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Daniel Medvedov

El Cuerpo Teórico
del
Código General de las Lenguas

Madrid
2009
El Código Lingüístico es de naturaleza binaria. A cada uno de los 64
operadores, llamados odónes, le corresponde un valor binario de seis dígitos.
Los 64 odónes del ZOÉMA, El Código General de las Lenguas son los
siguientes:

AA BB GG DD LL MM II HH
AB BA GB DG LD ML IM HI
AG BG GA DB LG MD IL HM
AD BD GD DA LB MG ID HL
AL BL GL DL LA MB IG HD
AM BM GM DM LM MA IB HG
AI BI GI DI LI MI IA HB
AH BH GH DH LH MH IH HA

A cada uno le corresponde un número binario de seis dígitos. A través del

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sistema binario se puede acceder tanto al código genético, así como a la memoria
binaria de un ordenador, sin necesidad del código ASCEE, que se usa
actualmente en computación para pasar de la forma alfabética al sistema binario.
Este es un paso crucial para las futuras investigaciones.

AA 111111 BB 110110 GG 100100 DD 001001


LL 101101 MM 000000 II 010010 HH 011011
AB 111110 BA 110111 GB 100110 DG 001100
LD 101001 ML 000101 IM 010000 HI 011010
AG 111100 BG 110100 GA 100111 DB 001110
LG 101100 MD 000001 IL 010101 HM 011000
AD 111001 BD 110001 GD 100001 DA 001111
LB 101110 MG 000100 ID 010001 HL 011101
AL 111101 BL 001101 GL 100101 DL 001101
LA 101111 MB 000110 IG 010100 HD 011001
AM 111000 BM 110000 GM 100000 DM 001000
LM 101000 MA 000111 IB 010110 HG 011100
AI 111010 BI 110010 GI 100010 DI 001010
LI 101010 MI 000010 IA 010111 HB 011110
AH 111011 BH 110011 GH 100011 DH 001011
LH 101011 MH 000011 IH 010011 HA 011111

A la vez, cada odón del Zoéma, el Código General de las Lenguas, (CGL),
corresponde a un codón del Código Genético (Las negritas son los codónes).

Estas tablas de analogías sugieren un hecho sorprendente: dado que las


letras de las cinco bases que componen el ADN y el ARN (que introduce el

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Uracilo en el lugar de la Timina) son letras arbitrarias y convencionales, ya que
representan la primera letra de la Adenina (A),Timina (T), Citosina (C),
Guanina(G) y Uracilo (U) y las cuatro letras AUGC que definen las
combinaciones de los sesenta y cuatro codónes responden a la misma
arbitrariedad, los sesenta y cuatro odónes del Zoéma, o Código General de las
Lenguas, representan el verdadero texto de la transmisión genética. Futuras
investigaciones de laboratorio tendrán que asomar la posibilidad de cambiar el
valor arbitrario con el valor natural y, por ende, universal, tanto de las bases
como de los aminoácidos.

Las correspondencias de los 64 odónes con los 64 codónes:

AA-AAA BB-AAC GG-ACA DD-ACC


LL-CAA MM-CAC II-CCA HH-CCC
AB-AAG BA-AAU GB-ACG DG-ACU
LD-CAG ML-CAU IM-CCG HI-CCU
AG-AGA BG-AGC GA-AUA DB-AUC
LG-CGA MD-CGC IL-CUA HM-CUC
AD-AGG BD-AGU GD-AUG DA-AUU
LB-CGG MG-CGU ID-CUG HL-CUU
AL-GAA BL-GAC GL-GCA DL-GCC
LA-UAA MB-UAC IG-UCA HD-UCC
AM-GAG BM-GAU GM-GCG DM-GCU
LM-UAG MA-UAU IB-UCG HG-UCU
AI-GGA BI-GGC GI-GUA DI-GUC
LI-UGA MI-UGC IA-UUA HB-UUC
AH-GGG BH-GGU GH-GUG DH-GUU
LH-UGG MH-UGU IH-UUG HA-UUU

Lo fascinante del descubrimiento del código lingüístico y su anclaje en el


código genético es el hecho de presentar las analogías operativas entre su
estructura binaria y el nexo que ésta estructura tiene con los 64 codónes del
código genético. Se trata de tres planos o registros operativos de expresión:
lingüístico, biológico y matemático.

Las 5 bases y las 5 vocales, los 64 codónes y los 64 odónes, los 20


aminoácidos y las 20 consonantes, las proteínas y las palabras, el gen y la
oración, el genoma y la lengua, los cromosomas y los universales, el ADN y la
memoria lingüística, el ARN y el habla en una lengua específica, la célula y el

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lenguaje, la proteína y el sentido: he aquí algunos de los nexos lógico-teóricos
que nos esperan en la apertura de un nuevo campo de investigación.

El código general de las lenguas se ha definido como ZOÉMA, del


término griego ZOE -"vida" y el sufijo "-ema" que describe una categoría
mínima de un conjunto. El zoéma contiene 64 elementos u operadores
lingüísticos que son proyectados desde la célula en lo externo, a través del
código genético.

Los 20 aminoácidos generan el fenómeno consonántico y las 4 bases, más


el uracilo, la quinta, son generadores del fenómeno vocálico.
¿ Cómo se pasa del código genético al código lingüístico? Los 25
elementos del alfabeto universal son en realidad, aspectos redundantes o
variantes de sólo 8: A, B, G, D, L, M, I, H. Las variantes se ordenan como sigue:
A B G D L M I H
E F C T R N Y
O P J
U V K
Q
S
X
Z

El alfabeto universal está conformado por 25 letras-sonido:


AB C D E FG H I J K LM N O PQ R STUVXYZ
En los renglones de las variantes entran todas las posibles maneras de
pronunciar sonidos de la misma clase de rasgos distintivos y su número es
ilimitado.

De este repertorio de 25 letras-sonido hay 8 - dos vocales (A, I), cinco


consonantes (M, G, L, D, B) y un heterófono - (H), correspondientes a los ocho
aminoácidos que el cuerpo humano no puede sintetizar.

Cuando los niños comienzan a hablar, emiten estos sonidos primordiales:


son los ocho gritos primarios que acontecen en los procesos de composición y no
de adquisición del lenguaje, desde el nacimiento hasta la madurez de la lengua.
En todas las lenguas naturales, los niños gritan: AAAA, MAMAMA,
BABABA, GAGAGA, DADADA, LALALA, IAIAIA, HAHAHA . . .Ya poseen
en sus manos, desde sus genes, los operadores que constituyen la base del código

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general de las lenguas. Las combinaciones de los ocho sones primitivos forman
sesenta y cuatro elementos llamados odónes, cada uno de ellos caminos para el
gran viaje de la manifestación del lenguaje en el ser humano. Los animales
poseen también estos ocho sones pero jamás realizarán la fascinante tarea de
combinación, ordenamiento y procesamiento del sentido a través de los distintos
registros de la comunicación humana.

No obstante, el mundo animal y vegetal y, en general, todo lo orgánico,


representa la gran logoteka de las lenguas naturales, el archivo que guarda con
esmero la información que el ser humano utilizará desde su nacimiento hasta la
muerte, para vivir y sobrevivir, para hablar o callar, para desinformar o
comunicarse, para manipular a sus congéneres, o para filosofar.

Todo ocurre de modo espontáneo y nadie está consciente de ello en los


primeros años de la manifestación del lenguaje.
¿Qué ocurre en el mundo de los niños en estos primeros años?

Si presentáramos cien juegos reunidos en una sola caja de madera para ser
utilizados durante todo el período de la infancia y de la adolescencia, por el
mismo o los mismos niños, en una sola familia, al abrir la caja, los padres
encontrarán una cantidad de cajas pequeñas contentivas de varios juegos, como
sigue: diez juegos educativos, diez juegos terapéuticos o medicales, cuyo tema es
el cuerpo humano y su fisiología, diez juegos de temas económicos, cuyo valor
insiste en la figura comercial del dinero, diez juegos de investigación, con datos
y métodos de memorización referentes a las diez lenguas más utilizadas en el
mundo y donde los niños descubrirán la manera de abrir las puertas de la
imaginación para el estudio de estas lenguas.

Luego se presentan otros diez juegos de estrategia para que el joven


comprenda la idea de la conquista de sí mismo, juegos que giran en torno a la
táctica y a la política del poder. Siguen otros diez juegos de construcción, diseño
y arquitectura para que el niño comprenda la idea de ESPACIO.
El Laberinto, el Tablero, la Torre de Babel, la Muralla China y otros temas,
son suficiente material para que el joven descubra el concepto de VACIO, muy
necesario para el uso coherente, armónico y creativo del Espacio.
Hay otros diez juegos de naturaleza artística. Con ellos el niño entra en
contacto con las nociones de Color, Forma, Composición, Orden, Armonía y

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puede así adquirir criterios en torno a ciertas categorías estéticas del Pseudo-
Arte como lo Cursi, lo Kitch y lo Pavoso. Se trata de nociones que llevan hacia
la comprensión de la figura del Gusto y de la noción de Estilo, elementos
principales del fenómeno estético.

