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Universidad de Puerto Rico

Recinto de Río Piedras

EL TRÁNSITO HACIA UNA SOCIEDAD


INDUSTRIAL Y URBANA:
LA HISTORIA DE PUERTO RICO EN
IMÁGENES

Ensayo preparado con motivo de la inauguración de la


Biblioteca Digital Puertorriqueña de la Universidad de Puerto
Rico

28 de febrero de 2007

Por

Waldemiro Vélez Cardona, Ph.D.


Facultad de Estudios Generales
Departamento de Ciencias Sociales
2

El tránsito hacia una sociedad industrial y urbana: la historia de Puerto


Rico en imágenes

Waldemiro Vélez Cardona, Ph.D.

Introducción

En este ensayo discutiremos el proceso de transición que vive Puerto

Rico entre los años 1940 y 1968. Se pondrá énfasis en los principales cambios

estructurales en la economía y varios de los argumentos que fundamentaron la

política industrializadora. Además, se presentarán algunos elementos del

proceso de urbanización que acompañó al desarrollo industrial, ésto, sin dejar de

considerar la importancia que tuvieron los grandes flujos migratorios en el

periodo que nos ocupa.

El período comprendido entre 1940 y 1968 se puede dividir en tres

etapas 1 primera etapa: de 1941-1946, se caracteriza por ser el Estado el

principal empresario y promotor de la industrialización; segunda etapa: de 1947

a 1963, podemos notar la primera reorientación importante de la política

industrializadora, se descarta el papel empresarial del Estado y se pone énfasis

en el capital privado, sobre todo extranjero, como el motor de la industrialización,

con todas las consecuencias que esto ha traído, se buscará atraer, sobre todo,

industrias livianas (ropa, alimentos y textiles) intensivas en el uso de mano de

obra; tercera etapa: de 1964 a1974 se puede notar un cambio en la importancia

relativa de las ramas industriales, ya que se pondrá el énfasis en atraer

1 Somos conscientes de que privilegiar un periodo particular siempre resulta problemático y


problematizador. Aquí utilizamos como criterio principal la transformación de la estructura económica,
considerando también (en la última etapa sobre todo) el ciclo político.
3

industrias pesadas y semi-pesadas, intensivas en capital (petroquímicas, de

maquinarias, etc.). En el presente ensayo este periodo lo interrumpimos

cubriendo hasta el 1968, lo que se justifica por el ciclo político en el que se

escenifica el final de la hegemonía del Partido Popular Democrático y el

comienzo del bi-partidismo en Puerto Rico.

Todo el recorrido histórico será acompañado de imágenes, mostrando las

diferentes facetas de nuestro tránsito hacia una sociedad industrial y urbana. La

iconografía del periodo es sumamente rica y las imágenes, como se podrá

apreciar, muestran cosas que las palabras son incapaces de develar.

La transformación de la economía de Puerto Rico a partir de la década de


1940.

En primer lugar nos parece adecuado presentar, brevemente, algunos de

los cambios políticos que hicieron posible el inicio del proceso de

industrialización en Puerto Rico. La década de 1930 se caracterizó por ser muy

inestable, violenta y desesperanzadora (Dietz, 1989, p. 200). A principios de esa

década se había dado una coalición entre el partido republicano, el que

representaba a los grandes propietarios azucareros, y el partido socialista, el

que supuestamente defendía los intereses de los trabajadores 2 .

2
Para encontrar una discusión detallada sobre los procesos políticos de Puerto Rico en
los años 1930´s, consultese, entre otras, Carr (1984), Quintero (1976).
4

En esa coyuntura se vive la gran depresión y las grandes huelgas

cañeras de los años 1933 y 1934. Por todo lo anterior es muy entendible la gran

desorientación y angustia de los trabajadores y los cientos de miles de

puertorriqueños que vivían en estado de extrema pobreza 3 .

En el contexto antes descrito surge, en 1938, el Partido Popular

Democrático (PPD). Este es fundado por un influyente periodista y poeta, Luis

Muñoz Marín, el que había sido columnista en varios periódicos, tanto en Puerto

Rico como en Estados Unidos. Este hecho, y además, el ser hijo de uno de los

políticos más influyentes de Puerto Rico a principios del siglo, Luis Muñoz

Rivera, le había permitido ganar reputación e influencia en círculos políticos,

tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos.

3
Algunos indicadores económicos para los años 1930´s los podemos encontrar en
Perloff (1950) y Descartes (1946), entre otros.
5

El PPD acude a sus primeras elecciones generales en 1940, y aunque no

alcanzó la mayoría de votos 4 , obtiene 10 de los 19 escaños del Senado y 18 de

los 39 escaños de la Cámara de Representantes. La Coalición también

consiguió 18 escaños, pero Muñoz Marín logró pactar con dos de los

legisladores que decidían la mayoría, obteniendo así el PPD una mayoría en la

práctica (Dietz, 1989, p. 200). De esa manera Muñoz Marín adviene presidente

del Senado y principal figura en la política puertorriqueña a partir de 1940.

Otro hecho de suma importancia para Puerto Rico en la década de 1940

es el nombramiento de Rexford Guy Tugwell como gobernador de la Isla, el 19

de septiembre de 1941, por parte del Presidente de los EE.UU., Franklin Delano

Roosevelt. Tugwell estaba comprometido con las políticas del "Nuevo Trato" y

conocía muy bien a Puerto Rico y sus necesidades.

4
Obtiene el 37% del total de votos y la Coalición Republicano-Socialista obtuvo el
39.2%.
6

Con Tugwell de gobernador, y Muñoz Marín al frente de uno de los

cuerpos legislativos de la Isla, se inician importantes cambios institucionales que

van a hacer posible el proceso de industrialización y la transformación de Puerto

Rico de una sociedad rural a una eminentemente urbana. Tan temprano como

en 1941, en la primera legislatura dominada por el PPD, se sentaron las bases

de la reforma institucional. En aquel momento era esencial una reforma agraria

que rompiera con los grandes latifundios y promoviera la proletarización del


7

campesinado, para poder dar inicio al proceso de industrialización. Con esos

propósitos la Ley 26 del 12 de abril de 1941 crea la Autoridad de Tierras, a la

que se le asigna el papel de poner en la práctica una de las promesas de

campaña del PPD. Esta era, hacer que se cumpliera con la claúsula de los 500

acres de la Ley Jones de 1917. En ella se estipulaba que ninguna corporación

privada (los individuos particulares sí) podían poseer más de 500 acres.
8

Aunque para muchos la Reforma Agraria fue un fracaso 5 , ésta jugó un

papel importante en la consolidación del consenso político y del papel

hegemónico de Muñoz Marín y el PPD, lo que le permitió, un poco después,

apuntar hacia la industrialización como la “única” medida para el progreso y el

bienestar de la población 6 .

También en 1941 se creó la Autoridad de las Fuentes Fluviales (para

generar energía eléctrica) y la Junta de Salario Mínimo 7 , para determinar los

salarios que podían pagar las industrias. En muchas ocasiones la Junta aprobó

salarios que eran más bajos que el mínimo legal en Estados Unidos, para

mantener la competitividad de la industria en Puerto Rico.

5
Los análisis más completos del proceso de Reforma Agraria pueden encontrarse en
Edel (1962 y 1963).
6
Véase, sobre todo, Tugwell (1947, p. 102)
7
En 1938 la "Fair Labor Standard Act", de los EE.UU. hacia aplicable el Salario Mínimo
de ese país a Puerto Rico.
9

En la sesión legislativa de 1942 se dan pasos decisivos hacia la

industrialización, con la creación de instrumentalidades gubernamentales cuya

principal función era promover o fomentar el desarrollo industrial de la Isla. Ese

es el caso de la Compañía de Desarrollo (o Fomento) de Puerto Rico, creada el

11 de mayo de 1942, con la Ley 188. Para dirigir dicha entidad se designó a
10

Teodoro Moscoso. En el artículo 8 de la referida ley se presentaba una lista de

actividades manufactureras que la Compañía debía promover, eran mayormente

industrias livianas intensivas en trabajo y orientadas al mercado local. En el

artículo 9 de la Ley se expresaba que las actividades de la Compañía tenderían

a promover las empresas industriales de capital puertorriqueño y evitar los

prejuicios o daños ("evils") de la propiedad extranjera de capital a gran escala

(Pantojas, 1990, p. 44).


11

A la Compañía de Desarrollo (Fomento) de Puerto Rico se le asignó el

papel de organizar y dirigir compañías que se esperaba podrían jugar un papel

destacado promoviendo eslabonamientos inter-industriales en la Isla. Entre sus

activos iniciales la Compañía de Fomento contó con la "Puerto Rico Cement

Corporation", la que había sido organizada originalmente por la "Puerto Rico

Relief Administration" (PRRA) como parte de los programas del "Nuevo Trato"

norteamericano que beneficiaron a Puerto Rico. Luego, la Compañía de

Fomento organizó la "Puerto Rico Glass Corporation" y la "Puerto Rico Pulp and

Paper Corporation", los que procesarían minerales nativos y desperdicios (sobre

todo bagazo de la caña de azúcar). Estas dos corporaciones, además de

sustituir importaciones, estaban orientadas a suplir las necesidades de la


12

industria del ron. Por último, se creó la "Puerto Rico Shoe and Leather

Company" y la "Puerto Rico Clays Products Corporation" (Cordova, 1976, pp.

