You are on page 1of 9

390 De la Crónica a la Nueva Narrativa

escritoras por siglo, es un decir, es una broma; una y cuarto cada


diez años, etc. México es un país fuerte y joven. Un país que ha
sabido ganar a palmo la independencia y la libertad. De hombres
libres y mujeres libres. Y entre las necesidades que lo identifican,
detrás de la riqueza negra petrolera, el cuerno de la abundancia
literaria, está la de tener escritores, grandes, altos, incandescentes.
Como sor Juana Inés de la Cruz. Ni hombre ni mujer: escritora.

y para ello el espíritu es necesario.


PARADIGMA DE LA POÉTICA FEMENINA
Es nuestra oportunidad para ejercitarlo.
lfISPANOAMERICANA y SU EVOLUCIÓN:
Escribiendo.
ROSARIO CASTELLANOS
Dejando escribir.

Eliana Rivera
University of Arizona

Con la ilustre excepción de sor Juana, nuestra primera y única, los


siglos coloniales no vieron desarrollar una notable expresión feme­
nina en la poesía hispanoamericana. Hablando a grandes rasgos; y
sólo con las pinceladas de nombres reconocidos, se puede decir que
la modalidad poética predominante entre las autoraS que llegaron
a ver publicadas sus obras no se desarrolla de manera principal
hasta el romanticismo. El XIX muestra el "intimismo, la pasión amorosa
y la religiosidad de Gertrudis Gómez de Avellaneda, y si bien
hace patente la vena civil y patriótica que tan importante será al
nacionalismo emergente en las Antillas (donde Salomé Ureña de
Henríquez, sin embargo encauzaba su verso ejemplar en los moldes
neoclásicos de un Quintana o un Gallego), enfatiza en sus postri­
metrías un lirismo interior subjetivista que habla de ternezas del
corazón, de la familia y de felicidad inalcanzable. De ahí, no es
sinó hasta el año de 1910 cuando se revela una tormentosa interiori­
dad femenina al asombrado público lector de poesía hispanoameri­
cana: Cantos de la mañana, de Delmira Agustini.
El ensimismamiento espiritual que signa toda esta obra resulta
así en un "interiorismo" propio a la mujer lírica, que se desarrolló
poéticamente sobre todo en las generaciones posmodernistas y van­
guardistas; todavía en la posvanguardia, las poetas de producción

