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INTEGRANTE:
Hctor Ortega
C.I: 18.431.367
Profesora: Ronald Ordeez
Barquisimeto, Noviembre de 2014
Oyendo ellos estas cosas, prosigui Jess y dijo una parbola, por
cuanto estaba cerca de Jerusaln, y ellos pensaban que el reino de Dios
se manifestara inmediatamente.
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Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un pas lejano, para recibir un
reino y volver.
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Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas,[a] y les dijo:
Negociad entre tanto que vengo.
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Pero sus conciudadanos le aborrecan, y enviaron tras l una embajada,
diciendo: No queremos que ste reine sobre nosotros.
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Aconteci que vuelto l, despus de recibir el reino, mand llamar ante
l a aquellos siervos a los cuales haba dado el dinero, para saber lo que
haba negociado cada uno.
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Vino el primero, diciendo: Seor, tu mina ha ganado diez minas.
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l le dijo: Est bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel,
tendrs autoridad sobre diez ciudades.
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Vino otro, diciendo: Seor, tu mina ha producido cinco minas.
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Y tambin a ste dijo: T tambin s sobre cinco ciudades.
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Vino otro, diciendo: Seor, aqu est tu mina, la cual he tenido guardada
en un pauelo;
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porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo
que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
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Entonces l le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabas que
yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no
sembr;
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por qu, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo,
lo hubiera recibido con los intereses?