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EL AGUA POTABLE
AGUA POTABLE
Setiembre 2009
Queda prohibida la reproducción, transformación, distribución y comunicación pública de esta obra. Se permite, en todo caso,
la reproducción para un uso privado siempre y cuando la copia que se ha hecho no sea objeto de uso colectivo, ni lucrativo
(art. 31.2 del Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el cual se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad
Intelectual).
INDICE
RESUMEN
1.- INTRODUCCION
Los materiales a utilizar para la distribución y control del agua potable deben cumplir
los requisitos que establece la Directiva de la Unión Europea 89/106/ EEC de productos de
la construcción, no debiendo suponer riesgo para la salud, rechazándose aquellos
materiales que transmitirán al agua sustancias o propiedades que contaminen o empeoren
la calidad de la procedente de la captación provocando, ya sea por disolución o migración,
concentraciones de productos peligrosos superiores a las indicadas por la Organización
Mundial de la salud (OMS) y por el Comité Científico de Toxicología y Ecotoxicología (1),
recogidos en gran parte por la Directiva de la Unión Europea 98/83/EC de aplicación en
todos los países de la Unión Europea e incorporada al derecho interno español, con
carácter de Norma Básica (de obligado cumplimiento), mediante el Real Decreto 140/2003
por el que se establecen los criterios sanitarios de calidad del agua de consumo humano”,
fijando los valores de los parámetros químicos a controlar en el grifo del consumidor que
son, en lo que afecta a los metales que nos ocupan, el cobre, cromo, níquel, hierro, plomo y
otros cuando se sospeche que la instalación interior tiene colocado este tipo de material. En
lo que afecta a las analíticas muestrales a realizar en el grifo del consumidor, la
administración, antes del 1 de enero del 2012, iniciará campañas periódicas en locales,
establecimientos públicos o privados y domicilios particulares representativos de cada
abastecimiento construidos con anterioridad a 1980, con especial atención a la
determinación de los parámetros relacionados con los materiales de las instalaciones
interiores.
La Norma UNE-EN 200 2008 en su apartado “Materiales” señala que, dentro de los
límites de presiones y temperaturas de utilización establecidos para el funcionamiento del
grifo (10 bar y 90 ºC), los materiales deben cumplir los requisitos indicados anteriormente,
no experimentar ninguna alteración que afecte al funcionamiento del grifo y que las partes
sometidas a presión deben ser resistentes, dentro de los citados límites de utilización,
precisando también que los materiales que no presenten una resistencia suficiente a la
corrosión deben ser protegidos contra ésta.
Mucho mas amplio todavía es el criterio de las normas para aquellos otros
elementos y componentes que no permanecen en contacto con el flujo del agua potable, ni
estén sometidos a esfuerzos derivados de la presión en la red de distribución, como pueden
ser, por ejemplo, en los casos de las griferías y válvulas domesticas, los dispositivos de
maniobra y piezas de accionamiento (crucetas, manecillas, tiradores, pomos, etc.) donde la
gama de materiales que se pueden utilizar es enorme ya que las restricciones se limitan a la
Un aspecto poco conocido del proceso de corrosión que afecta a los elementos
metálicos presentes en una red de distribución de agua potable, es la valoración del tipo y
la cantidad de sustancia que se solubiliza. Habitualmente el problema es analizado con la
óptica de limitar los daños a los dispositivos y conducciones, habiéndose prestado poca
atención a las repercusiones que tal proceso tiene sobre la calidad del agua distribuida, sin
embargo actualmente, como vamos a ver, este aspecto está adquiriendo relevancia
analizándose aspectos hasta hace poco descuidados, entre ellos el incremento de las
concentraciones de metales ocasionado por la corrosión electroquímica y mecánica y que
hoy por ejemplo están limitados a 2 mg/l para el Cu, a 50 μg/l para el Cr, 20 μg/l para el Ni,
200 μg/l para el Fe, 200 μg/l para el Al y a 25 μg/l para el Pb (que a partir del 2015 deberá
ser de 10 μg/l)
2.- LATONES
2.1.- DESIGNACION
La designación del cobre y las aleaciones de cobre forman parte del “Unified
Numbering System” (UNS) para metales y aleaciones, normalizado por “American Society
for Testing and Materials” (ASTM) y la “Society of Automotive Engineers” (SAE). Pero el
sistema de denominación más antiguo es el desarrollado por “Copper Development
Association” (CDA), actualmente todavía utilizado.
