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Farmacodependencias
Publicación Periódica de
Segunda Epoca
Año 17 N ro. 42
Junio de 2005
Impreso en el IIN / OEA
Av. 8 de Octubre 2904 (11600)
Montevideo-Uruguay
Boletín Foro de Optar – Nº 42 1985 – 20º Aniversario - 2005
Alcoholismo y otras
Farmacodependencias
Publicación Periódica de
CONSEJO EDITOR
Lic. Angelina Plada
Lic. Gustavo Pierri
Lic. Gabby Recto
Unicamente los artículos sin firma o firmados por el Consejo Editor reflejan el criterio de la publicación.
Queda autorizada la reproducción total o parcial de los trabajos con la indicación de la fuente .
Boletín Foro de Optar – Nº 42 1985 – 20º Aniversario - 2005
AGRADECIMIEN TO
El Consejo Editorial del Boletín FORO de Optar, agradece muy especialmente a todas las personas que
colaboran desinteresadamente para que esta iniciativa de divulgación de materiales especializados en
alcoholismo y farmacodependencia sea una realidad permanente. OPTAR reitera, una vez más, su
gratitud al Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes (IIN/OEA), por el apoyo constante
a este boletín.
LAS ADICCIONES SOCIALES: nidos sean los mismos. Implica una reorgani-
¿ÚLTIMO Y SILENCIOSO ESLABÓN? zación en los términos del problema, una re-
Dr. Fredy da Silva Rodio formulación del mismo. Se puede graficar a
través de una serie de círculos concéntricos.
Las Adicciones. La conceptualización se basa en la estructura-
“Reinan tan duramente sobre los hombres ción de campo donde se destaca con mayor
a los que llegan a dominar que, mientras claridad el vínculo entre la persona y el obje-
los encuentran jóvenes y capaces de trabajar to, en este caso la droga (aunque, como vere-
los obligan a aportar todo el fruto mos luego, no es imprescindible que se refie-
de su trabajo ra solamente a una sustancia química psicoac-
y a pagar para satisfacer tiva), más el contexto donde estos quedan in-
sus propias apetencias” cluidos. El círculo más cercano incluye a la
Jenofonte. Económico I, 22 familia, la escuela y el grupo de pertenencia,
los más significativos en las edades más tem-
pranas. El barrio, la comunidad, la cultura
El término adicción tiene origen en la palabra concéntricamente y más por fuera para luego
anglosajona “addiction”. Para otros deriva del implicar aspectos religiosos, culturales, socia-
vocablo jurídico francés de la Edad Media, les y geopolíticos. Según la Teoría General de
también “addiction”, utilizado para el conde- Sistemas el sujeto constituye con los objetos
nado a depender de otro, el acreedor, por deu- un sistema de interacciones que hace que el
das. Los franceses lo tomaron del latín ad- todo sea más que la suma de las partes.
diure que significa adherirse o someterse. De
todos modos, los conceptos de vasallo o es- Droga
clavo por un lado y de señor o amo por otro
están desde el origen del término y forman el
núcleo del concepto de la adicción. A su vez,
la definición de la OMS plantea la interacción Persona
entre un organismo vivo y los fármacos o dro- Persona Medio
gas e incluye términos como impulso irrepri-
mible y periodicidad.
Según el momento histórico han sido llamadas Recientemente se ha empezado a manejar el
toxicomanías, drogadicciones, farmacodepen- concepto de las adicciones como una patolo-
dencias, drogodependencias o simplemente gía del vínculo. Dicho de otra manera, no es
adicciones. la droga la que hace al adicto, o a la adic-
Siempre presentes en la historia de la humani- ción, sino el tipo de vínculo que la persona
dad, así como también, en constante y perma- establece con ella. Ya no solo importan las
nente cambio. características propias de la droga o del sujeto.
La concepción de este fenómeno, que a esta La forma anómala en que la persona se rela-
altura podríamos llamar clásica, es la repre- ciona con la droga es lo que define la adicción
sentada mediante el triángulo droga-persona-
medio. Esta conceptualización del “sistema” Nos parece importante puntualizar las diferen-
muestra con excelente claridad didáctica la cias de esta nueva forma de consumo con el
necesidad de estos tres ángulos y actores para uso tradicional – ritual de drogas El fenómeno
que se constituya el “problema”. del consumo de sustancias psicoactivas ha es-
El modelo que planteamos a continuación tado acompañando al hombre desde siempre,
complementa y de alguna manera hasta rem- pero, en este caso tenía o tiene una finalidad
plaza al anterior. Nos parece más ajustado a religiosa o a lo sumo medicinal.La producción
los conceptos actuales, aún cuando los conte- de la sustancia era o es natural y en general
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estaba a cargo del chaman, o un pequeño gru- Surgen términos tales como droga de inicio,
po asociado a lo religioso o supersticioso, el droga legal, droga permitida, droga tolerada,
uso era restringido a ciertas ocasiones prefija- droga de preferencia, droga problema. “La
das por la comunidad y a ciertas personas, por toxicomanía no aparece ya como una llama-
lo general autoridades religiosas o políticas. rada súbita, y quizá pasajera, sino como una
Este se daba en ciertas regiones geográficas circunstancia permanente con la cual fue ne-
focalizadas (“ foco cultural” ). En cuanto a la cesario aprender a vivir”.2
sustancia se trataba en general de una sola y La sustancia se transforma ahora no en un
misma droga natural que se usaba por la medio para un fin más elevado, sino en un fin
misma vía. La sustancia era un instrumento, en si misma, se constituye entonces en un ob-
una herramienta para la búsqueda de un fin. jeto, en un bien de uso, en una mercancía.
