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Análisis Infinitesimal: La aparición del análisis infinitesimal fue la culminación de un largo proceso, cuya
esencia matemática interna consistió en la acumulación y asimilación teórica de los elementos del cálculo
diferencial e integral y la teoría de las series. Para el desarrollo de este proceso se contaba con: el álgebra; las
técnicas de cálculo; introducción a las matemáticas variables; el método de coordenadas; ideas infinitesimales
clásicas, especialmente de Arquímedes; problemas de cuadraturas; búsqueda de tangentes... Las causas que
motivaron este proceso fueron, en primer término, las exigencias de la mecánica, la astronomía y la física. En
la resolución de problemas de este género, en la búsqueda de problemas generales de resolución y en la
creación del análisis infinitesimal tomaron parte muchos científicos: Kepler, Galileo, Cavalieri, Torricelli,
Pascal, Walis, Roberval, Fermat, Descartes, Barrow, Newton, Leibniz, Euler,...
La última etapa del desarrollo del análisis infinitesimal, fue el establecimiento de la relación e inversibilidad
mutua entre las investigaciones diferenciales e integrales, y a partir de aquí la formación del cálculo
diferencial e integral. Este último surgió como una parte independiente de las matemáticas, casi
simultáneamente en dos formas diferentes: en la forma de teoría de fluxiones de Newton y bajo la forma del
cálculo de diferenciales de G.W. Leibniz.
Teoría de fluxiones: En el método de fluxiones se estudian las magnitudes variables, introducidas como
abstracción de las diferentes formas del movimiento mecánico continuo. Estas magnitudes variables se
consideran cantidades que van fluyendo o "fluentes". Después se introducen las velocidades de la corriente de
los fluentes, esto es, las derivadas con relación al tiempo. Ellas se denominan fluxiones, que a su vez son
también variables y poseen también sus fluxiones y así sucesivamente. Los símbolos de la primera, segunda...
momento del fluente "y" se escribe ., es decir, el producto de la velocidad instantánea por el momento
tiempo. En esencia, el momento del fluente es su diferencial. Con esta teoría se resuelven dos problemas
fundamentales: - determinación de la velocidad de movimiento en un momento de tiempo dado, según un
camino dado. De otro modo: determinación de la relación entre las fluxiones dada la relación entre los
fluentes. - dada la velocidad de movimiento determinar el camino recorrido en un tiempo dado. En términos
matemáticos, determinar la relación entre los fluentes dada la relación entre las fluxiones. El primer problema,
llamado problema directo, representa el problema de la diferenciación implícita de funciones y obtención de
la ecuación diferencial, que expresa las leyes fundamentales de la naturaleza. El segundo, llamado problema
inverso, es el problema de la integración de las ecuaciones diferenciales.
Cálculo de los diferenciales: en el plano puramente matemático el cálculo de Leibniz se formó bajo las
siguientes premisas:
1. Problemas de sumación de series y la utilización de los sistemas de diferencias finitas.
2. Resolución de problemas sobre tangentes, el triángulo de Pascal y el paso gradual de las relaciones
entre elementos finitos a arbitrarios y después infinitesimales.
3. Problemas inversos de tangentes, sumación de diferencias infinitamente pequeñas, descubrimiento
de la inversibilidad mutua entre los problemas diferenciales e integrales.
Él llegó a la idea sobre el símbolo "d" (abreviatura de la palabra "diferencia") para la designación de
diferencias infinitesimales. Igualmente representó la integral como suma de "todas" las ordenadas, que son
una cantidad infinita y lo escribió con el símbolo omny. Más tarde incorporó el símbolo inicial de la
palabra Summa. Posteriormente aclaró la necesidad de perfeccionar el símbolo integral, incluyendo en él, el
símbolo de diferencial del argumento . Se formularon reglas de diferenciación de las magnitudes de las
magnitudes constantes, de la suma, diferencia, producto, cociente, potencia y raíz de funciones. Los
diferenciales se interpretaron incialmente como magnitudes proporcionales al incremento instantáneo de la
magnitud. Verdaderamente, más tarde, los diferenciales se definieron como diferencias infinitesimales. Los
estudios sobre cálculo diferencial e integral se publicaron en 1684 y 1686 respectivamente. En trabajos
posteriores de Leibniz se abarca, en esencia, todas las partes del cálculo diferencial e integral obteniendo, por
ejemplo, la regla de diferenciación de la función exponencial general, y la fórmula de diferenciación múltiple
del producto. Generalizó también el concepto de diferencial al caso de exponente fraccionario y negativo.
Mediante el nuevo cálculo los matemáticos de finales de siglo y comienzos del XVIII lograron resolver un
número, que crecía rápidamente, de importantes problemas difíciles y prácticos. Estos éxitos prácticos y la
elaboración del cálculo, alcanzaron tal nivel, que a finales de siglo (1696), apareció el primer manual de
cálculo diferencial y sus aplicaciones a la geometría; "Análisis Infinitesimal" de G.F. L'Hopital. Un extenso
lugar en las obras sobre historia de las matemáticas de esta época, estuvo marcado por la disputa en la
prioridad del descubrimiento del cálculo diferencial e integral, por parte de Newton o Leibniz; descubrimiento
que, como se ha demostrado posteriormente tuvo lugar de forma simultánea e independiente
El álgebra siguió rompiendo su hermandad con la geometría, fortaleciéndose el aparato simbólico literal,
alcanzando gran desarrollo la teoría de ecuaciones. La teoría de números se enriqueció con las famosas
investigaciones de Fermat. En particular a él pertenece el conocido "Gran teorema de Fermat". En el año 1665
B. Pascal formuló el principio de inducción matemática.
Teoría de Probabilidades: La teoría de probabilidades, en relación con los problemas con los que se
tomaban las investigaciones combinatorias, a mediados del siglo XVII entró en el estadio de formación como
ciencia. Las consideraciones probabilísticas, en las cuales las ideas intuitivas sobre el grado de posibilidad
lógica se complementaba con los cálculos de frecuencia teórica, comenzaron a aparecer en el siglo XVI, pero
sólo en las obras de Pascal, Fermat y Huygens comenzó a entrar en uso en relación con el problema de la
repartición de los sueldos, el concepto de esperanza matemática. Al parecer, en el mismo final del siglo XVII
Jo. Bernouilli descubrió la forma más simple de la ley de los números generales (publicado en el año 1713).