Otros diez juegos son de naturaleza religiosa o Teológica; el niño y el joven


entran con ello en contacto con la noción de lo Sublime y comienzan a
preguntarse de manera seria sobre la existencia o la no-existencia de Dios, sobre
la Creación del Hombre, sobre la Justicia, la Verdad y la Realidad, sobre el Bien
y el Mal, o por la razón de nuestra existencia aquí, en la tierra.
Es ésta una esfera netamente existencial.
Otros diez juegos se dirigen hacia la poesía y el lenguaje, la creación
de palabras y de conceptos que descubren al niño el rico mundo del ritmo y de la
asonancia, los juegos de la imaginación creadora.

Por último, hay otro grupo de diez juegos que introducen al niño en
el plano de la naturaleza mágica de las cosas. En este mundo de lo visible y lo
invisible, que el niño llamaría alegremente "lo visinvisible", la educación es
“otra”, los valores son “otros”, el cuerpo humano se ve o no se ve y “es”
diferente, el lenguaje es misterioso, las estrategias a seguir son totalmente
contrarias a las estrategias visibles del mundo ordinario. Se trata del mundo
mágico de los cuentos de hadas, el mundo de los gnomos, de los trasgos y de los
elfos.

Al frecuentar todos estos planos, el joven regente de la Caja ALMATERIA - el


Baúl de los Cien Juegos comprende las realidades trascendentes y se enfrenta
con otras armas a los hechos, palabras y acciones de la vida diaria, de por sí
imbuida de misterio y contingencia. Su visión es superior al modo de ver del
adulto que no ha tenido referencia ni oportunidades para entrar en contacto con
este mundo de la magia de la palabra y la fascinación del detalle.

Comparando estos juegos con las propuestas contemporáneas del


mundo de la computación, podemos darnos cuenta de la diferencia de criterio en
cuanto a las dificultades que ofrece la tecnología cibernética de materializar los
elementos ficticios de la pantalla.

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La facilidad de sentir y percibir con sus propias manos las construcciones, los
hechos, los objetos y los espacios no virtuales que se plasman en el tablero de los
juegos del Baúl Almateria, es una sensación que introduce al niño en un
verdadero mundo de poesía y realidad, el mundo que todos hemos perdido.
La realidad de los juegos manuales nunca será superada por la realidad
virtual del Cyber-Espacio o por los elementos cibernéticos que pregonan la
adquisición de una destreza de pantalla.

El niño y el joven, construye, marca, toca, eleva, abre, cierra, adorna,


reduce, aumenta, encaja, produce, almacena, busca, encuentra y memoriza
objetos palpables, con lo cual poetiza el espacio, pero hace todo con sus manos,
con todo su cuerpo, no con un teclado.
La competencia con los juegos de la computación es leal y real: lo que el niño
conoce y descubre a través de los juegos ALMATERIA, es su propio cuerpo, su
consciencia, su razón, su intelecto, su intuición, su imaginación creadora, la
sabiduría, la memoria ancestral de las ideas arquetípicas de la forma, la
inteligencia y el conocimiento de los lenguajes y de las palabras.

Los mundos involucrados en la estructura de cada juego son otros tantos


aspectos del lenguaje:

1. La Educación y la Familia
2. La Medicina, el Cuerpo y la Salud
3. La Economía, el Dinero y el Comercio
4. La Investigación, el Estudio y la Búsqueda
5. La Política, la Conquista, la Estrategia y la Táctica
6. La Construcción, el Espacio, la Casa, y la visión geográfica
7. El Arte, la Música, la Escultura y la Pintura, la Forma
8. La Poesía, la Creación, el Ritmo y la Asonancia
9. La Religión, lo Sublime, la idea de Dios
10. La Magia de la existencia, los mundos ocultos que están aquí, para
aquellos que los pueden percibir y conocer

Cronograma lúdico

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Desde el primer año hasta cumplir la mayoría de edad, cuando el joven
entra definitivamente en el mundo de los adultos para enfrentarse a ellos y a
construir su propio mundo, durante todo este largo período, el niño se interesa
por elementos que giran en torno a su vida privada: sus manos, su cuerpo, sus
cosas, sus palabras, su casa, su ciudad, su espacio, su mundo...
Todos estos elementos, por más triviales que parezcan al adulto, tienen para
el niño un valor extraordinario y su capacidad para entrar en contacto con ellos y
conocerlos, es decir dominarlos, es la verdadera meta de toda relación lúdica con
el entorno a través del lenguaje.

El niño y luego el joven, necesitan y claman vigorosamente por el conocimiento.


Este conocimiento se concentra en tres esferas: la esfera de los pensamientos, la
esfera de los sentimientos y la esfera de los movimientos.
Cuando el niño invoca un pensamiento, debe conocer y sentir la perfecta
analogía entre tal pensamiento o forma abstracta del mundo de las ideas y un
sentimiento, para luego materializar todo ello en un movimiento perfectamente
análogo. Los niños se mueven en seis niveles horizontales:

1. Lo Abstracto 3. La Impresión 5. Lo Natural


2. Lo Concreto 4. La Expresión 6. Lo Artificial

Cuando estos niveles interfieren, surgen innumerables posibilidades de


resolver problemas, dominar situaciones y crear nuevos canales de comunicación
para salir de una trampa de lo visible o de un impasse en el mundo invisible.
Frente a todo eso existe una clara ignorancia o desconocimiento espacial y
lingüístico por parte de los adultos y el niño trata de contrarrestar las
consecuencias de esta relación.

A través de los juegos, comprendemos que el mundo de los adultos es un


espacio codificado cuyas claves las tenemos guardadas en alguna parte de la
memoria de nuestra infancia. La juventud declara un enfrentamiento abierto al
secreto de las acciones adultas, tanto sexuales o privadas como sociales o
externas. La Computadora aleja al niño de esa realidad patente ya que le ofrece
en bandeja de plata la respuesta a toda indagación, sin el menor reparo en los
límites y merecimientos que el joven usuario se hace acreedor en el contacto
cerebro-máquina.

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¿ Qué significa esto? Que el niño recibe toda respuesta sin esfuerzo físico,
manual, corporal, aunque ciertos juegos requieren alguna clase de desafíos
intelectuales para “pasar” de un nivel a otro.
Pronto, el niño comprenderá que el secreto de la vida está más allá de la
imagen y de la palabra y por fin descubre el sexo, el poder y la fama - las tres
trampas que frecuentan el mundo de los adultos, detrás de máscaras y disfraces
no siempre inteligibles.

Sin embargo, si el joven entra en este espacio laberíntico de los juegos


adulterados de los adultos, aunque superficialmente preparado y advertido, tiene
otra visión y otra capacidad de resolver las ecuaciones que surgen en el camino,
a diferencia de otros niños, que tan sólo han “jugado” sus juegos de ordenador.
El encaje de los objetos, las aristas, la perspectiva poética, los golpes de
martillo y los juegos de palabra, no son meras operaciones infantiles para pasar
el tiempo, sino claves para descifrar el enigma de la vida.
Según el Sistema ALMATERIA, basado en el código general del lenguaje, el
Cronograma Lúdico de 1 a 21 años es el siguiente:

1. Durante la gestación, el niño es iniciado en


los misterios placentarios del nacimiento y entra en
contacto genético con el legado del lenguaje, a
través
de los procesos celulares que rigen la gestación
2. Desde los 9 meses a un año el niño comprende y se
familiariza con el fenómeno del sonido a través del
estado de ESCUCHAR
3. Desde el primer año hasta el segundo, el niño
comprende y se familiariza con el fenómeno
sensitivo del TOCAR
4. Desde el segundo año hasta el tercero, el niño
comprende qué es el OLER

5. Desde el tercer año hasta el cuarto el niño


comprende qué es el GUSTAR
6. Desde el cuarto año hasta el quinto, el niño
comprende qué es el OLFATEAR

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7. Desde los seis años hasta los siete el niño comienza
a INTUIR las cosas, entrando así en contacto con su
Consciencia y Guía Interior, la Intuición, el
verdadero
TUTOR
8. Desde los siete años hasta los ocho, el niño
comienza, por fin, a RAZONAR y entra en contacto
con su Intelecto

Sigue otro ciclo de ocho años:

1. Desde los ocho años a los nueve, el joven


comprende y se familiariza con el SONIDO y con
los juegos de palabra
2. Desde los nueve años a los diez, el joven entra en
contacto con el misterio de la FORMA
3. Desde los diez años a los once, el joven descubre
y se familiariza con el COLOR
4. Desde los once a los doce años, el joven
comienza a comprender la naturaleza del SEXO
5. Desde los doce a los trece años, el joven
comprende y se familiariza con el SILENCIO
6. Desde los trece años a los catorce, el joven
descubre el mecanismo de la CONQUISTA y
comienza a construir estrategias
7. Desde los catorce años a los quince, el joven
aplica sus estrategias a través de TACTICAS
personales o simuladas
8. Desde los quince años a los dieciséis, el joven
construye su PROPIO MUNDO

En este preciso momento, que puede acaecer en edades diferentes de niño


a niño, el adolescente deja ya de “adolecer” de que no lo comprenden, de que no
lo entienden, de que nadie sabe su dolor... etc. y adquiere el estatus de JOVEN,
en el verdadero sentido de la palabra. De tal modo que empieza a preguntarse
cuatro cosas, durante los cuatro años que lo llevarían hacia la “mayoría de edad”:

Desde los dieciséis a los diecisiete años, el joven se pregunta


¿ Adónde voy cuando salgo de este mundo?