I "~~····<'M 1
392 De la C,.ónica a la Nueva Na"ativa De la C,.ónica a la Nueva Na"ativa 393
mayor en las décadas del 40 y del 50 no se libran de esta moda­ jor exponente de este "antimisticismo" será Rosario Castellanos en
lidad. El "interiorismo" (introspección dirigida a trascender la vul· su' obra lírica madura, la cual ilustra una evolución concientizada
garidad de las cosas terrenas, énfasis en la espiritualidad y devoción del proceso. Hay que destacar que la línea de desarrollo de esta
por los estados solitarios de la conciencia, lirismo de motivos y actitud es dialéctica, en cuanto a que asimila en su principio los
símbolos a menudo religiosos, plasmado en ocasiones en un lenguaje planteamientos y la estructura retórica de la mística femenina y
de imágenes visionarias y oníricas que a veces llegan al hermetismo) los emplea juiciosamente, para después contraponerlos a una visión
puede adoptar la variedad de una fiebre interna singular, como en objetiva, desprovista de sueños y de ropajes ilusorios. La síntesis
los versos erótico-ensoñadores de Delmira Agustini; o una variedad se produce en una dicotomía espiritual que guía, en no pocas
de rapto telúrico, como se hace notar a veces en la obra de Julia de ocasiones, al deseo de la propia destrucción; a la vez que se combate
Burgos, o el modo de un preciosismo fino y artificioso como en la y satiriza el papel adjudicado a la mujer (y a la poeta) por la
obra de Sara de Ibáñez; o la especie de enajenación humanística
estructura social dominante, el conflicto entre tradición y ruptura
y americana que se detecta en la obra madura de Gabriela Mistral.
lleva a la conciencia poética de Castellanos una dualidad confor­
En otras autoras finiseculares, modernas o contemporáneas, como
mista rebelde, que imbuye entonces a su obra de un sentir dinámico:
las cubanas Juana Borrero y Dulce María Loynaz y, parcialmente,
la "regla de oro" heredada de las mujeres de la raza es en cierto
la puertorriqueña Julia de Burgos, la introspección adquiere visos de
trance deleitoso en la idealización de la figura amada y ausente, modo justa, dadora de paz - pero la inquietud y el desasosiego
del hijo no nacido, de la patria y su tierra. La más cercana a un internos que llevan al insomnio diario son representantes de la auto­
misticismo religioso en la variedad de San Juan de la Cruz, es la duda, la identidad imprecisa y la agonía personal y social de una
uruguaya Clara Silva, quien exhibe asimismo en su obra -si bien conciencia femenina.
acendradas y refinadas- las esencias de aquel arrebato tanto amaro· Este trabajo se propone ilustrar brevemente cómo la dialéctica
so como transportador que parecieron signar la obra delirante de entre "cocina y filosofía" prevalece en la obra lírica última de la
Delmira Agustini y los poemas últimos de Juana de Ibarbourou, malograda mexicana: testimonio fehaciente de una lucha interna que
sus modelos connacionales. castiga y desmoraliza a la mujer contestaria del sistema cultural nor­
Ahora bien, el proceso que interesa estudiar aquí es precisa­ mativo. Para Rosario Castellanos, entre las ollas no andaba el Señor
mente el de rechazo de esa norma pseudomística: aquél por el cual (como afirmó Santa Teresa), sino un persistente fantasma de la in­
la poeta toma conciencia de las expectativas del canon tradicional dignación y de la culpa.
en relación a "lo femenino", comprende que aún su modo poético
está modelado en la socialización cultural femenina (la "poetisa") /
y se opone a esa conformidad que une a las demás, instituyendo Del vuelo del alma al menú del día
en su negación una ironía del interiorismo y exponiendo cruda­
mente los patrones socioculturales que lo causan e implantan. La me­ Al repasar la obra lírica primera de Rosario Castellanos, la
perspectiva interiorista se encuentra en Trayectoria del polvo (1948) :
hay en el largo poema un recuento místico de la vida de la hablante­
1 Hemos apuntado la diferenciación del vocablo "poeJ.¡sa" vis-a-vis "poe­
ta" en nuestro trabajo "Para una actualización de Gabriela Mistral: concien­
mujer, en forma de una larga saga de connotaciones bíblicas --del
cia y poesía", leído en el Simposio Gabriela Mistral, Bernard ColIege (New origen al fin, pasando por tentación ("el reptil") y la creciente
York, 1978), y publicado en Gabriela Mistral, Mirella Servodidio y Marcelo ausencia de Dios. El lenguaje es alegórico, la visión hermética, deno­
Coddou, eds., Veracruz, Centro de Investigaciones Lingüístico-Literarias de
la Universidad Veracruzana, 1980, pp. 20-35. tando una retórica encaracolada al uso en la poética femenina de
394 De la Crónica a la Nueva Narrativa De la Crónica a la Nueva Narrativa 395
los años. 2 En De la vigilia estéril (1950), se encuentran dos textos debo ser como un arca y como un templo:

de gran intimidad que recogen la tradición bíblica judeocristiana: ungida y fervorosa,

"Muro de lamentaciones" y "La anunciación". En el primero, hay elevada en incienso y en campanas.

un aspecto triple al interiorismo místico: el monólogo en soledad


(p. 33)

Soy hija de mi misma.


Además, "Misterios gozosos" (en alusión a las meditaciones que
De mi sueño nací. Mi sueño me sostiene.

sobre la vida de María -anunciación, visitación, nacimiento del


Hijo, purificación en el templo- se hacen en el rezo del rosario)
la innovación confiada del Antiguo Testamento ­
es una serie de dieciocho pequeños textos sobre la maternidad y su
plenitud. En ellos se detecta a la mujer dichosa en su fertilidad,
Me cercarán las fieras en ronda enloquecida,

cercenarán mis voces cuchillos afilados,


en el cumplimiento de sus funciones como hacedora de vida:
se romperán los grillos que sujetarán al miedo.

