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Ton Coffeng
“The therapy of dissociation: Its phases and problems”.
En G. Prouty (Ed.), Emerging developments in Pre-Therapy: a Pre-Therapy reader
(pp. 147-163). Ross-on-Wye: PCCS-books (2008).
También en Person-Centered and Experiential Psychotherapies 4 (2), 90–105 (2005).
Comentario del editor: Morton Prince (1906), el psiquiatra estadounidense que abrió
camino al concepto clínico de disociación, observó similitudes entre la psicosis y la
disociación. Ton Coffeng describe similitudes entre el tratamiento de la psicosis
(procesamiento pre-simbólico de la Pre-Terapia) y la terapia de la disociación. Coffeng
ha expandido exitosamente el concepto y la aplicación de la Pre-Terapia a la
disociación. Primero, así como en el tratamiento de la psicosis, él aplica la Pre-Terapia
como una primera fase en el tratamiento. Dos razones para esto son que los clientes
disociados a menudo no tienen acceso a su experienciar, y segundo, que a menudo no
pueden articular su experiencia y están pre-expresivos. Coffeng explica que tanto el
acceso al experienciar y la articulación de la experiencia son metas de la Pre-Terapia.
Entonces, él aplica el procesamiento pre-simbólico, el cual se usó originalmente para
las imágenes alucinatorias, a la imaginería de los flashbacks. Coffeng también
demuestra la propiedad pre-experiencial de los reflejos de contacto mientras ellos
preceden la focalización experiencial (Gendlin, 1996). Coffeng ha expandido
exitosamente el rango clínico de los métodos pre-simbólicos/Pre-Terapia como los
primero pasos en el tratamiento de la disociación, para seguir con un trabajo más
tradicionalmente experiencial/centrado en el cliente.
Garry Prouty.
Referencias.
TERAPIA DE LA DISOCIACIÓN.
En esta última fase, sin embargo, pueden ocurrir incidentes que perturben el
proceso en marcha. Los clientes funcionan como lo hacían en una fase anterior. Se
disocian de nuevo, habiendo ya realizado la integración. Ellos no se expresan como lo
hacían, o se vuelven mudos. Algunos clientes se vuelven demandantes o reacios a
proceder. La terapia es abandonada. Los terapeutas quedan sorprendidos, ya que no
esperaban problemas en esta fase. Ellos también se confunden, no siendo capaces de
hablar con el cliente como antes. Ellos prueban intervenciones de una fase más
temprana, pero descubren que éstas no funcionan. Se sienten desalentados, viendo su
cliente deteriorarse. Estos incidentes necesitan una aproximación más directiva, de
modo que su trasfondo pueda ser explorado. Cuando este problema se resuelve, la
terapia puede reasumir su curso. Los incidentes tienen que ser situados en un
contexto, como parte de la terapia extendida de la disociación. Por consiguiente,
empezaremos con una descripción de la terapia. En este caso, es una terapia centrada-
el-cliente/experiencial, con dos fases experiencialmente diferentes. Sin embargo, la
secuencia de este artículo no intenta sugerir que los incidentes tardíos son específicos
del modelo de terapia presentado aquí. Ellos parecen ocurrirles a otros terapeutas
también, independiente de su aproximación o estilo.
Según el 'estado del arte' oficial, la terapia de la disociación tiene tres fases: (1)
la estabilización y reducción sintomática; (2) el tratamiento de los recuerdos
traumáticos; y (3) la reintegración y rehabilitación (van der Hart, van der Kolk & Boon,
1998). Estas fases son planeadas y tienen un protocolo que el terapeuta hace en cada
fase. Roy (1991) introdujo una aproximación diferente y centrada-en-el-cliente, en la
cual el proceso del cliente es seguido en lugar de dirigido. Inspirado por ella, yo
desarrollé una terapia que incluye varios elementos (Coffeng, 1996). Estos elementos
parecen tener su propio tiempo en la terapia. Mirando los procesos de los clientes
durante el curso de la terapia, podría distinguir dos fases experiencialmente diferentes,
cada una tiene su propio ritmo y lenguaje (Coffeng, 2002a, 2002b).
PRIMERA FASE.
