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Descubriendo al radioaficionado

Con seguridad que debe haber visto usted a algún operador de


radio en su puesto. Quizá no en la vida real, pero sí en una película de
acción o programa de TV. Delante de su equipo de radio, con los auri-
culares colocados, un micrófono, un manipulador para trasmitir mediante
el Código Morse, un montón de cables y quizá también una computado-
ra.
Y usted habrá observado que el operador estaba muy concentra-
do. Claro, quizá fuera su trabajo. ¿Con quién está hablando?; ¿con un
espía?; ¿con un camionero al volante de un Rastrojero de 100 HP?; ¿con un piloto de un
avión privado en emergencia?; ¿con un tripulante del trasbordador espacial?. Tal vez se
tratara de un radioaficionado pero, ¿qué es un radioaficionado?.
Es una persona que utiliza la radio para comunicaciones bilaterales con sus pares,
ateniéndose a la reglamentación, los modos y bandas del espectro radioeléctrico autoriza-
das por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y las administraciones nacio-
nales. Esta es una definición fría y muy elemental, pues tras ella se esconde un mundo de
posibilidades y, por qué no, de emociones. Aunque la actividad consiste, como dijimos, en
entablar comunicaciones radiales entre personas, es ante todo un servicio de interés pú-
blico y por esta y otras razónes su nombre correcto es Servicio de Radioaficionados de la
UIT. Pero acá no termina la cosa. Significa también instrucción,
es decir, la adquisición de un cuerpo de conocimientos que, su-
perando por mucho el concepto de quienes lo consideran un
mero entretenimiento e insertándose en el contexto social, per-
miten realizar investigaciones y experiencias relacionadas con
las telecomunicaciones.
Antes de proseguir, debemos hablar de la Unión Internacional de Radioaficionados
(IARU en inglés), organización nacida en 1925 y que tiene por meta la promoción de las
comunicaciones entre radioaficionados; el estímulo de acuerdos entre las sociedades nacio-
nales representativas de los radioaficionados sobre asuntos que de interés común; la defen-
sa de los intereses de los radioaficionados en las conferencias internacionales de comuni-
caciones; etc. Las representaciones de cada país ante la IARU son asumidas por las aso-
ciaciones más importantes de cada país, y en el caso de Argentina, por el Radio Club Ar-
gentino, que es miembro fundador.
Los radioaficionados han jugado siempre un papel preponderante en el desarrollo de
las comunicaciones radioeléctricas. A mediados del siglo pasado, el interés comercial que
suscitó este medio, produjo la aparición de grandes empresas y bien equipados laboratorios
de investigación. Es obvio que trabajando en forma individual o en grupos reducidos no es
posible competir con emprendimientos de esa envergadura. Aún así, y en los más recóndi-
tos rincones del planeta, los radioaficionados siguen creando y experimentando mejoras
sobre los sistemas existentes o descubriendo nuevos horizontes para las comunicaciones
por radio.
Hoy hay en el mundo alrededor de dos millones de radioaficionados con licencia ofi-
cial. En Argentina hay 15.000; en Brasil 30.000; 7.000; en México; 55.000 en España;
50.000 en el Reino Unido; 55.000 en Italia; 30.000 en Canadá; y en los EE.UU. 650.000. Y
¿qué tenemos en común?. Son aficionados a la comunicación por radio y lo hacen entre
ellos, y cuando decimos ellos, nos podemos estar refiriendo a un marroquí, o un indonesio,
o un japonés, o un escoses, o quizá alguien que está en el mismísimo Polo Sur u orbitando
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alrededor del planeta Tierra en una nave espacial. La pasión de la radioafición es provocada
por un virus que tenemos la esperanza que lo contagie también a usted. Pero, por favor, no
se vacune antes de terminar de leer todo el texto.

3. - ALGO DE HISTORIA.

La radioafición comenzó en la década del 20 y tuvo varios antecedentes: las señales


sonoras de los tambores africanos, las de humo de los indios, las de los banderilleros nava-
les, los telégrafos del español Agustin de Betancourt y Molina y
del frances Chappe, las investigaciones de Maxwell y Hertz, la
invención de Samuel Morse y los trabajos de Guillermo Marconi.
A partir de estos últimos, las comunicaciones crecieron a un ritmo
tal, que el aumento explosivo del número de aficionados hizo ne-
cesario que las administraciones nacionales optaran por otorgarle
a cada uno un indicativo que consistía en una cifra y dos letras, lo
que les permitía identificarse e identificarlos y también establecer
algún tipo de control sobre las emisiones, que hasta ese mo-
mento se efectuaban en forma desordenada. En cada enlace que
realizaban, los interlocutores intercambiaban sus indicativos. Este
sistema, con algunos cambios, se mantiene hasta hoy, y ha sido
diseñado de tal manera que nos permite también saber a que
país pertenece nuestro corresponsal. Los radioaficionados nos conocemos más por el indi-
cativo que por el nombre; pero ya volveremos sobre este tema.
En 1922, Marconi realizó el primer enlace bilateral transatlántico, pero la radio había
sido usada ya, entre otras cosas, en el salvataje del Titanic en 1912; si no nos creen, pre-
gúntenle a Leonardo Di Caprio. Con el correr del tiempo, las comunicaciones, como ciencia,
se desarrollarían más orgánicamente y los radioaficionados participarían activamente en su
evolución técnica. Sus trabajos contribuyeron en alto grado a convertir a la radio en lo que
hoy conocemos pero, hay un detalle revelador: a diferencia de las empresas, los radioaficio-
nados, tanto en forma individual como colectiva, actúan desinteresadamente, cubriendo de
sus propio peculio todos los gastos que les demanda la investigación.
Los primeros enlaces o comunicados, se hicieron utilizando la radiotelegrafía en base
al Código Morse, que consiste en combinaciones de puntos y rayas que se trasmitían ma-
nejando lo que hoy se llama un manipulador. Cada una de esas combinaciones representa
una letra, número o signo de puntuación. Es probable que usted haya oído hablar de él; ya
volveremos más adelante sobre este tema. Unos años después, apareció la radiotelefonía,
por la que se accedió a los contactos por medio de la voz. Este fue un paso muy importante
pues permitió el funcionamiento de las que hoy conocemos como broadcasting o estación
de radiodifusión, o simplemente estaciones de AM o FM. Como dato ilustrativo le contamos
que la primera transmisión de un programa musical, realizada en el mundo y precursora
de las broadcastings, se efectuó en nuestro país el 25 de agosto de 1920, cuando varios
radioaficionados trasmitieron la ópera Parsifal desde la azotea del teatro Coliseo. A partir de
ese momento, este grupo fue conocido como “Los muchachos del Coliseo” o ”Los locos de
la azotea”.
La posibilidad de la comercialización de las trasmisiones de radio hizo que su evolu-
ción recibiera un gran impulso; aparecieron la FM, las microondas, la TV, etc., etc. El
Sputnik, primer satélite artificial terrestre, lanzado en 1957, llevaba un equipo de radio que
emitía un bip-bip regular que permitió a quienes lo lanzaron y a los radioescuchas y radioafi-
cionados de todo el planeta, identificarlo fácilmente y seguir su trayectoria. Quienes escriben
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este trabajo que usted está leyendo, tuvieron la suerte y la gran emoción de poder escu-
charlo. Este hecho abrió la gran vía de la comunicación espacial. Ahora se puede telefonear
a El Cairo o a Mexico como si fuera una comunicación local. Las distancias se han achica-
do; el resto del mundo está ahora mucho más cerca. Y no cabe ninguna duda de que los
radioaficionados tuvieron un papel de privilegio en todas las etapas de este desarrollo.

4. - CÓMO FUNCIONA LA RADIO.