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Desde los diecisiete años a los dieciocho, el joven se pregunta
¿ Qué estoy yo haciendo aquí y cual es la misión y la causa de mi existencia?
Y desde los dieciocho años a los diecinueve, el joven llega a
preguntarse ¿ De dónde vengo y cual es mi verdadera cara?

Desde los diecinueve años a los veinte, el joven pasa en revista todos sus
“juegos” y entra en el escenario del mundo adulto con un verdadero arsenal de
ideas, palabras y acciones. La meta de los juegos ALMATERIA es abrir la puerta
de la confianza en sí mismo y sugerirle al joven que tiene la suficiente valentía y
capacidad para vencer todo tipo de obstáculo y resolver toda ecuación o
problema, por más difícil que sea.
Cualquier individuo tiene sus valores y con ellos se engalana en el
espectáculo diario de los desafíos del mundo.

El joven posee ya

El Lenguaje
La Estrategia
La Ciencia
El Arte
La Técnica
La Salud
La Educación
La Economía
La Poesía

Con todo ello en sus manos, ser apreciado o valorado en un mundo donde
los valores están trastornados, ya no representa para el joven de hoy, una meta: es
necesario comprender que es suficiente TENER valor mas no es necesario SER
VALORADO.
Cuando el individuo humano alcanza realizar esta verdad de la
sociedad de todos los tiempos, avanza sin mirar hacia atrás y no le incumbe ni le
interesa el hecho de ser o no valorado y apreciado. Es un individuo que se basta a
sí mismo, un guerrero, un tigre, un soldado de su propio ejército y como tal es

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libre, todopoderoso y digno, leal a sí mismo y a sus ideales: es un libre pensador,
un libre hacedor y un libre "sentidor".

Este es un momento crucial: el Código General de las Lenguas tiene un


operario digno de su categoría.

Hemos creado una imagen ideal de un ser humano preparado para recibir
los instrumentos y las herramientas del regalo más preciado de la existencia: el
Lenguaje.

Regresemos al mundo teórico del Código General de las Lenguas.

El hecho de que en el grupo de ocho primitivos se encuentren dos vocales,


- A, I - responde a una ley universal: estas vocales son el grupo mínimo de
vocalización en todas las lenguas naturales. El código empieza a formarse con el
primitivo A y sus variantes, E, O, U. Luego entra en escena el primitivo I. Las
cinco vocales - A, E, I, O, U se transforman en las cinco consonantes primitivas
M, G, L, D, B, respectivamente (A-M, E-G, I-L, O-D, U-B) y por último,
el grupo acepta el catalizador heterófono H, que es, en realidad, el primero y el
último de los elementos, por su nexo respiratorio de aspiración y espiración. Este
último primitivo heterófono tiende a relacionarse con el grupo hepático del
primitivo G.
Este es un plano orgánico (5) o funcional-metabólico. En el plano
endocrino (8) se produce la elección de las dos vocales, las cinco consonantes y
el catalizador heterofónico: A, (B, G, D, L, M) I, H. Estos son los ocho
operadores iniciales del código de 64 logemas dobles, llamados odónes.
Las relaciones entre vocales respetan las restricciones de unión de las
bases nitrogenadas:
A y E como en el código genético A y T (A es Adenina y T es Timina)

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E y A T y A

O y U como en el código genético G y C (G es Guanina y C es Citosina)


U y O C y G

En un próximo paso, la T (Timina) se cambia, en el ARN, por Uracilo,


proceso equivalente en el lenguaje con el cambio de E por I. Una base se
transforma en aminoácido y viceversa, por captación o donación de un electrón.
¿Por qué ocho? La naturaleza octonaria de los operadores es un requisito
atómico. El número ocho es muy importante para los electrones en un átomo.

Si llegan a agruparse ocho electrones formando una capa alrededor del


núcleo, de un átomo, quedan plenamente satisfechos e inactivos, eludiendo toda
perturbación o reacción química. (Véase el libro de Stewart, Alec T., El
Movimiento Continuo, Edit. Univ. B. Aires, 1966, pags. 35,
40,43,45,51,52,62,88)
Antes de acercarnos a las tareas, hay que presentar las herramientas. Con
los elementos del código lingüístico se realizan tareas que poseen sus correlatos
en la síntesis proteínica. Como un mínimo ejemplo recordamos que los estados y
las situaciones declarativas, condicional optativas, interrogativas, negacionales,
afirmativas o interjeccionales, reflejadas todas en la lengua, tienen una
explicación en términos celulares, según ha sugerido Ángel López García en su
texto Fundamentos Genéticos del Lenguaje (Edit. Cátedra, Madrid, 2002).
El valor predictivo de estas informaciones ofrece un nuevo campo de
investigación en la genética lingüística que tendría que acudir a la lingüística
genética para alcanzar comprender los complejos niveles de operatividad de las
lenguas naturales.
Esta nueva ciencia podría llamarse GENOGRAMÂTICA o gramática
genética. Si las bases tienen un valor sonoro real en el lenguaje, su notación
arbitraria perdería toda operatividad genética de lectura.

En cambio, al descubrirse la correspondencia vocálica con las cinco bases,


es muy posible realizar una "lectura" del Genoma, en alguna lengua materna,
decodificando los codónes por vía de la correspondencia con los odónes del
Zoéma. Para ello habría que averiguar, a través de experimentos de laboratorio,
cual es la consonante-sonido que corresponde a cada uno de los veinte
aminoácidos, para luego intentar realizar una lectura de la información genética a
través del propio código lingüístico, el Zoéma Humano. Ya sabemos que los
ocho aminoácidos esenciales corresponden a los ocho sones primitivos, pero
sólo a través de la investigación bioquímica se alcanzará saber cual es la precisa
analogía entre cada uno de los aminoácidos y los primitivos.
Tanto los ocho aminoácidos esenciales, como los ocho primitivos

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corresponden al arsenal de 25 elementos del mundo celular de la síntesis
proteínica (5 bases y 20 aminoácidos) y al grupo de 25 elementos del alfabeto
universal (5 vocales y 20 consonantes).

Los lingüistas tradicionales lanzarán gritos en el cielo al averiguar que el


alfabeto universal es motivo de tan elevadas pretensiones.
Pero no tienen razón en enfadarse: el alfabeto, en su más rústica y burda
representación de 25 elementos, entre los cuales hay cinco vocales y veinte
consonantes, es uno de los más sorprendentes modelos de transcripción que el
ser humano haya descubierto a lo largo de la historia. Por más que existan
múltiples variantes sonoras y una infinidad de aspectos fonéticos y fonológicos
en las lenguas naturales, no se le puede negar al alfabeto universal la curiosa
capacidad de expresar cualquier manifestación lingüística de cualquier expresión
en una lengua natural.
En esta situación de analogía con el código genético, las letras deben
aceptarse como una representación de la factura sonora de los operadores
lingüísticos y viceversa, la factura sonora de los operadores lingüísticos tienen
derecho de verse representados por las 25 letras del alfabeto universal, a pesar de
que las aproximadamente siete mil lenguas naturales habladas hoy en día, posean
sonoridades en extremo complejas. Ésta última afirmación sigue siendo materia
de fonología y a nadie se le ha ocurrido prohibir a los fonólogos proseguir con
sus investigaciones.
Ahora bien, en los términos del Código General de las Lenguas, estos
detalles son irrelevantes, puesto que representan una capa muy externa de la
manifestación del lenguaje, un mero vestido que cubre el sistema óseo de la
lengua, sin más averiguaciones acerca del largo camino que existe entre los
profundos giros de los procesos celulares y su proyección en la palabra.
El descubrimiento del Zoéma Humano y de sus "odónes" o caminos
lexicales, es un paso crucial en la investigación genética del lenguaje.
Los pasos celulares son simultáneos a las operaciones lingüísticas.
El orden descendiente de la siguiente tabla no respeta las relaciones
jerárquicas entre los elementos celulares y los pasos de los procesos lingüísticos.
Solamente muestra las analogías operativas que existen entre los diversos
componentes del arsenal lingüístico y los elementos genéticos y celulares del
organismo. Los animales, las plantas, vale decir, todo el mundo orgánico,
representa un lugar topológico y mnemónico donde están almacenados los
operadores del lenguaje, a la vez que el código genético.
Con el código lingüístico o logozoéma, definido simplemente como
"zoéma", sólo se necesita de grafos oracionales y sintácticos y de operadores
binarios (odónes) para crear cualquier lengua natural. Dentro del mismo ZOÉMA
se puede operar tanto con los principios de la fonética y de la fonología, como
con los principios de la semántica y con las leyes de la sintaxis universal.

