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PONEN Dra.

Hilda NEIRA
TE REÁTEGUI
hivinere01@yahoo.com
Constituyentes
TEMA afectivos de la
comprensión lectora

LA COMPOSICIÓN DE LOS PLANES LECTORES Y LA


PROMOCIÓN DE LA LECTURA: UNA MIRADA
CONTROVERSIAL
En las últimas décadas, los planes lectores están apostando por
acentuar el efecto placentero de la lectura, menos lectura canónica
y mayor diversificación imaginativa. De la “lectura como deber” se
ha pasado al “deber del placer”.
Teresa Colomer (2005: 148)
Podemos afirmar que los planes lectores en el Perú se encuentra aún en el plano de la
alfabetización básica, es decir en la fase inicial, pues las propuestas en las instituciones
educativas carecen de elementos sustanciales que permitan intervenir y organizar los
programas de lectura de forma eficaz y comprometida.
Desde mi perspectiva, para que un programa de lectura funcione
convenientemente debe partir de un diagnóstico situacional que evalúe los hábitos e
intereses lectores, los niveles de comprensión lectora y el índice de difusión de los
textos de literatura infantil. Seguidamente, se debe revisar la propuesta de textos de
literatura infantil, observando que despierten la recreación, fantasía y el disfrute
estético, para ello se debe considerar las características psicológicas de los niños.
Un aspecto más a considerar, cuando se habla del plan lector, es la capacitación
docente en estrategias de animación y promoción de la lectura, así como en la
comprensión de textos. Para ello es preciso adecuar las estrategias de enseñanza, según
el tipo de texto y el perfil del lector.
Además, se debe incluir en este plan a los padres de familia, quienes son los
principales promotores de la literatura infantil. Estos elementos articulados en forma
sostenida y organizada pueden contribuir significativamente en la mejora de los
programas lectores en el Perú.
En forma breve trataré de revisar cada uno de estos elementos que sirve para el
buen funcionamiento del plan lector.
Como primer punto, todo programa de lectura se debe iniciar con la evaluación
diagnóstica, que sirve para conocer los hábitos e intereses lectores en los niños, el acceso
a libros de literatura infantil, el reconocimiento de los paratextos, el nivel de la
comprensión de lectura, la formación lectora en la familia, la preparación pedagógica de
los docentes y las estrategias que usan para la promoción de la literatura infantil en las
aulas, en entre otros. De esta forma, los resultados pueden servir de guía para conocer
desde el inicio del programa lector, las dificultades que presentan los niños para luego
hacer los planteamientos correctivos. Una ayuda, puede ser la aplicación del test
Intereses lectores, de Mabel Condemarín (1999: 139).
Otro aspecto relevante luego del diagnóstico, es la selección de obras de literatura
infantil. En la propuesta actual, el plan lector ofrece en forma restringida solo doce libros,
uno por mes, la temática puede ser muy entretenida sin embargo es muy limitante. Al
respecto, podemos revisar algunas investigaciones como la propuesta de Ana Benda
(2006: 145), quien propone en el libro. “Lectura corazón del aprendizaje” cien obras
infanto-juveniles que pueden ser leídas por niños y jóvenes. Además están clasificadas
según las características psicológicas y las etapas del desarrollo infantil del niño. Del
mismo modo, en el texto: “Los docentes como mediadores de la lectura”, elaborado por