SIGLO XVIII
Durante el siglo XVIII la elaboración científica y matemática se centró casi exclusivamente en Europa.
Gradualmente fue creciendo el papel de los centros superiores de enseñanza, haciéndose particularmente
notable hacia finales de siglo con la revolución francesa.
Se podría decir que el siglo XVIII fue un tramite entre los siglos XVII, cuando se inventaron la geometría
analítica y el cálculo infinitesimal y el siglo XIX, origen del rigor matemático y espectador de lujo del
brillante florecimiento de la geometría.
Los matemáticos más importantes de la época fueron casi todos franceses: Monge, Lagrange, D'Alembert,
Laplace, legendre, Carnot y Condorcet. las dos grandísimas excepciones a esta lista fueron Euler y Gauss.
El concepto de análisis infinitesimal se completó de nuevos hechos, encontrando las operaciones de
diferenciación e integración aplicaciones a una cada vez mayor gama de funciones, dando lugar al análisis
funcional y dentro de él, al cálculo de variaciones como una de las partes más importantes del análisis
matemático moderno.
Comentar, por último, que una revisión del desarrollo de las matemáticas en el siglo XVIII sería incompleta
sin nombrar los trabajos teóricos realizados en el terreno de la probabilidad.
La elaboración científica de los problemas matemáticos se concentró casi exclusivamente en los países de
Europa.
Junto a la formación de los fundamentos del análisis matemático -el cálculo diferencial e integral- hacia
comienzos de siglo surgieron resultados también en sus ramas superiores: la teoría de ecuaciones diferenciales
y el cálculo de variaciones. La teoría de las ecuaciones diferenciales ordinarias obtuvo un desarrollo
sistemático, comenzando con los trabajos de Jo. Bernoulli y J. Ricatti. Los métodos del cálculo aritmético se
enriquecieron con la aparición de los logaritmos. Sobre la base de la ampliación del concepto de función al
campo complejo y de la amplia aplicación del desarrollo de funciones en serie, comenzó a crearse la teoría de
funciones de variable compleja. Se completó igualmente, el conjunto de las disciplinas geométricas y, además
de la ya desarrollada geometría analítica, se formaba a finales de siglo la geometría descriptiva y se
profundizaba en el estudio de la perspectiva. Estudiemos por separado el desarrollo de estas disciplinas:
• Análisis Infinitesimal
• Análisis Matemático.
○ Cálculo Diferencial.
○ Cálculo Integral.
○ Ecuaciones Diferenciales
• Cálculo de Variaciones.
• Desarrollo de la Geometría.
○ Geometría Analítica.
○ Geometría Diferencial.
○ Geometría Descriptiva y Proyectiva.
• Análisis Numérico.
• Teoría de Probabilidades.
Análisis Infinitesimal: El problema de la creación de la teoría de funciones se convirtió en el problema
preliminar del análisis infinitesimal. El concepto de función tenía dos aspectos: la función como
correspondencia y la función como expresión analítica. Los éxitos prácticos del análisis infinitesimal,
impulsaron a los científicos a poner más atención a este tratamiento del concepto de función, el cual permitía
operar con funciones concretas. Fue en el transcurso de los años 30 y 40, en lo fundamental gracias a Euler,
cuando se elaboró, sistematizó y clasificó la teoría de las funciones elementales analíticas. La experiencia
señaló a los matemáticos que todas las funciones conocidas, eran desarrollables mediante series de potencias.
Igualmente se crearon las premisas para la teoría de funciones de variable compleja.
Uno de los rasgos más característicos del análisis infinitesimal en el siglo XVIII era la poca claridad de sus
conceptos primarios, la imposibilidad de explicar racionalmente la validez de las operaciones introducidas.
Las ideas de los creadores del análisis en esta materia no se distinguían ni por su constancia ni por su
determinación. Tanto Newton como Leibniz llevaron a cabo un conjunto de intentos de explicar sus cálculos,
sin lograr éxito. Entre los numerosos esfuerzos por encontrar una fundamentación rigurosa al análisis
infinitesimal, destacan los de Euler y D'Alembert. Según Euler, el concepto fundamental no es el de
diferencial, sino el de derivada; en lo que se refiere a los infinitesimales o diferenciales, ellos son simplemente
ceros exactos. Pero esta teoría de Euler no pudo ser reconocida como satisfactoria pues se limitaba a
enmascarar los pasos reales al límite, los cuales prácticamente se llevaban a cabo en la diferenciación de
funciones. D'Alembert por su parte, ponía objeciones a la teoría de los ceros de Eules y sostenía que la
notación de los diferenciales no es más que una manera vaga de hablar, que depende para su justificación del
lenguaje de los límites. Sin embargo, la teoría de los límites del siglo XVIII, no obtuvo el reconocimiento de
la mayoría de sus contemporáneos. El trabajo más serio que reveló la posibilidad total del cálculo diferencial
algebraico y que determinó su destino fue el gran trabajo de Lagrange, "Teoría de las funciones analíticas...".
Demostró que toda función y=f(x+h) puede ser desarrollada en serie de potencias en la forma f(x+h)=f(x)
+ph+qh2+rh3... excepto en determinados valores del argumento. Las series de potencias fueron pues, utilizadas
para la aproximación de cualquier función por polinomios. Además dedujo la fórmula del resto y el teorema
del valor medio. Los coeficientes del desarrollo polinómico fueron definidos por Lagrange como derivadas
sucesivas. Pero siguió sin resolver el concepto de límite y las operaciones con series carecían de fundamento,
al realizarse sin el estudio de la convergencia de la serie. Semejantes dificultades existieron durante mucho
tiempo, hasta que a finales del siglo XIX fue creado el "aparato delta, epsilon" de la teoría de límites.
Análisis Matemático: La riqueza real del análisis acumulada durante el siglo XVIII es tremenda. Veamos
algunas de sus particularidades.