Sistema UNS:
El sistema UNS clasifica el cobre en dos grandes grupos. Aleaciones para forja,
Sistema ISO:
Sistema CEN:
2.2.- PROPIEDADES
2.3.- CLASIFICACIONES
Los latones aleados son actualmente en Europa los materiales base para la
fabricación de los cuerpos fundidos y estampados (prensados) de muchos de los
dispositivos y componentes de las redes de agua potable y entre ellos de las griferías y
válvulas domesticas e industriales, utilizándose también para piezas de decoletaje y
micromecánica, siendo habitualmente empleados, entre la amplia gama existente, las
aleaciones de 35 % a 42 % de cinc, es decir de latones “α+β” (ver diagrama de fases Cu-Zn
de la figura 4), en los que se consideran buenas las impurezas que benefician las
propiedades mecánicas (aluminio, estaño, el hierro y el níquel) o favorecen la resistencia a
la corrosión como el aluminio, el estaño y el níquel, siendo por el contrario perjudiciales el
antimonio el arsénico, azufre, bismuto, cadmio, fósforo, magnesio y silicio. La influencia de
estos elementos depende esencialmente de los porcentajes en la aleación y de la presencia
de otros elementos con los que interactúan modificando su influencia. Su peso especifico es
del orden de 8,3 y la dureza Brinell viene a estar comprendida entre 82 y 65 (a mayor
porcentaje de cobre mayor dureza, aunque a partir del 75 % de cobre la dureza vuelve a
disminuir). Este material no es inyectable con lo que no son obtenibles o fácilmente
ejecutables determinados diseños y formas que en el caso de los órganos de maniobra
diferencian en gran forma a fabricantes y modelos. En el caso de estas piezas específicas
son dos las jerarquías de materiales particularmente adecuados para hacer piezas por
inyección: por una parte la extensa gama de los plásticos técnicos y composites y por otra,
entre los metales, las aleaciones de cinc-aluminio (zamak).
Las aleaciones de
porcentajes de cinc
comprendido entre 0 y 33 %
aproximadamente son
Figura 4. Diagrama de fases Cu-Zn monofásicos, denominándose
En las aleaciones de mas del 50 % de cinc, se forma el constituyente “γ” que es muy
duro y frágil, por lo que estas aleaciones no tienen interés desde el punto de vista industrial.
Todas estas particularidades deben ser tenidas en cuenta para comprender el fundamento
de los tratamientos térmicos de los latones que están basados en las transformaciones que
experimentan los contribuyentes citados en los calentamientos y enfriamientos.
De una forma simplista los latones comunes también pueden dividirse en dos
grupos: latones para fundir, que contienen pequeños porcentajes de otros elementos para
facilitar su fusibilidad y moldeabilidad, y los latones de forja, que a su vez se suelen
clasificar técnicamente en otras dos clases, según el principal constituyente que los forma :
Latones “α” y latones “α+β”. Para la obtención de piezas coladas por gravedad o
procedentes de barra por estampado en caliente o por decoletaje, se parte de latones
bifásicos (α+ß) al plomo, ya que el latón en fase α resulta frágil y no se puede colar por
gravedad ni mecanizar en frío.
En el caso de que se parta de tocho sufre una etapa de laminación o extrusión hasta
obtener un producto en forma de barra o redondo, en función de la aplicación posterior.
Sobre esta barra o producto semiacabado se pueden realizar procesos de mecanizado por
arranque de viruta, procesos de estampación en caliente o procesos por deformación en
frío. Cualquiera de estos tres procesos puede ser necesario para obtener el producto final
terminado y en función de la geometría final del componente que se quiera obtener, se
puede aplicar un proceso u otro.
La importancia de las impurezas no son siempre “si o no” dependiendo mas bien,
como he indicado, de los porcentajes en la aleación y de la presencia de otros elementos
que modifiquen su influencia. Por ejemplo, el arsénico en proporciones inferiores al 0.1 y
0.02 % favorece la corrosión sin embargo, en mayores proporciones impide el descinficado
del latón y por lo tanto contribuye a evitar la corrosión.
