You are on page 1of 11

Introducción:

“Cultura” proviene del latín “colere”, que significa cultivar, y en esos tiempos
estaba referido al trabajo con la tierra. Algunos autores relacionan esta labor,
con el constante cuidado y dedicación con que se trataba la formación
espiritual del ser humano.

“La cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales de una
comunidad, las reacciones del individuo… afectadas por las costumbres del
grupo en que vive, y los productos de las actividades humanas en las que se
ven determinadas por dichas costumbres”.

EL QUICHUA

El quichua o Runasimi fue la lengua imperial de los Incas, que tuvo una amplia
difusión por todo el territorio que conformaba su dominio, desde el sur de
Colombia hasta el sur de Chile incluyendo el norte argentino, los actuales
territorios de las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja,
Mendoza y San Juan, región anexada al Imperio Incaico a partir de las políticas
de expansión del Inca Tupac Yupanqui, a mediados del siglo XV.

Una lengua totalmente ágrafa es tomada por los españoles como lengua de
evangelización para estas regiones de América, como tomó el nahuatl para
México, el guaraní para la gran provincia jesuítica del Paraguay y el aimara en
Bolivia. Convertida en lengua general, el Sacerdote Fray Domingo de Santo
Tomás a mediados del Siglo XVI escribió la primera gramática de lengua
quichua, que es como la bautizaron primeramente a esta lengua y se
establecieron escuelas para sacerdotes, quienes debían aprenderla
obligatoriamente para poder evangelizar, bajo pena de excomunión.
Es así como el quichua o quechua va a tener vigencia y una gran difusión
durante todo el periodo de la colonia española en la región andina, contando
hoy con aproximadamente 10.000.000 de hablantes en Sudamérica y
constituyéndose así en una de las principales lenguas históricas de América.

EL QUICHUA EN SANTIAGO DEL ESTERO


En todo el territorio de la Republica Argentina, Santiago del Estero es la única
provincia en la que el quichua es una lengua vigente.

El quichua es una de las lenguas, además del español habladas en la provincia


de Santiago del Estero. Hoy en 14 de los 27 departamentos, tiene
aproximadamente unos 100.000 hablantes.

El origen de este idioma en Santiago del Estero, es todavía un misterio y


permanece en el terreno de las hipótesis, pues hay quienes por un lado
sostienen que este fue introducido en lo que es hoy territorio de la provincia por
la conquista española, y otros que el quichua es en Santiago un idioma
precolombino. Lo cierto es que durante todo el proceso de colonización y
evangelización se convirtió en lengua de comunicación entre las comunidades
indígenas que poblaban ambas orillas de los ríos Dulce y Salado y adquirió
tanta importancia y difusión que a finales del Siglo XVIII fue prohibida y
permaneció como tal hasta aproximadamente 1980, tal es así que durante todo
ese tiempo los hablantes de esta lengua la usaban generalmente entre ellos sin
presencia de extraños como lengua familiar, de intimidad. Excluida de todo
proceso educativo fue símbolo de atraso, un estigma social, que genero un
complejo de inferioridad en los hablantes que recién hoy empieza a vencerse. A
pesar de todo esto el quichua permanece vivo en Santiago y representa un
importante rasgo de identidad.

Las voces que comúnmente emplea el hablante de la región son de


procedencia quichua y también varios vocablos son hibridaciones quichua-
castellanas. Hay palabras quichuas que han sido castellanizadas, y en el
quichua santiagueño voces españolas quichuizadas, lo que demuestra la activa
relación e interpenetración de estas lenguas que conviven en Santiago.

“La penetración del quichua en el castellano hablado de la región, que se


venia efectuando vacilantemente y en forma casi solapada, se vigorizó
notablemente, y aquella especie de complejo de ser quichuista fue
evolucionando hasta convertirse en lo que es hoy: casi un privilegio, un orgullo,
para testimoniar o certificar la santiagueñía de alguien.” [10]
Desarraigo.-

Se define desarraigo a la separación de alguien del sitio en donde vive, de


su patria, donde tiene a su familia y amigos. Se trata del desprendimiento de
raíz, el alejamiento de la tierra de origen, que se siente después de un tiempo
de vivir fuera de su lugar.