Cálculo Diferencial: el cálculo diferencial conservó una estrecha relación con el cálculo de diferencias finitas,
originado en los trabajos de Fermat, Barrow, Wallis y Newton entre otros. Así en 1711 Newton introdujo la
fórmula de interpolación de diferencias finitas de una función f(x); fórmula extendida por Taylor al caso de
infinitos términos bajo ciertas restricciones, utilizando de forma paralela el cálculo diferencial y el cálculo en
diferencias finitas. El aparato fundamental del cálculo diferencial era el desarrollo de funciones en series de
potencias, especialmente a partir del teorema de Taylor, desarrollándose casi todas las funciones conocidas
por los matemáticos de la época. Pero pronto surgió el problema de la convergencia de las serie, que se
resolvió en parte con la introducción de términos residuales, así como con la transformación de series en otras
que fuesen convergentes. Junto a las series de potencias se incluyeron nuevos tipos de desarrollos de
funciones, como son los desarrollos en series asintóticas introducidos por Stirling y Euler. La acumulación de
resultados del cálculo diferencial transcurrió rápidamente, acumulando casi todos los resultados que
caracterizan su estructura actual. Por ejemplo Euler demostró que en df(x,y)=Pdx+Qdy las derivadas parciales
Cálculo Integral: los logros en este terreno pertenecieron inicialmente a J.Bernoulli, quien escribió el primer
curso sistemático de cálculo integral en 1742. Sin embargo, fue Euler quien llevó la integración hasta sus
últimas consecuencias, de tal forma que los métodos de integración indefinida alcanzaron prácticamente su
nivel actual. El cálculo de integrales de tipos especiales ya a comienzos de siglo, conllevó el descubrimiento
de una serie de resultados de la teoría de las funciones especiales. Entre ellas citaremos las funciones gamma
y beta, el logaritmo integral o las funciones elípticas. También se desarrolló el método de las sustituciones
complejas.
Ecuaciones Diferenciales: la teoría de las ecuaciones diferenciales ordinarias se había desarrollado ya
considerablemente antes de esta época, pero el problema más difícil de la resolución de ecuaciones en
derivadas parciales era entonces un campo abierto para los pioneros. El problema de la integración de
ecuaciones diferenciales, en su inicio, se presentaba como parte de un problema más general: el problema
inverso del análisis infinitesimal. Además cada una de las ecuaciones estaba justificada por la existencia de un
problema concreto, no existiendo a principios de siglo una teoría general, con lo que la vía utilizada, fue la de
resolver clases de ecuaciones lo más amplias posibles. Los primeros intentos de resolución se centraron en las
ecuaciones diferenciales lineales, advirtiéndose resultados notables ya en los años 20 con los trabajos de
Ricatti, Golbach, Bernoulli y Leibniz. En el año 1743 Euler publicó el método de resolución de una ecuación
diferencial lineal homogéneo de cualquier orden, mediante la sustitución y=ekx o similares. D'Alembert
encontró en 1766 que la solución general de una ecuación no homogénea lineal, es igual a la suma de cierta
solución particular y la solución general de la correspondiente ecuación homogénea. Junto a las ecuaciones
diferenciales ordinarias, fueron encontradas las soluciones de ciertas ecuaciones en derivadas parciales,
llevadas a cabo especialmente por Euler y D'Alembert. Así, las ecuaciones diferenciales en derivadas
parciales de segundo orden surgieron preferentemente en el curso de resolución de problemas físicos, entre
los que cabe señalar el problema de la cuerda, que conduce a la ecuación: resuelta por Euler. Fue a finales de
los 70 cuando Lagrange estableció la forma de obtener soluciones singulares, así como la interpretación de las
mismas como la familia de envolventes de las curvas integrales. El estudio de estas familias de curvas
integrales y la solución de problemas sobre la búsqueda de trayectorias envolventes e isogonales dio lugar a la
aparición de una nueva rama dentro de la geometría: la geometría diferencial.
En resumen, el aparato del análisis matemático en el transcurso del siglo XVIII se desarrolló con rapidez
extraordinaria tomando una forma y un volumen próximo al actual. La diferenciación y también la integración
mediante funciones elementales fueron, en lo fundamental concluidas. Las ecuaciones diferenciales tanto las
ordinarias como en derivadas parciales, poco a poco, se convirtieron en una parte importantísima del análisis
matemático, en su tratamiento algorítmico-operativo. Junto a la elaboración de los métodos de resolución de
clases independientes de ecuaciones se formaron los elementos de la teoría general.
Cálculo de Variaciones: El cálculo de variaciones surgido en este siglo, recibió en los trabajos de Euler y
Lagrange la forma de una teoría matemática rigurosa, posibilitando la resolución de un gran número de
problemas de carácter práctico, referidos a la determinación de los extremos de las funciones y que no
admitían resolución con los medios del recientemente aparecido análisis infinitesimal. Entre estos problemas
citaremos el de la braquistócrona, el problema isoperimétrico o el de las líneas geodésicas sobre las
superficies.
El primer método general de resolución de problemas de variaciones, fue elaborado en una serie de trabajos
de Euler durante los años 1726 a 1744, presentando la primera formulación general de un problema de
variaciones unidimensionales en 1735. Cuatro años después, este método fue generalizado, publicando ya en
1744, el que podríamos considerar como primer libro de la historia sobre cálculo de variaciones. En el libro
de Euler se citan más de 60 ejemplos que ilustran las posibilidades del nuevo método. En ellos se demuestra
el valor práctico del cálculo y se establece su estrecha relación con la mecánica y la física. El objetivo de este
método general era la búsqueda de líneas curvas para las cuales cierta magnitud prefijable, alcanza su valor
máximo o mínimo. Pese a la practicidad del método, éste adolecía de cierta falta de rigor sobre todo en
cuestiones relacionadas con los pasos al límite.
La situación cambió como consecuencia de la puesta en común de ideas por parte de Euler y Lagrange, al
comunicar éste último, el método general analítico de cálculo de la variación de la integral, mediante la
integración por partes. Este método se basaba en la introducción de la variación de una función y en la
extensión a las variaciones de las reglas del cálculo diferencial. Lagrange fue, además, el primero en señalar
la posibilidad de utilizar la segunda variación para diferenciar el tipo de extremal encontrado. Con
posterioridad esta posibilidad fue convertida en condición por Legendre y K. Jacobi (s. XIX) y reafirmada por
Weierstrass en 1879.
