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"MANUAL DE ERGONOMIA

FORESTAL"
por
E.Apud, M.Gutiérrez, S.Lagos, F.Maureira,
F.Meyer, y J.Espinoza
Editores Científicos:
E.Apud y S.Valdés
1999
Este Manual es parte del material de transferencia preparado por personal
académico de la Universidad de Concepción, como actividad del Proyecto
FONDEF D96I1108 titulado "Desarrollo y Transferencia de Tecnologías
Ergonómicamente Adaptadas para el Aumento de la Productividad del Trabajo
Forestal". Las investigaciones y las actividades de transferencia de este
proyecto fueron realizadas por personal del Laboratorio de Ergonomía de la
Universidad de Concepción, mientras que la organización de estas últimas
actividades estuvieron a cargo de Fundación Chile.

En este proyecto participaron además las siguientes empresas:

Asociación Chilena de Seguridad

Forestal Bio-Bio S.A.

Forestal Cholguan S.A.

Forestal Copihue S.A.

Forestal Mininco, S.A., Temuco,

Forestal Mininco S.A. Los Angeles

Forestal Mininco S.A. Concepción

Forestal Simpson Ltda.

Forestal Tornagaleones S.A.

Forestal Monte Aguila S.A.


Sociedad Forestal Millalemu S.A.

PROLOGO

Este Manual de Ergonomía Forestal, es uno de los productos finales del


proyecto FONDEF D96I1108, titulado "Desarrollo y transferencia de tecnologías
ergonómicamente adaptadas para el aumento de la productividad del trabajo
forestal".

Los objetivos específicos del proyecto fueron:

· Transferir conocimientos ya existentes, generados en Chile, para incrementar


la productividad a través de la mejoría de las condiciones de vida, seguridad,
alimentación, recreación, selección de trabajadores y organización de faenas
físicas pesadas en el trabajo forestal.

· Seleccionar y adaptar ergonómicamente las herramientas manuales y


maquinarias a las características anatómicas, fisiológicas y psicológicas de los
trabajadores forestales chilenos, con el fin de aumentar el rendimiento,
incrementar la calidad de los productos y mejorar las condiciones de seguridad
y salud.

· Definidas las herramientas y maquinarias, diseñar ergonómicamente los


sistemas de trabajo y generar funciones de rendimientos de referencia para el
cálculo de tarifas, salarios y tiempos requeridos para ejecutar las faenas, en
base a las dificultades impuestas por el objeto de trabajo, el terreno, el clima y
la carga fisiológica y psicológica que los trabajadores pueden tolerar
rutinariamente sin fatiga.

· Difundir y contribuir a la transferencia de las tecnologías y formas de


organización del trabajo que se demuestren más apropiadas para ejecutar las
faenas con alta productividad y seguridad.

Este proyecto no habría sido posible sin el financiamiento proporcionado por


FONDEF y sin el apoyo de la Asociación Chilena de Seguridad, Forestal Bio-
Bio S.A., Forestal Cholguan S.A., Forestal Copihue S.A., Forestal Mininco,
S.A., con sus regionales Temuco, Los Angeles y Concepción, Forestal Simpson
Ltda., Forestal Tornagaleones S.A., Forestal Monte Aguila S.A. y Sociedad
Forestal Millalemu S.A. Es pertinente hacer un reconocimiento a ejecutivos,
profesionales, técnicos y trabajadores de estas empresas ya que nos ofrecieron
todas las facilidades para llevar a cabo los estudios.

Quisiéramos también agradecer a la Asociación Chilena de Seguridad por


autorizarnos el uso de algunas figuras extractadas de textos publicados por
dicha Institución.

El proyecto que termina generará publicaciones que esperamos sean un aporte


a la comunidad científica. Sin embargo, nuestra principal meta es que el
conocimiento que por más de 25 años se ha acumulado en el país, sea
aplicado para beneficio de los trabajadores y las empresas. Por esta razón, en
los objetivos específicos del proyecto, se planteó recopilar información ya
existente en Chile, la cual integrada a los conocimientos que el proyecto
generó, da origen a este Manual.

Por esta razón, parece muy justo mencionar que durante los casi 30 años que
con mucho esfuerzo se viene impulsando la Ergonomía Forestal en Chile, son
numerosas las personas que han aportado conocimientos y trabajo. En primer
lugar, hay que mencionar a quien ha sido el padre de la Fisiología del Trabajo
en el país. Me refiero al Dr. Hugo Donoso Puelma cuya contribución fue
fundamental para avanzar en el tema de los trabajos pesados y cuya huella
está reflejada en varios capítulos de este libro.

En la década del 70, la Ergonomía Forestal se desarrollaba a partir de


conceptos fisiológicos y anatómicos. Sin embargo, se necesitaba la visión
forestal para traducir en acciones nuestras intenciones de mejorar el ambiente
laboral en equilibrio con la productividad. El que aportó ideas e impulso
estudios, que apuntaban a una visión integral de la adaptación del trabajo al
hombre, fue Sergio Valdés Valenzuela. Con el nació la idea de integrar
conceptos de Biología Humana e Ingeniería Forestal para generar modelos en
que el rendimiento se expresara no sólo en función de las variables del rodal,
del terreno y el clima sino que también incorporando aspectos relativos a la
carga física y psicológica que los trabajadores pueden tolerar sin fatiga. Por
esta razón ha sido muy importante su opinión durante todo el desarrollo de este
proyecto y su participación como Editor Científico de este Manual.

En los ochenta, los recursos con que trabajábamos demandaban una gran
dosis de sacrificio. De esa época destaca Eduardo Guzmán Nova, cuyo
esfuerzo y apoyo fue fundamental para recabar información en temas tan
importantes como aptitud física, composición corporal, carga fisiológica de
trabajo y alimentación de los trabajadores forestales.

Avanzando los años, ha habido muchos profesionales y técnicos que han


colaborado para impulsar el desarrollo de la Ergonomía Forestal. Aún a riesgo
que algunos nombres se enreden en el tiempo, no se puede dejar de
mencionar a Enrique Arrue, Jaime Espinoza, Alberto Guerrero, Julio Vega y
Nelson Vergara, como personas que han estado permanentemente aportando
al desarrollo de la disciplina. También es necesario consignar el trabajo de los
estudiantes de Ingeniería Forestal que hicieron sus proyectos de titulo con
nosotros, algunos de los cuáles con posterioridad se integraron a nuestro
equipo de trabajo. Ellos son: Gerardo Albornoz, Mario Cáceres, Eduardo
González, Erwin Feest, Luis Llanos, Felipe Meyer, Juan Pablo Vargas y Boris
Valdes.

De todas las personas que de una forma u otra han colaborado en el proyecto,
dos jóvenes han destacado por su entrega y espíritu de cooperación,
particularmente en el último tiempo en que hubo que dedicar muchas horas al
análisis de información, diagramación y redacción de este Manual. Me refiero a
Jorge Espinoza, Tecnico Forestal y Felipe Meyer, primero estudiante y ahora
Ingeniero Forestal, quienes han abordado con seriedad, compromiso y, cuando
ha sido necesario también con una dosis de humor, las tareas que les
encomendamos.

En más de una ocasión he parafraseado al Profesor T.M.Fraser quien en su


libro "The worker at work" señala "es cuando uno termina un libro cuando
recién se siente competente para comenzarlo" . Haciendo una analogía
podríamos señalar que al entregar este Manual, percibimos algo similar.
Aunque hemos aumentado el conocimiento para mejorar el ambiente laboral,
esto no es suficiente para asegurar mejores condiciones de trabajo. Las
aplicaciones recién comienzan. Por ello, el desafío para el próximo milenio es
comprometerse a generar sistemas productivos equilibrados, que llevando al
éxito a las empresas permitan el desarrollo de la población de trabajadores
forestales y sus familias.

Elias Apud Simon

Director del Proyecto

CAPITULO 1

INTRODUCCION

1. Aspectos Generales de Ergonomía

Chile es un país con una larga tradición de productor y exportador de madera.


Debido al crecimiento sostenido que ha experimentado el sector forestal en las
dos últimas décadas, se ha producido un incremento del empleo, una creciente
mecanización de las faenas y también mayor interés por organizar el trabajo
aplicando conceptos ergonómicos.

El término Ergonomía, que deriva del griego (ergo = trabajo, nomos = leyes), se
emplea en la actualidad para identificar una multidisciplina preocupada de la
adaptación del trabajo al hombre. Su propósito es mejorar el rendimiento y la
calidad del trabajo, pero protegiendo a los trabajadores de accidentes y
enfermedades ocupacionales y fomentando el bienestar laboral. En otras
palabras, la Ergonomía es una disciplina que actúa como un puente entre la
Biología Humana y la Ingeniería, poniendo a disposición de esta última,
conocimientos de las capacidades y limitaciones humanas que deben ser
utilizados para un buen diseño del trabajo.

Uno de los aportes principales de la Ergonomía es su carácter anticipativo e


innovador, ya que tiende a crear utensilios, herramientas, máquinas,
accesorios, puestos de trabajo y sistemas, sean estos de uso industrial o
doméstico, que se adapten a las aptitudes de los seres humanos. En este
sentido, cuando se diseña cualquier elemento que será usado por personas, es
cuando debemos preguntarnos el efecto que podría tener sobre quien los
acciona. No hay que olvidar que, desde una simple herramienta manual, hasta
los más complejos sistemas industriales, son creados por personas para
ayudarse en sus tareas; resulta una paradoja que no se preste atención a los
implementos de uso humano, hasta que estos empiezan a demostrar su
ineficiencia o a provocar daños en la población. Consecuente con estos
principios, la Ergonomía se orienta, principalmente, a la adaptación del trabajo
al hombre. Por ello, es una necesidad básica utilizar criterios ergonómicos
cuando se planifica y diseña una actividad. Lamentablemente, esto no es lo
habitual. Por ejemplo, es común que, en cualquier empresa en construcción o
en expansión, se describa con buenos fundamentos, las características
técnicas y origen de cada equipo, la producción que se espera lograr y los
costos involucrados. Sin embargo, cuando se consulta sobre los problemas a
que pueden verse enfrentados los trabajadores, salvo que estos sean muy
evidentes, habitualmente hay poca información.

Por esta razón, uno de los grandes esfuerzos de la Ergonomía es proporcionar


conocimientos de las capacidades y limitaciones humanas para que puedan ser
utilizados en el diseño del trabajo. La innovación tecnológica apropiada pasa
necesariamente, por el conocimiento de lo que podemos esperar de un ser
humano. Solamente en esta forma se puede avanzar hacia un desarrollo
tecnológico "sano", que, evitando riesgos de accidentes y enfermedades,
permita innovaciones exitosas para el aumento de la cantidad y calidad de la
producción, objetivo tan importante para los países en desarrollo.

La Ergonomía Forestal comienza a desarrollarse en Europa, especialmente en


Suecia, en la década del 50. En Chile, los primeros pasos se dieron en 1968,
con la visita a nuestro país del consultor de la Organización Mundial de la
Salud, Profesor Nils Lundgren, destacado médico y ergonomista sueco.
Durante una estadía de tres meses en nuestro país, él difundió la importancia
de la Ergonomía, disciplina que, en esa época, era casi desconocida en Chile.
El Profesor Lundgren, había realizado interesantes estudios sobre la respuesta
fisiológica de trabajadores forestales involucrados en tareas que requerían
mano de obra intensiva. Tras su paso por nuestro país, incentivó a Apud,
Elgstrand y Teljstedt (1972) para redactar un plan de trabajo que permitiera
difundir la Ergonomía en el sector forestal e iniciar estudios para mejorar las
condiciones de trabajo. Dicho programa sentó las bases de las investigaciones
que se iniciaron con posterioridad, cuando la Universidad de Concepción tuvo
la visión pionera de crear en 1972, el primer Laboratorio de Ergonomía del
país, dedicado exclusivamente al desarrollo de esta disciplina. Este
Laboratorio, nacido para ayudar a optimizar el trabajo en diversas industrias de
la Octava Región, desde sus inicios, ha dedicado una importante parte de su
quehacer al sector forestal.

¿Por qué se priorizó el sector forestal?. Desde un punto de vista ergonómico,


ofrecía dos importantes desafíos. Por una parte, se requería mejorar los
métodos tradicionales de trabajo manual y, por otra, siendo tecnológicamente
dependientes, crear conciencia para introducir tecnologías apropiadas, vale
decir, aquellas que, conduciendo a un aumento de la productividad,
presentaran el menor riesgo para la seguridad, salud y bienestar de los
trabajadores. En tal sentido, la Ergonomía considera que para optimizar la
productividad y el bienestar social, desde los sistemas de trabajo más simples,
hasta aquellos que utilizan tecnologías complejas, deben planificarse,
incorporando conocimientos de las necesidades, capacidades y limitaciones
humanas en su diseño y organización.

Si bien, lo destacado en el párrafo precedente es de una lógica irrefutable,


llevar a la práctica estos principios presentaba una serie de dificultades
derivadas del desconocimiento en la mayoría de las empresas que, por lo
general, temían un incremento en los costos. Por otra parte, los trabajadores
desconfiaban de los estudios, ya que les atemorizaba que sus resultados
pudieran utilizarse para ponerles exigencias aún mayores. Por esta razón, el
programa de Ergonomía, emprendido desde la Universidad de Concepción se
inició con una seria labor de difusión, para que todas las personas
involucradas, desde trabajadores a ejecutivos, comprendieran cuáles eran los
objetivos de los estudios ergonómicos y los beneficios que se podían lograr con
su aplicación. Por ello, desde su creación, el Laboratorio de Ergonomía viene
desarrollando actividades de extensión en la forma de charlas, demostraciones
prácticas y cursos, orientados a diferentes estamentos de la industria forestal.
De igual importancia han sido los cursos curriculares de Ergonomía que se
dictan a estudiantes de Ingeniería Forestal y de Ingeniería Industrial, que han
permitido que las nuevas generaciones de ingenieros egresados de la
Universidad de Concepción, inicien su vida profesional con ideas claras sobre
los problemas de adaptación del hombre al trabajo.

Con respecto a investigación, aunque la mecanización forestal aumenta


progresivamente, también es cierto que numerosas actividades se realizan
haciendo uso de energía humana. Por esta razón, el Laboratorio de
Ergonomía, ha orientado una parte importante de sus actividades al tema de
los trabajos manuales pesados. La investigación desarrollada en el sector
forestal ha permitido establecer las bases para mejorar las condiciones de
sanidad, alimentación y comodidad en los campamentos forestales que son los
hogares temporales de estos trabajadores. Además, con apoyo de algunas
empresas del sector, se ha intentado buscar tecnologías apropiadas para evitar
la fatiga fisiológica, buscando también aumentar la calidad del trabajo y el
rendimiento.

En cuanto a la mecanización, es bueno tener presente que muchos de los


avances logrados en países industrializados son de interés para los países en
desarrollo. Sin embargo, debido a las diferencias en el ambiente físico y
tecnológico, a las características antropométricas y aptitud física de los
usuarios, condiciones socioculturales, educacionales y nutricionales, entre
otras, la experiencia lograda en los países industrializados, no siempre es
aplicable en otras realidades con idénticos resultados. Como el costo de la
mecanización es alto, cuando las maquinarias se adquieren sin pensar en los
operadores, si su diseño es inadecuado, los trabajadores deben continuar
expuestos a los riesgos hasta que la máquina termine por destruirse. Modificar
estos elementos para reducir problemas derivados, por ejemplo, de la postura
de trabajo, visibilidad de los equipos, diseño de controles e indicadores, ruido,
vibraciones, etc., rara vez se realizan, con consecuencias directas para la
población laboral, que se manifiestan en niveles críticos de accidentabilidad,
deterioro de la salud y subutilización de las maquinarias, por la inadecuada
adaptación de ellas a los usuarios.
2. Origen y orientación de este manual

Desde un punto de vista ergonómico el equilibrio entre producción y protección


de las personas sólo puede conseguirse en la medida que las empresas
asuman el compromiso de innovar con tecnologías apropiadas. Es necesario ir
abriendo espacios para el análisis de estos temas de manera que trabajadores
y empresarios participen más activamente en la mejoría del ambiente laboral.
En este sentido, el sector forestal chileno, ha tenido importantes avances. Una
muestra de ello, es que el proyecto FONDEF titulado "Desarrollo y
transferencia de tecnologías ergonómicamente adaptadas para el aumento de
la productividad del trabajo forestal", que da origen a este texto, fue
desarrollado por la Universidad de Concepción y Fundación Chile con aportes
de 10 grandes empresas forestales y de la Asociación Chilena de Seguridad.
Este proyecto ha generado recursos para investigación, pero tan importante
como eso, para hacer una transferencia sistemática de conocimientos a
trabajadores, contratistas y empresarios. Su objetivo general fue desarrollar y
transferir tecnologías apropiadas que permitan incrementar la productividad y la
seguridad, mejorando también las condiciones de vida y trabajo de las
personas que realizan actividades silvícolas y de producción forestal,
particularmente roce, plantación, podas a diferentes alturas, raleos y cosecha.

Durante la ejecución de los estudios, se evaluó ergonómicamente herramientas


manuales y maquinarias de uso forestal. El propósito fue seleccionar las que
mejor se adaptaran al trabajo y a los trabajadores. En los casos en que se
demostró que las herramientas manuales o maquinarias tenían diseños
inadecuados para las características anatómicas y capacidad de respuesta
fisiológica de los trabajadores chilenos, se propusieron modificaciones o
nuevas alternativas adaptadas a la población usuaria.

No obstante, el objetivo más importante del proyecto fue analizar aspectos de


organización del trabajo en faenas de baja productividad, particularmente en
aquellas que, teniendo algún nivel de mecanización, siguen requiriendo mano
de obra intensiva. La calidad y la productividad en el sector forestal,
particularmente con el empleo de tecnologías básicas e intermedias, sólo
puede lograrse en la medida que la respuesta de los seres humanos
involucrados en los sistemas de trabajo sea compatible con sus capacidades y
limitaciones. Es muy difícil desarrollar trabajos seguros y eficientes en
trabajadores fatigados física y mentalmente, por exceso de trabajo, por mala
organización o porque sus requerimientos no se satisfacen plenamente. Por
esta razón es fundamental contar con rendimientos de referencia para cada
tarea que se efectúa en el bosque. Como se ilustra en la figura 1.1, para lograr
tales referencias se debe considerar, además de los aspectos tecnológicos, la
carga que un ser humano puede tolerar sin fatiga y las dificultades que le
impone el rodal, el terreno y el clima.

Figura 1.1. Factores que condicionan los niveles de rendimiento en el trabajo

Forestal
El esquema presentado en la figura 1.1, es válido para cualquier actividad y se
sustenta en criterios ampliamente discutidos por Apud y Valdés (1995). Sin
embargo, no es fácil obtener rendimientos de referencia en el trabajo forestal.
Una forma de abordarlo es considerando el potencial de la tecnología
disponible para ejecutar las distintas faenas. Por ejemplo, si en una faena de
cosecha, se dispone de una máquina que, bajo las condiciones en que se
efectúa el trabajo, puede maderear 20 metros cúbicos por hora, los
trabajadores de bosque deben ser capaces de proveerle esta cantidad de
trabajo. Sin embargo, la única forma que los seres humanos puedan realizar
actividades físicas por períodos prolongados en forma sustentable, es que lo
hagan dentro de límites de carga fisiológica que no los conduzcan a la fatiga.
Desde este punto de vista, estimamos que la cantidad de trabajo que puede
efectuar un trabajador forestal depende del límite fisiológico señalado, que
como se analizará más adelante, está claramente definido, de las condiciones
del rodal, del terreno y del clima.

Para orientar a los lectores sobre el orden de presentación, el Manual está


dividido en tres partes. En la primera parte, se presenta una síntesis de los
métodos y conceptos que sustentan los criterios de aptitud física frente a
problemas de trabajos dinámicos, repetitivos y manejo manual de materiales.
Se discute también los conceptos de carga mental y stress y se proponen
criterios de selección para trabajadores forestales, temas muy presentes en un
trabajo con tantas dificultades operacionales, como es la actividad forestal. En
cuanto a agentes ambientales, se incluyen los que mayor influencia tienen
sobre este trabajo, vale decir, calor y frío ambiental, producto de que las
actividades se efectúan al aire libre, y el ruido y las vibraciones, provenientes
de motosierras y otras maquinarias. Se discute también las técnicas empleadas
en terreno para cuantificar la distribución de tiempos, las variables de rodal y
las características del terreno, incluyendo una síntesis de los criterios
estadísticos para el cálculo de los rendimientos de referencia.

En la segunda parte, se plantean los requerimientos de higiene y calidad que


deberían tener los campamentos y la alimentación, junto con un análisis
detallado del vestuario y elementos de protección personal.
En la tercera parte, se analiza actividades silvícolas, principalmente plantación,
podas y roce. En cosecha, se presenta, en primera instancia, las maquinarias
evaluadas que fueron principalmente skidder, trineumáticos y torres de
madereo. Luego, se analiza en detalle las diferentes actividades realizadas por
los motosierristas, por ser una tarea de gran importancia en el desarrollo en
estas actividades. Aunque resulte sorprendente estudiar trabajos manuales de
alta intensidad, como los que realizan hacheros, estroberos y arrumadores,
estas técnicas de trabajo no están obsoletas y se utilizan y se seguirán
empleando en un número importante de empresas forestales, especialmente
en las más pequeñas. Por ello, se analiza la necesidad de erradicar o limitar al
máximo algunas de ellas, como el arrumado manual, y de mejorar las otras,
como por ejemplo, el desrame con hacha. Para cada una de las tareas
silvícolas y de cosecha antes mencionadas se proponen funciones y se derivan
tablas para el cálculo de rendimientos de referencia. Sin embargo, en cosecha,
las referencias a tareas individuales carecen de valor si no se integran todos
los trabajadores del equipo. Por esta razón, se hace un análisis de cómo
organizar a los trabajadores en torno a la tecnología disponible, para hacer
buen uso de ella, sin someter a riesgos a ningún miembro de las cuadrillas de
trabajo. Más aún, se incluyen resultados que demuestran la importancia de
otros aspectos vinculados a la organización del trabajo, tales como la
introducción de pausas programadas, rotación de funciones y planificación de
tareas. En esta parte también se demuestra, en base a ejemplos prácticos y
reales, la rentabilidad que el trabajo ergonómicamente organizado puede tener
para las empresas y para mejorar el salario de los trabajadores.

CAPITULO 2

CARGA FISICA DE TRABAJO

1. Sobrecarga postural

1.1. Conceptos generales

La sobrecarga postural derivada del trabajo forestal puede frenar el rendimiento


por las molestias que genera y, a largo plazo, producir enfermedades del
sistema músculo-esquelético. Por eso es un tema de especial interés en el
análisis ergonómico.

La postura se define como la ubicación espacial que adoptan los diferentes


segmentos corporales o la posición del cuerpo como conjunto. En este sentido,
las posturas que usamos con mayor frecuencia durante nuestra vida son la
posición de pie, sentado y acostado. El término sobrecarga postural, se refiere
al riesgo para el sistema músculo-esquelético, que genera la posición que
mantienen los diferentes segmentos durante el desarrollo de las actividades
laborales o en nuestra vida cotidiana.

En términos generales, la unidad funcional que permite al ser humano efectuar


movimientos o mantener una postura de trabajo, es aquella en que interactúan
los sistemas muscular, articular y óseo. En la figura 2.1 se ilustran estos tres
sistemas anatómicos. Respecto de la función de los componentes, el sistema
óseo sirve de soporte a los diferentes órganos corporales, específicamente a la
musculatura que se inserta mediante tendones en las piezas óseas. Las
articulaciones tienen por función mantener unidos los huesos y sirven como
punto de apoyo o giro para las estructuras óseas. Por su parte, el tejido
muscular tiene la capacidad de generar tensión. La fuerza desarrollada es
empleada en este sistema mecánico para mantener la postura o para desplazar
los segmentos corporales y las cargas que se presentan en cada tipo de
trabajo.

Figura 2.1. Sistemas muscular, articular y óseo del segmento brazo

Respecto del trabajo muscular, este puede ser clasificado como estático y
dinámico. En el trabajo dinámico, las tareas generan ciclos alternados de
contracción y relajación de la musculatura. El ejemplo más frecuente de trabajo
muscular dinámico, se aprecia al caminar. En cada paso, las personas contraen
y relajan diferentes grupos musculares, particularmente, de los segmentos:
pies, piernas, muslos y caderas. Por otra parte, existen tareas en las cuales la
musculatura, sin modificar su longitud, genera tensión para mantener en
equilibrio las fuerzas resultantes del peso del cuerpo y de los objetos con los
que se trabaja. En dicho caso, estamos en presencia de contracciones
musculares de tipo estáticas o de trabajo muscular estático. Un ejemplo que
ilustra esta situación, corresponde a tareas en las cuales los trabajadores
deben sostener una herramienta, por períodos prolongados de tiempo,
manteniendo los brazos sobre la altura de los hombros. En estas labores, las
contracciones musculares estáticas permiten mantener la posición de los
brazos, mientras el operario realiza la manipulación de la herramienta. De este
modo, si se considera el tipo de trabajo muscular que demandan las tareas, es
posible deducir que, uno de los aspectos que se debe considerar en el análisis
de sobrecarga postural, es la capacidad y limitantes que el ser humano tiene
para efectuar trabajo estático.
Otro aspecto que también es importante considerar es la mecánica articular. En
general, el rango de movimientos de las articulaciones está determinado por la
forma de estas y la elasticidad de los tejidos, particularmente de ligamentos y
tendones. Para ilustrar esta característica, en la figura 2.2, se presentan las
articulaciones de hombro y rodilla. En el caso del hombro, es una semiesfera
que articula con una cavidad. Esta forma le otorga una gran movilidad a la
articulación. Es así como, el brazo puede ser flectado, extendido, abducido
(separado de la línea media del cuerpo), aducido (acercado a la línea media del
cuerpo) y girado a izquierda y derecha. En cambio, la articulación de rodilla,
tiene forma de polea y, por lo tanto, sólo es posible efectuar movimientos en
dos direcciones, específicamente de flexión y extensión. En este sentido, es
necesario tener presente que los diferentes segmentos corporales tienen
rangos de movimientos y libertades de movimiento, que si se llevan a
condiciones extremas, pueden causar trastornos al aparato músculo-
esquelético.

Figura 2.2. Forma de las articulaciones y libertad de movimiento

1.2. Efectos en el ser humano


Como se ha señalado uno de los factores importantes de considerar en el tema
de sobrecarga postural, es el tipo de trabajo muscular que se requiere para
efectuar las tareas. En este sentido, desde el punto de vista de la fisiología del
trabajo, una de las diferencias más relevantes entre contracciones musculares
dinámicas y estáticas, se genera porque las de tipo estáticas reducen el flujo
sanguíneo durante el desarrollo de tensión muscular. Por el contrario, en el
trabajo dinámico, la contracción y relajación de la musculatura actúa como una
verdadera bomba impulsora, facilitando el flujo.

Durante el trabajo estático, la musculatura genera tensión y aumenta su


volumen en sentido transversal. Ello produce un aumento de la presión al
interior del tejido muscular, lo cual reduce el diámetro de arterias y venas. El
resultado es una disminución del flujo sanguíneo, imponiendo una limitación a
la entrada de oxígeno y nutrientes a los tejidos y a la salida de desechos
metabólicos. Al disminuir el aporte de oxígeno a la musculatura, la energía es
producida por el sistema anaeróbico. Este sistema energético se caracteriza
por generar ácido láctico, metabolito que al aumentar su concentración a nivel
muscular, inhibe la capacidad de desarrollar tensión y genera fatiga muscular
localizada. Más aún, en la medida que aumenta la tensión muscular estática,
menor es el flujo sanguíneo y, por lo tanto, mayor la probabilidad de fatiga local.
Esta relación se ilustra en la figura 2.3, donde se puede observar que, al
aumentar el porcentaje de fuerza muscular estática, disminuye el tiempo en el
cual se puede mantener dicha tensión. En general, se plantea que valores de
fuerza inferiores a un 15 % de la fuerza estática máxima, permiten un
suministro adecuado de sangre a la musculatura, (Grandjean, 1982). También
se ha establecido que en trabajos mantenidos por períodos prolongados de
tiempo, donde el factor comodidad es el relevante, se considera que el
porcentaje de fuerza no debería exceder el 8 % de un esfuerzo estático
máximo.

Figura 2.3. Relación entre porcentaje de una contracción muscular estática


máxima y tiempo que se puede mantener la contracción
Por otra parte, dependiendo de la intensidad y el tiempo de exposición a trabajo
estático, las personas pueden experimentar trastornos músculo-esqueléticos
reversibles o crónicos. Cuando los trastornos son reversibles, el dolor se
localiza a nivel de músculos y tendones, desapareciendo tan pronto el
trabajador deja de efectuar la actividad. Por su parte, los trastornos crónicos, se
localizan a nivel de la musculatura y de los tendones, pero también afectan las
estructuras anatómicas de las articulaciones. En tal caso, el dolor no
desaparece cuando el operario cesa la labor, debido a que es causado por
procesos inflamatorios y degenerativos de los tejidos. Respecto de lesiones
músculo-esqueléticas específicas, diferentes estudios asocian el trabajo
estático a los siguientes trastornos:

1.- Dolor muscular localizado y temporal

2.- Dolor muscular localizado permanente

3.- Inflamación de cápsula tendinosa

4.- Inflamación de la inserción del tendón

5.- Inflamación de las articulaciones

6.- Procesos degenerativos de las articulaciones.

Por lo señalado en los párrafos anteriores, se concluye que, para establecer


criterios de evaluación de sobrecarga postural, es necesario identificar aquellas
posiciones del cuerpo que imponen una carga estática o que requieren rangos
de movimientos peligrosos para el sistema músculo-esquelético, o ambos. Del
mismo modo, es necesario asociar estas posiciones de trabajo con el tiempo
de exposición durante la jornada.

1.3. Criterios de evaluación

Para evaluar la postura de trabajo es necesario establecer la ubicación espacial


de los segmentos corporales. Para ello, se puede recopilar la información por
observación directa, fotografías y grabaciones de vídeo o por medio de la
medición del desplazamiento relativo de los segmentos. En el último caso, es
necesario utilizar técnicas goniométricas, las cuales permiten registrar en
grados, el desplazamiento de los segmentos. En las figuras 2.4.a. y 2.4.b, se
puede observar un goniómetro y un flexómetro, con los cuales se está
midiendo la postura del tronco respecto de la vertical.

Figura 2.4.a. Goniómetro

Figura 2.4.b. Flexómetro


Cualquiera sea la metodología que se utilice, lo importante es que las posturas
de trabajo representen las exigencias que las actividades imponen en la
jornada. Por lo tanto, es necesario efectuar un muestreo, para establecer las
tareas efectuadas durante la jornada y las posturas requeridas en estas
actividades.

Una vez definidas las posturas de trabajo, hay que compararlas con referencias
que permitan establecer el grado de desviación que existe entre las
condiciones de trabajo y lo que se considera como "aceptable". En este
sentido, los estudios han estado orientados a definir posturas de menor riesgo
para el sistema músculo-esquelético, que sean funcionales y cómodas. El
denominador común ha sido establecer posturas en las cuales el sistema
músculo-esquelético esté sometido a una mínima tensión estática. A estas
posiciones de los segmentos se les denomina "ángulos de comodidad". Al
respecto en la figura 2.5, se presentan algunos de los ángulos de comodidad
comúnmente referidos en la literatura (Pheasant, 1988). Como se puede
observar, las posturas cómodas no son únicas, presentándose rangos de
desplazamiento que las personas pueden adoptar para alcanzar una condición
de confort.

Figura 2.5. Angulos de comodidad


El conocimiento de los ángulos de comodidad ha derivado en la generación de
diferentes técnicas para evaluar sobrecarga postural. Entre ellas, se puede
mencionar el estudio de maniquíes, el cual fue empleado en los estudios
ergonómicos de maquinaria forestal. En esta técnica se relaciona el concepto
de ángulos de comodidad con el tamaño corporal. De este modo, conocida la
posición que deben adoptar los segmentos corporales para determinadas
tareas y definido el rango de tamaño corporal de la población usuaria, se dibuja
a escala la silueta del cuerpo o maniquíes. Estas figuras son diseñadas a
escala. Para realizar la evaluación, los maniquíes son ubicados sobre el puesto
de trabajo estudiado, el cual se dibuja a la misma escala de los maniquíes,
generalmente en escala de 1:10. Los problemas posturales y el diseño
inadecuado del puesto de trabajo, se identifican por la simple observación de
las discrepancias que existen entre el tamaño corporal de los maniquíes que
representan a la población y las dimensiones y disposición de los puestos de
trabajo. En la figura 2.6, se aprecia el diseño de una cabina de torre de
madereo y la ubicación que presentan los controles respecto de las
dimensiones y las zonas que se consideran óptimas para la operación de estos
dispositivos (Gutiérrez y Apud, 1995). Como se puede deducir, el diseño del
puesto de trabajo presenta condiciones deficientes y, por lo tanto, existe un
riesgo evidente de trastornos músculo-esqueléticos. La ventaja de este tipo de
técnicas es que permite diagnosticar problemas de sobrecarga postural y es
una herramienta útil para orientar el rediseño. Estas técnicas también han sido
adaptadas para programas computacionales. Sin embargo, las limitantes que
se presentan para aplicarlos en nuestro país, radican en que las bases de
datos empleadas para diseñar las figuras humanas, son de estudios
antropométricos de poblaciones extranjeras.

Figura 2.6. Técnica de maniquíes aplicada a la evaluación de cabinas

Por lo expuesto, un área de trabajo que se ha impulsado en el Laboratorio de


Ergonomía de la Universidad Concepción, ha sido la generación de bases de
datos de características antropométricas de población nacional. En este
sentido, la tabla 2.1 y la figura 2.7, presentan las referencias antropométricas
de 2030 hombres chilenos de 17 a 60 años de edad (Apud y Gutiérrez, 1997),
que incluye una muestra de 369 trabajadores forestales. La información resume
algunas de la dimensiones más importantes para orientar el diseño de puestos
de trabajos, en los cuales las personas trabajan en posición de pie o sentada.
Tabla 2.1. Características antropométricas de hombres chilenos de 17 a 60
años de edad

DIMENSIONES NUMERO EN PERCENTILES


LA FIGURA
ANTROPOMETRICAS 2.7
(cm)
MEDIA D.E 5 95
POSICION DE PIE
ESTATURA 1 168,8 6,7 157,8 179,8
ALTURA OJO SUELO 2 158,4 6,7 147,3 169,4
ALTURA HOMBRO SUELO 3 139,2 6,0 129,3 149,0
ALTURA CODO SUELO 4 104,5 4,9 96,4 112,5
ALTURA NUDILLO SUELO 5 74,2 4,5 66,7 81,6
ENVERGADURA 6 154,2 6,5 143,5 165,0
POSICIÓN SENTADO
ESTATURA SENTADO 7 89,7 3,5 83,9 95,5
ALTURA OJO ASIENTO 8 79,4 4,2 72,5 86,3
ALTURA HOMBRO 9 60,2 3,8 54,0 66,4
ASIENTO
ALTURA CODO ASIENTO 10 25,4 4,0 18,9 31,9
ALTURA MUSLO ASIENTO 11 14,0 1,8 11,2 16,9
PROFUNDIDAD 12 25,6 4,0 19,1 32,2
ABDOMEN
ALTURA POPLITEA 13 40,1 2,8 35,5 44,8
DIST. GLUTEO-POPLITEA 14 46,0 3,1 41,0 51,0
DIST. GLUTEO-ROTULAR 15 57,5 3,6 51,6 63,4
ALCANCE VERTICAL 16 160,8 7,0 149,4 172,2
ALCANCE FRONTAL 17 75,0 4,5 67,7 82,4
ALCANCE ANTEBRAZO 18 42,2 2,4 38,3 46,1
ANCHO DE HOMBROS 19 41,4 3,2 36,2 46,6
ANCHO ENTRE CODOS 20 51,9 4,9 43,9 59,9
ANCHO DE CADERAS 21 34,4 2,9 29,7 39,2

Figura 2.7. Esquema de las características antropométricas de hombres


chilenos presentadas en la tabla 2.1
Respecto a las medidas antropométricas, en general las referencias se
presentan como frecuencias acumuladas expresadas en percentiles. Sin
embargo, en términos prácticos, estos valores representan el "porcentaje de la
población que está bajo una determinada medida antopométrica". Por ejemplo,
el 95 percentil de la estatura descalzo es 179,8 cm. Ello significa que un 95 por
ciento de la población tiene una estatura inferior a 179,8 cm y, al mismo tiempo
se puede interpretar que, sobre esta medida existe un 5 por ciento de la
población.

La razón de presentar la información en percentiles, se debe a que para los


diseñadores es prácticamente imposible acomodar a toda la población, puesto
que en cualquier grupo humano hay grandes variaciones de tamaño, desde
enanos a gigantes. Por este motivo, para diseño ergonómico, los estándares
antropométricos se restringen al 95 % de la población. Esto significa excluir al 5
por ciento de los individuos más grandes o el 5 por ciento de los más
pequeños, según las dimensiones requeridas para un determinado aspecto del
diseño.

Respecto al uso de las bases de datos para el diseño de puestos de trabajo,


una consideración importante es que normalmente no es conveniente tomar
como referencia al usuario promedio. Ello se puede ejemplificar con la altura
mínima de una puerta de acceso a la cabina de una torre de madereo. En este
sentido, para que gran parte de los usuarios que cruzan la puerta, no se
golpeen la cabeza en el umbral, es necesario considerar la estatura de los más
altos. De caso contrario, si empleamos el valor promedio de estatura, todos las
personas que están sobre la media se tendrían que inclinar para no golpearse
la cabeza. En otras situaciones, se recomienda usar las dimensiones de los
sujetos más pequeños. Al respecto, existen oportunidades en las cuales se
requiere definir cuál es la "máxima dimensión que debe tener alguna medida
del puesto de trabajo". En tales casos, se utiliza las dimensiones de los sujetos
más pequeños o el 5 percentil. Por ejemplo, para que todos los trabajadores
puedan alcanzar desde su asiento la palanca de cambio de la torre que se
ilustró en la figura 2.6, es necesario seleccionar el 5 percentil del alcance
funcional de la población usuaria. De este modo, si los de menor alcance de
brazos pueden controlar el dispositivo, el resto de los trabajadores podrá utilizar
el sistema. Estas bases de datos también permiten establecer cuáles son los
rangos de ajuste de los equipos. Por ejemplo, la altura poplítea es la dimensión
antropométrica utilizada para definir la altura de butacas o asientos. Si se elige
una butaca con ajuste vertical, debería regularse entre 35,5 y 48,8 cm, que es
el rango de altura poplítea de varones chilenos (ver tabla 2.1). A esta dimensión
es necesario agregar algunos centímetros que permitan corregir la altura del
calzado. Como se puede deducir, para efectuar un análisis de sobrecarga
postural y proponer soluciones, es indispensable disponer de referencias
antropométricas de los usuarios.

Otro tipo de procedimiento para efectuar diagnósticos de sobrecarga postural,


es el uso de listas de verificación. Generalmente, estas se basan en identificar
posiciones riesgosas para el aparato músculo-esquelético, debido al alto
componente de trabajo estático que requieren. En este sentido, se han
identificado las siguientes posturas:

· Permanecer de pie por períodos prolongados de tiempo

· Permanecer con el tronco flectado (inclinación anterior) o en rotación (giro


hacia la derecha o izquierda del cuerpo)

· Mantener los brazos elevados por sobre la altura de los hombros

· Mantener los brazos alejados del cuerpo, sosteniendo el propio peso de la


extremidad, cargas o herramientas

· Mantener la cabeza flectada (inclinación anterior), extendida (inclinación


posterior) o en rotación (giro a derecha o izquierda).

De este modo, una primera aproximación a la evaluación de sobrecarga


postural, consiste en identificar si en los puestos de trabajo, las personas
deben adoptar alguna de las condiciones descritas anteriormente.

Junto con la detección de las sobrecargas, también se debe establecer el


tiempo de exposición. En este sentido, una metodología que reúne tales
consideraciones es aquella propuesta por la fundación MAPFRE (Farrer et
al,1995). Para ello, se requiere establecer las posturas de trabajo y el tiempo
de duración a través de la jornada. Para identificar las posturas, se adjunta un
conjunto de ilustraciones que facilitan el procedimiento. Entre las posiciones de
trabajo, destacan permanecer en posición sentado, de pie, arrodillado,
acostado y en cuclillas. Para cada posición se consideran factores que
incrementan la sobrecarga. Entre ellas, se identifican el grado de inclinación del
tronco y la elevación de brazos sobre la altura de hombros. Un resumen de
estas posturas de trabajo se observa en la figura 2.8. Como se puede ver,
frente a cada postura existe una escala de tiempo. De este modo, es posible
calificar el nivel de riesgo del aparato músculo-esquelético, al relacionar el
tiempo y el tipo de postura empleado durante el trabajo. Es así como, se
considera que existe sobrecarga postural que requiere cambio en el diseño de
puestos o métodos de trabajo, cuando la ponderación en la escala es igual al
índice 4. En el caso que exista más de una postura de trabajo, se considera
que el riesgo es acumulativo, debiéndose sumar los índices parciales. Por
ejemplo, si una persona durante la jornada, como promedio por hora de trabajo,
permanece 30 minutos de pie, sin inclinación de tronco y 30 minutos sentado
con inclinación de tronco, el índice de sobrecarga postural total será igual a 2.
Esto indica que la actividad laboral no genera sobrecarga postural. En cambio,
si la persona permanece 10 minutos de pie con el tronco ligeramente inclinado,
15 minutos arrodillado con inclinación de tronco y 35 minutos de pie sin
inclinación de tronco, el resultado de la evaluación será la sumatoria de los
índices parciales 1, 3 y 1. De este modo, el índice total será 5, concluyéndose
que existe sobrecarga postural.

Figura 2.8. Método adaptado de la MAPFRE para la evaluación de sobrecarga


postural, Farrer et al (1995)

Postura principal de la Duración de la postura


tarea
(min)
< 10 10 a <20 20 a < 35 35 a < 50 _ 50
Sentado
Normal 0 0 0 0 0
1 1 1 2 3
Inclinación
Brazos sobre hombros 1 2 4 4 4
De pie
0 0 1 1 2
Normal
1 2 2 3 4
Brazos en extensión

frontal
1 2 3 4 4
Brazos sobre hombros
1 1 2 3 4
Tronco inclinado (<
40°)
Tronco inclinado (> 1 2 3 4 4
40°)
Arrodillado
1 2 3 4 4
Normal
Tronco inclinado 1 3 4 4 4
De espaldas
Brazos sobre . 1 3 4 4 4

hombros
Agachado
Normal 1 2 3 4 4
2 4 4 4 4
Brazos sobre hombros

2. Trabajo repetitivo

2.1. Conceptos generales

El trabajo repetitivo se caracteriza básicamente porque los ciclos de actividad


efectuados por los operarios duran breves períodos de tiempo pero, como su
nombre lo indica, las tareas y movimientos efectuados en los ciclos, se repiten
con cierta frecuencia a través de la jornada laboral. En el sector forestal, esta
forma de trabajo se aprecia con mucha claridad en labores tales como
plantación y poda, en faenas de volteo y desrame, así como también, en la
operación de maquinaria, particularmente aquellas que tienen ciclos breves
como el trineumático. Al respecto, es importante destacar que, generalmente,
en este tipo de labores, el incremento de la productividad se logra por medio de
una reducción del tiempo requerido para efectuar los ciclos de trabajo, lo cual
está asociado a una mayor velocidad de ejecución de las tareas y a mayores
exigencias para los segmentos corporales que participan en ellas. Esto genera
una concentración de los esfuerzos en determinadas estructuras anatómicas,
particularmente en manos y muñecas o en general, en la extremidad superior.

2.2. Efectos en el ser humano

Las exigencias que imponen algunos sistemas de trabajo a la extremidad


superior, han generado un conjunto de trastornos a nivel de los tejidos blandos,
particularmente de tendones, cápsula tendinosa, nervios y músculos. A este
conjunto de trastornos se le ha denominado síndrome de uso excesivo de
extremidad superior (SUEDES). Algunas lesiones músculo-esqueléticas
características de este síndrome son: mioalgias, tendinitis, tendosinovitis y
síndrome del túnel carpiano.

Respecto de los factores de riesgo, el incremento de la frecuencia o la


reducción del tiempo de los ciclos de trabajo, son condiciones que generan
síntomas de fatiga, dolor y tensión muscular. Más aún, el trabajo repetitivo
puede causar daño directo a los tendones, al someterlos a constantes
contracciones y elongaciones, así como también, incrementar la probabilidad
de fatiga de los tejidos, al reducir las posibilidades de recuperación. En la
medida que se generen episodios repetidos de este tipo de trastornos, se
produce inflamación de los tejidos blandos y una reducción de la movilidad
articular, lo cual es normalmente precursor de trastornos músculo-esqueléticos
crónicos. También, si la sobrecarga del trabajo afecta a nervios, los síntomas
pueden estar acompañados de pérdida de sensibilidad táctil y sensación de
adormecimiento de las extremidades. Más aún, si se presentan exposiciones
prolongadas a trabajo repetitivo, las personas pueden desarrollar trastornos
músculo-esqueléticos incapacitantes e irreversibles.

Aún cuando se reconoce que el trabajo repetitivo es uno de los principales


factores de riesgo de SUEDES, es importante considerar y evaluar otros
factores que son promotores del síndrome, entre ellos destacan: fuerzas
excesivas, sobrecarga postural y ausencia de pausas.

2.3. Evaluación de la repetitividad del trabajo

Para establecer lo repetitivas que son las actividades laborales, se requiere


efectuar un análisis del trabajo, de modo de definir:

· Las tareas realizadas. En este sentido, cada trabajo está constituido de una o
varias tareas

· La duración de los ciclos. Estos corresponden a la secuencia de tareas y


operaciones requeridas para efectuar la actividad. Por su parte, el tiempo o
duración de los ciclos, se define como el tiempo total requerido para efectuar la
secuencia de operaciones

· El número de operaciones que componen las tareas. Las operaciones


corresponden a los elementos básicos de la tarea, tales como: sostener,
alcanzar, mover, tomar, posicionar, seleccionar, accionar, pulsar, impactar,
ensamblar, desarmar, depositar, inspeccionar, vigilar, planificar, buscar,
desplazarse, demoras y pausas.

Esta información puede ser obtenida por medio de la observación directa o la


grabación de videos de las faenas. Con el objetivo de registrar información
representativa de las actividades laborales, se debe efectuar un muestreo de la
jornada (ver capítulo 5). Posteriormente, se debe establecer el tiempo promedio
del ciclo de trabajo, el porcentaje promedio del tiempo dedicado a las
operaciones más frecuentes y el número promedio de operaciones que
conforman el ciclo. Por ejemplo, si se analiza tareas de plantación con pala
neozelandesa, el ciclo de plantación es aquel que va desde el momento en que
el operario toma la caja con plantas para desplazarse al lugar donde cavará la
casilla, hasta el instante previo a la operación de tomar nuevamente la caja
para desplazarse a la casilla siguiente. El ciclo estaría constituido por las
siguientes tareas principales y las operaciones respectivas:

Tareas Operaciones del ciclo


principales
Desplazamiento 1. Tomar la caja con plantas
2. Desplazarse por el terreno

3. Depositar la caja en el terreno


Plantación 4. Posicionar la pala

5. Impactar el terreno

6. Mover la pala para abrir la cavidad

7. Tomar una planta de la caja

8. Depositar la planta en la hendidura

9. Desplazar tierra con el pie hacia la hendidura

10. Apisonar la tierra para estabilizar la planta

Las operaciones 4, 5 y 6, se efectúan tantas veces como sea necesario para


alcanzar la profundidad requerida, según criterios de calidad.

Es importante destacar que, aún cuando este es el esquema básico de


operaciones, el ciclo puede modificarse a través de la jornada. En el ejemplo
analizado, el ciclo puede cambiar si existen demoras en la alimentación de
cajas con plantas, el terreno es pedregoso o hay desechos forestales que es
necesario retirar del área en la cual se cavará la casilla. Lo relevante es que, el
muestreo represente las variaciones que experimenta el ciclo durante la
jornada. De este modo, de existir demoras, pausas o la incorporación de otras
operaciones, ello generará un aumento del número promedio de operaciones
por ciclo y se incrementará el tiempo promedio de los ciclos en la tarea de
plantación.

Con el propósito de ilustrar los resultados que podrían obtenerse al efectuar un


análisis de tareas en una faena de plantación con pala neozelandesa, en el
cuadro 2.1, se resume las variables más relevantes para calificar cuán
repetitiva es esta actividad. Las variables consideradas son, el tiempo promedio
del ciclo de trabajo, el número promedio de operaciones y el porcentaje de
tiempo dedicado a la operación realizada en forma más frecuente.

Cuadro 2.1. Ejemplo del análisis de tareas en una faena de plantación con pala
neozelandesa. Las variables consideradas son el tiempo promedio del ciclo
(TPC), número promedio de operaciones (NPO) y porcentaje promedio del
tiempo dedicado a la operación más frecuente (PPTOF)

Tareas principales TPC NPO Operación más frecuente y

PPTOF
Plantación 56 seg 7 · Posicionar, impactar y
mover la pala en la
hendidura

· 70 %
Desplazamiento 4 seg 3 · Desplazarse

·5%
Totales del ciclo 60 seg 10

2.4. Criterios para definir trabajo repetitivo

Respecto a los criterios que se deben emplear para calificar el trabajo


repetitivo, se considera que una labor es altamente repetitiva y, por lo tanto,
promotora de síndrome de uso excesivo de extremidad superior (SUEDES), si
la duración media del ciclo de trabajo es inferior a 30 segundos (Anderson,
1992). Complementario a este criterio, se debe analizar la relación entre la
duración media del ciclo y el número promedio de operaciones efectuadas
durante el ciclo. Es así como se considera que existe riesgo de trastornos
músculo-esqueléticos asociados al SUEDES, si el ciclo tiene una duración
inferior a 3 minutos y se realizan menos de 10 operaciones durante el ciclo
(Farrer et al., 1995). También, se ha demostrado que existe una mayor
probabilidad de SUEDES, si las operaciones exigen efectuar el mismo patrón
de movimiento, más del 50 % del tiempo del ciclo de trabajo. Por lo tanto, en el
ejemplo de plantación con pala neozelandesa, el estudio de tareas permite
concluir que el trabajo es de tipo repetitivo, debido a que las operaciones más
frecuentes, ocupan el 70 % del tiempo del ciclo de trabajo.

2.5. Criterios para definir riesgos asociados a trabajo repetitivo

Los trastornos que se asocian al síndrome de uso excesivo de extremidad


superior, no sólo dependen de si el trabajo es o no repetitivo, sino de la
presencia de factores de riesgo como fuerzas excesivas, ausencia de
esquemas de pausas y sobrecarga postural de extremidad superior (Anderson,
1992).

· Fuerzas excesivas

Para efectuar una adecuada evaluación del problema ergonómico, es


importante verificar si los operarios requieren sostener, mantener o vencer
resistencias, mediante trabajo muscular estático de extremidad superior. Como
se señaló en el tema de sobrecarga postural, el trabajo estático puede generar
fatiga muscular localizada. Esta respuesta fisiológica se presenta con mayor
probabilidad cuando los operarios requieren efectuar tareas en las que el
componente de fuerza excede aproximadamente el 15 a 20 % de una
contracción voluntaria máxima. De este modo, para establecer si un trabajo
impone sobrecarga por trabajo estático, se requiere conocer la capacidad de
desarrollo de fuerza de la población trabajadora. Al respecto, en el presente
proyecto, se procedió a evaluar la capacidad de desarrollo de fuerza de la
extremidad superior de los trabajadores forestales, en acciones de sujeción y
elevación de carga. Para ello, se utilizó pruebas dinamométricas descritas por
Jackson (1990), las cuales miden la fuerza estática máxima en acciones de
prensión o agarre con la mano, flexión de antebrazo y elevación de brazos. Las
evaluaciones efectuadas a 90 trabajadores permitieron establecer que la fuerza
máxima en las pruebas señaladas, alcanzaron valores promedios de 46,2, 31,4
y 35,5 kg fuerza, respectivamente.

Considerando los valores de fuerza máxima, se estableció niveles aceptables


de manipulación de pesos y resistencias para la extremidad superior. En este
sentido, con el propósito de proteger o evitar fatiga física a la mayor parte de
los usuarios, se recomienda utilizar como valores de referencia, el 5 percentil
de la fuerza máxima de la muestra evaluada. En otras palabras, si los operarios
que tienen menores niveles de fuerza, pueden realizar un trabajo en ausencia
de fatiga física, todos los trabajadores que están sobre el 5 percentil,
presentarán bajas probabilidades de fatiga por trabajo estático. Por otra parte,
en el manejo de carga también es importante la distancia a la cual se realiza el
desplazamiento de objetos, controles y herramientas. En la medida que la
carga se aleja del cuerpo, la capacidad de trabajo se reduce. De este modo,
para tener una aproximación a la distancia de trabajo, se han calculado niveles
aceptables de manejo de carga, cuando el trabajador desplaza o sostiene
herramientas u objetos dentro del alcance de antebrazos y al alcance de
brazos (ver figura 2.7). Teniendo presente los criterios anteriormente
expuestos, se estableció que los niveles de fuerza requeridos en trabajos
repetitivos, al emplear una mano y al realizar movimientos dentro del alcance
de antebrazos de los operarios, no deberían ser superiores a 1,4 kg. En caso
de manipular con una mano, cargas que están al alcance del brazo, la
resistencia de las herramientas o controles no debería sobrepasar los 0,9 kg.

De este modo, si el trabajo es repetitivo y el peso de las herramientas o


controles exceden los valores descritos, existe una alta probabilidad de que los
trabajadores presenten trastornos músculo-esqueléticos de extremidad
superior.

· Sobrecarga postural de extremidad superior

En cuanto a la sobrecarga postural de extremidad superior, es necesario


evaluar la posición de trabajo de los segmentos mano-muñeca, antebrazos y
brazo-hombro. Respecto de la posición del segmento mano-muñeca, la
condición óptima de trabajo se presenta cuando la muñeca trabaja en posición
neutra (figura 2.9). Un incremento de la desviación de la muñeca respecto de la
posición neutra, implica una pérdida progresiva de la capacidad de desarrollo
de fuerza, junto con un aumento del riesgo de lesiones de los tejidos blandos.
Esto último se produce por la presión que generan los tendones en las
estructuras adyacentes. Esta presión incrementa el roce, lo cual, sumado al
trabajo repetitivo, es el factor biomecánico causante de la inflamación de tejidos
blandos de la muñeca, entre ellos vainas tendinosas, tendones e incluso la
compresión del nervio mediano. Respecto del antebrazo, la sobrecarga
postural se genera al sostener o realizar movimientos que requieren
pronosupinación o rotación del segmento (figura 2.10). En cuanto a la postura
del segmento brazo - hombro, se considera que existe sobrecarga postural,
cuando se realizan tareas que requieren la manipulación o el accionamiento de
dispositivos sobre la altura de hombros o el brazo es separado más de 45°
respecto del eje vertical del hombro (figura 2.11).

Figura 2.9. Posición mano-muñeca

Figura 2.10. Posición antebrazo

Figura 2.11. Posición brazo

· Administración de pausas durante el trabajo repetitivo


La adecuada administración de pausas, es un criterio ergonómico que aún no
tiene repuesta para todas las condiciones de trabajo donde se esté en
presencia de uso excesivo de extremidad superior. Ello se debe a que cada
actividad tiene exigencias de frecuencia y duración de ciclos de trabajo, de
fuerza muscular, postura y uso de herramientas o dispositivos, que hacen difícil
generalizar recomendaciones de la duración y frecuencia con la que se debería
incorporar pausas. No obstante, es posible señalar que en labores repetitivas,
que requieran fuerzas bajo 1,4 kilogramos y el trabajo se efectúe dentro del
alcance del antebrazo, se debería incorporar pausas sistemáticas no inferiores
a 5 minutos por cada hora de trabajo. Por su parte, en trabajos que requieran
realizar fuerzas sobre 1,4 kilogramos o que exijan movimientos más distantes
del alcance de antebrazo, se debería incorporar cada hora, pausas que duren
aproximadamente 8 a 10 minutos. Lo relevante es sistematizar las pausas, es
decir que el trabajador sepa que cada cierto lapso, dispone de algunos minutos
para recuperarse del trabajo. También es fundamental verificar si los esquemas
que se implementen tienden a disminuir los problemas músculo-esqueléticos
asociados al síndrome de uso excesivo de extremidad superior.

3. Manejo manual de carga

El manejo manual de carga (MMC), es un problema ergonómico común en el


sector forestal en labores tales como arrumado manual, transporte y operación
de motosierras, transporte de cajas o fertilizantes en plantación, transporte de
escaleras en poda, etc.

Estas últimas décadas, se han realizado estudios orientados a establecer


límites aceptables de carga, incorporar criterios ergonómicos al diseño del
trabajo y de selección y capacitación de personal (Ayoub et al., 1989). Las
razones de este esfuerzo, se deben a que el manejo manual de carga
representa uno de los principales factores de riesgo de lesiones para la
población trabajadora, así como también, por los costos que involucra el
tratamiento y rehabilitación.

3.1. Efectos en el ser humano

Las lesiones que puede producir el manejo manual de carga son diversas.
Entre ellas destacan trastornos derivados de sobreesfuerzos, caídas y
atrapamientos. Estas lesiones se producen generalmente por accidentes, es
decir, por causas que se presentan en un momento determinado en el trabajo.
Sin embargo, los riesgos de MMC también están vinculados a la exposición
permanente de las personas a sobrecarga física por manejo de carga. Estos
riesgos están asociados a un mal diseño del trabajo y causan lesiones a nivel
de espalda, particularmente en la región lumbar.

Respecto de los trastornos lumbares, el síndrome de dolor lumbar ha sido


descrito como un problema de salud relacionado con el trabajo. Este síndrome
es multifactorial y puede derivar de desórdenes traumáticos, inflamatorios,
degenerativos, neoplásicos y metabólicos (Ladou, 1993). Sin embargo, el dolor
lumbar más común es aquel que se asocia con el levantamiento de carga y la
sobrecarga postural. Este dolor se presenta en la porción baja de la espalda.
También, puede irradiarse a la región de los glúteos o a veces a los muslos.

Con relación al manejo manual de carga como riesgo de lumbago, se ha


establecido una incidencia significativa de patologías de columna en
trabajadores que requieren manipular pesos. Estos trastornos se pueden
presentar como problemas degenerativos e irreversibles de columna vertebral o
simplemente en forma de sensaciones subjetivas de dolor.

Para comprender la relación entre manejo manual de carga y trastornos


lumbares, es importante destacar que la función de la columna vertebral es
sostener la parte superior del tronco en varias posiciones, proporcionando
suficiente flexibilidad para los movimientos del tronco y, al mismo tiempo,
proteger la médula espinal de lesiones. En esta función que tiene la columna, el
manejo de pesos incrementa las tensiones y compresiones de las estructuras
esqueléticas y tejidos blandos de la columna (Radin et al.,1991). En este
sentido, la determinación de las fuerzas a las que se someten las estructuras
anatómicas y su relación con las patologías de columna, así como también, los
factores que incrementan la magnitud de los esfuerzos a nivel de columna
vertebral, son los criterios que es necesario establecer para definir límites de
carga que protejan de dolor y daño.

3.2. Evaluación de riesgo de lumbago por manejo manual de carga

La columna vertebral se compone de una serie de segmentos óseos,


conectados entre sí por discos y ligamentos. Al respecto, en la figura 2.12, se
aprecia las diferentes partes en que se divide la columna vertebral,
específicamente las zonas móviles de región cervical, dorsal y lumbar, así
como también, las zonas inmóviles de región sacra y coxis. La flexibilidad de
esta barra de sostén se logra mediante desplazamientos pequeños de sus
múltiples eslabones. Esta configuración tiene la ventaja de que sólo es
necesario una pequeña variación en la forma de cada disco y ligamentos, para
producir un movimiento extenso con un amplio recorrido. No obstante, esta
potencialidad del sistema anatómico, existen riesgos mecánicos y fisiológicos
que es necesario considerar en la evaluación y diseño del trabajo.

El principal punto de sustentación de la columna y, donde se concentran las


fuerzas derivadas del peso del cuerpo y de las cargas sostenidas o
desplazadas, es el disco intervertebral ubicado entre la vértebra lumbar 5 (L5) y
la vértebra sacra 1 (S1). Al respecto, se considera que este disco es uno de los
tejidos más vulnerables a las lesiones derivadas de las fuerzas generadas en el
levantamiento de carga. En cuanto a las fuerzas presentes en estas tareas,
existen tres tipos de vectores que se trasmiten a través de la columna vertebral
hacia L5/S1, estas son fuerzas de compresión, tensión y de corte. La fuerza de
compresión sobre el disco, es considerada la responsable de las fracturas de
vértebras, hernias discales y compresión de las raíces nerviosas (Waters et al.,
1993). Por esta razón, se acepta que la fuerza de compresión es un buen
indicador del riesgo de trastornos de espalda baja y de lesiones por sobre-
esfuerzo. En este sentido, estudios epidemiológicos efectuados en
trabajadores, en los cuales se ha relacionado la compresión de la articulación
lumbosacra y la prevalencia de lumbagos, han permitido establecer que,
cuando la compresión del disco ubicado entre las vértebras L5 y S1 es superior
a 350 kg fuerza, existe un incremento en la tasa de lumbagos y, por lo tanto, de
riesgo de lesiones de espalda baja (Ayoub et al., 1989). Estos resultados han
permitido generar criterios y modelos de evaluación biomecánicos, los cuales
han sido adoptados por diferentes organismos internacionales. Entre ellos
destaca, los estudios y métodos de evaluación propuestos por la NIOSH
(1981).

Figura 2.12. Columna vertebral

En cuanto a los modelos que permiten establecer el riesgo de lumbago, uno de


los criterios simples de aplicar en terreno, corresponde a modelos
biomecánicos de estimación de compresiones a nivel de discos
intervertebrales. Por esta razón, a continuación se describirá la metodología de
uno de estos modelos.

3.3. Modelos biomecánicos

Los modelos biomecánicos tienen por función estimar las tensiones a las que
es sometido el sistema músculo-esquelético, por fuerzas aplicadas al cuerpo o
por el peso del propio cuerpo y sus segmentos. Para el caso del manejo
manual de carga, las variables que se consideran determinantes en la
generación de sobrecarga o compresión a la columna lumbosacra son:

· El peso y forma de la carga

· La posición de la carga respecto del disco lumbosacro

· Postura que adopta el cuerpo durante la operación de carguío

· Número de veces que se efectúan las tareas de levantamiento de carga


· Velocidad con que se realiza el movimiento de carga.

Uno de los modelos que mayor difusión ha tenido, corresponde al desarrollado


por Chaffin y Andersson (1984). En éste se relaciona el peso del objeto
manipulado y la distancia desde el centro de masa de la carga al disco L5/S1.
Por medio de esta relación, se calcula la fuerza de compresión del disco
lumbosacro. El valor obtenido de las condiciones de manejo de carga manual,
es comparado directamente con los límites de compresión considerados
aceptables, es decir bajo 350 kg fuerza (Ayoub et al., 1989). Basándose en el
modelo propuesto por Chaffin, la NIOSH publicó en 1981 un método de
evaluación para manejo manual de carga. Revisiones posteriores del método
NIOSH (Waters et al.,1991), señalan que, aún cuando el modelo es
bidimensional y no incorpora variables que modifican la compresión a nivel del
disco lumbosacro, debido a aceleraciones que se generan en el manejo de
carga, hasta el momento no existe suficiente evidencia que permita asociar el
efecto de las variables de aceleración de las cargas con una mayor incidencia
de patologías lumbares.

3.3.1. Ecuación para el cálculo de la compresión intradiscal L5/S1

En la figura 2.13 se presenta el modelo bidimensional para estimar la


compresión a nivel de L5/S1. Como se puede apreciar, el modelo requiere
establecer los centros de masa y el peso de antebrazos, brazos y tronco.
También, es necesario establecer la posición de estos segmentos respecto de
la vertical. Conocido el peso de la carga, se procede a calcular el torque que
generan las masas respecto del disco lumbar L5/S1. Para ello se emplea las
ecuaciones descritas en la tabla 2.2.

Figura 2.13. Modelo bidimensional para estimar compresión a nivel del disco
ubicado entre las vértebras L5/S1
La fuerza de compresión (FC) sobre el disco corresponde a la acción de la
fuerza ejercida por la musculatura extensora (FME) de columna vertebral, a un
determinado ángulo (_), el cual depende de la inclinación de la columna. De
este modo, para calcular la fuerza de la musculatura extensora (FME), se
emplea la ecuación Nº1. Como se puede apreciar, la FME se obtiene al sumar
el torque que generan la carga desplazada y los torques de antebrazo, brazo y
tronco. Todo ello dividido por 0,05 metros, valor del brazo de potencia de la
palanca, que corresponde a la distancia que se ha estimado entre la inserción
de la musculatura extensora de columna vertebral y el disco intervertebral
L5/S1.

Para el cálculo de torque, se multiplica la masa (m) de cada segmento por la


distancia (X) del centro de masa al disco L5/S1. El modelo estima la masa que
tiene el tronco, brazo y antebrazo. Para ello, se emplean referencias que
permiten calcular estas masas a partir del peso del cuerpo. De este modo,
como se puede observar en la ecuación Nº1, la masa del tronco es el producto
del peso del cuerpo por 0,363, en el caso del brazo y antebrazo, se multiplica el
peso por 0,062 y 0,05, respectivamente. En cuanto a la distancia horizontal (X)
del torque, éste depende de la posición del segmento. Para estimar la posición,
se utiliza un goniómetro o instrumento alternativo que permita medir el ángulo
que el tronco tiene respecto de la vertical (_1), el brazo respecto de la vertical
(_2) y el antebrazo también respecto de la vertical (_3). Para calcular la
distancia horizontal de los centros de masa se utiliza la función trigonométrica
seno de los ángulos. Estas ecuaciones se describen en la tabla 2.2.

Estimada la fuerza de la musculatura extensora, se requiere calcular el ángulo


(_) en que actúa la fuerza de compresión, la cual está influenciada por el
ángulo del tronco respecto de la vertical y las acciones de las fuerzas del tronco
y el peso desplazado. Para ello, se procede a calcular la tangente de _, la cual
se obtiene de acuerdo a la formula Nº 2. Obtenido el ángulo de aplicación de la
fuerza de compresión, se procede a obtener su magnitud, la cual se calcula con
la ecuación Nº 3.

Como se señaló antes, la NIOSH (1981) plantea que, si la compresión del disco
L5/S1 es inferior a 350 Kg fuerza, no existe riesgo de lumbago para gran parte
de los trabajadores. En cambio, si se supera los 350 Kg fuerza, existe un riesgo
creciente de daño a estas estructuras anatómicas y se requiere una reducción
de los tiempos de exposición y de los niveles de carga desplazada. Del mismo
modo, si se supera los 750 Kg fuerza, la labor es de alto riesgo y se requiere
incorporar mecanización.

Tabla 2.2. Nomenclatura y ecuaciones para calcular la fuerza de la musculatura


extensora, el ángulo de acción de la fuerza de compresión y la magnitud de la
fuerza de compresión. También se incluye las ecuaciones para calcular los
brazos de resistencia y las masa de cada segmento corporal

Ecuación Variable Formula y nomenclatura


1 Fuerza FME = (1/ 0,05) * (0,363* P* X1 + 0,062* P*X2 +
muscular 0,05* P* X3 + C* X4)
extensora
2 Tangente del Tan _ = FME * sen _1 / ( FME*cos _1 + 0,475 P +
ángulo de la C)
fuerza de
compresión
3 Fuerza de FC = FME * sen _1 / sen _
compresión
Donde P: peso del cuerpo del trabajador

E: estatura del trabajador

C: peso de la carga

_1 = ángulo del tronco respecto de la vertical

_2 = ángulo del brazo respecto de la vertical

_3 = ángulo del antebrazo respecto de la vertical

X1= 0,1010 * E * sen _1


X2 = 0,2337 * E * sen _1 + 0,0827 * E * sen _2

X3 = 0,2337 * E * sen _1 + 0,1896 * E * sen _2 +


0,082 * E * sen _3

X4 = 0,2337 * E * sen _1 + 0,1896 * E * sen _2 +


0,1907 * E * sen _3

En la actualidad se dispone de modelos más completos que incluyen una serie


de variables biomecánicas, fisiológicas y psicofísicas. Estas alternativas
permiten estimar limites aceptables de carga, dependiendo de la frecuencia de
levantamiento, la existencia de mangos, rotación de columna, entre otras
variables. No obstante como una primera aproximación el modelo descrito
anteriormente es una herramienta que permite establecer el nivel de riesgo que
se presenta en faenas forestales que requieren manejo manual de materiales.
Para los interesados en modelos más complejos se sugiere revisar a Waters et
al.,(1991) y MAPFRE (1995).

· Ejemplo de análisis de manejo manual de carga:

Con el objetivo de ilustrar los procedimientos que se deberían emplear en el


cálculo de compresión intradiscal y los criterios para interpretar dicha
información, a continuación se ejemplifica un análisis de manejo manual de
carga. Para tal efecto, se empleará como referencia el manejo manual de
trozas presentado en la figura 2.14.

Figura 2.14. Elevación manual de trozas


En cuanto a las variables que se requiere registrar, en primera instancia se
mide el peso del operario, la estatura y el peso de la carga desplazada.
Posteriormente, en la postura de trabajo evaluada, se requiere medir los
ángulos que adoptan el tronco, brazo y antebrazo. En la figura 2.15, se ilustra
la medición del ángulo de inclinación que el tronco tiene respecto de la vertical.
El instrumento empleado es un goniómetro. Como se puede observar, uno de
los brazos del goniómetro se mantiene en la vertical y el otro se ubica en la
posición longitudinal del segmento. Por su parte, en las figuras 2.16, y 2.17, se
ilustra la medición de los ángulos que adoptan el brazo y el antebrazo. En este
caso, se ejemplifica la medición con un flexómetro, que es otra alternativa para
medir ángulos corporales. En el ejemplo analizado los ángulos son los
siguientes:

Angulo del tronco (_1 ) = 45 º

Angulo de brazo (_2 ) = 2º

Angulo de antebrazo (_3 ) = 130 º

Figura 2.15. Medición del ángulo de tronco con goniómetro

Figura 2.16. Medición del ángulo de brazo con flexómetro


Figura 2.17. Medición del ángulo del antebrazo con flexómetro.

Posteriormente, es necesario calcular los brazos de resistencia de los


diferentes segmentos corporales y de la carga desplazada. Para ello se utilizan
las ecuaciones X1, X2, X3 y X4, descritas en la tabla 2.2. Si el trabajador tiene
una estatura de 1,7 metros y el peso es de 79 kg, los brazos de resistencia
serían los siguientes:

Brazo de resistencia tronco (X1) = 0,12 metros

Brazo de resistencia brazo (X2) = 0,28 metros


Brazo de resistencia antebrazo (X3) = 0,39 metros

Brazo de resistencia carga (X4) = 0,54 metros

Una vez establecidas las distancias de los momentos de torque, se calcula la


fuerza que debe realizar la musculatura extensora (FME). Para procesar la
ecuación, se ingresa el peso del trabajador, el peso de la carga y los valores de
X1 a X4. Si se considera una carga de 30 Kg, se obtiene el siguiente resultado:

Fuerza musculatura extensora (FME) = 455 Kg

Como se ha descrito, la fuerza de la musculatura extensora y la acción del


peso y la carga, generan fuerzas de compresión a nivel del disco ubicado entre
las vértebras lumbar 5 y sacra 1. Con la finalidad de establecer el ángulo de
aplicación de las fuerzas y posteriormente la fuerza de compresión, es
necesario establecer el ángulo _, descrito en el modelo bidemensional de la
figura 2.13. Para ello se procede a calcular la tangente de _. De acuerdo a los
datos del ejemplo, la tangente de alfa sería:

Tangente de _ = 0,71

Debido a que el ángulo _ corresponde a la función trigonométrica, inverso de la


tangente _, en el ejemplo analizado, alfa correspondería a:

Angulo de fuerza de compresión (_) = 39 º

Finalmente, la fuerza resultante de compresión a nivel del disco ubicado entre


las vértebras lumbar 5 y sacra 1, se obtiene de la ecuación descrita en la tabla
2.2. Remplazando los valores, se calcula para el ejemplo:

Fuerza de compresión = 505 Kg

De acuerdo a los criterios descritos por la NIOSH, el nivel de compresión


intradiscal de 505 Kg, sitúa a la labor sobre el límite de peso aceptable. Por lo
tanto, para prevenir lesiones a nivel de la columna vertebral, es necesario
administrar medidas tendientes a reducir el riesgo, entre las cuales se debería
considerar:

· Capacitar a los trabajadores en técnicas seguras de trabajo, donde el énfasis


esté en evitar que las personas empleen la comuna vertebral para realizar
labores de carga. En general, esta debe permanecer lo más recta posible y el
desplazamiento del cuerpo y carga deben efectuarse mediante la flexo-
extensión de piernas

· Fortalecer la musculatura, realizando para ello ejercicios abdominales y


dorsales, que mejoren la capacidad de desarrollo de fuerza de estos grupos
musculares, cuya función es estabilizar la columna vertebral
· Realizar cambios en la organización de modo de reducir los tiempos de
exposición o intensidades de trabajo, ya sea mediante la incorporación de
pausas o trabajo en equipo. Esta última medida tiende a que las cargas sean
desplazadas por dos o más trabajadores y con ello se comparte el peso
desplazado. También se debería promover la realización de rotación de
funciones, de modo que a través de la jornada las personas cambien de
actividades y combinen labores con y sin manejo de carga

· En aquellos casos en los cuales la compresión intradiscal sobrepasa el límite


máximo permitido, es decir sobre 750 kg; existe alta probabilidad que el
trabajador presente un lumbago, por lo cual se recomienda que estas labores
se mecanicen. El ejemplo más claro, se observa en el arrumado manual. Por
ejemplo si se considera un trozo de 2,44 metros con un diámetro medio de 0,2
metros, el peso de la troza asciende a 70 kg aproximadamente. La compresión
intradiscal generada por esta labor, al tomar el trozo desde el suelo, es de 1070
kg. No cabe duda que, por el peligro que significa para el sistema músculo-
esquelético, la tendencia debería ser eliminar estas labores manuales del
bosque.

