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Descubriendo al radioaficionado
3. - ALGO DE HISTORIA.
6. - EL ESPECTRO RADIOELÉCTRICO.
7 - LA LICENCIA DE RADIOAFICIONADO.
8. - LAS CATEGORÍAS.
Hay algunos aficionados a la radio que no son radioaficionados; es decir, que no tie-
nen licencia de radioaficionados. Poseen un receptor y su placer consiste en escuchar, tanto
a radioaficionados, como a estaciones comerciales de radiodifusión. Se denominan Ra-
dioescuchas y suelen también agruparse en instituciones. Es un pasatiempo agradable y no
implica sujetarse a ninguna reglamentación. Algunos de ellos tienen una tarjeta QSL de la
que hablaremos más adelante, con un indicativo indentificatorio del
mismo tenor que los radioaficionados, usada para enviarle a las es-
taciones escuchadas, con información de en qué fecha hora y con-
diciones las recibieron. Estos datos son muy apreciados por los di-
rectivos de las radioemisoras, pues les dan una idea de dónde y en
qué forma se están recibiendo las señales. Muchos radioaficionados
fueron radioescuchas antes de obtener su licencia y en algunos paí-
ses, la reglamentación dispone como requisito indispensable que antes de solicitar la licen-
cia de radioaficionado el solicitante trabaje un tiempo determinado como radioescucha.
Después de haber leído todo lo anterior, usted se pregunta-
rá cómo puede hacer para comenzar con esta fascinante activi-
dad. Bien, lo primero que debe hacer es informarse. Si conoce
algún radioaficionado, hable con él y solicítele toda la información
necesaria. Si no tiene esta posibilidad, visite un radioclub; allí lo
asesorarán y le mostrarán los equipos que tienen en su estación
de radio y quizá realicen algún comunicado para mostrarle a usted
cómo es la cosa. Probablemente hasta le permitan concurrir poste-
riormente a hacer escucha y conocer con más precisión como se
desarrolla el tráfico entre radioaficionados. La escucha es fundamental. En el Apéndice de
este trabajo encontrará algunas direcciones de radioclubes.
12. - LA ANTENA.
Para operar en telefonía se usa directamente la palabra. Como calculamos que usted
sabe hablar desde su más tierna infancia, entendemos que no le resultará difícil.
Hay tres modos básicos para operar en telefonía: la Modulación de Amplitud (MA o AM), la
Banda Lateral Única (BLU o SSB) y la Modulación de Frecuencia (MF o FM). La Modulación
de Amplitud, sistema que usan también las radioemisoras de Onda Media tales como las
conocidas El Mundo, Continental, Rivadavia, etc., y también la enorme mayoría de emisoras
comerciales de Onda Corta, fue utilizada masivamente por los radioaficionados hasta la dé-
cada del 50; luego su popularidad comenzó a decaer en favor de la Banda Lateral Única.
Este ultimo modo presenta ventajas importantes con respecto a la AM: menor con-
sumo (y por lo tanto menor tamaño del equipo), menor ancho de banda, mayor inmunidad a
las interferencias y ruido, etc., lo que permitió que proliferara rápidamente y se transformara
en el usual en contactos en telefonía.
En épocas más o menos recientes algunas administraciones privilegia-
ron la economía de espectro a la operación y experimentación de un
modo pionero que diera nacimiento a la fonía por lo cual el modo AM ha
sido confinado a sólo a unas pocas de las bandas que tenemos asigna-
das, pero hay un número importante de aficionados que lo siguen usan-
do para sus contactos y resulta un paso valioso para la experimentación
utilizando elementos simples que se obtienen con facilidad de un re-
ceptor TV que ha sido descartado.
El modo BLU o SSB, repetimos, es el más popular. A los efectos
de la operación es similar a el AM y las diferencias están en los sistemas de generar la ra-
diofrecuencia , que así se llama lo que producimos en nuestros equipos para enviar a la
antena. Esta, al circular por la antena, produce el campo electromagnético que permite la
comunicación.
El modo FM, que es más conocido por la existencia de una banda otorgada a emiso-
ras comerciales y por ser usado también para trasmitir el audio de las emisoras de TV, está
confinado, por razones técnicas, a las bandas de frecuencias más altas. Sus cualidades
principales son su alta inmunidad al ruido interferente y la posibilidad de trasmitir audio de
mucha calidad, es decir, su mayor ancho de banda, pero la distancia que cubre es menor
que la de las conseguidas por las trasmisiones de HF.
Permite trasmitir texto, gráficos, cartas, esquemas, fotografías, etc. Muchos aficiona-
dos recogen información usando este modo, incluyendo mapas meteorológicos enviados por
satélites, lo que les permite confeccionar sus propios pronósticos. También se pueden obte-
ner cartas de navegación marítima o aérea.