Desarrollo de la Geometría: Prácticamente todas las ramas clásicas de la geometría, excluyendo sólo las
geometrías no euclideanas, se formaron en este siglo. Se trata de las geometrías analítica, diferencial,
descriptiva y proyectiva, así como numerosos trabajos sobre los fundamentos de la geometría. Entre los
diferentes problemas y métodos de la geometría, tuvieron gran significado las aplicaciones geométricas del
cálculo infinitesimal. De ellas surgió y se desarrolló la geometría diferencial, la ciencia que ocupó durante el
siglo XVIII el lugar central en al sistema de las disciplinas geométricas.
Geometría Analítica: bajo esta denominación se considera aquella parte de la geometría donde se estudian las
figuras y transformaciones geométricas dadas por ecuaciones algebraicas.
Las puertas a esta rama fueron abiertas, ya en el siglo XVII por Descartes y Fermat, pero sólo incluían
problemas planos. Hubo de ser Newton quien en 1704 diera un paso importante al publicar la obra,
"Enumeración de las curvas de tercer orden", clasificando las curvas según el número posible de puntos de
intersección con una recta, obteniendo un total de 72 tipos de curvas, que se podían representar por
ecuaciones de cuatro tipos. Si designamos ax3+bx2+cx+d=A, entonces las soluciones indicadas serán:
xy2+ey=A ; xy=A ; y2=A ; y=A. Sin embargo, lo verdaderamente importante de esta obra fue el
descubrimiento de las nuevas posibilidades del método de coordenadas, definiendo los signos de las funciones
en los cuatro cuadrantes.
Con posterioridad a Newton, las curvas de tercer orden fueron estudiadas por Stirling, Maclaurin, Nicolle,
Maupertius, Braikenridge, Steiner, Salmon, Silvestre, Shall, Clebsch y otros. Fue Euler quien, en 1748,
sistematizó la geometría analítica de una manera formal. En primer lugar expuso el sistema de la geometría
analítica en el plano, introduciendo además de las coordenadas rectangulares en el espacio, las oblicuas y
polares. En segundo lugar, estudió las transformaciones de los sistemas de coordenadas. También clasificó las
curvas según el grado de sus ecuaciones, estudiando sus propiedades generales. En otros apartados de sus
obras trató las secciones cónicas, las formas canónicas de las ecuaciones de segundo grado, las ramas infinitas
y asintóticas de las secciones cónicas y clasificó las curvas de tercer y cuarto orden, demostrando la
inexactitud de la clasificación newtoniana. También estudió las tangentes, problemas de curvaturas, diámetros
y simetrías, semejanzas y propiedades afines, intersección de curvas, composición de ecuaciones de curvas
complejas, curvas trascendentes y la resolución general de ecuaciones trigonométricas. Todo estos aspectos se
recogen en el segundo tomo de la obra "Introducción al análisis..." que Euler dedicó exclusivamente a la
geometría analítica.
En la segunda mitad del siglo se introdujeron sólo mejoras parciales, pues en lo fundamental, la geometría
analítica ya estaba formada. Destacaremos entre otros los nombres de G. Monge, Lacroix y Menier.
Geometría diferencial: esta disciplina matemática se encarga del estudio de los objetos geométricos, o sea, las
curvas, superficies etc... Su singularidad consiste en que partiendo de la geometría analítica utiliza métodos
del cálculo diferencial.
A comienzos de siglo ya habían sido estudiados muchos fenómenos de las curvas planas por medio del
análisis infinitesimal, para pasar posteriormente a estudiar las curvas espaciales y las superficies. Este
traspaso de los métodos de la geometría bidimensional al caso tridimensional fue realizado por Clairaut. Sin
embargo, su obra fue eclipsada, como casi todo en esta época, por los trabajos de Euler. El primer logro de
Euler en este terreno, fue la obtención de la ecuación diferencial de las líneas geodésicas sobre una superficie,
desarrollando a continuación una completa teoría de superficies, introduciendo entre otros el concepto de
superficie desarrollable. A finales de siglo, es desarrollo de esta rama entró en un ligero declive, debido
principalmente a la pesadez y complejidad del aparato matemático.
Geometría descriptiva y proyectiva: los métodos de la geometría descriptiva surgieron en el dominio de las
aplicaciones técnicas de la matemática y su formación como ciencia matemática especial, se culminó en los
trabjos de Monge, cuya obra en este terreno quedó plasmada en el texto "Géometrie descriptive". En la obra
se aclara, en primer lugar, el método y objeto de la geometría descriptiva, prosiguiendo a continuación, con
instrucciones sobre planos tangentes y normales a superficies curvas. Analiza en capítulos posteriores la
intersección de superficies curvas y la curvatura de líneas y superficies.
El perfeccionamiento de carácter particular y la elaboración de diferentes métodos de proyección contituyeron
el contenido fundamental de los trabajos sobre geometría proyectiva en lo sucesivo. La idea del estudio de las
propiedades proyectivas de los objetos geométricos, surgió como un nuevo enfoque que simplificara la teoría
de las secciones cónicas. Las obras de Desargues y Pascal resuelven este problema y sirven de base a la nueva
geometría.
Análisis Numérico: La independencia de álgebra y geometría (en contra de las ideas de Descartes) se
determinó ya a comienzos de siglo, cuando en 1707 vio la luz la "Aritmética Universal" de Newton. En ella el
álgebra se exponía en estrecha relación con el desarrollo de los métodos de cálculo, relegando las cuestiones
geométricas al dominio de las aplicaciones. La esencia de la obra consiste en reducir cualquier problema a la
formación de una ecuación algebraica, cuya raíz es la solución del problema. Culmina el libro con los
resultados de la teoría general de ecuaciones y además la resolución gráfica de éstas, mediante la construcción
geométrica de las raíces. Este famoso tratado contiene las fórmulas, para las sumas de las potencias de las
raíces de una ecuación algebraica, fórmulas conocidas habitualmente como "identidades de Newton". Aparece
también un teorema que permite determinar el número de raíces reales de un polinomio, así como una regla
para determinar una cota superior de las raíces positivas.
Después de la Aritmética Universal de Newton, surgieron una serie de monografías, especialmente centradas
en los procedimientos de resolución numérica de ecuaciones, elaboradas por Halley, Lagrange, Fourier y
Maclaurin entre otros.
