, de
un metro de ancho, 3 metros de largo y un metro de altura. Tiene un vano
hacia el lado oeste de 0.50 metros de ancho y 0.60 metros de altura. La
estructura está asociada a un espacio abierto frontal de posible actividad
doméstica. La estructura presenta dos hornacinas rectangulares de 0.06
metros de alto por 0.10 metros de ancho, con una longitud interna de
0.10 metros. Estas hornacinas están a 0.20 metros de distancia entre sí y
el primero a 0.35 metros a la izquierda del vano. La cubierta es simple.
ESTRUCTURA 07 (E-07): Estructura muy destruida, de planta
cuadrangular, edificada a base de grandes piedras adoquinadas, de
función funeraria.
ESTRUCTURA 08 (E-08): Estructura de planta ovalada, de función
doméstica. Los muros internos presentan huellas de hollín. Presenta un
vano de ingreso orientado hacia el este. Presenta también una ventana

90
cuadrangular, orientado igual que el vano de 0.28 metros de altura y 0.25
metros de ancho. Se encuentra en regular estado de conservación. No
presenta cubierta, ya que ha sido destruida.
ESTRUCTURA 09 (E-09): Estructura de planta circular, de función
doméstica, de 2.50 metros de diámetro, edificado a base de piedras
canteadas de forma rectangular. El interior del recinto se encuentra a
desnivel, casi a 1.50 metros de profundidad con respecto a la superficie.
ESTRUCTURA 10 (E-10): Estructura de carácter funerario de planta
rectangular pequeño, de 1 metro de ancho por tres metros de largo y
hasta 2.05 metros de altura. Está edificado a base de piedras de gran
tamaño de forma alargadas adoquinadas. Se encuentra muy destruido y
cubierto de abundante vegetación.
ESTRUCTURA 11 (E-11): Estructura del tipo Kullpi de planta
rectangular ubicada al lado oeste del sitio, con una cámara central muy
destruida y cámaras funerarias de hasta cuatro niveles superpuestos muy
pequeñas de 1 metro de largo por 0.60 metros de ancho y 0.40 metros de
altura. La cubierta es simple.
ESTRUCTURA 12 (E-12): Estructura de planta semicircular, muy
destruido; solo es posible observar el muro norte de la misma tecnología
constructiva que las otras estructuras.
ESTRUCTURA 13 (E-13): Estructura de planta cuadrangular,
conformada por una cámara central y dos cámaras ovaladas laterales. No
presenta además otras cámaras secundarias. Presenta un vano de acceso
ubicado hacia el lado Norte de forma rectangular, de 0.45 metros de
ancho. Presenta una ventana pequeña de iluminación orientado igual que
el vano. La estructura presenta una cubierta en falsa bóveda. La
estructura es de función funeraria. La estructura tiene una altura de dos
metros. Hacia el lado norte, una parte del muro esta destruido.
ESTRUCTURA 14 (E-14): Estructura de planta cuadrangular, con dos
vanos cuadrangulares de 0.35 metros de alto y 0.30 metros de ancho. Se
trata de un Kullpi de 2.80 metros de altura, uno de los mejor
conservados. Se observan dos niveles de cámaras amplias y espaciosas.
La cubierta es en falsa bóveda. Esta estructura al igual que las estructuras
11, 12, y 13 están asociados a un patio ovalado.
ESTRUCTURA 15 (E-15): Estructura de planta rectangular muy
destruido. Presenta una cámara central y se ha identificado solo dos
91
cámaras secundarias, por el mal estado de conservación. Presenta un
vano hacia el lado norte de 0.30 metros de alto y 0.40 metros de ancho.
ESTRUCTURA 16 (E-16): Estructura de planta rectangular, de 3 metros
de altura y cuatro metros de ancho. Presenta una cámara central y
cámaras pequeñas laterales, en varios niveles superpuestos. La
arquitectura es a base de piedras grandes y medianas unidas con
argamasa. Se identificó presencia de ductos de ventilación de forma
ovalada, en línea recta verticalmente. Es uno de los Kullpis de mayor
altura.
SECTOR C: Se ubica en el extremo este del sitio. Las estructuras
identificadas son:
ESTRUCTURA 17 (E-17): Estructura de tipo Kullpi de planta
rectangular, de 3 metros de altura, con un vano cuadrangular pequeño de
0.40 m. de ancho por 0.45 metros de alto. Está edificado con piedras de
gran tamaño. La cubierta tiene relleno de barro. Presenta una cámara
central, en cuyos muros presenta pinturas murales, del tipo de arte
rupestre en color rojo.
ESTRUCTURA 18 (E-18): Edificación de forma cuadrangular de 4
metros de ancho, de función habitacional. Presenta un vano en el muro
Norte. Presenta una cámara central y alrededor de esta cámaras
secundarias, posiblemente funerarias y de depósito. Presenta ductos de
ventilación verticales, ubicado en una esquina de las estructuras.
ESTRUCTURA 19 (E-19): Estructura del tipo Kullpi ubicado en el
montículo mas elevado del sitio. Es de forma cuadrangular y presenta un
vano orientado hacia el Este. Tiene dos metros de altura. Se encuentra
muy destruido y cubierto de vegetación.
ESTRUCTURAS 20, 21, 22 (E-20, E-21, E-22): Son estructuras muy
destruidas. La primera es de planta ovalada y las otras son
cuadrangulares.
PARIANPLAZA: Es una plaza de 14.30 metros de largo por 10.10 metros
de ancho. Presenta en la parte central una huanca alargada de forma

92
PLANO DE ARARO

triangular, de 0.74 metros de alto y 0.40 metros de ancho. Esta plaza se


ubica en el extremo oriental del sitio.
Filiación Cultural: El sitio tiene una ocupación durante el Intermedio
Tardío (Atavillos) y el Periodo Tahuantinsuyo.
93
Materiales Asociados: Se ha identificado abundante material cerámico en
superficie, de características tardías.
Estado de conservación: El sitio se encuentra en regular estado de
conservación. Hay estructuras que están bien conservadas, mientras que
otras están muy deterioradas. Hay evidencias de huaqueo.
SITIO 17: PINTURAS RUPESTRES DE ARARO
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera baja del cerro Araro,
que se eleva encima del mismo pueblo de Santa Cruz de Andamarca.
Tipo de sitio: Paisaje cultural Arqueológico. Pinturas Rupestres.
Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de pinturas
rupestres elaboradas en la roca natural, con representaciones zoomorfas.
Las figuras están representando escenas de caza de camélidos, en color
negro.
Materiales asociados: No se ha identificado fragmentos de cerámica en
superficie, ni ningún otro material.
Filiación cultural: Al parecer por los motivos, correspondería al periodo
precerámico.
Estado de Conservación: Las pinturas se encuentran en buen estado de
conservación.
SITIO 18: ANDAMARCA O GALLUM
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera del cerro Andamarca,
que se eleva encima del mismo pueblo de Santa Cruz de Andamarca, en
una explanada de poca pendiente llamado Gallum, en el distrito del mismo
nombre, en las coordenadas UTM: N8762526 y E0321742, a 3 671 metros
sobre el nivel del mar (E= 8 m.).
Tipo de sitio: Sitio Monumental con estructuras públicas.
Descripción: El sitio está conformado por conjunto de edificaciones del
tipo Kullpi, de hasta 4 metros de altura, diseminados por todo el espolón
del cerro. Las estructuras son Kullpis cerrados, aunque se ha identificado
hasta dos estructuras abiertas. Las unidades están agrupadas en dos
conjuntos las de la pate superior y las de la parte inferior (Hanan Barrio y

94
Hurin barrio). Las estructuras presentan el patrón típico Atavillo, aunque
algunas corresponderían al Periodo Tahuantinsuyo.
Materiales asociados: Se ha identificado fragmentería cerámica en la
superficie, de características domésticas, no diagnósticos (cuerpos), de
pasta color ocre oscuro.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra en buen estado de
conservación.
SITIO 19: SHINGUISH
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera del cerro que se eleva
encima del mismo pueblo de Santa Cruz de Andamarca, en un pequeño
montículo, en el distrito del mismo nombre, en las coordenadas UTM:
N8762526 y E0321742, a 3 671 metros sobre el nivel del mar (E= 8 m.).
Tipo de sitio: Adoratorio.

Foto: Izquierda: Vista de una construcción tipo Kullpi, en el sitio de Andamarca.


Derecha: Vista panorámica del sitio arqueológico de Andamarca.

Descripción: El sitio está conformado por un pequeño adoratorio,


emplazado sobre un montículo cultural de 2 metros de alto con respecto a
la superficie natural, edificado con muros de contención, hoy destruido,
que presenta en la parte superior una cruz. Este sitio habría sido destruido
en la época Colonial por los evangelizadores católicos españoles,
colocando la cruz.

95
Materiales asociados: Se ha identificado tres fragmentos de cerámica en
la superficie, de características domésticas, no diagnósticos (cuerpos), de
pasta color ocre oscuro.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido,
principalmente por la carretera que va desde el pueblo de Santa Cruz hasta
Araro.
SITIO 20: NINAS
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera del cerro Ninas,
ubicado en la margen derecha del río Vichaycocha, en los terrenos de la
comunidad del mismo nombre, distrito de Pacaraos, en una ladera de
mediana pendiente de 40º aprox., en las coordenadas UTM: N8770350 y
E0323110, a 3 980 metros sobre el nivel del mar (E= 19 m.). El medio
ambiente es frío, presentando la ladera del cerro abundante vegetación de
tipo arbustiva y cactácea.
Tipo de sitio: Político - Administrativo.
Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de aterrazamientos
consecutivos de entre uno y dos metros de altura, con dispersión de
construcciones de tipo Kullpi y chullpas funerarias, emplazados sobre
estos. Las construcciones del tipo Kullpi, llegan a tener hasta cinco metros
de altura. Existen cuatro edificaciones que se encuentran en buen estado de
conservación, hallándose preferentemente en la parte superior del
asentamiento. Las características de los Kullpis son similares, presentando
planta cuadrangular, edificados a base de piedras trabajadas, con una
cámara interna central principal de forma cuadrangular con esquinas
ovaladas de 4 metros por 4 metros, al cual se accede desde el exterior por
un vano muy pequeño de forma rectangular, de 0.50 metros de alto y 0.40
metros de ancho, presentando la ubicada en el extremo superior (Estructura
4), una forma de media chacana (superior). En está cámara interna se
aprecian hornacinas cuadrangulares y cámaras pequeñas que se comunican

96
PLANO DE NINAS

entre sí a razón de pasadizos horizontales que dan la vuelta alrededor de la


cámara principal a diferentes alturas. Existen cinco niveles superpuestos
cada una en un eje horizontal. En el interior de las cámaras superiores se
identificó restos de semillas y granos, lo que estaría indicando la función
posible de almacenamiento que habrían cumplido. El acceso a éstas

97
cámaras se realiza mediante voladizos, que son piedras salidas
consecutivas que se encuentran en el paramento interno, a manera de
peldaños. La cubierta interna tiene forma de cúpula y está elaborado
mediante lajas consecutivas salientes, que hace que el espacio se vaya
ensanchando. La cubierta externa es plana, con una gruesa capa de barro
mezclado con paja y fragmentería cerámica en la parte superior, para
proteger la edificación de las lluvias. Todas las edificaciones están
elaboradas con piedras labradas, con pachillas intermedias (para rellenar
los espacios faltantes), unidas con argamasa de barro. En la ladera superior
del cerro mas bajo se ubica una edificación (Estructura 2), que habría
cumplido una función de control, ya que desde este lugar se aprecia el sitio
de Purunmarca y el actual pueblo de San Miguel de Vichaycocha. Junto a
esta estructura se aprecia un pircado de rocas simples de forma
cuadrangular de aproximadamente 1 metro de altura, sin poder identificar
su función.
Materiales asociados: Se ha identificado fragmentos de cerámica en la
superficie, de características domésticas no diagnósticos (cuerpos), de
pasta color ocre oscuro; así como bordes y asas, incluso un piruro. Entre el
material cerámico se identificó varios fragmentos correspondientes al estilo
San Blas, proveniente de las punas de Junín y Cerro de Pasco. En el
interior de algunas estructuras se halló pocos restos óseos humanos, así
como semillas.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido,
principalmente por la carretera que pasa debajo al sitio y por el pastoreo.
SITIO 21: PUENTE COCHAN
Ubicación: El puente se encuentra ubicado sobre el río Vichaycocha, junto
a la actual carretera que se dirige hacia Huayllay. Se ubica en los terrenos
de la comunidad de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en una zona casi
plana, en las coordenadas UTM: N8769779 y E0322780, a 3 700 metros
sobre el nivel del mar (E= 8 m.). El medio ambiente es templado frío,
presentando la zona abundante vegetación de tipo herbácea.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Puente Prehispánico.

98
Descripción: El sitio está conformado por un puente de origen
prehispánico con remodelación colonial y reutilización hasta la actualidad.
Tiene una longitud de 7 metros de largo y dos metros de ancho, con una
altura de 2.80 metros sobre el nivel del río. La superficie del puente
presenta empedrado a base de lajas grandes de forma cuadrangular,
alternados con una capa de tierra. Las bases del puente está edificado en
estilo local, a base de piedras grandes labradas, sobre la cual se emplaza el
mismo puente con piedras alargadas, dispuestas de en eje vertical. Este
puente está asociado al camino prehispánico que se dirige hacia Huayllay.
Justamente por este puente el camino cruza de la margen izquierda
(proveniente de Vichaycocha) a la derecha, el cual se presenta delimitado
por un pircado de 1.80 metros de alto, teniendo el camino 2 metros de
ancho ascendiendo desde el puente hacia el sitio de Ninas. El puente tiene
una forma arqueada.
Materiales asociados: No se ha identificado.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío, con reocupación colonial y republicano.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido,
principalmente por la carretera que pasa junto al puente y por el pastoreo;
así como por agentes naturales.

Foto: Izquierda: Vista panorámica del sitio arqueológico de Ninas. Derecha: Vista
de detalle del interior de una estructura arquitectónica tipo Kullpi.

SITIO 22: PUENTE RUMICHACA


Ubicación: El puente se encuentra ubicado sobre el río Vichaycocha, junto
a la actual carretera (margen derecha) que se dirige hacia Huayllay. Se
99
ubica en los terrenos de la comunidad de Vichaycocha, distrito de
Pacaraos, en una zona casi plana, en las coordenadas UTM: N8771420 y
E0324030, a 3 950 metros sobre el nivel del mar (E= 18 m.). El medio
ambiente es frío, presentando la zona abundante vegetación de tipo
herbácea.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Puente Prehispánico.
Descripción: El sitio está conformado por un puente de origen
prehispánico con remodelación colonial y reutilización hasta la actualidad.
Tiene una longitud de 4 metros de largo y 1.20 metros de ancho, con una
altura de 3.20 metros sobre el nivel del río, en la parte central. El puente
tiene forma arqueada. La superficie del puente presenta empedrado a base
de lajas grandes de forma cuadrangular, alternados con una capa de tierra.
Las bases del puente está edificado a base de piedras grandes labradas,
sobre la cual se emplaza el mismo puente con piedras alargadas, dispuestas
de en eje vertical. Es muy similar al puente de Cochán. Este puente
también está asociado al camino prehispánico que se dirige hacia Huayllay.
Justamente por este puente el camino cruza de la margen derecha
(proveniente de Vichaycocha) a la izquierda, el cual se presenta delimitado
por un pircado de 1.80 metros de alto, teniendo el camino 2 metros de
ancho.
Materiales asociados: No se ha identificado.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío, con reocupación colonial y republicano.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra en buen estado de
conservación, siendo los principales agentes de destrucción el pastoreo y
los agentes naturales.
SITIO 23: CARAMPAY
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en el valle mismo del río
Vichaycocha, sobre un pequeño promontorio natural, conformado por una
terraza de origen aluvial, producto del arrastre de cantos rodados
provenientes desde las partes altas. Se ubica junto al cauce mismo del río
Vichaycocha, en la margen derecha del mismo. Se ubica en el paraje de
Carampay, en los terrenos de la comunidad Campesina de San Miguel de
Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8771330y
E0323002, a 3 930 metros sobre el nivel del mar (E= 21 m.). La ubicación
del sitio está junto al lugar donde el río Rancascancha se une al río

100
Vichaycocha desde la margen derecha. El medio ambiente es frío,
presentando el terreno abundante vegetación de tipo arbustiva, herbácea y
cactácea.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Corrales y área ceremonial.
Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de aterrazamientos,
espacios abiertos, corrales y áreas ceremoniales asociados a pequeños
altares. Los espacios son de forma irregular y cuadrangular. Se aprecian
vanos semi destruidos que están comunicando espacios entre sí. La
superficie de los espacios presenta afloramientos naturales de rocas color
blanco. Hacia el lado Sur Oeste, para el lado del río, se aprecia una roca de
gran tamaño, la cual presenta en el lado Sur un abrigo rocoso, delimitado
con un pircado simple, sin identificar el periodo cultural de este abrigo,
aunque se infiere que estaría asociado al resto del asentamiento.
Materiales asociados: Se ha identificado fragmentos de cerámica en la
superficie, de características domésticas y pertenecientes al estilo San Blas
temprano.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Temprano.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido, muchas de
las edificaciones han sido remodeladas para la construcción de corrales
modernos. Además los pastores llevan a su ganado destruyendo las
construcciones.
SITIO 24: PAMPA CANCHA
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en el valle mismo del río
Vichaycocha, sobre una pequeña terraza de origen aluvial, producto del
arrastre de cantos rodados y material eólico provenientes desde las partes
altas. Se ubica junto al cauce mismo del río Vichaycocha, en la margen
derecha del mismo. Se ubica en el paraje de Pampa Cancha, en los terrenos
de la comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha, distrito de
Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8770900 y E0323400, a 3 990
metros sobre el nivel del mar (E= 19 m.). El medio ambiente es frío,
presentando el terreno abundante vegetación de tipo arbustiva y herbácea.

Tipo de sitio: Área Funeraria.


Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de aterrazamientos,
que presentan afloramientos rocosos naturales de gran tamaño, conteniendo
101
concavidades tapados con pircados, asociado al camino prehispánico. Estas
tienen en su interior restos óseos.
Materiales asociados: Se ha identificado Osamentas óseos. También solo
dos fragmentos de cerámica doméstica.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Temprano.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido, muchas de
las cavidades rocosas han sido huaqueadas. Además los pastores llevan a
su ganado destruyendo las construcciones.
SITIO 25: PUENTE PAUCAR
Ubicación: El puente se encuentra ubicado sobre el río Vichaycocha, junto
al actual pueblo de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en una zona plana,
en las coordenadas UTM: N8767970 y E0322820, a 3 430 metros sobre el
nivel del mar (E= 18 m.). El medio ambiente es templado frío.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Puente Prehispánico.
Descripción: El sitio está conformado por un puente de origen
prehispánico con remodelación colonial y reutilización hasta la actualidad.
Tiene una longitud de 8 metros de largo y 2.80 metros de ancho, con una
altura de 2.50 metros sobre el nivel del río, en la parte central. El puente
tiene forma arqueada. La superficie del puente presenta empedrado a base
de lajas grandes de forma cuadrangular e irregular, alternados con una capa
de tierra. Las bases del puente está edificado a base de piedras grandes
labradas, sobre la cual se emplaza el mismo puente con piedras alargadas,
dispuestas de en eje vertical, y sobre estas hasta cuatro hileras de lajas
gruesas en eje horizontal. Es muy similar al puente de Cochán y de
Rumichaca. Este puente también está asociado al camino prehispánico que
se dirige hacia Huayllay. Justamente por este puente cruza de la margen
izquierda a la derecha, un ramal del camino principal para ingresar al
pueblo de Vichaycocha.
Materiales asociados: No se ha identificado.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío, con reocupación colonial y republicano.
Cuadro 1: Ubicación de los sitios identificados.

102
Nº SITIO UBICACIÓN UTM13
Sitio ARQUEOLÓGICO DISTRITO COMUNIDAD NORTE ESTE Altura
3600-
001 PUEBLO VIEJO ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8758793 0324363 3650
002 PAHUAMAYO ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760707 0327957 3970
003 JATUNPATA I ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760750 0326811 4 184
004 WARACANCHA ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760607 0326931 4 070
BAJA
005 WARACANCHA ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760573 0326871 4015
006 ANDENES DE
BAÑOS ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760336 0326873 3918
007 ARCOTORAL ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8758795 0324350 3899
008 AUQUIHUILCA ATAVILLOS ALTO PIRCA 8758280 0323484 3953
009 BAÑOS I ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8759473 0324628 3526
010 BAÑOS II ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8759658 0323861 3524
011 BAÑOS III ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8759239 0323615 3509
012 CAMINO PREH.
DE BAÑOS A ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS Varios Varios Varios
TINGO
013 ZANGO ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8761400 0332335 4366
014 CERRO
LLAMPQUI ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8753934 0341080 4940
015 CAMINO PREH.
DE LA VIUDA,
LAGUNA QUISA ATAVILLOS ALTO SAN JOSÉ DE BAÑOS 8754618 0341976 4796
HASTA PUEBLO
VIEJO.
016 ARARO SANTA CRUZ DE SANTA CRUZ DE 8760880 0321944 4030
ANDAMARCA ANDAMARCA
017 PINTURAS SANTA CRUZ DE SANTA CRUZ DE 8761030 0321932 3998
RUPESTRES DE ANDAMARCA ANDAMARCA
ARARO
018 ANDAMARCA O SANTA CRUZ DE SANTA CRUZ DE 8762526 0321742 3671
GALLUM ANDAMARCA ANDAMARCA
019 SHINGUISH SANTA CRUZ DE SANTA CRUZ DE 8762526 0321742 3671
ANDAMARCA ANDAMARCA
020 NINAS PACARAOS SANTA CRUZ DE 8770350 0323110 3980
ANDAMARCA
021 PUENTE PACARAOS VICHAYCOCHA 8769779 0322780 3700
COCHAN
022 PUENTE PACARAOS VICHAYCOCHA 8771420 0324030 3950
RUMICHACA
023 CARAMPAY PACARAOS VICHAYCOCHA 8771330 0323002 3930
024 PAMPA PACARAOS VICHAYCOCHA 8770900 0323400 3990
CANCHA
025 PUENTE PACARAOS VICHAYCOCHA 8767970 0322820 3430

13
Todos los puntos UTM están tomados en Sistema Pro Sad-1956.
103
PAUCAR
026 PURUNMARCA PACARAOS VICHAYCOCHA 8767460 0323350 3810
027 CHUPACA PACARAOS VICHAYCOCHA 8767730 0322420 3750
028 INARRATANGA PACARAOS VICHAYCOCHA 8767320 0324680 3920
029 INGENIO PACARAOS VICHAYCOCHA 8770920 0323590 3995
030 RANKOCHA ATAVILLOS ALTO PIRCA ----------- ------- 3850

Estado de Conservación: El sitio se encuentra en buen estado de


conservación, siendo los principales agentes de destrucción el constante
tránsito de las personas y los agentes naturales.
Observaciones: Cabe señalar que se ha podido apreciar el emplazamiento
del pueblo de San Miguel de Vichaycocha sobre un asentamiento
prehispánico, corroborándose con el patrón y sistema de asentamiento, la
organización espacial y las bases de edificaciones prehispánicas debajo de
las viviendas actuales, en el barrio de Marca.
SITIO 26: PURUNMARCA
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera superior y la cima del
cerro Purunmarca, ubicado en la margen izquierda del río Vichaycocha, en
el contrafuerte que divide las cuencas de los río Vichaycocha y Chicrín, en
los terrenos de la comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha,
distrito de Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8767460 y E0323350, a 3
810 metros sobre el nivel del mar (E= 22 m.). El medio ambiente es frío,
presentando la ladera del cerro abundante vegetación de tipo herbácea,
arbustiva y cactácea.
Tipo de sitio: Político - Administrativo.
Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de edificaciones
emplazados sobre aterrazamientos consecutivos simples de entre uno y dos
metros y medio de altura, con dispersión de construcciones de tipo Kullpi y
chullpas funerarias, emplazados sobre estos. Las construcciones del tipo
Kullpi, llegan a tener hasta cuatro metros y medio de altura. Mientras que
las chullpas son mas pequeñas, llegando a tener 1.50 metros de altura, con
fines puramente funerarios. Existen alrededor de 15 a 20 edificaciones tipo
Kullpi, de las cuales 5 se encuentran en buen estado de conservación,
hallándose preferentemente en la parte baja del asentamiento. Las
características de los Kullpis son similares a los de Ninas y Santa Cruz,
presentando planta cuadrangular, edificados a base de piedras trabajadas,
con una cámara interna central principal de forma cuadrangular con
esquinas ovaladas, al cual se accede desde el exterior por un vano muy

104
pequeño de forma rectangular, de 0.60 metros de alto y 0.45 metros de
ancho. La cámara interna presenta hornacinas cuadrangulares y cámaras
pequeñas de 0.40 por 0.40 metros que se comunican entre sí mediante
pasadizos horizontales que dan la vuelta alrededor de la cámara principal
en diferentes niveles superpuestos. Existen en los Kullpis de Purunmarca
hasta seis niveles superpuestos cada una en un eje horizontal. En el interior
de las cámaras superiores se identificó pocos restos óseos humanos. El
acceso a éstas cámaras se realiza mediante voladizos. La cubierta interna
tiene forma de cúpula y está elaborado mediante lajas consecutivas
salientes, que hace que el espacio se vaya ensanchando. La cubierta externa
es plana, con una gruesa capa de barro mezclado con paja y fragmentería
cerámica en la parte superior, para proteger la edificación de las lluvias.
Todas las edificaciones están elaboradas con piedras labradas, con
pachillas intermedias (para rellenar los espacios faltantes), unidas con
argamasa de barro. El segundo tipo de construcciones son las chullpas, de
carácter puramente funerarios, se pueden presentar aisladas o aglutinadas
en conjuntos (una junto a otra). Tiene un vano pequeño, de 0.50 metros de
altura, presentando en su interior abundante osamentería humana, en varias
cámaras. Al parecer se trataría de entierros múltiples. En la parte baja del
sitio se aprecian rocas naturales, en cuyos farallones se encuentran
entierros.
Materiales asociados: Se ha identificado escasos fragmentos de cerámica
en la superficie, de características domésticas no diagnósticos (cuerpos), de
pasta color ocre oscuro. En el interior de las construcciones se halló restos
óseos humanos.

Foto: Izquierda: Vista del puente Cochán. Derecha: Vista panorámica de una edificación
destruida en Purunmarca.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido. En la
primera mitad del siglo XX muchas edificaciones fueron desmontadas para

105
la reconstrucción de la iglesia matriz de Vichaycocha. El tránsito de
personas y pastores con su ganado ha incrementado el grado de
destrucción.
SITIO 27: CHUPAQA
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera media del cerro
Chupaqa, ubicado en la margen derecha del río Vichaycocha, frente al
pueblo mismo de Vichaycocha, en los terrenos de la comunidad Campesina
de San Miguel de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en las coordenadas
UTM: N8767730 y E0322420, a 3 750 metros sobre el nivel del mar (E=
15 m.). El medio ambiente es frío, presentando la ladera del cerro
abundante vegetación de tipo herbácea, arbustiva y cactácea.
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico.
Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de sistema de
andenerías, que se extienden desde el río hasta 100 metros de altura con
respecto al mismo cauce, en el cerro Chupaqa. En la parte superior de los
andenes se encuentran emplazadas algunas construcciones de tipo chullpas
de carácter funerario. Estas construcciones están elaboradas a base de
piedras trabajadas unidas con argamasa de barro. En la actualidad estas
construcciones están destruidas por el avance de las chacras, pudiendo
observarse solo las bases de las mismas.
Materiales asociados: Se ha identificado escasos fragmentos de cerámica
en la superficie, de características domésticas
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra totalmente destruido, por el
avance de la frontera agrícola.
SITIO 28: INARRATANGA
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera baja y falda del cerro
Inarratanga, ubicado en la margen izquierda del río Vichaycocha, a 500
metros del sitio de Purunmarca en los terrenos de la Comunidad
Campesina de San Miguel de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en las
coordenadas UTM: N8767320 y E0324680, a 3 920 metros sobre el nivel
del mar (E= 15 m.). El medio ambiente es frío, presentando el cerro
abundante vegetación de tipo herbácea, arbustiva.

106
Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico.
Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de andenes, que se
extienden desde el cuello del cerro hasta la parte superior, en una extensión
de 20 metros de altura, de dos metros cada uno aproximadamente. Se
aprecian asociados las bases de construcciones arqueológicas de tipo
chullpas, similares a las de Purunmarca. Los andenes también están muy
destruidos.
Materiales asociados: Se ha identificado escasos fragmentos de cerámica
en la superficie, de características domésticas
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra totalmente destruido.
SITIO 29: INGENIO
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en el valle mismo de
Vichaycocha en la margen izquierda del río Vichaycocha, en los terrenos
de la comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha, distrito de
Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8770920 y E0323590, a 3 995
metros sobre el nivel del mar (E= 18 m.). El medio ambiente es frío,
presentando el cerro abundante vegetación de tipo herbácea y arbustiva.
Tipo de sitio: Sitio Colonial. Fundición de minerales.
Descripción: El sitio está conformado por una estructura de forma circular,
en forma de ruedo, de casi 2 metros de profundidad, 5 metros de diámetro,
la cual cumplía la función de fundición de metales. Está edificado a base de
piedras labradas unidas con argamasa. Esta asociado al camino
prehispánico.
Materiales asociados: No se identificó.
Filiación cultural: Colonial Temprano, aunque es posible que haya sido
construido incluso en periodos prehispánicos.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra destruido.
SITIO 30: RANKOCHA

107
Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la cima del cerro Rankocha,
ubicado en la margen izquierda del río Chancay, en el contrafuerte mas
elevado que mira al valle Chancay, en los terrenos de la comunidad
Campesina de Pirca, distrito de Atavillos Alto, , a 3 850 metros sobre el
nivel del mar (E= 15 m.). El medio ambiente es frío, presentando la ladera
del cerro abundante vegetación de tipo herbácea y arbustiva.
Tipo de sitio: Político - Administrativo.
Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de edificaciones
emplazadas sobre aterrazamientos consecutivos simples de patrón
concentrado en la cima de construcciones de tipo Kullpi y chullpas
funerarias, emplazados sobre estos aterrazamientos. Por su ubicación, en
una zona estratégica, Rankocha se habría constituido en un sitio de control,
con fines militares y administrativos. Las construcciones del tipo Kullpi,
llegan a tener más de cuatro metros de altura, presentando el mismo patrón
constructivo que los Kullpis de los otros sitios visitados. También existen
chullpas de tamaño mucho mas pequeño que los Kullpis, de hasta 1.50
metros de altura, con fines puramente funerarios, los que en algunos casos
se encuentran adosados lateralmente a los mismos Kullpis. Existen
alrededor de 25 edificaciones tipo Kullpi, de las cuales más de la mitad se
encuentran en buen estado de conservación. Las construcciones se hallan
concentradas en la cima misma del cerro y en el espolón alto del mismo.
Los Kullpis son de planta cuadrangular, edificados a base de piedras
trabajadas, con una cámara interna central principal de forma cuadrangular
con esquinas ovaladas, al cual se accede desde el exterior por un vano muy
pequeño de forma rectangular. Se identificó también una edificación de
forma ovalada de 7.10 metros de diámetro, de 5.20 metros de alto. Existen
en los Kullpis hasta cinco y seis niveles superpuestos cada una en un eje
horizontal. En el interior de las cámaras se identificó pocos restos óseos
humanos. El acceso a éstas cámaras se realiza mediante voladizos. La
cubierta interna tiene forma de cúpula y está elaborado mediante lajas
consecutivas salientes, que hace que el espacio se vaya ensanchando. La
cubierta externa es plana, con una gruesa capa de barro mezclado con paja
y fragmentería cerámica en la parte superior, para proteger la edificación
de las lluvias. Todas las edificaciones están elaboradas con piedras
labradas, con pachillas intermedias (para rellenar los espacios faltantes),
unidas con argamasa de barro. Las chullpas presentan en su interior
entierros múltiples. Presenta también plaza y patios, así como calles y
corredores.

108
Materiales asociados: Se ha identificado escasa fragmentería cerámica en
la superficie, de características domésticas no diagnósticos (cuerpos), de
pasta color ocre oscuro. En el interior de las construcciones se halló restos
óseos humanos.
Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio
Tardío y Horizonte Tardío.
Estado de Conservación: El sitio se encuentra en regular estado de
conservación. Muchos de los Kullpis se encuentran aún en pie.
INTERPRETACIONES CULTURALES
La cantidad y características de los sitios arqueológicos de la
región en estudio, nos ha llevado a reconstruir el proceso de desarrollo
socio político y cultural histórico de los pueblos que ocuparon este
territorio, desde periodos muy tempranos hasta la invasión española.
Así se han identificado asentamientos muy tempranos, del periodo
Precerámico, correspondientes a sitios con pinturas rupestres, algunos en
farallones rocosos ubicados casi en el fondo del valle, donde este se
encajona, como los sitios de Baños I, Baños II y Baños III; sitios que
presentan predominantemente figuras muy simples: circulares pequeñas y
medianas, con alternancias de algunas figuras geométricas; mientras que
otros sitios se ubican en los cerros elevados, conformados por cuevas y
abrigos rocosos, como el sitio de Waracancha, abrigo rocoso con pinturas
rupestres asociadas que representan círculos, camélidos, el sol, y figuras
antropomorfas. Este sitio de Waracancha sería de periodos posteriores a los
anteriores ya que esta asociado a un muro pircado y presenta en el lado
lateral osamentería humana depositada en las estrechas concavidades
rocosas. Otro sitio que presenta ocupación precerámica corresponde al sitio
de Pahuamayo, conformado por una cueva ubicada en la parte media de los
cerros que circundan el valle, con acumulación de ocupación cultural en
superficie. Por su parte en el sitio de Araro, en la divisoria de aguas con la
cuenca de Santa Cruz, se han identificado también pinturas rupestres en
una pequeña quebrada que desciende desde la cima del cerro de ocupación
tardía hacia el pueblo. Estas pinturas representan figuras zoomorfas y
antropomorfas. Con el análisis y estudio de estos sitios estamos observando
que los sitios más antiguos de la cuenca se están asentando en el fondo del
valle, en las zonas encajonadas, así como en cuevas y abrigos rocosos
ubicados en las partes altas de la cuenca, siendo sin embargo más antiguos
los primeros. Al parecer los primeros habitantes que poblaron la cuenca

109
habrían sido cazadores de camélidos y recolectores de productos del valle.
Estos sitios se habrían constituido en sitios base de residencia casi
peremne, debiendo existir otros sitios de ocupación secundaria o temporal.
Es posible que en las partes más altas de Vichaycocha, en los límites con
Huayllay, en los alrededores de las lagunas Chalhuacocha y Paclla, existan
más sitios tempranos, ya que en Huayllay se han encontrado numerosos
sitios ubicados en cuevas y abrigos rocosos, asociados con pinturas
rupestres.
Sobre los siguientes periodos Formativo e Intermedio Temprano,
no se han hallado casi datos. Se halló el sitio de Jatumpata I, conformado
por corrales que datan de este periodo Intermedio temprano. Para estos
periodos los sitios se estarían ubicando en las partes elevadas, y estarían
conformados por asentamientos pequeños, de pequeños núcleos familiares.
En Vichaycocha, se ha encontrado dos sitios correspondientes al
Intermedio Temprano, los cuales no presentan mayor complejidad,
conformado por corrales. El sitio de Carampay está conformado por un
conjunto de aterrazamientos, espacios abiertos, corrales y áreas
ceremoniales asociados a pequeños altares. Los espacios son de forma
irregular y cuadrangular. Presenta también en una roca de gran tamaño, un
abrigo rocoso, delimitado con un pircado simple. El otro sitio ubicado
cerca de este es el de Pampa Cancha, un sitio funerario que está
conformado por un conjunto de aterrazamientos, que presentan
afloramientos rocosos naturales de gran tamaño, conteniendo concavidades
tapadas con pircados, asociado al camino prehispánico. Estas tienen en su
interior restos óseos. Estos sitios presentan en superficie material cerámico
de estilo San Blas Temprano, con su característica pasta anaranjada,
decorada; lo que nos hace deducir que esta región de Vichaycocha estuvo
ligada, posiblemente por vía comercial a la región de Cerro de Pasco y
Junín (Chinchaycocha). Sin embargo, esta relación se limitaría por su
cercanía solo a los alrededores de Vichaycocha, mas no a los otros.
Desarrollos Locales Tardíos en el Alto Chancay - Huaral
Es muy posible que los primeros asentamientos complejos hayan
aparecido hacia finales del Intermedio temprano (300 – 500 d.c.). El
desarrollo de estos grupos sociales se habrían consolidado ya en el
Horizonte Medio (600 d.c.) en desarrollos socio-culturales, de carácter
local, que en su conjunto son mal denominados como Atavillos.
La denominación Atavillos es una denominación incaica. Los incas
conquistaron la región con muchos problemas, ya que los pueblos locales

110
se mostraron muy rebeldes a ser sometidos y le hicieron frente, siendo
finalmente derrotados. Los incas agruparon a todos los pueblos de la región
y los clasificaron en dos grandes grupos, con fines de control de la
población, adaptándolos al sistema de organización decimal. Según las
informaciones de los documentos los incas lo habrían dividido en dos
parcialidades: Los Hanan Atavillo (Parcialidad de Atavillos alto) y Lurin
Atavillo (Parcialidad de Atavillos Bajo).
Otra equivocación muy difundida es el hecho de que muchos
investigadores al hablar sobre este conjunto de pueblos los llaman “Reino
de los Atavillos”. Denominar a estos grupos con la categoría de análisis
“Reino”, es algo que no va acorde con la realidad, ya que en el área andina,
al igual que en toda América Prehispánica, no existieron reyes, ni mucho
menos reinos. El concepto de “reino” es una concepción occidental, traída
por los españoles, y que tiene su origen en la Europa Feudal y se consolidó
con las monarquías absolutistas y despóticas de la edad moderna. En los
andes, los gobernantes no eran reyes, sino curacas, con toda una
concepción ideológica y parafernalia compleja, en la cual eran vistos como
un poblador, descendiente directo del primer antepasado común que fundó
el ayllu, lo que le daba derechos de posesión de bienes, deberes de
protección del resto del ayllu, y administración y control del excedente
productivo de todo el ayllu, con fines redistributivos.
Antes de la llegada de los incas a la región existía una gran
cantidad de pequeñas formaciones socio políticas de carácter local, las
cuales tenían una identidad propia, cada una de ellas con un conjunto de
sitios ubicados en diferentes ecosistemas, logrando aprovechar recursos de
diferentes pisos ecológicos. Así, un grupo social, por ejemplo podía
explotar y aprovechar, tanto productos de la puna producto del pastoreo de
camélidos, como de la explotación de sal o de la cal. Asimismo podían
aprovechar los variados recursos faunísticos que ofrecían las diferentes y
diversas lagunas altoandinas, como peces y aves. De igual manera,
aprovechaban productos cultivables en las partes medias, en la región
quechua, como la papa, la oca, la mashua, el maíz, entre otros. Al igual
aprovechaban los recursos de las partes bajas, en el fondo mismo del valle
Chancay, como la coca, algodón y maizales. La explotación de diferentes
recursos obedecía, pues al control vertical de diferentes ecosistemas o pisos
ecológicos, de tal manera que los asentamientos mas importantes o
asentamientos nucleares se hallaban en las partes de media altura, mientras
que en las partes bajas o en las partes altas, existían asentamientos
periféricos con fines de explotación de recursos, de tal manera que cada

111
cierto tiempo se intercalaban entre diferentes integrantes de las
comunidades o ayllus para la realización de los diferentes trabajos. Es por
ello que casi todas las actuales comunidades campesinas de la región,
herederas culturales de los antiguos ayllus prehispánicos, tienen
emplazados sus territorios en diferentes ecosistemas que se extienden
desde el fondo del río Chancay, hasta las cumbres mas elevadas. Sin
embargo, había otros grupos que tenían archipiélagos o enclaves
ecológicos, de tal manera que tenían dominio de recursos en tierras
ubicadas fuera de su territorio, que podía ser en territorios de otros grupos
sociales. Así por ejemplo, hasta la actualidad la comunidad de Santa Cruz
de Andamarca tiene maizales en el fondo del valle. Justamente hace mas de
veinte años sucedió algo insólito, cuando miembros de la comunidad de
Ihuarí demandaron como suyas las tierras del nuevo centro poblado de
Lumbra en el valle medio del río Chancay, sustentándolo con documentos
coloniales, donde se aducía que estas tierras les pertenecían desde épocas
inmemoriales. Al recibir la negativa de los pobladores de Lumbra se
produjo un enfrentamiento, que termino con más de una veintena de
muertos. De igual manera, la comunidad campesina de Rauma, era
propietaria desde épocas muy antiguas de dos maizales, uno de ellos el de
Capia, los cuales se encontraban fuera de los territorios de la Comunidad
de Rauma, teniendo en medio a la Comunidad de Huandaro; sin embargo
en los últimos años la comunidad de Huandaro los ha denunciado ante el
Ministerio de Agricultura a estos maizales como suyos, originándose un
litigio entre ambas comunidades14. De igual manera la Comunidad de
Vichaycocha tenía propiedad del maizal de Mayu, casi junto a la central de
Tingo15, lejos de su territorio, entre los distritos de Atavillos Alto y

14
Huandaro y Rauma son anexos del distrito de Sumbilca, en la margen izquierda de la
cuenca Chancay – Huaral. Huandaro se ubica en los contrafuertes elevados de la margen
izquierda del río Añasmayo, al igual que Rauma, que se encuentra cuenca mas arriba.
15
Tingo, es un paraje ubicado justo en la confluencia del río Baños con el río Chancay –
Huaral, en la margen izquierda del mismo. En la actualidad se ha construido una central
hidroeléctrica, captando las aguas del río baños con fines energéticos. Justamente en Tingo
se encuentra la bifurcación de la carretera que se dirige a San José de Baños, mientras que
un Kilómetro antes lo está el que se dirige a Pirca. El nombre de “Tingo” es muy recurrente
en el área andina y se refiere a un lugar medio de confluencia de ríos, de gran importancia
en la cosmovisión e ideosincracia andina.
112
PLANO DE LA CUENCA ALTA
DE HUARAL NOMBRES

113
PLANO DE LA CUENCA ALTA
DE HUARAL PERIODOS

114
Pacaraos, la cual en los últimos años ha pasado a pertenecer a la joven
Comunidad de Ravira. La comunidad de Viscas16 también tiene hasta la
actualidad, propiedad sobre el maizal de Rapacán, en el fondo del valle
Chancay. Pero un caso muy resaltante, es el de Huayopampa, que
antiguamente era un maizal de la Comunidad de San Agustín de Pariak.
Huayopampa y Pariak se hallaban separados por los terrenos de la
Comunidad de Pallak; sin embargo Pallak le quitó los terrenos de
Huayopampa a Pariak. Con el paso de los años se formó la comunidad de
Huayopampa, la que desplazó y absorbió a la de Pallak, llegando a
desaparecerla, hasta que en la actualidad Huayopampa se constituye en la
capital del distrito, la cual tiene como uno de sus anexos a Pariak. El gran
crecimiento que logró, en tan poco tiempo Huayopampa, se debe a su
ubicación, en terrenos más accesibles, logrando fácilmente comercializar
sus productos agrícolas17. En todos estos casos, de origen prehispánico, los
maizales se constituían en enclaves o archipiélagos ecológicos, ubicados
lejos del territorio mismo del grupo social.
La denominación de cada uno de estos grupos que poblaron la
cuenca alta del valle Chancay, en los periodos arqueológicos tardíos, no es
posible precisarlos, pero es posible que algunos de los sitios arqueológicos
conserven aún en la actualidad sus nombres originarios, aunque la gran
mayoría han sido modificados durante el incanato, la colonia o en la
república. Es posible también que la jurisdicción de cada una de estas
hayan estado en relación con las micro cuencas del Chancay. Un completo
estudio de patrón de asentamiento en la región podrá precisar esto. Pero si
bien es cierto se trataba de unidades políticas diferentes, con identidades
propias, presentaban alianzas para hacer frente a enemigos externos, como
los Huancas; siendo posible que mediante la religión y divinidades comunes,
presentaran intereses comunes de sobrevivencia. Estos pueblos llamados
comúnmente en conjunto “Atavillos”, se desarrollaron, como ya
señalamos, desde el Horizonte Medio, posiblemente antes, esto será
dilucidado con futuras intervenciones físicas en los sitios. Así, uno de estos
16
Viscas es una de las tres comunidades y anexos del distrito de Pacaraos, ubicado en la
margen derecha de la cuenca alta del río Chancay.
17
Los antiguos maizales de Huayopampa han sido reemplazados por frutales, como
durazno, palta, chirimoya y manzana. En la actualidad San Agustín de Huayopampa es
capital del distrito de Atavillos Bajos, teniendo como anexos a San Agustín de Pariak, La
Perla, Pampas, Chaupis, La Florida y Pallak. Huayopampa se halla situada a 71 Kilómetros
de distancia de la ciudad de Huaral, a 1 881 metros sobre el nivel del mar. En el ámbito de
este distrito de Atavillos Bajo se ubican sitios de gran importancia como Rúpac y Añay.
Huayopampa se encuentra ubicado en la margen derecha del río Añasmayo, cuenca
izquierda del alto Huaral.
115
grupos, serían los Piscas, que poblaron la cuenca alta del río Chancay, en
su margen derecha, en lo que en la actualidad corresponde al distrito de
Pacaraos, cuyo centro principal sería el sitio de Cachirmarca, sitio de gran
complejidad espacial, ubicado en los terrenos de la actual comunidad
campesina de Viscas, cuyo nombre deviene del antiguo nombre
arqueológico de Piscas. Otro grupo social se ubicaba en las márgenes del
río Vichaycocha, siendo su límite la margen derecha del río Chicrín, es
posible que su nombre arqueológico haya sido Vichaycocha, ya que
antiguamente los terrenos bajos donde actualmente se emplaza el pueblo
del mismo nombre era una laguna, siendo el sitio de mayor importancia el
sitio de Purunmarca. Una tercera formación social se ubicaría entre la
margen izquierda del río Chicrín y la margen derecha del río Baños, siendo
el sitio de mayor importancia el sitio de Araro, desconociéndose por
completo su antigua denominación. Una cuarta formación se encuentra
ubicado entre la margen izquierda del río Baños hasta las inmediaciones de
Huaroquín, incluyendo los territorios de Baños y Pirca, siendo sus sitios de
mayor importancia Marca Piche y Puchuni, presentando por su estratégica
ubicación y por presentar un amplio territorio, sitio de control militar de
gran importancia como el sitio de Huampón, ubicado sobre un elevado e
inaccesible peñón, junto al mismo valle medio de Chancay. En cuanto al
nombre de este cuarto grupo, es posible que haya sido Pirca. Una quinta
formación social se ubicaría entre las inmediaciones de Huaroquín y el río
Añasmayo, representado por los sitos de Rúpac, Chíprac y Añay. Otra
formación se habría ubicado en los territorios del actual distrito de
Sumbilca.
Con respecto a las formaciones ubicadas en la margen derecha del
río Chancay, además de los Piscas, es posible que haya existido una en
Ihuarí y alrededores; otro en los alrededores del río Cárac, con los sitios
nucleares de Coto y Curcos; otro en los alrededores del río Lampián; y otro
en la cuenca del río Huataya.
Cada uno de estos grupos estaba conformado por uno o más ayllus,
los que eran mayoritariamente ayllus “llacuaces” o de pastores de altura
(también llamados yaros), quienes complementaban su economía con las
interacciones que realizaban con el resto de ayllus que eran “huaris” o
agricultores de zonas medias y bajas. Aún en la actualidad es muy común
denominar despectivamente a las personas ganaderas de las alturas como
“llacuacos”18. El pastoreo de camélidos (llamas, alpacas y vicuñas) en las
18
El término “Llacuaco” o “Lájuash”, en Vichaycocha, es un gentilicio para denominar a
personas que viven en las punas, en estado “torpe” y “rústico”, así se denominan a los
116
zonas altoandinas, en la región puna, fue una actividad muy difundida.
Estos camélidos fueron de gran importancia para el desarrollo de estos
pueblos, como sostén económico innato, proporcionándoles productos
altamente valorizados y productivos. El pastoreo es un tipo de economía
desarrollado en aquellas regiones que no presentan áreas de posible
potencial para el desarrollo de la agricultura, y la cuenca alta del río
Chancay – Huaral, en las sub cuencas tributarias, presenta mínimas zonas
aptas para esta actividad, por lo que fue mas generalizada la actividad
ganadera a partir de los 3 800 metros de altitud, lo que corresponde a un
80% del territorio en cuestión. Es así, que desde los orígenes de la
domesticación de camélidos en el área andina, hacia el año 7 000 u 8 000
a.c., en el proceso de transición de la caza indiscriminada al pastoreo
intensivo, hasta la llegada de los españoles, el desarrollo del pastoreo
permitió incluso mejoramientos genéticos y selección e hibridación,
logrando como resultado, numerosas variedades que se conocen hasta la
actualidad. Los principales beneficios que adquirían los pastores de estos
camélidos, eran pues, de carácter alimenticio y nutricional, obtención de
fibras textiles de su lana, y como medio de transporte. Los asentamientos
de estos grupos Llacuaces, en la puna alta era, en general dispersos, con
pocas unidades habitacionales (unifamiliares extensas) y amplios corrales,
ubicados cerca de las escorrentías de agua, manejando un amplio terreno
para la dispersión de los animales.
La otra parcialidad o el resto de la población que integraba estos
grupos sociales del alto Huaral eran agricultores o grupos “huaris”. Los
principales productos cultivados eran pues, la papa, el maíz, la oca, el
ulluco, mashua en las zonas medias; así como frutales y coca, en las zonas
más bajas y cálidas en la región yunga. En periodos prehispánicos se
utilizó y cultivo, de tres a cinco veces más, de la cantidad de tierras que se
cultivan en la actualidad en la cuenca alta del río Chancay – Huaral. Se
construyó para ello numerosos canales de irrigación que permitía llevar
agua a lugares casi inaccesibles. Asimismo, la construcción de grandes
extensiones de andenes en ambas márgenes del río Chancay y los río
tributarios, permitió convertir en zonas agrícolas, terrenos de gran
pendiente, que de por si sería imposible cultivar en ellas. En la actualidad
se puede observar grandes andenes abandonados entre Acos y Tingo, que

pastores de la puna. El término “Llacuaco” sería una variación dialéctica de la palabra


“Llacuaz” o “Llacuaces”. Al decir comúnmente: “Pareces Llacuaco”, se refiere a que la
persona parece rústico o torpe. El hecho de llamarse así entre los pobladores de
Vichaycocha lo toman como una ofensa. En el pueblo de Pirca se les llama solo “Lájuash”,
término que también devendría en degeneración de la misma palabra.
117
se elevan desde el cauce mismo del río Chancay hasta las partes altas de
los cerros, en estado de abandono.
Sin embargo, la economía complementaria de “Llacuaces” y
“Huaris” era complementada aún con productos procedentes de los grupos
“Yungas” que poblaban los llanos, que formaban parte de la cultura
Chancay. Así mediante el intercambio de productos, que se efectuaba en el
valle medio del río Chancay (Cuyo, Lumbra, hasta Acos, en el mismo
fondo del valle), se podía obtener pescado seco, coca y frutales, que se
cultivaban en el ecosistema costeño o yunga, además de bienes suntuosos
hechos con conchas marinas. Así, el valle medio se constituía en un ente
dinamizador e integrador, en la compleja red comercial que había entre los
grupos “huaris” y “yungas”; luego los “huaris” hacían lo mismo con los
“Llacuaces”. Sin embargo, el comercio no solo se dio en este eje
geopolítico, ya que también existía otra compleja red comercial de
intercambio con los pueblos de las punas de Junín y Pasco, siendo la sal, el
principal producto que llegaba a la región Atavillos.
Con la llegada de los Incas la división y oposición económica y
social de estos dos grupos “Llacuaces” y “Huaris”, fue mas marcada,
convirtiéndose notoriamente en una oposición dual.
Los miembros de una formación político social se
autoidentificaban como integrantes de una misma categoría social,
organizado en torno a características culturales. Esto se reflejaba en la
conducta, religión, ornamentos, cerámica, patrones de enterramiento,
arquitectura, etc. Sin embargo, a nivel del los dos grupos (Huaris y
llacuaces), habían ciertas diferencias notorias.
Por otro lado, cabe señalar que la mayoría de los actuales pueblos
del alto Chancay – Huaral, se encuentran emplazados sobre antiguos
asentamientos prehispánicos, produciéndose una reocupación cultural. Así,
por ejemplo el pueblo de San José de Baños se ubica sobre un sitio
arqueológico, comprobado además de observar la base de edificaciones
antiguas superpuestas por las viviendas actuales, por la disposición de las
calles y la ubicación; así como por el hecho de hallar cerámica
prehispánica en algunos cortes y pozos que se observan en las calles. Lo
mismo sucede en San Pedro de Pirca, donde al momento de realizar zanjas
para obras de agua y desagüe, apareció numerosas vasijas cerámicas y
entierros simples. De igual manera en Vichaycocha, se aprecia material
cerámico prehispánico, además que el patrón espacial es típico atavillano,

118
con calles sinuosas y zigzagueantes. Al parecer las reducciones de pueblos
se habrían realizados en emplazamientos humanos ya preexistentes.
Vichaycocha, tiene dos barrios Marca (arriba) y Pampas (Abajo), aunque el
emplazamiento de este último corresponde a periodos tardíos. Santa Cruz
de Andamarca tiene 4 barrios: Churcag (debajo de la iglesia), Lata Wajta
(por el cementerio), Casacancha (parte superior del pueblo), y Patahuay o
San Andrés (lado Oeste) el cual tiene un puquio. Esta cuatripartición del
pueblo obedecería a la reducción de cuatro pueblos o ayllus, para la
formación de Santa Cruz.

Patrón Arquitectónico
En cuanto a los restos materiales se nota una uniformidad en los
patrones arquitectónicos en toda la cuenca alta del río Chancay. En realidad
en toda la sierra del departamento de Lima, se nota patrones arquitectónicos
muy similares, como la presencia de edificaciones elaboradas a base de
piedras, con un vano pequeño de acceso y cámaras funerarias. Sin embargo
un tipo de construcción que caracteriza a la cuenca alta del río Chancay –
Huaral es la presencia del llamado “Kullpi”, construcción que llega en
algunos casos a tener mas de cuatro metros de altura, de gran solidez,
elaborado a base de piedras talladas de gran tamaño unidas entre sí con
argamasa de barro e inclusiones de paja, cerámica y piedras pequeñas a
modo de “pachillas”.
En cuanto a la arquitectura identificada en la cuenca alta del río
Chancay se han definido los siguientes tipos arquitectónicos:
1.- En primer lugar se encuentran los típicos “Kullpis”, estructuras
arquitectónicas características de la cuenca alta del río Chancay,
correspondiente a los grupos culturales Atavillos. Se caracterizan por
presentar planta cuadrangular y de una altura de más de 3.50 metros. La
altura de estos Kullpis puede llegar hasta los 4.50 metros. Son
estructuras que por su altitud se le podría considerar como “edificios”,
totalmente cerrados, con un pequeño vano de entre 0.50 metros a 0.80
metros de altura, 0.50 metros de ancho, ubicado en la parte media del
paramento externo, ubicado a la superficie del suelo, que comunica el
exterior con una cámara central de forma ovalada o cuadrangular. En
esta cámara se observan hasta tres pequeños vanos que comunican con
cámaras y galerías internas, con compartimientos en varios niveles
Cuadro 2: Categoría de los sitios arqueológicos identificados y afiliación
cronológica

119
Nº SITIO TIPO DE SITIO PERIODO DE ESTADO DE
Sitio ARQUEOLÓGICO OCUPACION CONSERVACION
001 PUEBLO VIEJO Asentamiento Intermedio Tardío Regular
monumental con Horizonte tardío
estructuras públi-
cas
002 PAHUAMAYO Abrigo Rocoso Precerámico Regular
003 JATUNPATA I Corrales Intermedio Malo
temprano
004 WARACANCHA Paisaje Cultural No definido. Malo
BAJA Arqueológico.
Aterrazamientos
005 WARACANCHA Abrigo Rocoso Precerámico Malo
006 ANDENES DE Paisaje Cultural Horizonte tardío – Bueno.
BAÑOS Arqueológico Colonial.
Andenes.
007 ARCOTORAL Área Funeraria Intermedio tardío. Regular
008 AUQUIHUILCA Área Funeraria Intermedio tardío. Regular
009 BAÑOS I Pinturas Precerámico. Malo.
Rupestres.
010 BAÑOS II Abrigo Rocoso Precerámico. Malo.
con Pinturas Ru-
pestres.
011 BAÑOS III Abrigo Rocoso Precerámico. Malo.
con Pinturas Ru-
pestres.
012 CAMINO PREH. Camino. Horizonte tardío. Bueno.
DE BAÑOS A
TINGO
013 ZANGO Corrales. Colonial. Malo.
014 CERRO Sitio de Control. Horizonte tardío. Regular.
LLAMPQUI
015 CAMINO Camino Intermedio tardío. Regular.
PREHISP. DE LA Horizonte tardío.
VIUDA, LA-
GUNA QUISA
HASTA PUEBLO
VIEJO.
016 ARARO Sitio Político de Intermedio Tardío. Bueno.
control. Horizonte tardío.
017 PINTURAS Pinturas Intermedio tardío. Bueno.
RUPESTRES DE Rupestres.
ARARO
018 ANDAMARCA O Sitio Monumental Intermedio tardío. Bueno.
GALLUM con estructuras Horizonte tardío.
públicas
019 SHINGUISH Adoratorio. Intermedio tardío. Malo.
Horizonte tardío.
020 NINAS Político – Intermedio tardío. Regular.
Administrativo. Horizonte tardío.
021 PUENTE Puente Horizonte tardío. Bueno.
COCHAN 120
022 PUENTE Puente Horizonte tardío. Bueno.
RUMICHACA
023 CARAMPAY Corrales y Intermedio Malo.
superpuestos de no mas de 0.80 metros de altura cada uno. Estas
edificaciones presentan varios niveles constructivos. En la parte interna
frente al vano se observan uno o dos vanos, que comunican con cámaras
pequeñas (pero donde puede introducirse una persona), que va
rodeando alrededor de la cámara principal, presentando otras cámaras
que comunican con niveles superiores. Se ha podido identificar, en
algunos casos, hasta 10 niveles horizontales, presentando en su interior
pequeñas ventanas que comunican con las partes elevadas de la cámara
central. En estas cámaras se hallaban depositadas las momias de los
individuos que vivieron en ellas, mientras que otras servían para
almacenamiento de productos. En una esquina de la cámara central,
presenta un conducto vertical, que comunica la superficie con el
exterior de la cubierta de la estructura. En el vecino valle de Chillón,
como Cantamarca se ha identificado edificaciones similares, que
también se han denominado Kullpis, sin embargo estas difieren de las
de Huaral, por presentan forma y planta ovalada, y no tienen mas de
dos metros y medio de altura, además de estar emplazados sobre una
sola columna de soporte, ubicada en la parte media de la estructura.
2.- En segundo lugar tenemos las estructuras administrativas y domésticas,
de características muy similares a los Kullpis, pero no son cerradas,
sino abiertas, con pasadizos amplios y espaciosos que comunican
diferentes recintos.
3.- En tercer lugar tenemos las estructuras funerarias a modo de túmulos
funerarios, las cuales pueden llegar a tener hasta 1.50 metros de altura
y hasta tres niveles superpuestos, conteniendo en su interior una serie
de cámaras funerarias.
4.- En cuarto lugar encontramos las estructuras de planta circular, que
datarían del periodo Tahuantinsuyo, y se trataría de estructuras
administrativas de control incaico, identificado en los principales
sitios.
5.- En quinto lugar tenemos los corrales, de forma irregular, para
camélidos, delimitado por muros simples pircados sin argamasa o con
argamasa simple.
6.- En sexto lugar tenemos las plazas y patios. Los primeros más amplios y
con fines ceremoniales. Los segundos más pequeños, ubicados entre
Kullpis domésticos, con fines puramente domésticos.