2-3).

En 1942 también se creó el Banco de Fomento. Según Dietz (1989, p.

206), "El Banco de Fomento prestaría dinero a aquellas empresas que en su

opinión podían contribuir a sus objetivos de desarrollo e industrialización de la

economía y que satisfacían las normas bancarias corrientes para obtener

préstamos, pero que no encontraban canales crediticios o si los encontraban les

resultaban muy costosos". En ese mismo año se creó, a instancias del

gobernador Tugwell, la Junta de Planificación, Urbanización y Zonificación.

Según éste, dicha Junta era también un paso importante, aunque incompleto,

para coordinar el crecimiento de la economía y para recoger y analizar datos.

Su primer presidente fue Rafael Picó.


13

Por todos los cambios e innovaciones mencionadas anteriormente se

hace ostensible que en la década de 1940 el gobierno tenía la máxima

responsabilidad en todo el proceso, como facilitador del mismo, a través de

reformas institucionales. En la década del ‘40 los efectos de la industrialización

comienzan a notarse. Tal vez el elemento más destacado del cambio estructural

que se produce es la pérdida en importancia relativa de la agricultura, tanto en el

empleo como en su participación en el Ingreso Neto de la economía. Esto

puede apreciarse en las tablas 1 y 2.

En estas tablas también puede notarse un incremento en la participación

de la manufactura en el empleo, pasando de tener el 10.4% del empleo total en

1940 al 18.5% una década después, en 1950. La aportación de la manufactura

al Ingreso Neto total también aumentó durante ese período, pasando de 11.8%

en 1940 a 14.5% en 1950.


14

Tabla 1. Empleo total y por sectores principales en la década del 40.

AÑOS 1940 1947 1950

EMPLEO TOTAL 536,000 596,000 601,000

EMPLEO EN AGRICULTURA
230,000 222,000 210,000

EMPLEO EN AGRICULTURA
COMO PORCIENTO (%)
EMPLEO TOTAL 42.9% 37.2% 34.9%

EMPLEO EN MANUFACTURA 56,000 107,000 111,000

EMPLEO EN MANUFACTURA
COMO PORCIENTO (%)
EMPLEO TOTAL 10.4% 18.0% 18.5%

EMPLEO EN COMERCIO 54,000 ____ 90,000

EMPLEO EN COMERCIO
COMO % EMPLEO TOTAL
10.07% ____ 14.97%

EMPLEO EN GOBIERNO 19,000 44,000 47,000

EMPLEO EN GOBIERNO
COMO % EMPLEO TOTAL 3.5% 7.4% 7.8%
Fuente: Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (varios años). Series Históricas de Empleo,
Desempleo y Grupo Trabajador. (San Juan: DTRH).
15

Tabla 2 Participación de los sectores en el Ingreso Neto (en millones


de dólares y en por ciento)

AÑOS 1940 1947 1950

TODAS LAS 225.3 545.6 613.6


INDUSTRIAS
AGRICULTURA 70.5 142.6 149.4
PORCIENTO (%)
TOTAL 31.3% 26.1% 24.3%
MANUFACTURA 26.7 92.5 88.7
POR CIENTO %
TOTAL 11.8% 16.9% 14.5%
CONSTRUCCIÓN 2.6 11.6 26.8
POR CIENTO %
TOTAL 1.1% 2.1% 4.4%
COMERCIO 26.6 94.4 101.7
POR CIENTO %
TOTAL 11.8% 17.3% 16.6%
GOBIERNO 19.2 54.7 70.2
POR CIENTO %
TOTAL 8.5% 10.0% 11.4%
Fuente: Junta de Planificación de Puerto Rico (1985) . Ingreso y Producto. Puerto
Rico, 1984, pp. 38-56.

Como podemos notar, la transformación de una economía agraria, muy

dependiente del azúcar, a una economía industrial ya estaba en marcha. Sin

embargo, la estrategia industrializadora en la que el Estado tenía el papel

preponderante llega a su fin muy pronto por varias razones. En primer lugar,
16

hay que recordar que en el período 1941-1945, el país que más relaciones

comerciales (venta y compra) establecía con Puerto Rico, los Estados Unidos,

se encuentra imbuido en la Segunda Guerra Mundial. Esto provoca un cierto

aislamiento de Puerto Rico, lo que lo obliga a pensar en el mercado interno

como única vía para la expansión industrial. Además, durante la guerra, el

capital privado norteamericano estaba o muy ocupado participando de la

producción bélica o muy cauteloso para efectuar inversiones exteriores que

acarreaban una incertidumbre excepcional durante ese período.

Por otro lado, el capital local que de por sí era escaso, prefería en cierta

medida la certidumbre que ofrecían los bonos del gobierno de los EE.UU.

Durante el período 1942-1946 los depósitos en los bancos de Puerto Rico

pasaron de $76 millones a $298 millones. Por otra parte, los residentes de

Puerto Rico habían invertido cerca de $380 millones en bonos del gobierno

norteamericano y cuentas de ahorro en bancos de EE. UU., durante el mismo

período. Además, gran parte de los depósitos bancarios en Puerto Rico también

eran invertidos en bonos del gobierno de los EE. UU. (Badillo-Veiga, 1981, p.

12).

Otro hecho que posibilitó que el Estado pudiera asumir el papel de

empresario en la década del 1940 fue el incremento en sus recaudaciones,

debido mayormente a la coyuntura de la guerra. Dado que Puerto Rico tenía un

papel central en la defensa norteamericana del canal de Panamá, y de la propia

costa atlántica de EE. UU., se dio un gran incremento en los fondos federales
17

(de EE. UU.) que fluyeron hacia la Isla, muchos de éstos eran gastos militares 8 .

En total, los gastos federales en Puerto Rico pasaron de $33,300,000 en 1941 a

$133,600,000 en 1945, último año de la guerra.

Por otro lado, el fisco puertorriqueño se benefició grandemente de los

arbitrios devueltos por las exportaciones de Puerto Rico a EE. UU. 9 , sobre todo

por los arbitrios cobrados al ron de Puerto Rico. Los arbitrios devueltos pasaron

de 4,500,000 dólares en 1941 a 65,852,000 dólares en 1944, de ahí comenzaron

a bajar hasta llegar a 3,000,000 dólares en 1948 (Dietz, 1989, p. 224). La

escasez de whiskey y de licores importados de Europa incrementó notablemente

la demanda por ron puertorriqueño en los EE. UU. Esto hizo que el fisco de la

Isla recibiera 180 millones de dólares, por concepto de arbitrios cobrados por el

ron y devueltos a Puerto Rico en el período 1941-1946 (Curet, 1986, p. 43).

8
Véase, entre otros, Badillo-Veiga (1981, p. 10) y U.S. Department of Commerce
(1979, pp. 66 y 69).
9
Según el acta Foraker de 1900 el gobierno norteamericano devolvía a Puerto Rico
todos los arbitrios que cobran por productos exportados desde la Isla.
18

Al acabarse la gran guerra en 1945, también terminaron todos los

beneficios excepcionales que ésta acarreó para Puerto Rico. Por ese hecho, y

por que desde un principio los empresarios y políticos conservadores, tanto de la

Isla como de EE. UU., habían levantado una cruzada contra el papel del Estado

como empresario, catalogando a sus promotores, incluyendo al gobernador

Tugwell, de "socialistas" 10 , ya para 1951 las cinco plantas de propiedad estatal

habían sido vendidas a empresarios privados.

Tan temprano como en 1947 se puede apreciar, sin lugar a dudas, un

cambio en la estrategia de industrialización. En ese año, la legislatura aprueba y

el nuevo gobernador Jesús T. Piñero firma una ambiciosa Ley de Incentivos

Industriales 11 , la Ley 346 del 12 de mayo de 1947. Esta fue enmendada por la

10
Tugwell relata este asunto varias veces en su libro. Véase, Tugwell (1947).
11
El principal propósito de estas era el eximir del pago de impuestos locales a las
empresas que cumplieron con ciertas condiciones.
19

ley 184 del 13 de mayo de 1948 con el objetivo de que no cualificaran para

exención las plantas "fugitivas" ("runaway plants") de EE. UU.

Es muy posible pensar que las bases para la reorientación hacia la

promoción del capital privado y extranjero, como motor del programa de

industrialización pueden encontrarse entre 1944 y 1945. En el primero de esos

años la Compañía de Fomento (o Desarrollo) de Puerto Rico, en conjunto con la

legislatura controlada por el PPD, habían propuesto una ley de exención

contributiva similar a la que se aprobó en 1947, pero ésta fue vetada por el

gobernador Tugwell. Para compensar por esto, la Compañía de Fomento creó

el programa que se conoció como "Ayuda para el desarrollo industrial" (conocido

como AID, por sus siglas en inglés).

Los beneficios de este programa incluían, entre otros: 1) el

asesoramiento técnico gratuito sobre ubicación; 2) diseño de la fábrica; 3)


20

reclutamiento y adiestramiento anticipado de trabajadores para las nuevas

fábricas; 4) la construcción de instalaciones industriales para alquiler o venta en

condiciones muy ventajosas. También proveía préstamos, subsidios y otros

tipos de ayuda para el financiamiento de nuevas industrias (Wells, 1979, p.

154).