Weil plantea que “el deseo de alterar periódi- Aquí comienzan a tener su lugar las drogas de
camente la conciencia es un impulso innato, diseño o sintéticas debido al desarrollo tecno-
normal, análogo al hambre o al impulso lógico más avanzado en la historia de la
sexual” e implica la posibilidad de acceder a humanidad que permite fabricar drogas más
un nivel superior de conocimiento y de viven- potentes, más baratas, más difíciles de rastrear
cias que llega a incluir el encuentro con espíri- y de controlar.
tus o dioses. Es con las toxicomanías modernas que surge
Posteriormente aparecen las toxicomanías clá- el fenómeno del narcotráfico. Sin entrar en el
sicas, éstas reconocen motivaciones indivi- tema y para tener una idea de la entidad del
duales más que grupales o comunitarias, el fenómeno del narcotráfico solo citamos que
consumo es más hedonista que místico o reli- de los 200.000 millones de dólares que se ma-
gioso. La producción sigue siendo natural nipulan diariamente en los mercados econó-
como en el caso del opio y la marihuana pero micos internacionales, unos 60.000 millones
ya no está controlada por el propio individuo están “ de alguna manera” relacionados con el
y la adquisición sigue leyes del mercado, narcotráfico3
siendo en la mayoría de los casos de carácter También disminuye la edad de los usuarios.
ilegal. La droga se constituye en un instru- La adolescencia, nuevo grupo de consumido-
mento para fines más elevados, ahora creati- res desde la década del sesenta, ha aportado y
vos literarios, musicales, ingresando en el aporta su dinamismo al proceso de cambio
mundo de las artes y las letras. El patrón de casi permanente en esta área. Con ellos varia-
consumo continúa siendo con una misma dro- ron los códigos de conducta y éticos, se in-
ga, por una misma vía, con un mismo objeti- crementó y toleró el consumo, el fenómeno de
vo y fundamentalmente en usuarios adultos. experimentación con drogas se hizo más per-
“Tras milenios de uso festivo, terapéutico y misivo y hasta obligatorio en algunos grupos
sacramental, los vehículos de ebriedad se representantes de ciertas sub culturas, el pro-
convirtieron en una destacada empresa cientí- selitismo a favor del consumo de algunas dro-
fica, que empezó incomodando a la religión y gas creció enormemente y con ello el consu-
acabó encolerizando al derecho, mientras mo y por lo tanto la adicción. Por supuesto
comprometía a la economía y tentaba al ar- han incidido otros factores tales como el dete-
te”.1 rioro en la organización familiar, la
Más recientemente, en la década de los sesen- desestructuración de la familia latina clásica
ta el fenómeno vuelve a cambiar, y surgen las producto de una región empobrecida por las
toxicomanías modernas, asociadas a una cre- crisis políticas y económicas entre otros tantos
ciente sociedad de consumo. factores que hacen a la complejidad del
fenómeno, los cuales no vamos a señalar en
2
M. Pelletier, 1978
1 3
A. Escohotado (1992) “ Historia General de las Dro- Herber Hardingham: Universidad Autónoma de
gas”,Ed. Alianza, Madrid, 2 México.
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no, los cuales no vamos a señalar en este mo- Al decir de Betelheim, la cultura del bienestar
mento, pues no es el motivo de este trabajo. está teniendo un gran malestar y los jóvenes
Sin embargo es importante destacar que algu- inmersos en este malestar buscan un bienestar
nos autores le atribuyen especial énfasis al drogándose. Predomina entonces, la búsqueda
contexto económico , social y político crítico del placer inmediato, aunque sea momentá-
a la hora de explicar el uso indebido de neo, la maximización de ese placer junto a la
Desde esta perspectiva las adicciones se rela- minimización y hasta la negación de las situa-
cionan o son parte de una crisis de la socie- ciones de displacer o dolor, dentro de las cua-
dad occidental. Recordemos que el contexto les se pueden incluir además las consecuen-
geopolítico de las décadas de los ochenta y cias del consumo.
noventa en América Latina se caracterizó por Actualmente se agrega que ya no solo es la
la disminución en el ingreso per cápita, el cre- búsqueda y el uso de sustancias que provo-
ciente desempleo, los problemas demográfi- quen sensaciones gratificantes o de bienestar
cos, la migración interna, los déficits en los sino que, como nunca antes, aparecen otras
servicios de salud y de educación (incremento conductas de consumo.
de la población fuera de la estructura educati- Es el postmodernismo un nuevo estado de la
va), el desarraigo cultural, la aparición de cultura donde se expresa, para algunos la lógi-
nuevos valores extraculturales (competencia, ca cultural del capitalismo tardío. Coincide
individualidad, agresividad), etc. con la caída de las utopías y el crecimiento de
Agregamos la dramática “ actualización” de los ideales ligados al aquí y ahora, al consumo
los prepúberes que siguiendo el ejemplo de en el sentido de lo incorporativo, lo inmediato
los adolescentes, ingresan en el mundo del pero también lo efímero y lo superficial, lo
consumo experiencial de sustancias psicoacti- hedonista donde el compromiso emocional
vas más precozmente. Este fenómeno en con el otro es mínimo, es “ light” o no existe.
Uruguay se constata a través del descenso en Para el clínico esto ha significado un cambio
la edad de inicio, según datos de las investiga- en el perfil de la consulta. Actualmente vemos
ciones epidemiológicas. muchos menos pacientes portadores de las
El uso indebido de drogas se ha transformado neurosis clásicas, en cambio se han incremen-
en uno de los fenómenos más preocupantes tado los trastornos de personalidad, sobre todo
con los cuales debe enfrentarse el hombre ac- del Grupo B del DSM IV. Una de las proba-
tual. Es dinámico, cambiante, polidetermina- bles explicaciones para este fenómeno son los
do, en su génesis confluyen, como en la for- cambios sociales a los que hacemos referen-
mación de un río múltiples factores, muchos cia. El consumismo, entonces, aparece y se
de ellos tan difíciles de ver como el origen o impone, como una exigencia. Es vivido por la
el nacimiento de un caudal. Estos pueden ser persona como una necesidad. Se trasmite co-
de índole genética, biológica, psicológica, fa- mo un modelo, como una propuesta de bús-
miliar, cultural, política, ecológica y social. queda de la felicidad a través de la posesión
Pero la desembocadura del río en el mar es de objetos en este contexto de relativismo cul-
más fácil de apreciar, y de diagnosticar, aún tural y ético. El valor subjetivo dado al objeto
por el lego. La sociedad actual facilita y hasta muchas veces supera el objetivo y a veces es a
promueve las adicciones a través de un doble la inversa generando confusión o culminando
mecanismo: la creación de sensaciones de va- en una especie de “ todo vale” para la obten-
cío y angustia, aumento de la exigencias y ción de los mismos con la consecuente pérdi-
proliferación del estrés por un lado y la bús- da de límites y desorientación en donde se
queda de gratificaciones inmediatas por otro. mezcla de manera intrincada la supuesta liber-
Esta sociedad actual provee los recursos para tad y el poder de lo material. Esto en un mun-
ambos, constituyéndose en una civilización do en el cual todo se vende o se compra según
adictiva como ninguna otra en la historia. los intereses de cada uno y donde, y aquí vol-
vemos a lo nuestro, la droga es una mercancía
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más, un bien de uso con un valor determinado duce un descrédito en la imagen social de un
en el mercado. La droga se transforma en pa- individuo deteriorando en la práctica su iden-
labras de E. Rojas en “una seudomística en un tidad y sus oportunidades, sin embargo es
mundo materialista, hedonista y de consu- también un dador de identidad, en nuestro
mo”. La drogadicción es la enfermedad que caso la de “ adicto” , y por lo tanto un estructu-
representa con mayor claridad la sobreadapta- rante.