En 1768 apareció la "Aritmética Universal" de Euler, dictada por éste cuando ya estaba ciego. En ella se
analizan un sin fin de resultados: se generalizan las reglas de resolución de problemas aritméticos; se
desarrolla el aparato simbólico-literal del álgebra; se aclaran las operaciones con números, monomios,
radicales y complejos; se introducen los logaritmos; se dan las reglas de extracción de las raíces de números y
de expresiones algebraicas polinomiales; se introducen las serie como medio de expresión de las funciones
racionales fraccionarias y binomiales con exponentes fraccionarios y negativos de una potencia; se introducen
los números poligonales, las proporciones y progresiones, las fracciones decimales periódicas y se estudian
los métodos de resolución de ecuaciones algebraicas.
Así, en esencia, el álgebra se convirtió en la ciencia sobre las ecuaciones algebraicas. En ella se incluía
además, la elaboración del aparato simbólico-literal necesario para la resolución de tales ecuaciones. También
se profundizó en el concepto de número, produciéndose de una manera definitiva la admisión de los números
irracionales. Igualmente se profundizó en las reglas de operaciones con números imaginarios y complejos,
pero siempre bajo la premisa de la obtención de raíces de ecuaciones.
Fue también Euler quien se ocupó de una manera definitiva de lo que hoy en día conocemos como teoría de
números. Comenzó estudiando los teoremas de Fermat, para desarrollar a continuación todos los aspectos de
esta teoría, preferentemente utilizando métodos aritméticos y algebraicos, rehuyendo en la medida de lo
posible del análisis infinitesimal. A él debemos la actual teoría de congruencias, a la que llegó tras extensos
trabajos sobre la divisibilidad y tras introducir el concepto de raíz primitiva según el módulo m.
No de menor importancia que la teoría de congruencias fueron sus trabajos sobre problemas de análisis
diofántico, para cuyas necesidades elaboró y fundamentó la teoría de las fracciones continuas. Asimismo
elaboró los métodos analíticos para la resolución de problema de la distribución de números primos, en la
serie de los números naturales y también para una serie de problemas aditivos. El primero de estos problemas
fue tratado también por Legendre y Chebyshev. Para el segundo de los problemas, donde se estudia el
desarrollo de los números grandes en sumandos menores, cabe destacar junto a Euler los nombres de Waring
y Lagrange.
La teoría de números en el siglo XVIII, se convirtió pues, en una rama independiente, sintetizada en los
trabajos de Euler, Lagrange, Legendre y Lambert entre otros, definiéndose prácticamente los principales
problemas y direcciones.
Teoría de Probabilidades: La teoría de probabilidades debe más a Laplace que a ningún otro matemático.
Desde1774 escribió muchos artículos sobre el tema y los resultados obtenidos los incorporó y organizó en su
obra "Teoría Analítica de las Probabilidades" publicada en 1812. Sin embargo el primero de los resultados
teóricos en esta rama fue, al parecer, la demostración realizada por Moivre en 1730 del teorema local del
límite central.
El problema del cálculo de probabilidades sobre la base de observaciones en diferentes aspectos, también fue
tratado por D.Bernoulli, Euler, Simpson y Condorcet, siendo uno de los resultados más importantes las
fórmulas de Bayes publicadas en 1764. Junto a esto Legendre, Laplace y Gauss elaboraron el método de
mínimos cuadrados.
Todo el aparato matemático que permitió desarrollar la teoría de probabilidades está extraído del análisis
combinatorio, disciplina iniciada por Leibniz y Ja. Bernoulli. Posteriormente se introdujo la teoría de límites
disminuyendo el peso específico de los métodos combinatorios.
MATEMÁTICAS CONTEMPORÁNEAS
SIGLO XIX
El siglo XIX merece ser llamado más que ningún otro periodo anterior la edad de Oro de la Matemática. Los
progresos realizados durante este siglo superan con mucho, tanto en calidad como en cantidad, la producción
reunida de todas las épocas anteriores. este siglo fue también, con la excepción de la época Heroica de la
Antigua Grecia, el más revolucionario de la historia de la Matemática.
Las particularidades del nuevo periodo se manifiestan ya nada más comenzar el siglo. En álgebra hay que
tener en cuenta los trabajos de Abel y Galois sobre la resolución de ecuaciones algebraicas en radicales. Ellos
promovieron a un primer lugar en el álgebra una serie de conceptos generales muy abstractos, entre los cuales
merece el primer lugar el concepto de grupo.
El descubrimiento en los años 20-30 por Lobachevski y también por J. Bolyai y Gauss de los hechos
fundamentales de la geometría hiperbólica no euclideana y en los años 60-70 la búsqueda de sus
interpretaciones, provocaron en el sistema de ciencias geométricas transformaciones de carácter
revolucionario. El sistema de disciplinas que forman parte del análisis matemático, sufrió en sus fundamentos
una muy profunda reconstrucción sobre la base de la creada teoría de límites y la teoría del número real. A
finales de siglo, los recursos del análisis se complementaban con lo que ya se ha venido a llamar aparato
epsilon, delta. Junto a este desarrollo del análisis matemático clásico, se separaron de él disciplinas
matemáticas independientes: la teoría de ecuaciones diferenciales, la teoría de funciones de variable real y la
teoría de funciones de variable compleja. Antes de estudiar estos aspectos más detalladamente citemos tres
rasgos que tienen un carácter general para la mayoría de las ciencias matemáticas:
1. En primer lugar debe tenerse en cuenta la ampliación del contenido del objeto de las matemáticas,
debido fundamentalmente a las exigencias crecientes de las ciencias afines.
2. En segundo lugar la necesidad de fundamentar las matemáticas en su conjunto, produciéndose una
revisión crítica de los conceptos primarios y afirmaciones.
3. La tercera particularidad es la ampliación considerable del campo de aplicaciones, condicionado por
el aumento de posibilidades del aparato del análisis matemático.
• Álgebra Moderna.
○ Teoría General de Ecuaciones Algebraicas.
○ Teoría de Grupos.
○ Álgebra Lineal.
• Análisis Matemático.
○ Teoría de Límites.
○ Teoría de Funciones.
○ Teoría de Número Real y Teoría de Conjuntos.
• Teoría de las funciones de variable compleja.
• Transformación de la geometría.
Álgebra Moderna: El álgebra moderna es un campo extraordinariamente amplio y ramificado en el que se
recogen un gran número de disciplinas científicas e independientes cuyo objeto común son las operaciones
algebraicas, las cuales representan abstracciones lejanas de las operaciones del álgebra elemental.