En 1945, cuando la compañía de Desarrollo (o Fomento) 12 de Puerto Rico

cambió de nombre y comenzó a llamarse Compañía de Fomento Industrial de

Puerto Rico (PRIDCO, por sus siglas en inglés), se empezó a notar un mayor

interés por parte del gobierno de Puerto Rico en hacer de la Isla una localización

atractiva para los inversionistas norteamericanos. Pronto se pensó que no era

suficiente hacer a Puerto Rico 'atractivo'. Para lograr que el capital

norteamericano invirtiera, había que hacerlo irresistible 13 (Dietz, 1989, p. 225).

De esta manera, y a partir de 1947-48, con la Ley de Incentivos

Industriales, da inicio lo que se ha dado en llamar la "Operación manos a la

obra", ("Operation Bootstrap”, en inglés). Dicha estrategia de industrialización

tuvo como sus principales pilares, los siguientes: 1) libre empresa y libre

comercio entre Puerto Rico y Estados Unidos; 2) inversión exterior sin

restricciones; 3) la participación del Estado como un catalizador de la empresa

privada, proveyéndole exención contributiva, infraestructura, subsidios, etc; 4)

el progreso se define como el alcanzar los patrones de consumo y la tecnología

12Aunque la traducción literal de "Puerto Rico Development Co." es Compañía de


Desarrollo de Puerto Rico, generalmente se ha conocido a ésta como Fomento. De
aquí en adelante usaremos este último término.
13
Comillas y negrita en el original.
21

norteamericana; 5) el desarrollo se define principalmente como crecimiento, con

el supuesto de que, a la larga, el crecimiento en el ingreso provocaría una mejor

distribución de las riquezas (Baver, 1993, p. 16). En síntesis, la estrategia

seguida en Puerto Rico tenía los principales ingredientes de la teoría económica

neoclásica.

El tipo de industrias que se quieren atraer se deja ver claramente en la

propia Ley de Incentivos Industriales (Ley 184 de 1948). En ésta, se designan

43 ramas industriales como las de mayor prioridad a ser beneficiadas por el

programa de exención. Algunas de éstas son: industrias de productos

enlatados, dulces, cigarros, cigarrillos, cerámicas, pelotas de beisbol y otros

deportes, zapatos, jabones, ropa de mujer, ropa de hombre y alfombras (Castillo,

1981, p. 67). La mayor parte de estas industrias eran lo que se considera

industrias livianas e intensivas en el uso de mano de obra, por lo que los bajos

salarios eran uno de sus principales incentivos localizacionales.


22

La industria que tuvo el mayor impacto en la primera etapa de la

Operación manos a la obra fue la industria de ropa y prendas de vestir.

Según Reynolds y Gregory (1965, pp. 104-105) en los años 1950´s los
23

sujetadores o sostenes (brassiers) fueron el producto principal de la isla, cerca

del 25% de los consumidos en EE. UU. se producían en Puerto Rico. La

manufactura de tejidos, y especialmente de sujetadores, es uno de los primeros

y más importantes éxitos del esfuerzo de industrialización en Puerto Rico. De un

establecimiento en 1948, la industria creció a 74, y empleaba cerca de 10,000

personas a finales de 1963. Hay que destacar que sólo una pequeña fracción

(0.9% en 1958) de la producción fue vendida en Puerto Rico 14 .

En la próxima tabla podemos ver la aportación de diferentes industrias al

Ingreso Neto de la manufactura en los años 1947 y 1963. Así podemos

observar algunos cambios en la importancia relativa de las ramas industriales.

14
Traducción nuestra.
24

Tabla 3. Participación de las diferentes ramas en el Ingreso Neto de la


manufactura en los años 1947 y 1963 (en millones de dólares y
en por cientos).

AÑOS 1947 1963 % CAMBIO

TODA LA MANUFACTURA 92.5 452.2 388.9%

ALIMENTOS 48.6 109.3 124.9%


% TOTAL 52.5% 24.2%

PRO. TABACO 7.6 21.0 176.3%


% TOTAL 8.2% 4.6%

PRO. TEXTILES 0.8 15.2 1,800%


% TOTAL 0.86% 3.4%

ROPA Y PRENDAS DE VESTIR 19.1 74.8 291.6%


% TOTAL 20.6% 16.5%

MUEBLES Y ARTICULOS MADERA 3.4 13.5 297.1%


% TOTAL 3.7% 3.0%

IMPRENTA Y EDITORIALES 3.O 11.5 283.3%


% TOTAL 3.2% 2.5%

PROD. QUÍMICOS Y DERIVADOS 2.7 36.1 1,237%


% TOTAL
2.9% 8.0%

MAQUINARIA Y PRODUCTOS 1.8 73.1 3,961.1%


METáLICOS
% TOTAL 1.9% 16.2%

PROD. PIEDRA, ARCILLA, 3.3 30.5 824.2%


CRISTAL Y CEMENTO
% TOTAL 3.6% 6.7%
Fuente: JPPR, Ingreso y Producto. P.R. 1984, pp. 38 y 40.

Como se desprende de la tabla anterior, la industria de ropa y prendas de

vestir, ya desde 1947, era la segunda en importancia en términos de su

aportación al Ingreso Neto, seguida muy de cerca, en 1963, por la industria de

maquinaria y productos metálicos. También se destaca la reducción en la


25

importancia relativa de dos ramas industriales tradicionales, la de alimentos y la

de productos de tabaco.

En esta primera etapa de la "Operación manos a la obra", los incentivos

localizacionales más importantes que se le ofrecieron al capital norteamericano

fueron los siguientes: 1) mano de obra relativamente barata (en relación a los

salarios de EE. UU.); 15 2) acceso al mercado norteamericano sin aranceles o

tarifas; 3) exención contributiva, en Puerto Rico y en EE. UU; 4) estabilidad

política y sindical; 5) un Estado que apoyaba totalmente al capital extranjero,

tanto proporcionándole infraestructura e incentivos, como creando una

atmósfera política y social muy favorable a éste.

Entre algunas de las características de la primera etapa de la "Operación

manos a la obra", podemos destacar las siguientes: en primer lugar, el Estado

retira sus inversiones del sector productivo y se concentra en inversiones de

infraestructura, educación, salud, incentivos y subsidios a la industria y

programas de promoción para atraer inversiones del exterior, principalmente de

EE. UU. (Pantojas, 1979, pp. 79-80); en segundo lugar, las plantas

manufactureras instaladas en Puerto Rico eran típicamente pequeñas (80

empleados, en promedio) y estaban integradas con plantas en los Estados

Unidos. El sector atraído por Fomento era en gran medida un enclave

económico o una extensión de la economía norteamericana (Reynolds y

15
Para los años 1950´s el salario promedio en la manufactura de Puerto Rico era un 28% del
salario promedio en EE. UU. En 1960 aumentó al 41%. Para los datos, véase, U.S. Dept. of
Commerce (1979), p. 56.
26

Gregory, 1965, pp. 22-23), por lo que no creaban suficientes eslabonamientos

internos en la economía de Puerto Rico.

También se destaca en este período la habilidad del Estado para

mantener la paz laboral. Esta era muy importante y necesaria para su estrategia

de industrialización basada en las exportaciones, ya que la estrategia se

concentraba principalmente en atraer industrias a Puerto Rico para que

realizaran en la Isla aquellas operaciones intensivas en mano de obra que no se

podían realizar rentablemente en los Estado Unidos, dado los altos niveles

salariales de ese país.


27

En los primeros años de la "Operación manos a la obra", el Estado ayudó

a moldear una fuerza laboral cooperadora y productiva. Ya en 1945 se había

aprobado la Ley de Relaciones Laborales (Ley 130), la que "buscaba mantener

la paz industrial y garantizar la mayor capacidad productiva para la sociedad"

(Baver, 1993, p. 19). En 1946 se creó el "Negociado de Servicio a las Uniones

Obreras", con el fin de entrenar a líderes obreros en relaciones laborales

"responsables" (loc. cit). Durante los primeros años del período en cuestión

influyentes líderes laborales fueron reclutados por el gobierno del PPD, lo que

provocó un importante rompimiento en el sindicato más poderoso de aquel

entonces, la Confederación General de Trabajadores.

En las tablas 4 y 5, presentadas a continuación, se recogen algunos cambios en


la participación relativa de los sectores principales en el empleo y en el Producto
28

Bruto Interno, en el período 1947-1963. De estos datos se puede percibir la


puesta en marcha de cambios estructurales de suma importancia para la
economía de Puerto Rico, sobre todo la pérdida en importancia, tanto absoluta
como relativa, de la agricultura como fuente de empleos.

Tabla 4 Empleo total y por sectores principales en 1947 y 1963.

AÑOS 1947 1963 % CAMBIO

EMPLEO TOTAL 596,000 577,000 3.2%

EMPLEO EN AGRICULTURA 222,000 130,000 -41.4%


AGRICULTURA % TOTAL 37.2% 22.5%

EMPLEO EN MANUFACTURA 107,000 96,000 -10.3%


MANUFACTURA % TOTAL 18.0% 16.6%

EMPLEO EN GOBIERNO 44,000 69,000 56.8%


GOBIERNO % TOTAL 7.4% 12.0%
Fuente: La misma que la tabla 1

Tabla 5 Participación de los principales sectores industriales en el


producto interno bruto en 1947 y 1967 (en millones de dólares
a precios corrientes y en por cientos).