El valor de los diversos elementos sobre las propiedades de las fases presentes o la
modificación de las proporciones entre las fases de la aleación puede ser estudiada a través
del coeficiente de Guillet que nos dice que todas las adiciones hechas a los latones binarios
pueden evaluarse en un “equivalente en Zn” pasándose así a un porcentaje equivalente
100
(ficticio) de cinc (Cu %): Cu% =
100 + x ⋅ (k − 1)
donde:
x es el porcentaje del elemento de aleación
k es el coeficiente de equivalencia en Zn.
Algunos coeficientes k son los siguientes:
Ni = -1.2, Co = -1, Pb = 0, Mn = 0.5, Cd = 0.7, Fe = 0.9, Sn = 2, Al = 6, Si = 10
De esta fórmula resulta que los elementos con k < 1 aumentan la proporción de fase
α, mejorando la maleabilidad en frío, en cambio, aquellos con k > 1 aumentan la proporción
de β´, mejorando la aptitud al conformado en caliente.
2.6.- DESCINFICACION
Como he indicado, las piezas y accesorios fabricados con latones con un contenido
en cinc superior al 15%, tienen cierto grado de predisposición a la corrosión selectiva o
descinficación, que consiste en la disolución de la aleación produciéndose una precipitación
de cobre y de óxido de cobre, mientras el cinc es eliminado disuelto en el electrolito,
formándose con ello una estructura esponjosa y sin resistencia. Ocurre en agua aireada que
contiene dióxido de carbono y cloruros, habiéndose comprobado que con contenidos de
este último del orden de 80 mg/l. se inician ya los fenómenos de corrosión local,
agravándose al decrecer el pH, aumentar la temperatura. Además la presencia de
partículas de cobre junto al latón tiene también un efecto agresivo, mientras que por el
contrario la presencia de partículas de hierro o acero puede mitigar o bloquear la
descinficación del latón. Las instalaciones de fontanería efectuadas con tubería de acero
galvanizado tienen menos problemas en cuanto a la descinficación de los latones, mientras
que por el contrario las instalaciones con tubería de cobre pueden aumentar este tipo de
problemas en los dispositivos y griferías convencionales.
Para este proceso que comienza con un cambio en la composición local se han
propuesto dos mecanismos (figura 5):
En el caso de un latón “α”, constituido por una sola fase, que contiene un 70 % de
cobre y un 30 % de cinc, la aleación se despoja gradualmente del cinc y ya que el ataque
progresa en profundidad, siendo probable que el mecanismo incluya la disolución de la
aleación y la posterior redeposición del cobre. Tan pronto como se disuelve alguno de los
átomos superficiales de cinc, los átomos restantes de cobre proporcionan una eficaz
superficie catódica que estimula el ataque del latón. El fenómeno produce una “esponja” de
cobre sobre la superficie, que puede ser fácilmente desprendida por no tener prácticamente
ninguna resistencia mecánica. Los tubos de latón pueden deteriorarse rápidamente al fluir
por ellos medios acuosos, particularmente agua de mar. Este inconveniente se evita en
gran parte con los latones de una sola fase con la adición de pequeñas cantidades de
arsénico (0.02-0.06 %).
En los latones de dos fases, la fase “β”, que es la mas rica en cinc, esta expuesta a
sufrir la descinficación aun cuando se haya añadido arsénico. El ataque por choque sucede
en el interior de los tubos de condensadores marinos que contienen fluidos en movimiento.
Aparece dondequiera que grandes burbujas en el agua turbulenta estallan sobre la
superficie del tubo y produce extensas picaduras en forma de herradura. Es considerable la
despolarización de las reacciones anódica y catódica en los puntos de choque de las
burbujas, puesto que estas alejan los productos de la corrosión y hacen que exista un
abundante suministro de oxigeno. El martilleo de la película de oxido por un chorro
constante de burbujas incrementa asimismo el ataque.
• Latón rojo bajo en zinc: <15% de Zn: inmune a la corrosión ya que se trata de latón en
fase α pura. Sin embargo este tipo de latón es frágil, no pudiéndose colar por gravedad ni
mecanizar en frío.