Usted, de alguna manera, ya está familiarizado


con las comunicaciones. Quizá tenga un teléfono ce-
lular o esté abonado a INTERNET, pero no le vamos
a explicar la teoría del campo electromagnético, fun-
damento de las comunicaciones, ni tendrá que hacer
un curso de Física o de Electrónica, pero sí son nece-
sarios algunos conocimientos básicos.
Para efectuar un enlace de radio cada aficionado debe tener dos dispositivos: un
trasmisor y un receptor. Usualmente estos vienen incluidos dentro de una misma caja metá-
lica o gabinete y esta combinación recibe el nombre de transceptor. Cada transceptor debe
estar conectado a su propia antena. La trasmisión consiste en generar un campo electro-
magnético que permita que las señales se trasladen de una antena a otra. Para que estas
señales puedan viajar por el éter, el trasmisor las codifica pero, ¡no se preocupe!, el receptor
de su corresponsal se ocupará de decodificarlas automáticamente de manera que éste po-
drá escuchar su voz o los puntos y rayas del Código Morse que usted le envía, en el par-
lante de su transceptor. Además, esta información que se intercambia, viaja a la velocidad
de la luz, 300000 Km. por segundo. ¿Qué más se puede pedir?. Pero puede estar seguro
que habrá más; el progreso no se detendrá y usted puede ser protagonista privilegiado de
esa epopeya.
En resumen, el principio es el mismo que le permite a usted escuchar música en su
estación de FM preferida, ver una imagen de TV, hablar por teléfono con un amigo en las
islas Fidji, o chatear con alguna señorita en Montevideo. Claro está que no todos los trasmi-
sores y receptores son iguales; cada uno debe adecuarse al tipo de emisión que se utilice,
aunque los que usamos los radioaficionados reúnen varias de estas opciones, a las que se
llama modos.
Es obvio que desde el viejo trasmisor radiotelegráfico de nuestros ancestros a, por
ejemplo, los modernos sistemas de trasmisión por láser, la técnica a evolucionado mucho,
pero los radioaficionados han generado y acompañan esa evolución.

5. - LOS MODOS DE TRASMISIÓN.

Un modo, ya lo hemos dicho, es el sistema que se utiliza para


trasmitir la información. Es obvio que si usted tiene que trasmitir música
no podrá hacerlo utilizando los puntos y rayas del Código Morse. Por
otra parte, la voz humana, durante una locución normal, ocupa una ga-
ma de frecuencias ( o ancho de banda) muy estrecha. En cambio la mú-
sica utiliza una mucho más extensa, es decir, necesita más fidelidad y
por esto se trasmiten en modos diferentes.
Concretamos: la gama de frecuencias necesaria para trasmitir una información, se
denomina ancho de banda, y para su mejor comprensión le proponemos un sencillo experi-
mento; llame aun amigo que tenga teléfono celular y pídale que prenda su equipo familiar de
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radio, que sintonice una estación de FM que esté trasmitiendo música y que coloque el ce-
lular delante del parlante a un volumen adecuado para que usted pueda escuchar sin incon-
venientes. Será notorio que la calidad de la música que usted recibe por este medio no es la
misma que si estuviera escuchando directamente en el receptor de radio; le faltarán graves
y agudos. Y esto se debe a que la red telefónica está diseñada con un ancho de banda tal
como para que sólo la palabra sea inteligible y no para trasmitir música como las estaciones
de FM. Repetimos, trabajan en modos diferentes.
A grandes rasgos, los modos en uso en comunicaciones inalámbricas son: la Radio-
telegrafía o CW, que se conoce técnicamente como A1A; la Modulación de Amplitud o AM,
(A3E); la Banda Lateral Única o BLU, (J3E); la Modulación de Frecuencia o FM, (F3E); la
Televisión de Barrido Lento o SSTV, (A3F) y el Radioteletipo o RTTY, (F1). Los radioaficio-
nados pueden trasmitir en cualquiera de estos modos.

6. - EL ESPECTRO RADIOELÉCTRICO.

No se trata de ningún fantasma. Es sólo el mapa de la distribución de frecuencias uti-


lizadas en las comunicaciones radioeléctricas. Usted sabe que Radio 10 emite en 710 KHz y
que la Rock & Pop en 88.7 MHz. Se dice entonces que emiten en frecuencias diferentes.
¿Qué es esto de KHz y MHz?. Son unidades de medida de frecuencia,
múltiplos del Hertz (Hz). K significa kilo, o mil, y M, mega, o un millón, y
además está Giga (G), que es mil millones.
El espectro radioeléctrico va desde 3 KHz a 300 GHz, es decir,
esta es la gama de frecuencia asignada a las comunicaciones radioeléc-
tricas. A lo largo de esta gama se instalaron los diversos servicios de co-
municaciones y los segmentos que son utilizados por cada uno de ellos
reciben el nombre de bandas. Para los diferentes servicios hay una asignación de frecuen-
cias efectuada por la UIT, en el cual están representadas todas las naciones interesadas
Así, escucharán hablar de las bandas de broadcasting tanto de onda larga como corta, la de
FM, la marina, la de TV, las de VHF y también de las de los radioaficionados. Está claro que
para que estos puedan coexistir sin molestarse estas asignaciones deben ser respetadas
escrupulosamente, cosa que no siempre sucede; pero esta es harina de otro costal.

7 - LA LICENCIA DE RADIOAFICIONADO.

La autorización que la administración de cada país concede a los ra-


dioaficionados, se denomina licencia de radioaficionado o simplemente li-
cencia. Esta les concede la facultad de efectuar trasmisiones, tanto locales
como internacionales, y fija mediante una reglamentación las condiciones
mínimas en que deben desarrollarse. Pero para acceder a la licencia habrá
previamente que rendir un examen, pues la actividad debe estar necesaria-
mente acotada en virtud de que las comunicaciones electrónicas son hoy en
día de uso multitudinario y la incorrecta operación o funcionamiento de los equipos de que
se manejan puede representar un grave perjuicio para las comunicaciones en cualquiera de
los servicios, incluidos aquellos que atañen a la seguridad nacional; por estas razones se
nos requiere un mínimo de conocimientos. Así es que existe una Reglamentación que hay
que observar y esta incluye los exámenes que mencionamos. No frunza el ceño, pues si
usted quiere conseguir la habilitación para conducir un vehículo en cualquier jurisdicción del
país, deberá primero aprender a conducir, conocer el Reglamento de Tránsito y luego apro-
bar el examen habilitante.
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La concesión de la licencia incluye el otorgamiento de una señal distintica (call signal)
que en Argentina está compuesto por un prefijo que comenzará con las letras LU o LW, AZ,
L2, según lo indica la legislación internacional. Luego de estas letras sigue un número y a
continuación dos o tres letras más, llamadas sufijo, que se otorgan siguiendo un orden. En
la Argentina, la primera de las letras del sufijo indica la división política en la cual está ubica-
da su estación. Por ejemplo: LU1AA sería la primer licencia correspondiente a nuestro país.
La primera A después del sufijo significa que pertenece a una estación ubicada en la Capital
Federal. Si comunicamos con LW3QU, sabremos que la estación está en San Luis y LU6XQ
en Tierra del Fuego. Cada administración nacional tiene la potestad de organizar los sufijos
como mejor lo crea y en algunos casos el indicativo puede comenzar con un número; tal es
el caso de Libia a quien le corresponde 5A.

8. - LAS CATEGORÍAS.

En todos los países hay varias categorías de aficionados. En el nuestro


existen cinco: Inicial, Novicios, Intermedia, General y Superior. La Categoria
Especial es una especie de distincion honorifica. Con algunas excepciones,
todo el mundo comienza por la Inicial y va escalando posiciones hacia las otras
categorías. Para acceder a cada una de ellas hay que rendir un examen y para
las tres últimas hace falta tener cierta antigüedad en la anterior. Esto se debe a
que en las tres primeras hay ciertas restricciones en lo que al uso de potencias, bandas y
modos se refiere, las que se van levantando en la medida que el aspirante incorpora prácti-
ca y conocimientos y rinde los exámenes correspondientes. Una vez llegado a la Superior se
tendrá pleno acceso a todas las posibilidades permitidas por la reglamentación.