4. Trabajo dinámico

4.1. Introducción

Para la adaptación ergonómica de trabajos manuales dinámicos es necesario


primero definir qué se entiende por trabajo dinámico pesado. Este concepto
requiere comprender las interrelaciones entre la carga física que impone una
actividad y la aptitud que los trabajadores tienen para enfrentarla. Por ello, se
describirá los procesos generadores de energía y los criterios que permiten
estimar la capacidad para desarrollar trabajos físicos de alta intensidad. Con
estos antecedentes, se procederá a discutir el concepto de trabajo pesado, que
es precisamente lo que se debe evitar, mediante la búsqueda de tecnologías
apropiadas.

4.2. Gasto energético de actividades

El hombre, por el simple hecho de estar vivo, requiere energía. Sus


necesidades en reposo varían con el sexo, el tamaño corporal y otros factores.
Sin embargo, lo que condiciona las mayores diferencias en el gasto energético
diario de distintas personas sanas, es su actividad física laboral.

El gasto de energía humano habitualmente se expresa en kilocalorías (Kcal) y


en Kilojoule (KJ). Una Kcal equivale a 4.186 KJ. Un hombre en reposo gasta
del orden de 0.8 a 1.2 Kcal/min, lo que es equivalente a un rango aproximado
entre 1200 y 1700 Kcal por 24 horas. Esta cifra puede triplicarse durante
trabajos pesados.

Para dar una idea aproximada del costo energético diario que demandan
algunos trabajos, en la tabla 2.3, se presentan cifras muy generales, ya que, en
cada una de las ocupaciones anotadas, pueden haber importantes variaciones.
Tabla 2.3. Rangos de gasto energético diario en algunas actividades

ACTIVIDAD GASTO DE ENERGIA


(kcal/día)
Reposo en cama 1.200-1.700
Trabajos de oficina 2.000-3.000
Trabajos en la industria 3.000-4.000
Trabajos en la construcción, 4.000-5.000
agricultura y forestales

Para el cálculo del gasto de energía diario se requiere conocer el tiempo que
dedicamos a cada actividad durante el día y el gasto de energía de cada una
de ellas. Existen diversas formas de estimar el gasto de energía de una
actividad, pero como concepto previo, es necesario referirse a la forma en que
el hombre genera energía para el trabajo muscular.

4.3. Procesos generadores de energía y métodos para la evaluación del gasto


de energía y de la carga física de trabajo

4.3.1. Procesos generadores de energía

La generación de energía en el ser humano es muy compleja y sus detalles


escapan al propósito de este texto. En términos generales, se puede señalar
que, durante el trabajo muscular, la energía puede obtenerse por dos vías:
aeróbica y anaeróbica. Los procesos que conducen a la obtención de energía
aeróbica se pueden esquematizar como sigue:

PROCESOS AEROBICOS

C6 H12 O6 + O2 = H20 + CO2 + Energía

(Glucosa + Oxígeno = Agua + Anhídrido Carbónico + Movimiento y Calor)

Este es un esquema simplificado de las numerosas reacciones que ocurren en


el organismo para liberar energía durante el trabajo muscular. Sin embargo,
destacan dos aspectos que son fundamentales cuando un trabajador está
realizando trabajos físicos pesados. Primero, el "combustible" para el trabajo
muscular son los alimentos y estos deben ingerirse en cantidad suficiente y con
una distribución adecuada. Segundo, se necesita oxígeno para transformar la
energía química contenida en los alimentos en energía mecánica y calórica. El
aporte de oxígeno depende de la capacidad de los sistemas respiratorio y
cardiovascular, para tomar este elemento desde el aire ambiente y transportarlo
hasta los músculos en trabajo.

En ejercicios suaves o moderados, el oxígeno aportado a los músculos es


suficiente para obtener toda la energía en forma aeróbica. Cuando el trabajo se
hace más intenso, puede llegar un punto en que el oxígeno disponible sea
insuficiente y parte de la energía se libere en forma anaeróbica. Estos procesos
son tan complejos como los anteriores y se pueden sintetizar de la siguiente
manera:

PROCESOS ANAEROBICOS

C6 H12 O6 = 2 C3 H6 O3 + Energía

(Glucosa = Acido láctico + Movimiento y Calor)

Como se observa, el trabajo anaeróbico lleva a la producción de ácido láctico y


su acumulación en sangre y tejidos se asocia a fatiga muscular. Por este
motivo, la mayoría de los fisiólogos actuales acepta que el trabajo se debería
considerar pesado cuando el metabolismo anaeróbico comienza a contribuir
significativamente en la liberación de energía. Mientras más alta es la
participación de los procesos anaeróbicos, más extenuante es la actividad y
más corto el período en que el trabajo se puede efectuar sin una pausa.
Durante la recuperación, el metabolismo aeróbico se mantiene elevado,
básicamente porque la mayor parte del ácido láctico es oxidado. Esta es la
razón por la cual, cuando se realiza trabajo anaeróbico, se contrae una deuda
de oxígeno, que debe ser pagada durante la recuperación.

Esta es una breve síntesis de como se libera energía durante el trabajo


muscular. Para mayor información, se hace referencia a Astrand y Rodahl
(1985), quienes publicaron un excelente libro relacionado con el tema. Lo que
destaca la descripción anterior es que el metabolismo energético depende de la
utilización de oxígeno. Así, midiendo el consumo de oxígeno que demanda una
actividad, se puede obtener una estimación indirecta del gasto de energía. Esto
se debe a que un litro de oxígeno consumido se aproxima a un gasto de
energía cercano a las 5 Kcal.

4.3.2. Medición del consumo de oxígeno

Existen varios métodos para medir consumo de oxígeno, los cuales pueden
clasificarse como procedimientos de circuito abierto y cerrado. En estudios de
terreno, sólo pueden utilizarse técnicas de circuito abierto. Cuando se mide el
consumo de oxígeno es necesario determinar cuanto de este elemento ha sido
removido del aire inspirado. La composición del aire que respiramos es
relativamente constante y contiene alrededor de 20.93% de oxígeno. Es obvio
que, midiendo la composición del aire espirado, se puede estimar la cantidad
de oxígeno que se ha utilizado. También se requiere medir el volumen de aire
respirado por unidad de tiempo, denominado ventilación pulmonar o volumen
respiratorio minuto.
Para dar un ejemplo simple, tomemos un trabajador forestal desramando un
árbol con hacha. El volumen de aire respirado medido durante 5 minutos, con
uno de los métodos que se describirá posteriormente, fue de 150 litros.
Entonces la ventilación pulmonar es igual a 150/5, equivalente a 30 litros por
minuto. En una muestra de aire espirado se encontró una concentración de
oxígeno de 16.93%. Por lo tanto, el oxígeno extraído del aire inspirado equivale
a 4% (20.93-16.93). Al multiplicar la ventilación pulmonar por esta diferencia, se
obtiene un consumo de oxígeno de 1.2 litros por minuto (30x4/100), lo que
equivale aproximadamente a 6.0 Kcal.

Estos son los principios básicos para la medición del consumo de oxígeno.
Mayores detalles se pueden encontrar en un libro publicado por Apud,
Bostrand, Mobbs y Strehlke (1989). Lo concreto es que, para medir el consumo
de oxígeno durante el trabajo, se requiere registrar el volumen de aire respirado
en un determinado tiempo (habitualmente se mide el aire espirado) y tomar
alícuotas de este aire para el análisis de la concentración de oxígeno. En el
pasado, en estudios del trabajo, la recolección del aire espirado se hacía en
sacos de Douglas, como el que se ilustra en la figura 2.18. En esta se puede
ver un trabajador con este implemento que acumula el volumen de aire y
permite, al mismo tiempo, tomar una muestra para determinar la concentración
de oxígeno. Este método, es todavía usado en algunos laboratorios en la
realización de pruebas de esfuerzo. Tiene la limitante de que incomoda al
sujeto que se evalúa y altera el movimiento a medida que se va llenando. El
problema se solucionó, en parte, con el respirómetro de Kofranyi-Michaelis
(KM), que es un medidor de volumen, de bajo peso, que se pone en la espalda
del sujeto. En su diseño, tiene una pequeña salida que desvía a una bolsa de
goma, una alícuota del aire espirado, desde donde se analiza la concentración
de oxígeno. En la figura 2.19, se puede ver el detalle del respirómetro de
Kofranyi-Michaelis. Los instrumentos de última generación, como el OXYLOG
que se usó en los estudios realizados en este proyecto, traen incorporado un
medidor de oxígeno, de manera tal que se obtiene directamente el consumo de
oxígeno minuto a minuto durante todo el período en que se evalúa un trabajo.
La figura 2.20, muestra este último instrumento.

Existe una dificultad que no ha podido ser superada por los métodos de
calorimetría indirecta y es la necesidad que los trabajadores evaluados respiren
por medio de máscaras o a través de válvulas respiratorias, con la nariz
pinzada, en la forma que se ve en la figura 2.21, Ninguna de las dos
alternativas es muy bien aceptada por los trabajadores y esto constituye una
limitante para evaluaciones de rutina.

Figura 2.18. Determinación de consumo de oxígeno usando un saco de


Douglas para la recolección del aire espirado. Se destaca el tubo de salida del
saco desde donde se extrae una muestra después de recolectado el aire para
medir el porcentaje de oxígeno y el volumen
Figura 2.19. Respirómetro de Kofranyi-Michaelis (KM). Mide el volumen de aire
espirado y, en la bolsa de goma, se entrega una alícuota para el posterior
análisis de oxígeno

Figura 2.20. Medición de consumo de oxígeno con el OXYLOG que entrega


minuto a minuto los litros de oxígeno consumido
Figura 2.21. El uso de piezas bucales y máscaras respiratorias para medir
consumo, requiere buena preparación del trabajador porque el sistema es
incómodo

4.3.3. Frecuencia cardíaca

Como resultado de las dificultades para medir el consumo de oxígeno, se han


propuesto diferentes métodos para estimarlo a partir de otras variables simples,
como el pulso arterial. De hecho, Berggren y Christensen ya en 1950
comunicaron que el aumento del consumo de oxígeno en el trabajo, está
estrechamente relacionado con el incremento de pulso y que "el número de
pulsaciones durante el trabajo debería dar información bastante confiable
acerca del costo energético". Aún cuando esta información está basada en
estudios de laboratorio, existen serias limitaciones en la práctica para estimar el
gasto de energía con este método. Un aspecto importante es que la relación
entre ambas variables no es igual para todas las personas, de manera que
cada sujeto debe ser calibrado para establecer su propia relación entre
consumo de oxígeno y frecuencia cardíaca. Por otra parte, en dicha asociación,
influye también el tipo de ejercicio, los músculos involucrados, la temperatura
ambiente y otros factores. En síntesis, bajo circunstancias muy controladas, el
aumento en el número de latidos cardíacos puede ser empleado como
indicador de gasto de energía, pero existen factores que alteran esta relación
que, al no ser considerados, pueden conducir a error. A pesar de lo aseverado,
el pulso arterial, que es un reflejo de la frecuencia de latidos cardíacos, es un
buen indicador de la carga física de trabajo y, como se verá más adelante, para
muchos propósitos ergonómicos permite obtener valiosa información.

Actualmente la frecuencia cardíaca en terreno se puede medir utilizando


contadores electrónicos. Estas unidades telemétricas constan de dos o tres
electrodos torácicos conectados a un transmisor. Este envía la señal a un
amplificador, desde donde se registra o cuenta directamente la frecuencia
cardíaca. Uno de estos sistemas se ilustra en la figura 2.22. Esta unidad simple
y de bajo costo, fabricada en la Universidad de Concepción, envía los latidos
cardíacos en ondas FM. El sonido de los latidos se cuenta desde un receptor
de radio F.M. portátil del tipo "personal stereo". Este sistema, que es útil en
zonas aisladas, hoy en día es muy difícil de usar en áreas urbanas por las
interferencias producidas por las numerosas emisoras que transmiten en esta
longitud de onda. Por esta razón, se debe recurrir a otras alternativas. Por
ejemplo, una de las más prácticas que existe hoy en día, son los denominados
"monitores del ritmo cardíaco". Al trabajador se le coloca alrededor del pecho
una especie de cinturón que tiene incorporado un transmisor, que envía la
señal de los latidos cardíacos a un receptor que se usa como reloj de pulsera.
Este receptor almacena la información, la cual, posteriormente, se puede
visualizar directamente o transferir a un computador, a través de una interfase,
para ser analizada con mayor detalle. En la figura 2.23, se puede ver uno de
estos sistemas. La gran ventaja que tienen es que son de un costo razonable,
fáciles de usar, no interfieren el trabajo y, al disponer de varias unidades, se
puede hacer seguimientos simultáneos a cuadrillas completas.

Figura 2.22. Unidad telemétrica para medir frecuencia cardíaca. La señal se


transmite en frecuencia modulada y se puede contar desde un "personal
estereo"
Figura 2.23. Sistema de registro de frecuencia cardíaca Polar Vantage. La
señal de frecuencia cardíaca se almacena en el receptor colocado como reloj
pulsera. Luego, a través de una interfase la información se traspasa a un
computador para análisis

4.4. Capacidad física para trabajos dinámicos

La capacidad física de trabajo no puede ser definida en forma precisa con un


criterio único. Según Astrand y Rodahl (1985) los factores que condicionan la
aptitud física se pueden resumir de la siguiente forma:

PROCESOS GENERADORES DE ENERGIA

- Aeróbicos
- Anaeróbicos

FUNCION NEUROMUSCULAR

- Fuerza

- Técnica

FACTORES PSICOLOGICOS

- Motivación

- Tácticas

De todos estos factores, se ha demostrado en reiteradas ocasiones que la


capacidad máxima de los procesos aeróbicos es un indicador confiable de la
aptitud del ser humano para realizar trabajos físicos dinámicos. Actualmente, la
capacidad aeróbica se acepta como un estándar internacional de referencia
para estudiar la aptitud física de diversas poblaciones.

La capacidad aeróbica es sinónimo de consumo máximo de oxígeno (VO2


max), el cual refleja la capacidad combinada de los sistemas cardiovascular y
respiratorio para obtener, transportar y entregar oxígeno a los músculos
durante el trabajo, como también la eficiencia de este tejido para metabolizar
oxígeno. Esta variable se presenta habitualmente en litros de oxígeno por
minuto o en mililitros de oxígeno por kilogramo de peso corporal. La segunda
forma de expresión se utiliza porque mientras mayor es el peso corporal mayor
es el gasto de energía en actividades que requieren desplazarlo.

La capacidad aeróbica no es una variable estática ya que está influenciada por


la herencia, el sexo, la edad, y por el tamaño y la composición corporal. Tiende
a ser menor en la mujer y a alcanzar su punto más alto entre los 20 y los 25
años, para luego decrecer gradual y progresivamente. Esto es lo que se
detecta cuando se observan promedios grupales. Sin embargo, la capacidad
aeróbica se modifica substancialmente con la actividad física y el sedentarismo,
de manera tal que estas tendencias no necesariamente se cumplen cuando se
compara individuos. En la figura 2.24, se presentan algunos resultados de
estudios de capacidad aeróbica de trabajadores chilenos.

Figura 2.24. Promedio de capacidad aeróbica, expresada en litros por minuto,


de trabajadores chilenos
En el ejemplo ilustrado en el gráfico, los trabajadores forestales representan un
grupo con mayor actividad física que los trabajadores industriales y, para todas
las edades, tienen capacidades aeróbicas promedio superiores. Como se
puede ver, en ambos casos se produce una disminución en el promedio de la
capacidad aeróbica con la edad. Sin embargo, como se verá más adelante, hay
una gran dispersión, ya que hay individuos de edad avanzada que tienen mejor
capacidad que otros más jóvenes. Incluso se detectan algunos sujetos del
grupo menos activo con capacidad aeróbica más alta que la de trabajadores
forestales. Esto es lo común en cualquier grupo humano. En todo caso, desde
un punto de vista práctico, un trabajador con una capacidad aeróbica de 4.0
lt/min, puede liberar, durante un trabajo máximo, el doble de energía aeróbica
que un trabajador con una capacidad de 2.0 lt/min. En otras palabras, el primer
trabajador tiene una "máquina" más potente que el segundo.

Como ejemplo para ilustrar el efecto de la capacidad aeróbica sobre el


rendimiento, señalaremos sólo dos de los varios estudios realizados durante la
ejecución de este proyecto, que demostraron que existe una relación
directamente proporcional entre ambas variables. Se trata de una segunda
poda y de una plantación con tubo plantador ("pottiputki"). Las correlaciones
entre capacidad aeróbica y rendimiento alcanzaron a r = 0.74 r = 0.82,
respectivamente. En la figura 2.25, se muestran gráficamente estas
asociaciones

Figura 2.25. Relación entre capacidad aeróbica y rendimiento para el trabajo de


poda y para plantación con tubo ("pottiputki")
Como el conocimiento de la capacidad aeróbica es importante para definir
niveles de rendimiento sin que los trabajadores se fatiguen, su medición o
estimación ha sido una preocupación permanente de los especialistas en el
tema. La única forma de medir la capacidad aeróbica en forma directa es
sometiendo al sujeto en estudio a pruebas de esfuerzo máximo. La técnica es
compleja y puede involucrar problemas para personas con afecciones
cardiovasculares o respiratorias. Por esta razón, la medición directa del
consumo máximo de oxígeno, debe practicarse sólo en laboratorios bien
equipados que cuenten con asistencia médica, por si se presenta alguna
emergencia.

Por las dificultades señaladas, se han realizado intentos para desarrollar


técnicas indirectas que permitan predecir el consumo máximo de oxígeno, a
partir de la respuesta de los sujetos a esfuerzos submáximos. Algunas de estas
técnicas se analizarán mas adelante.

4.5. Concepto de trabajo pesado

Se ha señalado que durante el trabajo aeróbico, el aporte de oxígeno a los


músculos es suficiente para obtener la energía por procesos oxidativos. En
tales casos, el ácido láctico no excede los valores de reposo. Si el trabajo se
hace más intenso y los procesos aeróbicos se tornan insuficientes, el
organismo obtiene parte de la energía por vía anaeróbica con acumulación de
ácido láctico y fatiga. El punto de esfuerzo, en el cual se produce este
fenómeno, se denomina umbral anaeróbico. Por lo tanto, desde un punto de
vista fisiológico, se considera trabajo pesado todo aquel que supere el umbral
anaeróbico. El surgimiento de la anaeróbiosis ocurre entre el 50 y el 60 % de la
capacidad aeróbica. Algunos investigadores señalan que esto depende también
del entrenamiento, habiéndose observado en algunos corredores de larga
distancia umbrales del orden del 85 %. Sin embargo, para trabajos de 8 horas,
nuestra experiencia nos indica, que cuando los trabajadores pueden regular su
ritmo y cuentan con todos los elementos que les permiten realizar en buena
forma sus tareas, no superan en promedio durante la jornada el 40 % de su
capacidad aeróbica. Esto coincide con lo observado en otros países, de
manera tal, que se considera trabajo pesado todo aquel que, en promedio de
una jornada, demanda una sobrecarga mayor que el 40 % de la capacidad
aeróbica de la persona. Esto asegura que el trabajo se lleve a cabo bajo
condiciones aeróbicas o, más correcto, que el conjunto de operaciones
pesadas, livianas y descansos, no hagan que el trabajador exceda este límite.

Hasta algunos años atrás la evaluación de umbral anaeróbico en trabajadores


era prácticamente imposible, ya que se requería extraer muestras de sangre
para la determinación de los niveles de ácido láctico durante esfuerzos
crecientes. Actualmente, hay nuevas técnicas que, aunque en forma más
indirecta, permiten una aproximación a este indicador, para ello, se miden los
cambios que se producen en la relación entre consumo de oxígeno y
ventilación pulmonar, que se presenta lineal en esfuerzos aeróbicos de
intensidad creciente. Cuando la vía anaeróbica comienza a aportar energía se
produce un quiebre en el cual la ventilación aumenta en mayor proporción que
el consumo de oxígeno.

En nuestro interés por entender mejor los límites de fatiga de los trabajadores
forestales, se montó la técnica de umbral ventilatorio y se evaluó una muestra
de 33 trabajadores que realizaban actividades silvícolas y de cosecha. Los
resultados se pueden ver en la tabla 2.4. Como se observa, el promedio para
esta variable se sitúa en 53.8% de la capacidad aeróbica, equivalente a 1.71
litros de oxígeno por minuto y a un gasto energético de 8.4 Kilocalorías por
minuto. Estas cifras corroboran que el valor de 40% de la capacidad aeróbica
aceptado como límite promedio para esfuerzos sostenidos es razonable, si el
propósito es que, en lo posible, los trabajadores trabajen dentro de márgenes
aceptables de carga fisiológica de trabajo.

Tabla 2.4. Umbral anaeróbico expresado en litros de oxígeno por minuto,


Kilocalorías por minuto, porcentaje de la capacidad aeróbica y frecuencia
cardíaca equivalente al nivel de umbral anaeróbico

UMBRAL ANAERÓBICO PROMEDIO DESVIACION


ESTANDAR
Litros de O2 /minuto 1.71 0.21
Kilocalorías/minuto 8.4 1.03
% Capacidad Aeróbica 53.8 3.9
Frecuencia cardíaca 123 10.8
(latidos/min)

Recordemos que estas cifras se refieren a valores promedio de la jornada, por


lo que es importante tener en mente que, en algunos momentos del día, el
trabajo puede exceder estos límites, siempre y cuando, posteriormente, se
hagan pausas para una buena recuperación.

Desde este punto de vista, es interesante señalar que el gasto de energía


equivalente al 40% de la capacidad aeróbica de los trabajadores forestales se
aproxima a 6.0 Kilocalorías por minuto. Para ilustrar al lector sobre niveles
medios de costo energético de actividades forestales, en la figura 2.26, se
presentan los resultados de 238 determinaciones de consumo de oxígeno,
medidos durante el desarrollo del proyecto, en distintas actividades forestales.
Como se puede ver la mayoría de ellas excede el límite de referencia y esto es
muy importante de considerar cuando, más adelante se analice, la dosificación
de pausas.

Figura 2.26. Costo energético de distintas actividades forestales expresado en


kilocalorías por minuto. (n=238)

Como se ha discutido, el costo energético del trabajo puede ser estimado a


partir de mediciones de consumo de oxígeno en la forma ya descrita. Sin
embargo, para determinar la carga fisiológica media de la jornada, se requiere,
además, estudios del trabajo para especificar el tiempo y la distribución de las
tareas. Si bien, este aparece como el enfoque más preciso y estas
evaluaciones se realizan rutinariamente en nuestro Laboratorio de Ergonomía,
en la práctica es una técnica complicada, ya que, mientras más variada es la
tarea, mayor el número de mediciones de consumo de oxígeno que deben
realizarse, con la consiguiente incomodidad para los trabajadores. Por ello se
requiere de técnicas más simples. Como se señaló antes, para la mayor parte
de los estudios aplicados, la frecuencia cardíaca es un excelente indicador.
Aunque la frecuencia cardíaca tiene limitaciones para estimar el gasto de
energía, representa muy bien la carga sobre el sistema cardiovascular
resultante de la combinación del trabajo muscular, del calor y otros factores.
Por esta razón, hoy en día también se considera trabajo pesado todo aquel
que, en promedio de una jornada, supere el 40% del costo cardíaco relativo,
que en Chile denominamos corrientemente carga cardiovascular. Se define
como la expresión porcentual del aumento de la frecuencia cardíaca entre el
reposo y el máximo estimado. Se calcula como sigue:

fC trabajo - fC reposo
% C.C. = x 100 x 100
fC máxima - fC reposo

donde: % C.C. = porcentaje de carga cardiovascular

fC = frecuencia cardíaca

Los valores aproximados de frecuencia cardíaca, equivalentes al 40 % de


carga cardiovascular para distintas edades son los siguientes:

EDAD FRECUENCIA CARDIACA


EQUIVALENTE AL 40 % DE
(años)
CARGA CARDIOVASCULAR

(latidos por minuto)


20-25 115
26-29 112
30-35 110
36-40 108
41-45 106
46-50 104

En situaciones prácticas de trabajo, la frecuencia cardíaca se puede medir


fácilmente, sin interferir el trabajo, durante toda la jornada. A manera de
ejemplo, en la figura 2.27, se puede ver un seguimiento de esta naturaleza.
Este tipo de evaluación, cuando va asociada a estudios del trabajo, permite
detectar exactamente las operaciones que representan la mayor carga de
trabajo y la distribución, adecuada o no, de las pausas. También permite
visualizar cuando un sujeto está excesivamente sobrecargado en su trabajo.

Figura 2.27. Variaciones de la frecuencia cardíaca durante una jornada de


trabajo
4.6. Pausas durante trabajos dinámicos

Como se ha señalado, el que la carga física promedio de la jornada esté dentro


de límites aceptables, no significa que todo el trabajo sea liviano. Ciertamente
hay algunas labores dinámicas de alta demanda energética que requieren de
pausas, las que deben ser debidamente programadas. Como regla general, se
debe considerar que las pausas cortas y frecuentes son más efectivas que las
pausas largas y espaciadas. El problema entonces es determinar el tiempo de
pausas y el momento de introducirlas.

El tiempo total de recuperación que se requiere después de un trabajo pesado


se puede calcular a partir de la siguiente fórmula:

W ( b - s)
Tiempo de recuperación (minutos)
=
b - 1.5

donde: W = tiempo de trabajo en minutos

b = gasto de energía promedio (Kcal/min)

s = gasto energético de referencia (Kcal/min)

Ya se han destacado las dificultades prácticas para hacer evaluaciones de


consumo de oxígeno. Por esta razón, en nuestro laboratorio de Ergonomía
adaptamos la fórmula anterior, reemplazando el consumo de oxígeno por el
porcentaje de carga cardiovascular. La fórmula es la siguiente:
W ( %CCT - %CCR)
Tiempo de recuperación (minutos)
=
%CCT

donde: W = tiempo de trabajo en minutos

%CCT =% carga cardiovascular trabajo

%CCR = % carga cardiovascular de referencia (40%)

Esta fórmula es mucho más fácil de aplicar porque, como se explicó, no existen
mayores dificultades para evaluar la frecuencia cardíaca en el trabajo.

· Ejemplos prácticos de dosificación de pausas

Para ilustrar la importancia de las pausas, se describirán dos estudios de


tercera poda efectuada con sierra Lotus. En el primero de ellos, que
denominaremos estudio 1, la calidad del trabajo se encontró francamente
deficiente. En la tabla 2.5, se presentan los resultados de rendimiento,
expresado en árboles podados por hora y el promedio de frecuencia cardíaca,
expresada en latidos por minuto y como porcentaje de carga cardiovascular.
Estos valores fueron obtenidos de las medias de 14 jornadas de evaluación.

Tabla 2.5. Rendimiento (árboles podados por hora), frecuencia cardíaca (latidos
por minuto) y porcentaje de carga cardiovascular en una faena de tercera poda
con sierra Lotus (n=14)

VARIABLES Promedio Desviación Estándar


Arboles podados/hora 23.1 3.3
Frecuencia cardíaca 121 10.9
Carga Cardiovascular 49.1 9.1

Los datos presentados en la tabla 2.5 revelan que la frecuencia cardíaca y la


carga cardiovascular estuvieron por sobre los umbrales de fatiga. Como se
señaló, estos rendimientos no pueden ser sostenidos en el largo plazo, sin
riesgos para los trabajadores y sin deteriorar la calidad, que en la poda es tan
importante. El ser humano, gracias a su flexibilidad puede, durante
determinados períodos, poner sobreexigencias físicas, pero al terminar el
estímulo que las produce, sea este positivo (por ejemplo salario) o negativo
(por ejemplo, prerrequisitos de rendimiento por sobre su capacidad de trabajo
sostenido), vuelve a tomar un ritmo normal que no lo conduzca a la fatiga. Al
respecto, este es un caso típico en que es necesario otorgar mayores pausas o
simplemente disminuir el ritmo de trabajo para reducir la carga cardiovascular.
Para analizar el tiempo de recuperación requerido se usó la formula
precedente. La jornada, excluyendo la hora de almuerzo, se prolongó por 426
minutos (7.10 horas). Reemplazando cada término, se puede calcular el tiempo
de pausas adicionales que se requerirían:

426 ( 49.1 - 40.0 )


Tiempo de Recuperación =
49.1
TR = 78.9 minutos

Como se puede observar, por 426 minutos trabajados se requerían 78.9


minutos de pausas adicionales distribuidas a lo largo de la jornada total, lo que
equivale a 11.1 minutos por cada una de las 7.1 horas trabajadas. Al efectuar
las correcciones pertinentes, reduciendo el tiempo efectivo de trabajo por hora,
se alcanzaría un rendimiento estimado de 18.9 árboles por hora.

En consecuencia, el rendimiento alcanzado en este estudio, que fue de 23.1


árboles podados por hora, es excesivo por la alta carga física que demandó a
los trabajadores que lo ejecutaron. Desde este punto de vista, el valor de 18.9
árboles por hora, deducido después de introducir pausas adicionales, resulta
posible de reproducir en condiciones similares de rodal y de terreno.

Con este concepto en mente, se evaluaron 13 jornadas completas de trabajo,


que llamaremos estudio 2, en un predio similar en que a los trabajadores se les
cambió la tarifa y se les instruyó para privilegiar la calidad de los cortes por
sobre la cantidad. Los resultados del nuevo estudio son los que se ilustran en
la tabla 2.6.

Tabla 2.6. Rendimiento (árboles podados por hora, frecuencia cardíaca en


latidos por minuto y porcentaje de carga cardiovascular en una faena de tercera
poda con sierra Lotus (n=14)

VARIABLES Promedio
Arboles podados/hora 17.8
Frecuencia cardíaca 107.2
Carga Cardiovascular 38.9

Como se ve en la tabla 2.7, en el estudio 2, el rendimiento fue más bajo. Sin


embargo, la calidad del trabajo fue claramente superior. Por otra parte, es
interesante destacar que, el rendimiento promedio de 17.8 árboles podados por
hora se obtuvo con una carga física perfectamente sostenible de 38.9 %, lo que
indica que este último rendimiento es el que debería tomarse como referencia.
Otros antecedentes de interés para analizar el por qué de la mala calidad del
trabajo en el estudio 1, es la comparación de la distribución de tiempos, que se
resume en la siguiente tabla.

Tabla 2.7.Promedios de tiempo en trabajos principales y secundarios


registrados en los dos estudios de tercera poda

TIEMPOS PRINCIPALES TIEMPOS SECUNDARIOS**


*
% de Minutos % de minutos
jornada jornada
ESTUDIO 1 92.7 445 7.3 35
ESTUDIO 2 81.3 390 18.7 90

* Incluye podar, sacar aciculas y conos, colocar escalera, sacar escalera,


subiendo escalera, bajar escalera y acumular desechos

** Incluye tiempos personales, materiales y pausas.

Como se ilustra en la tabla, en el estudio 1, la actividad principal ocupó el


92.7% del tiempo, lo que equivale en una jornada normal a 445 minutos. En
dicho caso, sólo restaron alrededor de 35 minutos para todas las otras
actividades que no sólo incluyen pausas y tiempos personales, sino que
también mantención y reparación de herramientas. Todos los resultados
indican, entonces, que la distribución de tiempos en el estudio 2 es bastante
más apropiada. Es pertinente considerar que un trabajador que sólo dispone de
35 minutos para pausas y necesidades personales y que además, en ese
tiempo, debe reparar y mantener sus herramientas, no sólo terminará fatigado
al final de la jornada, sino que también se deteriorará la calidad de su trabajo,
particularmente por el poco tiempo que dedica a mantener sus herramientas en
óptimas condiciones. Esto se constató en el estudio 1, por lo que es válido
recomendar un trabajo con pausas más orientado a la calidad que a la
cantidad.

Hasta ahora se ha discutido la necesidad de efectuar pausas para dosificar la


carga fisiológica de trabajo y la calidad. Cuando se detectan excesos de carga
física, que demandan obligatoriamente la incorporación de descansos
adicionales, se debería tener como norma programar pausas breves y
frecuentes en vez de efectuar detenciones muy largas y espaciadas. Sin
embargo, la fórmula propuesta para estimar la duración de las pausas no indica
cuál es el momento más oportuno para efectuarlas ni tampoco como
distribuirlas. A este respecto, los seguimientos telemétricos de frecuencia
cardíaca son muy útiles ya que, al graficar la frecuencia cardíaca versus
actividades, se puede ver las denominadas cargas "cúspide" en que la
actividad cardíaca aumenta notoriamente. En esos casos, la pausa se debe
introducir tan pronto el trabajo lo permita. La recuperación de la frecuencia
cardíaca a niveles de reposo es también un buen indicador de la efectividad de
la pausa.

5. Selección basada en mediciones antropométricas y en aspectos


fisiológicos

La selección de los trabajadores, basada en mediciones objetivas de sus


aptitudes físicas y psicológicas, es una necesidad básica para enfrentar el
trabajo forestal a gran escala. Antes de analizar los criterios para seleccionar a
los trabajadores según su aptitud física, es condición obligada que ellos sean
sometidos a un examen médico preocupacional que determine si están
clínicamente aptos para el trabajo. Sólo después de contar con este
antecedente, tendrá valor efectuar pruebas que determinen la aptitud para el
trabajo forestal.

El objetivo de establecer criterios de selección para faenas manuales de alta


intensidad, es encontrar trabajadores, que sin fatigarse, puedan cumplir las
metas de producción para distintas tareas forestales. Desde este punto de
vista, es necesario recordar lo destacado anteriormente, vale decir, que todos
los seres humanos, incluso atletas olímpicos del más alto nivel internacional,
tienen un límite de tolerancia a la fatiga, por sobre el cual disminuye su
eficiencia, dejándolos propensos a sufrir accidentes y a deteriorar la calidad de
su trabajo.

Las actividades forestales son, en su mayoría, físicamente dinámicas. Los


trabajadores están expuestos a las inclemencias del clima y el terreno y
muchas veces a demandas físicas excesivas por los métodos que utilizan o por
las presiones de producción. Ante estas circunstancias, existen dos
posibilidades de selección. La primera de ellas, es usar un criterio de "elite
física" seleccionando, con pruebas objetivas, trabajadores de alta capacidad.
Sin duda que esto es posible, pero surge la pregunta: ¿cómo encontrar estas
personas en el contexto de las poblaciones que habitualmente postulan a estos
trabajos?. La segunda, más realista, pasa por conocer la capacidad de estos
grupos, definir los límites de fatiga para ellos y, sobre esa base, diseñar
métodos de trabajo que permitan encontrar trabajadores capaces de cumplir
con las metas de cantidad y calidad requeridas por el trabajo, sin fatigarse.

5.1. Capacidad aeróbica

La evaluación del consumo máximo de oxígeno, denominado también


capacidad aeróbica, es la prueba más adecuada para evaluar la aptitud para
realizar trabajos dinámicos de larga duración. En base a lo analizado, sería fácil
señalar que, como criterio de selección para trabajadores forestales, debería
elegirse personas con la más alta capacidad aeróbica. Como se vio, existe
suficiente fundamentación que confirma que mientras más alta es la capacidad
aeróbica de un trabajador mayor es el rendimiento que se puede esperar de él.
Esto permitiría concluir que el criterio básico para la selección de trabajadores
que ejecutarán faenas pesadas es elegir a aquellos que tengan capacidades
aeróbicas compatibles con las exigencias del trabajo. Esto, aparentemente
simple, es bastante complejo y requiere conocer la población que
habitualmente postula a estos trabajos.

En la tabla 2.8, se resume el promedio, la desviación estándar y el rango para


la capacidad aeróbica de trabajadores forestales chilenos expresada en litros
de oxígeno por minuto, mientras que en la tabla 2.9, se presentan los mismos
indicadores para la capacidad aeróbica expresada en mililitros de oxígeno por
minuto y por kilogramo de peso corporal.

Tabla 2.8. Capacidad aeróbica expresada en litros de oxígeno por minuto en


una muestra de 454 trabajadores forestales de distintas edades (Promedios,
desviación estándar, máximo y mínimo)

Rango N % Promedio DE Máx Mín


Edad Del total (l/min) (l/min) (l/min) (l/min)
<20 39 9 3,30 0,6 5,00 2,30
20-29 202 44 3,50 0,6 5,20 2,00
30-39 120 26 3,10 0,5 4,70 2,20
40-49 55 12 2,80 0,5 3,90 1,70
>50 38 8 2,40 0,6 4,30 1,50
Total 454 Promedio 3,20 0,6 5,20 1,50

Tabla 2.9. Capacidad aeróbica expresada en mililitros de oxígeno por minuto y


por kilogramo de peso corporal en una muestra de 454 trabajadores forestales
de distintas edades

Rango N % Promedio DE Máx Mín


Edad Del total (l/ml/kg) (l(ml/kg) (l/ml/kg) (l/ml/kg)
<20 39 9 53,80 9,2 83,1 36,8
20-29 202 44 53,50 8,8 80,3 32,5
30-39 120 26 47,60 8,9 73,7 28,1
40-49 55 12 41,50 10,9 59 25,8
>50 38 8 35,50 10 56,6 24,1
Total 454 Promedio 49,01 9,56 83,1 24,1

Un aspecto importante de volver a destacar es que la capacidad aeróbica de


los trabajadores forestales es alta como promedio, superior a la de trabajadores
industriales e incluso a la de sus colegas de varios países industrializados, que
son de mayor tamaño corporal. Esto se debe en gran parte, a que los métodos
de trabajo manual empleados en Chile, tienen un marcado efecto de
entrenamiento aeróbico. Otro hecho es que la capacidad aeróbica alcanza los
valores promedios más altos en el rango de 20 a 29 años. Luego decrece
gradual y progresivamente, notándose una marcada disminución por sobre los
50 años. Este es un hecho importante, que puede explicar el bajo porcentaje de
trabajadores en este rango de edad. Con respecto a este último aspecto, hay
que señalar que los trabajadores que han realizado trabajo físico toda su vida
adulta tienden a mantenerse en ellos y compensan su baja capacidad física
con una buena técnica que les permite ahorrar energía, reduciendo así la
sobrecarga física y alcanzando buenos rendimientos. Por ello, la edad no debe
ser un factor excluyente. No obstante, personas de más de 30 años que nunca
han realizado con anterioridad trabajos físicos intensos, no resultan
recomendables para iniciar el aprendizaje de actividades forestales manuales,
a menos que sus trabajos anteriores en otros rubros, les hubiesen demandado
esfuerzos sostenidos, que su condición física sea objetivamente evaluada y se
sitúe dentro de las recomendaciones que se analizarán más adelante.

Antes de decidir límites para la selección, se requiere conocer la distribución de


la capacidad aeróbica de esta población. Esto se ilustra en la Figura 2.28.
Como se puede verificar, el 50 percentil se ubica en un valor cercano a 3.2
litros de oxígeno por minuto, lo que es similar a la media (tabla 2.8). Si
consideráramos este valor como el límite más bajo de referencia, el 50% de los
trabajadores forestales actualmente en funciones, así como un porcentaje
equivalente o mayor de los futuros postulantes, quedaría excluido del trabajo, lo
que podría generar serias dificultades en las empresas para encontrar
trabajadores aptos. Más aún, el promedio observado a nivel nacional, es más
bajo que el de los trabajadores forestales, de manera que tampoco sería fácil
encontrarlos en otros sectores de nuestra población.

Figura.2.28. Porcentaje de frecuencias acumuladas (%) de la capacidad


aeróbica (VO2 máx) de 454 trabajadores forestales chilenos

Otra forma de encarar el problema, es tomar la media menos una desviación


estándar, lo que reduce el límite a 2.6 litros de oxígeno por minuto. Si se
observa la figura 2.28, se puede ver que este valor corresponde al 15 percentil
de la población. De manera tal, que con este criterio el 85% de los postulantes
a este tipo de trabajo estaría apto. Si además se considera que la mayor parte
de las personas, que se interesan por ingresar por primera vez al sector
forestal, son menores de 30 años, es casi seguro que el porcentaje de
rechazos por baja capacidad aeróbica será incluso menor.
Indudablemente que la pregunta fundamental es si un trabajador con 2.6 litros
de capacidad aeróbica puede realizar cualquier trabajo forestal manual. La
respuesta es que todo depende de las exigencias de producción que se le
pongan. Existe una marcada tendencia a tipificar algunas actividades como
más pesadas que otras. Esto es válido para trabajos puntuales. Por ejemplo, el
arrumado manual es más pesado que el destrobado y el volteo con motosierra
que el trozado con la misma herramienta. Sin embargo, el trabajo debe ser
juzgado en el contexto de una jornada normal en que se efectúan actividades
principales, secundarias y pausas. Hemos podido observar, después de
muchos años de investigación, que los trabajadores, cuando pueden, se
regulan ellos mismos. En otras palabras, trátese de volteo, desrame, arrumado
o cualquier otro trabajo manual, los trabajadores no superan los umbrales de
fatiga, salvo en casos que se les obligue a cumplir con determinados requisitos
de producción. Hay otros indicadores que se analizarán más en detalle, que
pueden permitir una discriminación mayor, particularmente para trabajos que
además de esfuerzo dinámico, requieren transportar o trasladar pesos.

Como recomendación, es importante que los ejecutivos, empresarios de


servicios y en general todas las personas vinculadas a la producción,
mantengan siempre en mente que los seres humanos son diferentes entre sí y
que nunca se podrá homologar el rendimiento físico en todos ellos.

5.2. Otros criterios de aptitud física

Se ha analizado la importancia de la capacidad aeróbica, fundamentando las


razones para establecer un límite inferior como criterio de selección. Sin
embargo, no es el único indicador y requiere ser complementado con algunos
otros aspectos asociados a la composición corporal y al tamaño de los
trabajadores.

El cuerpo humano tiene una gran variedad de componentes pero, en términos


prácticos, hoy en día se acepta que éste puede dividirse en dos
compartimentos: masa grasa y masa libre de grasa. ¿Qué importancia tienen
estos compartimentos para la selección de trabajadores forestales?. En primer
lugar, la masa grasa constituye la principal reserva de energía humana y su
cuantificación permite la tipificación del físico de un sujeto. De acuerdo a las
recomendaciones del American College of Sports Medicine, las personas se
pueden clasificar de acuerdo a su contenido de grasa corporal, de la siguiente
manera:

% GRASA CORPORAL CLASIFICACION


6-10 Delgado
11-17 Corriente
18-20 Moderado
> 25 Obeso

La mantención del peso de los depósitos de grasa en el hombre adulto sano,


revela que este se encuentra en balance de energía. Esto ocurre cuando la
ingesta diaria de energía en la alimentación se equilibra con el gasto energético
que demandan las actividades ejecutadas en el día. Esto no se mantiene
invariable en el tiempo. En otras palabras, no siempre comemos exactamente
la cantidad de energía que gastamos, pero la mantención de las reservas de
masa grasa en el largo plazo es un problema de equilibrio entre ingesta y gasto
de energía.

Con relación al otro componente, la masa libre de grasa, este es un buen


indicador de desarrollo músculo-esquelético. En efecto, en el hombre adulto, el
componente más variable es la masa muscular. De manera tal, que la cantidad
de masa libre de grasa es, en cierta medida, proporcional al tamaño de la masa
muscular.

Estos dos indicadores que, como se analizará más adelante, son relativamente
fáciles de cuantificar, entregan mucho más información que el peso del cuerpo,
ya que este último no permite discriminar las proporciones de la masa corporal
que corresponden a masa grasa y a masa libre de grasa.

Para explicar mejor estos factores se analizará el peso y la composición


corporal de trabajadores forestales chilenos. En la tabla 2.10, se puede ver el
promedio y la desviación estándar para estas variables.

Si bien el contenido de masa grasa está indicado porcentualmente, revelando


que el promedio se encuentra en niveles que permiten clasificar a la mayoría
de los sujetos que integran este grupo como corriente, el peso del cuerpo y el
contenido de masa libre de grasa deben juzgarse con relación al tamaño
corporal. Por eso, antes de analizar estos aspectos en detalle, conviene revisar
la información contenida en la tabla 2.11, que incluye la talla de este grupo, la
masa libre de grasa expresada por metro de estatura y el índice de masa
corporal que es igual al peso dividido por la estatura al cuadrado.

Tabla 2.10. Promedio y desviación estándar (DE) para el peso, el porcentaje de


masa grasa (MG) y los Kilogramos de masa libre de grasa (MLG) de 591
trabajadores forestales chilenos clasificados por rango de edad

Rango Peso Masa Grasa Masa Libre Grasa

Edad (Kg) (%) (kg)


Promedio DE Promedio DE Promedio DE
<20 62,2 6,5 12,2 3,8 53,7 4,9
20-29 64,2 7,5 13,0 4,1 55,8 5,4
30-39 66,0 7,8 17,3 3,8 54,2 5,5
40-49 67,7 7,8 19,4 4,3 54,3 5,1
>50 65,5 12,8 18,4 5,7 53,0 5,1
<20 a >50 65,12 8,48 15,4 4,2 54,9 5,3
Tabla 2.11. Estatura, Kilogramos de masa libre de grasa divididos por metro de
estatura (MLG/h) e índice de masa corporal (peso real /estatura al cuadrado
(IMC)), en una muestra de 591 trabajadores forestales chilenos, clasificados
por rango de edad

Rango Talla MLG/h IMC

Edad (cm)
Promedio DE Promedio DE Promedio DE
<20 167,5 4,9 32,1 2,8 22,2 2,0
20-29 166,1 5,9 33,5 2,6 23,2 2,6
30-39 165,2 5,9 32,8 2,9 24,2 2,5
40-49 164,7 5,6 33,0 2,7 25,0 2,8
>50 163,3 5,7 32,5 2,5 24,6 3,1
Promedio 165,36 5,6 33,1 2,7 23,7 2,6

Los antecedentes aportados en las tablas 2.10 y 2.11, revelan que nos
encontramos con un grupo de estatura más baja comparado con otros sectores
de la población chilena. También se observa que el peso es adecuado para la
estatura, lo que se refleja en el índice de masa corporal. Además, esta cifra
está de acuerdo con el porcentaje promedio de masa grasa, lo que permite
calificar al grupo como corriente. Por su parte, la masa libre de grasa refleja un
desarrollo músculo-esquelético adecuado al tamaño corporal.

Al igual como se señaló cuando se presentó la información de capacidad


aeróbica, es necesario analizar las curvas de distribución para descartar
extremos, cuyas características no aparezcan compatibles con el trabajo
forestal.

En la figura 2.29, se puede observar la distribución del porcentaje de grasa


corporal en estos trabajadores. Como el trabajo forestal requiere de frecuentes
desplazamientos en terrenos irregulares, movimientos coordinados, flexibilidad
y transporte de pesos, los riesgos son mayores para las personas obesas. Por
ello, como criterio de selección, debería considerarse sujetos con menos de
20% de grasa corporal. Si se observa la figura 2.29 se puede ver que el 80%
de los trabajadores forestales están bajo este límite. Por lo tanto, poner como
exigencia que los trabajadores tengan una cantidad inferior al 20% de grasa
corporal no sería una limitante ya que el porcentaje de trabajadores forestales
obesos es muy bajo, excepto en los operadores de máquinas, en los que existe
una tendencia al sobrepeso por exceso de grasa.

Figura 2.29. Porcentaje de frecuencias acumuladas (%) del contenido de masa


grasa (%MG) de 591 trabajadores forestales chilenos
Con respecto al límite inferior de grasa corporal, se señaló antes que una
persona se puede calificar como delgada cuando tiene entre 5 y 10 % de grasa.
Es posible que un sujeto bien nutrido tenga valores aún inferiores, por ejemplo,
atletas bien entrenados, pero es más frecuente que personas de nivel
socioeconómico bajo, con menos de 5% de grasa sean sujetos con problemas
de desnutrición. Si además, por la misma razón, hay una reducción de su masa
libre de grasa, la persona enfrentada a trabajos físicos pesados se fatigará
rápidamente. En tales casos, lo más recomendable es que dichas personas
sean sometidas a un examen médico que determine la gravedad de la
malnutrición y los efectos clínicos de ésta. Si la persona está clínicamente apta
y no ha sufrido un marcado deterioro de su respuesta al esfuerzo, sometida a
una recuperación nutricional, podrá perfectamente incorporarse al trabajo.

Con respecto al segundo componente de importancia, la masa libre de grasa,


en la figura 2.30, se puede ver la curva de distribución de esta variable
expresada en Kilogramos por metro de estatura. Como se señaló en la tabla
2.11, la media alcanza a 33,1 Kg/m con una desviación estándar de 2,7 Kg/m.
Al restar una desviación estándar, nos encontramos con una cifra de 30,4
Kg/m. Si se observa la curva de distribución en la figura 2.30, se puede ver que
este valor corresponde aproximadamente al 15 percentil. Para efectos de
selección, esta cifra debería marcar el límite inferior. Sin embargo, esto sería
válido sólo para tareas dinámicas como trabajos de plantación, roce, poda y
desrame, ya que, por ejemplo, estroberos, arrumadores y motosierristas deben
cargar o transportar grandes pesos y sería recomendable que ellos tuvieran un
desarrollo músculo-esquelético de mayor envergadura. Por ejemplo, los
motosierristas, entre herramientas, combustible y equipos de seguridad,
transportan hacia el lugar de trabajo hasta 15 Kilogramos de peso y más. Por
otra parte, el arrumado manual demanda desplazar, arrastrar y en algunos
casos, cargar trozos de gran volumen. Un desarrollo músculo-esquelético
insuficiente puede, en tales casos, producir accidentes musculares y articulares
con serias consecuencias. Por ello, si las condiciones lo permiten, para todas
las actividades que demanden cargar pesos, se debe elegir trabajadores con
contenidos corporales de masa libre de grasa más altos, por ejemplo, sobre el
50 percentil de esta población. Esto equivale a decir alrededor de 33
kilogramos de masa libre de grasa dividida por estatura. Como una cifra de
esta magnitud excluye al 50% de la población forestal, resulta difícil fijar esta
exigencia. De manera tal que, para subsanar esta situación, la forma de
obviarlo sería mejorar las técnicas de trabajo y evitar mediante la mecanización
de las tareas más pesadas, el carguío excesivo de peso. No obstante, en el
caso particular de los motosierristas, el criterio debe ser más estricto. De
acuerdo a nuestros estudios, se ha podido determinar que la sobrecarga física
de los motosierristas es inversamente proporcional al tamaño de su masa libre
de grasa, lo que también se relaciona con el rendimiento. En otras palabras, si
la masa libre de grasa no refleja un buen desarrollo músculo-esquelético, el
trabajador estará expuesto a sufrir fatiga prematura, lo que traerá como
consecuencia bajos rendimientos y mayores riesgos de accidentes.

Figura 2.30. Porcentaje de frecuencias acumuladas (%) de la relación kilos de


masa libre de grasa dividido por la estatura (MLG/h) de 591 trabajadores
forestales

5.3. Procedimientos e interpretación de las evaluaciones de aptitud física

Lo analizado hasta ahora revela que los índices básicos para una buena
selección son: edad, peso, estatura, porcentaje de masa grasa, kilogramos de
masa libre de grasa y capacidad aeróbica. Frente a estos indicadores, hay
varias consideraciones que deben tenerse en cuenta, en relación con los
métodos de evaluación y a la interpretación de los resultados.

En primer lugar, es necesario señalar que existen otros criterios de aptitud


física. Por ello, lo propuesto es el reflejo de la experiencia de quienes
elaboraron este estudio, que han demostrado la efectividad de los indicadores
recomendados en diversas investigaciones de carga física y rendimiento en
faenas de cosecha y manejo forestal. Las variables recomendadas no son
invasivas como para implicar el rechazo de los trabajadores, se pueden obtener
con una precisión razonable, en un tiempo prudencial y a un costo compatible
con un proceso de selección.

Otro aspecto de primordial importancia es que los seis indicadores sugeridos


no pueden considerarse en forma aislada y rígida. Todos aportan información y
deben ser analizados en conjunto. Por ello, las evaluaciones deben ser hechas
por especialistas, que estén capacitados para analizar los resultados y que
comprendan la flexibilidad que se requiere cuando se interpreta información
referente a parámetros fisiológicos y anatómicos. Esta afirmación se debe a
que hemos podido observar en algunos casos, como por ejemplo, en brigadas
forestales, que la aptitud física se estima mediante "tests físicos", de los cuales
existe un gran numero. Estas pruebas, a menudo muy indirectas, tienen un alto
porcentaje de error. Por ello, cuando además no se aplican bajo condiciones
debidamente controladas, su error de estimación puede superar el 50 %.

Aunque este texto no está dirigido a especialistas en el área de la fisiología del


trabajo, no se puede dejar de hacer algunas recomendaciones metodológicas
que, eventualmente, si lo sugerido se usa para evaluar personal, oriente a los
profesionales del sector acerca de la validez de las técnicas que se emplean
para este propósito.

5.3.1. Peso y Estatura

El peso y la estatura entregan información válida por sí mismos y permiten


estimar además, la adecuidad de la relación entre ambas variables. La estatura
se mide con un instrumento denominado estadiómetro y para cuantificar el
peso se emplean balanzas. Ambas son variables fáciles de medir y por ello se
tiende a usar instrumentos de dudosa precisión. Al respecto, se recomienda
que el peso sea medido en una balanza clínica con una sensibilidad de ± 100
gramos y la estatura cuantificada con un instrumento con una precisión no
inferior a ± 0.5 cm. Independiente de los instrumentos utilizados, estos deben
estar debidamente calibrados. Por lo mismo, debe descartarse el uso de
balanzas de baño por ser altamente imprecisas; es frecuente encontrar
instrumentos de este tipo con errores de ± 5 kg, ya que se descomponen con
mucha facilidad y una vez que esto ocurre es casi imposible calibrarlas.

5.3.2. Composición corporal

Con relación a la estimación de la composición corporal, vale decir, masa grasa


y masa libre de grasa, no existen métodos directos que puedan emplearse en
seres vivos. Por ello, hasta las técnicas más sofisticadas tienen un porcentaje
de error. A este respecto, existen métodos de laboratorio, complejos de aplicar
a trabajadores, y métodos de terreno, simples, basados en la medición de
distintas características externas, tales como los pliegues de grasa subcutánea,
diámetros óseos y circunferencias.

El Laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción ha evaluado


distintos métodos para el estudio de la composición corporal. De las técnicas
de terreno, Apud y Jones (1980) demostraron que la técnica de Durnin y
Womersley (1974) es la más recomendable para población chilena. Se basa en
la medición de cuatro pliegues de grasa subcutánea, ubicados en la región
bicipital, tricipital, subescapular y suprailíaca. Estos antecedentes, más el peso
del cuerpo, permiten calcular la masa grasa y la masa libre de grasa. Es una
técnica aparentemente simple, pero su precisión depende de varios factores,
entre ellos la experiencia del evaluador, la localización correcta de los sitios de
medición y el tipo de instrumento utilizado. Este último aspecto es fundamental,
ya que debe emplearse un instrumento Holtain, o equivalente, que al ser
aplicado sobre el pliegue de grasa ejerza una presión de 0.098 Newton/mm² y
que tenga una precisión de ± 0.2 mm. Existen en nuestro medio algunos
instrumentos de bajo costo, fabricados de plástico, altamente imprecisos, que
deben ser desechados como alternativa. También existen otros instrumentos,
igualmente precisos, pero que por diseño, ejercen una presión diferente y que,
por lo tanto, no pueden ser usados con la técnica recomendada. En
consecuencia, si se acoge el método propuesto, debe verificarse las
características del instrumento a utilizar.

5.3.3. Capacidad aeróbica

La única forma de medir directamente la capacidad aeróbica es sometiendo al


trabajador a una prueba de esfuerzo que comprometa al máximo sus sistemas
cardiovascular, respiratorio y metabólico. Es una prueba difícil de aplicar a
grupos grandes de sujetos, que conlleva riesgos para personas de edad o con
algún tipo de contraindicación al esfuerzo intenso y que, por lo tanto, sólo
puede ser efectuada en centros médicos especializados. Por ello, existen
alternativas más simples, que no implican grandes riesgos y que permiten
estimar indirectamente esta variable.

Las alternativas son numerosas pero, dependiendo del método empleado, la


precisión puede ser fuertemente cuestionada.

De las alternativas indirectas, el método de Maritz et al (1961), denominado


también de extrapolación, es el más preciso. Esta técnica, bien aplicada, tiene
un error cercano a ± 10%. Es laboriosa, ya que requiere someter al individuo a
tres esfuerzos controlados de intensidad creciente, en cada uno de los cuales,
es necesario medir consumo de oxígeno y frecuencia cardíaca, para lo cual se
necesita equipos especializados. Sin embargo, siempre que sea posible, ésta
será la mejor alternativa de estimación indirecta de capacidad aeróbica.
Consecuentemente, se recomienda como método de elección.

Hay dos técnicas de estimación de capacidad aeróbica que se requiere


analizar, porque se ha hecho "uso y abuso" de ellas en la evaluación de
trabajadores. El nomograma de Astrand y Rhyming (1954) es una alternativa
más simple que el método de Maritz et al (1961), ya que requiere someter al
trabajador a un solo esfuerzo en que también debe medirse consumo de
oxígeno y frecuencia cardíaca. Efectuado de esta forma y bajo condiciones
controladas, es útil para evaluar grandes grupos, ya que tiene un porcentaje de
error ligeramente superior al método de Maritz. No obstante, la técnica ofrece
varias alternativas más simples que aumentan considerablemente el error.
Lamentablemente, la tendencia en evaluaciones de terreno a trabajadores
forestales, es hacer uso de las formas más elementales de evaluación, bajo
condiciones muy poco controladas, que habitualmente implican una
subestimación de la capacidad aeróbica. En tales casos, se puede tener
errores de estimación hasta de un 30%. Esto puede ser muy perjudicial para
los trabajadores ya que, por ejemplo, si un trabajador con una capacidad
aeróbica real de 3.0 litros de oxígeno por minuto, por error del método, aparece
con 2.2 litros de oxígeno por minuto, éste debería ser rechazado en
circunstancias que está apto para el trabajo.
La otra técnica, aún más crítica, es el denominado test de Cooper (10).
Consiste en someter al individuo a una carrera de 12 minutos de duración,
midiendo la distancia recorrida en ese tiempo. Luego, utilizando tablas de
conversión, se obtiene la capacidad aeróbica a partir de la distancia cubierta en
el tiempo estándar. Incluso en la actualidad, muchas veces se toma sólo la
distancia recorrida para definir si el individuo es apto o no. Los factores que
pueden influir en la velocidad de carrera son numerosos. Entre ellos: el calzado
y el vestuario utilizado, la hora del día, la temperatura ambiente, la ansiedad, el
aprendizaje, las características del terreno, etc. Todos estos factores tienden a
disminuir la distancia recorrida en los 12 minutos y a subestimar la capacidad
aeróbica. Aunque estos detalles pueden parecer innecesarios de comentar,
circulan informes con antecedentes de aptitud física de brigadas forestales en
que se señala que se ha medido la capacidad aeróbica, sin específicar método,
pero habiendo usado el test de Cooper. Luego se sacan conclusiones que, por
los errores descritos, pueden ser altamente negativas para el trabajo y los
trabajadores forestales.

En el análisis crítico precedente no se ha pretendido hacer una revisión


metodológica exhaustiva, sino más bien, alertar a quienes tienen la
responsabilidad de seleccionar personal.

Reiteramos que, muchas de estas pruebas, aparentemente simples, pueden


ser hechas por cualquier persona después de un breve entrenamiento, pero la
interpretación de la información y la estandarización de los métodos,
particularmente frente a todas las posibles fuentes de error, no pueden
improvisarse.

CAPITULO 3

CARGA MENTAL, ESTRES LABORAL Y CRITERIOS DE


SELECCION

1. Introducción

Este capítulo está estructurado de tal manera, que primero se presentan


conceptos básicos sobre carga mental y estrés, que sirve de base, para
seguidamente tipificar los riesgos de carga mental a que se ven
enfrentados los trabajadores forestales. En la última parte se discuten
criterios psicológicos para la selección.

Todo trabajo implica demandas y exigencias, frente a las cuales el sujeto


debe dedicar un cierto esfuerzo para alcanzar un nivel óptimo de
desempeño. Como ya se destacó, las actividades que desarrolla un
trabajador forestal involucran trabajo físico, pero además demandan
trabajo mental.

La carga mental, derivada del desarrollo de actividades que requieren el


tratamiento de la información y la toma de decisiones, no sólo es propia
de los trabajos calificados, donde se debe manejar una alta cantidad de
información, sino que también de los trabajos no calificados, donde
predomina la utilización de mecanismos sensorio-motores, como ocurre
en las distintas actividades forestales.

Cuando se habla de las actividades mentales se está haciendo mención


a cualquier actividad donde el ingreso de información requiere ser
procesado y tratado de alguna manera por el cerebro. Cada actividad
puede ser dividida en dos categorías:

a)Trabajo cerebral

b) Procesamiento de la información como parte del sistema hombre-


máquina.

El trabajo cerebral, se refiere a todos aquellos procesos de pensamiento


que requieren en mayor o menor medida de creatividad. En general, la
información recibida debe ser combinada con conocimientos
previamente almacenados en el cerebro y registrados en la memoria en
una nueva forma. De modo que participan los siguientes factores:
conocimientos, experiencia, agilidad mental y la habilidad para
cuestionarse y formularse nuevas ideas.

Por otro lado, para elaborar la información que captan los órganos de los
sentidos se requieren los siguientes procesos:

a) Percepción

b) Interpretación

c) Procesamiento mental

Toda esta actividad implica la combinación de nueva información con la


ya conocida, como base para el proceso de toma de decisiones.

2. Carga mental y estrés

2.1. Conceptos generales sobre la carga mental

Todo ser humano necesita de una cierta dosis de tensión para funcionar
en forma óptima. Si una actividad no demanda ningún compromiso
mental, el trabajador se siente incómodo, molesto e insatisfecho en su
trabajo, por lo que debe realizar un sobreesfuerzo para mantener el
estado de alerta, concentración e interés; mientras que si lo absorbe
mentalmente, excediendo límites tolerables, se traducirá en un deterioro
de sus funciones cognitivas.

El concepto de carga mental se refiere a la relación entre el esfuerzo


que debe realizar un trabajador frente a las exigencias que le plantea la
tarea. Por lo tanto, para su estimación, se debe analizar en forma
integrada las características de la tarea, el contexto en que se encuentra
el trabajador y sus características individuales.
Los principales tipos de exigencias mentales son:

· Organización de procedimientos de operación

· Codificación, tratamiento y transmisión de información

· Precisión sensorial, cognitiva o motriz

· Rapidez

· Simultaneidad

· Oportunidad de respuesta

· Plasticidad

· Resistencia

· Diagnóstico del estado del sistema

· Identificación e interpretación de señales

· Utilización de información memorizada

· Síntesis de información proveniente de varias fuentes

· Anticipación de señales

· Representaciones mentales

Además, la carga mental puede estar condicionada por factores, tales


como:

· La obligación de mantener un alto nivel de alerta por largos períodos

· La necesidad de tomar decisiones que involucran fuertes


responsabilidades para la calidad del producto y para la seguridad de la
faena y de las personas que trabajan en ella

· El descenso ocasional de la concentración derivado de la monotonía

· La falta de contactos interpersonales, como por ejemplo, la


permanencia en campamentos lo aísla de su familia, comunidad y
amigos

· Condiciones ambientales tales como ruido, iluminación, temperatura,


entre otros

En relación a la carga de trabajo, es necesario identificar dos tipos de


carga mental:
· Carga cognitiva, propia de aquellas labores que demandan una estricta
organización y rapidez en los resultados y requieren de la interacción de
diversas tareas

· Carga psíquica, referida a aquellos aspectos inherentes al trabajo,


como labores de alto riesgo, labores que implican un constante nivel de
tensión, conflicto e incertidumbre en la toma de decisiones importantes

El análisis de la situación de trabajo, permitirá identificar el grado de


equilibrio entre las exigencias impuestas externamente y el esfuerzo que
le demanda al trabajador responder a ellas. Si este equilibrio se rompe,
el trabajador comenzará a experimentar una serie de reacciones de
fatiga o de desgaste psicológico, por la sobreutilización o subutilización
de sus capacidades de trabajo.

La fatiga corresponde a un estado anímico de cansancio o agotamiento


debido a un esfuerzo físico y mental extremo, derivados de las
condiciones ambientales, el clima social del trabajo, las características
propias de la actividad desarrollada y elementos asociados a su vida
personal y familiar.

La norma ISO 10075 describe tres estados de fatiga derivados de los


efectos de una activación mental anómala producida por exceso o por
defecto. Estos son la monotonía, la hipovigilancia y la saturación mental.
La monotonía es descrita por esta norma como un estado de activación
reducido, que puede aparecer en el curso de tareas o actividades largas,
uniformes y repetitivas. Las reacciones experimentadas por el organismo
son somnolencia, desgano, disminución y fluctuación del rendimiento,
reducción de la adaptabilidad y reactividad y alto nivel de variabilidad de
la frecuencia cardíaca. La hipovigilancia se describe como un estado de
evolución lenta, acompañado de una reducción del rendimiento en la
detección, en tareas de vigilancia poco variadas. Por su parte, la
saturación mental se identifica como un estado de trastorno nervioso y
rechazo fuertemente emocional a una tarea o a una situación repetitiva.
Los síntomas son irritabilidad, disminución del rendimiento, impresión de
fatiga física y una tendencia a recogerse en sí mismo.

Dependiendo del tiempo que pasa el trabajador expuesto a estas


condiciones de sobreesfuerzo y de la intensidad de las exigencias
impuestas, la fatiga puede tornarse patológica y ocasionar
modificaciones fisiológicas o desgaste psicológico, e influir en la
productividad, ocasionando una disminución en el rendimiento y
provocando accidentes laborales. Todo esto acarrea, como resultado,
pérdida de tiempo, disminución de la producción y costos adicionales por
material destruido y gastos médicos.

2.2. Procesos mentales que determinan el desempeño

2.2.1. Limitaciones para la recepción de información


El ser humano recibe continuamente estímulos de su medio ambiente, a
través de los órganos de los sentidos, los cuales son interpretados
mediante procesos perceptivos y asociaciones mentales, produciéndose
una respuesta en función de ello y de las exigencias de la tarea.
Diariamente, la información que llega a la persona es mucho mayor que
la capacidad de los canales sensoriales del sistema nervioso central. El
cerebro, a través de un proceso de filtración, reduce y selecciona la
información que será procesada. En consecuencia, existen limitaciones
respecto de la capacidad del ser humano para captar, elaborar y enviar
información que proviene del exterior, ya que se reciben sólo unos pocos
estímulos en cada momento. Por otra parte, el tiempo promedio de
reacción frente a una señal simple es de 0,15 a 0,20 segundos, ya sea
visual, auditiva o táctil.

Se involucran además, funciones cognitivas, afectivas y motivacionales,


que determinan la interpretación de la información sensorial y además
influyen en la filtración de información, a través del proceso de la
atención. La capacidad de atención está determinada por factores
externos, dependiendo de las características del estímulo que activa
fisiológicamente al organismo, y por factores internos, como los
intereses, expectativas, motivaciones y emociones.

La estimulación nueva cumple un importante rol en el refuerzo de la


conducta, pero además, existe una necesidad fisiológica de estimulación
constante del propio sistema nervioso; de modo tal que, la falta de
estímulos o la monotonía, provoca alteraciones perceptivas y
atencionales, entre otras.

La capacidad de anticipar señales o estímulos, es otro factor que incide


en la fatiga mental; mientras menos predecible o mientras menor sea la
certeza de la aparición de un estímulo, mayor será la fatiga mental, ya
que el sujeto deberá aumentar el número de exploraciones a las
diferentes fuentes de información. La ambigüedad de la información
recibida y ante la cual se deben tomar decisiones, es un fenómeno muy
frecuente en el trabajo, lo que también puede ocasionar alteraciones
psicosomáticas.

2.2.2. Limitaciones en el tratamiento de la información

En toda ejecución operacional se da siempre una combinación de cuatro


funciones básicas:

a) Recepción de información mediante los sentidos

b) Almacenamiento de la información

c) Procesamiento de información y toma de decisiones

d) Acciones resultantes
Estos procesos sirven para establecer una relación dinámica con los
sistemas de trabajo en que participan personas que interactúan con
máquinas y herramientas. Lo que varía es el grado de control que el
trabajador tiene sobre estos implementos. Para el caso de operaciones
manuales, el trabajador tiene un mayor control en el intercambio de
información y en la velocidad de la ejecución. Si el trabajo implica
manejar máquinas, asume la función de control recibiendo la información
de la máquina y llevando a cabo sus decisiones con la ayuda de
aparatos de control. Cuando el sistema es automático, éste realiza todas
las funciones operacionales. En este caso, el rol de los trabajadores
consiste en reaccionar a tiempo cuando ocurren imprevistos o cambios,
por lo que las tareas de vigilancia cobran mayor valor.

Respecto de la función de vigilancia o de concentración sostenida,


diversos autores han señalado que:

· La mantención del estado de alerta disminuye mientras más


prolongada se hace la labor de supervisión. El descenso se hace
evidente, al cabo de 30 minutos en estas condiciones

· El desempeño puede mejorar si las señales cambian de frecuencia,


incrementan su intensidad, se retroalimenta al trabajador y si las señales
varían entre sí, en cuanto a forma y contraste

· El desempeño se puede deteriorar si los intervalos entre las señales


varían en gran cantidad, si se ha estado sometido previamente a estrés
físico y/o bajo condiciones ambientales desfavorables

· Toda persona necesita hacer un descanso luego de estar concentrada


en una tarea mental, aún cuando esté motivada por la actividad que está
realizando. Diversos estudios han establecido que deben existir pausas
durante la mitad del turno, con una duración de entre 5 a 15 minutos.
Para trabajos mentalmente exigentes, se recomiendan pausas de 5
minutos después de cada hora de trabajo. Más aún, de acuerdo a lo
establecido por The National Institute for Occupational Safety and
Health, de Estados Unidos, (NIOSH), se recomiendan pausas de 15
minutos por cada hora, para trabajos con una alta demanda de
funciones de vigilancia. En general, es posible aseverar que, esfuerzos
mentales de larga duración o la presencia de distractores, provocan
detenciones más largas y frecuentes, lo cual puede ser un síntoma de
fatiga.

2.2.3. Limitaciones en el manejo de la información

La memoria se encarga del almacenamiento de parte de la información


que ingresa. Este proceso está sujeto a la evaluación que el trabajador
hace sobre qué información tiene más relevancia. Además, debido a que
existen limitaciones en la capacidad del ser humano para atender al
mismo tiempo la gran cantidad de información que llega hacia él, Farrer
(1995) destaca que el ser humano es capaz de captar entre 5 y 9
unidades de información o estímulos diferentes, dependiendo del tipo y
dimensión que posea, de las características del individuo, su formación,
la familiaridad con los elementos, su voluntad para realizar el esfuerzo,
etc. En tareas que exigen toma de decisiones, existe un límite en la
capacidad del sujeto, correspondiente a 76 decisiones por minuto para
tareas binarias, mucho mayor a la capacidad que se obtiene en
condiciones normales de trabajo prolongado, que alcanza a 25
decisiones por minuto. Esta capacidad disminuye con el tiempo, en
función de la fatiga y de la desmotivación.

Estas limitaciones para manejar información, plantean problemas, tanto


en tareas simples como complejas. Si el trabajador desarrolla tareas
simples, es necesario considerar que:

· El aumento de fuentes o de cantidad de información tiene un efecto


negativo en el desempeño. Los errores son proporcionales al producto
de la cantidad de información por el número de fuentes presentadas

· Frente a la aparición de dos señales o presentaciones de información a


un ritmo impuesto, si éstas son presentadas con una diferencia menor a
0,5 segundos, se incrementa el número de errores o se retarda la
respuesta del trabajador

· Se debe evitar la presentación de información, antes de que el sujeto


termine de resolver el problema anterior

· El ruido, producido por la aparición de una fuente secundaria, no


relevante para la tarea, puede inducir a errores u omisiones en la toma
de información

· Si la señal no cumple con los criterios perceptuales que faciliten su


detección y atención, se incrementará el número de errores o habrá un
retardo en la respuesta

Por otra parte, si el trabajador desarrolla tareas complejas, como los


operadores de cosechadoras y otras máquinas forestales, es necesario
considerar que:

· Las interrupciones frecuentes, en trabajos donde se exige el uso de la


memoria inmediata, favorecen la pronta aparición de fatiga mental, ya
que después de cada interrupción, el trabajador debe organizarse para
restablecer su actividad

· Si la información se presenta en grandes cantidades y en períodos


cortos de tiempo, se entorpece la capacidad de memorización, con la
consiguiente pérdida de información

· Una mayor densidad de información y la utilización de códigos,


incrementará el número y la duración de las fijaciones visuales, lo cual
incidirá en la aparición temprana de fatiga mental, a menos que el
trabajador esté familiarizado con los códigos

· En tareas no verbales, tales como operaciones de evaluación de una


situación, partiendo de un gran número de datos, las operaciones
terminan con una pérdida importante de información

· En tareas de localización de señales visuales, el aumento de la


velocidad de la ejecución y la duración de la experiencia, aumentará la
intensidad de las molestias derivadas de la postura y producirá fatiga
visual a causa del número de parpadeos, por fijación visual prolongada

· Cuando existe una alta densidad de trabajo, a causa de un aumento en


la cantidad de labores que se van a realizar al mismo tiempo, o un
aumento del número de operaciones que se ejecutan simultáneamente,
se deteriora el desempeño, como consecuencia de la carga cognitiva
asociada. Este aumento de la densidad del trabajo puede deberse a las
siguientes situaciones: falta de personal, concentración de muchas
tareas en una sola persona, aplicación de primas que imponen altos
ritmos de producción, entre otras.

2.3. Estrés y fatiga mental

Cada organismo, entendido como un sistema abierto, está en un


constante intercambio de energía, para lo cual depende de la
estimulación externa que le permita permanecer activo y tonificado.
Cualquier estimulación provoca cambios en su armonía interna y un
gasto de energía necesario para movilizar sus mecanismos de defensa,
que le permiten adaptarse y sobrevivir.

A menudo, el estrés se define como una consecuencia de la mala


adaptación al ambiente, o un problema de desajuste en el
funcionamiento y en la salud del individuo. En términos generales, el
concepto de estrés alude a una respuesta adaptativa del organismo,
como consecuencia de situaciones presentes en el entorno que le
plantean exigencias a la persona. Selye ha sido uno de los pioneros en
el estudio del tema, se refirió al estrés como una respuesta necesaria y
propia del organismo, para sobreponerse a las exigencias del entorno.
Esto quiere, decir que, no todas las manifestaciones del estrés son
negativas, sólo aquellas que son el resultado de un nivel de presiones y
exigencias sostenidas en el tiempo, que le impiden al sujeto recuperarse
de ellas.