AÑOS 1947 1963 %CAMBIO

PRODUCTO INTERNO BRUTO 572.3 2,333.6 307.8%

AGRICULTURA 117.5 213.3 81.5%


% TOTAL 20.5% 9.1%

MANUFACTURA 128.0 558.6 336.4%


% TOTAL 22.4% 23.9%

COMERCIO 127.0 439.3 245.9%


% TOTAL 22.2% 18.8%

GOBIERNO 56.2 244.5 335.0%


% TOTAL 9.8% 10.5%

Fuente: Junta de Planificación de Puerto Rico (1985). Ingreso y


Producto. Puerto Rico 1984, pp. 30-31.
29

Por otro lado, en la tabla 6 se recoge la evolución de algunos indicadores

macroeconómicos en la primera etapa del proceso de industrialización basado

en la atracción de capital extranjero.

Tabla 6 Algunos indicadores macroeconómicos de los años 1947 y


1963 (en millones de dólares, a precios de 1954 y en por
cientos).

Años 1947 1963 % CAMBIO

PRODUCTO BRUTO 705.3 1,820.7 158.1%


PRODUCT0 INTERNO BRUTO 664.0 1,862.0 180.4%
INV.INTERNA BRUTA CAPITAL FIJO 73.9 380.3 414.6%
% PIB 11.1% 20.4%
INV. PRIVADA BRUTA CAPITAL FIJO 42.3 271.7 542.3%
% PIB 6.4% 14.6%
GANANCIA NETA ORIGINADA EN 193.3 589.7 205.1%
P.R.(precios corrientes)
GANANCIA Y DIVIDENDOS 14.5 123.4 751.0%
PAGADOS AL EXTERIOR
(precios corrientes)
COMO % GANANCIA NETA ORIGINADA
EN P.R. 7.5% 20.9%
EXPORTACIONES 303.3 1,019.6 236.2%
COMO % PB 43.0% 56.0%
IMPORTACIONES 434.4 1,459.8 236.0%
COMO % PB 61.6% 80.2%
PRODUCTIVIDAD* 1,161 3,261 180.9%
(dólares corrientes)
SUELDOS Y JORNALES 329,4 1,211.9 267.9%
(precios corrientes)
POBLACION 2,152,000 2,473,000 14.9%
PROD. BRUTO PER CAPITA (dólares de 327.7 736.2 124.7%
1954)
* PIB total/Empleo tota,
Fuente: JPPR (varios años) Ingreso y Producto y U.S. Dept. of Commerce
(1979), Vol. I, pp. 140 y 144.

Como podemos apreciar en la tabla anterior, en el período 1947-1963,

ocurre un rápido crecimiento de la economía de Puerto Rico, el mismo, como


30

puede apreciarse, es impulsado por la inversión privada, mayormente

proveniente del exterior. A partir de 1963 vemos cómo el producto interno bruto

(PIB) es mayor que el producto nacional bruto (PNB). Esto se debe a que el

PIB mide la producción, a precios de mercado, que se realiza en Puerto Rico y el

PNB mide la producción, que queda para los residentes de Puerto Rico, en

forma de ganancias y dividendos repatriados e intereses pagados al capital

extranjero, esto explica en gran medida la mencionada diferencia entre el PIB y

el PNB.

La primera reorientación de la "Operación Manos a la Obra".

A finales de los años 1950´s y sobre todo a comienzos de la década de

1960 se pone en marcha la segunda etapa de la "Operación manos a la obra."

Entre algunos de los factores que determinan el paso de una etapa a otra se

encuentran los siguientes: 1) en Puerto Rico se lleva a cabo un rápido aumento

en el costo del factor trabajo (salarios y beneficios marginales); 16 2) la

recuperación, y en algunos casos, la rápida expansión de las economías de

Europa, Asia y el Tercer Mundo; 3) la liberalización de las leyes comerciales en

los Estados Unidos (la ley de expansión comercial y los "Kennedy Rounds", de

la comisión de tarifas y comercio de las Naciones Unidas17). (Alameda, 1979,

pp. 70-71).

16
El salario por hora promedio en la manufactura de P. R. pasó de 0.40 dólares a 0.94
dólares en 1960. En 1965 había subido a 1.26 dólares. Este salario era el 28% del de
EE. UU. en el mismo sector en 1950, pasando a representar el 41% en 1960 y 48% en
1965. Lo que denota un crecimiento notablemente más rápido de los salarios en P. R.
que en EE. UU. (U.S. Dept. of Commerce, 1979, Vol. II, p. 56).

17 UNCTAD, por sus siglas en Inglés.


31

Por las razones anteriormente expuestas, y porque la industria liviana no

había logrado producir suficientes eslabonamientos interindustriales internos en

Puerto Rico; el gobierno tomó la decisión de dar un cambio en su estrategia

promocional y comenzar a atraer a la Isla industrias pesadas y semi-pesadas.

En el primer grupo se destacó, sin duda, la industria petroquímica. Según

Reynolds y Gregory (1965, p. 87), algunas de las razones para atraer industrias

pesadas como la petroquímica, era reducir la dependencia de las importaciones

y crear más eslabonamientos internos.


32

En opinión de Isard, Shooler y Vietorisz (1966), expertos en la teoría de la

localización industrial, lo que mejor se adaptaba a la realidad de Puerto Rico a

fines de los años 1950´s era un complejo petroquímico. Según ellos, un

complejo industrial en Puerto Rico que incluyera la producción de fibras

sintéticas se beneficiaría de la abundancia de mano de obra moderadamente

cualificada de la Isla 18 . Si dicha producción se encadena a la refinación de

petróleo, el complejo resultante puede aprovechar un segundo factor, la

proximidad al petróleo barato de Venezuela. Por último, tanto los productos de

refinería como las fibras sintéticas pueden exportarse a los EE. UU. libres de

derechos aduaneros, aprovechando un tercer factor ( pp. 57 y 60).

18Cabe destacar que la matrícula en las escuelas pre-universitarias públicas y privadas


(del grado 1 al 12 ) había aumentado de 297,000 en 1940 a 690,000 en 1965 y la
matrícula en la Universidad de Puerto Rico se elevó de 5,000 a 25,000 durante el
mismo período (Picó, 1969, p. 253-255).
33

No será hasta 1961, cuando el Sr. Rafael Durand Manzanal sustituye a

Teodoro Moscoso como administrador de Fomento 19 que el gobierno de Puerto

Rico manifiesta abiertamente su interés por las industrias pesadas intensivas en

capital (Pantojas, 1979, p. 105). Según Fomento, la vulnerabilidad económica

de las firmas en las industrias livianas, así como el escaso impacto de la

integración que ofrecían para la economía, indujeron al gobierno de Puerto Rico

a atraer a la Isla industrias que fueran más resistentes a los cambios cíclicos en

los EE. UU; y que a su vez pudieran pagar salarios más altos.

En ese sentido, las industrias de productos químicos, metales, petróleo y

productos análogos adquirieron cada día mayor importancia en la orientación de

los programas de desarrollo industrial, auspiciados por Fomento. Esta estrategia

19
La Administración de Fomento Económico, nombre que se le dio en 1950 y
que conserva en la actualidad.
34

de industrialización es la que va a caracterizar los años posteriores a 1960

(Castillo, 1981, pp. 78-79).

Como cristalización de la nueva estrategia de Fomento se aprueba una

nueva ley de Incentivos Industriales, la Ley 57 de 1963. Esta Ley aumentaba el

período de exención contributiva, de esa forma intentaba reducir el impacto

negativo del aumento en los salarios y en las tarifas de los barcos 20 en la

rentabilidad del capital externo, ofreciendo más incentivos contributivos.

También trataba de atraer nuevas industrias que fueran menos sensibles a los

cambios salariales y que pudieran beneficiarse de más largos períodos de

exención contributiva, especialmente la industria pesada intensiva en capital

(Pantojas, 1990, p. 107).

Además de lo anteriormente expresado, no debemos pasar por alto que

en gran medida la industria petroquímica en Puerto Rico fue creada sobre la

base de unas provisiones especiales contenidas en la reglamentación sobre

cuotas de importación elaboradas por la "Federal Oil Import Administration" en

1959 (proclama 3275), y luego modificada por la proclama presidencial 3693 de

1965. Estas provisiones especiales permitían a las firmas localizadas en Puerto

Rico acceso especial (distinto al de los Estados de EE. UU.) a fuentes de

petróleo barato en el extranjero (Finn, 1985 pp. 35-36).

20
Se debe tener en cuenta que, según la Ley Jones de 1917, (impuesto por el Congreso
de EE. UU.) los barcos que circulen entre P. R. y EE. UU. tienen que ser de bandera
estadounidense. Esta imposición legal evidentemente encarece el costo del transporte
marítimo entre ambos países.
35

Debido a que a mediados de los 1960´s, el petróleo comprado a

Venezuela era mucho más barato (2.25 dólares por barril) que el que se

conseguía en EE. UU. (3.50 dólares por barril), una planta petroquímica

localizada en Puerto Rico tenía tres importantes ventajas en relación a sus

competidores que operaban en EE. UU: 1) mano de obra barata; 2) exención

contributiva; 3) materia prima más barata. Es muy probable que este último

factor pasó a ser el principal incentivo para el establecimiento de plantas

petroquímicas de capital norteamericano en Puerto Rico (Pantojas, 1990, p.