ción del individuo a la sociedad de consumo Muchas veces se llega a constituir una subcul-
debido a sus características de compulsión, tura a través de la creación, droga mediante,
inmediatez, logro de efectos placenteros in- de un mundo nuevo compuesto por un sistema
mediatos, aceptación y hasta integración del de valores y conductas que se desvían del pa-
consumo en situaciones sociales, etc. El adic- trón sociocultural imperante. Para citar un so-
to es, o funciona al menos en su primera eta- lo ejemplo, antes el “ robar” tenía una conno-
pa, aunque nos pese reconocerlo, como un tación negativa y se usaban para identificarlos
hiper adaptado. Es el ejemplo, el representante en ese medio subcultural términos tales como
por antonomasia de este sistema social. “ afanar” ; actualmente en estos grupos la con-
Esto es tan así que muchas veces cuando el notación es positiva, y se traduce en la sino-
adicto es segregado o marginado por su entor- nimia del término ganar: “ le gané la cartera” .
no inmediato, o por la sociedad en general, no Estas subculturas son dinámicas y cambiantes
se siente estigmatizado ni desacreditado sino en el sentido más amplio, como ejemplo pue-
que lo vive como un valor de carácter positi- den servir lo que fueron los poetas malditos
vo, como un atributo que lo integra a un grupo (Baudelaire, Rimbaud, Verlaine)y el haschich
social, le da un rol en el grupo de pertenencia, o los “ hippies” de los años sesenta y las dro-
el correspondiente al del consumidor o adicto. gas psicodélicas, los “ rastas” de los ochenta y
El estigma de la droga reúne, agrupa, mas que la marihuana, pudiendo plantearse más recien-
separa o margina: identidad grupal y sentido temente el caso de los “ yuppies” y la cocaína,
de pertenencia que se reafirma por los aspec- o el fenómeno del éxtasis.
tos externos como tatuajes, peinados, adornos, Hay en la sociedad muchos sujetos que com-
vestimenta, pero también lenguajes, códigos, parten los mismos “ objetos” ; el conjunto de
etc. Existe toda una estética y una ética que la individuos de un grupo determinado tiene en
acompaña y la fundamenta. En todo caso el común numerosos objetos. Cuanto más cerca-
adicto se automargina, aunque esto no quiere no o íntimo es el grupo más son los objetos
decir que en múltiples situaciones sobre todo compartidos, esto les brinda una identidad
en nuestro país sea también marginado por la cultural. Tengamos en cuenta que en el mundo
“ sociedad” (colegios, familias de conocidos o del adolescente uno de estos objetos del con-
amigos, etc.) generándose un doble mecanis- texto grupal puede ser la droga. Frente a ella
mo con resultados desastrosos para el progre- el sujeto tiene una cierta libertad de opción,
so de la enfermedad. pero, él también es parte del sistema. El objeto
“Los griegos ...crearon el término estigma droga se transforma en el centro del sistema
para referirse a signos corporales con los del individuo, lo capta, lo polariza. El sujeto
cuales se intentaba exhibir algo malo y poco queda “ de-pendiente” o sea “ pendiente de” la
habitual en el status moral de quien los pre- droga. Cuando ésta está ausente la deseará,
sentaba...una persona corrupta, ritualmente pensará en ella, planificará como y cuando
deshonrada, a quien debía evitarse”4 El es- consumirla, como obtenerla, con quien com-
tigma nomina lo distinto, lo segrega del gru- partirla, sentirá su falta, tomará conciencia de
po, del contexto sociocultural, el momento su necesidad. El consumidor, estará siendo
histórico. Es un atributo deshonroso, que pro- consumido por la droga o por la ausencia de
ella. Si hacemos un paralelismo entre la vida y
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Goffman, E. (1963) “ Estigma” , Amorrortu Editores.
una obra de teatro podemos imaginar que el
B.A. individuo sano es aquel que es capaz de ser el
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creador de su propia obra, es decir, es capaz remos luego. Este encare se fundamenta desde
de escribirla, dirigirla (observa, critica, modi- las más diversas perspectivas, con argumentos
fica) y actuarla, llevándola a escena con éxito. muy variados que van de lo neurobiológico a
El adicto, como todo enfermo no escribe su lo psicopatológico teniendo un fuerte soporte
guión, es escrito por otros; no dirige su obra en la clínica soberana.
es dirigido; no actúa, es pasivo y si algo hace,
es orientado a la obtención y consumo de la Pueden ser consideradas enfermedades invi-
droga, confundiendo impulsividad con espon- sibles por “su propensión a pasar inadverti-
taneidad. No son actores, ni directores, ni das por otras personas durante una larga
guionistas, ni siquiera espectadores pasivos. temporada”5 Estas se acompañan de meca-
Para terminar y desde un ángulo bastante dife- nismos de negación muy fuertes de parte del
rente, podemos plantear la idea de que la so- paciente, de la familia y de la sociedad. Sien-
ciedad actual implica para el individuo una do esta última la que además promueve el
exigencia de eficiencia, requiere del sujeto, consumo a través de la publicidad, los medios
además de una capacidad personal (innata o de comunicación y la creación de modelos
adquirida durante su formación), los niveles culturales y hasta de género. Implicaría algo
más altos de actividad, concentración, dispo- así como la creación o inclusión en un grupo
nibilidad, productividad, etc. La nueva psico- de trastornos que podríamos llamar “ psicopa-
farmacología tiene la posibilidad y el poder de tología de la vida moderna” (¿o post moder-
proveer todo esto o de generar la fantasía, la na?).