• Latón α+β: adición de Sn → resistencia buena a ambientes marinos, la corrosión de la
fase β, rica en Zn no puede evitarse.
• Latón α (Cu-28Zn-1Sn): la corrosión se inhibe por pequeñas adiciones de P, As, Sb.
62 % y Sb = 0.05 %), cada uno con un conjunto de ventajas pero también de inconvenientes
de la que no es la menor el precio.
La promulgación en 1991 en Estados Unidos de la Lead and Copper Rule (Ley para
el plomo y el cobre) en la que eran fijados por primera vez en la historia los limites para el
plomo y el cobre, en los grifos ejerció un efecto domino que a lo largo de una decena de
años llevo a los gobiernos de los países mas desarrollados a dotarse de nuevas normativas
para el agua potable en las que el problema de la corrosión de las conducciones era
especialmente tenido en cuenta en evidente ruptura con respecto al pasado. Por primera
fueron determinantes, al establecer las características de calidad del agua potable todas las
vicisitudes que se producen durante su transcurrir en el interior de las conducciones a lo
largo de la red, adquiriendo importancia aspectos hasta entonces descuidados estando
entre ellos el incremento de las concentraciones de metales procedentes de la corrosión
electroquímica y mecánica de las tuberías centrándose en aquéllos que son comúnmente
empleado en su fabricación y en la de los dispositivos intercalados en la red de distribución
incluidos en las soldaduras, entre los que se encuentran el cromo, hierro, níquel, cobre,
cinc, cadmio, estaño y plomo.
100 μg/l existente en 1958 a 50 μg/l volviendo de nuevo a los 100 μg/l en 1971, valor
utilizado en muchos países sin efectos aparentes de toxicidad. Nuevos estudios e
investigaciones sobre los efectos del plomo determinaron que se volviera en 1984 al valor
de 50 μg/l. En 1993 tras nuevos estudios, en particular sobre los niños y los recién nacidos,
la OMS recomendó descender el limite del contenido del plomo en el agua potable a los 10
μg/l actuales teniendo en cuenta que el plomo es un tóxico acumulativo que debe evitarse
en la medida de los posible. A raíz de establecerse este bajo umbral de contaminación
admisible por plomo aparecen normativas, en particular en USA y en Europa, para regular
la posible contaminación por materiales y dispositivos en contacto con el agua potable.
En 1996 la enmienda a la Safe Drinking Water Act (SDWA) establece que los tubos,
racores uniones y conexiones comercializados después del 6 de agosto de 1998 deben
estar exentos de plomo. Las aleaciones utilizadas para fabricar los dispositivos de
regulación e interrupción del agua (válvulas y grifos) no contendrán mas de un 8 % de
plomo y además los dispositivos diseñados para dispensar y distribuir agua potable para el
consumo humano (grifos, llaves, fuentes de agua potable, tuberías, etc.) deben estar
conformes en lo que respecta a la cantidad de plomo migrada en el agua con el estándar
ANSI/NSF 61 (2), lo que significa que en los productos certificados la migración de plomo
en el agua debe ser inferior a 11 μg/l, mientras que para las válvulas debe ser inferior a 15
μg/l., obligando a los fabricantes a superar las oportunas pruebas, condición necesaria para
la comercialización del producto. Por otra parte en California existe una reglamentación más
restrictiva regulada por una ley (Proposition 65) que prevé regulaciones basadas en la
evaluación toxicológica de los metales pesados. Otros países importantes en el mundo
industrializado además de EE.UU. y Canadá, tales como Australia y Japón han incorporado
en sus normas de "dispositivos de fontanería" los límites recomendados por la OMS para el
contenido de metales pesados, como el plomo en el agua del grifo.
