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Doncella de plata

Una misteriosa revelación bajo la luna, un sublime gesto bajo las estrellas, y así camino
sobre la densa niebla, sumergido en la extrana noche, dentro de una inmensa belleza,
¿Por qué ocultas tu bello rostro a los profanos?, la faz resplandeciente te ha coronado
con plata.

Sepulcro de onix.

Respiro la noche y te abrazo linda dama encorvada, tratando de alcanzar la ultima


estrella, desenrollo mis alas en el cielo saturandome de tu grandeza, y en el repliegue de
tu manto nocturno guardo mi aliento como un ultimo suspiro de anhelo, que con
vehemencia dirijo al corazón del cielo.

Siento tu serena mira que se extiende en el horizonte, más allá de las montañas de
huesos, más allá de las flores. Entre la entusiasmo de tu presencia levanto envuelta en
fuego mi mirada al ondulado manto que te viste, y entonces de entre la quieta
penumbra, de entre el ignoto silencio, escucho una melodiosa voz cerca de mis oídos,
tan suave que no deja de ser silencio, mi espíritu se regocija,… la noche me hablo.

Y en silencio me dices; “alza tu mirada solo para emprender vuelo, y nada mas”.

Eres la flama en la oscuridad que alimenta el día, tintinea perpetuamente en una suave
danza, mí anhelado pleroma que acaricias amorosamente con tu luz mí inflamado
corazón.

Imperecedera danza de la negra flama, danza, danza sobre mi sin detener su ardor
jamas.

Un letargo en movimiento, suspendida en el huracán del cielo, bañada con el roció de


las estrellas, siempre ansiosa, siempre silente…

El sol produce fuego que la luna recibe como luz enbelleciendola. Y mi calor es en ti
amor.

Expande este calor en el vació, mas allá de lo inmanifestado, donde no se oye el palpitar
de ningún corazón, donde no se escucha la debilidad de nuestras voces, donde solo tu
reflejo se devuelve, explaya mi ser hacia los ocultos confines, mas allá del bello rosa de
Andrómeda… y en la cola del escorpión, nos transfiguraremos.

Perfecta sinfonía y sin embargo eres silencio.

Resuena incesantemente las inefables notas en mi, y no permutare nunca de mi abrazo


que desvanece, vibrare en cada átomo contigo y ni el huracán nos percibirá. A cada
respiro de rocio de luna ensancho mi pecho y bajo tu vientre me gesto. Fecundidad en
vuestros labios, en cada beso, en cada rayo de estrella, en cada palabra de amor,
arremolinado la vida en cada ir y venir de tus acompasadas olas plateadas. Solo el mar
bajo la luna hará erguir mi espalda para ver realmente el sol al amanecer, y así
entrelazaremos nuestras alas para formar el capullo de la rosa, de donde saldrán tan
bellas mariposas.

Abre el capullo de tu dulce flor para darnos vida linda doncella, las mariposas y las
abejas esperan tu miel.

El boton nacio solo para florecer, el capullo cerredo es esteril, no alimenta las
mariposas ni tan bello como la rosa es.

Te regalo una blanca rosa como las perlas del mar, y rojo como el rubi tu la tines, ...he
alli el secreto de tu poder, y el por que de tu silencio.

Cuan extraña es tu presencia, cuan silente y amorosa tu mirada, y así perforas el corazón
del cielo, y así disipas la niebla.

Ho doncella de la luna que descansa sobre la menguante hoz de plata, fria y terrible,
regáleme la rosa que en ti florece y con ellos la fragancia dulce que de su adentro brota,
levantaos conmigo dama de la blanca esfera, y bendice mis siete siervos, los ministros
del fuego, y así yo haré de ti la reina en el país de la luz de plata, y mas alla hacia el sol.

El ojo imsomne de Horus es testigo de mi promesa.

Expándete mientras danzas recubriendo el mi baculo dorado con tu plateada copa, que
tu danza excita el universo y la creación. Cíñeme con tus largas piernas, con las que
brincas de estrella en estrella, y con tus poéticas manos dirige el asenso del dragón por
encima del firmamento hasta orion y mas alla que desde lo alto traeré a mi regreso la
corana de 7 estrellas que mereces, sellando todo con un beso secreto. Entonces somos
uno, y el uno esta en nosotros, cero.

Tus besos han de redimirme o asesinarme, sin embargo es un mismo beso.

¿Si deseo comprender tu silencio debo actuar como un mimo?,... si deseo comprender tu
oscuridad tengo de devorarla.

¡Detén el huracán del cielo!, ¡llévame al corazón de la vida!