No prevalecerá sobre mi el enemigo


Este lugar que soy, como arena con ríos,
si en la tribulación digo Tu nombre
hace tiempo conoce la visita del cielo.
Sobre mi rostro cruza la procesión de pájaros
y el deliquio de amor sobrenatural - y yo voy extasiada, persiguiéndolo,
sin sentir que las piedras me golpean, me rompen, me rechazan.
Te amo hasta los límites extremos: ("5", p. 82)
la yema palpitante de los dedos,
la punta vibratoria del cabello. En la próxima colección de textos líricos, Al pie de la letra
Creo en Ti con los párpados cerrados.
Creo en Tu fuego siempre renovado. (1960), tanto la visión como el lengUaje comienzan a detectar un
cambio. La hablante utiliza sus máscaras (la extranjera, como en los
(p. 48) poemas dramáticos de 1959 había creado las poderosas personae
de Salomé y Judith), pero una leve ironía aparece en la conceptua­
Por otra parte, "La anunciación" representa, en esta etapa evo­ lización y en las· imágenes; la lengua del verso se torna tersa y
lutiva de Castellanos, el texto femenino de rigor: la mujer ante directa. Así leemos en "Piedra":
el hijo que lleva en las entrañas (que en otras poetas, desde luego
Se define por estéril ausencia: p. ej. el "Canto" de Dulce María Sólo el que ve se goza con el orden
Loynaz). En estos momentos, la visión de la criatura por nacer es que la piedra sostiene.
de arrobo y adoración -María ante Jesús- y la mujer es vaso Sólo en el ojo puro del que ve
depositario de la vida: su ser se justifica y resplandece.
Sólo la boca del que ve la alaba.
Porque ante ti que estás hecho de nieve
Ella no entiende. Y obedece,
y de vellones cándidos y pétalos
(pp. 107-108)
2 Trayectoria del polvo, en Poesia no eres tú (obra poética: 1948-1971),
México, F.C.E., 1972, pp. 17-27. Todas las citas posteriores a la obra de Cas­
tellanos remiten a la misma edición, y s6lo se indica número de página en En la colección Lívida luz, también de 1960, hay tres textos no·
el texto. tables en relación a lo que conllevan de la visión femenina: dos
T
..

396 De la Cr6nica a la Nueva Narrativa


De la Cr6nica a la Nueva Narrativa 397
exhiben de nuevo las máscaras poéticas - la loca en "Monólogo
En 1969 sale a la luz un significativo libro de Rosario Caste­
en la celda" y la mujer sin hombre en "Jornada de la soltera",
llanos: Materia memorable. En él, se opera un franco avance en
involuntaria infecunda. Ambas son mártires de la soledad, descas­
la evolución del interiorismo a la apertura; sus páginas encierran
tadas sociales que soportan la agonía de sus vidas fuera de la norma
una serie de textos importantes al estudio de esta "materialización",
femenina. La demente monologa sobre su falta de identidad al
de esta filosofía trascendente de la vida y de la muerte que se va
carecer de contacto humano, de legitimación como persona:
convirtiendo en despertar a la objetividad, a la domesticidad. Si to­
davía hay mención de figuras femeninas mitificadas por la historia
Se olvidaron de mí, me dejaron aparte.