Se considera que la adaptación a un “nuevo lugar”, conlleva


inexorablemente al desarraigo, es decir, sufrir un cambio en las percepciones
de las costumbres, hábitos, lazos afectivos que imperan en su tierra natal y la
imposición de unas diferentes.

El desarraigo se muestra de distintas maneras: una, que implica un


posicionamiento de negación frente al “nuevo lugar”. El desterrado al no
sentirse perteneciente de ésta su “no tierra”, al considerarse constantemente
un extranjero, tiene la necesidad de aferrarse a su identidad, la cual le confiere
mayor seguridad frente a las nuevas situaciones; otra, la cual se refiere al total
desprendimiento de su tierra, el que se ve reflejado en actitudes que
demuestra: se vuelve cada vez más crítico frente a la idiosincrasia de su
pueblo, deja de frecuentar su tierra natal, el único motivo por el que lo hace es
por insistencia de su núcleo familiar.

Otro proceso por el cual atraviesa el desarraigado es la crisis de identidad.


Es la migración la que pone en cuestionamiento la estabilidad psíquica y
emocional, ya que el ser humano atraviesa por un fuerte reordenamiento y
reafirmación de su identidad, que le sirve de base y apoyo para aceptar los
cambios, poder ubicarse y “pararse” firmemente para afrontar situaciones que
le presenta su “nueva vida”.

Citando a Ana Zamora “…Las crisis de identidad aparecen de un modo


claro y evidente en los procesos migratorios, cuando el individuo se encuentra
con otra sociedad que no es la suya y cuando su propia identidad sufre un
resquebrajamiento ya que no le es útil como antes…” [18]

A quien conoce la geografía de Santiago, el paisaje y la pobreza de gran parte


de su extensión, el agobiante clima veraniego, le resultaría difícil entender
“qué” es lo que se extraña; entendemos que los rasgos culturales descriptos en
este trabajo, han constituido una “personalidad global” del pueblo que se
asienta en la nobleza, afectos que buscan la cercanía, cordialidad,
mansedumbre –quizás este rasgo sea el responsable de tantos sinsabores de
su historia pasada y reciente -, alegría y gusto por las expresiones artísticas, la
conversación pausada y sencilla, la predisposición a interactuar con el extraño,
la hospitalidad.

La nostalgia y el desarraigo son el principal aspecto negativo de la


experiencia de dejar el suelo natal. A la primera percepción de sorpresa por lo
“diferente”, le sucede la nostalgia de lo que se dejó. En este tramo del proceso
se imponen los sentimientos de no identificación con la sociedad receptora
dándose lugar a fuertes crisis emocionales y físicas. Y, aunque el desarraigo
puede verse disminuido en gran parte con el correr del tiempo, es un
sentimiento que nunca abandona al emigrante porque por momentos y
circunstancias "siente que no es de allí" o que no pertenece a esa nueva
sociedad que lo acogió.

“…Otra vez vuelvo a mi tierra


después de andar en bandadas
como vuelven los sentidos
recuerdos que hay en mi casa
como palomas sedientas
llegando estoy en mi aguada.
Será mi tierra o tu tierra
lo mismo es andar caminos
pa´ forjar algún destino
o caminando a la nada
cada vez que hago otro paso
te siento cerca mi amada…”
(“Nuestra Tierra”-Marcelo Mitre.)

Religión

La religión es el conjunto de creencias o dogmas acerca de una divinidad;


es el conjunto de normas morales que se instalan en una sociedad, tanto para
su conducta individual como colectiva. La religiosidad es la forma que tiene el
pueblo de expresar y sentir su religión. Se trata de un grupo de hombres unidos
expresando un mismo sentimiento por un Dios. En Santiago del Estero la
religión predominante es la Católica Apostólica Romana.