Selye describió las tres fases de la reacción de defensa:

· La fase de alarma, donde el organismo experimenta cambios


fisiológicos, tales como incremento en la tensión muscular, la frecuencia
cardíaca, la respiración, y la sudoración
· La fase de resistencia, donde la persona comienza a evidenciar fatiga,
ansiedad y tensión, pero continua gastando la energía necesaria para
responder a las exigencias impuestas. La persona comienza a
debilitarse y a aumentar su vulnerabilidad para resistir mayores
presiones, disminuyendo su capacidad para mantener la concentración,
atención y destreza para resistir estresores

· La fase de agotamiento, acaba con la energía adaptativa disponible,


llevando al organismo a un estado general de agotamiento, por la
exposición prolongada y continua al estresor

El debilitamiento físico y mental que se va produciendo en la persona,


para tratar de combatir las presiones impuestas, se denomina fatiga
laboral, situación en que los trabajadores manifiestan una respuesta
subjetiva de agotamiento emocional, apatía ante su trabajo, se sienten
incapaces de alcanzar sus metas y experimentan una sensación de
incomodidad en general.

En el trabajo forestal, existen múltiples factores que provocan este


estado anímico de cansancio o agotamiento, debido al esfuerzo físico y
mental que despliegan, todos ellos derivados de las condiciones físicas
del lugar de trabajo, las características individuales de los sujetos, las
características del grupo con quienes se desenvuelven, el clima social
del trabajo, las características propias de la actividad forestal, las
variables organizacionales y elementos asociados a su vida personal y
familiar.

Los síntomas que experimenta el trabajador fatigado, pueden ser


pesquisados mediante la aplicación de instrumentos de evaluación
psicométricos o análisis subjetivos. Estos serán analizados más
adelante en este capítulo.

2.3.1. Factores que influyen en la respuesta del sujeto a las exigencias


del trabajo

Entre los factores que producen estrés se pueden mencionar los


siguientes:

· Condiciones físicas del lugar de trabajo. Respecto de los estresantes


físicos, las radiaciones, la sobrecarga térmica, los productos químicos,
tales como los pesticidas y otros materiales tóxicos, constituyen
condiciones de trabajo que pueden afectar la salud del trabajador,
llegando en casos extremos a producir la muerte. Por otro lado, existen
trabajadores, como por ejemplo, los motosierristas, que por la naturaleza
de su trabajo, pueden llegar a padecer trastornos nerviosos y estrés por
la alta peligrosidad o tensión constante que le demanda su actividad

· Características individuales del sujeto. Las personas poseen diversos


niveles de tolerancia ante las situaciones causantes de estrés, lo cual
explica las variaciones que se observan en el desempeño y salud de los
trabajadores en actividades similares. En relación a las características
individuales, la edad, el sexo, el nivel de autoestima, rasgos de
personalidad, tales como resistencia, compromiso y control, estado de
ánimo negativo, y la motivación, entre otros, influirá en su reacción a las
exigencias impuestas por el trabajo. Al respecto, es importante destacar
que, un trabajador que posee un cierto patrón de comportamientos,
como es el Tipo A, está en estrecha relación con una alta incidencia de
enfermedades coronarias. Estas personas Tipo A son agresivas,
competitivas, ambiciosas, orientadas al trabajo y se imponen altas
exigencias y presiones de tiempo, incluso en actividades recreativas

· Características del grupo con quienes se desenvuelve. Las buenas


relaciones entre los miembros de un grupo de trabajo, favorecen el
bienestar individual. Mientras que la desconfianza entre colaboradores,
está relacionada positivamente con la ambigüedad de roles, lo que
incide en el establecimiento de comunicaciones inadecuadas entre ellos
y una baja satisfacción laboral. El grupo social puede ser un importante
apoyo para reducir los impactos psicológicos adversos derivados de la
exposición a situaciones estresantes

· Variables organizacionales. Algunos elementos propios de la


organización que inciden en la respuesta del trabajador son:

- La posición jerárquica que ocupa un individuo en la


organización, que define diferentes exigencias, presiones y
limitaciones

- Los turnos de trabajo

- El ritmo impuesto por la máquina

- El desarrollo de actividades en ambientes peligrosos,


entre otros

- El conflicto de roles, el cual se presenta cuando el


trabajador recibe mensajes incompatibles sobre la
conducta apropiada a su rol. Al respecto, investigaciones
han evidenciado un alto porcentaje de conflicto de roles,
asociado con baja satisfacción y tensión en el empleo

- La ambigüedad de roles, que se manifiesta cuando un


trabajador carece de nociones sobre sus derechos,
privilegios y obligaciones laborales, presenta una estrecha
relación con un bajo nivel de satisfacción laboral, junto con
sentimientos de amenaza de la salud física y mental

- La participación en la toma de decisiones

- El grado de control que tiene un trabajador sobre el ritmo


de trabajo
- El flujo y sincronización de las tareas

- La determinación de sus propios estándares de calidad

- El cumplimiento de compromisos, el cual tiene un efecto


en el nivel de estrés que experimenta

- Los niveles de responsabilidad del cargo, que tiende a


estar asociado a la aparición de una serie de reacciones de
estrés, tales como incremento en el consumo de cigarrillos
y de la presión arterial.

· Estresores derivados de sucesos vitales. Demasiados cambios en la


vida en un período corto, podrían predisponer a enfermedades
asociadas al estrés. Tal es el caso de enfermedades catastróficas de
familiares cercanos al trabajador, accidentes recientes, pérdidas
afectivas o crisis familiares, que inciden en la respuesta del sujeto a sus
exigencias de trabajo y en el mayor esfuerzo que debe hacer para
mantener la concentración y nivel de rendimiento previo a la aparición de
estos sucesos inesperados

2.3.2. Consecuencias del estrés

Los efectos del estrés son múltiples y variados. Algunos son positivos,
como por ejemplo: la automotivación, la estimulación a trabajar más duro
y la constante orientación a mejorar cada día más. Sin embargo, muchas
otras respuestas tienen un efecto nocivo y potencialmente peligroso. Al
respecto, se identifican cinco categorías de efectos potenciales del
estrés:

· Subjetivas: ansiedad, agresividad, apatía, aburrimiento, depresión,


fatiga, frustración, mal genio, escasa autoestima, nerviosismo, soledad

· Conductuales: propensión a accidentes, alcoholismo, abuso de drogas,


exceso de comida o de tabaco, comportamiento impulsivo, risas
nerviosas

· Cognoscitivas: incapacidad de tomar decisiones correctas, escasa


concentración, limitación del campo perceptual, bajo alcance de
atención, hipersensibilidad a las críticas, bloqueos mentales

· Fisiológicas: glicemia alta, ritmo cardíaco y presión sanguínea elevada,


sequedad en la boca, sudor, dilatación de las pupilas, escalofríos,
aumento de la motilidad intestinal, gastritis, úlceras, dolores de cabeza,
irritaciones en la piel, caída de cabello, descensos en la función
inmunitaria

· Organizacionales: ausentismo, incumplimiento de tareas, escasa


productividad, alejamiento de los colegas, insatisfacción laboral,
menores niveles de compromiso y lealtad hacia la empresa
Cabe señalar que existe una serie de condiciones de trabajo que
provocan una reacción negativa en el funcionamiento de la persona. No
obstante, elementos tales, como la ambigüedad o el conflicto de roles, la
monotonía y la falta de retroalimentación entre otros, pueden ser
modificables, lo que reduciría la carga mental, evitando así que el trabajo
sea pesado.

2.4. Métodos y criterios para la evaluación de carga mental

Existen dos modalidades de evaluación. Una se realiza a partir de la


utilización de instrumentos que permiten obtener registros fisiológicos,
que si bien, son más objetivos para detectar cambios en el organismo
frente a situaciones de exigencias laborales, no son tan precisos para
vincular directamente estas respuestas fisiológicas con la multiplicidad
de variables que coexisten y afectan al trabajador. La otra modalidad de
medición se realiza a través de la observación en terreno de las
actividades que desarrolla la persona para determinar si está trabajando
al límite de sus capacidades. Paralelamente, se complementa la
observación con una serie de preguntas para pesquisar en forma
indirecta si está experimentando reacciones derivadas de fatiga o estrés.
Cabe señalar que, tanto la sobrecarga como la subcarga laboral generan
respuestas desadaptativas en la salud, bienestar y desempeño del
sujeto. Las preguntas deben orientarse a detectar aquellas condiciones,
principalmente de sobreexigencias, ya que las situaciones de subcarga
laboral, son más fáciles de corregir o modificar, mediante el
enriquecimiento de tareas, la capacitación, etc.

2.4.1. Métodos fisiológicos para la evaluación de carga mental

· Frecuencia cardíaca. Una disminución progresiva de la frecuencia


cardíaca en tareas mentales de larga duración, se interpreta como un
descenso en el nivel de activación, que corresponde a un signo de
fatiga. Pero como técnica de medición carece de objetividad, ya que las
variaciones en la frecuencia cardíaca pueden obedecer a otros factores,
tales como la temperatura ambiental, el trabajo físico, la postura, la
digestión, etc.

· Variabilidad de la frecuencia cardíaca. El ritmo cardíaco no presenta un


comportamiento regular entre un latido y otro, variando constantemente.
Esta variación está vinculada al acto de respirar, ya que en cada
inspiración el ritmo cardíaco se eleva, mientras que en la espiración,
vuelve a bajar. Al respecto, diversas investigaciones han destacado que
la variabilidad del ritmo cardíaco se reduce, durante situaciones de
estrés, tanto físico como mental. De modo tal que, un descenso en la
variabilidad del ritmo cardíaco, es signo de un incremento en la
concentración del sujeto, mientras que un aumento en la variabilidad se
acompaña de una caída en la concentración. No obstante, la variabilidad
de la frecuencia cardíaca depende de su valor medio, por lo que esta
técnica tiene las mismas desventajas que la medición de frecuencia
cardíaca
· Otras técnicas son: el electroencéfalograma y el registro de los
potenciales evocados. Sin embargo, son poco prácticas para ser
aplicadas en situaciones de trabajo ya que incomodan al trabajador.
Además, por lo general, requieren de sistemas de análisis sofisticados,
limitando su utilización para condiciones de laboratorio, alejadas del
lugar de trabajo

2.4.2. Métodos subjetivos para la evaluación de carga mental

· Utilización de cuestionarios. Se basa en el registro de las respuestas


subjetivas de los trabajadores a una serie de preguntas relacionadas con
determinadas condiciones de trabajo, que inciden en la carga mental y
que manifiestan determinados estados del sujeto que son el resultado de
una sobrecarga en tareas cognitivas

· Observación de campo, a través de la aplicación de una pauta de


evaluación estructurada, donde se van registrando las exigencias
mentales que enfrentan trabajadores durante su jornada diaria

2.5. Tipificación de los riesgos de carga mental asociado a actividades


forestales

Durante la ejecución del Proyecto FONDEF, se realizaron estudios de


campo de las diversas actividades efectuadas por los trabajadores
forestales, para determinar riesgos de sobrecarga mental. Para tales
efectos, se empleó una pauta de evaluación estructurada, la cual analiza
diversos factores que pueden tener incidencia en la generación de carga
mental de las tareas forestales evaluadas.

Estos factores son:

· Comunicación y contactos

· Toma de decisiones

· Duración del ciclo de trabajo

· Nivel de atención exigido

· Procesamiento de la información

· Uso de la memoria inmediata para la retención temporal de información

· Presentación de señales

· Percepción del trabajo

A continuación se presenta la pauta de observación en terreno, que


contiene una calificación de acuerdo a una escala de 1 a 4, de manera
tal, que la calificación 1 indica que el riesgo es mínimo, mientras que 4
indica un factor de sobrecarga importante. Además, se mostrará una
síntesis de los factores de carga mental que son de mayor riesgo para la
salud y bienestar de los trabajadores, de acuerdo a las exigencias
propias de sus labores.

2.5.1. Pauta de observación en terreno

Observe la actividad que realiza el sujeto y califique las condiciones


descritas del puesto de trabajo asociadas a la carga mental. Cada
descripción tiene asociado un valor, de modo tal, que la calificación 4
identifica un trabajo altamente exigente, desde el punto de vista de la
carga mental.

1. Comunicación y contactos

1 El trabajador se encuentra en una fluida relación de comunicación con


sus colegas y superiores
3 El contacto y la comunicación con otras personas es posible durante el
día de trabajo, pero está claramente limitado y es un poco difícil, debido
a la localización del lugar de trabajo y la presencia de ruido o la
necesidad de mantener la concentración
4 La comunicación y el contacto con otras personas están limitados
durante la totalidad de la jornada de trabajo; el trabajador se encuentra
aislado o alejado del resto de sus colegas

2. Toma de decisiones

1 Las tareas son claras y existen guías de procedimientos sobre la


manera correcta de proceder
2 El trabajo se compone de tareas que incluyen la comparación de
información, entre alternativas posibles y la elección de ésta es sencilla
3 El trabajo se compone de tareas complicadas con diversas alternativas
de solución y menores posibilidades de comparación. El trabajador
requiere monitorear sus propias acciones
4 El trabajador debe realizar diversas elecciones, con escasa información
de base. Un error en la decisión exige de la rápida corrección o podría
producir un potencial riesgo personal
4 El trabajo involucra diversos conjuntos de información, unidades
operativas o máquinas y la información podría contener errores. Una
decisión errónea, podría llevar a cometer un accidente, a detener la
producción o a dañar la máquina involucrada

3. Duración del ciclo de trabajo

1 Sobre 30 minutos
2 10 - 30 minutos
3 5 - 10 minutos
4 1/2 - 5 minutos
4 Bajo 1/2 - 1 minuto

4. Nivel de atención exigido durante el ciclo de la actividad evaluada


(promedie ambas tablas para obtener la puntuación total del nivel de
atención requerida para el ciclo de trabajo)

Ejemplos
% de la Demanda de Industria metalúrgica Trabajo de oficina
duración atención
del ciclo
1 Bajo el 30 1 Superficial Manejo de materiales Timbrar papeles
2 30 - 60 2 Promedio Ubicar en una parte Escribir a máquina
el patrón o plantilla
para fabricar piezas
idénticas.
3 60 - 80 3 Relativamente Trabajo de Realizar
pesada ensamblaje correcciones
4 Sobre 80 Muy pesada. Ajustar o medir Dibujar mapas o
instrumentos planos
Calificación Promedio

5. Procesamiento de la información

2 Debe realizar un trabajo prolongado con manejo de


información por debajo de 25 decisiones por minuto en tareas
de elección binaria
3 Debe realizar un trabajo prolongado con manejo de
información de 25 decisiones por minuto en tareas de elección
binaria
4 Debe realizar un trabajo prolongado con manejo de
información por encima de 25 decisiones por minuto en tareas
de elección binaria

6. Uso de la memoria inmediata para la retención temporal de


información, (promedie ambas tablas para obtener la puntuación total del
nivel de atención requerida para el ciclo de trabajo)

3 Se presentan algunos ruidos 2 Debe retener temporalmente un


o interrupciones menores número igual o inferior a 4 estímulos
durante la actividad o unidades de información
4 Existen ruidos o 3 Debe retener temporalmente un
interrupciones frecuentes número igual a 5 a 7 estímulos o
durante la actividad unidades de información
4 Debe retener temporalmente un
número igual o superior a 8 estímulos
o unidades de información
Calificación Promedio

7. Presentación de señales, (promedie ambas tablas para obtener la


puntuación total del nivel de atención requerida para el ciclo de trabajo)

1 Las señales son claras y 4 Las señales son parecidas entre sí


existe un adecuado en cuanto a su tamaño, forma y
contraste y diferenciación tipo; existe un menor contraste
entre ellas, en cuanto a entre ellas (ambiguas)
tamaño, forma y tipo
1 La intensidad de la señal es 4 La intensidad de la señal es débil
clara, fuerte y visible para su detección, diferenciación e
identificación
4 El ritmo impuesto para la 3 Las señales son largas en su
presentación de dos señales duración, uniformes y repetitivas
es inferior a 0,5 segundos (monótonas)
4 El trabajador desconoce 4 Se presenta una nueva información
cuándo aparecerá la nueva antes de terminar de resolver la
información situación anterior
4 El trabajador no tiene 4 El trabajador no tiene posibilidades
posibilidades de desviar la de hablar o conversar durante el
vista de la actividad que desarrollo de la actividad
realiza
4 Existe un alto riesgo de 4 Existe un alto riesgo de accidentes
deterioro del producto durante la ejecución de la actividad
Calificación Promedio

Entrevista al trabajador

A continuación, se presenta una serie de preguntas para ser formuladas


al trabajador, asociadas a la percepción que tiene de su trabajo y a la
presencia de un estado de fatiga o estrés, derivadas de la sobrecarga
mental a la que está sometido durante el desarrollo de sus actividades
cotidianas. Cada descripción tiene asociado un valor, de modo tal, que la
calificación 4 como promedio, identifica un trabajo pesado, desde el
punto de vista de la carga mental.

1. Respecto de sus actividades:

Desarrollo de actividades Rara A Con Siempre


vez veces frecuencia
Sabe claramente en qué consisten 4 3 2 1
las labores que se le asignan
Las tareas que se le asignan se 4 3 2 1
contraponen o le exigen dedicarse
a una, teniendo que dejar de lado la
realización de otra, igualmente
importante
Siente que tiene una alta y excesiva 1 2 3 4
responsabilidad sobre sus hombros
Siente que tiene pleno control sobre 4 3 2 1
el ritmo de su trabajo
Siente que debe velar por el control 1 2 3 4
de su ritmo de trabajo, de la
sincronización de las actividades
con sus colegas y del cumplimiento
de los compromisos y de la calidad
del trabajo entregado
La actividad que desarrolla es 1 2 3 4
incierta y debe actuar sin la
completa información que le
permita guiar sus decisiones
Se siente sobrepasado por la 1 2 3 4
cantidad de fuentes que le envían
información en forma simultánea
Siente que las exigencias de su 1 2 3 4
trabajo sobrepasan su capacidad
para manejarlas
La actividad que desarrolla le 1 2 3 4
significa estar lidiando
permanentemente con clientes
agresivos o molestos
El trabajo que realiza es de alto 1 2 3 4
riesgo o peligro Vital
El trabajo que desarrolla le exige un 1 2 3 4
alto nivel de exactitud, calidad y
perfección en los resultados de su
labor
Calificación Promedio

2. Signos de fatiga:

MANIFESTACIONES DE FATIGA Y Rara A Con Siempre


ESTRÉS vez veces frecuencia
Siente que sus ganas de comer han 4 3 2 1
cambiado este último mes
Siente ardor en el estómago varias 4 3 2 1
veces por semana
Tiene dolor de cabeza 1 2 3 4
Le cuesta quedarse dormido y/o le 1 2 3 4
cuesta despertar al otro día
Siente que su estado de ánimo se 1 2 3 4
ha decaído
Siente que su genio ha empeorado 1 2 3 4
y astá más enojado e irritable
Se ha sentido intranquilo, inquieto, 1 2 3 4
tenso o nervioso
Ha sentido pesadez en la cabeza 1 2 3 4
Ha tenido momentos de agitación, 1 2 3 4
al punto de no poder permanecer
quieto en un momento
Han pasado días, semanas o 1 2 3 4
meses sin poder ocuparse de nada
porque no podía llegar a empezarlo
En el último mes, ¿se ha sentido 1 2 3 4
muy fatigado o agotado?
En el último mes, ¿ha sentido 1 2 3 4
palpitaciones?
En el último mes, ¿ha sentido un 1 2 3 4
sudor frío?
En estos últimos tiempos ¿ha 1 2 3 4
sufrido de temblor en las manos
hasta el punto de preocuparle?
En el último mes, ¿ha estado tan 1 2 3 4
intranquilo que se ha sentido
enfermo?
Se ha sentido molesto, sofocado y 1 2 3 4
con una sensación de ahogo, sin
haber realizado esfuerzos físicos
¿Se siente algo aislado, algo solo, 1 2 3 4
incluso entre amigos?
¿Tiene la sensación de que ahora 1 2 3 4
las cosas le salen mal?
¿Tiene la sensación de que parece 1 2 3 4
que nada vale la pena?
¿Siente sus ojos fatigados, irritados 1 2 3 4
o cansados?
¿Le cuesta concentrase en las 1 2 3 4
cosas que debe hacer?
¿Se le olvidan algunas cosas? 1 2 3 4
En este último tiempo, ¿se ha 1 2 3 4
desvanecido o a sufrido de
mareos?
¿Siente que al llegar al trabajo en la 1 2 3 4
mañana, le invade el sueño?
Durante este último período, ¿fuma 1 2 3 4
más de lo acostumbrado?
Durante este último período, 1 2 3 4
¿ingiere más bebidas alcohólicas?
Durante este último período, ¿se ha 1 2 3 4
quedado en algún momento con la
mente en blanco?
Durante este último período, ¿sufre 1 2 3 4
de irritaciones o alteraciones en su
piel?
Durante este último período, ¿se le 1 2 3 4
ha caído el cabello?
Calificación Promedio

2.5.2. Tipificación de los riesgos de carga mental más significativos en


los trabajos forestales

· Motosierrista

Los factores de sobrecarga mental más significativos de esta


labor son los siguientes:

- Toma de decisiones. El trabajo se compone de procedimientos


establecidos, pero para decidir la forma mas indicada de operación,
debe comparar la información que recibe del entorno físico de trabajo y
analizar diversas alternativas que guíen su decisión. Al mismo tiempo,
debe monitorear sus propias acciones. La elección del procedimiento
adecuado requiere de experiencia y conocimiento de las técnicas. Un
error en la decisión le exige una rápida corrección, ya que, de lo
contrario, podría producir un potencial riesgo personal o a terceros y
deteriorar los árboles, disminuyendo la calidad del trabajo.

- Duración del ciclo de trabajo. Dependiendo de la actividad que


desarrolla un motosierrista, el ciclo de trabajo puede tener una duración
superior o inferior a 5 min. Tal es el caso de la actividad que desarrolla
cuando voltea y desrama, en que el tiempo puede superar los 5 minutos.
En cambio, un motosierrista de volteo tiene un ciclo promedio de trabajo
de 1 a 2 min. Cabe señalar que, entre cada ciclo de trabajo, existe un
tiempo de desplazamiento que le permite al trabajador cambiar la
atención y concentración dedicada a la labor anterior y detenciones
derivadas de la mantención de su herramienta de trabajo.
- Nivel de atención exigido, calificado como relativamente pesado. Su
actividad requiere una alta demanda de atención y concentración para
garantizar la calidad del trabajo y la seguridad personal y la de sus
compañeros. Por lo tanto, esta labor es considerada como relativamente
pesada en cuanto a la carga mental asociada a este factor.

- En cuanto a la percepción de su actividad, el trabajador siente que


debe velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización de
las actividades con sus colegas y del cumplimiento de los compromisos
y de la calidad del trabajo entregado. Por otra parte, percibe que su
actividad es de alto riesgo o peligro vital y que debe realizar su trabajo
con un alto nivel de exactitud, calidad y perfección en los resultados de
su labor.

· Estrobero

Las exigencias mentales de mayor relevancia en las labores de


los estroberos son:

- Toma de decisiones. Las tareas son claras y existen guías de


procedimientos sobre la manera correcta de proceder. Sin
embargo, en ocasiones, necesita información del medio para
decidir el orden o prioridad de salida de la madera. Para ello,
compara la información disponible y escoge entre alternativas
posibles. Un error en la decisión exige la rápida corrección,
porque de lo contrario, se podría producir un potencial riesgo
personal y de los equipos.

- Duración del ciclo de trabajo. Pese a que cada ciclo de trabajo


dura por lo general menos de 5 min., entre ciclo y ciclo, el
estrobero cuenta con un tiempo de descanso mientras la máquina
realiza el madereo. Este tiempo depende de la rapidez de la
máquina y la distancia de madereo.

- En cuanto a la percepción sobre su trabajo, el control sobre el


ritmo del trabajo está condicionada por el rendimiento de las
máquinas de madereo y condiciones del terreno. Pero a la vez,
debe mantener un alto ritmo de trabajo y sincronizar
adecuadamente las actividades con sus colegas. Además,
percibe altos niveles de exigencia en cuanto a exactitud, calidad y
perfección en los resultados de su labor.

· Hachero

Los principales factores de sobrecarga mental asociados a su


función son:

- Duración del ciclo de trabajo. Dependiendo de la cantidad de ramas y


del tamaño del árbol, la duración del ciclo puede tomarle más de 10
min., o menos de 5 min. Sin embargo, este trabajador cuenta con un
período de recuperación derivado de los desplazamientos entre cada
árbol, como así también en los momentos en que opera el motosierrista,
donde usualmente, detiene su actividad por razones de seguridad.

- Existe una alta responsabilidad percibida en cuanto a su seguridad


personal y a la correcta ejecución de su trabajo. Por otra parte, el control
sobre el ritmo que impone a su trabajo está fuertemente condicionada a
la labor del motosierrista y de las máquinas, por lo que le impone una
importante carga mental, ya que, al mismo tiempo, debe mantener un
alto ritmo de trabajo para sincronizar adecuadamente las actividades con
los demás y desarrollar un trabajo de calidad.

· Arrumador

El trabajo de los arrumadores involucra una serie de exigencias


mentales, entre las cuales, las más relevantes son:

- Duración del ciclo de trabajo. El ciclo de trabajo depende de la


distancia que tenga que desplazarse con los trozos, y de las
dimensiones y el peso de éstos. Sin embargo, este ciclo no es continuo,
ya que depende de cuán expedito sea el acceso de la madera a la
cancha y el tiempo empleado en el trozado.

- Uso de la memoria inmediata para la retención temporal de


información. Debe retener temporalmente un número igual o superior a 8
estímulos o unidades de información. Esto depende del tipo de producto
que se esté obteniendo y de las dimensiones para su selección.

- Existe una presión significativa en cuanto al control en el ritmo de su


trabajo, ya que depende principalmente de la facilidad de acceso de la
madera a la cancha. Sin embargo, debe mantener un alto ritmo de
actividad para sincronizar su trabajo con los demás y desarrollar un
trabajo de calidad.

· Operador de máquinas

Los factores de sobrecarga mental más significativos de esta labor son


los siguientes:

- Comunicación y contactos. El contacto y la comunicación son


necesarios en su labor para dar y recibir instrucciones durante la
operación, cuando trabaja con otras personas, por lo que la carga
mental se incrementará si existen ruidos que obstruyan la recepción y
envío de instrucciones. Por otra parte, el aislamiento derivado del trabajo
individual durante gran parte de la jornada y las limitadas oportunidades
que tienen para comunicarse con los demás, constituyen un factor
importante de carga mental.

- Toma de decisiones. El trabajo se compone de tareas complicadas con


diversas alternativas de solución y menores posibilidades de
comparación por la existencia de situaciones inesperadas. Aún, cuando
las tareas son claras y existen guías de procedimientos sobre la manera
correcta de proceder, el trabajador debe monitorear sus propias
acciones.

- Deben mantener un alto nivel de atención y concentración durante el


ciclo de la actividad para resguardar su seguridad personal, la de sus
compañeros de trabajo, el cuidado de la máquina y la calidad del
producto procesado.

- En cuanto a la presentación de señales, si el trabajador opera con


máquinas que presentan deficiencias en sus indicadores, la actividad se
tornará altamente exigente por el desgaste mental derivado de la
presenta de señales poco claras o similares entre sí.

- El operador percibe que tiene una alta responsabilidad sobre sus


hombros. Esto se debe a que la máquina que opera es un elemento
central del proceso de producción, por lo tanto, debe velar por el cuidado
y mantención de ésta. Además, la responsabilidad está asociada con su
seguridad personal y la de sus compañeros de trabajo, ya que la
actividad que desarrolla involucra riesgo o peligro vital. Por otra parte,
siente que debe velar por el control de su ritmo de trabajo, de la
sincronización de las actividades con sus colegas y de la calidad del
trabajo entregado.

· Podador

El trabajo que realiza un podador impone ciertas exigencias mentales,


entre las cuales, las más relevantes son:

- La duración de los ciclos de trabajo, que depende del tipo de poda que
se esté realizando, variando entre 1 y 4 minutos por árbol. Esto impone
una carga mental derivada de la utilización de los mecanismos sensorio-
motores al efectuar una labor repetitiva. Sin embargo, al desplazarse
pueden tener un tiempo de recuperación entre ciclos.

- Debe mantener niveles de atención significativos para adoptar una


posición segura, para ubicar el ángulo correcto de corte, así como
también, al momento de desplazarse, tiene que localizar el próximo árbol
a podar y vigilar que su desplazamiento sea seguro.

- El podador percibe una importante responsabilidad sobre sus hombros,


ya que la calidad de su trabajo y su criterio de selección de los árboles
está en directa relación con la calidad del producto obtenido al final del
ciclo productivo. Además, otro factor de carga mental significativa se
deriva de la presión por mantener un adecuado control en el ritmo de su
trabajo y en el cumplimiento de los compromisos y de la calidad del
trabajo entregado.

· Plantador
Las principales exigencias mentales asociadas al desarrollo de las
labores de un plantador son:

- La duración del ciclo de trabajo, que le impone una importante carga


mental, ya que describen ciclos continuos de trabajo con intervalo de 0,5
a 1 minuto, limitando su recuperación a los momentos en que tienen que
reabastecerse de plantas para continuar con su labor.

- El plantador debe mantener un alto y exigente nivel de atención y


concentración para aplicar correctamente las técnicas de plantación.
Además, en las ocasiones en que el terreno presenta una alta
pendiente, deben permanecer atentos para no sufrir caídas que le
provoquen accidentes o destrucción de las plantas.

- Debe realizar un trabajo prolongado con manejo de información por


debajo de 25 decisiones por minuto en tareas de elección múltiple. Al
respecto, los principales datos que debe procesar son: dirección de
plantación, distancia entre plantas, preparación del terreno, técnicas de
manipulación de la planta y técnicas de plantación, entre otras.

- El trabajador siente que tiene una alta responsabilidad, ya que la


calidad de su trabajo está en directa relación con la calidad del bosque
que se obtendrá. Además, otro factor de carga mental es el que se
deriva de la presión por mantener control en el ritmo de su trabajo, en el
cumplimiento de los compromisos y en la calidad exigida por el trabajo
entregado.

· Rozonero

Los factores de sobrecarga mental más significativos de esta labor son


los siguientes:

- La duración del ciclo de trabajo le impone una importante carga mental,


ya que describen ciclos continuos de intervalos entre 0,5 y 1 minuto,
limitando su recuperación a los momentos en que remueven desechos y
se desplazan. Para alivianar el trabajo, deben realizar detenciones
breves durante la jornada.

- Debe mantener un alto nivel de concentración para evitar accidentes al


accionar su herramienta.

- El trabajador percibe la presión por mantener el control en el ritmo de


su trabajo, en la sincronización de las actividades con sus compañeros y
en la calidad exigida por el trabajo entregado. Además, la actividad le
impone una carga psíquica derivada de la peligrosidad y el riesgo al
operar con sus implementos de trabajo y desplazarse en terreno.

2.6. Análisis del estado psicológico de los trabajadores forestales


Con el fin de contrastar la información de las exigencias mentales de
cada actividad, con los efectos psicológicos que provocan en los
trabajadores que realizan dichas labores, se efectuó un análisis
mediante la aplicación de un test proyectivo simple (Test de los Colores).
Este instrumento complementa la observación en terreno y permite
detectar el estado psicológico en que se encuentra cada trabajador
evaluado.

Para efectos de facilitar el análisis e interpretación de los resultados, se


identificaron diversos aspectos psicológicos, pero se destacarán en
especial, los relacionados con fatiga mental, tensión y alteraciones del
sistema nervioso. Cada uno de los cuales fue clasificado en tres niveles:
bajo, medio y alto. La tensión, está asociada a las frustraciones,
decepciones o limitaciones que lo mantienen en un estado de
intranquilidad. La fatiga identifica a los trabajadores que se encuentran
en un estado de agotamiento psicológico, en el que existe un descenso
en su vitalidad y que afecta la tolerancia a nuevas demandas y
exigencias. Mientras, que el factor riesgo cardíaco alude a un estado de
agotamiento nervioso tal, que puede comprometer el sistema nervioso
autónomo, existiendo la posibilidad de que se le presenten trastornos
cardíacos.

Al respecto, de acuerdo a los resultados presentados en la tabla 3.1, en


general, se aprecia que casi la totalidad de los trabajadores,
experimenta niveles significativos de tensión en su actividad. Los que
presentan los índices más elevados son los rozoneros, los podadores y
los operadores de máquinas, quienes además, presentan altos índices
de tensión psicológica y fatiga mental, que incluso, en el caso de los
rozoneros, podrían comprometer el sistema nervioso autónomo (riesgo
cardíaco). En contraste, los abastecedores presentaron los menores
niveles de fatiga mental y tensión.

Otro factor que revelaba el estado psicológico de los trabajdores


forestales fue el de satisfacción, el cual alude al nivel de conformidad
con su trabajo y las condiciones que lo rodean. Al respecto, de acuerdo
a la tabla 3.2, en general, es posible apreciar que los trabajadores
analizados presentan un nivel de satisfacción bajo, e incluso, los menos
conformes, resultan ser los operadores de máquinas, los plantadores y
los rozoneros.

Tabla 3.1. Estado psicológico de los trabajadores forestales


ALTO

MEDIO

BAJO

Tabla 3.2. Nivel de satisfacción de los trabajadores forestales

En general, casi la totalidad de los trabajadores forestales presentan un


bajo nivel de satisfacción en su trabajo, junto con significativos niveles
de tensión y fatiga. Estos factores, sumados a los niveles de eficiencia
por debajo del óptimo de sus capacidades, hablan de una actividad que
los mantiene con altos estándares de exigencias, que les resta tiempo
para recuperar energías y descansar y que afectan por consiguiente su
satisfacción, salud y bienestar.

Finalmente, al comparar los resultados de los trabajadores de cosecha


con los silvícolas, se aprecia que la mayor tensión, fatiga y menor
satisfacción se encuentra en los que trabajan en labores de cosecha, lo
cual permite confirmar que estas labores son más exigentes y pueden
afectar en una mayor proporción la salud y bienestar psicológico de los
trabajadores.
3. Criterios psicológicos para la selección de personal

3.1. Antecedentes generales

Los psicólogos industriales, han desarrollado una serie de


procedimientos para formalizar y controlar, de una manera científica, el
reclutamiento, selección y contratación de personal. Para lograr estos
propósitos se requiere un minucioso análisis y evaluación psicométrica
de los futuros trabajadores, en función del rubro al cual se dedicarían. El
objetivo es predecir, en términos generales, el comportamiento y
desempeño posterior de quienes sean contratados por la empresa. El fin
último es seleccionar aquellos sujetos, cuyas aptitudes respondan a los
requerimientos exigidos por el cargo.

Para definir el perfil de un trabajador forestal, es necesario previamente


formular algunas preguntas:

· ¿Para qué empresa en particular?

· ¿Qué tarea debe hacer?

· ¿Cómo, cuándo, dónde y para qué la realiza?

Estas interrogantes resumen la necesidad de definir formalmente las


actividades inherentes al cargo y a la empresa de que se trate. Para este
propósito, es importante diseñar una herramienta como, por ejemplo,
una guía o manual de descripción de cargos, que oriente la identificación
de las características y condiciones del trabajo. A partir de estos
elementos, es posible determinar los requerimientos individuales o el
perfil psicológico deseable para desempeñar eficazmente el trabajo.

3.2. Análisis de las tareas de cosecha forestal como precondición para


definir un perfil psicológico

Las actividades que se desarrollan en el bosque son


predominantemente rutinarias y mecánicas, en cuanto a procedimientos
y resultados, de modo tal que, los trabajadores que las desempeñan
requieren capacidad de coordinación, sincronización e integración para
desempeñar con eficiencia el trabajo.

Además de lo señalado, el trabajo forestal se efectúa bajo condiciones


climáticas variables y demanda la permanencia en campamentos o
traslados frecuentes desde sus hogares a las faenas. Estos aspectos
definen ciertas condiciones a las que se someterá el trabajador, de tal
forma que existirán personas que se adaptarán fácilmente, mientras que
otras no lograrán someterse a estos requerimientos. Los trabajadores
inadaptados al sistema, no se sentirán identificados con su empresa y
no tendrán motivación para un desempeño compatible con los
requerimientos de productividad.
En síntesis, para definir el perfil psicológico de un trabajador, se requiere
un análisis que permita predecir el desempeño que se espera de él. Este
debe basarse en los factores más importantes que influyen en la
ejecución de sus tareas. Estos son:

3.2.1. Factores individuales

Se consideran factores demográficos, tales como edad, estado civil,


escolaridad, experiencia laboral, antigüedad en la empresa, etc. Se
incluye también, rasgos de personalidad, ya que éstos determinan un
modo particular de concebir el entorno y de actuar en función de esta
concepción. Otro aspecto fundamental es la capacidad general, que
considera habilidades intelectuales, que permiten estimar la respuesta
frente a trabajos con requerimientos de comprensión, coordinación
visomotora, habilidad mecánica, numérica y de resolución de problemas.

3.2.2. Características del lugar de trabajo

Se incluyen las demandas derivadas de los procedimientos de trabajo, el


tipo de maquinaria y herramientas utilizadas, en función de su tecnología
y diseño en general. Estos requerimientos plantean exigencias al
trabajador, relacionadas con su habilidad perceptual y coordinación
visomotora, velocidad de reacción, precisión y habilidades mecánicas.
Además, se considera el contenido de sus funciones, en cuanto a
organización del trabajo y supervisión ejercida. Esto orienta al trabajador
respecto a lo que se espera de él.

3.2.3. Características situacionales

Se identifican los factores del medio ambiente, propios del sitio de


trabajo, tales como, las condiciones climáticas, la temperatura, el ruido,
la escabrosidad del terreno, el período de trabajo, el traslado y
permanencia en campamentos, los períodos de alejamiento de su
núcleo social y familiar, el hacinamiento existente, etc.

3.3. Factores a considerar para definir el perfil del trabajador forestal

Para determinar algunos criterios en cuanto a los requisitos mentales


que exige el desempeño de cada cargo, es necesario, previamente,
establecer áreas generales de análisis. Estas se detallarán a
continuación, según el siguiente esquema:
Cada uno de estos criterios de aptitud deben ser considerados al
seleccionar a un nuevo candidato, ya que ellos, en su conjunto,
permitirán predecir el rendimiento futuro del postulante.

Por otro lado, cada una de las aptitudes antes mencionadas tiene un
grado de importancia relativa, dependiendo del cargo de que se trate. De
modo que, las exigencias en cuanto al nivel de dominio o habilidad que
demuestre el sujeto en las situaciones de evaluación, deberán
considerar si el nivel de desempeño alcanzado en cada instrumento de
evaluación es relevante para el cargo al cual postula.

3.3.1. Requisitos mentales inherentes

3.3.1.1. Capacidad general

Nivel de inteligencia o habilidad necesaria para adaptarse a situaciones


nuevas y para resolver desde tareas simples, concretas, hasta aquellas
complejas y abstractas. Rapidez para comprender y aprender de la
experiencia. Esta aptitud general, al ser medida, permite obtener la
siguiente clasificación diagnóstica general:

· Superior

· Brillante

· Superior al término medio

· Normal promedio

· Normal lento
· Normal inferior

· Inferior al término medio

· Deficiente

3.3.1.2. Habilidades específicas

Existen ciertas destrezas que predominan en algunos sujetos, las que


pueden distinguirse en:

a) Razonamiento mecánico (RM): habilidad para comprender los


principios mecánicos y físicos en situaciones conocidas, para utilizarlos
en ocupaciones relacionadas con mecánica, mantenimiento de
maquinarias, etc.

b) Velocidad perceptual (VP): capacidad para identificar visualmente las


semejanzas y diferencias con rapidez y precisión.

c) Coordinación sensorio-motora (CS): rapidez y habilidad para


coordinar la recepción sensorial y la respuesta inmediata frente a las
actividades.

d) Comprensión verbal (CV): capacidad para comprender ideas que lee


o escucha, así como para interpretar la relación existente entre palabras.

e) Fluidez verbal (FV): capacidad para hablar y escribir con facilidad.

f) Aptitud numérica (AN): capacidad para realizar operaciones


aritméticas con rapidez y precisión. Resolución de problemas
cuantitativos.

g) Razonamiento (R): capacidad para resolver problemas lógicos, prever


y planear.

h) Concepción espacial (CE): capacidad para imaginar y concebir


objetos en dos o tres dimensiones.

i) Atención y concentración (AC): capacidad para discriminar diferencias


y similitudes con precisión y rapidez.

3.3.1.3. Criterios de personalidad

La personalidad se refiere a aquellos aspectos que distinguen a un


individuo de cualquier otro, y que le otorgan una identidad que los
define. Este sello personal determina sus acciones, pensamientos y
sentimientos en diversas situaciones y momentos a través del tiempo.

La personalidad se puede clasificar de acuerdo a rasgos distintivos y


todas las personas poseen cada una de estas características en mayor o
menor grado. Cada rasgo se expresa en forma continua, desde una
polaridad a otra. Entre las polaridades de rasgos de personalidad más
comunes, desarrolladas por Cattell, es posible distinguir que las
personas pueden ubicarse en las siguientes polaridades:

· Reservadas o abiertas hacia los demás

· De inteligencia concreta, hasta inteligencia abstracta

· Emocionalmente estables, hasta emocionalmente inestables

· Autoritarias o sumisas

· Cautas o impulsivas

· De pocos compromisos o muy responsables

· Tímidas y cohibidas, hasta socialmente atrevidas y desenvueltas

· Racionales y, frías hasta impresionables y sensibles

· Adaptables y confiables, hasta desconfiadas y suspicaces

· Prácticas o imaginativas

· Sencillas y naturales, o astutas y calculadoras

· Apacibles y serenas, o aprensivas y preocupadas

· Conservadoras o liberales

· Dependientes de grupos o autosuficientes

· Descuidada con las reglas sociales o preocupadas por su autoimagen

· Relajadas o tensas y sobreexigidas

Para efectos de la elección de quienes serán más compatibles con las


características del trabajo forestal y del ambiente que lo rodea, se
definen algunos criterios de personalidad importantes de ser
considerados, de los que se espera que los trabajadores presenten
altos, medio o bajos índices, según corresponda.

a) Equilibrio emocional (EE): capacidad para enfrentar en forma madura


y realista los acontecimientos. Firmeza interior, congruencia y seguridad
en sus propios pensamientos, opiniones y acciones. Animo invariable.
Aceptación de sus características personales; contacto no ansioso en la
interacción con su entorno y consigo mismo.
b) Subordinación (S): capacidad para someterse y acatar las normas
impuestas por figuras reconocidas como autoridad. Respeto por las
normas y tradiciones establecidas. Acomodaticio, conformista; puede
mostrar incluso falta de decisiones personales. Deseo o tendencia a
agradar, en expresar conformidad, cooperar, obedecer. Deferente,
complaciente. Humildad para servir y permanencia o lealtad hacia la
autoridad.

c) Desenvolvimiento o apertura social (DS): tendencia a estrechar lazos


con otras personas y a buscar constante estimulación. Necesidad de
relacionarse en un ambiente variado y cambiante, de constante
desenvolvimiento. Capaz de soportar el trato con personas y resolver
problemas. Espontaneidad en el trato interpersonal.

d) Conciencia grupal (CG): interesado en los demás, buen colaborador;


dependiente del apoyo y aprobación de los demás. Buen compañero, de
fácil unión al grupo. Conservador y respetuoso de las directrices
establecidas por su equipo de trabajo.

d) Responsabilidad (R): exigente, dominado por el sentido del deber;


perseverante, responsable y organizado. Adecuación y cuidado en
cuanto a su imagen personal, convencionalismo y formalidad.

e) Flexibilidad (F): confiable, adaptable, de trato fácil. Sencillo, capaz de


adecuarse a variadas circunstancias. Relajado, tranquilo. Capacidad
para modificar métodos, hábitos y preferencias. Disposición a hacer
nuevas y diferentes actividades. Capacidad para estar en constante
movimiento.

f) Potencial de liderazgo (PL): capacidad para ejercer influencia sobre la


conducta, sentimientos e ideas de los demás. Capacidad para tomar
decisiones, manejar situaciones y resolver problemas en forma
autónoma e independiente. Persuasivo, locuaz, dominante, disciplinado;
tendencia a planificar y organizar su entorno.

g) Agresión (A): autoritario, tendencia a vencer la oposición mediante la


fuerza, a atacar, censurar y ridiculizar. Incitar a la agresión mediante la
crítica pública. Manejo deficiente de su energía o impulsos agresivos.

h) Aceptación de riesgos (AR): Tendencia a incurrir en acciones


inseguras, a actuar confiando en su propia pericia y dominio,
despreocupándose de participar en acciones de prevención. Inconstante
para seguir instrucciones. Tendencia a atribuir al destino o a la suerte las
circunstancias externas y sentimientos de incomodidad. Sentimientos de
insatisfacción frente a las acciones que intenten evitar accidentes.

3.3.2. Requisitos mentales adquiridos

3.3.2.1. Escolaridad
Se identifican las siguientes categorías:

(0) Sin escolaridad

(1) Enseñanza básica incompleta

(2) Enseñanza básica completa

(3) Enseñanza media incompleta

(4) Enseñanza media completa

(5) Enseñanza técnica incompleta

(6) Enseñanza técnica completa

(7) Enseñanza universitaria incompleta

(8) Enseñanza universitaria completa.

3.3.2.2. Experiencia o capacitación previa

Duración del período de entrenamiento o capacitación previa, para


adquirir la destreza necesaria que le permita desempeñarse en el cargo.
Se puede establecer las siguientes categorías:

(0) Experiencia no necesaria

(1) 1 - 3 meses

(2) 3 - 5 meses

(3) 6 - 12 meses

(4) 1 - 2 años

(5) 2 - 3 años

(6) 3 - 4 años

3.4. Perfil del trabajador forestal

Establecidos los marcos de referencia, a continuación se presenta un


análisis de los factores psicológicos específicos requeridos por los
trabajadores forestales.

3.4.1. Capacidad Intelectual

3.4.1.1. Capacidad general


Las tareas que deben realizar hacheros y estroberos, plantadores,
podadores y trozadores exigen predominantemente el empleo de su
habilidad física; no obstante, para la correcta y segura ejecución de sus
funciones, necesitan comprender instrucciones verbales.

Estudios realizados en el contexto del proyecto FONDEF, revelan que el


sector de la población, dedicado a actividades silvícolas y de cosecha
forestal, posee una baja escolaridad. Esto se asocia al nivel intelectual
de la mayoría de ellos, que corresponde al rango de inferior al término
medio, lo que no los inhabilita para cumplir sus funciones; muy por el
contrario, sujetos con estas características, son recomendables para
este tipo de trabajos simples, concretos y rutinarios.

En el caso de motosierristas y, en especial, de operadores de máquinas,


se espera que posean una capacidad general del rango de normal
promedio, normal lento o, en último caso, normal inferior (si se trata del
manejo de máquinas de menor complejidad). Las exigencias
intelectuales se amplían, debido a que requieren dominio oral y escrito
para aprender con rapidez nuevas instrucciones, que les permitan
operar eficientemente sus máquinas.

Tampoco es deseable contar con sujetos de una capacidad intelectual


superior, ya que está demostrado que, niveles intelectuales por sobre el
término medio, no logran permanecer en estos trabajos. Estos sujetos
tienden a desmotivarse al realizar labores rutinarias y monótonas,
debido a que su capacidad intelectual los impulsa a plantearse
constantes y variados desafíos.

A manera de síntesis, en la tabla 3.3 se presenta un resumen de los


rangos de capacidad intelectual requeridos en las distintas tareas
estudiadas.

Tabla 3.3 Capacidad intelectual requerida por distintas tareas forestales

Cargo Capacidad intelectual


requerida
Estrobero Inferior al término medio

Hachero

Podador

Plantador

Rozonero

Arrumador
Motosierrista Normal inferior
Operadores de máquinas Normal lento

Normal promedio

3.4.1.2. Habilidades específicas

La mayoría de las ocupaciones analizadas requieren el empleo de


habilidades generales; no obstante, algunos cargos demandan ciertas
destrezas específicas, que en, mayor o menor grado, deben estar
presentes como condición necesaria para garantizar un adecuado
desempeño. Por lo tanto, en aquellas ocupaciones donde sea de alta
relevancia el dominio de alguna habilidad específica, se esperaría del
sujeto un rendimiento del nivel de normal promedio o normal superior, en
comparación con la población de referencia.

Una explicación más detallada, por cargo, se presenta en la tabla 3.4,


donde las habilidades abreviadas corresponden a:

AC = atención y concentración

VP = velocidad perceptual

CS = coordinación sensorio-motora

CV = comprensión verbal

FV = fluidez verbal

R = razonamiento

AN = aptitud numérica

RM = razonamiento mecánico

CE = comprensión espacial

Además, la clasificación numérica para cada habilidad se interpreta de la


siguiente manera:

(1) Habilidad no relevante

(2) Habilidad poco relevante

(3) Habilidad medianamente relevante

(4) Habilidad relevante

(5) Habilidad altamente relevante


Tabla 3.4 Habilidades específicas requeridas en las diferentes
actividades forestales

Habilidades específicas
Actividad AC VP CS CV FV R AN RM CE
Estroberos 5 4 4 3 2 2 2 3 3
Hacheros 5 4 4 3 2 3 2 2 3
Motosierristas 5 5 5 4 3 3 2 5 5
Operadores de 5 5 5 4 3 4 2 5 5
máquinas (torre,
trineumático,
skidder)
Arrumadores 4 4 3 3 3 3 2 2 3
Podadores 5 5 4 3 2 4 3 3 3
Rozoneros 4 3 3 2 1 2 1 2 3
Plantadores 5 5 5 4 2 4 3 3 3

3.4.2. Criterios de personalidad

Se identificaron nueve factores de personalidad, teniendo en


consideración que se trata de cargos que implican subordinación, alta
responsabilidad personal y hacia terceros, en términos de rendimiento y
seguridad laboral. Los trabajadores deben enfrentarse a situaciones
cambiantes y muchas veces, tienen que permanecer alejados de sus
familias y compartir, laboral y socialmente, durante largos períodos de
tiempo, con el mismo grupo humano, sin alternativa de alternar con otras
personas de su elección.

Se debe tener en cuenta además, la capacidad de liderazgo, toma de


decisiones y conducción de grupos que debe exhibir todo supervisor,
jefe de línea o capataz.

A continuación, se describirán algunos rasgos generales que permiten


definir el perfil de un trabajador.

a) Equilibrio emocional (EE): es un rasgo considerado muy necesario


para adecuarse a un trabajo que demanda mucho esfuerzo, sacrificio y
riesgo potencial constante.

b) Subordinación (S): estos trabajadores están en la base de la


organización, por lo tanto, su actitud debe ser predominantemente
respetuosa de lo establecido.

c) Desenvolvimiento o apertura social (DS): este rasgo debería


presentarse con moderación. Altos índices relacionados con este factor,
como por ejemplo extroversión, revelan a un sujeto que no será capaz
de permanecer en un ambiente monótono, que no le ofrezca constante y
variada estimulación sensorial y lo mantenga alejado de su entorno
social.

d) Conciencia grupal (CG): factor importante que facilita la labor de


equipo y la cooperación mutua. Se espera que el sujeto destaque en
este factor.

e) Responsabilidad (R): debe tener índices promedio o elevados, en


especial para aquellos cargos que impliquen supervisión. Este aspecto
es muy importante, si se tiene en cuenta la responsabilidad social por la
seguridad de sus compañeros de trabajo.

f) Flexibilidad (F): importante indicador de la capacidad para adecuarse a


cambios constantes. Se consideran índices promedio o altos.

g) Potencial de liderazgo (PL): se esperan valores promedio o bajo en


este factor para los niveles operativos y niveles promedio alto en
aquellos cargos que impliquen algún grado de supervisión.

h) Agresión (A): se esperan bajos índices, en especial en aquellos


sujetos que manejan máquinas, herramientas o equipos en general.

i) Aceptación de riesgos (AR): se esperan índices bajos para todos los


cargos por igual. En la tabla 3.5 se sintetiza el perfil de personalidad
ideal para los distintos cargos analizados.

Tabla 3.5 Perfil ideal de personalidad para cada actividad forestal

Rasgos de Personalidad
Actividad EE S DS CG R F PL A AR
Estroberos medio alto medio alto medio alto bajo bajo bajo
o o alto

alto
Hacheros medio alto medio alto medio alto bajo bajo bajo
o o alto

alto
Motosierristas alto medio medio alto alto alto medio bajo bajo
o alto
Operadores alto medio medio alto o alto alto medio bajo bajo
de máquinas o bajo medio o alto
(torre,
trineumático,
skidder)
Arrumadores medio alto medio alto alto alto bajo bajo bajo
Podadores medio medio medio medio alto alto bajo bajo bajo
Rozoneros medio alto bajo medio medio alto bajo bajo o bajo
medio
Plantadores medio medio medio medio alto alto medio bajo bajo

EE= equilibrio emocional; S= subordinación; DS= desenvolvimiento o


apertura social; CG= conciencia grupal; R= responsabilidad; F=
flexibilidad; PL= potencial de liderazgo; A= agresión; AR= aceptación de
riesgos.

3.4.3. Escolaridad

Por lo general, los trabajadores forestales tienen una escolaridad que


corresponde al nivel 1 y 2, lo que, como se explicó, equivale al nivel de
enseñanza básica incompleta y completa respectivamente. En forma
más explícita y, dependiendo de las funciones y tareas que deben
realizar, se esperaría, en términos generales, que su escolaridad
alcanzara, como condición mínima, a las siguientes categorías que se
presentan en la tabla 3.6.

Tabla 3.6 Nivel mínimo de escolaridad esperado para cada actividad


forestal

Actividad Nivel mínimo de escolaridad


Estroberos Sin escolaridad

Hacheros Escolaridad básica incompleta

Arrumadores

Rozoneros
Podadores Enseñanza básica completa

Plantadores Enseñanza media incompleta

Motosierristas
Operadores de torre, Enseñanza media incompleta
trineumático y skidder

3.4.4. Experiencia o capacitación previa

Es importante señalar que en la mayoría de las actividades forestales,


los trabajadores suplen la falta de escolaridad, con la experiencia que
adquieren al desempeñarse en estas tareas. Esto es particularmente
válido, cuando han sido capacitados en forma organizada y sistemática,
en las destrezas específicas que se requieren para el efectivo
desempeño del cargo. Es necesario destacar que la experiencia previa
en una actividad, no garantiza un desempeño eficiente. Trabajadores
que han desarrollado por años labores específicas con mala técnica,
pueden resultar menos idóneos que otros con menos años de
experiencia, pero que han sido correctamente capacitados.

3.5. Recomendación del tipo de instrumentos de selección en base a


pruebas psicológicas

Existe un amplio espectro de modalidades de entrevistas y de


instrumentos de evaluación; cada uno de los cuales mide e identifica las
aptitudes y rasgos particulares de cada sujeto, con el fin de comparar
sus características personales con las demandas que le exige el cargo y
el perfil psicológico ideal que se espera para cada ocupación.

Cada una de las aptitudes antes mencionadas tiene un grado de


importancia relativa, dependiendo del cargo de que se trate. De modo
que, las exigencias impuestas sobre el nivel de desempeño esperado
durante el proceso de evaluación, variará dependiendo de la actividad
que realiza.

Consecuentemente, de acuerdo a lo discutido en este texto, se


recomienda que la selección de los trabajadores se efectúe
considerando criterios metodológicos que orienten a los profesionales
especializados en la certificación psicológica de trabajadores forestales.
A continuación, se presentan las siguientes recomendaciones:

3.5.1. Aptitudes inherentes

3.5.1.1. Aptitudes generales y específicas

Los instrumentos de evaluación sobre habilidades generales y


específicas, miden la respuesta del sujeto al ser sometido a situaciones
nuevas y la expresan en un cuociente intelectual o C.I. En ellas, se
evalúa la rapidez y exactitud para dar solución a lo que se le indica.

Existen pruebas que evalúan exclusivamente la capacidad general,


mientras que otras estiman, en forma simultánea, varias habilidades
específicas. En el segundo caso, la capacidad general resulta del
conjunto de las habilidades específicas evaluadas.

La mayoría de estos instrumentos son estructurados, de aplicación


masiva, con tiempos limitados para su ejecución y varían, dependiendo
del nivel de escolaridad de las personas que serán evaluadas. Por lo
general, se aplican en un tiempo controlado, ya que el tiempo de
respuesta es una variable importante a considerar en la evaluación del
sujeto y la tabulación de los resultados. Se recomienda aplicar estos
instrumentos al inicio de la evaluación para evitar que el agotamiento
físico o mental pueda afectar el rendimiento del sujeto en las pruebas.

Además, es necesario cautelar al inicio de la aplicación que todos los


participantes comprendan los ejemplos, previo a dar inicio a la
evaluación y reducir la ansiedad que pudiera ocasionarles el verse
sometidos a esta experiencia, mediante un diálogo inicial introductorio e
informativo sobre el procedimiento de evaluación del personal.

3.5.1.2. Rasgos de personalidad

Los instrumentos diseñados para medir rasgos de personalidad o


actitudes hacia el trabajo, ambiente, compañeros de labores, seguridad,
etc., son en su mayoría inventarios estandarizados, los cuales
proporcionan sus resultados en decatipos (puntajes que van de 1 a 10).
Los puntajes brutos transformados, se clasifican de acuerdo a tres
categorías: bajo (1 a 3), promedio (4 a 7) y alto (8 a 10). Como los
rasgos definidos en estas categorías son continuos, los extremos
representan el predominio de una característica personal del sujeto. Por
ejemplo, la clasificación "alto", describe a una persona sociable, abierta
y participativa, en oposición a la clasificación "bajo", que describe a un
individuo reservado, más bien alejado de actividades sociales.

Por lo general, su aplicación es masiva, de carácter escrito, con


alternativas de elección y sin límites de tiempo.

Por otro lado, en atención a las diferencias de los trabajadores en cuanto


a su nivel de escolaridad, que podría incluso incluir analfabetos o semi-
analfabetos, la forma de aplicación de algunos de los inventarios tiene
que ser oral, por parte de los evaluadores, con el fin de ir controlando
que los evaluados comprendan las preguntas o frases formuladas en el
instrumento de medición.

Otra alternativa para superar las limitaciones relacionadas con los


materiales escritos de evaluación, es utilizar métodos proyectivos, los
cuales requieren de la interpretación y análisis sistemático del
especialista de acuerdo a pautas estandarizadas.

3.5.2. Comentarios respecto a las formas de aplicación de los


instrumentos recomendados

Los instrumentos mencionados en cada uno de los cuadros anteriores,


constituyen sólo algunos ejemplos de la múltiple variedad de baterías de
medición disponibles. Los especialistas que hagan la evaluación
deberán elegir los instrumentos más apropiados entre los propuestos,
teniendo en consideración los siguientes criterios:

· Tipo de instrumento: inventario o cuestionario, prueba proyectiva,


entrevista, etc

La ventaja de aplicar inventarios o cuestionarios es el ahorro de tiempo, porque


son de respuestas rápidas, ya que se debe escoger entre alternativas o
responder sí o no. Esto permite su aplicación a grandes grupos en forma
simultánea. Estos instrumentos constituyen tests objetivos, ya que las
preguntas y su modalidad de aplicación, corrección e interpretación, están
estandarizadas. Además, pueden ser aplicados oralmente, para facilitar la
comprensión y cautelar que sean respondidos en su totalidad. Sin embargo,
una de sus desventajas es que la persona puede tratar de manipular
intencionadamente sus respuestas, para favorecer su imagen, invalidando los
resultados. Además, su desempeño puede ser afectado por la tensión
emocional de ser sometido a evaluación.

Las pruebas proyectivas presentan al evaluado, un material ambiguo o


inestructurado en base al cual debe dar respuesta. Una de las ventajas
de su aplicación es que se puede profundizar en aspectos internos de la
personalidad, reduciendo la posibilidad del sujeto de manejar sus
respuestas y falsear información. Las respuestas que dan los sujetos
están estandarizadas, pero la calificación y clasificación de ellas debe
realizarla alguien con experiencia y formación especializada en dichos
instrumentos, para reducir la subjetividad de los resultados. Algunas
pueden ser aplicadas en forma masiva, a través de diapositivas, pero los
postulantes deben responder en forma escrita, por lo que su corrección
e interpretación toma más tiempo.

La entrevista permite que el evaluador maneje activamente diversas


estrategias para obtener la información que busca, y observe cómo se
desenvuelve el postulante al ser sometido a esta modalidad de
evaluación. Sin embargo, prejuicios o sesgo por parte del evaluador,
pueden afectar la interpretación de las respuestas del sujeto.

· Tiempo estimado necesario para responder a cada una de las pruebas

Existen instrumentos de evaluación, principalmente los que miden


aptitudes generales o específicas, que requieren de un tiempo limitado y
preestablecido. Por otro lado, aquellos que miden rasgos de
personalidad, no tienen límite de tiempo para responderlos. De este
modo, una batería completa de instrumentos de evaluación debe
considerar el grupo de sujetos que se trate, con el fin de no agotarlos
excesivamente.

· Orden de aplicación de los diversos instrumentos de evaluación

Se recomienda aplicar, en primer lugar, las pruebas que miden aptitudes


generales o específicas y a continuación, aquellas que miden rasgos de
personalidad. Las primeras, son de tiempo limitado, más breves en
cuanto a la duración de su aplicación y pueden verse alteradas por el
cansancio o agotamiento mental del sujeto.

· Nivel educacional de los evaluados

Si el grupo de evaluados posee un nivel de educación básico, carece de


escolaridad, o si se sospecha que su procedencia cultural podría afectar
su desempeño en la evaluación, será conveniente aplicar pruebas no
verbales o manuales. Podrían incluirse pruebas escritas, pero deben
tener un lenguaje sencillo y ser aplicadas en forma oral, controlando la
comprensión de las preguntas o situaciones planteadas y la respuesta
de los sujetos.

· Modalidad de aplicación: individual o colectiva

Una aplicación colectiva ahorra tiempo, sometiendo a todos los


postulantes a las mismas condiciones de evaluación. Pero, no todos los
instrumentos de evaluación pueden ser aplicados en forma colectiva
(entrevista o algunas pruebas proyectivas), pues se pierde información
importante que es necesario controlar en forma directa con el sujeto.

· Procedencia de los instrumentos de evaluación escogidos: nacionales


o extranjeros, validados científicamente, etc

Este criterio permite constatar la validez de los resultados; si las


preguntas miden lo que dicen que miden, si los resultados predicen
realmente el desempeño futuro del sujeto, si las situaciones que se
plantean en las preguntas de los instrumentos se aplican a la realidad
cultural, etc.

· Existencia de normas que puedan ser comparables con la población a


la cual se aplicarán las pruebas para cautelar la adaptación del
instrumento a la realidad o características de la población a evaluar

· Forma de aplicación de la prueba: oral o escrita

La mayoría de las pruebas plantea un trabajo individual de lectura y respuesta


escrita, por parte de cada postulante. Pero, si existen limitaciones
educacionales o culturales, es recomendable aplicar pruebas en forma oral,
para obtener resultados más exactos y controlados de las respuestas del
sujeto.

Es necesario destacar especialmente que, ningún indicador, por sí solo, predice


con certeza el desempeño futuro de un trabajador. De tal manera que, el
profesional especializado que efectúa el análisis de los resultados del proceso
de evaluación tendrá que considerar los siguientes aspectos:

· Comparación de los resultados de las pruebas con nivel de escolaridad

· Comparación de los resultados de las pruebas con experiencia o


trayectoria de trabajo en el área

· Relación entre los diferentes rasgos individuales

· Estimación de los niveles de ansiedad y su influencia en el desempeño


en las pruebas, al ser enfrentados a una situación desconocida

· Estimación de su interés, vocación o motivación hacia el trabajo al cual


está postulando
· Valor diferencial que se le otorga a las diferentes pruebas y a los
rasgos y aptitudes contenidas en cada una de ellas, en función del grado
de importancia que dichas aptitudes tienen para el cargo al cual postula

· Consideración de otros indicadores disponibles, tales como: nivel de


ausentismo, rotación, evaluación del desempeño, número de licencias o
enfermedades en sus trabajos, accidentes en los que ha estado
involucrado, etc.

CAPITULO 4

AGENTES FISICOS: CALOR, FRIO, RUIDO Y VIBRACIONES

1. Calor

1.1. Respuesta humana al calor

Es indudable que uno de los problemas para obtener estándares de


rendimiento forestal es el clima. En época de invierno, por efecto de las
lluvias, las jornadas suelen interrumpirse por lo que el rendimiento global
tendería a ser inferior. No obstante, el calor del verano, tiene efectos
fisiológicos sobre los trabajadores, ya que su sistema cardiovascular no
sólo se ve sobrecargado por efecto del trabajo físico, sino que también,
por las altas temperaturas que ellos deben soportar. En otras palabras,
idéntico trabajo efectuado en un ambiente frío resulta más liviano que en
un ambiente de alta temperatura, por lo que fisiológicamente hablando,
el rendimiento debería ser inferior cuando se está expuesto al calor.

Durante el trabajo muscular liviano la producción de calor puede ser 2 a


4 veces más alta que en reposo, mientras que durante el trabajo
muscular pesado, puede alcanzar 8 a 20 veces el nivel de reposo. Como
la temperatura óptima del cuerpo debe mantenerse en un rango entre
36.5ºC y 37ºC, los seres humanos tienen mecanismos de regulación que
les permiten disipar el calor excesivo. Es importante mencionar que la
eficiencia mecánica humana no es muy alta, lo que quiere decir que en
muchas actividades, de la energía generada por el trabajador, un
porcentaje superior al 70% es energía calórica.

Para mantener la temperatura estable, el calor debe ser transportado


desde los órganos que lo producen, básicamente los músculos en
trabajo, hacia la superficie que emite calor, representada por la piel. Este
transporte de calor es ayudado por los siguientes ajustes del sistema
cardiovascular:

· Aumento del flujo sanguíneo

· Aumento de la frecuencia cardíaca

· Vasodilatación de los vasos sanguíneos de la piel.


El calor, al llegar a la superficie del cuerpo se disipa al ambiente por
convección y radiación. La cantidad de calor perdido por convección
depende de la gradiente entre la temperatura de la piel y del aire y de la
velocidad del viento. El intercambio por radiación se produce por las
diferencias de temperatura entre la piel y las superficies circundantes.

Cuando la transferencia de calor al ambiente no es suficiente, debido a


altas temperaturas del aire o radiantes, la evaporación del sudor se
transforma en la forma principal de eliminar calor. El grado de pérdida de
calor por evaporación del sudor depende de la diferencia de presión de
vapor de agua entre la piel y la atmósfera circundante. También está
influenciada por el movimiento del aire. Es conveniente mencionar que
una alta humedad puede imponer severas limitaciones a la disipación
del calor metabólico, especialmente en actividades que requieren un alto
gasto de energía. Esto es particularmente verdadero si la humedad está
combinada con altas temperaturas del aire o radiantes. En tales casos,
puede incluso ser imposible realizar cualquier trabajo físico.

La tensión y el riesgo originado por el calor debido a las condiciones


térmicas, dependen del efecto combinado de la temperatura ambiente, la
humedad, la velocidad del aire y la radiación, así como también del
esfuerzo físico, del vestuario y de las características propias del
trabajador.

Los efectos psicológicos que el calor produce en las personas se


relacionan con su eficiencia para desarrollar funciones mentales y para
rendir en trabajos físicos, aumentando la percepción de incomodidad e
insatisfacción, la irritabilidad, disminución del estado de alerta y de
concentración, aumento de las decisiones erróneas, sueño y fatiga.

Los signos y síntomas que más se destacan son:

· Calambres por calor. Pueden ocurrir cuando hay déficit de agua y de


sal y son a menudo una etapa temprana del agotamiento por calor. Los
síntomas son espasmos dolorosos en los músculos esqueléticos, siendo
generalmente las piernas y abdomen los primeros en verse afectados

· Agotamiento por calor. Es una forma de desorden térmico, que puede


ocurrir después de varios días de trabajar en el calor y por pérdidas de
agua, pérdidas de sal o ambas. Los síntomas son una brusca elevación
de la temperatura, lo que produce una vasodilatación periférica, con
aumento de la frecuencia cardiaca y posible fallo de la presión arterial.
De seguir trabajando, la persona puede sufrir náuseas o desmayo, la
piel se pone pálida y fría y la sudoración es profusa

· Golpe calórico. Ocurre cuando fallan los mecanismos de control de la


temperatura en el organismo. Se presenta en personas aparentemente
normales que se desmayan repentinamente, sin presentar sudoración.
Por el contrario, la piel se seca, está caliente y roja, la temperatura es de
alrededor de 40ºC con tendencia a subir, el pulso es rápido y fuerte y
pueden haber signos de alteraciones cerebrales, como confusión
mental, delirio, convulsiones o inconsciencia. El golpe por calor es una
de las alteraciones más serias, pudiendo ser fatal.

Aunque los cuadros descritos no son comunes en nuestro medio


forestal, es importante tomar consciencia que, en algunas tareas, como
por ejemplo en el combate de incendios forestales, podrían llegar a
presentarse síntomas bastante severos.

1.2. Efectos del calor en la eficiencia laboral

Se ha demostrado en diversas ocasiones que el rendimiento es menor


cuando el trabajo se realiza en ambientes de alta temperatura. A manera
de ejemplo, presentaremos antecedentes recopilados durante la
ejecución de este proyecto, en motosierristas que realizaban labores de
raleo en época de primavera-verano. Su labor consistía en voltear, trozar
y desramar árboles que luego eran engavillados en el bosque. Al hacer
un análisis de los factores que influían en el rendimiento laboral,
mediante un proceso de regresión múltiple, se encontró que el 85% de la
variación en el rendimiento podía ser explicado por cuatro variables. El
volumen promedio de los árboles y la dedicación a las actividades
principales demostró una influencia positiva, mientras que el número
promedio de ramas por verticilo y la temperatura de bulbo seco
tendieron a disminuir el rendimiento. El coeficiente de correlación simple,
entre metros cúbicos promedio por hora de trabajo y la media de la
jornada de la temperatura de bulbo seco alcanzó a - 0.69. Esta relación
se ilustra en la figura 4.1, donde la tendencia es clara en demostrar que
a mayor temperatura menor es el rendimiento.

Figura 4.1. Relación entre rendimiento expresado en metros cúbicos por


hora y temperatura de bulbo seco (ºC) en motosierristas que voltean,
desraman y trozan en raleo (n= 39 jornadas; r = 0.69)
Otro ejemplo que demuestra el efecto negativo de trabajar en ambientes
de alta temperatura, se constató en un grupo de hacheros que
desramaban en verano en algunos días de intenso calor. En la figura 4.2
se observa la carga cardiovascular, el rendimiento, el porcentaje de
tiempo dedicado a pausas y la temperatura ambiente para la jornada de
la mañana y de la tarde. Como se puede verificar, tanto en la mañana
como en la tarde la temperatura fue alta, aún cuando en la tarde es
extremadamente alta para las condiciones habituales en Chile. Al
comparar los resultados del trabajo efectuado en la mañana y en la tarde
se puede ver que, en la tarde, a pesar que aumentan las pausas y
disminuye el rendimiento, revelando que el trabajo efectuado es inferior
al de la mañana, la carga cardiovascular aumenta significativamente de
39 a 45%, lo que es un fenómeno común durante la exposición a calor.

Figura 4.2. Promedio de carga cardiovascular, tiempo de pausas,


temperatura ambiente y rendimiento expresado en metros cúbicos por
hora, durante trabajos de desrame con hacha. Resultados verificados en
la mañana y en la tarde en días de verano de intenso calor

1.3. Evaluación de carga de trabajo en ambientes calurosos

Tres índices valiosos para la evaluación de la carga de trabajo en


ambientes calurosos son la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca
y la sudoración.

1.3.1. Temperatura Corporal

De acuerdo a Apud et al (1989), si la temperatura se usa para evaluar la


carga de trabajo, se puede aplicar el criterio resumido en la tabla 4.1,
derivado de la Escala de Christensen (1953).

Tabla 4.1. Relación entre la temperatura corporal y la carga de trabajo

Temperatura corporal (ºC) Carga de trabajo


37.5 Baja
37.5 - 38.0 Moderada
38.0 - 38.5 Alta
38.5 - 39.0 muy alta
39.0 Extremadamente alta

Aunque en teoría la medición de la temperatura corporal parece fácil, en


la práctica la situación es diferente. El problema es que la temperatura
del cuerpo no es uniforme. Las mayores gradientes se encuentran entre
la piel y las áreas centrales profundas. Con el propósito de estudiar la
carga de trabajo se requiere conocer esta última temperatura, la cual no
es fácil de registrar. En su reemplazo, se ha intentado medir temperatura
sublingual o axilar. Sin embargo, en la práctica, es fácil obtener valores
más bajos que los reales, lo que lleva a subestimar la carga de trabajo.
En la actualidad, existen sensores que se han usado experimentalmente
para evaluar la temperatura interna, pero son de alto costo y, por lo
tanto, difíciles de recomendar para evaluaciones de rutina.

1.3.2. Frecuencia cardíaca

Un buen método para evaluar la intensidad de un trabajo realizado en un


ambiente caluroso es la frecuencia cardíaca. Ya se ha explicado que el
gasto energético y la frecuencia cardíaca tienen una relación lineal. Sin
embargo, como se discutió en el capítulo 2, la frecuencia cardíaca
también aumenta por efecto del calor ambiental. Astrand y Rodahl
(1986) en su libro sobre Fisiología del Trabajo, muestran un buen
ejemplo del efecto de la temperatura ambiental en la respuesta humana
al trabajo. Ellos sometieron a ejercicio a un sujeto en una bicicleta
ergométrica durante 45 minutos en un ambiente frío y en una fundición,
donde la temperatura oscilaba entre 40 y 45ºC. A pesar de que en
ambos lugares el consumo de oxígeno fue 1.5 lt/min, la frecuencia
cardíaca en la pieza fría alcanzó a 104 latidos por minuto, mientras que
en el ambiente caluroso fue de 166 latidos por minuto. Este experimento
sólo confirma que la frecuencia cardíaca es uno de los mejores
indicadores para demostrar la intensidad de esfuerzos en que se
combina trabajo muscular y exposición al calor. En otras palabras, la
frecuencia cardíaca revela no sólo la carga en el sistema cardiovascular
para transportar oxígeno, sino que también, el esfuerzo extra para llevar
calor desde el interior del cuerpo hacia la piel. Como se explicó en el
capítulo 2, el límite aceptable para trabajo manual realizado en un
ambiente caluroso, es el 40% de carga cardiovascular, lo que para
sujetos jóvenes equivale a 115 latidos cardíacos por minuto.