9. - LAS ACTIVIDADES DEL RADIOAFICIONADO.

En principio, usted podrá comunicar con un corresponsal en


cualquier lugar del mundo y charlar con él de cualquier tema, mientras
se respeten las buenas costumbres y no se traten temas religiosos, ra-
ciales, políticos, o que menoscaben el poder público. Las licencias son
otorgadas en primer lugar para poder realizar comunicaciones o investi-
gaciones relacionadas con la Electrónica u otras ciencias afines.
En ciertos países los radioaficionados pueden conectar sus equi-
pos de radio a la línea telefónica, de manera tal de permitir el contacto
con personas que no son radioaficionados pero que por razones huma-
nitarias o eventos de la Naturaleza requieren algún tipo de auxilio con
urgencia. Es así que en la reglamentación de nuestro país se contem-
pla esta eventualidad en circunstancias tales como catástrofes natura-
les, pero en estos casos está estrictamente prohibido su uso para enta-
blar conversaciones sobre temas personales.
Queda claro que los comunicados se efectúan esencialmente para experimentar o
charlar acerca de cuestiones técnicas: Electrónica; Informática; comunicaciones satelitales;
equipos de radio; antenas; accesorios; condiciones de propagación de las ondas de radio
que, como veremos, sufren fluctuaciones de acuerdo a parámetros astronómicos, y una
multitud de temas más como pueden ser la filatelia o la música, las profesiones de cada co-
rresponsal o las características y actividades del lugar o la zona en que se vive.
Usted podrá viajar sin levantarse de su asiento, y viajar significa aprender. ¿Cuál es la capi-
tal de Pakistán?; ¿donde queda Spratly?; ¿cuáles son las principales actividades productivas
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de Uganda?; ¿cuántos habitantes tiene Ulaan Baator?, etc. Nada mejor para mejorar sus
conocimientos de Geografía. Si usted le interesa la filatelia, le contamos que tendrá una
buena fuente de sellos en los sobres que, como ya veremos, le llegarán del mundo entero, y
como además hay muchos radioaficionados que son filatelistas, podrá iniciar intercambio
con ellos.
Pero para un espíritu inquieto, como suponemos que es el suyo, podríamos decir que
la comunicación es un poco el resultado del radioaficionado, ya que podrá optar por discutir
una cuestión técnica con amigos ubicados a corta distancia o trascender nuestras fronteras
para aprender acerca de países que le son desconocidos e informar acerca del nuestro; pe-
ro cualquiera que sea la modalidad que escoja, el tráfico será siempre una fuente de placer
cotidiano, pues nos permite acceder a un mundo ilimitado de información.
La experimentación es apasionante, aunque requiere paciencia y sentido de la obser-
vación. Pero hay muchísimo para investigar y experimentar y aunque esto dependa de los
medios que dispongamos para hacerlo, siempre habrá un tema sobre el cual poder trabajar.
Los resultados suelen excitantes pues si su interés se centra en la técnica, encontrará mate-
rial de sobra.Ya se trate del funcionamiento o ventajas de una determinada antena sobre
otra; la elección de la banda y horario para poder conectarse con determinado país; el uso
de un determinado circuito para reducir al mínimo las interferencias sobre sus contactos;
etc., etc.

10. - CÓMO EMPEZAR.

Hay algunos aficionados a la radio que no son radioaficionados; es decir, que no tie-
nen licencia de radioaficionados. Poseen un receptor y su placer consiste en escuchar, tanto
a radioaficionados, como a estaciones comerciales de radiodifusión. Se denominan Ra-
dioescuchas y suelen también agruparse en instituciones. Es un pasatiempo agradable y no
implica sujetarse a ninguna reglamentación. Algunos de ellos tienen una tarjeta QSL de la
que hablaremos más adelante, con un indicativo indentificatorio del
mismo tenor que los radioaficionados, usada para enviarle a las es-
taciones escuchadas, con información de en qué fecha hora y con-
diciones las recibieron. Estos datos son muy apreciados por los di-
rectivos de las radioemisoras, pues les dan una idea de dónde y en
qué forma se están recibiendo las señales. Muchos radioaficionados
fueron radioescuchas antes de obtener su licencia y en algunos paí-
ses, la reglamentación dispone como requisito indispensable que antes de solicitar la licen-
cia de radioaficionado el solicitante trabaje un tiempo determinado como radioescucha.
Después de haber leído todo lo anterior, usted se pregunta-
rá cómo puede hacer para comenzar con esta fascinante activi-
dad. Bien, lo primero que debe hacer es informarse. Si conoce
algún radioaficionado, hable con él y solicítele toda la información
necesaria. Si no tiene esta posibilidad, visite un radioclub; allí lo
asesorarán y le mostrarán los equipos que tienen en su estación
de radio y quizá realicen algún comunicado para mostrarle a usted
cómo es la cosa. Probablemente hasta le permitan concurrir poste-
riormente a hacer escucha y conocer con más precisión como se
desarrolla el tráfico entre radioaficionados. La escucha es fundamental. En el Apéndice de
este trabajo encontrará algunas direcciones de radioclubes.

11. - LOS EQUIPOS DE RADIO.


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La elección está condicionada al presupuesto de cada uno, y aunque el equipo puede


ser nuevo o no, antes adquirir cualquiera de una de las dos categorías le aconsejamos ha-
cerse asesorar por alguien que tenga sólidos conocimientos
del tema. Es aconsejable realizar montaje por uno mismo,
asistido por un aficionado con mayor experiencia. El armado
deun transceptor 49er, la expresion basica para Morse, es de
muy bajo costo y no obstante su diseño basico y limitaciones,
permite transmitir y recibir a gran distancia en ese modo.
También existe el proyecto GACW 40m compuesto de un
transmisor y un receptor para la banda de 40 metros, que
puede ser construído por principiantes y expertos. El precio de los transceptores comercia-
les nuevos, tambien pueden obtenerse usados a menor precio, va desde us$ 1000 hacia
arriba y cualquiera sea el que usted adquiera deberá sumar los gastos de adquisición e ins-
talación de la antena, que pueden ser reducidos. Hay muchos tipos de ellas pero en general
habrá que suspenderla o colocarla al menos en una torre o mástil si es que usted no tiene la
posibilidad de colgarla entre dos edificios, árboles o postes que estén ya instalados. Más
adelante hablaremos con más detalle de este tema, que merece un parágrafo aparte.
En cuanto a los transceptores de HF,
es decir que pueden operar hasta 30 MHz,
casi todos tienen la misma potencia, pero el
precio dependerá de la gama de opciones
que brinden, las que pueden ser muy varia-
das. Hay en el mercado marcas muy con-
fiables que ofrecen modelos cuyo precio
varía en relación con la cantidad de opcio-
nes a que nos referimos anteriormente.
Los de VHF, operan en bandas que
están entre 30 y 300 MHz. Estas son las de
50, 144 y 220 MHz, aunque la primera no
es considerada totalmente una banda de
VHF pues tiene ciertas características que la acercan a la HF. Estos equipos, que usual-
mente son monobandas o bibandas, es decir, que trabajan en una o dos de estas bandas,
son más baratos, y las antenas que se usan para estas frecuencias son muy parecidas a las
que se usan en la recepción de estaciones de TV. Si tiene los conocimientos necesarios,
podrá fabricarlas usted mismo, lo que le deparará una gran satisfacción, pero de todas ma-
neras se pueden adquirir antenas comerciales pues las que se ofrecen para estas frecuen-
cias no son caras. Hay también equipos para las bandas de UHF, pero son de uso menos
frecuente.

12. - LA ANTENA.