121
Además de estos tipos de estructuras, los sitios
presentan calles y pasadizos, que interconectan los Kullpis, los que se
ubican hacia los lados de estas. Las formas no son rectas sino sinuosas,
adaptándose a la topografía del terreno.
Características de las Técnicas y Elementos arquitectónicos de los
Kullpis: Los Kullpis identificados en la cuenca alta del río Chancay,
presentan características similares y comunes, las cuales analizaremos a
continuación:
Materiales Constructivos: Los materiales constructivos utilizados fueron la
piedra, la cual era obtenida de canteras ubicadas en los cerros
circundantes. Las piedras eran labradas, en formas adoquinadas o
rectangulares; mientras que otras eran labradas de forma alargada,
elaborando lajas para las cubiertas. Además se utilizó tierra, la cual tiene
en algunos casos composición arcillosa.
Técnicas Constructivas: Como señalamos las piedras eran labradas o
talladas y eran mampuestas una sobre otra en los muros, de tal manera
que las caras planas eran colocadas en el paramento interno o externo y
las caras irregulares iban hacia la argamasa, para unirse con las otras
piedras. Las piedras se colocaban en hiladas horizontales, a su vez
superpuestas entre sí. Para dar la forma de los elementos se adecuaba a
los tamaños y formas de las piedras. Así para la techumbre, se utilizaba
las piedras alajadas, de tal manera que una parte quedaba incrustada en el
muro y la otra quedaba como saliente, parte que servía como soporte
para colocar otra piedra encima, e ir cerrando el espacio. La argamasa era
una preparación de tierra, con incrustaciones de piedras pequeñas, paja y
cerámica fragmentada. Entre las piedras grandes se colocaban pequeñas
piedras (pachillas), con la finalidad de dar estabilidad, y rellenar los
espacios faltantes.
Planta: La planta de los Kullpis era cuadrada o rectangular, con medidas
que variaban según la importancia que estás tenían. Podían tener hasta 8
metros por lado.
Forma: la forma dependía de la planta y podía ser cuadrada o rectangular.
Basamentos: Para la edificación de los basamentos o cimientos se
excavaba hasta llegar a la roca madre geológica. Aquí se iniciaba la
construcción con muros gruesos, edificando sobre estas una serie de
galerías, por debajo del nivel superficial normal.

122
Paramentos: Los muros podían llegar a tener hasta 5 o 6 metros de altitud,
de gran solidez, de 0.60 a 0.80 metros de grosor. En los muros se podía
elaborar motivos decorativos, con los mismos elementos constructivos.
Las esquinas de los muros eran amarradas. Por lo general los muros
externos eran rectos, pero en el caso de los internos eran curvos, con
esquinas curvas. La mayoría de muros presentan una muy ligera
inclinación hacia fuera.
Cubierta o Techumbre: Las techumbres de las estructuras eran en la parte
interna de forma abovedada, elaborado mediante lajas consecutivas
salientes, que hace que el espacio se vaya volviendo más angosto. La
cubierta externa es plana, con una gruesa capa de barro mezclado con
paja y fragmentería cerámica en la parte superior, para proteger a la
edificación de las lluvias. Las lajas que forman el techo tiene como
soporte a los muros mismos, y en pocos casos columnas y vigas.
Aleros o Cornisas: En varios casos los Kullpis presentan en el paramento
externo, parte superior, una saliente del muro, de 0.40 metros, la cual
sirve para proteger a los muros en caso de lluvias y como elemento
ornamental. En otros casos es la misma techumbre la que cumple esta
función.
Vanos: Los vanos (puertas), tanto de acceso principal (que es el que
comunica el exterior con la cámara principal), como las de acceso
interno, son de tamaño pequeño, y son de forma rectangular. La altura
promedio de los vanos es de 0.50 a 0.60 metros, y un ancho variable, de
hasta 0.60 metros. En algunos casos, el vano principal se encontraba en
la parte inferior de un nicho rectangular o “falso pórtico” o “Huayrona”.
En el caso de las edificaciones del periodo Tahuantinsuyo, estas tienen
forma trapezoidal, es decir son mas anchas en la parte inferior y más
delgadas en la parte superior. El vano principal casi siempre está
orientado con el vano interno. Había también vanos de forma
cuadrangular. Algunos vanos presentan bien definido la jamba,
habiéndose identificado en Chíprac, vanos con doble jamba de periodo
Tahuantinsuyo. El dintel esta conformado por una laja que se ubica sobre
los dos lados del muro, su tamaño está en relación con el ancho del vano,
pero siempre es más largo que el ancho del vano. En el interior de las
edificaciones se aprecian numerosas ventanas de forma cuadrangular,
ubicadas a diferentes niveles, que comunican la cámara principal con las

123
cámaras secundarias. Muchas de estas ventanas sirven también incluso
como vanos.
Cámara Principal: Luego de ingresar desde el exterior por el vano
principal, se aprecia una amplia cámara principal, desde donde se
comunica con todas las cámaras y compartimientos internos Tiene casi
la misma altura de la estructura. El techo es abovedado. Frente al vano
principal se aprecia un vano secundario, que comunica con una cámara
pequeña, donde se ingresa a las cámaras subterráneas, que se ubican
debajo de esta cámara principal. Una persona puede estar parada en el
interior de esta cámara principal. Se aprecian a diferentes alturas
pequeños vanos, ventanas y ductos de ventilación que comunican con las
cámaras superiores, accediéndose a estos mediante voladizos
consecutivos. Algunos Kullpis tienen antes de esta cámara principal un
descanso pequeño.
Cámaras y Galerías Secundarias: Como señalamos, a partir de esta cámara
principal se interconectan numerosas cámaras secundarias, ubicadas
hasta en siete niveles superpuestos, comunicadas entre sí por galerías que
rodeaban la cámara principal. Algunas cámaras cumplen función de
almacenamiento de productos, ya que la temperatura interna de las
estructuras regula y permite su conservación. Así en las cámaras
superiores se ha identificado restos de semillas y granos de maíz. En
cambio en las inferiores se depositaban entierros individuales o
múltiples. Solo en algunos casos se depositaban entierros en la parte
superior. La superficie de las cámaras presenta una capa de tierra
producto de la acumulación de sedimentos por la realización de
diferentes actividades.
Columnas: Los Kullpis presentaban columnas de forma cuadrangular y
rectangular. Son más gruesas en la parte superior, por su forma
trapezoidal invertida. Sirve de soporte a las cámaras superiores y a la
techumbre.
Ménsulas: Son elementos conformados por salientes consecutivas
escalonadas, que cumplen la función de servir como soporte estructural a
la techumbre, de forma semi triangular, formando un ángulo entre el
muro y el techo.
Vigas: Son refuerzos horizontales, conformado por dos o tres hileras
horizontales salientes del muro, en el paramento interno, que sirve como
soporte del techo.
124
Chimeneas: Existen conductos verticales que salen desde la superficie
misma, en una esquina de la estructura hasta la parte superior de la
techumbre, comunicándose con el exterior por una pequeña ventana
cuadrangular. Se trata de un conducto de ventilación, que en algunos
casos se podía utilizar como chimenea, con fines domésticos, asociados a
los fogones.

Voladizos: Son piedras alargadas que se disponen perpendicularmente al


muro y se encuentran empotradas en este, mientras que la otra mitad está
en el aire. Se hallan dispuestas de tal manera que una está por encima de
otra a manera de escalinatas.

Decoración Muraria: La mayoría de los muros presentan cierta


coloración rojiza, de origen natural, lo que se debe a que las piedras
presentan una alta composición química de hierro, lo que al contacto
con los diferentes agentes ambientales, provoca su oxidación,
obteniendo de esta manera una coloración rojiza en la pátina de la
piedra. Sin embargo, en el interior de un Kullpi de Araro, se
identificó un dibujo, sobre el dintel, con representaciones de escenas
de caza de camélidos, en color negro. Además existe decoración en
alto relieve, hecha con las mismas piedras constitutivas de la
estructura arquitectónica, tanto en la fachada como en el interior del
mismo.
Patrón de Asentamiento
El patrón de asentamiento de los sitios “Atavillos” es un patrón
disperso. Los sitios se ubican en la cima de los cerros mas elevados, en
zonas casi inaccesibles, con fines defensivos y de control. En base a las
características espaciales y arquitectónicas hemos realizado una tipología
de sitios los cuales corresponden de la siguiente manera:
- SITIOS POLÍTICO ADMINISTRATIVOS: Corresponden a los
sitios de control político más importantes de cada micro cuenca. Son
sitios que presentan grandes dimensiones, una complejidad espacial
conformada por diferentes sectores. Se ubican en la cima de los cerros
intermedios, no en los más elevados, pero desde donde se tiene una
visión panorámica de la región, cumpliendo una función de sitios
nucleares en el control vertical de pisos ecológicos. Presentan

125
edificaciones tipo Kullpi y estructuras funerarias pequeñas, plazas y
patios; así como áreas de almacenamiento.

- SITIOS DOMÉSTICOS: Se trata de sitios pequeños de carácter


local y doméstico, ubicados en las laderas de los cerros, tanto en las
partes altas como en las partes bajas. Están asociadas a las áreas de
producción: chacras o corrales.

- SITIOS FUNERARIOS: Por lo general se encuentran ubicados


en las zonas elevadas, en farallones rocosos de difícil acceso. Son
sitios que presentan edificaciones de tamaño pequeño de función
funeraria. En su interior presenta varias cámaras asociadas conteniendo
entierros múltiples.

- SITIOS AISLADOS: Asociados a los caminos, en su mayoría


correspondientes al Horizonte Tardío

- SITIOS CEREMONIALES O ADORATORIOS: Está


conformado por antiguos adoratorios o “pacarinas” de gran valor
religioso y ritual, ubicados en zonas casi inaccesibles y elevadas, hasta
donde llegaba la población en peregrinación llevando sus ofrendas.

- CANALES Y ACUEDUCTOS: Son de gran amplitud y cumplían


la función de trasladar el agua desde zonas altas y desoladas hacia
aquellas zonas donde no era posible obtener este líquido elemento.
Estas obras de ingeniería hidráulica permitieron ampliar las zonas de
cultivo, así como abastecer de agua a los asentamientos humanos
atavillanos. Estaban asociadas a represas ubicadas en las altas punas.

- ANDENES: Se ha identificado en la cuenca alta del río Chancay –


Huaral grandes extensiones de andenes, hoy en estado de abandono,
los cuales se extendían desde el fondo mismo del valle, hasta las partes
mas elevadas, cultivando una gran variedad de productos de diferentes
ecosistemas y altitudes en una misma estructura agrícola. La
recuperación de estos sistemas de andenes permitirá ampliar la frontera
agrícola actual y el límite superior de cultivo actual.

La vigencia de estos sitios duró en muchos casos hasta las


reducciones coloniales.
La Cerámica

126
Con respecto a la cerámica, esta era mayormente monócroma, de
pasta color roja y griss, predominando la decoración escultórica con
representaciones antropomorfas y zoomorfas. Los temperantes que
presenta, por lo general es mica, cuarzo, roca molida y cerámica molida.
Presenta un acabado de superficie alisado, no tan fino. Las
formas son: cántaros medianos de cuello corto, ollas con cuello corto, ollas
sin cuello, platos, cuencos con y sin cuello, y cántaros en miniatura. Las
vasijas de estas características son muy comunes, pero se presentan muy
escasas en los sitios arqueológicos de la región. Se plantea la posibilidad de
definirlos preliminarmente como “Estilo Atavillos”, aunque es
simplemente una tentativa muy preliminar, dependerá de futuras
investigaciones definir al detalle este estilo.
Se han identificado escasos fragmentos de estilo Quillahuaca o
Lauri Impreso, la cual se caracteriza por presentar una decoración a base de
círculos impresos en el cuello de la vasija o en la tercera parte superior de
la vasija. En la localidad de Baños, un poblador nos enseñó una vasija
entera, que decía era proveniente del sitio de Marca Piche, la cual era un
cuenco de cuello medio semirrecto divergente, achatado en los polos y el
ecuador anguloso, con notoria división entre el cuerpo superior y el
inferior. Presentaba decoración escultórica, con un asa que representa una
cabeza antropomorfa, con decoración pintada, en motivos lineales
escalonados en color negro y rojo, con puntos negros en medio de los
cuadros. Las figuras estarían representando culebras bicéfalas.
Sin embargo, en la cuenca del río Vichaycocha se ha identificado
una considerable proporción de fragmentería cerámica San Blas en los
sitios tardíos, procedente de Chinchaycocha, producto de interrelaciones
mediante el intercambio.
La Ocupación Tahuantinsuyo
El año exacto en que se produjo la anexión de estos territorios al
Tahuantinsuyo, no se puede conocer, pero si se puede tener un
acercamiento hacia la década de 1 450 d.c.; pero si se sabe que fue
realizado por Túpac Yupanqui, en la misma campaña que conquistó toda la
sierra central. Las incursiones cuzqueñas en la región se produjeron desde
Canta y Chinchaycocha, luego de dominar a estos grupos. Las estrategias
de dominación que utilizaron los Incas fueron diversas, para cada región
que conquistaban. Los incas aplicaron una estrategia de dominación directa

127
y violenta en la región, ya que los pueblos Atavillos no se dejaron sojuzgar
fácil y rápidamente. Muchas familias y ayllus enteros fueron trasladados a
otras regiones del imperio en calidad de mitqmas a realizar trabajos a favor
del estado imperial, ya sea con mano de obra, como artesanos o en los
ejércitos de conquista. El estado cuzqueño instaló en los principales
pueblos locales, administradores y funcionarios traídos desde el mismo
Cuzco, quienes controlaban al mínimo detalle a los curacas locales (en el
caso de que hayan conservado su cargo dentro del imperio) y a la
población local. Además los incas trajeron a la región grupos de mitqmas
procedentes de otras regiones conquistadas para los fines de control.
En los sitios locales se observa en el sector político que los incas
construyeron nuevas edificaciones o remodelaron otras existentes. En Añay
y Chíprac por ejemplo, ubicados en las comunidades de San Agustín de
Huayopampa y de San Juan de Uchucuanico, respectivamente; Cáceda
Guillén reportó el hallazgo de edificaciones en doble jamba: “ …en la
estructura 3C de Añay, existe evidencia de una clara remodelación en el
vano para obtener una doble jamba hacia el interior de la estructura; así
mismo la presencia de una chullpa con vano de doble jamba de forma
trapezoidal ubicada en la esquina interior NE de un Kullpi en el barrio 1 de
Chíprac y otros rasgos como vanos trapezoidales en la estructura
rectangular del barrio 1, cuyo frontis da hacia la Plaza Mayor; hace
suponer que los cánones constructivos incaicos se amalgamaron con la
arquitectura local.”19
Se observa también una regular cantidad de material cerámico del
tipo Inca Provincial e Inca local. La cerámica de estilo Inca imperial es
aquella que presenta formas imperiales (sea aribaloides u otras formas
incas). Presenta una fina pasta y un fino acabado de superficie. La
decoración es lineales, en bandas y polícroma. Por otra parte la cerámica
Inca Local, se caracteriza por presentar formas aribaloides, pero la pasta y
la decoración obedece a patrones puramente locales. Así pues llamaríamos
a este último como Estilo Atavillos – Inca.
Los Incas unificaron a todos los grupos locales, denominándolos
en conjunto como “Atavillos” y “Piscas”, el primero en la margen
izquierda de la cuenca alta y el segundo en la margen derecha. Previamente
se había trasladado numerosos ayllus como mitqmas a regiones lejanas, en
especial a los más duros de conquistar. Posteriormente los dividieron en
dos parcialidades: Hanan Atavillos y Lurin Atavillos; Hanan Piscas y Lurin
19
Cáceda Guillén, Daniel; 2005: pg. 43.

128
Piscas, subdividiendo a su vez a estos en otras dos parcialidades según su
origen (Llacuaces y Huaris). Así, los incas denominaron esta provincia
inca como Atavillos Huamaní (Provincia de Atavillos), la cual estaba
conformada por estas cuatro parcialidades. Es muy posible que en uno de
estos cuatro, se haya introducido grupos mitqmas traídos por los Incas
desde otras regiones, con fines de controlar a la población en favor del
estado.
La población estuvo obligada a tributar al estado, entregando
básicamente camélidos (llamas y alpacas) y ropas tejidas con lana de
camélidos. Esto ya que era el principal producto, los Atavillos tenían
cientos de miles de cabezas de ganado. A cambio, el inca les redistribuía
productos procedentes de otras regiones, como pescado costeño, coca de la
yunga o la selva alta; además de entregar numerosos regalos suntuosos,
como el mullu, a los curacas para mantenerlos contentos y evitar que se
subleven.
Las Vías de Comunicación
Desde periodos muy antiguos la región de
Atavillos estuvo interconectada entre sí y con otras regiones, mediante una
compleja red vial, la que permitía las interacciones e interconexiones al
nivel regional, no solo con la Costa, sino también hasta con la región
Amazónica; pues en el valle bajo se ha identificado entierros Chancay que
presentaban tejidos elaborados a base de plumas de loro y guacamayo de
diferentes colores. Estos productos eran obtenidos mediante el comercio,
traídos desde la región amazónica. La ruta de tránsito para obtener estos
productos era por el camino principal de penetración que ascendía desde la
Costa por el valle medio, hasta llegar a las alturas de Vichaycocha,
dirigiéndose a Huayllay, cruzando la cadena central de los Andes para
descender a territorio Amazónico. Así, el cauce mismo del río Chancay –
Huaral se constituyó en un corredor natural, donde en poco tiempo de
camino se llegaba hasta la región Amazónica. Existía un camino en cada
margen, que iba uniendo los diferentes centros poblados que existía en la
zona, ubicados a la vera del río Chancay. Sin embargo de estos caminos
principales se bifurcaban numerosos caminos secundarios, que ascendían
por los ríos tributarios y sub cuencas, integrando todos los demás pueblos,
y dirigiéndose hacia otras regiones, como Canta, Pasco y Oyón.
Los caminos presentaban asociados numerosos adoratorios y
santuarios, donde el viajero tenía que dejar ofrendas y “pagapus”. Aún en

129
la actualidad, pudimos observar en el camino que baja del sitio de Araro
hacia Santa Cruz de Andamarca a dos viajeros cachando coca, fumando
cigarro y tomando caña, junto a un pequeño puquial, que presentaba a un
lado una cruz. Se trataba de arrieros que se dirigían a las alturas y se habían
detenido media hora a realizar el ritual.
La Religión

En la región Atavillos, al igual que en toda el área andina, la


religión jugó un papel muy importante, en todos los ámbitos de la vida
diaria, en lo político, lo militar, lo social, lo cultural, lo folclórico y lo
ideológico.

Todo ayllu tenía su Pakarina, que era considerado


el lugar de donde salieron los primeros antepasados comunes para fundar el
ayllu. Este lugar podía ser una laguna, un cerro elevado, un nevado o una
cueva. Por ejemplo uno de estos es el de Cerro Manco Cápac, ubicado
entre Rúpac y Chíprac, cerro de gran altura, que presenta edificaciones
ceremoniales en su cima.

Otro lugar de gran adoración, al igual que en toda


el área andina, eran los nevados, donde posiblemente también se pueda
haber realizado rituales de la Capachota, con sacrificios humanos durante
la época Tahuantinsuyo.

El antiguo poblador andino trataba de explicar


sobre sus orígenes y sobre aspectos característicos de su comunidad
mediante mitos y leyendas. Así por ejemplo, existe un mito sobre el origen
del agua de Pirca en Sancocha. “Se cuenta que hace muchísimo tiempo
atrás había un hombre muy hermoso y de muchos bienes que vivía en
Rankocha y que se enamoró de la hija del curaca de Pajamarcá, de tal
manera que siempre se encontraban a escondidas para amarse. Entonces,
un día quisieron formalizar su relación, para lo cual conversaron con el
padre de la chica, y este le pidió como prueba de amor, el construir un
canal para hacer llegar el agua desde Sancocha hasta Pajamarcá,

130
creyendo que esto era imposible. Así el muchacho construyó el canal hasta
el lugar indicado, logrando el objetivo trazado. Sin embargo, el padre no
aceptó la ceremonia de matrimonio. Ante la furia del engaño, el muchacho
destruyó el canal a la altura de Pirca, haciendo que el agua se filtre en
este lugar. Es por esta razón que Pirca siempre tiene agua.”
Así otra leyenda narra acerca del puquial de Araro:
“Cuenta la historia que había un matrimonio, la señora era de Santa
Catalina, y el señor era de San Juan de Chauca. Tenían un maizal en
Quishantama. Un día la señora le llevó el almuerzo a su esposo y lo
encontró regando la chacra de la querida. Al ver esto la señora, molesta
votó el almuerzo a la sequia y se fue subiendo a pie por la sequia hasta el
puquial de Araro, donde sale el agua de la laguna de Conchas.
Hincándole con su pushca de hilar, siguió caminando hasta la laguna de
Concha, donde hincó a la laguna para que salga el agua en dirección a
Copá en Santa Catalina, saliendo agua en Copá y quedando la señora
encantada, cuya huanca se observaba hasta hace poco. De esa agua Santa
Cruz riega 15 días y Santa Catalina 15 días.”20 También se nos hizo una
referencia de un mito sobre la laguna de Concha y el origen de los
minerales en Cerro de Pasco: “El toro encantado pasó por la laguna
Concha, pero pasó de frente hasta Cerro de Pasco, donde hizo su
estiércol, dando origen a todos los minerales.”21Así también hay un mito
sobre una pelea entre un sapo, un pato, una tortuga y un león, donde ganó
el león y se quedó encantado, dando origen al agua.22

Las festividades en honor a las divinidades eran


pomposas y podían durar varios dias. Dentro del ritual, al igual que en
todos los aspectos de la vida cotidiana, la coca jugaba un papel
fundamental, el cual se obtenía mediante intercambio.
Etimología: Es muy difícil para los lingüistas esclarecer la lengua hablada
en toda la extensión del departamento de Lima antes de la llegada de los
Incas. Para ello se deben basar en estudios etimológicos y toponímicos. Lo
que si es claro es que durante el Tahuantinsuyo, el estado imperial obligó a
la población local a hablar el quechua o “runa simi”, pero en algunos casos

20
Fuente: Sr. Dadio Ventocilla Morales y Felix Avendaño Raymundo. Entrevista el día 19
de Abril del 2003 (10:30 a 11:00 a.m.), en el puquio de Araro, mientras realizaban su
“pagapu”, al puquio, con coca, cigarro y trago.
21
Misma fuente.
22
Al parecer este mito ha tenido variaciones a través del tiempo, ya que narra sobre
animales occidentales.
131
permitía que de manera interna algunos pueblos sigan manteniendo sus
lenguas locales. Es por ello que muchas lenguas habían logrado sobrevivir
hasta la época colonial e incluso la República. Según los diversos estudios
realizados, se conoce que las lenguas que fueron habladas por los diversos
pueblos en los diferentes periodos culturales en el ámbito del departamento
de Lima, en las diferentes cuencas, fueron la lengua muchic o yunga, que
era hablada en los llanos bajos de la costa; el J’aqaru, que se hablaba en la
actual provincia de Yauyos y parte de Huarochirí, el quechua y el Aymara.
De estos dos últimos no se ha esclarecido muy bien su área de expansión.
Pedro Villar Córdova hace referencia de que en los periodos mas
antiguos toda la zona alta de la provincia de Huaral, al igual que en Oyón,
Cajatambo y Canta la población hablaba el aymará. Estos grupos se
asentaron en la región producto de una masiva migración desde el Sur,
desde el altiplano del Collao, señalando que fueron justamente pobladores
de la tribu de los Huallas quienes ocuparon la región.
Sin embargo el Quechua de Pacaraos, fue considerado por Alfredo
Torero, como uno de los cinco dialectos del quechua II-B, (Subconjunto
Limay), de gran importancia en toda el área andina del departamento de
Lima, lamentablemente en los últimos años la población local ha dejado de
hablar quechua. De todos los dialectos del quechua, el de Pacaraos es el
que más similitudes tiene con el Quechua I (Huanuco, Pasco y Junín), lo
que no es raro teniendo en cuenta las cercanías geográficas. El quechua de
Pacaraos era hablado antiguamente en toda la cuenca alta del río Chancay.
Lo que si llama la atención es el observar que en la región existen
numerosos nombres que empiezan con “hua”, como Huaral, Huando,
Huayán, Huayopampa, Huaroquín, Hualparupina, Huachinga, Huandaro,
Huataya, Huayo, Huancaray, Hualpac, Ihuarí, Huashcay, Huarpas, entre
muchos otros. Corresponderá a los lingüistas responder esta inquietud.
Los Atavillos en la Colonia
Luego de la invasión española y el asentamiento del poder colonial
español en Lima, se comienzan a instalar las encomiendas. Así en el valle
bajo, en 1539 se creó la primera encomienda del Perú, en Santo Domingo
de Palpa, llamada así ya que fue entregada a la orden de los dominicos. Sin
embargo, ya en 1533, el mismo Francisco Pizarro había recorrido el
territorio Atavillo, cuando se desplazaba desde Cajamarca a Jauja con
Calcuchimac, notando las peculiares toquillas amarillas y coloradas que
portaban los habitantes de la región, muy similar a los Taramas, y
132
observando también sus grandes riquezas en minerales. En 1534, un año
antes de la fundación de Lima, Nicolás de Rivera el Mozo, recorrió
también la zona por orden de Pizarro, para conocer las posibilidades de
asentamiento de poblaciones mineras. En 1535, la antigua provincia
incaica de Atavillos, era administrada directamente por Francisco Pizarro,
como encomienda personal. Los tributos que entregaba la población en un
primer momento, fue igual que la que entregaban al Inca dentro del
Tahuantinsuyo, con llamas y alpacas, ropas de lana, papa y maíz,
desarrollando rápidamente las aves traídas de occidente. En 1536, la
población Atavillana tuvo destacada participación en el sitio de la recién
fundada Lima “Ciudad de Los Reyes”, realizada por Manco Inca.
Entre 1540 y 1570 se ejecuta en la región, las nuevas leyes de
reducciones de pueblos, despoblando los grandes asentamientos Atavillos,
siendo toda su población trasladada para la fundación de los nuevos
pueblos, que suman mas de 40. Los pueblos restantes fueron reducidos
después de esa fecha, como Vichaycocha, que fue reducida recién entre
1590 y 1616.
AGRADECIMIENTOS

Cabe señalar que los trabajos de reconocimiento arqueológico en


Baños, Pirca y Santa Cruz de Andamarca, fueron realizados con el auspicio
de la empresa Cibeles SAC; un agradecimiento especial para el Ing. Oscar
Gómez Izaguirre, gerente general de la empresa, quien promovió y
organizó los trabajos arqueológicos en la región; al Sr. Pedro Luis Arévalo
Díaz quien durante los cinco viajes realizados, nos estuvo orientando y
coordinando todos los pormenores de cada viaje. Los trabajos en Baños,
Pirca y Santa Cruz de Andamarca, se realizaron entre los meses de Mayo y
Octubre del 2005, en compañía de los arqueólogos Bach. Pedro Patrocinio
Marcos, Bach. William Tomaylla Yupanqui, Bach. Jorge Luis Rodriguez
Ventura, Bach. Patricia Rojas Muñoz, Bach. Nancy Santander Málaga y el
estudiante Samy Yrazabal Valencia. Los trabajos en la localidad de
Vichaycocha se realizaron en el mes de Octubre del 2006, en compañía de
los estudiantes Gerson Toniño Marcelo Mellado y Omar Marcelo
González. También un reconocimiento al Dr. Luis Quintana, por la
información brindada, así como a la arquitecta Enna Izaguirre, docente de
la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Federico Villarreal.
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UN GRANERO DOMÉSTICO: Tecnología de almacenamiento
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Luis Ángel Flores Blanco 24

INTRODUCCION

23
Este artículo es un trabajo modificado y aumentado de la ponencia que presentamos en el XI Congreso
Nacional de Estudiantes de Arqueología "Dr. Alejandro Pezzia Assereto" en Ica, desarrollada desde el 12
al 18 de Noviembre del 2001.
24
Investigador del PEACS. Comunicaciones: lflores_78@hotmail.com

137
El presente artículo da a conocer el hallazgo de un foso cavado
que destruyó una ocupación del periodo precerámico tardío de Caral,
valle de Supe. El autor se vale de sus datos de excavación y
comparaciones etnohistóricas y etnográficas para dar a entender el
funcionamiento de esta modalidad de guardar maíces en arena y ha sido
asociado espacial y cronológicamente a las construcciones domésticas de
cañas pertenecientes a la cultura Chancay.
El sitio de Caral se ubica en la margen izquierda
del río Supe, a 180 kilómetros al norte de Lima y a 23 kilómetros de la
línea de playa, sobre una terraza aluvial a 350 m.s.n.m. Caral esta
compuesta por arquitectura monumental de uso administrativo, público-
ceremonial y áreas domésticas de elite y del común perteneciente al período
Arcaico Tardío (2500-1800 a.C.), uno de estos sectores es el Sector X,
ubicado en la periferia oeste de Caral (Fig. 1), donde se han reportado
evidencias de arquitectura doméstica simple (Shady 2004, Peralta 2003).
En agosto del 2001 llevamos a cabo el proyecto “Determinación
de Áreas Habitacionales en el Sector X de Caral, Supe” como parte del
curso Prácticas Pre-profesionales II impartida en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos por la Dra. Ruth Shady Solís.
La investigación, insertada en el Proyecto Especial Arqueológico
Caral, Supe (PEACS), se concibió con el objetivo de entender las
actividades domésticas de los grupos humanos de más bajo status social en
Caral, lo cual a su vez nos ayudara a comprender el rango diferencial de las
evidencias habitacionales marginales en relación con los ubicados en el
centro de la ciudad, problema que ha venido siendo trabajado por un grupo
de arqueólogos del PEACS (Shady 1997, 2004).
Durante nuestro trabajo de campo nos encontramos frente a
expresiones culturales de diferentes períodos de ocupación, una de éstas,
posiblemente la más tardía, que destruía la ocupación arcaica, fue la que
encontramos a sólo veinte centímetros de la superficie y que se caracterizó
por recintos simples y pequeños, de formas redondeadas y cuadrangulares,
construidos a base de cañas, que al menos en un caso se encontró asociado
a un hoyo que había sido usado como almacén de maíz. El presente artículo
se encargara de describir este hallazgo.

138
Fig. 1. Mapa de Caral. Nótese la ubicación del Sector X al interior de la
circunferencia, en la periferia Oeste de Caral.

Los almacenes (desde sus orígenes en el período


Arcaico hasta épocas Incaicas) funcionaron como amortiguadores de los
efectos económicos causados por las variaciones en la producción anual de
alimentos ya sea por factores climáticos (sequías, inundaciones, heladas,
etc.) o por causas sociales, como guerras. Estas funciones lo cumplieron
tanto en economías de subsistencia o familiares, así como en economías
políticas o estatales (D'Altroy y Earle 1985: 190-192). Sostenemos que
nuestro hallazgo podría enmarcarse como un buen ejemplo tecnológico de
una economía de subsistencia.
EL HALLAZGO DEL ALMACÉN
Con el propósito de definir la morfología de un recinto habitacional
del período Arcaico Tardío, en el subsector X1, optamos por ampliar las
excavaciones hacia el norte siguiendo un muro curvo que se introducía de
sur a norte, en una área no excavada por Rodolfo Peralta (2003,

139
Comunicación personal 2004). Esta nueva zona excavada comprendía un
área de 16 m2 subdividida en cuatro cuadrículas de 2 por 2 m cada uno:
N5W1, N5W2, N6W0 y N6W1 (Fig. 2).
Al terminar de retirar la capa I de las cuadrículas N5W1 y N5W2
notamos una concentración de cantos rodados unidos con barro que parecía
ser un empedrado usado como superficie (capa II). Debajo de esta capa
descubrimos un depósito de tierra oscura con gran cantidad de restos
orgánicos (capa III), la misma que se presentaba profusa en la cuadrícula
N5W2 y pasaba casi desapercibida en la cuadrícula N5W1.
Precisamente en esta capa III, a 0.12 m de profundidad, con
relación a la superficie, encontramos una alineación curva de ocho cañas
plantadas en la superficie, que junto al hallazgo de un cobertor 2 de cañas
caído hacia el interior de la curvatura descrita, configuraba la existencia de
un recinto. En el interior de éste se encontró una mano de piedra con
huellas de desgaste y manchas y una gran cantidad de restos alimenticios y
fragmentos de cañas.

Foto 1: Recinto de cañas ubicado a pocos centímetros de la superficie.

Evidentemente estábamos frente a un área doméstica que consistía


en un pequeño recinto de planta ovalada, de aprox. 1.60 m. de diámetro y
en cuyo interior realizaron actividades de preparación de alimentos (Fig.
3).
Finalmente, nuestro objetivo fue correlacionar el recinto de cañas
de la cuadrícula N5W2, con la presencia focalizada de los restos orgánicos
2
Este cobertor consistía en un atado de cuatro cañas de aprox. 50 cm de altura, que estaban sujetadas
por una caña transversal (a los 35 cm. de altura), atada a éstas por una sogilla de junco.

140
propios de la capa III en el oeste de la cuadrícula N5W1. La relación era
obvia. Por tanto, procedimos a retirar toda esta capa III, así como lo que
quedaba de la capa I. El resultado fue dejando hacia los lados una capa de
cantos rodados (capa V) con fragmentos de piso encima (capa IV) e iba
apareciendo una gran depresión en el centro de nuestras dos cuadrículas,
sobretodo en el lado suroeste de la cuadrícula N5W1.
CARACTERÍSTICAS DEL ALMACÉN
Luego de haber retirado las capas tardías (I y III) que se introducían
al centro de las cuadrículas N5W1 y N5W2, la excavación fue mostrando la
presencia de un gran corte en cuyo perfil se apreciaba una serie de estratos
cortados como, de arriba abajo, un relleno de cantos rodados (capa V),
restos de un piso amarillento (capa VI), otro relleno de cantos rodados
(capa VII), un piso de arcilla color amarillo (capa VIII), una capa de ceniza
(capa IX) y un apisonado (capa X).
El hoyo seguía profundizando cuando empezamos a encontrar y
retirar arena eólica (capa XI) hasta que a 1.3 m., en relación de la
superficie, empezamos a descubrir corontas enteras aisladas, de color
rojo/anaranjado y rojo/púrpura, sin ningún orden reconocible y
entremezclado con la arena (Fig. 4, 5 y 6). Bajando 0.30 m más
encontramos 22 corontas aglutinadas, una encima de otra sin orden, con la
presencia de una sola panca y abundantes granos de maíz. Estos maíces
fluctuaban entre 5 cm. a 10 cm. de largo. Debajo de éstos se hallaba una
delgada capa (capa XII de 0.1 m. de espesor) de arena que los separaba de
la tierra estéril.
Se puede señalar que la fosa del almacén tardío fue excavada en el
suelo estéril, cortando pisos amarillos, rellenos de cantos rodados, capa de
ceniza y apisonados de las sociedades del Arcaico de Caral, luego el foso
fue rellenado de arena donde se guardó tusas de maíz (Figs. 7 y 8).

141
Foto 2: Izquierda: Vista del hoyo del almacén donde se observan los diversos estratos cortados.
Derecha: Hallazgo de los maíces.

El almacén tiene una abertura irregular de aprox. 1 m. de diámetro


y 1. 56 m de altura, es de forma cónica invertida, cuya base tiene menos de
1 m. de diámetro.
EVIDENCIAS ETNOGRÁFICAS
La interpretación del registro arqueológico es un problema de la
disciplina, en que se tiene que trascender de lo estático del registro de la
cultura material a la dinámica de la sociedad que lo elaboró. Binford (1994)
ya mostró que la comparación etnográfica es un buen camino de cómo
superar este óbice; sin embargo, no es la única clase de información, ni la
más importante, tan sólo debe ser considera como un corpus de datos más,
de todo un conjunto de referencias que ayudará a superar este problema.
Las primeras referencias acerca de cómo los andinos conservaban
sus alimentos provienen de los cronistas, Bernabé Cobo, entre 1613 y 1653,
nos narra sobre esta tecnología andina y dice que:
142
"... Solo en una cosa hallo que los indios desta costa del Perú se
aprovechaban de la arena, que era para encolcar el maiz, porque no les
diese gorgojo; y llaman encolcar, guardarlo en la troj con arena menuda;
y de ellos aprendieron los españoles a encolcar el trigo"(Cobo 1964(1653))
Por su parte Duccio Bonavia (Grobman y Bonavia 1978, Bonavia
1982: 68) preocupado por entender el registro arqueológico de los
almacenes, particularmente para el sitio de Los Gavilanes en Huarmey,
Ancash, emprendió la recuperación de información etnográfica sobre las
costumbres y técnicas del almacenamiento de alimentos, en especial del
maíz.
A través de una serie de testimonios de agricultores locales
Bonavía (1982) pudo llegar a conocer un poco más sobre la tradicional
tecnología de almacenamiento, que a grosso modo, consistía en cavar un
foso ancho en el terreno estéril y para evitar que la arena se deslizara y
tapara el pozo, se le mojaba ligeramente. Luego se procedía a preparar el
contenido del almacén colocando una capa delgada de arena “dulce” (arena
de río, no salitrosa) de 20-30 cm. de espesor en el fondo del foso, sobre esta
capa se colocaban las corontas de maíz uno encima de otro. El maíz
siempre se guardaba con corontas y sin pancas. Inmediatamente todo era
cubierto por una capa de 30 a 50 cm. de arena un poco más gruesa que la
capa inferior.
Bonavía (1982:70) menciona un tipo de maíz púrpura o maíz
“jora”, que era almacenado por los lugareños para luego ser usados para
elaborar chicha. En uno de los testimonios recogidos (del Sr. Morante) se
comenta que el almacén estaba dentro de un recinto de carrizos que servia
de corral (Bonavía 1982:71). Por lo tanto, los almacenes podían estar tanto
fuera del área doméstica como en el interior de ésta.
Nosotros también pudimos recoger algunos datos etnográficos
sobre el almacenamiento de alimentos en el valle de Supe. Este valle se
caracteriza por su producción de maíz, sin embargo las nuevas
generaciones no conocen ninguna forma de almacén tradicional, pues están
desarraigados de lo "tradicional" que aun conservaban sus padres.
En Supe hace más de diez años se perdió la "costumbre" de guardar
maíz, esto debido a que sólo se produce para vender. Sin embargo, hemos

143
podido recuperar dos testimonios importantes. El Sr. Gaudencio Sánchez,
actual obrero del proyecto Caral y agricultor del valle, aun recuerda cuando
en tiempo de la cooperativa por los años '80 existían dos formas de guardar
el maíz:
"Aquellos maíces que serian usados como semillas se guardaban los
granos de maíz en pozos cavados en la tierra de nuestras casas y los
pozos eran rellenados con arena; pero si los maíces eran para
chicha se les guardaba en pozos que preparábamos en la tierra
colocando un delgada camita de pajas de ocsha3 y luego se colocaba
los granos de maíz y nuevamente se le tapaba con esta capita de
paja".
Este testimonio nos recuerda mucho una noticia anónima de 1710
que recoge información de los pueblos del valle de Virú, La Libertad, que
fue publicada por Malca Olguín, donde se narran formas de almacenaje
similares:
"... Tiene este pueblo unos, arenales en distancia de media legua en
el que abren unos hoyos según el tamaño qe quieran para conservar
sus granos. qe hechados los cubren como media vara de arena, para
sacarlo tienen unas esteritas qe. Llaman circiles hechas de virulies
gruesos, tegidos con ilo, bien ajustados pa. qe. no pase el grano, si
solo la arena, este le medio tienden que quede como un escarpe.
Recostado sobre dos orconcitos y un atrabesaño de alto como tres
cuartas y al pie tienden las mantas por, cuya cara hechan el maíz
rebuelto con la arena esta pasa y el maíz queda y assi lo extraen, se
conserva en la arena como un baño en ello de arena nueva, sin
polilla, po al fin también se pica y continuamente, este maiz, assi
enterrado tiene mal olor, pa comer pero sirve pa las chichas, y
animales en las casas no dura tres meses pr. el mucho calor en los
demás lugares habrá fresco y no necesitarán pa concerbarlo, o no
los hay." (Citado por Grobman y Bonavía 1978)
El Sr. Julián Solís, también obrero y agricultor de Caral, nos
confirmó esta tradición de guardar el maíz en pozos llenos de arena, sin
embargo no recuerda la segunda técnica; más bien nos informó que estos
pozos podían consistir en varias capas de arena que alternaban con capas en
las que se colocaban las corontas y que luego, sobre la abertura del pozo, se
colocaba pajas de frijol o de ocsha. Finalmente, se nos mencionó que muy

3
Es una palabra quechua que significa pasto de la puna, en algunos casos usado para
referirse al ichu.
144
posiblemente esta costumbre de almacenamiento en arena todavía se siga
manteniendo en la localidad de Vinto cerca de Barranca.

PLANOS 2 Y 3 DE CARAL

145
INTERPRETACIONES
La presencia de un almacén de maíz, asociado a recintos de cañas,
define la existencia de una unidad doméstica, en la que el almacén
funcionaba como un granero familiar. Estos constituirían áreas de
actividad, de almacén y procesamiento de alimentos, particularmente de
maíz, el cual habría sido usado para producir chicha de jora, usada para
ceremonias, como de las prácticas mortuorias que se llevaron a cabo en la
cuadrícula N6W0 (Flores, s.f.); pero también habrían funcionado como
corrales como lo comprueban los restos de coprolitos de roedor, huesos de
camélidos y grandes cantidades de desperdicios orgánicos identificados en
la capa III.
Así el granero en estudio sirvió para equilibrar el variable
suministro estacional de maíz y para enfrentar de este modo la constante
demanda/uso casero de éste; además de cualquier fluctuación repentina en
la disponibilidad de este alimento doméstico/ceremonial. Dicho control
familiar y acceso a los artículos almacenados habrían proveído
independencia y seguridad económica al ayllu (D'Altroy y Earle 1985: 190-
192).
La presencia de gran cantidad de restos de cañas y demás
materiales orgánicos (especialmente de naturaleza botánica) en la parte
oeste de la cuadrícula N5W1 evidenciando el derrumbe de los recintos de
cañas desde su lugar de origen a 0.2 m. de la superficie. Es decir un recinto
de cañas había colapsado dentro del foso del depósito de maíz, cuando los
ocupantes de estos recintos ya lo habían abandonado de una manera
repentina ya que no tuvieron tiempo para llevar consigo los maíces que aún
quedaban en el depósito, los cuales seguramente conformaban la última de
las capas de una serie de niveles de maíces guardados. Ahora bien, este
depósito seguramente se mantuvo por cierto tiempo a la intemperie lo cual
originó que se llenase de gorgojos. Luego de algún tiempo sería rellenado
completamente hasta formar la superficie actual debido a causas aun no
determinadas.
Por otro lado, definir a qué sociedad perteneció esta tecnología ha
sido un verdadero problema. Es evidente que este almacén formó parte del

146
grupo social que construyó los recintos de cañas, pero ¿qué cultura
arqueológica construyó estos recintos? La cerámica ha sido un elemento
decisivo para poder resolver este problema cronológico y cultural. Los
hallazgos de entierros de niños con sus respectivas ofrendas cerámicas y
patrón mortuorio típico Chancay en la cuadrícula N6W0, no abordada en
este artículo, ha servido para definir que han sido pobladores de la sociedad
Chancay, asociados al estilo alfarero Negro/Blanco, durante el Intermedio
Tardío (900-1470 dC), los que habrían construido y usado estos recintos de
cañas y guardaron sus maíces en depósitos cavados en el suelo (Flores,
s.f.).
AGRADECIMIENTOS
Este artículo no hubiera sido posible sin la oportunidad y autorización que
nos dio la Dra. Ruth Shady de poder usar la información de nuestras
excavaciones en el Sector X de Caral.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BINFORD, Lewis
1994 EN BUSCA DEL PASADO: descifrando el registro arqueológico.
Barcelona: Ed. Critica, 283 pp.

BONAVIA, Duccio
1982 LOS GAVILANES: Mar, Desierto y Oasis en la Historia del Hombre
COFIDE, Instituto Arqueológico Alemán, Lima.

COBO, Bernabé
1964 (1653) HISTORIA DEL NUEVO MUNDO. Biblioteca de Autores
Españoles. Ed. Atlas, Madrid - España.

D'ALTROY, T. y EARLE, T.
1985 "Staple Finance, Wealth Finance, and Storage in the Inka Political
Economy" In: Current Anthropology Vol. 26, N°. 2, April.

FLORES, Luis
s.f. "Practicas Mortuorias de la Sociedad Chancay en Caral, Supe" (Trabajo
inédito en posesión del autor)

GROBMAN, Alexander y BONAVIA, Duccio


1978 "Preceramic maize on the north-central coast of Peru" .Nature, Vol. 276, N°
5686, 23 November, London, pp. 386-387.

147
SHADY SOLIS, Ruth
1997 LA CIUDAD SAGRADA DE CARAL - SUPE EN LOS ALBORES DE
LA CIVILIZACIÓN EN EL PERÚ. UNMSM, Lima.

EL CACTUS SAN PEDRO EN LA HISTORIA DE LOS ANDES


CENTRALES
Leonardo Feldman Gracia25
Sumilla

Este artículo se refiere a una planta sagrada de la región andina: el cactus


San Pedro. En él se define el campo de investigación que surge del
“amarre” entre Arqueología Andina y plantas de poder (alucinógenos); se
presenta la botánica y la farmacología del San Pedro; se caracteriza el
sistema religioso inherente al uso de esta planta en el curanderismo del
norte de Perú; se recopilan las referencias escritas sobre el uso del San
Pedro en la época colonial; finalmente, se compendian las evidencias de
uso del cactus en tiempos prehispánicos.
INTRODUCCIÓN
Este artículo esta referido a una planta sagrada de la región andina:
el San Pedro o “cacto de los cuatro vientos”, también conocido como
achuma, gigantón, aguacolla y otros nombres de acuerdo a la región. Es un
cactus de ramas columnares que alcanzan hasta 15 cm de diámetro y
algunos metros de altura. El examen químico del San Pedro ha revelado la
presencia de mescalina (que constituye el 2% del peso seco de los tallos) y
otros alcaloides (Schultes y Hofmann, 1993: 58, 154-157).
El San Pedro es utilizado por la medicina tradicional en diversas
localidades andinas a través de una extensa región: desde el sur de
Colombia hasta el norte de Chile y noroeste argentino, pasando por
Ecuador, Perú y Bolivia. Sin embargo, donde mejor se ha conservado la
tradición prehispánica propia del uso de esta planta es en el norte de Perú,
allí los curanderos se definen como especialistas en su manejo y aplicación

25
Mg. en Arqueología Andina. Profesor y Licenciado en Historia del arte. Telf.: 4633661 /
92872365; e-mail: leonardofeldmang@hotmail.com
148
curativa. A partir de los tallos del cactus, preparan una bebida sacramental
que les permite alcanzar estados de alto rendimiento intelectual, que aplican
al diagnóstico y tratamiento de una amplia gama de enfermedades y
problemas. El uso del San Pedro implica un sistema religioso con
características propias condicionadas por su acción farmacológica.
Hay referencias de uso del San Pedro en tiempos coloniales.
Durante la primera mitad del siglo XVII, la Iglesia Católica emprendió una
campaña para “la extirpación de idolatrías” en el Perú. En este contexto el
San Pedro, conocido como achuma, aparece como un obstáculo para la
cristianización de los nativos. La achuma era utilizada por las elites
gobernantes en Cuzco, Potosí, Cajatambo y otros sitios, donde los
principales curacas y caciques la consumían como una bebida sacramental,
con grandes ceremonias y cantos, para los fines de “adivinar” y tomar
decisiones. El poder impuesto por los conquistadores no logró extirpar este
uso ancestral de la achuma, sin embargo provocó cambios en su carácter
original como se refleja en el nuevo nombre que adquirió la planta (San
Pedro, el que sostiene las llaves del cielo).
A partir de los años 70, una serie de evidencias arqueológicas
documentan el uso ritual del San Pedro en tiempos previos a la Conquista,
desde unos 1000 años a. C. El San Pedro es una de las plantas sagradas
mejor representadas en la iconografía preinca, aparece en el arte Chavín,
Nasca, Moche, Chimú, etc., denotando una continuidad cultural de larga
duración en su uso ritual. Si bien hay una copiosa literatura etnográfica
referida al uso actual del San Pedro, existe un vacío en lo que respecta al
conocimiento del rol y significado de esta planta en la época previa a la
Conquista.
I. ARQUEOLOGÍA ANDINA Y PLANTAS DE PODER:
DEFINIENDO EL CAMPO DE LA INVESTIGACIÓN
Con el concepto plantas de poder nos referimos a un conjunto de
plantas sagradas o “mágicas”, que generalmente se catalogan como
“alucinógenos”. Contienen alcaloides y su consumo produce alteraciones
en la percepción, pensamiento y ánimo durante un lapso de tiempo, sin
causar mayores disturbios en el sistema nervioso
Los investigadores andinos, en su mayor parte, rechazan la
categoría “alucinógenos” para clasificar a éstas plantas, pues la acción
farmacológica de la mayoría de ellas no se traduce en un “engaño de los
sentidos” como el término “alucinógeno” sugiere. Se han propuesto
149
alternativas como “psicotrópicos” (Cabieses, 1993) o “sicoactivos”
(Camino y Anderson, 1994). Aquí, hemos optado por plantas de poder, un
concepto más adecuado para la antropología y la Arqueología Andina, pues
expresa el modo en que son consideradas por el hombre andino desde
tiempos prehispánicos. En la ideología de los Andes, estas plantas
contienen un poder (sinónimo de “encanto”, “espíritu” o “virtud”).
El uso de plantas de poder es una característica que define a las
culturas del continente americano, donde el estudio del uso ritual de
muchas de ellas se ha convertido en una “especialidad” antropológica. Es
sugestivo, como señala Furst (1980: 15), el hecho de que mientras los
“alucinógenos” nativos del Viejo Mundo y Asia no llegan a la docena, en el
Nuevo Mundo se conocen y utilizan, desde tiempos ancestrales y hasta la
actualidad, un centenar de plantas de poder.
En los Andes Centrales –considerando las regiones de costa, sierra
y selva alta- diferentes etnias usan actualmente una gran variedad de
plantas de poder. Entre las más importantes están el tabaco o “Túpac sayri”
(Nicotiana tabacum), la “micha” o “floripondio” (Brugmansia), la “vilca” o
“cevil” (Anadenanthera), la “ayahuasca” o “yajé” (Banisteriopsis), la
“coca” (Erythroxylum coca) y el San Pedro (Trichocereus pachanoi,
Trichocereus peruvianus).
El contexto social de uso de estas plantas es conocido como
“medicina tradicional”. Es “medicina” porque se utilizan para el
diagnóstico y la cura de enfermedades; el adjetivo “tradicional” refiere al
sistema religioso en que se inscribe su uso, cuyo origen es prehispánico y
representa una sobrevivencia de la tradición ancestral en las comunidades
actuales (Polia, 1989: 7). El uso de plantas de poder es, en este contexto,
necesariamente ritual y comunal, facilitando el acceso a “imágenes
simbólicas compartidas” vinculadas a la cosmovisión y el orden social de
las culturas nativas. Desempeñan un importante rol en la construcción de
identidades étnicas y -en el caso de las plantas que son motivo de
intercambio interregional o “franco”- en la mediación de relaciones
interétnicas y en la configuración de “áreas de culto” (Camino y Anderson,
op. cit.: 28).
A partir de la segunda parte del pasado siglo, las plantas de poder
de los Andes comenzaron a ser objeto de estudio científico desde diferentes
perspectivas: la botánica, la química, la farmacología, la neurosiquiatría y
la etnografía. Al mismo tiempo, paulatinamente, un conjunto de evidencias

150
arqueológicas demostró que su uso ritual se remonta por lo menos hasta el
periodo Formativo; así se documenta para el San Pedro -como veremos
más adelante- y la coca (Rostworoski, 1988: 36).
A este descubrimiento, en un principio, no se le confirió la debida
importancia. Pudo haber influido “[...] un prejuicio etnocentrista que
niega, a priori, valores culturales acumulados a través de miles de años de
experiencias prácticas en estas áreas, en las que la ciencia recién
comienza a interesarse seriamente.” (Menacho, 1988: 19).
Luego de los numerosos estudios que han tratado el tema desde
variadas perspectivas (arqueológicas, antropológicas, iconográficas), ha
quedado fundamentada la importancia de las plantas de poder para la
Arqueología Andina. Hoy se reconoce el rol central y decisivo que
desempeñaron estas plantas –utilizadas por la elite gobernante- en la
ideología religiosa de las sociedades prehispánicas (Donnan, 1978; Cané,
1988; Elera, 1994).
Debido a la especificidad y juventud de este campo de
investigación, que surge de la confluencia de Arqueología Andina y el
conocimiento de las plantas de poder, se carece todavía de un marco
teórico y metodológico adecuado. Por otra parte, aún perduran prejuicios
acerca de la realidad cultural asociada a estas plantas. Muchos estudiosos
las continúan considerando como “alucinógenos”; suponen que su uso se
inscribe en una esfera “sobrenatural” y produce una “transformación” del
chamán en jaguar. De este modo, se pierde la posibilidad de ahondar en la
comprensión del ritual, la ideología y las implicancias sociopolíticas
vinculadas al uso de estos vegetales en tiempos prehispánicos.
Actualmente, las posibilidades de investigación son óptimas.
Además de los avances de la propia Arqueología Andina, que cuenta con
estudios más complejos respecto a la cosmovisión y el ritual en tiempos
prehispánicos, y el rol de las plantas de poder en ese contexto, hoy
podemos apropiarnos del conocimiento producido por diversas ciencias. La
botánica y la química permiten la identificación de las especies y sus
principios activos; la farmacología y la neuropsiquiatría explican sus
efectos en el organismo humano; la antropología ha llegado a la
comprensión de cómo la acción psicotrópica es aplicada racionalmente en
fines concretos, revalorizando el curanderismo como un sistema lógico y
coherente; hoy contamos con una amplia y confiable literatura etnográfica
sobre el tema.

151
II. LA PLANTA: EL SAN PEDRO

Botánica: Trichocereus pachanoi / Trichocereus peruvianus

El San Pedro (foto 1) es la planta de poder a la que


específicamente nos referimos aquí. Además de San Pedro, denominación
con que el conocimiento del cactus se ha “globalizado”, es conocido con
diferentes nombres de acuerdo a la región: huachuma, remedio, cimorra,
huando, cardo santo, paja, palo, etc. en el norte de Perú; aguacolla,
gigantón y sanpedrillo en Ecuador (Sharon, 1980: 67; Polia 1989: 48;
Cabieses, 1993: 397); achuma en Tupe y otras localidades de habla aimara
de la sierra central de Perú (Tello-Xesspe, 1979: 19; Belleza, 1995: 29). En
internet, la planta puede ubicarse con los nombres de achuma, huachuma (o
wachuma), aguacolla y gigantón.
El San Pedro pertenece a la familia de las Cactáceas, autóctona del
continente americano, y al género Trichocereus, característico de las
regiones andinas (1). El vocablo Trichocereus proviene de tricho: “pelo”,
pues el ovario de la flor y el fruto –una tuna de forma ovoide de unos 5 cm.,
dulce, carnosa y comestible- poseen pelos largos y negros; y cereus:
“cirio”, por la forma columnar de los tallos (Cabieses, 1993: 378).
“El género Trichocereus agrupa alrededor de 48 especies columnares, de
tamaño variable y flores grandes y nocturnas, distribuidas en Argentina,
Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. De estas especies de Trichocereus, de las
cuales existen 12 en nuestro país, la más conocida es el “San Pedro” ó
Trichocereus pachanoi Br. & R.” (Ostolaza, 1980: 40).

El San Pedro fue definido como Trichocereus pachanoi por Britton


y Rose, en 1920, en la sierra sur de Ecuador (Cuenca).
“El Trichocereus pachanoi Br. & R. ó “San Pedro” es de forma arbórea,
de hasta 6 mts. de altura y 10 cms. de diámetro, tiene numerosas ramas que
nacen de la base, ligeramente arqueadas, color verde azulado, con 5 a 8
costillas anchas y redondeadas y un surco transversal sobre las areolas,
que son pequeñas. Las espinas, en cultivo, generalmente ausentes o muy
pequeñas, de 1 a 4; en su hábitat, más desarrolladas, de 3 a 7, desiguales,
de 1 a 2 cms. de longitud, color amarillo oscuro a marrón. La flor, de forma
de embudo, mide hasta 25 cms. de longitud por 20 cms. de diámetro”
(Ostolaza, Ibíd.: 41).

Actualmente, se reconoce también como San Pedro al


Trichocereus peruvianus, especie estrechamente emparentada: “El uso
popular tiende a confundir bajo una misma denominación dos especies
152
distintas de la misma cactácea: el Trichocereus pachanoi y el Trichocereus
peruvianus que, a diferencia del anterior, presenta espinas bien
desarrolladas [...]” (Polia, 1996: 280) (2).

