Avivando el Fuego de tu Corazn.!!

Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que est en ti por la imposicin de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espritu de cobarda, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergences de dar testimonio de nuestro Seor (2 Timoteo 1:6-8) Esto se trata de que avives el fuego, de que no permitas nunca que la llama se apague dentro de ti, porque si tu llama se apaga, tu vida espiritual peligra. Y si tu vida espiritual peligra, las dems cosas comenzaran a fallar tambin. No es fanatismo, ni extremismo! Es que el fuego, la llama interior se aviva en nuestros corazones cuando tenemos una relacin personal con nuestro Padre Dios y cuando nos comunicamos con l constantemente en oracin, lectura de la palabra y comunin con nuestros hermanos. Cuando esa llama arde provoca apasionamiento, bsqueda, entrega, excelencia y regocijo, entre muchas ms cosas. Pablo exhorta a Timoteo en su carta, a que se encargue de avivar el fuego del don que Dios haba depositado en l. Y algo que se aviva, es algo que no se le permite o que no dejamos apagar. Tambin esto se refiere a que te mantengas haciendo o ejerciendo aquello a lo que has sido llamado, sin importar los tropiezos ni lo que se levante o levanten en el camino. Es mantenerse enfocado haciendo lo que sabes que tienes que hacer a cualquier precio. Si cantas, evangelizas, haces labor misionera, eres pastor(a), presidente, intercesor, lder en tu iglesia o comunidad, un laico, o donde quiera que Dios te haya dado una tarea para que seas luz, no puedes dejar de hacerlo. Porque quien te hizo l llamado fue Dios y no el hombre. Tal vez, Dios us a alguna persona para que fuera el canal o para que te dieras cuenta del don que tienes; pero quien te lo otorg y regal fue Dios para que con l hicieras la diferencia en medio del mundo en que vives. Y para esto tienes que ser muy valiente y decidido. Porque tienes amor, poder y Dios te ha dado dominio propio para que cumplas con la misin que te ha sido encomendada. Cualquier misin que hagas por ms pequea que parezca es grande, y solo la puedes llevar a cabo t, aunque haya otras personas que tambin lo hagan. T y yo somos antorchas, lmparas encendidas que llevamos la luz del amor y el conocimiento de Dios. Mantente siempre avivando la chispa y si sientes que no te quedan fuerzas, pgate al lado de otros tizones que te ayuden a avivarte y encenderte de nuevo. NO TE AVERGENCES DE SER UN SEGUIDOR DE CRISTO, PORQUE ESTOY SEGURA QUE DIOS EST MUY ORGULLOSO DE TI!