1.3.3. Sudoración

Se ha señalado que la sudoración se puede transformar en la forma más


importante de eliminar el calor en un ambiente de alta temperatura.
Consecuentemente, la medición de la cantidad de sudor, es otro índice
útil de la sobrecarga fisiológica. Información del Laboratorio de
Ergonomía de la Universidad de Concepción, derivada de una
recopilación de estudios de diversos autores, revela que una sudoración
de 350 gramos por hora indica que la carga calórica ha llegado a un
nivel crítico. Es importante destacar que se ha observado que
trabajadores expuestos a altas temperaturas pueden llegar a producir,
en promedio, 1000 gramos de sudor por hora.

La sudoración puede estar asociada, algunas veces, con disminución del


contenido de agua en el cuerpo, lo que ocurre en aquellos casos en que
los líquidos perdidos no son repuestos, pudiendo según la magnitud,
producir deshidratación. Desde este punto de vista, la medición de la
sudoración, además de permitir la estimación de la carga de trabajo,
puede ayudar a establecer la necesidad de reponer los líquidos
perdidos. Para dar un ejemplo, en un estudio realizado por el laboratorio
de Ergonomía de la Universidad de Concepción (no publicado) en las
minas de carbón de Lota, se encontró que los trabajadores tenían una
sudoración cercana a 500 gramos por hora, lo que significa que en 8
horas de trabajo, producían alrededor de 4000 gramos de sudor. Al
mismo tiempo se vio que los trabajadores llevaban una cantimplora
estándar con 2 litros de agua. Como en la mina era imposible obtener
más agua, al final del turno, estos trabajadores tenían un déficit de
alrededor de 2 litros. En la mina, no se pudo hacer ningún cambio
ergonómico para reducir la carga calórica, pero al menos se hicieron
arreglos para entregar suficiente agua a este grupo de trabajadores.
Esto mismo puede ocurrir en trabajadores forestales en verano, ya que,
estando expuestos a una combinación de trabajo físico y calor, es
común que ellos no lleven más de dos litros de agua para la jornada. En
muchos casos es difícil obtener agua adicional en zonas aisladas.

Una forma laboriosa pero simple, que ha sido probada en nuestro país,
para estimar la sudoración, es a partir de mediciones de peso corporal
antes y después del trabajo, de acuerdo con la siguiente fórmula. Así, la
cantidad de sudor, incluyendo la pérdida de agua por respiración se
puede calcular como sigue:

W1 - W2 + Wco + Wbe - Wor - Wdep


Sudor (WH2O+ Wsudor ) = ------------------------------------------------
t2 - t1

Donde:

W2 = peso corporal al final del turno

W1 = peso corporal al comienzo del turno

Wco = peso de los alimentos ingeridos entre t1 y t2

Wbe = peso de las bebidas ingeridas entre t1 y t2


Wor = peso de la orina entre t1 y t2

Wdep = peso de las deposiciones entre t1 y t2

WH2O = peso del agua perdida a través de la respiración entre t1 y t2

Wsudor = peso del sudor producido entre t1 y t2

t2 = tiempo final cuando se mide W2

t1 = tiempo inicial cuando se mide W1.

Como se puede observar en la perdida de sudor se incluye el vapor de


agua perdido por la respiración, lo que es importante para evaluar los
riesgos de deshidratación.

1.3.4. Carga calórica ambiental

Habiendo analizado los métodos fisiológicos más comunes para evaluar


la carga calórica, es necesario señalar que las mediciones de calor
ambiental y humedad son útiles para establecer como contribuyen estas
variables a la carga de trabajo. Los factores ambientales que se evalúan
generalmente son:

· Temperatura del aire. Si la temperatura de la piel es más alta que la del


aire, entonces el enfriamiento se producirá por convección

· Velocidad del aire. La velocidad del aire también afecta la convección y


evaporación del sudor

· Humedad relativa. El aire saturado de humedad reduce la evaporación


del sudor

· Temperatura radiante. Es la temperatura media de todos de los objetos


adyacentes, incluida la radiación solar, e influye en el intercambio directo
de calor entre el ser humano y dichos objetos.

Ha habido numerosos intentos por combinar las diferentes variables


mencionadas, buscando un índice que las integre para determinar la
sobrecarga térmica. Entre ellos, han tenido amplia difusión los índices de
temperatura efectiva, la sudoración previsible en 4 horas (SP4 H) y el
índice de Belding y Hatch. Todos tienen algunas limitaciones,
principalmente en la estimación del calor producido por el metabolismo
durante el trabajo, el que generalmente es estimado de tablas de
referencia que tienen bastante error. En este texto, sólo se analizará el
índice de temperatura de globo y bulbo húmedo (TGBH) que es el
descrito en el Reglamento sobre condiciones sanitarias y ambientales
básicas en los lugares de trabajo (Decreto 745, del Ministerio de Salud).
Es importante que los empresarios de servicio y profesionales forestales
en general, tengan información sobre este índice, porque puede ser uno
de los factores considerados en casos de evaluación de trabajos
forestales para su calificación legal como trabajo pesado. El TGBH
también es recomendado en la norma ISO 7243, para la evaluación de
sobrecarga térmica en ambientes calurosos. Las mediciones requeridas
para el cálculo del TGBH son fáciles de realizar, ya que sólo se necesita
la temperatura de globo (TG) y la de bulbo húmedo (BH).

Una de las críticas mayores que se hace a este índice, es que no incluye
la velocidad del aire. Sin embargo, se debe considerar que el
movimiento del aire afecta a la temperatura de globo, luego este factor
está indirectamente incluido en el índice. Independiente de ello, debido a
la influencia que puede tener la velocidad del aire, particularmente en
ambientes fríos es una variable ambiental importante de tener siempre
en consideración.

Según la normativa chilena, el índice TGBH es aplicable a trabajadores


aclimatados, que ejecutan sus actividades completamente vestidos y
que disponen de una provisión adecuada de agua y sal. En cuanto al
procedimiento para el cálculo del índice se proponen las siguientes
fórmulas:

· Trabajo al aire libre con carga solar:

TGBH = 0,7 TBH + 0,2 TG + 0,1 TBS

· Trabajo al aire libre sin carga solar, o bajo techo:

TGBH = 0,7 TBH + 0,3 TG

Donde:

TBH = Temperatura de bulbo húmedo natural, en ºC

TG = Temperatura de globo, en ºC

TBS = Temperatura de bulbo seco, en ºC.

Es conveniente explicar que las temperaturas deben alcanzar una


lectura estable en el termómetro de globo, lo que demora entre 20 y 30
minutos.

Para el cálculo del TGBH promedio se usa la fórmula:

(TGBH)1 x t1 + (TGBH)2 x t2 + ..............+ (TGBH)n x tn

TGBH promedio = --------------------------------------------------------------------------------

t1 + t2 + ....................+ tn
Donde:

(TGBH)1, (TGBH)2,........., (TGBH)n, son los TGBH encontrados en las


diferentes áreas de trabajo y descanso en las que el trabajador
permaneció durante la jornada laboral.

t1, t2,......, tn, son los tiempos en horas de permanencia en las respectivas
áreas.

Para la estimación del costo energético promedio (CEprom), se debe


calcular el costo ponderado en el tiempo de cada actividad que el
trabajador realiza, considerando la tabla de costo energético de
actividades forestales presentada en el capítulo 2. El promedio
ponderado se calcula con la siguiente fórmula:

CE1 x t1 + CE2 x t2 +..................+ CEn x tn

CEprom = ------------------------------------------------------------------

t1 + t2 +..................+ tn

Donde:

CE1, CE2,........., CEn, son los costos energéticos estimados para las
diferentes actividades que el trabajador realizó durante la jornada
laboral.

t1, t2,......, tn, son los tiempos en horas en que el trabajador realizó dichas
actividades.

La tabla 4.2, resume la calificación de un trabajo según el TGBH. Como


se puede observar, establece tres niveles de carga de trabajo, vale decir
liviana, moderada y pesada para trabajos continuos y con pausas.

Tabla 4.2. Valores límites permisibles del índice TGBHpromedio en ºC

CARGA DE TRABAJO SEGUN COSTO ENERGETICO (CEprom )


TIPO DE LIVIANA MODERADA PESADA
TRABAJO
inferior a 375 Kcal/h 375 a 450 Superior a 450 Kcal/h
Kcal/h
Trabajo continuo 30,0 26,7 25,0
75% trabajo 30,6 28,0 25,9

25% descanso

cada hora
50% trabajo 31,4 29,4 27,9

50% descanso

cada hora
25% trabajo 32,2 31,1 30,0

75% descanso

cada hora

En resumen, aparte de las categorías de calificación del TGBH


resumidas en la tabla 4.2, todo trabajo que, por exposición a calor en
promedio de la jornada, supere una frecuencia cardíaca de 115 latidos
por minuto para personas jóvenes, y/o lleve a una sudoración
equivalente o superior a 350 gramos hora o 2800 gramos jornada, debe
considerarse fisiológicamente trabajo pesado.

En casos que se demuestre sobrecarga térmica, lo más conveniente


para reducirla, en trabajadores forestales, es asegurándoles una buena
provisión de agua, otorgándoles pausas frecuentes, entregándoles
vestuario adecuado y dejando algunos árboles para que descansen a la
sombra. Si es posible deben instalar toldos o ramadas que cumplen la
misma función.

1.3.5. Instrumentos para las mediciones de carga calórica ambiental

· Temperaturas de bulbo seco (TBS) y húmedo (TBH). Se mide con un


instrumento denominado psicrómetro, el cual está constituido por dos
termómetros de mercurio y una pieza que asegura la ventilación de
ambos termómetros a una velocidad mínima del aire. Uno de los
termómetros mide la temperatura de bulbo seco y el otro, rodeado por
una mecha mojada, mide la temperatura de bulbo húmedo. También hay
disponibles termómetros digitales y electrónicos

· Temperatura de globo (TG). Se puede medir con un termómetro


común, puesto en el centro de un globo de cobre pintado de color negro

· Velocidad del aire. Para medir esta variable se requiere de un


anemómetro.

En la actualidad también existen instrumentos que calculan directamente


el índice TGBH, y cada una de las temperaturas anteriormente
mencionadas. Un ejemplo de estos instrumentos, es el monitor de estrés
térmico Quest, empleado en nuestros estudios e ilustrado en la figura
4.3.

Figura 4.3. Medidor de stress térmico. Incluye mediciones de


temperatura de bulbo seco, de bulbo húmedo y de globo
2. Exposición al frío

2.1. Conceptos generales

El otro extremo, que causa problemas al trabajador, es el ambiente frío.


Como es sabido, el intercambio de calor ocurre desde un área más
caliente a una más fría. Luego, cuando la temperatura del aire y la de las
superficies adyacentes son más bajas que la de la piel, el cuerpo pierde
calor por convección y radiación hacia el ambiente. Para disminuir esta
pérdida, los capilares periféricos se contraen para reducir el flujo
sanguíneo. De este modo, el efecto aislante de la piel puede aumentar
hasta 6 veces. Otro efecto es un aumento del metabolismo, causado por
el temblor involuntario de los músculos esqueléticos.

Uno de los factores ambientales que más influye en el enfriamiento del


cuerpo humano, es el viento. Por ejemplo, el efecto de enfriamiento a
0ºC y una velocidad del aire de 5 metros por segundo es el mismo que a
-8ºC sin viento.

2.2. Evaluación de sensación térmica en ambientes fríos

La pérdida de calor por convección es incrementada por el movimiento


del aire, conforme el aire caliente que rodea al cuerpo es arrastrado más
rápidamente. Luego la velocidad del aire es un factor importante en
ambientes calurosos, pero lo es aún más en el frío riguroso. Por esta
razón, resulta natural que la escala más conocida para evaluar
sensación térmica en ambientes fríos sea la Escala de Viento Frío
(Windchill), que es bastante apropiada en los lugares donde el frío es
intenso y que se basa en mediciones de temperatura ambiental y
velocidad del aire, las cuales en combinación determinan una cierta
sensación térmica. La tabla 4.3, resume tres niveles de riesgo para un
trabajador que se encuentre expuesto a frío, para distintas temperaturas
y velocidades de viento. Los instrumentos que se pueden utilizar para
las mediciones de temperatura fueron discutidos anteriormente (ver
1.3.5).

La Escala de Viento Frío es recomendada por el Reglamento sobre


condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo
(Decreto 745, del Ministerio de Salud), donde también se considera
como temperatura ambiental crítica, para trabajos al aire libre, aquella
igual o menor a 10ºC.

Tabla 4.3. Sensación térmica: Valores equivalentes de enfriamiento por


efectos del viento

Velocidad Temperatura real leída en el termómetro en ºC


del viento
en Km/h 10 4 -1 -7 -12 -18 -23 -29 -34 -40
calmo 10 4 -1 -7 -12 -18 -23 -29 -34 -40
8 9 3 -3 -9 -14 -21 -26 -32 -38 -44
16 4 -2 -9 -16 -23 -31 -36 -43 -50 -57
24 2 -6 -13 -21 -28 -36 -43 -50 -58 -65
32 0 -8 -16 -23 -32 -39 -47 -55 -63 -71
40 -1 -9 -18 -26 -34 -42 -51 -59 -67 -76
48 -2 -11 -19 -28 -36 -44 -53 -62 -70 -78
56 -3 -12 -20 -29 -37 -46 -55 -63 -72 -81
64 -3 -12 -21 -29 -38 -47 -56 -65 -73 -82
Superior a RIESGO ESCASO AUMENTO DEL GRAN RIESGO
64 Km/h, RIESGO
poco En una persona El cuerpo se puede
efecto adecuadamente vestida Peligro de que el congelar en 30
adicional para menos de 1 hora de cuerpo expuesto se segundos
exposición congele en 1 minuto

Finalmente resulta necesario destacar que lo más efectivo para proteger


a los trabajadores del frío ambiental es el vestuario apropiado, lo que
será discutido en el capítulo 8.

3. Ruido

3.1. Conceptos generales

Desde un punto de vista físico, el sonido es una forma de energía


producida por la vibración de los cuerpos, la cual se transmite por el aire,
el agua o cuerpos sólidos. Esta energía mecánica, como se ilustra en la
figura 4.4, genera cambios en la presión del aire y se propaga en formas
de ondas.

Figura 4.4. Ondas de propagación del sonido


Las oscilaciones de la presión del aire, dentro de cierto rango de
frecuencias e intensidades, son percibidas por el oído humano como
sonidos. La frecuencia del sonido corresponde al número de
fluctuaciones o vibraciones por segundo y se expresa habitualmente en
Hertz (Hz). La gama audible de frecuencias del ser humano va desde los
20 Hz, hasta aproximadamente 20.000 Hz. En cuanto a la intensidad, la
unidad de medida es el micropascal (μPa). La mínima presión sonora
que el oído humano puede escuchar a una frecuencia de 1.000 Hz es de
20 micropascales (20 μPa) y la máxima es de 20 Pascales (20 Pa).
Debido a que el rango de presiones sonoras que percibe el ser humano
es extenso, para la medición de la intensidad se utiliza el concepto de
niveles de presión sonora (NPS), el cual se expresa en decibeles (dB).
Esta es una escala logarítmica, correspondiendo el cero decibel a
aproximadamente el umbral de audición para una persona que no
presenta daño auditivo y 120 dB corresponde al umbral del dolor
auditivo. Debido a que la escala de intensidad en decibeles aumenta
logarítmicamente, el nivel de sonido percibido dobla su magnitud cada
10 dB. Para ilustrar la relación que existe entre presión sonora y niveles
de presión sonora, en la figura 4.5, se presentan algunos ejemplos de
fuentes de sonido y su intensidad.

En cuanto al concepto de ruido, la OMS (1980) lo define como "todo


sonido indeseable". En general, el ruido se caracteriza por ser
psicológicamente molesto y comunicacionalmente de bajo o nulo
contenido informativo. Kryter (1985), definió el ruido como "una energía
acústica audible que afecta adversamente el bienestar fisiológico y
psicológico".

Figura 4.5. Relación entre presión sonora (uPa) y niveles de presión


sonora (dB)
3.2. Efectos en el ser humano

Para comprender el efecto del ruido en el ser humano, se describirá a


grandes rasgos el proceso de audición. Al respecto, en las figuras 4.6. y
4.7, se ilustran esquemas de la anatomía del oído humano, que permiten
orientar la descripción de este proceso. En este sentido, es importante
destacar que las ondas sonoras son captadas por el oído externo y
conducidas por el canal auditivo hacia el tímpano. Esta membrana que
forma parte del oído medio, vibra por la acción de las fluctuaciones de
las presiones sonoras. Desde el tímpano, las ondas son transmitidas por
la cadena osicular, formada por el martillo, yunque y estribo, hacia la
ventana oval. Las oscilaciones del estribo en la ventana oval, generan
cambios en la presión hidrostática del oído interno, las cuales estimulan
la membrana basilar y las células ciliadas del Organo de Corti. Estas
células son verdaderos transductores, que transforman los estímulos
mecánicos en impulsos electroquímicos que viajan por el nervio auditivo
hacia la corteza cerebral.
En cuanto a los efectos del ruido, este ocasiona diversas reacciones en
el organismo humano. Entre éstas destacan:

· Pérdida de audición

· Efectos fisiológicos

· Efectos en la salud mental

· Efectos en la comunicación verbal

· Alteración del desempeño.

Figura 4.6. Anatomía del oído

Figura 4.7. Cóclea


a ) Pérdida de audición

En general, la pérdida de audición inducida por ruido se va produciendo


en forma gradual y sin dolor. La exposición a niveles excesivos de ruido
daña la cóclea, específicamente las células ciliadas del órgano de Corti.

Después de una exposición a un ruido intenso, los trabajadores pueden


experimentar un zumbido en los oídos o dificultades para escuchar. Esta
reacción produce una elevación temporal del umbral auditivo, que va
desapareciendo en la medida que el trabajador se aleja espacial y
temporalmente de la fuente de ruido. Sin embargo, la exposición
continuada o repetida a estas condiciones puede producir un daño
permanente en el oído interno, conocido como "pérdida auditiva inducida
por ruido" o hipoacusia neurosensorial, la cual es irreversible.

El Decreto Nº 745 del Ministerio de Salud, que reglamenta las


condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo,
en su Artículo 66 establece que, la exposición ocupacional a ruido
continuo deberá ser controlada de modo tal que, para una jornada de 8
horas, ningún trabajador podrá estar expuesto a un nivel de presión
sonora mayor de 85 dB(A), medidos a la altura del oído del trabajador.
Paralelamente, el artículo 67 especifica límites respecto del tiempo de
exposición permitido, si los trabajadores se exponen, sin protección
auditiva, a niveles de presión sonora por sobre 85 dB(A). Además, según
el artículo 69, en ningún caso se permitirá que trabajadores sin
protección auditiva estén expuestos a niveles de presión sonora
superiores a 115 dB(A), para cualquier tipo de trabajo.

Todas estas disposiciones legales apuntan a la prevención de la


hipoacusia. Sin embargo, a pesar que exposiciones a niveles de ruido
bajo 80 dB(A) no provocarían daño auditivo, se presenta otro tipo de
deterioro tanto en el desempeño como en la salud y bienestar general
del trabajador.

Respecto de riesgo de daño auditivo, este depende de las siguientes


variables:

· Intensidad del sonido

· Distribución de la frecuencia del sonido. Ello debido a que los sonidos


de tonos altos son más dañinos que los de tonos más bajos

· Si la exposición al ruido es continua, intermitente o de impacto. Al


respecto, los ruidos inesperados alteran más que los constantes,
mientras que los ruidos de impacto desencadenan respuestas
autónomas en el trabajador

· La duración diaria de la exposición


· Susceptibilidad individual. Los ruidos propios molestan menos que los
ajenos. Además, mientras más difícil sea la tarea, habrá una mayor
susceptibilidad a ser interrumpido por el ruido.

b) Efectos fisiológicos

En general diversos estudios señalan que el ruido genera alteraciones


en las funciones orgánicas normales. Entre estas destacan (LaDou,
1993):

· Aumentos de la frecuencia cardíaca

· Presión arterial inestable

· Cansancio o fatiga

· Dolores de cabeza

· Dificultades para dormir, lo cual afecta los procesos de recuperación


del organismo

· Decaimiento general.

c) Efectos en la salud mental

Aún cuando los niveles de ruido no dañen la audición, lo cierto es que


generan tensión e irritan al trabajador. Diversos estudios han encontrado
evidencias de la relación entre ruido e incremento de la agresividad y
reacciones propias del comportamiento de personas sometidas a estrés.

d) Efectos en la comunicación verbal

Durante las conversaciones o intercambio de información verbal, el nivel


sonoro de la voz del trabajador debería mantenerse 10 dB(A) sobre el
ruido de fondo (1).

Si la señal o nivel sonoro de la voz resulta inferior en 10 dB(A) al ruido


de fondo, su comprensión se reduce al 70%. En general, se espera que
el ruido de fondo no sobrepase 60 a 65 dB(A). Si el proceso de
intercambio de información verbal plantea mayores exigencias y
dificultades de comprensión, el ruido de fondo no debe exceder de 45 a
50 dB o debería estar en una relación de 20 dB(A) por debajo de la voz
humana (Farrer et. al 1995).

e) Efectos en el desempeño

Aún cuando no está totalmente definido cómo afecta el ruido la eficiencia


laboral, Ramírez (1987) destaca que este agente ambiental provoca
deterioro en:
· Tareas de vigilancia

· Tareas mentales complejas

· Tareas que requieren habilidad y destreza

· Tareas que requieren altos niveles de percepción

· Tareas psicomotrices complejas.

3.3 Métodos de evaluación

Para la evaluación del ruido en los ambientes de trabajo, es necesario


registrar al menos las variables de intensidad o el nivel de presión
sonora y los tiempos de exposición de los trabajadores. Respecto de la
evaluación del nivel de presión sonora, los instrumentos que se utilicen
dependen de las características que el ruido tenga y el tipo de
exposición. Es así como, si el ruido es de tipo continuo, estable y el
trabajador permanece en el mismo lugar durante la jornada, el
instrumento que se podría emplear es un sonómetro. Este dispositivo,
similar al que se observa en la figura 4.8, permite registrar el nivel de
ruido expresado en decibeles. Estos sistemas disponen de filtros o
atenuadores que miden el ruido bajo diferentes condiciones. La
denominación de estos filtros está expresada en letras que van de la "A"
a la "D". El significado de estas denominaciones es el siguiente:

A = La atenuación del filtro es similar a la que tiene el oído humano

B = Atenuación de niveles de presión sonora de intensidad intermedia

C = Atenuación de niveles de presión sonora de intensidad alta

D = Para el registro de presiones sonoras sobre los 120 decibeles (ruido


en un reactor de avión).

Como se puede deducir, para el registro del nivel de presión sonora que
puede afectar la audición humana, se requiere emplear un filtro tipo A.
De este modo, para especificar que la lectura se realizó con un filtro tipo
A, se anota de la siguiente forma: dB(A), dejando entre paréntesis la
letra del filtro.

Figura 4.8. Sonómetro


En cuanto a las características del ruido en ambientes de trabajo en el
sector forestal, es importante destacar que los niveles de presión sonora
son fluctuantes en el tiempo. De este modo, es necesario emplear
dispositivos que permitan ponderar la intensidad del ruido. Para ello la
mayoría de los instrumentos de medición de ruido registran el nivel de
ruido equivalente (NPSeq o, en inglés, Leq). Esta expresión entrega un
valor del nivel de ruido que representa la intensidad a que estaría
expuesto el trabajador, si el ruido fuese continuo. La expresión
matemática que permite calcular este valor es la siguiente:

NPSeq = 10 log (_ Ti * 10 NPS/10 / _Ti)

Donde:

Ti = Tiempo de exposición a una determinado NPS

NPSi = Nivel de presión sonora evaluado en el tiempo i.

Otra de las características de la exposición al ruido, es que los


trabajadores forestales se desplazan constantemente, alejándose o
aproximándose a las fuentes de ruido. Por esta razón, el instrumento
más adecuado para efectuar una evaluación de exposición es el
dosímetro. Estos instrumentos, como el ilustrado en la figura 4.9,
disponen de un micrófono que se sitúa próximo al oído del trabajador. El
micrófono está conectado al dosímetro mediante un cable flexible. Por
su parte, el dosímetro puede ser ubicado en un bolsillo o en forma más
frecuente, mediante un clip, que se fija al cinturón del trabajador. De este
modo, la persona efectúa sus actividades, trasladando un instrumento
que no pesa más de 200 a 300 gramos, el cual permite registrar los
niveles de ruido al que están expuestos los trabajadores durante la
jornada o en períodos de tiempo representativos de sus actividades
laborales.
Figura 4.9. Dosímetro

La información que proveen los dosímetros depende de la marca y


modelo, pero, en general, los datos más relevantes para establecer el
riesgo de sordera profesional, son el tiempo de exposición, el nivel de
presión sonora equivalente (NPSeq) y la dosis de ruido. En cuanto al
significado de la "dosis de ruido", expresa la razón entre el tiempo real
que está expuesto una persona y el tiempo permitido según la intensidad
del ruido. Estos valores están resumidos en la tabla 4.4. y corresponden
a los establecidos en el Decreto 745, Artículo 67. De este modo, si la
dosis supera el valor 1 y el trabajador no tiene equipos de protección
personal, se concluye que presenta riesgo de desarrollar una sordera
profesional.

Tabla 4.4. Nivel de presión sonora y tiempos máximos de exposición.


Artículo 67, Decreto 745. El NPS se extiende hasta los 115 dB(A)

Nivel de Presión Sonora Tiempo Máximo de Exposición por Jornada

dB(A) ( horas)
85 8,00
86 6,97
87 6,06
88 5,28
89 4,60
90 4,00
91 3,48
92 3,03
93 2,64
94 2,30
95 2,00
96 1,74
97 1,52
98 1,32
99 1,14
100 1,00
101 0,87
. .
114 0,14
115 0,12

3.4. Medidas de prevención y control

El principio más efectivo de control del ruido, es el que incorpora


medidas preventivas en la etapa de diseño de máquinas, herramientas y
equipos. En general, efectuar correcciones a los sistemas ya construidos
tiene un alto costo, baja efectividad y en algunos casos es imposible.

En cuanto a la implementación de programas de control de ruido en las


empresas forestales, en primera instancia es necesario determinar si los
niveles de presión sonora en los ambientes de trabajo exceden los
límites de exposición permitidos. En este análisis, no sólo se debe
considerar el riesgo de perdida de audición, sino otros efectos como
deterioro de la comunicación verbal, aislación del trabajador o efectos en
la salud mental.

Respecto de medidas específicas de control de ruido, éstas se pueden


implementar a nivel de la fuente, el medio a través del cual se propaga y
en los trabajadores expuestos.

· Medidas de control en la fuente

Las medidas en la fuente generadora del ruido están orientadas a elegir


métodos, herramientas y máquinas que generen el menor nivel de
presión sonora. En este aspecto, el empresario forestal al momento de
adquirir un equipo, debe solicitar información a los fabricantes y
proveedores del nivel de ruido generado por herramientas y máquinas.
Al respecto, algunos fabricantes de equipos forestales, están
incorporando antecedentes de esta naturaleza en sus catálogos. Más
aún, en el capítulo 10 se presenta información del nivel de ruido
registrado en máquinas estudiadas en el presente proyecto,
específicamente trineumáticos, torres y skidder. También, en el capítulo
10, se resume información del ruido producido por motosierras de
diferente cilindrada y potencia.

En forma complementaria a la selección de máquinas y herramientas


que generen bajos niveles de ruido, es fundamental realizar una
mantención preventiva, que evite el sobreuso de piezas y elimine el
juego y el desbalance entre los componentes mecánicos.

· Medidas de control en la transmisión

Para atenuar el ruido transmitido a través del aire y las estructuras de los
equipos, se pueden implementar medidas tendientes a:

a) Incrementar la distancia entre los trabajadores y la fuente. Un ejemplo


que ilustra este tipo de medida de prevención, se presenta en faenas de
cosecha mecanizada, en las que se utilizan dos canchas para trozar y
clasificar. En este tipo de organización, el trozador y el marcador
trabajan en áreas separadas del trineumático. De este modo, entre otros
beneficios, se logra mantener distante a los operarios de cancha del
trineumático, el cual es uno de los más importantes emisores de ruido en
estos ambientes de trabajo.

b) Incorporar barreras entre el trabajador y la fuente. Este tipo de medida


se aprecia en máquinas, en las cuales las caras internas de las placas
metálicas que separan el motor del resto del equipo, están revestidas de
materiales absorbentes del ruido. Entre los materiales que se utilizan
con frecuencia están las espumas de caucho y plástico.

c) Incorporar uniones flexibles que impidan la transmisión de


oscilaciones mecánicas a través de las estructuras de los equipos. En
forma complementaria a la medida anteriormente señalada, y con el
propósito de evitar la transmisión del ruido, particularmente de las
oscilaciones generadas por el motor hacia el resto de las estructuras de
la máquina, se incorporan materiales flexibles en los puntos de unión
entre el motor y el chasis.

d) Aislar al trabajador en cabinas. Otra de las medidas a las cuales se


recurre para evitar la exposición del trabajador a ambientes ruidosos, es
el diseño de cabinas. Al respecto, en su construcción, se debe
considerar la aislación estructural con el chasis. Para ello, la cabina
debe estar montada sobre uniones de materiales flexibles. También,
para evitar la transmisión aérea del ruido hacia el interior de la cabina,
se deben instalar materiales absorbentes en sus paredes. En algunos
casos se puede justificar el uso de vidrios dobles. Además, las ventanas,
puertas y los conductos o mangueras que ingresan a la cabina, deben
estar herméticamente instalados. En forma complementaria, en el
capítulo 10, se plantean algunas exigencias de construcción en las que
se relaciona el ruido y agentes del ambiente como el calor y el polvo.

· Medias de control en los trabajadores

Las medidas preventivas que se pueden implementar con los


trabajadores, consisten básicamente en el uso de protectores auditivos y
la reducción de los tiempos de exposición. En cuanto al uso de
protectores auditivos, el tema se tratará en el capítulo 8, referido a
"Vestuario y equipos de protección personal de trabajadores forestales".
Con respecto a los tiempos de exposición, este puede reducirse
modificando la organización del trabajo, incorporando pausas y rotación
de funciones. También es un factor importante, el mantener ambientes
silenciosos durante los descansos y las horas de colación.

4. Vibraciones

4.1. Conceptos generales

La mayor parte de las actividades forestales mecanizadas producen


vibraciones. Entre ellas, la conducción de vehículos, la operación de
máquinas como trineumáticos o skidders o la utilización de herramientas
de potencia como motosierras y desbrozadoras. Dependiendo de las
características de las vibraciones, éstas pueden provocar efectos en el
individuo, desde una ligera molestia, hasta un deterioro de su
desempeño y salud.

En cuanto a la definición de vibraciones mecánicas, se señala que un


cuerpo vibra cuando realiza un movimiento oscilante respecto de su
posición de reposo o de referencia. El número de veces por segundo,
que se realiza el ciclo completo se llama "frecuencia" y se mide, al igual
que el ruido, en Hertz (Hz). Por su parte, al desplazamiento del cuerpo
de su posición de reposo, se le denomina amplitud.

El movimiento puede estar constituido por una frecuencia, como es el


caso ilustrado en la figura 4.10, en el cual se representa la vibración de
un diapasón. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las oscilaciones
están constituidas por varias frecuencias simultáneas, como el
movimiento de un pistón de un motor de combustión interna, el cual se
ilustra en la figura 4.11. Complementario a la frecuencia y amplitud, dos
mediciones que son importantes en la definición de las vibraciones,
corresponden a la velocidad y aceleración a la cual son sometidos los
cuerpos. La velocidad se expresa en metros o milímetros por segundo
(m/s o mm/s) y la aceleración generalmente en metros por segundo al
cuadrado (m/s2). Respecto de la aceleración, esta medida representa la
intensidad de las oscilaciones y está asociada con la transferencia de
energía mecánica hacia el cuerpo humano. Por esta razón, es uno de
los parámetros más utilizados para caracterizar los efectos de las
vibraciones en las personas.

Figura 4.10. Diapasón: Fuente de vibración que presenta una sola


frecuencia

Figura 4.11. Pistón en motor a combustión: Fuente de vibración con


distintas frecuencias

Respecto de la caracterización de las vibraciones, también es importante


señalar que existen dos tipos de fuentes. Aquellas que transmiten las
vibraciones hacia todo el cuerpo y las que lo hacen al sistema mano-
brazo. En términos generales, las primeras son producidas por vehículos
de transporte de pasajeros y maquinaria de trabajo. En cambio las
trasmitidas al sistema mano-brazo, son generadas por herramientas de
potencia. En las figuras 4.12.a y 4.12.b, se aprecian dos ejemplos en los
cuales se ilustran las oscilaciones trasmitidas al todo el cuerpo, a través
de los pies, muslos, glúteos y espalda. En cambio en las herramientas
éstas son transmitidas a través de los mangos hacia la palma y dedos
de las manos.

Figura 4.12.a. Vibraciones transmitidas hacia todo el cuerpo: operador


de trineumático
4.11.b. Vibraciones trasmitidas hacia el sistema mano-brazo:
motosierrista

Por otra parte, es importante destacar que las vibraciones tienen


dirección, ya que son el resultado de la aplicación de fuerzas que se
representan como vectores. De este modo, en las figuras 4.13. y 4.14,
se ilustran los ejes X, Y y Z para vibraciones trasmitidas a todo el cuerpo
y al sistema mano-brazo, respectivamente.

Figura 4.13. Vibraciones trasmitidas a todo el cuerpo: Ejes X, Y y Z


Figura 4.14. Vibraciones transmitidas al sistema mano-brazo: Ejes X, Y y
Z

4.2. Efectos de las vibraciones en el ser humano

El ser humano es capaz de percibir vibraciones desde 0,5 Hz hasta 100


Hz e incluso 10.000 Hz, a ciertas intensidades. Las personas perciben
las vibraciones transmitidas a todo el cuerpo a través del órgano del
equilibrio, ubicado en el oído interno. También, las vibraciones
transmitidas a todo el cuerpo y al sistema mano-brazo, son percibidas
por el sistema propioseptivo y como sensaciones táctiles.

En cuanto a los efectos de las vibraciones en los trabajadores, estos


pueden ser fisiológicos, psicológicos, músculo-esqueléticos y de
percepción. También, pueden producir deterioro del desempeño. Entre
las variables que determinan el efecto en los trabajadores destacan:

· La frecuencia y aceleración

· El tiempo de exposición
· El tipo de fuente y la transmisión, ya sea a todo el cuerpo o al sistema
mano-brazo

· La dirección de las vibraciones, en relación con los ejes ortogonales.

Debido a que la transmisión de las vibraciones juega un rol importante


en los efectos que se producen en las personas expuestas, a
continuación se describirán las alteraciones más relevantes generadas
por oscilaciones transmitidas a todo el cuerpo y al sistema mano brazo.

4.2.1. Efectos de las vibraciones transmitidas a todo el cuerpo

Estas vibraciones son generadas por máquinas de trabajo o vehículos


de transporte. Las oscilaciones pueden ser percibidas por los
trabajadores como incomodidad o molestia. Sin embargo, dependiendo
del tiempo de exposición, de la frecuencia y de la intensidad de las
oscilaciones, estos síntomas pueden ser insoportables e incluso generar
trastornos incapacitantes.

Respecto de las características de las vibraciones, se ha establecido


que a determinadas frecuencias de oscilación, el ser humano es más
sensible y vulnerable. Ello se debe a un fenómeno denominado
resonancia. Al respecto, todos lo órganos corporales, según su
elasticidad, tienen la capacidad de deformarse al aplicarles una fuerza
externa. Lo interesante es que la deformación de los órganos ocurre a
determinadas frecuencias, denominadas propias o naturales. En este
sentido, en la figura 4.15. se describen las frecuencias a las cuales
vibran los órganos corporales en el eje z, al ser estimulados por una
fuerza externa. En cuanto a la resonancia, el fenómeno se presenta
cuando la frecuencia de la vibración es similar a la frecuencia propia o
natural de los órganos corporales. Bajo estas condiciones de trabajo, las
oscilaciones se amplifican y las personas sienten con mayor intensidad
los síntomas. A modo de ejemplo, si, en la cabina de un operador de
trineumático las frecuencias de las vibraciones verticales se encuentran
entre los 8 a 10 Hz, la columna vertebral, que tiene frecuencias propias
entre 10 a 12 Hz, entra en resonancia y las vibraciones se amplifican en
esta región del cuerpo.

En cuanto al fenómeno de resonancia, diferentes autores han descrito


(Grandjean, 1982) las molestias producidas por diferentes rangos de
frecuencia de vibraciones transmitidas a todo el cuerpo. Con el propósito
de ilustrar los trastornos que pueden experimentar los trabajadores
expuestos a oscilaciones verticales, a continuación se describen los
síntomas y las frecuencias a las cuales el ser humano es más
vulnerable.

· Interferencia con la respiración, entre 1 a 4 Hz

· Dolor en el pecho y en el abdomen, entre 4 a 10 Hz


· Dolor de espalda, entre 8 a 12 Hz

· Tensión muscular, dolores de cabeza, tensión ocular, dificultades en el


lenguaje hablado, entre 10 a 20 Hz

· Malestar en general y respuestas de ansiedad, entre 1 a 3 Hz

· En general, el incremento de la intensidad de las vibraciones aumenta


la sensación de molestias, acompañado de un sentimiento de
inseguridad. En el eje Z o vertical, el ser humano es más sensible en el
rango de 4 a 8 Hz y en los ejes X e Y, en el rango de 1 a 2 Hz.

Figura 4.15. Frecuencia propia de diferentes órganos corporales en el


eje Z

La exposición a vibraciones en un lugar de trabajo, también puede


provocar daño al sistema músculo-esquelético, particularmente
trastornos al nivel de la columna vertebral. Si la exposición se mantiene
por períodos prolongados de tiempo, se han registrado procesos
degenerativos en los discos intervertebrales.

Respecto de los efectos en el desempeño, las vibraciones afectan la


percepción visual, deterioran la agudeza visual, las imágenes son
inestables y borrosas, afectando el procesamiento de la información.

4.2.2. Efectos de vibraciones transmitidas al sistema mano-brazo

Respecto de los efectos de las vibraciones transmitidas al sistema


mano-brazo, se describen los siguientes:

· Alteraciones vasculares periféricas de la mano

· Alteraciones del sistema nervioso periférico de la mano


· Pérdida de la capacidad de desarrollo de fuerza de la extremidad
superior

· Trastornos degenerativos de huesos de muñeca y dedos

· Inflamación de articulaciones del sistema mano-brazo, en particular de


muñeca y dedos.

Con relación a las alteraciones de los nervios periféricos de la mano, en


las etapas tempranas, los trabajadores presentan episodios
intermitentes de "hormigueo" y "entumecimiento" de los dedos. Estos
síntomas se pueden o no acompañar de dolor. En etapas más
avanzadas, los episodios son más frecuentes y severos, con una
disminución de la sensibilidad táctil y térmica, con pérdida de destreza
manual y de fuerza muscular.

Por su parte, en las alteraciones vasculares periféricas, los primeros


signos corresponden a episodios de blanqueo del pulpejo de los dedos,
lo cual puede desencadenarse a bajas temperaturas ambientales. A este
efecto de las vibraciones se le ha denominado "fenómeno de los dedos
blancos" y corresponde a un espasmo de las arterias, lo cual reduce el
flujo sanguíneo en áreas periféricas de los dedos. En la medida que la
exposición se extiende en el tiempo, el fenómeno de "dedos blancos"
puede cubrir hasta la base de los dedos.

En cuanto a trastornos del sistema músculo-esquelético, las vibraciones


generadas por herramientas de potencia, afectan principalmente las
manos y brazos. Entre estas alteraciones se destaca la fatiga muscular
localizada, las inflamaciones en tendones y síntomas degenerativos en
articulaciones, particularmente artritis de muñeca y codo. También, en
exposiciones severas, se ha documentado daño degenerativo en
huesos.

Por otra parte, al igual que en las vibraciones transmitidas a todo el cuerpo, el
ser humano es más sensible y vulnerable a ciertas frecuencias. Ello debido a
que los segmentos corporales u órganos entran en resonancia. Para el caso
del sistema mano-brazo, se ha establecido que el rango de sensibilidad se
ubica entre 12 y 16 Hz.

4.3. Métodos de evaluación

Para la evaluación de las vibraciones mecánicas, es necesario registrar


la intensidad o aceleración en los ejes ortogonales y los tiempos de
exposición de los trabajadores. Respecto de la evaluación de la
aceleración (m/seg2), los instrumentos que se utilizan dependen del tipo
de fuentes que se analiza. Es así como, para maquinaria y vehículos de
transporte, se requiere un transductor o acelerómetro, similar al ilustrado
en la figura 4.16. Este dispositivo es un disco flexible que se ubica entre
la región de glúteos o la zona de contacto con el cuerpo y la superficie
del asiento. Si la persona opera el equipo de pie el acelerómetro debe
situarse a nivel del piso. En cambio, para herramientas de potencia, se
utiliza el acelerómetro ilustrado en la figura 4.17. Estos dispositivos, cuya
función es trasformar la energía mecánica en impulsos eléctricos, se
conectan mediante un cable al medidor de vibraciones. Los
instrumentos, registran la aceleración en los tres ejes ortogonales en
forma simultánea o efectúan registros por eje. El valor puede
corresponder a un nivel de vibraciones expresado en términos
equivalentes, el cual integra una amplia gama de frecuencias, en un
determinado tiempo de medición. Esta medida es, generalmente,
rotulada como Leq (Equivalent Level). Estos equipos disponen también de
filtros, que permiten seleccionar la banda o rango de frecuencia que se
desea analizar. Con este último procedimiento, se obtiene un análisis de
frecuencia, el que expresa la intensidad de las vibraciones en los rangos
de frecuencia registrados. En la figura 4.17, se ilustra un vibrómetro
integrador con acelerómetro que permite la medición de vibraciones
trasmitidas al sistema mano-brazo.

Figura 4.16. Acelerómetro para el registro de vibraciones trasmitidas


desde el asiento a todo el cuerpo del trabajador

Figura 4.17. Vibrómetro y acelerómetro para el registro de vibraciones


trasmitidas al sistema mano-brazo

Para el caso de las evaluaciones efectuadas en herramientas y


máquinas forestales, si el propósito es establecer el riesgo al cual están
expuestos los trabajadores, se requieren determinar los tiempos de
exposición y la intensidad de las vibraciones. Para ello se deben
efectuar registros de vibraciones en períodos representativos de la
jornada. En cambio, si se quiere efectuar una intervención, como la
selección de una suspensión para el asiento o aislar la cabina del chasis
de la máquina, los estudios de vibración deben considerar un análisis de
frecuencia.

Respecto de límites de exposición a vibraciones, la normativa vigente en


nuestro país está contenida en el Decreto 745 "Sobre condiciones
sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo". En esta
reglamentación se incluyen disposiciones que regulan el nivel y tiempo
de exposición a vibraciones transmitidas a todo el cuerpo y al sistema
mano-brazo. La base conceptual y metodológica contenida en estas
disposiciones deriva de las normas ISO 2631 "Guía para la evaluación
de vibraciones transmitidas a todo el cuerpo" e ISO 5349 "Guía para la
evaluación de vibraciones transmitidas al sistema mano-brazo".

El artículo 76 del citado Decreto indica que la aceleración vibratoria


permitida para cuerpo entero en una jornada de 8 horas, según la
dirección de la vibración, es la que se resume en la tabla 4.5.

Tabla 4.5. Aceleración vibratoria máxima permitida para una jornada de 8


horas

Dirección o Eje Aceleración Vibratoria Máxima (m/s2)


Z 0,63

X 0,45

Y 0,45

En el caso que las aceleraciones vibratorias sean mayores, el artículo 77


establece los tiempos límites de exposición, de acuerdo a la tabla 4.6.

Tabla 4.6. Tiempos máximos de exposición a vibraciones transmitidas a


todo el cuerpo

Tiempo de Aceleración Vibratoria Máxima(m/s2)

Exposición
(horas) Z X Y
8 0,63 0,45 0,45

7 0,72 0,50 0,50


6 0,82 0,56 0,56

5 0,95 0,63 0,63

4 1,10 0,71 0,71

3 1,30 0,82 0,82

2 1,57 0,97 0,97

1 2,04 1,23 1,23

0,5 2,51 1,49 1,49

Para el componente mano-brazo, el artículo 80 establece que la


aceleración vibratoria no deberá sobrepasar para ninguno de los ejes Z,
X e Y, los valores ilustrados en la tabla 4.7.

Tabla 4.7. Tiempos máximos de exposición para el componente mano -


brazo

Tiempo de Exposición (hrs.) Aceleración Vibratoria Máxima (m/s2)


Menor que 1,0 12,0

De 1 a 1,99 8,0

De 2 a 3,99 6,0

de 4 a 8 4,0

En el caso que no se disponga de instrumentos de evaluación o que se


desee complementar el registro de las características físicas de las
vibraciones con la percepción de los trabajadores, es recomendable
efectuarles una entrevista sobre las molestias o síntomas, que se
asocien con las oscilaciones generadas por las máquinas o
herramientas.

4.4. Medidas de prevención y control

El principio más efectivo de control de las vibraciones, es similar al


planteado para el ruido, en el sentido de que es más factible reducir la
generación de vibraciones en la etapa de diseño de los equipos.

Respecto de la implementación de programas de control de vibraciones,


en primera instancia, es necesario establecer si la intensidad o la
aceleración de las oscilaciones excede los límites de exposición
permitidos en los tres ejes ortogonales.
Respecto de medidas de control de las vibraciones, se puede intervenir
al nivel de la fuente, el medio a través del que se propagan las
vibraciones y en los trabajadores expuestos.

· Medidas de control en la fuente

Las medidas para atenuar el nivel de vibraciones en la fuente, están


orientadas a reducir la aceleración de las oscilaciones, mediante la
disminución de las fuerzas excitatorias. De este modo, es fundamental
que en la etapa de adquisición de máquinas y herramientas, se elijan
equipos cuya potencia no esté sobredimensionada para las labores que
se requieren efectuar. En este aspecto, el empresario forestal o los
trabajadores, según sea el equipo que se adquiera, deben solicitar
antecedentes a los fabricantes y proveedores, respecto de la intensidad
de las vibraciones generada por los equipos. Hoy en día, en el mercado
nacional, este tipo de información se especifica en algunos catálogos de
motosierras. A modo de orientación, en el capítulo 10 se resume
información de la intensidad de las vibraciones producidas por
motosierras de diferente cilindrada y potencia.

En forma complementaria a la selección de máquinas y herramientas, es


fundamental realizar una mantención preventiva, que evite el sobreuso
de piezas y elimine el juego y el desbalance entre los componentes
mecánicos.

· Medidas de control en la transmisión

En este aspecto, las alternativas de control de vibraciones dependen del


tipo de fuente. En el sector forestal, éstas son básicamente máquinas y
herramientas de potencia.

a) Máquinas forestales. Se deben incorporar y mantener adecuados


sistemas de suspensión en las butacas y en las uniones entre el chasis
de la máquina y la cabina. Una de las medidas que se ha generalizado
en el mercado, es incorporar, como opcional, butacas con suspensión
hidráulica. No cabe duda que, esta característica de los equipos, debería
pasar de ser un elemento opcional a un componente estándar. Por otra
parte, con menor frecuencia, se han empleado uniones flexibles para
aislar la cabina del chasis. Este tipo de medidas de control está siendo
empleada en las últimas versiones de skidder.

b) Herramientas de potencia. Las alternativas tecnológicas han estado


dirigidas a incorporar y mantener sistemas de suspensión entre el
mango y el cuerpo de las herramientas. Respecto de las motosierras, las
marcas y modelos que se ofrecen en el mercado disponen de sistemas
antivibratorios. Sin embargo, como se podrá apreciar en el capítulo 10,
varios de los modelos de motosierras estudiados en este proyecto,
presentaron niveles de vibración sobre lo permitido, para una jornada de
4 a 8 horas. De este modo, es necesario reducir los tiempos de
exposición incorporando cambios en la organización del trabajo o
seleccionar motosierras de menor potencia.

Por otra parte, como se destacó en el punto 4.2.2, las vibraciones


generan fatiga de la musculatura que opera los equipos y disminuye la
capacidad de desarrollo de fuerzas de agarre o prensión. En este
sentido, la elección de herramientas de menor peso, es un aspecto que
también se debe considerar al momento de adquirir herramientas de
potencia.

· Medidas de control en los trabajadores:

Las medidas preventivas que se pueden implementar con los


trabajadores, consisten básicamente en la reducción de los tiempos de
exposición. Para ello, se puede incorporar pausas a través de la jornada
o rotar tareas con y sin exposición a vibraciones. Otro de los temas
relevantes en la prevención de los efectos de las vibraciones, es la
capacitación de los trabajadores. Esta debería estar orientada a que los
operarios sean capaces de identificar los riesgos asociados a la
exposición de vibraciones y que en el proceso de toma de decisiones,
incorporen criterios preventivos. Por ejemplo, deben ser capaces de
emplear la motosierra en posturas de trabajo que generen menor
sobrecarga al sistema músculo-esquelético. Este aspecto es
particularmente importante, porque las vibraciones generan fatiga
muscular localizada. De este modo, si se consideran tareas de volteo y
trozado, los motosierristas deben emplear técnicas de trabajo en las que
se utilicen los muslos como puntos de apoyo para el antebrazo. De este
modo, se reduce el esfuerzo de sujeción que realizan los brazos y se
mitiga la generación de fatiga localizada. Para mayores detalles, en el
capítulo 10 se describen las técnicas de trabajo en tareas de volteo,
trozado y desrame.

1 Ruido de fondo: NPS registrado un 50 % del tiempo de muestreo.

CAPITULO 5

DIAGNOSTICO ERGONOMICO Y ESTUDIOS DEL TRABAJO

1. Introducción

En Ergonomía, los estudios del trabajo constituyen técnicas de apoyo útiles al


objetivo final de mejorar las condiciones de trabajo, resguardar la salud física y
psicológica de los trabajadores, evitar accidentes e incrementar la
productividad. En este contexto, los estudios del trabajo comprenden la
medición del trabajo y los estudios de método.

Este capítulo resume la metodología empleada para realizar un diagnóstico


ergonómico cualitativo y para llevar a cabo estudios del trabajo que permitan
evaluar, cuantitativamente, los factores que mayor influencia tienen sobre la
respuesta de los trabajadores y el rendimiento laboral.
Los diagnósticos ergonómicos, normalmente se efectúan con una lista de
verificación. Como su nombre lo indica, estas listas contienen un conjunto de
aspectos que es necesario observar cuando se evalúa un trabajo.

En la literatura se describen numerosas listas de comprobación, desarrolladas


para distintos propósitos. Algunas son simples y breves, mientras que otras
tienden a incluir un gran número de detalles. Se debe tener presente que las
listas de comprobación no substituyen el conocimiento, pero pueden
representar una ayuda, que será más efectiva, mientras mayor sea la
formación de quien las emplea.

Las experiencias desarrolladas en Chile en el sector forestal, revelan que es de


mucha utilidad disponer de listas de verificación para evaluar maquinarias y
puestos de trabajo. Por esta razón, en el texto que sigue, se incluye una lista
de comprobación para maquinarias, preparada por Apud et al.(1993) y otra lista
publicada por FAO, a partir de un texto desarrollado por Bostrand (1993).

Finalmente, antes de presentar las listas de comprobación, es necesario


advertir que estas, por detalladas que sean, siempre se pueden perfeccionar.
Incluso, como la evolución de la tecnología es tan rápida, es lógico que vayan
surgiendo otras preguntas que irán enriqueciendo los instrumentos propuestos.

2. Lista de comprobación

2.1. Listas de verificación para máquinas de uso forestal

I. Antecedentes generales

a) Tipo de máquina

b) Marca

c) Especificaciones técnicas y accesorios

d) Otros antecedentes (fotografías, catálogos, etc.)

II. Areas de acceso y salida

SI NO

1. El tipo de escala, ¿es adecuado a las necesidades de


desplazamiento de los operarios?
2. ¿Los peldaños son fáciles de alcanzar y suficientemente
largos y profundos?
3. ¿La superficie de los peldaños es antideslizante?
4. Los peldaños ¿están diseñados para resistir el daño
generado por los obstáculos del terreno?
5. ¿Existen suficientes manillas para ingresar y salir
fácilmente de la máquina?
6. ¿Están ellas adecuadamente dispuestas?
7. ¿El espacio de ingreso y salida es lo suficientemente ancho
y alto para efectuar una maniobra simple y segura?
8. ¿El espacio de ingreso y salida está libre de bordes y
salientes?

III. Recomendaciones ergonómicas para áreas de acceso y salida

Estas áreas están constituidas por todas aquellas estructuras de la máquina


que permiten al operador ingresar y salir del puesto de trabajo. Entre ellas, se
cuentan escalas, manillas, barandas, plataformas y puertas.

Las deficiencias en el diseño de estas estructuras, pueden generar problemas


de seguridad en el tránsito de los operarios, específicamente, riesgos de
accidentes por caídas en o entre niveles, así como también, en caso de
emergencia, pueden entorpecer las maniobras de escape. Lo expedito de la vía
de escape y la estabilidad de los operarios al transitar por estas áreas,
depende en gran medida de las características y dimensiones de las escalas, la
ubicación de barandas y manillas, las propiedades antideslizantes de las
superficies por la que se transita y el tamaño de puertas y espacios de tránsito.

a) Escalas

Para el desplazamiento de operarios entre niveles, específicamente entre el


terreno y el puesto de trabajo (ubicado generalmente en el interior de una
cabina) se requiere utilizar escalas o escalas de peldaño. Las diferencias
generales entre ambas se pueden ver en la figura 5.1.

Figura 5.1. Dimensiones y ángulos óptimos de escalas (A) y escalas de


peldaño (B). Las medidas están expresadas en centímetros. También se
incluye la ubicación de barandas y manillas
La elección de uno u otro tipo de escala depende de varios factores. Uno de
ellos, es la factibilidad de instalar estos implementos en la estructura de la
máquina. Como ambas tienen diferentes ángulos óptimos respecto a la
horizontal, esto genera mayores o menores requerimientos de espacio para su
instalación. Es así como, el ángulo óptimo de escalas se encuentra entre los 75
y 90 grados respecto a la horizontal y la escala de peldaños, entre los 50 y 75
grados.

Un segundo aspecto a evaluar es el tipo de desplazamiento que tiene el


operario. En escalas de peldaños, mientras menor sea su ángulo de inclinación
con respecto a la horizontal, el desplazamiento del operario será más estable y,
eventualmente, podrá incluso ocupar una mano para transportar algún objeto.
En la figura 5.1, se resumen algunas de las recomendaciones para evaluar
escalas (A) y escalas de peldaños (B). Especialmente, verifique la profundidad,
ancho y altura de peldaños. Las barandas o manillas deben ser continuas y
estar ubicadas en el ingreso inferior, a una altura no mayor a 150 cm medidos
desde el piso o terreno y en el ingreso superior a 100 cm del piso
(generalmente el piso es el de la cabina).

b) Propiedades antideslizantes de pisos y escaleras

La propiedad antideslizante de pisos y escaleras depende del coeficiente de


roce de las superficies. Este coeficiente representa la razón entre la fuerza
horizontal necesaria para desplazar el cuerpo y su peso. Al respecto, se debe
tener presente que pisos de metal liso, mojado por lluvia o derrame de líquidos,
reducen marcadamente las propiedades antideslizantes, lo cual es altamente
peligroso para los trabajadores y debe ser evitado.

Para reducir los riesgos de caída en plataformas y escaleras, se recomiendan


pisos de metal con relieves y con sistemas efectivos de drenaje (generalmente,
perforaciones en el piso para que escurra el agua lluvia). Además, para
asegurar la estabilidad de los operarios, conviene reiterar que, en las zonas de
tránsito deben existir barandas, ubicadas a una altura de 100 cm medidos
desde el piso.

c) Espacios de puertas y áreas de transito

El requerimiento de espacio es uno de los aspectos más críticos en la


evaluación de las áreas de ingreso y salida, debido a que, los espacios
reducidos, comprometen seriamente la estabilidad del operario, retardan o
dificultan el escape en caso de emergencia y exponen a los operadores a
golpes y cortes.

En cuanto a las medidas mínimas que deberían tener puertas y pasillos, éstas
dependen de la postura que adopta el operario al momento de ingresar o salir
del puesto de trabajo. Es así como existen máquinas, en las que el sujeto se
pone de pie en la cabina y atraviesa la puerta. En cambio, en otras máquinas,
el trabajador sale de la cabina, partiendo de una posición sentado, se agacha y
generalmente, después atraviesa la puerta de la cabina. Bajo estas condiciones
de trabajo, si el operario se desplaza de pie, la altura mínima de puertas y
pasillos no debe ser inferior a 190 cm y el ancho no inferior a 56 cm (se asume
el uso de vestuario y casco). Para el caso en que el sujeto, por trabajar
sentado, acceda a la máquina agachado, las puertas no deberían tener una
altura inferior a 160 cm y un ancho inferior a 56 cm.

El problema de las puertas de maquinarias forestales es bastante crítico. Hay


países en que ha existido una seria preocupación al respecto, como por
ejemplo en Suecia, donde ya en la década del 60, se evaluaron maquinarias
forestales y agrícolas para cuantificar este problema. La figura 5.2 ilustra los
resultados de tal estudio, que pueden servir de orientación para los encargados
de la adquisición de maquinarias. En ella se puede ver, el mal diseño de la
mayoría de los accesos de los vehículos evaluados, en relación al trabajador
sueco de estatura media. Desde entonces a la fecha, en dicho país se han
acogido las recomendaciones ergonómicas hechas por instituciones
especializadas y se han mejorado los diseños. No obstante, a juzgar por los
resultados de este estudio, ésta no es la generalidad en maquinarias fabricadas
en otros países. Por ello, se recomienda observar cuidadosamente este detalle,
por las consecuencias que los accesos insuficientes pueden tener para la
seguridad de los trabajadores.

Figura 5.2. Trabajador sueco de tamaño medio y tamaño de puertas de


maquinarias forestales y agrícolas
Reproducido de: Hansson, J.E. and Kylin, B. Gustavsson. "THE LOGGING
TRACTOR AS A WORKPLACE". Department of Operational

Efficienncy, Royal College of Forestry, Research Note N. 32, 1967.

IV. Cabina

SI NO

1. Las dimensiones internas de la cabina ¿permiten al


operario una postura cómoda y funcional?
2. ¿El operario está expuesto al contacto con bordes y
salientes agudas?
2. ¿El piso es de material antideslizante?
3. ¿Está el piso y el espacio de trabajo libre de obstáculos?

V. Recomendaciones ergonómicas para el diseño de cabinas

a) Espacio

Los requerimientos de espacio en la parte interna de la cabina dependen del


tamaño corporal de los usuarios, los movimientos y posturas necesarios para
efectuar el trabajo y de la forma en que se ha organizado la operación de la
máquina. Al respecto, se debe tener presente que el espacio interno de las
cabinas no debe ser inferior al que requieren los trabajadores forestales de
mayor tamaño corporal. De este modo, si se considera trabajo en postura de
pie, la cabina no debería tener una altura interna inferior a 190 cm. Para el
trabajo en posición sentado, la altura mínima de la cabina no debería ser
inferior a 160 cm. En cuanto al ancho interno, los requerimientos de espacio
dependen principalmente de los movimientos de las extremidades superiores
para operar volantes, palancas, etc. Si los controles están ubicados en zonas
óptimas, vale decir, áreas de trabajo en las cuales éstos se operan en forma
cómoda y eficiente (ver figura 5.3), se requiere un espacio transversal no
inferior a 100 cm. En el sentido anteroposterior de la cabina, las necesidades
de espacio dependen, en gran medida, de los movimientos de piernas para
controlar el desplazamiento de los pedales. Si el operario está en posición
sentado, que es la postura recomendada para accionar pedales, y estos
dispositivos están ubicados en zonas óptimas (ver figura 5.4), se requiere un
espacio anteroposterior no inferior a 120 cm.

Figura 5.3. Zonas óptimas para la ubicación de controles en el sentido


transversal.
Figura 5.4. Zonas óptimas para la ubicación de controles en el sentido antero-

posterior

VI. Butaca
SI NO

ASIENTO
1. ¿Tiene mecanismos de ajuste antero posterior?
2. De ser necesario ¿puede ser girado y bloqueado en las
posiciones de trabajo que se requiera?
2. ¿La altura es la adecuada?
4. ¿Es de buena construcción en lo que se refiere a forma y
dimensiones (ancho, profundidad e inclinación)?
3. ¿El tapiz, es de un material adecuado?
APOYO PARA BRAZOS
1. ¿Se requiere apoyo para los brazos?
2. De ser necesario ¿los apoyos para los brazos están
ubicados en un lugar correcto?
APOYO PARA ESPALDA
1. ¿El apoyo para la espalda tiene un ángulo adecuado
respecto del asiento?
2. ¿Es de buena construcción en lo que se refiere a la forma y
dimensiones (ancho y alto)?
3.¿El tapiz es de un material adecuado?
APOYO PARA LOS PIES
1. ¿La superficie es estable y antideslizante?

VII. Recomendaciones ergonómicas para las butacas

La función que cumple la butaca en la cabina de las máquinas, es la de


favorecer posturas estables, cómodas y funcionales. Esto permite ejecutar las
tareas de percepción de información, provenientes del panel de instrumentos y
del ambiente externo a la máquina y accionar controles, tales como pedales,
palancas, volantes, etc., desde una buena posición. Para satisfacer estos
requerimientos, la butaca debe cumplir con las siguientes características:

· Debe tener sistemas de ajuste de modo que su ubicación permita, a


trabajadores de diferente tamaño corporal, la operación de controles y
percepción de información en posturas cómodas y funcionales

· El tamaño de las superficies de la butaca, tales como asiento y respaldo, debe


permitir un apoyo adecuado a trabajadores de diferente tamaño corporal

· Los materiales de la butaca, que quedan en contacto con el cuerpo del


operario, deben favorecer la disipación de calor y la evaporación del sudor. Por
esta razón, los recubrimientos plásticos no son los más adecuados
· Respecto a la ubicación de la butaca, el ser humano tiene mayores
potencialidades para accionar controles y percibir información visual en las
zonas que se indica en las figuras 5.3, 5.4 y 5.5, respectivamente. Sin
embargo, se debe tener presente que en cualquier población, en este caso
trabajadores forestales, existen sujetos con distinto tamaño corporal. Por ello,
es imprescindible que las butacas dispongan de mecanismos de ajuste para
acomodar a sujetos de diferentes dimensiones, permitiéndoles desarrollar su
trabajo en forma más eficiente y segura. En este sentido, toda butaca de
maquinaria debe tener al menos un mecanismo de ajuste antero posterior. El
rango de ajuste antero posterior y las dimensiones de la butaca para acomodar
a trabajadores forestales chilenos, están resumidas en la tabla 5.1.

· El respaldo de la butaca cumple la función de apoyar y dar estabilidad al


tronco y extremidades superiores del cuerpo. Para ello, se debe preferir un
respaldo continuo que permita al usuario un apoyo completo de su espalda. Sin
embargo, esta recomendación no es aplicable a todo tipo de máquinas, debido
a que, en algunas de ellas, el trabajo exige a los operadores girar, con cierta
frecuencia, el tronco y cuello en la dirección opuesta a la que se conduce la
máquina. Aunque la rotación frecuente de la columna es altamente
inconveniente, en el caso que sea estrictamente necesario, la altura del
respaldo no debería obstaculizar la rotación de ella. Consecuentemente, su
altura no debería ser mayor que 37 cm. En caso contrario, si la operación de la
máquina se realiza única o preferentemente en la misma dirección en que está
sentado el usuario, el respaldo puede ser continuo y de una altura de 52 cm.

Figura 5.5. Zonas óptimas para ubicar la información visual


Tabla 5.1. Dimensiones y características recomendadas para butacas

Dimensiones y Recomendaciones
características
ASIENTO
Forma Rectangular de bordes y vértices redondeados
Largo(profundidad 38 cm
máxima)
Ancho(mínimo) 40 cm
Altura 39 cm
Ajuste antero posterior ± 7 cm respecto a posición intermedia
Inclinación: Dirección Hacia la parte posterior
Inclinación: Angulo 3 a 5 grados respecto de la horizontal
Material Resistente, que favorezca la disipación de calor
y la ventilación
RESPALDO
Altura máxima 37 cm

(con rotación de tronco)


Altura máxima 52 cm

(sin rotación de tronco)


Ancho 40 cm

VIII. Visibilidad

SI NO

1. ¿Puede el operador ver el trayecto y el objeto de trabajo


sin adoptar posturas incómodas?
2. Si se necesita y dispone de luces para el trabajo ¿son
adecuadas en número, ajuste e intensidad?
4. ¿Las luces están protegidas con rejillas de alambre?
5. ¿La cabina tiene iluminación interna?
4.1 ¿Es regulable?
5.Se dispone de limpia parabrisas?
6. 1¿Son adecuados?

IX. Recomendaciones para una buena visibilidad

En los aspectos tratados anteriormente, se ha descrito las zonas óptimas para


ubicar la información visual en la cabina de máquinas, específicamente, en el
panel de instrumentos. No obstante, en el trabajo con máquinas forestales,
también se recibe información visual desde fuera de la cabina, en cuyo caso la
distancia entre el operario y el objeto observado aumenta y el área de visión se
incrementa. En oposición a ello, la agudeza visual o capacidad para detectar
detalles disminuye. Los cálculos para determinar el área de visión son
complejos y pueden requerir de un especialista. No obstante, una manera
simple de tener una aproximación, es basarse en la altura ojo-asiento de los
trabajadores forestales chilenos, que está en un rango entre 71 y 81 cm. Con
este antecedente, se puede verificar si la ubicación y el tamaño de la cabina,
asi como la posición de las protecciones y ventanas, favorecen la percepción
de aquellas tareas consideradas como relevantes para la operación de la
máquina. En otras palabras, se recomienda al evaluador de una determinada
maquinaria sentarse y verificar por sí mismo estos aspectos, teniendo en
cuenta la diferencia entre su tamaño y el posible rango de los operadores.

Es necesario tener presente que la visibilidad también se reduce por una


iluminación deficiente, por la presencia de brillos en el campo visual del
operador y por la carencia de mecanismos para eliminar de los vidrios el agua
de lluvia y el vapor de agua. Respecto de la iluminación para el trabajo forestal,
ésta es crítica si el trabajo se extiende a horario nocturno. Esta condición hasta
el momento no es usual. No obstante, se han ido incorporando equipos y
esquemas de trabajo que hacen necesario considerar en la evaluación de la
maquinaria, la presencia y calidad de la iluminación destinada al área de
trabajo y para la parte interna de la cabina. Es necesario en estos casos,
requerir información del fabricante, para verificar la adecuidad de los
mecanismos de iluminación.

En cuanto a la prevención del deslumbramiento generado por el reflejo de las


fuentes de luz (sol, focos, etc.) en superficies o partes de la máquina, se
recomienda emplear pinturas opacas, cuya reflexión (cantidad de luz,
expresada en porcentaje, que es devuelto al ambiente por objetos, pinturas,
etc., cuando un rayo del luz cae sobre su superficie) no sea superior a un 35 %.
Por ejemplo, las áreas circundantes al operador, entre ellas, panel de
instrumentos, marcos de ventanas, controles etc., deben estar pintados con
pinturas opacas, prefiriendo colores obscuros, en tonos grises y evitando el uso
de cromados, cuya reflexión de 75 %, excede largamente lo recomendado.

X. Interfase hombre-maquina

· Indicadores

SI NO

1. ¿Es relevante la información que presentan?


2. ¿El tipo de indicador es el adecuado a la información
transmitida?
3. ¿El diseño del indicador permite entregar información clara y
comprensible?
4. ¿Se puede distinguir fácilmente cada indicador respecto de
los otros?

· Controles

SI NO
1. ¿Es adecuado el tipo de control respecto de la función que
cumple?
2. ¿Se pueden operar en posturas cómodas y funcionales?
3. De ser necesario ¿el operador puede identificar el control?
4. Cuando en un corto período de tiempo se efectúan
diferentes operaciones, ¿las acciones de control están
divididas de manera que no se sobrecargue alguna de las
extremidades, tanto superiores como inferiores?
5. Están ajustados en forma uniforme los controles en relación
a la dirección, resistencia y distancia de movimiento?

· Asociación entre indicadores y controles

SI NO

1. ¿Existe relación entre la dirección del movimiento de los


controles e indicadores (estereotipos)?
2. ¿Los controles e indicadores están ubicados en forma
lógica?
3. La cantidad de indicadores y controles ¿es suficiente como
para operar la máquina en forma fácil y segura?

XI. Recomendaciones ergonómicas para la interfase hombre- maquina

La interfase hombre-máquina es un plano, a través del cual, el operador recibe


información (indicadores), del funcionamiento de la máquina y mediante
acciones mecánicas (controles), modifica el estado del equipo que opera.

a) Tipos de indicadores

Un indicador es un dispositivo, mecanismo o canal por el cual se transmite


información al operador. La información le puede llegar por cualesquiera de los
canales sensoriales. Sin embargo, los canales visuales y auditivos son los más
empleados en el trabajo con maquinaria. Ambos tipos de señales tienen
ventajas y limitantes. Por ello, el primer aspecto que se debe observar, cuando
se evalúan indicadores, es verificar si es más apropiado emplear una señal
visual o auditiva. En la tabla 5.2, se resumen algunas situaciones en las que se
deberían preferir señales visuales o auditivas.

Tabla 5.2. Tipo de información, versus ventajas de los indicadores visuales y


auditivos

VISUALES AUDITIVOS
El mensaje es complejo El mensaje es sencillo
El mensaje es largo El mensaje es corto
El mensaje requiere referencias El mensaje sólo tiene valor en el
posteriores momento
No existe urgencia en la La velocidad de transmisión es
transmisión importante es portante
El canal auditivo está saturado El canal visual está saturado
El medio no es adecuado para El medio no es adecuado para transmitir
transmitir señales auditivas señales visuales
El trabajador tiene que El trabajo del operador le obliga a
permanecer en un lugar fijo desplazarse

a.1) Consideraciones respecto al diseño de los indicadores

· Indicadores auditivos:

Entre estos dispositivos se cuentan chicharras, bocinas, sirenas, timbres, etc.


Los sonidos emitidos deben ser fáciles de discriminar y, por lo tanto,
debidamente codificados. Además, tienen que ser discontinuos, de una
intensidad superior y de una frecuencia diferente al ruido ambiental.

· Indicadores visuales

Lo primero a evaluar en los indicadores visuales, es la correspondencia entre el


tipo de indicador y la información transmitida. Por ello, se debe considerar si es
más apropiado emplear un indicador visual de tipo cuantitativo, cualitativo o
representacional. Para facilitar la identificación y la verificación de
correspondencia entre función y tipo de indicadores, en la tabla 5.3 se resumen
estos conceptos y se dan algunos ejemplos.

Tabla 5.3. Tipo de información provista por indicadores cuantitativos,


cualitativos y representacionales

Indicador Tipo de información Ejemplos


Cuantitativo Cifras exactas o Digital
tendencias de
variables Contador = Horómetro

Análogo

Indicador de escala y puntero =


Velocímetro
Cualitativo Presentar estados Indicador de encendido y apagado
de luces

Activación y desactivación

Alarma
Representacional Presentar en modelos Poco común en máquinas forestales
o en gráficos el
funcionamiento de
sistemas Panel con flujo de proceso

Debido a que los indicadores visuales cuantitativos son los dispositivos más
usados en el diseño de paneles de instrumentos, es importante señalar que
estos indicadores están subdivididos en análogos y digitales y, que ellos,
presentan diferentes ventajas en cuanto al tipo de información cuantitativa
transmitida. Los sistemas digitales son adecuados para transmitir cifras
exactas. Por el contrario, los análogos, como indicadores de escala fija y
puntero móvil, o escala móvil y puntero fijo, son más apropiados para transmitir
tendencias de una variable.

Los dispositivos visuales que más se emplean en el diseño de paneles de


maquinaria forestal son los indicadores digitales y los de escala fija y puntero
móvil. Como el diseño de estos últimos es importante, se harán algunas
recomendaciones simples para su evaluación.

Al respecto deben ser preferentemente de forma circular, porque esto le otorga


mayor extensión a la escala. Esta no debe formar un círculo completo, ya que
existen riesgos de confundir mínimo y máximo. Lo mejor es que forme un
semicírculo.

Cuando se trabaja con muchos indicadores, debe considerarse que el punto de


lectura, que indica que el proceso sigue su curso normal, sea coincidente en
todos ellos. A manera de ejemplo, en la figura 5.6, se reproduce una ilustración
de Edholm (1967, donde se puede ver que es mucho más rápido detectar una
lectura anormal en un conjunto de 16 indicadores normalizados que en 4
indicadores que no lo están.

Las divisiones de las escalas dependen de la exactitud de lectura. Las escalas


muy sobrecargadas deben evitarse y, en muchos casos, escalas cuantitativas
pueden remplazarse por cualitativas. El ejemplo más típico lo constituye el
indicador de temperatura de los vehículos. Años atrás, muchos de ellos
utilizaban escalas graduadas, en circunstancias que lo que el operador
necesita saber son rangos cualitativos que le indiquen si el motor está frío, si la
temperatura está dentro de niveles adecuados o si se produce un
sobrecalentamiento.

En cuanto al color de los signos, números y marcas, éstos deben ser


preferentemente de color negro sobre fondo blanco, que es lo que produce
mayor contraste y favorece la percepción.

Respecto a las subdivisiones de las escalas, éstas deben ser fáciles de


interpretar. Se recomienda que la progresión de los valores de la escala sea en
tramos de 0,1,2,3, ó múltiplos 0,10,20,30. Además, no debería existir más de 9
marcas en cada tramo y se debe evitar la interpolación de información. A
manera de ejemplo, observe en la figura 5.7, una escala correcta, de fácil
lectura, comparada con otra que tiene una progresión compleja y de difícil
lectura.
El puntero debe tener sólo un extremo indicador. La punta de flecha es lo más
recomendable.

Es muy importante que las esferas tengan claramente especificado función y


unidades. Por ejemplo, si sólo vemos escrito temperatura, el operador no tiene
por qué saber si está en grados Celcius o Farenheit. Tan importante como esto,
es que toda indicación esté escrita en el idioma de la persona que lo utiliza. No
existe lógica alguna en ponerle indicaciones en otro idioma a un trabajador
chileno.