108).

Para 1956, ya habían comenzado operaciones tres importantes empresas

petroquímicas. La Caribe Nitrogen, la Gulf Caribbean y la Commonwealth Oil

Refining Company (CORCO). Durante la década del 1960 mientras las


36

provisiones especiales se mantuvieron en efecto, la importancia relativa dentro

de la manufactura de la industria petroquímica aumentó considerablemente.

Como podrá apreciarse en la tabla 7, la industria química (dentro de la que se


21
encuentran tanto las petroquímicas como las farmacéuticas vivió un

incremento dramático en su aportación relativa al Ingreso Neto en el período

1964-1974, pasando del 8.6% al 24.3%. Esta última cifra representa la mayor

aportación al Ingreso Neto en 1974, seguida muy de cerca por la industria de

maquinaria y productos metálicos, con 23.8% del total.

Como se puede apreciar, en el período 1964-1974, las ramas que

impulsaron la primera fase de la industrialización -alimentos, textiles, ropa y

prendas de vestir, entre otros- fueron reduciendo su importancia relativa, en

términos de su aportación al Ingreso Neto de la manufactura.

21
No hay datos individuales de la aportación de estas dos industrias al Ingreso Neto
hasta 1967.
37

Tabla 7 Participación de las diferentes ramas en el Ingreso Neto de la


manufactura en los años 1964 y 1974 (en millones de dólares y
en por cientos).

AÑOS 1964 1974 % CAMBIO


TODA LA MANUFACTURA 504.7 1,868.9 270.3%

ALIMENTOS 118.5 245.3 107.0%


% TOTAL 23.5% 13.1%

PRO. TABACO 24.5 34.1 39.2%


% TOTAL 4.8% 1.8%

PRO. TEXTILES 20.0 55.6 178.0%


% TOTAL 4.0% 3.0%

ROPA Y PRENDAS DE VESTIR 83.8 215.8 157.2%


% TOTAL
16.6% 11.5%

MUEBLES Y ARTICULOS MADERA 14.5 28.5 96.5%


% TOTAL
2.9% 1.5%

IMPRENTA Y EDITORIALES 13.6 35.6 161.8%


% TOTAL 2.7% 1.9%

PROD. QUÍMICOS Y DERIVADOS 43.2 453.7 950.2%


% TOTAL 8.6% 24.3%

PROD. PIEDRA 30.7 76.7 149.8%


ARCILLA, CRISTAL Y CEMENTO
% TOTAL 6.1% 4.1%

MAQUINARIA Y 79.7 445.5 459.0%


PRODUCTOS METÁLICOS
% TOTAL 15.8% 23.8%
Fuente: JPPR (1985) Ingreso y Producto. P. R. 1984, p. 41 y JPPR (1991)
Ingreso y Producto. P. R. 1990, pp. 39-41

Por su parte, la aportación de la manufactura al Ingreso Neto Total de la

economía pasó de 24.7% en 1964 a 32.5% en 1974. Otros indicadores

macroeconómicos también tuvieron un crecimiento sustancial, como podrá

apreciarse en la tabla 8.
38

Tabla 8 Algunos indicadores macroeconómicos de los años 1964 y


1974 (en millones de dólares a precios de 1954 y en por
cientos).

AÑOS 1964 1974 %


CAMBIO
PRODUCTO BRUTO 1,938.9 3,445.7 77.7%

PRODUCT0 INTERNO BRUTO 1,994.4 3,713.8 82.2%

INV.INTERNA BRUTA CAPITAL FIJO 448.9 796.8 77.5%


% PIB 22.5% 21.4%
INV. PRIVADA BRUTA CAPITAL FIJO 307.4 494.4 60.8%
% PIB 15.4% 13.3%
GANANCIA NETA ORIGINADA EN 629.6 1,750.9178.1%
P.R.(precios corrientes)
GANANCIA Y DIVIDENDOS PAGADOS 152.9 956.4 525.5%
AL EXTERIOR (precios corrientes)
COMO % GANANCIA NETA 24.3% 54.6%
ORIGINADA EN P.R.
EXPORTACIONES 1,095.3 2,182.7 99.3%
COMO % PB 56.5% 63.3%
IMPORTACIONES 1,679.1 3,375.6 101.0%
COMO % PB 86.6% 98.0%
PRODUCTIVIDAD* 3,421 4,992 45.9%
(dólares corrientes)
SUELDOS Y JORNALES 1,322.6 3,934.6 197.7%
(precios corrientes)
POBLACION 2,523,000 2,881,000 14.2%
PROD. BRUTO PER CAPITA
(dólares de 1954) 768.5 55.6%
* PIB total/Empleo total
Fuente: JPPR (varios años) Ingreso y Producto y U. S. Dept. of
Commerce (1979, Vol. I, pp. 140 y 144).

Los datos anteriores nos permiten apreciar la consolidación de una nueva

estructura productiva y el ritmo de crecimiento que escenificó nuestra economía


39

en un periodo de tiempo relativamente corto. Esto, como sabemos, ha traído

consecuencias que apenas hemos comenzado a aquilatar adecuadamente, pues

parece que algunos de los errores del pasado se empecinan en manifestarse en

el presente. Lamentablemente, el análisis de estos procesos escapa a un

trabajo como este, que es eminentemente descriptivo. Sin embargo, podría

ayudar a documentar, de otras maneras el periodo en cuestión y así aportar a un

debate que dista mucho de estar terminado.

Toda vez que hemos presentado las que a nuestro juicio son las

principales tendencias en la transformación económica que experimentó Puerto

Rico en el periodo 1940-1968, conviene exponer cómo éstas se relacionan con

el tránsito de Puerto Rico de una sociedad rural a una eminentemente urbana.

El proceso de rápida urbanización en Puerto Rico

En el caso de Puerto Rico, como es común que ocurra, el proceso de

industrialización vino de la mano con un proceso de rápida urbanización. Es

significativo que las primeras fábricas instaladas en la década del 1940 se

ubicaron en las cercanías de San Juan, la ciudad capital. Según Severino

(1999, p. 325) la tendencia a la concentración territorial de las industrias había

sido tan fuerte que: para el año 1953, el 44.7% del total de empleos industriales

en la isla estaba localizado en apenas unos 507 km2 de San Juan y sus

municipios colindantes. Esta área equivale a sólo al 6% del territorio del país.
40

La tendencia a la concentración del empleo industrial en lo que se va a

conocer como el área metropolitana –compuesta por San Juan y algunos de sus

municipios circundantes 22 continuo desarrollándose hasta los comienzos de la

década del 1960 (Severino, 1999, p. 325), cuando la nueva ley de incentivos

industriales de 1963 estableció incentivos (un periodo de exención contributiva

mayor) para la descentralización industrial. Esto se hace, en parte, porque: las

incontenibles oleadas migratorias de carácter campo-ciudad estaban creando

una situación muy difícil en la capital, llevando a una aguda arrabalización del

espacio capitalino. Para ésa época los arrabales surgían y se expandían casi

inconteniblemente. Ante esta situación la salida era tratar de llevar empleos a

22 No todo el mundo coincide en cuáles son esos municipios, pero con frecuencia se mencionan a
Bayamón, Carolina, Cataño, Guaynabo, Trujillo Alto, Río Piedras (mientras fue un municipio separado se
San Juan); y en ocasiones se llega hasta Caguas.
41

otras regiones del país para así contribuir parcialmente a detener la corriente

migratoria campo-ciudad. (Severino, 1999, p. 325) No podemos perder de

perspectiva que el componente cardinal del crecimiento urbano en la primera

fase del proceso de urbanización es la migración campo-ciudad, o sea, que a la

reorganización territorial de la economía le corresponde una reorganización

territorial de la población. (Severino, 1999, p. 328).


42

Según los Censos de Población de Puerto Rico 23 el por ciento de

población urbana con relación al total de población pasó de 30.3% en 1940 a

58.1% en 1970, apenas 30 años después. El total de la población urbana en

ese periodo pasó de 566,357 a 1,575,491. Al considerar estos datos podemos

concluir que el proceso de urbanización que experimentó Puerto Rico fue uno

sumamente acelerado, al igual que lo fue su proceso de transformación

industrial.

Todo este proceso dio paso a una nueva geografía que puede

caracterizarse por lo siguiente:

1) una rápida y abrupta transformación en la organización físico-espacial, de


una sociedad agrícola a un ordenamiento orientado hacia industrias y
actividades urbanas relacionadas;

2) una aceleración en las tasas de urbanización: especialmente, alrededor


del área metropolitana en San Juan y en los llanos costeros cercanos a
los mayores centros industriales;

3) el desarrollo de unos niveles de urbanismo similares a los existentes en


Estados Unidos. Las actividades complementarias y suplementarias a la
actividad industrial –también – han contribuido a modificar los niveles de
urbanismo. (Guilbe, 1997, p. 159).

Para Guilbe (1997) el modelo de industrialización que se siguió en Puerto

Rico fue importado de los Estados Unidos y ha traído consecuencias muy

negativas para nuestro país. Según él: (op. cit. p. 166) los nombres de las

urbanizaciones – Levittown, Country Club, Berwind Country, Riverside Park,

University Gardens, Rexville, Royal Gardens – de igual forma, reflejan la

importación del modelo residencial. Algunas de las consecuencias de este

modelo es que se individualiza el espacio para el movimiento, en donde los

23 Realizados por el U. S. Bureau of the Census.


43

vehículos de motor privados ganan preponderancia sobre las opciones de

transporte colectivo. Además, va ganando especial relevancia el espacio

comercial, sobre el recreativo. Esto va a ser así, particularmente a partir de los

años 1950’s. (Guilbe, 1997, p. 167).