1
Notas del Traductor:
Para una introducción a este método, lea “La Pre-Terapia de Garry Prouty: Un enfoque centrado
en la persona para el tratamiento de la psicopatología aguda y crónica” (Robles, 2008);
disponible en http://www.scribd.com/doc/13077165/La-Preterapia-de-Garry-Prouty-Robles-2008
2
Para leer sobre el uso de los “reflejos de contacto”, diríjase a “La Aplicación de los Reflejos de
Contacto” (Prouty, 2007); disponible en español en http://www.scribd.com/doc/17419411/LA-
APLICACION-DE-LOS-REFLEJOS-DE-CONTACTO-Prouty-2007
reflejadas literalmente. En la segunda fase, los clientes perciben afecto en su imagen
alucinatoria, y tanto el efecto como las imágenes son reflejadas. En la tercera fase, los
clientes notan afecto en ellos mismos en lugar de afuera, lo cual también es reflejado.
Otro cambio sigue, cuando la imagen alucinatoria cambia a un flashback de un evento
(traumático) pasado. Los clientes quedan consternados cuando se dan cuenta que
están teniendo esa experiencia ellos mismos. Ellos necesitan integrarla, lo cual ocurre
posteriormente en una terapia experiencial típica, la que constituye la cuarta y última
fase. Este procedimiento ha sido ilustrado con viñetas clínicas (Prouty, 1994, 2004).
EPISODIO CRÍTICO.
Al final de la primera fase, los clientes mejoran en varios aspectos. Debido a los
reflejos, ellos tienen más contacto con la realidad, con los otros y con ellos mismos.
Hay confianza en el terapeuta, quien ha pasado las pruebas de fiabilidad. La relación es
más fuerte. Teniendo más contacto, los clientes no necesitan disociar tanto. Las
barreras disociativas entre los alters-personalidades se vuelve permeable, y estos
alters ya no puede ignorarse entre ellos. Con la reducción de la disociación viene una
mejora en la memoria. Los flashbacks, siendo partes de su memoria traumática,
surgen en conjunto. Cuando su memoria del trauma se completa, aún hay un flashback
aterrador. Los clientes quedan consternados cuando se dan cuenta que ellos
experimentaron ese trauma. Ellos no pueden escaparse o disociarse como lo hacían
antes, y tienen que enfrentarlo. Pero no pueden manejar las intensas emociones de
eso tampoco. Ellos empiezan a darse cuenta de los sentimientos, pero no saben como
lidiar con ellos todavía. Están poco familiarizados con sentir experiencialmente. No
están acostumbrados a expresar los sentimientos en lenguaje simbólico. Para resumir,
ellos están en tierra de nadie. Este episodio se corresponde con la tercera fase del
procesamiento pre-simbólico de Prouty. Yo lo llamo 'episodio crítico', ya que requiere la
fuerte presencia del terapeuta. Esta necesidad a menudo no es reconocida, cuando los
terapeutas asumen que sus clientes no necesitan ayuda en esta fase. Ellos pueden salir
de vacaciones sin arreglar un respaldo o un reemplazo. En esta fase de la terapia, es
particularmente importante que los terapeutas estén disponibles o que ellos coordinen
un reemplazo sólido. Se necesitan soporte, sesiones extras o llamadas telefónicas, e
incluso a veces una internación breve. Los clientes deben ser informados acerca del
episodio crítico y sobre las posibles facilidades. Despejar un Espacio, el primer paso del
Focusing (Gendlin, 1996), es una valiosa técnica de soporte en este momento. Se crea
una distancia emocional entre el cliente y la experiencia traumática. McGuire (1984)
agregó imaginería a Despejar un Espacio para los clientes agobiados. Ella preguntaba
si ellos tenían alguna experiencia positiva, y los animaba a que imaginaran como si
ellos estuvieran en ese lugar. La imagen positiva les ayuda a sentir espacio y a
recuperarse, mientras la experiencia traumática es puesta al borde de la imagen
positiva. Despejar un Espacio tiene el efecto de apaciguar, para que el trabajo con el
trauma pueda posponerse.
SEGUNDA FASE.