De acuerdo al resultado de numerosas investigaciones, se ha constatado la


existencia de una fuerte tradición de religiosidad popular, similares en general a
las de todo el Noroeste y Noreste argentino.

La fe tiene su lugar hasta en las grandes fiestas populares, como son los
numerosos festivales que Santiago celebra: en el “Festival de la Chacarera” se
otorga un espacio especial durante la apertura para la bendición y entrada de
la Virgen de Sumampa, patrona de la provincia; durante la “Semana de
Santiago” (del 19 al 25 de Julio) en la que se celebra el aniversario de
Fundación de la Ciudad, Santiago Apóstol es el mayor homenajeado y quien
presencia los festejos situados en diferentes puntos de la ciudad capitalina.

Estas manifestaciones religiosas en el pueblo de Santiago del Estero son


producto de la tradición hispano-católica incorporada durante la conquista
española allá por los años 1453, es decir que, cuando llegaron los españoles
vinieron con sus creencias religiosas, con todo un nuevo esquema religioso y
de evangelización La imposición de la conquista significó también la imposición
de una forma determinada de concebir el universo y las reglas del universo,
una cosmovisión diferente a la de los aborígenes habitantes de ésta tierra: Dios
Padre, Jesús Hijo, la Virgen María, los santos, sus devociones y festividades.
“…Una fuerte Cristología se expresa en: El Señor Forastero o Señor de los
Milagros de Mailín (Dpto. Avellaneda), el Señor Dios Hallado en Villa Jiménez
(Dpto. Río Hondo), El Señor de la Paciencia de Taruca Pampa hoy en Los
Telares (Dpto. Salavina), El Señor Dios de las Libranzas de Jume Esquina
(Dpto. Figueroa), El Señor de los Remedios de Los Flores hoy en El Zanjón
(Dpto. Capital), el Cristo del Perchil Bajo (Dpto. San Martín), el Señor de la
Cruz del Matará (Dpto. Juan Felipe Ibarra), el Señor de la Buena Esperanza
de Villa Guasayán (Dpto. Guasayán), el Señor de los Peligros de Rubia Paso
(Dpto. Salavina)…” [15]

La más trascendente de las celebraciones religiosas santiagueñas es lo


que la iglesia ha dado en llamar, y últimamente participado y organizado,
Festividad del “Señor de los Milagros de Mailín”, en el Departamento
Avellaneda, entre el 17 y 20 de mayo, cuando se celebra la “Fiesta Mayor”, y la
“Fiesta Chica” en septiembre-. Villa Mailín es una pequeña población, ubicada
a 140 kilómetros de la capital provincial. Su Santuario es Monumento Histórico
Nacional; respecto a la Cruz que se venera y, según las recopilaciones
históricas, el hallazgo del “Señor Forastero”, como se llamaba históricamente,
data del último tercio del siglo XVIII. Su multitudinaria convocatoria miles de
peregrinos provenientes de todo el país y naciones colindantes.

Leyendas:

“El mito es la elaboración popular más poética. Tiene la fantasía de las


creaciones colectivas y lo impersonal de ellas. La imaginación, que
desenvuelve la idea, es vasta, se mueve en planos irreales, y las imágenes y
figuras que desarrolla, con ser de formas asequibles a la percepción popular,
acusan un ritmo de vida sobrenatural, palpitan una existencia inefable.”[11]

El mito se construye en un ámbito de ficción en el cual, personajes con


cualidades sobrehumanas (dioses o semidioses) desarrollan actividades que
influyen directamente en los seres humanos. Esta producción literaria se
destaca por su belleza, en la manera en la que desglosa la historia y consigue
la credibilidad de su lector u oyente – recordemos que en tiempos pasados
estos relatos eran transmitidos oralmente de generaciones mayores a las
siguientes-.

Los mitos son herramientas que utiliza el ser humano para comprender el
mundo en el que vive. Es una forma de manifestar la religiosidad que
caracteriza al santiagueño, en una de sus facciones como tal. Aun siendo que
la temática general trate de la relación que se entrelaza con el mal, la tentación,
el diablo, etcétera. Es el mecanismo que utiliza para reconocer fuerzas
devenientes de factores extraterrenales, superiores, divinos, y el respeto (o
temor) que esto implica.