expectativa de que es posible por medios Siempre existieron conductas o comporta-
químicos brindar lo que la sociedad demanda, mientos considerados, en cada momento his-
al fabricar y poner a disposición del individuo tórico, como desviados, atípicos o compulsi-
sustancias que permiten alcanzar estos niveles vos, pero en este siglo pasado los cambios so-
de funcionamiento tan exigentes a través de la ciales, a los que hacíamos referencia ante-
excitación del sistema nervioso central. La riormente, hicieron que aparecieran con una
droga interpreta a la cultura, la sirve en sus mayor frecuencia y marcaran una presencia
objetivos. muy llamativa. Basta recordar a manera de
ejemplos literarios “ El Jugador” de F. Dovs-
toievski escrito en tiempo record por el autor a
Las Adicciones Sociales o "Sin Drogas". fin de cobrar los honorarios correspondientes
para...pagar una deuda de juego, o las compras
“Constituyen uno de los capítulos que llevan a la ruina a “ Madame Bovary” de
más representativos Flaubert o “ El Paraíso” de E. Zola sobre el
de la Psicopatología anunciada para el siglo tema de la primer tienda por departamentos de
XXI París y las compras compulsivas.
tanto por los aspectos cuantitativos como por
los cualitativos”. Creemos en la unificación nosográfica de esta
F. Alonso Fernández serie de conductas adictivas, de patologías
vinculares, de anomalías en el control de los
Nuestro planteo actual se refiere no solo a las impulsos, de alteraciones o trastornos, de fe-
adicciones a fármacos, drogas o sustancias nómenos socialmente condicionados, de psi-
psicoactivas. Pretendemos enfocar el tema con copatología de la vida moderna, de mecanis-
una mayor amplitud y tener en cuenta otras mos neurobiológicos de búsqueda de gratifi-
conductas adictivas tales como las que se dan cación, o de cómo se los prefiera llamar. Los
en el terreno de lo que F. Alonso Fernández elementos en común, para fundamentar este
llama las adicciones sociales . En este especto
podemos incluir la comida, el juego, el traba- 5
Alonso, Fernández F. “Psicopatología” (2000)
jo, las compras, el sexo y algunas más que ve-
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planteo, son muchos y muy variados. No con- drogas que consultaron en un servicio especia-
tamos con el espacio, ni es la finalidad de este lizado de nuestro país son portadores de pato-
trabajo analizarlos, solo diremos que el perfil logía psiquiátrica asociada al consumo. En
clínico de estos pacientes, el abordaje y trata- algunos casos como los de alcoholismo cróni-
miento son similares. co o adicción a cocaína estos porcentajes lle-
Siguiendo a Alonso Fernández y con alguna gan a casi el 80%. Aún no tenemos datos na-
adaptación nuestra tendríamos dos grandes cionales sobre la comorbilidad con las adic-
grupos constituidos por: ciones sin droga o sociales.
La tendencia a la asociación y al pasaje de una
a otra de estas conductas adictivas. En nuestra
las tradicionales adicciones a drogas o adic- práctica clínica, las más frecuentemente en-
ciones químicas y contradas son la asociación entre alcohol y
las nuevas adicciones sociales o adicciones cocaína, tabaco y juego, compras y bulimia,
sin droga . tabaco y comida, trabajo y opiáceos o fárma-
cos estimulantes (incluido el café), deportes y
anfetaminas, juego y trabajo, cocaína y juego,
cocaína y sexo. Por supuesto también son las
Drogas Café más habituales entre las comunicadas por la
ADICCIONES legales tabaco literatura. Un punto aparte merece el tema de
QUÍMICAS alcohol la adicción a internet que por ciertas caracte-
fármacos rísticas muy peculiares, en las que no vamos a
(CON DRO- Drogas marihuana entrar en este momento, puede asociarse con
GA) ilegales cocaína gran facilidad al juego, al sexo y a las com-
opiáceos pras integrando o permitiendo el pasaje entre
trabajo varias adicciones sociales. Será motivo de
comida nuestro próximo trabajo.
sexo
televisión
deportes Aspectos Clínicos.
ADICCIONES Legales compras Las adicciones, cualesquiera sean, aparecen,
SOCIALES juego desde lo psicológico, como un conflicto, una
internet lucha en el interior del individuo entre un im-
pulso a consumir y un control. Mucho po-
Ilegales Robo dríamos decir de las características de este In-
incendio terjuego impulso-control y muchas serían las
estupro planteos, discrepancias y discusiones entre las
diferentes escuelas psicológicas sobre los me-
Quisiéramos agregar de manera destacada dos canismos de creación, instalación, manteni-
elementos que a nuestro entender son muy miento y funcionamiento de los mismos.
importantes: Nosotros planteamos:
Los altos índices de comorbilidad traducidos Compulsión, Muchos autores catalogan a las
en el significativo porcentaje de diagnósticos adicciones como un trastorno en el control de
duales en esta patología La comorbilidad en- los impulsos. Este trastorno impulsivo podría
tre “trastornos mentales y del comportamien- ser considerado como multi impulsivo, ya que
to debidos al consumo de sustancias psicotró- existe una tendencia a la asociación y al pasa-
picas” (CIE 10) y otro diagnóstico psiquiátri- je de uno a otro con gran frecuencia. Los pa-
co concomitante es muy significativo, funda- sajes del alcohol a la cocaína y viceversa , del
mentalmente en los trastornos de personali- tabaco a la comida (sobre todo durante los
dad. Más de la mitad de los consumidores de intentos de abstinencia). Las asociaciones al-
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cohol con tabaco o con juego, cocaína con y el reforzamiento es positivo. La “ entrega” al
sexo, anfetaminas con deportes, trabajo con objeto de la adicción puede ser a intervalos o
abuso de alcohol, con comidas copiosas, con intermitente, dependiendo de los mecanismos
opiáceos y estimulantes, compras con comida, de control externo, disponibilidad, sentimien-
internet con compras, con juego, y con sexo. tos de culpa, etc. Recordemos la frase de
Se define a la compulsión como un impulso Mark Twain, forma jocosa de recordarnos el
sistemático e irreprimible que se traduce en un mito de Sísifo, que si bien se aplica al tabaco
acto difícil de controlar a pesar de que las puede contener todas las conductas adictivas
consecuencias sean evidentes y conocidas. con o sin sustancia química: “Dejar de fumar
También se vincula a un acto o conducta que es lo más fácil que hay, yo ya dejé como mil
aporta un placer, un bienestar inmediato, o en veces”.