Foto 1. Izquierda: El San Pedro


(Trichocereus pachanoi). Derecha:
Detalle.

El Trichocerus pachanoi
-conocido como “San Pedro
hembra”- es una especie
doméstica, una “planta de jardín”
(3). Los nascas ya la cultivaron y
utilizaron (Towle, 1961: 131;
Polia, 1989: 49); debió ser
mejorada genéticamente y adaptada a nuevos ecosistemas en el periodo
Formativo, o antes. Se ha señalado que el área de difusión de esta planta,
cultivada en los jardines (según la tradición, cuida la casa) abarca diferentes
regiones de Ecuador, Perú y Bolivia (Schultes y Hofmann, 1993: 155).
Según hemos comprobado, esta área se extiende hacia el sur, incluyendo el
norte de Chile y el noroeste de Argentina.
El T. peruvianus o “San Pedro macho”, en cambio, es una planta
espinosa y silvestre o “madriguera” (Cfr. nota 3), no modificada por el
hombre. Es autóctona de la sierra peruana entre los 2000 y 3000 msnm.
Crece espontáneamente en diferentes regiones de la sierra de Ancash: el
callejón de Huaylas cerca de la cueva del Guitarrero (Lynch, 1980: 69, 80),

153
la quebrada Santa Cruz de la Cordillera Blanca a 3300 msnm (Ostolaza
1980: 41), en el valle de Chavín de Huantar (Cané, 1985: 40); en la sierra
de Ica: el valle de Palpa cerca de los petroglifos de Chichiktara (Tello,
1979: 407); en la sierra de La Libertad: el Jequetepeque y otros valles
(Elera, 1994). Esta especie también es utilizada en el curanderismo, aunque
en menor medida que el T. pachanoi: “Algunos maestros prefieren el
cactus silvestre, otros la planta cultivada” (Polia, 1996: 309) (tabla 1).
TABLA 1: LAS ESPECIES DEL SAN PEDRO

Trichocereus pachanoi Trichocereus peruvianus

Popularmente, denominado “San Popularmente conocido como “San Pedro


Pedro hembra”. macho”.
Especie domesticada y cultivada Especie silvestre no modificada por el
(“planta de jardín”). hombre (“planta madriguera”), autóctona
\
de la sierra.
Areolas inermes o con espinas
diminutas. Areolas con espinas (de tres a nueve), la
central más desarrollada de hasta cuatro
Contiene mescalina y otros cm.
alcaloides.
Contiene mescalina (en mayor
concentración que el T. pachanoi) y otros
Uso preferencial en el curanderismo.
alcaloides.
Usado en menor grado por los curanderos.

No se ha identificado con exactitud el centro de origen del


San Pedro (Polia, 1989: 46); sí hay coincidencia en que este se halla
entre los 2000 y los 3000 msnm (4).
Farmacología: la acción psicotrópica del San Pedro
El análisis farmacológico del San Pedro ha revela que contiene
diversos alcaloides: mescalina o TMPE (trimetoxipheniletilamina),
tiramina, metitiramina, metoxitiramina, ordenina, analonina y tricocerene
(Bianchi, 1996: 321). El principal de estos alcaloides es la mescalina,
descubierta a fines del siglo XIX en el cactus mexicano “peyote”
(Lophophora williamsii). La mescalina fue el primer “alucinógeno”
purificado y estudiado farmacológicamente, lo cual permitió conocer
científicamente el origen de los estados modificados de conciencia.

154
Posteriormente, se descubre la presencia de mescalina en el San Pedro y
otros cactus (Cabieses, 1993: 399).
La mescalina se forma en los tejidos del San Pedro,
fundamentalmente en la carne verde adyacente al pellejo externo, su
contenido es aproximadamente de 0.12 por ciento en la planta fresca y de 2
por ciento cuando está seca, aunque su concentración es mayor en el T.
peruvianus que en el T. pachanoi (Ostolaza, 1995: 75) y varía de acuerdo al
lugar donde crece la planta. “Se dice que las variedades de San Pedro que
crecen en las laderas andinas son más potentes [...] debido a la mayor
riqueza mineral del suelo.” (Sharon, 1980: 61).
La mescalina tiene una fórmula molecular casi idéntica a la
noradrenalina, una hormona o intermediario químico que produce
naturalmente el organismo y regula el sistema nervioso periférico,
estimulando la alerta sensorial y muscular frente al mundo exterior. Una
vez asimilada por vía oral, la mescalina actúa en los sistemas
noradrenalínicos modificando o reemplazando algunos de los
intermediarios químicos, a modo de llaves similares que abren las mismas
cerraduras. Es así como se producen estados de conciencia que se
diferencian cualitativamente de la conciencia ordinaria (Cabieses, 1993:
370-374, 399; Schultes y Hofmann, 1993: 183).
Ahora bien, la acción psicotrópica del San Pedro es muy diferente
a la de la mescalina purificada y a la de otros cactus que también contienen
mescalina. Como ha sido señalado, el San Pedro contiene otros alcaloides
cuyos efectos modifican substancialmente la acción de la mescalina,
provocando “[...] un efecto sedante y, en dosis más elevadas, un verdadero
sueño profundo y sin disturbios.” (Bianchi, 1996: 321). “A dichos
alcaloides podría atribuirse el efecto narcótico que siempre se halla
presente en la ingestión de Sanpedro [...]” (Ibíd.: 322). Es notable observar
que el Trichocereus pachanoi, a pesar de su menor contenido en mescalina
que el T. peruvianus, es la especie preferida por los curanderos. En la
ingestión de mescalina purificada es común que se produzcan náuseas,
vómitos, vértigo, palpitaciones, etc.; por el contrario, la ingestión del San
Pedro no produce reacciones fisiológicas tan extremas.
La acción farmacológica del San Pedro se presenta en dos fases. La
primera fase dura aproximadamente una hora -a partir de la ingestión del
brebaje- y se define como un “periodo de latencia” con síntomas
premonitorios: laxitud en algunos miembros, somnolencia, sensación de

155
calor o frío, etc. La segunda fase corresponde a las “alteraciones mentales”:
cenestesias –la más común es la sensación de levitar o volar-, agudización
de la sensibilidad de la piel y de los sentidos en general, variadas
sinestesias (acústico-visuales, óptico-auditivas, etc.) y el despliegue del
pensamiento a través de imágenes simbólicas (Gutiérrez-Noriega y Cruz
Sánchez, 1947: 466-467).
La acción farmacológica es influida decisivamente por el contexto
cultural de uso. Fuera de su utilización en la “medicina tradicional”, el San
Pedro generalmente produce ilusiones, alucinaciones, confusión, etc. Por el
contrario en el curanderismo, donde se usa de acuerdo a un sistema
religioso y fines concretos, y el curandero se define como un especialista en
su manejo y aplicación curativa, el San Pedro propicia “niveles superiores
de intelección” (5):
“Durante los estados de conciencia acrecentada, las redes de relaciones
establecidas entre las ideas entre sí y con los hechos externos, es decir entre
las realidades síquica y física, se hacen conscientes de una manera
cuantitativa y cualitativamente superior, incorporándose al corpus de lo
concienciado una enorme gama de conceptos que se interconectan y
adquieren sentido profundo y coherencia total. Los acontecimientos
externos e internos se entienden entonces como unidades de relación
interdependientes y, por lo tanto intermodificables, a un nivel tal de
concatenación y claridad que justifica plenamente la ritualización y
religiosidad [...] Una palabra clave para la descripción de estas formas de
intelección es velocidad. Esta velocidad de pensamiento es tal, que permite
una visión global de una realidad determinada. [...] Esta iluminación, así
como la posibilidad de manipular zonas específicas dentro de las
mencionadas redes de relaciones, y su dirección terapéutica por parte de
quienes son capaces de dicho manejo, constituye la esencia de este tipo de
curanderismo.” (Menacho, 1988: 24).

“Los estados alucinatorios, lejos de ser aspectos devaluados del quehacer


psíquico son, en este contexto y en sus picos más altos, niveles superiores
de intelección [...]” (Menacho, Ibíd.: 25).

En las palabras de un curandero (Eduardo Palomino, “Tuno”), el San


Pedro propicia:
“[...] una gran “visión”, una aclaración de todas las facultades del
individuo. Produce un ligero adormecimiento en el cuerpo, y después
tranquilidad. Y luego viene un desprendimiento, un tipo de fuerza visual en
el individuo, que incluye todos los sentidos: ver, oír, oler, tocar, etc.; todos
los sentidos, incluso el sexto sentido, el sentido telepático que lo trasmite a
uno a través del tiempo y la materia... Desarrolla el poder de percepción...

156
en el sentido de que si quiere uno ver algo que está lejos... puede distinguir
poderes o problemas o perturbaciones a gran distancia, y vérselas con
ellos... [También] produce... una limpieza general, que incluye los riñones,
el hígado... el estómago y la sangre.” (Sharon, 1980: 68).

En este capítulo, entonces, se presentaron las dos especies: el “San


Pedro hembra” o T. pachanoi (domesticado y sin espinas) y el “San Pedro
macho” o T. peruvianus (silvestre y espinoso). Se describió la acción
farmacológica del San Pedro, enfatizando que: (1) ésta no es semejante a la
de la mescalina pura ni a la de otros cactus mescalínicos y (2) el contexto
cultural de uso es un factor condicionante, de modo tal que en el
curanderismo (a diferencia de los usos no tradicionales) el San Pedro
propicia niveles superiores de intelección.
III. ETNOGRAFÍA: EL SISTEMA RELIGIOSO INHERENTE AL
USO DEL SAN PEDRO EN EL CURANDERISMO DEL
NORTE DE PERÚ
El uso tradicional del San Pedro se extiende por diferentes
localidades andinas del norte de Chile, noroeste de Argentina, Bolivia, Perú
y Ecuador, donde perdura el cultivo de la especie doméstica (T. pachanoi).
Sin embargo, la tradición prehispánica propia de su uso se ha conservado
mejor en el norte de Perú, particularmente en la sierra de Piura
(Huancabamba y Ayabaca) donde se encuentran las lagunas Huaringas.
El curandero, llamado “maestro”, es una respetada figura social,
una especie de médico-sacerdote tradicional. La iniciación en “el arte”
generalmente se transmite de padre a hijo. Al igual que los herbolistas
indígenas, el curandero posee los conocimientos acumulados durante
milenios acerca de las propiedades de las plantas. Sin embargo, lo que
define al “maestro curandero” como tal, es su capacidad para diagnosticar
las causas de las enfermedades -o predecir otros asuntos- a través de los
estados superiores de intelección propiciados por el San Pedro; “[...] no se
es curandero si no se es capaz de dominar la virtud del San Pedro.” (Polia,
1989: 59).
El uso del San Pedro es el rasgo central y definitorio del
curanderismo del norte de Perú; otras plantas de poder, como el “tabaco”
(Nicotiana tabacum) o la “micha” (Brugmansia) son de uso
complementario. El uso del San Pedro implica un sistema religioso con
características propias, condicionadas por su acción farmacológica. “Estas
prácticas están sostenidas por sistemas de pensamiento que poseen una

157
lógica interna específica y especial, lo cual hace difícil su comprensión
desde afuera.” (Menacho, 1988: 25). Por ello, su estudio es una
especialidad etnográfica que exige una vocación “chamánica” del
antropólogo: su iniciación, la observación participante en rituales -como
aprendiz de uno o varios maestros- durante un tiempo más o menos
prolongado, para ver “desde adentro” el sistema religioso inherente al uso
del San Pedro. Por fortuna, hoy contamos con exhaustivos estudios que
facilitan su comprensión, particularmente Sharon (1980) y Polia (1996,
1989) (6). A partir de citada bibliografía y a la luz de la propia experiencia,
hemos elaborado una síntesis teórica, explicando el sistema religioso
inherente al uso del San Pedro a partir de 5 rasgos o aspectos.
El espacio ceremonial de uso del San Pedro: la “mesa”

El San Pedro se usa en un ritual o ceremonia –la “mesada”- que se


realiza en la “mesa”: un manto extendido en la tierra sobre el cual se
disponen “los artes” (figura 1).
“Cada curandero posee un ajuar personal de objetos rituales. Estos, en
general, son heredados de su propio maestro –si el curandero pertenece a
una línea de iniciación patrilineal, o de maestro a discípulo- siendo el ajuar
poco a poco enriquecido con nuevos objetos que pueden ser comprados,
adquiridos en otro modo, o encontrados. El conjunto de objetos que
conforman la mesa se llama “los artes”. Algunos de estos “artes”, como la
“espada mayor”, la vara de chonta –llamada “vara defensa” o “citadora”-
y la sonaja (“chungana”) junto con las conchas y caracoles marinos, son
inseparables de la función misma del curandero.” (Polia, 1996: 347).

Si bien las “mesas” varían de acuerdo a la región y al modo de


trabajo de cada curandero, todas comparten básicamente la misma tipología
de “artes”, que incluye: varas de madera, espadas y puñales, caracoles y
conchas marinas, piedras (cuarzo, turquesa, pirita, etc.), objetos
arqueológicos o “artes gentiles”, sonajas (cascabeles o “chunganas”),
perfumes, bebidas, alimentos, ingredientes o partes de animales (piel de
puma, grasa de la boa “macanche”, etc.), imágenes católicas, talismanes de
hierbas o “seguros”, etc. (Menacho, 1988: 19) (7).
En la organización espacial de la “mesa” subyacen dos principios:
la dualidad simétrica y la cuatripartición; éstos expresan una cosmovisión
basada en los conceptos de “dualismo dinámico” y “los cuatro vientos”.
“Los artes” ocupan un lugar establecido dentro del espacio ceremonial. El
San Pedro es la única planta de poder directamente asociada a una

158
cosmovisión físicamente representada en la “mesa”, y que se remonta a
tiempos muy antiguos (Camino y Anderson, 1994: 34).
El tiempo ceremonial de uso del San Pedro
El tiempo de la “mesada” está condicionado por la acción
farmacológica de la planta:
• En su duración: unas ocho horas aproximadamente, el lapso que dura el
estado especial de conciencia que produce el San Pedro.
• En su “calidad”: caracterizada por un aumento en la agudeza de los
sentidos y la consecución de estados de elevado rendimiento intelectual.
• En su horario nocturno y lunar, en parte debido a la sensibilización de la
vista y midriasis (dilatación de las pupilas) que provoca el San Pedro,
haciendo la visión incompatible con el resplandor del sol y muy adecuado
el brillo más tenue de la luna.
El modo de consumo del San Pedro: bebida sacramental
C
am
po

izquierdo Campo central Campo derecho

Figura 1. La “mesa”.

159
El San Pedro es una bebida. Para su preparación, los tallos de la
planta se cortan en rodajas y se hierven durante varias horas. El zumo de la
decocción del San Pedro, un líquido espeso y amargo, se utiliza como
bebida. Su ingestión representa un “sacramento”, porque es necesariamente
grupal y permite la “comunión” con las “divinidades” (los espíritus de los
lagos y cerros, los espíritus de los antepasados) (Polia, 1996: 306, 327).
Desarrollo de la acción ritual o “mesada”
El desarrollo del “ritual de San Pedro” o “mesada” consta de dos
fases, en correspondencia con las dos fases de la acción farmacológica. La
primera fase, dura aproximadamente desde las 10 pm hasta la medianoche
y consiste en la bebida sacramental del San Pedro, acompañada de
invocaciones a las “divinidades” y otros actos rituales. La segunda fase
dura desde la medianoche hasta el amanecer, los estados acrecentados de
conciencia que propicia el San Pedro se aplican para el “rastreo”
(investigación) y diagnóstico o predicción de los problemas específicos que
motivaron la “mesada”.
La función social del uso del San Pedro
Los fines, o utilidades concretas del uso del San Pedro, se refieren
primordialmente al diagnóstico de las enfermedades. Además, esta planta
juega una relevante función social. Las Huaringas, en la sierra de Piura,
constituyen un centro de peregrinación de “clientes” (agricultores, pastores,
pescadores, etc.) de la costa, la sierra y la selva alta del norte de Perú
(desde La Libertad hacia el norte) y del sur de Ecuador (desde Loja hacia el
sur). De tal forma, el uso del San Pedro demarca los límites de un “eje de
salud” y representa un factor de cohesión social e identidad cultural
(Camino, 1992: 37-64).
Resumiendo: la acción farmacológica del San Pedro condiciona los cinco
aspectos que hemos definido, y que constituyen un sistema religioso con
una lógica propia y específica.
IV. HISTORIA: REFERENCIAS ESCRITAS SOBRE EL USO DEL
SAN PEDRO EN TIEMPOS COLONIALES
La achuma
A principios del siglo XVII, el vocablo achuma aparece en el
Vocabulario de la lengua aymara de Bertonio (1984 [1612]: 7): “Achuma:
Cardo grande; y vn beuedizo que haze perder el juicio por vn rato”.

160
Identificamos en la citada fuente dos acepciones de achuma. En primer
lugar, un sentido “natural”, achuma alude a la planta; en una segunda
acepción, un sentido “cultural”, achuma es una bebida preparada con fines
rituales “que haze perder el juicio por vn rato”. Podría añadirse que “Del
nombre de esta planta deriva indudablemente el verbo actual criollo del
Perú y Chile chumarse, sinónimo de emborracharse, embriagarse.” (Cobo
1956 [1631]: 205).
Durante la primera mitad del siglo XVII, la Iglesia Católica
emprendió una campaña para “la extirpación de idolatrías”. En este
contexto, la achuma representó un obstáculo para la aculturación de los
nativos, y por ello se convirtió en uno de los objetivos de los extirpadores.
“Es ésta una planta con que el demonio tenía engañados a los indios del
Perú en su gentilidad; de la cual usaban para sus embustes y supersticiones.
Bebido el zumo della, saca de sentido de manera que quedan los que lo
beben como muertos, y aun se ha visto morir a algunos por causa de la
mucha frialdad que el cerebro recibe. Transportados con esta bebida los
indios, soñaban mil disparates y los creían como si fueran verdades.” (Cobo
1956 [1631]: 205).

“Y para concluyr con este capítulo [...] remataré / con una infernal
[idolatría] que todavía dura y está muy introducida, y usada dellos y de los
casiques y curacas más prinçipales desta nación y es que para saber la
voluntad mala ó buena que se tienen unos á otros, toman un brebaje que
llaman Achuma; que es una acua, que haçen del çumo de unos cardones
gruessos y lisos, que se crían en valles calientes; bévenla con grandes
çeremonias, y cantares: y como ellas sea muy fuerte, luego, los que la beven
quedan sin juiçio; y privados de su sentido: y ven visiones que el Demonio
les representa, y conforme a ellas jusgan sus sospechas y de los otros las
intensiones.” (Oliva, 1998 [1631]: 169).

Otras fuentes del siglo XVII refieren el uso de la achuma en Cuzco


(Polia, 1996: 284); la Provincia de los Charcas; (León Pinello, 1943 [1656]:
43); Potosí (Polia, 1999: 138) y Cajatambo (Polia, 1996: 283);
reproducimos textualmente en una nota (8) cada una de estas referencias.
Además, encontramos otro comentario, sobre el uso de la achuma,
que había permanecido “escondido” (quizás porque la planta se refiere
como “chuma”); proviene de Chuquisaca, provincia de los Charcas.
“La chuma que son vnos cardones espinosos asados en rebanadas, y
puestas sobre la parte dolorida de la goza alibia el dolor, y lo quita, del
sumo de esta yerba usan los indios supersticiosamente bebiendola con que

161
pierden el sentido, y dicen que ven quanto quieren [...]” (Vásquez de
Espinosa, 1948 [1630]: 610).

La descripción física y la utilidad cultural de la achuma, que


comentan los documentos del siglo XVII, coincide plenamente con la
definición botánica y el uso tradicional del Trichocereus pachanoi o
“San Pedro hembra”. Habíamos dicho que esta es una especie
domesticada, cultivada y de tallos glabros (sin espinas);
coincidentemente la achuma es definida como cardones “lisos, que
crían en valles calientes” (Oliva, Ibíd.: 169).
El modo de consumo de la achuma también es el mismo que
actualmente se hace del T. pachanoi: “[...] toman un brevaje que llaman
Achuma; que es una acua, que haçen del çumo de unos cardones [...]”
(Oliva, Ibíd.: 169). Con la planta se preparaba un zumo que se bebía en el
contexto de un ritual colectivo, con grandes ceremonias y cantos.
El San Pedro, bajo la denominación de achuma, era utilizado por
las elites gobernantes, “Los casiques y curacas mas prinçipales desta
nación [...]” (Oliva, Ibíd.: 169), a lo largo y ancho de los Andes Centrales.
Es notable la importancia político-religiosa del San Pedro en diversas
sociedades prehispánicas al momento de la conquista. “En particular se ha
predicado contra una bebida q. Llama Achuma [...]” (9) ; “Es ésta una
planta con la cual el diablo seducía a los indios del Perú en su paganismo
[...]” (Cobo, 1959: 205).
Bertonio, Oliva, Cobo y los otros citados autores, coinciden al
caracterizar los diferentes aspectos relacionados con el uso de la achuma.
Se trata de una documentación muy valiosa, pues nos permite conocer
cómo eran las características del uso del cactus en un contexto aun casi
totalmente prehispánico. Es posible reconstruir, al menos parcialmente, el
sistema religioso inherente al uso del San Pedro en el siglo XVII.
El aguacolla
A diferencia del vocablo achuma, registrado en diccionarios
aimaras, el término aguacolla (escrito de diferentes formas: hahuacolla,
avacollay, jahuackollay) aparece en los diccionarios quechuas del siglo
XVII: “Hahuakollay, nom. Flor de espino, el espino que tiene ramas,
jigantón.” (Gonzáles de Holguín, 1901: 104).

162
Actualmente aguacolla y achuma se utilizan indistintamente, como
sinónimos de San Pedro. Esto no era así en el siglo XVII. Cobo, en la
misma obra en que se refiere a la achuma (que como hemos visto
corresponde al Trichocereus pachanoi o “San Pedro hembra”, cultivado,
sin espinas y de uso ritual), describe al “avacollay” como un cardón
silvestre y espinoso que crece en los riscos y arenas de los Andes.
“El cardón llamado avacollay es el mayor de los de esta segunda clase, en
que se ponen todos los demás que son verdes, espinosos, acanalados y que
no dan madera de provecho; y deben de pasar de diez a doce suerte dellos.
El avacollay crece unas veces levantado y derecho, y otras, tendido por el
suelo, que no parece sino culebra verde. Tiene de cuatro a seis esquinas; en
la hechura se parece a un cirio de muchos pábilos. El tan grueso como el
brazo y largo desde uno hasta dos estados. Echa en su cumbre una flor
blanca [...]” (Cobo, 1956 [1631]: 205).

Además, la utilidad que se menciona del aguacolla no es la misma


que la de la achuma:
“[...] para que la mezcla que ansi habían de llevar en el lucimiento de las
casas ansi por dentro como por de fuera pegase y no se resquebrajase,
mandó [Ynga Yupangue] que trujesen para aquel tiempo mucha cantidad
de unos cardones que ellos llaman aguacolla quizca con el zumo de los
cuales fuesen untadas las tales paredes [...]” (Betanzos, 1987 [1551]: 76-
77).

Al respecto podríamos agregar que ésta cola “se hace echando a


cocer algunos trozos tiernos [de cactus], y el agua en que se cocieron
queda glutinosa y a propósito para el efecto dicho.” (Cobo, 1956 [1631]:
204). Es notable que el modo de preparación de esta cola es el mismo que
el de la preparación de la achuma (en su acepción de bebida).
Queda claro, entonces, que en el siglo XVII achuma y aguacolla se
consideran dos cactáceas diferentes. La achuma es un cactus domesticado,
cultivado, sin espinas y con el cual se hace una bebida con propiedades
psicotrópicas de utilidad ritual; el aguacolla es un cactus silvestre, espinoso
y que se utiliza como elemento cohesivo para la pintura de muros (no se
menciona su uso como bebida ritual, pero no puede descartarse que
también haya servido para este fin). De acuerdo a las descripciones de
Cobo, la achuma se identifica con la especie Trichocereus pachanoi o “San
Pedro hembra” y el aguacolla con la especie T. peruvianus o “San Pedro
macho”.

163
Finalmente, en la segunda mitad del siglo XVIII, en Cajamarca, se
utilizaba el San Pedro con el nombre de “gigantón” y con fines
medicinales. Entre los procesos por supersticiones de aquella época, se
refiere el caso de un curandero cuyo oficio se fundamenta en el uso ritual
de “gigantón” (10). El sistema religioso inherente al curanderismo del norte
de Perú aparece aquí, hace más de dos siglos, nítidamente configurado.
V. ARQUEOLOGÍA: EVIDENCIAS DE USO DEL SAN PEDRO EN
TIEMPOS PREHISPÁNICOS
A partir de los años 70, una serie de evidencias arqueológicas
documentan la presencia del San Pedro desde el periodo Formativo. “El
primer cacto alucinogénico representado en el arte antiguo de América es
un miembro alto y columnario de la familia cereus, el trichocereus
pachanoi [...]” (Furst, 1980: 198). El San Pedro es una de las plantas mejor
representadas en la iconografía prehispánica, un amarre firme entre
Arqueología Andina y plantas de poder.
Nuestro desafío aquí es presentar un panorama sintético pero
exhaustivo, actualizado y ordenado cronológicamente, de las evidencias de
uso del San Pedro en tiempos prehispánicos. Además de recopilar todas las
evidencias seguras señaladas en los estudios previos, añadiremos otras
como fruto de esta investigación (tabla 2).
Este esfuerzo, que no se realizaba de modo sistemático desde hace
ya más de dos décadas cuando fue esbozado como “La historia de una
planta mágica” (Sharon, 1980: 60-65), tuvo sus recompensas. La primera,
constatar que se han sumado, en el tiempo transcurrido, una gran cantidad
de nuevas evidencias, corroborando que “La documentación del uso del
San Pedro abarca más de tres mil años y sugiere una asombrosa
continuidad de tradición mágico-religiosa en el área andina.” (Sharon,
Ibíd.: 67). La segunda, descubrir que la presencia del San Pedro en
contextos arqueológicos no se limita a 3000 años, sino que se remonta hasta
por lo menos 8600 años a. C., desde el comienzo del proceso de
neolitización en los Andes (cueva del Guitarrero, sierra de Ancash).
En función de ordenar la presentación de las evidencias, las
dividimos en tres periodos: a- Arcaico (8000-1600 a. C.), b- Formativo
(1600-200 a. C.) y c- desde el fin del Formativo hasta la Conquista.
a- ARCAICO (8000-1600 A. C.): RESTOS BOTÁNICOS EN
GUITARRERO

164
Se había supuesto, sin contar aun con pruebas, que las propiedades
del San Pedro fueron conocidas y utilizadas en tiempos paleolíticos,
cuando la supervivencia del hombre dependía en gran parte del
conocimiento y utilización de la flora. Los argumentos a favor de esta
hipótesis eran que: a- los alcaloides del San Pedro pueden ser asimilados a
través del simple mascado e ingestión de los tallos crudos y esta modalidad
de consumo, que está registrada iconográficamente en tiempos
prehispánicos, debió ser descubierta y utilizada muy tempranamente; b- en
el curanderismo actual hay elementos y características que evocan la
ideología de cazadores-recolectores (Sharon, op. cit.: 132).
En esta tesis se aportan pruebas arqueológicas y botánicas que
documentan la presencia del San Pedro desde tiempos paleolíticos y
durante el proceso de neolitización.
La cueva del Guitarrero se encuentra en el Callejón de Huaylas, a
2580 msnm, en las laderas de la Cordillera Negra y frente a la Cordillera
Blanca, a 150 m del río Santa y cerca del pueblo de Mancos (departamento
Ancash). Fue ocupada desde 8600 años a. C. de modo continuado, sus
habitantes llevaron una estrategia de subsistencia mixta: por un lado la
recolección y caza (con desplazamientos estacionales por zonas ecológicas
a diferentes alturas) y por otro lado un incipiente cultivo. Entre los años
8600 y 5600 a. C. cultivaron oca (Oxalis sp.), pallar (Phaseolus lunatus),
frijol (Phaseolus vulgaris) y ají (Capsicum chinense). Otras plantas
recolectadas que podrían haber estado en proceso de domesticación son
cucúrbita (Cucurbita), lúcuma (Pouteria lucuma), pacae (Inga ssp.) y
achuma (Trichocereus peruvianus) (Lynch, 1980: 90-111).

165
Figura 2. Guitarrero: areola con espinas de “achuma” o San Pedro
(T. peruvianus), datada hacia 6800–8200 a. C.

El San Pedro silvestre y espinoso, identificado en el citado estudio


como Trichocereus peruvianus y con el nombre popular de achuma (op.
cit.: 303), crecía hace 10000 años, tal como en la actualidad, entre la flora
autóctona de las laderas de la Cordillera Negra aledañas a la cueva de
Guitarrero (op. cit.: 69). Su cosecha deliberada -y probablemente el inicio
de su cultivo y consiguiente domesticación- es un hecho sugerido por el
estudio de los restos botánicos recuperados, que revelan:
• La presencia de polen de T. peruvianus -no menor al 5%- entre el polen
de diversas familias vegetales de los estratos más profundos de la caverna,
de modo continuado durante tres milenios en el periodo de 8600 a 5600 a.
C., y que sobrepasa el 15% entre los años 7400-6800 a. C. Esta evidencia
palinológica podría explicarse por la abundancia de la especie en el
medioambiente circundante; sin embargo, junto al polen aparecieron restos
fosilizados del cactus -“Trichocereus macrofossils” (op. cit.: 57)-, los
cuales evidencian que tallos o trozos de la planta fueron cosechados e
introducidos en la cueva por el hombre.
• Una areola perfectamente conservada (“spine cluster”), con un trozo de
pellejo del tallo adherido y 9 espinas (la central más desarrollada, de 4 cm),
fue identificada como achuma (Trichocereus peruvianus) y datada hacia
6800 y 6200 años a. C. (figura 2). Con estas mismas areolas espinosas
-simbolizadas como “estrellas”- se representó al cactus en el arte de Paracas
y Nasca (ver figura 7).
• Un trozo de tallo del cactus, recuperado de estratos disturbados, data
entre 5600-500 años a. C. (op. cit.: 88).
• Un fragmento de fruto de Trichocereus, proveniente de un contexto muy
disturbado (op. cit.: 88).
La citada investigación es anterior a la identificación del T.
peruvianus como San Pedro, por consiguiente el verdadero significado y la
importancia de su presencia en Guitarrero no fue percibida por Lynch y sus
colaboradores.
“I have had no reports of the use of Trichocereus other than for the fruit, in
this area. A relate species of northern Peru, T. pachinoi [sic], is the source
of an hallucinogenic drug.” (Ibíd.: 101).

166
Como en la época de este estudio aún se desconocía que este cactus
es el “San Pedro macho” y posee una concentración de mescalina mayor
que el T. pachanoi, se presumió que el interés de los habitantes de
Guitarrero por la achuma estuvo dirigido a sus frutos comestibles. Sin
embargo, estos no representan gran alimento ni justifican la presencia de
“macrofossils” y del tallo de la planta, desde 8600 a. C.
“I have no information on current use of this species [T. Peruvianus y
Opuntia maxima] other than the occasional eating of the tuna. It is possible
that the stems were once eaten as they are in Mexico at the present time.”
(Ibíd.: 109).

Si los habitantes de Guitarrero han mascado e ingerido los tallos


del cactus, como se sugiere, entonces han conocido y utilizado sus efectos
sicotrópicos y medicinales. Como hemos visto, esta es una modalidad de
consumo del San Pedro y según se presume la más antigua (11).
Junto al polen del T. peruvianus se identificó el de otras familias de
plantas con propiedades rituales y medicinales, utilizadas en tiempos
prehispánicos: Ephedraceae, Onagraceae (Fucsia boliviana), Labiatae
(Salvia tubiflora), etc. (Lynch, op. cit.: 87-119; Towle, 1961). Hoy en el
curanderismo el San Pedro, también llamado “remedio”, es el eje de toda
una polifarmacia de yerbas, “[...] constituye una verdadera panacea y [...]
forma parte de la composición de la mayoría de los brevajes. Se supone
que esta planta estimula las virtudes de otras plantas medicinales” (Cruz
Sánchez, 1948a: 255). Es posible que el San Pedro sirviera al hombre de
Guitarrero para investigar en la flora, identificando o potenciando las
propiedades de otras plantas y facilitando el conocimiento y la apropiación
del entorno natural.
Desde la botánica, se afirma que el “San Pedro hembra” (T.
pachanoi) es una planta domesticada en el periodo Formativo o antes. Es
lógico pensar que el “San Pedro macho” (T. peruvianus), la especie
silvestre más cercana, haya sido el punto de partida de este mejoramiento
genético. La presencia de T. peruvianus en Guitarrero, un “laboratorio” de
domesticación de plantas, indica que posiblemente en este sitio se haya
originado el T. pachanoi como especie domesticada a partir del T.
peruvianus. La única diferencia visible entre ambas especies es que el T.
pachanoi carece de espinas (obsérvese que actualmente se le quitan las
espinas al T. peruvianus para facilitar su manipulación y transporte).

167
En definitiva, el San Pedro es la primera planta de poder registrada
en la Arqueología Andina. Surge como altamente probable su utilización
ritual desde el inicio del proceso de neolitización en los Andes Centrales.
b- FORMATIVO (1600-200 A. C.)
Indicios botánicos y malacológicos en templos del Formativo
Temprano
Las Aldas, Garagay y Monte Grande son templos o centros
ceremoniales que tuvieron su auge en la segunda mitad del Formativo
Temprano, hacia 1200-900 años a. C. Comparten, junto a otros edificios de
la época, un patrón arquitectónico conocido como complejo “plaza
hundida-pirámide” (Williams, 1980: 398-454). En ellos han sido
encontrados diferentes indicios de uso del San Pedro, asociados al arte
chavín.
Las Aldas: restos de cortezas de cactáceas

Las Aldas se encuentra en la costa norcentral, unos 15 km al sur de


la desembocadura del río Casma. Es un templo construido sobre un cerro
cortado a pico sobre el mar, ocupado entre 1200-900 años a. C. Consta de
una pirámide principal antecedida de una plaza circular hundida (añadida
hacia 1190 a. C.); los pisos fueron enlucidos con pigmentos de colores
(Fung, 1967; Williams, 1980: 430-433).
En Las Aldas se recuperaron: “[...] varias cortezas de cactáceas
envueltas a manera de cigarrillos. Identificados por el Dr. Earl Smith [...]”
(Fung, 1969: 120). Precisamente, en el pellejo exterior de los tallos y en la
carne verde adyacente al mismo, es donde se concentran los alcaloides. Por
el contexto del hallazgo -plataforma 4 del Templo- la autora infiere un uso
ceremonial de “cigarros de cactáceas” (interpretación poco probable, como
luego veremos): “Cigarros de la corteza de una cactácea, probablemente
San Pedro, hemos encontrado en el sitio de Las Aldas. Estaban asociados
a la basura del complejo Chavín [...], lo cual no es sorprendente porque
este cactus ha sido identificado en los diseños de las piedras, los tejidos y
de la cerámica del estilo chavín.” (Fung, 1983: 79).
• Garagay: uso del San Pedro en arquitectura y pintura
El templo de Garagay se ubica en la costa central, actualmente
dentro de la ciudad de Lima. Fue ocupado entre los años 1200-900 a. C.,

168
contemporáneamente a Las Aldas (Burger, 1992: 114). Consta de un patio
de acceso desde el cual se asciende, por una escalinata central, a una plaza
cuadrangular hundida y luego a la pirámide central, escalonada y con dos
alas laterales (Williams, 1980: 434-438).
El edificio estuvo íntegramente pintado de color rojizo; además los
cuatro muros de la plaza hundida presentan frisos en alto relieve
policromados, de estilo “chavinóide”. Los arqueólogos que excavaron en el
sitio sostienen: “[...] no hemos identificado con seguridad el médium de
fijación empleado con los pigmentos, pero sospechamos que fue el zumo
obtenido del Trichocereus pachanoi o San Pedro, cactus alucinógeno que
contiene mescalina como principal agente activo.” (Ravines e Isbell, 1975:
252-274) (12).
Además “Espinas de este cactus se han encontrado en los mismos
materiales de construcción asociados a los pisos, así como en los adobes
[...]” (Ravines e Isbell, Ibíd.: 262). Como señala Ostolaza (1995: 75), es
más probable que se trate de la especie T. peruvianus, que tiene espinas de
3 a 5 cm de largo. Estas mismas espinas aparecen también a modo de
cetros, a ambos lados de un ídolo antropomorfo de estilo “chavinóide”, con
ojos de concha “mullu” (Sondylus) y colmillos felínicos, depositada en
asociación con los frisos modelados (Ravines, 1984: 31).
• Monte Grande: “caracoles sagrados”
Los caracoles del género Scutalus sp., conocidos como “caracoles
de tierra” (Fung, 1967) o “caracoles de loma” (Shady y Leyva, 2003: 261),
viven y se alimentan de la corteza de cactáceas (T. peruvianus,
Neoraimondia arequipensis) que contienen mescalina y otros alcaloides
(figura 3). Estos moluscos son un alimento rico en proteínas y por lo tanto
debieron representar un importante ingrediente en la dieta desde tiempos
muy

169
antiguos; pero también tienen propiedades sicoactivas, pues asimilan los
alcaloides de los cactus.
Figura 3. Cactus Neoraimondia arequipenses con cerca de 190 “caracoles
sagrados” (Scutalus sp.).

Bourget (1990) llama la atención acerca de “Caracoles sagrados en


la iconografía moche”. En esta cultura, el autor identificó más de treinta
vasijas cerámicas de asa estribo -pintadas en rojo sobre blanco o modeladas
con gran realismo- en las que aparece el Scutalus sp. integrado a un sistema
iconográfico compuesto de varios temas: la recolección ritual de caracoles
en paisajes montañosos con cactus columnares, la representación de
moluscos felinizados o de felinos con antenas y caparazón sobre el lomo,
etc. Bourget infiere que los mochicas habían incorporado el caracol a su
universo mágico-religioso por sus cualidades sicoactivas.
Unos años más tarde Elera (1994: 230-231) registra la presencia de
los mismos caracoles en el ámbito Cupisnique durante el Formativo
Temprano y Medio, como un elemento común en los residuos domésticos y
en contextos funerarios. Además, recoge información etnográfica acerca
del uso “tradicional” que hacen de estos caracoles los campesinos de
Jequetepeque, Virú y otros valles norteños durante la estación de lomas.
Estos caracoles son actualmente consumidos tanto con fines puramente de
alimentación (para ello los purgan previamente con maíz) como con fines
específicamente rituales (para lo cual son preparados sin purgar).
En el sector medio del valle de Jequetepeque se halla el templo de
Monte Grande, que corresponde al Formativo Temprano. Elera identifica el
hábitat de los caracoles en relación a la arquitectura: un sector del edificio
se orienta hacia el río y otro hacia la cima del Cerro Sapo, en cuyas laderas
crece espontáneamente el San Pedro y otros cactus mescalínicos, y es el
lugar de residencia y alimentación de los caracoles (Elera, 1994: 229-232).
Finalmente, el citado autor se refiere al posible rol que
desempeñaron los “caracoles sagrados” en el ritual. “Es así que la
simbiosis cactácea-caracol terrestre, así como el consumo-alucinación que
produce este molusco debió jugar un rol significativo en el ritual de los
pobladores tempranos de Monte Grande.” (Ibíd.: 231); “[...] tanto los
ambientes cerrados como los abiertos de la arquitectura religiosa de
Monte Grande servían para actividades rituales y ceremoniales de
carácter público o circunscrito a unos pocos iniciados en ambientes
restringidos.” (Ibíd.: 231).

170
Sugestivamente, caracoles de tierra (Scutalus sp.) fueron hallados
en Las Aldas, sitio del que se extrajeron cortezas de cactáceas. Estos
caracoles también se han encontrado, a modo de ofrendas, en contextos
ceremoniales de la Ciudad Sagrada de Caral-Supe, pertenecientes al
Arcaico Tardío (Shady y Leyva, 2003: 261).
Los indicios botánicos y malacológicos aquí recopilados, hallados
por diferentes autores en Las Aldas, Garagay y Monte Grande, arrojan
como altamente probable el uso del San Pedro en las prácticas rituales
realizadas en los templos durante el Formativo Temprano.
Indicadores iconográficos: representación del San Pedro en el arte
chavín
Las primeras evidencias iconográficas de uso del San Pedro se
producen en el contexto del arte chavín, hacia 750 años a. C. o antes.
En sentido original y estricto, el concepto “arte chavín” (o “estilo
chavín”) se refiere al arte lítico de Chavín de Huántar, que ornamenta
elementos estructurales (piedras de muros o techos, cornisas, columnas,
etc.) y representa, en las palabras de Tello “[...] la más rica fuente
histórica y el mejor testimonio del alto grado de civilización alcanzado por
la raza peruana.” (Tello, 1960: 160). Chavín de Huántar se halla en la
sierra norcentral a 3180 msnm, en el callejón de Conchucos (departamento
Ancash). Consta de seis principales edificios: A, B, C, D, E y F, unidos
entre sí por plataformas y escalinatas; con una secuencia de cinco grandes
fases constructivas entre 1300 y 600 años a. C. (Kembel, 2001; Rick,
2005a).
Figura 4. Relieve 12: El
portador de San Pedro.

En un sentido
amplio, por extensión, se
denomina “arte chavín” o
“estilo chavín” a aquel, de
otros sitios relacionados, que
es “[...] íntimamente
semejante a las tallas en
piedra de Chavín de
Huántar” (Willey, 1970:
169).

171
Las diferentes expresiones del arte chavín pueden ser clasificadas
en dos tipos: a- aquellas que corresponden a la decoración de los templos
(relieves, esculturas y pinturas murales) y b- objetos artísticos
transportables, generalmente interpretados como parafernalia ritual:
botellas, cuencos y otros recipientes de cerámica modelada, policromada
y/o incisa, telas pintadas y tejidos bordados, “adornos” de oro repujado,
piedra, hueso, concha, etc. (Rowe, 1970: 251). El San Pedro aparece
representado tanto en la decoración de los templos como en artefactos
móviles, en diferentes técnicas artísticas y en los diversos sitios por donde
se difunde el arte chavín. Presentamos a continuación éstas evidencias
iconográficas (13).

Figura 5. Fragmento de un relieve gemelo del “portador de San Pedro”.

• Chavín de Huántar: los “portadores de San Pedro” en el Templo del


Lanzón
Las excavaciones de Lumbreras en el Templo del Lanzón de
Chavín de Huántar, durante los años setenta, dieron a luz 22 bajorrelieves,
encontrados in situ como parte de la pared de una plaza circular. Uno de
estos relieves (de 70 cm de ancho por 80 cm de altura) representa un
personaje antropomorfo con atributos animales y sosteniendo en su mano
derecha un tallo del San Pedro de cuatro estrías. Esta figura ha sido
llamada “el portador de San Pedro” (Lumbreras, 1989: 160) (figura 4).
Posteriormente, en las excavaciones realizadas en la plaza circular, en el
año 2001, fue descubierto el fragmento de un relieve gemelo, representando
a un segundo “portador de San Pedro” (figura 5) (Rick, 2005b: 13, 31).

172
Estos relieves pertenecen a la última gran ampliación del Templo de
Lanzón, que incluyó la construcción de la plaza circular; su antigüedad,
entonces, es de 750 años a. C. El San Pedro aparece también en otros
relieves de Chavín de Huantar, que se hallan en el depósito lítico del sitio
arqueológico. Uno de ellos, reproducido por Tello (1960: figura 50),
representa cuatro tallos del cactus, de cuatro estrías cada uno. Chavín de
Huántar fue el principal oráculo y centro de peregrinaje durante el
Formativo, hacia 1300-600 años a. C. (Rick, 2005a: 71), de lo cual se
deduce la importancia social que adquirió el uso del San Pedro en esta
época.

• Cupisnique: el tema “felino entre cactus” en la cerámica


En el área Cupisnique (14) del norte de Perú, se han encontrado
una serie de ceramios de asa estribo con representaciones del San Pedro.
En su mayoría, han sido obtenidos en el valle de Jequetepeque a través de
excavaciones clandestinas (15), por lo cual se desconoce su procedencia
exacta y su contexto arqueológico, siendo su ubicación cronológica
incierta. De todas maneras, por su estilo, la mayoría de ellos se atribuyen al
Formativo Medio (900-400 años a. C.).
La recurrencia de cactus columnares y felinos en un tipo particular
de cerámico de asa estribo, ha permitido tipificar el tema “felino entre
cactus” (Alva, op. cit.: 71), característico del estilo cupisnique, también
llamado “chavín clásico” por su semejanza con el arte lítico de Chavín de
Huantar.
“Una notable confusión entre los arqueólogos, que se da desde la década
del 30 hasta nuestros días, es que se tome como ejemplo, para ilustrar
alfarería clásica “Chavín”, botellas de asa estribo Cupìsnique.
Determinados rasgos morfológicos y, sobre todo, ciertas representaciones
iconográficas en la cerámica Cupisnique que tienen paralelos con parte de
la cerámica encontrada, así como el estilo de las representaciones
iconográficas del corpus lítico de Chavín de Huantar, postulan una
tradición cultural común con este sitio cuya naturaleza está en proceso de
investigación.” (Elera, 1994: 227).

Se conocen más de una docena de botellas con el tema “felino entre


cactus”, algunas enteras, otras restauradas y otras por fragmentos (figura 6).
Las características compartidas por todas son:
La botella: cerámica de asa estribo; cuerpo globular; pasta granular fina;
color gris a imitación de la piedra; base plana o semiplana; labio
173
ligeramente aplanado o redondeado; diseños escultóricos modelados en
relieve y grabados con incisión y punteado (Alva, op. cit.: 45, 70).

Figura 6. El tema “felino entre cactus” en la cerámica Cupisnique o “chavín


clásica”.

El San Pedro: dos o tres tallos modelados, con cuatro estrías y sin espinas
(las areolas han sido figuradas como puntos incisos), sobresalen del cuerpo
globular de las botellas. Se identifica la especie Trichocereus pachanoi o
“San Pedro hembra”; su representación es similar a la que se aprecia en el
arte lítico de Chavín de Huántar.
El felino: se representa de modo realista en diferentes posiciones -saliendo
de una cueva, sentado, echado, parado; de frente o de perfil-, al acecho
entre los tallos columnares del San Pedro, mostrando los colmillos en
actitud agresiva y decorado con círculos concéntricos; a veces junto a boas
y signos escalonados en voluta. Estos felinos se parecen notablemente a los
de la plaza circular de Chavín de Huántar.

Las semejanzas entre las representaciones del tema “felino entre


cactus” en el área Cupisnique y los “portadores de San Pedro” en Chavín

174
de Huántar (en ambos casos el cactus se representa en un similar estilo, con
cuatro estrías o “vientos”, asociado al felino, etc.), indican que esta planta
estuvo integrada a la tradición religiosa común que vinculó a las regiones
mencionadas.

Además, en la cerámica del área Cupisnique es posible encontrar


otras representaciones del San Pedro, que no se incluyen en el tema “felino
entre cactus”. En una botella de asa estribo se representan tres tallos del
San Pedro junto a una calabaza; en otra botella del mismo tipo se aprecia
un San Pedro ramificado junto a una concha Spondylus y un venado
(Sharon, 1980: 62; Ostolaza, 1995: 78). Se reporta, también, un vaso con la
forma realista de un tallo del San Pedro de seis costillas, con pequeñas
espinas representadas mediante incisiones (Ostolaza, op. cit.: 78).

• Paracas: representación del San Pedro en telas pintadas

Karwa: “El textil de chamanismo”

Como “el textil del Chamanismo” denomina Cordy-Collins a una


tela pintada (hoy en The Textile Museum, Washington D. C.) proveniente
de Karwa, atribuida al Formativo Tardío. Representa plantas de San Pedro,
con un tallo central y dos ramificaciones laterales (semejando una figura
antropomorfa con los brazos levantados), acompañadas de colibríes, felinos
y otros vegetales no identificados (Cordy-Collins, 1999: 184; Sharon y
Donnan, 1977: 387) (foto 2).
Foto 2. (izquierda) Representación del San Pedro en tela pintada de Paracas
(karwa). Figura 7. (derecha) Representación del San Pedro en la cerámica Nasca.

175
Cerro Colorado: “el manto ceremonial”

En la necrópolis de Wari Kayán de Cerro Colorado, fue recuperado


el “Manto ceremonial de la Momia Nº 290-45”:
“Es una prenda pintada de excepcional importancia por contener veintiún
figuras mitológicas que tienen relación con los signos de un Calendario de la
Civilización de Paracas. Consiste en dos piezas longitudinales: una, superior
de tejido fino de algodón, color fresa; y otra, inferior del mismo material,
color siena, sobre la que existen las mencionadas figuras en tres bandas
horizontales, numeradas de 1 a 21. El manto mide: 2.70 m x 1.20 m.” (Tello
y Xesspe, 1979: 398).

Respecto a la figura 10 del manto, los autores señalan:

“Llama la atención la manera de representar los apéndices cefálicos


serpentiformes de los atributos mayores en forma ondulada con nódulos
uniformes en ambos lados del filamento que hace la impresión de ser la
figura idealizada de un cactus rastrero de los contrafuertes andinos del
litoral, cuyos frutos simulan corresponder a cabezas de víbora.” [...] “En
suma, esta divinidad podría representar a la víbora del litoral central del
país o bien a la pitajaya o cactus de los desiertos costeros que tienen
propiedades mortíferas.” (Ibíd.: 405).

La figura 14 es descripta del siguiente modo:

176
“[...] actitud vertical; posición de frente; atributos mayores, consistentes en
dos pares de apéndices serpentiformes, que rematan en cabezas de víbora y
frutos de cactus espinosos, uno de ellos, superior, cefálico y el otro, inferior,
que se desprende de la cintura, en forma ondulada, totalmente cubierta de
núcleos punzantes como de la especie conocida con el nombre nativo de
atorko, sara-sanki, gigantón (Cereus peruvianus), cuya fruta es blanca y
azucarada, y cuya especie subsiste en los alrededores de los petroglifos de
Chichiktara, valle de Palpa, Nasca.” (Ibíd.: 407).

La representación iconográfica del T. peruvianus o “San Pedro


macho” es clara e inequívoca, pero además es confirmada por la presencia
de restos botánicos de la planta en el mismo contexto funerario donde se
encontró el manto ceremonial, colocados a modo de ofrendas internas y
externas de los individuos. Estas ofrendas consisten en:

• “Peines”, de unos 10 cm de largo, con dientes de espinas de cactus (Tello,


op. cit.: 138, 143, 175, 217, 228, 229, 238).

• Receptáculos de caña llenos de espinas de cactus (op. cit.: 175).


• Espinas a modo de adornos u ofrendas, como por ejemplo una “[...] cinta
que rodea la frente, adornada con una laminita discoidal de oro, que
cuelga de un hilo de algodón, junto con varias espinas de cactus,
igualmente colgantes con hilo de algodón” (Ibíd.: 223).

• Un par de espinas de cactus sellando los labios de cabeza trofeo humana


(op. cit.: 240).
La presencia de Trichocereus peruvianus en el ceremonial de
Paracas, es confirmada por el reconocimiento del hábitat del cactus hacia el
interior del valle de Palpa y la identificación de sus nombres locales
“achuma” y gigantón” (op. cit.: 40). La citada investigación es anterior a la
identificación del T. peruvianus como San Pedro y al conocimiento
científico de sus propiedades sicotrópicas y su uso ritual; elementos que, de
haber sido conocidos por Tello, seguramente él le hubiese conferido mayor
importancia a este cactus sagrado.
C- DESDE EL FIN DEL FORMATIVO HASTA LA CONQUISTA
(200 A. C.- S. XV)

Nasca: representación del San Pedro en la cerámica (100-500 d. C.)

177
En Río Grande de Nasca se hallaron varios cántaros de arcilla roja
de 70 cm de altura aproximadamente. Representan figuras
antropomorfas pintadas con vivos colores y atributos de cabeza
trofeo. Tallos del San Pedro modelados surgen de los hombros,
sobresaliendo del contorno globular de los cántaros. Por las espinas
pintadas parece tratarse de T. peruvianus. Cinco de estas piezas se
encuentran en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e
Historia del Perú (Tello, 1959: 71, figuras 84-87) (figura 7).
Para Tello, representan al dios Wira Kocha, cuyo origen se halla en
los personajes del manto-calendario de Paracas, en el cual como
hemos visto también está representado el San Pedro. Para Sharon,
son urnas funerarias y los brotes del San Pedro en los hombros
simbolizan el renacimiento de la “semilla-persona” (Sharon, 1980:
63).
Similares representaciones del San Pedro (modelado y con las
espinas pintadas) aparecen en otros ceramios Nasca. Uno de ellos, de asa
puente, representa un ave posada sobre un brote de la planta (Polia, 1996:
290). Cabieses (1974: 7) reproduce cuatro vasos cerámicos con imágenes
del cactus, en todos los casos se trata del cactus espinoso y las espinas son
simbolizadas como estrellas.

En resumen, en Nasca continúa el uso del San Pedro con las características
ya presentes en la cultura antecesora, Paracas:
• El cactus representado es de la especie con espinas, T. peruvianus.
• Aparece asociado a Wira Kocha (ancestro mítico o deidad antropomorfa).
• Las representaciones se caracterizan por el rico colorido, que podría
guardar relación con las visiones que propicia la planta.
Moche: representación del San Pedro en la cerámica (100-700 d. C.)
Durante el periodo Moche, en el área norte, comienza la
representación de personajes, interpretados como “curanderos” y
“curanderas”, que sostienen tallos o tajadas del San Pedro en sus manos.
“[...] el San Pedro se halla a menudo con una figura femenina tocada con
un mantón en una escena de cura. Con frecuencia tiene los rasgos de una
lechuza, el alter ego de las modernas curanderas.” (Sharon, 1980: 64). En
la iconografía mochica esta documentado el uso del San Pedro con fines
curativos.

178
Figura 8. Escena de recolección de caracoles sagrados (Scutalus sp.) pintada en
ceramio mochica.

En otro ceramio moche de asa estribo hay un “Dibujo de cactus


mostrando las raíces [...] que pensamos representan las especies
Echinopsis pachanoi (sin espinas) y E. peruvianus (con espinas), llamados
comúnmente “San Pedro” (Ostolaza, 1998: 64).
Además, en la iconografía moche hay una serie de temas asociados
a cactus columnares y “caracoles sagrados”: escenas de recolección de
caracoles y frutos de cactus, un personaje llevado en andas y otro que tiene
un tocado con cactus, etc. (Bourget, 1990; Ostolaza, 1998: 64) (figura 8).
Una espátula de hueso, con forma de un antebrazo y un puño -ahora en el
Museo Británico- ha sido decorada con un personaje ornitomorfo en
relación a felinos y cactus columnares (Ostolaza, op. cit.: 65).
Chimú, Lambayeque y otras culturas
“La curandera que sostiene un cacto de
San Pedro fue un tema para los artistas
de la costa norte a lo largo del siguiente
milenio. Algunas de sus representaciones,
como muchas del estilo moche,
representan el San Pedro de un modo
esbozado. Otras muestran a la curandera
sosteniendo un alto tallo de San Pedro de
cuatro nervaduras [...]” (Sharon, Ibíd.:
64).

179
Figura 9. Ceramio de asa estribo Chimú que representa a una curandera
sosteniendo un tallo de San Pedro en su mano derecha.

Una botella cerámica de asa estribo de la cultura Chimú muestra a


una “hechicera” con un San Pedro de cuatro estrías en la mano (figura 9).
Reid (1988) refiere la existencia de un tapiz chimú, con la representación
del personaje central flanqueado por dos tallos del San Pedro. En recintos
subterráneos del sitio Wari fue hallado un “Amuleto de piedra tallada con
un personaje que porta una tajada de San Pedro” (Ostolaza, 1999: 34). En
aríbalos y otras vasijas incas se representan cactus columnares (Ostolaza,
2000: 20); los documentos del siglo XVII señalan el uso del San Pedro en
el Cuzco y otras regiones del incario.
TABLA 2: EVIDENCIAS DE USO DEL SAN PEDRO EN TIEMPOS
PREHISPÁNICOS
PERIODO SITIO O TIPO DE FUENTE
CULTURA EVIDENCIA

Chimú, Representación en la Ostolaza, 1999,


Lambayeque cerámica, textiles y 2000
y otras piedra Reid, 1988
DESDE EL FIN culturas Sharon, 1980
DEL
FORMATIVO Representación Sharon–Donnan
HASTA LA Moche en la cerámica 1977
CONQUISTA Bourget, 1990
Representación
Nasca en la cerámica Tello, 1959
Cabieses, 1974

180
Representación del Cordy-Collins,
San Pedro en telas 1976
Tardío Paracas pintadas y restos Tello y Xesspe,
(400-200 a.C.) botánicos 1979
Tello, 1959

F Representación del
0 Medio Cupisnique San Pedro en la Alva, 1986
R (900-400 a.C.) cerámica
M
A Chavín de Representación del Rick, 2005b
T Huántar San Pedro en el arte Lumbreras, 1989
I lítico
V
O
“Caracoles sagrados”
Monte (Scutalus sp.) Elera, 1994
Tempran Grande
o Adobes con espinas y
(1600-900a.C.) fijador de pigmentos Isbell y Ravines,
Garagay 1975
Restos botánicos
(cortezas de cactus) Fung, 1969, 1983
Las Aldas y Scutalus sp.

Restos botánicos
ARCAICO Guitarrero (polen, frutos, “spine Lynch, 1980
(8000-1600 a. C.) cluster”,
“Trichocereus
macrofossils”)

CONCLUSIONES

En este artículo, se demuestra que el San Pedro es, objetivamente,


la primera planta de poder cuyos restos botánicos han sido encontrados por
la Arqueología Andina en relación con el uso humano. Surge entonces,
como altamente probable, el uso ritual de T. peruvianus desde el inicio y
durante el proceso de neolitización (Guitarrero, a partir de 8000 años a. C.).
Por otra parte, se añaden evidencias iconográficas y botánicas de su uso
durante el Formativo, en Paracas (Cerro Colorado).
A los interesados en el tema, remitimos a un trabajo más extenso
(Feldman, 2006), en el cual se prueba la hipótesis que el San Pedro jugó un

181
rol central en los rituales realizados en el Templo del Lanzón de Chavín de
Huántar y fue fundamental en la estructuración del sistema religioso y en la
integración social, étnica e interétnica que caracterizó al culto chavín.
En la citada investigación, se demuestra que la arquitectura del
Templo del Lanzón responde –al menos en parte- a la función del “ritual de
San Pedro” y su forma -la configuración del espacio ceremonial- expresa la
cosmovisión inherente al uso de esta planta. El Templo del Lanzón
representa un patrón arquitectónico conocido como complejo “pirámide-
plaza circular hundida”: la configuración del espacio es dual y cuatripartita,
la circulación es centralizada y ascendente, etc. El uso simultáneo del San
Pedro en los diferentes templos de esta tradición arquitectónica es
altamente probable, si además consideramos los indicios botánicos y
malacológicos encontrados en Las Aldas, Garagay y Monte Grande. Podría
confirmarse en investigaciones futuras a través de identificaciones
botánicas y / o químicas más precisas de los restos vegetales provenientes
de contextos ceremoniales de estos templos.