Teoría General de las Ecuaciones algebraicas: Este fue el problema fundamental del álgebra durante el
siglo XIX, entendiéndose como la búsqueda de las raíces de la ecuación con ayuda de operaciones racionales
y la operación de la extracción de la raíz.
En este época se introdujeron una serie de conceptos, entre ellos el concepto de grupo, que yacen en la base
del álgebra moderna. Tengamos en cuenta los trabajos de K.F. Gauss, N.H. Abel y E. Galois, relativos a la
demostración de la no resolubilidad en radicales de las ecuaciones de grado mayor que cinco y la creación de
la teoría de Galois.
Karl Friedrich Gauss hizo sus primeros descubrimientos en álgebra siendo muy joven, advirtiendo ya en 1796
la relación entre la búsqueda de raíces de la ecuación xn-1=0 y la división de la circunferencia en partes
iguales. Tres años más tarde demostraba el teorema fundamental del álgebra, dando en 1815, 1816 y 1849 tres
nuevas demostraciones. Recordemos que la primera formulación de este teorema, sin demostrar, fue la dada
por Descartes. para la demostración de este teorema necesitó construir los campos de desarrollo de los
polinomios.
Otro de los notables descubrimientos algebraicos de comienzo de siglo es la demostración de la
irresolubilidad en radicales de las ecuaciones de quinto grado. Por este camino llevó P. Ruffini sus
investigaciones a finales del siglo XVIII, pero el primer éxito real lo obtuvo Niels Henrik Abel. Tras esto,
Abel realizó investigaciones fundamentales en el campo de la teoría de funciones analíticas, e investigó una
serie de funciones especiales como las elípticas e hiperbólicas. Pero Abel no pudo dar un criterio general de
resolubilidad en radicales de las ecuaciones con coeficientes numéricos. Sin embargo, la solución a este
problema no se hizo esperar largamente y se debe a Evaristo Galois.
El objeto fundamental de sus investigaciones fue el determinar cuando son resolubles mediante radicales las
ecuaciones polinómicas.El aparato algebraico introducido tuvo, sin embargo, una significación que salía de
los marcos del problema indicado. Su idea del estudio de la estructura de los campos algebraicos y la
comparación con ellos de la estructura de los grupos de un número finito de sustituciones, fue la base
fructífera del álgebra moderna. la teoría actual de Galois, se ha convertido en una disciplina matemática
compleja y ramificada, que incluye un amplio material sobre las relaciones entre las propiedades de las
ecuaciones, los números algebraicos y los grupos.
Teoría de Grupos: Galois y Ruffini introdujeron de forma independiente el concepto de grupo. En la primera
mitad del siglo XIX, los resultados de la teoría de grupo jugaron un papel auxiliar, especialmente en la teoría
de las ecuaciones algebraicas, formándose, predominantemente, la teoría de los grupos finitos.
Posteriormente, ya en los años 50, en trabajos de Cayley y otros, comenzaron a aparecer definiciones
abstractas más generales de grupo. este proceso se aceleró desde el año 1870 con los trabajos de C. Jordan,
quien hizo un resumen de los resultados de la teoría de grupos finitos en su aplicación a la teoría de números,
teoría de funciones y geometría algebraica.
A finales de siglo, aparecieron las primeras aplicaciones de la teoría de grupo, resolviéndose, por ejemplo, el
problema de la clasificación de todas las redes cristalinas espaciales gracias a los trabajos de E.S Fiedorov .
Los grupos discretos finitos, a los que pertenecen los grupos de Fiedorov, obtuvieron extensión en la teoría de
los espacios multidimensionales en relación con la teoría de los poliedros regulares en éstos. Posteriormente
se planteó la investigación de los grupos infinitos, tanto discretos como continuos y también sobre la creación
de un aparato de cálculo adaptado a las necesidades de la teoría de grupo. los logros fundamentales sobre
estas cuestiones pertenecen a los discípulos de C. Jordan, F. Klein y S. Lie.
En la confluencia de los siglos XIX y XX la teoría de grupos se ramificó desmesuradamente, formando el
núcleo del álgebra actual. Ella se compone de una serie de teorías altamente desarrolladas: los grupos finitos,
los grupos discretos infinitos, los grupos continuos, entre ellos los grupos de Lie.
Los métodos teóricos de grupos penetraron en una serie de disciplinas matemáticas y sus aplicaciones. Los
descubrimientos de De Broglie, Schrödinger, Dirac y otros, en la mecánica cuántica y en la teoría de la
estructura de la materia mostraron que la física moderna debe apoyarse en la teoría de los grupos continuos,
en particular en la teoría de la representación de grupos por operadores lineales, la teoría de los caracteres y
otras elaboradas por Cartan, H. Weyl y otros científicos. Pasó medio siglo desde los trabajos de Gauss, Abel y
Galois y el centro de gravedad en las investigaciones algebraicas se trasladó a la teoría de grupos, subgrupos,
anillos, estructuras. En al álgebra comenzó el periodo de las matemáticas modernas.
Álgebra Lineal: La historia del álgebra del siglo XIX quedaría incompleta si no atendiésemos a la formación
del álgebra lineal, surgida de la teoría de los sistemas de ecuaciones lineales y relacionada con la teoría de
determinantes y matrices. Durante la segunda mitad de siglo se realizaron investigaciones muy importantes de
la teoría de los invariantes de las ecuaciones. En este camino del desarrollo, creció la teoría de las formas que
encontró aplicación además de en el álgebra, en la teoría de números, la geometría diferencial, la geometría
algebraica y la mecánica.
Análisis Matemático: El análisis matemático, hacia el siglo XIX se convirtió en un sistema de disciplinas
ramificado y siguió ocupando un lugar central en las matemáticas. El flujo inagotable de nuevos resultados
teóricos y el campo de aplicaciones el cual se amplía continuamente, condicionaron el que en la estructura
general de las matemáticas ocuparan un lugar especial, principalmente, las disciplinas analíticas.
Las ecuaciones diferenciales se convirtieron en el medio operativo fundamental del análisis. El aparato del
análisis matemático en este siglo era un conjunto de procedimientos y métodos de solución de numerosos
problemas que crecía rápidamente. Todos estos métodos aun podían dividirse en tres grandes grupos,
constituidos en el cálculo diferencial, el cálculo integral y la teoría de ecuaciones diferenciales que
rápidamente se independizaba de este último. Los contornos de la teoría en formación de funciones de
variable compleja, la teoría de las funciones especiales... se delineaban aun lentamente.