Esta nueva Directiva proporciona una base tanto para los consumidores en la UE
como para los proveedores de agua potable, estableciendo como valor paramétrico para el
plomo el valor de 10 μg/l que se cumplirá a los sumo a los quince años de entrada en vigor
de la directiva, siendo el valor para el periodo comprendido entre el quinto y el decimoquinto
año de 25 μg/l. En España la incorporación al derecho interno de esta directiva se realiza
por R.D. 140/2003 de 7 de febrero (entro en vigor el 22 de febrero del 2003) y en el que, en
consecuencia, los valores parametritos del plomo son hasta el 31/12/2003 de 50 μg/l. del
01/01/2004 a 31/12/2013 es de 25 μg/l es decir dos veces y media el límite recomendado
por la OMS y a partir del 31/12/2014 se fijará en 10 μg/l. Por otra parte la Comisión Europea
tiene la intención de revisar este valor en función del progreso científico y técnico, así como
de las recomendaciones formuladas por el grupo de trabajo creado al efecto en la reunión
de Bruselas el 23/10/2007 con la participación de expertos en microbiología (ENG) y de la
Federación Europea de Asociaciones Nacionales de proveedores de agua potable
(EUREAU).
Se ha demostrado en el laboratorio que el agua que se vierte por el grifo durante los
primeros días de uso contienen cantidades de plomo que pueden ser muy superiores a los
10 microgramos por litro, el máximo recomendado por “World Health Organization”,
pudiendo llegar a ser de 100-120 microgramos/litro para los grifos de latón y cuatro veces
mas para los de bronce, cantidades que disminuye lentamente a medida que se utiliza el
grifo (figura 8).
Estas normas han obligado a los fabricantes a aplicar alguna de las varias
soluciones tecnológicas capaces de alcanzar los estándares requeridos. Aunque en Europa
no existen todavía en este campo normas, la importancia de la producción europea de
válvulas y grifería destinadas al mercado norteamericano, en el que se aplica la Norma NSF
61, ha llevado también a muchos fabricantes europeos a ocuparse del problema de la
- Recubrir la superficie en contacto con el agua para evitar la disolución o migración del
plomo
Los procesos comunes efectuados sobre las aleaciones de cobre cinc tales como el
mecanizado, la fundición o el prensado alteran el material incrementando la presencia de
plomo superficial. El incremento localizado de la temperatura junto con la alteración de la
superficie cristalina del grano, provocan una migración del plomo hacia la superficie externa
de la pieza elaborada. El exceso de plomo que migra hacia el exterior de la pieza se oxida
transformándose en oxido estable que solidifica sobre la misma superficie
Este material puede inyectarse (por cámara fría o caliente y por centrifugación), otro
proceso posible es la fundición en coquilla. Es un material barato, posee buena resistencia
mecánica y deformabilidad plástica, y buena colabilidad (5). Se puede cromar, pintar y
mecanizar. La única desventaja de este material es que la temperatura en presencia de
humedad lo ataca provocándose una corrosión intercristalina (aspecto similar al desierto).
Puede ser utilizado para piezas estructurales. Durante la inyección a presión, es posible la
aparición de poros internos o burbujas en el proceso de inyección o colada, lo que puede
derivar en la disminución de la resistencia mecánica de las piezas. Sin embargo, una
correcta inyección generará una distribución homogénea de poros finos, lo cual favorecerá
la tenacidad de la pieza inyectada, al verse frenado el crecimiento de grietas por dichos
poros finos.
Las ultimas investigaciones sobre este material han hecho conveniente priorizar su
estabilidad dimensional reduciendo el contenido de cobre, aunque sin salirse del intervalo
de solubilidad, a fin de mantener la protección química anticorrosión que ofrece este
elemento, asimismo se ha reducido el contenido de aluminio para disminuir su fragilidad.
3.2.- RECUBRIMIENTOS
febrero de 1.977 del organismo asesor del cinc de Düsseldorf. Las empresas galvánicas
dedicadas a la aplicación de estos acabados tienen muchos problemas a la hora de obtener
recubrimientos de buena calidad, cuando la preparación de la superficie de zamak no ha
sido la adecuada. Esta preparación puede constar de varias etapas como son vibrado,
pulido, desengrases y decapados. Una mala preparación puede llegar a provocar la
corrosión del zamak, y puesto que sus productos de corrosión tienen un mayor volumen,
ejercerán una importante presión sobre el depósito aplicado posteriormente, lo que puede
provocar su levantamiento, dando lugar a diferentes tipos de defectos superficiales como
pueden ser picados, ampollas o incluso rotura del depósito. Todo ello deriva en una
reducción significativa tanto de las propiedades estéticas como funcionales de las piezas, y
con ello incrementando el índice de rechazo de las empresas.