El cactus San Pedro ha cumplido una relevante función a través del


desarrollo histórico de los Andes Centrales, desde el comienzo del proceso
de neolitización y hasta la actualidad. A partir del siglo XVII, por acción de
los extirpadores de idolatrías y la imposición del nuevo poder político,
perdió espacio público e importancia social. Sin embargo, continúa siendo
uno de los árboles cósmicos de las culturas andinas. Esta investigación
demuestra que el uso tradicional del San Pedro, por implicar un sistema
religioso con una lógica propia, representa un medio privilegiado para
acceder al ritual y la ideología de tiempos prehispánicos. Esta investigación
representa un fundamento para que el uso tradicional del San Pedro, aun
vigente en regiones de Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador que
alguna vez participaron del Tawatinsuyu, asuma un rol activo en el presente
para la recuperación de conocimientos e identidades regionales,
aumentando la conciencia andina y la cohesión social en nuestras
comunidades y pueblos.
NOTAS

(1) Algunos botánicos, recientemente han optado por clasificar el género del San Pedro
como Echinopsis, en vez de Trichocereus (Ostolaza, 1998).
(2) La cuestión de las especies del San Pedro es una problemática abierta. Se ha señalado la
necesidad de profundizar los estudios de taxonomía, pues a veces no queda claro si los
diferentes tipos representan distintas especies o solamente adaptaciones al lugar y al clima

182
(Friedberg, 1976; Polia, 1989: 48). Con el nombre de San Pedro se conocen también
(además del T. pachanoi y T. peruvianus) otras especies de Trichocereus que contienen
mescalina, como por ejemplo el T. cuzcoensis de la sierra sur de Perú y el T. tedeschi del
noroeste argentino.
(3) Según el saber tradicional del norte de Perú, “plantas de jardín” son aquellas modificadas
por el hombre (domesticadas), a diferencia de plantas silvestres llamadas “madrigueras”
(que han visto la madrugada de la tierra) (Camino, 1992: 185).
(4) Por haber sido identificado botánicamente en Cuenca, sierra sur de Ecuador (Britton y
Rose, 1920) y por hallarse vigente su uso tradicional en el norte de Perú, se ha supuesto que
el San Pedro podría ser nativo de algún punto de estas áreas geográficas. Esta
argumentación carece de solidez, pues -como demuestra esta investigación- la historia
cultural del San Pedro está directamente ligada con el proceso de neolitización en los Andes
Centrales, y el uso actual en el norte de Perú debe entenderse como un relicto –debido a lo
recóndito de este lugar- de un uso plenamente extendido por los Andes Centrales cuando
llegan los españoles. Como hemos visto, el T. peruvianus o San Pedro silvestre crece en
varios sitios de la sierra de Ancash, y los estudios botánicos indican que es propio de este
hábitat desde hace por lo menos 10000 años (Lynch, 1980: 69).
(5) En los clientes o pacientes, el efecto del San Pedro no es el mismo que en el
curandero.“San Pedro tiende a manifestarse en forma de vómito, sudoración... algunas
veces en baile. En ocasiones, durante el diagnóstico, un paciente empieza automáticamente
a bailar solo, o a tirarse al suelo contorsionándose. Y así se “suelta” el poder [esto es, el
padecimiento o poder maligno] que está en la persona.”; “Parece que [...] no todos somos
resistentes. Algunos son muy susceptibles, muy inestables, San Pedro tiende a buscar el
subconsciente... y lo consciente, en esos casos. Entra en la sangre [...] se eleva, digamos, al
sistema nervioso intelectual. Entonces “visualiza” y abre un sexto sentido [...] Entonces el
individuo, algunas veces por sí mismo, puede visualizar su pasado o [...] el presente, o el
futuro inmediato.” (Sharon, Ibíd.: 68).
(6) Este libro de Polia, Las lagunas de los encantos: medicina tradicional andina del Perú
septentrional (1989), es saludado así por Cabieses: “Es un trabajo ejemplar, digno de todo
elogio, que viene a calmar la sed de muchos de nosotros. Vemos ahora que los magníficos
esfuerzos de quienes lo han precedido en el tema con una nutrida bibliografía
cuidadosamente analizada por el autor, son coronados por esta obra que ilumina con
claridad muchos de los conceptos que hasta ahora estaban borrosos o necesitaban mayor
cimentación objetiva. La imagen del maestro curandero, verdadero sacerdote de un teurgia
sincrética al servicio de la salud, emerge clara y señera, del texto que aquí prologamos.”
(Ibíd.: 6).
(7) Para conocer en detalle la descripción y función de “los artes”, ver Polia (1996: 356-
404).
(8) Cuzco: en el Archivo Romano S.J. (ARSI, Peruana. Litterae Annuae, T. IV, 1630-1651.
Vol. Perú 15) Polia (1996: 284) ha encontrado la noticia de que “Hanse reducido algunos
idolatras abjurando sus idolatrías. En particular se ha predicado contra vna beuida q. Llama.
Achuma q. les priua del juicio y la tomaban para ver al Demonio y otra visiones y
supersticiones q. en ella se auían mesclado.”. Provincia de los Charcas: “En la provincia de
los Charcas hai un Cardo, que llaman Achuma, cuyo zumo bebido priva de sentido, y para
este fin le usaban y usan los Indios hechiceros; porque en estando asi se les aparece el

183
Demonio, y les responde a lo que le preguntan: y aun dicen que hai Españolas que se valen
de ese embeleco, para hacer muchos, y que en esta yerva hai pacto implícito.” (León
Pinello, 1943 [1656]: 43). Potosí: el documento ARSI 43, Annua de los años de 1635-1636,
describe el uso de la achuma en Potosí; comentado por Polia (1999: 138) como la “[...]
existencia de un culto sincretístico –cuyo rito central que el P. Patiño no duda en definir
“inuencion del Demonio”- incluía la ingestión comunitaria del zumo de la achuma. El
mencionado culto era celebrado por ministros “Achumeros” [...] “En esta reinterpretatio
indica de la Eucaristía, la partícula había sido sustituida por una rodaja de la achuma al
interior de la cual los practicantes del culto creían ocultarse el poder de Santiago. Bajo este
disfraz, en efecto, seguía recibiendo adoración Illap’a, la antigua deidad andina del trueno y
del rayo [...] el espíritu de la achuma se manifestaba como rayo fulgurando la conciencia de
los adeptos al culto quienes, precisa el documento, después de danzar alrededor de la rodaja
de achuma, ingerían el jugo de esta cactácea “que les priuaba de juicio [...] El mismo
documento relata, además, la existencia de un culto local a las matas de achuma que crecían
en la cumbre de altos peñascos junto a fuentes de agua salina”. Cajatambo: “En los
Archivos romanos de la Compañía de Jesús, una carta Annua de 1617 refiere el uso de la
achuma en Cajatambo. Esta fuente, comentada primeramente por Salazar Soler, refiere que
[...] los naturales adoraban al achuma como a un dios. Danzaban, cantaban y ofrendaban
plata y otras ofrendas. La fuente relata que “se comulgaban” bebiendo la achuma. Sobre el
contenido de las visiones producidas por la achuma, la fuente identifica la entidad mítica
relacionada a la planta con el rayo, Santiago en la versión cristianizada.” (Polia, 1996: 283).
(9) Archivo Romano S.J. (ARSI, Peruana. Litterae Annuae, T. IV, 1630-1651. Vol. Perú
15), citado por Polia (1996: 284).
(10) Dammert Bellido (1974), obispo de Cajamarca, describe la “Acusación contra el indio
Lulimachi del pueblo de Nuestra Señora de la Asunción en 1782” (legajo 29 Nº 1009).
(11) Una vasija escultórica de la cultura Lambayeque, de la costa norte, representa a una
mujer mascando un tallo del San Pedro de cuatro estrías (Polia, 1996: 290-291). Ostolaza
(1999: 35) reproduce un amuleto tallado en piedra recuperado en Wari, que representa a un
personaje que al parecer sostiene una rodaja del San Pedro en su mano y estaría mascando
un trozo del tallo de la planta, de modo similar a como los Huicholes y Taraumaras
consumen el “peyote” (Lophophora williamsii) en México.
(12) Los citados autores basan esta inferencia en la observación de Betanzos (1987 [1551]:
76-77), respecto a que los incas empleaban el zumo del cactus aguacolla quizca para el
enlucido de las paredes. Esta cola “se hace echando a cocer algunos trozos tiernos [de
cactus], y el agua en que se cocieron queda glutinosa y a propósito para el efecto dicho.”
(Cobo, 1956 [1631]: 204). El modo de preparación es el mismo que el de la bebida
sacramental del San Pedro, que tuvo entonces -de acuerdo a lo dicho- una segunda utilidad
como elemento cohesivo de los pigmentos, reforzando el valor simbólico de los colores que
eran diluidos y mezclados con los alcaloides del cactus. Las pinturas murales del Formativo
Temprano (y probablemente del Arcaico Tardío) estuvieron relacionadas de un modo
material y directo con el zumo del cactus, por lo cual podemos hablar de una “pintura
sacramental”. La importancia de este hallazgo radica en que sería extensivo a otros templos
pintados de la costa, pues comparten similar tecnología y simbolismo.

(13) Sólo mencionamos las representaciones realistas y seguras; pero sabemos que el arte
chavín es marcadamente metafórico. Cabieses, Cordy-Collins, Cané, Campana, Mulvany y

184
otros autores coinciden en afirmar la existencia de imágenes simbólicas del San Pedro,
principalmente a través de la representación de secciones cortadas del tallo de la planta.
(14) Cupisnique es un “complejo cultural” definido por Larco, que representa el área norte
del arte chavín. Abarca los valles de Motupe, La Leche, Lambayeque, Zaña, Jequetepeque,
Cupisnique, Chicama, Moche y Virú, desde las cabeceras de las cuencas hasta su
desembocadura en el mar (Alva, 1986: 30; Elera, 1994: 225).
(15) “A mediados de la década del 60, hacen su aparición inoficial en el panorama de la
arqueología peruana una serie de vasijas decoradas y otros objetos de definida filiación
“Chavín” o “chavinoide [...]” (Alva, 1986: 25). Provienen de contextos funerarios
profanados, ubicados en el tramo bajo y medio del valle de Jequetepeque y otras cuencas
norteñas. Por “Su inusitada calidad y cantidad artística [...]” el autor afirma que “[...]
constituirían hasta hoy los cementerios más extensos del Formativo andino” (Ibíd.: 25). Los
cientos de objetos extraídos se encuentran dispersos en colecciones privadas de todo el
mundo y en algunos museos que ocasionalmente los dan a conocer en sus catálogos. Alva
realiza una presentación global de estos materiales, que evidencian una “[...] extraordinaria
variedad estilística donde aparentan coexistir elementos de tradición local o regional con
otros de amplia distribución supra-regional. Resultará así común observar vasijas similares
al llamado estilo Cupisnique del valle Chicama, cerámica típicamente Chavín de las fases
Ofrendas y Rocas y formas decoradas de caracterización local.” (Alva, Ibíd.: 38).

PROCEDENCIA DE LAS FIGURAS


Foto 1 y detalle: fotografías de autor.
Figura 1: tomada de Polia, 1996: 467.
Figura 2: tomada de Lynch, 1980: 102.
Figura 3: tomada de Bourget, 1990: 41.
Figuras 4a y 4b: tomadas de Alva, 1996: 138; 4c: Schultes y Hofmann, 1993:
154.
Figura 5: tomada de Lumbreras, 1989: 163-167.
Figura 6, tomada de Rick, 2005b: 31.
Foto 2: tomada de Sharon y Donnan, 1977: 378.
Figura 7: tomada de Sharon y Donnan, 1977: 379.
Figura 8: tomada de Ostolaza, 1998: 64.
Figura 9: tomada de Sharon: 1980.

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LA TRADICIÓN ORAL SOBRE ALGUNOS LUGARES


ARQUEOLÓGICOS DE CAJATAMBO

191
26
Amílcar Híjar Hidalgo
La Provincia de Cajatambo cuenta con Zonas Arqueológicas aún no
estudiadas. La tradición oral considera que estas ruinas son morada de
seres espirituales que guardan tesoros al interior de ellas. La existencia de
estos seres sobrenaturales ha permitido que forasteros y naturales no la
profanen por temor a una clase de maléfico.
La hermosa ciudad de Cajatambo capital de la Provincia del mismo
nombre, se ubica en una estrecha llanura dividida por las fluidas aguas del
imponente Río Tavín, a unos 3,376 metros de altitud sobre el nivel del mar.
Cuenta con una superficie total de 163,000 Has. y una población de
14,048 según el censo de 1993, comprende los distritos de: Cajatambo,
Gorgor, Huancapón, Copa y Mangas. Su clima permite la presencia de dos
estaciones bien definidas: un clima seco de abril a octubre y un clima
lluvioso de noviembre a marzo. En las alturas (pastizales) predomina una
temperatura fría y en zonas bajas (valles y quebradas) el clima es entre
templado y cálido, las altitudes oscilan entre 850 y los 5,600 m.s.n.m.
constituyendo pisos o nichos ecológicos: yunga, quechua, janca, salqa y
puna.
Sobre el origen del nombre de Cajatambo aún no son del todo claras
las propuestas toponímicas; sin embargo estudiosos como Máximo F. Luna
Jiménez (1952), Saturnino Vara Cadillo (1955), Amador Híjar Soto (1961),
Narciso Robles Atachagua (1966) Francisco Iriarte Brenner (1977), Pedro
Arias Miranda (1996) entre otros, basándose en los primeros informes de
Miguel de Estete (1533) quien pasó con su comitiva por Cajatambo camino
a Jauja, y las crónicas del español don Pedro Cieza de León, afirman que la
región era conocida como la marca de Cashatampu (Lugar o bosque de
abundante espinas) dividida en dos grandes parcialidades: Antay y Tambo
(aunque algunos cajatambinos sostienen que el nombre era Tampish) que
configuran hoy los primigenios barrios de la ciudad en la celebración de sus
principales festividades (Fiesta Patronal de la Virgen María Magdalena en
el mes de julio, semana santa, etc).
La historia social y cultural de Cajatambo recién esta por escribirse
en medida del grado de interés que impongan sus propios hijos o
descendientes, y a los esfuerzos que buenamente despliegue la

26
Candidato a Doctor en CC.SS. por la UNMSM.

192
municipalidad distrital o alguna institución auspiciadota de estudios
históricos, arqueológicos, antropológicos o de otra índole.
No obstante de estas falencias hace buen tiempo atrás un conjunto de
ciertos documentos fueron publicados de diversos archivos eclesiásticos
sobre la extirpación de idolatrías en Cajatambo27 permitiendo sostener una
visión más integrada sobre la tradicionalidad de la vida cultural de
Cajatambo.
La tradición oral mantenida en el tiempo por la memoria colectiva del
pueblo de Cajatambo y transmitida de de generación en generación ha
permitido hasta nuestros días conservar nombres de guerreros y curacas,
incluso mucho antes de las incursiones incas por estos lares.
Híjar Soto (1996) consigna nombres como cjirca cuyusecs (titan que
movía o destrozaba cerros), Huanta shachao (fuerte como una roca), runay
chacgua (hombre de tez blanca), cajamalquin (joven mimado o protegido
por los dioses), huatamalquin (persona que florece cada año), lamocj
(poderoso en el tiempo) huaman calle (condor o ave que destroza todo),
hualocj (titán que corta todo lo malo), vinculados con guerras y hechos
acaecidos durante el último tramo del horizonte cultural temprano.
Vara Cadillo (1960) que investigó la zona de Cajatambo y
Queropalca incluye otros nombres tales como runa micuyocg (comedor de
la gente), quinush (poderoso como un jirca) cjirca huayta (flor hermosa de
los cerros), de quien se dice que el inca Yupanqui se enamoró llevándosela
al cuzco y sellando una eficaz alianza con los señores de casha tampu o
tampish que comprendía entonces lo que es hoy: Chiquián (Ancash) parte
de Huanuco, Ambar y Checras. Estos personajes y otros de menor
trascendencia destacan en los enfrentamientos entre andinos y los pueblos
costeños de la cuenca del Río Pativilca en alianza con los señores del litoral
marino de huacho por el centro y el acceso a los yacimientos naturales de
sal.
Cajatambo es una zona donde abunda una gran cantidad de
asentamientos arqueológicos aún por desentrañar y registrar como:
Rarijirca, Pampagaran, Utcasjirca, Milpocq, Minatambu, Gochare, Lamocg
(en la comunidad de Copa) Shanoc (4,000 m.s.n.m.) y a unos 10 km. de
Cajatambo, Shiraumarca a 6 horas de camino de la ciudad, Tambomarca a
27
Ofensas a Dios, pleitos e injurias, Cajatambo, siglos XVII y XIX, de Juan Carlos García,
Cabrera, 1994. Cultura Andina y represión, procesos y visitas de idolatrías y hechicerías,
cajatambo, siglo XVII, Pierre Duviols (1986).
193
solo un Km. de la capital del distrito, la Torre donde se ha erigido el
colegio en el ceñino lateral de la misma urbe y Mamapunku (centrada hacia
la tierra) en donde se dice que el séquito del general pish pish (quis-quiz)
enterado de la muerte del inca Atahualpa enterró en algún lugar secreto
ingente cantidad de piezas de oro y plata hasta ahora no encontradas por los
buscadores de tesoros y aventureros improvisados.
Una característica del mundo andino es la concepción del sentido de
complementariedad de las cosas. Este principio rector del pensamiento de
los antiguos peruanos consideran que los elementos del universo se
entrelazan entre si en búsqueda de una perfecta armonía entre la sociedad
de los hombres, los dioses y la naturaleza, cuando por algún motivo este
equilibrio se resiente o se fractura proviene entonces el castigo, los males,
las enfermedades y por ende la muerte.
La sabiduría ancestral de los pueblos andinos aconsejaba declarar
territorios sagrados los espacios que alguna vez fueron habitados por sus
antepasados o por hombres de otras culturas. Pueblos abandonados, ruinas
o cementerios fueron considerados dentro de la tradición oral de sus
respectivos poblados como morada de entidades fabulosas, deidades o más
recientemente “espíritus”. Entonces no es de extrañar como en algunos
lugares el “guardián” de estas ruinas toma diversos calificativos: chachos
(Puno), aukis o auquillos (valle del Mantaro), gentilzs (Ancash), jircas
(Cajatambo) o abuelos en el norte del Perú.
Casualmente, una forma de conservar intacta o no alterada el entorno
natural (flora y fauna) y los llamados pueblos viejos (ruinas) fue crear en la
mentalidad del conjunto de los miembros de la comunidad una tácita
prohibición basada en la existencia de seres naturales (más bien
sobrenaturales) que pueden dañar o castigar a quienes suelen interrumpir su
inmemorial descanso.
Dentro del pensamiento andino, no solo es el hombre quien tiene
vida, sino, también solo los objetos que le rodean (cerros, ríos, lagos,
plantas, etc.), la naturaleza misma con toda su magna creación (fenómenos
atmosféricos, climáticos, etc.) cobra vida por lo que el hombre debe
mantener excelentes relaciones mediante ofrendas como señal de
veneración, respeto y reciprocidad.
Es en ese sentido que los mitos, tradiciones y leyendas recogidas en
Cajatambo hablan sobre la procedencia de los primeros pobladores de la
zona; es decir, de aquellos hombres que alguna vez habitaron este conjunto
194
de ruinas y que por efectos del tiempo adquirieron la condición de sagradas
y poseedoras de fuerzas interpersonales utilizadas por shamanes o
curanderos, temida y respetada por la población aledaña, y castigada la
persona que osara interrumpir el sueño del recinto sacro, aunque esta fuera
por casualidad invadida.
Una versión recogida por don Pablo Pardo y Pascual León a
comienzos del siglo XX en la localidad de Uramaza se refiere al castigo
que sufrió el vanidoso curaca Lacgauya de parte de otro curaca llamado
Cjatun chaqui (pies grandes) quien dejó en ruinas dicha población durante
el florecimiento de las culturas regionales luego del desmoronamiento de
Tiahuanaco. Ruinas que actualmente quedan al pie del majestuoso nevado
de Huacshash perteneciente entonces a la marka del señor de Cgochare, a
unos 1,000 metros del lecho del río Isco.
La versión que a continuación transcribimos pertenece al profesor
Amador Híjar Soto28, por la riqueza de nombres, situaciones y detalles que
consideraremos importante exponerla:
“Dicen que en épocas remotas cuando el sol tenía el poder de hablar
con los hombres, había una población hermosa y progresista asentada en la
margen derecha del río Isco, donde el curaca Lacgauya celebrada su
matrimonio con la hija del señor de los Pascus, la fiesta era todo un
acontecimiento pomposo con abundancia y riqueza en que participaban
destacados invitados del lugar, dando cumplimiento a los ritos y
costumbres de la época. En eso llegó de incógnito un curaca también
poderoso procedente de la marka de Poxgpa (hoy provincia de Bolognesi)
buscando hospedaje. La gente no le dio importancia al forastero vestido de
mendigo que recorría el pueblo para constatar siempre la gene había valores
de misericordia, bondad, hospitalidad y asistencia. Preguntó por el curaca a
uno de los vasallos diciéndole que tenía urgencia de hablar con su jefe. El
curaca lugareño, presuntuoso y rebelde se hizo el desentendido no dando
oídos al requerimiento del presunto mendigo, más bien ordenó que lo
alojaran en una abandonada casucha, dándole de comer lo sobrantes del
banquete.
Ante este desplante, y comprobando que esta gente no practicaba los
valores que el perseguir, este curaca llamado Cjatun chaqui (pies grandes)
de la marca de Pocga, espero la llegada de la noche y cuando la población
entregada al sueño descansaba, subió a lo alto del pueblo, y dio tal pisotón
que derrumbó parte del cerro sepultando media comarca, los pocos testigos
28
Tomado de la Revista “Caxatambo” Nº 5, Año XL. Vol. I, 1996, pag. 7.

195
que quedaron, abandonaron sus endebles viviendas cuyos vestigios todavía
se pueden ver desde el camino de Cajatambo a Urumaza”.
Otra versión que recogí el año 1983 durante mi primera visita a
Cajatambo en tiempo que se celebraba la semana santa está relacionada con
la ruina de Shiraumarka, que queda aproximadamente a unas 4 horas de
distancia de la ciudad.
El abuelo de don Pedro Arias al inicio del siglo XX había extraviado
un par de reses durante el descanso que había realizado para “merendar”
(almorzar) su fiambre. De pronto escucho el mugido de una de sus vacas
que provenían de la profundidad del cerro, asustado y asombrado comenzó
a buscar a sus dos vaquillonas perdidas, al mover unos matorrales encontró
una curiosa entrada cuyos paramentos laterales eran revestidas de piedras
labradas y el frontis era una lava de piedra sólida que sostenía al cerro.
Penetró al interior siguiendo las huellas de las pisadas de sus animales
siguiendo las huellas de las pisadas de sus animales cuando de pronto se
encontró en una sala grandiosa llena de objetos incaicos, pasadizos, gradas
que subían y otras que descendían, una mesa de piedra larga y sobre ella
habían alhajas de oro y de plata reluciendo aún en la luz de la tarde.
De improviso apareció una mujer vestida de ñusta que le insinuaba
beber el mate de chicha puesta sobre la mesa; luego, le indicaba con el dedo
que podía llevarse cuanto pudiera de las cosas que eligiera. Cuando el
anciano estuvo a punto de sorber la fermentada chicha bajo la sonrisa de la
bella mujer, el mugido de una de sus vacas extraviadas las palabras de su
padre que una vez le dijo: “No vayas a beber de la chicha que tu ofrezcan
en la morada de los gentiles”, su temor se acrecentó y salió corriendo
arreando sus vaquillas y tras de él un ruido como si el cerro se derrumbada.
Afuera ya repuesto conduciendo su ganado con dirección a su casa, dio
gracias a su vaca por que sino las ruinas de Shiraumarka se lo hubiera
tragado.
Mi informante, el entonces subprefecto de Cajatambo don Pedro
Arias, me refirió también que pastores y forasteros de tiempo en tiempo
desaparecen en esta zona sin dejar rastro alguno, como si se los hubiera
tragado la tierra. Mi interés no solo por el relato se acrecentaba sino, sobre
todo por tratar de localizar la entrada de esa ruina casi siempre esquiva,
decidí con mi amigo Humberto Lozano (egresado de la Escuela Nacional
de Bellas Artes) y un oven guía del lugar inmediatamente salir al encuentro
de ella, ya que al día siguiente tornábamos a Lima.

196
Llegamos al Complejo Arqueológico de Shiraumarka al promediar el
medio día luego de 6 horas de subir en medio de un medio de un Bosque de
Espinas. Nuestro guía nos llevó al único lugar desde donde se podía ver
parte del interior de la ruina. La lluvia había desprendido el techo de una
habitación que nos permitía divisar pasadizos de aproximadamente 2 mts.
de ancho por 6 o 7 de alto en forma de laberinto cuadrangulares. No
parecían habitaciones normales, más bien, semejaban amplios canales o
canaletas por donde discurría el agua u otros objetos. Las paredes parecían
en ladrilladas y se mantenían conservadas, no pudimos bajar por la
angostura del agujero y por que estaba atravesada por una laja gruesa de
piedra, además, no abrimos llevado ninguna clase de implementos por que
creíamos no poder ubicar la escurridiza ruina.
Mientras nos contentábamos con admirar las simetrías internas de
estas extrañas habitaciones, el guía había prendido su velita, masticado
(chacchar) sus hojas de coca y había asperjado un poco de cañazo
(aguardiente) para tranquilizar a la deidad que cuida las ruinas. Cuando
repare en el lugar donde estábamos comprendí que esta abertura servía de
recinto sagrado para los curanderos de la región por los residuos de
cigarros, botellas, coca quemada u otros objetos enterrados.
Al retornar, nuestro guía nos confirmó que personas solas que se
atrevieron pasar por esta colina (ruinas) desaparecen, prefieren hacer un
rodeo para evitar la influencia de la “guardiana” de la “colina”. Incluso en
la década de los años 60 unos huaqueros de la costa en compañía de
algunos Cajatambinos radicados en Lima quisieron profanar la ruina para
extraer el oro, por más que buscaron jamás encontraros la entrada principal.
Esa entrada solo se abre cuando la ñusta desea llevarse a alguien, entonces
se escucha un ruido y uno ya está adentro. Terminaba su relato
observándonos a los ojos.
Ahora que reflexiono con mayor tranquilidad, me digo, tal vez si no
fuera por este halo de misterio mágico y sobrenatural con que explican la
existencia de estos espacios sagrados, hoy no tendríamos ruinas que
descubrir o estudiar, seguro habrían sido saqueadas vilmente sino por
forasteros por los mismos Cajatambinos reciclando los materiales óseos,
pétreos o cerámicos a favor de su vida cotidiana. El temor y la creencia en
seres especiales o espirituales como la ñusta de Shiraumarka u otras
entidades de la cultura tradicional garantizan por un tiempo más la
conservación, y protección de ellas, en momentos que la globalización, y

197
protección de ellas, en momentos que la globalización como visión
comercial empieza a mellar la mentalidad de los jóvenes de Cajatambo.

ANÁLISIS DE UN QUIPU TAHUANTINSUYO PROCEDENTE DE


LAURI, VALLE DE CHANCAY 29
Lic. Pieter van Dalen Luna 30

INTRODUCCION

29
Ponencia presentada el día Domingo 4 de Enero del 2004 en el II Congreso Internacional
de Científicos Peruanos, I Simposium Internacional de Quipus. Lima, Perú.
30
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

198
El Presente artículo está referido al análisis estructural y
morfológico de un quipu del periodo Inca, procedente del sitio
arqueológico de Lauri. Aunque este no proviene de un contexto
arqueológico sino de un huaqueo, es de gran importancia por ser hasta la
fecha, único en su género, no habiéndose encontrado en los Andes un
quipu de tales características, en la cual los hilos salen de un tallado de
madera, representando una coronta de maíz con sus grano.
El sitio arqueológico de Lauri, ubicado en la parte norte del valle
de Chancay, a 3 Km. de la ciudad del mismo nombre y del litoral, es uno
de los asentamientos tardíos de mayor importancia en este valle. Este sitio
presenta una ocupación ininterrumpida que va desde el Horizonte medio
hasta los primeros momentos de la época colonial (Teatino, Chancay, Inca,
Colonial). A pesar de esto es muy poco lo que se conoce sobre cada
periodo, debido a la destrucción a que se encuentra expuesto
principalmente por acción del huaqueo. Por este motivo el quipu que
presentamos proveniente de este sitio arqueológico es de gran importancia
para la comprensión en alguna manera del periodo Tahuantinsuyu. El
material analizado esta conformado por la representación de una mazorca
de maíz tallado en una pieza de madera, base del cual salen insertas 11
estructuras de cuerdas matrices, los cuales presentan a su vez cuerdas
secundarias con numerosos tipos de nudos de compleja estructura. Al
parecer por sus características morfológicas, habría cumplido una función
de controlar la producción de maíz en la zona. El estado de conservación
del material es aceptable. Los datos recuperados son de gran importancia
para comprender el panorama y la comprensión de estos materiales y este
tipo de manifestaciones culturales en el periodo señalado en esta región.
EL VALLE CHANCAY
El río Chancay es uno de los ríos pertenecientes a la vertiente
Hidrográfica del Pacífico, que al igual que los otros, forma en su etapa de
senectud el fértil y amplio valle del mismo nombre, donde se ubican las
progresistas ciudades de Chancay y Huaral, las mas importantes de la
provincia de Huaral.
En términos culturales, este valle ha sido la cuna
de numerosas culturas de gran importancia, que nos han legado la
evidencia de un valioso patrimonio cultural. Las principales culturas que
se desarrollaron en este valle fueron: La Cultura Lima (Periodo Intermedio
Temprano), La Cultura Teatino (Horizonte Medio) y la Cultura Chancay

199
(Periodo Intermedio Tardío). De estas tres culturas, es la cultura Chancay,
cuyo desarrollo se ubica cronológicamente entre los años de 1000- 1475 d.
C. (aprox.), la que ha dejado mayores muestras de su desarrollo,
evidenciado por sus hermosos tejidos, sin comparación entre todas las
culturas prehispánicas; su cerámica (Estilo Chancay Negro sobre Blanco),
con sus variados motivos decorativos; sus grandes asentamientos
humanos, edificados a base de una variada complejidad de técnicas
constructivas; entre muchas otras evidencias de su magnífico desarrollo
cultural.
Al mismo tiempo que la cultura Chancay se
desarrollaba en este valle, en la región del Cusco se desarrollaba un
pequeño estado, que poco a poco fue expandiendo sus dominios; hasta que
luego de la victoria sobre los Chancas, comenzaron su feroz expansión por
todo el territorio andino, mediante fabulosas campañas militares.
EL VALLE CHANCAY DENTRO DEL IMPERIO DEL
TAHUANTINSUYO
Durante el gobierno del Inca Pachacutec, se
organizan dos campañas para conquistar el territorio de los Andes nor-
centrales y anexarlos al Tahuantinsuyo. En la segunda campaña, el ejército
cuzqueño al mando del general Cápac Yupanqui, hermano del Inca,
conquistó a las naciones Huancas, Huarochirí, Yauyos, Chucurpu,
Atavillo, Canta, Tarama, Chinchaycocha, Checra, Cajatambo, entre otros.
Una vez instalados en toda ola región andina central, los ejércitos
cusqueños descendieron por los angostos valles hacia la región de la costa,
con la finalidad de subyugar a los pequeños señoríos que se asentaban en
estos fértiles valles.

Se plantea la hipótesis de que poco antes de la llegada de los


Incas a la costa central, los Chancay habrían mantenido relaciones
con la nación Chimú, tal como lo evidencia el abundante material
cerámico Chimú hallado en este valle. Es posible que estas relaciones
hayan sido forzadas por medio de conflictos o guerras.
Lamentablemente las pocas excavaciones arqueológicas realizadas en
el valle Chancay, no pueden probar esta hipótesis, pero es posible
que futuras investigaciones esclarezcan este tema. En el momento
que los Incas llegan a la costa nor-central, se encontraron con un
expansivo estado Chimú que ponía en peligro la libertad de los

200
estados de la costa central. El estado Inka para hacerle frente
desarrolló numerosas estrategias, como el crear alianzas con algunos
señoríos de la costa nor-central; quienes por buscar deshacerse de los
Chimú, aceptaron estas alianzas. Este habría sido el caso de Chancay.
Luego de la derrota Chimú, la cultura Chancay y todo este vasto
territorio fue anexado por los Incas al Tahuantinsuyo. Cada región
que era anexada al imperio Inca, recibía por parte del Cuzco
diferentes estrategias de dominación.
Las estrategias de dominación que utilizaron los Incas fueron
diversas. En regiones de la Sierra Central, por ejemplo, los Incas
desarrollaron un control directo, como es el caso de la nación de los
Atavillos de la cuenca alta del río Chancay, quienes fueron conquistados
por los Incas luego de cruentas y feroces batallas. Es por esto que luego de
su sometimiento, fueron divididos en dos parcialidades: Hanan Atavillo y
Hurin Atavillo, parcialidades que se conservan hasta la actualidad y que
conforman los actuales distritos de Atavillos Altos y Atavillos Bajos. En la
costa Nor Central en cambio, mas específicamente en el valle Chancay, la
dominación Inca no fue tan marcada, siendo esta más escasa aún en el
valle medio. Es decir, se dio una dominación indirecta.

Es de esta manera, como el territorio que ocupaba


la nación Chancay pasó a conformar una provincia del Chinchaysuyo.
Debido a las relaciones pacíficas que mantenían los Incas con los Chancay,
no se edificaron grandes asentamientos políticos- administrativos, como es
el caso de otros valles cercanos donde las relaciones eran mas violentas:
(Lurín: Pachacámac; Nazca: Paredones; Cañete: Incahuasi; Chincha:
Tambo de Mora; Mala: Salitre; Chillón: Tambo Inga; Paramonga:
Fortaleza y Cerro La Horca; entre otros); donde los Incas edificaron
grandes asentamientos, a base de una arquitectura típicamente del estilo
Inca, como símbolo de supremacía y poder.

En el valle Chancay no existen asentamientos típicamente Inca.


Los Incas reacondicionaron algunos sectores de los grandes asentamientos
administrativos del Periodo Intermedio tardío, para que funcionen como el
centro del poder estatal cuzqueño y que tenían la función de recolectar los
tributos para el estado; y de actuar como un ente dinamizador entre la
población y el estado, mediante la redistribución y la donación de regalos a
nombre del estado. Es posible que los encargados de realizar estas

201
actividades y estas funciones administrativas, haya sido un personal
especializado enviado por el Cusco; aunque en algunos casos eran los
mismos curacas los encargados de desempeñar estos cargos.

Esto es lo que ocurre en los sitios arqueológicos de mayor


jerarquía del valle, como por ejemplo el de Cuyo, ubicado en la margen
izquierda del valle medio, donde sobre el sector político-administrativo del
período intermedio tardío, se reacondicionó y construyó algunas
estructuras arquitectónicas que servían para el control estatal y para señalar
la supremacía del imperio cuzqueño. Las construcciones que fueron
introducidos en el asentamiento durante la dominación inca, son los muros
perimétricos Norte, Este y Oeste del sector I; que cumplen la función de
cercar el espacio de este sector administrativo, que antes de los incas se
hallaba en un espacio abierto. También se edificaron algunos recintos que
cumplían la función de almacenar productos, que eran recibidos en forma
de tributos. Es así, como el tipo de arquitectura introducida por los incas
en el sitio, es la de tapias; que no existían en el intermedio tardío.

Los muros perimétricos edificados a base de tapias que forman un


recinto de forma rectangular que encierra el sector I, tiene sus similares en
otros asentamientos del valle, como en Pisquillo Chico, donde existe un
recinto de forma rectangular, de características muy diferentes al resto de
sectores. Esto también se da en el sitio del Portillo, ubicado a 3 kilómetros
de distancia de cuyo, río abajo y en la otra margen, el cual
lamentablemente casi ya no existe debido al avance de la frontera agrícola
y el huaqueo.

Pero si bien es cierto que el sector político-administrativo de Cuyo


sufrió algunas modificaciones tras la conquista inca; la información señala
que el sector doméstico (sector II), no sufrió variación alguna. Al parecer
la estrategia inca en esta zona, no permitía interferir con las actividades
domésticas. A los incas solo les interesó administrar y recoger los tributos,
mas no la vida doméstica. Debido a esto se plantea que durante el
Horizonte tardío, la población Chancay continuó con su vida cotidiana y
sus actividades de manera normal, produciéndose una coexistencia con el
poder inca. De este modo se da una coexistencia y convivencia entre las
ocupaciones Chancay e incas en los asentamientos del Horizonte Tardío
del valle. Es decir la cultura Chancay continúa con su desarrollo bajo el
dominio Inca, hasta la invasión española del Tahuantinsuyo. Este
fenómeno se da en todo el valle medio, donde en lugar de muestras de

202
innumerables sitios expresamente fundados y construidos en neto estilo
Inka, la mayor parte de la región yunga continuó levantando
construcciones en puro estilo local.
Foto 1: Vista del quipu de Pampa
Libre.

Sobre el desinterés del


estado inca en interrumpir la
vida doméstica de la población
local, Silva señala algo parecido
para el valle Chillón: "Los
materiales Inka se superpone a
los locales, pero no se encuentra
una variación significativa en
estos asentamientos (al menos
visibles en la superficie), en
cuanto se refiere a la
organización interna. Quizás esto
refleje el interés de los Incas por
controlar el valle sin interferir en
los niveles domésticos
sustancialmente. De manera que
los asentamientos del intermedio tardío continuaron en uso sin que se
produzca una drástica modificación en las viviendas. El dato arqueológico
concuerda con el interés Inka por el tributo y la fuerza de trabajo para el
estado, sea mediante control directo o indirecto, permitiendo mayor
autonomía en el nivel doméstico de las comunidades incorporadas al
imperio"31

Otro aspecto que señala la leve imposición del


Tahuantinsuyo en el valle, es la poca presencia de vasijas del estilo Inca
Imperial. Al parecer la elaboración de las vasijas de este estilo, fueron
elaborados por grupos de mitqmas Chimús que fueron trasladados desde
regiones norteñas. Esto se basa en el hallazgo de arríbalos Chimú- Inca,
hallados en el sitio de Cuyo, al igual que en la región de Chancayllo, al
norte de Lauri y Pampa Libre. Miguel Cornejo32 señala la presencia de tres
tipos morfológicos y funcionales de cerámica Inca , básicamente arybalos
31
Silva Sifuentes, Jorge; 1991: pag. 59
32
Cornejo Guerrero, Miguel: 1999, pg. 40.

203
y jarras; vasijas de uso ceremonial. Además señala que la presencia de este
material en tumbas del valle se relaciona con personajes premiados por el
estado inca por servicios prestados. Pero, de manera paralela, el estilo
Chancay Negro sobre Blanco, continúa con su desarrollo hasta después de
la conquista Inca e incluso algunos años después de la conquista española.
Lo que si cabe señalar es la presencia de ejemplares arybalos con diseños y
decoración del estilo Chancay Negro sobre Blanco. Este es el estilo
Chancay- Inca o Inca local.
Otro aspecto importante que data incluso de
periodos muy tempranos es la instalación de una compleja red vial,
constituido por caminos que recorren la cuenca. Uno de los mas
importantes es el camino que une el valle bajo con la cuenca alta y que
pasaba por Guaral Viejo, Cuyo, Lumbra y Acos; lugar donde el camino se
bifurcaba en dos ramales, uno hacia Huanuco y otro hacia Bombón
(Pumpu). Otra vía de gran importancia era el camino de la costa, que unía
todo el Chinchaisuyo de norte a Sur; venía pasando por ChanChan, el valle
del Santa, Huaura, Lachay, cruzaba por los alrededores de la actual ciudad
de Huaral, desde donde se bifurcaba en dos ramales, una que se dirigía
hacia la quebrada de Quilca, para dirigirse hacia Trapiche, para salir al
valle Chillón y dirigirse a Comas, rumbo a Sulco y Pachacámac. Mientras
tanto el otro ramal ascendía el cerro de Pasamayo, cerca al litoral, para
llegar hacia Ancón. Aunque el trazo de estos caminos se realizó cientos de
años antes de la llegada de los Incas al valle, fueron estos quienes lo
integraron a la red del Cápac Ñam (camino imperial).
En 1533 llegaron al valle Chancay los primeros
españoles que se hallaban en marcha rumbo a Pachacámac, con lo cual
comenzaba la desestructuración de las culturas andinas, pasando a formar
parte del nuevo imperio español.

Posteriormente el cuarto trimestre de 1553, según las ordenanzas


reales, se ordenó las reducciones de los pueblos de indios, fundándose el
pueblo de San Juan Bautista de Huaral, siendo reducidos los ayllus
prehispánicos de San Miguel, Lumbra, Cuyo, Huayán, Huando, entre
otros. El 16 de Noviembre de 1562 se fundó la Villa de Arrendó de
Chancay en el lugar denominado Tambo Pintado, siendo reducidos los
antiguos ayllus de Lauri, Chancayllo, Torre Blanca, entre otros de la
margen derecha del valle bajo del río Chancay.

EL SITIO ARQUEOLÓGICO DE LAURI


204
El sitio arqueológico de Lauri (también llamado
Pampa Libre), es uno de los cuatro asentamientos tardíos de mayor
importancia en el valle, junto con Pisquillo Chico, Lumbra y Pancha La
Huaca (hoy no existe). Se encuentra ubicado en el sector norte del distrito
de Chancay, localidad de Pampa Libre, a 2 Kms. Al norte de la ciudad de
Chancay, margen derecha del valle bajo, ocupando toda el área y la pampa
aledaña a una gran quebrada que se une al valle desde el lado norte, a 11º
30’ latitud Sur y 77º 16’ longitud oeste; y a una altitud de 125 m. s. n.
m.. Se ubica entre los cerros la Mina y la calera, hasta donde se expande el
cementerio prehispánico.
Lauri es un cementerio de grandes dimensiones,
investigado por arqueólogos como Uhle, Tello, Horkheimer, Núñez
Jiménez y Cornejo; sin embargo ninguno de ellos ha realizado un trabajo
exhaustivo y lo que se conoce sobre el material de este sitio es
mayormente proveniente de las colecciones privadas y del huaqueo.
Justamente son estos personajes quienes han dividido el sitio en varios
sectores: Rincón de las Animas, El Acho, Socavón, Media Baqueta, El
Polvo y El Encanto. 33 Sin embargo el sitio es fácilmente sectorizado y
definido por las características estilísticas de los materiales recuperados, en
cada uno de los puntos del mismo.

En 1961 la Misión arqueológica Chancay excavó


33 tumbas, dirigidos por el arqueólogo Hans Horkheimer, hallando
material cerámico de los estilos Teatino, Tiahuanacoide, Chancay propio,
Lauri Impreso e Inca local. 34 Lamentablemente debido a la
repentinamente de Horkheimer, este material no pudo ser analizado en su
momento, hasta que en 1986 Miguel Cornejo analizó 341 especimenes
cerámicos provenientes de 18 tumbas excavadas por el finado arqueólogo,
lo que le permitió elaborar su tesis para optar el grado de bachiller.35
Sin embargo el sitio de Lauri no solo esta
conformado por extensos cementerios, presenta cerca de ocho montículos
piramidales, los cuales presentan el mismo patrón que otros sitios
importantes Chancay. Los montículos piramidales, en el valle Chancay,
son estructuras arquitectónicas, identificadas como típicas de la Cultura
Chancay. Estas estructuras arquitectónicas se hallan presentes en muchos
33
Horkheimer, Hans: 1965: pg. 43.
34
Horkheimer, Hans: 1965: pg. 44.
35
Cornejo Guerrero, Miguel; 1986.

205
sitios tardíos del valle, como es el caso de Pisquillo Chico, Cuyo,
Tronconal, Lauri, Santo Domingo, entre otros.36 Son edificados en su
totalidad a base de adobes cuadrangulares y rectangulares. Presenta
también grandes recintos encerrados por muros de tapiales los cuales
corresponderían al periodo Tahuantinsuyo. Muchos de los montículos
piramidales de Lauri presentan una rampa de acceso en la parte frontal. La
altura de estas estructuras puede llegar a tener hasta 3 o 4 metros de altura,
y presentan relleno constructivo a base de material vegetal, mezclado con
capas de tierra.
El sitio de Lauri presenta una larga y continua
ocupación que va desde el Horizonte medio (Teatino), Chancay, Inca y
Colonial temprano. En base a los patrones funerarios y a los materiales en
contexto, Miguel Cornejo37 elabora una secuencia cronológica de 3 fases:
- FASE 1: Horizonte Medio: ESTILO TEATINO.
- FASE 2: Intermedio Tardío: ESTILO TRICOLOR GEOMETRICO.
- FASE 3: se subdivide 2 sub fases:
o 3A: Intermedio Tardío: ESTILO LAURI IMPRESO.
o 3B: Intermedio Tardío: ESTILO CHANCAY NEGRO
SOBRE BLANCO.
Sin embargo Cornejo no menciona claramente el panorama en el
Horizonte tardío, con la presencia del estilo Inca local (Chancay – Inca) y
Chimú-Inka, lo que a nuestro parecer correspondería a una fase 4.
En 1987 Andrzej Krzanowski y su equipo de investigadores de la
Misión Polaca38, recogió cinco muestras de superficie, que le permitió
sacar cinco fechados radiocarbónicos. Las edades calibradas son las
siguientes: 1).- Gd-2819, edad calibrada: 1414 A. D. proveniente de
madera, sin ninguna asociación por provenir de una tumba saqueada; 2).-
Gd-5307, edad calibrada: 1 074 A. D., proveniente de madera asociado a
vasijas enteras Chancay negro sobre Blanco, Lauri Impreso, y restos de un
fardo con relleno de hojas de pacae; 3).- Gd-6189, edad calibrada 958 A.
D., proveniente de madera asociado a fragmentos Chancay negro sobre
Blanco; 4).- Gd-6196, edad calibrada: 1 202, proveniente de madera
asociado a vasijas enteras sin decoración y vasijas Chancay negro sobre

36
Van Dalen Luna, Pieter; 2001, pg. 23 – 24.
37
Cornejo Guerrero, Miguel; 1992: pg 325 – 327.
38
Pazdur, Mieczyslaw ; y Krzanowski, Andrzej; 1991: pg. 117 – 119.

206
blanco; 5).- Gd-6197, edad calibrada: 1 125 A.D., proveniente de madera
asociado a fragmentería Chancay Negro sobre Blanco.
Con respecto al estado de conservación del sitio, justamente
basándose en este, Horkheimer señala que los asentamientos Chancay
parecen la superficie lunar. El estado de conservación es deplorable, ha
sido y es huaqueado de manera intensa. Los primeros pobladores de
Pampa Libre fueron ex trabajadores de las haciendas de Laure y
Chancayllo, quienes durante protestas por la reivindicación de los
derechos sindicales, fueron expulsados de dichas haciendas, llegando a
invadir este arenal que era terreno eriazo y se hallaba entre ambas
haciendas. Es así como Pampa Libre nace en 1962, producto de la invasión
de estos campesinos migrantes que se hallaban sin tierra. Es así como la
población de Pampa Libre buscando un medio de subsistencia, con que
satisfacer sus problemas económicos y mejorar los niveles de vida, se
dedican al huaqueo, con la finalidad de comercializar algunos de los
productos obtenidos, a coleccionistas privados y otras personas habidas de
restos culturales de la capital. Son estas personas quienes denominan al
sitio como Pampa Libre.
EL QUIPU DE LAURI
El quipu que es motivo de nuestro estudio,
proveniente de este sitio arqueológico, fue hallado justamente por
pobladores de pampa Libre en una de estas faenas diarias de huaqueo,
quienes se lo proporcionaron al Sr. Andrés Yntusca, artesano textil del
pueblo de Pampa Libre; quien en una ocasión se sirvió enseñárnoslo.
Debido a sus características propias e inéditas es que le solicitamos nos lo
proporcione para elaborar el análisis y rescatar la información estilística y
tecnológica que presenta, antes que debido al deterioro se pierda.
Según referencias que nos proporcionó el Sr. Yntusca, este
objeto fue sacado del sector Tahuantinsuyo, lo cual es corroborado por sus
características peculiares.
Los quipus son instrumentos mnemotécnicos, que
servían para registrar datos en sus caracteres representados por nudos de
diversas formas, los cuales tenían un valor característico. Los registros que
se hacían eran diversos, como registrar historias, para información censal,
registros legales y censos de producción agrícola, entre otros. Los nudos
son elaborados con las mismas cuerdas colgantes o con subsidiarias
insertadas. Los quipus están formados por numerosas cuerdas verticales,

207
que afloran de una cuerda matriz de posición horizontal; sin embargo cada
cuerda puede tener numerosas cuerdas secundarias que se encuentran
insertadas mediante nudos, las que a su vez tienen cuerdas terciarias y
sucesivamente, según la complejidad que puedan tener. La palabra
QUIPU, en quechua significa “nudo”. El conocimiento y aplicación de los
quipus fueron exclusivamente de competencia de los llamados
“quipucamayoc”, quienes eran los responsables del manejo de la
contabilidad y las estadísticas en el imperio del Tahuantinsuyo. Pero había
dentro de los quipucamayoc, diferentes jerarquías, Rostworoski 39 señala
por ejemplo que el manejo de estos instrumentos estaba a cargo de un alto
personaje que recibía las cuentas enviadas de distintas poblaciones
situadas en una determinada área geográfica. Bajo las ordenes de estos
quipucamayoc principales existían toda una serie de contadores menores y
asistentes. Pero no solo el estado inca contaba con estos sistemas
contables, los curacas regionales llevaban también los registros de lo que
contenían sus depósitos y de la gente que gobernaban.
ANÁLISIS Y DESCRIPCIÓN DEL QUIPU DE LAURI
El soporte o base del quipu
La base del quipu a partir del cual se encuentran aflorando las
cuerdas, esta formado por una pieza de madera tallado, que representa la
figura de una coronta de maíz; el largo de dicha coronta es de 16.3 cm.,
mientras que la punta del maíz tiene 4.5 cm. de circunferencia y la parte
que representa la base, donde se inserta al resto de la planta tiene 6 cm. de
circunferencia.
A partir del lugar donde salen las cuerdas se puede identificar 11
filas horizontales, cada una de las cuales tienen 26 columnas verticales, el
ancho de cada fila es de aproximadamente 0.4 a 0.5 cm., mientras que el
ancho de cada columna es de 0.5 cm., los cuales se van adelgazando
conforme se encuentran mas cerca de la punta.

39
Rostworoski, Maria: 1990: pg. 59
208
Foto 2: Superior: Vista del soporte del quipu de Pampa Libre. Abajo:
(izquierda) Detalle del soporte, extremo izquierdo. (Centro izquierda) Detalle
del soporte, extremo derecho. (Centro derecha) Detalle de un nudo en espiral,
nótese los colores azul y blanco de los hilos. (derecha) Detalle de dos nudos en
espiral.

Cada una de las celdas entre filas y columnas representan los


granos de maíz, los cuales tienen forma cuadrangular; sin embargo las
cinco primeras columnas presentan una forma casi rectangular debido al
adelgazamiento de la coronta debido a su proximidad a la punta o extremo
superior del maíz; mientras que las tres ultimas columnas presentan los
granos de forma triangular de 0.2 cm. en el eje vertical, 0.5 cm. En el eje
horizontal, con la punta en dirección al lado izquierdo. La separación entre
columnas, entre filas y por lo tanto entre celdas esta formados por surcos
incisos de 0.1 cm., de grosor y 0.05 cm. de profundidad.
Al parecer según las características morfológicas,
por la textura de la madera y otras características peculiares, la materia
prima, es decir, la madera con la que se elaboró este soporte sería
huarango, muy común en la costa peruana en época prehispánica.Cabe
señalar que el color de la coronta es marrón oscuro de una tonalidad
media, con la superficie bien pulida. El proceso de tallado e incisión se
habría realizado con objetos punzo cortantes.
Cabe señalar que por la disposición del quipu, la
parte que representa la punta superior del maíz se encuentra hacia el lado
izquierdo, mientras que la base o la parte que se inserta con el resto de la
planta se ubica hacia el lado derecho.
Esta coronta presenta 10 orificios de
aproximadamente 0.2 cm. de diámetro que se expanden desde la parte
inferior del mismo hasta la parte superior de manera interna, de casi entre
2.5 y 3 cm. de longitud. Estos orificios se encuentran alineados entre dos

209
filas, en medio del surco inciso de separación. El primer orificio se
encuentra ubicado a 1.7 cm. de distancia de la punta superior; el segundo
orificio se encuentra a 1.7 cm. del primer orificio; el tercero se ubica a 1.3
cm. de distancia del segundo; el cuarto se ubica a 1.4 cm. del tercero; el
quinto se ubica a 1.3 cm. del cuarto; el sexto se ubica a 1.2 cm. del quinto;
el séptimo se ubica a1.5 cm. de distancia del sexto; el octavo se ubica a 1.5
cm. del séptimo; el noveno se ubica a 1.5 cm. del octavo y el décimo a 1.1
cm. del noveno y a 0.7 cm. de la base.
Estos orificios sirven para la conducción de las
cuerdas matrices desde la parte superior hasta la parte inferior, de manera
que al llegar hasta este último sigue su recorrido de manera horizontal para
ingresar por el orificio contiguo. Al momento de aflorar son insertados por
cada una de las cuerdas que conforman la estructura.
Según la organización espacial del soporte, este se
ha dividido en 11 segmentos, tomando como referencia el espacio entre
cada orificio.

La cuerda matriz
La cuerda matriz es la cuerda que se encuentra
insertada en el soporte y que cumple la función de recibir y fijar las
inserciones de las 11 cuerdas principales que componen el quipu. Esta
cuerda ingresa por cada uno de los orificios de izquierda a derecha, de
manera que sale, por ejemplo, de la parte inferior del orificio 1, para
ingresar por la parte inferior del orificio 2, luego de recorrer de manera
horizontal por este extremo del soporte; luego de ingresar por el orificio 2,
lo recorre de manera vertical hasta salir por el extremo superior; luego
recorre esta parte del segmento de manera horizontal hasta ingresar por el
orificio 3, para luego recorrerlo de manera vertical hasta salir por el
extremo inferior; luego recorre de manera horizontal hasta ingresar por el
orificio 4 y lo recorre de manera vertical hasta salir por la parte superior;
siguiendo el mismo esquema de recorrido hasta el ultimo orificio 10, que
al salir por la parte superior, vuelve su recorrido hacia el orificio 9 por la
parte superior del soporte de manera horizontal, hasta ingresar por este
orificio, cruzándose por este y todos los orificios con la otra parte de la
cuerda que esta viniendo. Al regresar al orificio 1, se une con el extremo
inicial de la cuerda en la cuerda 1.
Descripción de las cuerdas

210
El quipu, motivo de nuestra investigación, cuenta
con 11 cuerdas primarias de diferentes características, ya sea en cuanto a
longitud, ubicación, grosor, torsión, cantidad de nudos, características de
los nudos, color de los hilos, naturaleza de la fibra y cantidad de cuerdas
secundarias.
A continuación describiremos cada una de las 11
cuerdas primarias que conforman el quipu, según el orden y la disposición
de izquierda a derecha en cada uno de los segmentos en que ha sido
dividido. Estas son:
SEGMENTO 1:
Se encuentra ubicado entre el extremo derecho de la mazorca de maíz, en
la punta y el orificio 1. En este segmento se encuentra la cuerda 1.
- CUERDA 1.- Al parecer por sus características morfológicas habría
cumplido la función de sujetar el material a alguna pared u otra estructura;
ya que se extiende 7 cm. verticalmente y luego da la vuelta hasta hacer un
nudo con el inicio de la cuerda que sale del primer orificio. La longitud
total de esta cuerda es de 40 cm., el cual ingresa por el orificio 1 y se
extiende por el conducto hasta salir por el lado inferior, por lo que deja la
cuerda dividida en dos partes. Luego, como se señaló anteriormente, se
expande verticalmente y regresa hasta formar un nudo simple con el origen
de la cuerda. La cuerda presenta dos hilos de torsión en “Z”, mientras que
estos dos se unen por una retorsión en “S”. El grosor de cada hilo simple
es de 2 mm., mientras que el de la retorsión es de 3 mm. El color es
marrón y la materia prima es algodón. El estado de conservación de esta
cuerda es regular debido a que se está deshilando.
SEGMENTO 2:
Se encuentra ubicado entre los orificios 1 y 2. En este segmento se
encuentra una cuerda, la segunda.
- CUERDA 2.- Esta cuerda esta formado por la retorsión en “S” de dos
hilos simples de torsión en “S”, color marrón y de fibra de algodón. Esta
cuerda se une a la cuerda matriz mediante un nudo de inserción. La
inserción se produce a 2 mm. a la izquierda del orificio 2. La longitud de
esta cuerda es de 39 cm. de largo y tiene un grosor de 2 mm... En su
extensión vertical presenta 8 nudos. El primero es el señalado nudo de
inserción que da origen a la cuerda. El segundo nudo se ubica a 6.8 cm. de
distancia del primero y es un nudo complejo, originado por la inserción de

211
la cuerda secundaria A, el cual describiremos líneas mas abajo. El tercer
nudo se ubica a 5.5 cm. de distancia del segundo y también esta formado
por una inserción, la del hilo secundario B. El nudo 4 esta ubicado a 2.2
cm. de distancia del nudo tres y es un nudo simple. El nudo cinco esta
ubicado a 7 cm. del cuarto y esta formado por el espiral de la cuerda en
tres niveles, para después desplazarse hacia la parte superior del nudo e
ingresar por dentro del espiral para salir por el otro extremo del nudo. El
sexto nudo esta ubicado a 3.7 cm. de distancia del nudo 5 y es un nudo
simple. El nudo 7 esta ubicado a 6 cm. de distancia del nudo 6, el cual es
muy similar al nudo 5, aunque solo presenta dos niveles de espirales. En el
extremo final de esta cuerda hay un octavo nudo, muy pequeño que
cumple la función de terminal, es decir de sujetar y controlar que los hilos
retorcidos no se suelten o aflojen. La cuerda 2 presenta dos cuerdas
secundarias, A y B, los cuales pasaremos a describir a continuación:
- Cuerda Secundaria “A”.- Como señalamos se encuentra insertado a la
cuerda principal mediante un nudo complejo. Presenta una longitud de 10
cm. de largo, es de color blanco y esta formado por la retorsión en “S” de
dos hilos simples de 1.8 mm. de grosor cada uno, de color blanco y torsión
en “Z”. El hilo retorcido tiene un grosor de 2.3 mm. Esta cuerda
secundaria tiene solo dos nudos: el primero de inserción ya descrito líneas
arriba y un segundo nudo ubicado a 6 cm. de distancia del primero,
formado por la sucesión de 8 nudos simples. Este nudo tiene un largo de
2.3 cm. de largo y un espesor de 3 a 3.5 mm. Al final de este nudo los dos
hilos originales se vuelven a separar. El estado de conservación es regular.
Esta cuerda secundaria se inserta a la principal por el lado derecho.
- Cuerda Secundaria “B”.- Esta cuerda presenta 11 cm. de largo y ase
inserta a la cuerda principal por el lado derecho, a 12.3 cm. del origen de la
cuerda principal. Es de un color plomo verdoso. Posee un grosor de 1.5
mm. Y es de fibra de algodón. La torsión de este hilo es en “S”. Presenta 2
nudos: uno de inserción y el otro muy simple y terminal.

