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ARTICULOS DE OPINION
Victoriano Garza Almanza
La hipótesis de Masters
En su afán por entender por qué en Estados Unidos hay poblaciones con 100 crímenes
violentos por cada 100 mil habitantes y otras de similar tamaño con más de 3 mil, Masters
agotó todas las posibles correlaciones socioeconómicas y demográficas -pobreza, densidad
poblacional, raza, desempleo, drogadicción, alcoholismo, expulsiones escolares, migración
y otras- sin resultado alguno. Coligió que esa información no era suficiente para explicar la
estadística criminal de homicidios, violaciones y atracos con violencia.
Según Masters, cuando el cuerpo humano absorbe estos dos contaminantes, producidos por
fundidoras, plantas químicas, gasolinas con plomo, sistemas de agua entubada y otras
fuentes, hay una sinergia y la habilidad del cerebro para bloquear las respuestas violentas se
inhibe.
Sus primeras aproximaciones las realizó en prisioneros, y encontró que los criminales
violentos tenían más plomo y manganeso en el cuerpo que los criminales no violentos.
Otros estudios han revelado que niños problema en edad escolar tienen mayor cantidad de
plomo que los niños no-problema.
Para probar lo que él llama la ``hipótesis de la neurotoxicidad del crimen violento'', analizó
el inventario de emisiones tóxicas (TRI) de los condados estadunidenses que la Agencia de
Control Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) tiene registrados, y comparó los niveles
de emisión de plomo y manganeso con las tasas de criminalidad reportadas en las
estadísticas del crimen que lleva la Oficina Federal de Investigación (FBI). Su conclusión
fue que los condados contaminados con altas cantidades de esos metales tóxicos tienen
tasas de criminalidad 300 por ciento encima de la tasa nacional. Finalmente, Masters
asegura que los índices de contaminación son tan buenos predictores de la criminalidad
como la pobreza.
Aún más: la fortaleza de los contaminadores está en que, si bien pueden ser objeto de
vigilancia y control respecto a lo que arrojan al ambiente, es sumamente difícil, costoso y
legalmente utópico vincular sus contaminaciones con algún efecto sobre la salud pública,
máxime si se trata de la conducta humana.
garzavic@infolnk.net