Figura 5.6. Ilustración de un grupo de 16 indicadores normalizados y de otro


grupo, de sólo 4, que no lo están. Nótese cuánto más fácil es detectar una
desviación en el grupo más numeroso.
Figura 5.7. Ejemplo de progresión numérica de escalas.

a.2) Consideraciones respecto al diseño de controles

Para controlar el funcionamiento de las máquinas, se dispone de una amplia


variedad de dispositivos. Por lo general, los comandos se clasifican, de
acuerdo a su función, en dos grupos. El primero incluye aquellos utilizados para
modificar en forma discreta el estado de las máquinas y, el segundo,
corresponde a los utilizados para realizar ajustes continuos.

Dada la variedad de funciones que pueden cumplir los controles, uno de los
primeros aspectos a verificar, es si las características de ellos son compatibles
con las funciones que cumplen. A manera de orientación, la tabla 5.4 resume
los tipos de controles más empleados en máquinas forestales y las tareas para
las cuales tienen mayor ventaja.

Tabla 5.4. Funciones para las cuales son más apropiados diferentes controles
En la práctica, para evaluar si los controles pueden ser operados en forma
segura y en posturas adecuadas, es necesario considerar el rango de ajuste
anteroposterior de la butaca (ver figura 5.3 y 5.4 y tabla 5.1), el alcance de
brazos y piernas que tienen los sujetos de diferente tamaño corporal y el
recorrido que efectúan los controles, especialmente en los puntos en que más
se alejan del usuario. Sin lugar a dudas que este procedimiento, para evaluar la
ubicación de controles, excede los propósitos de esta lista de comprobación.
No obstante, es necesario disponer de algunos criterios que permitan detectar
las situaciones más críticas.
Durante las observaciones efectuadas a diferentes maquinarias, se pudo
detectar que los problemas de diseño, por lo general, se presentan con
aquellos sujetos de menor tamaño corporal de una población. Estas personas,
incluso con el asiento en la posición más próxima, no alcanzan a operar en
todo su recorrido dispositivos tan importantes como volante, freno, acelerador,
etc.

Teniendo en consideración los problemas de alcance de los trabajadores de


menor tamaño corporal, se debería verificar si, al ajustar el asiento en su
posición más cercana a los controles, entre el respaldo y la parte posterior del
pedal de freno, la distancia horizontal al piso no exceda los 68 cm. Del mismo
modo, la distancia entre el respaldo y el acelerador no debe superar los 65 cm.
Con respecto a volante y palancas, la distancia entre el respaldo y el borde
más alejado del volante, o la posición más extrema de una palanca, no debería
exceder los 66 cm. En cuanto a la altura de palancas, volantes y otros controles
usados con frecuencia, deberían estar ubicados entre 26 y 51 cm medidos
desde la superficie del asiento. En otras palabras, deben quedar a una altura
cómoda de maniobrar, dejando espacio suficiente para las piernas.

Con respecto a la máxima separación de pedales, el borde lateral interno no


debería estar ubicado más allá de 15 cm de la línea media del asiento.

a.3) Asociación entre indicadores y controles

Así, como es importante analizar el diseño de controles e indicadores por


separado, la evaluación de la asociación entre éstos, es fundamental para
detectar problemas relacionados con la complementación entre la señal que
emite la máquina y la pronta y adecuada acción de control. En este aspecto, se
debe verificar la organización del panel y la correspondencia entre los
estereotipos de indicadores y controles.

a.3.1) Organización del panel

En cuanto a la organización del panel, éste debe regirse por alguno de los
siguientes principios:

· Función: Cuando se trabaja con grupos de dispositivos que cumplen


funciones relacionadas, éstos deben ubicarse en una misma área del
panel. Por su parte,si el diseño lo permite, los controles e indicadores
asociados, deben estar lo más cerca posible, sin que la operación del
control obstruya la percepción del indicador

· Secuencia: Los dispositivos que deben ser operados en secuencia


deben estar agrupados y ubicados de modo de favorecer la ejecución
progresiva de las acciones

· Importancia: Los dispositivos más importantes, tanto por seguridad como por
facilidad de operación, deben estar ubicados en el espacio más apropiado del
panel, el cual se ubica frente al operador, dentro de las zonas óptimas de
control y percepción (ver figuras 5.4 y 5.5)
a.3.2). Relaciones de estereotipo

Los estereotipos son formas de respuesta que la mayor parte de la población


espera del comportamiento de indicadores, controles, o de la relación entre
ambos. A modo de ejemplo, si se gira el volante de una máquina hacia la
derecha, se espera que ésta vire en esa dirección.

Para verificar este aspecto del diseño del panel de instrumentos, en la tabla 5.5
se resumen los estereotipos más ampliamente aceptados cuando se requiere
producir aumento y activación.

Tabla 5.5. Estereotipos de aumento y activación más ampliamente aceptados


Es necesario señalar, que los estereotipos enumerados son los más comunes
en la población chilena. Sin embargo, éstos son adquiridos y pueden variar de
acuerdo a convenciones establecidas en diferentes países, a los que la
población se habitúa en el transcurso de su vida. Por ejemplo, el interruptor de
báscula, cuando es empleado para activación, en Chile la tendencia general es
a desplazar la pluma hacia arriba. En otros países ocurre exactamente lo
opuesto. Habitualmente, en la adquisición de maquinarias, se le presta muy
poca atención a estos aspectos, que pueden ser causal de graves accidentes.
Por ello, se recomienda verificar cuidadosamente las relaciones de estereotipo
y, cuando sea necesario, solicitar a los fabricantes su modificación. En caso de
no ser posible, este antecedente debe tenerse en cuenta, para que durante la
capacitación, el trabajador adquiera el estereotipo adecuado al diseño de la
máquina.

XII. Ambiente físico

SI NO

1. ¿Existen mecanismos de control de las vibraciones


mecánicas?
3. ¿ Existen mecanismos de control del ruido?
3. Los gases de la combustión, ¿son eliminados lo más
lejos posible del operador?
4. La cabina, ¿protege adecuadamente de condiciones
climáticas adversas, tales como: calor, frío y lluvia?

XIII. Aspectos ergonómicos del ambiente físico

a) Vibraciones mecánicas

En las máquinas forestales las vibraciones son principalmente generadas por el


motor, la transmisión, el desplazamiento del vehículo por terrenos irregulares,
el manejo de carga y la forma en que se conduce la máquina. Las fuerzas
generadas, ya sea, por las fuentes o acciones enumeradas, son transmitidas al
cuerpo del operario. El trabajador, según la intensidad y la frecuencia de las
vibraciones, y el tiempo de exposición, puede experimentar trastornos en la
columna vertebral y órganos del abdomen, así como también, fatiga muscular y
disminución de la capacidad para operar la maquinaria. Algunas de estas
afecciones pueden llegar a convertirse en enfermedades incapacitantes, razón
por la cual se han implementado técnicas de evaluación de la exposición a las
vibraciones y normas que definen los límites permisibles de exposición.

Lamentablemente, las técnicas de evaluación son complejas, requieren


personal calificado e instrumental sofisticado y de alto costo. Más aún, debido a
que las condiciones de trabajo son variables, es poco frecuente que los
fabricantes especifiquen el nivel de vibración generado por la máquina o si la
vibración está dentro de límites permisibles para una jornada de 8 horas de
trabajo.

Por los motivos señalados anteriormente, al utilizar la lista de comprobación,


sólo es posible verificar si la máquina tiene mecanismos de control de las
vibraciones. Al respecto, observe si entre el motor, u otras fuentes de vibración,
y la estructura de la máquina, existen medios de atenuación de las vibraciones
mecánicas. También, verifique si en los puntos de contacto de la cabina con el
resto de la estructura del vehículo, existen medios de atenuación de las
vibraciones, específicamente dispositivos construidos a base de caucho denso
que evitan el contacto directo entre partes metálicas. En cuanto al diseño del
asiento, éste debe estar aislado del piso de la cabina mediante suspensiones
hidráulicas o neumáticas, cuya resistencia a la deformación pueda ser
fácilmente regulada por el operario, de acuerdo al peso corporal.

b) Ruido

Los trastornos que el ruido puede producir en los trabajadores se pueden


resumir en: a) pérdida de la capacidad de audición, por daños irreversibles en
el mecanismo de audición, b) alteraciones psicológicas y c) trastornos
fisiológicos. Estos efectos dependen principalmente de la intensidad y de la
frecuencia del ruido, así como también, del tiempo de exposición de los
trabajadores a este agente. Los daños en el mecanismo de la audición, son
considerados como enfermedad ocupacional. En Chile, al igual que para las
vibraciones mecánicas, existen normas que fijan límites permisibles para los
trabajadores expuestos a ruido.

Cuando una máquina genera altos niveles de ruido, solicite al fabricante


antecedentes específicos, o requiera un especialista para efectuar las
mediciones del nivel sonoro. Para una verificación simple compruebe lo
siguiente:

· Que no se produzca ruido por impacto entre piezas metálicas

· Que los dispositivos que se mueven en dos direcciones, reduzcan


suavemente su velocidad en los cambios de dirección

· Si la transmisión de la máquina es hidráulica o mecánica (prefiera la primera)

· Que las fuentes de ruido estén aisladas

· Que los motores eléctricos tengan silenciadores

· Que las salidas de aire de las válvulas neumáticas y las tomas de aire de los
compresores tengan silenciadores

· Que las puertas o tapas cierren en forma hermética

· Que las estructuras que encierran las fuentes de ruido estén cubiertas en su
parte interna con material absorbente de ruido (material espumoso de caucho,
fibra de vidrio)

· Que la cabina esté suspendida en material absorbente a las vibraciones


(caucho denso)

· Que las aberturas en la cabina, para el paso de cables y tuberías, estén


selladas

c) Clima
Los agentes climáticos, a los que están expuestos los operadores de
maquinaria forestal, son el calor, el frío, la lluvia, la humedad y el viento. Estos
agentes pueden producir, entre otros efectos, incomodidad, alteraciones en la
concentración y motricidad e incremento en los errores de operación. Sin
embargo, cuando llegan a límites extremos, pueden producir alteraciones
bastante más serias.

Para dar una solución integral a los problemas derivados del clima, se debería
preferir máquinas que aíslen al operario del medio externo y le proporcionen un
ambiente cómodo. Para temporadas de frío y lluvia, esto se logra básicamente,
con cabinas de cierre hermético y con sistemas de calefacción regulable. Para
épocas calurosas, con altos niveles de radiación solar, las cabinas deberían
tener sistemas adecuados de aireación. Entre estos sistemas, es efectiva una
escotilla ubicada de preferencia en el techo de la cabina, de modo que
favorezca la circulación de aire.

Anteriormente, se recomendó que las cabinas aíslen a los operarios del medio
externo cuando estén expuestos a ruido y vibraciones. Esto también evita el
polvo y las partículas de desecho. Estas medidas de protección requieren
cerrar lo más herméticamente posible la cabina. Sin embargo, cuando la
radiación solar es alta, el ambiente interno se convierte en un verdadero
"invernadero", obligando a los operadores a trabajar con las puertas abiertas.
Por lo tanto, se recomienda que las ventanas se puedan cubrir con pantallas de
un material que refleje la luz solar, pero que a su vez, permita una visibilidad
adecuada desde dentro de la cabina.

La temperatura interna de una cabina también puede aumentar a niveles


insoportables, cuando el motor está ubicado muy cerca del operador. Esto se
debe a que la radiación no se alcanza a disipar, o a que las barreras de
material absorbente de radiación son insuficientes o inexistentes. Para detectar
este tipo de problemas, es necesario verificar el ambiente interno de la cabina,
después que la máquina haya funcionado un ciclo de trabajo, que sea
representativo de las condiciones a las que normalmente estará expuesto el
operador.

El problema es tan complejo que, en algunos casos, la única forma de permitir


la disipación del calor y mantener hermetismo para evitar el ingreso de polvo,
es utilizando cabinas presurizadas y con aire acondicionado.

XIV. Seguridad

SI NO

1. ¿Se ha detectado situaciones inseguras en este tipo de


máquinas?
1.1 En el modelo evaluado ¿Se han corregido los problemas
de seguridad?
2. ¿El operador está protegido contra caídas o penetración de
objetos?
3. ¿Se dispone de cinturones de seguridad en maquinaria
móvil o en aquella en la que la cabina es giratoria?
4. ¿Para casos de emergencia, la máquina tiene un sistema
de comunicación y señal de peligro?
5. ¿Existe el riesgo de inflamación?
6. ¿El estanque y la tapa de combustible están ubicados en un
lugar seguro?
7. ¿Se dispone de extintores? ¿Están ubicados en lugares de
fácil acceso?
8. ¿Las señales de advertencia están ubicadas en lugares
visibles?
8.1¿El mensaje es claro y comprensible?
8.2¿Han sido reforzados los mensajes con figuras ilustrativas?
9. ¿El operario está expuesto a golpes eléctricos por mala
ubicación e insuficiente aislación de fuentes y conductores
eléctricos?

XV. Consideraciones sobre riesgos para la seguridad

Los riesgos de accidentes de operadores de maquinarias son variados y están


muy bien documentados en la literatura especializada. Por ello, sólo se
aportará información para verificar aspectos comunes, relacionados con el
diseño de máquinas.

a) Caída de objetos en la cabina y volcamiento

Para proteger a los operadores de máquinas de las lesiones generadas por la


caída de trozos de madera, partes de equipos, así como también, de los
efectos del volcamiento de vehículos móviles, la cabina debe estar diseñada de
modo tal, que resista la acción de las fuerzas presentes en ese tipo de
accidentes. La Organización Internacional para la Estandarización (ISO), al
igual que otras agencias especializadas, han publicado normas que establecen
las características que deben tener las cabinas para proteger a los operadores
del tipo de accidentes enumerados. Por lo tanto, cuando se verifique este
aspecto del diseño, se recomienda solicitar al vendedor o fabricante que
certifique si la cabina cumple con las normas para la protección que debe
brindar la estructura de la cabina a la caída de objetos (por ejemplo, norma ISO
3449: Falling Object Protective Structure). También, se debe solicitar
certificación en que se especifique la protección que otorga la estructura de la
cabina en caso de volcamiento (por ejemplo, norma ISO 3471: Rollover
Protective Structure).

Se pudo detectar en terreno que, algunos tipos de máquinas presentan cabinas


con severas deficiencias en sus sistemas de protección. A modo de ejemplo,
algunas eran construidas de fibra de vidrio. No cabe duda que, en caso de
accidentes, piezas del equipo, cables y trozos de madera, atravesarán
fácilmente la cabina, pudiendo lesionar gravemente al operador.
b) Penetración de objetos en la cabina

En las visitas a terreno se pudo detectar que, una de las principales fuentes de
riesgos de accidentes lo constituye la penetración de varas de madera. Para
evitarlo, verifique que las ventanas estén cubiertas con una malla metálica
resistente, que permita ver con claridad el proceso de trabajo y, además, detrás
de esta malla, debe existir un vidrio de seguridad inastillable o de un material
transparente, de alta resistencia al impacto.

c) Riesgos de inflamación

Los riesgos de inflamación de combustible, se producen por derrames o por


averías de depósitos y conductos de combustible, en presencia de fuentes de
ignición. Para evitar estos riesgos, se debe verificar que, la tapa del estanque,
el depósito y los conductos de combustible estén protegidos por la estructura
de la máquina, de la acción mecánica del entorno de trabajo. Además, las
fuentes de ignición, tales como, motor, batería y las piezas que están
sometidas a una alta fricción mecánica, deben estar ubicadas en
compartimentos aislados de los depósitos de combustible.

2.2. Lista de comprobación para lugares de trabajo.

FECHA:
EMPRESA:
LUGAR DE TRABAJO:
NOMBRE TRABAJADOR:
EDAD:
ACTIVIDAD:
DIBUJO DEL LUGAR DE TRABAJO

(Haga una descripción simple del lugar de trabajo en estudio. Marque la


posición del trabajador y posición de máquinas/equipos/materiales).

DESCRIPCION DEL TRABAJADOR

(Lista de actividades que realiza el trabajador bajo estudio y tiempo


estimado en % durante el cual realiza dichas actividades).

NOTA:

(CE): Se recomienda entrevista para completar las observaciones

(EN): Entrevista necesaria


1 POSTURA DE TRABAJO SI NO
1.1 El trabajo implica
1.1.1 ¿Una elección libre de la posición de trabajo?
1.1.2 ¿Una posición fija?
1.1.3 ¿Trabajo muscular estático?
1.1.4 ¿Movimientos asimétricos o hacia un solo lado?
1.1.5 ¿Movimientos frecuentemente repetidos sin
variedad?
1.1.6 ¿Esquemas complicados de trabajo?
1.1.7 ¿Movimientos incómodos o cansadores? (Ej:
trabajar con los brazos por sobre los hombros,
cabeza, girando, doblándose, inclinándose)
1.7 Sugerencias para mejorar las condiciones

(EN)

2 HERRAMIENTAS Y EQUIPO SI NO
2.1 ¿El trabajador, usa alguna herramienta o equipo?
2.1.1 Si la respuesta 2.1 es NO, continúe en 3; si la respuesta es SI
responda a las preguntas 2.2 a 2.8
2.2 ¿Qué herramienta(s)/ equipos se usan y en qué trabajo?
2.3 ¿Con que frecuencia se utilizan la(s) herramientas/ equipo?
(CE)
Escoja una de las siguientes respuestas: continuamente, a menudo,
en ocasiones, rara vez.
2.4 ¿Las herramientas/equipo son las más adecuadas
para realizar el trabajo?
(CE)
2.4.1 Si la respuesta 2.4 es NO explique por qué? (ej: muy pesada,
diseño inapropiado, etc.)
2.5 ¿Las herramientas tienen mangos adecuados?
(CE)
2.6 ¿Las herramientas, tienen buena mantención?
2.7 ¿Es posible realizar el trabajo en mejor forma o más
eficientemente si se utiliza alguna herramienta o
(CE) equipo adicional?
2.7.1 Si la respuesta 2.7 es SI, señale qué herramienta/equipo y para qué
tarea.
2.8 Sugerencias para mejorar las condiciones
(relacionadas a items 2.1-2.7)
(EN)
3 CARGA FISICA SI NO

(de preferencia debería estar apoyada con


mediciones)
3.1 ¿Es el trabajo realizado muy pesado durante la
mayor parte del tiempo?
3.2 ¿Es el trabajo moderado durante la mayor parte del
tiempo, pero con algunos momentos muy pesados?
3.3 ¿Mencione las actividades más pesadas?
3.4 ¿Es el trabajo liviano la mayor parte del tiempo?
3.5 Opinión de los trabajadores acerca de la carga de trabajo
(EN)
(Items 3.1 - 3.4)
3.6 Sugerencias para mejorar las condiciones (Items 3.1 - 3.5)

(EN)

4 TRANSPORTE MANUAL DE CARGA SI NO

(levantar, transportar, empujar y tirar)


4.1 El trabajo implica:
4.1.1 ¿Levantar manualmente?
4.1.2. ¿Transportar manualmente?
4.1.3 ¿Empujar manualmente?
4.1.4 ¿Tirar manualmente?
Si la(s) respuesta(s) es (son) NO pase a 5

Si la(s) respuesta(s) es (son) SI conteste 4.2 y 4.3


4.2 Haga una descripción breve de las cargas

(CE) Peso:............................................................................

Forma:..........................................................................

Frecuencia de traslado (por hora).................................

Distancia de traslado:....................................................
4.3 Sugerencias para mejorar condiciones (en relación a los items 4.1
y 4.2)
(EN)

5 RUIDO SI NO
(de preferencia con mediciones de apoyo)
5.1 ¿El trabajador, está expuesto a ruido? Si la
respuesta es NO continue en 6; Si la respuesta es
SI conteste 5.2 - 5.11
5.2 ¿Cuál es (son) la (s) fuente (s) de ruido?

(CE)
5.3 ¿Durante cuánto tiempo por día el trabajador está expuesto al
ruido?
(CE)
..................................................................Horas / día
5.4 ¿El ruido es continuo o intermitente?
5.5 ¿Hay ruidos impulsivos?
5.6 Según el trabajador ¿El ruido es molesto?

(CE)
5.6.1 Si la respuesta 5.6 es SI, ¿de qué manera?
5.7 ¿Puede eliminarse la (s) fuente (s) de ruido?
5.7.1 Si la respuesta 5.7 es SI, ¿de qué manera?
5.8 ¿Puede aislarse la fuente de ruido?
5.8.1 Si la respuesta 5.8 es SI, ¿de qué manera?
5.9 ¿El trabajador usa protectores?
5.9.1 Si la respuesta 5.9 es SI, ¿de qué tipo? Si la
respuesta es NO, ¿ por qué no los usa ?
(EN)
5.10 ¿Existe alguna señal de advertencia u otra
comunicación auditiva necesaria para realizar el
(CE) trabajo?
5.10.1 Si la respuesta es SI, ¿puede oirlas el trabajador?

(EN)
5.11 Sugerencias para mejoramiento (en relación a los Items 5.2-5.3

(EN)

6 VIBRACIONES SI NO
6.1 ¿El trabajador está expuesto a vibración? Si la
respuesta es NO, continue a 7; Si la respuesta es
SI, responda de 6.2 a 6.9
6.2 ¿Qué tipo de vibración?
6.2.1 ¿Vibración mano-brazo?
6.2.2 ¿Vibración en todo el cuerpo?
6.3 ¿Cuál es (son) la (s) fuente (s) de vibración?
6.4 ¿Durante cuánto tiempo del día debe estar el trabajador expuesto
a vibración?
(EN)
......................Horas / día
6.5 ¿Según el trabajador, la vibración le molesta?

(EN)
6.6 ¿Puede eliminarse la fuente de vibración?
6.6.1 Si la respuesta 6.6 es SI, ¿de qué manera?
6.7 ¿Puede aislarse la(s) fuente(s)?
6.7.1 Si la respuesta 6.7 es SI, ¿de qué manera?
6.8 Sugerencias para mejoramiento (en relación a los items 6.2 - 6.7)

(EN)

7 POLVO, HUMO, GAS, AGENTES QUIMICOS, SI NO


ETC.
7.1 El trabajador está expuesto a

(CE)
7.1.1 ¿Polvo?

Fuente....................................................................
7.1.2 ¿Humo?

Fuente....................................................................
7.1.3 ¿Gas?

Fuente....................................................................
7.1.4 ¿Sustancias químicas?

Por ejemplo.............................................................
7.1.5 ¿Otras sustancias de riesgo?

Por ejemplo.............................................................
7.2 ¿La ventilación es adecuada?

(CE)
7.3 Si el trabajador está expuesto a aserrín

(CE) ¿se extrae éste adecuadamente del lugar de


trabajo?
7.4 Si el trabajador está expuesto a gas, ¿usa
máscara?

(CE)
7.5 ¿Si el trabajador está expuesto a agentes
químicos, usa ropa protectora?(guantes, zapatos,
(CE) delantal) o máscara antigás?
7.6 ¿El trabajador, sufre algún problema médico
relacionado con aserrín, humo de sierra, gas,
(CE) productos químicos (irritación de ojos, piel,
ronquera, eczema, asma)?
7.7 Sugerencias para mejoramiento (relacionadas a items 7.2 - 7.6)

(EN)

8 FACTORES CLIMÁTICOS SI NO
8.1 El trabajo esta expuesto a:

(EN)
8.1.1 Frío
8.1.2 Calor
8.1.3 Humedad
8.1.4 Corrientes de aire
8.2 Sugerencias para mejorar condiciones:

(EN)

9 ESTRES, CARGA MENTAL SI NO


9.1 ¿El ritmo de trabajo está controlado por el
trabajador?
(EN)
Si es SI, continue a 9.2

Si es NO, el ritmo está controlado por:


9.1.1 ¿La máquina que el trabajador está operando?
9.1.2 ¿Otra máquina(s) o trabajador(es) antes o
después de él en el proceso de producción
9.1.3 ¿Otros factores?
9.1.3.1 Si la respuesta 9.1.3 es SI, descríbalos.
9.2 El trabajador ¿puede determinar cuándo hacer
una pausa corta?
(EN)
9.3 ¿El trabajo es muy repetitivo?
9.3.1 ¿Con qué frecuencia se repiten las tareas dentro de un período
de 10 minutos?
9.4 ¿El trabajador puede elegir los métodos,
herramientas y técnicas?
(CE)
9.5 ¿Tiene supervisión directa?
9.6 ¿El trabajo, implica interacción social o
cooperación de otras personas?
(CE)
9.7 ¿El trabajador trabaja aislado la mayor parte del
tiempo (excepto durante pausas largas)
9.8 ¿El trabajador rota entre diferentes tareas?

(EN)
9.9 ¿Sugerencias para mejorar condiciones de trabajo? ( Items 9.1 -
9.8)
(EN)

10 TIEMPO (JORNADA DE TRABAJO) SI NO


10.1 La persona trabaja:
10.1.1 ¿Sólo de día?
10.1.4 ¿Otro esquema de horas de trabajo?
10.2 ¿A qué horas trabaja? Comienzo............................hrs

Término...............................hrs.
10.3 El trabajo se extiende por: Días por
semanas............................días

Meses por año.............................meses


10.4 ¿Hay pausas para colación?

(EN)
10.4.1 Si la respuesta 10.4 es SI

Desde las:....................a las..................hrs.

Desde las:...................a las..................hrs.

Lugar de colación:..................................
10.5 ¿Existen otras pausas?

(EN)
.10.5.1 Si la respuesta 10.5 es SI:
Frecuencia:............................................................

Duración de ellas:...........................................min.

Lugar:....................................................................
10.6 Sugerencias para mejoramiento

(EN)

11 ASPECTOS GENERALES DE SEGURIDAD Y SI NO


SALUD
11.1 ¿Se ha accidentado alguna vez en su trabajo?

(EN)
11.1.1 Si la respuesta 11.1 es SI, proporcione detalles
11.2 ¿Recuerda algún accidente fatal o que lleve a la
pérdida de trabajo de alguno de sus compañeros?
(EN)
11.2.1 Si la respuesta 11.2 es SI proporcione detalles
11.3 ¿Está el trabajador expuesto a riesgos obvios de
accidente?
(EN)
11.3.1 Si la respuesta 11.3 es SI ¿Cuáles?
11.4 ¿El trabajador expone a otras personas a riesgo
de accidentes?
11.4.1 Si la respuesta 11.4 es SI ¿A quiénes?
11.5 ¿Hay normas de seguridad en el trabajo?

(EN)
11.5.1 Si la respuesta 11.5 es SI ¿son adecuadas?
11.6 ¿Es adecuado el equipo de primeros auxilios
disponible?
(EN)
11.7 ¿En el lugar de trabajo, hay alguien entrenado en
dar primeros auxilios?
(EN)
11.8 ¿El trabajador sufre algún problema de salud?

(EN)
11.8.1 Si la respuesta es SI, detalle.
11.9 ¿El trabajador sabe de algún compañero de
trabajo que haya abandonado el empleo por
(EN) problemas de salud?
11.9.1 Si la respuesta 11.9 es SI, detalle.
11.10 ¿El trabajador está expuesto a algún riesgo de
salud evidente?
11.10.1 Si la respuesta 11.10 es SI, ¿cuál?
11.11 ¿El trabajador tiene acceso a un cuidado médico
adecuado?
(EN)
11.12 Comentario y sugerencia

(EN)
12 FACILIDADES DE ACCESO Y SALIDA DEL SI NO
LUGAR DE TRABAJO
12.1 ¿El trabajador puede ingresar y abandonar el
lugar de trabajo en forma fácil y segura?
12.2 ¿Existen vías marcadas en forma clara, con
signos de advertencia?
12.5 ¿El suelo está libre de obstrucciones o riesgo de
deslizamiento?
12.7 ¿Los componentes móviles, peligrosos de las
máquinas, están protegidos en forma adecuada?
12.8 ¿El equipo contra incendio está ubicado en forma
adecuada y listo para ser utilizado?
12.13 Otras observaciones.
12.14 Sugerencias para mejoramiento (Items 12.1-
12.13)
(EN)

13 EQUIPO DE PROTECCIÓN PERSONAL


Equipo Necesario Usado Entregado Frecuencia de
SI NO SI NO SI NO reemplazo
13.1 Casco de seguridad
13.2 Protector de oídos
13.3 Protector de ojos
13.4 Guantes
13.5 Pantalón de
seguridad
13.6 Botas de seguridad
13.7 Máscara antigás /
polvo
13.8 Ropa protectora
13.9 Otros equipos.
(Especifique)
13.1 ¿Se mantiene el equipo de protección personal limpio y
en forma apropiada?
(EN)
13.10.1 Si la respuesta es SI ¿Quién lo hace?

¿Con que frecuencia?


13.11 Sugerencias para el mejoramiento del equipo de protección personal

(EN)

14 HERRAMIENTAS DE AYUDA PARA VOLTEO, DESRAME Y


TROZADO SEGURO DE ARBOLES
Herramientas de ayuda Necesario Usado Entregado
SI NO SI NO SI NO
14.1 Palanca de volteo

Tipo.....................................
14.2 Cuñas

Tipos..................................
14.3 Ganchos, tenazas, etc.

Tipos..................................
14.4 Herramientas para sacar
árboles suspendidos.

Tipos.................................
14.5 Otras herramientas de ayuda.

Tipo...................................
14.6 Sugerencias para el mejoramiento de las herramientas de ayuda

(EN)

15 ELEMENTOS DE SEGURIDAD EN MOTOSIERRAS

(ER)
Elementos de seguridad Disponible Funciona
SI NO SI NO
15.1 Protección de mango anterior
15.2 Protección de mango posterior
15.3 Freno automático de cadena
15.4 Atrapador de cadena
15.5 Control regulador de aceleración
15.6 Sistema antivibración (elementos
absorbentes)
15.7 Parachoques metálicos
15.8 Protector de la barra guía
15.9 ¿Cómo está organizada la mantención? (horarios,
responsabilidades, lugar)
(EN)
15.10 Sugerencias para mejoramiento de seguridad con la motosierra.

(EN)

16 INFORMACION ACERCA DE LA SÍ NO
ORGANIZACIÓN
16.1 ¿Se provee transporte hacia y desde el trabajo?

(EN)
16.1.1 Si la respuesta 16.1 es SÍ, ¿cómo está organizado?
16.2 ¿Qué tan lejos y por cuánto tiempo camina el trabajador
diariamente hacia y desde el lugar de trabajo?
(EN) Distancia:.............................................................................

Tiempo:.............................................................................
16.3 ¿Se da al trabajador el refugio necesario en el
lugar de trabajo? (de la lluvia, el calor y el viento)
(EN)
16.4 ¿Existen campamentos?
16.4.1 Si la respuesta 16.4 es SI, ¿son apropiados?
16.5 ¿Cuáles son las principales actividades del trabajador fuera de su
trabajo?
(EN)
16.6 ¿Cuándo y dónde ingiere el trabajador sus comidas principales?:

(EN) Desayuno:

Almuerzo:

Cena:
16.7 ¿Quién prepara las comidas?

(EN)
16.8 ¿Hay entrega o subsidio de alimentos por parte
del empleador?
16.8.1 Si la respuesta 16.8 es SI, ¿qué tipo de alimentos?

¿cuánto?

¿con qué frecuencia?


16.9 ¿Existe una minuta semanal?

(EN)
16.10 ¿Cómo es la disponibilidad y cantidad de agua potable?

(EN)
16.11 Sugerencias para mejoramiento (en relación a los ítemes 18.1-
18.17)
(EN)

17 ANTECEDENTES DEL TRABAJADOR SI NO


17.1 Tiempo que el trabajador se desempeña en la empresa
17.2 Tiempo en el trabajo actual
17.3 Tipo de empleo (pemanente, estacional, casual)
17.4 Educación:

(EN)
17.4.1 Años de escolaridad
17.4.2 ¿Sabe leer y escribir?
17.5. Capacitación:
17.5.1 ¿Se le dieron instrucciones iniciales al
trabajador al comenzar su trabajo?
17.5.1.1 Si la respuesta 17.5.1 es SI, describa
17.5.2 ¿Son necesarios los manuales de instrucción?
17.5.2.1 Si la respuesta 17.5.2 es SI, ¿están
disponibles y los entienden los trabajadores?
17.5.3 ¿Se les ha dado capacitación básica para su
trabajo?
(EN)
17.5.3.1 Si la respuesta 17.5.3 es SI, describa.
17.5.4 El trabajador, ¿tiene experiencia o
capacitación práctica en otros trabajos?
(EN)
17.5.4.1 Si la respuesta es SI, ¿en cuáles?
17.6 ¿Cómo se pagan los sueldos?
17.6.1 ¿Por tiempo?
17.6.2 ¿Por trabajo?
17.6.3 ¿A trato?
17.6.4 ¿Por tiempo, más bono de producción?
17.7 Sindicatos:

(EN)
17.7.1 ¿Es miembro de un sindicato o una asociación
de trabajadores?
17.7.1.1 Si la respuesta 17.7.1 es SÍ, ¿cuál?
17.7.2 ¿Tiene el sindicato un contrato colectivo con el
empleador del trabajador?
17.8 Sugerencias hechas por el trabajador para cualquier tipo de
mejoramiento
(EN)
17.9 ¿Qué es lo que más le gusta al trabajador de su trabajo?

(EN)
17.10 ¿Qué es lo que menos le gusta al trabajador de su trabajo?

(EN)
17.11 Comentarios y sugerencias para mejorar

3. Estudios del trabajo

3.1 Estudio de Métodos

Es el registro, análisis y evaluación crítica sistemática de los métodos


existentes para llevar a cabo un trabajo, en busca de las técnicas más eficaces
y posibles de aplicar (OIT, 1987). Esto se puede lograr en base a lo siguiente:

· Mejorar los procesos y los procedimientos

· Mejorar la disposición del lugar de trabajo, así como también el diseño del
equipos y maquinarias

· Optimizar el esfuerzo que realizan los trabajadores y eliminar la fatiga

· Mejorar la utilización de insumos, herramientas y máquinas

· Crear mejores condiciones físicas de trabajo

3.2 Medición del trabajo

Por su parte, la medición del trabajo es la aplicación de técnicas que permiten


determinar el tiempo requerido por un trabajador calificado para realizar una
tarea definida, entendiéndose por trabajador calificado, aquel que posee la
aptitud física requerida, que tiene la inteligencia y educación necesaria y que
ha adquirido las habilidades y el conocimiento para realizar el trabajo de
acuerdo a estándares satisfactorios de seguridad, cantidad y calidad, OIT.

La información básica que proporciona esta técnica, es útil para la organización


del trabajo. Por ejemplo para:

· Comparar la eficacia de varios métodos; en igualdad de condiciones


(incluyendo la carga física y psicológica), el método mejor será el que requiera
menos tiempo

· Determinar el número de máquinas que puede atender un operario o el


número de trabajadores que requiere una máquina

· Determinar las necesidades de equipo y personal necesario para llevar a cabo


el programa de producción

· Facilitar información para realizar estimaciones de ofertas, precios de venta y


posibilidades de entrega del producto

· Disponer de rendimientos de referencia que hagan posible establecer


sistemas de salarios y primas de producción

3.2.1. Técnicas para realizar medidas del trabajo

Las principales técnicas empleadas para estos efectos son:

· Estudio de tiempo (incluye estudio de la producción)

· Método de las observaciones instantáneas o muestreo del trabajo

· Normas predeterminadas de tiempos-movimientos

· Evaluación analítica

En este Manual, solamente se tratará el estudio de tiempo, por ser una técnica
fundamental de la medición del trabajo y por ser además, la utilizada en los
estudios realizados en el contexto del proyecto FONDEF.

3.2.1.1. Estudio de tiempo para fines ergonómicos

Los estudios de tiempo tradicionales, generalmente utilizan criterios subjetivos


relacionados con esfuerzo físico y, prácticamente, ninguna consideración
concreta respecto a la aptitud física de quienes son evaluados. En los tiempos
actuales, con el advenimiento de la Ergonomía, es posible objetivar estos
aspectos de manera tal, de estudiar el problema de rendimientos, en
poblaciones físicamente representativas de los trabajadores del sector, cuando
estos efectúan el trabajo sin sobre o sub-esfuerzo. Por mucha experiencia que
un analista de tiempos y rendimiento tenga, es imposible que, si no evalúa la
aptitud física del trabajador y el esfuerzo desplegado durante las jornadas de
estudio, pueda asegurar que los rendimientos obtenidos serán reproducibles. El
comportamiento de un trabajador o un grupo de ellos, cuando están siendo
observados, puede variar sustancialmente, del que habitualmente tienen en
jornadas de rutina. Por ello es necesario analizar los criterios hoy en día
vigentes, que fueron utilizados en este estudio, para cuantificar la carga física
de trabajo, como asimismo las normas que se siguieron para seleccionar
cuadrillas, cuyos atributos de aptitud física fueran representativos del sector
forestal chileno.

a) Definición

El estudio de tiempos es una técnica para determinar con la mayor exactitud


posible, partiendo de un número limitado de observaciones, el tiempo necesario
para llevar a cabo una tarea determinada. Para fines ergonómicos, se necesita
considerar además, las variables del terreno, del clima, de los árboles y la
respuesta fisiológica y psicológica de los trabajadores cuando procede.

b) Procedimiento

b.1.) Selección del trabajo objeto de estudio

Es pertinente señalar que la selección del trabajo a estudiar, en general se


efectúa por los siguientes motivos:

· Innovación de tareas. Obtención de un nuevo producto o una nueva operación


o serie de actividades. Por ejemplo, la incorporación de un nuevo tamaño de
troza como producto

· Cambio de herramientas y método de trabajo que requieren de un nuevo


tiempo tipo. Por ejemplo, el estudio de un tijerón de poda modificado

· Quejas de los trabajadores sobre el tiempo que se le asigna a una


determinada función. Por ejemplo, esto se observó en faenas de plantación,
donde los plantadores se quejaron de los rendimientos mínimos exigidos por el
contratista

· Retrasos en una operación, éste es el caso de una actividad que retarda las
operaciones siguientes o las anteriores. Por ejemplo, se observó en una faena
de cosecha con torre, que en el madereo realizado con bueyes había un mal
aprovechamiento, reflejado en los bajos tiempos dedicados a la actividad
principal de la maquina

· Cambio de criterio de la organización. Por ejemplo, la aplicación de un nuevo


sistema de primas por rendimiento

En este caso, por ser un proyecto de investigación a nivel de sector productivo,


se evaluaron las tareas, con el fin de:

· Establecer los tiempos y rendimientos de cada una de las tareas

· Comprobar la eficiencia de los métodos de trabajo


· Investigar el esfuerzo físico y psicológico de los trabajadores

· Investigar la adecuada utilización de los recursos materiales comprometidos

b.2.) Obtención y registro de la información

Las variables a cuantificar dependen, en gran medida, de la tarea que se esté


evaluando. A continuación, se da la lista de variables presentes en las
diferentes faenas de bosque. El usuario de este Manual deberá seleccionar las
que corresponden a la tarea específica que necesite evaluar.

b.2.1.) Características de los árboles

· Altura de tocón: es la altura desde el suelo hasta donde fue realizado el corte
de caída. Instrumento de medición: huincha de distancia

· Altura nominal de poda (ANP): corresponde a la altura desde el suelo al último


verticilo podado. Instrumento de medición: vara telescópica. (Ver figura 5.8)

· Altura real de poda (ARP): corresponde a la altura libre de ramas que tiene el
árbol después de la poda. Se mide desde el suelo hasta el primer verticilo con
ramas. Instrumento de medición: vara telescópica. (Ver figura 5.8)

· DAP: diámetro del árbol medido a la altura del pecho (1.3 m.), en caso que el
árbol se encuentre en pendiente, el DAP debe ser medido por sobre la
pendiente. Instrumento de medición: forcípula. (Ver figura 5.8)

· Diámetro de tocón (DAT): es la medición del diámetro a la altura del tocón de


los árboles volteados. Instrumento de medición: forcípula

· Diámetro máximo y mínimo de ramas: se refiere al diámetro de las ramas


medido a la altura del corte, seleccionando como diámetro máximo, el de la
rama más gruesa y como mínimo, el diámetro de la rama más delgada del
árbol podado/desramado. Instrumento de medición: pie de metro

· Diámetro sobre muñón: diámetro medido sobre el abultamiento producido en


el verticilo. Instrumento de medición: forcípula

· Número de ramas por verticilo (NRV): sumatoria de todas las ramas del árbol
podado/desramado, dividido por el número de verticilos trabajados del mismo
árbol

· Número de trozos: número total de trozos obtenidos del árbol

· Número de verticilos (NV): número efectivo de verticilos podados/desramados.


(Ver figura 5.8)

· Volumen por árbol : se estima con diferentes fórmulas, pero una de las más
utilizadas es la fórmula de Smalian, que se presenta a continuación:
Volumen (m3) = _ /4* [( d12+ d22)/2]*L

Donde:

D1: diámetro de un extremo de la troza(m)

D2: diámetro del otro extremo de la troza(m)

L : Largo de la troza(m)

Figura 5.8. Ilustración de algunas de las variables antes descritas

b.2.2.) Características de las maquinarias

Cada máquina tiene su propia definición de los tiempos involucrados en el


proceso productivo. Sin embargo, para las máquinas evaluadas, que fueron
skidder, trineumático y torre, se distinguen los siguientes tiempos tipo:
· Viaje vacío: considera el tiempo en que la máquina inicia su recorrido en
busca de árboles o trozos, hasta el momento en que se detiene para iniciar el
proceso de carga

· Carga: considera el tiempo desde el momento en que la máquina se detiene,


en el sitio donde están los árboles o trozos, hasta que tiene la carga agarrada y
acomodada para iniciar el viaje cargado

· Viaje cargado: es el tiempo desde el momento en que la máquina tiene la


carga tomada hasta el momento en que se detiene en la cancha o lugar de
acopio

· Descarga: considera el tiempo desde que la máquina se detiene y procede a


soltar la carga de árboles o trozos en la cancha o lugar de acopio

Además de estos tiempos, se debe medir la distancia de madereo, definida


como la distancia entre la cancha de acopio y el límite de la zona de carga.
Esta variable se mide utilizando jalones, los cuales se ubican cada 20 m. sobre
las huellas por la que se desplaza la máquina en la zona de trabajo.

b.2.3) Características del trabajador

Se debe tipificar las características de los trabajadores que se someterán a


estudio, a fin de ver si estos corresponden al perfil del trabajador forestal
chileno. En nuestros estudios consideramos las siguientes variables: estatura,
edad, peso, composición corporal y capacidad aeróbica. Con respecto a las
técnicas para evaluar la respuesta de los trabajadores y los instrumentos
utilizados para tal propósito, ver capítulo 2.

b.2.4) Condiciones del terreno

· Indice de movilidad: es el cuociente que se obtiene entre el tiempo de


desplazamiento en un terreno plano sin obstáculos, partido por el tiempo de
desplazamiento en un terreno con diversos grados de dificultad, (ej: zanjas,
sotobosque, ramas entre otros). Para obtener este índice, el controlador recorre
una distancia conocida en un terreno sin obstáculos y determina el tiempo
ocupado en dicho desplazamiento. Posteriormente, realiza el mismo recorrido
en el sector trabajado por el operario sujeto a seguimiento, y determina el valor
respectivo para esa condición. Los instrumentos requeridos son huincha de
distancia y cronómetro. A continuación se dividen ambos valores y se obtiene el
índice de movilidad. Para efectos de interpretación, se fijan los siguientes
rangos (Vega, et al, 1991.

Rango Índice de movilidad


0.01-0.33 Alto

0.34-0.66 Medio

0.67-1.00 Bajo
· Pendiente: corresponde al grado de inclinación del terreno expresado en
porcentaje. Se mide cada vez que el terreno sufre una variación importante
durante el desplazamiento del operario. Instrumento de medición: hipsómetro
Suunto

b.2.5.) Clima

Las variables climáticas que se registran en este tipo de estudios son la


temperatura radiante, la temperatura de bulbo seco, la temperatura de bulbo
húmedo y la velocidad del viento. Es suficiente medirlas y registrarlas cada 30
minutos durante la jornada de trabajo, o cuando se produzcan cambios
bruscos. Estas variables climáticas están definidas en el capítulo 4, junto a los
instrumentos de medición necesarios para su evaluación.

b.3.) Descripción del método de trabajo y división de la tarea en actividades


principales y secundarias

Las actividades principales son las directamente relacionadas con la operación


o la transformación del producto. Por ejemplo, las actividades principales del
volteo son:

· Limpieza de la zona de trabajo

· Limpieza del fuste

· Volteo

· Desplazamiento

Las actividades secundarias son aquellas propias de la operación, pero que no


están directamente relacionadas con la transformación del producto o con el
proceso, y son atribuibles a los materiales, las personas, detenciones e
imprevistos generales y otros.

Por ejemplo, las siguientes actividades son secundarias en la tarea de volteo:

· Mantención y reparación de equipos y herramientas

· Funciones fisiológicas del trabajador

· Esperas, pausas y descansos realizados durante la normal ejecución de la


faena

· Imprevistos que interrumpen temporalmente el ciclo normal de trabajo,


estando todos los recursos aptos. Estos son tiempos cortos inferiores a 10
minutos de duración. (Ej: al controlador se le caen los formularios, al operario
se le cae el casco o zapato)
· Imprevistos que interrumpen temporal o permanentemente las mediciones
durante la jornada. Estos tiempos, en general, son largos y superan los 10
minutos como mínimo. (Ej: lluvias, fallas de cronómetro, accidentes, etc.)

b.4.) Medición y registro del tiempo invertido por el trabajador al realizar su


actividad.

Existen varios procedimientos para cronometrar el tiempo. Al respecto, los más


utilizados son: cronometraje continuo, cronometraje de repetición o con vuelta a
cero y cronometraje de multimomento.

b.4.1.) Cronometraje continuo

En este procedimiento el cronómetro funciona de modo ininterrumpido durante


toda la medición. Se pone en marcha al principio de la primera actividad del
primer ciclo que se registra y no se detiene hasta la conclusión del estudio. Al
terminar con una actividad, se registra el tiempo que marca el cronómetro, y se
continua midiendo la segunda actividad y así sucesivamente, sin detener el
cronómetro. Finalmente, los tiempos de cada actividad se obtienen por restas
sucesivas de los tiempos registrados. Este procedimiento asegura el registro de
todo el tiempo en que el trabajo está sometido a observación.

b.4.2.) Cronometraje de repetición, o con vuelta a cero

En este procedimiento, al igual que en el anterior, el cronómetro se pone en


marcha al comienzo de la primera actividad del primer ciclo, pero la diferencia
está en que, al realizar la primera lectura (fin de la primera actividad), el
cronómetro se vuelve a cero, lo cual se repite para cada actividad evaluada,
durante todo el estudio.

b.4.3) Cronometraje de multimomento

En este caso se determinan, a priori, los intervalos de tiempo en que se


realizarán los registros. Estos pueden ser determinados al azar, o fijados para
toda la duración del estudio. Por ejemplo, cada 30 segundos o cada dos
minutos, dependiendo de la tarea en observación. Una vez elegidos los
tiempos de registro, se pone en marcha el cronómetro al principio de la primera
actividad del primer ciclo. Al cumplirse el tiempo preestablecido, se anota la
actividad que realiza el trabajador. Se sigue este procedimiento cada vez que el
cronómetro indica el tiempo fijado. No se detiene el cronómetro hasta la
conclusión del estudio. Con esta información es posible determinar la
distribución de tiempo y la importancia que cada actividad tiene durante la
jornada laboral.

b.5.) Métodos estadísticos para la determinación del tamaño de la muestra

A continuación, se señalan dos métodos estadísticos para la determinación del


tamaño muestral.

b.5.1.) Método 1
Para utilizar este método es necesario determinar:

· El porcentaje de tiempo principal (p)

· El porcentaje de tiempo secundario (q)

· El nivel de confianza deseado para el estudio y el margen de error

Para determinar estos valores se debe hacer un estudio preliminar, en el cual


se realiza un número previo de observaciones que permitan obtener el
porcentaje de trabajo (p) y de inactividad (q) respectivamente.

Determinación del nivel de confianza deseado para el estudio y el margen de


error

Si elegimos un nivel de confianza del 95%, con un margen de error del 10%, en
tal caso, se espera que el 95% de los casos correspondan a _ el 10% del valor
real.

Con el nivel de confianza determinado ,se ingresa a la tabla de distribución t de


Student. Al entrar, con un nivel de confianza del 95%, se obtiene un valor de
1.96.

Luego el error estándar de la proporción es 5:

1.96 _p = 10 (margen de error) · _p = 5

Si suponemos que los valores de p y q obtenidos fueron 75% y 25%


respectivamente. Entonces podemos determinar el número de ciclos de estudio
mediante la siguiente fórmula:

_p =

Donde:

_p = error estándar de la proporción

p = porcentaje de tiempo en marcha

q = porcentaje de tiempo inactivo

Entonces

p*q

n = ------------------- = 75

_p2
Luego, para esta tarea y un nivel de confianza del 95% con error del 10%, es
necesario estudiar 75 ciclos de trabajo.

También es posible determinar el número de ciclos a estudiar, utilizando el


siguiente nomograma:

Figura 5.9. Nomograma para determinar el número de ciclos a observar

Porcentaje de ocurrencia Error Número de

(p) (%)
observaciones (n)

99-98% 95%
Nivel de Confianza

b.5.2.) Método 2

Al igual que el anterior, para utilizar este método es necesario establecer el


nivel de confianza y el margen de error deseado para el estudio.

Además, se debe hacer un estudio preliminar en terreno, en el que se realiza


un número de observaciones que permitan obtener el tiempo promedio del ciclo
de trabajo y su desviación.

Con estos antecedentes, se puede determinar el número de ciclos de estudio


mediante la siguiente fórmula:

t2 * (Sx / X)

n = -------------------------

E2

Donde

n = número de ciclos a observar

t = t de student para el nivel de confianza determinado

sx = desviación estándar de la muestra

x = promedio de la muestra

E = error expresado en valores entre 0 y 1

b.6.) Funciones para la estimación de rendimientos de referencia.

Uno de los principales objetivos de nuestro trabajo ha sido establecer


rendimientos de referencia para labores silvícolas y de cosecha. El modelo,
parte del supuesto, que el rendimiento es función de variables del trabajador,
por ejemplo, carga física que puede tolerar sin fatiga, y de las dificultades que
le imponga el rodal, el terreno y el clima. Se ha analizado ya la forma en que se
registraron las variables. Sin embargo, es importante señalar que, es imposible
evaluar todas las combinaciones que se pueden presentar en el grado de
dificultad de cualquier actividad. Por esta razón, en términos generales,
tratamos en lo posible, de trabajar en una condición simple y otra compleja y en
distintas estaciones del año, de manera de generar datos que se acercaran al
rango en que habitualmente se realizan estas faenas. En cuanto al número de
jornadas por actividad, por experiencias anteriores, se prefirió evaluar menos
trabajadores, pero medirlos durante jornadas completas. El riesgo de evaluar
períodos cortos puede llevar a los trabajadores a comportamientos atípicos, en
el sentido que pueden trabajar más rápido o más lento que lo habitual. Esto
normalmente no ocurre cuando se evalúa toda la jornada, particularmente si a
los trabajadores se les explica con claridad los objetivos de los estudios.

Con las bases de datos así recolectadas, se procedió a calcular


estadísticamente las funciones para la estimación de los rendimientos de
referencia, considerando la carga física recomendable, la complejidad del
bosque y del clima. Las funciones generadas demuestran la importancia de
incorporar la sobrecarga fisiológica como criterio, ya que se espera que la
información que se presenta en la tercera parte de este Manual sea de utilidad
para organizar cuadrillas, para el cálculo de tiempos de ejecución de las
faenas, tarifas y salarios. Aparte, las tablas para el cálculo de rendimientos de
referencia incluyen dos niveles de carga cardiovascular. La idea de fondo es
que, el rendimiento posible de alcanzar, trabajando al 30% de carga
cardiovascular, como promedio grupal, debería orientar el salario base,
mientras que la cantidad de trabajo entre este nivel y el 40% de carga
cardiovascular debería ser el rango en que se pagaran incentivos motivantes.
Llegar a este nivel de esfuerzo, sea 30 ó 40% de carga cardiovascular,
ciertamente requiere trabajadores altamente motivados. Por esta razón,
cualquier incentivo que pase este límite es de alto riesgo, porque llevará a los
trabajadores a la fatiga, lo que trae consigo un deterioro en la calidad del
trabajo y, más cierto aún, un evidente riesgo de que aumenten los accidentes.

Es importante puntualizar que estas referencias son orientadoras de los


resultados posibles de obtener como promedio de grupos representativos del
trabajador forestal chileno. Es necesario recordar lo que se planteó en el
capítulo 2, acerca del amplio rango de variación de la capacidad física de esta
población, al referirse a selección de trabajadores para distintas tareas
forestales. En términos simples, esto significa que dos trabajadores, realizando
un esfuerzo equivalente, pueden tener producciones muy diferentes. Aunque
esto es cierto, normalmente cuando se analiza la aptitud física de trabajadores
que realizan las mismas tareas como, por ejemplo, plantadores o podadores,
se observa que su capacidad física es bastante homogénea. Por otra parte, los
trabajadores de mayor edad, que tienen una tendencia a tener una menor
capacidad física, la compensan con la buena técnica derivada de la
experiencia.

Finalmente, pese a estar conscientes de que es prácticamente imposible


predecir el rendimiento sin error, estamos convencidos que la incorporación de
criterios que cuantifiquen el esfuerzo humano es una clara necesidad para la
optimización del trabajo. Es indudable que las faenas de cosecha son
complejas por las interacciones que se producen entre hombres que ejecutan
distintas tareas, con diversas herramientas, con la ayuda de diferentes
máquinas y en bosques y terrenos de variadas características. Por ello,
estudios como los que se describirán, proveen orientaciones para encontrar
mejores alternativas de organización del trabajo. En otras palabras, se ha
iniciado un camino en que se está tratando de objetivar las capacidades y
límites de los trabajadores en la ejecución de distintas tareas forestales, en el
convencimiento de que este es un camino válido para la búsqueda de
tecnologías apropiadas que, protegiendo a las personas, permitan una óptima
organización del trabajo.
CAPITULO 6

CAMPAMENTOS: HOGARES TEMPORALES EN EL BOSQUE

1. Introducción

Las operaciones forestales, particularmente en países en vías de desarrollo,


suelen ser temporales y estacionales. En general, estas tareas se desarrollan
lejos de centros urbanos, razón por la cual los trabajadores deben viajar
diariamente largas distancias o permanecer durante días o semanas en
campamentos ubicados cerca de las áreas de trabajo. Debido a esta
característica del trabajo forestal, uno de los factores que influye en forma
importante en las condiciones de vida de los trabajadores, es la calidad de los
campamentos.

En cuanto a estudios orientados al diagnóstico de las condiciones de vida de


los trabajadores forestales, en los inicios de la década del 80, había ya
bastante preocupación por las condiciones de los campamentos. Sin embargo,
a pesar de existir documentos descriptivos de la situación, había poca
información basada en observaciones concretas. El estudio más detallado
corresponde a Otero (1981), quién comunicó que dos tercios de los
trabajadores de la época residían en campamentos permanentes o temporales,
destacando que sólo el 20 % de ellos estaban bien establecidos, mientras que
el resto ofrecía condiciones muy precarias.

2. Infraestructura de los campamentos: recomendaciones

Los campamentos se pueden definir como hogares temporales para los


trabajadores forestales. Para cumplir con su propósito, deben asegurar por lo
menos, niveles mínimos de higiene y comodidad. Por ello es importante
preguntarse: ¿cómo interpretan distintas personas lo que son estos niveles
mínimos?, el concepto es subjetivo, pero es posible sostener que, en el caso
de un campamento, la condición mínima es que su infraestructura provea
facilidades y servicios básicos acordes con la dignidad de un ser humano, que
les permita convivir con sus compañeros de trabajo y que no altere
significativamente sus hábitos y creencias.

Uno de los problemas que se presenta al planificar un campamento forestal, es


el tiempo que se empleará en un determinado lugar. Como normalmente las
faenas deben trasladarse de un lugar a otro, los campamentos fijos, siendo
más fáciles de implementar y mantener, no son la solución que habitualmente
se requiere. Por lo general, lo más práctico son las estructuras móviles, que
deberían poder desmontarse y transportarse con facilidad. Este es un problema
complejo, ya que módulos bien construidos se deterioran fácilmente con los
traslados.

En cuanto a las facilidades que debe ofrecer un campamento, éste debe contar
con dormitorios suficientes, disponer de cocina, comedor, sala de recreación,
servicios higiénicos y bodegas. El tamaño de cada dependencia dependerá del
número de ocupantes que hará uso de ellas. También, debe proveer
condiciones sanitarias básicas que permita proteger la salud y la calidad de
vida de los trabajadores.

2.1. Dormitorios

Estas dependencias deberían ser un lugar donde los trabajadores puedan


mantener su privacidad. Como esto no es generalmente posible en un
campamento, el número de personas no debería ser superior a seis por
habitación. Esta cifra ha sido tomada de la experiencia, ya que se ha
observado que una estructura desmontable, como el módulo que se ilustra en
la figura 6.1a, permite acomodar bien a seis trabajadores, dejando espacio
suficiente para que puedan disponer de casilleros donde guardar sus
pertenencias personales. También, es posible apreciar que las habitaciones
son higiénicas, el piso está limpio, cuentan con buena ventilación y se ha hecho
un mínimo esfuerzo para hacer el ambiente grato al colocar cubrecamas y
cortinas. A manera de contraste, en la figura 6.1b y 6.1c se pueden ver
dormitorios absolutamente inadecuados para uso humano, pues se ven
desordenados y sucios.

Respecto de las características de construcción de los dormitorios, éstos deben


tener paredes con revestimiento interno y externo. El techo debe ser de
material resistente, preferentemente de zinc, con caída de agua y aleros. Estas
habitaciones deben poseer como mínimo, una puerta y dos ventanas. Respecto
de las ventanas, deben abrirse y estar ubicadas en paredes opuestas, de modo
de facilitar la ventilación. En los dormitorios debe existir armarios o casilleros,
con separaciones individuales para que los trabajadores puedan guardar sus
pertenencias. Cada casillero debería tener una puerta con candado para que
los trabajadores puedan cerrarlos. La implementación de cada cama debería
considerar: un colchón de buena calidad, una almohada, sábanas, fundas y al
menos dos frazadas en verano y tres en invierno.

Los módulos de dormitorios, al igual que el resto de las unidades que


componen los campamentos, deberían mantenerse limpios y pintados. Las
paredes de las habitaciones deben ser de colores claros como crema, beige,
etc. Debido a que las puertas y ventanas se ensucian con mayor facilidad,
estas deberían ser pintadas de colores más oscuros, tales como: verde o café.

Figura 6.1a. Módulo dormitorio bien equipado y en óptimas condiciones de


aseo
Figura 6.1b. Dormitorio en pésimas condiciones. Nótese que las murallas no
proveen protección

Figura 6.1c. Otro modulo en mal estado. Falta de aseo, comen en el mismo
lugar, que duermen e incluso como se observa en la figura mantienen un bidón
con combustible en el lugar
2.2. Cocina

En cuanto a la cocina, esta constituye uno de los lugares más críticos en un


campamento. En primer lugar, el encargado de la cocina debe ser una persona
capacitada en higiene y manipulación de alimentos. Requiere ser acreditado
por algún organismo autorizado y supervisado regularmente. La cocina debe
ser fácil de limpiar y disponer de un espacio para el almacenaje de víveres. Si
el aprovisionamiento se hace semanal o quincenalmente, debe haber una
heladera disponible para conservar los productos perecibles. En las
ilustraciones presentadas en la serie de figuras 6.2a, se pueden observar
cocinas que ofrecen buena implementación y limpieza, en comparación a la
que se muestra en la figura 6.2b, que es muy precaria y antihigiénica. En el
equipamiento ilustrado en las figuras 6.2a se destaca el horno, la cocina, agua
corriente, refrigerador y muebles de superficies de trabajo amplias y de
materiales fáciles de limpiar. Obsérvese también la presencia de los cocineros
que usan un gorro para evitar la caída de cabello a los alimentos y visten
delantales blancos y limpios, como corresponde a un manipulador de
alimentos.

Desde el punto de vista de higiene, un aspecto importante a considerar en el


diseño de la cocina, dice relación con el acceso del personal a esta
dependencia. En este sentido, se debe evitar que los trabajadores ingresen
directamente desde el comedor a la cocina. Para ello, debe implementarse una
conexión amplia (vano) entre la cocina y el comedor, que permita servir los
alimentos a los trabajadores. También, se deben instalar rejillas en ventanas y
puertas, para evitar que ingresen insectos, especialmente moscas, que puedan
contaminar los alimentos.

Figuras 6.2a. Cocina bien equipada


Figura 6.2b. Forma muy precaria de preparación de pan
2.3. Comedor

Esta dependencia debe tener mesas con cubierta de material fácil de limpiar
(formalita) y asientos en cantidad suficiente para atender, en lo posible, en
forma simultánea a todos los trabajadores. Con la finalidad de generar un
ambiente más grato y estimular la convivencia, las mesas no deben ser para un
número superior a seis personas.

El comedor debe tener ventanas que se abran hacia afuera, con la finalidad de
mantener el ambiente bien ventilado. Las ventanas deben tener rejillas que
eviten el ingreso de insectos. Por otra parte, cuando el clima y la temporada lo
requieran, estas dependencias deben disponer de calefacción. Considerando la
disponibilidad de leña, las salamandras son una buena alternativa.

Habitualmente, los comedores de los campamentos son utilizados como áreas


de recreación. Por ello, si se considera que los trabajadores están todo el día
en faena y el único lugar de recreación es el comedor, este debe tener una
infraestructura donde puedan sentirse a gusto y recuperarse física y
mentalmente de la jornada diaria. En este sentido, cuando sea posible, el
comedor debería disponer de un televisor o aparato de radio, que permita a los
trabajadores mantenerse informados del acontecer diario. También, es
recomendable otorgar facilidades para algunos juegos de salón como: dominó,
damas, naipes, etc. Con la finalidad de ilustrar lo descrito, en la figura 6.3a, se
presentan comedores adaptados también como salas de recreación, los que
cuentan con facilidades como las descritas. En contraste, la figura 6.3b,
muestra un lugar que no es adecuado para comedor ni para área de
recreación.

Figuras 6.3a. Comedor bien equipado

Figura 6.3b. Comedor de un campamento mal equipado


2.4. Saneamiento básico

Las medidas de saneamiento básico están dirigidas a prevenir la


contaminación del agua, alimentos, suelo y aire y, a través de ellas, proteger la
salud de los trabajadores. Entre los aspectos que se deberían controlar están:
provisión de agua potable, tratamientos de aguas servidas, eliminación de
residuos sólidos (basura) y protección de alimentos.

2.4.1. Provisión de agua potable

Agua potable: es aquella que cumple con los requisitos físicos, químicos,
radioactivos y bacteriológicos, establecidos en las normas chilenas y asegura
inocuidad y aptitud para el consumo humano (Nch 409-85).

En áreas rurales, donde mayoritariamente se localizan los campamentos


forestales, el agua debe considerarse contaminada, cualquiera sea su fuente
(corriente superficial, corriente subterránea; noria o pozo). Por lo tanto, el agua
para consumo humano debe ser filtrada y desinfectada. La filtración consiste en
hacer pasar el líquido a través de una capa filtrante compacta, que retiene las
materias en suspensión e incluso microorganismos. Por su parte, la
desinfección tiene como objetivo destruir los gérmenes que eventualmente
atraviesen los filtros, así como también, proteger el agua de posibles
contaminaciones en su distribución. Entre las alternativas más simples de
desinfección, se puede señalar la incorporación de hipoclorito comercial al 8%
ó 2 a 3 gotas de tintura de yodo común por cada litro de agua que se destine a
consumo humano. También, se puede desinfectar hirviendo el agua durante 5
minutos.
Respecto de la cantidad de agua potable que se debe disponer en los
campamentos, el Decreto 745 señala que "se debe mantener una dotación
mínima de 100 litros de agua por persona por día", tanto para consumo
humano como para necesidades básicas de higiene y aseo personal.

Respecto de la extracción del agua, es más recomendable obtenerla de pozo o


noria que de superficie. Si se pueden instalar equipos electrógenos, el agua
puede ser elevada a estanques, donde se le somete a proceso de filtración y
cloración. Posteriormente, el agua potable puede ser distribuida al interior del
campamento.

En cuanto a la implementación de pozos y norias, es fundamental que estos


cumplan con criterios sanitarios. Para que el agua pueda considerarse de
buena calidad, las norias o pozos deben reunir los requisitos ilustrados en las
figuras 6.4a y 6.4b, los cuales se resumen como sigue:

a) Evitar la contaminación de la napa del abasto, por la cercanía de pozos


negros, pozos absorbentes u otros sistemas de eliminación de aguas servidas
al subsuelo. Para ello se recomienda que las norias o pozos estén ubicados a
más de 20 metros de estos servicios.

b) Evitar la entrada de agua superficial al pozo. Para ello, se debe instalar una
cubierta hermética e impermeable y construir un brocal que sobresalga 20 cm
del terreno.

c) Evitar la entrada de agua por infiltración. Con este objetivo, se debe construir
un brocal de al menos 3 metros de profundidad, que quede herméticamente
unido a la cubierta del pozo o noria.

d) Respecto de la extracción de agua, los baldes y cordeles no son


recomendables, ya que están expuestos a contaminación. El agua debe
extraerse por medio de una bomba conectada a una cañería que la succione
de la napa subterránea.

Figura 6.4.a. Noria sanitaria


Figura 6.4.b. Pozo sanitario. Dimensiones en cm
2.4.2. Servicios higiénicos

Los servicios higiénicos deben estar implementados con excusados, lavatorios


y duchas. Las disposiciones vinculadas al tema señalan que debe
implementarse aproximadamente una ducha por cada 10 trabajadores y un
excusado y un lavatorio por cada 10 a 15 trabajadores (Decreto Supremo 745).

Respecto de los excusados, debido a que en los campamentos no se dispone


de alcantarillado, se pueden implementar sistemas sanitarios SIN arrastre de
agua (letrina sanitaria y estanque químico) y sistemas CON arrastre de agua
(fosa séptica con pozo absorbente y fosa séptica con sistema de drenaje).
Considerando que la letrina sanitaria es una de las alternativas a la cual se
recurre con frecuencia, en la figura 6.5, se presenta las características más
relevantes para su diseño. Al respecto, es importante destacar que, la letrina
sanitaria es una caseta, bajo la cual existe un pozo negro cubierto por una losa,
sobre la cual se instala una taza.

El pozo negro es un hoyo o excavación, el cual para ser sanitario debe cumplir
con los siguientes requisitos de construcción:

a) Ajuste perfecto entre el pozo y la losa o cubierta

b) Unión perfecta entre la losa y la taza

c) Tapa de la taza hermética

d) Ubicación del pozo a más de 20 metros de las fuentes de abastecimiento de


agua

e) La profundidad del pozo negro no debe ser mayor a 2 metros

f) El diámetro debe ser 1,10 metros en su parte superior y 0,8 metros en el


inferior.

Además, en la implementación de la letrina sanitaria se debe considerar la


instalación de puertas con picaporte. La taza debe tener una tapa de equilibrio
inestable, de modo que, una vez ocupado el baño, este dispositivo caiga sobre
la taza y la mantenga tapada. Con ello, se evita, particularmente en sistemas
sin arrastre de agua, que los insectos ingresen a los fosos y posteriormente
contaminen alimentos, agua, etc. En este mismo sentido, el aseo de la letrina
debe ser diario.

Para eliminar los malos olores y las moscas, característicos de la letrina


tradicional (figura 6.5), se recomienda instalar un tubo de ventilación que
conecte el pozo negro con el exterior de la caseta. La ventilación es
proporcionada por un tubo de 100 a 200 mm de diámetro, el cual en su extremo
superior, tiene una rejilla para las moscas y en climas lluviosos, un "cono" que
evita la inundación del pozo. En la figura 6.6 se ilustra una "letrina sobre pozo
ventilado".

Figura 6.5. Letrina sanitaria. Dimensiones en centímetros


Figura 6.6. Letrina ventilada. Dimensiones en centímetros
En cuanto al resto de las aguas servidas de procedencia doméstica (higiene
personal, preparación de alimentos, lavado de ropa, etc.), éstas también deben
eliminarse de forma sanitaria. Para ello, es necesario implementar pozos
absorbentes.

Otra alternativa que es recomendable, especialmente en campamentos más


estables, es la "fosa séptica con pozo absorbente o con sistema de drenes". La
fosa séptica consta de un estanque con cubierta hermética impermeable (obra
de albañilería), donde son vertidas las aguas servidas y sedimentan los sólidos.
El líquido sobrenadante pasa por un tubo que lo transporta a un pozo
absorbente o hacia drenes. Para ilustrar los sistemas, en la figura 6.7, se
presenta una fosa con descarga a pozo absorbente o a drenes.

Respecto de las dimensiones de la fosa séptica, éstas dependen


principalmente del número de usuarios. En el caso del pozo absorbente y
drenes, además de la cantidad de aguas negras generadas diariamente por
persona, se debe considerar las propiedades absorbentes del terreno.

El pozo absorbente consiste en una excavación en el terreno, al cual escurren


las aguas negras provenientes de la fosa séptica. Es de forma cónica, relleno
hasta 3/4 de su altura con piedras tipo bolón de 0,2 metros de diámetro como
mínimo, que sirven de entubación y permiten distribuir el líquido en el subsuelo.
Debe tener una cubierta o losa de hormigón armado, con una tapa de
inspección y una cañería de ventilación.

El pozo absorbente puede reemplazarse por un sistema de cañerías o drenes,


que consisten en tuberías de cemento u otro material, colocadas en zanjas
rellenas con piedras cubiertas con tierra. Su función es distribuir las aguas
negras que salen de la fosa séptica, e incorporarlas al subsuelo a través de un
proceso de filtración.

En cuanto a la selección de los sistemas anteriormente descritos, se prefieren


los drenes al pozo absorbente cuando hay napas relativamente superficiales y
estratos impermeables a poca profundidad.

Figura 6.7. Fosa séptica, pozo absorbente y sistema de drenes

2.4.3. Tratamiento de la basura

La recolección y disposición final de los desperdicios debe estar orientada a


eliminar malos olores e insectos, especialmente las moscas, reducir la
probabilidad de incendios y controlar los roedores.
Para la recolección de la basura, se debe utilizar recipientes metálicos o
plásticos con tapa. Estos deben estar ubicados en lugares contiguos a los
diferentes módulos del campamento. Además, en la cocina se debe disponer
de un recipiente con tapa que sea fácil de operar. La recolección debe ser al
menos diaria, para lo cual es útil disponer de un doble juego de recipientes.
Una vez vaciados los recipientes estos deben ser lavados.

Respecto de la disposición final de la basura, las condiciones locales


determinan el sistema más económico y apropiado. Entre éstos, se puede
mencionar el "enterramiento", el relleno sanitario, la evacuación de la basura
por camiones y la incineración o quema. Debido a las características que
presentan los campamentos forestales, principalmente por su lejanía de los
centros urbanos y por el riesgo de incendios, es más practico el uso de
sistemas de "enterramiento".

Para implementar el "enterramiento" de basura, se requiere realizar una


excavación, que se va llenando paulatinamente con la basura del campamento.
Las precauciones que se deben tomar en su implementación dicen relación con
la ubicación respecto de las fuentes de agua. Ello, debido a que los líquidos
que resultan de la estabilización de la basura pueden contaminar las napas
subterráneas que sirven de abasto para el campamento. Por este motivo, el
"enterramiento" debe hacerse a más de 100 metros de las fuentes de agua.
Con el propósito de evitar la exposición de las basuras al ambiente y con ello la
contaminación del entorno con malos olores y la presencia de moscas y
roedores, cada vez que se deposite basura en la cavidad, esta debe ser
cubierta con una capa de tierra de un espesor no inferior a 20 cm.

Respecto del tamaño de la excavación, esta no debe tener una profundidad


superior a 2 metros y su tamaño en sentido horizontal dependerá de la cantidad
de personas en el campamento. Para ello, se debe considerar que cada
persona elimina diariamente unos 350 gramos de basura doméstica.

En cuanto al uso de este sistema de disposición de basura, es importante


recalcar que, sólo se debe depositar la basura doméstica, sólida y degradable.
Por lo tanto, productos plásticos u otros materiales no degradables deben ser
almacenados en recipientes, para posteriormente ser trasladados a vertederos
autorizados.

2.4.4. Protección de alimentos

La protección de alimentos es una medida de control sanitario que tiene como


objetivo evitar el daño y la contaminación que éstos puedan experimentar por la
acción principalmente de roedores e insectos.

En cuanto a las acciones que se deben adoptar en los campamentos para


proteger los alimentos de los roedores, las medidas sanitarias están dirigidas a
un perfecto control de basuras y una adecuada implementación y control de
bodegas. En lo que a implementación de bodegas se refiere, el piso en lo
posible debe ser de concreto, se debe instalar vallas o barreras de pizarreño o
zinc en los orificios, a través de los cuales ingresan cañerías o cables a las
bodegas o módulos y los alimentos deben mantenerse en unidades
perfectamente tapadas y revestidas de un material que la rata no pueda
destruir. Los sacos o bolsas con mercadería NO deben estar ubicados a nivel
del piso, sino en estructuras (mesones, tarimas, etc.) que impidan el acceso de
las ratas. También, estas estructuras deben estar separadas de las murallas y
los espacios deben estar limpios para evitar rincones oscuros y apropiados
para nidos de roedores. Para ilustrar lo señalado, en la figura 6.8, se presentan
las principales consideraciones en el diseño de las estructuras para depositar la
mercadería.

Las acciones anteriormente mencionadas, en conjunto con un envenenamiento


masivo o intensivo, conducen a buenos resultados en el control de roedores.
Para ello, se debería contratar empresas autorizadas por los Servicios de
Salud.

Por otra parte, debido a que se han confirmado casos de infección por virus
hanta en la zona sur del país y, dado que, los agentes transmisores (vectores)
del virus son principalmente roedores silvestres, se presentan medidas
específicas para el control de roedores.

Respecto del control de insectos, en particular de las moscas, las medidas de


protección de los alimentos están orientadas a instalar rejillas en ventanas y
puertas, especialmente en aquellos lugares donde se guardan o manipulan
alimentos. Las acciones mencionadas deben ser complementadas con la
aplicación de insecticidas de baja toxicidad.

Figura 6.8. Bodega para almacenamiento de alimentos. Las medidas están


expresadas en centímetros
. Evaluación de campamentos forestales

Durante la ejecución del proyecto FONDEF se visitaron campamentos de


diferentes empresas forestales. Las condiciones observadas eran diversas,
desde campamentos que cumplían con todas o gran parte de las
recomendaciones descritas en este documento, hasta aquellos que tenían
claras deficiencias. En este contexto, con el propósito de ilustrar el rango de
variación que se pudo identificar en la calidad de los campamentos visitados, a
continuación se describirá una instalación que se califica como aceptable
desde el punto de vista de diseño, implementación e higiene y otra que
presenta condiciones deficientes.