SEGMENTO 3:
Se encuentra ubicado entre los orificios 2 y 3. En este
segmento no se encuentra ninguna cuerda.
SEGMENTO 4:
Se encuentra ubicado entre los orificios 3 y 4. En este segmento se
encuentra una cuerda, la tercera.
- CUERDA 3.- Tiene 34 cm. de largo y se forma por la retorsión de dos
hilos en “Z”. La cuerda es de color blanco y es de fibra de algodón. Esta

212
cuerda se inserta a la cuerda matriz a 0.5 cm. a la derecha del orificio
3.Tiene 1.8 mm. de grosor. Presenta 4 nudos: el primero de inserción que
da origen a la cuerda; el segundo ubicado a 14.5 cm. de distancia del
primero y es un nudo simple. El tercer nudo se ubica a 8.5 cm. del segundo
y es un nudo complejo. El cuarto nudo es terminal y se ubica en el extremo
de la cuerda, cumple la función de evitar que los hilos torcidos se separen.
SEGMENTO 5:
Se encuentra ubicado entre los orificios 4 y 5. En este segmento se
encuentra una cuerda, la cuarta.
- CUERDA 4.- Es de características similar a los dos anteriores. Se forma
por la retorsión de dos hilos en “S”. Esta cuerda tiene 37.6 cm. de longitud
y un grosor de 2 mm., es de color blanco y de fibra de algodón. Se inserta
a la cuerda matriz a 0.4 cm. a la derecha del orificio 4. Presenta 4 nudos: el
primero de inserción que da origen a la cuerda; el segundo ubicado a 15.2
cm. del primero y es un nudo simple; el tercero se ubica a 9.6 cm. de
distancia del nudo 2 y es un nudo formado por el espiral de la cuerda en
dos niveles sobre su misma base, para luego desplazarse hacia la parte
superior e ingresar por dentro del espiral y salir por el otro lado. El cuarto
nudo se ubica a 10.8 cm. de distancia del tercero, es simple y cumple la
función de fijar la torsión y evitar la separación de las hebras.
SEGMENTO 6:
Se encuentra ubicado entre los orificios 5 y 6. En este segmento se
encuentra una cuerda, la quinta.
- CUERDA 5.- Su origen es similar a todos los demás, tiene 46 cm. de
longitud y un grosor de 1.5 mm. La retorsión es en “S”. Se inserta a la
cuerda matriz a 0.6 cm. a la derecha del orificio 5. Esta cuerda es de color
marrón y es de fibra de algodón. Presenta 3 nudos: el primero es el que da
origen a la cuerda (de inserción); el nudo 2 se ubica a 16.4 cm. del nudo 1
y tiene 6 mm. de largo, formado por la sucesión de dos nudos simples. El
nudo 3 se ubica a 4.7 cm. del segundo y tiene 1 cm. de largo; es un nudo
complejo formado por el espiral de de la cuerda a través de su misma base
para luego desplazarse hacia la parte superior para ingresar por dentro del
espiral y salir por el otro lado; los niveles del espiral son seis. A diferencia
de las otras cuerdas esta no presenta un nudo terminal para fijar la torsión;
sino un hilo muy delgado que amarra el extremo terminal de la cuerda.
SEGMENTO 7:
Se encuentra ubicado entre los orificios 6 y 7. En este segmento se
encuentra una cuerda, la sexta.
213
- CUERDA 6.- Se forma por la inserción mediante un nudo a la cuerda
matriz a 1 cm. a la derecha del orificio 6 y la retorsión en “S”. Tiene una
longitud de 30.4 cm. y un grosor de 2 mm. Es de color blanco y es de fibra
de algodón. Presenta 4 nudos: el primero como ya señalamos es de
inserción, el segundo esta ubicado a 16 cm. de distancia del primero y
tiene 0.9 cm. de largo, conformado por la sucesión inmediata de tres nudos
simples. El tercer nudo se ubica a 4.2 cm. de distancia del segundo y tiene
1.6 cm. de largo. Es un nudo complejo formado por el espiral de la cuerda
sobre su misma base, a número de 12 espirales, para luego desplazarse
hacia la parte superior e ingresar por dentro del espiral y salir por el otro
extremo. Este es el nudo de mayor complejidad en todo el Quipu. El cuarto
nudo es terminal, ubicado a 4.7 cm. de distancia del nudo 3, es un nudo
muy pequeño, casi inapreciable y tiene la función de reforzar la unión de
los hilos.
SEGMENTO 8:
Se encuentra ubicado entre los orificios 7 y 8. En este segmento no se
encuentra ninguna cuerda.
SEGMENTO 9:
Se encuentra ubicado entre los orificios 8 y 9. En este segmento se
encuentran tres cuerdas: la séptima, la octava y la novena.
- CUERDA 7.- Por su ubicación se encuentra en asociación con las
cuerdas 8 y 9. Se forma por la retorsión de dos hilos en “S”. El grosor de
esta cuerda es de 2 mm. Es de color blanco y de fibra de algodón. Esta
cuerda solo tiene 2 nudos: el inicial de inserción y el terminal, este último
muy pequeño y simple. Tiene una longitud de 52 cm.
- CUERDA 8.- Las características de esta cuerda es muy similar al
anterior y al siguiente y estarían como se señaló en asociación por su
ubicación. Se encuentra insertado a la base del hilo matriz que sale del
orificio 8 e ingresa por el noveno orificio, a 3 mm. a la derecha del orificio
8. Tiene una longitud de 45.5 cm. de largo y 1.8 mm. de grosor. Esta
cuerda presenta también solo dos nudos: uno de inserción e inicial y el
nudo terminadle tamaño muy pequeño y simple. La cuerda presenta una
retorsión en “S”, es de color blanco y fibra de algodón.
- CUERDA 9.- Es de características similares a las dos anteriores, ubicada
en el mismo segmento de la estructura. Tiene 44 cm. de longitud y tiene un
grosor de 2.2 mm. , retorsión en “S”, de color blanco y fibra de algodón.

214
Presenta dos nudos: uno inicial y de inserción (a 1 cm. a la derecha del
orificio 8) y otro terminal.
SEGMENTO 10:
Se encuentra ubicado entre los orificios 9 y 10. En este segmento se
encuentran dos cuerdas: la 10 y la 11.
- CUERDA 10.- Se inserta a la cuerda matriz a 0.6 cm. a la derecha del
orificio 9. Tiene 43.7 cm. de longitud, retorsión en “S”, de color blanco y
fibra de algodón. Tiene un grosor de 1.8 mm. presenta 3 nudos: el inicial o
de inserción a la cuerda, matriz; un nudo ubicado a 1.3 cm. del primero
que cumple la función de inserción de la cuerda secundaria “A”; y la
terminal.
- Cuerda Secundaria “A”.- Tiene 23 cm. de largo y como señalamos se
inserta a la cuerda principal a 1.3 cm. del origen de dicha cuerda. Es de
color marrón y presenta una retorsión en “S”. Tiene 1.5 mm. de grosor y
presenta dos nudos: el inicial que sirve para inserción y el terminal. Esta
cuerda secundaria “A” se inserta por el lado izquierdo a la cuerda
principal.
- CUERDA 11.- Se ubica en el mismo segmento que el anterior. Tiene
37.1 cm. de longitud y se inserta a la cuerda matriz del soporte a 0.9 cm. a
la derecha del orificio 9. Esta cuerda tiene un grosor de 2.8 mm. y presenta
retorsión en “S”. Presenta 6 nudos: el primero es el nudo inicial que
cumple la función de insertar esta cuerda al soporte; el segundo nudo es
simple y cumple la función de insertar la cuerda secundaria “A” a la
cuerda principal a 2 cm. de distancia del nudo inicial; el tercer nudo se
ubica a 2.3 cm. del segundo y cumple la función de insertar la cuerda
secundaria “B”; el cuarto nudo se ubica a 5 cm. del tercero, tiene 6 mm. de
largo y se caracteriza por presentar 2 nudos simples dispuestos de manera
sucesiva. El nudo 5 se ubica a 7.8 cm. del cuarto y es similar al anterior, es
decir consiste en la sucesión inmediata de dos nudos simples, tiene 0.6 cm.
de largo. El nudo 6 se ubica a 4.2 cm. de distancia del anterior, es un nudo
complejo de 7 mm. de largo, formado por el espiral de la cuerda a través
de su misma base para luego desplazarse hacia la parte superior e ingresar
por dentro del espiral y salir por el otro lado, los niveles de espiral son 4.
Es posible que haya existido un nudo terminal, ya que todos los hilos lo
presentan, sin embargo por el mal estado de conservación que presenta en
el extremo inferior, ya no existe.
- Cuerda Secundaria “A”.- Esta cuerda tiene 29.5 cm. de longitud, es de
color marrón y se forma por la retorsión de dos hilos en “S” y se inserta a

215
la cuerda principal a 2 cm. de distancia del origen de esta, mediante un
nudo de inserción simple. Tiene un grosor de 1.3 mm. y es de color blanco.
Presenta en toda su extensión 2 nudos: el primero ya descrito, de inserción;
y el segundo ubicado a 16 cm. del primero y tiene un largo de 6 mm.,
caracterizado por presentar la sucesión inmediata de dos nudos simples. Al
igual que la cuerda principal no presenta un nudo terminal, pero es posible
que haya tenido. Esta cuerda se inserta a la principal por el lado izquierdo.
- Cuerda Secundaria “B”.- Esta cuerda presenta características únicas,
tanto morfológicas como tecnológicas. Se inserta a la cuerda principal a 2
cm. de distancia del nudo 2 de la cuerda principal. Tiene 29 cm. de
longitud y un grosor de 2.4 mm. A diferencia de las otras cuerdas de la
estructura, presenta retorsión en “S” de dos hilos, uno de los cuales
presenta torsión en “Z” de un hilo blanco y uno azul, lo que le da a la
cuerda un aspecto de líneas azules mezcladas con blancas de manera
homogénea en toda la extensión del mismo. Presenta 3 nudos: uno inicial y
de inserción a la cuerda principal, descrito mas arriba; un segundo nudo se
ubica a 17.4 cm. del primero, con una extensión de 1.4 cm., caracterizado
por el espiral de la cuerda a través de su misma base para luego
desplazarse hacia la parte superior e ingresar por dentro del espiral y salir
por el otro extremo; los niveles del espiral son 8. El tercer nudo es terminal
y muy pequeño. Esta cuerda se inserta por el lado
SEGMENTO 11:
Se encuentra ubicado entre el orificio 10 y el extremo
izquierdo del soporte. En este segmento no se encuentra ninguna cuerda.
INTERPRETACIONES Y CONCLUSIONES
MATERIA PRIMA
La única materia prima de las cuerdas es el
algodón, mientras que el utilizado para el soporte es madera de huarango.
COLOR DE LOS HILOS
Según el análisis todos los hilos han sido de color
blanco opaco, con ciertas tonalidades hacia el marrón, aunque esto de
debería al polvo y al paso de los años. Sin embargo se pudo apreciar la
presencia de dos cuerdas que presentan una de ellas un color plomo de
tonalidad verdoso (la cuerda secundaria “B”, de la cuerda principal 2);
mientras que la cuerda secundaria “B” de la cuerda principal 11 presenta
un color azul en uno de sus hilos confortantes.

216
TOPOLOGÍA DE NUDOS
El quipu presenta un total de 49 nudos, los cuales
han sido clasificados según los criterios funcional y morfológico.
A).- Por su función.-
Según la función que cumplen los nudos, estos se
pueden clasificar en:
1.- Iniciales.- Son aquellos nudos que cumplen la función de insertarse a
la cuerda matriz del soporte, dando origen a las cuerdas principales.
También pueden servir para dar origen a las cuerdas secundarias. Por esto
pueden ser de dos sub tipos:
- Nudos Iniciales primarios: referidos a las cuerdas primarias.
- Nudos Iniciales Secundarios: referidos a las cuerdas secundarias.
2.- Terminales.- Ubicadas en el extremo de cada una de las cuerdas, sean
primarias o secundarias. Cumplen la función de evitar que los hilos unidos
por torsión o retorsión que conforman la cuerda se separen,
manteniéndolas ajustadas.
3.- De contabilidad.- Cumplen la función de representar signos dentro del
sistema de conteo mnemotécnico, lo cual no nos es posible comprender.
Dentro de este tipo de nudos también pueden estar los iniciales y los
terminales, en el caso de que además hayan cumplido esta función.
B).- Por su morfología.-
Según la forma que tienen los nudos, estos se pueden
clasificar en:
1.- De inserción.- Son los nudos iniciales, que se asemejan al nudo de la
corbata. Son hechos en el caso de las cuerdas primarias alrededor de la
cuerda matriz y en las secundarias alrededor de las primarias.
2.- Simples.- Son nudos muy simples que consisten en el paso de la
cuerda por en medio de un anillo elaborado por la misma, para luego ser
ajustado.
3.- Simples Consecutivos.- Es la sucesión consecutiva de los nudos
simples. En algunos casos se ha contabilizado hasta 8 nudos simples
consecutivos. Cabe señalar que hay nudos que presentan una torsión y
orientación en “S”, mientras que otros lo presentan en “Z”. Hay muchos
casos de nudos consecutivos que presentan alternaciones; es decir, “S”,
217
“Z”, “S”, “Z”....o un caso que presenta, “Z”, “S”, “S”, “Z”,
“S”,”S”,”Z”,”S”, esto en el nudo de 8 nudos simples consecutivos.
4.- En espiral.- Son aquellos nudos complejos que se forman por el
espiral de de la cuerda a través de su misma base para luego desplazarse
hacia la parte superior por fuera, para luego ingresar por dentro del espiral
y salir por el otro extremo inferior. En algunos casos se ha llegado a
contabilizar hasta 8 y 12 niveles de espirales.
FUNCIÓN
Con respecto a la función, es un poco difícil
señalarlo con precisión debido a que el material se encuentra
descontextualizado. Sin embargo nos atrevemos a señalar que pudo haber
servido para registrar la producción de maíz en cierta temporada en esta
zona del valle Chancay. También es posible que haya servido para
conocer los montos totales de maíz acumulados en los depósitos estatales,
tratando de contabilizarlos por cada almacén. Esto teniendo en cuenta la
representación del soporte, lo que asegura que se hallaría en relación con
algún tipo de conteo estadístico de maíz de la región señalada.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
El material analizado se encuentra en buen estado
de conservación, sin embargo luego de haber sido trasladado desde Pampa
Libre a Lima para el análisis respectivo se empezó a humedecer y
deteriorarse, por lo que se procedió a realizar cierto análisis de
conservación y consolidación.
AFILIACIÓN CULTURAL
A pesar de que la existencia de quipus en los
Andes data desde el Horizonte medio, según el estado de las
investigaciones actuales, el quipu objeto de nuestro estudio, por sus
características peculiares, ya descritas líneas arriba, data del Periodo
Tahuantinsuyo: 1470 – 1535 d.c..

CONCLUSIONES

- Por sus características morfológicas y tecnológicas, el quipu de Lauri se


constituye en un ejemplar único en su género, además de ser, hasta
nuestro entendimiento, el único reportado para el valle Chancay.

218
- El quipu analizado pertenece al Periodo Tahuantinsuyo, por lo que los
datos recuperados nos servirá para conocer de manera mas clara el
panorama de este periodo en el valle bajo.
- La función de este material habría sido para llevar un control estadístico
de la producción de maíz en esta zona del valle Chancay, aunque
también pudo haber servido para conocer los montos de maíz
acumulados en los depósitos estatales.
AGRADECIMIENTOS
Agradecimientos muy especiales al Sr. Yntusca, artesano del
pueblo de Pampa Libre, quien nos facilitó el material de su propiedad; a la Sra.
Ana Mujica, quien colaboró y nos apoyó en los trabajos de conservación del
material, al Sr. Enrique Narciso B. por apoyarnos con el dibujo del quipu; al Dr.
Arturo Ruiz Estrada, al Lic. Daniel Morales Chocano y al Dr. Alberto Bueno
Mendoza, por sus recomendaciones sobre como llevar a cabo el trabajo de análisis
del material.

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221
CUADRO de resumen de los hilos

EL PERIODO INTERMEDIO TARDÍO EN SAN


PEDRO DE COPA : UNA APROXIMACIÓN AL
PATRÓN DE ASENTAMIENTO
222
Sheyla Melgar Torres40
Ernesto Lázaro Torres41
Introducción
Este es un trabajo de prospección sistemática realizada en agosto
del 2001 y setiembre del 2004 (solo Mantamarca Macho) destinado
al descubrimiento de las evidencias arqueológicas en el distrito de
San Pedro de Copa, haciendo énfasis en el estudio de restos del
periodo Intermedio Tardío para describirlos, definirlos, determinar
su patrón de asentamiento, aproximarnos al entendimiento de su
uso, función y compararlos con otros sitios del mismo periodo en
zonas cercanas. Nuestro estudio y punto de comparación esta
basado principalmente en la arquitectura. Los lineamientos
metodológicos utilizados son los convencionales utilizados en
arqueología.
UBICACIÓN
El distrito de San Pedro de Copa se ubica en la provincia de Ocros,
departamento de Ancash, en la margen derecha del río Copa; Las
coordenadas UTM del pueblo son E 227633 N 8852401 y se encuentra a
una altura de 2 219 m.s.n.m; limita por el norte y noreste con los distritos
de Colquioc y Congas, por el este y sureste con los distritos de Ocros y
Cochas, por el sur y suroeste con el distrito de Paramonga (provincia de
Barranca, departamento de Lima) (Lam. 1).
El acceso al distrito es hacia el noreste del pueblo de Pativilca
(norte de Lima), llegando a una carretera asfaltada de poco recorrido, para
luego continuar por una trocha carrozable de una sola vía en muy mal
estado. El viaje tiene una duración aproximada de 4 horas.
ÁMBITO GEOGRÁFICO
San Pedro de Copa se encuentra ubicado en el piso altitudinal
llamado Quechua, el cual se ubica entre los 2.200 y 3.500 m.s.n.m. El
territorio de San Pedro de Copa se clasifica en las siguientes zonas
ecológicas (ONERN, 1972):
- Matorral desértico pre montano.
- Estepa espinosa montano bajo.
40
E mail: andes24@hotmail.com
41
E mail: ernesto_lazaro@yahoo.com

223
- Montañas semiáridas.
ANTECEDENTES

Estudios arqueológicos en el área de San Pedro de Copa no


existen, por lo tanto se toma como referencia los estudios realizados en las
zonas vecinas. Santillana Cantela (1988) menciona que el sabio Antonio
Raimondi recorrió los territorios de Ocros y Bolognesi, pero sus
investigaciones se centran en la flora y fauna y en la búsqueda de vetas
minerales. Villar Córdova (1935) recorrió la zona de Cajatambo,
estudiando los restos arqueológicos de la zona y haciendo una clasificación
funcional de los mismos, presentando los Machay o cavernas y los Kullpis
o habitación-tumba dentro de su clasificación funeraria; siendo estas
últimas construcciones funerarias típicas del Intermedio Tardío en la sierra
de Lima y zonas aledañas. Vega Centeno et al (1998) estudia el valle bajo
del río Fortaleza, al oeste de San Pedro de Copa pero sólo hace un estudio
de sitios formativos. Visitadores como Rodrigo Hernández Príncipe (1923)
quien en 1620 visitó la provincia de Cajatambo (dentro de la cual se
encontraba Ocros) menciona a dos pueblos a los cuales llama Llactas y
Llacuaces. Durante el siglo XVI Copa era una provincia de Caxatambo
(sic), Pierre Duviols (1973) reconstruyo la organización económica de
Huaris o Llactayoc y Llacuaces, los dos grupos étnicos más importantes a
la llegada de los conquistadores españoles y durante su coloniaje. Según
Duviols los Llacuaces son gente de fuera y que debieron inmigrar a
Cajatambo entre los años 1350 y 1400, es decir durante el período
Intermedio Tardío; mientras que los Huaris son gente del lugar. Augusto
Cardich (1975) menciona que la migración Llacuas en el mismo periodo,
sucedió por motivos económicos, ya que debido a cambios climáticos en la
zona de Chinchaycocha y Lauricocha hubo limitaciones para el cultivo.
Burga y Ríos (1987) hace un estudio sobre la distribución espacial de los
grupos étnicos del área de Chiquián y sobre el comportamiento de los
curacas locales durante el siglo XVII, tiempo en el cual estuvo ocupado por
grupos Llacuaces.
EL PERÍODO INTERMEDIO TARDÍO COMO PROBLEMA
El Intermedio Tardío en la zona de Ancash y particularmente en la
zona de San Pedro de Copa es poco conocido debido a los limitados

224
Lamina 1: Plano de Ubicación de San Pedro de Copa.

225
estudios arqueológicos existentes. Nos importa definir a partir de la
prospección, el patrón de asentamiento, partiendo de la premisa que una
sociedad se adapta a su hábitat de diferentes formas, ya que el manejo del
espacio tiene una respuesta diferente de acuerdo al medio donde se de.
Después de la caída y disgregación de Wari se suscitaron una serie
de acontecimientos sociales, dando como consecuencia el desarrollo de
señoríos o naciones independientes como los Chincha y Chimú en la costa,
Huancas y Chancas en la sierra, y los Llacuaces que dominaron el área de
estudio; cada uno unido por una tradición cultural común y un desarrollo
autónomo en un espacio definido. Entre los señoríos de la sierra central se
aprecian características culturales similares, lo que se evidencia sobre todo
en la arquitectura funeraria y en la construcción de terrazas y casas.
Hemos tomado como referencia los trabajos realizados por Villar
Córdova en la sierra de Cajatambo, aún cuando no tiene una metodología
ad-hod, las descripciones y caracterizaciones que hizo de acuerdo a la
funcionalidad de los sitios son de utilidad.
El trabajo de Gordon Willey (1953) realizado en el valle de Virú
plantea una metodología para el estudio de asentamiento y es pionero. En
este caso, su metodología fue utilizada para nuestro trabajo. Otro punto de
vista útil fue el de Daniéle Lavallée y Michéle Julien (1982) en su trabajo
realizado en el señorío de Asto, curacazgo del periodo Intermedio Tardío,
en el departamento de Huancavelica, en el cual demuestran la existencia de
un elemento principal en la forma de construcción y distribución interna de
un asentamiento, llamado la unidad alveolar. El concepto de enfocar los
modelos de asentamiento como “puntos de partida estratégicos para la
interpretación funcional de las culturas arqueológicas” (Trigger, 1992:264)
y el condicionamiento que ejerce el medio ambiente en cuanto a la
distribución de los asentamientos, demostrándonos así una parte de la
cultura humana; son unas premisas que se han demostrado en otras
investigaciones lo cual nos fue de utilidad. El estudio de asentamientos
arqueológicos involucra dos aspectos fundamentales, uno social y otro
ambiental. El estudio de esta relación lo ve la llamada Ecología Cultural,
este enfoque enfatiza las relaciones entre el hombre y su medio, como dice
Watson: “los artefactos y la organización social no se tratan como
entidades en si mismos, sino atendiendo a su relación mutua y a la relación
con el ecosistema general del hombre y la naturaleza” (Watson, et al
1974:107). José Alcina Franch (1989) señala que la teoría ecológica debe
verse ligada al funcionalismo en cuanto al método, ya que la orientación

226
ecológica trata de la distribución de los asentamientos, de sus mutuas
relaciones y que mediante la funcionalidad se pueden establecer inferencias
acerca de la organización social del grupo implicado en un determinado
asentamiento. Al referirse al tema J. C. Chang dice: “cualquier definición
física de una entidad empírica como lo es el asentamiento arqueológico,
estaría incompleta sino se tuviera en cuenta la parte de su ambiente con el
cual los habitantes estaban en contacto frecuente y/o significativo”.
(Chang, 1976:68).
Con lo escrito líneas arriba queremos decir que la relación hombre-
medio ambiente es intrínseca en el desarrollo de los asentamientos
humanos; después de todo el hombre siempre habitó el lugar más adecuado
de acuerdo a sus necesidades, condiciones sociales y económicas; para
cada necesidad el ambiente debió presentar algunas características básicas
para su uso final.
SITIOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS
Los sitios se clasificaron de acuerdo a su uso y función:
I. Sitios de Habitación.
Hallamos varios sitios de habitación, los cuales de acuerdo a su
característica constructiva y a su tamaño, creemos pertenecen a personas de
un status mayor al de los pobladores comunes.
1.- CERRO SALVIA
Sitio ubicado en el cerro de nombre epónimo, al NE de la
comunidad de Copa y a 4 horas de camino. Sus coordenadas UTM son: E
226423 N 8855460, ubicándose a una altura de 3200 msnm. Este cerro es
de forma alargada a manera de un lomo angosto con una orientación Este-
Oeste, un ancho promedio entre 50 y 60 metros, el cual tiene una cresta
hacia el norte, con un largo que lo dobla en longitud. La vegetación natural
de la zona cubre casi en su totalidad al cerro, sólo aquellas áreas de acceso
y pastoreo utilizadas por los lugareños permanecen abiertas; al ver desde
lejos este paisaje sólo se aprecia una espesura verde en la cual es imposible
ubicar estructura alguna, a menos que se haga el recorrido a pie. Esta
situación tiene su pro y su contra, pues si bien la vegetación dificulta el
acceso al sitio y evita que se deprede, esta misma lo afecta al crecer entre
los intersticios de las estructuras haciéndolas colapsar, a este daño
sumamos el hecho por los ganaderos, que utilizan muchas de las
habitaciones y patios como corrales o áreas de dormir. El sitio fue dividido

227
Lamina 2: Ubicación de los sitios arqueológicos registrados en San Pedro de
Copa.

en dos sectores; el sector A conformado por unidades habitacionales y el


sector B por estructuras ceremoniales.
En el sector A la topografía del terreno ha sido modificada para
darle forma de terrazas con muros de contención, las cuales circundan el
cerro siguiendo su relieve; estas terrazas tienen un alto entre 2 y 3 metros,
sobre ellas se construyeron las unidades habitacionales y patios; las
primeras tiene forma oval-alargadas o rectangulares con las esquinas
redondeadas, sus dimensiones van de 6.5 por 5 metros en promedio; los
patios son de similar forma con un largo de 12 metros. También se hallaron
estructuras pequeñas de 1.5 metros los cuales son posiblemente depósitos.
La técnica constructiva es igual en todas las estructuras, usando como base
rocas angulosas sin cantear, colocadas con su lado plano hacia el exterior,
utilizando pachillas o tumbro entre ellas para una mejor estabilidad y

228
fueron fijadas con una argamasa de barro pobre; sin un aparejo definido.
Los muros posteriores de las unidades habitacionales están formados por el
muro de contención de la terraza superior y tienen su acceso hacia la parte
frontal de la terraza; en las terrazas superiores que son más amplias no se
encuentran esta característica. La comunicación entre las terrazas es por
medio de rampas y entre las demás unidades por pasadizos. Los restos de
cerámica fueron mínimos, debido a la abundante vegetación y el estiércol
acumulado por los animales, principalmente en las unidades habitacionales
y los patios.
En cuanto al sector B, este será descrito en el punto III. Sitios
Ceremoniales.

2.- PARIAMARCA
Este asentamiento se encuentra al noreste de Copa, a 4 horas de
camino; sus coordenadas UTM son: E 230430 N 8853385, a una altura de
3350 m.s.n.m. Está asentado en la cima de un cerro de forma alargada,
orientado sureste-noroeste. Debido a sus características también fue
dividido en dos sectores, uno ceremonial (Sector A) y otro habitacional
(Sector B). Al llegar a la cima observamos la misma típica construcción de
terrazas que las observadas en Salvia, o sea, circundantes al cerro
siguiendo su topografía y adecuándola a la vez. En la cima existen patios
de la misma forma que las casas; la diferencia con las estructuras de Salvia
son las esquinas redondeadas; pues la distribución de espacio y técnica
constructiva es la misma.
II.- Sitios Funerarios
Encontramos abundantes muestras de tumbas, a unas las
conocemos como Chullpas y son características del Intermedio Tardío en
la sierra y a otras las hemos llamado “tumbas en abrigos rocosos tapiados”.
Como tumba entendemos a una estructura elaborada en cualquier material
con un fin funerario; diferencia con entierro dado que este es solo una
inhumación de un cuerpo o parte de él en un hoyo simple hecho en el
suelo. Para nuestro caso las chullpas se encuentran tanto en espacios
abiertos como dentro de abrigos rocosos.

3.- CERRO ANTIGUO


Sitio ubicado al NO de Copa a 8 horas de camino, se asienta en el
cerro del mismo nombre, limitado por la quebrada San marcos, el cerro
Negro y Tranca por el sur y por el norte la quebrada Linares y Cerro

229
Pescado. Sus coordenadas UTM son: E 222167 N 8850914, a una altitud
de 2290 m.s.n.m (Lam 2). El recorrido hacia Cerro Antiguo es difícil;
puesto que sólo hay camino de trocha; al llegar a Plazapampa (punto
intermedio entre Copa y Cerro Antiguo) a 4 horas de camino desde Copa y
situado en la base del cerro Mantamarca, apu conocido y respetado hasta
hoy, se toma un camino en descenso que nos conduce hasta el mencionado
sitio. No encontramos evidencias arqueológicas superficiales en
Plazapampa, pero suponemos que debió tenerlas. Durante el recorrido de
Plazapampa a Cerro Antiguo se observaron aterrazamientos con muros de
contención en lo que seria la ladera Sursuroeste del cerro Mantamarca.

Cerro Antiguo es una cresta que nace al oeste a media ladera del
apu Mantamarca, es estrecha y en comparación con los demás cerros que lo
rodean, es de menor tamaño. En la cima de Cerro Antiguo encontramos 6
chullpas, 5 en la cresta y 1 en la pendiente las cuales numeramos de este a
oeste; todas se encuentran relativamente alineadas y orientadas al este
(Lam. 3).

Estas chullpas se encuentran construidas con rocas labradas en


forma de paralelepípedos, unidas con mortero de barro y acuñadas con
pashillas; tienen una planta rectangular con esquinas de casi 90 grados; sus
dimensiones varían entre 4 y 3 x 1.70 a 2.50 x 2 metros. Los techos son
construidos con abundante barro y rocas terminando en una forma
convexa, la contención de los mismos se hace por medio de lajas,
colocadas diagonalmente sobre los muros. Todas las chullpas tienen
pequeños accesos rectangulares orientados hacia Mantamarca Macho o sea
hacia el saliente. Si bien la técnica constructiva es la misma para todas, hay
algunas diferencias de distribución y detalles, por ejemplo mientras que la
mayoría presenta una sola cámara, la chullpa 2 presenta dos cámaras con
sus respectivos vanos, divididas por el pasadizo central que parte del
acceso principal; la chullpa 3 se diferencia del resto por la presencia de dos
nichitos, uno a cada lado del vano a la altura del extremo superior dándole
al frontis el aspecto de un rostro geométrico (Lam 4, Foto 1 ).
Evidentemente en Cerro Antiguo estamos viendo unas
construcciones mortuorias especiales para personas de alto rango político,
militar o religioso, formando estas un centro funerario singular. La
orientación premeditada de los vanos de acceso hacia el este nos
demuestran una posición astronómica clara en relación al naciente, tal vez
para asegurar una buena vida en el mundo de los muertos, o nacer cada día
al igual que el sol; además de esto cabe recordar que las chullpas también
230
están dirigidas hacia Mantamarca, el apu; creemos que así se aseguraban de
la bendición de ambos.

El estado actual de las chullpas es deplorable, primero porque que


han sido saqueadas, segundo porque la vegetación natural de pitajayas hace
colapsar los muros al crecer entre ellos y tercero: los pobladores de la zona
utilizan el espacio como lugar de pastoreo y pernoctorio.

Lam 3: Plantas de las chullpas registradas en Cerro Antiguo

231
Foto 1: (Izquierda): Cerro Antiguo, chullpa 3. Foto 2: (Derecha): Huanca
Situada en Sector B de Cerro Salvia

III.- Tumbas aisladas


Además de los sitios funerarios existen tumbas aisladas, ubicadas
en abrigos rocosos en la parte media o media alta de la cadena de cerros
aledaños a Copa. Estas tumbas pueden ser de dos tipos:
• Chullpas en abrigo rocoso.
• Abrigos rocosos tapiados.

En el caso de las Chullpas en abrigo rocoso no hace falta


definición, en cuanto a las tumbas tipo “Abrigo Rocoso Tapiado”, nos
estamos refiriendo a que los espacios útiles del abrigo rocoso tienen un uso

Lamina 4: Croquis de Chullpa 3 de Cerro Antiguo.

232
funerario y han sido sellados con una pared para mantener dentro uno o
más individuos con su respectivo ajuar. Creemos que esta es una definición
de tipo necesaria, dado que es muy diferente a la construcción de una
chullpa, tanto en el diseño, como en la inversión de tiempo; por tanto son
dos trabajos diferentes, los cuales por ende implican una razón social.
A.- Tumbas Tipo Chullpa en Abrigo Rocoso:
4.- PALACIO KAKA (Palacio de piedras)

Se ubica en las coordenadas UTM E 221840 N 8851615, a una


altura de 2700 m.s.n.m., al suroeste de Copa, limitando por el norte con la
quebrada Chua, por el este noreste con el cerro Tranca, hacia el Sur y Oeste
es hacia donde mira el valle (Lam. 2). Se trata de un conjunto de 3 abrigos
rocosos hallados en unos afloramientos pétreos muy grandes, esta es
posiblemente la razón de su nombre popular de palacio de piedras. Las
tumbas se encontraron huaqueadas, con los muros de tapia destruidos, del
muro sólo quedan sus cimientos; en cuanto a los restos humanos se puede
indicar que se trata de varios individuos; lo que queda del ajuar son
algunos fragmentos de soguillas, mate, cerámica y huesos de camélido.
Sólo fueron visitados el abrigo 2 y 3, el 1 no fue visitado dado su poca
accesibilidad.

5.- CERRO MAURE


Ubicado en las coordenadas UTM E 221879 N 8849279 y a una
altura de 2700 msnm. (Lam. 2). Compuesto por un Conjunto de dos
abrigos rocosos ubicados en el cerro de nombre epónimo. En el abrigo 1 se
halló restos de la arquitectura de la tumba, a nuestro parecer de una
chullpa, dada la calidad de trabajo de las rocas, aunque es sólo una
conjetura ya que se encontraba destruido en un 90 %. El espacio de uso del
abrigo es muy reducido (70 cm. aprox.); aún así se encontraron restos
desperdigados de varios individuos tanto adultos como sub adultos,
evidentemente se trata de un entierro múltiple, posiblemente secundario.
En el abrigo 2 se observó que el espacio útil fue dividido en dos, en la
sección interior se colocaron los cuerpos, (al parecer 10 por el número de
cráneos hallados) y su ajuar, para después tapiarlos con un muro curvo
construido con roca labrada unida con argamasa de barro. En la sección
exterior se construyó una chullpa con las características conocidas en Cerro
Antiguo, sólo el muro interior izquierdo se construyó con rocas sin labrar y
pashillas unidas con barro, este muro tiene un apariencia rústica,
posiblemente sea una forma de subsane después de un saqueo. Todos los
233
restos que se encontraron estaban totalmente disturbados por los
saqueadores de tumbas. En este caso hay una combinación de tipos
funerarios, el primero presenta un abrigo tapiado y el segundo una chullpa.
6.- CUCHICORRAL (Corral para chanchos o corral sucio)
Se encuentra en las coordenadas UTM E 229251 N 8851166, a una
altura de 2500 m.s.n.m. (Lam. 2). En la ladera del cerro se observan
terrazas de contención una de las cuales tiene hasta 60 m. de largo, ya en la
parte alta del cerro se observa algunos abrigos rocosos entre los cuales sólo
uno pudo ser registrado, otros están totalmente transformados y sólo se ven
restos modernos, posiblemente con una excavación nos encontraríamos con
restos prehispánicos. En el abrigo 1 se construyó una chullpa con muros
curvos, construido con la técnica conocida; dentro de ella se encontraron
restos disturbados de varios individuos. Algo que hay que resaltar es que
estos cráneos presentan remodelaciones. Igualmente que otros abrigos este
es utilizado como un corral moderno.
B.- Tumba Tipo Abrigo Rocoso Tapiado
7.- UCHUMACHAY (Cueva del Ají)
Se encuentra en las coordenadas UTM E 232927 N 8853236, a
3000 m.s.n.m. (Lam 2). Se trata de varios abrigos encontrados en
afloramientos rocosos, lamentablemente están destruidos y sólo en uno se
pudo apreciar algunos restos, tal como una plataforma con muro de
contención para ampliar el espacio útil del abrigo y los restos de lo que
serían una pared que pudo haber servido como tapia; dentro de ellos se
encontraron fragmentos de osamentas humanas tanto de adultos como
subadultos, todos disturbados e incompletos. Igualmente que otros, estos
abrigos son utilizados como corrales por los ganaderos modernos.
IV.- SITIOS CEREMONIALES.
8.- CERRO SALVIA (Sector B)
El sector B se ubica en un espolón que nace del mismo cerro, este
ha sido igualmente trabajado para lograr espacios planos dándole varios
niveles, en estas terrazas se encuentran abundantes huancas con un círculo
de rocas angulosas con cierto retoque rodeándolas. Estas huancas (Foto 2)
se suceden en toda la parte superior de este espolón y en cada terraza
siguiendo la sinuosidad del mismo. En este sector se encontró un pequeño

234
mortero de piedra, posiblemente usado en alguna actividad ceremonial; los
fragmentos de cerámicas son escasos.
Desde Salvia mirando hacia en oeste se tiene una vista
impresionante de Mantamarca Macho y Mantamarca Hembra los apus
tutelares; el espectáculo brindado en el ocaso debió ser sobrecogedor,
prácticamente podría interpretarse como que si Mantamarca “se tragase el
sol”, dado que el punto el ocultamiento se da hacia su lado.
9.- PARIAMARCA (Sector A)
El ascenso a Pariamarca se hace por la falda sureste, todo este
recorrido se hace atravesando muros, los espacios abiertos entre muros
tienen huancas de similares características a los de Salvia y llegan hasta la
cima. Los restos de muros nos muestran que estos circundaban el cerro, tal
vez colocados ahí como una especie de muralla que restringía el acceso,
permitiendo un ascenso exclusivo sólo a personas idóneas. El camino real
de ascenso no es conocido debido al estado de destrucción en que se
encuentran las estructuras.

10.- CERRO MANTAMARCA MACHO


Se encuentra al noroeste de Copa, en las coordenadas UTM E 222322 N
8854233, a una altura de 2219 m.s.n.m. (Lam. 2). Mantamarca es un cerro
de aspecto piramidal (Foto 3), se asciende por la falda sur partiendo desde
Plaza Pampa, que se encuentra a unos 300 metros al norte; en este trayecto
se puede observar restos de estructuras circulares y otras, lamentablemente
muy deterioradas. Evidentemente el camino que se toma para el ascenso no
es el original, esto se hace así por decisión de los guías quienes siempre
ascendieron tomando este circuito junto al ganado caprino.

Foto 3: (Izquierda): Vista panorámica de Cerro Mantamarca. Foto 4:


(Derecha): Mantamarca. Detalle de Petroglifos en Abrigo Rocoso 2.

235
Más adelante seguimos encontrando otros muros, pero a mayores
distancias; creemos que los muros circundan el cerro y en algún lugar,
menos este, se encuentra el camino real. En este recorrido hemos hallado 3
tumbas en abrigo rocoso, posiblemente del tipo “Chullpa en Abrigo
Rocoso”, aunque están destruidos en un 90 %, los dos primeros están en la
parte media del cerro y el último justo al llegar a la cima. Todo el ascenso
nos toma unos 40 a 50 minutos, aunque no es mucha distancia la recorrida,
la falta de un camino real y la abundante vegetación hace imposible un
ascenso rápido.
La cima es de forma ovalada y se encuentra cubierta por abundante
vegetación arbustiva y arbórea, con especies de diversos tipos; además
existen abundantes rocas, muy grandes, muchas de las cuales forman
abrigos; si es que no existiera la cubierta vegetal, esto se vería como un
espacio lleno de inmensas rocas, claramente observamos que la formación
geológica junto a la fuerza eólica y la erosión jugaron un papel importante
en esta formación.
Hemos hallado 5 abrigos rocosos con arte rupestre, en los cuales se
observan pinturas y petroglifos, aunque cabe la posibilidad de que se
puedan hallar otras, las que impliquen un estudio más meticuloso. Estos
abrigos se encuentran distribuidos en toda la cima del cerro, los hemos
numerado de acuerdo a su descubrimiento, así tenemos al abrigo 1, el cual
se encuentra en el extremo sur de la cima; el abrigo 2 en el lado este; el 3 al
suroeste; y el abrigo 4 y 5 en la parte central, al norte del abrigo 1. De esta
manera observamos de manera preliminar que tiene una distribución casi
en cruz; aunque como ya hemos señalado hay espacios sin investigar. La
temática es variada, por un lado tenemos diseños naturalistas y otros
simbólicos. Lamentablemente la conservación es mala debido a la
exposición a los medios climáticos, como a la acción humana. La técnica
de pintado al parecer es por medio de un instrumento como pincel o mota;
se utilizaron pigmentos naturales como el ocre rojo y amarillo, el cual
debió ser molido y mezclado con agua y algún elemento aglomerante,
talvez la savia de alguna planta. Estas aseveraciones son a partir de
observaciones in situ, pero no en base a un análisis especial. Los
petroglifos han sido realizados mediante la técnica del raspado con una
roca dura, así han dejado una marca superficial irregular al destruir la
pátina de la roca soporte. Por otro lado tenemos a los grabados, los cuales
tienen el mismo diseño que algunas de las pinturas y petroglifos, pero que
han sido hechos con un instrumento más delgado, talvez también se usase

236
una roca la cual habría sido frotada sobre la piedra soporte para hacer un
surco, es posible que para esto se haya empleado un elemento abrasivo
como la arena diluida en agua. No hemos hallado los instrumentos ni
elementos usados, es posible que esto se deba en gran parte a que
actualmente la cima es usado como lugar de pastoreo y los abrigos son
usados como corrales o pernoctorios, aun así creemos que una excavación
nos daría más luces sobre el caso.
Creemos que las pinturas han sido hechas en diferentes períodos de
tiempo, pues las representaciones, sobre todo de camélidos no hacen
pensar que son las más antiguas. En el caso de los hombres con tocados y
lanzas deben ser de una época tardía. Con todo esto estaríamos hablando de
una actividad muy prolongada en Mantamarca Macho; aunque cabe señalar
que sólo es una aproximación.
La evidencia arqueológica clara nos la dan las diferentes
estructuras halladas en la base del cerro y sus alrededores, así como
también la arquitectura de otros sitios arqueológicos mencionados con
anterioridad. La cerámica también es un indicativo de esto, aunque la que
hallamos sea mínima; desde este punto de vista podemos decir que las
evidencias en Mantamarca y en los otros lugares pertenecen al período
Intermedio Tardío.
- Abrigo 1 (UTM: E 222436, N 8854207): Se encuentra ubicado en el
extremo Sur de la cima. En este caso solo tenemos representaciones hechas
en pintura, en ellas se aprecian grupos de camélidos de diferentes tamaños,
la mayoría son adultos, aunque existe una cría la cual esta bajo su madre, al
parecer lista para amamantar. Se encuentran 11 representaciones de
camélidos de diferentes tamaños y se ve la superposición de algunos de
ellos, prueba evidente de su realización en tiempos diferentes. Además se
pueden apreciar dos espirales de diferentes tamaños, uno de ellos con un
círculo central los cuales podrían representar fuentes de agua; un círculo y
un dibujo que se asemeja a una cadena.
La disposición de los dibujos esta centralizada en la parte baja de
la pared del abrigo, de estos, siete miran hacia el oeste y cuatro hacia el
este; en el extremo superior se encuentra el camélido con su cría y un
círculo. Los colores usados son el rojo ocre en su mayoría y el amarillo
ocre en menor caso y el tamaño de los diseños va desde los 10 cm. hasta
los 42 cm.

237
- Abrigo 2 (UTM: E 222365, N 8854246): Se encuentra ubicado en el
sector oeste de la cima. En este se pueden apreciar tres técnicas rupestres,
una es el pintado, otra el raspado o percutido y la última el grabado ambas
técnicas extractivas conocidas. Las principales representaciones se
encuentran en el la pared del abrigo, cubriendo un área de 3.5 por 1.5
metros, aquí hallamos los petroglifos y los grabados, sobre este panel y en
lado superior hallamos un diseño pintado. El diseño pintado fue hecho en
base con pigmentos de color rojo ocre; para llegar a este punto de la roca
debió hacerse por arriba y el pintor tendría que estar echado sobre la punta
del la roca y pintar boca abajo, amenos claro que hayan utilizado algún
artificio para llegar desde abajo. El diseño no es definido, a lo lejos parece
una nota musical, motivo imposible de pensar en estas gentes,
definitivamente quisieron representar algo, pero no se ha podido identificar
que, sólo podríamos decir que es abstracto.
En el panel principal (la pared baja del abrigo) se aprecian una
gran cantidad de diseños, tanto de petroglifos como de grabados; el lado
extremo izquierdo es el que mejor conservación tiene, mientras le sigue el
extremo derecho, lamentablemente la parte central es la más deteriorada.
Entre los diseños podemos apreciar a personajes ataviados con tocados,
con báculos o lanzas y escudos, aparentemente realizando un ritual
guerrero; además hallamos el grabado de un perfil humano con un casco en
la cabeza; entre las figuras animales tenemos a perros o zorros, serpientes,
camélidos y una especie de insecto; las figuras geométricas son
representadas por círculos y espirales (Foto 4).
- Abrigo 3 (UTM: E 222298, N 8854289): Ubicado en el extremo Suroeste
de la cima. Allí encontramos seis diseños pintados con pigmento rojo ocre;
el panel utilizado es la parte media baja del abrigo, de izquierda a derecha
tenemos: tres diseños que asemejan a unas dagas, (es posible que el dibujo
sea colonial), la central es la que se encuentra mejor conservada, las de
ambos lados está erosionada y casi borrada. La siguiente figura es un
diseño no identificado, aunque podría tratarse de una vaina con su fruto. El
tercer diseño lo conforma un círculo a medio rellenar y un punto, con una
línea semi curva bajo este, tampoco hemos podido interpretar este diseño,
aunque especulamos que podría tratarse de un astro.
- Abrigo 4 (UTM: E 222370, N 8854196): Se encuentra ubicado en la
zona central de la cima, con coordenadas. En este pequeño abrigo,
solamente encontramos una figura pintada en color rojo ocre, el diseño
tiene la forma de un tupu o alfiler y sobre la cabeza una línea curva.

238
- Abrigo 5. (UTM E 222297, N 8854294): Se encuentra a escasos 5
metros del abrigo 3. En este abrigo hallamos petroglifos y grabados; los
diseños no son identificables, con seguridad uno parece una copa al cual
los pobladores le dan el nombre de cáliz, el otro es una línea serpenteante
con la punta partida en 5 líneas y otra terminando en un círculo,
posiblemente se tratase de representar alguna planta, como el ichu.
INTERPRETACIÓNES
En el período Intermedio Tardío existieron diversos aspectos
comunes entre los pueblos de la sierra; de esto la arquitectura es un
elemento resaltante, en ella vemos la simplicidad de las técnicas
constructivas y la distribución de las estructuras; rasgo común de un sitio a
otro, sin la creación de nuevas técnicas edificativas o formas (Bonnier
1997), esta falta de refinamiento para algunos es síntoma de
empobrecimiento de la arquitectura, aunque otros como Bonavía (1991) no
piensan que sea así. Bonnier argumenta que la sencillez de las
construcciones respondía a la necesidad y a la practicidad, para albergar o
proteger al individuo. Estamos de acuerdo con esta apreciación, dado que
el Intermedio Tardío fue una época de grandes conflictos sociales; después
de la hegemonía Wari, la disgregación social fue un hecho, por lo tanto
aparecieron reinos y señoríos, uniendo a individuos de ascendencia común.
Esta situación generó conflictos entre ellos y la necesidad de obtener un
espacio vital se ve reflejada en la característica constructiva mencionada,
es por eso la necesidad de asentarse en sitios altos e inaccesibles, tanto para
poder usar las tierras fértiles de los valles, como para que sean defendibles
de posibles enemigos.
Para entender la situación hemos estudiado y comparado los
trabajos arqueológicos realizados en otros lugares relativamente cercanos,
como la sierra de Lima, y otros no muy cercanos como la zona de
Chinchaycocha – Tarama y Asto en Huancavelica. En el primer caso la
zona de Canta (cuenca alta del río Chillón y Chancay), dominada por los
Atavillos el cual tenían bajo su control al grupo de los Canta y los Yauyos,
parte sur de la sierra de Lima.
Los curacazgos ocupaban los lugares más altos del valle,
prefiriendo por lo general los promontorios y cumbres alargadas de los
cerros; aun cuando estaban lejos de los recursos vitales, es a partir de estos
emplazamientos que controlaron los recursos (Farfán 1995). Los
asentamientos de la cuenca alta del Chillón tenían un crecimiento limitado
por tener murallas perimétricas, dentro de las cuales se construían terrazas

239
con muros de contención, adecuadas a la forma del cerro, para construir ahí
las unidades habitacionales o de otra índole. Dado que se encontraban lejos
de los recursos básicos desarrollaron una infraestructura que les permitió
abastecerse de ellos, como redes de comunicación, canales, reservorios,
etc. (Farfán 1992). En general las construcciones se daban en partes altas y
estratégicas, defendidas por murallas; las casas tenían columnas que las
sostenían y el techo era hecho con la técnica de la falsa bóveda y además
servían como lugares de enterramiento; la planta era circular, ovoide o
cuadrangular, similares a las de otros lugares serranos del mismo periodo,
al igual que su aparejo.
Para los Yauyos se hace una clasificación arquitectónica en base al
uso y función de las mismas. Villar Córdova (1938) hizo una división
arquitectónica en dos tipos: una arquitectura civil – militar; poniendo como
ejemplo a los sitios de Ñapahuasi, a pocos kilómetros del pueblo de
Yauyos, Huancané, Jupi Nachaka, Umay y Mallna, que según el autor tiene
la misma característica arquitectónica de los sitios de Huarochirí. Tiene
una planta circular u ovalada, con un techo hecho en falsa bóveda: dentro
se encuentran hornacinas, que pudieron servir como graneros y
posteriormente como nichos sepulcrales; además contaban con entradas
para la ventilación, para la entrada de aire o para la evacuación de humo.
Todas estas construcciones eran asentadas en terrazas y se encontraban
rodeadas por murallas.
La segunda clase es la arquitectura funeraria como la cista
sepulcral de forma circular, hechas con rocas angulosas simples unidas con
mortero de barro y selladas con grandes lajas de piedra. Otro tipo son las
cavernas funerarias que están adornadas y mejor dispuestas. En general,
Villar Córdova sugiere que todas las construcciones eran principalmente de
carácter funerario, y/o de culto, aun cuando se hicieron usos comunes
como vivienda. La similitud de estas construcciones con las del Collao, lo
interpreta como que fueron gentes de esas zonas las que vinieron y
poblaron Huarochirí y Yauyos.
En la región de Chinchaycocha – Tarama, de acuerdo a E. Bonnier
(1997) los grupos asentados en estos territorios mostraban una aparente
desorganización en la configuración interna del espacio, ya que las casas se
encuentran diseminadas al interior de un espacio fortificado, no existiendo
diferenciación jerárquica entre los edificios. Las estructuras son de planta
circular de 4 a 5 metros de diámetro; también existen edificios de dos a tres
pisos con planta cuadrangular, los cuales han sido identificados como
edificios destinados al almacenamiento de productos agrícolas. La falta de
240
organización sugiere una carencia de planificación, que pueden ser el
producto de respuesta a necesidades inmediatas. De esto el autor infiere
que existe una relación igualitaria y comunitaria entre cada grupo
doméstico, ya que el espacio colectivo y el espacio doméstico son objeto
de una utilización debidamente especializada.
En Asto (departamento de Huancavelica), observamos algo
diferente, mientras que la unidad del hábitat Chichaycocha – Tarama
presenta una estructura mucho más abierta hacia áreas de utilización
común; los de los Asto presentan una configuración espacial cerrada en sí
misma; esta es la llamada unidad alveolar a la que hace mención Lavalle
(1973), la unidad mínima del hábitat está compuesta de varios edificios
circulares dispuestos alrededor de un patio. Este espacio cerrado pertenece
al grupo doméstico que lo construye y que lo habita, existiendo una
diferenciación entre espacio doméstico y colectivo. Este tipo de
organización espacial se refleja más al norte, es decir en territorio que fue
ocupado por los Wanka, donde el hábitat doméstico esta también
organizado en forma de grupos de casas construidas alrededor de un patio.
(Parsons, Matos 1978).
Los ejemplos señalados nos permiten tener un criterio
arquitectónico en la sierra durante el periodo Intermedio Tardío. En Copa
encontramos muchas características símiles, como la construcción con
técnicas y materiales simples en lugares altos circundados de muros; la
adecuación al terreno mediante terrazas con muros de contención en
diferentes niveles y el levantamiento de estructuras domésticas circulares,
ovaladas o cuadrangulares sobre estas, ascendiendo hasta un patio superior.
En el caso de la arquitectura funeraria o ritual se ha tenido un cuidado
especial en los acabados, sobre todo de las Chullpas; esto lo interpretamos
como indicador de jerarquía. Las ubicaciones de la arquitectura mortuoria,
ya sea en el caso especial de Cerro Antiguo en una cresta del cerro o en los
abrigos rocosos, también es una característica común al Intermedio Tardío
de toda la sierra o al menos de una gran parte de ella. A esto Duviols
(1979) dice que la elección de las sepulturas se ejecuta en función a los
niveles sociales. Los muertos del común son sepultados en cavernas
naturales (machay), los curacas en sepulcros arquitecturales diversos
(machay, chullpa, etc.). Concordamos con Duviols en cuanto a la
diferenciación social de los sepulcros, pero no creemos que los entierros
encontrados en abrigos rocosos sean del común, ya que las evidencias
indican lo contrario. Ahora también cabe que los habitantes comunes se
entierren en cavernas pero no de la forma tan elaborada encontrada. Las

241
poblaciones de Salvia y Pariamarca debieron tener un nivel social especial
dado la presencia de espacios para cultos y ceremonias que están
integrados a los sitios; la cantidad de personas que vivieron ahí no es
mucha posiblemente 300 o 400, los demás debieron vivir en otros lugares
aún no descubiertos o en condiciones precarias por lo cual las evidencias
pueden haber desaparecido; en todo caso una exploración más minuciosa y
posteriores excavaciones nos pueden dar las respuesta.
La obtención de los recursos era relativamente fácil para los
habitantes de Salvia y Pariamarca, el agua se encuentra en puquios
cercanos, los lugares aledaños eran propicios para el cultivo y el pastoreo y
debió existir una abundante flora y fauna; además se cuenta con la
presencia de restos de canales, los cuales transportaban el agua de lugares
lejanos y que eran almacenados en reservorios.
En cuanto a la situación económica y social de los habitantes de la
zona de Copa solo podemos especular; la organización económica debió
estar basada en la agricultura y la ganadería. En cuanto al primero, las
huancas como lo menciona Duiviols (1979) nos hacen ver esto; las cuales
tenían una función tutelar y de culto relacionado a la tierra, a la cual
fecundaban. Por otro lado, el autor argumenta que las huancas también
cumplieron la función de agentes mediadores entre los tres mundos:
fecunda el mundo de abajo, protege el mundo donde vive la gente y capta
el mundo de arriba donde se encuentra el sol.
Se ha hablado mucho sobre las luchas interétnicas, pero ¿realmente
se debe a esto que los grupos culturales diversos se vieran obligados a
tomar puntos dominantes?, Donald Thompson (1970) sugiere que parte de
esta ubicación estuvo relacionada con la agricultura, donde las tierras
menos propicias eran utilizadas como centro habitacional, en lugar de
desperdiciar tierra productiva con tal propósito. Con lo dicho no queremos
descartar conflictos interétnicos; compartimos la opinión de Farfán cuado
dice que la ocupación no solo se debe a estos enfrentamientos, sino: “… a
fuertes tradiciones culturales y al manejo del medio ambiente, pudiendo
haber sido tradición de pastores, artesanos o agricultores. Todas estas
tenencias necesariamente estaban acompañadas de creencias y actividades
rituales mágico-religiosas de particular naturaleza. No cabe duda que uno
de los factores que condicionó estas tenencias debió ser las circunstancias
medio ambientales y fenómenos de fluctuaciones climáticas que regularon
de una u otra manera la ubicación del hombre en el espacio geográfico”.
(Farfán 1992:162). De esta manera se refleja la importancia de la

242
cosmovisión y la ideología, ligada estrechamente a las actividades diarias,
tales como la agricultura y la ganadería.
Por último y no menos importante por eso, está la pregunta: ¿qué
grupo étnico fue el que ocupo la zona de Copa?. Huertas (comunicación
personal) señala que en épocas anteriores al Intermedio Tardío existía en
Copa un grupo llamado Ocros, este mantuvo importancia hasta el
Horizonte Tardío, es así que durante la conquista incaica una de las tres
guarangas de la región de Lampas (actuales provincias de Ocros y
Bolognesi) era la guaranga de Ocros. El mismo autor menciona que
durante el Intermedio Tardío también se produjo una disturbación social en
la zona por grupos Huari y Liviac, posteriormente una segunda
disturbación por los incas. Duviols, Huertas y otros señalan que en la
región de Cajatambo en el siglo XVII, existían varios grupos étnicos, unos
que se decían eran descendientes de los Yungas marítimos, otros de los
Huaris llegados del Titicaca y otros que decían proceder del Yurupajá,
llamados Liviac, los dos últimos combaten entre sí por territorios propicios
para la agricultura.
Finalmente Duviols (1973) menciona que la proporción de Huaris
y Llacuaces en los pueblos post incaicos es muy variable, en muy pocos
casos podemos conocer esta proporción, ya que los documentos, al
mencionar ayllus, no precisan ni mucho menos si eran Huaris o Llacuaces.
Lo mencionado líneas arriba sólo nos da una idea general más no
determinativa de los habitantes de este territorio, en todo caso hace falta
más estudios etno históricos y por supuesto arqueológicos.
CONCLUSIONES
En el Intermedio Tardío en San Pedro de Copa define un patrón de
asentamiento en cuanto a formas constructivas, la utilización de las
estructuras y la organización del espacio. Sobre la base del reconocimiento
y descripción de los asentamientos, así como del análisis de su
distribución espacial podemos concluir lo siguiente:
1.- Patrón de poblamiento disperso, establecidos en promontorios y
cumbres altas, para procurarse una posición privilegiada, ya sea por
motivos militares, económicos o religiosos; articulado directamente a las
actividades diarias, tales como la agricultura y la ganadería.
2.- La base del patrón constructivo se sustenta en la preparación de un
sistema de terrazas con muros de contención adaptadas a la topografía del
terreno, con lo cual se obtuvo superficies planas.