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La semántica y su campo regido por el sentido y la significación es
arbitraria y convencional, puesto que en cada lengua se elige una particular
perspectiva para nombrar el mundo y sus cosas.

Por su parte, la sintaxis es hormonal, vale decir genética, y la fonética y


fonología son funcionales, con bases bioquímicas, metabólicas y orgánicas.

La sintaxis es un conjunto de esquemas de grafos. Los grafos pueden ser


cerebrales, neuronales, posicionales o corticales. Los componentes del código
lingüístico (odónes) no se mueven de sitio: son visitados de modo bioeléctrico o
cortical por la trayectoria del grafo ya existente en el plano celular, como orden
de lectura de los genes, el orden de los aminoácidos y la composición generada
por los procesos de la síntesis proteínica. Los grafos se forman en el cerebro a
través del fenómeno de la sinapsis. La sintaxis es una función no un operador.
Por tanto, la función necesita operar con operadores, cuya existencia implica el
uso de un código, el código lingüístico. Sin la función, el código se manifiesta
aleatoriamente, como ocurre en el fenómeno de "hablar en lenguas" o en el habla
lúdica infantil, cuando el operario usa de modo errático y casual los odónes del
zoéma, construyendo frases sonoras sin sentido, consideradas erróneamente por
los oyentes como palabras de una lengua desconocida. Al código lingüístico se
ha llegado por una vía experimental, de modo independiente, y sin tomar en
cuenta los elementos del código genético. Luego, al observarse analogías
operativas pertinentes, se han analizado los elementos formativos del código y se
han postulado cien teoremas, es decir cien declaraciones de requerimientos
mínimos que expliquen el fenómeno contemplado(las lenguas naturales, el
lenguaje y el habla), basándonos en la Teoría Bioquímica Unificada del Lenguaje
(TUL). Esta teoría es, por ende, una visión genética del lenguaje y de las lenguas
naturales.

Los codones generan aminoácidos y los aminoácidos proteínas.

¿Cómo se define cada uno de los 64 operadores del Zoéma, el Código


General de las Lenguas? Ya hemos visto que el término elegido ha sido el
ODÖN, camino léxico. Los 64 odónes poseen distintas categorías binarias,
descritas a continuación:

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V- Vocal, C- Consonante, H- Heterón (Vocal y consonante)
La V -Vocal, es un FONO
La C-Consonante, es un SEMA (cargador de sentido)
El VV-(Vocal-Vocal) es un FONOFÓN
El CC (Consonante-Consonante) es un SEMASÉM

(Las letras mayúsculas no tiene nada que ver con los operadores odónes).

Acorde a esa terminología especializada tenemos las siguientes


categorías de operadores en el Zoéma:

CC DISEMA, SEMASÉM
CV SEMAFÓN
VC FONOSEMA
VV DIFONO
HC ALOSEMA, HETEROSEMA
HV ALOFÓN, HETERÓFONO
CH SEMAHÉTERON
VH FONOHÉTERON
HH DIHÉTERON

(Recordamos una vez más, que las abreviaciones no deben confundirse con los
operadores del zoéma)

En el Zoéma, los 64 módulos llamados odónes ostentan las anteriores


categorías. Una representación del grupo de odónes es necesaria para una lectura
categorial:

AA BB GG DD LL MM II HH
AB BA GB DG LD ML IM HI
AG BG GA DB LG MD IL HM
AD BD GD DA LB MG ID HL
AL BL GL DL LA MB IG HD
AM BM GM DM LM MA IB HG
AI BI GI DI LI MI IA HB
AH BH GH DH LH MH IH HA

Las ocho partes de la oración (nombre o sustantivo, verbo, adjetivo,


adverbio, preposición, pronombre, conjunción, artículo) están regidas por cada
una de las glándulas endocrinas.

El hecho de que no todas las lenguas naturales posean el mismo número de


categorías no es un impedimento para la teoría. Se trata de casos particulares y

17
de la adopción de una forma de categorizar distinta. No obstante, las lenguas
naturales deben respetar las tendencias metabólicas y funcionales del organismo
y en ello, las glándulas endocrinas "tienen algo que decir".

En la formación de las palabras, las variantes vocálicas en -A, -E, -I,


-O, -U, operan siempre en la construcción de núcleos o radicales (como, por
ejemplo -DAN-, -DEN-, -DIN-, -DON-, -DUN-) y su existencia está relacionada
con las cinco bases de las operaciones celulares del código genético.
Es relevante el hecho observado en castellano, de los verbos y sus terminaciones
en infinitivo: sólo aceptan variaciones en -A (-AR), en -E (-ER)
y en -I (-IR). No hay variantes terminadas en -O (-OR) ni -U (-UR). Este hecho
tiene causas genéticas y en su lectura, con la teoría genética del lenguaje se abre
una nueva perspectiva de interpretación.
Todas las lenguas naturales son creaciones combinatorias de ocho
operadores primitivos: A, B, G, D. L, M, I, H. En este grupo de sones
primordiales hay dos vocales (a.i), cinco consonantes(B,G,D,L,M) y un puente
heterofónico (H), que puede oscilar entre ser vocal o consonante, debido a su
doble naturaleza sonora.
¿Dónde están las cinco bases del código genético? Las bases se han asimilado a
la naturaleza vocálica. Por otra parte, las consonantes provienen de las vocales y
son generadas por las vocales, tal como las bases, reunidas en forma de codónes,
o tripletes genéticos, contactan los aminoácidos para generar las proteínas.

M proviene de A y su carga acidificante es equilibrada por la basicidad de A.


B proviene de U y su carga acidificante es equilibrada por la basicidad de U.
G proviene de E y su carga acidificante es equilibrada por la basicidad de E.
D proviene de O y su carga acidificante es equilibrada por la basicidad de O.
L proviene de I y su carga acidificante es equilibrada por la basicidad de I

Por lo tanto, la serie primordial A B G D L M I H puede "leerse" como


AU E O I A I H

La naturaleza consonántica del sonido se asimila a los aminoácidos y la


naturaleza vocálica a las bases. En la serie octonaria de los primitivos tenemos
cinco aminoácidos y un elemento transitivo o heterofónico que puede ser tanto
vocal como consonante, así como posee la capacidad de ser tanto aminoácido
como base.
Estos cambios son iniciados por el heterófono H y continúan a lo largo de
los procesos de combinación y traducción en el código lingüístico. Para
asimilarse a los ocho aminoácidos esenciales, los ocho primitivos se encuentran

18
en una fase de naturaleza puramente consonántica.

El heterófono H es en esta fase, consonante:

M (en vez de A) B G D L N R H
En esta fase, los sones primitivos actúan como aminoácidos esenciales y
pueden ser definidos como sones esenciales. Recordemos que los ocho sones
primitivos poseen un número mínimo de variantes sonoras y es por ello que las
variantes (N, R) ocupan el lugar de la consonante primitiva (M, L):

A B G D L M I H
E F C T R N Y
O P J
U V K
Q
S
X
Z

En un primer estrato, los 64 odónes son vocálicos y es por ello que el niño,
antes de usar las consonantes, emite componentes fonéticos de naturaleza
vocálica. A medida que avanza en edad, los procesos bioquímicos del cuerpo del
niño se estabilizan y el habla cambia: la lengua es cada vez más clara, más
lógica, más coherente y la pronunciación, la semántica y la sintaxis se perciben
en toda su complejidad. Alrededor de los once años, los procesos de osificación
ya están finalizando y el organismo está listo para empezar un nuevo ciclo, el de
la pubertad.

Existe una analogía lingüística entre los procesos de replicación,


transcripción, traducción y transferencia que ocurren en la célula.
En el lenguaje, que, de hecho, se proyecta en la lengua a través del habla,
estos procesos se perfilan de modo análogo. La replicación hace que los 64
elementos del código lingüístico comiencen a combinarse, formando largas
cadenas sonoras.