Para determinar la idoneidad de este material para fabricar los cuerpos de los grifos
a través de los cuales circula agua potable para el consumo humano, se seleccionaron siete
muestras de grifos, tres fabricados con latón y cuatro en zamak.
Zamak hay muchos aunque, para su aplicación en grifería, el campo queda limitado
a muy pocas de cada una de estas aleaciones, siendo obvio que cualquier estudio riguroso
sobre la idoneidad de estos materiales, tanto desde el punto de vista corrosión como
toxicológico, pasa en primer lugar por conocer el tipo de aleación de que están hechas las
muestras objeto de estudio, ya que según el tipo utilizado los resultados diferirán. La
determinación de la composición del zamak fue encomendada también al “Laboratori
General d´Assaigs i investigacions de Catalunya” (6), obteniéndose mediante
espectrometría de plasma Inducido. Se supuso, por tener los cuatro grifos la misma
procedencia, que la composición de la aleación de zamak es la misma para todos ellos,
obviándose determinar las de los grifos de latón por disponer de las especificaciones de los
materiales utilizados, facilitadas por los fabricantes.
Para ver en cada caso el efecto del ensayo sobre las superficies desnudas (metales
base) y conductos interiores, uno de los grifos de latón se seccionó en dos partes e
igualmente se hizo con dos de zamak. Con este mismo criterio al finalizar el ensayo los
restantes grifos enteros (uno de latón y dos de zamak) fueron también seccionados
longitudinalmente para conocer el estado interior de los materiales fundidas o inyectados
respectivamente
Se aclara que los resultados obtenidos para el interior de los conductos, tampoco
permitirian extraer conclusiones extrapolables a los grifos en uso, ya que el agua y los
factores cinéticos del flujo, introducen sobre el mecanismo de la corrosión condiciones
diferentes. Aspectos fisicoquímicos del agua (el pH, la conductividad, el contenido de
cloruros y sulfatos y los gases en disolución, fundamentalmente el CO2 y el O2 ) son
determinantes en los procesos de corrosión. La temperatura, los choques térmicos, los
ciclos seco-mojado (evaporación del agua en los periodos de no uso) son igualmente
elementos de la mayor importancia no considerados.
TIPO DE ALEACION:
En las dos superficies desnudas (material base) de la sección del grifo de latón se
observa a las 24 horas un leve obscurecimiento. A las 478 horas muestran ambas indicios
localizados de corrosión verde-azulada que, al finalizar el ensayo, es calificada por el
laboratorio como un muy ligero grado de afectación, no repercutiendo sobre el aspecto
exterior del recubrimiento .
En todas las superficies desnudas de las secciones de los dos grifos de zamak se
observan al finalizar el ensayo síntomas de corrosión con producción de residuo blanco, lo
cual indica un grado de afectación importante. A las 24 horas ya se inicia el proceso con la
CUADRO IV.- RESUMEN DEL ENSAYO DE CORROSION TRANSCURRIDAS ENTRE 406 Y 500 HORAS
SUPERFICIES EXTERIORES
CON RECUBRIMIENTO
ELECTROLÍTICO
- En ninguna de las
superficies revestidas de las
muestras enteras y seccionadas
de los tres grifos de latón se
observaron, al finalizar las 500
horas, variaciones apreciables
de su estado inicial (Cuadro IV).
- En todas las
superficies de las muestras
enteras y seccionadas de los
cuatro grifos de zamak se
observaron, al finalizar las 500
Figura 12. Ampollas en grifos enteros de zamak horas, alteraciones generalizadas
y ampollas en el recubrimiento
con residuo blanco asociado. A
las 142 horas el proceso de corrosión esta o bien localizado o bien generalizado en la
mayoría de ellas (sólo una de las muestras no ha experimentado alteración). A las 478
horas se han formado ampollas en todas las muestras (Foto 1).