Teoría de Límites: Uno de los lugares centrales del análisis lo ocupa el concepto de límite. Sobre él se apoya
todo el aparato de las demostraciones infinitesimales. los matemáticos del siglo XVIII probaron un conjunto
de procedimientos para fundamentar el análisis infinitesimal, pero la insatisfactorio de casi todos estos
métodos se hizo rápidamente evidente.
A finales del siglo XVIII y principios del XIX era más que evidente la necesidad de costrucción de la teoría
de límites como base del análisis matemático y una reconstrucción radical de este último. Este proceso de
reconstrucción se reveló claramente en los años veinte de este siglo, sobre todo en los trabajos de Agustín-
Luis Cauchy y en sus famosas conferencias, las cuales fueron publicadas en tres libros: "Curso de análisis"
(1821); "Resumen de conferencias sobre el cálculo de infinitesimales" (1823) y "Conferencias sobre
aplicaciones del análisis a la geometría" (dos tomos 1826,1828). Estos libros tienen una importancia especial,
porque en ellos por primera vez, el análisis matemático se construye sucesivamente sobre la teoría de límites.
El primero de los libros está dedicado al estudio de las funciones elementales, tanto de variable real como
compleja, incluyendo el estudio de las series infinitas. Asimismo se introduce por primera vez, una magnitud
infinitesimal como una variable cuyo límite es igual a cero. Expuso también la cuestión de la convergencia de
las series, así como sus criterios de convergencia. En el segundo de los libros se expone el cálculo diferencial
e integral de función de variable real, destacando la aparición de una demostración analítica de existencia de
integral definida de una función continua.
Teoría de Funciones: En la primera mitad de siglo se realizó una investigación profunda de los fundamentos
del análisis matemático, utilizando los métodos y resultados de la teoría de conjuntos y la teoría de funciones
de variable real.
Los méritos principales en este rama, corresponden a Bernard Bolzano, aunque sus resultados fundamentales
vieran la luz después de su muerte. ya en 1817, Bolzano formuló y demostró el teorema de que si un conjunto
de números reales está acotado entonces tiene extremo, adelantándose en cuarenta años a Weierstrass.
Igualmente se adelantó a Cauchy en el estudio del criterio de convergencia de sucesiones y dio una definición
rigurosa de continuidad de funciones. Estudió profundamente las propiedades de las funciones continuas y
demostró en relación con éstas una serie de notables teoremas, destacando el denominado teorema de
Bolzano: una función continua toma todos los valores comprendidos entre su máximo y su mínimo.
También amplió la clase de curvas continuas, aplicando el método de acumulación de singularidades y
obtuvo, entre otras funciones originales, la función que no tiene derivada en ningún punto y conocida
actualmente como función de Bolzano. En otra de sus obras "Paradoja del Infinito" encontramos las bases de
la posterior teoría de conjuntos.
Teorías de Número Real y Teoría de Conjuntos: En el año 1872 surgieron una serie de trabajos, escritos
por G. Cantor, R. Dedekind, K. Weierstrass, E. Heine y Ch. Meray cuyo único objetivo era el de dotar de una
teoría rigurosa al número real, problema éste considerado vital para una correcta fundamentación del análisis.
Así Dedekind definió el número real como una cortadura en el conjunto de los números racionales, dando al
conjunto de los números reales una interpretación geométrica en forma de línea recta.
Cantor, por su parte, identificó al número real con una sucesión convergente de números racionales. La
creación de la teoría de conjuntos infinitos y los números transfinitos pertenece también a G. Cantor. Él
demostró la no equivalencia de los conjuntos de números racionales y reales. Durante los años 1879 a 1884
elaboró de forma sistemática la teoría de conjuntos, introduciendo el concepto de potencia de un conjunto, el
concepto de punto límite, de conjunto derivado...
La teoría general de las potencias de conjuntos, las transformaciones y operaciones sobre conjuntos y las
propiedades de los conjuntos ordenados constituyeron fundamentalmente la teoría abstracta de conjuntos. Las
cuestiones de fundamentación de la teoría de conjuntos, junto con la investigación de los límites de su
aplicación se convirtieron durante el siglo XX en una ciencia especial, la "lógica matemática", la cual forma
una parte importante de los fundamentos de las matemáticas modernas.
El campo de aplicación del análisis matemático creció rápidamente merced a un sin fin de investigadores de
los métodos matemáticos de la física y la mecánica: Green, Stokes, Thomson, Hamilton, Maxwell... Entre
estas aplicaciones cabe destacar la creación del aparato analítico para la investigación de los fenómenos
electromagnéticos, la teoría matemática de la conductividad del calor, o la construcción del aparato
matemático de la nueva mecánica.
Teoría de las funciones de Variable Compleja: La teoría actual de las funciones de variable compleja
abarca un amplio dominio de las matemáticas, haciéndose difícil enumerar todas sus ramificaciones.
Consideremos en primer lugar las premisas acumuladas hasta este momento.
El concepto de número imaginario y después complejo se conocía desde tiempos remotos, introduciendo con
posterioridad el conjunto de operaciones.
Durante los siglos XVII y XVIII se establecieron, ya de una forma significativa, un conjunto de importantes
aplicaciones de los números complejos en diversas ramas de la ciencia. Sin embargo todos los resultados en
esta materia se entremezclaban sin la formulación de una concepción única.
En el siglo XIX llegó el momento de crear la teoría general de las funciones de variable compleja. Esta etapa
de la historia, ya en el siglo XIX, se caracterizó por la introducción de definiciones precisadas de los
conceptos fundamentales. Ante todo se trató del surgimiento de las interpretaciones geométricas del concepto
de número complejo.
Un tratamiento teórico lo suficientemente general de la cuestión surgió inicialmente, en los trabajos de Gauss
y después en los de Cauchy. En 1831 Gauss publicó un trabajo sobre la teoría de los residuos bicuadráticos
donde expuso la fundamentación teórica y la interpretación geométrica de los números complejos, dándoles
por primera vez la denominación que se ha conservado hasta nuestros días. En una carta de Gauss al
astrónomo y matemático Bessel, escrita en 1811 y publicada en 1880 daba la interpretación precisa de los
números imaginarios, la definición de integral en el plano complejo, el teorema integral, (conocido
actualmente como teorema de Cauchy) y el desarrollo de una función analítica en series de potencias. de estos
aspectos merece especial atención la integración en el plano complejo, ya que la utilización de las variables
complejas en los cálculos de integrales definidas difíciles ejerció una grandísima influencia sobre el desarrollo
de la teoría de funciones de variable compleja.