243
3.- La forma más común de las unidades arquitectónicas corresponde a
estructuras aglutinadas, conformada por agrupaciones de tipo
habitacionales basándose en recintos de planta circular, ovalada,
rectangular y cuadrangular, sucediéndose alternadamente en terrazas
circundantes al cerro hasta llegar a un patio central; la comunicación entre
estos es mediante rampas y pasadizos.
4.- La organización del espacio se encuentra condicionado por el medio
ambiente, al cual se adecua sus condiciones tecnológicas e idiosincrásicas.
5.- La arquitectura funeraria es de dos tipos: a) chullpas en espacios
abiertos, orientadas al este, chullpas en abrigos rocosos. b) abrigos rocosos
tapiados.
6.- La técnica constructiva es de dos tipos: a) funeraria y ritual, basada en
rocas labradas unidas con argamasa de barro identificadas en las chullpas y
muros circundantes de Mantamarca Macho. b) común, entendida como la
construcción en base a roca angulosa sin cantear unida con argamasa de
barro, identificadas en los muros de contención de las terrazas, las
viviendas y otros.
7.- Estas generalizaciones están basadas en evidencia material de la clase
dominante; no se han hallado evidencias de arquitectura ya sea habitacional
o mortuoria del poblador común; estos datos nos proporcionarían una
visión más clara del patrón de asentamiento.
AGRADECIEMIENTOS
Para el desarrollo de este trabajo agradecemos a la Municipalidad y
Comunidad de Copa por el apoyo en el proyecto. Al Sr. Julio Olivares
quien desinteresadamente nos proporcionó ayuda financiera de su propio
peculio. Finalmente, no podemos dejar de mencionar a las bachilleres en
arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Rocío Díaz
y Mónica De La Vega, quienes nos acompañaron en todo el recorrido.

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246
VICHAMA Y LA HISTORIA REGIONAL
Ms. Filomeno Zubieta Núñez42

Introducción
Religión, mitología e historia son concepciones y categorías que se
entrelazan tras Vichama, dentro del ámbito nacional y regional, tratando de
explicar no sólo las creencias y ritos de pueblos antiguos, sintetizando,
también, el derrotero de estos. En este breve ensayo queremos,
precisamente, buscar la explicación histórica tras el mito de Vichama,
dentro de la religiosidad de los pueblos que poblaron estas tierras. Las
inquietudes que nos impulsan a tratarla pueden sintetizarse en las
preguntas: ¿Qué significa Vichama?, ¿Cuál es su mensaje? ¿Qué relación
tiene con la historia regional o nacional?, ¿Qué hay detrás de este mito?
Una necesaria explicación
De partida hay que tener en cuenta que la religión es un hecho
social que está presente en todas las sociedades, como actitud y práctica,
mediante símbolos (representaciones o cosas que evocan ideas). La religión
tiene determinados elementos que es bueno identificarlos:
a. Las creencias (estado de adhesión firme e indudable,
convicción fundada en sentimientos);
b. Los ritos (costumbres, conjunto de reglas establecidas para el
culto y ceremonias, actos tradicionales de estabilización y cohesión
social);
c. La comunidad que asume como suya la actitud y práctica
religiosa;
d. La moral (intuiciones y concepciones que identifican lo que
está bien y lo que está mal, lo que se debe hacer y lo que se debe
evitar);
e. La visión transempírica de la realidad; y
f. Los mitos.
Además, hay que considerar que la religión cumple determinadas
funciones sociales: cohesión social, legitimaciones, devoción y respeto
absoluto, respuesta a problemas, entre otros.

42
Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión. fzubieta@latinmail.com.

247
Por otro lado, el mito es una lectura del mundo y una interpretación
de la vida dada en forma de relato, plena de símbolos, acciones y
representaciones fabulosas. Es, igualmente, explicación, norma y regla de
las relaciones sociales que le permite al hombre encontrar su lugar en el
mundo. Fortalece la cohesión social, son un modo de comunicación social.
Revela de qué manera los hombres y las cosas fueron hechos, y expresan el
amor, el odio o la venganza, comunes a la humanidad de todas las épocas.
La historia para explicar el desarrollo social y estudiar los hechos
trascendentes se basa en fuentes, entre ellas, las lingüísticas, las
iconográficas, las etnográficas (donde se hallan los mitos) que contribuyen
decisivamente brindando referencias sobre facetas diversas de pueblos
ágrafos, como son los prehispánicos de nuestros lares.
Religión y mitología prehispánica
Religión y mitología como manifestaciones ideológicas, eran parte
importante de la vida andina tal como lo fueron las económicas y sociales.
Constituían su historia verdadera. Por lo mismo reproducían la vida
material, con sus dioses con las mismas conductas que los hombres, con
atributos humanos enaltecidos. La jerarquía, las pugnas, enfrentamientos de
los dioses no significaban otra cosa que la presencia de clases sociales,
contradicciones y guerras al interior o entre las nacionalidades o
curacazgos, como también de invasiones y colonizaciones.
Los mitos brindan importante información histórica, pues los
avances y logros como las derrotas o retrocesos de los dioses, no son sino
los de las agrupaciones que le rinden culto y, por lo mismo, permiten
extraer conclusiones sobre aspectos relacionados con el derrotero de la vida
económica, social, política o ideológica de éstas.
Como la religión y los mitos estaban inmersos en la totalidad de los
aspectos de la vida cotidiana y pública, se justificaba la presencia de
infinidad de divinidades, imperando -por lo mismo- el politeísmo. Hubo
divinidades asociadas a la vida agrícola como pecuaria y otros aspectos del
quehacer social, con sus correspondientes templos e ídolos denominados
huacas.
Las divinidades habitaban en sus estatuas o ídolos representados en
arcilla, madera, metal o piedra, tenían vida y podían dar respuestas a las
preguntas, cual oráculos, brindar protección a su pueblo, ganarse su
reconocimiento.

248
En el mundo andino todas las divinidades tuvieron derecho a tener
presencia, coexistieron dioses panandinos, regionales, locales, familiares y
personales. Unos tuvieron más fuerza y poder que otros, generando su
clasificación en mayores y menores. Los hubo con figura y silueta humana,
antropomorfa.
El origen y desarrollo de los pueblos está justificado por los mitos.
Para ellos la historia no fue un proceso progresivo y lineal. No
cronologizaban los hechos por días, semanas, meses, años, siglos o
milenios. Les era suficiente con señalar que uno u otro suceso fue antes o
después de tal o cual acontecimiento. Tuvieron una concepción cíclica de la
historia, donde cada nacionalidad tenía su origen, esplendor y culminación;
con épocas independientes que no necesariamente se encadenaban con
otras, ni era necesaria una para la existencia de otra.
Su historia era, además, selectiva. Se conservaba y trasmitía de
generación en generación sólo lo positivo, lo que era de interés del grupo
dominante; por lo mismo se magnificaba, hasta la exageración, sus
realizaciones y conquistas, para justificar su presencia en determinado
territorio y para evidenciar el poderío de sus dioses.
El mito de Vichama
La costa central, como otros lugares del mundo andino, tenía
divinidades que poseían sus dobles. Así, Pachacámac tenía su doble o
"hermano", al decir de los naturales, que era Vichama. Esto no era sino la
réplica de la manifestación de los curacas o incas (en el caso del Cusco)
que tenían sus huauques o hermanos que compartían o ayudaban en las
tareas de gobierno. Uno de ellos destacaba sobre el otro. Tal ocurría con
Pachacámac que era el más poderoso y cuyo prestigio se debía a sus
oráculos y vaticinios
Pachacámac era el dios del reino de los Ichma o Ishmay. Es
posible, como lo sostiene María Rostworoswski, que el nombre antiguo de
Pachacámac haya sido Ichma, por su similitud con Vichma o Vichama, su
"hermano", ambos considerados como hijos del Sol.
Pachacámac y Vichama no son solo hermanos, son igualmente los
polos opuestos de la cosmovisión de la costa central. El primero es el dios
de la noche, de las tinieblas, de los temblores; el segundo, el dios del día,
de la vida, de la fertilidad. Representan la eterna lucha entre el día y la
noche; de ahí que Vichama nunca encuentre al otro pese a su búsqueda

249
incesante. Ambos estuvieron representados en el ídolo de dos caras:
Vichama, como dios del día, sosteniendo mazorcas de maíz; Pachacámac,
como el dios de la noche, adornado de plumas de cóndores y gallinazos.
El mito de Vichama puede ser sintetizado, secuencialmente, en los
pasos siguientes:
1. En los principios del mundo, Pachacámac da vida a una pareja
humana, pero no les proporciona alimentos, lo que provoca padecimientos
de hambre;
2. Producto del hambre fallece el hombre; la mujer, que a duras penas
conseguía algunas raíces para alimentarse, se queja de sus penurias ante el
Sol, solicitándole socorro;
3. El Sol, condolido de la soledad de la mujer, la fecunda y permite el
nacimiento de un niño a los cuatro días;
4. Pachacámac, al enterarse de la intromisión de su padre el Sol, colérico
toma al niño y lo despedaza. Para que no faltasen alimentos siembra las
partes de éste y brotan: de sus dientes, maíz; de sus huesos, yucas; de las
otras partes del cuerpo, pepinos, pacaes y los demás frutos de la tierra,
generando abundancia en los llanos.
5. Sin embargo, la madre sigue llorando la pérdida del hijo. El Sol
interviene nuevamente y del ombligo y cordón umbilical del niño lo
resucita, asignándole el nombre de Vichama ( Villama, o Vichma);
6. Aprovechando una de las ausencias del joven Vichama, Pachacámac
mata a la anciana madre y abandona su cadáver a los buitres y cóndores;
7. A su retorno Vichama, enterado del triste suceso, monta en cólera,
persigue a Pachacámac sin lograr alcanzarlo y descarga su rabia contra los
naturales a quienes da muerte;
8. Luego de hallar sus huesos devuelve la vida a su madre, con apoyo de
su padre el Sol, y arrepentido de haber dado muerte a los naturales solicita
apoyo a éste, convirtiendo sus restos en huacas;
9. Ante los ruegos de Vichama de repoblar las tierras, el Sol deja caer
tres huevos: uno de oro del que salen los curacas y los principales; otro de
plata del que surgen las mujeres de los primeros y; el tercero de cobre del
que aparecen los plebeyos, es decir los mitayos y sus mujeres.
Vichama no sólo es el dios de los naturales de Végueta, sino de
todo el espacio territorial comprendido entre Barranca y Aucallama. Por su
lado, Pachacámac tenía su propio territorio, desde Carabayllo (al norte de
Lima) hasta el extremo sur, Arica.
La historia tras el mito

250
Todo da a entender que el mito fue elaborado en el siglo XV o, por
lo menos, concluyó su formulación, luego de las muchas versiones que le
antecedieron. Tras el mito de Vichama no están sino las penurias, luchas,
conquistas y logros por las que atravesaron los hombres y mujeres que
habitaron estas tierras desde tiempos remotos. En otros términos, tras el
mito no está sino la explicación de parte de nuestra historia regional.
Los primeros grupos humanos que poblaron estos lares lo hicieron
en tiempos remotos en que el medio era inhóspito, con plantas y animales
en los alrededores del valle, como en la porción del océano. Su escaso nivel
cultural, su desconocimiento de actividades como la agricultura o
ganadería, tornaba a estos iniciales habitantes en meros consumidores de
los recursos naturales que prodigaba la naturaleza, dedicados a la
recolección de raíces, de frutos y de algunos animales marinos, así como la
caza los animales.
La escasez de frutos y animales, como su depredación por el
consumo necesario, provocaron en estos pobladores trashumantes tiempos
permanentes de hambre y la búsqueda desesperada de alimentos para
garantizar la sobrevivencia. Hubieron de morir muchos. La acción colectiva
y el uso de algunos rudimentarios instrumentos de recolección, caza y
pesca, que poco a poco se fueron perfeccionando, habrían de permitir la
continuidad de la presencia humana.
En los años de lucha por la sobrevivencia, los hombres fueron
acumulando conocimientos y experiencia: aprendieron a distinguir las
propiedades alimenticias o tóxicas de las plantas, las mejores épocas de
presencia de frutos y los lugares donde hallarlos, las costumbres y prácticas
de los animales, en fin, a conocer e interpretar algunos fenómenos de la
naturaleza que les sería de suma utilidad para el futuro.
Precisamente, esa experiencia y los conocimientos adquiridos le
permitieron realizar actividades de experimentación en la domesticación de
algunas plantas de cuyos frutos, flores, hojas o raíces se alimentaban. El río
Huaura, como las partes humedecidas de los bordes de otros ríos Supe,
Pativilca o Fortaleza, serían los espacios dedicados a esta paciente labor,
donde el cuidado del crecimiento y alimentación de las plantas correría a
cargo de las madres, tal como lo hacían con sus menores hijos.
Este esfuerzo paciente de cientos de años, por no decir de miles,
revolucionaría la vida cotidiana de los hombres. No se trató sólo del

251
surgimiento de la agricultura, con la consiguiente incorporación de "maíz,
yuca, pepino, pacae y demás frutos" (como dice el mito) a la actividad
cultivo-cosecha-consumo, sino de todas las derivaciones que esto trajo
consigo.
En efecto, la actividad agrícola significó mejora en las condiciones
de vida, ya no "dependían" de la naturaleza, estaban dominándola. Ahora
ya podían obtener cosechas que garantizaran alimentos suficientes y para
muchos días. La frontera agrícola se fue ampliando paulatinamente con la
creación de nuevas técnicas. Los hombres ya no serían nómades, por fin
descansarían de su duro trajinar en búsqueda de alimentos. Su sedentarismo
los forzaría a construir sus viviendas, su población crecería.
Pero, como nos narra el mito, aparecerían nuevas dificultades para
los hombres: la disputa por el control de las tierras y espacios dedicados a
la agricultura, provocando enfrentamiento con consiguientes muertes y
guerras entre ayllus y grupos vecinos. De otro lado, los hombres al obtener
cosechas superiores a sus necesidades darían origen a la lucha por el
control y apropiación de los excedentes de producción. Es decir, en
adelante habrían de hacer frente a dos dificultades o contradicciones: entre
grupos o ayllus y al interior del propio grupo.
Luchas entre ayllus, muchos considerados de un origen común,
provocaron la ocupación de distintos espacios geográficos, tanto
longitudinalmente como por pisos ecológicos. Entre ellos, en adelante, sin
dejar de lado esporádicos u ocasionales rivalidades, se darían esfuerzos de
colaboración, de intercambio y hasta de unidad en señoríos o curacazgos.
De otro, las contradicciones al interior de la colectividad (ayllu)
provocarían la desigualdad entre determinados grupos, con la legitimación
de derechos y privilegios para unos (los provenientes del huevo de oro, los
curacas y principales), como de los deberes y obligaciones para otros (los
que nacieron del huevo de cobre, los plebeyos). Como los dioses (el Sol,
Vichama) así lo habían dispuesto, en adelante, había que aceptar la realidad
sea por las buenas o por la imposición de la fuerza.
De todo esto se concluye que los hombres de estas tierras utilizaron
el mito de Vichama para reproducir su historia. El mito de Vichama, como
parte de la memoria colectiva, fue construida en el curso de muchos años,
con olvidos y recuerdos, acorde con los intereses de aquellos que se
tornaron en beneficiarios de las bondades del tipo de sociedad
predominante. Por lo mismo, parte importante de la historia regional está
252
presente en este mito. El mito convertido en religión tornó a Vichama en
un dios local o regional, con derecho a templo o huaca, como a las
ofrendas y demás consideraciones, tal como ocurría con los hombres que
provenían del "huevo de oro".
Las expresiones ideológicas, como el culto a Vichama, eran
simbolizadas o representadas en la cerámica, los telares, la escultura, los
frisos de los murales y posiblemente en el tatuaje. Éstos, con su
distribución, desplazamiento o circulación, desempeñaron la función de
breviarios, biblias o medios de transmisión y formación dentro de las
concepciones de la época, contribuyendo a su culto por pueblos de un
espacio geográfico muy considerable.
Vichama, hoy
La llegada de los españoles a nuestras tierras significará, entre
otras, la imposición de la religión católica, con la destrucción de los
adoratorios, huacas y prácticas religiosas propias. Ante la imposibilidad de
imponer la nueva fe por métodos persuasivos o meramente ideológicos, se
recurrió a la violencia con la extirpación de idolatrías, entre la segunda y
cuarta década del siglo XVII. En adelante, gran parte de las antiguas
manifestaciones religiosas se irían extinguiendo, quedando sólo en el
recuerdo y registradas en las crónicas e informes de doctrineros y
extirpadores, como ocurrió con el Mito de Vichama que, en 1638, fue
publicado en Barcelona (España) dentro de la Corónica moralizadora de la
Orden de San Agustín en el Perú del padre Antonio de la Calancha.
Gracias a la recopilación y divulgación de nuestros historiadores, el
Mito de Vichama se mantuvo latente, por lo menos en la memoria de unos
pocos. El interés por la historia regional y, más aun, la investigación
arqueológica de los últimos 25 años contribuyeron, también, a interesar por
conocer este mito y lo que había detrás éste.
En este contexto, el Dr. Arturo Ruiz Estrada halla un ceramio en
Luriama , hacia la parte sur de Pampa de Ánimas (distrito de Santa María),
en forma de botella de doble gollete de color crema rosado, de 0.12 x 0.135
m. Lo significativo de este objeto de cerámica es la figura que contiene, de
0.06 x 0.107 m. Esta representa a un personaje antropomorfo de piernas
rectas que en la cabeza porta una corona de dos puntas. De su boca abierta
sale la cabeza de un felino proyectada hacia la corona. De la cabeza del
personaje se desprende otra figura circular con puntas triangulares que
termina en cabeza de ave hacia sus pies. Del hombro izquierdo sale un
253
brazo flexionado, cuya mano empuña una vara de mando o puñal. Esta
figura estaría representando a un personaje de jerarquía, con poder de
mando, con vinculaciones a la fauna costeña.
Esta figura que, según el mismo Ruiz, se reproduce en otros
objetos de cerámica de los valles de Pativilca, Supe y Huaura, estaría
representando al dios Vichama. Por lo mismo, cuando la Universidad
Nacional José Faustino Sánchez Carrión decide adoptar una figura
representativa de su zona de influencia para su logotipo o símbolo, hace
suya la propuesta del arqueólogo Ruiz Estrada y, hoy, la encontramos en
toda documentación y publicación de nuestro centro superior de estudios.
Es más, Vichama es conocido como sinónimo de símbolo de la Universidad
representado en su logotipo.
En los últimos años Vichama se ha tornado en un tema recurrente
para nuestro medio. Está presente en obras teatrales, en denominaciones de
negocios, de centros culturales, de publicaciones, de movimientos, etc. Esto
es importante, contribuye a recuperar la memoria histórica, genera el
interés por la historia regional, provoca la autoestima y el orgullo por lo
nuestro. Poco a poco se está convirtiendo en un componente valioso de
nuestra identidad regional.

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255
CERRO BLANCO SUR: ARQUITECTURA DEL
FORMATIVO TEMPRANO EN EL VALLE DE FORTALEZA
Carlos Zapata Huamani.43
INTRODUCCIÓN
Muchas veces marginado de las periodificaciones y a la vez no
tomado en cuenta a la hora de describir lo complejo del período, Cerro
Blanco Sur ha llamado la atención de muchos investigadores, pero es solo
hasta la llegada del arqueólogo Rafael Vega Centeno (1997) que se logra
dar a la luz la importancia de este sitio. El sitio se encuentra ubicado en el
distrito de Paramonga, provincia de Barranca, departamento de Lima. Su
localización en coordenadas UTM es N8826483 / E197739. El terreno se
encuentra en la margen izquierda del valle, dentro de lo que Rafael Vega-
Centeno definió como la Zona IV (Foto 1). Su parte principal se encuentra
cubriendo una extensa pampa de pendiente poco pronunciada, ubicada
entre la planicie aluvial del valle y los cerros. Uno de sus extremos está
delimitado por el actual pueblo de Cerro Blanco. Geológicamente Cerro
Blanco Sur vendría a ser una quebrada ancha de la margen izquierda del
río, en la que domina una cadena montañosa o estribación andina que corre
de par al río, las que delimitan la cuenca, dentro de esta el terreno no es
muy regular, dominado por escorrentiíllas que han hecho del paisaje algo
ondulado con algunos ríos de piedras y causes de huaycos, muy
esporádicamente se levantan pequeños cerritos de poca elevación, la
mayoría de un color claro, cual da nombre al pueblo ( Foto 2).
En 1998 Rafael Vega-Centeno realizo una descripción detallada de
los sitios del valle de Fortaleza por motivo de los trabajos de electrificación
del valle, levantando planos de los sitios, de los cuales no se habían tenido
referencia, salvo algunas descripciones. Cerro Blanco Sur es uno de estos
sitios del cual se levanto un plano que al comparársele en el terreno

43
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Kusisa1@hotmail.com

256
presentaba algunos vacíos, faltando varias estructuras que no logro
registrarse en el plano de Rafael Vega-Centeno.
CRONOLOGÍA
Basados en la arquitectura y el patrón constructivo, así como las
descripciones hechas por Rafael Vega Centeno, Cerro Blanco Sur se asocia
en las características a los sitios presentes para el Formativo Temprano y el
Formativo Medio; así también nos basamos en hallazgos cerámicos tanto
en la superficie como incrustados en la argamasa de la estructura mayor,
los cuales presentan las características correspondientes al periodo. Hay
que indicar, sin embargo, que si bien el sitio es de proporciones
monumentales, la cerámica es escasa, esto debido a que el sitio no se llegó
a utilizar; además que el sitio esta cercano a un cementerio tardío el cual ha
sido huaqueado, lo que ha provocado que la cerámica tardía se encuentre
regada por los alrededores de la estructura lo cual dificulta el fechado del
sitio por este material en superficie, lo cual hace a la arquitectura una
evidencia mas confiable al no ser mueble y estar expuesta en casi su mayor
parte.
LA ARQUITECTURA DE CERRO BLANCO SUR
Formas arquitectónicas
El sitio de Cerro Blanco Sur se encuentra en un área que sobrepasa
los límites de la Estructura Mayor. Se comprende de varias estructuras
ubicadas alrededor de un espacio ordenado, al parecer perteneciente a un
solo plan constructivo, donde hay varios tipos de estructuras:
• Estructura Mayor (un cuadrilátero de más de 100 m. de lado con plataformas).
• Estructuras EA2 y EA3.
• Muros que delimitan el área construida.
• Plataformas en la cima de los cerros y aledaños a estos.
• Estructuras menores en la pendiente.
1.- Estructura Mayor
Esta estructura se encuentra acomodada al terreno y está orientada
hacia el SO, con 103o de desviación del norte geográfico, compuesta por un
conjunto de cuatro muros que definen un área de 97 x 95 m. Estos muros
encierran un cerro pequeño, donde han podido identificarse zonas de
cantera. Los muros tienen una altura máxima de 4.72 m., mientras que el
cerro tiene una altura de unos 12 m. Se puede apreciar que las esquinas de

257
los muros internos N-W y S-W fueron nivelados por intermedio de
rellenos, los cuales se cubrieron hasta la cabecera de los muros,
característica que no comparten las esquinas S-W y N-W, las cuales no
presentan estos rellenos.
Este conjunto está asociado a tres patios de tamaño regular
y dos mas de menores proporciones en su extremo W, asentados sobre una
prolongación del cerro antes mencionado. Estos patios tienen un área de 32

258
Lamina 1: Plano de Cerro Blanco Sur (Vega Centeno).

259
Foto 1: vista del muro W y las canteras.

x 29 metros, 26 x 32.50 metros, 23 x 38 m, y las otras dos de 9 x 7.5


metros Por otro lado, hacia el lado sur de estas unidades, encontramos otro
conjunto de cuatro patios casi al nivel del suelo, con un área de 20.50 x 18
metros, 26.5 x 23 metros, 54.5 x 23 metros, y 45.5 x 41.5 metros,
respectivamente.
Al parecer el sistema de plataformas estaría aprovechando una
extensión del cerro (estribación o brazo) que parte de la cabecera con
dirección de este a oeste. Estas plataformas tienen su correspondencia al
menos en las tres primeras con tres plazas, que se encuentran a nivel del
suelo.
Esta estructura presenta claros indicadores que definen la idea de
monumentalidad ya desde el primer momento constructivo, sin embargo a
pesar del gran esfuerzo invertido en la construcción, al parecer esta no
estaría concluida, ya que los muros no cubren ni la tercera parte del cerro.
Así, hay indicios que nos podrían llevar a sospechar que quizá esos
espacios sobre todo las plataformas no estuvieron tan lejos de cumplir sus
funciones, como nos podría revelar la calidad de obra realizada, la clase de
espacios que se hallan, etc. Por este aspecto, las plazas no son enteramente
planas, esto se puede revelar en el plano de Vega-Centeno, hay unas
especies de podios o altillos que revelan una elaboración mayor de los
espacios a diferencia de las otras plataformas muy similares que hay
cercanas a la estructura en los cerros aledaños, aunque de menor tamaño,
estas estructuras no son enteramente planas y proponen una mayor
complejización del espacio, así tenemos rastros de espacios definidos en
las plataformas, esto por los muros de doble cara de 0.60 m de ancho y el

260
registro de postes de madera. Por lo cual no se puede descartar un uso
durante la elaboración de la obra en su totalidad.
2.- Estructuras EA2 y EA3.
2.1.- EA2.- Está orientada hacia el SO, con 98o de desviación del norte
geográfico. Esta estructura está compuesta por una plataforma aterrazada
en proceso de construcción, de 79 x 31 m, que está asociada con un patio
rectangular de 30 m de ancho y un largo por determinar. La plataforma
aterrazada aprovechaba un “lomo” ubicado entre dos quebradas. Fue
diseñada con dos niveles y presenta en el interior del segundo nivel una
estructura de forma particular. Se trata de una plataforma baja con dos
lados rectos y un tercer lado curvo, que da al conjunto una forma de
“cuarto de círculo”. Sólo existen evidencias intermitentes de las bases de
muros que delimitan el área de las plataformas y del patio delantero.
Asimismo, puede observarse en varios tramos que el “lomo” ha sido
parcialmente modificado, pero aún no se había terminado el proceso de
nivelación y/o aterrazamiento.(Vega Centeno: 1998)
2.2.- EA3.- Se trata de una plataforma cuadrangular de 22.5 x 17.5 metros
cuya orientación no es posible definir. Existen alineamientos de piedras
bastante claros en ciertas partes de la plataforma, mientras en otros lados
no parecen haber sido implantados aún. Tal parece que esta también era
una estructura en construcción.(Vega Centeno – 1998).
3.- Muros que delimitan el área construida.
Se tratan de dos muros de doble cara con relleno en su interior,
hechos de piedra canteada con mortero simple, de un ancho aproximado
de medio metro. Los muros encierran dos plazas aledañas al lado sur de la
pirámide. Estos muros unen la estructura mayor con las estructuras EA2 y
EA3, así como delimitan el área total del espacio en construcción.
4.- Plataformas en la cima de los cerros y aledaños a estos.
Se trata de estructuras cuadrangulares que se ubican en la margen
derecha de la estructura mayor en directa asociación, al parecer, con los
cerros de bajo volumen que se hallan cercanos, focalizados en una pequeña
zona, tanto en la cima como en la falda de los cerros de poca altura, que
presentan como característica el color blanco.
Las plataformas pueden ser de distintos tamaños desde pequeñas
como de 2 x 2 metros, hasta más grandes como de 20 x 10, o incluso de
mayores dimensiones; algunas están cortadas por una acequia y por la

261
extracción intensiva de material que hubo en esa zona. Estas están
elaboradas con piedras canteadas sacadas de una cantera cercana. Los
bloques de piedra son de dimensiones regulares y sirven de contención a
las plataformas. Los contextos en que se encuentran estas es materia de
discusión, vale decir que Cerro Blanco es un cerro natural que posee las
mismas características, por lo que las actividades pueden ser de naturaleza
similar. Esta predilección por construir este tipo de estructura con
determinadas características topográficas pueden obedecer al tipo de
actividad que se esta realizando, posiblemente ritual, ó a la importancia que
tendrían estos promontorios naturales.
En la cima de los cerros: Tienen como característica la nivelación en la
cima de los cerros de poca altura, están delimitados por niveles de filas de
piedras que encierran un espacio cuadrangular. Estos si bien presentan la
misma idea de transformación de espacios naturales en estructuras
artificiales, característico en todo el plan constructivo; no presentan rastros
de muros o espacios interiores, los cuales se aprecian en la estructura
mayor.

Aledaños a los cerros: Se ubican en las faldas de los cerros, tienen como
característica la delimitación de área, la cual es más extensa que las
plataformas en los cerros. Se logra apreciar por lo menos dos niveles de
filas de piedras, las cuales son acomodadas al montículo natural para su
transformación en plataformas elevadas. Es así que se nota un trabajo
especializado en la nivelación del terreno. Este tipo de estructuras es la que
mas se asemeja a las plataformas de la estructura mayor, sin embargo no
presenta la delimitación de espacios interiores, ni los muros de doble cara.
5.- Estructuras menores.-
Se encuentran en la parte posterior a la estructura mayor, ubicados
en la pendiente o terraza aluvial, que han modificado el terreno hasta
ponerlo onduloso, estos se dividen en:
- Estructuras menores
- Plataformas
- Terrazas
La técnica empleada para este tipo de estructuras es bastante
rustica y comprende la colocación de rocas muy superficiales que en caso
de las mas pequeñas, que con alteraciones ocasiona daños en la forma de
las estructuras.

262
- Estructuras menores.- Se ubican en las partes mas elevadas del terreno
onduloso, al parecer su ubicación no tiene un orden y pueden encontrarse
en toda el área, así como asociados a las terrazas y plataformas. De
disposición circular y cuadrangular, no mayor de 3 x 3 metros en algunos
de los casos, elaborados de piedra canteada, donde se logran ver muros de
doble hilera, con una orientación difícil de apreciar en superficie que al
parecer seria de E-W . Es importante recalcar que algunas de estas
estructuras no parecen haber sido terminadas, esto debido a que en algunos
casos los muros parecen estar incompletos.
-Plataformas.- Son estructuras cuadrangulares de 6 x 3 m, que se elevan
del suelo en un máximo de 30 cm, se presentan delimitadas solo en algunos
de los casos por muros de piedras canteadas que se acomodan al terreno
para darle la forma final, estas plataformas tienen como característica el
color blanco de la tierra que al parecer era traída de los cerros de poca
elevación aledaños a la estructura mayor, las cuales contrastaban con el
color marrón del terreno. A diferencia de las estructuras menores estas
plataformas están en una disposición ordenada en cada una de las
elevaciones del terreno onduloso.

-Terrazas.- A diferencia de las Plataformas, estas son nivelaciones del


terreno a modo de cortes en diferentes niveles, los cuales transforman el
terreno en una línea de 4 a 5 terrazas, con dimensiones no mayores de 2 x 3
metros En algunos casos estas terrazas están asociadas a piedras que
delimitan el espacio.
Estilos de mampostería y su distribución espacial
Las paredes de la estructura mayor de Cerro Blanco Sur se
caracterizan por una mampostería realmente impresionante, debido al
trabajo y al esfuerzo, que unidos a la inversión de energía nos demuestra
que el sitio fue de vital importancia para la población que construyó
semejante pirámide. Este tipo de mampostería tiene especial cuidado para
con el paramento externo, mas no de la misma forma para el paramento
interno el cual estaría cubierto por el relleno que le daría la
monumentalidad al sitio como lo comprueban las esquinas SW y NW.

1.- Construcción inconclusa


La estructura mayor fue construida de E a W, donde el montículo
natural fue transformado en plataformas delimitadas por hileras de piedras,

263
estas plataformas tenían los espacios delimitados al menos en su base. No
se tomaba mucha importancia al acabado de los paramentos internos ya
que estos iban a ser tapados por el relleno, esto se comprueba en la esquina
SE donde el relleno fue removido, mostrándonos la cara interna de dicha
esquina
La pirámide presenta muros de hasta 4.5 m de alto, donde el
montículo natural servía como cantera, a la vez que era transformado. Las
esquinas fueron rellenadas a excepción de la esquina NE, la cual presenta
una altura mucho menor que las otras, además que esta tiene una falla en el
alineamiento del muro N, además que esta era la esquina mas alejada del
montículo natural y por tanto la de mayor esfuerzo al momento de ser
rellenado. La parte aledaña a las plataformas presenta los cimientos
inconclusos de los espacios que adquiriría la pirámide.
EA2 Y EA3 según las descripciones, serían estructuras que
aprovechan los montículos naturales, además que solo presentar los
cimientos, y en algunos tramos no están delimitados por ninguna piedra.
Hay estructuras menores, así como terrazas y plataformas que se quedaron
en proceso de construcción y otras que fueron concluidas.
Las plataformas de los cerros no presentan delimitación de
espacios internos, como sí aparece en las plataformas de la Estructura
Mayor.

Cerro Blanco Sur al Final del Formativo Temprano.


La construcción que se aprecia en Cerro Blanco Sur es un claro
indicador, de intrusiones de elementos foráneos, puesto que la magnitud de
tal construcción en un solo momento constructivo, solo puede ser producto
de un plan elaborado y desarrollado, y no en el inicio de un nuevo orden.
Las construcciones monumentales no se dan de un solo momento, sino que
son procesos que se desarrollan a medida que el orden social se valla
asentando con mayor fuerza.
Cerro Blanco Sur es un indicador de ahorro de tiempo, buscando
minimizar esfuerzos, ya que el montículo principal en planta no encierra un
cuadrado o rectángulo exacto, mas bien tiene la forma de un cuadrilátero
irregular que trata de amoldarse a la forma del montículo natural, el cual
podría dar la idea de una construcción apresurada para darle una forma
cuadrangular, un indicador de esto es que la esquina Sureste es mas larga

264
que la esquina Noreste, además que solo es posible percatarse de este
detalle solo cuando se ve la estructura en plano.

Foto 2: Mampostería de la estructura mayor (MURO NORTE).

Debido a que a este tipo de construcciones tienen que haber tenido


la idea de un plano elaborado en el orden de los espacios, esto debido a una
tradición que se hacía mas fuerte a través de los valles de la costa Nor-
central. En el Valle de Fortaleza, parte del complejo, como en otros del
valle de Pativilca, sufrió un proceso de cambio particular en el periodo
final del Formativo Temprano. Cerro Blanco Sur evidenciaría este cambio.
Es precisamente Cerro Blanco Sur el que evidencia de alguna manera, este
cambio en la superficie ya que no tendría ningún sentido desperdiciar tanta
inversión de energía en el proceso de construcción para luego ser
abandonada antes de su conclusión. Se ha dicho que la tradición de los
sitios del valle de Casma solo llegan a presentarse hasta el valle de
Huarmey por el sur, ignorándose o desconociendo el valle de Fortaleza; sin
embargo esta tradición estaría presentándose en este valle, compartiendo
rasgos arquitectónicos que juegan un papel con el patrón Casma, así como
también estaría compartiendo características con los valles de Pativilca y
Supe, ya que debido a su proximidad territorial, en especial la ubicación de
este sitio, el cual se encuentra en una quebrada que une los valles de
Fortaleza y Pativilca, es así que tuvo que tener algún tipo de relación con
tradiciones locales de estos valles.

265
El presente trabajo parte de una revisión y evaluación de las
evidencias del sitio de Cerro Blanco Sur, en el valle de Fortaleza, el cual es
un importante complejo arquitectónico con estructuras visibles y un patrón
constructivo claramente expuesto. Es a partir de una reconstrucción de las
evidencias arquitectónicas del sitio, basadas en observaciones de campo
realizadas entre el 2004 y 2005, el trabajo de campo de Marzo del 2006, las
evidencias de los sitios asociados al patrón Casma y la literatura pertinente,
propongo un indicador arquitectónico que sirva para identificar
cronológicamente a los sitios de los valles a estudiar como sitios del
periodo Formativo Temprano es así que proponemos que durante este
periodo, coexisten patrones constructivos asociados a la técnica de
construcción, morfología de los sitios y su ubicación en el espacio.

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267
EL PATRIMONIO CULTURAL Y LA HISTORIA
REGIONAL
José Fernández Sánchez
INTRODUCCION
Etimológicamente, patrimonio viene de padre, referido al pasado, la
herencia, la familia. Hasta el siglo XVIII se le concebía como obra de arte,
entre otros objetos, esa idea se enriqueció en términos de colectivo, ¿Qué
nos une?, así devino en la idea de identidad, de patrimonio colectivo. Hoy,
patrimonio significa “expresión de la creación humana y de la evolución de
la naturaleza que sirve para identificar la cultura nacional” (Rodríguez,
2005). Hay dos clases de patrimonio que nos hablan de la evolución de un
pueblo: Natural (flora, fauna, recursos de origen natural, topografía,
formaciones geológicas); y Cultural: bienes inmuebles (construcciones y
monumentos), bienes muebles (objetos), bienes inmateriales (Idioma,
música, mentalidad y costumbres, ritos, tradiciones, etc.) (Alvino, 2005).
Ahora bien, si nuestro patrimonio constituye la
fuente para el estudio de la historia, porque no hay historia sin fuente ni
investigación; la reconstrucción del pasado captado desde sus diversas y
complejas fuentes arqueológicas, como documentales de cada localidad,
conducen a una historia de largo aliento cuando las historias se
interrelacionan en una realidad geográfica tan especial como la andina.
Entonces, la historia regional constituye “una de las fuentes mas accesibles
para llegar a una historia nacional, con cargo al debido aprovechamiento de
sus variadas historiografías y el correspondiente rigor científico en el
manejo de fuentes diversas, si realmente queremos hacer y servirnos de una
historia como conocimiento de los diversos tiempos de nuestra continuidad
cultural”.
1.- EL BIEN CULTURAL, CONSERVACION Y PATRIMONIO
El desarrollo humano se sustenta en las creaciones
y productos del pasado con los constantes aportes del presente y los que
vendrán después. Es el esfuerzo de creación, conservación, reutilización e

268
incorporación, de cómo las personas se producen y reproducen
culturalmente con mayores y mejores recursos.
La cultura es pues la acumulación del pasado
valorando lo anterior para sumar, ampliar y enriquecer lo posterior con el
presente, incluyendo cosas materiales como también ideas. Por eso,
conservamos nuestros referentes históricos, si sabemos reconocer sus
aportes, su valor cultural, por que fueron creaciones que en su debido
momento dieron respuesta exitosa a los problemas, necesidades o
debilidades de los pueblos en el pasado.
Entonces, el propósito no solo es conservarlas
intactas, sino aprovecharlas, como ejemplos diferentes o hitos, como mejor
convenga en las construcciones y reconstrucciones futuras. Pero conservar
un bien cultural no es tenerlo como un objeto congelado, intacto, inútil;
como una efigie, amuleto o ídolo mágico, por la indiferencia con
menoscabo de su importancia y significatividad, excluido o descalificado
de todo aprovechamiento futuro.
Claro esta que incluso la cultura de los pueblos o
naciones también producen una suerte de fetichismo religioso, ese culto de
la cosa, no por su utilidad, sino por ella misma, como amuletos culturales,
expresión del pensamiento mágico en si, para defender su identidad, frente
a la amenaza permanente y vital del actual mundo globalizado.
También guardamos lo que amamos, o lo que nos
recuerda aquello que amamos, que alguna vez nos hizo feliz. Es la
valoración afectiva, emotiva, sentimental, que nos lleva a conservar bienes
que pueden ser significantes o disparatados, pero que nos hablan de un
pasado que añoramos, como los recuerdos de los abuelos. En el fondo es
una forma de querer seguir viviendo, prolongando nuestra existencia, de
trascender al futuro, de continuar la vida más allá de la muerte individual.
Asimismo conservamos, por razones mas simples,
aunque no menos válidas: por que nos da placer el gozar de una obra de
arte, no precisamente por que nos de una información intelectual o histórica
importante, sino simplemente porque nos gusta -- gustos refinados--. Así
compramos una hermosa antigüedad para que nos acompañe, para gozar de
su vista, para que nos ayude a vivir, para que nos eleve el espíritu.
Pero existe otra razón mas para conservar: el afán
de conocer científicamente nuestro pasado histórico. Si siempre se ha

269
llevado a cabo algún tipo de registro, estaba contaminado con motivaciones
y prejuicios religiosos, políticos y de todo tipo. Resultando una mera
relación o un recuerdo de lo que está sucediendo, no es todavía
propiamente historia, por mas que sean repetidos por historiadores sin
juicio crítico. Los ejemplos mas conocidos son los autores de los textos
oficiales de historia.
La historia y la arqueología son recientes en el Perú
del siglo XX. Pero antes, son los huaqueros que no buscan conocer las
civilizaciones que nos antecedieron, sino extraer o depredar objetos de
valor comercial para los coleccionistas, por ser bellos o raros. Luego vienen
los museos y la arqueología vinculada a la historia. En el Perú, con Max
Uhle y Julio C. Tello, adquieren importancia los llamados Bienes
Culturales pero respaldados por una legislación (1929) mas romántica y
patriótica que científica y promotora.
Un bien cultural es un objeto material o espiritual
que tiene un valor especial para una determinada cultura, por lo que merece
ser conservado, por todas las razones antes expuestas; por ejemplo, el
balcón de Huaura, la réplica de la espada de San Martín en Huaura, las
partituras de los motetes del músico huachano José Orejón y Aparicio, los
ceramios del estilo Teatino en el valle de Huaura, las momias tatuadas de
Manzanares, los restos textiles de la cultura Chancay de Cerro Colorado o
los muros pre incas de Mazo, los potajes de mariscos y pescado, el cebiche
de pato, las leyendas y tradiciones; todos estos merecen la preocupación y
el amparo impostergable de los propios huachanos.
Así mismo, sabemos que cultura es creación y por
tanto, la mejor expresión de libertad y creatividad de los humanos, por ser
además comunicación e integración de generaciones. Por eso, no existen
pueblos sin cultura, ni tampoco una cultura uniforme para todos los
pueblos. Cada comunidad, cada región tiene sus propias expresiones
culturales que las identifican y distinguen unas de otras. Sus historias nos
revelan un sinnúmero de procesos culturales que han evolucionado,
innovado, truncado o alterado debido a situaciones de conquista, a la
incapacidad de sus líderes para salvaguardar su valioso patrimonio y, en
general, al recorte de la libertad de los seres humanos.
Pero, a pesar de todo, el patrimonio cultural del
Perú es quizá uno de los más ricos entre los pueblos que alcanzaron el nivel
de altura en diferentes etapas y lugares del orbe. Testigos de esta grandeza

270
pasada son los innumerables monumentos arqueológicos, la cerámica, la
textilería, la orfebrería y muchísimas otras expresiones artísticas y técnicas
que la arqueología nos está brindando como evidencias.
Aún mas, lo extraordinario recién se está
descubriendo, justamente por la profundidad cronológica de nuestra historia
andina de mas de 10 mil años, resultando que muchas regiones y sus
eficientes nichos ecológicos, interculturalmente han producido grandes
aportes tecnológicos, que nos hacen creadores de la agricultura y la
domesticación de animales, hace casi dos mil años antes de Chavín, a fines
del Arcaico, como lo evidencia Caral en Supe, en la costa nor central.
Que, a la vez son antecedentes o testigos actuales,
“las expresiones del riquísimo acervo folclórico, que se manifiesta en una
gran variedad de estilos musicales, bailes, vestimentas, comidas,
narraciones, artesanías, alfarería, textilería, tallado, metalurgia, fibras
diversas, etc.; en los cuales se manifiestan aun los ecos de nuestro
milenario y grandioso pasado, el que se resiste a desaparecer a pesar de la
expoliación y negación sistemática de muchos años de dominación. Esta
gran variedad de nuestro folclor en el que cada región, o mejor dicho, cada
población conserva sus propios estilos, es un signo elocuente de que el Perú
es un país –extraordinariamente- cultural (Ossio, 1986).
Recordemos entonces que a esta heterogeneidad
del proceso histórico andino, le debemos el levantamiento de un inventario
nacional de los recursos tradicionales (filogenéticos, tecnológicos, sociales
y cognitivos) andinos. “Empezando con la formulación y evaluación de
estos ingentes aportes – sabidurías y tecnologías- podrían ser no solo
“rescatadas” sino también desarrolladas con mayor beneficio para los
actuales usuarios, y con el consenso integral del agro-pescador-artesano,
transferidas a zonas geográficas ya depredadas y deprimidas por el proceso
de subdesarrollo local y regional que no reconoce la pluralidad cultural
actual y su milenaria experiencia en la conducción ecológico-agrícola-
andina” (Vreeland, 1991).
Si el Estado es dueño del patrimonio cultural de la
nación, no significa que solo él tenga a su cargo la conservación y
promoción de los bienes culturales, también es la sociedad civil, las
instituciones académicas, archivos, museos (públicos y privados), centros
de investigación, la escuela, medios de comunicación y, en general todos

271
los amantes del arte y la historia, quienes deben estar comprometidos en
esta impostergable tarea en defensa de nuestra identidad regional.
Ahora es más importante que hablemos de una
conciencia cultural y nos preguntemos qué estamos haciendo en Huacho,
por ejemplo, para poner en valor el patrimonio cultural expresado en los
dispersos y abandonados sitios arqueológicos, nuestras tradiciones y
técnicas artesanales. En qué contribuimos a la conservación y promoción de
nuestro patrimonio local y regional.
2.- PRESERVACION Y PROMOCION DEL PATRIMONIO
CULTURAL
Para un estado centralista y ajeno a nuestra ancha
realidad pluricultural, lo mas importante ha sido el turismo privado y
espectacular sobre cualquier interés nacional o regional, ya sea de carácter
cultural, científico o pedagógico. Siempre ha primado la economía
inmediatista de los intereses particulares que el patrimonio cultural.
Ejemplo concreto de este calculado y prejuiciado desinterés es la ausencia
de una legislación peruana adecuada.
La Ley del Desarrollo de la actividad Turística de
1998, subraya aquellos aspectos que precisamente hace difícil al propio
Estado el cumplir con su deber de protección del patrimonio cultural. Pues
privilegia el aspecto turístico sobre cualquier otro asunto; al punto que el
Comité Consultivo de Turismo está conformado por nueve miembros que
incluye a las agencias de viajes, hoteles y transportistas aéreos y terrestres,
pero ninguno del Instituto Nacional de Cultura ni del Ministerio de
Educación figura.
La misma norma, según Pablo Macera, excluye al
Instituto Nacional de Cultura y al Ministerio de Educación de evaluación
alguna de las acciones de dicho comité consultivo, ni siquiera en la
determinación de las zonas de Reservas Turísticas. Las llamadas
“liberaciones” dan campo libre para la destrucción del patrimonio
Arqueológico, por parte de las urbanizadoras, mineras, agricultores o
poblados, como lo sucedido en manzanares, al sur de Huacho. En realidad,
de los cien mil sitios arqueológicos que hasta hoy tenemos noticias en todo
el país, apenas 25 406 están identificados por catastro; solo 17 son
monumentos bajo régimen de registro público; apenas 175 son
monumentos declarados patrimonio pero no registrados; 135 son sitios
como patrimonio delimitado, en su mayoría en Lima.
272
Ni el 10 % de los sitios se han podido registrar
como patrimonio cultural, del total de monumentos inmuebles coloniales y
republicanos (3 780 de 40 000), en cualquiera de sus tres categorías, en
todo el país. Hay departamentos como Huanuco, Ucayali y Madre de Dios,
que no registra ningún monumento histórico. Solo 6 inmuebles han sido
declarados como bienes culturales entre Tumbes, Loreto y Pasco. El
registro de inmuebles se ha concentrado en Lima (115); mientras que
Cuzco solo llega a 16 registrados. En cambio Arequipa cuenta con 379
bienes culturales inmuebles y 52 ambientes urbanos monumentales; muy
por encima del Cuzco (16 ambientes, 8 zonas y 115 inmuebles).
Singularmente, de 1942 a la fecha, las provincias
de Barranca, Huaura, Oyón, Huaral y Cajatambo, antes llamado Norte
Chico, cuenta con un total de 56 monumentos histórico-artísticos:
inmuebles, espacios y áreas monumentales (entre casas, iglesias, conventos,
mercados, torres y trazos); pero muy poco sabemos de los cientos de sitios
arqueológicos que existen a lo largo y ancho de los valles, litoral y
quebradas. Sin embargo, Huacho, capital de la Región Lima-Provincias, no
cuenta con una sede regional del INC ni menos con museos modernos. Más
bien, ante estas peligrosas deficiencias, el estado peruano no parece estar en
condiciones óptimas para impedir que muchos de sus monumentos
desaparezcan en los próximos años.
El mismo historiador huachano plantea algunas
sugerencias, además de una nueva Ley General de Patrimonio Cultural del
Perú, coherente con la constitución de 1993:
- Revisar e integrar dentro de la actual Ley de Patrimonio
Cultural de la Nación, los dispositivos de 1997 sobre Turismo,
Urbanización y Tierras Eriazas en términos más favorables al
Patrimonio Cultural.
- Desarrollar un turismo responsable y creativo, donde el
patrimonio sea más que un recurso turístico, consolidando ambas
perspectivas, pero con preeminencia sobre lo histórico cultural.
- Que una comisión del congreso investigue los casos de
liberación de áreas arqueológicas (Urbanizadoras, Asentamientos
Humanos y Mineras), para evaluar y corregir los desvíos frecuentes.
- Modificar las normas sobre terrenos eriazos que atan de
manos al propio estado para defender el patrimonio cuya custodia le
corresponde como representante de la nación.

273
- Menos burocracia en la gestión del patrimonio cultural y
mayor promoción y estímulo a la participación directa de la sociedad
civil, como los patronatos de defensa y de la misma escuela pública.
- Trabajo mas coordinado del patronato con la empresa
privada y los medios de comunicación de la localidad para promover la
investigación y difusión científica y turística del patrimonio histórico.
- Propiciar entre las organizaciones de base, líderes de
opinión e instituciones culturales, la conformación de Comisiones Pro
Museos. Más valdría tener un museo por distrito que uno gigantesco.
- Despojar de discriminación alguna las normas y marcos
institucionales para que el turismo, el disfrute cultural, la investigación
y la reconstrucción del aprendizaje histórico sea para todos por igual.

Como se ve, nuestro desarrollo cultural promete activamente el


liderazgo del propio estado en todas las tareas culturales, sus valores y
distintos tipos de expresión. Vale decir: protección, defensa,
mantenimiento, restauración, investigación, desarrollo, difusión de todas las
expresiones culturales, tanto materiales, inmateriales, científicas,
tecnológicas, artísticas y pedagógicas. La preservación del patrimonio nos
interesa a todos, afectiva, económica e intelectualmente; preferible que el
estado este bien acompañado, precisamente por los mas interesados, los que
nos sentimos orgullosos de nuestra historia. Todos los peruanos tenemos el
interés, el derecho y el deber en defender y promocionar nuestro
patrimonio.
Por eso es imprescindible la formación de una
conciencia colectiva y un plan nacional de educación en los términos de:
- Conocimiento, respeto y amor por nuestro patrimonio
cultural, verdaderos símbolos de la milenaria sabiduría andina, tanto
regional como nacional.
- Creatividad, dedicación, audacia y honestidad; como
formas de trabajo para atender, promover y gestionar nuestro
patrimonio local y regional.
- Generación y subvención oportuna y eficaz organización
de los recursos financieros, materiales y tecnológicos, para la
investigación y puesta en valor del patrimonio cultural.
- Diversificación y diseño de programas curriculares
regionales, locales y de centros educativos para el re-aprendizaje de
nuestra historia.