etapas posteriores tiene la capacidad de cal- Es frecuente que el consumo, más que una
mar un malestar (muchas veces provocado por fuente de bienestar en una segunda etapa sig-
la propia ausencia del objeto o sustancia) nifique solo un alivio del malestar provocado
también de manera inmediata. por la ausencia del objeto, funcionando como
La influencia de la terminología anglosajona y un reforzador negativo. Estamos en el terreno
fundamentalmente estadounidense ha hecho de las adicciones y el deseo de la gratificación
que los términos compulsión y adicción sean inmediata pesa más que la conciencia o cono-
prácticamente sinónimos, esto no es así en la cimiento de las consecuencias negativas a cor-
psiquiatría clásica española o alemana. Una de to, mediano y largo plazo.
las manifestaciones clínicas de la compulsión Ya Epicuro 300 años A.C. decía: “Actuamos
es la pérdida de control manifestada por la in- siempre para evitar el dolor y el miedo...el
capacidad de abstenerse y/o detenerse aún co- placer es primer bien, innato en nosotros y es
nociendo el individuo las consecuencias nega- a partir del placer que iniciamos cada acto de
tivas en los más variados aspectos de su vida: opinión y rechazo, y que al placer volvemos
biológico, psicológico, laboral y social. Con nuevamente usando el sentimiento como una
esta terminología y jerarquizando este elemen- norma por la cual juzgamos todo lo bueno.”
to semiológico era que la psiquiatría clásica El placer y el dolor determinan por asociación
definía las toxicomanías. El imperativo, mani- en la mente del sujeto lo que es bueno y malo
festado como deseo incontrolable, es consu- para sí.
mir (comida, droga, televisión, juegos, etc.) Como ejemplo de tendencia a la repetición
comprar, trabajar, etc. y como consecuencia la citamos a E. Echeburúa que refiriéndose a la
libertad se compromete, desaparece como ve- adicción al sexo escribe “ impulso incontrola-
remos luego. do que se traduce en una conducta sexual
Tendencia a la repetición que se puede aso- breve, frecuentemente poco satisfactoria, que
ciar al concepto de compulsión, repetición se repite a intervalos variables siempre cor-
mas o menos frecuente y estereotipada pero tos-entre algunas horas y escasos días- con
siempre presente. La “ descarga” se hace en mujeres distintas sin reparar en los perjui-
forma de un comportamiento impulsivo, este- cios...”
reotipado con la única finalidad de obtener el Inmediatez, es una de las características car-
objeto. Al mismo tiempo sabemos que cual- dinales de las adicciones. Solo las sustancias,
quier conducta que genere en el individuo objetos o situaciones que tienen la peculiari-
una sensación de placer o de bienestar es muy dad de generar bienestar de manera inmediata
probable que tienda a ser repetida y por lo tan- tienen la posibilidad de ser adictivos. Esto se
to en función de ciertos “ patrones desadapta- manifiesta en los múltiples mensajes que nos
tivos” (DSM IV) o características clínicas, trasmite esta sociedad postmoderna represen-
corre el riesgo de convertirse en una conducta tados en la conocida frase “¡No sé lo que
adictiva. En la primera etapa los efectos de la quiero pero lo quiero ya!”.
conducta son casi exclusivamente placenteros
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Es frecuente el planteo hecho por los consu- deben ser estudiados y encarados desde esta
midores de optar entre “ sentirse bien ahora o perspectiva de unificación psicopatológica.
dentro de 5 años” , lo que muchas veces oculta
la incapacidad para adoptar libremente deci-
siones responsables frente a las más variadas
y muchas veces tramposas alternativas que
hacen perder de vista que al final el verdadero
y último protagonista es el individuo mismo.
No olvidemos que esta inmediatez, este
“ yaismo” se da en un contexto de relativismo
cultural y ético con falsos valores como el éxi-
to económico, el sexo, el dinero, el poder, la
perfección física, etc. Unos buenos ejemplos
de inmediatez son el de la paciente que salía
rápidamente del trabajo para ir a hacer com-
pras innecesarias hasta que fue despedida, el
dinero rápido en la ludopatía, los atracones
para disminuir la ansiedad y hasta generar eu-
foria, la conducta sexual penetración-
eyaculación en el adicto al sexo para dismi-
nuir la ansiedad y el malestar, es mayor el de-
seo de disminuir un displacer que la obtención
de un placer. En todos estos casos la gratifica-
ción es inmediata y el estímulo punitivo es
diferido en el tiempo como cuando llega la
cuenta de teléfono de internet.
Pérdida de libertad, de la libertad de elegir,
de optar y sobre todo de evitar una acción aun
cuando se la reconozca como perjudicial para
la salud, como sucede con las conductas adic-
tivas. Aquí es donde la voluntad caduca, el
pasaje al acto es vivido como incontrolable.
La relación con el objeto es inevitable, absor-
bente, focalizada, centralizada, esclavizante,
al mismo tiempo que gratificante, placentera,
extática. La sustancia centraliza la vida del
individuo, organiza sus tiempos y acciones, su
pensamiento y sus emociones E. Kalina decía:
“No puede ser una expresión de libertad ad-
quirir una nueva forma de esclavitud”.
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DROGAS, CRISIS y COMUNIDAD provoca una pena intolerable que se evita con-
TERAPEUTICA PSICOANALÍTICA sumiendo sustancias psicoactivas?