Es el principal elemento de la estación. A punto tal que es corriente afirmar que


ninguna estación de radio es mejor que su antena. Es el colector de las señales que surcan
el espacio y el encargado de enviar las suyas al aire. Y aquí debemos aclarar algo impor-
tante: no es necesario que sea grande ni costosa. Antes de confeccionar o adquirir una de-
ben examinarse todas las posibilidades que ofrecen.
La antena más simple recibe el nombre de dipolo y consiste en un conductor de cobre
de una longitud que tiene relación con la frecuencia a la que se va a operar, con un aislador
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en cada extremo y un simple dispositivo en el centro para poder conectar el cable que le
llega desde el transceptor. No por sencilla y barata deja de ser eficiente, pero hay que ten-
der el conductor lo más alto posible, tratando de que quede en lugar despejado y alejada de
las líneas de conducción domiciliaria de energía, de cables telefónicos o de CATV, y edifi-
cios altos.
Como soporte se podrán usar torres metálicas, mástiles, postes, árboles u edificios.
Desde ya le avisamos que difícilmente se puedan conseguir condiciones ideales para mon-
tar un dipolo, especialmente para las bandas de frecuencia más bajas. No desespere. La
enorme mayoría de los radioafi-
cionados tiene problemas con
este tema pues lo corriente es
que vivan en ciudades y ocupen
lotes pequeños que difícilmente
reúnan las condiciones necesa-
rias para una instalación ideal.
Pero es conveniente aguzar el
ingenio y explorar todas las va-
riantes.
Las antenas para las ban-
das de frecuencia más altas de
HF, y las de VHF y UHF, pueden
ser del tipo denominado Yagi, las
que necesitan un solo soporte, ya
sea una torre o un mástil. Si es una torre, puede ser autoportante o no, es decir, deberá ser
lo suficientemente sólida para que se pueda prescindir de asegurarla con riendas o habrá
que colocárselas para que el viento no la derribe. En cuanto a los mástiles deberán usual-
mente tener riendas. En estas instalaciones hay que tener muy en cuenta el factor seguri-
dad. Las Yagi son antenas direccionales, es decir que pueden ser apuntadas hacia la esta-
ción de nuestro corresponsal, para lo que será necesario colocar un motor, o rotor, a fin de
poder girarlas.
En las frecuencias más altas como las de VHF o UHF, ya dijimos que la altura de la
antena es un factor importante. Cuanto más alta mejor, y debemos hablar de no menos de
15 metros. Si bien las antenas son más pequeñas, es decir que presentan menor resistencia
al viento y las torres no necesitan, hasta cierta altura, contar con riendas, es mejor si las tie-
nen. Todos estos inconvenientes tienen un lado bueno. La experimentación con antenas es
fascinante e ideal para el trabajo y la investigación grupal.

13. - EL INGLÉS, EL CÓDIGO Q Y EL ALFABETO FONÉTICO INTERNACIONAL.

Ya se habrá planteado usted, inteligente lector, cómo hará


para entenderse con colegas que no son hispanohablantes. Có-
mo hacer para entenderse con un holandés?; ¿cómo hacen los radioaficionados que hablan
diferentes idiomas para poder entenderse?. La respuesta es simple, utilizan el idioma Inglés.
Como dice un conocido autor, “el Inglés, gústenos o no, es el idioma de la radio, como tam-
bién lo es de la mayoría de las ciencias, y en las comunicaciones presenta, debido a su uni-
versalidad y difusión, innumerables ventajas que no creemos necesario explicar y que serán
evidentes en la medida que se avance seriamente en la práctica de la radioafición”. Pero ya
veremos más adelante que no es necesario que usted hable Inglés de corrido; con el que
aprendió en la escuela y coreando a Kiss o a los Rolling Stones será suficiente.
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Quizá usted haya escuchado, sin saberlo, algo del Código Q. Es un código de grupos
de tres letras que empiezan siempre con una Q; inicialmente diseñado para ser usado en las
comunicaciones mediante el codigo Morse, ahora es am-
pliamente utilizado en todos los servicios de comunicacio-
nes radioeléctricas. Por casualidad, ¿no ha escuchado nunca a un conductor de taxímetro o
de remisse comunicarse con su base y decir QSL o QTH?. Sí?. Bien, QSL quiere decir
“comprendido” y QTH, “domicilio”. Es un código muy útil y sencillo ¡y los significados son los
mismos para todos los idiomas!.
De ahí que para entenderse con un holandés, un paquistaní o un nigeriano, no le será
necesario aprender ninguno de los tres idiomas, aunque si usted pretende entablar una con-
versación de largo aliento, deberá tener al menos conocimientos elementales de Inglés.
Tenga en cuenta que en Europa, por ejemplo, la mayoría de las escuelas son bilingües y
esa modalidad se está extendiendo por el mundo civilizado.
Si para indicarle a su corresponsal en qué lugar vive tuviera que decirle en Inglés, “I
live in Rosario city”, usando el Código Q será suficiente con “My QTH is Rosario city”. Me
dirá usted, con razón, que no hemos ahorrado mucho texto. Pero si quiere saber si su co-
rresponsal puede escucharlo en 14025 KHz, debería preguntar “¿can you listen on 14025?.
Usando el Código Q será suficiente con “QSX 14025?”. Esto ya está mejor, hemos elimina-
do dos verbos, un pronombre y una preposición. Pero vea que práctico: para decir que usted
va a escuchar en 14025 KHz, bastará sacar el signo de interrogación, decir sólo “QSX
14025” y listo.
El Alfabeto Fonético Internacional es otra herramienta que ayudará a simplificar los
comunicados. Si debe decirle a su corresponsal inglés que usted vive en la calle Rivadavia,
es muy probable que éste no pueda discernir cómo se escribe esta palabreja, pues las pro-
nunciaciones de las vocales son diferentes en Inglés que en Castellano y quizá para hacer-
se entender usted tendría que pronunciar algo así como “Raivadavaia” a fin de que su inter-
locutor tenga una idea aproximada, y eso siempre que éste tenga moderados conocimientos
de Inglés.
Pero si usted se la deletrea, será mucho más fácil para ambos. Para evitar confusio-
nes en los deletreos, se usa el Alfabeto Fonético Internacional, que consiste en identificar
cada letra con una palabra que comience con ella. Por ejemplo, si usted le dice “Rivadavia
como ROMEO, INDIA, VÍCTOR, ALFA, DELTA, ALFA, VÍCTOR, INDIA, ALFA”, el fulano
sabrá cómo se escribe y, luego, ¡que la pronuncie como quiera!. Para cada letra se usa
siempre la misma palabra, es decir, la A será siempre ALFA; la G, GOLF; la R, ROMEO,
etc., y si su indicativo es, por ejemplo, LU1YFC, será siempre LIMA UNIFORM ONE
YANKEE FOXTROT CHARLIE, y aunque usted se llame Héctor, será conocido en todo el
mundo por su indicativo de radio más que por su nombre de pila. Esto es lógico, pues su
indicativo es único y por el contrario, puede haber miles de radioaficionados llamados Héc-
tor.
Si está comunicando con un corresponsal hispanohablante, podrá decir LIMA
UNIFORM UNO YANKEE FOXTROT CHARLIE. Estas palabras que forman el código han
sido seleccionadas entre muchas otras porque se supone que ofrecen menores posibilida-
des de confusión con otras parecidas.

13. - LA RADIOTELEGRAFÍA O CW.