RESIDUOS DE LA CORROSIÓN
El escaso nivel de ataque, sin apenas residuo, apreciado tan solo en el material
base de los grifos de latón seccionados antes del ensayo, determina que solamente se
analicen los correspondientes al zamak indicando los resultados, obtenidos mediante
difracción de rayos X, que la naturaleza de los productos se corresponden con una mezcla
de hidróxido de cloruro de cinc (simonkolleita), de óxido de cinc (cincita), de hidróxido
carbonato de cinc-aluminio y de carbonato de cinc, así como también de cinc metálico,
todos ellos transcritos por orden de intensidad del pico mayor del difractograma.
Para el caso del zamak 5 la anomalía que supone la aparición a las 142 horas de
alteraciones en las superficies recubiertas, podría atribuirse a un inadecuado recubrimiento
del metal base, que posiblemente requerirá mayores espesores, especialmente de cobre, y
que en cualquier caso debería responder al ya citado número de clasificación internacional
Zn/Cu 20 Ni 10b Cr r (condiciones de utilización Nº 2)
3.7.- CONCLUSIONES
El agua actúa con energía sobre la aleación en presencia de oxigeno, sobre todo si
el metal, como ocurre en las griferías, esta unas veces mojado y otras no, sufre
condensaciones o esta expuesto a su vapor. En estas condiciones se formará algo de
hidróxido que es ligeramente soluble, depositando sobre el zamak desnudo y sumergido a
la temperatura ordinaria, una capa de 2 ZnO, ZnCO3, 3 H2O. La cantidad de cinc disuelto
alcanza al cabo de uno o dos días el máximo, separándose después cinc metálico, aunque
todo ello dependerá de la cantidad de cloruros, sulfatos y nitratos que contenga el agua
Desde el punto de vista fisiológico, y sin que la toxicidad pueda entrar en juego,
parece que la cantidad de cinc tolerable en el agua queda rápidamente limitada por la
astringencia y gusto desagradable de las sales de cinc, efectuándose su eliminación
principalmente por vía intestinal. Dosis elevadas de cinc pueden crear problemas
gastrointestinales, irritaciones a la piel y a anemia.
superior al del latón, pero que tampoco provoca problemas de toxicidad (las aguas tratadas
para uso público sufren tratamiento con alúmina), aunque hoy es objeto central de una
controversia por la sospecha de que contribuye a la enfermedad de Alzheimer, de manera
que algunos países como Estados Unidos establecen unas concentraciones máximas en el
agua mas baja (50 μg/l)
4.- NOTAS
(1) En el seno de la Comisión de Comunidades Europeas esta constituido un Comité Científico consejero en
Materia de Toxicología y Ecotoxicología integrado por un representante de cada país miembro. Dicho
comité estudia los problemas toxicológicos, frecuentemente después de consultar a especialistas en temas
concretos y elabora informes que la Comisión tendrá en cuenta al redactar las directrices
(2) El cierre tradicional de la grifería ha sido el constituido por un asiento y soleta de compresión. Al girar el
mando del grifo la soleta, normalmente de caucho desciende obturando el asiento e impidiendo que el agua
fluya. Al girar el mando en sentido contrario la soleta asciende y abre el grifo.
(3) Esta norma pretende abarcar a los materiales y productos que se relacionan con el agua potable y su
finalidad es evaluar los contaminantes e impurezas que indirectamente afectan al agua incluyendo de forma
no limitativa a procesos, revestimientos protectores, soldaduras, sellados y empaquetaduras, tuberías,
depósitos, válvulas, membranas de separación y dispositivos mecánicos (grifos, válvulas de control y de
cierre), etc.
(4) Calificación según la A.S.T.M. Internacional con una pureza mínima del 99,99 %
(5) La colabilidad es la aptitud de reproducir en detalle una superficie. La buena colabilidad normalmente se
define como la facilidad que tiene una aleación a ser fundida sin técnicas especiales. Es función de las
contracciones y el intervalo de solidificación y posterior enfriamiento.
(6) Investigación dirigida por el autor para la Asociación Nacional de Fabricantes de Grifería y Valvulería de
España. En junio de 1998
“Griferías mezcladores ecoeficientes” en Montajes e Instalaciones, Madrid junio 1.999. en el que se aclaran
aspectos de esta aleación
5.- BIBLIOGRAFIA
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