y yo no sé quién soy
(en "Testamento de Hécuba"), si aún existen las máscaras mis­
porque ninguno ha dicho mi nombre, porque nadie
teriosas como en "El talismán" y "Metamorfosis de la hechicera",
me ha dado ser, mirándome.
la serie textual que ejemplifica el cambio implantado en la pers·
pectiva poética comienza con título significativo: "Toma de con­
(p. 167)
ciencia" :
La no casada también porta un estigma de "no integración" social;
Malhumorada, irónica, levantando los hombros
aun sus familiares, su tribu, la condenan al ostracismo, merecido como a quien no le importa, yo digo que no sé
porque ella no se ha cumplido en función de un hombre: sino que sobrevivo
a mínimas tragedias cotidianas:
La soltera se afana en quehacer de ceniza, la uña que se rompe, la mancha en el mantel,
t el hilo de la media que se va,
en labores sin mérito y sin fruto;
y a la hora en qqe los deudos se congregan el globo que se escapa de las manos de mi hijo.
~
alrededor del fuego, del relato,
se escucha el alarido Contemplo esto y no. muero. Y no porque sea fuerte
de una mujer que grita en páramo inmenso sino porque no entiendo si lo que pasa es grave,
en el que. cada peña, cada rama irreversible, significativo,
retorcida, es un juez ni si de un modo misterioso estoy
o es testigo sin misericordia. atrapada en la red de los sucesos
. Todavía
(p. 175) soy una mujer sola.
(p. 202)
El tercer texto, último de la colección, acerca a la muerte y la
Hay ya en estos versos, como habrá en los subsiguientes, una con­
visión contemplativa de la propia persona:
ciencia femenina que desciende de las alturas, que vive en lo diario;
Algún día lo sabré. Este cuerpo que ha sido
el interiorismo de antes se abre a la objetividad de una vida de
mi albergue, mi prisión, mi hospital, es mi tumba.
mujer que sigue la norma de su especie, aun sin la pareja; una
Esto que uní alrededor de un ansia,
mujer que nutre a los demás con el obligado fuego de su hogar:
de un dolor, de un recuerdo,

despertará, buscando el agua, la hoja,

A mí, como a una hoguera en pleno campo,


la espora original y aun lo inerte y la piedra.

se arriman en la noche los de mi tribu y otros


desconocidos y a\ln .algunos animales
(p. 184)
cuya inocencia guardo.
• De la Crónica a la Nueva Narrativa De la Crónica a la Nueva Narrativa
398 399
En medio de este corro de presencias He pagado el tributo de mi especie
soy lo que soy: materia pues di a la tierra, al mundo, esa criatura
que arde, que difunde calor y luz. Crepito en que se glorifica y se sustenta.
la respuesta gozosa: i viven todos!
(pp. 218-218)
(p. 203)
En "Himno", penúltimo texto del libro, hay una enumeración
En el segundo poema "anti-interiorista", se enfatiza la regla do· de dones vitales que la mujer ha aceptado y que, aun en su visión
méstica y se agradece un orden vital conocido de la mujer: la ropa objetivada, no puede menos que apreciar:
húmeda bajo el calor de la plancha, los pucheros que "borbollan/
sustanciosos de res sacrificada,/ de hortaliza escogida", el paño Así tuve los muertos en la tumba,

grueso de pulir el cobre, el recuerdo de quien fuera eslabón en la el amor en la entraña

el trabajo en las manos y los demás, los otros,

cadena - la madera que dejó "su orden como para la ausencia a prudente distancia

verdadera" : para charlar con ellos, como vecina afable

acodada en la barda.

Mas cada noche yazgo en el lecho que ha sido (pp. 220)