Ya le mencionamos que el CW se trasmite mediante el Código


Morse, que es un código en que las letras, los números y los signos
de puntuación están formados por rayas y puntos. Quizá haya oído
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hablar de la conocida señal internacional de auxilio SOS. En el Morse, la S tiene tres puntos
y la O tres rayas, así que SOS sería tres puntos, tres rayas, tres puntos. Se ha elegido esta
combinación porque tiene un sonido muy particular que disminuye las posibilidades de con-
fundirla con otras, especialmente cuando hay alguna dificultad en su recepción. Como dato
útil, le contamos que en telefonía la señal internacional de auxilio es MAYDAY.
La unidad base de tiempo del Morse es siempre la duración de un punto. El espacio
entre dos o más elementos que forman una letra, número o signo de puntuación, tiene
siempre la duración de un punto. El espacio entre letras es de tres puntos y el espacio entre
palabras es de siete puntos. La duración de un punto y por lo tanto las de la raya y el espa-
cio, depende de la velocidad a la que usted esté trasmitiendo, pero siempre tienen que
guardar la misma relación.
Le dijimos también que estos puntos y rayas se trasmiten usando un manipulador,
que no es más que un interruptor o llave construido de tal manera que pueda ser operado
cómodamente con la mano. En los manipuladores llamados verticales, que ya están casi en
desuso, hay una especie de palanca con una perilla en el extremo más cercano al operador,
dispuesta de tal manera que cuando usted hace presión con la mano sobre ella hacia abajo,
el manipulador cierra el circuito y el trasmisor envía una raya o un punto al aire. Cuando us-
ted disminuye la presión sobre la perilla, esta sube
impulsada por un resorte colocado para ese fin, y el
circuito se interrumpe, produciéndose un espacio.
Esto parece complicado, pero es como tocar un
timbre y estamos seguros que usted sabe hacerlo.
Sí señor, con un timbre es perfectamente posible
trasmitir el Morse. Hay otros tipos de manipulado-
res muy en boga en la actualidad, con llaves espe-
ciales que conectadas a circuitos electrónicos pro-
ducen casi a la perfección puntos, rayas y espacios
automáticamente. En otros casos, también podrá
usarse el teclado de una computadora, obviando la
llave.
¿Por qué razón hemos comenzado la des-
cripción de los modos con el CW?. Bueno, en principio porque es el modo más antiguo de
trasmisión inalámbrica. Inalámbrico significa que entre el trasmisor y receptor no hay ningu-
na conexión física. Además es el más efectivo, pues para la misma potencia, el CW es mu-
cho más inteligible que la telefonía. Y como si esto fuera poco, ocupa un ancho de banda
menor que ésta, lo que significa que en un determinado segmento del dial podrán efectuarse
simultáneamente, sin molestarse, sin interferirse, muchas más trasmisiones simultáneas de
CW que de Telefonía. Todas estas ventajas hacen que tengamos al CW en alta considera-
ción pero, por supuesto, el aprendizaje del Código Morse requiere un pequeño esfuerzo per-
sonal, aunque este se verá rápidamente recompensado por la facilidad de la comunicación y
el placer de entrar en un mundo nuevo.
Como con la música, todo oído debe ser educado y esto requiere práctica. El período
de aprendizaje se relaciona obviamente con el tiempo que se le dedica., aunque este de-
pende también de las condiciones personales de cada uno; pero en general puede andar
alrededor de las seis a diez horas semanales.
Para algunos resulta suficiente una práctica de dos o tres meses; a otros les costará
más, pero existe la ventaja de que una vez llegado a una velocidad que se considera la mí-
nima razonable para poder efectuar comunicados y obtenida la imprescindible licencia de
radioaficionado, la práctica se puede proseguir “en el aire”, es decir, con contactos reales
11
con otros colegas, lo que permitirá aumentar la idoneidad del operador mientras al mismo
tiempo practica su entretenimiento; y esto resultará muy gratificante. Para comenzar, será
necesario llegar a una velocidad de trasmisión de alrededor de 10 palabras por minuto
(ppm). Los operadores entrenados lo hacen a 20, 30 o más y hay algunos dotados que pue-
den hacerlo hasta a 60 ppm, pero eso viene usualmente con el tiempo y la práctica. Aquí
también se usan el Inglés y el Código Q.

14. - LA RADIOTELEFONÍA (AM, BLU Y FM).

Para operar en telefonía se usa directamente la palabra. Como calculamos que usted
sabe hablar desde su más tierna infancia, entendemos que no le resultará difícil.
Hay tres modos básicos para operar en telefonía: la Modulación de Amplitud (MA o AM), la
Banda Lateral Única (BLU o SSB) y la Modulación de Frecuencia (MF o FM). La Modulación
de Amplitud, sistema que usan también las radioemisoras de Onda Media tales como las
conocidas El Mundo, Continental, Rivadavia, etc., y también la enorme mayoría de emisoras
comerciales de Onda Corta, fue utilizada masivamente por los radioaficionados hasta la dé-
cada del 50; luego su popularidad comenzó a decaer en favor de la Banda Lateral Única.
Este ultimo modo presenta ventajas importantes con respecto a la AM: menor con-
sumo (y por lo tanto menor tamaño del equipo), menor ancho de banda, mayor inmunidad a
las interferencias y ruido, etc., lo que permitió que proliferara rápidamente y se transformara
en el usual en contactos en telefonía.
En épocas más o menos recientes algunas administraciones privilegia-
ron la economía de espectro a la operación y experimentación de un
modo pionero que diera nacimiento a la fonía por lo cual el modo AM ha
sido confinado a sólo a unas pocas de las bandas que tenemos asigna-
das, pero hay un número importante de aficionados que lo siguen usan-
do para sus contactos y resulta un paso valioso para la experimentación
utilizando elementos simples que se obtienen con facilidad de un re-
ceptor TV que ha sido descartado.
El modo BLU o SSB, repetimos, es el más popular. A los efectos
de la operación es similar a el AM y las diferencias están en los sistemas de generar la ra-
diofrecuencia , que así se llama lo que producimos en nuestros equipos para enviar a la
antena. Esta, al circular por la antena, produce el campo electromagnético que permite la
comunicación.
El modo FM, que es más conocido por la existencia de una banda otorgada a emiso-
ras comerciales y por ser usado también para trasmitir el audio de las emisoras de TV, está
confinado, por razones técnicas, a las bandas de frecuencias más altas. Sus cualidades
principales son su alta inmunidad al ruido interferente y la posibilidad de trasmitir audio de
mucha calidad, es decir, su mayor ancho de banda, pero la distancia que cubre es menor
que la de las conseguidas por las trasmisiones de HF.

15. - LAS TRASMISIONES DIGITALES.

La información puede ser enviada también bajo la forma de men-


sajes escritos y para ello se usan técnicas digitales. Hasta hace relati-
vamente poco, el tráfico intercambiado se recibía en ruidosas máquinas
similares a las de escribir, pero ahora estas han sido reemplazadas por
silenciosas computadoras. Se pueden establecer contactos bilaterales o
12
usarse sólo para la recepción de boletines y otros tipos de informaciones útiles.
Las técnicas más modernas, tales como la llamada trasmisión por paquetes o Packet
Radio (algo parecido a los e-mail de Internet), pasaron rápidamente del estado de experi-
mentación al uso cotidiano, formando inmensas redes que permiten intercambiar informa-
ción utilizando otras estaciones como postas o radiobuzones.

16. - EL FACSÍMIL O FAX.

Permite trasmitir texto, gráficos, cartas, esquemas, fotografías, etc. Muchos aficiona-
dos recogen información usando este modo, incluyendo mapas meteorológicos enviados por
satélites, lo que les permite confeccionar sus propios pronósticos. También se pueden obte-
ner cartas de navegación marítima o aérea.

17. - LA TELEVISIÓN DE BARRIDO LENTO O SSTV.