Los meteoritos, mal llamados estrellas fugaces, pueden ser usados también como re-
flectores pues suelen producirse “lluvias” de ellos que involucran un volumen importante y
pueden actuar como una pantalla reflectora.
Esta técnica exige un gran conocimiento de los fenómenos naturales y una operación
extremadamente minuciosa; una estación emite mientras otras escuchan activamente según
un programa establecido de antemano. Las lluvias de meteoritos más intensas se registran
durante el mes de agosto. Sueñe el próximo invierno mientras mira las estrellas fugaces;
algunos aventureros dispersos por el mundo las estarán utilizando para comunicarse entre
ellos.
Cada vez que un par de aficionados realizan un comunicado, intercambian luego por
correo o por un sistema que tienen implementado los radio clubes, una tarjeta de confirma-
ción del contacto establecido o QSL. ¿Recuerda que QSL son las letras del Código Q que
significan “confirmado” ?. En estas tarjetas deben estar impresos, como mínimo, el indicativo
de la estación, los datos personales de quien la envía y la dirección postal. Se asentarán
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luego en ella a mano o con una PC el indicativo del corresponsal, la fecha del comunicado o
QSO y los datos técnicos relativos al mismo.
Luego hay dos opciones, si tiene la dirección del co-
rresponsal, meterla en un sobre y despacharla por correo, o
si es usted socio de algún radioclub, juntar una cantidad de
estas tarjetas y enviarlas a lo que se denomina Servicio
QSL o buró de la entidad, que se encargará de despachar
las de todos sus asociados a los países que correspondan.
Aunque este último procedimiento demora mucho más, es
el usual, pero si usted tiene urgencia en hacerse de la QSL
de su corresponsal podrá usar el primero. Estas son el crédito que reciben los radioaficiona-
dos por su trabajo; el trofeo y la única recompensa. Una vez recibidas le servirán para obte-
ner los diplomas y certificados de los que hablaremos más adelante.
Los más veteranos han recibido miles de ellas que guardan celosamente y a decir
verdad, algunas son muy originales y hasta humorísticas pues hay plena libertad para su
confección, con el único requisito extra de que tengan una dimensión aproximada de 9x14
cm., pues la uniformidad del tamaño hace que se puedan clasificar con mayor facilidad y
además entran adecuadamente en un sobre común y en los cajones que usamos para
guardarlas. Además, los buró de los radioclubes más importantes despachan millones de
QSL por año y es beneficioso para todos facilitarles el trabajo.
La organización eQSL.cc tambien ofrece un servicio virtual de envio de tarjetas de
QSL electronicas, muy confiable y novedoso a traves de la red Internet.
Así como hay asociaciones que otorgan diplomas, existen también las que organizan
concursos. Estos tienen lugar usualmente durante los fines de semana. El fin es estimular la
actividad y favorecer los contactos con regiones o países que habitualmente no están ra-
dialmente activos. Pueden consistir, por ejemplo, en lograr la mayor cantidad de contactos
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con un país o continente determinado o hacerlo con la mayor cantidad de países diferentes.
También aquí, como sucede con los diplomas, hay muchas variantes, y algunos de mayor
prestigio que otros. Se puede participar individualmente o formar equipos de varios operado-
res que trasmiten desde un mismo lugar con uno o varios transceptores en forma simultá-
nea.
Muchos de estos concursos duran 48 horas y en al-
gunos casos, tanto para los concursos como para las
DXpeditions, estos grupos viajan miles de kilómetros en
barco o en avión a buscar ubicaciones privilegiadas en
algún lejano país o isla en los que normalmente no hay
actividad radioeléctrica, pues de esa manera se asegura-
rán de que el resto de los concursantes tengan mucho
interés en comunicar con ellos, lo que proporcionará una
cantidad importante de puntos y una clasificación de privi-
legio.
Son expediciones muy costosas y financiadas por sus componentes, aunque muchas
de ellas tienen patrocinadores o sponsors, quienes usualmente son fabricantes de equipos o
antenas, por lo que se trata de que los “expedicionarios” sean seleccionados entre operado-
res de reconocida experiencia e idoneidad. Pero para una operación exitosa es necesario
establecer turnos de trabajo para que los operadores puedan descansar; designar los en-
cargados de instalar los equipos y las antenas, hacerse cargo de las vituallas y la cocina, del
control del funcionamiento de los equipos, de la confección de planillas y hasta llevar un
médico que se haga cargo de la salud de los componentes de la dotación. Y finalmente, de-
signar al manager o de encargado de contestar todas las QSL que se reciban que, por cier-
to, no es tarea menor.
(Registro Nacional de la Propiedad Intelectual 09482- Reproducción permitida mencionando la fuente y sin fines
de lucro) – Autores Alberto Silva LU1DZ y Jacobo Aisemberg LU2YA.
Autor - http://www.lu1dz.com.ar
-o-0-o-
http://www.lu-escuelas.com.ar/