de amor, de parto, de desvelo triste
o de reposo bien ganado, y rezo: Como se echa de ver, entre los dos textos vistos arriba hay una
s.i esta noche es la postrera, si esta sábana
contradicción - la comprensión de la norma cultura y su rechazo, en
ha de ser mi mortaja,
dejadme que me envuelva bien en ella uno, y la aceptación del status qua que le han brindado los años
como en esa caricia total que únicamente en el otro. Esta contradicción de opuestos se sintetizará dialéctica­
otorga el mar al náufrago. mente en En la tierra de en medio (1972). En esta colección de
21 poemas, la perspectiva irónica al considerar al mundo y sus pecu­
¡Está tan hecha a mi la tela! Me conoce
liaridades se hace constante. Esta es la última poesía de Castellanos
como yo la conozco.
en su pleno desarrollo, donde se exhibe una conciencia exacta -y
("Acción de gracias", p. 218) amarga- del papel social de la mujer; y donde al mismo tiempo,
en dialéctica interiorista, se aprecia una satisfacción en el ser feme­
El poema "Recordatorio" da otro paso evolutivo: se reconoce nino y su "regla de oro". Es esta agonía personal de la conciencia
en él la existencia de una norma sociosexual para la mujer, y el la que otorga a la obra última de la poeta mexicana su rasgo más
tono poemático comienza a exhibir ese peculiar matiz irónico que distintivo, la que hace que --en nuestra opinión- la lírica que
distinguirá la última poesía de Castellanos. Castellanos publica por primera vez en 1972 (dos años antes de
su trágica muerte), en la recopilación de Poesía no eres tú, sea la
Obedecí, señores, las consignas. más representativa de la mujer hispanoamericana actual, doblada
en una lucha que define su ambivalencia, firme en su convicción
Hice la reverencia de la entrada, feminista pero atesorando lo más valioso de la herencia de su sexo.
bailé los bailes de la adolescente
y me senté a aguardar el arribo del príncipe A la colección se agregan unos textos sueltos publicados bajo los
títulos de Otros poemas y Viaje redondo, que exhiben los mismos
Ah, destino, destino. rasgos descritos arriba: sus poemas más significativos en cuanto
400 De la Crónica a la Nueva Narrativa l' De la Crónica a la Nueva Narrativa 401

a la poética femenina son "Telenovela", "Tan-tan, ¿ quién es?", ~ Entre nosotros hubo
lo que hay entre dos cuando se aman:
"Kinsey Report", "Acto de humildad", "Pasaporte", "Mirando a la sangre del himen roto. (¿Te das cuenta?
Gioconda" y el tan citado "Meditación en el umbral" 1 Virgen a los treinta años IY poetisa! Lagarto).
.........................................
Debe haber otro modo que no se llame Safo
í Hubo quizá, también otros humores:
ni Mesalina ni María Egipciaca el sudor del trabajo, el del placer,
ni Magdalena ni Clemencia Isaura. la secreción verdosa de la cólera,
semen, saliva, lágrimas.
Otro modo de ser humano y libre.
Nada, en fin, que un buen baño no borre ..
Otro modo de ser.
(p. 283)
(p. 316)
"Autorretrato" es probablemente uno de los más desapasionados
Preciso es decir que estos últimos poemas de Castellanos están
autoanálisis femeninos existentes en nuestra literatura actual:
permeados de la presencia inmediata de la muerte: la conciencia
poética aguarda, como en sala de espera, ese desenlace final tan yo soy una señora. Gorda o flaca

trágicamente deseado en muchos momentos de su historia, esa puerta ,:~ según las posiciones de los astros,

que se cerrará definitivamente sobre su angustia vital -como las ¡~


los ciclos glandulares
y otros fenómenos que no comprendo.
aguaS frías del Támesis se cerraron sobre su hermana antecesora,
Virginia Woolf. (p. 289)
En la tierra de en medio ocupa aquí nuestra atención primaria
por poseer la más compacta muestra de la dialéctica interiorista~ Además de la descripción objetiva del ser diario de una mujer
Todavía en sus textos aparece una máscara femenina que habla de profesional ("Hablo desde una cátedra. / Colaboro en revistas de mi
humillación femenina y racial, la significativa Malinche, ultrajada especialidad/ y un día a la semana publico en un periódico",
'-í
por la historia y por su propio pueblo de hombres. La serie de p. 290), hay una identificación con el género femenino con base en
poemas claves a nuestro estudio comprende además "Elegía", "Acci­ las funciones aprendidas por socialización:
dente", "Ajedrez", "Pequeña crónica", "Autorretrato", "Se habla
de Gabriel", "Economía doméStica", "Entrevista de prensa", "Nar­ Sufro más bien por hábito, por herencia, por no
ciso 70", "Lecciones de cosas", "Post-Scriptum" y "Válium 10"; en diferenciarme más de mis congéneres
que por causas concretas.
estas páginas, a manera de condensación de una poética, se comen­ (p. 290)
tan cinco que compendian bien la línea extrema de una evolución
lírica femenina. y el lugar común de la intensa emotividad de la fémina recibe una
"Pequeña crónica", texto que ha escandalizado a más de un tácita aprobación de la hablante, como en reto abierto a las con­
lector masculino, desmitifica el concepto de amor romántico; con­ venciones:
cepto que ha sido elaborado en la tradición cultural a partir de
una mujer ideal que es estatua física y, a la vez, vaso espiritual Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo
de inspiración. Pero la hablante de estas líneas alude a la relación
entre hombre y mujer como una sucesión de fluidos corporales:
Ii
\\1"
el último recibo del impuesto predial. ­
(p. 290)