Los radioaficionados están también autori-


zados a trasmitir imágenes. No entraremos en
detalles demasiado complejos pero, en ondas
cortas y con muy pocos elementos se pueden in-
tercambiar imágenes fijas de un extremo al otro
del mundo..
En UHF se pueden realizar trasmisiones de
TV en color. El alcance, por ahora, es mucho más
limitado que en los otros modos. Lamentamos comunicarle que no se trata de trasmitir
westerns o dibujos animados; sólo se trata de información relacionada con nuestra activi-
dad. Contrariamente a lo que podría pensarse, un conjunto receptor/trasmisor de TV es más
fácil de construir y poner a punto que un equipo de alta calidad para establecer comunica-
ción por telefonía.
Usando la SSTV usted podrá ver, si se anima, la cara de su corresponsal situado a
varios miles de kilómetros de distancia. Esta técnica se ha desarrollado vigorosamente en
los últimos años gracias a las computadoras personales. Los circuitos llamados interface
permiten trasmitir y recibir faxes y SSTV con muy poco gasto extra y el software se consigue
frecuentemente en shareware.

18. - LAS FRECUENCIAS MÁS ALTAS.

En sus principios, la radio utilizó casi exclusivamente lo que se co-


noce como ”onda corta”, con sus ventajas y desventajas. Pero para con-
tactos a corta distancia es posible utilizar las frecuencias más altas, VHF
(very high frequency) o UHF (ultra high frequency). En teoría, estas ondas
se propagan en línea recta y llegan “hasta donde alcanza la vista”, es de-
cir, son de alcance óptico. Las emisoras comerciales de FM trabajan en el
rango de las VHF, por lo tanto sus antenas se montan a la mayor altura posible a fin de ob-
tener más alcance y evitar que la perjudiquen los accidentes geográficos o edificios. A usted
le habrá sucedido que mientras viajaba en automóvil y teniendo sintonizada una estación de
FM, en algunos lugares ésta dejó de escucharse para reanudarse pocos metros más ade-
lante o al dar vuelta una esquina. Una emisora de AM de potencia similar, situada en la
misma ubicación física de la de FM se escucharía sin este tipo de inconvenientes y a mucha
más distancia.
13
La gran ventaja de la FM, repetimos, es que sus trasmisiones no resultan afectadas
por los ruidos parásitos e interferencias pero, además, muchos experimentadores han sido
sorprendidos al lograr efectuar comunicados a muy larga distancia, miles de kilómetros, mu-
cho más allá del alcance óptico, enlaces que usualmente dependen de las condiciones as-
tronómicas y meteorológicas especiales. Esta circunstancia a derivado en una afanosa acti-
vidad por parte de muchos radioaficionados y una ampliación muy grande del horizonte de
las investigaciones.

19. - LOS RADIOAFICIONADOS Y EL ESPACIO. LOS SATÉLITES.

Fieles a sus principios y a sus ansias de conocimiento, los radioafi-


cionados se han lanzado rápidamente a la exploración de las posibilida-
des de la comunicación espacial. Estamos seguros que será una gran
sorpresa para ustedes saber que el primer satélite argentino, denomi-
nado OSCAR LUSAT 19, fue diseñado y construido por radioaficionados
argentinos y puesto en órbita el 21 de enero de 1990 desde la base de
lanzamiento de Kourou, en la Guayana Francesa, mediante un cohete
Arianne. Aún está orbitando y en funcionamiento y, por supuesto, el ins-
trumental y los equipos que porta están dedicados exclusivamente al uso
de los radioaficionados. Es un cubo de 23 cm. de lado y 7.5 Kg. de peso y opera en modo
digital en Packet. Su costo fue de U$A 110.000. y fue financiado en base a donaciones de
particulares, empresas y las cuotas sociales de los componentes de AMSAT, que así se
llama la entidad internacional que agrupa a los radioaficionados interesados en las comuni-
caciones satelitales.
Esto demuestra cuáles pueden ser los resultados del trabajo serio y mancomunado
cuando se opta por agruparse en radioclubes o instituciones afines.
Hay una regular cantidad de países que han efectuado lanzamientos, y el número de
satélites en funcionamiento permite establecer enlaces que serían imposibles de otro modo.
Esta actividad ha abierto una multitud de nuevas posibilidades de ampliar conocimientos
sobre técnicas espaciales, astronomía y astrofísica. Existen cartas que marcan el pasaje de
los satélites sobre las zonas que interesan y más allá del tráfico usual, se podrán también
recibir imágenes de la tierra, todo esto con la inestimable colaboración de las computadoras.
Eventualmente se pueden efectuar contactos con los mismos astronautas en vuelo, muchos
de los cuales son también radioaficionados, ya que en octubre de 1983, el astronauta y ra-
dioaficionado norteamericano Owen Garriott, W5LFL, tripulante de la lanzadera espacial
Columbia, inauguró esta modalidad estableciendo por primera vez un comunicado con sus
pares en tierra, en la banda de 144 MHz y modo FM.
Los radioaficionados más avanzados tienen antenas muy direccionales con motores
que les permiten orientarlas en la dirección y la elevación necesarias, apuntándolas con
exactitud hacia los satélites por medio de programas de rastreo instalados en sus computa-
doras. Existe un vasto programa educativo sobre el tema, denominado SAREX, dedicado a
los estudiantes del mundo entero con el fin de divulgar estas técnicas espaciales.

20. - REBOTE LUNAR.

Esta técnica, llamada también EME (earth-moon-earth) o TLT (tie-


rra-luna-tierra), consiste en usar la luna como reflector para poder “colo-
car” la señal de VHF o UHF, que como recordamos tienen corto alcance
cuando viajan sobre la superficie de la tierra, a grandes distancias. Para
14
conseguir esto se usan técnicas especiales que incluyen trasmisores de gran potencia y se-
guimiento de nuestro satélite natural por medio de computadoras. Aquí se justifica el uso de
altas potencias a raíz del largo camino promedio de 750000 Km. que debe recorrer la señal
en su viaje de ida y vuelta a la Tierra, y la baja calidad reflectora de la Luna. Se calcula que
el 83% de la energía que llega a su superficie es absorbida por la misma y que el 17% res-
tante se refleja en varias direcciones la mayoría de las cuales no coinciden con nuestro pla-
neta. La señal reflejada llega al punto de recepción unos 2.6 segundos después de ser en-
viada. Esta actividad demanda equipos y accesorios de alta calidad y exige una puesta a
punto muy exacta, sólo posible si la efectúan personas de amplia experiencia e idoneidad
técnica, pero ante todo, de una curiosidad y pasión inextinguibles. En nuestro pais, un grupo
de aficionados de los municipios de Almirante Brown y Lomas de Zamora, han llevado ade-
lante excelentes experiencias internacionales utilizando este modo.

21. - LOS METEORITOS.

Los meteoritos, mal llamados estrellas fugaces, pueden ser usados también como re-
flectores pues suelen producirse “lluvias” de ellos que involucran un volumen importante y
pueden actuar como una pantalla reflectora.
Esta técnica exige un gran conocimiento de los fenómenos naturales y una operación
extremadamente minuciosa; una estación emite mientras otras escuchan activamente según
un programa establecido de antemano. Las lluvias de meteoritos más intensas se registran
durante el mes de agosto. Sueñe el próximo invierno mientras mira las estrellas fugaces;
algunos aventureros dispersos por el mundo las estarán utilizando para comunicarse entre
ellos.

22. - LA CAZA DE ESTACIONES RARAS.

Esta constituye una actividad apasionante. Imagine sólo que peque-


ñas islas del Pacífico no están habitadas y que por algunos días un grupo de
radioaficionados decide montar una expedición (o DXpedition) a alguna de
ellas. Como veremos más adelante, hay una competencia constante entre los aficionados
de todo el mundo para conectar con nuevos lugares o como les llamamos nosotros, radio-
países o simplemente países.. Desde el mismo momento que la expedición pone en funcio-
namiento sus equipos y comienza a realizar contactos, se desata una verdadera competen-
cia, pues todo el mundo quiere comunicar con ella. En general y por razones económicas,
estas expediciones no se quedan mucho tiempo en el lugar y es muy difícil que puedan co-
municar con todos los aficionados que desean hacerlo, así que hay que afinar la puntería y
poner en juego todos los recursos lícitos para lograrlo, pues es probable que no vuelva a
haber una expedición al mismo lugar a corto plazo.