274
En torno a lo anterior se plantea, pues, cinco acciones básicas para la
puesta en valor de nuestros monumentos prehispánicos:
A.- LA INVESTIGACION: Es la primera y fundamental. Porque
consideramos que solo un bien cultural que forma parte de una sociedad y
de un tiempo, fue el producto de una necesidad de un pueblo. Entonces,
conocer su función, su historia es poder transmitir a quien lo visita, un
conocimiento de la sociedad y pueblo que hizo dicha obra. Una buena
investigación nos permite tener mejores elementos de juicio para la
conservación y su adecuado uso posterior, como el establecer circuitos,
techumbre y elementos modernos que preserven el sitio. Luego la
publicación de los resultados de las excavaciones como el análisis de los
materiales obtenidos.
B.- LA CONSERVACION DEL BIEN: En tanto documento histórico,
artístico y recurso pedagógico. Creando las condiciones más aptas de
protección. Hoy las modernas técnicas de intervención conservadora no
alteran el estado del monumento, ni recrea un supuesto o inferido
monumento por el empleo de elementos, en lo posible reversibles. El
cuidadoso tratamiento físico o químico de los elementos arquitectónicos o
decorativos y la previsión de cubiertas, sistemas de protección contra el
viento, la humedad u otros agentes erosivos humanos. Involucrando
también el entorno o medio ambiente circundante, toda vez que forma parte
de una comunidad local.
C.- LA ADECUACION TURISTICA: Es el acondicionamiento del sitio
y del impacto que debe soportar para su nuevo uso. La investigación nos
dirá que es lo más saltante del bien cultural que debemos mostrar, que áreas
deben soportar una visita y en que condiciones. Para que las áreas a exhibir
no sufran alteraciones en su estado de conservación. También considerará
una mínima estructura para acoger al visitante: vías de acceso, zonas de
recepción, de administración, de circulación, de estacionamiento, servicios
higiénicos, refrigerio, venta de lecturas y recuerdos. Pero sobre todo, la
responsabilidad de un personal idóneo y excelentes comunicaciones.
D.- LA PROMOCION CULTURAL: Todo lo anterior sería un esfuerzo
aislado si nosotros no participamos activa y sistemáticamente en la
consolidación de nuestra identidad histórico cultural de forma vivencial.
Son los valores y los conocimientos que debemos cultivar con el trabajo
pedagógico de la escuela, la universidad, la biblioteca, el museo, el archivo,

275
la empresa, las organizaciones de base y sobre todo los medios de
comunicación local y regional.
E.- LA RECONSTRUCCION HISTORICA: Para explicar la
reconstrucción es valiosa la experiencia de la Huaca Pucllana, en convenio
con la Municipalidad de Miraflores. Desde 1988 la población escolar y
adulta, además de las visitas, realiza talleres de textilería y tintes,
imaginería, joyería artesanal, alfarería, etc. Empleando en lo posible las
mismas técnicas e insumos que usaron los limeños hace más de 800 años
(incluyendo cultivos con semillas desenterradas). Además se realizan
seminarios, exposiciones de artesanías, charlas, visitas guiadas y
asesoramiento pedagógico a docentes.
3.- ARQUEOLOGIA: ALGUNAS CONSIDERACIONES
PEDAGOGICAS
Si la “Arqueología es una ciencia social y, por ende, histórica, que
estudia el desarrollo de la sociedad humana en sus diferentes aspectos socio
económicos a través de los restos dejados por los humanos, conocidos
comúnmente como material cultural” (Nuñez, 1991); entonces resulta
imprescindible salvaguardar este material, que es la fuente de
conocimientos que puedan surgir de él y que permitan estructurar una
realidad de pensamiento, con los criterios de aproximación a la verdad en
que se sustentan. Es decir una verdad elaborada lo más fielmente posible a
la realidad del pasado que trata de interpretar como pudo ser la sociedad
peruana que se investiga y se reconstruye
La conservación de las obras de la actualidad solo
tienen sentido en la medida que nos permite preservar una forma de
comportamiento social distinto al que hoy usufructuamos dentro de la
matriz colonial, hispana occidental. Porque frente a una forma milenaria
andina de conducta y como el resultado de una corta confrontación foránea,
nacieron un conjunto de estrategias que hicieron posible una relación
coherente de dominio del ser humano sobre el medio, sometiendo los
recursos naturales a una forma de domesticación basada en las condiciones
naturales concretas de ese medio.
En cambio, el proyecto colonial occidental
introdujo otras estrategias y otros recursos, coherentes con otros medios y
otras experiencias, provocando la acelerada desnaturalización de los medios
de producción disponibles. Ostentó un paradigma de modernidad, estipuló
entre sus códigos el abandono del patrimonio nativo, visto como primitivo,
276
atrasado, tan extraño y desconocido para ellos como nuestras lenguas,
selvas y aún las concepciones cósmicas andinas. Así la colonia, ignorante
de nosotros, partió del supuesto que su patrimonio era el único deseable.
Racionalidad que todavía continúa con la república. De allí nace nuestra
concepción occidental. Ahora depende de nosotros. No es solo un asunto
legal ni menos policial.
En realidad se trata de una nueva visión cultural
sobre nuestro pasado que debemos asumir todos sin excepción. Tampoco
quiere decir que los logros culturales de los últimos 500 años deban ser
abandonados; son también nuestro patrimonio, aunque impuestos, están allí
nuestras rebeldes y creativas huellas andinas, africanas y orientales de
sobrevivencia multicultural.
Pero para que esto no siga en proceso de deterioro,
se necesita comprometer al estado, a través del INC y el Ministerio de
Educación, pero sobre todo, desde la misma escuela y su proyecto
curricular, es decir, desde las entrañas mismas de la programación y gestión
curricular, reforzando los ejes de identidad cultural, para desagregar
contenidos básicos y estrategias didácticas que impliquen un amoroso
acercamiento de la vida escolar con el patrimonio cultural.
Mas aún es saludable que la escuela se sostenga y
sea su razón de ser las fuentes históricas aledañas. Articulando
componentes, áreas y asignaturas para un significativo aprendizaje
globalizado por cada actividad escolar (salida al campo, investigación,
escenificación, graficación, etc.). Mas bien a la escuela corresponde
articularla con la comunidad, para admirar, descifrar y comprometerse a
cuidarlo, mantenerlo, estudiarlo y aprovechar la sabiduría andina para los
retos actuales.
Nunca olvidemos que nuestro país tiene el
privilegio de ser uno de los contados centros de civilización del mundo
antiguo y una de las naciones que ha brindado importantes aportes al
desarrollo de la humanidad. Porque estamos hablando nada menos que de
un portentoso y complejo proceso de ocupación humana andina de 20 mil
años y de por lo menos 4 mil civilizaciones. Cuyos simples restos de
presencia humana son testimonio de sabiduría e inventiva tecnológica para
dominar todos los nichos ecológicos, donde la actividad artística o
monumental no constituyen entes aislados, sino componentes de una
unidad indivisible y a la vez, en una empeñosa y milenaria

277
interculturalidad, de ciclos, ritmos y pausas culturales, cuyo conocimiento
integral todavía no ha empezado a ser investigado.
Por eso, desde el punto de vista científico y
pedagógico, miles de años de nuestra historia todavía están por formularse
y superar lo provisional, lo escolar, lo oficial, una historia que podría ser
escrita sobre mejores bases científicas y mejores perspectivas culturales,
como el caso de la historia regional, la historia de las mentalidades, la
historia oral.
Nuestra nación apenas es conocida seriamente
desde tiempos de los incas. Su conceptualización como documento
histórico, fuente de conocimiento de nuestro pasado y sustento de la
identidad regional y nacional de nuestros hoy empobrecidos pueblos, que
antes integraron naciones pluriétnicas, está aún por escribirse. Con mayor
razón, constituyendo los testimonios arqueológicos, parte de un proceso,
resultan únicos e irrepetibles, que su degradación o destrucción constituye
una pérdida irreparable. En cambio, su puesta en valor implica
precisamente reconstruir la historia local y regional; propiciar su
conservación, estudio y uso social, pedagógico o turístico deviene en un
extraordinario aporte cultural.
De ahí que es menester acompañar al tratamiento
científico, su conservación y promoción de los monumentos arqueológicos
de manera integral en una perspectiva educativa, con el aporte de la
comunidad y el aprovechamiento pedagógico para el cultivo de nuestra
identidad cultural local y regional. Por ejemplo: los circuitos turísticos
locales, las posadas comunales para el turismo escolar, patronatos de
defensa y protección histórico-cultural, divulgación científica, laboratorios
pedagógicos de profesores de ciencias histórico sociales, parques de flora y
fauna nativa, gabinetes y talleres de arqueología para niños, visitas guiadas,
etc.
Esta responsabilidad se hace urgente, pues se
estima que en los últimos 20 años, sobre todo en Lima, han desaparecido
total o parcialmente mas testimonios arqueológicos que en los cuatro siglos
y medio posteriores a la conquista europea. Hablamos pues de situaciones
concretas de consuetudinaria desprotección física por la afectación humana:
la apropiación y el crecimiento urbano y la ampliación de áreas de cultivo,
instalaciones mineras, agroindustriales y pecuarias, que ocupan y borran de

278
la superficie antiguos asentamientos, maravillosas obras hidráulicas y
mutilan monumentos ampliamente conocidos.
Los principales monumentos de toda la Costa son
gigantescos hormigueros y basurales, por el saqueo y la destrucción, que
exige la acción inmediata de una emergencia cultural tan seria como
cualquier desastre natural o conmoción social. Que de continuar así, en los
próximos cinco años se habrá perdido el 80 % de nuestro patrimonio
arqueológico, que incluye cementerios y santuarios, que aún sobreviven.
Con el agravante de la existencia de verdaderas organizaciones criminales
dedicadas al saqueo, robo y tráfico de nuestro patrimonio prehispánico y
colonial.
Ante la desidia e impotencia de nuestra clase
gobernante, necesitamos de un eficaz organismo político con la decidida
participación de la comunidad que asuma el resguardo, estudio y puesta en
valor de nuestra herencia cultural, con un poderoso respaldo económico
nacional y extranjera; con dependencias autónomas y especializadas como
los institutos nacionales y regionales de arqueología, etnología regional, de
historia, ecología y turística con sendos proyectos integrales que afecten
transversalmente el sistema educativo escolar local y regional. Obviamente
con el aporte de la iniciativa y capacidad del sector privado y la sociedad
civil, los medios de comunicación y los centros y programas educativos.
4.- LA ETNOHISTORIA REGIONAL Y LAS INVESTIGACIONES
SOCIALES
Con los primeros intentos de sistematizar los
elementos esenciales que se deberían tener en cuenta para caracterizar
nuestra región Costa Nor Central, desde épocas prehispánicas, estamos
comprendiendo que no se puede concebir una región sin una perspectiva
histórica; que se impone como una necesidad para delimitar nuestro espacio
regional. Mucho menos cuando se trata de una milenaria historia como la
andina, con una dilatada trayectoria de por lo menos diez mil años, aunque
de una larga y desigual producción intelectual eco regional.
Entonces debemos partir reconociendo la compleja
heterogeneidad en el proceso histórico andino, sobre todo en lo referente a
la profusa diversidad de tecnologías relacionadas con el manejo racional de
los recursos tradicionales. Técnicas que podrían ser “rescatadas” y aún
desarrolladas con mayor beneficio para sus usuarios y transferidas a zonas
geográficas ya depredadas y deprimidas por el proceso de desarrollo

279
dependiente y centralista, que no reconoce la pluralidad cultural actual y su
milenaria experiencia en la conducción agropecuaria y expresión artística
andina.
Nuestras comunidades campesinas y pescadoras de
la costa nor central son herederas de una vital y exitosa experiencia en la
percepción y el manejo de sus propios recursos, acumuladas en por lo
menos cuatro milenios, que no representa un impedimento para su
desarrollo, sino mas bien un reto, una alternativa al presente estancamiento.
Poblaciones que han manejado recursos diversos que devinieron en
complementarios gracias a la creatividad, la observación y la
experimentación; entre los que destacan la inmensa riqueza ictiológica
marina y de litoral, los depósitos salitreros, las lomas, lagunas, humedales y
pantanos ribereños, aguas termales, valles, quebradas, laderas con
abundante agua pluvial, corriente de sub suelo, abras y estrechos que nos
comunicaban con la sierra y la selva, entre otros.
Así, “un factor importante en el desarrollo de las
culturas yungas ha sido la ecología tan singular de la costa, que influye
poderosamente en la organización económica y en las peculiaridades de su
estructura social, diferente a la serrana” (Rostworoski, 1989). La
agrupación de sus valles (Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura y Chancay) y
el intenso intercambio vertical con la sierra y la selva, permitieron una
Inter.-cultural persistencia creadora entre dos modalidades sumamente
articuladas: la serrana y la costeña. Que durante el dominio serrano, los
yungas de la costa central, esencialmente pescadores y agricultores,
artesanos y mercaderes, igualmente atendieron los requerimientos del
Estado Inca y seguidamente de los españoles. Cambio de vida, cuyo
impacto inicialmente no significó problema alguno en cuanto a recursos
económicos.
Los datos etnográficos describen las comodidades
de la vida del poblador costeño. Disponía de más tiempo dedicado a
producir herramientas, instrumentos y diversos objetos domésticos y
artísticos, según la iconografía de los ceramios, tejidos y frisos Nazca,
Moche, Chimú, Chancay, entre otros. Donde vemos señores, jefes militares
y sacerdotes con ricas prendas y tocados; rodeados de confort, lujo,
esplendor y poder. Los yungas contaban con mayor variedad y abundancia
de insumos y recursos como la fauna marina, el guano, la sal y las
ubérrimas llanuras de los valles. A excepción de El Niño, estaban menos
expuestos a los arrebatos de los fenómenos naturales. Había pues mayor

280
control tecnológico y manejo equilibrado de los recursos naturales. El
refinamiento costeño se expresa en la variedad de artesanos y especialistas,
ante la demanda y el intercambio con productos variados de la variada
geografía andina de productos alimenticios, utilitarios y suntuosos.
En fin, la especialización laboral por oficios y por
parcialidades dieron lugar a un principio de intercambio comercial basados
en la relación entre aldeas y comarcas ribereñas, complementadas con otra
forma de intercambio vertical, es decir, con poblados cordilleranos y aún,
con la selva. Este intercambio permitía que todas las poblaciones contaran
siempre de oportunos productos diversos para satisfacer las demandas
cotidianas o para enfrentar calamidades o catástrofes. De tal suerte, siendo
el trabajo la fuente de la riqueza, surgió en el mundo andino una forma
especial para regular las relaciones humanas: los ayllus.
Para nuestra admiración fue la persistencia del
milenario “principio de la reciprocidad que regulaba las relaciones entre
diversas jerarquías de señores, los deberes de los hombres del común hacia
sus jefes y viceversa, la convivencia entre los miembros de un ayllu, y todo
indica que su extensión fue pan andina” (Rostworoski, 1989). Entre otros
aspectos de la división del trabajo que los españoles también pudieron
comprobar, fue el establecimiento de los pobladores en divisiones de
labores, oficiales o artesanos, mercaderes o tratantes y los que laboraban las
minas de sal, entre otros ejemplos.
Otro aspecto poco tratado de la historia “oficial” es
la referida a los valores y calidades de las costumbres y la vida cotidiana de
los pueblos andinos, como el cuidado del equilibrio ecológico de los
paisajes; sus creencias, su folclor, su arte y artesanía, el aprovechamiento y
conservación de sus recursos, la recreación y el ocio; la religiosidad, las
relaciones políticas locales, etc. Expresiones eminentemente culturales,
llamadas también cultura popular y que hoy día otorgan su propia
personalidad y forjan, quizá con mas contundencia, la identidad regional y
local. Porque hemos sido y somos un país realmente creativo.
Es entonces, toda la sabiduría y complejidad andina
la que debemos recuperar, desde nuestras propias regiones. Conocer los
rumbos y desvíos, como el deterioro y desaparición de estos conocimientos
que en una región tan proficua como la costa central necesita, entre otras
disciplinas de la etnohistoria para asumir esta maravillosa tarea, en terrenos
poco transitados por la arqueología y la historia regional. Porque la

281
investigación y la reflexión en la etnohistoria requieren de la recopilación
de datos en archivos desde la conquista hasta la república, para ser
trabajados por especialistas con formación profesional y diestros en el
manejo de fuentes primarias, la elaboración e hipótesis y en el análisis e
interpretación científica.
5.- HISTORIA REGIONAL: PROBLEMAS Y TEMAS
ESCLARECEDORES.
A medida que las fuentes se hacen mas accesibles,
la historiografía colonial y republicana se abre como un abanico en sus
variados aspectos; sin embargo, desde una perspectiva regional, las
investigaciones son muy escasas, inclusive en aquellas donde los aportes
devienen en estimulantes derroteros, en especial para la conservación de las
fuentes primarias y el patrimonio cultural regional, la preocupación por la
evolución histórica, como las que se desarrollan en Lima, Ayacucho,
Cuzco, Arequipa y algunos mas.
Pero, hoy mas que nunca, los historiadores son
conscientes que entre los habitantes andinos y su medio natural la
mediación es doble. Por un lado, las relaciones que vinculan a las personas
entre si como: el trabajo, las formas de posesión de la tierra, la apropiación
de los productos o los mecanismos de acumulación y de transferencia de
excedentes. Por el otro, la “herramienta” o conjunto de técnicas nacidas de
la ciencia y la experiencia (nativas y foráneas), que llevan a racionalizar el
uso de los recursos naturales, los insumos industriales y la fuerza de
trabajo. Medicación que tienen sus propias versiones regionales, pero a la
vez globalizadota, para responder al proceso de reproducción de la misma
formación social, desde la colonia hasta nuestros días.
Entonces, debemos propender a partir de lo
regional, a riesgo de encerrarnos en una visión estrecha y parroquial, antes
de partir de lo nacional, de una aventurada “síntesis” por sin fundamentos
sólidos, mas bien propensos a una globalización perniciosa. Por ejemplo, la
historiografía peruana ha ignorado grandemente la historia agraria, la
historia de la población negra, entre muchos otros aspectos, pues son raros
los estudios documentados sobre la vida rural de nuestros pueblos,
inclusive del Perú contemporáneo. Con este tipo de carencias estamos
realmente hipotecando el presente. Es una deuda pendiente que le debemos
al Perú profundo, muy alegre y frívolamente “rellenada” por la historia
oficial y escolar.

282
Desde esta preocupación regional, varios son los
inconvenientes que impiden en nuestro país un avance más significativo,
como la priorización de la investigación histórica, amén de la escasa
vocación por las disciplinas científicas y sistematizadotas, la poca práctica
académica y la pérdida del entusiasmo inicial. Añadimos a todo esto, los
siguientes problemas: la dificultad de acceso a las fuentes, sobre todo a los
archivos y repositorios inaccesibles a la investigación, la lectura de
documentos con grafías indescifrables, el método y las técnicas a emplear
de poco rigor científico, y muchas arbitrariedades y burocratismo, escasez
de financiamiento, la ausencia de publicaciones de interés histórico sobre
temas específicos y con un mínimo nivel científico contable.
Otra tarea imprescindible e inmediata es el rescate
de la tradición oral, fuente de la historia oral. Mas allá de algunas
recopilaciones de las crónicas españolas, son muy pocos, aunque valiosos
los registros actuales que han enriquecido las ciencias sociales y la
literatura. En la década de los sesenta, con grabadora en mano, los
antropólogos han venido recogiendo en algunos pueblos, fragmentos de su
tradición oral, sus historias de vida y rituales, canciones y cuentos, leyendas
y narraciones. Pero a pesar de este inicial interés literario y musical, “nada
de lo dicho implica la existencia de un organismo dedicado a la
preservación de la tradición oral como patrimonio cultural de la nación…
Apenas podemos hablar de desvaídos intentos de recopilación por el INC
que finalmente concluyeron en una hemeroteca y un estudio sobre
instrumentos musicales…” (Millones, 1986).
“La tradición oral está constituida por las
expresiones culturales que se pasan de generación en generación por
medios no escritos, en particular la literatura oral, narraciones, cuentos,
leyendas, poesías, dichos, refranes y glosas. Junto a ello tenemos el arte
popular o folclor, que también se comunica básicamente por medios no
escritos: música, danzas, canciones, costumbres prácticas tradicionales,
técnicas artesanales, arte culinario. Es decir, la suma de conocimientos y
capacidades artisticas tradicionales o populares que circulan y se transmiten
de boca-mayormente-sin pasar por el registro grafico o documental. Este
acervo es parte de la herencia cultural que nos han legado los antepasados,
y es tan importante para el país como los testimonios monumentales y
documentales de la nación” (Loréns, 1986).
La tradición oral, por su carácter de depositaria y
vehículo de la memoria colectiva de los pueblos y sectores sociales mas

283
pobres, constituye un archivo viviente de la trayectoria mental del país y su
espiritualidad. De ahí que hoy los historiadores han desarrollado métodos
para emplear esta fuente tan confiable como cualquier otro tipo de
documento para la reconstrucción de los conocimientos sobre el pasado
histórico de las comunidades. Pero también es importante por ser
depositaria, en gran parte, de las creencias, valores, costumbres, prácticas y
creatividad artística; constituyendo un pilar de la identidad, de las raíces
históricas y de la cultura viva del pueblo. Cuya divulgación debe
constituirse en un recurso curricular, como parte de las actividades
escolares o como estrategias pedagógicas. Y, por supuesto, su producción,
bien orientada, como una fuente económica, sobre todo tratándose de la
artesanía, el arte culinario y folclórico.
Cabe recalcar, sin embargo, que de la recopilación,
además del interés académico o afectivo, debemos poner atención, desde
nuestras propias regiones, por el rescate de este patrimonio oral, que
constituye un firme componente cultural de una sociedad, tan diversa y
compleja como la nuestra, aún bastante ágrafa y un alfabetismo básico.
Pero sobre todo urge cuidar a nuestros pueblos de la ingerencia de la
racionalidad neoliberal del mundo globalizado que estandariza y enajena
nuestros valores culturales ancestrales a través de los medios de
comunicación masiva, que nos impone el consumismo y la mediocridad
moderna.

Sin embargo, por efecto del centralismo limeño y la marginación


de los pueblos, la historia regional no cuenta con organismos especializados
vigentes para efectivizar la preservación y promoción del patrimonio
cultural. Salvo la esporádica, precaria y superficial acción del INC al
vaivén de la política del gobierno de turno. No existe un archivo estatal ni
particular, regional ni central, ni un acopio sistemático del material o
catálogo del patrimonio cultural; de ahí que nos enfrentemos a la
fragmentación y dispersión de los repositorios estatales a la preservación e
intangibilidad del patrimonio cultural y la dificultad para realizar consultas,
investigaciones y asesoramiento a la investigación, conservación y
promoción del patrimonio cultural. El disloque generacional impide que los
ancianos transmitan a sus descendientes que emigran a la ciudad o al
extranjero para buscar nuevas perspectivas de sobrevivencias. Y,
obviamente, la falta del apoyo económico, porque ni el gobierno central, ni
las regiones, han priorizado lo referente al patrimonio cultural.

284
De hecho, los plazos cortos para promover la
historia regional serían inútiles para dar salida a estos problemas, pues son
de carácter educativo. Por de pronto, la universidad y los centros culturales
podrían “publicar documentos inéditos de interés histórico para acercarnos
a las fuentes inaccesibles. Organizar con relativa frecuencia en todos los
círculos académicos del país como de las regiones, cursos de paleontología,
etnolingüística, así como orientación metodológica, con el fin de divulgar
los modernos procedimientos en el campo de la investigación histórica y de
las nuevas orientaciones de disciplinas científica”. (Villanueva, 1991). Otra
medida, a mayor plazo, sería la pedagógica, es decir, generalizar en los
centros educativos estrategias metodológicas de la investigación en áreas
articuladas, para ir entusiasmando, entrenando y comprometiendo a los
estudiantes con los problemas, hechos históricos y mentalidades de su
localidad.
Tras este esclarecimiento, nos permitimos las
siguientes sugerencias para la preservación y promoción de nuestro
patrimonio cultural regional:
a).- Organizar un archivo regional o repositorio centralizado, reuniendo
todo el material que ahora esta disperso en los diversos organismos y
dependencias locales, tanto estatales como particulares. Tratarlos mediante
técnicas modernas de registro cibernético o computarizado de la
información.
b).- Poner al servicio local y regional el asesoramiento y trabajo científico y
su oportuna difusión.
c).- Permanente acopio e intercambio del material escrito y el registrado
gráficamente proveniente de los pueblos y localidades y bibliotecas de los
distritos de nuestra región.
d).- Realizar investigaciones en base al material recogido y promover su
investigación por otras instituciones universitarias o particulares, mediante
convenios.
e).- Difundir periódicamente las actividades de recopilación e investigación
y tener estrecho contacto con instituciones y personas especializadas en
lima, que trabajan en el mismo campo.
f).- Dinamizar y promover actividades locales afines, como encuentros,
simposios, seminarios, talleres, concursos, exposiciones, etc.; sobre todo en
el mundo escolar y académico.
g).- Auspiciar la creación de mecanismos de coordinación de acciones y el
diseño de políticas de conjunto respecto a la preservación y promoción de
la cultura regional.

285
h).- Alianza con los centros y programas educativos de la región y del
Norte Chico, estimular trabajos de cuidadosa recopilación de narraciones,
leyendas, mitos, visitas y circuitos turísticos, concursos académicos,
limpieza y promoción de los monumentos históricos; eventos de
capacitación docente, etc.
i).- Convenios con los medios de comunicación local y regional, para crear
corrientes de opinión a favor de la preservación, investigación y promoción
del patrimonio cultural de la localidad y la región.
j).- En convenio con la universidad local y el magisterio, implementar
cursos, seminarios o diplomas sobre ciencias sociales, desarrollo social,
historia regional, literatura, pedagogía, arte, desarrollo humano, patrimonio
cultural, arqueología y etnohistoria, métodos y técnicas de investigación,
museología y restauración, innovaciones pedagógicas, archivería, etc.
k).- Convenios y alianzas con el sector empresarial, municipal, regional y
privado para promover el turismo escolar y particular, la realización de
premiaciones y becas, la realización de festivales, como el cebiche, etc.
Para ayudar a la preservación y la investigación histórica.
6.- NUEVOS PARADIGMAS Y PROMOCION DE LA HISTORIA
LOCAL
Pasadas las décadas de ciencia histórica clásica y
su progresivo distanciamiento de la historiografía de raigambre marxista,
hacia la historiografía postmoderna con sus discursos de relatos y
narraciones que valoran el “contar historias”, en el mejor estilo literario.
Entre los años 80 y 90 se perfilan nuevos paradigmas: “una microhistoria,
que nos retorna al sujeto individual y local de lo histórico. La nueva
historia cultural, mas cercana a los problemas de la “represtación” de la
mediación de los lenguajes en las formas de captación del mundo por el
sujeto individual o colectivo. Y la ciencia histórica sociocultural, una forma
de resurgimiento de la historia de inspiración socio-estructural, heredera de
la historia social como de la sociología histórica” (Aróstegui, 1995).
A).- LA MICROHISTORIA: En cuanto práctica, se sustenta en la
reducción – no fragmentación- de la escala de observación, en un análisis
microscópico o estudio intensivo del material documental. Porque esta
reducción, con fines experimentales, debe revelar factores anteriormente no
observados. Se propone estudiar fenómenos socioantropológicos en su
vertiente histórica a muy pequeña escala de observación del sistema, para
poder analizar ciertos procesos más generales y tipificarlos. Por ejemplo, el
impacto de la introducción de la cerámica en la costa central a principios

286
del Formativo andino; el artesano-pescador en el diseño de las redes y los
tejidos domésticos de los yungas durante el mismo arcaico.
Es decir, ciertos fenómenos que anteriormente se consideraban
superficialmente descritos y entendido, hoy se reviste de significados
completamente nuevos al alterar la escala de relación. Con la microhistoria
se puede hablar de una historia de lo cotidiano y como una forma peculiar
de la historia narrativa, muy cerca de la que hoy llamamos historia de las
mentalidades. La microhistoria es una forma de análisis antropológico
sofisticado, argumentativa, sensible al pensamiento débil, y sobre todo, su
gran aporte es, sin duda, la atención prestada a una renovación deseable de
los estudios de la historia oral, campo ahora privilegiado para la historia
“micro” del “espacio local”, como “un caso de lo general”. Obviamente sin
desligarse ni contraponerse a lo global, estructural del proceso de largo
aliento.
B).- LA NUEVA HISTORIA CULTURAL: Es el estudio de las creencias
populares colectivas como objeto etnográfico para explicar los hechos
históricos como “textos”en los que hay un contenido simbólico; dejando de
lado lo social y complejo para adentrarse en otra de simbolismo cultural o
claramente la representación mental simbólica de los objetos culturales. Es
una exploración de la cultura como una forma de preguntar por la sociedad.
Es decir, el correlato entre historia cultural e historia social; una
penetración en la sociedad por el camino de la representación, por el cual
los individuos y los grupos dotan de sentido a su mundo, para ir en busca
de la manifestación de lo mental.
Por ejemplo, muy poco nos hemos percatado de la importancia social e
ideológica y su secuencialidad cronológica y espacial que tuvieron los
instrumentos musicales hallados en Caral, (Arcaico tardío), o los hallados
en Huaura (Horizonte tardío), amén de los instrumentos hallados (y que
siguen hallándose en muchos sitios de nuestra provincia) correspondientes
a épocas intermedias y con más de cinco mil años de recorrido histórico.
Otro aspecto, poco tratado es la presencia de oleadas de migrantes italianos
en la provincia, antes llamada de Chancay, por casi u siglo, desde mediados
del siglo XIX; su impacto cultural, su integración y aporte económico,
social y cultural.
C.- LA CIENCIA HISTORICA SOCIOCULTURAL: Desde las
canteras estructuralistas esta historia se esfuerza en conceptuar y descubrir
la real estructura oculta de la sociedad y el real proceso de cambio social.
Pretende presentarse como superadora del individualismo y del holismo.

287
Afirma que las estructuras socioeconómicas no son pautas de sucesos,
acciones ni comportamientos; ni menos reductibles a fenómenos sociales,
sino que tienen una forma de existencia “estructural”, comparativa, que es a
la vez relativamente autónoma y no se separa de la totalidad de los
fenómenos que ocurren dentro de ella. La historia social es la historia de las
estructuras sociales y requiere de una metodología relativamente distinta a
la historia de los eventos. Esto nos inclina al estudio socio histórico en el
largo plazo, con tendencia a la unificación e integración sobre la base del
estructuralismo.
Por ejemplo, estructuralmente poco se ha estudiado el proceso de la guerra
de la independencia desde el campo social, político y económico de los
pueblos involucrados en esta gesta, como es el sugestivo caso de los
poblados del Sur de la antigua provincia del Santa, como: Paramonga,
Pativilca, Barranca, Puerto Supe, Supe Pueblo, Sayán, Végueta, Huaura,
Huacho, Vilcahuaura, Ihuarí, Paccho, Santa Cruz, Ñaupay, Huachinga,
Ótec, Huaral, Chancay, entre otros; el rol histórico de sus autoridades
locales, los hacendados, los curas y sobre todo del pueblo común; que
aspiraban y esperaban de su participación, cómo entendían este proceso
militar emancipador. Imbuidos todos de un indescriptible –no tan
repentino- fervor patriótico. Aspectos muy poco tratados por la historia
oficial o escolar. O sobre la historia de la educación en la provincia de
Huaura, la escuela, sus maestros, las pedagogías y sus eximios discípulos
durante la república, la historia de lo cultural e ideológico articulado con el
rudimentario sistema educativo nacional republicano.

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PERIODO DE TRANSICIÓN. COLONIAL VS.


INCA: EL CASO DE LA SIERRA DE LIMA
Lic. Guido Casaverde Ríos 44
Introducción
Me vi obligado a escribir este artículo, cuando notaba que entre
mis colegas se hablaba de kallancas indistintamente localizados en varios
asentamientos prehispánicos, principalmente de la sierra de Lima y cuyas

44
Instituto Nacional de Cultura-Dirección de Arqueología - SDIC

291
ventanas no eran trapezoidales, siendo además las únicas existentes en
todo el asentamiento. Mi experiencia en el campo y el participar en el
Proyecto Qhapaq Ñan me permitió acceder a otros casos similares. Aquí
comparto lo observado y hago un llamado de atención sobre ellos.
Durante muchos años las investigaciones arqueológicas sobre lo
Inca han aceptado categóricamente la presencia de un patrón arquitectónico
Inca en los sitios arqueológicos.
En el Proyecto Qhapaq Ñan, se definió en el 2003 como indicador
para la identificación de los caminos Inca a las estructuras religiosas
coloniales (Guía de Caminos), ya que muchas de ellas se construyeron
sobre estructuras religiosas Inca que estaban asociadas a las plazas en los
asentamientos Inca y los cuales a su vez estaban comunicados por
intermedio de caminos al Tahuantinsuyu, de la misma manera, las
estructuras religiosas coloniales ocupaban un lugar privilegiado en el
nuevo asentamiento español por lo cual estaban vinculados a los
principales accesos.
Lo Inca
En el periodo anterior a la conquista hispana, el panorama social y
geopolítico de los andes, estaba organizado y dirigido por el estado Inca,
por lo cual, en los distintos ámbitos del Tahuantinsuyu se construyeron un
sistema de establecimientos estatales, los mismos que estaban integrados y
articulados por medio de una red de caminos, estos establecimientos
podían ser desde los grandes centros administrativos como Pumpu,
Huánucopampa, Vilcashuamán, etc, hasta los famosos tambos instalados
estratégicamente para la administración Inca. Sin embargo, no todas las
edificaciones Inca, tales como: kanchas, kallancas, colcas, etc., del patrón
Inca, estaban presentes en todos los asentamientos del ámbito
Tahuantinsuyu.

El estado Inca aplicó varias estrategias para el dominio y control


de los territorios conquistados, en muchas de ellos podían construir
suntuosos templos, con el patrón característico Inca y con su estilo
cautivante del acabado pétreo, en otros casos, sus construcciones podían
mantener estos patrones, pero tenían un acabado rústico, o simplemente
estaban ausentes, como es el caso de la región de Chaclla – Huarochirí
(Lima), donde a la fecha poco o casi nada se ha reportado sobre la

292
existencia de estructuras Inca, debido quizás, a una alianza entre los Inca y
los Huarochiranos como señalan los documentos.

Durante el dominio Inca las construcciones se efectuaron en


muchos casos de acuerdo a una política de control administrativo, en el
caso de los asentamientos de los grupos étnicos conquistados, estas podían
tener alguna que otra construcción Inca presente, o tal vez por el tipo de
mecanismo de control, ésta no era necesaria como en el caso de Chaclla.
En la sierra de Lima varios asentamientos de los grupos étnicos no
muestran necesariamente una construcción Inca definida, de ello inferimos,
que quizás el tipo de tratamiento político Inca -como el de una alianza-,
condujo a la no necesidad de manifestar una fuerte presencia arquitectónica
Inca y si posiblemente, a mezclar o combinar el estilo de arquitectura local
con el patrón Inca; tema que aún no ha sido desarrollado o estudiado
debido al poco interés que suscita el periodo anterior e inmediato al Inca.
Lo Hispano
Años más tarde, los hispanos se posicionan de las edificaciones
Inca, construyendo sobre ellas y/o trasladándose dentro del eje de la red de
caminos o simplemente construyen fuera del Sistema Vial Inca en una
directa asociación a la apertura de nuevos centros de producción colonial
hispano. Al menos se tiene información sobre las reducciones Toledanas
del siglo XVI, en el cual se trasladan y unen poblaciones autóctonas
enteras a zonas estratégicas accesibles para la administración colonial, sin
embargo se sabe poco sobre los años anteriores previos a las reducciones.

Al llegar los hispanos al Tahuantinsuyu, se establecen y posicionan


de las distintas regiones ya sea para controlarlas y así contrarrestar una
posible reacción Inca, recuérdese que existe una alianza de por medio entre
los hispanos y los Huancas, como también una férrea unión de los
Chachapoyas, Yauyos-Huarochiranos con los Inca; quienes los apoyan en
el famoso cerco de Lima y Cusco para retomar el poder. Tales
acontecimientos habrían permitido que los hispanos empiecen a copar
asentamientos estratégicos locales en previsión de sublevaciones o
rebeliones y en consecuencia habría una cohetaneidad en los indicadores
materiales del registro arqueológico entre los grupos étnicos y los hispanos,
por otro lado, la religión católica tenía como objetivo cristianizar a éstas

293
poblaciones, con la cual se debía también controlar y apaciguar la fuerza de
las Huacas andinas.
En la sierra de Lima se encuentran un sin-numero de sitios
arqueológicos los cuales mediante un exhaustivo estudio pueden quedar
definidos dentro de los territorios de los grupos étnicos como los de
Cajatambo, Canta, Chaclla, Huarochirí, Yauyos, Atavillos etc. En muchos
de estos sitios se han reportado la existencia de estructuras gigantescas
parecidas o semejantes a la kallanca Inca. El periodo Inca es comprendido
cuando se presenta con patrones estandarizados en su momento de
despegue de la región de Cusco y su expansión inmediata, más no se
conocen los periodos de transición entre lo anterior y el nuevo proceso de
cambio, del mismo modo ocurre entre lo hispano e Inca, a tal punto que se
acepta tácitamente que la presencia colonial se dio a partir de las
reducciones coloniales, con lo cual antes de ellas no pudo haber restos de
presencia colonial en los sitios prerreducciones, como es el caso de los
asentamientos de los grupos étnicos o de los establecimientos Inca. Sin
embargo -como hemos manifestado líneas arriba- los españoles antes de las
reducciones, tenían que convivir con los habitantes de los grupos étnicos-
para dominarlos y/o administrarlos y también adoctrinarlos- con lo cual se
tenían que habilitar estructuras o espacios arquitectónicos en su mayoría
del tipo religioso, en muchos casos, dada la similitud arquitectónica
espacial entre la kallanca Inca y las estructuras religiosas coloniales
muchas de las primeras fueron habilitadas y transformadas para tal función,
ya que las kallancas que podían tener también una connotación religiosa,
era la más factible para los hispanos en tratar de invertir y contra-restar los
efectos sacralizadores del panteón andino, interponiendo la infraestructura
cristiana sobre los sitios sagrados Inca.
Del mismo modo como ocurriría con los asentamientos locales,
hemos dicho que la presencia Inca -en cuanto a arquitectura se refiere- no
se dio de manera uniforme en todos los asentamientos locales; dada su
importancia estratégica, como por ejemplo ser capital de un grupo étnico o
un importante santuario religioso y que de acuerdo a las decisiones de ésta
administración Inca, estas podían contar o no con patrones arquitectónicos
Inca. En consecuencia en los sitios que no las tenían, la presencia colonial
se daría en muchos de los casos por medio de una estructura religiosa muy
parecida a la kallanca Inca.

Estructura Religiosa Española

294
Las primeras estructuras religiosas peninsulares del siglo XVI, se
caracterizan por presentar una nave principal con una sacristía anexa,
espacialmente estaría compuesta por una estructura alargada (nave) y una
estructura cuadrangular anexa ubicada al costado a la altura de uno de los
extremos de la estructura rectangular (sacristía), los tamaños de dichas
estructuras varían pudiendo ser desde grandes entre 30metros de largo
hasta de 15metros Estas estructuras están presentes en varios sitios
arqueológicos y son confundidas como una kallanca Inca modificada en
tiempos hispanos.

Sacristía

Nave

Fig. Nº 1: Croquis de una estructura religiosa colonial en el sitio arqueológico de Tranca - Pasco,
asociado al camino Inca de Callejón de Huaylas a Pumpu. Obsérvese los elementos arquitectónicos
asociados y distintivos de la arquitectura colonial. Tiene unos 15m de largo por y 7m de ancho. Fuente
Proyecto Qhapaq Ñan 2004. INC. Arqueólogo José Quinto Palacios.

Sin duda para llegar a éstas conclusiones valederas los argumentos


deben ser sólidos, y en realidad un supuesto indicador no puede definir una
validez temporal, en este caso, una sola kallanca no puede definir una
presencia Inca en un asentamiento local, habrían que concurrir y recurrir a
otros indicadores -para aseverar una conclusión de ése tipo-, tales como,
presencia de kanchas, o de colcas en las inmediaciones, red de caminos,
etc. puesto que se daría el caso de ser una estructura colonial religiosa y no
una kallanca Inca supuestamente modificada.
Provincia de Cajatambo: Caso Mangas
A fines del siglo pasado efectuamos una serie de investigaciones
en la región de Cajatambo, antigua provincia reconocida en la época
colonial; específicamente en la localidad de Mangas, hoy ubicada en la
provincia de Bolognesi, región Ancash, en el lugar se identificó una
presencia Inca muy marcada, ya que existe el camino Inca que la atraviesa
y une el Callejón de Huaylas por el norte, yendo hacia la localidad de

295
Pumpu en Junín por el sur. Además muy cerca del actual pueblo de
Mangas existen dos sitios Inca: Llamoc I, II y Llamoc III, la primera se
caracteriza por presentar una estructura circular de un diámetro
aproximado de 10metros junto con 09 colcas rectangulares alineadas y
Llamoc III, el cual está formada por una línea de colcas circulares y
terrazas de posible función funeraria, estos dos sitios se hallan vinculados
al camino que va de Cajatambo rumbo a la cordillera del Callejón de
Huaylas. A poca distancia se halla el poblado de Mangas, el cual es una
reducción colonial; con su plaza, y su construcción religiosa que la domina,
separada de la nave principal se encuentra la torre campanario; tanto la
construcción religiosa, y el campanario están asociados al camino Inca, y a
unos 500metros al noreste se ubica el sitio de Arapayoc; del periodo
Intermedio tardío, con un patrón aglutinado, en el cual aún, no se han
reportado componentes arquitectónicos Inca.
En las fotos aéreas de Mangas se advierten que estos sitios de los
distintos periodos, se encuentran vinculados al camino Inca como lo
señalamos en un inicio, sin embargo a pocos metros del sitio de Arapayoc
aparece una estructura rectangular de grandes proporciones semejante a
una kallanca; en una visita de campo pudimos comprobar que dicha
estructura rectangular formaba parte de una estructura religiosa colonial, ya
que se observa la sacristía asociada a la nave principal. Los pobladores de
Mangas relatan que cuando llegaron los españoles, se tenía pensado fundar
Mangas al pie del conjunto Arapayoc; pero al parecer dicha propuesta no
prospero, y se tuvo que construir Mangas mas arriba donde actualmente
ésta ubicada, quedando como único testigo de tal intención la estructura
religiosa colonial.

Sitio arqueológico Arapayoc

Estructura religiosa católica

Camino
Inca

296
Pueblo de Mangas

Fig. Nº 2: Localidad de Mangas y alrededores, con el sitio arqueológico de Arapayoc, la


estructura religiosa, Camino Inca y el poblado de Mangas. Foto aérea Nº 10749 del año
1960.

Camino al sitio
Arapayoc

Fig. Nº 3: Detalle de la foto aérea anterior, que muestra la nave principal de la


estructura religiosa católica y la sacristía anexa.

297
Fig. Nº 4: Ubicación de los sitios arqueológicos tardíos de la sierra de Lima y áreas colindantes
donde se ha reportado la existencia de estructuras religiosas coloniales.

Entre otros sitios del Horizonte Tardío que presentan


estructuras religiosas coloniales están, Tunshuhuilca, Chuya,
Tranca, Ñawpahuasi, Huamanmarca, sitios que serían ocupados y
modificados por los españoles; pero no sólo la estructura religiosa
colonial alargada (nave y sacristía) debe ser tomada en cuenta
como indicador de un periodo de transición, aquí deben estar
comprendidos todos los elementos constructivos del periodo de la
administración española entre los siglos XVI y XVII como la torre
campanario o los Ingenios mineros. Sin ir muy lejos, la torre tipo
campanario ha sido confundida como una estructura de época Inca,
en el sitio arqueológico Pueblo Viejo de Recuay o también conocido
como Sulcarecuay en el Callejón de Huaylas (Ancash), se señala a
ella como el “Castillo” o el “edificio alto” (Tantalean y Pérez 2003)
(Angélica Alcalde 2003), por las características que tiene, esta es la
torre del campanario que fue construido allí, como lo fue en
Mangas. De la torre de Mangas -por información etnohistórica- se
sabe que, debajo de ella existía un puquial donde emanaba agua, y
en algunas ocasiones recibía ceremonias o ritos de sacerdotes
andinos. Las investigaciones sobre la palabra Uhsnu señalan a los
puquiales como equivalentes, tal situación fue conocido por los

298
adoctrinadores hispanos en Mangas para lo cual construyeron un
campanario sobre ella, con el fin que el tañir de sus campanas
callen el clamor de las huacas, algo que quizás también ocurrió en
pueblo Viejo de Recuay.

Fig. Nº 5: Vista de la estructura


religiosa tipo campanario
del sitio arqueológico de
“Sulcarecuay” o “Pueblo
Viejo de Recuay”, Ancash.
Foto archivo Proyecto Qhapaq
Ñan 2003. INC. Informe de
Campo Lic. Joseph Bernabé
Romero.

En conclusión esclarecer el periodo de transición


de lo Inca a lo colonial, debe apoyarse en un buen registro de los sitios
arqueológicos y el cual debe comprender un estudio de las fuentes
documentales históricas para aclarar las confusiones que la limitada
información de campo pueda dar. Si bien la kallanca fue uno de los
símbolos de la arquitectura de poder Inca en los distintos asentamientos, la
estructura religiosa colonial impuesta indistintamente sobre lo local e Inca,
debe ser considerada como elemento de transición y de convivencia. Mas
allá queda por resolver el problema de la edificación de poblados
tempranos coloniales que a la fecha crean confusiones cronológicas. Sin
duda mientras mas se conozcan los periodos de transición tanto anterior y
posterior a lo Inca, con mayor razón podremos definir éste período de los
hijos del Sol.

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Arqueología de la Sierra de Ancash. Propuestas y Perspectivas. Bebel Ibarra
Asencios (Editor).

LA CASA HACIENDA “EL INGENIO” DE HUAURA45


Ing. Manuel Augusto Ingunza Simonetti46
La casa hacienda de “El Ingenio” fue el escenario
donde después de vivir el General don José de San Martín desde el 5 de
diciembre de 1820 en que llegó de Supe, hasta el 28 de ese mes, en que se
dirigió a Sayán; la convirtió además en el nuevo cuartel general desde su
retorno de Retes el 18 de Enero de 1821, permaneciendo aquí en forma
intermitente debido a los continuos desplazamientos que le imponía su
propia responsabilidad.

45
Resumen del discurso de orden en la sesión solemne efectuada en la casa Hacienda “El
Ingenio” de Huaura, celebrando su histórica apertura como Casa-Museo.
46
Vicepresidente del Instituto Sanmartiniano del Perú.

300
Uno de tales desplazamientos tuvo lugar con
motivo de la conferencia pactada entre el virrey La Serna y el general san
Martín, que tuvo lugar en Punchauca el 2 de junio de 1821, después de la
cual el libertador se reembarcó en la goleta “Montezuma” que ancló en el
callao a la espera de la respuesta prometida por el virrey. Según se dijo, el
último embarque del general San Martín con destino al callao, lo hizo por
la Caleta de Carquín por estar estrechamente vinculada a Huaura. Como se
recordará, a consecuencia de la contrapuesta del virrey, se determinó que
San Martín gobernaría desde el río Chancay hacia el norte. Sucesivos
armisticios se firmaron a la espera que los representantes de ambos bandos
llegaran a un acuerdo, en las reuniones que tuvieron a bordo de la fragata
“Cleopatra” frente al Callao. En tales circunstancias y cuando San Martín
se encontraba a la expectativa, se produjo la evacuación de la ciudad de
Lima por las fuerzas realistas y poco después la entrada del ejército
Libertador a la capital. Mientras tanto, el coronel Gregorio de Las Heras y
sus oficiales, continuaron en este su Cuartel General preparándose para lo
que podría ser el armisticio final o el agravamiento de la guerra blanca que
venían sobrellevando. Podemos asumir, por lo anotado, que esta casa sirvió
durante más de siete meses como vivienda oficial del general San Martín y
seis meses aproximadamente como Cuartel General del Ejército Libertador.
En la actualidad incorporamos la casa hacienda
“El Ingenio” al circuito turístico de Huaura, convirtiendo simbólicamente
una casa vetusta y olvidada, en el santuario destinado de ahora en adelante
a honrar la memoria del Fundador de la Independencia del Perú y la todos
sus soldados, muchos de los cuales yacen enterrados en la catacumba de la
iglesia de San José, aledaña a la casa, y en los improvisados campo santos
de los alrededores, muertos a consecuencia de las epidemias, allá por el
mes de febrero de 1821, cuando fallecieron de cien a ciento veinte hombres
diarios por no contarse con el antídoto necesario para contrarrestar la
enfermedad. Unos 60 oficiales tuvieron el mismo fin.
“El Ingenio” tuvo una existencia interesante desde
la fundación de la villa de Carrión de Velasco en 1597, erigida sobre el
pueblo de Huaura de muy antigua data. En ese entonces el capitán Juan
Fernández de Heredia manifestó que la mayor parte de las tierras de Huaura
eran suyas. En 1658 el Capitán Juan Infante Trujillo arrendó a don
Francisco Alguacil de Paredes la hacienda “El Ingenio” y otras tierras con
un total de 150 fanegadas. En 1684, el Capitán don Juan Infante Trujillo
cedió su hacienda al colegio de los Desamparados de Lima, dependiente de
la Compañía de Jesús, habiéndola recibido el padre Jacinto de Arrué.

301
Cuando los jesuitas fueron expulsados perdieron todos sus bienes, “El
Ingenio” de Huaura pasó a poder del Estado español y luego fue adquirida
por el Maestre de Campo don Francisco José de La Puente y Sandoval,
perteneciente a la orden de Santiago, que desde el 1º de enero de 1777
desempeñó la Alcaldía de Lima conjuntamente con don Felipe Sancho
Dávila y Salazar. La siguiente propietaria parece haber sido doña Joaquina
de Salazar y Gaviño, de quien la heredó su hermano y albacea don Manuel
Salazar y Vicuña en 1814. Después de pasar por varios otros propietarios,
actualmente lo posee el grupo Wong.
Cuando San Martín desembarcó con su estado
mayor el día 13 de noviembre de 1820 en la playa de Huacho, vivían en el
pueblo 1 500 almas y otros mil en la campiña, pero fueron pocos los que
bajaron a la playa porque el virrey Pezuela había decretado pena de muerte
para todos aquellos que no abandonasen sus casas a la llegada de la
escuadra de los insurgentes, según narración de Diego Paroissien, Ayudante
de Campo del general San Martín. Sin embargo pronto perdieron el temor y
empezaron a llegar hasta convertirse en multitud, que empezó a vivar al
General San Martín mientras se dirigía con sus oficiales al pueblo,
ocupando varias casas particulares de muy precaria construcción. Entre los
que se acercaron a presentar su saludo estuvo el dueño de la hacienda “El
Ingenio”, don Manuel Salazar Vicuña, quien obsequió al Libertador un
corcel blanco ricamente enjaezado, y algunos pilones de azúcar refinada; y
para los oficiales envió dos barricas de vino y cuatro arrobas de azúcar.
Además, puso a disposición del general su casa hacienda, sus esclavos y su
fortuna. Para entonces, todas las tropas realistas asentadas en la zona,
incluyendo al batallón “Burgos” se habían retirado hacia Chancay.
Por su parte el general San Martín le informó al
Coronel José Ignacio Zenteno, ministro de Guerra de Chile, su llegada a
Huacho, las operaciones de desembarco y desplazamiento de fuerzas,
incluyendo el reconocimiento militar (que incluye un plano topográfico)
que hizo el Teniente Coronel Alberto D’Alve, después de hacer un
reconocimiento militar de Huaura y Supe. Manifiesta que el día 14 mandó
construir tres reductos en las alturas del puerto de Huacho para su defensa,
siendo el principal el que coronó el peñón de Carquín, así como un muelle
para la comodidad del desembarco, que quedó concluido el día 15. Sin
mayor demora ordenó que toda la infantería se dirigiera a Supe a órdenes
del Coronel Mayor Las Heras, mientras que el Regimiento de Granaderos a
caballo lo envió a Huaura y el Regimiento de Cazadores permaneció en
Huacho. El día 18 el General se dirigió a Huaura y el 19 llegó a Supe.

302
Según los documentos de la época, en Huacho y
Huaura se formaron de inmediato en esos días tres escuadrones con 700
hombres a caballo, llamado de Cívicos, que lo integraban los patriotas de
esos pueblos, así como una compañía de infantería de cien plazas. Esa
fuerza tenía como Comandante en jefe, al Teniente Coronel Manuel de
Salazar y Vicuña, propietario de la hacienda “El Ingenio”, con
nombramiento de fecha 24 de noviembre de 1820.
San Marín permaneció en Supe 15 días y a partir
del 5 de diciembre se instaló en la casa hacienda “El Ingenio” como lugar
de residencia, pero utilizando la casa del balcón de Huaura como Cuartel
General. Ya hemos visto que el 26 se dirigió con su ejército a Sayán y
luego a Retes, de donde volvieron quince días después, trasladando su
Cuartel General a “El Ingenio” desde el 18 de enero de 1821, debido a que
estaba mejor situado y requería de mas espacio para trabajar, si tenemos en
consideración que muchos patriotas se habían incorporado a su ejército,
además de las tropas de Álvarez de Arenales, el batallón “Numancia” e
infinidad de desertores del Ejército Realista, sin contar con los importantes
refuerzos peruanos llegados de Lambayeque y Trujillo.
El 15 de enero de 1821, el Ejército libertador
estaba constituido por el efectivo siguiente:
- Infantería: 5 545 hombres.
- Caballería: 746 hombres.
- Artillería: 408 hombres.
TOTAL: 6 699 hombres.
La plana mayor estaba constituida por:
- General en jefe: Don José de San Martín.
- Secretario de Guerra y auditor: Dr. Bernardo Monteagudo.
- Secretario de Hacienda y Gobierno: Dn Juan del Río.
- Jefe de Estado mayor: Crnl. Myr. Juan Gregorio de Las Heras.
- Ayudantes: Diego Paroissien y Tomás Guido.
A ellos se unieron el Dr. Fernando López Aldana,
el Crl. Agustín Gamarra, basilio Cortesana, Manuel Laiseca, Joaquín
Campino y muchos otros que prestaron su más amplia colaboración.
Muchas de las disposiciones iniciales del general
San Martín, fueron trabajadas, discutidas y promulgadas en el Cuartel
General instalado en esta casa hacienda y no en la casa del balcón como

303
podría pensarse. Así por ejemplo tenemos el “Reglamento Provisional que
establece la demarcación del territorio que ocupó el Ejército libertador y la
forma como debía administrarse hasta que se instalase una autoridad
central”, dado a conocer en este Cuartel General el 12 de febrero de 1821.
Fue allí donde se creó entre otros el Departamento de la Costa, constituido
por los partidos de Santa, Chancay y Canta, con su sede capital en Huaura.
Otro decreto importante se refiere a la recaudación de aportes voluntarios
de los ciudadanos para auxiliar al Ejército Libertador, garantizándose su
devolución por el Estado con un interés del 6 % al año. Este decreto se
expidió el 1º de marzo de 1821 y tuvo gran acogida. El 21 de febrero ya se
había expedido un decreto por el que se instaba a los negros esclavos a
enrolarse en el Ejército y tomar las armas, quedando libres del dominio de
sus amos, a quienes se ofreció pagar el valor de cada uno. Según el propio
San Martín, esta medida se tomó “para contrarrestar el decreto del virrey de
fecha 7 de febrero que armaba a mil quinientos esclavos negros para
combatir a las fuerzas patriotas.
Antes de dar término a esta breve reseña histórica,
deseo incidir en el hecho de haberse traficado demasiado con las versiones
vernaculares de los acontecimientos ocurridos en Huaura y pueblos
aledaños. Así por ejemplo, en diciembre de 1920 apareció en la revista
“Variedades”, el testimonio de un negro, nieto de esclavos, que
públicamente dijo en un aniversario del primer grito de Libertad, que su
abuela Mónica Reyes, que murió de 110 años, le contó que San martín
desembarcó en la isla Martín y luego en la caleta de Végueta, acompañado
de su esposa doña María Dolores Remedios, describiéndola como una dama
llena de atributos. Que los dueños de la hacienda “El Ingenio” eran los
condes de Monteblanco y que el 18 de marzo, día de San José, el
Libertador dispuso que se celebrara ua fiesta en su honor, lo que se hizo
con toda solemnidad en la iglesia de la hacienda, proclamando San Martín a
San José como patrón de los trabajadores peruanos. Como es fácil deducir,
estas narraciones a excepción de la que se refiere a San José, pero el 19 de
marzo, no son sino especulaciones folclóricas que deben descartarse, por
ser producto de la imaginación y no del estudio serio y responsable,
respaldado por documentación fehaciente o el testimonio indudable de los
protagonistas.
Finalizo el aspecto histórico, rindiendo homenaje a
don Manuel Salazar y Vicuña, prócer de la independencia, que con el grado
de Teniente Coronel fue designado por San Martín, Comandante en Jefe del
Regimiento de Cívicos de Huaura y huacho, siendo promovido a la clase de

304
Coronel el 13 de Setiembre de 1822. Elegido diputado por Huaylas, fue
integrante del Primer Congreso Constituyente. Fue elegido Alcalde
Constitucional de Lima, asumiendo el cargo el 24 de julio de 1825; asumió
la Prefectura de Lima el 9 de diciembre de 1825, siendo distinguido con la
Medalla Cívica por el Congreso. Fue elegido diputado por Lima en 1826,
continuando con sus funciones edílicas hasta 1828. Gracias a patriotas
como este insigne ciudadano, que contribuyó ilimitadamente con esta
hacienda, su fortuna y su propia persona, fue que el General San Martín
alcanzó éxitos insospechados en su expedición al Perú.
La ley Nº 9636 del 28 de octubre de 1942, declaró
Monumentos Históricos Nacionales, las casas de Pisco y Huaura en donde
se hospedara el Generalísimo don José de San Martín, y ordenó que el
Poder Ejecutivo disponga lo conveniente para el cuidado y conservación de
dichos inmuebles. Letra muerta, pues como sabemos, el Gobierno no se
preocupa por la cultura.

IGLESIA Y TORRE EXCENTRA DE RAPAZ

Miguel Silva Esquen.