! \.},"
402 De la Crónica a la Nueva Na"ativa DeJa Ct6nica a la Nueva Na"ativa 403

Obviamente, el quemarse el arroz en la olla no es uno de los acci­ tesis, la visión femenina dista mucho de ser aquí la observada en
dentes posibles en la vida de un líder intelectual o alta figura la tradición de nuestras poetas de los años anteriores y aun en Ro­
masculina, pero cae perfectamente dentro del perímetro de una vida sario Castellanos. Ahora, el nacer del hijo es objetivado en función
femenina por profesional que ésta sea. de los problemas físicos y de la pérdida de unidad que el ser madre
"Economía doméstica" es el texto "casero" del orgullo; parece representa. Compárese este punto de vista con el místico-interiorista
hablar en él una conciencia femenina que no se avergüenza de de "La Anunciación" y "Misterios gozosos", que leímos en los poe­
serlo, en la delicadeza de un oficio adjudicado desde siglos; porque :.llas de 1950:
hay valor y validez en la vida básica, en la ordenación necesaria
al buen sentir, y en una actitud frente al espacio vital que es Como todos los huéspedes mi hijo me estorbaba
humana y no sólo femenina. La herencia cultural no es menor ocupando un lugar que era mi lugar,
patrimonio por pertenecer al vivir cotidiano de los objetos y sus existiendo a deshora,
haciéndome partir en dos cada bocado.
sitios:
Fea, enferma, aburrida
He aquí la regla de oro, el secreto del orden:
lo sentía crecer a mis expensas,
tener un sitio para cada cosa
robarle su color a mi sangre, añadir
y tener
un peso y un volumen clandestinos
cada cosa en su sitio. Así arreglé mi casa.
a mi modo de estar sobre la tierra.

Impecable anaquel el de los libros:


(p. 291)
un apartado para las novelas

otro para el ensayo


Se evidencia así la evolución de un concepto, causada por la cre­
y la poesía en todo lo demás.
ciente conciencia de mujer que es ella propia; pero aun en este
(p. 291)
texto materializado, hay una persistente cualidad femenina que
admite lo más íntimamente valioso de su función creadora, que al
Por otra parte, la casa --como rincón tradicional de la mujer­
encierra las contradicciones y los deseos no cumplidos de esa vida. fin ve al hijo como parte suya y acepta su comunicación, su depen­
Algunas cosas no están en orden, evidenciando una vez más la am­ dencia:
bigüedad peculiar a la condición humana:
Su cuerpo me pidi6 nacer, cederle el paso,

darle un sitio en el mundo,

... Por ejemplo, un llanto

la provisi6n de tiempo necesaria a su historia.

que no se 1l0r6 nunca;

una nostalgia de que me distraje,


Consentí. Y por la herida en que parti6, por esa

un dolor. un dolor del que se borr6 el nombre,

hemorragia de su desprendimiento

un juramento no cumplido. un ansia

se fue también lo último que tuve

que se desvaneci6 como el perfume


de soledad, de yo mirando tras de un vidrio.

de un frasco mal cerrado.

(p. 292) Quedé abierta, ofrecida

a las visitaciones, al viento, a la presencia.

"Se habla de Gabriel" es un lúcido poema sobre la maternidad.