Es preciso destacar que el proveer viviendas a bajo costo a los

puertorriqueños fue una determinación de política pública del gobierno de Puerto

Rico en los años 1940’s, respaldada por la política de vivienda del gobierno

federal, bajo los auspicios del “Nuevo Trato”. Los programas públicos más

grandes y ambiciosos se llevaron a cabo en San Juan y el área metropolitana, lo

que dio un mayor impulso al proceso de urbanización del país. Según Alameda

y Rivera Galindo (2005, p. 16): después del 1945, el programa de construcción

de vivienda pública tomó un impulso mayor con la Ley Nacional de Hogares de

1949 y las garantías de las agencias y programas federales-Farmers Home

Administration y la Administración de Veteranos. Es importante destacar que

para el 1948-49, el Banco Gubernamental de Fomento desarrolló, con ayuda de


44

estas agencias federales, el proyecto de vivienda a bajo costo más grande en el

mundo en esa época. Este proyecto localizado en Hato Rey, es el conocido

actualmente como el sector Puerto Nuevo. El proyecto consistía en 6 mil

unidades de vivienda construidas a un costo de $10.5 millones, ($1,750 por

unidad).

Uno de los principales problemas que buscó enfrentar el gobierno con sus

políticas públicas sobre vivienda fue el de la arrabalización de la población, con

los consecuentes problemas de salud que esto venía acarreando. Para la

década del 1950 había unas 36,000 familias que habitaban en los arrabales y se

le sumaban unas 2,000 familias por año. En 1969 se calculó que había un total

de 421 arrabales en Puerto Rico con un total de 79,382 estructuras o unidades

de vivienda, gran parte de ellas en el área metropolitana. (Alameda y Rivera

Galindo, 2005, p. 16).


45

Los esfuerzos de renovación urbana por erradicar los arrabales tomaron

un nuevo impulso en 1957, por medio de un programa mucho más abarcador y


46

complejo que perseguía un nuevo enfoque a la solución del problema de la

vivienda de interés social en la zona rural y urbana. Esto trajo como

consecuencia la aprobación de la Ley # 88 del 22 de junio de 1957, por medio

de la cual se creó la Administración de Renovación Urbana y Vivienda (ARUV) y

la Corporación de Renovación Urbana y Vivienda (CRUV). Esta Ley recibió

sendas enmiendas en los años 1958 y 1963. (Alameda y Rivera Galindo, 2005,

p. 18)

La CRUV hizo notables esfuerzos por re-localizar a las familias que vivían

en los arrabales en viviendas económicas e higiénicas. Dicha entidad construyó

54,095 unidades de vivienda a un costo de $292 millones, entre 1957 y 1967. El

60% de estas se construyeron en la zona metropolitana de San Juan. (Picó,

1969, p. 257).
47

Según Alameda y Rivera Galindo (2005, p.19) uno de los mayores

aciertos del gobierno de Puerto Rico fue insertar al movimiento cooperativo en la

lucha por mejorar las condiciones de vivienda en Puerto Rico. Esto se hizo con

la creación, por medio de la Ley # 4 de 1957, de la Administración de Fomento

Cooperativo. Dicha entidad tenía como objetivo promover la organización de

cooperativas para la adquisición de hogares.

Una importante consecuencia positiva del proceso de urbanización y

mejora en las condiciones de vivienda durante el periodo analizado fue la

erradicación de enfermedades contagiosas que habían sido devastadoras en

nuestro país, ese es, sin duda, el caso de la malaria. Esta pasó de 23,578 casos

que provocaron 1,817 defunciones en 1940, a apenas 7 casos que no

provocaron muertes, en 1955. Para el 1968 la malaria estaba completamente

erradicada en Puerto Rico. (Miranda y Casta, 1997, p. 147).


48

En términos de impacto económico el proceso de urbanización y los

proyectos gubernamentales de construcción de vivienda a bajo costo también

dieron un importante impulso al proceso de industrialización, esto se llevó a cabo

particularmente por el auge de la industria de la construcción. Según De Jesús

Toro (1982, p. 250): en el 1940 el valor de la actividad de esta industria había

sido algo inferior al cuatro por ciento de la producción total del país y la situación

bélica había reducido la construcción para fines civiles a niveles verdaderamente

insignificantes. Una vez terminada la guerra, sin embargo, se experimentó un

ciclo de gran expansión y ya para el 1952 el valor de las obras realizadas

rebasaba el diez por ciento del Producto Nacional. Entre 1945 y 1952 el empleo

en la construcción se duplicó, mientras que el empleo total del país sólo había

crecido en un 3% (ibid.)

Se hace notable que la construcción de viviendas fue el sector dominante

dentro de la industria de la construcción a partir de 1945, representando el 70%

del valor total de los permisos otorgados para fines privados. Si bien esto es de
49

suma importancia en sí mismo, de igual importancia resultó la revolución sufrida

por esta industria. Anteriormente, la misma se había caracterizado por la

construcción de viviendas individuales o de pequeños núcleos de éstas. Ahora,

sin embargo, pasó a ser dominada por la edificación de grandes urbanizaciones.

El proyecto de Puerto Nuevo fue el pionero que sentó las bases que seguirían

otros posteriormente. El rasgo más relevante consistía en la construcción a gran

escala…El mero tamaño de la obra a realizarse alteró los métodos de

producción, organización y financiamiento. El financiamiento a largo plazo a

través de hipotecas aseguradas por la Administración Federal de Hogares (FHA

por sus siglas en inglés) o garantizadas por la Administración de Veteranos fue

probablemente la innovación de mayor transcendencia. (de Jesús Toro, 1982, p.

251).

Finalmente, De Jesús Toro (1982, pp. 255-256) destaca la importancia de

la industria de la construcción en el conjunto de la economía de Puerto Rico: la

industria de la construcción tenía gran importancia por el ingreso generado y los

empleos provistos directamente. Pero eso no era todo. En adición, ejercía una

influencia muy marcada sobre otros grupos industriales. Su funcionamiento

requería una cantidad muy pequeña de importaciones. De otra parte, generaba

fuertes demandas por productos de piedra, arcilla, cristal y por servicios de

transportación, financiamiento, distribución y por servicios profesionales,

comerciales y personales. Se ha calculado, por ejemplo, que durante esta época

cada dólar de ingreso producido directamente por esta industria generaba

compras a otras empresas locales por valor de $1.40, denotando un efecto


50

multiplicador muy grande. Una vez construidas las estructuras, se creaban otras

demandas por artículos y servicios tales como muebles, enseres eléctricos,

energía, agua y servicio sanitario.

En síntesis, hemos podido percibir cómo la industrialización promueve un

rápido proceso de urbanización, y viceversa. Ambos procesos corren de la

mano y son a su vez parte importante de las políticas públicas del gobierno de

Puerto Rico y del Partido Popular Democrático. Las dos van a servir para

ampliar su base de apoyo electoral y para consolidar sus estrategias políticas en

el periodo 1940-1968. Sobre esto último volveremos más adelante.

Otro elemento que nos permite tener un cuadro más claro de la

transformación de Puerto Rico es el proceso de emigración por el que

atravesaron cientos de miles de puertorriqueños en el periodo que nos ocupa.

Siendo conscientes de la riqueza documental y teórica que acompaña al tema

de la migración, sólo presentaremos algunos datos y unas pocas reflexiones

para ilustrar algunos aspectos del proceso, siempre enmarcados en el tema

principal de este ensayo.

Los grandes flujos migratorios en el periodo 1940-1968

Es ampliamente reconocido que el proceso migratorio que comienza en la

década del 1940 es uno de los acontecimientos más determinantes en la historia

de Puerto Rico. En ese sentido expresa Maldonado Denis (1987, p. xxiii): no ha

habido, quizás, un acontecimiento histórico de mayor trascendencia para el

destino de la nación puertorriqueña que el éxodo masivo de más de medio millón


51

de puertorriqueños durante el periodo que sigue inmediatamente después de la

segunda guerra mundial. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el

periodo iniciado a partir de 1945 tiene visos de ser uno de carácter irreversible y

que la historia social de Puerto Rico tiene que reexaminarse a la luz de este

fenómeno migratorio y sus consecuencias.

~griculture

urO Federal

Es muy significativa la importancia que estudiosos y políticos de la época

le adjudicaban a la emigración para ayudar a solucionar los problemas


52

poblacionales y a su vez respaldar el proceso de desarrollo industrial y la

transformación que vivió Puerto Rico a partir de los años 1940’s. Uno de los

principales exponentes de esta visión fue Clarence Senior, quien tal vez fue el

más importante asesor del gobierno de Puerto Rico sobre política migratoria. 24

Veamos lo que nos plantea Senior (1953, p. 130) al respecto: migration is

contributing greatly to the reduction of population pressures in Puerto Rico. It is

the only means, short of widespread death, of directly reducing the present

population. That such reduction is needed to give the industrial, agricultural,

educational, and other reconstruction programs a chance to work seems clear.