Ven a mi linda dama de la noche, recibe mis regalos de oro que forje en las cavernas del
sol, manifestemos la alianza de los dioses, cumplamos su antigua promesa,
provoquemos el eclipse, el día y la noche se entremezclan, y en ese tu inefable
recibimiento gritare tu nombre secreto hasta desgarrar esta trémula garganta, todo en
silencio…

Ven hacia mi doncella de plata, sentaos conmigo bajo la luz de estas nueve alas oscuras,
contemplad la eternidad, cerrad esos lindos ojos muertos, y decidme si el espacio no
esta saturado de estrellas, ¡Oh mi luna en el cenit! Te enmarcare allí por siempre.

La promesa es un pacto, en un intercambio de plata y oro, en ese el sublime instante


prometido, extático eclipse, cunde la vibración del vortice y como tornado traga la
vitalidad del espíritu del cielo, es el regalo de la alianza. La belleza cesa de ser belleza
por carecer de un mejor nombre, la beatitud es una pista de lo que se prometió.
Juntos hemos de elevarnos luna mía, hacia las estrellas, el amor es nuestro pacto, ven a
mi doncella de luz de luna, y haz que se note el amanecer bajo la tierra, haz que se noten
tus labios en mi boca y que derramen la frescura de la noche sobre mi, una catarsis de
emociones en un loco frenesí de adoración, un éxtasis deleitoso sobre la hermosa cúpula
de obsidiana y diamantes.

¡Proyecta siempre la sombra sobre el sol y veras que no hay sombra!

Recuerda Oh mortal, que la luna no canta en su decrecer de muerte, y así hasta la


oscuridad cuan negra y misteriosa se transforma, brota el olor a muerte, y entre la
sangre se enrolla y retuerce la serpiente, ¡resucita o mi blanca esfera!, elévate sobre las
aguas de un mar imponente y arrastra hacia ti las olas, rugen con furia las aguas de la
vida y se agita la matriz… y sin embargo tocas el cielo.

No bajes tu mirada Oh guerrero si deseas ser inmortal, las carcajadas se transforman en


llanto, y el llanto se devuelve con carisias, los gemidos se trasforman en mantras y el
mantra en silencio.

¡Oh mi doncella de plata! abre las puertas de tu santuario, y con profundo


agradecimiento te imploro la entrada a tu templo de fecundidad, adorándote, y
amándote. Con el sol al medio día penetrare en la cámara de la creación, donde seré
recibido con un húmedo abrazo, donde seré recibido con el mas exquisito manjar sobre
charolas de plata, e inclinado la frente en tu altar ofreceré mis regalos mas preciados.
Entonces dentro del santuario permaneceremos amándonos bellamente, y paso a paso
ascenderemos juntos hacia sima de la galvanizada torre del palacio estrellado, hasta
alcanzar el centro de universo, allí te cargare en mis brazos a orillas en el filo de
abismo, y cuando apunto de caer este, muy callada deberás estar, la serpiente de metal
escupe fuego y veneno a la vez, sh… muy sigilosa serás, hasta que las alas con plumas
de oro y plata nazcan de nuestras dorsos, suspendidos en el espacio nos quedaremos
envueltos entre el fulgor de una acogedora lluvia de estrellas.

¡Oh doncella de la luna derrama sobre nosotros la lluvia de plata, mientras el caballero
del sol penetra en tu santuario estrellado!

Sabio es aquel que se vuelve inmune al veneno y temeroso ante el fuego, sabio es aquel
que tuerce la sombra y arrastra el albor.

Y en el éxtasis mas grande concédeme tu amor y yo haré con el un altar, regálame un


palabra y haré mil poesías, con el susurro de tu voz la mas bella canción, y de tu
caminar la mas linda danza que guardare dentro una constelación.

El dulce polvo de plata que vuela entre las caprichosas corrientes del libre viento, la
hermosa lluvia de luna que cae sobre el obelisco de Ra, el rayo une el cielo con la tierra,
y el poderoso león ruge y sacude de su melena las flamas que lo alimentan.

Ven linda virgen, te tomare entre mis brazos, yo soy el cometa ardiendo, juntos
surcaremos los rayos de la aurora, y en el embriaguez máximo de tu gozo se vaciara el
firmamento en nosotros, entonces la conciencia cósmica nos tragara en un éxtasis
inefable, y los dioses nos envidaran, y los hombres nos adoraran, y el corazón del cielo
latirá en nosotros.

Somos el universo, y el universo es nosotros en aquel místico instante prometido.

Allí permaneceré honrando tu presencia, honrando tu belleza y tu amor, renaciendo


contigo, revistiendo de luz mi alma, recorreré cada ínfima parte de tu blanca piel con
mis felices labios, besando tus húmedos pétalos y de esa fuente hermosa beberé el elixir
de la inmortalidad.