La leyendas son también relatos populares, pero a diferencia de los mitos,


“… es el reflejo humano del paisaje y, por veces, una sola cosa indivisible, a tal
punto que se puede percibir una especie de simbiosis entre el hombre y la
naturaleza…”[12]

La leyenda es un relato de un suceso que la creencia popular le da un toque


de veracidad pero que en realidad es la transmisión casi siempre oral de un
hecho fantástico que llega a transformarse en una historia que siempre deja
una enseñanza moral.

“Todas las expresiones de la tierra tienen su interpretación en la leyenda


santiagueña. El árbol, el pájaro, el monte, el río, la flor, el llanural, los ruidos de
las entrañas del suelo el viento y su silbo milenario, son motivos para que el
alma santiagueña eleve su vuelo de superstición cosmogónica y se exprese en
el misterio milenario y recóndito de los mitos.” [13]

Santiago del Estero posee una gran variedad de relatos populares tanto
mitos como leyendas que otorgan explicación a entidades o hechos
sobrenaturales, como transformaciones, mutaciones, etcétera. Están
relacionadas con el señalamiento y reproducción de ideas muy afincadas en la
comunidad cultural aborigen, cuyo sustento era la vida natural y las
producciones agropecuarias basadas en una explotación racional de la tierra,
sentido transmitido de generación en generación. De modo que, mitos y
leyendas sostienen como mensaje el respeto y veneración a la tierra, la
creencia en ella como divinidad maternal dadora, el reconocimiento al
potencial del río, la trascendencia a la muerte, la existencia de la maldad, las
prohibiciones del incesto, el cuidado de la naturaleza, el transcurrir de la vida
en las manifestaciones del gozo y la alegría.

Constituyen de algún modo, como en múltiples culturas, no sólo una


interpretación ancestral del mundo y su organización, sino también una suerte
de código moral y ético tal vez no vigente –como se manifiesta en la realidad
socio-productiva de la región en su reciente historia-, en palabras y canciones
folklóricas es aún aludido por el pueblo.

Leyenda del Kakuy.

Leyenda del Crespín.

Leyenda de la Salamanca.

Leyenda de la Telesita

Mito del Duende de la Siesta

Leyenda del Súpay.

El mito del Sachayoj.

Leyenda de la Mayu Maman.

Leyenda del Almamula.

Mito de la Orco Maman.

Mito de del Pampáyoj.

Artesanías:

La provincia de Santiago del Estero es muy rica en expresiones artesanales


realizadas en distintos materiales, que configuran verdaderas obras de arte.
En el vasto territorio de la provincia se destacan fundamentalmente los tejidos,
artesanías en cuero, cestería, alfarería, platería y la fabricación de bombos e
instrumentos musicales.

Tejeduría: Es la más desarrollada y tradicional de las expresiones artesanales


de nuestra provincia. Su temática está muy ligada a las culturas precolombinas.
La principal materia prima utilizada es la lana de ovejas y también el algodón y
en algunos casos se utilizan combinados.
Las piezas más frecuentes son los baetones (colchas de lana pura y múltiples
colores). También se destacan los ponchos, alfombras de pelo cortado, fajas,
alforjas, jerguillas y telas.
Los telares con los que se teje son de factura artesanal y casera, construidos
con madera.

Cuero: En la campaña santiagueña se encuentran trenzadores y talabarteros


muy hábiles, quienes se destacan en la confección de lazos, látigos,
boleadoras, fustas y otros elementos necesarios para las tareas labriegas de la
vida diaria, como monturas, estribos, aros, guardamontes, cabezadas y
riendas. Es de destacar que son muy requeridos los lazos santiagueños.
En las sierras de Guasayán, Ambargasta y Sumampa se trabaja el cuero
curtido y sin curtir, con pelo o sin pelo y con rústicas herramientas. Algunas de
las piezas que se fabrican son completadas con madera de algarrobo y cardón.