23. - LA TARJETA QSL.

Cada vez que un par de aficionados realizan un comunicado, intercambian luego por
correo o por un sistema que tienen implementado los radio clubes, una tarjeta de confirma-
ción del contacto establecido o QSL. ¿Recuerda que QSL son las letras del Código Q que
significan “confirmado” ?. En estas tarjetas deben estar impresos, como mínimo, el indicativo
de la estación, los datos personales de quien la envía y la dirección postal. Se asentarán
15
luego en ella a mano o con una PC el indicativo del corresponsal, la fecha del comunicado o
QSO y los datos técnicos relativos al mismo.
Luego hay dos opciones, si tiene la dirección del co-
rresponsal, meterla en un sobre y despacharla por correo, o
si es usted socio de algún radioclub, juntar una cantidad de
estas tarjetas y enviarlas a lo que se denomina Servicio
QSL o buró de la entidad, que se encargará de despachar
las de todos sus asociados a los países que correspondan.
Aunque este último procedimiento demora mucho más, es
el usual, pero si usted tiene urgencia en hacerse de la QSL
de su corresponsal podrá usar el primero. Estas son el crédito que reciben los radioaficiona-
dos por su trabajo; el trofeo y la única recompensa. Una vez recibidas le servirán para obte-
ner los diplomas y certificados de los que hablaremos más adelante.
Los más veteranos han recibido miles de ellas que guardan celosamente y a decir
verdad, algunas son muy originales y hasta humorísticas pues hay plena libertad para su
confección, con el único requisito extra de que tengan una dimensión aproximada de 9x14
cm., pues la uniformidad del tamaño hace que se puedan clasificar con mayor facilidad y
además entran adecuadamente en un sobre común y en los cajones que usamos para
guardarlas. Además, los buró de los radioclubes más importantes despachan millones de
QSL por año y es beneficioso para todos facilitarles el trabajo.
La organización eQSL.cc tambien ofrece un servicio virtual de envio de tarjetas de
QSL electronicas, muy confiable y novedoso a traves de la red Internet.

24. - LOS DIPLOMAS.

Este es uno de los aspectos competitivos


de la actividad. Es que existen un gran número de
diplomas y listas de honor expedidos por los radio
clubes de todo el mundo, que premian los diver-
sos logros obtenidos por los aficionados. Algunos
de ellos son muy prestigiosos por las dificultades
que presentan.
El más conocido es el DXCC que requiere
que el postulante haya contactado al menos 100
países. Esto no es muy difícil, pero sí lo es figurar
en la Lista de Honor del DXCC, donde se en-
cuentran los que están al tope de la clasificación y
andan alrededor de los 350 países contactados. Hay, en el orden mundial, otros diplomas
muy prestigiosos otorgados por asociaciones, muy importantes, que implican una variedad
muy grande de requisitos y que son todo un desafío. Algunos radioaficionados tienen impre-
so en sus tarjetas QSL la lista de los diplomas y trofeos han logrado. En el apendice encon-
trara algunos ejemplos.

25. - LOS CONCURSOS.

Así como hay asociaciones que otorgan diplomas, existen también las que organizan
concursos. Estos tienen lugar usualmente durante los fines de semana. El fin es estimular la
actividad y favorecer los contactos con regiones o países que habitualmente no están ra-
dialmente activos. Pueden consistir, por ejemplo, en lograr la mayor cantidad de contactos
16
con un país o continente determinado o hacerlo con la mayor cantidad de países diferentes.
También aquí, como sucede con los diplomas, hay muchas variantes, y algunos de mayor
prestigio que otros. Se puede participar individualmente o formar equipos de varios operado-
res que trasmiten desde un mismo lugar con uno o varios transceptores en forma simultá-
nea.
Muchos de estos concursos duran 48 horas y en al-
gunos casos, tanto para los concursos como para las
DXpeditions, estos grupos viajan miles de kilómetros en
barco o en avión a buscar ubicaciones privilegiadas en
algún lejano país o isla en los que normalmente no hay
actividad radioeléctrica, pues de esa manera se asegura-
rán de que el resto de los concursantes tengan mucho
interés en comunicar con ellos, lo que proporcionará una
cantidad importante de puntos y una clasificación de privi-
legio.
Son expediciones muy costosas y financiadas por sus componentes, aunque muchas
de ellas tienen patrocinadores o sponsors, quienes usualmente son fabricantes de equipos o
antenas, por lo que se trata de que los “expedicionarios” sean seleccionados entre operado-
res de reconocida experiencia e idoneidad. Pero para una operación exitosa es necesario
establecer turnos de trabajo para que los operadores puedan descansar; designar los en-
cargados de instalar los equipos y las antenas, hacerse cargo de las vituallas y la cocina, del
control del funcionamiento de los equipos, de la confección de planillas y hasta llevar un
médico que se haga cargo de la salud de los componentes de la dotación. Y finalmente, de-
signar al manager o de encargado de contestar todas las QSL que se reciban que, por cier-
to, no es tarea menor.

26. - INSTALACIÓN DE LA ESTACIÓN.

Hay muchos lugares de la casa en los que se


puede instalar una estación de radio. Algunas se ubican
en placares o bibliotecas, altillos, garajes, en lugares fue-
ra de la edificación principal o hasta en la sala de estar.
Menos frecuentemente en la cocina o el dormitorio, y
difícilmente en el baño. Habrá, sin embargo, que tomar
algunas previsiones. Por ejemplo: controlar que la insta-
lación eléctrica sea fácilmente accesible y sobre todo
segura, y se encuentre en condiciones de soportar el
consumo de los equipos que se instalen. Este incluye
también iluminación y aparatos accesorios; tomar previsiones para permitir el paso de los
cables que van a las antenas; disponer de una toma de tierra cercana a la que, por razones
de seguridad, habrá que conectar todos los equipos; prevenir que el audio de su receptor no
moleste al resto de los moradores de la casa o usar auriculares para evitarlo; disponer en la
mesa de trabajo de lugar suficiente para operar cómodamente y para los cuadernos de
anotaciones, micrófono, manipulador y quizá una computadora o un globo terráqueo, etc. En
cuanto a las antenas, las torres, mástiles o postes deberán ser instalados ofreciendo la má-
xima seguridad en cuanto a estabilidad se refiere, no sólo por usted y su familia, sino
también por los vecinos.
Algunos privilegiados gozan de la posibilidad de tener un cuarto especialmente dedi-
cado a la actividad, una especie de santuario que difícilmente pueda ser profanado y en el
17
que tienen la ventaja de no molestar a nadie ni de ser molestados. Pero son los menos. De
todas maneras es nuestra obligación advertir que usted se puede tornar en un fanático de la
radio, pero esta situación, bajo ningún aspecto, debe ser motivo de roces familiares.

27. - LA EXPERIENCIA CIENTÍFICA.

Es evidente que la comunidad científica internacional reconoce el trabajo de los ra-


dioaficionados y les presta su colaboración. Y en esto hay un punto importante que quizá
explique en parte esta devoción que ha sido una constante en la historia de esta actividad:
los radioaficionados trabajan gratis; no cobran patentes por sus descubrimientos ni los
ocultan a la curiosidad general. Piense que para poner en órbita un satélite hay que hacer
una gran inversión que no sería factible si no se obtuviera de ello algún tipo de beneficio.
Por esa razón la NASA suministra a los radioaficionados el acceso a los datos orbitales de
los satélites. Cada semana, toda persona que lo requiera puede recibir información concer-
niente a uno o a varios satélites. Es sólo necesario conectarse con los servidores especiali-
zados accesibles a todos, vía Internet o Packet radio.
El Sol tiene ciclos de mayor o menor actividad de sus llamadas manchas
solares, las que influyen fuertemente sobre las comunicaciones radioeléctricas y
el conocimiento de ella permite obtener importantes ventajas en la explotación de
los enlaces de radio. Lo mismo sucede con el campo magnético de la tierra y las
llamadas auroras boreales, responsables de muchos fenómenos relacionados
con las comunicaciones radiales. Por esa razón los grandes observatorios radioastronómi-
cos internacionales se vinculan con los radioaficionados, intercambiando sus observaciones
y previsiones relativas a la propagación de las ondas, etc.