La transcripción produce réplicas consonánticas allí donde la vocal no se


ha transformado aún en su contraparte consonántica correspondiente. La
traducción traslada los elementos del código (Zoéma) hacia el registro de una

19
lengua específica, formando palabras con sentido.
A su vez, con la transferencia, las nociones que se desean comunicar
se ordenan en el discurso como oraciones bien formadas y se formulan así las
cláusulas lógicas. El Código General de las Lenguas posee en sí mismo la
capacidad de operar, tanto en el plano fonético como en el plano semántico.
A la vez, permite la formación de grafos neuronales entre sus
componentes para codificar el orden de la sintaxis.
Un tema de análisis que merece nuestra atención es por qué los niños,
antes de hablar, emiten frases vocálicas como si fuesen palabras ordenadas en
oraciones. ¿A qué se debe la vocalización y la falta obvia de consonantes que
puedan hacer las veces de cargadoras de sentido?

Los ocho aminoácidos esenciales son análogos a los ocho sones primitivos
que los niños emiten a través de la risa o de los gritos posnatales.

Cada elemento vocálico posee una correspondencia consonántica, una


consonante específica en la cual se transforma y con la cual tiende a combinarse
para actualizar el equilibrio base-ácido controlado por el pH:

A con M
E con G
I con L
O con D
U con B

A su vez, el heterófono H participa en las combinaciones y representa el


catalizador de las operaciones de fonalización y fonetización. He aquí los 64
odónes y su correspondencia vocálica:

(Los odónes vocálicos guardan la misma forma ya que no necesitan transformarse)

20
AA BB-UU GG-EE DD-OO LL-II MM-AA II HH
AB-AU BA-UA GB-EU DG-OE LD-IO ML-AI IM-IA HI
AG-AE BG-UE GA-EA DB-OU LG-IE MD-AO IL-II HM HA
AD-AO BD-UO GD-EO DA-OA LB-IU MG-AE ID-IO HL-HI
AL-AI BL-UI GL-EI DL-OI LA-IA MB-AU IG-IE HD-HO
AM-AA BM-UA GM-EA DM-OA LM-IA MA-AA IB-IU HG-HE
AI BI-UI GI-EI DI-OI LI-II MI-AI IA HB-HU
AH BH-UH GH-EH DH-OH LH-IH MH-AH IH HA

Se observan fenómenos redundantes pero se trata de una fase transitoria.


Hay 16 elementos repetidos, equivalentes a los intrones del código
genético. Todos ellos cambiarán su forma en el registro básico del Código
(Zoéma), conformado con todas las consonantes. La sustitución de la timina (T)
del ADN por el uracilo (U) del ARN y la desaparición en el ARN de los
llamados INTRONES del ADN, los cuales son largas secuencias de bases no
operativas, es un proceso similar al proceso lingüístico antes descrito en el
Zoéma. El Alfabeto Universal o Internacional no es una fila arbitraria de letras
convencionales: es un conjunto operativo que refleja de manera sencilla y
sorprendente todos los sonidos "posibles" utilizados por el ser humano en sus
lenguas.
El sonido respiratorio es el primitivo heterofónico H. Luego, la vocal A,
son primitivo, es la única sonoridad que puede ser pronunciada y emitida con la
boca abierta al máximo.

El son primitivo M es la única sonoridad emitida con la boca cerrada


completamente. Estos tres elementos representan, respectivamente, el acmé
(máximo) -A, el medio o el núcleo sonoro - H y el mínimo -M. Entre estos dos
límites, mecánicos y, a la vez sonoros - A y M -se encuentran todas las lenguas
naturales.

H Todas las Lenguas Naturales

21
M

Los humanos sintetizan la mayoría de los aminoácidos necesarios para la


nutrición, pero dependen de los alimentos proteínicos, puesto que no pueden
"producir" ocho aminoácidos esenciales. Las ocho glándulas endocrinas se
encargan de controlar esa deficiencia. Los ocho aminoácidos esenciales se
relacionan con los procesos hormonales de las ocho glándulas endocrinas que
luego controlan los procesos sintácticos de las lenguas naturales. Los ocho
aminoácidos esenciales son los siguientes:

• Glicina
• Alfa-alanina
• Serina
• Tirosina
• Lisina
• Beta-Asparagina
• Cisteina
• Prolina (molécula completa)

A ello se debe el hecho de que los niños emitan ocho gritos primarios. La
aseveración anterior se basa en la existencia de ocho sones primitivos que
sustituyen, por los procesos que provocan y convocan a raíz de su emisión, la
deficiencia de sintetizar estos ocho aminoácidos esenciales.

Las dos vocales A. I, generadas por los procesos básicos o alcalinos de la


célula, el heterófono respiratorio H y las cinco consonantes primitivas, a su vez
de naturaleza aminoácida, hacen un total de ocho protofonos que pueden ser
asimilados al grupo de los ocho aminoácidos esenciales.

En el organismo humano hay varios registros y en sus niveles se controlan


tanto los ocho primitivos (A, B, G, D, L, M, I, H) - el nivel hormonal, como las
cinco vocales esenciales (A, E, I, O, U) - el nivel orgánico.
Las cinco vocales esenciales son generadoras de las únicas cinco
consonantes encontradas en todas las lenguas naturales (M, G, L, D, B),
respectivamente. A su vez, el son primitivo H no queda excluido de este teatro de
operaciones: H regula el proceso pulmonar-sanguíneo y controla la oxigenación
de la sangre a través de la respiración, cuyo ruido evoca.

El metabolismo y el pH son aspectos que interesan al lenguaje y a las

22
lenguas naturales en el marco de una teoría bioquímica del habla.
En el cuerpo humano, las bases se proyectan en las vocales y los
aminoácidos en las consonantes. Las cinco bases generan cinco vocales
esenciales que, a su vez producen cinco consonantes cuya existencia es
simultánea y correspondiente. Las cinco bases y los veinte aminoácidos forman
el arsenal lingüístico del código del habla.

Las lenguas son sistemas biogenéticos abiertos, en constante interacción


con el medio exterior. El sistema biogenético recibe información de lo externo y,
al mismo tiempo, envía y proyecta al entorno, distintos tipos de vibraciones
sonoras que los seres humanos han llamado "palabras".

¿Existen las palabras antes de haber sido pensadas?


¿Existe, acaso, el pensamiento antes de la presencia de las palabras?

Esta es una pregunta excepcional, a la cual todavía no se le ha dado


respuesta.
¿Pensamos con palabras?

Formulemos la pregunta de otro modo:


¿Pensamos acaso en una lengua determinada?
Hemos aseverado que nuestro pensamiento es procesado a través de
componentes binarios. No por ello dejan las palabras de tener su importancia
categorial.

El árbol del lenguaje es equivalente al árbol de la vida, el mundo celular.


En el organismo del ser humano los dos árboles coexisten en una simbiosis
ontológica para el gozo del Ser. ¿Cuál es la consecuencia de esta coexistencia?
La posibilidad de una lectura real y factible del libro de la vida a través del
Zoéma, el Código General de las Lenguas. ¿Qué nos reserva el futuro? Investigar
la equivalencia estricta entre sonidos y elementos bioquímicos, entre genes y
formas de oraciones, entre aminoácidos y sonidos.

La teoría genética del lenguaje es explicativa y no descriptiva: explica los


procesos lingüísticos, no sólo los describe. Los (aproximadamente) 40.000 genes
humanos representan el número, también aproximado de las oraciones posibles
en una lengua natural. Los genes representan el conjunto de todas las secuencias
de palabras posibles, grabadas en las neuronas a través de grafos sinápticos.

23
Esta información nos permite construir una analogía desde la cual surgen
una gran cantidad de inferencias sobre los nexos capitales que existen entre el
mundo celular y el lenguaje. He aquí algunos ejemplos:

GENES ORACIONES

BASES SIN URACILO VOCALES sin I

BASES CON URACILO VOCALES con I

ADN TEXTO o DISCURSO

ARN ORACIONES

CODÓNES ODÓNES

AMINOÁCIDOS CONSONÁNTES

PROTEÍNAS SÍLABAS y PALABRAS

ENZIMAS AFIJOS

GENOMA LENGUA

CÉLULA LENGUAJE

TEJIDOS GRUPOS

24
SISTEMAS ECOSISTEMAS

ORGANISMO ARBOL DEL LENGUAJE

CROMOSOMAS PRINCIPIOS UNIVERSALES

El código genético del genoma humano y sus "libros" o "tomos" son la


cantidad de palabras posibles en una lengua natural.