NOMBRE
S
FECHA
la Provincia de Buenos Aires en el 2007, podemos encontrar una selección de obras
literarias infantiles para niños y jóvenes que responde a la siguiente clasificación:
– Lectores que inician su recorrido como lectores.
– Lectores que han escuchado y pueden leer textos.
– Lectores chicos que tienen historia lectora.
– Lectores jóvenes que tienen referente sólido como lectores.
– Lectores que prefieren las imágenes como los libros – álbum.
Esta tipificación que considera distintos tipos de lector puede servir como guía a
los docentes y padres de familia para ampliar las oportunidades, al ofrecer y difundir
libros de literatura infantil, así como textos variados en las aulas y hogares.
El tercer aspecto que me parece vital atender en un programa de lectura, es el
planteamiento de estrategias de animación y comprensión de la lectura, para ello están
los aportes de Solé 1998; Monereo1992; Cairney 2002; Alonso 2005. Si se revisan
detenidamente estas propuestas pueden contribuir en forma novedosa para que los
docentes conozcan, planifiquen y adecuen diversas estrategias según las necesidades de
los alumnos y el tipo de texto a leer; todo ello servirá para elevar significativamente el
nivel de participación, apreciación y comprensión de textos literarios, así también se
pueden incluir, textos informativos, descriptivos, argumentativos, entre otros.
Finalmente, un elemento fundamental a considerar en un programa de lectura es
la participación de los padres, pues son quienes proporcionan los primeros referentes
lectores. En el artículo publicado “El éxito escolar, la familia y el hábito de la lectura”,
Neyra (2007), se afirma: El hogar es el espacio donde se forma al lector, se va logrando
paso a paso, siempre que se convierta en una actividad placentera, deleitable y amorosa.
Es necesario que se inculque el amor hacia la lectura antes de pensar en competencias y
destrezas más complejas.
De esta forma se deben organizar talleres de lecturas para padres e hijos con la
finalidad de difundir la literatura infantil y fortalecer las habilidades, técnicas y
estrategias de lectura; asimismo ejercitarlos en los procesos de comprensión de textos.
Si el plan lector en el Perú considera en forma seria todos estos elementos
planteados o la mayoría de ellos, estoy segura que los resultados serán exitosos y en
consecuencia los lectores de literatura infantil aumentarán en beneficio de la promoción
lectora.
Por otro lado, desde una mirada crítica, podemos reconocer que la literatura
infantil en el Perú, es un tema que aún presenta mucho terreno por explorar, aunque
desde hace algunos años está siendo tema de discusión e interés en el ámbito literario y
educativo. Sin embargo, es válido reconocer que la problemática vincula varios aspectos
divergentes.
Al respecto, un punto que merece atención prioritaria, es la capacitación docente
en el ámbito de la literatura infantil-juvenil y la promoción de la lectura. Actualmente el
maestro desconoce cómo se compone la literatura infantil; cuáles son las perspectivas
disciplinares que confluyen en ésta; cuál es el significado histórico, cultural y tradicional
que encierran los cuentos; la importancia de la imaginación y su influencia afectiva, social
y cognitiva en la formación del niño y joven lector.
Todo ello y más al ser desconocido por los docentes, pierde relevancia en el
abordaje de la práctica pedagógica. Frente a ello, las instituciones educativas y el estado
deben buscar el respaldo académico de instituciones acreditadas para que brinden
capacitación a los docentes desde las aulas; asimismo, deben realizarse talleres de
cuentacuentos y producción de cuentos dirigidos a los alumnos y en donde también
puedan intervenir los padres de familia. En todas estas actividades la participación de los
alumnos debe ser protagónica y preferencial.
No olvidar que el maestro puede incorporar tiempo escolar para la lectura
silenciosa autónoma, pero guiada. Desde este punto, Colomer (2005: 151), agrega en
relación al rol del maestro como promotor de los planes lectores: “También se debe crear
espacios y rutinas en los procedimientos para la lectura, para este fin, se pueden
sistematizar acciones y actividades escolares, (discutidas previamente en clase).
Además, puede fomentar creativamente los hábitos de lectura, compartida en la familia”.
Otro aspecto también preocupante es la limitada difusión de los textos infantiles
pues carecen de una etapa de promoción, que permita conocer de cerca la producción de
la literatura infantil en el Perú y Latinoamérica. Una salida puede ser la elaboración y
distribución de catálogos de literatura infantil donde se dé a conocer a los autores y se
describa brevemente la temática de cada texto, especificando a qué edades va dirigido y
cuál es la intención comunicativa del texto. Estos catálogos deben ser de acceso a los
alumnos de educación pública y particular.
Si consideramos el punto anterior hay que reconocer el alto costo de las
publicaciones, muchas veces los precios de textos infantiles son inaccesibles a la gran
mayoría de niños en etapa escolar. Siendo así, el panorama de la literatura infantil en el
país mantiene una posición elitista que restringe y fragmenta el acceso a modernas
publicaciones. Lamentablemente el estado se mantiene inerte pues las políticas
educativas no contemplan esta realidad, a pesar de los tristes resultados de la reconocida
prueba PISA y de la situación de emergencia en el área de lectura.
A ello se suma la inexistencia de revistas especializadas en literatura infantil que
puedan ser difundidas en el medio educativo y familiar.
Todo lo expuesto brinda un panorama general de la literatura infantil-juvenil, con
algunas propuestas a la problemática que enfrenta el Perú. Este y otros temas ligados a
la temática merecen ser acogidos en forma seria y comprometida por los agentes
educativos y en especial por las políticas educativas, pues deberán desarrollar un
proyecto lector con metas de corto y largo alcance que puedan ser evaluadas
regularmente.
Nuestra Universidad Católica Sedes Sapientiaepercibiendo la grave problemática
expuesta ofrece la Maestría en Literatura Infantil-Juvenil y Animación a la Lectura con la
responsabilidad de ofrecer capacitación especializada en el tema. Como parte del trabajo
realizado contamos con la Primera Promoción en el Perú en Literatura Infantil-Juvenil y
Animación a la Lectura. De esta forma esperamos contribuir con nuestro esfuerzo y
dedicación a la promoción y difusión de la literatura infantil-juvenil peruana y
latinoamericana.

BIBLIOGRAFÍA
✔ BARRIOS, Ruth. Lectura y Adolescentes. Editorial CONCYTEC. Lima 1990.
✔ BENDA, Ana. IANANTUONI Elena y LAMAS Graciela. Lectura corazón del
aprendizaje. Editorial Bonum. Argentina 2006.
✔ COLOMER, Teresa. Andar entre libros. Editorial Fondo de Cultura Económica.
México 2005.
✔ COLOMER, Teresa. Formación del Lector literario. Editorial Fundación German
Sanchez Ruiperez. Madrid 1998.
✔ CONDEMARÍN y ALLENDE. Evaluación de los aprendizajes. Editorial Andrés Bello.
Chile 1999
✔ LLUCH, Gemma. Cómo analizamos relatos infantiles y juveniles. Editorial Norma.
Colombia 2003.
✔ JARAMILLO, JORGE. Familia y Colegio. Editorial Norma. Lima Perú 2002
✔ NEYRA, Hilda. El éxito escolar, la familia y el hábito de la lectura. Editorial UCSS
2007. Lima
✔ NOBILE, Angelo. Literatura Infantil y Juvenil. Editorial Morata 1992. Madrid.
✔ RODARI, Gianni. Gramática de la Fantasía. Editorial Colihue. Buenos Aires 1995.
✔ RODARI, Gianni. Cuentos para jugar. Editorial Santillana. Colombia 1995.
✔ SORIANO, Marc. La literatura para niños y jóvenes. Editorial Colihue. Buenos Aires
1999.
✔ Los docentes como mediadores de la Lectura. Provincia de Buenos Aires 2007.
Argentina.

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