28. - LOS RADIOAFICIONADOS Y LA AYUDA HUMANITARIA.

Quizá este sea el aspecto más conocido por el gran público. Es


frecuente que durante una catástrofe natural o provocada por el hom-
bre (terremotos, inundaciones, accidentes aéreos, naufragios, guerras,
etc.), se convoque a radioaficionados competentes en ese tipo de
eventualidades en las que usualmente los medios normales de comu-
nicación colapsan, para colaborar con las autoridades utilizando sus
propios medios de comunicación, reconocimiento intrínseco de la habilidad de los mismos
para manejarse con elementos no convencionales y en ambientes poco propicios para ope-
rar.
Estas colaboraciones son absolutamente espontáneas, pero de todas maneras la
mayoría de los países adelantados se han ocupado de crear asociaciones que estén prepa-
radas para emergencias de este calibre. La Armada de la República Argentina mantiene una
red llamada Servicio Auxiliar de Radioaficionados de la Armada, SARA, con el objeto de
mantener operadores entrenados para la ayuda en el mar. Los radioaficionados, organiza-
dos en grupos de socorro, intervienen también en la lucha contra incendios de bosques.
Ellos ponen a disposición de las autoridades pertinentes sus conocimientos y los materiales
de comunicación livianos adecuados para esa tarea.
Como podrá apreciar, la radioafición es una actividad magnífica y muy completa a la
que se le pueden ir agregando complejidades hasta prácticamente el infinito, y que además
tiene un costado humanitario. Y la prueba de ello es el apoyo que casi todos los gobiernos le
prestan. Y hemos usado la palabra casi debido a que, lamentablemente, no todos los fun-
cionarios tienen conciencia de su importancia y mantienen actitudes vacilantes y burocráti-
18
cas cuando se tratan de dilucidar los grandes temas que atañen a este quehacer. Pero la
nómina de los incontables servicios prestados por los radioaficionados a la humanidad nos
exime de mayores consideraciones y son elocuente tributo a su trabajo.
Hay una inacabable lista de su actuación en terremotos, inundaciones, incendios fo-
restales, tornados, huracanes, etc., en los que han demostrado excelente preparación y dis-
posición, utilizando sus propios equipos portátiles para mantener en servicio las indispensa-
bles comunicaciones que estos eventos demandan. Y no sólo han colaborado en los lugares
de desastre, sino también muy lejos de ellos, formando redes para suministrar información a
los familiares de los damnificados.

29. - LOS RADIOCLUBES.

Los radioclubes son las organizaciones que nu-


clean a los radioaficionados y hay varios miles de
ellos en todo el mundo. En su gran mayoría disponen
de una sede propia o alquilada y de una estación de
radio y, los más importantes, un taller/laboratorio para
trabajar o experimentar; su propio buró para la distri-
bución de las QSL de y para sus asociados, y hasta
publicaciones propias. Tienen que cumplir una serie
de requisitos para ser reconocidos por las autorida-
des, pero este reconocimiento no es indispensable
para su funcionamiento, pues hay muchas organiza-
ciones que no disponen de sede ni equipo propios y tampoco indicativo. Consisten sencilla-
mente en un grupo de radioaficionados que se juntan para promocionar un determinado tipo
de actividad puntual dentro de la radioafición, como por ejemplo los que se dedican a los
concursos, a la informática aplicada, a la VHF, al rebote lunar o el trabajo con satélites. Se
reúnen en la casa de alguno de sus integrantes y se mantienen en contacto permanente por
medio de sus equipos de radio o Internet. Un caso típico es el de nuestra organización, el
GRUPO ARGENTINO DE CW (GACW), que promociona, como su nombre lo indica, la en-
señanza , difusión y utilización de la radiotelegrafía. Tiene ya 26 años de vida y mas de 730
adherentes en más de 50 países del mundo y cuenta con un boletín impreso periódico e
información permanente que también puede consultarse por Internet en la página
http://gacw.no-ip.org/. Además, trasmite boletines y prácticas de CW semanales en una de
las bandas de aficionados. Su actividad es solventada con el aporte voluntario de sus adhe-
rentes, pero ninguno de sus miembros recibe emolumento alguno por su trabajo.
Entendemos que tanto los clubes como los grupos deben ser respaldados por los ra-
dioaficionados. Le estamos diciendo que es conveniente que usted se haga socio o adhe-
rente de uno de ellos pues constituyen el ámbito natural para el trabajo grupal, para realizar
emprendimientos y aprovechar la experiencia de quienes hace mucho tiempo que están en
la actividad.

30. - LAS PUBLICACIONES.

Hay una enorme cantidad de ellas. Van desde libros de


texto, hasta revistas y boletines mensuales, más la información
que habitualmente se puede conseguir por Internet. Hay libros que se han constituido en
clásicos y algunos de ellos nos acompañan, con sucesivas ediciones, desde casi el inicio de
la radioafición. Nos referimos al Radio Amateur’s Handbook y al Antennas Handbook, am-
19
bos en Inglés, y editados por la American Radio Relay League (ARRL), que es la organiza-
ción que nuclea a los aficionados de USA, una de las más antiguas (1914). Lo mismo puede
decirse de las publicaciones de la Royal Society of Great Britain (RSGB) que es la más anti-
gua de todas, aunque están al mismo nivel de calidad otras publicaciones sobre los mismos
temas u otros más puntuales o específicos. El Radio Club Argentino, fundado en 1921, sos-
tiene también una publicación periódica. En fin, una cantidad enorme de información, por lo
que habrá que seleccionar las más serias o correr el riesgo de llenar la casa de papeles.
En nuestro ambito el libro Apuntes de Radio publicado por el desaparecido Jorge F.
Vrsalovich, LU7XP, recrea numeros aspectos de la historia de la radioaficion en Tierra del
Fuego y referencias de aficionados del resto del pais.

31. - HACIA UNA PROFESIÓN TÉCNICA O CIENTÍFICA.

La práctica de la radioafición puede constituirse en el descubrimiento


de una vocación técnica o científica. Un joven interesado en estas activida-
des, que realiza, por ejemplo, pequeños montajes electrónicos, se orientará
más fácilmente hacia una carrera técnica. En nuestros hogares, muchas de
estas posibilidades pasan desapercibidas, pues es evidente que la mayoría
de los seres humanos hace uso de las facilidades que le proporciona la tec-
nología sin detenerse a pensar como funcionan. Hay muchos jóvenes que no
sólo desconocen un mundo sin aparatos de radio, TV o computadoras, sino
que no tienen la menor idea de cómo llegan a su casa la electricidad, el gas y el agua que
consumen, como si estas cosas siempre hubieran existido y sin sentir la menor intriga por su
origen y funcionamiento. Otros sienten curiosidad y tratan de encontrar explicaciones. ¿A
qué grupo pertenece usted?.
Para finalizar, le pedimos que reflexione sobre esta frase que ha encabezado algún
otro trabajo nuestro y que consideramos sumamente significativa: “Lo que enriquece nues-
tras vidas es el peregrinaje por el ilimitado territorio de las preguntas”.

(Registro Nacional de la Propiedad Intelectual 09482- Reproducción permitida mencionando la fuente y sin fines
de lucro) – Autores Alberto Silva LU1DZ y Jacobo Aisemberg LU2YA.

Autor - http://www.lu1dz.com.ar

-o-0-o-

http://www.lu-escuelas.com.ar/

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