Pero en muestra de la evolución de perspectiva que funda nuestra (p. 291)

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _--r. .; : l - ~ - ~ - -.'1 •
404 De la Cr6nica a la Nueva Narrativa De la Cr6nica a la Nueva Narrativa 405

"Válium 10" es un texto importante e interesante· desde varios y ya en la oscuridad, en el umbral del sueño,
aspectos. Aparte de compilar, en ocho estrofas, la vida de una mujer echas de menos lo que has perdido:
profesional, escritora y catedrática, y de hacerlo desde el punto de el diamante de más precio, la carta
de marear, el libro
vista enunciativo de un "tú" que es el "otro yo" de la hablante­ con cien preguntas básicas (y sus correspondientes
poeta,8 aporta asimismo una introspección detallada de la mentalidad respuestas) para un diálogo
femenina: elemental siquiera con la Esfinge.
(p. 297)
A veces (y no trates
de restarle importancia Denotando la frecuente incapacidad humana de funcionar coheren­
diciendo que no ocurre con frecuencia) temente en dos niveles, la hablante-poeta pierde su dirección, siente
se te extravía la brújula que no hay respuesta al crucigrama de la vida y que nada tiene
y ya no entiendes nada. sentido:
(p. 296)
y deletreas el nombre del Caos. Y no puedes
Ella, que debe llevar una rutina de trabajo intelectual a la vez dormir si no destapas
que vigilar la marcha de. la casa, siente que existe otra realidad el frasco de pastillas y si no tragas una
más allá de los hechos cotidianos y las cosas. Su vida, en la total en la que se condensa,
químicamente pura, la ordenación del mundo.
significación humana de lo que es existir, en la apreciación del
por qué del mundo, es como dos películas proyectadas a la vez (p. 297)
sobre la misma pantalla: una vida, la exterior, en velocidad normal;
la otra vida -interior- como en cámara lenta y su sucesión de En la presentación de hechos domésticos, de rituales nocturnos de
imágenes inconexas: belleza, de vigilancia de los hijos, la rutina sólo puede ser feme­
nina. La materialización de la experiencia diaria, en yuxtaposición
-porque el hijo mayor ya viste de etiqueta a la pregunta trascendental (el enigma crucial de la Esfinge), es
para ir de chambelán a un baile de quince años un ejemplo certero de la dialéctica interiorista que desarrolla Rosario
y el menor quiere ser futbolista y el de en medio
Castellanos hasta su obra madura última. De las recetas de comidas
tiene un póster de Che junto a su tocadiscos.
diarias se pasa, en sucesión, rápida, al artículo de fondo para el
y repasas las cuentas del gasto y reflexionas, diario, y de ahí al diálogo más básico: el de la conciencia consigo
junto a la cocinera, sobre el costo misma. Irónicamente, la duda e indecisión resultantes sólo pueden
de la vida y el ars magna combinatoria resolverse en el olvido del sueño, en una nada pr~ducida por medios
del que surge el menú posible y cotidiano. artificiales. No hay éxtasis ni arrobo místico contemplativo para la
y aún tienes voluntad para desmaquillarte mujer que habla en estos versos: solamente la indecisión, el auto­
y ponerte la crema nutritiva y aún leer examen que conduce a la duda perpleja; la oscuridad, si no del
algunas líneas antes de consumir la lámpara. alma, de la lógica.
Con este poema se cierra la evolución de la lírica de Castellanos
3 Para una explicación detaHada de este fenómeno lírico del desdobla­ en su dualidad interiorista-objetivada; con él se ilustra cabalmente
miento, véase nuestro artículo "Dialéctica de la persona poética en la obra
de Julia de Burgos", Revista de Crítica Latinoamericana, vol. 2, no. 4 (1976), cómo, después de la toma de conciencia en la obra media, el prin­
pp. 31-41. cipio ensimismado y cristiano, el sentido mítico de identificación con
406 De la Crónica a la Nueva Na"ativa