Cestería: De gran importancia como fuente de ingresos familiares en los Dpto.


Río Hondo, Jiménez y Ojo de Agua se destaca la cestería. Fundamentalmente
la decorativa que tiene su más importante centro comercial en Las Termas de
Río Hondo, por lo que son muy conocidas estas artesanías en el resto del país
por la afluencia de turistas a la zona.
Las piezas que más se confeccionan son cestos grandes para ropa (llamados
canastos bombo), portatermos, yerberos, costureros, posaplatos, posavasos,
bolsos para compras, fuentes. Estos se fabrican utilizando especialmente paja
brava, chala, unquillo y cogollo de palma.
Son también importantes de destacar las piezas realizadas en caña hueca,
tejido de palma, totora y chaguar.
Madera: En nuestra provincia los aborígenes ya utilizaban la madera para
confeccionar sus utensilios e instrumentos de trabajo: platos, husos, torteros,
remos, canoas, lanzas, arcos y cucharas. Actualmente subsiste aún en el
interior la costumbre de utilizar la madera para el mobiliario, herramientas de
trabajo y construcción de la vivienda. Para esto último se utiliza
fundamentalmente el quebracho colorado.
La imaginería en madera actualmente se encuentra en extinción, aunque la
provincia conserva importantes piezas que son consideradas verdaderas obras
de arte.

Alfarería: Considerada como la más antigua de las artesanías de las que se


tiene conocimiento por los restos encontrados en todo el territorio de la
provincia.
Actualmente aún existen alfareros que siguen utilizando técnicas de hace
cuatrocientos años. Su producción es fundamentalmente de piezas utilitarias.
El material más empleado es la tierra arcillosa colorada. Esta como algunas
artesanías santiagueñas se caracteriza por ser trasmitida de generación en
generación.

Instrumentos musicales:

De los instrumentos musicales que se fabrican en Santiago del Estero el más


popular y famoso en todo el país es el bombo legüero (llamado así por
considerarse que es escuchado a gran distancia).
El bombo se fabrica con madera de ceibo, tala o quebracho blanco y parches
de cuero, que puede ser de corzuela, cabra, oveja o vizcacha. El charango
(instrumento de cuerda cuya caja es de caparazón de quirincho), el erke
(instrumento de viento de origen quechua utilizado para la celebración del
Corpus Christi en Salta y la Quebrada de Humauaca en Jujuy), la quena (flauta
sin embocadura actualmente de caña que los indígenas construían con madera
o tierra cocida y tibias)
Platería: Artesanía en franca decadencia en nuestra provincia, se utilizan
técnicas tradicionales para la confección de piezas que generalmente son
hechas por encargo, especialmente elementos de vajilla: jarros, bombillas y
mates.
Antiguamente no sólo se hacían estas piezas sino que también las que servían
como accesorios a la indumentaria del criollo y adornos del caballo: rastras,
rebenques, espuelas, cabos de cuchillos, partes de monturas, recados, riendas,
frenos, etc.
Actualmente unas de las piezas más solicitadas son las promesas, que se
confeccionan recortando figuras en las planchas de plata.

Comidas:

Tiene el santiagueño su cocina propia y tradicional: locro, mazamorra, tamal,


chipaco, arrope, etc. Y también, como influencia de la cocina española, la
empanada, que se ha convertido en comida distintiva de los hogares
santiagueños, aunque en realidad, con algunas variantes, se ha aposentado en
la preferencia de todo el noroeste argentino. Hasta tal punto llega la
importancia de la empanada en la región santiagueña, que no se concibe una
reunión popular en la que no haya empanadas. Las empanadas y el locro, así
como también el asado, son platos irreemplazables, apetecibles y muy
prestigiosos en la cocina santiagueña. Los siguen, en orden de preferencias,
los tamales, que aquí se llaman así, pero que en otras zonas del noroeste se
conoce como humita. Para los santiagueños el tamal y la humita son cosas
bien diferentes.

You might also like