3.1. Campamento de condiciones aceptables

El campamento ilustrado en la figura 6.9, estaba constituido por un módulo


principal, un fogón y una bodega para herramientas y combustibles. En el
módulo principal estaban ubicados la cocina, el comedor, los dormitorios, una
oficina y el baño.

Respecto de la construcción del campamento, el módulo principal era de


madera y zinc y estaba montado sobre bases de madera impregnada. El
interior de las habitaciones también estaba construido en madera, con
excepción del baño que tenía piso de Flexit.

Figura 6.9. Imagen general del campamento: módulo principal y bodega de


combustibles

· Dormitorios

Los dormitorios estaban habilitados para albergar cómodamente a seis


trabajadores. En la figura 6.10, se pueden observar algunas de las
características de estas dependencias. La implementación consistía en tres
literas por pieza y dos lockers de tres casilleros cada uno. Además, cada
dormitorio tenía una puerta y una ventana de tamaño y ubicación que permitía
una adecuada ventilación. Al momento de la visita, todos los dormitorios
estaban aseados y ordenados.
Figura 6.10. Vista interior de un dormitorio

· Cocina

El manipulador de alimentos del campamento tenía una presentación personal


e indumentaria adecuada para la labor que desempeñaba, así como también
disponía de la acreditación entregada por el Servicio Nacional de Salud. El
cocinero era apoyado por un ayudante, el cual también cumplía labores de
panadero.

El agua y la luz con la que se abastecía el campamento, provenían de la red de


agua potable y eléctrica de los poblados cercanos.

La cocina ilustrada en la figura 6.11, estaba en orden y limpia. Constaba con


espacios amplios y dos puertas que la comunicaban con el patio y el interior del
campamento. Disponía de ventanas para la ventilación y una ventanilla que
comunicaba la cocina con el comedor. De esta manera, los trabajadores no
ingresaban al interior de la cocina, para retirar los alimentos. Es importante
considerar, que una de las deficiencias identificadas en este campamento, fue
la ausencia de mallas en ventanas y puertas de la cocina, que evitasen el
ingreso de insectos.

Respecto de la implementación de la cocina, disponía de cocina industrial a


gas, refrigerador, horno industrial a gas, mueble para lavar platos, despensa
para alimentos, campana extractora y calefont.

Figura 6.11.Vista de la cocina


· Comedor

Como se aprecia en la figura 6.12, el comedor se mantenía ordenado y aseado.


Disponía de una estufa para mantener el lugar temperado y de un televisor
para la entretención de los trabajadores. Respecto del mobiliario, tenía mesas
equipadas para ser ocupadas cómodamente por seis personas.

Figura 6.12. Comedor

· Servicios higiénicos

Esta dependencia del campamento también estaba aseada. La estructura y los


artefactos estaban en buen estado. Además, el baño tenía ventanas para su
ventilación y puertas para aislar esta área del resto del módulo. En las figuras
6.13 y 6.14, se muestran algunas imágenes que ilustran el estado de urinarios
y lavamanos.

Figura 6.13. Urinarios


Figura 6.14. Excusados y lavamanos

3.2 Campamento de condiciones deficientes

Entre los campamentos que presentaron condiciones deficientes, destacan las


instalaciones que a continuación se describen. La infraestructura básica estaba
constituida por módulos de dormitorio, uno construido de madera y dos
metálicos, un módulo cocina-comedor, un baño, un fogón y una bodega.

· Dormitorios

Como se ha señalado, en el campamento existían módulos de dormitorio


metálicos y de madera. Los metálicos, como el ilustrado en la figura 6.15 eran
ocupados por cuatro literas, tenían una puerta de entrada frontal, otra en la
parte opuesta y una ventana lateral. Observaciones realizadas a estas
habitaciones indicaron que el frío, la humedad y la falta de aseo eran los
principales problemas. Un aspecto que ilustra las deficiencias, es el hecho que
el agua se filtraba por las paredes del módulo, por lo cual los trabajadores
colocaban cartones alrededor de sus camas para evitar el frío y la humedad.
Esta última situación se observa en la figura 6.16.
Figura 6.15. Módulos de dormitorios metálicos

Figura 6.16. Detalle del módulo metálico. Obsérvese el cartón puesto en la


paredes para evitar el escurrimiento del agua

El módulo de madera, que se ilustra en la figura 6.17, tenía cinco dormitorios.


En la figura 6.18, se aprecia la falta de aseo y orden en las habitaciones, así
como también, la ausencia de espacios donde guardar el vestuario y los
elementos personales. Destaca la diferencia en la calidad y el estado de estos
implementos, al compararlo con los dormitorios del campamento descrito en el
punto 3.1.

Figura 6.17. Módulos de madera


Figura 6.18. Dormitorio en módulo de madera

· Cocina y comedor

La cocina y el comedor constituían un solo módulo. En cuanto a la calidad de


su construcción, las paredes no tenían forro y se filtraba el viento y el frío.

La cocina estaba comunicada con el comedor por medio de una ventanilla que
permite la entrega de la comida a los trabajadores. Para mantener
calefaccionado el comedor, se disponía de una estufa a leña. Debido a que el
sistema no tenía un cierre hermético, el humo se filtraba hacia el interior de la
habitación, situación que se ilustra en la figura 6.19. Además, el comedor
disponía de 2 mesones, en el cual se acomodaban las 17 personas que
constituían la cuadrilla.

Figura 6.19. Comedor del campamento (lo borroso de la fotografía se debe al


humo en el ambiente)
En cuanto a la cocina, el aspecto más critico lo constituye las deficiencias en el
almacenamiento de los alimentos. Como ilustra la figura 6.20, los muebles no
disponían de puertas u otros dispositivo que resguardasen los alimentos.
Además, algunos víveres perecibles como papas y verduras, estaban ubicados
a nivel del piso. La misma forma de disposición se utilizaba para los alimentos
almacenados en cajas de cartón.

Figura 6.20. Disposición de los víveres en la cocina. Obsérvese las verduras en


el rincón inferior derecho

· Servicio higiénico

Los servicios higiénicos se encontraban dispuestos en una caseta metálica.


Estos no contaban con agua al momento de la visita, por lo cual los dos
excusados que había, se utilizaban en pésimas condiciones sanitarias. Se pudo
observar que no contaban con ningún tipo de aseo sistemático ni sanitización.
Para la eliminación de las aguas servidas, se utilizaba un pozo absorbente sin
fosa séptica. Este pozo está ubicado a 4 metros de los servicios higiénicos y a
8 metros de un estero. La napa freática estaba relativamente alta, por lo cual
existía una alta probabilidad de contaminar el curso de agua con desechos
fecales.

4. Comentarios finales

Los dos últimos ejemplos revelan el contraste que habitualmente se observa en


distintos campamentos.

Si la idea es que los trabajadores estén motivados para alcanzar una alta
productividad y sentirse identificados con sus empresas, éstas deben, al
menos, ofrecerles una buena condición de vida en estos hogares temporales,
la que no sólo depende de la infraestructura, sino también de la preocupación
por crear una condición de vida acorde a las necesidades básicas de un ser
humano.

CAPITULO 7

ALIMENTACION

1. Requerimientos de energía

El "combustible" para la liberación de energía durante el trabajo


muscular lo constituyen los alimentos. Por lo tanto, en trabajos físicos
pesados, que demandan un alto gasto de energía, la ingesta de
alimentos es de importancia fundamental. El balance de energía se logra
cuando la ingesta y el gasto de energía están en equilibrio. Aunque esto
no se cumple estrictamente día a día, en el largo plazo, la mantención
del peso corporal es un problema de balance de energía. Si el gasto es
mayor que la ingesta, el balance de energía es negativo; en tal caso, la
energía extra se toma de la reserva del organismo constituida por la
grasa corporal. El balance de energía negativo sólo puede mantenerse
por períodos limitados de tiempo; lo habitual es que los trabajadores
reduzcan su ritmo de trabajo para mantenerlo dentro de los límites
provistos por la alimentación.

Como ya se ha señalado, los trabajadores envueltos en trabajos físicos


pueden requerir, para una buena utilización de su capacidad de trabajo,
altas cantidades de energía. Por lo general, cuando las empresas no
aportan alimentos, una parte importante de estos trabajadores, no puede
cubrir sus requerimientos. Por ejemplo, Apud (1983) y Apud y Valdés
(1986),(1988) estudiaron la dieta de trabajadores forestales de empresas
de contratistas. Se observó una alimentación variable, con un promedio
diario que oscilaba en un rango entre las 2.800 y las 3.500 kcal diarias.
Al estudiar aquellos que se movilizan a las faenas con alimentos traídos
de sus casas, se detectó que los motosierristas y operadores de
máquinas tienen ingestas de energía más altas que los trabajadores
menos calificados. En cuanto a la composición de la dieta, al igual que
en la mayoría de los países en vías de desarrollo, ésta tiene un
predominio de hidratos de carbono. En el caso chileno, esto se debe a
que el pan constituye uno de sus principales alimentos. Los mismos
estudios revelaron un bajo consumo de frutas, de verduras y de
proteínas de origen animal, notándose también un marcado déficit de
Vitamina A.

A pesar de lo señalado, estudios realizados en Chile, revelan que los


trabajadores forestales tienden a mantener su peso y sus depósitos de
grasa en niveles aceptables (capítulo 2). Sin embargo, se ha podido
constatar que, si ellos tienen una alimentación insuficiente en energía,
más que ocupar sus reservas, disminuyen el tiempo dedicado al trabajo
en desmedro de la producción y de sus ingresos. Por ejemplo, en el
estudio referido se observó que, en una faena de raleo comercial, el
tiempo efectivo de trabajo era cercano a 5 horas, en circunstancia que la
jornada duraba 9 horas. Ese grupo de trabajadores mantenía su balance
de energía, pero su aptitud física les habría permitido mejorar su
rendimiento e ingresos, si hubiesen dispuesto de una cantidad mayor de
energía en su alimentación.

En ese mismo estudio se analizó con el empresario de servicios, en


base a los registros de pago y rendimiento individual de un período
promedio de 6 meses, cuáles trabajadores eran de alto rendimiento y
cuáles de rendimiento medio. Estos trabajadores llevaban comida desde
sus casas. A todos ellos se les midió sus características físicas y se hizo
un estudio, con una técnica de pesaje de alimentos, de su ingesta de
energía diaria. Los resultados se incluyen en la tabla 7.1.

Tabla 7.1. Promedio y desviación estándar (D. E.) para la edad, peso,
estatura, capacidad aeróbica y rendimiento, de dos grupos de
trabajadores forestales

Variables Unidad Trabajadores de Rendimiento


Alto Medio
n=15 N=37
Promedio D.E. Promedio D.E
Edad años 33.10 10.10 30.80 10.40
Peso Kg 67.40 8.20 62.80 8.80
Estatura metros 1.69 0.05 1.66 0.06
Masa grasa % 15.20 5.00 12.40 5.20
Ingesta energía** Kcal/día 3859.00 524.00 3287.00 415.00
Capacidad aeróbica L /min 3.10 0.59 2.91 0.53
Rendimiento ** m3/hora 6.20 0.17 4.50 0.35
**Promedios significativamente diferentes; p < 0.001
En la tabla 7.1, se puede verificar que el grupo considerado de alto
rendimiento, alcanzaba un promedio de 6.2 m3 por hora para esa faena,
mientras que los de rendimiento medio sólo llegaban a 4.5 m3 por hora.
Llama la atención que todos los indicadores de aptitud física tendieron a
ser más bajos en el grupo de rendimiento medio. Sin embargo, aparte
del rendimiento, la única diferencia estadísticamente significativa entre
los dos grupos fue su ingesta de energía. Los de alto rendimiento
comían diariamente 572 kilocalorías promedio más que los de
rendimiento medio. Esto explica la diferencia, ya que si a los
trabajadores de menor rendimiento, se les hubiese presionado para
alcanzar el nivel de sus colegas, ellos habrían bajado un promedio de
alrededor de 2 Kg de peso mensuales. Esto se debe a que habrían
tenido que tomar la diferencia de energía de su tejido adiposo que
almacena una reserva cercana a 7.000 kilocalorías por kilogramo.
Cuando los trabajadores pueden autorregularse por lo general no caen
en balances de energía negativos, sino que disminuyen su ritmo de
trabajo.

Esto se confirma en una investigación solicitada por una de las


empresas que participó en este proyecto, para analizar la alimentación
de un grupo de podadores de alto rendimiento, en quienes se habían
constatado pérdidas manifiestas de peso. Antes de iniciar el estudio, se
le planteó a la empresa que los trabajadores, al no contar con la
alimentación suficiente, no siguen bajando indefinidamente de peso;
después de un tiempo disminuyen el ritmo de trabajo, manteniendo su
masa corporal. Efectuado un seguimiento, se constató que no habían
cambios significativos ni en el peso ni en la grasa corporal. Sin embargo,
en el período de dos meses de control, posterior a las observaciones de
pérdida de peso, se pudo verificar una reducción en el rendimiento, lo
que se muestra en la tabla 7.2.

Tabla.7.2. Promedio y desviación estándar (DE) para las variaciones de


peso y de la masa grasa y diferencias de rendimiento en podadores
evaluados en dos períodos

VARIABLES EVALUACION MARZO EVALUACION MAYO


PROMEDIO DE PROMEDIO DE
Peso (kg) 65.0 6.3 65.5 6.2
Masa Grasa (%) 10.8 3.2 10.9 3.2
RENDIMIENTO ARBOLES PODADOS POR
JORNADA
ACTIVIDAD FEBRERO- ABRIL-MAYO DIFERENCIA
MARZO
PROMEDIO DE PROMEDIO DE n %
PODA 2 (2-4 m) 303 38 257 37 46 - 15.2
PODA 3 (4-6 m) 219 37 175 31 44 - 20.1
Como se destaca en la tabla 7.2, el rendimiento en el período de
evaluación disminuyó en un 15.1 % para segunda poda y en un 20.2 %
para tercera poda. Esta reducción podría tener diversas causas. Una de
ellas podría ser diferentes condiciones de trabajo. Sin embargo, este no
fue el caso; la causa parece estar en un ajuste del ritmo de los
trabajadores a su disponibilidad de alimentos. Por ejemplo, una
estimación, basada en medidas del gasto de energía que demanda
podar árboles en altura, indica que éste alcanza una cifra cercana a 15
kcal por árbol. Teniendo una diferencia de 46 árboles en poda 2, el
déficit de energía para superar la diferencia sería de aproximadamente
690 kcal diarias. Como se explicó, si se considera que un kilogramo de
tejido adiposo tiene una reserva de energía cercana a las 7.000 kcal,, un
trabajador obligado a sostener el rendimiento más alto podría bajar
aproximadamente 2.5 Kg de peso al mes considerando 24 jornadas para
el período. Por lo expuesto, lo más recomendable es suplementar la
alimentación de estos podadores, lo que en esa empresa fue acogido,
con buenos resultados posteriores.

Investigaciones como las señaladas, han servido de base para que


algunas empresas forestales financiaran estudios tendientes a mejorar la
cantidad y la calidad de la alimentación de los trabajadores forestales.
La tarea ha sido compleja, ya que se trata de dietas de costo razonable,
del gusto de los trabajadores y fáciles de preparar en condiciones de
campamento, donde muchas veces no se cuenta con agua potable ni
electricidad.

Antes de analizar alternativas de dieta, es necesario responder la


siguiente pregunta: ¿ qué cantidad de energía requiere un trabajador
forestal ? La respuesta no es fácil, porque para ello se requiere
establecer cuanta energía pueden gastar sin llegar a la fatiga. Los
estudios efectuados revelaron que, para la mayoría de las faenas
forestales, un trabajador requiere no menos de 4.000 kcal. por día. Esta
es una cifra muy general, ya que las condiciones ambientales y
especialmente las características individuales determinan requerimientos
muy variados. Sin embargo, es imposible pensar que en campamentos o
casinos, se pueda preparar una alimentación diferenciada de acuerdo a
las necesidades de cada trabajador.

Con respecto a este último punto es necesario destacar que, el límite


más alto de gasto de energía de un trabajador, está dado por actividades
cuyos requerimientos energéticos no lleven al trabajador a la fatiga.
Como se ha señalado antes, se estima que un límite razonable, es una
intensidad de esfuerzo no superior al 40 % de la capacidad aeróbica. Sin
embargo, como se puede ver en el capítulo 2, la capacidad aeróbica
varía dentro de rangos muy amplios, lo que, en la práctica, significa que
trabajadores diferentes, trabajando a una misma intensidad relativa del
40 % de la capacidad aeróbica, tendrán requerimientos de energía muy
distintos. Por ejemplo, tomemos, dos personas de un tamaño corporal
similar, una de ellas con una capacidad aeróbica de 3.0 litros de oxígeno
por minuto, que es una cifra cercana al promedio; la otra, con un
consumo máximo de oxígeno de 4.0 litros por minuto. Para ilustrar las
necesidades energéticas de ambos sujetos, el cuadro 7.1 resume un
análisis teórico de los requerimientos de cada uno de ellos:

Cuadro 7.1 Requerimientos de energía de trabajadores con distinta


aptitud física

Trabajador 1 Trabajador 2
Capacidad aeróbica 3.0 l O2/min 4.0 l O2/min
40% Capacidad 1.2 l O2/min 1.6 l O2/min
aeróbica
6.0 kcal/min 8.0 kcal/min
Energía para 8 horas 2.880 kcal 3.840 kcal

Como se puede observar, si ambos trabajadores realizaran un mismo


nivel de esfuerzo relativo, equivalente al 40 % de su capacidad aeróbica,
habría cerca de 1.000 kcal de diferencia en sus necesidades
energéticas. Por ello, los esfuerzos a futuro, deben orientarse a la
educación de los trabajadores. En otras palabras, si las empresas
aportan alimentos para satisfacer las necesidades de las personas con
mayores requerimientos de energía, el resto deberá regular su ingesta
de acuerdo a sus propias necesidades. Sin embargo, la experiencia en
Chile indica que esto no es lo habitual y, en otros sectores de la industria
chilena, se observa, en un número importante de trabajadores, una
marcada tendencia a la obesidad.

2. Nutrientes en la dieta

Hasta el momento sólo se ha hecho mención a las necesidades


energéticas de los trabajadores. Sin embargo, una buena alimentación
debe considerar otros elementos denominados nutrientes, que son
fundamentales para la mantención de una buena salud. La nutrición es
una ciencia que se preocupa de estudiar los nutrientes aportados por los
alimentos y la forma en que el organismo los asimila. Estos procesos
son complejos pero en términos generales, se puede señalar que hay
seis categorías principales de nutrientes:

2.1. Hidratos de carbono

Son la mayor fuente de energía. Su valor energético es cercano a las 4


kilocalorías por gramo. Los hidratos de carbono se necesitan en una
mayor cantidad que otros nutrientes. Generalmente, se encuentran en
los alimentos de más bajo costo. Ejemplos de alimentos ricos en
hidratos de carbono son arroz, maíz, cereales, papas y pan. El azúcar es
otra fuente de hidratos de carbono. El azúcar pura, aporta sólo energía,
sin proveer ningún otro nutriente, pero como el cuerpo convierte el
azúcar muy rápidamente en energía lista para ser usada, su aporte
puede ser importante para trabajadores involucrados en trabajo físico
muy pesado.
2.2. Grasas y lípidos

Las grasas son una fuente importante de energía. Son los alimentos que
tienen el valor energético más alto, alrededor de 9 kcal/gr. Por esta
razón, existe la tendencia a incorporarlas en cantidades grandes en las
dietas para trabajos físicos pesados, porque concentran energía en poco
volumen. Fuentes de grasas comunes son aceites, mantequilla,
margarina y manteca.

2.3. Proteínas

El rol de las proteínas es formar y mantener el tejido muscular. Además


de ello, las proteínas son necesarias para la formación de compuestos
esenciales para el organismo, tales como enzimas, hormonas y
anticuerpos y para la regulación del balance hídrico. Las proteínas
pueden, eventualmente, aportar energía, si los hidratos de carbono y las
grasas son insuficientes.

Fuentes de proteína animal son leche, queso, huevos, carnes de


pescado y aves. La proteína vegetal es aportada por diversos alimentos,
como por ejemplo porotos y otras leguminosas que, por su precio y
disponibilidad, constituyen la principal fuente de proteína de una gran
parte de la fuerza trabajadora en nuevos países en desarrollo.

El cuerpo humano requiere un aporte diario de proteínas que, para un


adulto, es cercano a 0.8 gramos por kilogramo de peso corporal. Los
adolescentes requieren más proteínas que los adultos. Las proteínas
tienen el mismo valor energético que los hidratos de carbono, alrededor
de 4 kcal/gr.

2.4. Minerales

Los minerales no aportan energía. Sin embargo, son necesarios para el


crecimiento y funcionamiento normal del cuerpo. En el cuadro 7.2, se
presenta una síntesis de algunos minerales importantes para el
organismo y los alimentos en que se encuentran más frecuentemente.

Cuadro 7.2. Algunos minerales necesarios para el organismo y alimentos


que los aportan

CALCIO
FUENTE: Leche, yogur, quesos, helados, legumbres y vegetales
verde oscuro
FÓSFORO
FUENTE: Carnes rojas, pescado, aves, leche, yogur, quesos,
cereales, legumbres, bebidas cola
FIERRO
FUENTE: Hígado de ternera, carnes magras, aves, pan, papas,
cereales, legumbres, yema de huevo, vegetales de hoja verde, frutos
secos
YODO
FUENTE: Pescados, mariscos, sal yodada, productos lácteos,
vegetales
SODIO
FUENTE: Sal, productos de origen animal
POTASIO
FUENTE: Carnes, leche, cereales, legumbres, verduras, papas,
plátanos, café, té

2.5. Vitaminas

Las vitaminas son compuestos orgánicos que actúan como catalizadores


en los procesos intermediarios del metabolismo. Al igual que los
minerales, no aportan energía. Se clasifican en liposolubles e
hidrosolubles. Las liposolubles son las vitaminas A, D, E y K, mientras
que las hidrosolubles incluyen la vitamina C y el complejo B. En el
cuadro 7.3 se resumen los alimentos que aportan vitaminas
hidrosolubles, mientras que el cuadro 7.4 incluye los mismos
antecedentes para las vitaminas liposolubles.

Cuadro 7.3. Alimentos que aportan vitaminas hidrosolubles

VITAMINA A
FUENTE: Hígado de ternera, yema de huevo, mantequilla, leche, nata,
margarina, verduras de hoja verde y amarilla, papas, melón
VITAMINA D
FUENTE: Hígado, salmón, sardinas, atún, mantequilla, yema de huevo
VITAMINA E
FUENTE: Germen de trigo, verduras, aceites vegetales, yema de
huevo, legumbres, palta, margarina
VITAMINA K
FUENTE: Repollo, coliflor, vegetales de hoja verde, hígado de cerdo,
carne, aceite de soja y otros aceites vegetales

Cuadro 7.4. Función que cumplen y alimentos que aportan vitaminas


liposolubles

VITAMINA B1: TIAMINA


FUENTE: Cerdo, hígado de ternera, vísceras animales, nueces, papas,
cereales de salvado, avena, pan, arroz, arvejas
VITAMINA B2: RIBOFLAVINA
FUENTE: Carnes, hígado de ternera, leche, quesos, huevos, cereales
de salvado, verduras
VITAMINA B3: NIACINA
FUENTE: Hígado de ternera, carnes magras, pescados, aves,
legumbres, hongos
VITAMINA C
FUENTE: Cítricos, fresas, melón, repollo, pimientos, tomates, papas,
perejil

2.6. Agua

Es el mayor constituyente del cuerpo. El hombre adulto contiene


aproximadamente un 60% de agua, lo que para una persona de 70 Kg,
es equivalente a 42 litros. Esta cantidad disminuye en los ancianos y es
mayor en los niños. Se estima que una persona siente sed cuando ha
perdido alrededor de 5 % del agua corporal, mientras que pérdidas
superiores al 20 % pueden causar la muerte.

El agua es indispensable por un gran número de razones: es un


solvente, un lubricante y un transportador de otros nutrientes y de
productos de desecho metabólico. También ayuda a regular la
temperatura corporal.

Las necesidades de agua son individuales y son, en parte, cubiertas por


el contenido de los alimentos. El trabajo físico pesado y las altas
temperaturas aumentan considerablemente la necesidad de agua. Las
pérdidas de agua deben ser recuperadas bebiéndola (hervida si es
necesario). Reemplazar pérdidas moderadas de agua ingiriendo té o
café, puede ser recomendable en casos en que el agua no sea apta
para la bebida. Los líquidos, no sólo deben ser ingeridos a la hora de las
comidas o cuando se siente sed, sino más frecuentemente, ya que la
sed generalmente subestima las necesidades de agua en el cuerpo. Por
ello, es conveniente que exista siempre disponibilidad de agua fresca y
limpia en las proximidades de los lugares de trabajo.

3. Conocimiento actual de la alimentación de trabajadores


forestales chilenos

En los primeros estudios efectuados en la década del 80, para diseñar


dietas para trabajadores forestales, participó un grupo de trabajadores y
un cocinero. Se partió de una dieta base, equilibrada, la cual se fue
modificando de acuerdo a las sugerencias del grupo. La minuta final
tenía un promedio cercano a las 4.000 kcal, se distribuía en tres
comidas, e incorporaba los nutrientes habitualmente carenciales en la
dieta de esta población. Aunque las comidas seguían siendo ricas en
hidratos de carbono, se incorporaron frutas, verduras y proteínas de
origen animal, en cantidades adecuadas que superaban los mínimos
recomendados por expertos de FAO (1974).
Un aspecto que debe quedar establecido, es lo complejo que resulta
encontrar una dieta ideal; las minutas generalmente se repiten semana a
semana y los trabajadores se oponen a modificaciones que permitan
una mejor distribución horaria de las raciones. En todo caso,
evaluaciones en forestales chilenos a los que se les aumentó la ingesta
de energía a 4.000 kcal, revelaron que ellos en promedio, mantenían su
peso corporal y, en varias tareas de manejo y producción, obtenían
rendimientos entre un 18 y un 25 por ciento superiores, a los de
cuadrillas de trabajo que no ingerían esta dieta.

Lo que resulta estimulante, es que estas experiencias realizadas en la


década del 80, se han difundido, notándose una mejoría en la
alimentación de los trabajadores forestales. En efecto, un estudio
efectuado en 50 empresas de contratistas forestales, reveló una franca
mejoría en la alimentación, ya que el 86% había adoptado, con algunas
modificaciones, dietas similares a la propuesta originalmente, Apud e
Ilabaca (1990). Más aún, hoy en día existen en Chile organizaciones
especializadas que otorgan alimentación a los contratistas forestales, las
cuales cuentan con equipos de nutricionistas que supervigilan el aporte
de una dieta balanceada y las condiciones higiénicas en que éstas son
preparadas. En el estudio referido se pudo ver que, el 34 % de las 50
empresas evaluadas, contrataba servicios de este tipo.

Con respecto a las dietas en campamentos, la experiencia de estos


últimos años nos indica que muchos esfuerzos se pierden porque no
cumplen con las expectativas de los trabajadores. Las quejas más
frecuentes son:

· Mala calidad de algunos productos

· Rechazo a determinados alimentos

· Poca cantidad

· Deseos de ingerir leche o sopa al desayuno, jugo al almuerzo y sopa


en la noche

Aunque no hay dieta que sea del agrado de todas las personas, las
quejas de los trabajadores muchas veces son atendibles. Al respecto,
cabe señalar que, las comidas deben ser preparadas con productos de
buena calidad, elaborados por cocineros capacitados en técnicas
culinarias y manipulación de alimentos y servidos en un ambiente
higiénico. Todo esto tiende a aumentar la aceptación de las comidas por
parte de los trabajadores. Además, es razonable el deseo que
manifiestan la mayoría de ingerir leche al desayuno, jugo al almuerzo y
una sopa caliente en la noche.

Por otra parte, frente al problema de volumen, es necesario consignar


que las dietas para campamentos se han calculado considerando
porciones justas y basadas en la parte comestible de los alimentos. Si la
conservación no es la óptima, como ocurre en muchos campamentos, el
porcentaje de pérdidas es mayor al previsto y esto justifica que los
trabajadores se quejen que el volumen es poco.

3.1. Propuesta de una dieta semanal básica

En base a estos antecedentes, la minuta que se propone como


referencia en este documento pretende superar los problemas
enumerados. La dieta que se analizará aporta un promedio diario de
energía cercano a las 4.600 kcal, distribuidas en 3 comidas (desayuno,
almuerzo y cena). Sin embargo, dadas las condiciones de conservación
de alimentos en zonas aisladas y la inclusión de algunas personas
adicionales que, ocasionalmente, en forma no programada comen en las
faenas, hacen pensar en una pérdida adicional que puede oscilar en un
10%. Esto significa que el trabajador recibiría un promedio diario de
energía del orden de 4.100 kcal diarias. Se recomienda también, incluir
pequeñas colaciones para media mañana y media tarde, como por
ejemplo, harina tostada con azúcar y agua, que es parte del hábito
alimentario de estos trabajadores.

La minuta se repite semanalmente y se basa en una preparada


anteriormente. Sólo fue modificada en algunas comidas no bien
aceptadas por la mayoría de los trabajadores. Por otra parte, otorga
mayor flexibilidad para la compra de frutas y verduras de acuerdo a los
precios más convenientes en cada estación del año. A este respecto, es
conveniente destacar que ensaladas y frutas deben proveerse
diariamente en cantidades razonables. Si esto se cumple a conciencia,
no deberían haber variaciones muy notorias en el aporte de energía y,
particularmente, en algunos nutrientes habitualmente carenciales en
estas poblaciones.

Estas cifras ciertamente son promedio. No todos los trabajadores


requieren la misma cantidad de energía e, incluso en iguales faenas, la
complejidad del objeto de trabajo (árboles o ramas), las características
del terreno y el clima pueden variar los requerimientos. Sin embargo, es
absolutamente imposible pensar en dietas diferenciadas de acuerdo a
cada individuo o a las características particulares de cada faena que se
ejecuta. La dieta está pensada para una jornada de ocho horas de
trabajo efectivo, con una pausa de una hora para el almuerzo. Si la
jornada se prolonga por requerimientos de producción, las cantidades
pueden resultar insuficientes.

Los ingredientes deben ser de buena calidad. Se destaca que está todo
calculado para diez personas. Si las porciones se reducen por
compartirse entre un mayor número de personas, los trabajadores las
encontrarán pequeñas. Lo mismo ocurre cuando las pérdidas naturales
de alimentos aumentan por la mala calidad de los productos.

Finalmente, es necesario señalar que los cocineros deben ser


capacitados en técnicas culinarias y en manipulación de alimentos. Las
variaciones en la preparación son un factor determinante en la
aceptación de la dieta por parte de los trabajadores. Por ello, quienes
ejecuten esta actividad, deben tener criterio, entre otras cosas, para
dosificar los aliños, al igual que la sal y el agua, que se recomienda
agregar a algunos alimentos. Las cifras que se adjuntan, representan
una referencia media que puede variar si eso contribuye a satisfacer
mejor el gusto de las personas que ingieren la dieta. Por ejemplo, en el
caso de los guisos, es mejor que las comidas queden con poca sal, a
que resulten excesivamente sazonadas. En el caso de las ensaladas, los
propios trabajadores pueden agregarle el aliño a gusto.

3.1.1. Minuta semanal

DIA 1. TOTAL: 4.478 kilocalorías - 10 % = 4.030 Kcal.

Desayuno: té o café con leche, 1 pan con margarina 1.248 Kcal

Almuerzo: arvejas partidas con vienesa, 1 pan, 1 fruta, jugo 1.603 Kcal

Cena: arroz graneado con choritos, 1 pan, ensalada, té o café 1.627 Kcal

DIA 2. TOTAL: 4.445 kilocalorías - 10 % = 4001 Kcal.

Desayuno: te o café con leche, 1 pan con huevos revueltos 1.213 Kcal

Almuerzo: pollo estofado con arroz, 1 pan, fruta, jugo 1.780 Kcal

Cena: charquicán de carne, 1 pan, ensalada, té o café 1.452 Kcal

DIA 3. TOTAL: 4.409 kilocalorías - 10 % = 3968 Kcal.

Desayuno: té o café con leche, 1 pan con margarina 1.248 Kcal

Almuerzo: porotos con tallarines y longaniza, 1 pan, 1 fruta, jugo 1.765 Kcal

Cena: caldillo de choritos, 1 pan, ensalada, té o café 1.396 Kcal

DIA 4. TOTAL: 4.464 kilocalorías - 10 % = 4.018 Kcal.

Desayuno: té o café con leche, 1 pan con huevos revueltos 1.213 Kcal

Almuerzo: lentejas con longaniza, 1 pan, 1 fruta, jugo 1.735 Kcal

Cena: cazuela de vacuno, 1 pan, ensalada, té o café 1.516 Kcal

DIA 5. TOTAL: 4.505 kilocalorías - 10 % = 4.054 Kcal.

Desayuno: café o té con leche, pan con margarina 1.248 Kcal

Almuerzo: chuletas de cerdo con puré, 1pan, 1 fruta, jugo 1.893 Kcal
Cena: estofado de vacuno, 1pan, ensalada, té o café 1.364 Kcal

DIA 6. TOTAL: 4.417 kilocalorías - 10 % = 3.975 Kcal.

Desayuno: té o café con leche, 1 pan con huevos revueltos 1.213 Kcal

Almuerzo: garbanzos con tocino, 1 pan, 1 fruta, jugo 1.614 Kcal

Cena: carbonada de carne, 1 pan, ensalada, té o café 1.590 Kcal

DIA 7. TOTAL: 4.405 kilocalorías - 10 % = 3.964 Kcal.

Desayuno: café o té con leche, 1 pan con mermelada 1.160 Kcal

Almuerzo: espirales con salsa de carne 1 pan, 1 fruta, jugo 1.660 Kcal

Cena: ajiaco, salpicón de pescado 1 pan, ensalada, té o café 1.585 Kcal

Ingesta media semanal: 4.446 kcal/día

Ingesta media semanal - 10 % de perdidas: 4.002 kcal/día

Suplemento harina tostada: 552 kcal/día

Ingesta media semanal - 10 % perdidas + harina tostada = 4.554


kcal/día.

NOTAS:

Como fruta y ensalada de referencia para el cálculo de calorías, se tomó


durazno y tomate respectivamente. Estas pueden variarse de acuerdo a
la época del año y precio.

Cuando no se trabaja, la ingesta debería ser menor, esto se puede


lograr reduciendo la cantidad de pan a la mitad, lo que reduciría el
aporte en 1.134 kcal, llegando a un total diario de 2.868 Kcal. Esta
medida, si bien es correcta, es difícil de implementar, ya que el mayor
rechazo de estos trabajadores es reducir su ingesta de pan.

3.1.2. Recetas, ingredientes y composición química de las comidas

Almuerzo día 1: arvejas con mote y vienesas

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Arvejas secas partidas 6 tazas 1.250 gr

Trigo mote 1½ tazas 300 gr


Cebolla 1 unidad 200 gr

Manteca 2 cuch. grandes 60 gr

Pimentón seco 8 gr 8 gr

Ajo 3 dientes 10 gr

Orégano 4 gr 4 gr

Sal fina 40 gr aprox. 40 gr aprox.

Agua 3 lt aprox. 3 lt aprox.

Vienesas 10 unidades 500 gr


PREPARACION
1) Remojar las arvejas y el trigo la noche anterior.

2) Cocer juntos las arvejas y el mote remojado hasta que estén


blandos (una hora y media habitualmente). Durante el cocimiento
incorporar la sal, colar y conservar al caldo.

3) Saltar en manteca hirviendo la cebolla picada y estrujada, junto con


el ajo, el pimentón seco y los otros aliños.

4) Incorporar a las arvejas la preparación anterior.

5) Moler una parte de las arvejas con un mazo de madera y darle la


consistencia adecuada agregando el caldo en que se cocieron.

6) Calentar las vienesas en agua hirviendo al momento de servir.

Cena día 1: arroz graneado con choritos

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Choritos 2 latas 400 gr

Arroz 7 tazas 1.400 gr

Salsa de tomates 2 latas 260 gr

Cebollas 1 grande 250 gr

Zanahorias 350 gr 300 gr


Ajo 3 dientes 10 gr

Aceite 100 cc 100 cc

Laurel 1 hoja 2 gr

Pimienta negra 4 gr 4 gr

Sal fina 25 a 30 gr aprox. 25 a 30 gr aprox.

Agua 2 lt aprox. 2 lt aprox.


PREPARACION
Arroz graneado:

1) Saltar ligeramente el arroz en el aceite caliente, revolviendo


constantemente. Incorporar el agua (fría o caliente) y la sal.

2) Hervir a fuego lento, en olla destapada, hasta que el arroz este seco
y perfectamente cocido (25 a 30 minutos).

Salsa de tomates con choritos:

1) Picar o rallar la cebolla y la zanahoria. Saltar ambos materiales en


aceite con sal, el ajo machacado, laurel y demás condimentos, durante
20 a 25 minutos.

2) Agregar la salsa de tomates y los choritos. Hervir a fuego lento


durante 15 minutos adicionales.

NOTA: Al servir el arroz, se le coloca encima una porción de salsa.

Almuerzo día 2: pollo estofado con arroz graneado

Pollo estofado:

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Pollo 10 unidades 1.500 gr

Cebolla 1 unidad 200 gr

Zanahorias 500 gr 450 gr

Aceite 100 cc 100 cc

Ajo 3 dientes 10 gr
Laurel 1 hoja 2 gr

Perejil 10 gr 10 gr

Pimienta negra molida 4 gr 4 gr

Sal fina 35 gr aprox. 35 gr aprox.

Agua 500 cc aprox. 500 cc aprox.


PREPARACION
1) Freír ligeramente las porciones en el aceite. Añadir la cebolla
cortada en cascos y las papas y zanahorias trozadas en cubitos.
Agregar las verduras picadas finas y los aliños.

2) Cocer entre 30 y 40 minutos, añadiendo agua de vez en cuando si


es necesario.

Arroz graneado:

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Arroz 6 tazas 1.200 gr

Aceite 80 cc 80 cc

Ajo 3 dientes 10 gr

Sal fina 30 gr aprox. 30 gr aprox.

Agua 2 lt aprox. 2 lt aprox.


PREPARACION
1) Saltar ligeramente el arroz en el aceite caliente, revolviendo
constantemente. Incorporar el agua fría o caliente, es lo mismo. Añadir
la sal y el ajo picado. Hervir a fuego lento, en olla destapada, hasta
que el arroz esté seco y perfectamente cocido (25 a 30 minutos).

Cena día 2: caldillo de choritos

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Choritos 2 latas 400 gr

Zanahorias 450 gr 400 gr


Aceite 100 cc 100 cc

Arroz 400 gr 400 gr

Papas 2.500 gr 2.000 gr

Cebollas 1 grande 250 gr

Ajo 3 dientes 10 gr

Perejil picado 10 gr 10 gr

Salsa tomate 1 tarro 130 gr

Orégano 4 gr 4 gr

Sal fina 40 gr aprox. 40 gr aprox.


PREPARACION
1) Pelar las papas y cortarlas en rodelas. También las zanahorias.

2) Saltar en el aceite la cebolla picada y estrujada, junto con el ajo y


los condimentos. Incorporar la salsa de tomates disuelta en un poco
de agua.

3) Agregar los choritos y armar el guiso con el resto de los


ingredientes.

4) Cocer aproximadamente por 20 minutos después de agregar tres


litros de agua.

Almuerzo día 3: porotos con tallarines y longaniza

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Porotos crudos 1.250 gr 1.250 gr

Tallarines 500 gr 500 gr

Cebollas 1½ unidad 300 gr

Zapallo 500 gr 450 gr

Manteca 80 gr 80 gr

Ajo 3 dientes 10 gr
Pimiento morrón 1 unidad 40 gr

Pimentón seco 10 gr 10 gr

Orégano 4 gr 4 gr

Longaniza 350 gr 350 gr

Sal fina 40 gr aprox. 40 gr aprox.

Agua 3 lt aprox. 3 lt aprox.


PREPARACION
1) Limpiar los porotos y remojar la noche anterior en bastante agua
templada sin sal. Colar para botar el exceso de agua.

2) Cocer los porotos por aproximadamente 1 hora.

3) Saltar en manteca la cebolla picada, junto con los otros aliños y la


longaniza.

4) Armar el guiso mezclando los ingredientes y añadiendo también los


tallarines, revolver y dejar cocer entre 15 a 20 minutos adicionales.

Cena día 3: charquicán de carne

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Carne ( plateada o 1.000 gr 1.000 gr
molida )
3.500 gr 3.000 gr
Papas
900 gr 800 gr
Zapallo
550 gr 500 gr
Zanahorias
2 unidades 400 gr
Cebollas
200 gr 200 gr
Repollo
1 pequeño 30 gr
Pimiento morrón
10 gr 10 gr
Perejil
100 gr 100 gr
Manteca
3 dientes 10 gr
Ajo 10 gr 10 gr

Pimentón seco 4 gr 4 gr

Orégano 40 gr aprox. 40 gr aprox.

Sal 2 lt aprox. 2 lt aprox.

Agua
PREPARACION
1) Saltar en manteca la carne picada, junto con el ajo picado y el
pimentón seco. Añadir la cebolla y el perejil y continuar el saltado por
30 a 35 minutos en total.

2) Cocer aparte las papas, zapallo, zanahorias y pimiento, pelados y


trozados durante unos 35 minutos. Drenar el exceso de agua y
machacar con el mazo de madera. Mezclar todo y calentar alrededor
de 10 minutos adicionales.

Almuerzo día 4: lentejas con longaniza

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Lentejas 1.200 gr 1.200 gr

Longanizas 350 gr 350 gr

Arroz 250 gr 250 gr

Cebolla 1 grande 250 gr

Manteca 60 gr 60 gr

Ajo 2 dientes 5 gr

Pimentón seco 10 gr 10 gr

Pan duro 200 gr 200 gr

Sal 40 gr aprox. 40 gr aprox.

Agua 3 lt aprox. 3 lt aprox.


PREPARACION
1) Remojar las lentejas la noche anterior en el agua sin sal.

2) Saltar en la manteca la cebolla picada y estrujada, junto con el ajo


picado, pimentón seco, longanizas y sal.

3) Remojar el pan duro en agua tibia hasta formar una pasta


homogénea.

4) Mezclar las lentejas remojadas con el saltado de cebollas y cocer


en la olla cerrada aproximadamente 50 minutos, incorporar el pan
remojado. Revolver bien y cocer 10 minutos adicionales.

Cena día 4: cazuela de vacuno

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Carne de cazuela con huesos 1.600 gr 1.000 gr
(hueso redondo, costillar,
estomaguillo, etc.), 10 presas 1.000 gr 1.000 gr
o
3.000 gr 2.500 gr
carne sin huesos
500 gr 450 gr
Papas
1 unidad 200 gr
Zanahoria
1½ tazas 300 gr
Cebolla
1 caluga 20 gr
Arroz
550 gr 500 gr
Caldo concentrado
3 dientes 10 gr
Zapallo
10 gr 10 gr
Ajo
100 cc 100 cc
Perejil picado
4 gr 4 gr
Aceite
40 gr aprox. 40 gr aprox.
Orégano
3 lt aprox. 3 lt aprox.
Sal fina

Agua
PREPARACION
1) Lave y corte la carne en 10 trozos.

2) Fría en el aceite la cebolla, la zanahoria, el ajo y los aliños. Agregue


la carne.

3) Añada la mitad del agua hirviendo y ponga a hervir alrededor de 45


minutos (hasta que la carne esté blanda).

4) Agregue las papas y el arroz y deje cocer por 15 a 20 minutos más.


Al apagar, incorpore el perejil picado.

Almuerzo día 5: chuletas de cerdo estofadas con puré

chuletas de cerdo estofadas:

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Chuletas de cerdo 10 unidades 1.500 gr

Cebollas 3 unidades 600 gr

Zanahorias 500 gr 450 gr

Perejil 10 gr 10 gr

Aceite 100 cc 100 cc

Ajo 3 dientes 10 gr

Salsa de tomates 1 tarrito 130 gr

Pan rallado 60 gr 60 gr

Laurel 2 hojas 4 gr

Pimienta negra molida 4 gr 4 gr

Sal fina 35 a 40 gr 35 a 40 gr
PREPARACION
1) Pelar cebollas y cortarlas pluma. Pelar o raspar las zanahorias y
cortarlas en rodelas delgadas.

2) Saltar en aceite las chuletas. Junto con el ajo picado y los otros
aliños, la cebolla y zanahoria picada. Incorporar la salsa de tomates
diluida con un poco de agua y cocer a fuego moderado. Al término de
la preparación, se le agrega el pan rallado para espesar el jugo.

Puré:
INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE
Papas 4.000 gr 3.500 gr

Leche en polvo, 26 % materia 150 gr 150 gr


grasa
80 gr 80 gr
Aceite
PREPARACION
1) Pelar, trozar y lavar las papas. Cocerlas durante unos 30 minutos.
Colar y moler.

2) Incorporar la leche caliente, previamente disuelta en 400 cc de


agua, junto con el aceite, revolviendo vigorosamente.

Cena día 5: estofado de vacuno

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Carne de vacuno sin hueso 1.000 gr 1.000 gr

Papas 2.000 gr 1.600 gr

Zanahoria 300 gr 270 gr

Cebolla 3 unidades 600 gr

Caldo concentrado 1 caluga 20 gr

Salsa de tomates 1 tarro 130 gr

Arvejitas tiernas o de tarro 150 gr 150 gr

Pimiento morrón 1 unidad 40 gr

Harina 60 gr 60 gr

Ajo 3 dientes 10 gr

Perejil picado 10 gr 10 gr

Aceite 100 cc 100 cc

Orégano molido 3 gr Aprox. 3 gr aprox.

Pimentón molido 10 gr 10 gr
Laurel 2 hojas 4 gr

Pimienta negra molida 4 gr 4 gr

Sal fina 40 gr 40 gr

Agua 600 cc aprox. 600 cc aprox.


PREPARACION
1) Limpiar y trozar la carne. Saltarla ligeramente en una parte del
aceite, junto con el ajo, pimentón seco, laurel y demás condimentos
menos la pimienta negra molida, durante unos 20 min. aprox.

2) Limpiar las cebollas y cortarlas "en juliana" (pluma); raspar o pelar


las zanahorias, lavar y cortarlas en rodelas delgadas; pelar las papas,
cortar "en cascos" y lavar.

3) Armar el conjunto. Añadir el resto del aceite, la sal, pimienta, perejil


picado y arvejas. Cocer en olla cerrada durante unos 30 min.

4) Incorporar la harina, previamente disuelta en el agua y la salsa de


tomates, y continuar la cocción durante unos 15 min. adicionales.

Nota: La adición de arvejas es opcional.

Almuerzo día 6: garbanzos con tocino

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Garbanzos pelados 1.250 gr 1.250 gr

Tocino ahumado 150 gr 150 gr

Arroz o mote de trigo 300 gr 300 gr

Cebollas 1 unidad grande 250 gr

Ajos 3 unidades 10 gr

Pimentón seco 10 gr 10 gr

Orégano 4 gr 4 gr

Manteca 80 gr 80 gr

Sal fina 40 gr aprox. 40 gr aprox.

Agua 2 lt aprox. 2 lt aprox.


PREPARACION
1) Remojar los garbanzos la noche anterior en 2,5 veces su volumen
de agua sin sal. Colar. Remojar el trigo mote pulido y cocer.

2) Freír en manteca la cebolla picada y exprimir, junto con el tocino


picado, o "en panceta", el ajo, pimentón y condimentos.

3) Incorporar el garbanzo remojado, el mote de trigo pelado, la sal y el


agua necesaria.

Cocer en olla cerrada durante unos 65 a 70 minutos. En caso de


emplearse arroz en lugar de trigo mote, debe primero cocinarse el
garbanzo durante unos 30 min y luego introducir el arroz, cociendo en
olla cerrada durante 35 o más minutos adicionales.

4) Moler parcialmente el garbanzo con el mazo y revolver con la


paleta.

Cena día 6: carbonada de carne

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Carne ( plateada o carne 600 gr 600 gr
molida)
3.000 gr 2.500 gr
Papas
500 gr 500 gr
Fideos
450 gr 400 gr
Zanahoria
2 a 3 unidades 500 gr
Cebolla
200 gr 200 gr
Acelga
150 gr 150 gr
Repollo
2 calugas 40 gr
Caldo concentrado
550 gr 500 gr
Zapallo
3 dientes 10 gr
Ajo
10 gr 10 gr
Perejil picado
150 cc 150 cc
Aceite
10 gr 10 gr
Pimentón seco 2 gr 2 gr

Pimienta negra 40 gr aprox. 40 gr aprox.

Sal fina 3 lt aprox. 3 lt aprox.

Agua
PREPARACION
1) Picar la carne en trocitos pequeños y saltarla ligeramente en aceite,
junto con el ajo y el pimentón seco.

2) Pelar las papas, las zanahorias, las cebollas y el zapallo y picar en


daditos; lavar. Picar la acelga y el repollo. Mezclar todos los
ingredientes.

3) Cocer el conjunto en agua con sal y demás condimentos, hasta su


completo cocimiento. Decorar con perejil picado.

Almuerzo día 7: espirales con salsa de carne

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Fideos de huevo 1.400 gr 1.400 gr

Carne molida 500 gr 500 gr

Salsa de tomates con carne 7 tarros 910 gr

Cebolla 2 unidades 400 gr

Zanahorias 250 gr 220 gr

Aceite 80 gr 80 gr

Pimentón seco 10 gr 10 gr

Laurel 2 hojas 4 gr

Orégano 4 gr 4 gr

Sal 40 gr 40 gr aprox.

Agua 3 lt aprox. 3 lt aprox.


PREPARACION
1) Poner agua a hervir con sal y 30 gramos de aceite, cuando el agua
esté en ebullición, incorporar los tallarines, revolviendo el contenido
para evitar que se peguen.

2) Dejar cocer en olla semidestapada, durante unos 25 a 30 min., sin


remover.

(debe cuidarse de no sobrecocer los fideos). Colar y estilar


perfectamente.

Preparación salsa:

3) Saltar en el aceite (50 gr) los trocitos de carne molida, y luego la


cebolla picada y exprimida y la zanahoria rallada, el ajo, pimentón,
laurel, sal y orégano. Dejar cociendo durante unos 15 min. Incorporar
la salsa de tomates, revolver y continuar la cocción por unos 7 minutos
más.

4) Mezclar la salsa con los tallarines y servir.

Cena día 7: ajiaco y salpicón de pescado

Ajiaco:

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Carne (plateada) 600 gr 600 gr

Papas 3.000 gr 2.500 gr

Cebollas 4 unidades 800 gr

Pimiento morrón 1 unidad 40 gr

Ajo 3 dientes 10 gr

Salsa de tomates 1 tarro 130 gr

Orégano 4 gr 4 gr

Pimienta negra 2 gr 2 gr

Manteca 70 gr 70 gr

Sal 40 gr aprox. 40 gr aprox.

Agua 2½ lt aprox. 2½ lt aprox.


PREPARACION
1) Saltar la carne picada en manteca, junto con la cebolla picada y
estrujada, el ajo y demás condimentos.

2) Mezclar los ingredientes. Añadir las papas peladas y cortadas en


torrejas y las zanahorias peladas cortadas en tiras. Hervir el conjunto
durante 30 minutos adicionales.

Salpicón de pescado:

INGREDIENTES CANTIDAD PESO COMESTIBLE


Jurel 3 tarros 960 gr

Papas 1.200 gr 1.000 gr

Cebollas 1 unidad 250 gr

Lechuga 2 costinas 1.000 gr

Zanahoria 500 gr 400 gr

Aceite 60 gr 60 gr

Vinagre 50 c. 50 cc

Sal fina 30 gr aprox. 30 gr aprox.


PREPARACION
1) Cocer las papas y zanahorias sin pelar. Una vez cocidas pelar y
cortar en trocitos.

2) Abrir los tarros de pescado y drenar el agua.

3) Limpiar y lavar saparadamente las hojas de lechugas con bastante


agua. Picar más o menos fina.

4) Picar la cebolla "pluma". Mezclar todos los ingredientes y aliñar con


el aceite, vinagre y sal.

Ingredientes para el pan:

INGREDIENTES CANTIDAD
Harina 6 kg

Levadura 45 gr

Manteca 240 gr
Sal 150 Gr

Agua 2½ lt aprox.

Las mediciones realizadas indican que estos ingredientes alcanzan para


30 panes, los cuales contienen cerca de 30 % de humedad.

Agregados para el pan

Días 2, 4 y 6:

· Huevos revueltos: ......................................... 145 Kcal

huevos : 10 unidades
aceite : 80 gr
sal : 20 gr aprox.

Días 1, 3 y 5:

· Margarina: .................................................... 180 kcal (25 gr/pers.)

Día 7:

· Mermelada: .................................................. 92 Kcal (50 gr/pers.)

Nota: Para el cálculo de calorías se usó mermelada de durazno, pero


ésta puede variarse.

Té, café y leche

· Café con leche: ............................................. 312 Kcal

café : 70 gr
azúcar : 300 gr
leche en polvo, 26% materia grasa : 400 gr

· Té con leche: ................................................. 312 Kcal

té : 10 bolsitas
azúcar : 300 gr
leche en polvo, 26% materia grasa : 400 gr

· Té: ..................................................................116 Kcal

té en bolsa : 10 unidades
azúcar : 300 gr
Café: ...............................................................116 Kcal

café instantáneo : 70 gr
azúcar : 300 gr

Suplemento de harina tostada

· Suplemento de harina tostada:........................ 552 Kcal

harina tostada : 100 gr/pers.

azúcar : 50 gr/pers.

Ingredientes para ensaladas (ejemplos)

Día 1: Ensalada de repollo

Repollo : 1.000 gramos (app. medio repollo)


Aceite : 100 gramos
Limón : 200 gramos (30 cc jugo); 1 grande
Sal : 30 gramos aprox.

Días 2 Y 6: Ensalada de lechugas

Lechuga : 1.000 gramos (app. 2 cortinas o 3


francesas)
Aceite : 100 gramos
Limón : 200 gramos ( 30 cc jugo ) ;1 grande
Sal : 30 gramos aprox.

Día 3: Ensalada de zanahorias ralladas

Zanahorias : 1.500 gramos; peladas y ralladas


(1.350 gramos)
Aceite : 100 gramos
Limón : 200 gramos (30 cc jugo); 1 grande
Sal : 30 gramos aprox.

Día 4: Ensalada de betarragas

Betarragas : 2.000 gramos; cocidas y peladas


(1.500 gramos)
Cebollas : 5 medianas; 1.000 gramos
comestible
Aceite : 100 gramos
Limón : 200 gramos ( 30 cc. jugo ); 1
grande
Sal fina : 30 gramos
Día 5 y 7: Ensalada de tomates

Tomates : 2.000 gramos; (10 unidades aprox.)


Aceite : 50 gramos
Sal fina : 30 gramos

Frutas ( ejemplos )

Días 1, 3 y 5:

1 manzana por persona, 125 gr. aprox. (100 gr.


comestibles)

Días 2 y 4:

1 naranja por persona, 150 gr. aprox. (100 gr. comestible).

Día 6:

1 pera por persona, 125 gr. aprox. (100 gr. comestible).

3.1.3. Compras por semana para 10 personas

a) Compras de almacén

Detalle Cantidad a Total a comprar


ocupar
Aceite 1.700 cc 2 lt

Arroz 3.550 gr 4 kg

Arvejas secas 1.250 gr 1¼ Kg

Arvejitas en conserva 150 gr 1 tarro

Azúcar 4.200 gr 5 kg

Café 2.400 gr 15 tarros ( 170 gr. c/u )

Caldo concentrado 80 gr 4 tabletas

Choritos 800 gr 4 tarros

Fideos 1.900 gr 5 paquetes ( 400 gr. c/u)

Garbanzos 1.250 gr 1¼ Kg

Harina 42.060 gr 1 quintal ( 50 Kg )


Huevos 1.500 gr 30 unidades

Jurel 960 gr 3 tarros

Leche 26% materia 2.950 gr 3 Kg


grasa
1.200 gr 2 Kg, 130 gr
Lentejas
315 gr 3 panes ( 250 gr )
Levadura
2.130 gr 1 Kg
Manteca
750 gr 1¼ Kg
Margarina
1.000 gr 2 Kg
Mermelada
1.250 gr 13 tarros ( 130 gr c/u )
Porotos
1865 gr 1 paquete ( 500 gr )
Sal
1.690 gr 3 cajas ( 20 bolsitas c/u)
Salsa de tomates
500 gr 600 gr
Tallarines
60 bolsitas 10 unidades

600 gr 1 botella
Trigo mote
500 gr 8 hojas ( 1 paquete )
Vienesas
50 cc 1 bolsita
Vinagre
16 gr 1 bolsita
Especias:
35 gr 1 bolsita
Laurel
78 gr
Orégano
18 gr
Pimentón seco

Pimienta

b) Compra de carnicería

Detalle Cantidad a Total a comprar


ocupar
Carne de vacuno s/hueso ( posta ) 1.000 gr 1 kg
600 gr
Carne de vacuno s/hueso 600 gr
(plateada) 2.100 gr
2 Kg, 100 gr
Carne molida 1.600 gr
10 porciones
Cazuela de vacuno 1.500 gr
10 unidades
Chuletas de cerdo 700 gr
700 gr
Longaniza 1.500 gr
10 presas
Pollo 150 gr
150 gr
Tocino ahumado

c) Compras de verdulería

Detalle Cantidad a Total a comprar


ocupar
Acelga 200 gr 1 paquete

Ajo 135 gr 6 cabezas

Cebollas 5.450 gr 28 unidades

Lechuga 1.000 gr 2 costinas ó 3 francesas

Papas 22.200 gr 22½ Kg

Perejil 70 gr 1 atados

Pimiento morrón 150 gr 4 unidades

Repollo 350 gr 1 unidad chica

Zanahorias 4.350 gr 4½ Kg

Zapallo 2.500 gr 2½ Kg

Ensaladas (verduras) y frutas

Se deja flexibilidad para la adquisición de estos productos de acuerdo a


las variaciones estacionales. En todo caso la dieta debe contener una
fruta y una ensalada diariamente. Las porciones deben ser de tamaño
razonable y de buena calidad.
En el caso particular de las ensaladas, estas deben ser aliñadas en
forma apropiada, con aceites de buena calidad. Es necesario tener
especial cuidado con las verduras crudas, mientras persista el riesgo de
cólera. Si no existe seguridad del agua con que se han regado las
hortalizas, es recomendable seleccionar verduras que se puedan comer
cocidas.

La lista de frutas y verduras que se adjunta, representa un ejemplo de


las cantidades de compras de verdulería, también se refieren a los
productos tomados como ejemplo que deberían entregarse cada
semana. Si se compran productos de la estación, no deberían haber
diferencias marcadas en el costo de la fuente diaria de ensaladas y
frutas.

c1) Verduras y frutas

Detalle Cantidad a ocupar Total a comprar


Verduras: 2.000 gr 2 Kg

Betarragas 1.000 gr 5 unidades

Cebollas 2.000 gr 4 costinas ó 6 francesas

Lechuga 1.000 gr 1 Kg

Limones 1.000 gr 1 unidad

Repollo 4.000 gr 4 kg

Tomates 1.500 gr 1½ Kg

Zanahorias 3.750 gr 30 unidades (125 gr c/u)

Frutas: 3.000 gr 20 unidades (150 gr c/u)

Manzanas 1250 gr 10 unidades (125 gr c/u)

Naranjas

Peras

CAPITULO 8

VESTUARIO Y ELEMENTOS DE PROTECCION PERSONAL DE


TRABAJADORES FORESTALES

1. Introducción

1.1. Antecedentes generales


Antes de analizar el tema específico de este capítulo, es necesario referirse a
algunos aspectos generales de prevención de riesgos. Desde este punto de
vista, lo más importante es advertir que los elementos de protección personal
son necesarios, pero constituyen un elemento más dentro del conjunto de
medidas que deben tomarse, para una efectiva protección contra los
accidentes.

En otras palabras, si se requiere usar elementos de protección personal,


estamos aceptando que los accidentes pueden suceder. Lo ideal entonces es
tratar, en la medida que esto sea posible, de evitar que los accidentes ocurran y
para ello hay un conjunto de actividades que deben efectuarse y que destacan
como un eslabón más de la cadena del uso de elementos de protección
personal.

Desde un punto de vista ergonómico, se establece, como orden lógico, para


prevenir accidentes, la siguiente secuencia:

A. Planificación Técnica

· Diseño del trabajo para prevenir los accidentes en forma anticipativa, con la
ayuda del análisis ergonómico de sistemas

· Establecimiento de normas claras de seguridad

· Evitar la fatiga, diseñando esquemas de pausas de acuerdo a la capacidad


física de la población laboral

B. Seguimiento

· Supervisión de seguridad en los lugares de trabajo, incluyendo el uso


obligatorio de elementos de protección personal

· Análisis de las sugerencias de seguridad que puedan hacer los mismos


trabajadores

· Análisis de los accidentes

· Análisis de incidentes críticos o casi accidentes

C. Selección de los trabajadores

· Selección de personal, utilizando criterios de salud, psicológicos y de aptitud


vocacional

· Exámenes médicos y entrevistas periódicas para reevaluar las aptitudes del


trabajador para la actividad que se le ha asignado

D. Entrenamiento y difusión
· Educación en seguridad y salud, como parte de los programas de
entrenamiento vocacional

· Instrucción en seguridad, cada vez que un trabajador tiene que realizar


actividades que no corresponden a su trabajo habitual

· Discusiones periódicas de seguridad e información acerca de nuevos riesgos


en el lugar de trabajo

· Información continua con métodos audiovisuales atractivos

· Incentivos a los trabajadores que muestren un comportamiento seguro

E. Tratamiento de las personas accidentadas

· Sistemas de alarma rápidos y ergonómicamente diseñados

· Organización eficiente de los primeros auxilios en el lugar de trabajo,


asegurando el transporte de los accidentados, su tratamiento y rehabilitación

· Reubicación temporal de las personas accidentadas en trabajos apropiados a


su condición

Como es posible observar, la organización de la prevención de riesgos es


compleja y el tema que analizaremos, es sólo una parte de un problema que
debe ser abordado en forma integral. De este modo, el propósito de este
capítulo, es analizar y recomendar los elementos de protección requeridos en
distintas tareas forestales, discutir criterios de calidad que se puedan utilizar
para su fabricación, así como también, proporcionar algunos antecedentes para
que los responsables de adquirir los elementos de protección personal puedan
exigir requisitos de calidad a los proveedores.

2. Recomendaciones de vestuario y elementos de protección personal de


trabajadores forestales

Antes de analizar las recomendaciones sobre elementos específicos, es


conveniente ilustrar algunas tendencias que se observan en la accidentabilidad
de los trabajadores forestales. Al respecto, en la tabla 8.1, se resume
información de la distribución que presentan normalmente las lesiones que
afectan las diferentes partes del cuerpo (Apud, 1989).

Tabla 8.1. Partes del cuerpo lesionadas en trabajadores forestales

PARTE DEL CUERPO LESIONADA % DEL TOTAL DE ACCIDENTES


Cabeza y cara 15.0
Tronco 3.7
Extremidad superior 6.6
Mano y muñeca 17.9
Extremidad inferior 22.1
Pie y tobillo 13.1
Columna vertebral 15.4
Lesiones múltiples 1.9
Otros 1.0

Fuente: Apud, E. "Some aspects of Chilean forest work with special reference
to occupational accidents". Informe preparado para la OIT, 1989.

Observando los antecedentes resumidos en la tabla 8.1, se puede apreciar que


la cabeza y la cara son afectadas por un 15 % de los accidentes. Parte
importante de los accidentes que comprometen la cabeza son producidos por
golpes de ramas o conos que caen y que podrían evitarse con el uso de
cascos. Por su parte, al referirse a la cara, son los ojos la parte más afectada
por partículas de polvo y aserrín, lo que justifica plenamente el que, al menos,
los motosierristas utilicen protección facial.

En la misma tabla se puede ver que un 17.9 % de los accidentes afectan


manos y dedos, parte importante de los cuales podrían prevenirse con el uso
de guantes apropiados. Lo mismo en el caso de los pies, ya que resbalones,
caídas y atrapadas pueden evitarse, en parte, mediante el uso de un calzado
de seguridad adecuado.

Entre las lesiones más comunes que se producen en la extremidad inferior, que
como se ve en la tabla 8.1, es el área del cuerpo más afectada, están los cortes
producidos por la motosierra y otras herramientas cortantes, como el hacha y
rozón. Por ello, el uso de pantalón o perneras anticorte, es una clara necesidad
para los motosierristas. Sin duda que, aunque generalmente no se usa en
nuestro medio, los hacheros y rozadores también requerirían protección
especial para sus piernas, como por ejemplo, canilleras anticorte.

Aunque los antecedentes disponibles no permiten precisar cuántos de los


accidentes forestales están influenciados por el frío o el calor ambiental, estos
agentes físicos no pueden desestimarse y por ello es importante que el
vestuario de verano y de invierno provea confort térmico adecuado.

Por otra parte, el ruido también puede ser una causa indirecta de accidentes,
aunque es difícil de precisar. Más aún, los operadores de herramientas de
potencia y maquinaria, están expuestos directamente al ruido, lo que en el
largo plazo les puede producir sordera profesional. Por esta razón, es
fundamental que ellos cuenten con protección auditiva.

En la discusión que continua, se analizará separadamente los fundamentos


que deberían orientar la fabricación y selección de cascos, protectores faciales,
protectores auditivos, guantes, calzado, pantalones anticorte y vestuario de
protección para el frío y el calor. En cada elemento analizado se especificará en
qué tareas éste debe usarse. Al final del texto, se agregará una lista de
comprobación, cuyo objetivo es proporcionar a los encargados de adquirir
estos implementos, orientación simple sobre las exigencias de calidad que
deben hacer a los proveedores.

2.1. Calor y frío

El calor y el frío son causas de accidentes. Existen estudios que demuestran


que los trabajadores expuestos a calor, cuando la temperatura excede niveles
confortables, están más propensos a sufrir accidentes. La información proviene
de industrias que desarrollan sus actividades en ambientes cerrados y, en las
cuales, cuentan con estadísticas que demuestran una disminución de los
accidentes, cuando se han realizado modificaciones que permiten reducir la
carga térmica ambiental.

Por su parte, se ha demostrado que la destreza manual disminuye


notoriamente en ambientes fríos, a temperaturas inferiores a 10 grados Celcius.
De manera tal, que el frío también puede contribuir al aumento de los
accidentes.

Una de las primeras cosas que se debe tener en claro es que no existe ningún
vestuario único capaz de proteger contra el frío y el calor. Por esta razón, la
primera condición básica es que, al menos, los trabajadores deben contar con
dos trajes diferentes al año, uno de verano y otro de invierno.

El segundo aspecto importante a considerar es que el trabajo forestal se realiza


al aire libre y, por lo tanto, es imposible modificar el ambiente físico en que se
ejecuta la actividad. Debido a ello, es fundamental encontrar vestuario de
protección adecuado y adaptar los métodos de trabajo de acuerdo a las
dificultades que imponga el clima.

2.1.1. Protección contra el calor

Antes de discutir el vestuario que se requiere para ambientes calurosos, es


necesario preguntarse ¿ por qué las personas sienten calor?. Al realizar un
trabajo físico, el hombre actúa como un convertidor de energía, transformando
la energía química contenida en los alimentos en energía mecánica y calórica.
Al igual que en cualquier motor de combustión interna, la cantidad de calor
producido es considerable. Por esta razón, el hombre posee finos mecanismos
de regulación de la temperatura que le permiten eliminar el calor producido
durante el metabolismo, al ambiente que nos rodea. El hombre siente calor
cuando la temperatura del aire, la radiación proveniente de objetos que la
emiten (por ejemplo, el sol), la velocidad del aire y la humedad se combinan de
tal manera, que constituyen un impedimento para la eliminación del calor que
producimos. En casos extremos, el calor puede llegar a provocar la muerte.
Para expresarlo en forma simple cuando se dice "hace calor", deberíamos decir
" tengo dificultades para eliminar al ambiente el calor que estoy produciendo
durante mis procesos metabólicos". Para mayores detalles sobre efectos del
calor ver capitulo 4.

Proteger a los trabajadores del calor en trabajos al aire libre es una tarea difícil,
ya que depende de las condiciones en que se efectúa la actividad. Por ejemplo,
si los trabajadores desarrollan sus actividades en el bosque, a la sombra, el
problema es completamente diferente al trabajo realizado en una cancha con
exposición directa a la radiación solar.

Si el riesgo proviene de trabajos efectuados bajo los efectos de la radiación


solar, el trabajador está expuesto a ganar calor por exposición directa al sol, el
vestuario debe impedir que los rayos solares lleguen directamente al
trabajador. En tal caso, la protección debe comenzar considerando la cabeza
del sujeto. Por lo tanto, el casco, además de proteger la cabeza de los
impactos, debe constituir una barrera que impida que los rayos del sol lleguen
directamente al sujeto. Sin embargo, para que el sudor producido se pueda
eliminar por evaporación al ambiente, el vestuario debe tener buenas salidas
de ventilación que faciliten este fenómeno, asegurando así el poder de
enfriamiento que significa el sudor evaporado.

Para una efectiva protección contra el calor, los trajes deben ser:

· No muy ajustados para permitir la libre circulación de aire

· De colores claros

· Confeccionados con materiales livianos y delgados, en lo posible de algodón

El "slack" tradicional, que consta de una casaca y un pantalón de mezclilla,


tiene la ventaja de que es durable y es de algodón, pero la desventaja de que
las telas son, por lo general, muy obscuras (azul o negra). En este sentido, es
necesario tener presente que los colores obscuros absorben mayor cantidad de
radiación solar que los colores claros.

El problema más serio se presenta cuando la radiación solar se combina con


una alta temperatura del aire. En tal caso, además de que el individuo puede
ganar calor por radiación, está expuesto a no poder eliminar calor por
convección, que es el pasaje directo del calor corporal al aire que nos rodea.
En tal caso, la evaporación de sudor se transforma en la única vía de
eliminación de calor. El enfriamiento no depende de la cantidad de sudor que
se produce sino de la cantidad de sudor que se "evapora". Por ello, si el
vestuario impone una barrera muy grande entre la superficie de la piel y el
ambiente, las dificultades de evaporación son mayores. Consecuentemente,
mientras más delgada y permeable es la tela, mayores serán las posibilidades
de evaporar sudor y más fácil será la disipación del calor por esta vía.

Por lo tanto, en estas condiciones, lo recomendable es una camisa o polera de


algodón con un pantalón de mezclilla de colores claros, para que los
trabajadores realicen sus actividades con estos elementos en las horas de
mayor calor. Como aún en períodos de verano, en la mayoría de las zonas del
país en que se realizan trabajos forestales, las mañanas son frescas, los
trabajadores deberían disponer de un cortaviento liviano, un sweater de lana o
una casaca de mezclilla, para protegerse del frío en las primeras horas del día,
o cuando las condiciones climáticas así lo requieran.
Con relación al vestuario de verano, todos los trabajadores deberían disponer
de estos elementos para protegerse del calor, o más bien, para facilitar la
eliminación del calor que producen. La única excepción la constituyen los
motosierristas que deben usar pantalón anticorte, tema que se discutirá más
adelante.

En cuanto a una recomendación específica, existen numerosas empresas que


fabrican este tipo de vestuario, ya que se trata de poleras o camisas de
algodón liviano y pantalones de mezclilla. En todo caso, frente al riesgo que
significa el calor, no es mucho más lo que se puede hacer con el vestuario, ya
que la protección a la radiación y a las altas temperaturas del aire debe
manejarse con otros criterios más efectivos como es, por ejemplo, limitar el
trabajo en las horas de mayor calor, otorgando pausas frecuentes y
proporcionando refugios, como ramadas, construidas para este fin.

2.1.2. Protección contra el frío

La única forma de protegerse contra el frío en trabajos al aire libre es usando


un vestuario adecuado. El poder aislante de una vestimenta depende de la
cantidad de aire atrapado entre las fibras de la tela utilizada y entre las distintas
capas de ropa.

El aislamiento provisto por el vestuario se mide habitualmente en una unidad


denominada "clo". Esta se define como el vestuario necesario para mantener
cómodo a un sujeto sentado y en descanso, en una habitación normalmente
ventilada, a 21 grados Celcius de temperatura y con un 50 % de humedad
relativa. Como un individuo normal, desnudo, se siente cómodo a una
temperatura cercana a 30 grados Celcius, una unidad clo sería la necesaria
para producir una sensación similar a 21 grados Celcius. Por lo tanto, en
términos generales, una unidad clo es el aislamiento requerido para compensar
un descenso de alrededor de 8 grados Celcius y equivale al aislamiento de las
ropas que usualmente llevan las personas.

El aire inmóvil es un aislante efectivo para las corrientes naturales de


convexión que tienden a alejar el calor de la superficie corporal. Un buen
vestuario debe evitar, en la medida que sea posible, que esto ocurra. Las
corrientes de convexión se reducen en forma importante o se eliminan cuando
el aire es confinado a espacios cerrados, comúnmente denominado "aire
muerto". Por ello, se considera que el aislamiento térmico del vestuario es
proporcional a la capa de aire muerto que encierra. Consecuentemente, el
material del cual el vestuario está fabricado no es crítico, en relación al
aislamiento que provee. En otras palabras, el algodón puede ser tan efectivo
como el lino, la seda o las fibras sintéticas. La principal diferencia, está en la
compresión; ya que es el grosor del aire muerto lo que importa. Por ejemplo, al
no ser comprimido, el algodón es tan buen aislante como la pluma. Sin
embargo, bajo la misma carga, el algodón se comprime más y al
descomprimirse las plumas recuperan rápidamente su grosor total. De allí que
estás provean mejor aislación que el algodón.
Al protegerse contra el frío se debe tener en cuenta que el movimiento del aire
entre las capas del vestuario aumenta notoriamente las pérdidas de calor por
convección. De allí, que independiente del vestuario interior, para lograr una
efectiva protección contra el frío, se requiere ropa externa que proteja del
viento. Esto se logra con una cubierta plástica (cortaviento). Sin embargo, el
problema no es tan simple, porque los plásticos tienden a ser muy poco
permeables al vapor de agua. Esto hace que el sudor evaporado se condense
en la superficie interior de la capa de vestuario plástico, hecho que los
trabajadores usualmente describen como "ropa mojada". Es necesario
considerar que, cuando el aire atrapado en la trama del vestuario es
desplazado por sudor, la protección es nula, porque la conductividad térmica
del agua es bastante mayor que la del aire.