la naturaleza y la historia mexicana, acaban por ceder el paso a


una filosofía existencial que compite con la materialidad doméstica.
Hablando desde una experiencia femenina, esta conciencia se dia­
lectiza en su duplicada visión: al final, el vuelo espiritual desaparece
casi por entero y sólo deja un maltratado intelecto que agoniza
entre sus deberes objetivos como mujer y su insistente vocación
creadora, que la hace pensar. La "regla de oro" a veces se trastorna,
lleva a la confusión de una doble perspectiva vital y poética. Esta
es también una duplicidad existente en la poesía del más joven HISTORIA Y FICCIÓN EN OFICIO DE TINIEBLAS
grupo de líricas hispanoamericanas; lo ilustran ampliamente obras DE CASTELLANOS: UN ENFOQUE GRAMSCIANO
como las de Elena Milán (México) y OIga Nolla (Puerto Rico).
De ahí que afirmemos que la obra lírica de Rosario Castellanos Beth Müler
es en sí un paradigma de la evolución que creemos apreciar en la University of Southern California
poesía femenina hispanoamericana, desde sus destellos posmodei­
nistas hasta las últimas generaciones.
Si nuestras modelos literarias siguieron la línea cultural y artística Oficio de tinieblas cuenta el proceso de una sublevación indígena
que su autoimagen les presentaba, la consideración del propio ser en el estado de Chiapas: cómo se gestó, cómo se desarrolló y cómo
femenino -a juzgar por la poesía de los diez últimos años- ha fue aplastada.1 La novela está basada en un hecho histórico: un
cambiado considerablemente. Después de tomar conciencia de las ex­ levantamiento de los indios chamulas en la década de los sesenta'
pectativas culturales sobre el papel femenino en la sociedad y en la del siglo pasado dirigido por un hombre blanco, Pedro Díaz Cuscate.
vida, ese papel es rechazado (a veces con atenuada culpa); y tal A través de la novela Rosario Castellanos hace un análisis de la
proceso lleva a la meditación lírica una dualidad que sólo podemos hegemonía y explora los mitos de ésta al mismo tiempo que la po­
calificar de "anti-interiorista". Pero aun en su tonalidad irónica, sibilidad de una contrahegemonía con sus correspondientes contra­
amarga a veces, la dialéctica del sentir se impone y la mujer artista mitos, como espero demostrar. Otra de las intenciones del presente
reafirma el orgullo de los mejores valores de su sexo. estudio sobre Oficio de tinieblas es demostrar las ricas posibilidades
Si bien en otras poetas persiste la actitud que hemos llamado de las teorías de Gramsci para la futura crítica literaria latinoameri­
"interiúrismo", Rosario· Castellanos despierta de ese sueño y sale cana.
de la cocina siempre que puede a describir su dialéctica interior.
En esa lucha encontró su muerte; pero no sin antes dejar ilustra­ 1 Oficio de tinieblas, México, Joaquín Mortiz, 1962. Entre los estudios
y reseñas de esta obra: Raúl Leiva, "Oficio de tinieblas", Nivel, No. 48
ción concreta de sus fantasmas, de la dualidad que hoy día distingue (1962), p. 3; María del Carmen Millán, "En torno a Oficio de tinieblas,"
su obra lírica como primera en el despertar de la conciencia feme­ Anuario de Letras, 3 (1963), pp. 87-99; Rita Murúa, "Oficio de tinieblas," Re~
nina-feminista, y que la signa como fundadora entre las jóvenes uistaMexicana de Letras, Nos. 3-4 (1963), pp. 62-63; Joseph Sommers, "Rosa~
río Castellanos: Nuevo enfoque del indio mexicano," La Palabra" el Hombre,
poetas hispanoamericanas de la actualidad. No. 29 (1964), pp. 83.88; John S. Brushwood, Mexico in lts Novel, Austin,
U niversity oí Texas Press, 1966, p. 36; Guadalupe Garda-Barragán "Rosario
Castellanos en la novela y el cuento indigenista," Proceedings of the Pacific
Northwest Conference on Foreign Languages, 20 (1969), pp. 113-20; Luis Leal,
Breue historia de la literatura hispanoamericana, New York, Alfred A. Knopí,
1971,p. 290; Alfonso González, "Lenguaje y protesta en Oficio de tinieblas,"

You might also like