La terapeuta, impactada por éste mundo ma- Tal como yo la entiendo es la que un grupo
niqueo, percibe que los integrantes del grupo instituyente* ha instituido con el propósito de
empiezan a ponerse hiperactivos y resuelve promover alternativas a un estilo de vida or-
traer comida. Se abalanzan para devorarla vo- ganizado en base al consumo de sustancias
razmente. Luego retoman espontáneamente la psicoactivas. Por otro lado es un lugar donde
tarea, abandonando el empleo del blanco y el se privilegia el no consumo y una escala de
negro en su pintura. Pintan las caras restantes valores que incluyen la reciprocidad, la hones-
utilizando todo el espectro de colores y les tidad, la solidaridad y la cooperación entre los
adjudican un afecto que dicen que ése color en participantes.
particular representa y no otro. La comida ge- La institución Comunidad Terapéutica –en su
neró un espacio de mentalización para los modalidad residencial o diurna- es apta para la
afectos que, al comienzo, eran todos negros; resolución productiva de las crisis desorgani-
o, en el mejor de los casos, blancos y negros. zadoras y que llevan a recurrir al consumo de
La otra situación ejemplar está relacionada sustancias psicoactivas, en la medida que el
con las posibilidades de síntesis o reunifica- campo vincular dinámico donde se desarrollan
ción. Un paciente, alucinado y perseguido, se las actividades esté dominado por el polo tró-
pone en cuatro patas debajo de una mesa para fico. Si la institución es invadida por la ver-
buscar algo. Esta situación provoca terror en tiente tanática su supervivencia, como institu-
el resto que se van desorganizando: uno va al ción terapéutica, se verá seriamente compro-
baño, otro a fumar, otro se balancea en su silla metida. La red terapéutica lo es, en tanto se
inconteniblemente, otro toma una pelota y sustenta en el vector trófico que apuntala la
comienza a hacerla picar. El terapeuta de ése vida (el crecimiento, los afectos recíprocos y
grupo toma un gran cartón y materiales que solidarios, la desviación de los impulsos hacia
previamente –durante una caminata por los fines productores de cultura y que propician
alrededores- habían recogido. Coloca el car- la consolidación de una identidad sintética y
tón, los materiales y varios tipos de sustancias cohesiva promoviendo modelos de identifica-
adhesivas, diciéndoles con voz enérgica: aho- ción diferentes de los que traen los consumi-
ra vamos a armar el grupo entre todos. Sor- dores de sustancias).
presivamente, cada uno sale de su mundo y se Cuando el marco institucional (las reglas de
vuelca –al principio frenéticamente y luego funcionamiento instituidas), deja de ser un
con más calma- sobre el cartón y va pegando continente adecuado para los afectos más pri-
los materiales. Mientras hace la tarea uno de marios; irrumpen el caos, la desorganización,
ellos dice: éste sos vos, éste soy yo, éste es el la trasgresión a las reglas de convivencia habi-
perro, éste es el porro, éste es el aire, ésta la litadoras para producir y crear.
habitación, éstas son tus piernas, éste mi bra- Este desborde de lo tanático generalmente es
zo... y así sucesivamente. Construyen una es- contrarrestado, a los efectos de la superviven-
pecie de Guernica que luego cuelgan en la pa- cia, reproyectando los aspectos destructivos y
red y la bautizan yo y nosotros. mortíferos sobre los grupos e individuos más
En éstos ejemplos, los actos comienzan a te- vulnerables que son los que entran en crisis.
ner posibilidades de representación mental y a Hemos podido identificar en nuestra labor clí-
ser pasibles de tramitación psicológica a tra- nica una serie de factores tanáticos atentato-
vés de su comprensión. rios de la vida institucionali que terminan
afectando a los grupos, familias e individuos
UNA COMUNIDAD TERAPEUTICA PSI- más frágiles.
COANALÍTICA. Destaquemos que la Comunidad Terapéutica,
para ser efectivamente terapéutica, debe cui-
¿Qué es una Comunidad Terapéutica para el
tratamiento de las adicciones? *
El de los “ fundadores” interesados en la temática que
13 convoca a la institución.
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Cuando Esteban debió enfrentarse con la pér- alternativas tróficas ofrecidas por el grupo y la
dida de su padre, su muerte, con la progresiva institución terapéutica.
“ falta de dinero” para hacer “ lo que se me di-
era en gana” , su mecanismo fue decir: “ aquí SARA
no pasa nada” . Para sostener esta negación se
valió de las drogas “ para seguir en mi mundo, Examinemos ahora la situación de otra perso-
el verdadero” .¿Cómo podría funcionar el re- na, diagnosticada psiquiátricamente como psi-
curso terapéutico de la confrontación con esta cótica, a quien hubiera sido dañino confrontar-
estructura mental donde no hay representacio- la en forma directa (por la estructuración de su
nes psíquicas de lo frustrante? En numerosas aparato psíquico) con su adicción al alcohol.
ocasiones los compañeros de su grupo le seña- Se trataba de una joven mujer de 28 años, con
laban –sobre la base de sus propios dichos- aspecto adolescente y que se integró a un gru-
que su realidad familiar y económica dependía po de pacientes de Castalia luego de inte-
totalmente de su madre. No trabajaba ni estu- rrumpir una terapia de ocho años (porque el
diaba, sus amistades eran aquéllas con los que “ terapeuta me daba a entender que estaba
se drogaba. No veía a sus hermanos. No enamorado de mi, pero no quería reconocer-
cumplía con los horarios y, muchas veces, lo” ).Sara era hija única de un matrimonio de
evitaba llevar adelante las actividades de la personas mayores de setenta años, con un pa-
Institución. En esta fase inicial, el resultado de dre alcoholista y una madre con un compor-
la confrontación con una realidad penosa para tamiento masoquista en su relación con el es-
él era el enojo, las ausencias y un incremento poso. Lo que llevó a Sara a entrar en psicote-
en su hábitos tóxicos. Se tornaba maníaco, rapia fue su mala relación con la madre y la
omnipotente, llevaba al acto todas sus impul- idea delirante de que el padre odiaba a la ma-
siones, y era imposible sostener con él algún dre, mientras que a ella la quería “ muchísimo”
tipo de diálogo productivo.¿Por qué? Porque (objetivamente, la hacía blanco de sus ataques
confrontarse con una realidad tan penosa, con verbales, sobre todo estando él alcoholizado).
todo lo que había quedado privado, con sus En cada ocasión que alguien le decía que sus
carencias, con el duelo irrealizado por la padres llevaban más de treinta años de casa-
muerte de su padre le resultaba intolerable por dos y parecían tener entre ellos una unión
su indefensión. Al menos en ésa primera etapa afectuosa; Sara comenzaba a delirar y sospe-
de su proceso terapéutico. Esta realidad fácti- char de que estaban complotando para perju-
ca carente de representaciones psíquicas que- dicar su propia pareja. Para ella era la madre,
dó sustituida por el frenesí de la actuación en especial, la que quería dañarla e interferir
maníaca. En éstas ocasiones la confrontación en la relación con su compañero.