Meléndez (2005, pp. 195-196) confirma este planteamiento tomando en

cuenta el famoso informe Dorfman: a March 1946 report by the U.S Tariff

Commission—the so-called Dorfman report—indicated that one million Puerto

Ricans were required to leave the Island in order to make Puerto Rico’s economy

feasible for sustained growth. Some estimates suggested that in 1946 alone

some 35,000 Puerto Ricans migrated to the United States. In August of that year,

during a welcoming party in New York, Puerto Rico’s first native appointed

governor, Jesus T. Piñero, declared that one of his priorities was to deal with

“the situation of approximately 350,000 Puerto Ricans living in New York.”

Decision-makers in Puerto Rico and New York City were concerned about the

“problems” created by massive entrance of Puerto Ricans to the city.

24 Senior fue asesor y jefe de la División de Migración del Departamento del Trabajo del Estado Libre
Asociado. Además fue director del Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad de Puerto Rico y
director asociado del estudio realizado por la Universidad de Columbia, The Puerto Rican Journey (1950)
53

Trr"-
54

Los grandes flujos migratorios de los puertorriqueños comienzan tras el

final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. A esto aportaban la situación de

precariedad económica en la isla, que fue el factor más determinante, y la

disponibilidad de medio de transporte aéreo, producto del desarrollo de la

aviación comercial con aviones excedentes de la Guerra. Muchas veces se

podían conseguir pasajes a crédito. De ahí que se incorporara al refranero

popular la frase de “vuele ahora y pague después”. (Sierra Berdecía (1956, p.

10).

Del 1ro de enero de 1945 al 31 de octubre de 1955 se trasladaron a los

Estados Unidos 429,747 puertorriqueños, lo que representa casi un promedio

anual de 40,000. Comparada esta cifra con el promedio anual de 4,000 que se

registró de 1908 a 1944, el movimiento en los primeros 36 años en la historia de

la emigración –en el siglo XX- resulta insignificante. (Sierra Berdecía, 1956, p.

9). Cifras similares ofrece Picó (1969, p. 252): la movilidad de los

puertorriqueños hacia el exterior se ha acentuado en las últimas dos décadas.

Desde comienzos de este siglo hasta 1940, la emigración neta total fue de

70,000 personas. Después de la Segunda Guerra Mundial, a fines de la década

del 1940, el promedio anual de los emigrantes ascendió a 35,000 personas que

salieron mayormente hacia los Estados Unidos. El primer quinquenio de la

década del ’50 revela que emigró un promedio de 49,000 personas al año; cifra

que se redujo a 40,000 durante el segundo quinquenio. Después de 1960, y

hasta el 1963, la emigración neta se redujo drásticamente teniendo un saldo de

9,000 personas anuales. En el 1964 hubo una emigración neta de 4,366


55

personas, la más baja en los últimos 22 años. Para los años subsiguientes (1964

y 1965) la pérdida neta aumentó en 16,000 y 30,000 personas anuales,

respectivamente.

Si no hubiera sido por la emigración, el problema poblacional, y sobre

todo el desempleo, hubieran sido mucho peores de lo que fueron. (Senior, 1953

y Junta de Planificación, 1951). Para el 1942 la emigración absorbía el 3% del

incremento en la población de Puerto Rico, pero para el 1951 llegó a absorber el

85% de este incremento. Es decir, en 1951 el incremento en la población de

Puerto Rico fue de 62,151 personas, mientras que emigraban 52,900. El

incremento poblacional neto entonces fue de apenas 9,251 habitantes ese año.

(Senior, 1953, p. 134).

Como sabemos, no todos los estudios del tema coinciden en los datos y

en sus fuentes, por lo que de un trabajo a otro podemos encontrar ciertas

discrepancias. A continuación presento una de las fuentes que considero más

valiosas sobre el tema, consciente de que existen otras igualmente valiosas,

como puede apreciarse en la bibliografía que acompaña este ensayo.


56

Años fiscales Salidas Llegadas Balance neto


1940 24,932 23,924 - 1,008
1941 30,916 30,416 - 500
1942 29,480 28,552 - 928
1943 19,367 16,766 - 2,601
1944 27,586 19,498 - 8,088
1945 33,740 22,737 -11,003
1946 70,618 45,997 -24,021
1947 136,259 101,115 -35,144
1948 132,523 104,492 -28,031
1949 157,338 124,252 -33,086
1950 170,727 136,572 -34,155
1951 188,898 146,978 -41,920
1952 258,884 197,226 -61,658
1953 304,910 230,307 -74,603
1954 303,007 258,798 -44,209
1955 315,491 284,309 -31,182
1956 380,950 319,303 -61,647
1957 439,656 391,372 -48,284
1958 467,987 442,031 -25,956
1959 557,701 520,489 -37,212
1960 666,756 643,014 -23,742
1961 681,982 668,182 -13,800
1962 807,549 796,186 -11,363
1963 930,666 925,868 - 4,798
1964 1,076,403 1,072,037 - 4,366
1965 1,265,098 1,254,338 -10,758
1966 1,475,228 1,445,139 -30,089
1967 1,628,909 1,594,735 - 34,174
1968 1,858,151 1,839,470 -18,681

Tabla 9. Movimiento de pasajeros desde Puerto Rico en el periodo 1940 a


1968
57

Fuente: Puerto Rican Planning Board. A comparative Study of the Labor Market
Characteristics of Return Migrants and Non-Migrants in Puerto Rico (San Juan,
1973), P.257. Citado en: New York (City). City University of New York. Center for
Puerto Rican Studies. History Task Force. (1979). Labor migration under
capitalism: the Puerto Rican experience. New York: Monthly Review Press,
p.186-187.

Como habrá podido apreciarse en la anterior tabla la mayor emigración en

el periodo se da entre el 1947 y el 1957, particularmente a comienzos de la

década del 1950. En todo el periodo (1940-1968) tenemos una emigración de

757,607 personas, lo que viene a representar el 28.6% de la población total de

Puerto Rico en el 1968, que era de 2,650,000 personas. No cabe duda de que

estas cifras dan testimonio de la enorme proporción de los habitantes de nuestro

país que buscó en la emigración una salida a la desesperante situación que se

vivía en la Isla, aún en medio del proceso de industrialización.

Como vimos anteriormente, ese flujo migratorio ayudó significativamente a

que los problemas de desempleo y exclusión social, que resultaron ser parte del

modelo de desarrollo, tal vez sin que sus proponentes se lo propusieran, no se

hicieran más graves aún. Lo que resulta evidente es que el trinomio

industrialización-urbanización-emigración son parte medular del proceso de

transformación por el que atravesó Puerto Rico en el periodo 1940-1968.

A continuación presentaremos, muy breve y esquemáticamente, algunos

acontecimientos políticos que es necesario incorporar en el análisis, para poder

dar cuenta de los retos, tensiones y propuestas de transformación que se fueron

gestando en el periodo que discutimos en este ensayo. Como todo lo anterior,


58

requiere de mayor elaboración conceptual y teórica, pues se trata meramente de

un intento descriptivo de caracterización de unas tendencias y una época.

Algunos procesos políticos que marcan hitos importantes en la sociedad


puertorriqueña

El periodo que estamos analizando en este ensayo es uno de los más

importantes en la historia política de Puerto Rico. En él se da una realineación

de fuerzas que va a marcar significativamente el destino de los partidos que

hasta entonces eran hegemónicos y va a abrir el camino para el establecimiento

de nuevas hegemonías, las que hasta el día de hoy continúan prácticamente

inalteradas.

Según Anderson (1965, p. 50) para 1940 se habían escindido en

fracciones rivales cada uno de los tres partidos que habían dominado la vida

política puertorriqueña hasta entonces. El Partido Liberal sufrió las

consecuencias del intento infructuoso de Luis Muñoz Marín en 1936 de arrebatar

el liderato de dicho Partido que estaba en manos de Antonio R. Barceló, ya que,

como consecuencia, Muñoz Marín fundó el Partido Popular Democrático (PPD)

en 1938. Los principales cuadros dirigentes de este partido provendrán del

Partido Liberal, al igual que su liderato de base y su apoyo electoral. Llegó a

decirse que “el Partido Popular arrasó organizativamente con el Partido Liberal”.

(Quintero, 1985, p. 82)


59

****
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G 8EiRN16.D R

Por otro lado, también naufragó el Partido Socialista ante el movimiento

disidente que se desencadenó poco después de la muerte de su líder, Santiago

Iglesias, en 1938. Le sucedió su yerno Bolívar Pagán, pero éste no fue capaz de

mantener al Partido unido; para 1940 ya se había desgajado de los socialistas

de Pagán una facción capitaneada por Prudencio Rivera Martínez, presidente de

la Federación Libre de Trabajadores (FLT): la rama disidente se dio a sí misma

el nombre de Partido Laborista. Y finalmente el antiguo Partido de la Unión


60

Republicana, dirigido por el ya anciano Rafael Martínez Nadal, de ideas

conservadoras, sufrió también una escisión provocada por la defección del joven

republicano Miguel Ángel García Méndez, presidente de la Cámara.