En otras palabras, para proteger a los trabajadores del frío, se debe considerar
un vestuario interior, que mantenga una capa de aire muerto, suficiente para
aislarlos del ambiente, y un vestuario exterior que permita que el aire atrapado
en la trama se mantenga en su lugar. Habitualmente, el vestuario interior es
manejado por los propios trabajadores y, lo que se provee, es el vestuario
exterior, que es el que representa el mayor problema.

En términos generales, el vestuario exterior ( pantalón y chaqueta ) debe estar


hecho de una mezcla de material sintético y de algodón. Al mismo tiempo, es
fundamental que tenga buenas salidas de ventilación para evitar la
condensación del sudor. Estas se logran con salidas especialmente diseñadas
y con cierres que puedan cerrarse en los períodos de descanso y abrirse en los
períodos de mayor producción de calor, que son aquellos en que se realiza
trabajo pesado.

De las evaluaciones hechas con respecto a este tipo de vestuario, se puede


señalar, que los elementos de fabricación nacional presentan una serie de
problemas que analizaremos en detalle. Cabe señalar, que no se hizo una
evaluación de todos los elementos disponibles en el mercado nacional, sino
sólo de aquellos ofrecidos por proveedores de Concepción. En la figura 8.1a,
se puede ver un elemento tipo de fabricación nacional. Como se observa, es un
cortaviento, cerrado, con un cierre corto en la parte delantera superior. Es de
color azul obscuro, con un canesú color naranja, lo que ayuda a evidenciar la
presencia del trabajador en el bosque.

Figura 8.1a) Chaqueta de fabricación nacional


8.1b) Detalle de las salidas de ventilación

Las mangas son largas con elástico en los puños para evitar que entre agua. El
material del cual está confeccionado, no está especificado en ninguna etiqueta,
pero es impermeable, 100 % plástico. La textura es rígida. Indudablemente,
que un traje de estas características requiere buena ventilación para la
eliminación del sudor. Sin embargo, como se observa en la figura 8.1b, las
salidas de ventilación son inadecuadas. Consisten en dos cortes en la parte
posterior que son completamente insuficientes. Esto no constituyó una
excepción, ya que otras chaquetas nacionales presentaban el mismo problema.
Más aún, hubo fabricantes que demostraron absoluto desconocimiento de las
razones por las que incluían estos cortes en el vestuario.

De lo observado durante el estudio, las mejores chaquetas disponibles en el


mercado eran importadas, como la que se ilustra en la figura 8.2a. Al igual que
el cortaviento nacional, es de colores azul y naranja. Tiene doble puño, uno
exterior elasticado y uno interior, que nace aproximadamente a mitad del
antebrazo y que termina en una banda elástica. Esto otorga doble protección.
Tiene un cierre a lo largo de toda la parte delantera y broches que pueden
también cerrarse. Está fabricada con una tela que contiene 80% de poliester y
20% de algodón. Es perceptiblemente más flexible que la mayoría de los
modelos nacionales. El detalle más importante son las salidas de ventilación

Figura 8.2a) Chaqueta importada

8.2b) Detalle salidas de ventilación

que se destacan en la figura 8.2b. Como se puede observar, la parte de color


naranja está completamente superpuesta, de manera tal, que tiene salidas de
ventilación en las mangas y en todo el contorno del torso. La superposición de
las telas en las salidas de ventilación es de 7 cm, a diferencia de la chaqueta
nacional en que es de sólo 2 cm. En el caso de la chaqueta de la ilustración, se
asegura la ventilación, pero la diferencia de 5 cm, previene que entre agua por
estas salidas en caso de lluvia.

De lo analizado anteriormente se desprende que la chaqueta de la figura 8.2 a


y b, es superior para una efectiva protección contra el frío que las mayorías de
las fabricadas en el medio nacional que fueron evaluadas en este estudio.
Como las chaquetas o cortavientos son prendas de uso tan general, el modelo
específico dependerá del diseño de cada fabricante. Sin embargo, debe
asegurarse que estos elementos sean lo suficientemente flexibles, con colores
contrastantes, con facilidad para abrirse en los períodos de trabajo pesado, con
alta producción de calor, y para cerrarse en los períodos de pausa en que ésta
se reduce. Finalmente, las salidas de ventilación deben ser lo suficientemente
amplias para permitir una efectiva evaporación del sudor hacia el ambiente.

Con respecto a actividades específicas reiteramos que todos los trabajadores


deberían disponer de una protección de este tipo en labores efectuadas en
invierno.

2.2. Cortes

Un caso especial, dentro de los trabajadores forestales lo constituyen los


motosierristas que están expuestos a cortes accidentales con la motosierra.
Por esta razón, ellos deben usar pantalones o perneras anti-corte. Las zonas
más expuestas son la cara anterior de muslos, piernas y bajo vientre. Los
materiales anticorte están hechos, por lo general, de telas que al entrar en
contacto con la cadena en movimiento, la traban y bloquean, causando una
detención efectiva. Como lo señala Bostrand (1992), estas protecciones no son
100 % seguras, pero ayudan a reducir la gravedad de los cortes causados por
la motosierra.

De acuerdo al Consejo Interamericano de Seguridad, la protección anticorte


debe estar confeccionada con cuatro capas de nylon balístico, separadas de a
dos por una capa de nylon resistente acolchado y forrado con dos capas
externas de lona gruesa de algodón, de acuerdo al esquema que se ilustra en
la figura 8.3. Estas especificaciones son coincidentes con las del "Forest
Service" de Estados Unidos ( Especificación # 6170-4C, 1981), para
motosierristas profesionales, con la única diferencia que reemplazan las cuatro
capas de nylon por Kevlar. Este material, tiene la ventaja de ser más liviano
que el nylon, pero el inconveniente de ser de más alto costo.

Figura 8.3 Características del material anticorte


Reproducido de: Practiguía 3.079, Consejo Interamericano de Seguridad.

La experiencia en el medio chileno se basa más en los pantalones anticorte


desarrollados en Europa, particularmente en los países escandinavos. De allí,
que se recomiende el uso de un número mayor de capas de nylon, sin que
exista un criterio definido sobre diseño y materiales y, más importante aún, que
esté basado en pruebas objetivas que aseguren el efecto protector.

Frente a la disparidad de criterios y a la falta de información científica al


respecto, se estableció contacto con algunos centros europeos especializados,
habiéndose obtenido antecedentes aclaratorios que revelan que el empirismo
imperante en Chile, debe ser corregido si se pretende llegar al diseño de
pantalones anticorte que efectivamente cumplan su misión.

Al respecto Carlsson (1992), especialista sueco, del College of Forestry de


Garpenberg, señala que lo más importante no es el tipo de tela, ni el número de
capas de material anticorte. Él destaca que lo fundamental es que "los
pantalones pasen las pruebas de evaluación", especialmente diseñadas, en
ese país, para certificar la calidad de estos elementos. Según este experto, es
lo mismo usar goma, metal, plástico, fibras sintéticas o combinaciones de ellas.
Por lo tanto, en Suecia, es el fabricante el que debe decidir, en el entendido
que, para vender estas prendas, debe contar con la aprobación de una agencia
autorizada y ser cómodas para el tipo de trabajo.

La información provista por Carlsson (1992) incluye una serie de pruebas


específicas, de las cuales una de ellas es la resistencia al corte, pero además,
se incluyen otras evaluaciones respecto al diseño, la fijación de las capas
anticortes al interior del pantalón, y la resistencia a frecuentes lavados. Como él
lo señala, la falta de aseo reduce la protección, ya que la suciedad hace que la
fibra se ponga rígida y se corte con más facilidad. Este es un aspecto
importante a considerar, ya que lo habitual en los trabajadores chilenos es que
ellos no laven con frecuencia los pantalones y estos se impregnen con resina,
aserrín y otros materiales.
De los pantalones evaluados, uno de origen sueco trae un sello de calidad
certificada de su país. Pesa 1.4 kg y no tiene ninguna salida de ventilación. El
revestimiento anticorte es tubular y rodea toda la pierna lo que, en nuestro
medio en verano, puede resultar inconveniente. Los pantalones nacionales han
seguido la tendencia de aquellos fabricados para climas fríos. No descartamos
la posibilidad que su diseño sea el mejor en época de invierno, pero no nos
cabe duda que en verano no son lo más recomendables. Esta afirmación se
debe a que, aparte del grosor y del aislamiento que producen las capas
anticorte, los pantalones nacionales, al igual que el de origen sueco, no tienen
salidas de ventilación. A este respecto, un pantalón de origen alemán,
contempla en su parte posterior, tres cortes de ventilación que lo hacen más
recomendable para las condiciones locales en verano. En las figuras 8.4a y
8.4b, se puede ver el detalle de las salidas de ventilación del pantalón. A
diferencia de los otros pantalones evaluados, este es de tipo jardinera, lo que
puede tener ventajas para la sujeción, por el alto peso de esta prenda. Cabe
señalar que, los pantalones nacionales, que se adquirieron para análisis pesan
alrededor de 800 gramos.

Figura 8.4. Detalles del pantalón anticorte.

a) pantalón anticorte Stihl

b) detalle salidas de ventilación


Uno de los problemas principales de detectar, en los pantalones nacionales
evaluados, es si la capa anticorte corresponde a su objetivo. No fue posible
obtener información certificada respecto a si el material era nylon balístico o
algún otro elemento equivalente. Esta es una exigencia que las empresas
forestales deberían hacer a los fabricantes, ya que, los antecedentes
recopilados, no permitieron mayor discernimiento.

Para el verano, una alternativa usada en distintos países son las "perneras".
Estas protecciones no están incorporadas al pantalón, sino que se superponen
sobre el vestuario habitual. Más aún, en algunos países, como Nueva Zelandia,
las perneras son colocadas sobre muslos y piernas desnudos, ya que los
trabajadores usan solamente un pantalón corto, como se ilustra en la figura 8.5.
Esto tiene un fundamento fisiológico, ya que lo más recomendable en la
exposición a ambientes calurosos es dejar descubiertas aquellas zonas del
cuerpo que no están expuestas a la radiación solar. Por ejemplo, en industrias
en que hay fuentes importantes de calor radiante, los trabajadores que trabajan
frente a hornos, cubren la parte delantera de su cuerpo con una pechera
aluminizada, pero, como usan sólo un short, la espalda y las piernas quedan
descubiertas, facilitando la transferencia de calor por evaporación de sudor al
ambiente. Este mismo principio puede ser aplicado a los motosierristas. La
principal duda recae en, si en los países en que se emplea tal indumentaria los
trabajadores sufren muchos

rasguños. En todo caso, el uso de perneras sobre un pantalón delgado de


algodón, podría ser una buena alternativa para la época de verano.

Figura 8.5. Un motosierrista en Nueva Zelandia trabajando con shorts y


perneras.
Uno de los principales inconvenientes de la pernera es su fijación a las áreas
que deben proteger. Si el diseño no es el adecuado, tienden a caerse o a
desplazarse de su lugar, pudiendo también facilitar los enganches con ramas,
lo que puede ser peligroso. Sin embargo, esto se puede obviar mediante un
diseño adecuado. Lo más recomendable es lo que se ilustra en la figura 8.6.
Como se puede observar las dos partes que cubren la pierna están unidas en
el tiro (a), desde donde se ajustan por detrás, mediante una correa regulable,
inmediatamente debajo de los glúteos. Desde allí siguen separadas, hasta que
se fijan a un cinturón completo, que rodea la cintura permitiendo otra área de
fijación. Nótese que, entre el cinturón y la unión en el tiro, las dos perneras
dejan una separación para facilitar la micción. En la parte posterior se puede
ver que existen, en cada lado, dos correas regulables para completar la fijación.
Una se ubica por sobre la articulación de la rodilla, en el área de menor
circunferencia y, la otra sobre la articulación del tobillo, también en el área de
menor circunferencia de la pierna.

A pesar de lo señalado, frente a la protección anticorte, persisten dudas por la


falta de información objetiva y por el hecho de que los proveedores nacionales
no certifican la calidad de los elementos fabricados en Chile. La principal
conclusión entonces, es que se requiere con urgencia establecer pruebas
específicas de evaluación que garanticen el efecto protector de estos
elementos.

Figura 8.6. Detalles para un modelo de pernera


2.3. Protección de la cabeza

2.3.1. Cascos

El casco es el implemento de seguridad más aceptado y constituye uno de los


elementos básicos para cualquier tipo de trabajo que involucre riesgos de
golpes en la cabeza. Tiene también utilidad para proteger al trabajador de las
variaciones climáticas.

En el trabajo forestal existen inminentes riesgos de golpes en la cabeza, debido


a ramas y conos que pueden desprenderse y caer desde la altura impactando
al trabajador. Por otra parte, el casco cumple una doble función ya que,
además de proteger contra los golpes, protege también contra la radiación
solar en verano y la lluvia y el frío en invierno. Hoy en día nadie duda que,
todas las personas que entren a un bosque, en que se ejecuten faenas de
producción forestal, deben usar casco.

Existe una gran variedad de cascos protectores, cuyas características varían


de acuerdo a los riesgos que involucran los distintos trabajos. Se dispone de
varias normativas generales, estando entre las más referidas, las de la
Occupational Safety and Health Administration (OSHA), las del American
National Standard Institute (ANSI) y, en Chile, las del Instituto Nacional de
Normalización (INN). De acuerdo a estas normas, un casco debe cumplir
ciertos requisitos mínimos de construcción en cuanto al tipo de material de la
coraza, el sistema de suspensión, la resistencia al impacto, la penetración y
sus propiedades dieléctricas.
Para el trabajo forestal, el casco más adecuado es aquel con visera, sin ala,
con resistencia limitada al voltaje, y que corresponde a lo que distintas normas
definen como casco para servicios generales. Sin embargo, es necesario hacer
un análisis detallado de las características que deben tener los protectores de
cabeza. Para facilitar la discusión, en la figura 8.7 se puede ver las partes
constituyentes de un casco de seguridad.

En primer lugar, la coraza debe ser liviana, resistente al impacto, a la


penetración y al agua. No debe ser irritante, ni inflamable. En la actualidad,
existe una amplia variedad de materiales que reúnen estas características,
disponiéndose de cascos de aluminio, polietileno de alta densidad, resinas
fenólicas con malla de alambre, fibra de vidrio reforzada con resinas de
poliester y otros materiales.

Figura 8.7. Partes de un casco de seguridad

Referente a la clasificación dada por el INN, el casco que requiere un


trabajador forestal corresponde a Clase C, Tipo II, los que proporcionan
protección contra impactos, lluvias, llamas, salpicaduras de sustancias ígneas,
pero a los cuales no se les imponen exigencias en lo referente a condiciones
dieléctricas.

Si estos cascos se ajustan a las normas citadas anteriormente, deberán cumplir


con el requisito de impacto, que corresponde a resistir una fuerza de 5.0 KN, y
la resistencia a la penetración de un punzón de acero de características
definidas y dejado caer desde un metro de distancia.

La eficiencia de la protección para la cabeza no sólo depende de la resistencia


al impacto y a la penetración del casco, sino que también de su sistema de
suspensión. Este debe permitir una buena sujeción y dejar un espacio
adecuado entre la parte superior de la cabeza del usuario y la coraza del
casco, lo que se conoce con el nombre de "espacio para la coronilla". En la
figura 8.8, se pueden observar los detalles de dos sistemas de suspensión.
Figura 8.8 Detalles de la suspensión de dos cascos

a) Suspensión de cintas

b) Suspensión de plástico

De acuerdo a las normas, los cascos deben tener una banda de sujeción, que
sirva de soporte y que mantenga el casco en una posición tal, que deje
alrededor de 38 milímetros de espacio para la coronilla. Esta sujeción debe ser
ajustable para que el trabajador la pueda regular de acuerdo al tamaño de su
cabeza, lo que permite comodidad y asegura la mantención del espacio para la
coronilla. El rango habitual de ajuste se da en tallas convencionales, que
oscilan entre 6.5 y 8, lo que asegura que se ajuste a la circunferencia de
cabeza de la mayoría de los usuarios. En caso de personas que estén fuera de
este rango, se deberá disponer de cascos más pequeños o más grandes,
según corresponda, lo que también es posible encontrar en el mercado. La
capacidad protectora del implemento se verá afectada si el ajuste no es el
adecuado.

Otro aspecto que se debe destacar es que los usuarios no deben colocar nada
en el espacio para la coronilla. Es habitual que guarden billeteras, cajetillas de
cigarrillos y otros elementos que pueden disminuir o anular la capacidad de
amortiguación del casco.

Por otra parte, el área de la banda de sujeción que rodea el cráneo debe estar
recubierta por una banda de exudación, que por lo menos cubra la zona frontal
de la cabeza, para permitir la absorción y evaporación del sudor. Esta puede
ser fija o desmontable. Es más recomendable la segunda alternativa, porque
permite un buen aseo, o recambio, cuando sea necesario.

Un aspecto que no debe menospreciarse es el hecho que un casco no dura


toda la vida. Por lo tanto, la inspección y la mantención de ellos debe hacerse
regularmente. En las inspecciones, debe observarse la fecha de vencimiento y
el que no tenga fisuras ni señales de impacto. También es importante que estos
implementos no hayan estado sometidos a exposiciones ni usos que reduzcan
su capacidad protectora. Como norma, los cascos dañados o vencidos deben
descartarse.

En relación a la mantención, debe dársele especial importancia al sistema de


suspensión para la absorción de golpes. Es primordial asegurarse que no tenga
bandas sueltas, líneas de costura descosidas ni agarraderas defectuosas. El
casco debe lavarse frecuentemente, por lo menos una vez al mes,
principalmente para mantener la banda de exudación libre de elementos, tales
como resinas o grasa, que le impidan cumplir su función.

Con respecto a recomendaciones específicas, se puede señalar que, tanto en


el medio nacional como regional, existe una gran variedad de cascos
disponibles. La mayoría de ellos cumple especificaciones técnicas las cuales, a
diferencia de muchos otros elementos de seguridad, vienen debidamente
certificadas por agencias acreditadas. Se debe preferir cascos mas livianos.
Los mejores cascos tienen una suspensión en base a plástico y cinta (ver figura
8.8a). Esto permite, por una parte, un soporte mediante una banda plástica
circular que le otorga una buena sujeción a la cabeza, pero al mismo tiempo, el
contacto con la coronilla, se hace mediante una cinta suave cruzada, que
además favorece la absorción de sudor. En cambio, en otros cascos, la parte
en contacto con la coronilla esta hecha de un plástico notoriamente menos
suave y más pesado, que además puede, en casos de no estar bien ajustada,
constituir un impedimento para que el casco quede bien sujeto a la cabeza.

Otra característica importante de los cascos, es que tengan orificios para la


ventilación (ver figura 8.8a). Estas comunicaciones al exterior ubicadas en la
coraza, son fundamentales para favorecer el intercambio calórico. Con
respecto a este mismo aspecto, los importados, en la región frontal de la banda
de sujeción tienen una cubierta plástica, pero lo suficientemente porosa, que
además de suavizar el contacto con la frente, favorezca la absorción del sudor.
Algunos cascos, cuentan con un elemento similar, pero hecho de un plástico
impermeable que no ayuda a captar el sudor sino que más bien hace que se
acumule, haciéndolo incómodo y obligando por ello al usuario expuesto a calor,
a sacárselo frecuentemente para secar el sudor.

Independiente del origen y la marca, lo importante es que los encargados de


compra verifiquen la certificación que viene impresa en la coraza y que debe
incluir la marca de fábrica o el nombre del fabricante, fecha de fabricación y de
vencimiento, clase, tipo y sello de control de calidad. En forma adicional, se
debe solicitar información para el uso, mantenimiento, y limpieza. Hay que
recordar que la certificación se refiere a la resistencia al impacto y a la
penetración, y que los otros aspectos analizados son igualmente importantes.
La lista de verificación, incluida al final, puede ser usada para una evaluación
simple y sistemática.

Como los motosierristas, además de usar casco, deben protegerse contra el


ruido y el polvo de aserrín, hoy en día existen cascos combinados que incluyen
fonos, protección facial y protección para la lluvia. La ventaja de estos
accesorios es que mantienen juntos todos los implementos de protección de
cabeza, lo que facilita su colocación en forma rápida y efectiva. Esto quiere
decir que, por ejemplo, un fono o protección facial, separados del casco,
pueden no tener buenos puntos de fijación y, por lo tanto, salirse con facilidad.
Esto, aparte de ser incómodo, hace que a la larga el trabajador termine por no
usarlos. De manera que, aunque a continuación analizaremos separadamente
los protectores auditivos y faciales, es necesario que cuando los trabajadores
requieran protección combinada, los encargados de compra seleccionen
cascos que permitan buena fijación de los elementos adicionales.

2.3.2. Protectores auditivos

Al igual que en cualquier otra actividad en expansión, en el área forestal, el


desarrollo de nuevas tecnologías ha sido acompañado de un aumento de las
fuentes emisoras de ruido y de la intensidad del mismo.

Hasta hace algunos años, la presencia de ruido en el trabajo era aceptada


como un hecho normal, tanto por los empleadores como por los trabajadores.
Sin embargo, está completamente demostrado que el mecanismo de audición
del oído humano puede dañarse en forma irreversible por una exposición
prolongada al ruido. Por otra parte, también está comprobado que produce
aumento de los accidentes del trabajo y alteraciones tanto fisiológicas como
psicológicas, en la persona expuesta. La gravedad del daño dependerá del
nivel de ruido, de la duración de la exposición y de la sensibilidad de la persona
al ruido. (Ver capítulo 4.)

En el área forestal, los trabajadores más expuestos a sufrir problemas por ruido
son los motosierrista y los operadores de máquinas, particularmente de
trineumático. Los niveles de ruido en sus ambientes de trabajo se sitúan en el
rango de 90 a 110 dB(A) como promedio ponderado de la jornada. Esto puede,
provocar daño en la audición, si el usuario realiza su trabajo sin utilizar
protección auditiva. Sin embargo, la efectividad de los implementos para la
protección del oído es variable, ya que depende de la naturaleza del ruido, así
como de la duración de la exposición al mismo.

Los protectores auditivos son barreras acústicas que reducen la cantidad de


energía sonora transmitida a través del canal auditivo hasta los receptores del
oído interno. La capacidad de estos dispositivos protectores para atenuar el
ruido, está determinada por la diferencia entre el nivel del umbral de audición
medido a un observador con protectores auditivos, y el umbral de audición, del
mismo observador, sin ellos. En relación con sus características, pueden ir
desde un simple tapón, hasta un casco a prueba de ruidos
El mercado ofrece múltiples tipos de protectores auditivos. Por esta razón, es
necesario analizar algunas pautas que orienten la adquisición de ellos.

Como regla general, se debe considerar que, aún el protector auditivo


"perfecto", no podrá proporcionar una atenuación efectiva de sonido mayor a
50 dB(A). Esto debido a que, independiente de la conducción del sonido por la
vía aérea, que corresponde a la que se realiza a través de las estructuras
propias del oído externo, medio e interno, está la conducción ósea, que lo hace
a través de los huesos de la cabeza, y que es imposible de atenuar con los
protectores auditivos. Por lo tanto, cuando el ruido producido en el lugar de
trabajo es muy alto, además del uso de protectores auditivos, es necesario
tomar medidas de ingeniería o control específico del ruido.

En la selección del protector auditivo deben considerarse las características de


atenuación del mismo, antes de utilizarlo para una aplicación específica. Esto
significa que, si los niveles de ruido en los ambientes de trabajo de
motosierristas y operadores de máquinas se sitúan en el rango de 90 a 110
dB(A) como promedio, el protector auditivo deberá atenuar como mínimo en 25
dB(A). Esta situación lleva a concluir que, en el momento de efectuar la compra
de los protectores auditivos, se debe exigir una información detallada del grado
de atenuación de los dispositivos ofrecidos.

Los protectores auditivos tipo orejeras o fonos, consisten en dos dispositivos


con forma de copa o de cúpula que cubren totalmente la oreja, y se adhieren a
cada lado de la cabeza mediante una almohadilla. Un esquema de estos
protectores se puede ver en la figura 8.9a. En la figura 8.9b, se ilustra un fono,
acoplado a un casco.

Figura 8.9. Protectores auditivos

a) Esquema de un protector auditivo tipo fono

b) fonos acoplados a un casco


Como se observa en la figura 8.9b, las copas se mantienen en posición
mediante un ensamble que se conecta directamente al casco. Esto es lo
óptimo, porque facilita una buena posición y presión de los fonos cuando se
colocan sobre las orejas.

En el mercado también existen protectores auditivos similares a los ilustrados


en la figura 8.9b, pero para ser usados con cascos que no tienen el sistema de
acoplamiento. En tal caso, las copas se mantienen en posición, mediante una
banda semicircular que rodea la cabeza. Si se elige este tipo de protector, es
pertinente advertir que el grado de atenuación está en relación con la presión
con que los fonos se adhieren al contorno de las orejas. Consecuentemente,
para lograr eficiencia y comodidad, debe considerarse las facilidades de
acomodación las cuales dependen del diseño de la banda de ajuste y de las
almohadillas.

Para obtener un buen sello acústico, es importante el ancho del contorno de


toda la superficie de contacto. No obstante, el aislamiento también depende del
material empleado en la construcción de la almohadilla. Debe elegirse la copa
con la menor circunferencia posible pero, al mismo tiempo, de tamaño
suficiente para acomodar las orejas más grandes. En otras palabras, si el
protector es muy pequeño y presiona parte de la oreja, después de un corto
tiempo de uso produce dolores. Esto puede hacer que las personas se lo
saquen y, por ello, es importante seleccionar protectores que tengan un tamaño
adecuado para no presionar las orejas.

Por otra parte, los fonos que se encuentran actualmente en el mercado están
provistos de almohadillas recubiertas con un sello de vinilo suave u otros
materiales termoplásticos. El sudor tiende a extraer el plastificante del material
del sello, lo que lleva a un eventual endurecimiento del mismo. Este también es
un factor de incomodidad que además, en el largo plazo, atenúa el efecto
protector del fono. Por esta razón, es necesario revisar y reemplazar
periódicamente esta cubierta.
Las observaciones realizadas en diferentes faenas en las que participaba a lo
menos un motosierrista, revelaron que todos ellos utilizaban cascos de
protección combinada que, como se explicó antes, protegen cabeza, oídos y
cara. Esta es la mejor alternativa, siempre y cuando se cumplan ciertos
requisitos que permitan utilizar este equipamiento en forma correcta. Esto es
equivalente a decir que el motosierrista sepa cómo ajustar el casco completo a
su cabeza. La razón de ello es que los soportes de los protectores auditivos,
acoplados al casco, no tienen regulación de altura. De modo que si no hay un
ajuste del casco completo, el efecto atenuador del dispositivo protector puede
perder su eficacia.

En términos generales, siempre que se habla de protección auditiva en los


trabajadores forestales, se piensa en los motosierristas. Hoy en día, no cabe
ninguna duda que ellos son los trabajadores más expuestos a ruido y, por lo
tanto, el uso de protección auditiva en este trabajo debe ser obligatorio. Sin
embargo, hasta ahora, se le ha prestado muy poca atención a aquellos
trabajadores que desempeñan sus funciones en las inmediaciones como, por
ejemplo, hacheros y estroberos en el bosque y destroberos, arrumadores y
operadores de máquinas en la cancha. En nuestra opinión, este es un
problema que requiere ser estudiado, para establecer la dosis media de ruido a
la que están expuestos estos otros trabajadores, ya que es la única forma de
discernir objetivamente si ellos requieren de protección auditiva y de qué tipo.

2.3.3. Protectores faciales

La protección de los ojos y la cara para prevenir lesiones producidas por


agentes físicos es vital para cualquier programa de prevención de accidentes.

Al igual que para los protectores auditivos, la norma ANSI Z87.1-1968


establece una serie de requisitos con los que deben cumplir, tanto los
protectores visuales como los faciales.

En general, se deben elegir los equipos de protección visual adecuados a la


actividad desarrollada, así como también persuadir a las personas para que los
utilicen. Entre los factores que deben considerarse en la selección del protector
adecuado contra impactos, se incluye la protección específica que ofrecen y la
comodidad con que pueden usarse. En el caso del trabajo forestal, las
personas más expuestas a sufrir lesiones por el impacto o el ingreso de
cuerpos extraños a los ojos, tales como astillas y aserrín son los motosierristas,
podadores y hacheros. Estos trabajadores requieren usar protectores faciales o
visuales, los cuales deben cumplir con requisitos tales como:

· Tener buena resistencia mecánica

· Ser livianos

· Resistir lavados frecuentes

· No distorsionar la visibilidad
Para el caso de los hacheros, los cuales están expuesto al impacto de astillas o
desechos forestales, también deberían utilizar protectores faciales.

Como medida de protección visual para los podadores, es recomendable el uso


de antiparras, las cuales deben ajustarse al contorno de la cara, para evitar el
ingreso de partículas y gotas de resina.

2.4. Protección de las manos y los pies

2.4.1. Guantes

El análisis estadístico de los accidentes forestales, revela que las manos y los
dedos, están más expuestos a sufrir lesiones. Esto se debe a que
prácticamente, la totalidad del control del trabajo, se efectúa mediante manos y
dedos. Consecuentemente, es imprescindible seleccionar las alternativas de
diseño y materiales más adecuados para proteger las manos y, en algunos
trabajos específicos, también el antebrazo. Para estos efectos, es necesario
disponer de criterios de funcionalidad y comodidad que orienten la selección de
los implementos más adecuados para un trabajo eficiente y seguro.

En relación a los requisitos fundamentales para los protectores de la


extremidad superior, específicamente dedos, manos y parte del antebrazo,
destacan los siguientes:

· Dar protección contra cortes, atrapadas y golpes

· Dar protección contra el roce o abrasión

· Favorecer una adecuada disipación de presiones entre las manos y los


mangos de las herramientas o las cargas manipuladas

· Ajustar bien al tamaño de la mano del usuario

· Favorecer el "agarre" o prensión en tareas de fuerza y precisión

· Proteger contra los agentes físicos del medio ambiente y de las máquinas

Como se puede deducir de los requerimientos enumerados, estos son variados


y en algunos casos contrapuestos. Por ejemplo, hay circunstancias en que se
necesita protección contra golpes y cortes mientras, simultáneamente, se exige
que el guante facilite el desarrollo de prensión y precisión

Considerando estas exigencias, los guantes otorgan una protección efectiva


frente a agresiones mecánicas menores, tales como el roce generado por la
manipulación y carga de trozos. Sin embargo, la protección contra fuerzas de
gran magnitud es sólo parcial. En otras palabras, no existe el guante perfecto
en el sentido de proteger frente a agresiones mayores y, que al mismo tiempo,
permita motricidad fina.
Un factor importante, es el tamaño de los guantes. La seguridad en la
manipulación de objetos depende de la destreza de los dedos y manos y de la
capacidad de prensión. Estos tres aspectos se pueden ver afectados si el
tamaño del guante no tiene una relación armónica con el tamaño del segmento
que protege. Los guantes muy grandes, forman pliegues que distorsionan las
zonas de contacto y disipación de presiones entre la mano y el objeto con que
se trabaja. En oposición, los guantes muy pequeños imponen resistencias, que
impiden la prensión completa del objeto. A este respecto, es necesario señalar
que el mercado no ofrece muchas alternativas de tamaño de guantes, en
circunstancias que existen antecedentes antropométricos del tamaño de la
mano de los trabajadores forestales chilenos, que permiten sugerir la
necesidad de que, al igual que en otro tipo de vestuario, haya al menos cuatro
alternativas de tamaño: pequeño, medio, grande y extra grande.

Otro aspecto fundamental para facilitar la disipación de presiones, es el diseño


del guante y, en particular, el número y la posición de las costuras. Como se
ilustra en la figura 8.10a, en la mayoría de los diseños disponibles en el
mercado local, las costuras están ubicadas en las caras laterales y en la base y
punta de los dedos. Al efectuar una prensión para tomar un objeto, las
protuberancias de las costuras concentran presiones en las manos y en los
dedos, produciendo molestias y dolores en las áreas afectadas. Esto puede
resultar ser una seria limitante para desarrollar fuerzas de gran magnitud o
prensiones sostenidas por períodos prolongados de tiempo.

Los inconvenientes de ajuste y disipación de presiones antes descritos, son


aún más críticos en trabajadores expuestos a actividades en que se emplean
herramientas vibrantes, como es el caso de la motosierra y de los operadores
de maquinaria. Diversos investigadores, entre ellos Carlsoon (1992), han
demostrado que uno de los efectos de las vibraciones que afectan la
extremidad superior es la fatiga muscular, lo que se asocia con una disminución
en la capacidad para generar prensión. Este problema se puede obviar en
parte, seleccionando guantes como los que se ilustran en la figura 8.10b. Como
se puede ver, las costuras están ubicadas en los bordes dorsales de manos y
dedos, zonas que están menos expuestas a compresión. Además, el diseño
ilustrado tiene un número considerablemente inferior de costuras, debido a que
estos guantes están hechos con una menor cantidad de piezas de cuero, que
los ilustrados en la figura 8.10a.

Figura 8.10. Guantes de protección

a) guantes mal diseñados


b) guantes con costuras que disipan mejor las presiones

Con relación al clima, afortunadamente las condiciones en las zonas forestales


no son tan extremas como para recomendar diseños que protejan contra el
congelamiento de dedos. En tales casos, habitualmente se recomienda el uso
de mitones, pero éstos, por lo general dificultan la manipulación de objetos.

En síntesis, para las faenas forestales analizadas, se puede recomendar el uso


de guantes que cubran la mano, la muñeca y separadamente cada dedo. Esto
es válido para motosierristas, estroberos, destroberos, hacheros, podadores,
plantadores y operadores de maquinaria. Cuando en el trabajo se utiliza el
antebrazo como medio de apoyo, se debería seleccionar un guante tipo
"mosquetero", el cual proyecta la protección hasta la mitad del antebrazo. En
tareas de producción, esta recomendación es válida para los arrumadores.
Con respecto a las vibraciones generadas por la motosierra, éstas pueden
causar alteraciones en la circulación sanguínea y pérdida de la sensibilidad en
dedos y manos, lo que se conoce como "dedos blancos inducidos por
vibraciones", con síntomas similares al fenómeno de Raynaud.

Estas alteraciones son progresivas, producen dolor, pérdida de la capacidad de


prensión y, en general, alteran todas las actividades manuales.

Los guantes constituyen la última barrera para amortiguar las vibraciones. Por
esta razón, deberían estar hechos de materiales que las atenúen. Aunque es
pertinente destacar, que el efecto que los guantes tienen en la absorción de las
vibraciones es marginal, en general se recomienda, que para estos efectos, se
usen guantes de cuero flexible.

Los antecedentes hasta ahora analizados constituyen la base para decidir el


tipo de guantes que se requiere en determinados trabajos. A continuación, se
hará una síntesis de las especificaciones para guantes de motosierristas y,
posteriormente, se describirán las características que deben tener los guantes
para las otras tareas que forman parte de la cosecha y también para
actividades silvícolas.

· Guantes para motosierristas

El guante debe cubrir mano, muñeca y separadamente los dedos. Su capa


externa debe estar hecha de cuero bovino o equino, flexible y curtido al cromo.
Las características de este material, de acuerdo a recomendaciones del
Instituto Nacional de Normalización (1977), se resumen en la tabla 8.2.

Un detalle importante que debe tener el guante para motosierristas, no


especificado en las normas chilenas, es la protección contra los cortes. Esta
debe proteger el dorso de la mano y los dedos y debe estar confeccionada de
tela anticorte, ya sea nylon balístico, Kevlar u otra fibra equivalente, la que
debería ser debidamente certificada por los proveedores.

Para asegurar la comodidad, el guante debe estar hecho de no más de cuatro


piezas. Las costuras deben ubicarse en los bordes dorsales de los dedos y
mano. Esto fue ilustrado en la figura 8.10b. Un detalle importante es el ajuste al
nivel de la muñeca, que, por lo general, no viene incorporado en los guantes
comerciales. Su objetivo es evitar la penetración de materiales abrasivos. Este
ajuste se puede hacer con una franja elasticada o con una correa. En general,
la primera alternativa es más recomendable, ya que facilita el ponérselos o
sacárselos.

Tabla 8.2. Requisitos del cuero para guantes

Requisitos Valor Método de ensayo


Resistencia al desgarramiento N, 100 NCh622.Of70
mín.
Encogimiento, %, máx. 10 NCh773.Of71
Espesor, mm 1,3 - 1,9 NCh139.Of66
pH, mín 4,0 NCh1115.Of77
Contenido de humedad, % máx. 14 NCh1204.Of76
Materias grasas, %, en base seca 10 - 20 NCh1203.Of76
Oxido de cromo ( Cr O ), 2 3 3 NCh1115.Of77

en base seca, mín

(Estos requisitos también se aplican al material denominado descarne)

Finalmente, debe evitarse comprar guantes de un tamaño único. Como se


destacó antes, deben existir a lo menos cuatro tallas e, idealmente, los
trabajadores deben seleccionar el guante más apropiado al tamaño de su
mano. No sólo se debe evaluar que la mano ingrese con facilidad sino que se
debe también considerar la comodidad para empuñarla. El diseño debe permitir
un buen ajuste de los dedos y la mano. Además, no se deben producir
dobleces o pliegues que generen tensiones.

Los fundamentos básicos para los guantes requeridos en las otras tareas
forestales, no varían en lo substancial de lo descrito para los motosierristas,
excepto en los aspectos que se detallan a continuación:

· Guantes para estroberos, destroberos, hacheros, rozadores, plantadores y


podadores

Los guantes para estos trabajadores pueden ser de cuero o descarne. No


requieren protección anticorte. En el caso de estroberos, para la manipulación
de cables o, en hacheros y rozadores, por el contacto con el mango de esta
herramienta, es necesario reforzar la región palmar y el área comprendida
entre el índice y el pulgar. Estas recomendaciones se ilustran en la figura 8.11a.
Para plantadores y podadores, se debería implementar un refuerzo palmar.

· Guantes para arrumadores

Deben usar guante tipo "mosquetero". Estos deben ser de cuero o descarne,
sin protección anticorte y reforzados en la cara externa de la zona palmar y en
la base de los dedos, como se ilustra en la figura 8.11b.

· Guantes para operadores de máquinas

Los operadores de maquinarias pesadas necesitan guantes de cuero o


descarne, sin protección anticorte.

Figura 8.11 a) detalle de refuerzos en guantes para estroberos, destroberos,


hacheros y rozadores
b) Detalle de refuerzos en guantes para arrumadores

2.4.2. Calzado de seguridad

Las condiciones del terreno, en particular la pendiente, el tipo de suelo y la


escabrosidad, son tres factores que influyen en forma importante en los
requerimientos de calzado de los trabajadores forestales. No menos
importantes son las condiciones clímaticas, la actividad que se realiza y, en
algunos casos, la organización del trabajo. Se debe destacar que uno de los
accidentes más frecuentes es la caída en o entre niveles y que los accidentes
más graves que afectan a los pies, son los cortes en el empeine producidos por
la motosierra.
No cabe duda que este tipo de accidentes se puede prevenir, o al menos
aminorar, si se cuenta con calzado apropiado. Los requisitos más importantes
que debe cumplir el calzado para trabajadores forestales son los siguientes:

· Proteger el pie de impactos y cortes mecánicos

· El material y el diseño de la suela deben tener propiedades antideslizantes

· Ajustarse bien al tamaño del pie

· Favorecer una adecuada disipación de presiones

· Ser flexible y estable.

· Proteger el pie del calor, el frío y la humedad

· Ser liviano

Por lo general, el calzado empleado en faenas forestales es de tipo general,


con puntera metálica o de otro material, para proteger los dedos de impactos o
compresiones mecánicas. Si bien, este tipo de calzado brinda adecuada
protección, en algunas tareas como el trabajo con hacha, rozón o motosierra,
los trabajadores pueden sufrir cortes en la zona del empeine. En caso de
accidente, la cadena de la motosierra o el filo del hacha o rozón, pueden
atravesar el calzado y alcanzar esta zona del pie.

Esto ocurre porque dichas zonas del cuerpo no están debidamente protegidas.
En el caso del motosierrista, la puntera protege sólo los dedos. Además, el
pantalón anticorte llega hasta el tobillo, quedando sin resguardo toda la zona
del empeine en su cara superior y en sus flancos. En el caso de los hacheros y
rozadores, el problema puede ser aún más crítico porque no usan protección
anticorte en dicha zona.

Por lo expuesto, el calzado para los motosierristas debería contemplar también


algún tipo de protección anticorte para la zona comprendida entre la puntera y
el borde inferior de la protección anticorte del pantalón. Esto se puede lograr
con un botín con caña que llegue hasta el tobillo y que tenga protección
anticorte en la zona que no cubre ni el pantalon ni la puntera metálica. En el
caso de los hacheros y rozadores, el calzado debería contemplarse con una
canillera de material de alto impacto, que cubra las caras laterales y anterior de
piernas y rodillas.

Cuando las faenas se realizan en terrenos con pendiente, las propiedades


antideslizantes del calzado son un factor determinante para la estabilidad de
los operarios y, por lo tanto, para la prevención de deslizamientos y caídas. Los
riesgos aumentan en la medida que se trabaje en terrenos con pendientes cada
vez mayores, lo que se ve agravado si las superficies por la que se transita son
lisas o están cubiertas de líquidos, grasas, resinas, etc. Una alternativa para
solucionar este problema es proveer a los trabajadores con botines de caña
alta, con una suela que en su superficie esté provista de clavos recambiables,
como se ilustra en la figura 8.12.

· En el caso de podadores y plantadores, los cuales no están expuestos a


cortes por el uso de sus herramientas de trabajo, sólo se requiere de zapatos
de seguridad con suela antideslizante. En el caso de los plantadores, se
debería emplear un calzado de seguridad con caña alta. Ello da mayor
estabilidad y protección a la articulación del tobillo, en el desplazamiento por
terrenos accidentados y, al realizar labores, en las que se requiere mantener el
equilibrio, y efectuar fuerzas con la extremidad inferior para penetrar la pala en
el terreno.

Figura 8.12. Calzado de seguridad con clavos recambiables en la suela

Otro aspecto general que debe tenerse en consideración, es que el trabajo


forestal se efectúa a la intemperie durante todo el año. Las variaciones
climáticas hacen necesario que los trabajadores dispongan de alternativas de
calzado, que les permitan mantener sus pies en un medio seguro y en un
microclima confortable. En verano, el calzado debe facilitar la evaporación de
sudor, mientras que en invierno, debe impedir la penetración de agua,
humedad o barro. Por lo tanto, bajo las condiciones en que se efectúa el
trabajo forestal, el personal debe disponer de dos tipos de calzado, un botín de
cuero con caña sobre tobillo para época seca y bota de goma, u otro material
impermeable, para la temporada de lluvias invernales.

Lo discutido hasta ahora constituye la base para decidir el tipo de calzado de


seguridad que se requiere en determinados trabajos. A continuación, se hará
una síntesis de las especificaciones del calzado de seguridad para las distintas
tareas forestales.

· Calzado para motosierristas

La protección que debe brindar el calzado de seguridad está determinada por


la puntera, el cambrillón y el material anticorte que cubre empeine y tobillo. En
cuanto a la puntera, los requisitos mínimos para botines de cuero y botas de
goma están establecidos en las normas chilenas NCh 772OF89
respectivamente. En cuanto a su forma, éstas pueden ser redondas o
cuadradas y sus dimensiones, de acuerdo a las normas ya citadas, se resumen
en la tabla 8.3, e ilustran en la figura 8.13.

Tabla 8.3.Tamaño y dimensión de las punteras

Nº calzado 38 39-40 41-42 43-44 45-46 46


Tamaño de 6 7 8 9 10 11
Puntera
(a) Ancho mín., 1) 75 77,5 80 82,5 85 87,5
(mm)
(l1) Largo 1 mín, 1) 38 40 41 42 44 45
(mm)
(l2) Largo 2 mín, 1) 41 43 44 45 47 48
(mm)
(e) Ancho pestaña Entre 2 y 10
(mm)

El material del cual se fabrican las punteras puede ser acero, plástico
endurecido o cualquier otro material que cumpla con los requisitos de
resistencia al impacto. Según la NCh772, la puntera debe ser sometida a
pruebas de ensayo montada y desmontada en el calzado. En las tablas 8.4 y
8.5 se presentan las recomendaciones de resistencia al impacto para ambos
casos, de acuerdo al INN. En ambas tablas, se especifica la altura libre que
debe quedar bajo punteras de distintos tamaños, en el momento de la
deformación máxima.

Figura 8.13. Ilustración de una puntera de


seguridad

Tabla 8.4. Altura libre mínima en puntera desmontada


Número Calzado 38 39-40 41-42 43-44 45-46 46
Tamaño Puntera 6 7 8 9 10 11
Altura libre 20 20.5 21 21.5 22 22.5
mínima (mm)

Tabla 8.5. Altura libre mínima en puntera montada

Número 38 39-40 41-42 43-44 45-46 46


Calzado
Tamaño Puntera 6 7 8 9 10 11
Altura libre 13 13.5 14 14.5 15 15.5
mínima (mm)

Con respecto al material del cual están confeccionadas las punteras, no sólo se
debe considerar la resistencia al impacto, sino también su dureza. En el caso
de las punteras de acero, debe verificarse que tengan una dureza mínima de
34 Rockwell C y que hayan sido también sometidas a pruebas de ensayo
contra la corrosión, de acuerdo a la NCh773/3. El cambrillón (protección para el
talón) debe tener también una dureza mínima equivalente a 34 Rockwell C y un
espesor mínimo de 1.0 mm.

Como se señaló anteriormente, el calzado para motosierristas, debería tener


protección anticorte desde la puntera hasta el tobillo. En nuestro medio no hay
normas establecidas. En algunos países, la protección anticorte del calzado
está hecha con una capa intermedia de Kevlar, entre el cuero y el forro.

La comodidad del calzado está determinada por su peso, tamaño y diseño.


Debe, por supuesto, elegirse la alternativa más liviana que cumpla con las
especificaciones anteriores. En cuanto al tamaño, el propio trabajador debe
seleccionar el calzado que mejor acomode a sus pies. Desde este punto de
vista, no basta que el pie entre libremente en el zapato, sino que se deben
considerar aspectos funcionales, tales como:

· Altura y ancho de la parte anterior del calzado para que permita la extensión
dorsal y la flexión plantar de los dedos (mover los dedos hacia arriba y abajo)

· Que el ajuste de los cordones permita el movimiento de la articulación del


tobillo

· Que el ajuste interno reduzca al máximo el juego entre talón y contrafuerte

Al evaluar el diseño del calzado es importante tener en mente las siguientes


consideraciones prácticas: los bordes y las caras internas deben ser suaves,
para favorecer la disipación de presiones. En el caso particular del botín de
cuero, éste no debe tener cortes defectuosos, protuberancias en los traslapos
de piezas, ni picaduras en el cuero.
· La lengueta del botín de cuero debe estar diseñada como un fuelle unido a la
cubierta del zapato, en la forma que se ilustra en la figura 8.14. Este diseño
impide la penetración de barro, tierra u otros elementos. Además, debe
observarse que la zona que rodea el tobillo tenga acolchado para favorecer el
ajuste y disipar presiones

· Las irregularidades de la suela (dibujo) no deben estar paralelas al eje de


torsión del zapato. El perfil de la suela debe ser irregular o discontinuo, pero de
contacto uniforme con el piso.

Los materiales para la capellada (capa externa), la caña y los refuerzos deben
ser de cuero de vacuno. Los requisitos que debe cumplir el cuero se resumen
en la tabla 8.6.

Tabla8.6. Requisitos para cuero de capellada, caña y refuerzos.

Requisitos Valor Método de Ensayo


Resistencia a la tracción, 2,5 NCh773/1
mínimo (Kgf/mm)
Alargamiento a la tracción, 50 NCh773/1
promedio mínimo (%)
pH, mínimo 3,5 NCh1791
Oxido de cromo, 2,5 NCh2134
mínimo(%)

Figura 8.14. Lengüeta del botín de cuero


Capellada

El forro debe está fabricado con cuero o descarne curtido al cromo. Este
tratamiento le otorga permeabilidad, lo que favorece la absorción de humedad.
Los requisitos que debe cumplir el cuero para el forro se resumen en la tabla
8.7.

Tabla 8.7. Requisitos del cuero o descarne para forro

Requisitos Valor Método de ensayo


Espesor, mínimo( mm) 1 NCh773/1
Resistencia al desgarramiento, 18 NCh773/1
mínimo (N/mm)
ph, mínimo 3,5 NCh1791

La planta (suela) debe ser de goma o material sintético cuyas propiedades de


resistencia a la tracción, abrasión y su espesor, cumplan con NCh1350. El
resumen de estos requisitos se puede observar en la tabla 8.8. La parte en
contacto con el pie, denominada plantilla interna, debe cumplir los requisitos
especificados en la tabla 8.9.

Tabla 8.8.Requisitos para plantas de seguridad


Requisitos Valor Método de ensayo
Muestra sin envejecer
Resistencia a la tracción, 10 Mpa NCh1834
mínima
(1,0 kgf/mm²)
Muestra envejecida (1)
Resistencia a la tracción 20 % (máximo) de NCh1834
pérdida de
propiedades con
respecto a muestras
sin envejecimiento.
Abrasión, máxima 500 mg/1000 ciclos NCh773/2
Espesor, mínimo 4,0 mm
Altura de los relieves, 2,5 mm
mínima(adicional al
espesor)

Tabla 8.9.Requisitos para plantilla interior

Requisitos Valor Método de ensayo


Absorción de agua, 35 % del peso NCh773/1
mínimo
Expulsión de agua 40 % NCh773/1
absorbida, mínimo

· Calzado para hacheros y rozadores

El calzado que deben usar los hacheros y rozadores es similar al descrito para
los motosierristas. No obstante, estos trabajadores requieren protección
adicional, debido a que las piernas y tobillos están expuesta a cortes por
rebotes del hacha o rozón. De este modo, se recomienda canilleras como las
ilustrada en la figura 8.15.

Como se puede observar, la canillera cubre la cara anterior y lateral de la


pierna, desde la rodilla al calzado. Estas pueden estar hechas de cuero o
polietileno de alto impacto. En su extremo inferior este implemento debe tener
una visera que se extienda hacia el calzado, favoreciendo la protección de
tobillo y empeine. Su cara interna debe estar recubierta con un material
acolchado, resistente a la putrefacción. La fijación debe hacerse mediante
correas de cuero o de elástico, situadas al nivel de la menor circunferencia bajo
la rodilla y sobre el tobillo.

Figura 8.15. Detalle canilleras


· Calzado para otras actividades

Los estroberos, destroberos, arrumadores, operadores de máquinas,


plantadores y podadores, requieren calzado de tipo general, vale decir, con
puntera metálica, suela antideslizante y talón reforzado. En otras palabras, las
características del calzado son las mismas que las descritas para los
motosierristas, pero, la única diferencia, es que no requieren protección
anticorte.

2.4.3. Calzado para la lluvia

La protección que debe brindar el calzado para la lluvia es similar a la del botín
de cuero. Para los motosierristas, éstas protecciones deben estar constituídas
por puntera, refuerzo de contrafuerte y material anticorte que cubra el empeine
y el tobillo.

Los hacheros y rozadores, que también están expuestos a sufrir cortes, deben
utilizar calzado de goma y, sobre éste, canilleras de alto impacto, ya descrita
(ver figura 8.15).

El resto de los trabajadores deben utilizar botas de agua con puntera, según
NCh772, y refuerzo para el contrafuerte. Con respecto a esto último, las
normas chilenas sólo recomiendan un contrafuerte de un espesor no inferior a
3.5 mm. Sin embargo, tal espesor es bastante menor que el de las botas de
agua de procedencia foránea, destinadas al trabajo forestal. Por ejemplo, la
bota Husqvarna tiene un contrafuerte de 12 mm a nivel del talón y de 10 mm en
la zona que lo rodea.

Como los riesgos de golpes y atrapadas tienden a ser similares en invierno y


en verano, el cambrillón de la bota de agua, que incluye la protección para el
talón, debería tener propiedades equivalentes a las del botín de cuero, ya
específicadas anteriormente. En todo caso, parece conveniente que se
establezca una norma nacional específica para las botas de agua que se
requieren en el sector forestal. En el intertanto, para la lluvia, debe preferirse
calzado de goma, con puntera y con contrafuerte reforzado, este último de
mayor espesor que el recomendado en la norma actualmente existente. Al
respecto, el espesor de 12 mm de la bota Husqvarna da suficiente firmeza y
existen en el comercio botas nacionales (BATA) con contrafuertes de espesor
similar.

Con respecto a las dimensiones del calzado para la lluvia, la altura mínima de
la caña, según NCh1796.OF90, medida en la parte posterior interna de la bota,
desde la plantilla al borde superior, debe ser no inferior a 300 mm para
varones. El espesor de planta y taco se especifica en la tabla 10. Finalmente,
con respecto al espesor de la caña, éste no debe ser inferior a 1.5 mm.

Tabla 8.10. Planta y talón, espesores mínimos

Espesor total (mm) Espesor relieves(mm)


Planta 9,0 3,0
Taco 25

De acuerdo a la NCh1796, del INN, el material del aparato (parte de la bota de


goma ubicado sobre la planta y que cubre el pie y la pierna), debe estar
confeccionado de una capa externa de material impermeable y una capa
interna o forro de material textil. Los materiales de los cuales están
confeccionadas estas capas, deben cumplir con el requisito de resistencia a la
tracción señalado en la tabla 8.11.

Tabla 8.11. Aparato: Resistencia mínima a la tracción

Tipo de tejido del forro Largo (N) Ancho (N)


Plano 250 250
De punto 180 180

El material de la planta y el taco debe cumplir con los requisitos de resistencia


a la tracción señalados en la tabla 8.12. La pérdida de esta propiedad, producto
del envejecimiento, puede ser igual o menor a lo señalado en la tabla 8.13.

Tabla 8.12. Planta y taco, resistencia a la tracción

Espesor total (mm) Resistencia a la tracción, mínima (MPa)


Planta
Espesor < 9 8.5
9 < e > 10 8.0
10 < e > 11 7.5
11 < e 7.0
Taco
Todo tipo 7.0

Tabla 8.13. Resistencia a la tracción después del envejecimiento

Condiciones del envejecimiento Máxima pérdida de resistencia a la


tracción
168 horas a 70 ± 1 °C ± 20 % del valor sin envejecimiento

Otros requisitos que el calzado de goma debe cumplir, son la impermeabilidad


y la resistencia al envejecimiento con calor seco. En relación al primer aspecto,
las botas no deben presentar filtraciones cuando son sometidas a pruebas de
ensayo descritas en NCh1797. Con respecto al envejecimiento, los
componentes de la goma deben soportar la exposición al aire, y a una
temperatura de 100 ± 1 °C, durante un período de 24 horas, sin presentar
signos de agrietamiento, fisuras ni pegajosidad.

3. Comentarios finales

Este capítulo ha intentado fundamentar las características más relevantes que


deben tener los implementos de seguridad para trabajadores forestales. La
intención ha sido incorporar información sobre distintos tópicos que muchas
veces, para los planificadores, encargados de adquisiciones, administradores,
etc, es difícil de obtener.

Esperamos que sirva como guía para seleccionar los mejores elementos
existentes en el mercado. Más importante aún, que se utilice para iniciar un
debate multidisciplinario, en el cual los expertos en prevención de riesgos de
las empresas forestales, pueden hacer una importante contribución para
reducir las alarmantes cifras de accidentes que se registran en el sector
forestal. Se señaló al comienzo y lo destacamos también al finalizar el capítulo,
la prevención de accidentes requiere mucho más que proveer elementos de
protección personal.

Una conclusión importante con relación a la información recopilada es que se


requiere con urgencia implementar laboratorios de control que, en base a
pruebas objetivas, certifiquen la calidad de los distintos elementos de
protección personal. Esto crearía una sana competencia entre proveedores
para mejorar sus diseños, que beneficiaría a los trabajadores forestales.

Finalmente, aún cuando los implementos de protección personal sean bien


diseñados, es fundamental educar a los trabajadores forestales sobre la
importancia de su uso. Hay que aceptar que, por lo general, los elementos de
protección personal, no son cómodos de usar, ya que habitualmente agregan
un peso adicional a una actividad que en si es pesada, pueden dificultar el
movimiento y, en algunos casos, como cuando se usan protectores auditivos,
aíslan. Por ello, debe siempre considerarse la opinión de los trabajadores al
seleccionar prototipos y tamaños. Si esto se logra, la etapa siguiente es
emplear métodos persuasivos para el correcto uso por parte de los
trabajadores. Más que obligarlos a su uso, hay que hacerlos comprender el
riesgo de no usarlos. No hay que olvidar que quienes tienen un verdadero rol
protagónico en la seguridad, son los propios trabajadores. Ni el vestuario, ni las
estadísticas detalladas, ni el contar con gran número de expertos en distintas
áreas relacionadas con el tema, permitirá reducir los accidentes, si los
trabajadores no aportan con un cambio en sus conductas. Estos cambios no se
conseguirán si no se hace una capacitación adecuada desde el punto de vista
técnico, pero también incorporando criterios de seguridad.

4. Lista de verificación para vestuario y equipo de protección personal

4.1. Antecedentes previos

La lista de verificación, que se incluye en este capítulo, es una guía para


aquellas personas que adquieren los elementos de protección para
trabajadores forestales. Contiene un listado de aspectos de seguridad y
comodidad que el encargado de adquisiciones debe verificar para evaluar el
producto que se le ofrece y para tener elementos de juicio que le permitan
seleccionar la mejor alternativa.

Es conveniente explicar que muchas de las preguntas no podrán ser


respondidas en primera instancia por el proveedor. Sin embargo, en la medida
que se hagan estas exigencias, se podrá llegar a crear conciencia y a obtener
información cada vez más objetiva para asegurar la calidad del producto que se
adquiere.

Un aspecto que es común a todos los implementos que se han analizado, es


que éstos deben ser cómodos para el usuario. Por lo tanto, siempre debe
verificarse que existan suficientes alternativas de tamaño y solicitar un
muestrario para que los trabajadores puedan seleccionar el que mejor les
acomode. Esto es válido para vestuario de verano y de invierno, para
pantalones anticorte, guantes, cascos, calzado, etc.

1. Vestuario de verano

El vestuario de verano debe incluir polera o camisa de algodón y pantalón de


mezclilla. Además es recomendable que los trabajadores dispongan de una
casaca de mezclilla o un sweater de lana para las mañanas.

1.1. Exija certificación respecto al material del que están confeccionados los
implementos. En lo posible, deben preferirse materiales que contengan 100 %
de algodón.

1.2. Solicite colores claros.

1.3. Seleccione colores que puedan diferenciarse del entorno forestal.

2. Vestuario de invierno
Para proteger a los trabajadores contra el frío ellos deben usar un cortavientos
o parca por sobre su vestuario habitual para dicha época.

2.1. Exija certificación respecto al material del cual está confeccionada la


chaqueta. Prefiera una mezcla de 80 % de poliester y 20 % de algodón. Tenga
presente que esta chaqueta protege contra el frío y no contra la lluvia.

2.2. Prefiera colores obscuros con detalles de colores fuertes que se distingan
del entorno forestal.

2.3. Verifique:

· Que la textura sea flexible y suave

· Que los puños sean elasticados

· Si tiene salidas de ventilación en mangas y canesú

· Si la superposición de las salidas para ventilación es adecuada para impedir


que entre agua

· Si la chaqueta puede abrirse y cerrarse fácilmente mediante cierres, broches


o ambos

3. Pantalón anticorte

3.1. Observe las áreas corporales que cubre el material anticorte.

3.2. Compruebe si tiene salidas de ventilación adecuadas.

3.3. Verifique si la sujeción del pantalón es adecuada, mediante cinturón o


suspensores

3.4. Exija al fabricante:

· Especificar el número de capas de material anticorte

· Certificar la calidad del material

· Documentar si se ajusta a alguna recomendación nacional o internacional y si


efectúa algún ensayo para verificar la efectividad de la protección.

4. Perneras

Si selecciona esta alternativa debe solicitar que su diseño siga las siguientes
pautas:

4.1. Que cubra las zonas más expuestas (bajo vientre, muslos y piernas)

4.2. Que las fijaciones sean regulables y estén bien ubicadas ( ver figura 6)
4.3. Asegurarse que el diseño sea cómodo y que no interfiera con la micción.

4.4. En cuanto al material anticorte, debe verificarse los mismos aspectos que
para el pantalón (ver 3.4. de esta lista)

5. Casco

5.1. Solicite al proveedor certificación en cuanto a:

· Resistencia a la penetración

· Fecha de fabricación

· Fecha de vencimiento

· Clase, tipo y control de calidad

5.2. Verificados estos aspectos, solicite información sobre qué organismo


otorga la certificación y a qué normas se atienen.

5.3. Si cumple los requisitos de protección, prefiera la alternativa más liviana.

5.4. Observe si la coraza tiene salidas para la ventilación.

5.5. Verifique si el sistema de sujeción deja suficiente espacio para la coronilla.

5.6. Asegúrese que la banda de sujeción sea regulable.

5.7. Seleccione preferentemente bandas de suspensión flexibles que,


asegurando el espacio para la coronilla, permitan un buen acomodo de la
banda de sujeción.

5.8. Verifique que la banda de exudación sea de material poroso, de


preferencia desmontable y que cubra toda la banda de sujeción.

5.9. Cuando sea necesario, verifique si el casco tiene adaptadores para


protectores auditivos, visuales y para la lluvia.

5.10. Solicite información acerca del mantenimiento, formas correctas de uso y


de limpieza.

6. Protectores auditivos

6.1. Solicite al proveedor certificación de la atenuación producida por el uso del


fono.

6.2. Verifique que el fono se adhiera bien al contorno de la oreja.

6.3. Observe si el tamaño del fono es suficiente para no presionar la oreja.


6.4. Verifique que el material que recubre la almohadilla sea suave, de vinilo,
fácil de limpiar y reemplazar.

6.5. Si el fono va adherido al casco, asegúrese que el ajuste del casco permita
que los fonos queden en una posición correcta.

7. Protectores faciales

7.1. Verificar que sea liviano y que cubra la cara completa.

7.2. Consultar si el material de que está fabricado es resistente a los lavados.

7.3. Asegurarse que la rejilla que cubre la cara esté pintada con pintura opaca
para evitar deslumbramientos.

8. Guantes

Previa a su adquisición, seleccione los guantes adecuados para cada faena:

· Tipo mosquetero para arrumadores

· Puño corto para las otras tareas de cosecha y para plantadores, rozadores y
podadores.

8.1. Para una adecuada disipación de presiones, verifique que las costuras
estén ubicadas en el dorso de dedos y mano y que los guantes estén
confeccionados con un mínimo de piezas (no más de 4).

8.2. Para evitar la penetración de material, prefiera puños elasticados.

8.3. Verifique que el proveedor pueda certificar si el cuero empleado en la


fabricación del guante cumple con las normas chilenas para guantes de
seguridad.

8.4. Si los guantes son para motosierristas, verifique si el guante tiene


protección anticorte para el dorso de los dedos y la mano.

8.5. Verificar si los guantes para estroberos, destroberos, rozadores y hacheros


tienen refuerzos externos que cubran la palma y el área comprendida entre el
índice y el pulgar.

8.6.Verificar si los guantes tipo mosquetero para arrumadores tienen refuerzos


externos para la palma de la mano y la base de los dedos.

9. Calzado

9.1. Verifique que el proveedor pueda certificar que la puntera y el cambrillón


cumplen con las normas chilenas de seguridad.
9.2. Si el calzado es para motosierrista verifique que tenga protección anticorte
desde la puntera al tobillo.

9.3. Obtenido el calzado con este tipo de protección, solicite al proveedor


certificar la efectividad del material.

9.4 .Si el calzado cumple con los requisitos de protección, elija el más liviano.

9.5. Verifique que las costuras y la unión de las piezas en la parte interna no
tengan protuberancias.

9.6. Compruebe que la lengüeta esté bien unida al calzado

9.7. Verifique que la superficie del calzado en contacto con el tobillo esté
recubierta de material acolchado.

9.8. Observe que los surcos de la suela no sean paralelos al eje de torsión del
calzado, que sean de continuidad irregular, pero de contacto uniforme con el
piso.

9.9. Verifique que los materiales de la capellada, caña, refuerzos, forro y planta
cumplan con las normas chilenas para calzado de seguridad (ver tablas 8.7,
8.8, 8.9, 8.10, 8.11, 8.12, 8.13).

9.10. Obtenga un muestrario del calzado y que los usuarios verifiquen los
siguientes aspectos de comodidad:

· Que su parte anterior tenga un ancho y altura que permita el movimiento de


dedos hacia arriba y abajo

· Que el ajuste de los cordones permita el movimiento de tobillo durante la


marcha

· Que no exista juego entre el talón y el contrafuerte durante la marcha

CAPITULO 9

ACTIVIDADES SILVICOLAS

1. Plantación

1. 1. Descripción de la faena de plantación

La actividad de plantación es la tarea donde se establecen en terreno las


plántulas producidas en los viveros, para formar a futuro una masa boscosa.

En el desarrollo del sector forestal chileno, las plantaciones son quizás una de
las labores que menos ha evolucionado en el tiempo, ya que se ha incorporado
escasa mecanización a esta actividad. Esto se debe principalmente a las
condiciones topográficas de nuestro país que dificultan el uso de máquinas. Por
esta razón, las plantaciones demandan el uso intensivo de mano de obra.

Aumentar la calidad y el rendimiento de los plantadores, requiere mejorar la


preparación del sitio, las herramientas, los sistemas para el transporte de
plantas, así como también, la selección y capacitación de los plantadores.

Dentro de la evolución que ha tenido esta faena, se destaca el desarrollo de


nuevas herramientas y métodos de transporte de plantas, lo que ha redundado
en técnicas que permiten lograr un mejor aprovechamiento.

Entre las herramientas que se han utilizado para realizar esta faena están el
azahacha, el azadón, el azapico, la pala neozelandesa y el tubo plantador. La
elección de la herramienta adecuada para cada situación va a estar
determinada por factores tales como tipo de suelo y tipo de planta, sean estas
producidas a raíz desnuda o raíz cubierta.

En relación a la elección de la herramienta más adecuada, se han realizado


estudios ergonómicos para decidir cuales son las mejores alternativas. Apud y
Valdés (1986), comunicaron los resultados de un estudio realizado para evaluar
el rendimiento comparativo de dos herramientas: azapico y una pala
neozelandesa modificada. Concluyeron que esta última herramienta era la más
recomendable para las condiciones en que se había efectuado el estudio.

En general, la pala neozelandesa es la herramienta más utilizada en la


actividad de plantación debido a su versatilidad, rendimiento y postura de
trabajo. Además permite un adecuado mullido del terreno, lo cual favorece el
desarrollo radicular, el prendimiento y el crecimiento de las plantas. También
puede ser utilizada en diferentes condiciones topográficas, es una herramienta
de bajo costo e implica una técnica de trabajo relativamente simple, lo que
facilita la disponibilidad de trabajadores para este tipo de actividad.

Los métodos de transporte también han sido motivo de estudio. En el año


1986, se evaluó el efecto del transporte de plantas a raíz desnuda en una caja
de madera tradicional y en una caja de cartón modificada. Se encontró que
esta última alternativa, alrededor de cinco kilogramos más liviana, permitía
aumentar el rendimiento promedio de 425 a 579 plantas por jornada. Como
consecuencia lógica se recomendó alivianar las cajas para el transporte de
plantas.

1.2 .Exigencias físicas y psicológicas en la faena de plantación

Las actividades de plantación se caracterizan por la demanda física que


imponen. Como se puede observar en la figura 2.26. (capítulo 2) plantar con
distintas herramientas a un ritmo normal del trabajo demanda un alto gasto de
energía, entre 8,6 y 9,2 kilocalorías por minuto. Esto se debe a que el trabajo
requiere el desplazamiento del operario por terrenos irregulares, el traslado de
herramientas y de plantas. La actividad es repetitiva, realizándose en ciclos que
pueden durar entre 30 y 45 seg. En la ejecución de las tareas, particularmente
en la excavación de las casillas u hoyos, existe una importante demanda de
fuerza muscular de brazos, piernas y tronco. También, se produce sobrecarga
postural al depositar las plantas en las casillas, al mullir el terreno y al tomar o
depositar la caja con plantas a nivel del suelo. Generalmente, estas acciones
se efectúan con inclinación de columna. En este sentido, estadísticas
recopiladas en el Laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción,
señalan que más de un 50 % de los trabajadores forestales presentan
molestias o trastornos en la parte baja de la espalda. En cuanto a las posibles
causas de estos trastornos, es importante destacar deficiencias del método y
de la técnica de trabajo y del diseño de las herramientas.

Con relación a las demandas psicológicas del trabajo de plantación,


observaciones realizadas en terreno, han permitido establecer que este trabajo
impone una carga mental importante, derivada de una alta y sostenida carga
sensorial y motora, para realizar un trabajo que requiere seguir un método
ordenado, preciso y de gran rapidez de ejecución, que exige un nivel de
atención promedio, para ubicar las plantas ordenadamente, a una misma
distancia. Más aún, la mayor parte del tiempo trabajan en forma aislada, sus
contactos con otras personas se producen sólo en el momento en que vuelven
a abastecerse de plantas, cuando se encuentran próximos en el terreno de
trabajo o cuando hacen detenciones para la colación. En síntesis, se ha podido
demostrar que, pese a lo simple de la tarea en cuanto a exigencias de
pensamiento y razonamiento, este trabajo impone presión para alcanzar metas
de rendimiento, genera ciertos niveles de tensión, estrés y agotamiento.

1.3. Recomendaciones de diseño de herramientas

· Pala neozelandesa

Se seleccionó esta herramienta para estudio debido a que, como se mencionó


antes en este capítulo, la pala neozelandesa es la herramienta más utilizada
para plantar ya que favorece un adecuado mullido del terreno, la herramienta
es de bajo costo, la técnica no es compleja, puede ser empleada en suelos de
diferentes características y en terrenos de variada topografía.

Respecto de las condiciones de trabajo, estas pueden ser bastante variadas.


En la figura 9.1 se ilustra un ejemplo de los terrenos por los cuales se deben
desplazar los trabajadores. Como se puede observar, además de la pala
neozelandesa, los operarios transportan la bandeja que contiene las plantas.
En otros casos, las plantas se transportan en cajas de plástico o madera.

Figura 9.1. Faena de plantación


1.3.1. Resultados del análisis ergonómico de pala neozelandesa

En cuanto al diseño de la pala neozelandesa, en la figura 9.2 se ilustra el


modelo que se usa habitualmente en este tipo de faenas. Como se puede
observar, en este implemento se distingue al menos tres componentes: el astil,
el mango y la cuña. A continuación se analizan los diferentes componentes de
la pala neozelandesa:

· Largo de la pala

Las dimensiones de la herramienta han experimentado modificaciones a través


del tiempo, en particular el largo del astil. Este ha sido acortado respecto de los
modelos originales, básicamente para adecuarlo al tamaño corporal de la
población usuaria. En este sentido, el análisis de movimientos que los
operarios realizan en la plantación, permitió establecer que el largo de la pala
debe ser tal que, al momento de impactar el terreno, los mangos estén
aproximadamente 5 cm bajo la altura codo-suelo del trabajador. También, es
importante considerar que el largo de la pala debe permita que, al momento de
impactar la cuña en la parte más profunda de la cavidad, se reduzca la
inclinación de columna vertebral. De este modo, considerando información de
características antropométricas de trabajadores chilenos, la altura de la pala en
posición vertical debe ser de 99 cm. No obstante, es importante destacar que
las personas de mayor estatura, en particular sobre 175 cm, presentan
mayores exigencias de flexión de piernas y de espalda al momento de cavar la
parte más profunda de la casilla. Esta condición de trabajo se ilustra en la
figura 9.3, en la cual una persona de 175 cm de estatura emplea una pala de
99 cm. Como se puede observar, la inclinación de columna alcanza a 56º, lo
cual es aún más crítico para personas de mayor estatura. Para evitar esta
condición de trabajo se propone diseñar un tamaño alternativo de pala de 105
cm de altura. En la figura 9.4, se puede observar una pala de mayor altura, la
cual reduce la inclinación de columna vertebral a 35º. En términos generales un
incremento de 6 cm en la altura de la pala, reduce aproximadamente en 20 a
22 grados la inclinación de columna vertebral. Esta modificación del diseño
genera una menor sobrecarga en la región lumbar y favorece la ventaja
mecánica del trabajo de brazos. Sin embargo, es importante destacar que no
es conveniente recomendar alturas de pala superiores a 105 cm, debido a que
los mangos quedan muy elevados, deteriorando la ventaja mecánica de la
acción de brazos al comenzar la excavación de la casilla. En cuanto al número
o a la proporción de palas que se debe confeccionar, de acuerdo a la
distribución del tamaño corporal de la población usuaria, se requiere un 80% de
palas de 99 cm. y un 20% de palas de 105 cm.

Figura 9.2. Diseño de pala neozelandesa empleada habitualmente en faenas


de plantación

Figura 9.3. Inclinación de columna vertebral de un operario de 175 cm de


estatura, al emplear pala de 99 cm de largo
Figura 9.4. Reducción de la inclinación de columna vertebral de un operario de
175 cm de estatura, al emplear pala de 105 cm de largo

· Mango
Debe tener forma de "T" (ver figura 9.2). Ello permite una tomada de fuerza en
las acciones efectuadas por las extremidades superiores, específicamente para
hundir la cuña en el terreno. El mango en forma de "T" y el astil deben ser
cilíndricos de 3,5 cm de diámetro. Estas características permiten una adecuada
disipación de presiones entre la superficie de la mano y la herramienta.

· Cuña

Debe ser de forma triangular, con un borde inferior en punta que permita la
penetración en el suelo. La parte superior de la cuña debe tener bordes
horizontales para apoyar el calzado y ayudar a la extremidad superior en la
generación de fuerzas de penetración y de mullido del terreno. Otra
característica importante, es el ángulo formado entre la cuña y el mango.
Debido a que esta herramienta penetra el terreno por impacto, el ángulo
formado entre el astil y la cuña debe ser mínimo, ya que de caso contrario,
parte de la fuerza generada por los brazos se pierde al no tener la dirección del
movimiento.

1.3.2. Tamaños de pala neozelandesa propuestos

Respecto a las características de los dos tamaños de pala propuestos, en la


tabla 9.1 y en las figuras 9.5 y 9.6, se resumen las principales dimensiones y
formas de este implemento.