no tenía más que el efecto paradojal de incre- Nos comunicó que podía “ controlar” toda “ es-
mentar sus actuaciones. ta situación” con ingestas alcohólicas. Luego
En estos casos, la confrontación es entre una agregó las benzodiacepinas recetadas por su
estructura mental donde hay representaciones médico de cabecera que fueron, en ocasiones,
arcaicas e ideales de la autoridad -–por un la- sustituidas por neurolépticos prescritos por un
do- y una alternativa trófica por otro: una fa- psiquiatra. Sus ingestas alcohólicas adquirían
milia imaginaria no explotadora y que sumi- ribetes de agudeza en aquellos períodos de
nistra cuidados, ayudando al crecimiento per- florecimiento delirante desencadenado por la
sonal de cada uno de sus integrantes y que es- comprobación de que su padre podía querer a
tá representada por el grupo de pares y la Co- su madre sin odiarla.
munidad Terapéutica. ¿ Cómo era la estructura mental de Sara? A
A Esteban debíamos ayudarlo a crear repre- diferencia de Esteban, lo alienado por ella era
sentaciones ligadas al dolor, la pena, lo faltan- el delirio (y no una representación de algo fal-
te, en forma simultánea a brindarle aquéllas tante) de ser la preferida del padre frente a la
“ bruja” de su madre.
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Siguiendo a Freud, se trata de un dato históri- Las Comunidades Terapéuticas son las insti-
co anacrónico que ella no puede integrar a su tuciones indicadas para tratar adecuadamente
vida fantasmática, quedando como “ una pieza lo adictivo que circula en la familia.
adosada” , sin poder subjetivarla.
Lo que inferíamos, por los diferentes datos de Para que la C.T. sea efectivamente terapéutica
que disponíamos, es que se trataba de un in- es necesario analizarla en forma constante del
tento de violación, por parte del padre, durante mismo modo que analizamos la tarea, los gru-
un episodio de alcoholización aguda, cuando pos, las familias y los que concurren para tra-
ella era una niña muy pequeña. tarse.
Sabemos que si no existe la posibilidad de
subjetivar, de apropiarse de la historia (perso- Nos ha resultado útil pensar en lo adictógeno
nal, familiar, social) no hay socialización; y lo psicótico circulando o fijándose en diver-
porque la socialización y la historización de- sas personas o situaciones que entran en crisis
penden de la conservación de la prueba de la (porque son específicamente vulnerables a de-
realidad para que podamos insertarnos en ella terminados conflictos) que hablar del adicto o
como genuinos actores. En ésa situación que de la adicción y la psicosis en forma más abs-
estamos describiendo, Sara no dispone de re- tracta.
presentaciones para ligar a este hecho tan
tóxico para cualquier psiquismo: el intento de El recurso terapéutico de la confrontación in-
violación (o violación) sufrido en su temprana augurado por Chuck Dederich en Synanon no
infancia. La huella de éste acto quedó regis- puede ser empleado en forma indiscriminada
trado en un nivel corporal; pero psíquicamente sin tomar en cuenta la estructura mental del
fue repudiado por Sara volviéndole en su deli- confrontado; para ello es necesario crear un
rio de ser ella, y no la madre, la preferida del espacio de mentalización.
padre. ¿Cómo confrontar en el grupo a ésta
paciente, con ésa estructura mental; con una El Psicoanálisis Ampliado al campo de la
realidad penosa, restituida en forma invertida Comunidad Terapéutica y al proceso terapéu-
en su delirio y encubierta con la adicción al tico que en ella se desarrolla es una herra-
alcohol y las benzodiacepinas? mienta útil para comprender y orientar nuestra
Lograr que Sara fuera a Alcohólicos Anóni- praxis.
mos (AA) significó efectuar todo un recorrido
previo para que aceptara su alcoholismo y pu-
diera hacer su “ confesión pública” . Debimos I.- CASTALIA: Una propuesta terapéutica
crear un espacio psíquico para que Sara pudie- psicoanalítica.
se mentalizar (representar, fantasear) ése
evento doloroso y, por eso mismo, repudiado. Perfil de los pacientes que concurren a
Para esto fue esencial crear condiciones de CASTALIA.
seguridad afectiva, tanto en el grupo como en
la institución, que le posibilitaron un gradual Concurren jóvenes de ambos sexos con sus
acercamiento para captar la significación sim- familias. Predomina el género masculino.
bólica de su adicción al alcohol y las benzo- Diagnosticados como teniendo trastornos psi-
diacepinas. quiátricos graves: psicosis, fronterizos, carac-
teropatías severas con perturbaciones conduc-
A MODO DE CONCLUSIONES. tuales y adicciones o consumo de sustancias
(doble diagnóstico; o co-morbilidad).
Familias altamente disfuncionales; proclives a
Desearía cerrar ésta presentación sintetizando la acción, negadoras, con comportamientos
mis propósitos: violentos o impulsivos.
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Propuesta terapéutica en el contexto psi- crónico (la parte de verdad del delirio) dentro
copatológico mencionado. de la propia vida y transformarlo en un fan-
tasma (algo perteneciente al espacio psíquico).
Porque hay proclividad a la acción, la inme- La dificultad para simbolizar del paciente se
diatez, la adhesividad y simbiosis y predomi- corresponde a una dificultad para simbolizar
na la fragmentación de la psique se trata de: un aspecto del funcionamiento familiar. Lo no
Crear espacios de mentalización por la ten- simbolizable son experiencias traumáticas –
dencia de pasar al acto. para la madre o el padre – que no encuentran,
Realizar síntesis por la fragmentación y ayu- por lo tanto, un lugar para ser integrados al
dar a mantener la vida psíquica (porque ésta funcionamiento de ésa familia.
ha sido repudiada). El espacio de mentalización se va creando al
La propuesta adquiere una dimensión ética modo de una construcción que viene a susti-
(Hinshelwood) ya que se busca “curar” la tuir el delirio por una explicación compartible
fragmentación, desarrollar un espacio psíquico por todos y, por lo tanto, susceptible de cons-
que de cabida a lo propio y a lo diferente y truirse –y ser tratada – como un fantasma.
que permita “reparar” estas fallas (faltas bá- La conflictividad entre los terapeutas – es el
sicas) en la integración del psiquismo. reflejo en el espacio psíquico de la institución
Todo lo que propicie la síntesis y la organiza- – de aquello que el paciente regresivo solo
ción, en este contexto, asume una dimensión puede traer a través de actos que, para él, no
ética ya que apunta a la reunificación del pro- simbolizan nada. Los terapeutas van a ir ocu-
pio ser para darle así, un sentido al consenti- pando – en el escenario institucional – ésos
miento informado, al otro, a lo diferente. lugares que corresponden al “ drama” del pa-
La propuesta terapéutica, vista desde esta ciente y la familia.