Ya sabemos que hay ocho aminoácidos esenciales que el cuerpo humano


no puede "producir". Para contrarrestar esa deficiencia, el sujeto humano come
productos animales y habla (!), usando ciertas categorías gramaticales en sus
oraciones: verbos, sustantivos, adjetivos, pronombres, conjunciones,
preposiciones, artículos, adverbios. Las ocho partes de la oración son tipos de
proteínas y la oración es el gen.
Un cuadro de las ocho categorías de palabras llamadas "partes de la
oración" nos muestra la posible relación que cada una de estas categorías tiene
con las glándulas endocrinas:

1. El Nombre o Sustantivo Las Gónadas


2. El Verbo La Pituitaria
3. El Adjetivo Las Suprarrenales
4. El Adverbio El Paratiroides
5. La Preposición El Páncreas
6. El Pronombre La Epífisis
7. La Conjunción El Timo
8. El Artículo La Tiroides

(Las flechas pueden tener de hecho un aspecto vectorial inverso: )

Estas categorías gramaticales están regidas por los procesos glandulares y a esa
altura de la disquisición no podemos aceptar el argumento del lingüista "abogado
del diablo" que ostenta la crítica bien conocida de la no existencia de estas
categorías, en su número completo, en todas las lenguas naturales.
Pues, existen otras categorías, como por ejemplo la interjección, la cual
toma el lugar, como otras mucho más operando en fenómenos similares, de

25
alguna de las ocho citadas en la lista. En las lenguas que no poseen estas precisa
categorías encontraremos otras del mismo tenor.
En lo referente a los procesos fundamentales del lenguaje, no queda nada
externo al sistema explicativo que adoptamos en esta presentación.
La propia existencia operativa de los elementos bioquímicos impregna
validez y existencia similar a los fenómenos lingüísticos, que aparecen como un
reflejo externo de los procesos internos celulares y del organismo, en general.

CODIGO GENERAL DE LAS LENGUAS NATURALES

Aspectos celulares del lenguaje

A consecuencia de los planteamientos de la teoría genética y biogenética


del lenguaje, las denominaciones arbitrarias y convencionales de los
aminoácidos y de la secuencia de bases nitrogenadas adquieren un valor de

26
lectura universal, dada la equivalencia bioquímica con el código lingüístico
(Zoéma). Las bases dejan de tener nombres meramente abreviativos y adquieren
valores de uso lingüístico operativo.

Vamos a proponer la existencia de un nuevo campo de estudio: la


GENOGRAMÁTICA. Se trata de una nueva esfera de investigación que sugiere
estrechas relaciones entre la genética y el lenguaje, entre el genoma y la lengua,
entre las palabras y las proteínas, entre los sonidos y los aminoácidos y las bases,
entre los principios universales y los cromosomas, entre los afijos y las enzimas
y otras más. Estas sorprendentes analogías pertenecen a los postulados de una
nueva teoría del lenguaje - una teoría genética unificada de las lenguas naturales.

Antes que todo, habría que hacer una distinción entre el saber y el
conocimiento. El saber es siempre un núcleo, un centro de una esfera o de un
círculo. En cambio, el conocimiento es un ángulo que aumenta la dimensión de
sus cuerdas, cada vez que el sujeto se aleja del centro. Un ángulo es siempre un
sector de un círculo, una superficie parecida a la tajada triangular de una torta
repartida a cada uno de los investigadores, acorde a sus aspiraciones, anhelos y
pretensiones. El saber, por su parte, es el centro luminoso de una visión
autónoma e independiente, la misma para todos los que saben, la misma para
todas las épocas.
Al considerar a la célula equivalente al lenguaje, se comprende que los
fenómenos de aceptar o "desterrar" palabras son parte de un mecanismo similar a
lo que ocurre en la membrana celular. Las células animales están rodeadas por
una membrana de plasma, viva, flexible y muy delgada. Permite el fenómeno de
ósmosis, es decir que decide qué sustancias entren o salgan y está habilitada para
seleccionar algunas sustancias o excluir otras. La membrana juega un rol vital
para decidir qué entra en una célula. Lo mismo ocurre con el lenguaje, en cuyo
ámbito, la ética y la lógica hacen las veces de membrana osmótica que decide
qué conceptos entren "en", o salgan "de" la memoria ancestral de los principios
universales y están habilitadas para seleccionar algunas nociones o excluir otras.

Cada gen contiene la información para la síntesis de una sola cadena


proteínica. En la lengua, cada oración contiene la información para la
comprensión de una sola idea o noción que se desea comunicar o transmitir.
No es que el lenguaje sea "como" una célula: es una célula y está grabado
en la célula. No es que la palabra sea "como" una proteína: es una proteína.
Producida por la proteína, la palabra puede, a su vez ser productora de proteínas.

No se trata de un símil y no es un juego de comparaciones: es un sistema


de analogías estrictas que conserva los factores en posiciones similares. Entre "
similaridades" o "semejanzas" y las "comparaciones" hay una distancia abismal.

27
El Lenguaje-Célula y la Palabra-Proteína

Entre dos sones o sonidos fundamentales se encuentran miles de lenguas


naturales: diríamos todas. Estos sones son A y M: el primero sólo puede ser
emitido con la boca abierta en lo máximo y el otro, únicamente con la boca
cerrada. Entre los dos, otro son, el sonido-semilla, el heterófono H es el motor de
función y operatividad de todos los demás sonidos, a través del proceso
respiratorio.

Hay palabras especializadas en cada lengua. Se trata de los primitivos,


términos específicos que generan varias clases de elementos léxicos, todos ellos
relacionados temáticamente como si fuesen un tejido. Los procesos celulares se
reflejan en los procesos lingüísticos y viceversa, los procesos lingüísticos tienen
valor celular. En el lenguaje encontramos los universales, elementos que en la
célula se encuentran en el núcleo y, a veces en el citoplasma: los cromosomas.
Desde este punto, todos los operadores celulares tienen estricta correspondencia
con los elementos del lenguaje. La decisión de presentar esta clase de analogías
entre el sistema biológico y el sistema lingüístico responde a la necesidad de
unificar dos explicaciones científicas en una sola visión filosófica.
Un modo de conciliar las conquistas de la ciencia con las exigencias de la
filosofía es admitir las conquistas de la filosofía con las exigencias de la ciencia.
Esta conciliación resulta factible al concebir modelos teóricos de los principios
universales y considerar sus elementos complementarios, eliminando los simples
opuestos o figuras contradictorias. Así, el modelo deja de ser un mero diagrama
o simple bosquejo subjetivo con el valor casual que pueda tener cualquier
esquema privado, y adquiere la categoría de clave de lectura universal para
comprender palabras, conceptos, nociones y oraciones categoriales.
Hay una semántica de la célula, una sintaxis proteínica del organismo y
una fonética de los procesos bioquímicos. El código genético está reflejándose, a
su vez, en el código lingüístico.
Por otra parte, el genoma posee un claro reflejo del zoéma del lenguaje,
donde los odónes son equivalentes a los codones. Nada hace sospechar que el
lenguaje sea un fenómeno distinto de la genética. Por tanto, el lingüista debe
estar versado en los procesos celulares y el genetista tiene que ilustrarse en los
procesos lingüísticos, dominio reservado hasta ahora para los especialistas en
lenguaje.
La ciencia ha ganado otra batalla más: dos campos divididos por procesos
aparentemente alejados de toda semejanza, se unen para generar leyes y axiomas
comunes. La actual investigación lingüística tiene que cambiar obligatoriamente
el rumbo de sus búsquedas. Por otra parte, los genetistas están obligados a tomar
en cuenta los procesos del lenguaje, campo recluido desde hace mucho tiempo en
los ámbitos "humanísticos". No existe célula que no esté inscrita en el mapa del

28
lenguaje y no hay fenómeno lingüístico que no esté relacionado con la
bioquímica de la célula. Estamos en el umbral de una nueva era: la era de la
genética del lenguaje y de la lingüística genética del organismo.

No se trata de un nuevo generativismo sino del nacimiento de un nuevo


campo de estudio e investigación: la genética del habla.
Los hechos que aquí expongo y explico son ampliamente conocidos y
discretamente admitidos con las reservas que todos los científicos tienen que
guardar. Hasta las pruebas de laboratorio, la interpretación que ofrezco, tanto del
lenguaje como de la genética es razonable y su lógica, en modo alguno se halla
en contradicción con los más recientes descubrimientos.