Laplace acudió a la interpretación en variable compleja, desarrollando el método de resolución de ecuaciones
lineales en diferencias y diferenciales, conocido bajo la denominación de transformada de Laplace. Ésta y
otras transformadas similares, permitieron resolver de forma efectiva muchos problemas de electrotecnia,
hidrodinámica, mecánica y conductividad térmica entre otros. Fue precisamente esta presión de los problemas
prácticos, lo que llevó a la necesidad de elaborar una teoría de funciones de variable compleja y a estudiar sus
relaciones con las demás partes del análisis infinitesimal.
El cumplimiento de esta tarea fue realizado fundamentalmente por Cauchy. Sus primeros trabajos publicados
en 1825, tuvieron como objetivo aplicar las magnitudes imaginarias al cálculo de integrales definidas,
formulando el teorema integral. Durante los años siguientes 1826-1829 creó la teoría de los residuos,
desarrollándola en años posteriores y buscando nuevas aplicaciones. Junto a los trabajos de Cauchy surgieron
otros muchos sobre la teoría de funciones de variable compleja, entre los que cabe mencionar los realizados
por Abel, Jacobi, Laurent y Liouville.
Durante los años 40 quedó superado el aislamiento de las ideas sobre funciones de variable compleja, merced
sobre todo a los trabajos de B. Rieman (1826-1866) en los cuales aparecían amplias analogías que vinculaban
esta teoría con otros campos de las matemáticas.
Los resultados fundamentales de Rieman aparecen en sus obras "Fundamentos de la teoría general de
funciones de variable compleja" (1851) y en "Teoría de las funciones de Abel" (1857). Entre los problemas
analizados por Rieman citaremos el de en qué medida las funciones analíticas se determinan por sus
condiciones en la frontera. Otro punto de desarrollo fue la interpretación geométrica de los números
complejos y de las funciones de variable compleja, desarrollando las denominadas "superficies de Rieman".
también investigó diversas clases de funciones que satisfacían ecuaciones diferenciales lineales con
coeficientes algebraicos. Partiendo de las ideas de Rieman surgieron gran cantidad de trabajos cuyos autores
elaboraron diferentes aspectos de la teoría de funciones de variable compleja.
Otra dirección en el desarrollo de la teoría de funciones de variable compleja, denominada analítica se formó
en los trabajos de Weierstrass (1815-1897), quien elaboró un sistema de fundamentación lógica apoyándose
en la rigurosa teoría de los números reales, como un medio en el cual funcionan todos los conceptos y
métodos fundamentales.
Así, en este época, la mayoría de las investigaciones sobre el tema, se realizaban en el plano de desarrollo de
una de las tres direcciones: la teoría de las funciones diferenciales de Cauchy, las ideas geométricas y físicas
de Rieman y la dirección analítica de Weierstrass. Fue a finales de siglo y a comienzos del siglo XX cuando
se unificaron conceptos, creando una concepción única general de la teoría de funciones de variable compleja.
Transformación de la Geometría: La geometría hacia comienzos del siglo XIX representaba ya un amplio
complejo de disciplinas surgidas del análisis y generalizaciones de los datos sobre las formas espaciales de los
cuerpos. Junto a las partes elementales, se incluyeron en la geometría casi todas aquellas partes que la
conforman actualmente.
La geometría analítica realizó un gran camino de desarrollo y determinó su lugar como parte de la geometría
que estudia las figuras y transformaciones dadas por ecuaciones algebraicas con ayuda del método de
coordenadas utilizando los métodos del álgebra.
La geometría diferencial se caracterizó por la utilización de los conceptos y métodos del cálculo diferencial,
lo que conllevó relaciones estables con el análisis matemático y con numerosos problemas aplicados.
Una de las características principales de la geometría que se desarrolló durante la segunda mitad del siglo
XIX, fue el entusiasmo con que los matemáticos estudiaron una gran variedad de transformaciones. De ellas,
las que se hicieron más populares fueron las que constituyen el grupo de transformaciones que definen la
denominada geometría proyectiva. Los métodos aparentemente detenidos en su desarrollo desde la época de
Desargues y Pascal, de estudio de las propiedades de las figuras invariantes respecto a la proyección, se
conformaron en los años 20 del siglo XIX en una nueva rama de la geometría: la geometría proyectiva,
merced sobre todo a los trabajos de J. Poncelet.
Otro aspecto esencial durante este siglo fue el desarrollo de las geometrías no euclideanas. Podríamos
considerar fundador de esta geometría al matemático ruso Nicolai Ivanovich Lobachevski (1792-1856). Su
obra mostraba que era necesario revisar los conceptos fundamentales que se admitían sobre la naturaleza de la
matemática, pero ante el rechazo de sus contemporáneos tuvo que desarrollar sus ideas en solitario
aislamiento.
El punto de partida de las investigaciones de Lobachevski sobre geometría no euclideana fue el axioma de las
paralelas de Euclides, sin demostración durante siglos. Lobachevski, que inicialmente intentó demostrar dicho
axioma, rápidamente se dio cuenta que ello era imposible, sustituyendo dicho axioma por su negación: a
través de un punto no contenido en una recta se puede trazar más de una paralela que yace en el mismo plano
que la primera.
El año 1826 puede considerarse como la fecha de nacimiento de esta geometría no euclideana o
lobachevskiana, siendo en ese año cuando el autor presentó muchos de los trabajos que avalaban la nueva
teoría. En 1829 Janos Bolyai (1802-1860) llegó a la misma conclusión a la que había llegado Lobachevski. E
incluso el mismo Gauss que apoyaba y elogiaba a escondidas, nunca de forma pública, los trabajos de Bolyai
y Lobachevski, es posible que mantuviera los mismos puntos de vista pero los calló por temor a comprometer
su reputación científica. La geometría no euclideana continuó siendo durante varias décadas un aspecto
marginal de la matemática, hasta que se integró en ella completamente gracias a las concepciones
extraordinariamente generales de Rieman.