perspectiva, nos lleva a organizar las activi- Las reuniones de síntesis del equipo tratante
dades desde esta óptica particular: donde se son el lugar de privilegio para proceder al res-
desestimula la acción por sí misma; donde la cate y construcción de ése espacio psíquico
búsqueda del sentido lleva a que cada activi- faltante. El paciente hace un “ uso de los tera-
dad (desde el comer hasta el proyectar un pa- peutas” para posicionarlos dentro de un esce-
seo) son lugares para la creación de espacios nario montado por él y que él dirige. Nosotros
de reflexión, de espacios psíquicos donde ca- partimos de éste escenario pero nos damos la
da cosa remite a su dimensión simbólica como libertad de modificarlo y de incluir en él nue-
forma de salida de la concretud y del consu- vos personajes que muestran caminos alterna-
mirse como acto puro cortocircuitando las po- tivos al desenlace del drama creado por el pa-
sibilidades mediadoras de la palabra como al- ciente y su familia.
go cargado de sentido y propiamente humano. Una parte muy importante del proceso tera-
péutico – porque alivia las angustias del pa-
Crear espacios familiares para pensar y no ac- ciente y de su familia – es que el terapeuta
tuar ciegamente. asuma el lugar asignado en el escenario crea-
do por el paciente. Esto releva al paciente de
Hay un permanente trabajo de creación y pre- un gran peso. En éste drama y escenario crea-
servación de un “ espacio psíquico” dentro de dos por el paciente y la familia los lugares
la Institución y en sus actividades. asignados son fragmentados y fragmentarios y
Los procesos de subjetivización y de sociali- es por eso que una labor de síntesis que les de
zación son, en sí mismos, un proyecto tera- coherencia y sentido es una parte esencial en
péutico que guarda relación directa con modi- el proceso de ir creando un espacio psíquico
ficar el vínculo perturbado con la realidad ex- para que – en él – puedan ser representados
terna. los conflictos. Despsicotizar sería, precisa-
La subjetivización consistiría en incluir, de- mente, crear entre todos, este espacio para la
ntro de la propia historia el dato histórico ana- mentalización de los conflictos.
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sustancias psicoactivas son utilizadas para su Durante el proceso terapéutico (que puede ser,
mantenimiento. Hemos visto con mucha fre- de acuerdo a los múltiples dispositivos psi-
cuencia como el repudio es sostenido quími- coanalíticos, bipersonal, familiar, de pareja,
camente por el consumo de sustancias aluci- grupal o institucional) se desarrolla una tarea
nógenas; o bien, como la negación maníaca de investigación, en profundidad, sin un límite
es reforzada por el MDMA; o la represión por de tiempo preestablecido, de los procesos in-
la marihuana. conscientes y de sus posibilidades de hacerlos
accesibles a la conciencia para así ampliar su
¿Qué es el consumo compulsivo de sustancias campo y la libertad de opciones.
psicoactivas desde la perspectiva psicoanalí-
tica? Es una situación compleja que ocurre en ¿Cuáles son desde el psicoanálisis, del con-
condiciones ante las cuales se es específica- sumo de sustancias psicoactivas, los indica-
mente vulnerable y que conducen a un acto dores relevantes a investigar? Hay situacio-
sustitutivo de lo que, en otras condiciones, nes específicas ante las cuales somos vulnera-
podría tener representación en el psiquismo bles (los individuos o los colectivos). Son és-
individual o en las producciones imaginarias tas situaciones carentes de representación /
del colectivo institucional o social. El consu- fantasmatización las que debemos investigar
mo compulsivo es, por definición, un acto que en la historia de cada sujeto a través de las ge-
carece de representación mental y que, en su neraciones y en los colectivos que se organi-
reiteración expresa un anhelo de tramitación zan con el propósito específico de tratar éstos
psicológica a través de su comprensión. La problemas.
tarea psicoanalítica consiste, precisamente, en Existen, en nuestra experiencia clínica con
asignarle – junto al paciente – diversos senti- pacientes psiquiátricos consumidores de sus-
dos al mismo en función de la historia perso- tancias psicoactivas, ciertas constelaciones
nal-familiar y de aquéllas situaciones traumá- clínicas que también hemos podido identificar
ticas a las que alude sin encontrarles represen- en procesos psicoanalíticos individuales.
tación. Desde ya aclaro que los comentarios subsi-
Cuando el acto adquiere significación tiene guientes no pretenden reflejar todo el espectro
acceso al mundo psíquico- representacional- de potencialidades adictógenas que tiene el ser
fantasmático. A partir de allí puede ser inclui- humano; pero son válidos dentro del contexto
do en una cadena asociativa y procesado psí- clínico-psicoanalítico al que hacíamos refe-
quicamente. El acto va perdiendo su función rencia.
expresiva y dando lugar a estas alternativas
psicológicas que lo hacen procesable. En aquéllas situaciones complejas donde los
Cuando hablamos de encontrarle un senti- procesos de pensamiento son devaluados,
do y así, posibilidades de representación, concretizados o extremadamente dolorosos, y
aludimos al sentido oculto, inconsciente; por consiguiente, hay un caudal de frustración
aquél que hace del acto un síntoma (es decir, muy grande, constatamos una tendencia a cor-
una formación de compromiso entre un deseo tocircuitar el registro psíquico-
prohibido y una defensa contra su posibilidad representacional-fantasmático y a expresarse a
de expresarse abiertamente, o bien un evento través de actos, al servicio del repudio, nega-
traumático que, por su intensidad provoca un ción o represión de la situción dolorosa. Si a
dolor tal que cortocircuita la posibilidad de ello se agrega una historia familiar-
representarse psíquicamente). transgeneracional donde la forma habitual de
encontrarle un exutorio a ésta problemática es
¿Qué aporta el psicoanálisis a la investiga- apelar a cualquier sustancia psicoactiva (legal
ción del consumo de sustancias psicoactivas? o ilegal); estamos ante una situación de riesgo
El psicoanálisis freudiano es – por definición específico que podemos llegar a identificar y,
– un método de investigación y tratamiento. eventualmente, a evitar su reiteración.
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