INTRODUCCION
La Provincia de Oyón se encuentra ubicado en la parte Nor este del
departamento de Lima, siendo su capital el pueblo de Oyón. La comunidad
campesina de San Cristóbal de Rapaz, se encuentra en el distrito de Oyón,
provincia de Oyón, a 3,900 m.s.n.m. Limita por el norte con la comunidad
de Oyón, por el sur con el distrito de Santa Leonor, por el este con el
departamento de Pasco y por el oeste con el distrito de Pachangaza. Se
llega partiendo de Churín (2,080 m.s.n.m.), por un camino de trocha, que

305
durará cuatro horas aproximadamente, se llega a Rapaz. Según el censo de
1993 tiene una población de 711 habitantes. El paisaje de la zona, hace
apaciguar el tiempo de viaje. Rapaz tiene orígenes desde la época pre-inca,
como lo prueba la existencia de centros arqueológicos como
Huaychaomarca, Pilaugayan, Huamanmarca y Gupa. En la época incaica
tuvo como centros poblados los sitios de Rapazmarca, Lamash, Pinchulin y
las fortalezas de Huamanmarca e Intigaga, los santuarios de Pilaupampa y
Ragapata. Durante la época colonial el pueblo fue dividido en dos barrios:
Lamash y Allauca.
La iglesia de Rapaz se encuentra ubicada en la plaza principal de la
comunidad campesina de San Cristóbal de Rapaz y fue construido en el
siglo XVII. El área total de construcción de la iglesia es de 235 metros
cuadrados, siendo el área de la sacristía de 40.2 metros cuadrados. Para una
mejor explicación de estos monumentos, vamos a describirlos por sectores
1.-LA IGLESIA.- Ubicada a un lado de la plaza principal, no tiene torres,
ni campanarios. Posee dos puertas: una principal (lado sur) y la otra lateral
(lado oeste). Ambas tienen en la parte superior del frontis, decoraciones de
pinturas murales, algo deterioradas por la inclemencia del tiempo, donde es
posible observar representaciones de flores, arabescos y columnas, en
colores rojo, verde, naranja y azul .La puerta principal, tiene en la parte
superior central un pequeño balcón de madera, flanqueado por dos
imágenes religiosas pintadas, como si estuviesen en hornacinas. El techo
del templo, como en muchos de la zona, ha sido remplazado por la
calamina.
2.-EL ALTAR.- De estilo barroco, resalta los colores dorado, rojo y verde.
Es preciso observar en el primer nivel (lado izquierdo), en pintura mural, la
inscripción: Se acabó de dorar de 1773.
En la calle izquierda, primer nivel, ubicamos la imagen de San Cristóbal,
igual en el segundo nivel. En la calle principal, en el segundo nivel la
Virgen de la Natividad .En la calle derecha primer nivel a San Francisco de
Asís y en el segundo nivel a San José. En el ático a Dios Padre.
Acompañan en la decoración, ocho columnas salomónicas mayores y
cuatro menores, decoradas con flores.
3.-RETABLOS.- Existen dos:
A.- Santa Rosa de Lima.- Ubicada al lado derecho. En la parte superior
en escultura y de color dorado el Espíritu Santo , debajo de éste , en una
pequeña hornacina y en pintura mural esta San Juan Bautista ( iconografía :

306
cordero y báculo) . Debajo la imagen de Santa Rosa de Lima, flanqueada
por columnas salomónicas. Al igual que el altar mayor, tiene los colores
dorado, rojo y verde.
B.-Cristo Crucificado.- Ubicado al lado izquierdo, decorado igual que el
retablo de Santa Rosa de Lima. Tiene en la parte central, la imagen en
escultura de un Cristo Crucificado, en cuyo fondo, podemos ver en pintura
mural, hacia el lado derecho enmarcado en un cuadro la imagen de la
Verónica, sosteniendo en sus manos un paño con el rostro de Cristo, hacia
el lado izquierdo a San Juan. En la parte superior, un cielo con estrellas en
el cual se observa a la luna y al lado izquierdo al sol.
4.- PINTURAS MURALES.-Es el gran trabajo dejado, en esta iglesia. Lo
más probable es que existan varios pintores (por el estilo), en diferentes
épocas. Para un mayor análisis de las pinturas, también se han dividido en
sectores:
A.- Arco Toral.-Esta parte, que separa la capilla principal del cuerpo de la
iglesia, esta muy decorado .En la parte central superior, observamos a la
Virgen María vestida de blanco y coronada, con un fondo de color rojo
encerrada en una especie de nube. Esta representación está flanqueada por
jarrones de color plomo, conteniendo flores en color amarillo. A la vez
acompañan un poco más debajo de los jarrones, la representación de tres
ángeles en unas nubes. Hacia abajo, en el lado izquierdo la figura de San
Marcos (iconografía: un león), sosteniendo una pluma en la mano derecha y
un libro en la izquierda. Con las mismas características, hacia el lado
derecho, está representado San Lucas (iconografía: un toro), ambos
personajes de túnica blanca y un manto azul, y como fondo un círculo rojo.
En las columnas del arco toral, encontramos al lado izquierdo a San Juan
(iconografía: un águila), y al lado derecho a San Mateo (iconografía: un
ángel). Al igual que las dos figuras anteriores, poseen un libro y una pluma,
pero la vestimenta es diferente, la túnica es de color azul y manto rojo para
San Juan y túnica rosada y manto azul para San Mateo, estos dos
personajes, están parados sobre un pedestal. Hasta aquí vemos a los cuatro
evangelistas. En el interior de estas mismas columnas ( mirando hacia la
nave ) , hacia el lado izquierdo la pintura de San Pedro ( iconografía : llaves
y libro en las manos ) y San Pablo ( iconografía : libro y espada en las
manos ) , ambos con túnica de color verde y manto rosado , parados sobre
un pedestal de colores rojo y verde. Debajo, en la parte interior del arco,
resaltan decoraciones pintadas de flores.
B.- Pared Derecha.- Encontramos las siguientes pinturas:

307
-Virgen de las Mercedes.- Ubicado al lado derecho del retablo dedicado a
Santa Rosa de Lima (ya descrito). En esta pintura, observamos a la Virgen
de la Merced en la parte central con hábito blanco, escudo mercedario en el
pecho, en la mano derecha lleva unos grillos y en la derecha un escapulario
(símbolos de la libertad de los esclavos y de los cautivos). Es coronada por
un par de ángeles en cuya mano derecha sostienen la corona de la virgen y
en la izquierda una pluma. Como fondo el artista ha representado a la
virgen en un altar de madera (por el color marrón) y sobre un pedestal,
flanqueado por un par de jarrones conteniendo flores (uno a cada lado). En
la parte lateral, hacia el lado derecho de la virgen, la figura de San Ramón
Nonato y al izquierdo, la del fundador de la orden, San Pedro Nolasco .A
los costados, el pintor ha representado como portadas o columnas (?)
decoradas con flores y arabescos, en colores verde, marrón y azul.
Debajo de la Virgen de la Merced, se encuentra pintado dentro de un
círculo, la siguiente inscripción: Esta imagen mando pintar Dn. Luis de
Beteta y Dña. Narcisa de Retuerto.
-El Juicio Final.- Está algo deteriorada en su parte inferior. El artista ha
representado a la pintura enmarcada en madera. En la parte central superior
está la figura de San Miguel Arcángel, portando en su mano derecha una
espada de fuego y en la izquierda una balanza. El demonio está a sus pies,
portando en una de sus manos una especie de hoz. Para el lado izquierdo
del arcángel, se representa a una iglesia que tiene tres torres, un querubín,
una cruz y la muerte. Hacia el otro lado, la muerte porta en la mano
izquierda una hoz, un querubín, y entre las nubes un ángel, abriendo sus
brazos hacia delante, como queriendo ayudar a las ánimas que se
encuentran quemando en el infierno (suman 33 rostros), uno de estos
parece ser llevados por unos demonios, estos a la vez se mezclan con
personajes de sexo femenino en su mayoría. Existen dos demonios a los
costados (uno a cada lado) con cuernos y desnudos, posiblemente atrapando
o tentando a una mujer vestida con traje andino.
-San Cristóbal.- Al igual que la descripción anterior, esta pintura, está
rodeada con un marco pintado de color azul. El personaje central (algo
tosco, en sus proporciones, posiblemente debido a que el santo fue
relativamente alto) representa al mártir de Siria; San Cristóbal. Este santo,
en su iconografía porta un báculo de una palmera, en su mano, pero acá no
sucede lo mismo, lleva posiblemente un árbol de la zona. San Cristóbal,
porta una túnica de color verde y un manto beige, está cruzando el río y
lleva sobre sus hombros al Niño Jesús. Acompaña hacia el lado izquierdo,
posiblemente un monje (por poseer capucha) con hábito de color azul, en

308
cuya mano lleva una especie de bolsa. En la parte superior se ve una iglesia
con dos torres. En fotografías tomadas en 1 996 publicadas por el diario El
Comercio, se observa hacia un costado un lienzo, que esta representando a
San Cristóbal, este no posee marco, y la representación del santo es más
delicada. Tal vez esta fue hecha por un pintor profesional o con mayor
experiencia, lo contrario sucede con el autor del mural, que lo representa
con formas toscas y desproporcionadas.
-Frisos.-Es tal vez la mejor trabajada, debido a lo cargado de
representaciones de flores y arabescos, en colores azul y rojo .Entre ellos
según la secuencia: perro, venado, ángel, personaje encerrado en un círculo,
ángel, león, canasta de frutas, sirena tocando una guitarra, ángel.
C.- Pared Izquierda.- Hacia esta pared, se encuentra la puerta lateral, así
que tomaremos las pinturas que se encuentran bajo el coro, debido a que
llevan una secuencia.
-Primer medallón.- Con un fondo naranja y el marco en color azul,
observamos a Santa Ana (madre de la Virgen María) coronada y
ofreciéndole su mano izquierda al Niño Jesús, quien esta sentado sobre las
rodillas de su madre. Se observa una inscripción en el centro, donde hace
alusión a éstos personajes, que no son legibles por la falta de limpieza
.Decora en la parte inferior una concha, que a su vez lo acompañan un par
de sirenas (una a cada lado), mirándose de frente y agarrando los arabescos
decorativos. Casi en el centro, de estas sobresale en medio cuerpo la figura
de un perro de color plomizo.
-Segundo medallón.-Es de fondo azul, en ella observamos a la Virgen
María, sosteniendo a su hijo Jesús, yaciente, como si fuera un niño. La
virgen lleva luto. Existe una curiosidad en la cruz , acá el pintor tuvo el
error de colocar la inscripción superior : INIR , como sabemos , lo correcto
es INRI (acrónimo :Iesús Nazarenus Rex Iudedrum ), que significa Jesús de
Nazaret Rey de los Judíos .Acompañan a la cruz un par de escaleras , una a
cada lado y en la parte inferior una calavera , con un recuadro en blanco ,
posiblemente no pintado .Hacia el lado superior de la Virgen , un recuadro
que dice : Y el lugar donde Señor Jesochristo fue baxado de la cruz y
puestos en los brazos de su sacratísima madre.
El marco de este medallón es de color amarillo, y en la parte central
adornada con una concha de color rojo. En la zona inferior decoran unas
sirenas, una de ellas porta una guitarra y la otra un violín, se repiten los

309
arabescos decorativos, pero en la parte central un jarrón de color plomo con
flores rojizas.
-Tercer medallón.- El fondo es de color naranja y el marco de color
blanco con decoraciones de color verde. En ella vemos al Cristo llevando la
Cruz, posee la corona de espinas, y cubre su parte inferior un manto de
color blanco. La Cruz es de color verde, y es ayudado por un personaje.
Otro personaje lleva en su mano izquierda una espada y en la derecha un
látigo. Hay que resaltar que ambos personajes llevan vestimenta española,
no la romana, como corresponde al suceso de la época. Además tiene dos
recuadros con inscripciones, uno en la parte superior que dice: “Aquí cayo
en la primera vez”; y en el segundo ubicado en la parte inferior que dice:
“que consta de ochenta pasos q hasta ella anduvo el señor i es el lugar
donde camino rumbo a su destino”. Acompañan al medallón, en la zona
inferior, una concha de color verde, además de sirenas: una de ellas
sostiene en la mano derecha un ave y con la izquierda un arabesco con una
flor: la otra sostiene con la mano derecha un arabesco con flor y en la
izquierda un pez.
-Cuarto medallón.- Es de fondo azul y blanco, el marco del medallón de
fondo blanco con decoraciones amarillas y verdes. La concha, que se ubica
en la parte inferior es más pequeña comparada con la de los otros
medallones, es de color naranja. Esta pintura representa a Cristo
semidesnudo, atado de las manos y con rasgos de sangre en el cuerpo. Dos
personajes sostienen la cuerda que ata al redentor, y un tercero le ofrece
látigos. Estos tres personajes al igual que el anterior medallón, los
representa con vestimenta de la época colonial. Acompañan en la zona
inferior un par de sirenas, con arabescos y sostienen un pescado en cada
mano.

Estos cuatro medallones, se encuentran intercalados por cinco


especies de columnas y pilastras, cada uno de diferente color y a la vez todo
el conjunto se encuentran enmarcados de color blanco, jaspeado con
decoraciones en azul.
-Frisos.- Estos tal vez son menos decorados que la pared referida
anteriormente, sobresalen un gato, mono, cestas con panes y frutas.
-San Francisco de Asís.-Al igual que otras pinturas, éste santo se
encuentra pintado en su hornacina flanqueada por columnas talladas: El
santo se ubica sobre un pedestal decorado en rojo y verde .El fondo es de

310
color naranja, y acompañan a la imagen un gato y un florero. San
Francisco, es representado con hábito marrón, portando una cruz en la
mano derecha y un libro con una calavera en la izquierda.
-Cristo Crucificado.- Dañado por el tiempo, es flanqueado por columnas
salomónicas decoradas con ramos de uvas, sobresalen los colores rojo,
verde. Se observa a Cristo en la cruz rodeado en la parte superior por tres
querubines, un ángel a su lado derecho porta una tela blanca y del lado
izquierdo un violín. Se aprecia, a pesar de lo dañado, hacia su lado
izquierdo a dos sacerdotes mercedarios, hacia el derecho a cinco con hábito
negro (jesuitas o agustinos?) dos de ellos portando una cruz , cada uno. Un
personaje masculino y uno femenino, no reconocibles.
D.- Presbiterio.- Destacan las siguientes pinturas:
-La Sagrada familia.-Algo dañada. Observamos a la Virgen María con
hábito blanco y coronada, porta algo en su mano derecha , en el centro el
niño Jesús con hábito blanco y San José , llevando su ramo de lirio en la
mano izquierda y con hábito verde y manto naranja . En la parte central,
encima del niño Jesús se lee la siguiente inscripción: “Concedio
Indulgencia plenaria a quien dixere la oración, salutación i antífona
siguiente a señor S. Joseph.”.
-Virgen de Cocharcas.-Vestida con hábito rojo y manto azul, decorados
ambos con flores blancas, porta en la mano derecha un ramillete y en la
izquierda al niño Jesús con el mundo en sus manos. Ambos se encuentran
coronados. Son flanqueados por ángeles de mantos rojos y alas bicolores
(rojo-verde), llevando una flecha en su mano. En la parte inferior, a los pies
de la Virgen una media luna con tres querubines. Aunque algo dañada, a los
costados se puede observar flores. En la parte superior, sobre la Virgen,
existe una cinta con la inscripción: tiene sodla N S de Cocharcas de
indulbencia.
-Santa Rosa de Lima.- Ubicada en el friso, tiene como fondo el color
naranja. Lleva corona de rosas sobre su cabeza, hábito blanco y negro, y un
rosario colgado de su cuello. En la mano izquierda lleva una iglesia con dos
torres y en la derecha al niño Jesús saliendo de un ramillete de rosas
llevando el mundo en sus manos. Al lado derecho una pequeña campana de
color azul.
E.- Bajo Coro.- Encontramos las pinturas siguientes:

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-Santiago Mata diablos.-Ubicado a un costado de la pintura de San
Cristóbal. Se encuentra enmarcado en un marco pintado de color dorado, el
santo con túnica y sombrero marrón y capa roja, en sus manos porta en la
derecha una espada y en la izquierda un escudo que lleva como símbolo la
cruz, se encuentra montado sobre un caballo blanco amenazando a un
demonio que se encuentra en el suelo. Otro demonio se encuentra hacia un
extremo agarrando un fruto y hacia el otro extremo un sacerdote con hábito
blanco asombrado o huyendo de la escena. Fuera de éste contexto,
acompañan en la parte central inferior un gato y un ave. Debajo de la
pintura, en el extremo izquierdo existe una inscripción, cuyo marco está
muy bien decorado, pero es difícil determinar lo escrito , porque se
encuentra dañado , pero se recata lo siguiente : “Esta y mando pintar suya
tiban firmin año (…) acavo pintar el fesetoran”.
-Ángeles y jarrón.-Ubicado a un costado de la pintura de Santiago Mata
indios, representa a un par de ángeles sosteniendo una cesta que contiene
frutos y sobre esta sostienen un jarrón azul con flores rojas y blancas,
flanquean a éstas un par de aves blancas.
-Personajes de raza negra.- Ubicados a un lado de la pintura de Santa
Ana, Virgen María y el niño Jesús. Posiblemente esta pintura es tardía, ya
que encontrar a personajes de raza negra es poco frecuente a tan altura, lo
que se trataría de esclavos. En la parte central está una morena, que viste
blusa blanca y falda roja, porta una olla sobre la cabeza y en la mano
derecha un cucharón. La acompaña u hombre moreno, vestido de blanco
sosteniendo con la mano derecha la blusa de la morena, porta en su boca
una pipa. Ambos personajes se encuentran descalzos. Debajo de ellos,
vemos a tres personajes españoles, pintados de medio cuerpo, dos de ellos
portan documentos en sus manos. El personaje central entrega un
documento a uno que por el corte de cabello parece sacerdote de la orden
franciscana, aunque no lleva hábito de la orden, pero sostiene un
documento y sobre su hombro lleva una manta o bolsa. Debajo del
personaje central, es posible observar un rostro, que está deteriorado por el
tiempo.
-Techo.- Destacan flores pintadas sobre madera, formando cuadrados y en
cada uno representa una flor, cuyos colores son verdes, rojas y blancas.
5.- TECHO.- Este ha sido modificado y cubierto en su interior con
esterillas y en su exterior con calamina. Resaltan las decoraciones de las

312
vigas de madera, con flores en colores azul, rojo y amarillo. En cada una de
las vigas existen inscripciones, como las siguientes:
-Dios te salve + preciosísima.
-San Ange D mi gvarda. dvlse conpania
-Dios te salve. Santísimo. Joseph esposo.
-Soi de Doña. Narcisa. de Retuerto.
-Dvlsisima: María de la Merced.
-Viva S.N. Lvis. Rey de Francia. y la setensi.
-Soi del comvn. biejas. tvuertas y cojas.
-Soi de Dn. Cipriano de Gvebara. Año de 739.
-Soi del Alcald y de todos sus minstros.
-Soi del fiscal. y todas. svs solteras.
-Soi de Dn. Renjel . en 739.
-Soi de Dn. Lvis Reres de Beteta. Año de 1,737.
6.- CORO.- Es de difícil acceso, a través de una entrada ubicada hacia el
lado derecho de la iglesia. Tiene una baranda de madera, formando 18
arcos, desde aquí es posible observar mejor el techo, con sus inscripciones
de sus vigas. Conserva aún un órgano, en cuyo respaldar se observa la
inscripción: “1785 años, Martín”.
7.- TORRE.- Ubicada a unos metros, hacia el oeste de la iglesia. Su base
es de piedra y la construcción de adobe, el techo es de calamina. La
entrada, también de difícil acceso, se ubica al lado oeste. Existe la creencia,
de que las mujeres, están prohibidas de subir, ya que estas al tocar las
campanas, las rajarían. Cierto o no, resulta que las campanas están
deterioradas. Existen cuatro, cada una de diferente tamaño:
-Una de reciente confección, con fecha de 1996.
-Otra pequeña, totalmente destruida, parece ser antigua.
-Una mediana, cuya inscripción dice: “S. ROZA AÑO D 805”.
-La más grande, cuya inscripción dice: “PARA EL JOSE. BARCAS
MNSO AÑO D 1800”.
CONCLUSIONES

1.-La distancia, la altitud, el camino de trocha en mal estado y la


conversión en gran parte de la población de la religión católica a la
adventista, ha hecho que se conserven cerradas las puertas de esta iglesia y
se mantengan en su gran mayoría en buen estado de conservación sus
pinturas murales.

313
2.-Se desconoce hasta el momento la fecha exacta en que se comenzó y
termino de construir la iglesia, así como los pintores que realizaron tales
obras, futuras investigaciones, podrían explicar mejor la historia de la
iglesia y del mismo pueblo.
3.-La festividad de los patronos del pueblo no esta esclarecida, por periodos
de trabajo de las órdenes religiosas parece ser que han denominado al
pueblo y a la iglesias, es así que en documentos del siglo XVII que se
encuentran en el archivo del Obispado de Huacho, observamos tres
nombre: San Francisco de Rapaz, Santa Rosa de Rapaz y San Cristóbal de
Rapaz.
4.-Por lo que se observa son tres las posibles órdenes que se han encargado
de realizar trabajos de evangelización de los pobladores: La Orden
mercedaria (pintura mural de la Virgen de la Merced); la orden dominica
(pintura mural de la Virgen del Rosario) y la Orden franciscana (pintura
mural de San Francisco de Asís).
5.-Hay personajes mitológicos: sirenas (en algunos casos tocando guitarras
o portando en una mano un pez o un ave) y aves bicéfalas. Asimismo
animales poco usuales representados en pinturas murales de esta zona ,
como el mono, perro, gato , venado , así como leones de mirada extraña .Al
realizar el pintor estos trabajos , se deduce que no han sido realizados por
pintores de la zona , ya que ha debido de ser preparados o realizado por
pintores del exterior , muy diestros en realizar personajes mitológicos.
6.-La importancia de las pinturas debe guardar relación con el Quipu
comunal que conserva la población, ya que este es el más grande en
extensión del Perú. Habrán existido, posiblemente pobladores dedicados a
contabilizar sus productos, que los evangelizadores habrán creído borrar
completamente costumbres profanas, al adorar al Quipu (que la población
habrá ocultado) ya que hasta el día de hoy este Quipu es venerado con
ofrendas.
7.-Extraña la representación de dos personajes de raza negra, posiblemente
esclavos traídos a la zona.
8.-En otras iglesias de la zona, se ha convenido colocar un púlpito hacia el
lado derecho, aquí no lo existe, lo que se le ha dado mayor importancia a
las pinturas murales.

RECOMENDACIONES

1.-Enseñar a la población a la conservación de la iglesia, así como al quipu,


ya que a futuro puede llegar a esclarecer su historia.

314
2.-Incentivar a las autoridades del pueblo como a las provinciales , de que
es un potencial turístico , no difundido ni explotado debidamente , esto
ayudaría a mejor el acceso del pueblo , así como se debería motivar a la
población a realizar pequeñas réplicas de las pinturas murales como
trabajos artesanales y como fuente generadora de ingresos económicos.
3.-No modificar, ni hacer pinturas, ni resanaciones, por parte de la
población, todo debe ser orientado por un restaurador, así como estudiosos
del arte colonial.

BIBLIOGRAFÍA

MACERA, Pablo; Arturo RUIZ ESTRADA; Luisa CASTRO MALASQUEZ; y


Rocío MENÉNDEZ.
1995 Murales de Rapaz. Banco Central de Reserva del Perú y la Universidad del
Pacífico. Lima

VALENTÍN MONTES, Guido Amadeo


1996 Rapaz desde el fondo de los siglos. Gráfica Miller S.R.L. Lima

Diario El Comercio
15 de abril de 1996.

EL SELLO ARTÍSTICO DE LAS CIVILIZACIONES


Orlando Izquierdo Vásquez “El Tigrillo “

Es indudable que cada civilización tiene su sello propio, expresado


en gran medida en manifestaciones artísticas genuinas. Un rasgo
importante que tipifica a una civilización es casualmente su producción
musical, plástica y literaria. Desde tiempos primigenios, la humanidad ha

315
sabido exteriorizarse a través de sus danzas y melodías, de sus dibujos y
agradables atmósferas de color. Los dibujos rupestres de las cuevas nos
demuestran que los hombres antiguos ya expresaban sus sentimientos con
la línea. Los testimonios artísticos de la humanidad son pruebas más que
palpables con las que el hombre ha sido impactado por vibraciones de su
sociedad; que el hombre frente a estas circunstancias, llegó a percibir a sus
congéneres, sea individualmente o en la diversidad compleja de sus
interacciones. Por otro lado, nunca dejó de estar sometido a influencias
cercanas y lejanas de los objetos y fenómenos naturales. Siempre captó a la
sociedad y a la naturaleza en sus características cambiantes, tanto extremas
como en las honduras de sus entrañas. Las observó y sintió, según la causal
del grado de fuerza o de energía, en menor o mayor movimiento y, por
ende, en cambios permanentes. En suma, sociedad y naturaleza han
constituido para el hombre fuentes prodigiosas e inagotables de inspiración
para producir arte. Deducimos, entonces, que toda civilización, al presentar
características diferenciales, es también dueña de un arte genuino, no
parecido al de otras civilizaciones. Arribamos, así, a la conclusión de que
toda civilización es propietaria de un sello artístico auténtico.

Si nos detenemos un momento en el desarrollo


artístico – histórico de las civilizaciones, nos daremos cuenta de que el arte
jugó un rol preponderante en su vida diaria, año tras año, siglos tras siglos,
a tal situación que en la actualidad podrán reconocerse fácilmente por sus
manifestaciones culturales, específicamente artísticas.

En nuestro país tenemos una frondosa diversidad


de creaciones artísticas que identifican a sus regiones y poblaciones. Por
ejemplo, a la amazonía se le reconoce por su danza “La Pandilla”, a la
costa por su marinera, y a la sierra por su huayco; a Puno por su danza
“Las Tijeras”, a Lima por su vals, a Nazca por sus líneas, a Ayacucho por
sus retablos, a Arequipa por sus casas embovedadas de sillares, al Cusco
por su majestuoso Machu Picchu, a Huancayo por su “Huaylas”; a
Huánuco por su danza “Los Negritos”. Si nos refiriéramos a las
expresiones artísticas que tipifican a otros países, tendremos la cueca en
Chile, el tango en Argentina, la samba en Brasil, la cumbia en Colombia,
las rancheras en México, el jazz en Estados Unidos, etc.

Al detenernos en las manifestaciones artístico–culturales de los


pueblos, de los países y continentes, veremos indudablemente que, entre
ellos, se irán marcando mas diferencias. Cada civilización irá apareciendo

316
frondosamente no solo en cuanto a creaciones artísticas, sino también por
otros aspectos importantes de fuerte incidencia en su desarrollo histórico,
como son las características de la sociedad, del paisaje, del sistema de
economía y de la producción cultural en general, donde el arte se convierte
en pilar fundamental de su reconocimiento.

La identidad cultural de las civilizaciones se


fundamenta en la producción artística. Por lo tanto, podríamos arribar a la
siguiente deducción lógica: el sello artístico de las civilizaciones marca su
identidad cultural. En otras palabras, las creaciones artísticas de los
pueblos registran su reconocimiento en lo más hondo de su existencia, es
decir, en su alma, porque el arte, al final, es la expresión cristalina del alma
de los pueblos.

El sello artístico de una civilización es todo lo que


hicieron sus antepasados, poniendo en juego un altísimo poder creativo.
Este sello merece, por lo tanto, ser cuidado y defendido; en suma instancia,
merece una revalorización importante, digna, permanente, haciendo del
pasado un presente y del presente un futuro provisor, colmado siempre de
fantasías y esperanzas. Pobre de aquellos que vayan contra las
manifestaciones artístico – culturales de un pueblo, que son sagradas, por
ser producto de sus almas puras. Juntemos, mas bien, todos los esfuerzos
para revalorar el pasado artístico de los pueblos, y así fortalecer el alma del
presente para la construcción permanente de un futuro sólido para las
nuevas generaciones.

317
HOMENAJE:

AL DOCTOR
ANDRES MARMOL CASTELLANOS.

Pionero de las Investigaciones Arqueológicas en la Provincia de Huaral.

RESEÑA BIOGRÁFICA DEL DR. ANDRÉS


MÁRMOL CASTELLANOS
Sr. Tito Mármol.

318
Don Andrés Mármol Castellanos nació en Jauja el 14 de Enero de
1902, sus padres fueron Don Agustín Mármol Tudela (intelectual y
comerciante mayorista de abarrotes) y Doña Ángela Castellanos Colareta,
natural de Orcotuna, (dinámica colaboradora en los negocios de su esposo).
Andrés, pasó parte de su niñez en su tierra natal donde estudió la primaria
en la única escuelita estatal del lugar. Para continuar la secundaria se fue a
vivir a Huancayo, alojándose en casa de unos familiares maternos. Allí, en
el colegio Nacional “Santa Isabel”, cursó los dos primeros años de
secundaria; el tercero y cuarto, los siguió en Chincha Alta - tras irse donde
su hermano mayor, Pedro, que era jefe de correos y telégrafos del pueblo -
en el colegio Nacional “José Pardo”. Posteriormente, al informarse su
padre, de una dolencia que lo postraría en cama por largo tiempo, se
trasladaría al balneario de Chorrillos (Lima) para establecerse junto con sus
dos hermanas y su hermano Luís (que estaba en Jauja al frente del negocio
de abarrotes. Razón por la cual, terminó la secundaria en el colegio
Nacional “Nuestra Señora de Guadalupe”, pero, postergó su deseo de
seguir sus estudios superiores por cuidar a su padre durante la larga
enfermedad que padeció. Por eso, luego de la muerte de don Agustín,
recién en 1927 ingresó a San Marcos; y años después, el 19 de Mayo de
1931 obtuvo el título de Bachiller en Filosofía, Historia y Letras; aparte,
estudió el curso opcional de Antropología en la misma universidad y
asistió, como alumno libre, al curso de arqueología dictado por el sabio
Julio C. Tello, cosa que rara vez mencionaba, quizá por modestia u otra
razón.
En 1933, ya casado con doña Carmen Rosa Burgos Torres más su
pequeña hija Ángela Beatriz, de poco más de un añito de edad, se traslada
Huaral para trabajar como director de la escuela particular primaria de don
Herculano Grados, quien a finales de aquel año falleció. En el año 1934
fundó el colegio particular Mixto “Moderno” y como tal, pionero de la
Educación Secundaria en este sector escolar. Dicho plantel le sirvió para
poner en práctica y a prueba sus conocimientos teóricos, su vocación y
capacidad educativa.
Durante las vacaciones semestrales, con la valiosa colaboración de
un grupo de alumnos voluntarios, se propuso defender la Cultura Chancay
(Pakchamayu) diezmada por los huaqueadotes, mafiosos y contumaces; es
así como en 1946, inició sus trabajos de campo o “in situ” en Makatón o
Tuncamac. Excavaciones, transporte, ubicación, equipamiento y montaje;
mantenimiento y conservación de una Huacoteca selecta, corrieron por su
cuenta y gracias a ese sacrificio económico, aún a costas de su propio

319
bienestar, Huaral contó con un Museo de sitio. En efecto, el 31 de octubre
de 1975 bajo el patrocinio de la Municipalidad Distrital, siendo alcalde
don Carlos Mora Parra, los señores concejales reunidos en sesión
Extraordinaria y por Decreto Municipal denominaron a la flamante
institución: “Museo Regional Mármol”, sitio en la Av. Solar Nº 431 y lo
nombraron Director Vitalicio, con los goces y derechos correspondientes,
justo homenaje y reconocimiento a la magnitud de su porte, 30 años de
estudio in situ, en trato directo con personas de todo los niveles sociales,
hechos y objetos que le otorgan el título de espectador, protagonista y autor
de una obra socio-cultural indiscutible. De ese modo, ha demostrado a
Huaral su gran afecto y gratitud, no con promesas demagógicas, sino con
obras y aportes tangibles. Todas esas experiencias le sirvieron de base y
fundamento para escribir 8 Monografías sobre arqueología, etnología,
lingüística y folclore, que las fue presentando en 8 congresos nacionales e
internacionales de americanistas con sede en Lima, en los años 1958-70-75
y 76, en Huanuco (1972), en Arequipa (1973), en Trujillo (1974) y en el
Cusco (1977). Sus obras inéditas al respecto son: “CONTESTO
ECOLÓGICOS DE LA CULTURA PAKCHUMAYO” o (Chancay) 4
tomos; “DICCIONARIO GESFONÉTICO REGIONAL ILUSTRADO Y
COMENTADO”, 2 tomos; “DICCIONARIO GESFONÉTICO
SEMÁTICO Y ETIMOLÓGICO DEL RUNA SIMI”, 3 tomos. Tales
grandes líneas a su labor como educador e investigador en el campo de las
Ciencias Sociales durante 48 horas interrumpidas al servicio de la
comunidad Huaralina y del país desde 1934 hasta 1982. Otra faceta del Dr.
Andrés Mármol Castellanos fue la de colaborador cultural de “EL ECO
DEL VALLE” y la Revista “Chancay”, entre otras; como a la publicación
del centro Cultural Huaral: “PERFILES DE HUARAL”, editado bajo los
auspicios del consejo Distrital de Huaral, en octubre de1944 el, también
escribió “MANOJO DE POEMAS INFANTILES” poemario didascálico
(didáctico), pues, aparte de su valor estético y literario, interesa
preferentemente el aspecto didáctico relacionado con la gramática
(neofobias) y nuestro folclore e historia nativa, cuyo doble objetivo es
deleitar e instruir, en un palabra tener una intuición objetiva de nuestros
valores autógenos (engendrados por si mismo). Esta obra es inédita. Entre
sus poemas editados por algunas revistas, está “APOLOGÍA DEL
LIBRO”, incluido en “simiente”, que consta 26 pies de verso.
Andrés Mármol C. fue nombrado como representante del Instituto
Nacional de Cultura, Ad-Honoren, en la ciudad de Huaral desde 22 de
noviembre de 1978, cargo que desempeño hasta el día que falleció.

320
Gracias a la encomienda gestión del entonces Diputado Ing. José
Pinasco Elguera, el 30 de octubre de 1986, mediante Resolución
Ministerial Nº.676-86-ED, le otorgaron la condecoración de las PALMAS
MAGISTRALES en el Grado de Educador, en reconocimiento a su labor
Educativa, que constituye un aporte al desarrollo de la Educación Nacional.
El doctor Andrés Mármol Castellanos dejo de existir el día 3 de
setiembre de1988, en la ciudad de Huaral, siendo enterrado en uno de los
nichos de la familia, del cementerio Municipal.
Para finalizar deseo que conozcan el sincero y honesto
pensamiento que imperaba en el, a la par que reflejaban sus íntimos
sentimientos; expresados textualmente así: “EL MEJOR HOMENAJE
QUE PUEDAN HACERME DESPUÉS DE MUERTO, SI ES QUE EN
ALGO LO MEREZCO POR MI MODESTA OBRA REALIZADA CON
VERDADERA VOCACIÓN DE SERVICIO HACIA ESTA TIERRA
QUE TANTO AMO Y A LA QUE TANTO DEBO, POR LA QUE AÚN
ME SIENTO EN DEUDA CON ELLA, POR LO NO REALIZADO: ES
QUE ALGÚN DÍA CUANDO YO YA NO ESTE AQUÍ, QUE LOS
HIJOS DE HUARAL, NACIDOS A LO LARGO Y ANCHO DE ESTA
PUJANTE PROVINCIA Y LOS QUE SE HAN ESTABLECIDO EN
ELLA, HAGAN REALIDAD MI SUEÑO - PROYECTO: “EL
COMPLEJO CULTURAL Y EL MUSEO DE SITIO DE HUARAL”.

ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS IN SITU DEL DR.


ANDRÉS MÁRMOL CASTELLANOS 47
Lic. Jesús Buitrón Cañamero Vda. De Cafiti
47
Artículo de la revista “Evolución Histórica de la Provincia de Huaral” Lic. Jesús Buitrón
Cañamero vda. De Cafiti. 2006. Pg. 41 – 43.
321
Sobre las ruinas, el destacado maestro Dr. Andrés Mármol
Castellanos expresa: “Hace tres lustros que practicó la arqueología en
campo, y por lo tanto, soy testigo de lo ocurrido y me hierve la sangre al
constatar que han desaparecidos ciudades tumba como “la Calera”,
donde se hallaron restos de cerámica correspondientes a los estilos
epigonal e interlocking, chinas, cuchimilcos, cabecitas de allkoatok y
muñecas de madera, tejidos finos, balais y costureros de totoral
toquilla…”
Más adelante refiere: “Visité Pisquillo y Palpa (1951). En el
primero, puede constatar que se trataba de un barrio preincaico. En las
huacas marginales (ES) existen pequeñas habitaciones de piedra (pirca)
como una etapa de transición andino – yunga. En el piso de los cuartos se
notaba restos de ceniza y batanes con sus respectivas kollotas (piedras)
trituradoras. Pero lo extraordinario eran los grandes porongos – cisternas
que en un trecho de 80 metros de distancia a lo largo de la calle se
encontraban empotrados en el suelo, dentro de un cajón pircado y que
servían para depositar agua, por el sistema de mita y proveer del precioso
elemento al vecindario”. Muy apenado dijo “…la ciudad arcaica de
Pisquillo ha sido demolida y convertida en chacra”.

En otro pasaje expresa: “El año 1940 visité la ciudad tumba de


Makatón (Tunkamac) que tenía dos Kilómetros de extensión y dividida en
tres cementerios: para varones, mujeres y párvulos. De las tumbas se han
extraído equipajes funerarios valiosos; ceramios finos, telas preciosas e
instrumentos de tejido, de labranza y pesca; objetos de cobre y plata,
menajes domésticos y miniaturas de piedra y conchaperlas; medidas de
maíz y balanza (Wipe) que servían para el trueque de productos agrarios
(sierra y costa), y cuyo centro ferial estaba en Kuilkapampu”.

Luego, agrega el desaparecido y querido maestro huaralino: “Un


detalle curioso era el retocado de sus tapias que simula ondas de agua
visibles bajo la proyección diagonal de los rayos del sol poniente. En
aquel entonces, aún quedaban paredes enlucidas con tierras policromas
traídas de La Calera”, a saber: ocre o marrón claro, verde claro y crema
conservados en la cara de los muros subterráneos. Makatón ha sido el
cerro Pakarina de los viejos pescadores chancayanos y cuya historia es
sugerente”. En 1956 retorné con el Dr. Amano y constatamos su
demolición sistemática y pese a nuestras protestas los tractores han

322
proseguido su obra nefasta. A estas profanaciones hay que sumar las de
Palpa, Miraflores (Akután), Hornillos, Cuyo, Portillo, y Pancha La Huaca.

En lo que concierne a Huaral Viejo, el Dr. Mármol Castellanos


anota: “Unos huaqueros, hallaron la momia de un cacique con su regia
vestimenta de plumas, oro y otros objetos valiosos y cuyo destino se
ignora. En la Esperanza Alta los barbechadotes tropiezan con ceramios de
diferente tamaño y calidad, y cuyo valor documental es indiscutible. En mi
Huacoteca poseo algunos ejemplares que he logrado rescatar.”

En 1946 dio inicio a sus trabajos de campo, en defensa de la


cultura Chancay (Pacchamayu) diezmada por los huaqueros y traficantes.
Su propósito fue coleccionar y equipar una Huacoteca que años después se
convirtió en el primer “Museo de Sitio” de muestras netamente de la
“Cultura Chancay” pertenecientes a esta región.

Todos los gastos de transporte, herramientas, excavaciones,


ubicación, equipamiento, conservación y mantenimiento, corrían por su
cuenta, muchas veces los alumnos lo ayudaban en esta empresa,
acompañándolo a estos lugares y les decía: “hay que realizar estudios in-
situ”. Así viajaba con grupos de alumnos voluntarios de las diferentes
secciones, aprovechando los días feriados y las vacaciones semestrales.

Muchas veces se dedicaba a denunciar el vandalismo de que era


objeto estas zonas arqueológicas, a través del periódico de la localidad con
la epígrafe “Patrimonio Arqueológico en peligro de desaparecer”; pero
nadie tomo en cuenta estas denuncias.

En 1951, fue un año de intensa actividad arqueológica, realizando


estudios y confrontación vivencial “in situ”, de los huaqueros mas
importantes del valle.

Visitó Pisquillo (Pichkupayllu), Huayán (Huayllán), Hornillos


(Wuayra Wuayra), Cuyo (Cuyu), Palpa (Pallpac Pallta), Kaki (Chaki =
puerta de ingreso de la cultura Wanka al valle de Huaral) y Lumbra.

Durante los años 1953, 1957, 1961, 1963 y 1965, recorrió los
siguientes lugares: Makatón (Tun-Ka-Na), Akután, Boza y Pakchawaka,
Kippipampa, Kippan (y no Sipán), Jecuán o Izcuan (Calera Alta), Sauri,

323
Chancayllu, Pampa Libre, Teatino (Tiai-tinku), Huando (Huanta),
Tronconal, Chaumi y Kippullín.

Visitó y estudió construcciones de acueductos y represas


inverosímiles, como la Wankahincha (Chipprak); cuevas, como el caso de
la Kilka Machay que sirvió de habitación al Ochay – Puma, el hombre
cavernario del Perú; también estudió la flora y la fauna típica y sus
relaciones mesológicas y ecológicas con el hombre y su hábitat telúrico.

MUSEO DE SITIO DE HUARAL48


Andres Mármol Castellanos
INTRODUCCIÓN 49

48
Monografía inédita.
49
Introducción y comentarios al pie, hecho por el Arqueólogo Pieter Dennis Van Dalen
Luna.
324
El presente artículo esta referido al inventario de los
materiales arqueológicos del museo de sitio Mármol, creado por el insigne
maestro; en esta monografía nos describe una aproximación sobre el origen
contextual de cada una de las muestras, así como el sitio arqueológico de
procedencia y las interpretaciones personales del autor. Este trabajo es de
gran importancia, ya que muchas de las piezas, tras la desarticulación del
museo se han perdido, por hurto o porque han pasado a formar parte de
otras colecciones privadas.
BREVE HISTORIA
Egresado de la facultad de Filosofía, Historia, Letras y curso
opcional de Antropología de la Universidad Mayor de San Marcos el año
1931, con el titulo academico de Br., me traslade a Huaral en 1933 y en el
año de 1934 fundé el colegio particular Mixto Moderno, según R.D.Nº 19
819 y como tal pionero de la educación secundaria en este sector escolar.

Este plantel sirvió para poner a prueba mis conocimientos


teóricos, mi vocación y capacidad ejecutiva. Durante las vacaciones
semestrales, con un grupo de alumnos voluntarios, me profundicé defender
la CULTURA CHANCAY (Pakchamayu50) diezmada por huaqueros
mafiosos, así como en 1946 inicié mis trabajos de campo en MAKATON o
TUNKAMA. Excavaciones, transporte, ubicación, equipamiento y
montaje; mantenimiento y conservación, de una huacoteca selecta,
corrieron por mi cuenta, y gracias a este sacrificio económico, aun a costas
de mi propio bienestar, Huaral cuenta con un museo de sitio. En efecto, el
31 de octubre de 1975 bajo el patrocinio de la municipalidad, siendo
Alcalde Dn. Carlos Mora Parra, los señores concejales reunidos en sesión
extraordinaria y por Decreto Municipal denominaron a la flamante
Institución: “Museo Regional Mármol”, sito en la Av. ”Solar” Nº 431 y
me nombraron Director Vitalicio, con los goces y derechos
correspondientes, justo homenaje y reconocimiento a la magnitud de mi
aporte (1946-1976): 30 años de estudio in situ, en trato directo con
personas de todos niveles sociales, hechos y objetos que me otorgan los
títulos de espectador, protagonista y autor de una obra socio-cultural
indiscutible. De este modo, he demostrado a Huaral mi afecto y gratitud
no con pobrezas demagógicas sino con obras y aportes que están a la vista.
Todas estas experiencias vivenciales me han servido de base y
fundamento para escribir 8 monografías sobre arqueología, antropología,
50
El Dr. Mármol plantea que el nombre arqueológico de Chancay es Pacchamayu.

325
etnología, lingüística y folklore que las fui presentando en 8 congresos
Nacionales e Internacionales de Americanistas con sede en Lima (1958-
1970-1975-1975) Huanuco (1972) Arequipa (1973) Trujillo (1974) Cusco
(1977).
Mis obras inéditas al respecto son “CONTEXTOS ECOLOGICOS
DE LA CULTURA PAKCHAMAYU”o (Chancay) 4 tomos,
“DICCIONARIO GENSEFONETICO REGIPNAL ILUSTRADO Y
COMENTADO” 2 tomos. Tales grandes líneas, mi labor como educador e
investigador en el campo de las Ciencias Sociales durante 48 años
ininterrumpidos al servicio de esta comunidad (1934-1982).
SIGNIFICADO O VALOR CULTURAL (El más completo en la
cultura Pakchamayu o Chancay)
Suman más o menos según el mapa arqueológico adjunto: 44 ruinas
entre sierra (18) y costa (26). De estos vestigios entre valles y quebradas,
muchos han sido demolidos so pretexto de la “reforma” agraria. En nuestro
inventario que data del año 1977 figuran: Makatón, con 92 muestras; La
Calera con 21 (hoy: totalmente destruida); Lauri con 60; Cuyo con 62;
Miraflores con 10; Pisquillo (Pishcup-ayllu); AKUTAN: 7; Kaki: 18;
Huando (Huanto): 10; Hospital: 4; Hornillos (Wayra-wayra): 20; Huayan:
18; Lumbra (Runmipara): 7; Latillo (Laktayllu):10; Palpa (Pallta): 10;
Teatino (Tiaitinku): 11; Tronconal: 12; Quepepanpa (Kippipampa): 4;
Portillo (Purutuayllu)51.
Como prosigue la reforma agraria dada la voracidad y suprina
ignorancia de esta plebe, la extinción de estas ciudades - tumba es
inminente. De ahí la urgencia de conservar esta especie de un gran libro
descompaginado; verdaderos archivos de un pasado grandioso; partida de
nacimiento e identidad histórica de un pueblo autóctono.
CONTEXTOS ECOLOGICOS DE LA CULTURA PACCHAMAYU
(CHANCAY)
A).- Carpeta Contexto con ocho Spondyllus procedentes de las Antillas.
B).- Carpeta Contexto con 18 piezas de piedra andesita para diversos usos:
pulir, cortar, chancar, moler, laminar y moldear.

51
Los nombres entre los paréntesis corresponderían, según los estudios del Dr. Mármol, a
los nombres arqueológicos autóctonos, de origen prehispánico.
326
C).- Carpeta contexto de armas contundentes: porras, macanas y piedras
pulidas para huaracas, porra de metal de procedencia incaica hallada
en Killka (mitimaes).
D).- Concha marina para pututu.
E).- Red gigante para pesca (Challwa chacuy).
F).- Dos piedras fósiles de Karactama (lluvia áspera).
G).- Contexto Ecológico de un paciente en tarima de inválido.
H).- El mismo enfermo en un lecho de tutura (totora) de muerte.
I).- Ovillo de Chahual Huasca..
J).- Contexto ecológico de hojas de pakae o papaya sacha.
K).- Contexto ecológico de hojas de Pakae y pallta, que utilizaron como
lecho de los muertos.
L).- Cinco Uchuc Lunku de hierbas medicinales usadas por el Kulluwalla
(hechicero y curandero para brebajes o panaceas).
LL).- Contexto ecológico de 8 moldes de arcilla templada.
M).- Contexto ecologico de 5 moldes de muñecos grandes.
N).- Contexto ecologico de 15 moldes (vaina de pacae, cabecita de allku o
perro, de atoj o zorro y monito).
Ñ).- Contexto ecológico de instrumentos de cirugía de procedencia chanka
y wanka – xauxa (tumi - llan, tumi aserrado, martillo, gancho,
pinzas, algodón y cajitas de gasa).
Sabemos por los cronistas la vieja rivalidad que existio
entre los Chancas – Wankas con los Incas, y mas tarde el Inka Yupanki, el
gran conquistador trajo en rehenes algunos remanentes en su marcha al
Norte y los repartió en mitimaes en Killka, Wakiayllu (waquilla)
(chancayllu). Se dice que las huestes guerreras de kichuas, wankas y
chankas, al mando de Tupac Inca Yupanqui (1471-1493) vencieron a los
chimus, después de una resistencia tenaz; por el rastreo toponímico y raíz
gesfonetica “Chan”, “Chanka”, “Chancay”; “Chan – Chan”: el gran templo
mochica, presumió que los soldados vencedores en señal de triunfo
ejecutaron la danza guerrera al son de una percusión de lajas:
Chan!...Chan!. Posiblemente en memoria de este hecho se denominó a este
templo con en nombre de: Chanchan. Al Este del distrito de Cañaris, los
ríos Olmos, La Leche, Lambayeque o Chancay, como el caso de
Pakchamayu o Chancay.

327
Pues bien, el hallazgo de esos instrumentos de cirugía en Killka 52,
jurisdicción de Huaral es otro dato para vincular estos pueblos a través de
pruebas indiscutibles; de este modo el orfebre wanka, Tumialan
Achachau, es posiblemente el inventor de los tumi – tumi, llano y aserrado
hallados en Killka. Los nombres de este orfebre son onomatopéyicos53
TUM!...TUM!... golpe seco en un yunque empotrado tumi- alan … lan …
lan … laminar ….!! Acha – chaua.. ardor… que produce algo caldeado …
De estos gritos y ruidos genfonéticos nacieron los nombres de los obreros
wanka – xauxa que las pruebas de su remonto linaje llegaron aquí a los
anansuyus : CHIPRAK, KAKI y KILLKA. Y que mi Huacoteca hoy
atesora con orgullo andinista. De igual modo, menciono a ANTIKUNA
(los andes ) notable explotador y cateador de minas a cuyos descendientes
Wanka – Xauxa menciona Julián Huanay, viejo minero jaujino que laboró
en los centros mineros de La Oroya y Cerro de Pasco.

CONTEXTO ECOLOGICO DE LOS SIGUIENTES OBJETOS DE


CHONTA
O).- 1).- zorro (atok ) en cuclillas con el rabo erecto hasta el borde de las
orejas, con la quijada apoyada en los brazos y palmas de mano
arqueadas y con las rodillas que rozan con la quijada, la cabeza
sostiene una empuñadura ancha y bicanalada y por cuyas aberturas
laterales talvez pasaron algunas franjas listadas como insignias de su
mando.
2).- Parte del bastón acanalado; en la parte superior ostenta 3 huaquitos
de ofrenda o tricálogo, un kulluguagua o muñeco de chonta, una
kushpa (para el desaije), cabeza de un cucharón y 2 fragmentos de
madera en reserva.

P) La vitrina de la cultura Kaki, 15 piezas de metal, concha y piedra. 16


piezas grandes, 7 piezas de cerámica , 4 bolsas de hierbas selváticas , 8
guaracas policromas, una bolsa de lana, Un estuche con 6 piezas,
Kulluwaya con turbante bicolor con color negro y grosella con trama de

52
Killka, hoy denominado Quilca, es un sitio arqueológico ubicado en la quebrada Orcón,
justo en el lugar donde la Quebrada de Huachoc, que comunica con el vecino valle de
Chillón se une a esta quebrada, habiendo cumplido la función de controlar el sistema
comercial entre estos dos valles por esta ruta. Fuente: Van Dalen Luna, Pieter: 2004.
53
El Dr. Mármol, refiere que la gran mayoría de los nombres de la región tienen un origen
onomatopéyico, es decir a partir del ruido que provocan, sea por golpe, por ruido de
animales, u por otras características propias.
328
cabello sedeño y castaño perteneciente sin duda a una beldad de estos
lugares.
Entre su ajuar las siguientes prendas: Un depilador de oro y varios de
plata, pulseras y collares del mismo metal, 2 rosarios de chaquira de plata
con amuletos. Parece que estas bellezas estaban destinadas a confirmarse
de accllas o especie de monjas bajo el cuidado de la mamacona.
Q) Cuatro estuches con diversos objetos de hueso, metal, piedra, arcilla y
madera. 3 huesos o palitos para hilar: Shuksshu; Pinculos o semillas
selvaticas hermosamente con incisiones policromas. Estuche Nº 2 con 8
piezas metálicas, Nº 3 con 15 piezas de plata, Nº 4 con 4 Tumis de cobre
de procedencia Wanca-Xauxa, una vitrina chata conteniendo madejas
policromas de lana y algodón (utku), 8 madejas, 2 Waracas, una gorguera
de algodón escardado, 1 cinturón de algodón, etc.
R).contexto ecológico .- Instrumentos de musica, total 32.
contexto ecológico.- Makatón (Tum-Kamac) 10 piezas
contexto ecológico.- Pampa Libre 20 piezas.
contexto ecológico.- En el armario 20 telas primorosas
contexto ecológico.- 2 pares de sandalias o shukuy o uxuttas
S) CONTEXTO ECOLOGICO DE TEJIDOS DE CHANCAY
1.- TELAR.- Con una muestra empezado color marrón y blanco trabajo
admirable por la figura del enhebrado por las figuras o rombo alterno
y dado la calidad de los instrumentos, huarigador, kallwa, sujetador,
tirantes, bastidor, etc.
2.- Kallwa de madera fina para enhebrar hilos finísimos.
3.- 11 shukshu-sukkshuk (palitos de hilar de diferentes tamaños y grosor).
4.- 3 tubitos con tintes: Yurac (blanco) puka (rojo).
5.- Tres muestras de lana de llama, algodón y cabulla.
6.- Un ovillo de lana listo para el telar.
7.- Una vara de carrizo con hilos de lana enrollados: blanco y negro.
8.- Cuatro juegos de warakas (hondas) kellu (amarillo) puka, y ana --
waraka acordonada, waraka trenzada de algodón con pishku anudados
a los extremos.—waraka primorosa con motivos de nuestra flora y
fauna color dorado con fondo negro.
T).- Entre estas muestras de tejidos destacan los siguientes: un tapiz ancho
de 1.20 metros de largo y 0.30 metros de ancho y que representa una danza
totémica de Atoc en diversos colores: Yanac, Puka, Kellu y Yurak. Este
tapiz fue hallado en Sauri.
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U).- Entre las muestras mas destacadas del arte textil Chancay tenemos:
1.- El Congreso de varayok, una verdadera fotografía de colores; de
ahí que he creado el neologismo, textilgrafía, para clasificar estos
tejidos del arte incomparable chancayano. Son dos Varayok (alcaldes),
que presiden en sus cuerpos edilicios de 24 miembros cada uno. Los
alcaldes mayores o Varayok son pentadedos (cinco dedos). Los
alcaldes menores son tridedos (tres dedos). El saludo de estos, en actos
solemnes como jurar sus cargos, asambleas extraordinarias, resolver
problemas o situaciones de paz o guerra, o desde los puntos de vista,
político, religioso o militar y administrativo; después de una Katipa
(picchu o masticación de coca, hoja sagrada), cada personero, mano en
pecho decía ama llulla (no seas perezoso), ama sua (no robes), ama
quella (no seas mentiroso). Esta maravillosa tela, única en su especie y
valor documental la conservo con todas las precauciones del caso.

2.- Otro tapiz tricolor rojo, blanco y verdiclaro que se destaca en el


fondo ceniza, es al parecer un ideograma marino o representación textil
del alcatraz bordado a crochet con hilos rojos que abarca: griss 3/6,
rojo 2/6, y blanco 1/6, rojo que comprende: cuerpo, vientre, cuello,
cabeza, pico, patas y cola; en la órbita de los ojos el rojo, blanco, griss
y a manera de círculos concéntricos; en el campo de franja ancha
superior en listas paralelas horizontales se nota en el blanco dos
nadadores. Igual escena se repite en la parte inferior o zócalo, que
remata en flecos. Esta ave grande de pecho encorvado sobre el cual
enarca el cuello y posa su enorme cuello bolsudo, que forma parte del
culto zoolatico de los viejos pescadores yun – khas (yungas). ¡yun!
¡yun! (ruido submarino) y ¡Kash! Ruido al chocar las olas espumosas y
desflecarse en las rocas marinas.

Otra muestra primorosa es una franja de 1 metro de largo, por 7 metros de


ancho, color verdicrema con hilos de lana de colores polícromos: marrón,
rojo y café, que ostentan varios pishkup calados en la extraordinaria franja
u ornitegrama. Estas avecillas (piskup) representan al huachaco pechirojo,
al chiritu , pechioverdecrema, al kipullin pechi y moñi rojo, en fondo
negro; a la paca –paca; a la kukuli y periquitos y gorriones, total 16
ejemplares, algo así como un exposición ernitográfica. Cada ejemplar
resulta un ideograma; figura trino y killka (rastro o escritura) que se
pueden aglutinar o concordar en ideas, conceptos y frases; y así dar
respuestas a muchas preguntas sin respuestas. No se trata de Tukapus ni
monalisas cogidos al azar o a control remoto. Desgraciadamente gran
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parte, de las especies de avecillas de estos valles y quebradas, se han
extinguido bajo los efectos de los insecticidas, funguicidas e insumos
utilizados mas con criterio comercial que científico (arseniato y polidol,
urea, salitre, usados como abonos) sustancias químicas que han roto el
equilibrio biológico; esos actos instintivos de simbiosis o mutuos servicios
entre insectos, ave, y plantas han desaparecido por completo; igual desastre
podemos lamentar cuando se trata del guano de las islas: producto de la
elaboración natural en el vientre del alcatraz, del huanay y gaviotas
marinas cuyo alimento esencial fueron esos peces pequeños o anchovetas
(anchuy) cuya especie fue extinguida cuando se instalaron
indiscriminadamente muchas fabricas de pescado para conserva, a tal
punto que Perú, allá por los años 50, se constituyó en primera “potencia
mundial de pesquería”. Todo este triunfo de voracidad, improvisación y
lucro a corto plazo.
En el veintenio de esta centuria, aun presentíamos usos y
costumbres de épocas idas, sobre todo, en el calendario zoolátrico de estas
gentes que por tradición natural respetaban y cumplían con resultados
positivos. Este calendario astrológico consistía en cada cambio de estación
con el clima que daba paso a ciertos insectos voladores y rastreros que
hacían su apariencia a manera de mensajes naturales y cantos y
migraciones de avecillas. Multiplicidad de zumbidos, chirridos, aleteos
típicos y característicos en las noches y en los amaneceres una
orquestación de trinos o mensajes sonoros que daban al agricultor la pauta
de sus faenas de siembra, cultivo, riego, madurez y cosecha. Estos
calendarios están grabados en los killka – rumi de Lachay, Quisque, Kelka
y kaki etc. De igual manera en las vitrinas de nuestros contextos ecológicos
existen huacas- calendario: el del movimiento de rotación de la tierra o sea,
el huaco del día y la noche; el huaco de killka – tupak, el huaco
mencionado con el cultivo del sara o maíz; etc.
SIGNIFICADO Y VALOR DOCUMENTAL EL MAS COMPLETO
DE LA CULTURA CHANCAY
De los 20 contextos ecológicos de la cultura Chancay o Pakchamayu,
juzgo yo que es la de KAKI por las consideraciones siguientes:
1.- HOBRE BIFACIAL de Kaki, cuyas caras y miradas se orientan la de
frente hacia el Este y la de atrás al Oeste.
Los oídos: el de la izquierda al Nor Oeste representa el Chinchaysuyu;
el de la derecha al Sud Oeste al Kullasuyo.

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Al respecto existen 2 planos el vertical y el horizontal que tienen un eje
común. En el rombo vertical se anotan los siguientes puntos o intiranra
(camino solar) Al Este está el Anti, en cenit el Inti y al Oeste el kunti, en
vértice de abajo el ukupacha. En el rombo horizontal cuyo eje común es
Este-Oeste Anti y el O el Kunti al Norte el Chinchaysuyu y al Sur el
Kollasuyu.
2.- El huaco globular cuyo gollete luce el rostro bifacial, y las asas a las
orejas (rinricuna) es esferideo como la tierra y también esta orientado a
los 4 puntos cardinales, cuyo ideograma es el signo de la cruz con 4
puntos angulares.
3.- Lo mas sorprendente, de estas muestras es el fragmento maravilloso o
busto del KILLA – TUPAK (astrónomo) wanka- xauxa (Jauja) que tuvo
su obseravatorio y killawatana en algúna chullpa sobre la cima del cerro
Huankash y bajo el tiempo impoluto de Jauja, juzgo que este huaco
antropomorfo, fue traído, sin duda, por algún comerciante de ese lugar y
lo dio en trueque talvez por otra muestra de cerámica yunka. Este
fragmento es el busto de un personaje cuyos rasgos físicos son: rostro
altoandino, cobrizo, dolicocefálico, frente pequeño, pelo lacio, orejón, ojos
oblicuos, nariz aguileña, pómulos salientes, boca grande y labios gruesos,
mentón ancho, cuello grueso y corto, torax ancho y macizo. Especial para
las grandes aseciones y decisiones de nuestros Andes y Aticuna. En cada
hombro yace un monito en cuclillas y cada uno mira en sentido opuesto y
cojido de la oreja del astrónomo, empujan el busto demostrando que dos
fuerzas iguales y de ese sentido contrario y en torno de un eje producen un
movimiento de rotación. Tal es valor documental de este Ceramio, única
muestra posiblemente en el mundo.
4.- Luego, tenemos una calavera de un llama y su reproducción cerámica
perfecta. Este euquenio es oriundo de Perú y su domesticación data
muchos siglos antes de la llegada de los invasores hispanos.
5.- Pintullu, termino bigesfonencial (raíces irreductibles) flauta de canilla
de llama de la que nos habla en detalle el musicologo Julio Castro Franco,
en su folleto: “Música y Arqueología” máxima autoridad en la materia. En
el muestrario figuran 4 flautas tetrafónicas, halladas en KAKI.
6.- Un muestrario ha contenido 9 shukshu- shukshu o husos para el hilado,
se trata de un nombre gensfonencial o autopéyico. Esta voz se la ha
incorporado el Wanka – Xausa; los demás dialectos del RUNA - SIMI
pueden hacer igual trámite. Estos husos fueron confeccionados en palitos
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de chonta con tatuajes policromos primorosos, tal vez instrucciones
ideográficas. A dos pulgadas del extremo inferior del huso se coloca el
piruru (gensfonema de rotar) y sirve para sujetar la madeja de algodón o
de lana para luego preparar los ovillos con destino al telar. Estos pinruru54
pueden ser de zacuanra, arcilla cocida o de semillas selvaticas labradas
con adornos incisos policromos bonitos, de rumbos punteados y diversas
figuritas ideográficas que representan miniaturas de nuestra flora y fauna
avícola, etc.
7.- Esta vitrina contiene las siguientes muestras:
a) Objetos de piedra, 2 silbatos y una cabecita de puma; b) 3 objetos de
concha; c) 5 anillos de plata ; d) Un medallón de plata y un prendedor del
mismo metal , 2 laminitas de cobre, etc.
Todas estas muestras corresponden a la primera vitrina que asocia al
contexto ecológico de la cultura Chancay correspondiente a Kaki.
Solo así en forma ordenada, sistemática y específica podemos
comprender las relaciones espaciales y temporales dentro de un contexto y
fuera de la nada. El cuerpo humano es una estructura biologica, cualquier
parte: corazon, hígado, vista, oído, fuera de esta arquitectura bioorgánica
no tendrian razon de ser.

Además las convenciones relativas o culturales de espacio y tiempo


dejaran de ser tales.

54
Piruro: instrumento alargado que sirve para hilar el algodón o lana.

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