Conclusiones

Las cinco bases el genoma han sido designadas a través de unos nombres
arbitrarios y las letras con las cuales se escribe el libro de la vida tienen un valor
puramente convencional. Según la teoría bioquímica y por ende, genética, del
lenguaje, las bases corresponden a los sonidos vocálicos de las lenguas naturales.
Por tanto, A, T, C y G, las cuatro bases del ADN, junto con U, la quinta
base, llamada "uracilo", que sustituye en el ARN a la Timina T, son en realidad
productos o elementos celulares que corresponden a la cinco sonidos vocálicos
A, E, O, U y por último I. Las cinco bases son equivalentes a las cinco vocales
"teóricas" del lenguaje.
En realidad, en las lenguas naturales, el número de las vocales varía. No
obstante, no hay lengua que no posea, al menos dos, A, I, el grupo vocálico
mínimo (o pareja).
Cuando los lingüistas sostienen que una lengua puede poseer hasta veinte
vocales o cualquier otro número mayor a cinco, no se percatan que los rasgos

29
distintivos pertenecen antes que todo a categorías sonoras separadas por clases, a
través de sus cualidades unitivas, y a causa de una semejanza e identidad
categorial. Es una incongruencia sostener que las demás vocales sean diferentes
de las cinco esenciales. Cualquier otra "vocal " que no sea A, E, I, O, U, las
vocales cardinales y "esenciales", es un caso particular de la emisión o
pronunciación multiforme de los usuarios de las lenguas naturales.
La presencia en la naturaleza de las únicas cinco bases, cuadra y coincide
con la existencia de las cinco vocales clasificadas todas en estos cinco grupos
homogéneos. Entre las cinco vocales, solamente A y luego I, difieren desde el
punto de vista funcional. E, O, U, son variantes de A. Recordemos que no se
trata de letras alfabéticas sino de sonidos y fonemas.
De modo que A y luego I, el grupo vocálico mínimo(o pareja) entran a
formar parte de los ocho sonidos o sones fundamentales del habla, junto con H,
un sonido de naturaleza doble, tanto vocálica como consonántica, heterófono y
las cinco consonantes primitivas B, G, D, L, M.
H es la emisión sonora emitida en el proceso de la respiración. En el grupo
de sonidos fundamentales o sones cardinales del lenguaje las consonantes B, G,
D, L, M poseen una naturaleza ácida. Todos estos sones corresponden a los ocho
aminoácidos esenciales que el cuerpo humano no puede sintetizar o producir y
por ello se vuelve dependiente de los alimentos proteínicos.

Llamaremos a estos ocho sonidos sones, los ocho sones primordiales o


primitivos. En realidad todas las lenguas naturales están comprendidas entre el
son A y el son M: los dos representan la máxima apertura y el cierre de la boca.
Entre ellos, como un catalizador fónico, el son H modifica las emisiones sonoras
y participa en todas las combinaciones. Por sus cualidades de catalizador puede
asimilarse al hidrógeno, necesario en todos los procesos celulares.

Francis Crick y James Watson declaran en Nature, en 1954, lo siguiente:


" No ha escapado a nuestra atención que el apareamiento específico que
postulamos sugiere de inmediato un posible mecanismo de copia del material
genético".
Tampoco ha escapado a nuestra atención - replica el que escribe esta
presentación - que la combinación específica que postulamos con el Código
General de las Lenguas y la Teoría genética del Lenguaje, sugiere de inmediato
un posible mecanismo de copia del material lingüístico. Hay una
correspondencia estricta y sorprendente entre todos los elementos del genoma, el
libro de la vida, y los elementos del Zoéma, el libro del lenguaje. Así como los
aminoácidos son constituyentes esenciales de las moléculas biológicas, las
consonantes son los constituyentes esenciales de las lenguas naturales. Los
veinte aminoácidos constituyen los ladrillos de la vida: todas las proteínas los

30
poseen. Las veinte consonantes constituyen, a su vez, los ladrillos del lenguaje,
y por ende, del habla, todas las palabras las poseen. Si acaso hay palabras sin
consonantes, ello se debe al hecho de que la vocal, o una de las vocales, todavía
no se ha transformado o no ha sido traducida en su consonante correspondiente,
proceso similar a la síntesis proteínica.
Llegamos así a una correspondencia extraordinaria: una lengua natural es
un cúmulo de oraciones regidas por el lenguaje y se comporta como una "célula"
lingüística en la cual existen todos los elementos necesarios para la
manifestación del habla. Allí están los sesenta y cuatro grupos o módulos dobles
llamados odónes, operadores equivalentes a los sesenta y cuatro codónes del
código genético. Los cromosomas del lenguaje son los principios universales
llamados por los lingüistas simplemente "universales".
Nadie puede negar que las lenguas naturales operan a través de dos
categorías: vocales y consonantes y por otra parte, en la naturaleza orgánica sólo
existen dos categorías bioquímicas, los ácidos y las bases, o valga decirlo, los
aminoácidos y las bases nitrogenadas.

Los enlaces entre las bases A y T y entre las bases C y G son puentes de
hidrógeno. En el habla, los enlaces entre las vocales A y E y entre O y U son
puentes sonoros del son H.
A todas esas, el cerebro queda relegado a la función de un teclado. Pero el
teclado ya tiene los operadores con los cuales se va a dinamizar el lenguaje.

En el marco de una teoría genética unificada del lenguaje, la comprensión


del fenómeno lingüístico, a la par con el fenómeno biológico, debe atenerse a los
datos de un arsenal conceptual compuesto por generalizaciones que organizan los
resultados y los unifican con los otros aspectos del conocimiento. La tarea resulta
difícil, y ha sido emprendida a raíz de la aparición de la bioquímica comparada y
de la lingüística comparada,
creadas las dos, por los pioneros que han demostrado, en biología, la
importancia que reviste el hecho de que los organismos contengan agua, e
identificando su composición elemental, reconociendo así la unidad bioquímica
de la vida. (Véase, por ejemplo, Florkin, M., Aspects biochimiques communs
aux êtres vivants, Desoer (Lieja), Masson (París), 1956)

En lingüística, a su vez, se ha percibido la importancia que reviste el hecho


de que las lenguas naturales contengan principios universales, y al identificar
sus modelos lógico-teóricos, se ha reconocido la unidad ontológica del lenguaje.
(Véase, para este ejemplo, Moure,T., Universales del lenguaje y linguo-
diversidad, Ariel, Barcelona, 2001)

Los esfuerzos de Morowitz para una integración de los conceptos


fundamentales de la biología han llevado a formular estas generalizaciones.

31
(Véase para ello, Morowitz, H.J., Energy flow in Biology, Academic Press,
Nueva York, 1968)

Las referencias biológicas de este escrito se deben, fundamentalmente, a las


investigaciones de Morowitz.

Los atributos fundamentales y las propiedades esenciales de los sistemas


lingüísticos o grupos de lenguas naturales, pueden reunirse mediante un número
limitado de proposiciones. Paralelas a ellas, las mismas proposiciones, escritas
en términos celulares o biológicos, dan a luz unas analogías sorprendentes. El
experimento se perfila en el siguiente orden:

1. El código lingüístico es universal

El código genético es universal

2. Todos los grupos de sistemas lingüísticos de las lenguas naturales originan


cambios y préstamos léxicos que reflejan alteraciones del sistema lingüístico
estadísticamente irreversibles y por ende entrópicos

Todas las poblaciones de sistemas biológicos reproductores, originan


mutaciones fenotípicas, que reflejan alteraciones del genotipo
estadísticamente irreversibles (Morowitz)

3. En las condiciones actuales, el mantenimiento del lenguaje es una propiedad


de un sistema lingüístico, más que una propiedad de una sola lengua o de un
solo grupo de individuos

En las condiciones actuales, el mantenimiento de la vida es una propiedad de


un ecosistema, más que la de un solo organismo o de una sola especie
( Morowitz)

4. Existe un tipo universal de estructura (lógica) presente en todos los sistemas


lingüísticos

Existe un tipo universal de estructura membranaria presente en todos los


sistemas biológicos

5. La palabra es la unidad de estructura y de actividad lingüística de los seres

32
humanos

La célula es la unidad de estructura y de actividad de los organismos

En la consideración del complejo mundo lingüístico con su gran


diversidad de formas, reina un principio de unidad: todas las lenguas
naturales están compuestas de palabras.

Paralelamente, a la teoría celular, una de las inducciones más fecundas de


la historia de la biología, formulada por Theodore Scwann (1810-1882) la
teoría genética unificada del lenguaje puede ser resumida en siete puntos que
revelan y reflejan el dominio de una analogía entre la biología de nuestro
tiempo y la lingüística actual:

1. Las lenguas vivas están formadas por un número variable de unidades


mínimas catenarias, denominadas "sílabas", que, en sus formas más
complejas forman palabras polifónicas y casi melódicas, unificadas en
frases y oraciones

Los organismos vivos están formados de un número variable de


unidades microscópicas, denominadas "células", que, en sus
formas menos especializadas, son poliédricas o casi esféricas

2. Las palabras poseen caracteres definidos. Su naturaleza es


esencialmente la misma, y son, al mismo tiempo, tanto unidades de
estructura como de actividad verbal

Las células poseen caracteres definidos. Su naturaleza es


esencialmente la misma, y son, al mismo tiempo, tanto
unidades de estructura como de actividad celular

3. Las palabras se derivan, por combinación, de una noción preexistente

Las células se derivan, por división, de una célula preexistente

4. Las palabras pueden transformarse en expresiones verbales que dejan


de poseer todos los sentidos de las palabras que las conforman La
lengua natural está constituida por palabras, palabras combinadas y
productos de la actividad semántica de las palabras