61

Los grupos disidentes de los Partidos Socialista y Republicano, dirigidos

respectivamente por Rivera Martínez y García Méndez, se unieron con el Partido

Liberal, de Ramírez Santibáez, en julio de 1940 para formar la Unificación

Tripartita Puertorriqueña. Entretanto, el Partido de la Unión Republicana de

Martínez Nadal y el Partido Socialista de Bolívar Pagán formaron una coalición

electoral para las elecciones de 1940. Mediante este arreglo, que se había

iniciado ya en 1924, convenían ambos Partidos en presentar unas candidaturas

comunes y distribuirlas proporcionalmente entre los Partidos. (Anderson, 1965,

pp. 50-51).

Para Anderson (1965, p. 52) es evidente que las elecciones de 1940

marcaron un viraje en la historia de Puerto Rico. De ellas salieron muy

maltrechos los viejos partidos políticos; sólo uno estaba destinado a sobrevivir

con su organización y su ideología relativamente intactas durante los dos

decenios siguientes. Fue éste el Partido Republicano, que estaba llamado a

resucitar después de dos derrotas todavía más aplastantes, la de 1944 y la de

1948, como un importante grupo político


62

En 1940 también se crea la Confederación General de Trabajadores

(CGT), como parte de una división en la FLT y el creciente descontento de los

trabajadores tanto con la FLT, como con el Partido Socialista. Esto, sin duda,

debilitó significativamente al Partido Socialista y fortaleció, quizá más indirecta


63

que directamente- los procesos de desarrollo del PPD. En este punto Quintero

(1985, p. 85) plantea que: manteniendo su no-partidismo formal, la CGT y el

PPD colaboraron estrechamente durante los años posteriores a la cerrada

victoria electoral del 1940, principalmente a través de la mutua colaboración con

el gobierno progresista del novo-tratista Tugwell. Desde la primera zafra

después de la fundación de la CGT- la zafra iniciada en enero de 1941-, ésta

comenzó a recoger exitosamente el descontento del proletariado azucarero con

sus instituciones tradicionales-la FLT y el Partido Socialista. Ya para el verano

de 1943 la CGT ejercía una hegemonía evidente entre el proletariado azucarero,

lo que se tradujo electoralmente en una arrolladora victoria del PPD en

noviembre de 1944.

Un hecho sumamente importante es que el PPD presenta un programa

político basado en la oposición a los males e injusticias del colonialismo

económico y político, representado en Puerto Rico por el poder de las grandes

corporaciones azucareras norteamericanas. En ningún momento se esforzó en

demostrar los males del capitalismo industrial, sobre todo en su carácter

imperialista. Más bien lo que ocurrió, sobre todo a partir de 1947, fue que dicho

partido defendió a brazo partido al capital industrial ausentista (norteamericano),

ahora como nuestro principal aliado en la tarea del desarrollo.

Para entender ese hecho, Quintero (1976) plantea que los sectores

dominantes dentro del PPD –y en el gobierno- van a estar constituidos por una

nueva generación de tecnócratas liberales (segunda generación de antiguos

hacendados) que encontraron en el nuevo estado industrial benefactor, y en la


64

planificación gubernamental, una nueva base económica para su hegemonía

social. 25

25 Ver también a Navas (1978 y 1985).


65

Para 1946 un grupo de dirigentes del PPD, encabezados por Gilberto

Concepción de Gracia, que habían estado organizando el Congreso Pro

Independencia, y que venían mostrando significativas diferencias con Muñoz

Marín, sobre todo con relación al tema del estatus, crearon al Partido

Independentista Puertorriqueño. Dicha ruptura podría haber debilitado al PPD,

si no fuera por la debacle de los otros partidos de oposición, particularmente el

Partido Republicano. Quizás lo ha hecho, pero a mucho más largo plazo.

Tal vez lo que más debemos destacar de estos procesos es la manera

cómo el PPD logró consolidar su hegemonía política, con la ayuda del gobierno

de los Estados Unidos, por medio de un sistema de participación electoral

(Navas, 1985) y de obtener ayudas económicas y políticas que le hicieran creer

a la población que su situación estaba mejorando a pasos acelerados y que el

futuro les deparaba cosas todavía mejores. Esto era un prerrequisito esencial

para la implantación de sus estrategias de desarrollo económico. Sin embargo,

ni el proceso electoral ni las ayudas económicas y políticas fueron suficientes.


66

Hizo falta una enorme cuota de represión política para los disidentes, sobre todo

aquellos que continuaban denunciando el colonialismo y la ilegalidad del

régimen político establecido. Ese fue el caso del Partido Nacionalista de Don

Pedro Albizu Campos.


67

Con relación a lo anterior Irizarry Mora (2001, p. 71) afirma que el PPD va

a garantizar la estabilidad política y social necesaria para implantar sus

estrategias económicas, por medio de la presencia militar de los Estados

Unidos, el uso del dólar como moneda oficial y mediante la represión sistemática

a la oposición política, especialmente contra los propulsores de la independencia

nacional. Cabría añadir, como ya vimos, la promoción –directa o indirecta- de la

emigración a Estados Unidos.


68

Es preciso recordar que como preámbulo a las propuestas de

industrialización y desarrollo económico se dio un proceso de brutal represión

política, el que tuvo uno de sus episodios más sangrientos el 21 de marzo de

1937 en la “Masacre de Ponce”. En este la policía, luego de haber dado

autorización para una manifestación pacífica del Partido Nacionalista, dispara

contra la misma con el saldo de 21 muertos y más de 150 heridos. El año

anterior (1936) las fuerzas represivas habían puesto en Prisión al liderato

nacionalista acusándoles de “conspiración sediciosa”. Como elemento medular

de la estrategia represiva se instauró la antidemocrática “Ley de la Mordaza”

(Ley #53 del 21 de mayo de 1948), la que criminalizaba las expresiones a favor

de la independencia de Puerto Rico, convirtiendo la palabra en delito. (Acosta,

1987 y 1993).
69

Fue precisamente en la década del 1940 que se organizó el denominado

“Escuadrón de Seguridad Interna”, antecesor de la “División de Inteligencia de la

Policía de Puerto Rico”, cuyo fin primordial era vigilar y perseguir al

independentismo en la Isla. (Burgos Pérez, 2006, p. 7). Ese proceso represivo

fue ganando intensidad en la década del 1950, particularmente después del

levantamiento nacionalista del 30 de octubre en Jayuya y otros pueblos de

Puerto Rico (como Peñuelas, Aguas Buenas y Utuado, entre otros) incluyendo

un ataque a la residencia oficial del Gobernador de Puerto Rico y otro, unos días

más tarde, al propio presidente Truman en las inmediaciones de la Casa Blair,


70

en Washington. Como secuela de este proceso, miles de independentistas,

hubieran participado del levantamiento o no, fueron perseguidos y encarcelados.

Un hecho sumamente importante en los procesos políticos del periodo

estudiado fue el establecimiento, el 25 de julio de 1952, del Estado Libre

Asociado. Dicho ente ha sido cuestionado y aplaudido desde entonces y todavía

representa por lo menos insatisfacción en todo el espectro político

puertorriqueño por no haber resuelto definitivamente el problema del estatus

político de nuestro país.


71

En este corto ensayo descriptivo no pretendemos dar cuenta cabal de unos

procesos políticos sumamente complejos y debatidos. Simplemente se

presentan algunos apuntes para tratar de ampliar el horizonte de las

transformaciones económicas y los procesos de cambio social y cultural que se

vivieron entre los años 1940 y 1968. A partir de este último año se abre un

nuevo ciclo en la historia política puertorriqueña. Las pinceladas presentadas y

sus imágenes correspondientes pueden ayudarnos a desenredar el panorama

político actual, si es que eso es posible.

Reflexiones finales
72

En el presente ensayo hemos visto cómo arranca y se desarrolla el

proceso de industrialización de Puerto Rico a partir de los años 1940´s.

También consideramos las diferentes estrategias de industrialización utilizadas

por el gobierno, primero de Tugwell y después del Partido Popular Democrático.

Se analiza también la importancia relativa de las diferentes ramas industriales, a

lo largo del proceso de industrialización y se ubican los procesos de

urbanización y emigración, así como las luchas políticas, en el contexto del

tránsito hacia una sociedad industrial y urbana.

En realidad, nuestro propósito ha sido ir acompañando las imágenes de la

época con una narración de eventos, por demás polémicos y ampliamente

debatidos, más que acompañar la elaboración histórica del proceso con las

imágenes. Por eso en lugar de culminar dicha elaboración histórica con este

ensayo, pretendemos aportar un pequeño grano de arena para continuar una

discusión que nos parece tan importante como apremiante para el destino de

Puerto Rico.

Ciertamente, Puerto Rico se industrializó y urbanizó muy aceleradamente.

Quizás demasiado rápido para poder asimilar el proceso y, sobre todo, para

darnos cuenta del hoyo en el que nos estábamos metiendo. Las consecuencias

de esto las vemos hoy con toda intensidad. Tal vez la más notable sea el déficit

estructural en los recaudos gubernamentales, para atender las nececidades del

país, lo que ha sido consecuencia directa de la estrategia de desarrollo que se

escogió –la operación manos a la obra- y que hoy intenta revivirse con

consignas muy parecidas y propuestas poco novedosas.


73

-~J

No cabe duda de que para poder corregir los problemas actuales tenemos

mucho que aprender de los errores y aciertos del periodo de 1940 a 1968.

Sobre todo, identificar qué consecuencias tuvieron las estrategias utilizadas y

qué tipo de país nos legaron. Si queremos otro tipo de país, pues a trabajar con

nuevas propuestas.

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