Cada poro de ti exuda el roció de la rosas y destila el perfume mas caro, en la copa de
plata recogeré toda tu savia que ha aliviara para siempre mi enfermo corazón.

Gira y expande y luego retrae tu ser hacia un punto invisible, hazte carne para consumar
los placeres más esquistos donde se producen los poderes mas potentes del universo,
donde tu y yo somos uno con el cielo, donde tu y yo cesamos.

Déjame sondear todo tu ser y entonces ser.

Se mi luna llena cuando revivas mis rayos en la noche del esplendor Diana, cuan
hermosa de aspecto eres, y tu rostro ilumina mi oscuridad y guía mis pasos. Se mi luna
negra y entonces velare por ti en las sombras, y los tenebrosos como reptiles asecharan
tu oscura silueta, pero tu no temes a los caidos ni a los ignorantes, y asi mientras
permanezcas tras las sobras guardare en secreto tu jardín, y como centinela vigilare
hasta que comiences a exaltarte de nuevo sobre la tierra.

Comienzas dibujando tu amorosa sonrisa hasta que tu rostro se pierde en el fulgor, y la


claridad mengua junto con tu sonrisa hacia la quietud y el silencio, mas allá de la afonía
cesa tu faz resplandeciente y los ojos muertos lucen como la obsidiana, misteriosa en el
crepúsculo, tras el velo de la penumbra ocultas tu bello rostro y allí permaneces dejando
lucir por momentos el reflejo de tu hoz, eres nueva como el capullo y naces de entre la
los huesos, naces manchada en sangre para volver a dibujar lentamente una sonrisa
creciente en el firmamento, entre los luceros, entre los astros brillantes.

Báñame con la lluvia de la luna, y la cabeza del león te protegerá por siempre bella
dama. Solo tú sabes detener las feroces fauces del león.

Y así deseo tanto verte sonreír tan bella como la noche y ver la calma en tus ojos, y ver
el fuego en tus manos, esparciendo en mí gota a gota como unas lentas lagrimas el
silencio de una eternidad de la que me aferro a no abandonar jamas.

Vomitaremos la ilusión en una convulsión de gratas sensaciones, aplastando las puertas


de marfil, nos coronaremos con los cuernos del guerrero, embadurnados con la sangre
de la batalla, embadurnados con la sangre de la luna, y el en santuario de mi bella
brillara siempre el sol con destellos de plata, y en la media luz invocaremos el silencio
como nuestro derecho a ser imperecederos y ningún dios nos condenara.

Danzas como una niña inocente y pura, danzas como la dama guerrera y fuerte, danzas
como la anciana sabia y misericordiosa.
Danza, danza, preciosa, mueve el aire con tus manos entre un agitado respirar y un loco
batir de corazón, has temblar la tierra bajo tus pies, has el mudra del silencio para que
brote la serpiente, azúzala repetidamente hasta expulsarla de la pirámide de fuego,
¡cuidado con su veneno terrible!, dómala para que el sol no deje de brillar, como cuando
una vela se extingue derramando toda su cera, que no sean en vano mis palabras, como
cuando el agricultor siembra en el desierto, como cuando el demonio se devora nuestros
anhelos.

Cuan bella mañana es al verte coronada con un tocado de luz y estrellas, revestida con
hermosura y candor. Recoges tu vestido de luces que brilla como la galaxia, y la brisa
mas tenue irrumpe y te envuelve con delicadeza, tu mirada es tan dulce que temo tocarte
y romper la urna de emoción inefable que deidifica el recinto, aun así me atrevo a
besarte con ternura y cuando mis labios tocan los tuyos nuestras auras se expanden
entremezclándose, tornasol el ambiente brilla.

En el nombre de la gran voz de ascenso dejo caer mi fe y mi esperanza sobre vosotros,


dejo caer mis lágrimas sobre tu regazo, lagrimas de amor, lagrimas de beatitud.

Perteneces a la noche pero no eres un sueno sino mi despertar.

Dedico a ti el poder de mi voz hasta la ultima vibración, ensancho mi pecho con tu


aroma hasta colapsar mis pulmones, regalándote mi ultimo suspiro de vida, dedicando
mi vuelo hasta que el ultimo aleto de cansancio me haga caer, ofreciéndote mi sangre
hasta que la ultima gota se extraída con el mas brutal dolor, defendiéndote hasta que mi
amellada espada no luche mas, el ultimo latido que dé mi fiel corazón será acompañado
por tu recuerdo, y jurare ante los dioses resucitar para seguir amandonos linda doncella
de plata.

O-KUR
La voz en el viento

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