Las células pueden transformarse en estructuras que dejan de


poseer todos los caracteres de las células. El organismo está
constituido por células, células modificadas y productos de la

33
actividad bioquímica de las células

5. Las palabras gozan de un cierto grado de vida individual. En el seno de


una lengua natural existen dos niveles de individualidad: el de las
palabras y el de la lengua misma

Las células gozan de un cierto grado de vida individual. En el seno


de un organismo existen dos niveles de individualidad: el de las
células y el del organismo

6. Cada palabra, al formar parte de la composición de una lengua


pluriléxica, corresponde en cierta medida a una lengua completa, de un
sentido único y monoléxico (de una sola palabra)
Cada célula, al formar parte de la composición de un organismo
pluricelular, corresponde, en cierta medida, al organismo entero de un
ser monocelular

7. Los sentidos pluriléxicos, tales como los sentidos de los colores y de


los sentimientos, derivan socialmente de la acumulación de productos
lingüísticos de la combinación de sentido monoléxicos

Los organismos pluricelulares, tales como los animales y las


plantas, derivan, históricamente, de la acumulación de productos de
la división de organismos unicelulares

8. En todas las lenguas, el flujo semántico va acompañado de la


formación y de la combinación de enlaces vocálicos

En todos los sistemas biológicos, el flujo de energía va acompañado de


la formación y de la hidrólisis de enlaces de fosfato

9. La información semántica es estructural

La información biológica es estructural (Morowitz)

10.En todos los sistemas lingüísticos las combinaciones semánticas están


facilitadas por afijos

En todos los sistemas biológicos, las reacciones químicas están


catalizadas por enzimas

11.Las expresiones silábicas que forman parte de la composición de las

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palabras poseen propiedades particulares dependientes de su estructura
semántica

Las especies moleculares que forman parte de la composición de las


células poseen propiedades particulares dependientes de su
estructura electrónica

12.En todo sistema lingüístico el léxico está esencialmente determinado


por la presencia de verbos, de sustantivos, de adjetivos y de
pronombres.
En todo sistema biológico, el peso seco está esencialmente
determinado por la presencia de proteínas, de lípidos, de glúcidos
y de ácidos nucléicos

13.El número de palabras básicas que forman parte de la composición del


sentido se calcula en diez grupos consonánticos, resultados de la
combinación de las cinco consonantes fundamentales M, B, L, G, D :
MB, ML, MG, MD, BL, BG, BL, LG, LD, GD

El número de moléculas básicas que forman parte de la


composición de los organismos se calcula en treinta

14.En todos los sistemas lingüísticos los sonidos que intervienen en las
combinaciones binarias son A, B, G, L, D, M, I, y H

En todos los sistemas biológicos, los átomos que intervienen en los


enlaces covalentes son C, H, N, O, P y S

15. La comunicación de las lenguas naturales es una comunicación


que se desarrolla en un aspecto individual o en una
intersuperficie socializada

La química de los organismos es una química que se desarrolla en


fase acuosa o en una intersuperficie acuosa

16. Una lengua viva debe ser producto de las combinaciones


zoemáticas modulares del código lingüístico (CGL- Código
General de las Lenguas)

Un sistema vivo debe ser macroscópico

La bioquímica del organismo es reflejo de las operaciones semánticas,


fonéticas y sintácticas del lenguaje y viceversa, las operaciones del lenguaje,

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tanto las semánticas como las fonéticas y las sintácticas son reflejo de la
bioquímica del organismo. El lenguaje se traduce en la bioquímica de los
organismos y la bioquímica de los organismos se proyecta en el lenguaje.

A PROJECT: YEAR 2009


WORLD ACADEMIC TOUR

The General Code of Language

By Dr. Daniel Medvedov

This project presents the discovery of the General Code of Language composed of the common traits of

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all spoken tongues. The arrangement of the code’s elements along with the biochemical nature of its
manifestation favor the formation of a periodic table that comprises all the elements of language, including
gestures, postures, and facial expressions, among others. Medical science inasmuch as cybernetics, and
implicitly linguistics, are now at an impasse due to the absence of a code that facilitates the making of subtle
analogies between the machine and the human body. The code presented is the keystone bridging the biological
sciences to technology.

The General Linguistic Code is a logical and universal system equivalent


to the genetic code.
Language is, by far, the most important phenomenon of human nature.
Nevertheless, despite the advances in science, linguists are unaware of the code
that is the basis of every language process. One of the most renowned language
researchers, Noam Chomsky, has considered linguistics to be in a state
equivalent to what astronomy was before the theory of Copernicus. This is due to
the unknown nature and processes of the General Code of Language.
The Code is a theoretical system with a biological basis reflected in the
common traits of all the spoken languages, or tongues, of man. The difficulty in
discovering the code arises in discerning the common or unitive traits of
language. Due to the fact that language sciences have been basically oriented
toward the search and description of the distinctive traits of all tongues, this code
continues to remain veiled.
To speak of the complexity of the linguistic process without knowing its
code, is like being unaware of the eight musical notes of the chromatic scale,
yet discussing the complex traits of a symphony, equivalent, in this simile, to a
spoken language.

The linguistic code has been sought after for some time, and even now its
structure is being looked into. However, no contemporary linguist can claim its
possession or discovery, nor has any scientific report verifying its discovery been
published.
There is no book where its structure or the modules that conform it are
shown. It is interesting to note that the Genetic Code, proposed in 1951, allowed
for great advances in the medical sciences. The impact of the code of language
will be equally felt.
Given that the code of language has applications in medicine as well as in

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biomedical engineering, and therefore in all language sciences, its social value
goes beyond the limits of linguistics.
The applications of the code appear as possible mostly in computer
science and medicine. Technology is now going through a short period of
stagnation, precisely because of this unknown code of language. It is a passive
moment of wait, though, this wait, which neutralizes any advance, is due to the
absence of analogies between human language and that of the machine.
There are a reduced number of elements common to all tongues. These
basic elements of language combine to form modules that, in turn, produce the
formula of the code. This system controls the rhythm, separation and expressive
form of any spoken language
In addition to an algorhytmic or combinatory aspect, the code also reflects
a biochemical one. Present day research has not been able to respond to the
question of why vowels and consonants are used in all natural tongues, that is,
human ones. This can be answered by means of the code’s hypothesis of
formation formula. It defines the vowel as a phenomenon of basic or alkaline
nature, and the consonant as that of an acidic nature, describing language as a
somatic or physical manifestation, whose value and origin is biochemical and not
imitative.

It is a truism that the vital equilibrium, commonly known as health,


occurs in the human body precisely because of the balance or harmony
established between bases and acids. However, linguists make no connection
between phonological phenomena in the body and biochemical processes.
They describe words as if they were the products of mechanical
resonance of the buccal apparatus, sounds that humans develop from infancy by
means of a process of imitation and mimicry. Other researchers speak of an
innate acquisition of language, even of a genetic basis, but they know not where
this innate linguistic code lies in man, nor what its elements are.
This project is a clear and precise exposition of the General Code of
Language, which represents, in our view, an important discovery.

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The entire material to be drawn upon is based on nearly 3,000 natural
tongues now spoken in the world. From this general body of facts, the research
will define and demonstrate that the unitive or common traits of all tongues are
scarcely eight.
What appears to be more complex is the description of the processes of
decoding and the operations which unify all the information suggested in a
sentence, in any language. From the particular use of the elements of a specified
language, as well as the special types of combinations, a particular map is
constructed, corresponding to the language selected for analysis. The code is
apparently simple in its formation, yet complex in its application. This is due to
the various steps required for the decoding processes of human language. The
predictive nature of the changes that occur in the system allows for the
construction of a periodic table of the elements of language, in addition to a
synopticon of the various aspects of language related to human behavior, such as
gestures, postures, glances and body positions.

The application of its model to the construction of automatons, or


intelligent machines, makes this code a dangerous tool in the hands of a nation
whose ethics is not directed toward a clear humanism and welfare of man.
Despite the fact that many authors invoke the presence and the apparent
knowledge of the code among linguists, none have presented its structure, as, in
fact, did occur with the genetic code, which was clearly described by the
scientists who presented it some 40 years ago. The General Code of language is
the first of many intangibles in the field of language research, and we must insist
on the fact that no one has yet to present the structure of the code and there is no
published material related to its points or elements.
Finally, this project explicitly presents not only the elements, but also the
processes that occur in the structure of the linguistic code.
It is clear that a code exists not only to decipher a process whose
operations are unknown, but, in this case, to generate new formations and

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combinations of a particular spoken language. Also, can be perceived the value
as a codifier of operations occurring in all processes of human communications.
When linguists are asked about the details of the code of language, many
negate the possibility of its existence; the rest acknowledge its presence in all
biological and grammatical operations, yet cannot describe its structure or
elements. Moreover, most linguists suppose that the processes of language are
simply casual choices made by speakers.
Herein lays the delay in the advancement of science.

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