Van Werde (2002) ha denominado “zona gris” a la región donde las personas oscilan, a veces
imperceptiblemente, entre las funciones pre-expresivas y expresivas. Dependiendo de la
persona, los estados de contacto psicológico disminuido o deteriorado que se producen en ‘la
zona gris’ pueden variar desde un leve estado disociativo hasta una intensa experiencia
alucinatoria, por eso el terapeuta debe estar atento para brindar el tipo de reflejo más adecuado
para la persona en medio de esta particular experiencia.
cliente necesita apoyo físico. Así que el terapeuta toma el rol de una figura de soporte.
El contacto físico de los terapeutas, sin embargo, es controversial, especialmente en
círculos de terapia tradicional. Pero las técnicas corporales pueden ofrecerse segura y
profesionalmente en la medida que las precondiciones sean señaladas (Bohun, Ahern &
Kiely, 1990; Durana, 1998; Hunter & Struwe, 1998; Stenzel & Rupert, 2004). El apoyo
corporal y la relación terapéutica fortalecida proporcionan un contexto en el cual la
elaboración del trauma puede ocurrir (Coffeng, 2002b). Este proceso se parece el
proceso de duelo.
EL ALTER OCULTO.
RECUERDOS SUBYACENTES.
Hay excepciones. Una cliente creció con un padre psicótico crónico, que
dependía de ella y que la abusó sexualmente. Su madre negó los problemas; ella se
fue cuando la psicosis del padre se volvió crítica, dejando a la cliente sola con él. La
cliente se disociaba, comportándose como si ella pudiera manejar e ignorar su propia
ansiedad. Ella fue confrontada con las ideas confusas y los dobles vínculos (Spiegel,
1986). Su padre le dijo que él vendría después de su muerte para llevársela, así que la
cliente anticipó su retorno cuando él finalmente cometió suicidio. Habiendo sido
culpada por su madre por haber dejado psicótico a su padre, la cliente creyó que ella
podría hacer que otras personas enfermasen, y cerraba sus ojos cada vez que las
personas pasaban.
Cuando ella vino a la terapia, apenas hablaba. Tenía cambios disociativos
frecuentes que la prevenían de continuar una frase o contestar una pregunta. Era
como si ella tuviera que cruzar una carretera abarrotada antes de que pudiera hablar
de nuevo. Su lenguaje era pobre: hablaba con unas cuentas palabras que podrían
significar muchas cosas.
¿PSICOSIS?
4
Nota del Traductor:
Ver este reporte y el cuadro en “La Alucinación Como un Sí Mismo Inconsciente” (Prouty, 2004),
disponible en español en http://www.scribd.com/doc/17174709/LA-ALUCINACION-COMO-UN-SI-
MISMO-INCONSCIENTE-Prouty-2004
DISCUSIÓN.
Los ejemplos dados son típicos para clientes que experimentan trauma y
disociación. Ellos difieren de los problemas tardíos en cualquier terapia. La regresión es
un fenómeno común, cuando los clientes retroceden a un funcionamiento rígido. Es
debido a su estrés por integrar nuevas experiencias y cambiar viejos conceptos.
Temiendo que puedan perder el control, ellos intentan controlar su proceso. Ellos
pierden contacto con su experiencia corporal y se vuelven 'ligados estructuralmente'
(Coffeng, 1991). Sin embrago, con una adecuada respuesta del terapeuta, los clientes
recobran su flexibilidad rápidamente.
Lidiar con los incidentes tardíos es una empresa difícil, pero también es
interesante. La dificultad yace en la combinación de ser energético y sensible al mismo
tiempo. Las expresiones del cliente no deben darse por sentadas sino que necesitan
ser cuestionadas una y otra vez. No es una cuestión de creer sino de explorar cómo las
expresiones previas del cliente pueden tener un nuevo significado. Tiene que
encontrarse un equilibrio entre paciencia y curiosidad. Este equilibrio se parece a lo
que McCann y Coletti (1994) llaman 'la danza de la empatía'. En su deseo de entender,
ellos abordan al cliente con preguntas. Las contestaciones del cliente les ayudan a
aprender más y a empatizar. Desde allí, ellos le hacen nuevas preguntas al cliente,
para entender mejor. Empieza con una danza circular con el cliente, pero con el tiempo
se vuelve un movimiento espiral mientras el terapeuta se hace más cercano al éste. La
combinación de la curiosidad y el chequeo, recomendada por los autores como una
manera de prevenir la tensión empática, es también una excelente manera de lidiar
con los incidentes tardíos.
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