Tabla 9.1. Recomendaciones para el diseño de palas neozelandesas


adaptadas a las características antropométricas de los trabajadores forestales
chilenos

Características Valores y formas


Tamaño 1 Tamaño 2
1 Altura vertical herramienta 99 105
(cm)
2 Largo astil (cm) 69 75
3 Diámetro mangos (cm) 3,5 3,5
4 Largo cuña (cm) 30 30
5 Ancho cuña (cm) 15 15
6 Angulo cuña-astil (grados) 5 5
7 Forma astil Recto cilíndrico Recto cilíndrico
8 Forma mango "T" cilíndrico "T" cilíndrico

Figura 9.5 Esquema de pala neozelandesa.


Nota: Los números corresponden a las características detalladas en la tabla 9.1

Figura 9.6. Tamaños de pala propuestos


1.4. Técnica de trabajo y distribución de tiempos para las plantaciones
realizadas con pala neozelandesa

1.4.1. Técnica de trabajo

Antes de iniciar el trabajo, se deben realizar las siguientes acciones para


facilitar el mejor desempeño de los plantadores. Se deben marcar las líneas de
plantación para mantener las distancias entre hileras. Uno de los
procedimientos más recomendados es el uso de jaloneros (que pueden ser los
mismos plantadores antes de comenzar esta actividad). Estos, deben instalar
varas con distintivos de colores. Los jalones deben ser ubicados a una
distancia tal que le permita al plantador verlos claramente y sin confundir las
hileras.

Después de realizar la actividad de marcación se procede al cultivo del suelo,


preparación y manipulación de las plantas.

1.4.1.1.Cultivo del suelo

· Hundir la pala fuerte en el suelo. Al hundir la herramienta en el suelo, el


plantador debe hacerla penetrar con ambas manos, tratando de aprovechar al
máximo el peso de la herramienta, la cuña debe quedar completamente
enterrada o se debe alcanzar una profundidad de al menos 20 cm , para que el
sistema radicular de la plántula quede totalmente extendido al momento de
plantar. En terrenos compactados, el trabajador debe aprovechar el peso de su
cuerpo. Para ello debe coordinar la penetración de la pala con el empuje del pie
sobre el borde superior de la cuña ( figura 9.7)
Figura 9.7. Plantador empujando la pala con su pies para lograr una mejor
penetración

· Hundida la cuña en el terreno, el operario efectúa movimientos acercando y


alejando la pala del cuerpo, hasta abrir la hendidura donde se colocará la
planta (figura.9.8). En terrenos compactados o pedregosos, es necesario
introducir la pala en varias oportunidades, con el propósito de abrir la cavidad y
favorecer el mullido del suelo

Figura 9.8. Plantador realizando movimientos para abrir la hendidura


· Otra alternativa, es que hundida la pala en el terreno por primera vez, se
vuelva a clavar 15-20 cm más atrás, empujar hasta el fondo con el pie y luego
hacia atrás y repetir lo indicado en la primera parte de este punto. Luego de
haber realizado las dos hendiduras, se procede a hundir la pala en la parte
central del suelo cultivado, a repetir el movimiento oscilante de la pala hacia el
cuerpo, para realizar un mullido de buena calidad.

1.4.1.2. Manipulación de las plantas

La manipulación de las plantas por parte de los operarios va a depender de si


tiene raíz cubierta o raíz desnuda. Aunque los principios son los mismos, hay
detalles que hacen la diferencia entre una y otra.

· Manipulación de plantas a raíz desnuda. La manipulación de la planta a raíz


desnuda se diferencia de la manipulación de las plantas a raíz cubierta,
principalmente por el cuidado que se debe tener con el manejo de las raíces al
momento de plantar. La planta se debe tomar de la caja y proteger hasta los
extremos de las raíces con la mano y colocarla en el fondo de la hendidura,
retirando suavemente la mano, y sujetándola por su extremo superior. En la
acción de poner la planta, se debe evitar la inclinación excesiva de la columna
vertebral. Para ello, la caja con plantas debe depositarse al alcance del
operario y el movimiento debe realizarse con flexión de rodillas. Mantener
sostenida la planta con la mano, acercar la tierra con el pie y presionar
suavemente, para que la planta quede firme pero no tanto como para
compactar las raíces. Esta acción tiene como objetivo, eliminar bolsas de aire,
que dañan las raíces y estabilizar la planta en el terreno

· La manipulación de plantas a raíz cubierta, a diferencia de la raíz desnuda, no


requiere de tanto cuidado con las raíces ya que estas vienen protegidas por el
sustrato que traen desde el vivero. La planta se debe tomar del cuello y colocar
en el fondo de la cavidad. Al igual que en el caso anterior, en la acción de poner
la planta, se debe evitar la inclinación excesiva de la columna vertebral. Para
ello, la caja con plantas debe depositarse al alcance del operario y el
movimiento debe realizarse con flexión de rodillas

· Desplazamiento entre plantas e hileras. Una vez depositada la planta en su


cavidad, el operario debe desplazarse para volver a realizar la actividad de
plantación. La distancia de estos desplazamientos depende de la densidad de
plantación, la cual puede oscilar entre 800 y 2000 plantas por hectárea, lo que
determina que el desplazamiento fluctúe entre los 2 a 3 m entre planta y planta.
Para que el operario pueda desplazarse entre los puntos de plantación, se
recomienda que utilice varas, lo cual permite una ubicación más exacta del
lugar correcto donde plantar. El desplazamiento entre hileras, es la acción de
desplazarse a la próxima línea de plantación una vez finalizada la linea anterior.
La distancia de estos desplazamientos también depende de la densidad de
plantación, fluctuando entre los 3 a 5 m.

1.4.2. Distribución de los tiempos en la faena de plantación

Para efectos de estudios de tiempo, esta faena se divide en actividades


principales y secundarias.

Las actividades principales son:

· Cultivo de la tierra

· Manipulación de las plantas

· Desplazamiento entre plantas

· Abastecimiento de plantas

· Colocación de jalones (cuando sea necesario)

· Cambio de hilera

En cuanto a los tiempos dedicados a actividades secundarias, éstos son los


siguientes:

· Materiales

· Personales

· Detenciones

· Generales

1.5. Recomendaciones de vestuario y equipos de protección personal


Considerando que las faenas de plantación se efectúan en invierno, durante el
período lluvioso, el vestuario y equipo de protección personal de los
plantadores debe estar constituido por:

· Vestuario para la lluvia. Este debe incluir botas, pantalón y chaqueta para el
agua

· Pantalón de mezclilla y camisa de algodón. Para las mañanas los


trabajadores deberían disponer de un "polerón" y una casaca de mezclilla. Otra
alternativa de vestuario es el uso de un "overol" del mismo material

· Calzado de seguridad con caña alta. Ello da mayor estabilidad y protección a


la articulación del tobillo, en el desplazamiento por terrenos accidentados y al
realizar labores en las que se requiere mantener el equilibrio y efectuar fuerzas
con la extremidad inferior para penetrar la pala en el terreno. También se
pueden agregar canilleras que permitan un desplazamiento más seguro entre
los cambios de hileras cuando estas están separadas por restos de material de
cosechas anteriores (ramas y fustes principalmente)

· Guantes de cuero que presenten un mínimo de costuras

· Respecto de la protección de la cabeza, aún cuando no se presentan con


frecuencia riesgos de caída de objetos; en determinadas condiciones,
particularmente en terrenos con pendiente, el uso de cascos puede ser
fundamental para prevenir golpes de piedras o desechos forestales que caen
por las laderas

Para detalles de los implementos de seguridad y recomendaciones específicas


ver capítulo 8.

1.6 . Rendimientos de referencia

Los resultados que se analizarán a continuación se basan en seguimientos


efectuados durante 20 jornadas de plantación, en que el trabajo se efectuó
según las siguientes especificaciones:

· Tipo de planta: Raíz desnuda

· Densidad de plantación: 1250 plantas/hectárea (2.0 * 4 m)

· Terreno: Arcilloso

En la tabla 9.2, se puede observar el promedio, la desviación estándar y el


rango para el rendimiento expresado en árboles plantados por hora y en
árboles plantados por jornada, la frecuencia cardíaca y la carga cardiovascular
media de la jornada, la pendiente media del terreno, la temperatura ambiente
media de la jornada, las horas de duración del trabajo efectivo y el porcentaje
de tiempo dedicado a las actividades principales.
Tabla 9.2. Promedio, desviación estándar (D.E.) y rango para el rendimiento, la
carga física, las variables del terreno y la temperatura ambiente obtenidos
durante 20 jornadas de medición de plantaciones

Variables Promedio Desviación Coeficiente de


variación
estándar
Duración de la jornada (horas) 6.2 1.2 0.19
Rendimiento (plantas por jornada) 590.0 83.0 0.14
Rendimiento (plantas por hora) 95.0 15.0 0.16
Tiempos principales (% de la 83.0 5.0 0.06
jornada)
Pendiente (%) 24.0 21.0 0.9
Frecuencia cardíaca promedio de la 107.0 13.0 0.12
jornada (latidos/min)
Carga cardiovascular (%) 36.0 12.0 0.33

Como se destaca en la tabla, el rendimiento alcanzado por jornada fue de 590


plantas, con una duración promedio de 6.2 horas por jornada. El rendimiento
horario fue de 95 plantas por hora, lo que da un promedio de 1.6 plantas por
minuto, o el equivalente a 0.6 minutos por planta. Esto ilustra lo breve que es el
ciclo promedio para colocar una planta.

En la tabla 9.2, se puede ver que el trabajo se efectuó con una carga física
sustentable en el tiempo, ya que la frecuencia cardíaca media fue de 107
latidos por minuto y la carga cardiovascular se elevó a una cifra promedio de
36%, cercana al límite que califica un trabajo como pesado. Estos valores están
dentro de rangos habituales en plantaciones.

Como se ha señalado antes no existe en el trabajo forestal una variable única


que permita explicar el 100% de las variaciones de rendimiento de un grupo
humano. Por esta razón se efectuó una regresión paso a paso entre el
rendimiento y las variables incluidas en la tabla 9.2. El resultado fue la siguiente
ecuación:

RH (plantas por hora) = 90.3 - 13.7 LP + 0.55 CC

Indicadores estadísticos: R: 0.87 ; R2 : 0.76; error estándar: 7.7; p _ 0.0001

Donde: RH = Rendimiento (plantas por hora)

LP = Logaritmo de la pendiente

CC = Carga cardiovascular (%)

Como se puede apreciar, de acuerdo a la regresión paso a paso, el logaritmo


de la pendiente y la carga cardiovascular son las dos variables que
combinadas, explican un 76% de la variación en el rendimiento. Se observa
también que el error estándar de la estimación alcanza a 7.7 plantas por hora
(p < 0.001), lo que para un promedio de 95 plantas por hora, equivale a 8.1%.
Estos antecedentes revelan que nos encontramos frente a una función
significativa que podría ser de utilidad práctica, ya que las variables
involucradas pueden ser fácilmente estimadas, además de ser de una lógica
irrefutable. Sobre la base de estos antecedentes, es posible proponer la
siguiente tabla para el cálculo de rendimientos de referencia en plantaciones
con pala neozelandesa.

Tabla 9.3, Rendimientos de referencia según la pendiente del terreno y la


intensidad del esfuerzo en términos de carga cardiovascular para el trabajo de
plantación forestal con pala neozelandesa

Rendimientos de referencia en plantación con pala neozelandesa


CC 30 % CC 40 %
PEND % LOG(10)PEND PLANTAS/HORA PLANTAS/HORA
0 - 106,8 112,3
5 0,699 97,2 102,7
10 1,000 93,1 98,6
15 1,176 90,7 96,2
20 1,301 89,0 94,5
25 1,398 87,6 93,1
30 1,477 86,6 92,1
35 1,544 85,6 91,1
40 1,602 84,9 90,4
45 1,653 84,2 89,7
50 1,699 83,5 89,0
55 1,740 83,0 88,5
60 1,778 82,4 87,9
65 1,813 82,0 87,5

Es necesario volver a destacar que estos rendimientos son para promedios


grupales y no para individuos, ya que las personas varían en su capacidad
física. En cualquier grupo humano realizando esta tarea algunos serán capaces
de superar estas cifras, mientras que a otros les será imposible alcanzarlas.

La validez de cualquier función de estimación de rendimiento, debe ser


verificada antes de proponer su uso generalizado. Por esta razón, dentro del
marco de este proyecto, se efectuó un estudio para establecer si la ecuación
predictiva permitía estimar el rendimiento bajo otras circunstancias. Para este
efecto se realizó un seguimiento en 9 trabajadores durante 13 jornadas, en que
se evaluaron las mismas variables que en el estudio de referencia. Las
especificaciones de la plantación fueron las siguientes:
· Tipo de planta: Raíz desnuda

· Densidad de plantación: 800 plantas/hectárea ( 2.5 x 5 m)

· Terreno: Arcilloso y alta pedregosidad

En la tabla 9.4 se presenta una síntesis de los resultados del estudio de


validación:

Tabla 9.4. Promedio, desviación estándar (D.E.) y rango para el rendimiento, la


carga física, las variables del terreno y la temperatura ambiente obtenidos en
13 jornadas de plantaciones con pala neozelandesa

Variables Promedio Desviación Coeficiente


de variación
estándar
Rendimiento (plantas por hora) 91.9 14.0 0.16
Tiempos principales (% de la jornada) 88.0 4.6 0.05
Pendiente (%) 38.0 21.0 0.17
Frecuencia cardíaca promedio jornada 115.0 11.3 0.10
(latidos/min)
Carga cardiovascular (%) 40.0 5.8 0.15

Como se puede ver, al ingresar en la tabla 9.3 con una pendiente media
estimada de 40% (valor más cercano al 38% real) la estimación indica que un
trabajador promedio plantando con una carga cardiovascular de 30%
alcanzaría una cantidad cercana a las 85 plantas, mientras que al hacerlo al 40
% de carga cardiovascular llegaría a 90,4 plantas por hora. Como se puede
observar en la tabla 9.4, la cifra promedio alcanzada por este grupo fue 91,9
plantas por hora. La diferencia de 1,5 plantas no es estadísticamente
significativa. Es importante observar que la carga cardiovascular media alcanzó
justo el 40%, que es el límite más alto recomendable como valor promedio para
una jornada de 8 horas, lo que indica que es un grupo bien motivado, ya que
mantener ese nivel de esfuerzo promedio así lo requiere. La tabla 9.4, revela
que el rendimiento en discusión se alcanzó trabajando el 88% del tiempo en las
actividades principales, que incluyen cultivo del suelo, manipulación y sujeción
de las plantas y desplazamiento entre plantas. El resto del tiempo lo dedican
los trabajadores a actividades secundarias entre las que se incluyen la
mantención de herramientas y pausas espontaneas o programadas. El 12% de
una jornada efectiva de 8 horas corresponde aproximadamente a una hora, lo
que equivale a media hora en la mañana y media hora en la tarde, con una
hora adicional para colación a mediodía. Al proyectar el valor promedio de este
último estudio a una jornada completa, se obtiene una cifra promedio de 735
plantas por jornada.

2. Podas

2.1. Descripción en faenas de Podas


La poda consiste en la remoción selectiva de ramas del fuste. El propósito de
esta actividad es obtener madera aserrable libre de nudos y favorecer el
crecimiento del árbol, al concentrar la actividad fotosintética en las ramas que
tengan una mayor eficiencia.

Considerando que para los próximos años se espera una producción forestal
creciente, las inquietudes que surgen respecto al destino final de la madera son
variadas, especialmente en lo que se refiere a la madera aserrada. Dichas
interrogantes se orientan a la aceptación de los productos en el mercado
nacional e internacional, a las expectativas de precios, a su competitividad con
productos similares y a la evaluación de la demanda futura.

Para ofrecer al mercado un producto de buena calidad, es necesario que las


instancias técnicas propongan las medidas que permitan obtener los mejores
beneficios del recurso bosque. De esta manera, la silvicultura aporta elementos
de manejo, que aplicados correctamente y en forma planificada, durante un
período importante del desarrollo de la masa boscosa, mejoran la calidad
satisfaciendo las expectativas comerciales de los productores forestales.

La poda, es una técnica de manejo que permite la eliminación de ramas, conos


y epicornios del fuste del árbol y cuyo propósito final es la obtención de madera
libre de nudos. Esto posibilita alcanzar un producto de óptima presentación y
cualidades mecánicas superiores, que deberían asegurar mercados
internacionales a precios ventajosamente más altos, además de otros
beneficios asociados tales como un mayor nivel de empleo, sanidad del bosque
y un efectivo ahorro en los costos de cosecha. Para lograr estos resultados, no
sólo basta con ejecutar esta actividad cuando corresponda y de acuerdo a las
características del bosque en que se efectúa. También es imprescindible
adoptar técnicas eficientes en términos de calidad, rendimientos y costos. Por
esta razón, la adecuada capacitación de los trabajadores corresponde a uno de
los aspectos más importantes ya que de la calidad de la poda depende el
producto final que se obtenga. En otras palabras, la capacitación debe ser
debidamente programada para obtener habilidades precisas y medibles que
conlleven a una productividad más alta. Desde este punto de vista, en el
establecimiento de estándares de poda es necesario preocuparse no sólo del
número de árboles que un sujeto puede podar por jornada, sino que también de
la calidad con que el trabajo se efectúa.

2.1.1. Tipos de poda

Respecto de los tipos de poda, se distinguen las siguientes:

· Primera poda (de 0 a 2 metros)

· Segunda poda (de 2 a 4 metros)

· Tercera poda (de 4 a 6 metros)

· Cuarta poda (de 6 metros y más)


Otra clasificación también es la que considera sólo tres tipos de poda:

· Poda baja (de 0 a 3 metros)

· Poda media (de 3 a 6 metros)

· Poda alta (de 6 a 8 metros)

a) Primera Poda o Poda Baja

La primera poda es un actividad de manejo, cuyo objetivo básico es el de iniciar


el proceso de obtención de madera libre de nudos de los mejores árboles que
permanecen por unidad de superficie.

Esta consiste en la eliminación de ramas secas y verdes hasta una altura de 2


a 3 metros, lo que equivale a que se eliminen las ramas hasta un 40% de la
altura total del árbol. La edad de los árboles que son sometidos a este proceso
varía entre los 4 a 6 años. La cantidad de árboles a podar por hectárea varía
según los esquemas de cada empresa, pero se puede hablar de un rango de
entre los 700 a 1000 árboles/ha. Las herramientas más utilizadas para realizar
esta actividad son el tijerón y la sierra lotus.

b) Poda Media, Segunda y Tercera poda

Cuando se opta por un esquema de poda en tres etapas, se puede decir que la
segunda poda o poda media se realiza a edades que fluctúan entre los 7 y 12
años. La altura en que se realiza esta actividad varía entre los 2.5 y 4.5 m o
entre 3.5 y 6 m, dependiendo de los esquemas de manejo de cada empresa.
Esta intervención también recibe el nombre de primer levante. La cantidad de
árboles a podar por hectárea varia entre los 500 a 700 árboles/ha. Las
herramientas más utilizadas para realizar esta actividad son el tijerón y la sierra
lotus más una escala o el sistema king-grip. Aunque cada vez menos, el
serrucho "cola de zorro", también es utilizado.

c) Poda Alta y Cuarta poda

En esta intervención denominada también segundo levante, se procede a


podar las ramas ubicadas sobre los 6 metros de altura. El porcentaje de altura
al que se trabaja equivale al 60% de la altura total del árbol. La cantidad de
árboles a podar por hectárea varia entre los 350-500 arboles/ha. Las
herramientas más utilizadas para realizar esta actividad son el tijerón y la sierra
Lotus más un escalera o el sistema king-grip. El serrucho "cola de zorro",
también es utilizado.

2.2. Exigencias psicológicas

Esta actividad impone exigencias mentales en relación con la carga cognitiva,


sensorio-motora y emocional.
En cuanto a la carga cognitiva, un elemento importante es el nivel de atención
que debe mantener durante el ciclo de su actividad. El podador debe estar
atento a adoptar una posición correcta y segura, a ubicar el ángulo correcto de
corte, así como también, al momento de desplazarse, tiene que ubicar el
próximo árbol a podar, vigilando que su desplazamiento sea seguro.

En cuanto a la carga mental sensorio-motora, se identifica la duración de los


ciclos de trabajo, ya que dependiendo del tipo de poda que se esté realizando,
puede variar entre 1 y 4 minutos por árbol. Los descansos derivados del
desplazamiento que realizan les permite tener un tiempo de recuperación entre
ciclos, para reducir el nivel exigencia.

La carga psíquica o emocional se deriva en su responsabilidad por la calidad


del trabajo, ya que su criterio de selección de los árboles está en directa
relación con la calidad del producto obtenido al final del ciclo productivo.

2.3. Herramientas

A través del tiempo se han utilizado diferentes herramientas para efectuar las
labores de poda, destacando el serrucho "cola de zorro", la sierra y el tijerón.

2.3.1. Serrucho cola de zorro

El serrucho "cola de zorro" ha sido una herramienta tradicionalmente empleada


para realizar podas. Por sus características, presenta serios inconvenientes
tanto para el trabajador, como se observa en la figura 9.9, como para obtener
un trabajo de buena calidad. Considerando primero a los podadores, al emplear
esta herramienta se deben asumir posiciones muy inadecuadas que, en el
corto plazo, producen dolores de cuello, de espalda baja y de brazos y, en el
largo plazo, pueden conducir a enfermedades incapacitantes. Por otra parte,
mirado desde el punto de vista de calidad del trabajo, el largo del mango del
serrucho hace que el objeto del trabajo, vale decir, las ramas a podar, queden a
gran distancia. En términos simples se puede señalar que, mientras mayor es
la distancia de trabajo, menor es la precisión con que este se efectúa, pudiendo
producir cortes defectuosos

En el caso del serrucho "cola de zorro", desde el punto de vista de calidad, el


corte con esta herramienta deja aristas o segmentos adheridos al tronco y al
podar ramas gruesas se producen desgarros en la corteza del fuste. Además,
en cuanto a la sobrecarga para el operario, esta herramienta tiene una pértiga
para efectuar el trabajo desde el suelo. Esta condición provoca molestias en la
región posterior del cuello, debido a la posición incomoda que adopta el
trabajador para vigilar la poda. Del mismo modo, para realizar el corte de ramas
es necesario desplazar la herramienta en forma ascendente y descendente,
elevando los brazos sobre la altura de hombros, lo cual es altamente fatigante.

Figura 9.9. Podador utilizando serrucho "cola de zorro", donde se aprecia lo


incómodo de la posición de trabajo
2.3.2. Sierra Lotus

La poda con sierra (figura 9.10) tiene ventajas aparentes ya que el trabajo es
más dinámico, evitando las posiciones fijas inadecuadas. Los cortes se
efectúan, desde más cerca, lo que aumenta la calidad y también la visión del
objeto de trabajo.

En cuanto a las podas en altura efectuadas con sierras, existen bastantes


antecedentes de estudios realizados en Chile, habiéndose establecido que el
rendimiento y la calidad del trabajo es superior al alcanzado con el serrucho
cola de zorro, mientras que el gasto de energía y la carga cardiovascular son
similares.

Uno de los cuidados que se debe tener con la sierra Lotus es que al comenzar
a podar se debe observar que la mano no esté en la trayectoria del corte, ya
que al caer la rama, la sierra puede alcanzar la mano y provocar un accidente.

Figura 9.10. Dos tipos de sierra Lotus, que se diferencian por el diseño del
mango
2.3.3. Tijerón de poda

En los últimos años, de acuerdo a la encuesta realizada en las empresas que


participaron en este proyecto, las sierras están siendo reemplazadas por un
tijerón (figura 9.11)desarrollado originalmente en Nueva Zelandia. Ello se debe
a que el corte logrado con esta herramienta es más liso y evita los desgarros
de ramas. Estas condiciones favorecen una adecuada oclusión de la zona
podada.

Figura 9.11. Tijeron neozelandes de diferentes tamaños

2.4. Consideraciones en torno a la poda

· Al momento de podar un árbol se debe buscar la parte más accesible para


comenzar a podar.

· Se debe realizar el corte lo más cercano al fuste, sin provocar daños en el


área circundante a la rama. (figura 9.12)

Figura 9.12. Podador efectuando un corte con sierra Lotus


· En primera poda, al trepar por las ramas, se remecerá el árbol producto del
movimiento del cuerpo de los podadores. Este hecho provoca normalmente
caída de conos. Para evitarlo se deben eliminar los conos que se encuentren
adheridos al fuste. Además, al trepar por las ramas, estas pueden desgarrarse
con facilidad, por lo tanto los pies deben colocarse en ramas separadas

· Independiente de la herramienta que se utilice, terminada la poda hay que


limpiar el fuste de acículas vivas o muertas como también de brotes
epicórmicos. Esta acción se puede realizar con la mano, con guantes o con una
cuerda especialmente destinada a este propósito. (figura 9.13)

Figura 9.13. Podador limpiando las acículas y los brotes epicormicos que
quedan adheridos al fuste después de la poda
2.4.1. Sistemas para escalar

Los sistemas más utilizados para escalar los árboles son el king-grip ilustrado
en la figura 9.16., y las escalas de poda, como las que se muestra en las figura
9.14.

King-Grip

2.4.1.1 Uso de escalas

El empleo de escalas requiere, como mínimo, los siguientes conocimientos


básicos de seguridad:

· Apoyar la escala firmemente sobre el árbol y verificar que sus dos patas se
fijen adecuadamente sobre la superficie. El ángulo de inclinación que forma la
escala con el suelo debe ser de 75º

· Durante el ascenso se debe mantener la herramienta en la cartuchera, ya que


el trabajador debe utilizar ambas manos para ascender

Para podas altas se puede utilizar la escala metálica de garra, como la que se
muestra en la figura 9.14, ya que permite un trabajo seguro y eficiente en altura
si se toman las medidas de seguridad necesarias. Estas son:

· Proceder a enganchar la escala sobre el árbol. El primer peldaño de la escala


debe quedar a una altura que permita subir con facilidad
· Antes de subir trabar la base de la escala al árbol

· Si constantemente durante la poda está en la necesidad de utilizar el último


peldaño, lo que no es lo más recomendable, debe cambiar la escala por una
más larga que le permita realizar los cortes sin necesidad de utilizar dicho
peldaño

· En podas altas es importante utilizar cinturón de seguridad u otro elemento de


sujeción como el que emplea el trabajador de la figura 9.15. Además, el
cinturón ayuda a ejecutar la poda con mayor facilidad

Figura 9.14. Escala metálica de garra utilizada para podas en altura

Figura 9.15. Podador utilizando una escalera de garra, con un sistema de


sujeción al árbol
2.4.1.2 Uso de King-grip

Este elemento permite llegar a las ramas que el podador no alcanza usando su
propia altura cuando trabaja desde el suelo o trepado en una escalera en
podas altas. Cuando se usa este implemento se debe:

· Enganchar alrededor del árbol (figura 9.16a)

· Una vez asegurado, primero se debe pisar la cuerda que cuelga de este y con
el otro pie apoyarse en el king-grip. (figura 9.16b)

Figuras 9.16a y 9.16b. Modo de utilización del King-grip


2.4.3. Distribución de los tiempos en la faena de poda

Para efectos de los estudios de tiempo, las tareas se dividen en actividades


principales y secundarias. Se consideró principales las que se describen a
continuación:

Preparación: El operario reúne los implementos para podar. Cuando es


pertinente se incluye en esta etapa el acomodo de la escalera para operar con
seguridad.

Escalamiento: Todo desplazamiento ascendente que realice el podador. Se


suman las fracciones si existieren dos o más tiempos de escalamiento por
árbol.

Poda: Tiempo neto de ejecución de la poda. Se suman las fracciones cuando


existen para un mismo árbol podado.

Bajada: Todo desplazamiento descendente que realice el operario.

Desplazamiento: Desde que termina la fase anterior e inicia el desplazamiento


hacia el siguiente árbol a podar, hasta que comienza la fase de preparación.

Cabe consignar que en poda baja no se cumplen todas las etapas descritas,
como por ejemplo escalamiento y bajada, ya que el trabajo se realiza con el
sujeto apoyado en el suelo.

Como tiempos secundarios se definieron los siguientes:

Materiales: Mantención y reparación de equipos y herramientas.

Personales: Tiempo dedicado exclusivamente a necesidades fisiológicas del


trabajador.
Detenciones: Pausas programadas o por cansancio durante la operación.

Esperas: Pausas a causa de la operación, no atribuibles a cansancio.

Otros: Actividades productivas no incluidas en el ciclo normal de trabajo, por


ejemplo: despeje de caminos y huellas, repase, traslado de frente de trabajo.

2.5. Vestuario para podadores

El vestuario apropiado para esta faena le debe permitir al trabajador


desplazarse en forma rápida y cómoda.

· La vestimenta del trabajador debe consistir en overol de mangas largas o en


su defecto se puede reemplazar por pantalones de mezclilla cubiertos con una
piernera de lona y camisas de algodón más una casaca de mezclilla

· Calzado de seguridad con caña alta

· Guantes de cuero de puño largo y que presenten un mínimo de costuras

· Para la protección de la cabeza se debe utilizar un casco con barbiquejo para


evitar que este se caiga cuando se podan ramas por encima de la cabeza.
Además los ojos deben ir protegidos por protectores visuales para evitar que
entre el aserrín en los ojos del podador (si trabajan con Sierra Lotus)

· En el caso que los podadores utilicen escala para subir a los arboles, se
recomienda que empleen un cinturón de seguridad.

Para detalles del vestuario y elementos de protección personal ver capítulo 8.

2.6. Rendimientos de referencia

2.6.1. Rendimientos en primera poda con tijerón

Se evaluó un total de 59 jornadas de primera poda en dos predios, algunas de


cuyas características se resumen en la tabla 9.5.

Tabla 9.5. Características de los rodales intervenidos

Predio 1 Predio 2
Superficie intervenida (Ha) 49.9 113.5
Densidad inicial(árboles/Ha) 1370 1138
Arboles podados por Ha 600 700
Altura promedio árboles (m) 5.6 6.5
Altura de poda (%) 50 50
En la Tabla 9.6 se pueden ver detalles adicionales de los rodales, del terreno, la
temperatura y humedad ambiental, durante las jornadas en que se efectuaron
las evaluaciones en ambos predios.

Tabla 9.6. Variables del rodal, características del terreno y temperatura


ambiente en los predios en que se efectuaron las evaluaciones de primera
poda. Los valores son promedios de 59 jornadas completas de observación

Variable Unidad Predio1 (n=21) Predio 2 (n=38)


Promedio D.E. Promedio D.E.
DAP* cm 7.3 0.54 9.0 1.05
DME* cm 1.0 0.07 1.0 0.07
DMA* cm 2.7 0.21 3.2 0.31
DPR* cm 1.9 0.14 2.1 0.17
Verticilos podados n 4.7 0.47 5.3 0.43
Ramas podadas n 27.5 3.03 30.7 5.99
Altura real m 2.7 0.33 3.0 0.26
Altura nominal m 2.1 0.27 2.3 0.22
Pendiente % 50.3 15.8 6.6 3.11
Indice escabrosidad % 64.0 8.9 68.1 14.6
Temperatura media % 10.1 3.1 13.8 3.1
Humedad relativa % 85.4 4.4 69.0 8.2

* DAP=diámetro a la altura del pecho; DME= diámetro menor de ramas; DMA=


diámetro mayor de ramas; DPR= diámetro promedio de ramas.

Como se puede observar en la tabla 9.6, los árboles podados en el predio 1


eran de menor tamaño que los procesados en el predio 2. También se puede
ver que hubo importantes diferencias en la pendiente de los rodales podados
en ambos estudios, siendo significativamente más alta en el predio 1 (50.3%)
que en el 2 (6.6%).

La tabla 9.7, resume la distribución de tiempos, incluyendo también una


síntesis del total de jornadas evaluadas.

Tabla 9.7. Tiempos principales y secundarios expresados en porcentaje del


total de la jornada durante trabajos de primera poda con tijeron.

Tiempos Predio 1 (n=21) Predio 2 (n=38)


Promedio D.E. Promedio D.E.
Poda 73.0 5.1 74.9 5.2
Desplazamiento 9.2 4.6 8.7 4.6
Total principales 82.2 % 83.6 %
Total secundarios 17.8 % 16.4 %

Como se destaca, no hubo grandes diferencias en la distribución de tiempos


durante las podas efectuadas en los dos predios estudiados. Los trabajadores
dedicaron un promedio cercano a 83% de la jornada a las actividades
principales, lo que revela una adecuada utilización del tiempo. Cabe destacar
que los tiempos secundarios incluyen las pausas programadas de 10 minutos
por cada hora de trabajo, lo que revela que prácticamente todas las actividades
secundarias, incluyendo la mantención de herramientas, se hicieron durante
este período.

En la tabla 9.8, se incluye el promedio de rendimiento, la carga física resultante


y la duración promedio de las jornadas de primera poda

Tabla 9.7. Rendimiento, carga física de trabajo y duración de las jornadas en


las faenas de primera poda estudiadas

Variable Unidad Predio1 (n=21) Predio 2 (n=38)


Promedio D.E. Promedio D.E.
Rendimiento: N 211 65.0 167 45.1

Árboles podados jornada N 28.4 6.7 21.7 5.5

Árboles podados hora


Carga física: Latidos/min 108 8.0 104 9.6

Frecuencia cardíaca % 35.1 5.6 32.1 7.0

Carga cardiovascular
Duración de la jornada Horas 7.4 1.2 7.7 0.7

Con el criterio antes descrito para la búsqueda de rendimientos de referencia,


se realizó una regresión paso a paso para evaluar la posibilidad de estimar el
rendimiento a partir de variables simples del terreno, del rodal y del clima,
incluyendo también como criterio la carga física alcanzada durante las jornadas
de evaluación. Se obtuvo la siguiente ecuación:

RH= 45.374 - 3.518*NV - 8.107*AR + 0.137*E + 0.322 CC

DONDE: RH = Rendimiento expresado en árboles podados por hora

NV = Número de verticilos

E = Indice de escabrosidad expresado en porcentaje


CC = Porcentaje de carga cardiovascular

AR = Altura real de poda expresada en metros

INDICADORES ESTADISTICOS:

R = 0.84; R2= 0.71; Error estándar= 3.8 árboles/hora; p < 0.0001

La ecuación obtenida es significativa y las variables seleccionadas en la


función explican un 71% de la variación en el rendimiento alcanzado en esta
tarea. Las variables son simples de medir y el número de verticilos, la
escabrosidad del terreno y la altura real pueden ser estimadas con anterioridad
al inicio de la faena. Por su parte, la carga cardiovascular debe ser utilizada
como variable de referencia. En la tabla 9.9 se presenta una tabla de cálculo
simple, derivada de la ecuación en discusión, que destaca algunos elementos
importantes en la estimación de la duración de una faena y en la orientación de
los salarios a trato o sobre la base de un sueldo fijo y primas por producción.

Tabla 9.9. Rendimientos de referencia por hora de trabajo en una faena de


primera poda efectuada con tijerón bajo distintas condiciones de complejidad
del trabajo

CC 30% CC 40%
ESCABROSIDAD (%) ESCABROSIDAD (%)
ALTURA VERTICILOS 50 60 70 80 90 100 50 60 70 80 90 100
REAL(m) n
1.5 4 36 37 38 40 41 42 39 40 42 43 44 46
1.5 5 32 34 35 36 38 39 35 37 38 39 41 42
1.5 6 29 30 31 33 34 35 32 33 35 36 37 39
2.0 4 32 33 34 36 37 38 35 36 38 39 40 42
2.0 5 28 29 31 32 34 35 31 33 34 35 37 38
2.0 6 25 26 27 29 30 31 28 29 31 32 33 35
2.5 4 28 29 30 32 33 34 31 32 34 35 36 38
2.5 5 24 25 27 28 29 31 27 29 30 31 33 34
2.5 6 21 22 23 25 26 27 24 25 26 28 29 31
3.0 4 23 25 26 28 29 30 27 28 29 31 32 34
3.0 5 20 21 23 24 25 27 23 25 26 27 29 30
3.0 6 16 18 19 21 22 23 20 21 22 24 25 26

Lo más revelador de la tabla 9.9, es que el rango de rendimientos de referencia


para rodales de distinta complejidad varía dentro de un amplio intervalo, que va
desde 16 árboles por hora hasta 46 árboles por hora, valor este último que se
obtendría con los podadores trabajando al 40% de carga cardiovascular en un
rodal de baja complejidad.

2.6.1.1. Validación de la función de rendimiento para primera poda con tijerón


En una empresa diferente, se efectuó un estudio para ver la reproducibilidad de
la función de primera poda. Este se llevó a cabo en un grupo de 9 podadores
que fueron evaluados trabajando bajo las condiciones que se reproducen en la
tabla 9.10.

Tabla 9.10. Promedio, desviación estándar (D.E.), máximos y mínimos de las


características del rodal, del terreno, temperatura ambiente, carga física de
trabajo y dedicación a la actividad principal. Estos valores fueron obtenidos de
los promedios de cada uno de los 9 podadores evaluados en terreno

Variable Unidad Promedio D.E Mínimo Máximo


DAP Cm 9.2 1.4 7.0 13.0
Verticilos por árbol n 5.0 0.6 4.0 6.0
Ramas por verticilo n 6.3 0.6 5.0 8.0
Ramas podadas por árbol n 30.3 3.1 25.0 36.0
Diámetro mayor de ramas Cm 3.4 0.4 2.8 4.4
Diámetro menor de ramas Cm 0.9 0.1 0.6 1.1
Diámetro medio de ramas Cm 2.2 0.4 1.6 3.8
Altura nominal de poda Metros 1.6 0.2 1.2 2.1
Altura real de poda Metros 2.0 0.3 1.5 2.5
Indice de escabrosidad % 100.0 0.0 100.0 100.0
Pendiente % 0.0
o
Temperatura bulbo seco c 18.6 4.9 10.0 26.0
o
Temperatura bulbo c 14.6 3.1 9.0 20.0
húmedo
Frecuencia cardíaca Lat/min 102 10.9 87 135
Carga cardiovascular % 33 6.9 23 54
Actividad Principal % Jornada 88.7 8.7 50 95

Con los datos reales obtenidos en terreno se procedió a comparar los


rendimientos obtenidos por el grupo de trabajadores evaluados y aquellos
calculados de la función propuesta. Los resultados se resumen en la tabla 9.11.

Tabla 9.11. Promedio, desviación estándar (D.E.), máximos y mínimos para el


rendimiento medido en terreno durante evaluaciones a una cuadrilla de 9
trabajadores y el rendimiento estimado de la función propuesta para primera
poda con tijerón. Las diferencias entre medias no son estadísticamente
significativas p < 0.001

Variable Unidad Promedio D.E Mínimo Máximo


Rendimiento medido árboles/hora 35.7 7.6 20 49
Rendimiento estimado árboles/hora 35.8 3.8 26 41
Como se puede observar, existe una diferencia de 0.1 árboles por hora entre el
rendimiento estimado y el rendimiento medido, lo que equivale a una diferencia
de 0.5%. Esta diferencia no es significativa y revela que la tabla 9.9 puede ser
empleada por los empresarios para planificar el trabajo. Desde este punto de
vista, si se entra en la tabla con la escabrosidad media de un predio, el número
de verticilos y la altura real de poda, que son variables que se pueden estimar
en un bosque antes de comenzar la faena, se puede llegar a una estimación
del rendimiento que se podría alcanzar. En cuanto a la carga cardiovascular se
pueden tomar dos valores como referencia, 30% que es un nivel promedio
habitual y 40% que es el límite más alto recomendable. El rendimiento posible
de obtener debería situarse entre estos límites.

Conviene ser enfático en señalar que la cuadrilla en que se realizaron los


estudios para desarrollar la función, estaba dotada de elementos motivantes
para los trabajadores, tales como buena alimentación, campamentos higiénicos
y capacitación. No cabe duda que estos elementos, junto con un salario bien
establecido, son factores que incentivan a las personas a exigirse en su
rendimiento personal. Por esta razón, para lograr rendimientos equivalentes a
los propuestos, es requisito fundamental otorgar condiciones al menos
similares a las que se han recomendado en la segunda parte de este Manual,
en términos de condiciones generales de vida y alimentación en los
campamentos y organización del trabajo. En este estudio en particular, es muy
importante destacar que los rendimientos alcanzados se lograron con una
pausa de 10 minutos por hora de trabajo y que esto se estableció para
solucionar problemas de ausentismo por dolores intensos de la extremidad
superior.

2.6.2. Rendimientos de referencia en segunda poda con tijerón

Se realizó un estudio en una faena de segunda poda con tijerón que para
mayor claridad denominaremos estudio 1. Los resultados de las evaluaciones
realizadas en terreno se presentan en la tabla 9.12.

Tabla 9.12. Promedio, desviación estándar (D.E.), máximos y mínimos de las


características del rodal, del terreno, temperatura ambiente, carga física de
trabajo y dedicación a la actividad principal. Estos valores fueron obtenidos de
los promedios de cada uno de los 10 podadores evaluados en terreno

Variable Unidad Promedio D.E Mínimo Máximo


DAP cm 14.6 0.69 13.5 15.6
Verticilos por árbol n 2.5 0.27 2.1 2.9
Ramas por verticilo n 7 0.69 5.7 8.0
Ramas podadas por árbol n 16.8 2.6 12 20.4
Diámetro mayor de ramas cm 4.4 0.3 3.9 4.9
Diámetro menor de ramas cm 1.5 0.13 1.3 1.7
Diámetro medio de ramas cm 2.9 0.15 2.7 3.2
Altura nominal de poda m 2.9 1.7 2.7 3.3
Altura real de poda M 3.6 1.2 3.4 3.8
Indice de escabrosidad % 90 0 0.9 0.9
Temperatura bulbo seco ºC 19.8 3.3 16 24.4
Temperatura bulbo ºC 15.6 1.7 13.3 18
húmedo
Frecuencia cardíaca lat/min 113.9 17.8 89 142.8
Carga cardiovascular % 41.5 12.7 22.9 60
Actividad principal % jornada 93.7 5.8 80.7 100
Rendimiento arboles/hora 26.0

Un aspecto que se detectó durante la ejecución de este estudio fue la alta


dedicación de los trabajadores a las actividades principales que alcanzaron el
93.7% del tiempo trabajando con una alta carga cardiovascular promedio de
41.5%. Considerando esta dedicación y esfuerzo, el rendimiento de los
trabajadores fue bajo. Esto indicó que si bien las evaluaciones fueron
metodológicamente correctas, la organización de la faena presentaba
problemas. Los trabajadores se quejaron de sufrir fuertes dolores en su
extremidad superior, acusando ausentismo al trabajo por estos síntomas. Esto
no es de extrañar por las características del trabajo efectuado con tijerón. Por
está razón, pareció recomendable repetir el estudio ya que, bajo las
circunstancias descritas, tratar de desarrollar una función para el cálculo de
rendimientos de referencia era cuestionable.

Frente a esta situación y analizado el problema con una de las empresas


participantes en el proyecto, se decidió realizar un nuevo estudio basado en los
principios que orientan la investigación ergonómica. En este caso en particular
se incorporó una pausa de 10 minutos por hora de trabajo, para reducir la
sobrecarga de la extremidad superior.

Para estos efectos se realizó una investigación, que denominaremos estudio 2,


en la cual se evaluaron un total de 20 jornadas de segunda poda, realizadas
con la misma herramienta. Las características del rodal intervenido se resumen
en la tabla 9.13.

Tabla 9.13. Características del rodal intervenido

Superficie intervenida (ha) 69.5


Densidad inicial(árboles/ha) 796
Arboles podados por ha. 500
Altura promedio árboles (m) 8.0
Altura de poda (%) 50

En la tabla 9.14 se ilustran las variables de los árboles en los que se efectuó
esta segunda poda. Se pueden visualizar también las variables del terreno, en
términos de escabrosidad y pendiente, y la temperatura y humedad relativa.
Por otra parte, la tabla 9.15 contiene los resultados del estudio de tiempo. Se
destaca que el tiempo dedicado a la actividad principal alcanzó un 84% de la
jornada y que las detenciones fueron 16% promedio, cifra inferior, pero más
ajustada a lo recomendable para que el trabajo sea sustentable en el tiempo, a
la registrada en la anterior evaluación de segunda poda (estudio 1, tabla 9.12).

Como se puede ver en la tabla 9.16, trabajando con pausas se alcanzó un


excelente rendimiento de 333 árboles, para una jornada promedio de 7.8 horas,
con los podadores exigiéndose justo al máximo recomendable de 40% de
carga cardiovascular, límite para terminar la jornada sin fatiga acumulada,
siendo esta cifra el mejor indicador de la motivación y aplicación de los
podadores en la ejecución de su tarea.

Tabla 9.14 Variables del rodal, características del terreno y temperatura


ambiente en que se efectuaron las evaluaciones de segunda poda (n=20
jornadas)

Variable Unidad Promedio D.E.


DAP* cm. 9.5 0.76
DME* cm. 1.6 0.16
DMA* cm. 3.3 0.20
DPR* cm. 2.5 0.17
Verticilos podados n. 1.8 0.27
Ramas podadas n. 9.5 1.44
Altura real m. 3.8 0.36
Altura nominal m. 3.0 0.33
Pendiente % 39.6 10.5
Indice escabrosidad % 59.3 7.4
Temperatura media % 10.9 1.9
Humedad relativa % 87.4 2.9

* DAP = diámetro a la altura del pecho; DME= diámetro menor de ramas;


DMA= diámetro mayor de ramas; DPR= diámetro promedio de ramas.

Tabla 9.15. Resultados de los estudios de tiempo durante trabajos de segunda


poda con tijerón, expresados en porcentaje de la jornada

Tiempos Promedio D.E.


Preparación 2.0 2.7
Escalamiento 5.0 2.9
Poda 55.6 10.3
Bajada 6.1 3.0
Desplazamiento entre árboles 15.2 5.6
Total principales 84.0 %
Total secundarios 16.0 %
Tabla 9.16. Rendimiento, carga física de trabajo y duración de la jornada en la
faena de segunda poda estudiada

Variable Unidad Promedio D.E.


Rendimiento: n 333 67.2 n8.5

Árboles podados jornada n 43

Árboles podados hora


Carga física: Latidos/min 114 11.6

Frecuencia cardíaca % 40 8.2

Carga cardiovascular
Duración de la jornada Horas 7.8 0.4

Con la información recopilada durante el estudio 2 se efectuó un procedimiento


estadístico de regresión paso a paso. Se obtuvo la siguiente ecuación:

RH= 45.99 - 16.23*NV - 4.23*AR +0.31* TPO + 0.62* CC

DONDE: RH = Rendimiento expresado en árboles podados por hora

NV = Número de verticilos

AR = Altura real de poda expresada en metros

TPO = % de tiempo dedicado a la poda

CC = Porcentaje de carga cardiovascular

INDICADORES ESTADISTICOS:

R = 0.84; R2 = 0.70; Error Estándar = 5.2 árboles/hora; p < 0.001

Basados en esta ecuación, obtenida en el estudio 2, se procedió a estimar el


rendimiento con la información del estudio 1, vale decir, cuando se trabajó sin
pausas. Como se observa en la tabla 9.17, el rendimiento estimado con la
ecuación es 50 % superior al rendimiento real. Esto puede explicarse porque,
fisiológicamente, es bastante menos productivo trabajar sin pausas. Para
ilustrarlo, en la tabla 9.17, también se incluye el tiempo dedicado a la poda en
ambos estudios. Como se observa, cuando los descansos de 10 minutos por
hora se programaron, el tiempo de poda fue menor, pero el rendimiento
significativamente mayor. El impacto de estas diferencias en el costo de la
faena se analizará en el capítulo 11 pero sin duda que la incorporación de
pausas, en cualquier trabajo, especialmente en la poda con tijerón, resulta muy
ventajosa. En la tabla 9.17, se puede observar que existe una tendencia a
sobreestimar los rendimientos, principalmente porque no ha sido posible que
los empresarios de servicio y los propios podadores que se han evaluado
trabajen bajo el sistema de pausas que se utilizo para desarrollar las funciones,
vale decir otorgando 10 minutos de descanso cada hora.

La meta es organizar la faena para que los trabajadores, sin fatigarse, puedan
alcanzar este límite que, como lo demuestra el estudio 2, se puede lograr sin
mayores dificultades.

Tabla 9.17. Rendimientos de podadores, trabajando con y sin pausa

Rendimiento Arboles/hora % tiempo de poda


Poda sin pausas
Medido 26 79
Estimado 39
Poda con pausas
Medido 43 56

En general, los rendimientos observados en otros grupos evaluados, son más


bajos, lo que no invalida los rendimientos de referencia incluidos en las tablas
9.18. Por el contrario, refuerza la idea que para alcanzar tales niveles es
necesario planificar las faenas adecuadamente. Las pausas en este trabajo
repetitivo y de gran sobrecarga para la extremidad superior, son
fundamentales, ya que un trabajador que se dedica 50 minutos de cada hora a
cortar ramas, puede recuperarse con los descansos de 10 minutos que se
intercalan. Por el contrario, los podadores a los que no se les dan tiempos de
recuperación, se van fatigando progresivamente por la sobrecarga en su
extremidad superior que no alcanza a recuperarse, requiriendo pausas cada
vez mayores. Si no se les otorga estos descansos, ellos van disminuyendo el
ritmo de trabajo y el rendimiento.

Tabla 9.18. Rendimientos de referencia por hora de trabajo en una faena de


segunda poda efectuada con tijerón bajo distintas condiciones de complejidad
del trabajo

30 % Carga Cardiovascular
Altura real Numero de TP 40% TP TP 70%
55%
verticilos
3,00 2 31,5 36,1 40,7
3 15,3 19,9 24,4
3,50 2 29,4 34,0 38,6
3 13,2 17,8 22,3
4,00 2 27,3 31,9 36,4
3 11,1 15,6 20,2
40 % Carga Cardiovascular
Altura real Numero de TP 40% TP TP 70%
verticilos 55%
3,00 2 37,7 42,3 46,9
3 21,5 26,0 30,6
3,50 2 35,6 40,2 44,7
3 19,3 23,9 28,5
4,00 2 33,5 38,0 42,6
3 17,2 21,8 26,4

2.6.3. Podas con sierra Lotus

Hoy en día la herramienta más aceptada para realizar las podas es el tijerón.
No obstante, la sierra Lotus, e incluso el serrucho "cola de zorro", se usan con
bastante frecuencia. Esta última herramienta debería ser erradicada del
bosque. En cambio, la sierra Lotus genera menos problemas ergonómicos que
las otras dos herramientas. Además de estas ventajas hay estudios que indican
que la sierra bien mantenida da un corte limpio y sin aristas, posee hoja
recambiable, tiene un peso adecuado, no tiene límite para grosor de ramas, no
ocasiona desgarros en la corteza al podar ramas gruesas y es de mantención
sencilla. Por esta razón, y considerando que el uso de la sierra Lotus aún está
vigente, se incluyen los resultados de un estudio de primera poda.

El estudio se efectuó en una cuadrilla de 9 trabajadores, obteniéndose


información completa en 17 jornadas. En la tabla 9.19 se incluyen las variables
del rodal, del terreno, del ambiente y la carga física de los sujetos, mientras que
en la tabla 9.20 se puede ver el rendimiento y la duración de la jornada.

Tabla 9.19. Promedio, desviación estándar (D.E.), máximos y mínimos de las


características del rodal, del terreno, temperatura ambiente, carga física de
trabajo y dedicación a la actividad principal. Estos valores fueron obtenidos de
los promedios de cada uno de los 9 podadores evaluados en terreno durante
17 jornadas.

Variable Unidad Promedio D.E


Verticilos por árbol n 5.6 0.6
Ramas por verticilo n 6.1 0.4
Ramas podadas por árbol n 34.3 4.5
Diámetro mayor de ramas cm. 3.0 0.3
Diámetro menor de ramas cm 0.9 0.1
Diámetro medio de ramas cm 1.9 0.2
Altura nominal de poda m 2.4 0.3
Altura real de poda m 3.2 0.5
Indice de escabrosidad % 0.8 0.1
Pendiente % 32.1 8.8
o
Temperatura bulbo seco c 14.5 3.9
Frecuencia cardíaca latidos/min 106.9 14.4
Carga Cardiovascular % 36 9.9
Actividad Principal % jornada 92.5 5.5

Tabla 9.20. Rendimiento, duración de la jornada en la faena de segunda poda


estudiada

Variable Unidad Promedio D.E.


Rendimiento
Árboles podados jornada n 130.2 45.4
Árboles podados hora n 17.3 0.6
Duración de la jornada horas 7.5 0.6

Como se observa en la tabla 9.19, los trabajadores tuvieron una alta


dedicación, de 92.5% de la jornada, a las actividades principales. Nuevamente
este es un factor importante de destacar, ya que para una jornada de 7.5 horas
de duración, el tiempo dedicado a actividades secundarias, pausas y otros, sólo
alcanza a 34 minutos. Aunque el ritmo de trabajo asumido por los podadores es
sostenible por el nivel de carga cardiovascular alcanzado como promedio, es
pertinente preguntarse lo que se ha formulado anteriormente. ¿No se resiente
la calidad del trabajo con tan escaso tiempo para actividades secundarias,
entre las que se incluye la mantención de herramientas?. No hay que olvidar
que al podar 17.3 árboles por hora que tienen un promedio de 34.3 ramas, los
trabajadores están podando 593 ramas por hora y, para 7 horas de trabajo
efectivo, 4151 ramas. Este es un importante punto ya que debe establecerse la
cantidad de trabajo que una sierra Lotus puede efectuar antes de empezar a
dificultar la calidad de los cortes. Esto permite planificar la mantención de
herramientas de acuerdo a las necesidades reales para la obtención de un
trabajo de buena calidad, que se plantea como la principal desventaja de la
sierra Lotus frente al tijeron.

Con la información recopilada se efectuó un procedimiento estadístico de


regresión paso a paso. Se obtuvo la siguiente ecuación:

RH= 34.5 -0.33*NRP - 5.36*AR + 5.3*E + 0.19 CC

DONDE: RH = Rendimiento expresado en árboles podados por hora

NRP = Número de ramas podadas

E = Indice de escabrosidad expresado en porcentaje

CC = Porcentaje de carga cardiovascular

AR = Altura real expresada en metros

INDICADORES ESTADISTICOS:
R = 0.87; R2 = 0.75; Error Estándar = 2.9 árboles/hora; p < 0.0001

Como se puede observar la ecuación se estructura con 4 variables y explica un


75% de la variación en el rendimiento obtenido.

2.6.2.2. Validación de la función de primera poda con sierra Lotus

Como una forma de verificar la validez de la función, se utilizó información de


cuatro estudios de poda efectuados en rodales de características diferentes. En
la tabla 9.21 se resume el rendimiento medido y el rendimiento estimado con la
ecuación.

Tabla 9.21. Rendimiento medido(APH) y estimado(AEH) con la ecuación en


estudio basada en la evaluación de las ramas podadas por árbol (rpo), la carga
cardiovascular (cc), el índice de escabrosidad (e) y la altura real (ar)

Estudio RPO CC E AR APH AEH Delta


1 20.4 22.7 0.8 1.8 26.6 27.1 0.5
2 22.8 29.3 0.7 2.1 24.6 25 0.4
3 25.7 35.3 0.6 2.7 21.4 22 0.6
4 34.3 36 0.8 3.1 17.2 17.1 0.1

Como se observa, la función se demostró válida en cuatro rodales de distinto


grado de dificultad, lo que permite concluir que nos encontramos frente a una
alternativa confiable que, en forma simple, permite estimar el rendimiento en
primera poda con sierra Lotus.

3. Roce.

3.1 Descripción de la faena de roce con rozón.

Dentro de las actividades destinadas a la preparación del sitio para el


establecimiento de una plantación se encuentra el roce, actividad que se
desarrolla con el fin de reducir o eliminar la competencia de la vegetación
natural que podría impedir el establecimiento adecuado de una plantación o
afectarla negativamente.

Desde un punto de vista ergonómico, el roce es una de las faenas de manejo


más difícil de estudiar. Esta tarea manual requiere, como todas las actividades
de este tipo, un aporte importante de trabajo humano para accionar las
herramientas que cortan la vegetación existente. A este respecto, cabe señalar
que el rendimiento en roce depende también de las características del terreno y
del objeto de trabajo que es la vegetación que se elimina.

En 1984 se publicó en Forestal CELCO S.A. la Nota Técnica 22/P/84, la cual


aporta valiosos antecedentes relacionados con el roce. En dicho estudio se
establecen categorías para evaluar la intensidad de esta faena. Los autores
concluyen que al comparar las jornadas utilizadas para completar un área, con
aquellas estimadas por el supervisor o el capataz, hay una clara tendencia a la
subestimación por parte de estos últimos, en particular, en los roces más
intensos. En base a estos resultados hacen un interesante análisis de los
efectos que esto tiene sobre los tratos.

En las conclusiones de la citada publicación, los autores señalan que de los


factores que determinan el rendimiento, destacan la densidad de la vegetación,
luego el diámetro y composición de las especies y también que la
transitabilidad, topografía y exposición tienen poca influencia como factores
determinantes de roce, salvo en casos extremos de tránsito muy difícil y
topografía muy quebrada. Postulan la posibilidad de desarrollar algunos
modelos simples para predecir rendimiento. Sin embargo, ellos también
señalan la necesidad de estudiar más a fondo el problema para determinar los
mejores parámetros de estimación.

3.2. Exigencias psicológicas

Las exigencias mentales que impone el roce son de tipo sensorio-motoras, ya


que realizan ciclos continuos, limitando su recuperación a los momentos en que
remueven desechos y se desplazan. Sin embargo, para alivianar la carga de
trabajo realizan breves detenciones durante la jornada.

Las exigencias mentales cognitivas se derivan del nivel de atención exigido


durante el ciclo de su actividad, ya que deben mantener un alto nivel de
concentración para evitar accidentes al accionar el rozón.

Las exigencias mentales emocionales o psíquicas están relacionadas con la


presión externa derivada de las exigencias de rendimiento y calidad.

3.3. Herramientas

Esta actividad se realiza en la mayoría de los casos en forma manual, con una
herramienta denominada rozón. En la actualidad, aunque en menor escala, se
ha incorporado la mecanización con la utilización de desbrozadoras y
motosierras).

3.4. División del trabajo

Para efectos de poder realizar un seguimiento confiable del ciclo normal de


trabajo, este ha sido dividido en las siguientes actividades principales y
secundarias:

Actividades Principales:

· Roce que es el corte de la vegetación

· Apilado o acumulación de desechos

· Desplazamiento que es el tiempo ocupado en desplazarse a otro frente de


trabajo
Como tiempos secundarios se definieron los siguientes:

· Materiales

· Personales

· Detenciones.

· Esperas

· Otros

3.5. Vestuario

El vestuario que debe utilizar el rozonero, debe permitir que el trabajador se


desplace y realice su actividad lo mas cómodo posible considerando que es
una actividad que requiere de una gran movilidad e implica un gran
desplazamiento a lo largo del día por parte de los trabajadores.

El vestuario del rozonero se compone principalmente de:

· Pantalón de mezclilla y camisa de algodón o poleras. Para las mañanas los


trabajadores deberían disponer de un "polerón" y una casaca de mezclilla. Otra
alternativa de vestuario es el uso de un "overol" del mismo material

· Calzado de seguridad con caña alta

· Guantes de cuero

Respecto de la protección para la cabeza, aún cuando no se presentan con


frecuencia riesgos de caída de objetos; en determinadas condiciones,
particularmente en terrenos con pendiente, el uso de cascos puede ser útil para
prevenir golpes de piedras o desechos forestales que caen por las laderas.

Detalles del vestuario se pueden ver en el capítulo 9.

3.6. Rendimientos de referencia

Teniendo en consideración las dificultades para establecer rendimientos de


referencia en roce, Apud y Valdés (1995), comunicaron los resultados de un
estudio realizado en una condición de trabajo difícil en que la especie
predominante era la quila. En la tabla 9.22, se resumen los promedios,
desviación estandar y coeficiente de variación para el rendimiento, expresado
en metros cuadrados rozados por hora, el perímetro rozado por jornada, la
frecuencia cardíaca durante el roce, la frecuencia cardíaca y el porcentaje de
carga cardiovascular promedio de la jornada y el porcentaje de tiempo
dedicado al roce propiamente tal comunicados en el citado estudio. Como
indicadores de la dificultad del trabajo, en la misma tabla se incluye el diámetro
a la altura del corte, la escabrosidad y pendiente del terreno y la especie
predominante que, en ese estudio, fue la quila.
Tabla 9.22. Promedio, desviación estándar (D.E.) y coeficiente de variación
(C.V.) para las variables más destacadas medidas durante el estudio de roce

Variables UNIDADES PROMEDIO D.E. C.V.


Rendimiento m2 / hora 84.1 33.0 39.3
Perimetro m 114.4 31.9 27.9
Fc* roce latidos/min 109.1 2.2 2.0
Fc jornada latidos/min 107.5 1.7 1.6
Cc**jornada % 37 2.2 5.9
Actividad principal % de la jornada 91.6 1.5 1.7
Dac *** cm 2.5 0.2 7.0
Pendiente % 22.1 5.7 25.7
Escabrosidad Indice 0.2 0.4 32.0
Especie dominante QUILA % 81.8 11.0 13.5

* FRECUENCIA CARDIACA; ** CARGA CARDIOVASCULAR (CC)

; *** DIAMETRO A LA ALTURA DEL CORTE

En la tabla 9.22. se puede ver que el rendimiento promedio alcanzó a 84.1


m2/hora. Llama la atención la alta desviación estándar, ya que el coeficiente de
variación fue de 39.3%. En relación al perímetro rozado la tendencia fue similar.

Como se observa en la tabla 9.22, la frecuencia cardíaca promedio de la


jornada alcanzó a 107.5 latidos por minuto y expresada como carga
cardiovascular a 37 %. En otras palabras, el roce se realizó con un nivel de
carga física exigente pero los trabajadores no sobrepasaron límites que
pudieran producir fatiga excesiva. Lo que llama también la atención fue lo
parejo de la intensidad del esfuerzo desplegado. Observese en la tabla 9.22
que la desviación estándar para la frecuencia cardíaca del roce alcanzó a 2.2
latidos por minuto. La aplicación del grupo a su actividad se puede ver también
en el porcentaje de tiempo dedicado al roce, el cual alcanzó a 91.6% de la
jornada, con un coeficiente de variación de 1.7%.

Del análisis de la información llama también la atención que, aunque los


trabajadores rozaron con esfuerzos y tiempos muy parejos, los rendimientos
individuales hayan sido tan variables. Desde el punto de vista del
establecimiento de tratos es perfectamente posible señalar que estos podrían
basarse en un rendimiento medio de 84 m2/hora. No obstante el rango osciló
entre 40.2 y 135 m2/hora lo que es muy amplio y, sin duda, por los
antecedentes de tiempo y carga física, lo que influyó fueron las diferencias en
el grado de dificultad que encontraron los rozadores en las jornadas de
evaluación.

Como parte del análisis se realizó una regresión paso a paso para determinar
la posibilidad de predecir el rendimiento. Se encontró la siguiente función:
RENDIMIENTO (M2/HORA) = 84.6 + 4.59 CC - 2.06 ED

DONDE:

CC = % carga cardiovascular

ED = % especie dominante (quila)

El error estandar de la estimación alcanzó a 13.7 m2/hora, lo que equivale a un


error de estimación de 16.3%. Este resultado refleja algo habitual: el
rendimiento es función del esfuerzo físico desplegado por los trabajadores y de
la dificultad que les impone el trabajo. La mayor o menor presencia de quila
tuvo una importancia fundamental en el rendimiento. Esto destaca un problema
que es básico en cualquier estimación de rendimiento en roce: la especie
dominante gravita en forma importante en el rendimiento final. Por ejemplo, el
rendimiento individual más alto alcanzó a 135 m2/hora. En ese caso, la quila
ocupaba sólo el 66% de la superficie rozada. Lo opuesto, el rendimiento
individual más bajo fue de 40.2 m2/hora con una superficie cubierta por 87% de
quila. En ambos casos la carga física y el tiempo dedicado a la actividad
principal fueron muy similares.

Sin duda que la pregunta que surge es: ¿será válida esta ecuación cuando se
trabaja con otras especies?. Para verificarlo se realizaron dos estudios como
parte del proyecto FONDEF. El primero de ellos se llevo a cabo en un roce
fuerte en que las especies dominantes eran litre, maqui y zarzamora, siendo las
dos primeras arbustivas. El segundo fue un roce suave en que predominaba el
pichi que es una especie herbácea. Una síntesis de los resultados de ambos
estudios se presenta en la tabla 9.23.

Tabla.9.23. Carga cardiovascular, porcentaje de cobertura con especies


dominantes, porcentaje de tiempos principales, rendimiento medido y
rendimiento estimado de la función

Variables Unidades Roce Roce


fuerte suave
Carga cardiovascular % 38.7 39.0
Frecuencia cardiaca latidos/min 109.6 109.7
% Especies dominantes % 64.8 49.4
2
Rendimiento medido m /hora 118 483
2
Rendimiento estimado m /hora 128 162

Como se puede ver los dos estudios sólo confirman que no se pueden predecir
rendimientos en roce en base a una función única. En el caso del roce fuerte, la
ecuación estimó el rendimiento con una diferencia de 8.5%, lo que es bastante
aceptable ya que está dentro del error estándar, mientras que en el roce liviano
la función subestima el rendimiento en una cifra cercana al 300%. En
consecuencia, el criterio para el cálculo de rendimientos de referencia, que tan
buenos resultados da en las otras tareas silvicolas y de cosecha, no es
aplicable en roce ya que el riesgo de error es grande. En todo caso, aunque
sería recomendable continuar con estudios para mejorar el conocimiento de
esta actividad, esto tomaría largo tiempo y se verificó que, si bien el rozón se
sigue usando con frecuencia, la tendencia es a reemplazarlo por motosierras y
desbrozadoras. En todo caso, desde el punto de vista de los trabajadores, es
importante señalar que el roce es una faena que demanda un alto gasto de
energía y que, independiente de las especies y de la clasificación de los tres
estudios realizados, los rozoneros tuvieron una frecuencia cardíaca cercano a
los niveles más altos recomendables, lo que debe hacer cautelosos a los
encargados de estas faenas en cuanto a poner exigencias demasiado altas,
debido a que esta actividad se encuentra casi justo al límite de la calificación
legal de trabajo pesado.

CAPITULO 10

ASPECTOS ERGONOMICOS DE LA COSECHA FORESTAL

1. Introducción.

La eficiencia de un trabajador bien adaptado, no sólo depende de sus


aptitudes, sino que también de los implementos que utiliza. Labores que
en el pasado se realizaban con gran esfuerzo muscular, van siendo
paulatinamente reemplazadas por máquinas que liberan al hombre de la
carga física, pero que le imponen mayores demandas intelectuales.

La cosecha forestal es un típico trabajo en equipo, en que cada


trabajador es parte de una cadena que se inicia con el volteo de los
árboles y termina cuando los trozos son transportados a las plantas
elaboradoras. Las etapas intermedias requieren el desrame, estrobado,
trozado y arrumado de los fustes. En Chile, la cosecha se efectúa con
distintos niveles de mecanización pero, excepto con el uso de
cosechadoras, normalmente los equipos de trabajo incluyen máquinas
en combinación con actividades que requieren mano de obra intensiva.

En el trabajo forestal mecanizado, los trabajadores están insertos en


sistemas hombre-máquina, los que se definen como un conjunto de
componentes de los cuales, al menos uno, es un ser humano, que
interviene en la operación de los componentes mecánicos del sistema.
Por ello, cuando se planifica un sistema de trabajo, es en ese momento
cuando deberíamos preguntarnos, qué funciones cumplen mejor las
máquinas y cuáles los hombres. Indudablemente que esto conlleva un
análisis operacional y consideraciones de orden económico y social. Sin
embargo, una vez que se ha decidido el nivel de mecanización, nos
enfrentamos a la necesidad de hacer del conjunto hombre-máquina, una
unidad eficiente.

El problema de intercambio de información hombre-máquina no se


puede dejar sólo al sentido común. Ambos son diferentes en sus
propiedades básicas. Por ejemplo, comparativamente, el hombre es más
lento, sujeto a error, relativamente débil, pero muy versátil y capaz de
adaptarse a situaciones diversas. En cambio, la máquina es rápida,
precisa, puede desarrollar grandes fuerzas, pero es pobre en detectar y
corregir errores y sólo es útil para funciones específicas. Por ello, la
combinación hombre-máquina es eficiente, sólo cuando estas dos
unidades tan dispares, pueden unirse, aprovechando sus capacidades y
respetando sus limitaciones.

En la primera parte de este capítulo se presentan los resultados de


estudios que se llevaron a cabo para evaluar ergonómicamente
maquinarias de uso forestal, en particular torres de madereo, skidder y
trineumáticos. Para efectuar las evaluaciones, se usó la lista de
comprobación que se detalló en el capítulo 5. Además, para un mejor
análisis, se realizaron medidas funcionales empleando secuencias
fotográficas y videos. También se evaluaron las dimensiones de los
trabajadores y se aplicó una encuesta para detectar síntomas
relacionados con el diseño de las maquinarias. Cuando fue pertinente,
se midió ruido, vibraciones mecánicas y ambiente térmico.

Después de analizadas las maquinarias, se hace un detallado análisis


de los trabajos con motosierra, para terminar con las actividades
manuales más tradicionales que se utilizan en el bosque, como son el
estrobado, desrame con hacha y arrumado.

Antes de analizar los criterios de evaluación para maquinarias forestales,


es necesario proveer algunos conceptos básicos que orienten al lector
sobre los principales problemas de la relación hombre-máquina. En
primer lugar, la interfase hombre-máquina es un plano a través del cual
ambos intercambian información. El hombre debe percibir las señales
que la máquina le envía por medio de sus indicadores. En el empleo de
máquinas forestales, es también importante la información que el
operador recibe del entorno y de otras personas. Las señales recibidas
debe interpretarlas en base a conocimientos previamente adquiridos
durante la capacitación, y como consecuencia, lo más común, es que
ejecute sus decisiones mediante acciones mecánicas, operando los
controles de las maquinarias. En otras palabras el hombre percibe,
decide y actúa y, en cualquier etapa de este circuito, pueden presentarse
problemas, si el diseño del trabajo no es el correcto. Por otra parte, las
máquinas forestales se usan al aire libre, donde el hombre está
expuesto a las variaciones del clima y el terreno . Más aún, estas
máquinas producen ruido y vibraciones mecánicas. Como se ha
comentado antes, estos agentes, cuando exceden ciertos límites,
pueden alterar el bienestar, producir problemas de salud física y mental
y generar serios accidentes. Todo esto tiene también como resultado
una baja eficiencia operacional.

Los problemas mencionados son cuantificables, pero mientras


ergonómicamente se pueden generar adaptaciones correctas hombre-
entorno, en el caso de la adaptación a las máquinas, cuando éstas
tienen deficiencias de diseño, la experiencia indica que su modificación,
o es imposible, o de muy alto costo. Por ello entonces, los ingenieros
forestales, y en general, los ejecutivos que planifican el desarrollo
tecnológico, a los criterios de costo y rendimiento, deben sumarle
consideraciones respecto a la adaptación de los operadores a las
máquinas que se adquirirán. En otras palabras, lo más recomendable es
detectar virtudes y defectos antes que sea demasiado tarde.

1.1. Torres

La organización de las faenas en las que se evaluó torres de madereo,


consideraba el uso de trineumáticos para el traslado de fustes y
clasificación de trozas en cancha, así como también, en algunos casos,
se empleaban bueyes para el traslado de fustes desde la línea de
madereo a la zona de clasificación. Según la encuesta aplicada
previamente a las empresas forestales, estas formas de trabajo son las
más frecuentes, particularmente la combinación de torres con
trineumático. El uso de bueyes, se asocia a menores niveles de
productividad; criterio que también estaba considerado en la selección
de faenas para estudio. En todos los casos estudiados, el madereo fue
pendiente arriba.

Respecto a las torres estudiadas, estas correspondieron a URUS I UP,


III UP y UNI IV y KOLLER modelos 300 y 501.

1.1.1. Madereo con torre

Las faenas con torres se caracterizan por tener una organización


relativamente compleja, donde el funcionamiento y operación de la
máquina está condicionada por diferentes factores. En este sentido, las
observaciones de terreno y de acuerdo a la opinión de capataces y
operadores de torres entrevistados, la operación de esta máquina está
determinada, por al menos, las siguientes variables:

· El bosque, manejo que se haya hecho de este y el tamaño de los


fustes

· El terreno, pendiente y microrelieves

· El equipo de trabajo, en particular la destreza y experiencia de los


estroberos

· Las características técnicas de la torre, potencia del motor, distancia


máxima de madereo, capacidad de arrastre, estabilidad, autonomía y
facilidad para efectuar el cambio de línea

· El diseño de la máquina, específicamente las facilidades y seguridad


que presenta para su operación

· La seguridad que presentan las instalaciones de cables aéreos,


arrastre, vientos y estrobos
· El espacio que se dispone en la cancha para depositar los fustes
madereados, en particular la existencia de terraplenes, que permiten la
llegada de fustes a un nivel inferior de la torre

· La capacidad de madereo y características técnicas del carro

· La mantención que se efectúa a la máquina y a los equipos de soporte


y arrastre

Como se puede deducir, las exigencias para el operador de torre son


diversas. Algunas derivan de las características de los predios en los
cuales se realiza la faena, otras en cambio, dependen de las
características del equipo mecánico que se opera, de las capacidades
de sus compañeros de trabajo, la organización de las faenas y del
diseño de canchas.

1.1.2. Características de las torres estudiadas

Con respecto a las características de los equipos estudiados, en


términos generales, son sistemas que disponen de un motor diesel que
aporta la fuerza motriz, una estructura vertical denominada "pluma", que
permite el tendido de cables entre la cancha y la zona desde donde se
sacan los fustes, un carro que se desplaza por un cable "aéreo", un
huinche que arrastra el carro y una interfase, que permite la operación
de la máquina.

Respecto de la capacidad de arrastre de las torres, los motores


presentaban capacidades de madereo de 2 a 6 toneladas, los carros
eran de freno por tope y de freno por mordaza, con capacidades de
arrastre de 1,5 a 3,5 toneladas.

1.1.3 Exigencias de operación

En cuanto a las exigencias de operación, el madereo con torre requiere


controlar el desplazamiento que el carro efectúa, en ambas direcciones,
entre el bosque y la cancha. En el caso de las torres estudiadas, se
requiere operar el huinche, que arrastra el carro con los fustes
madereados. El desplazamiento del carro se efectúa por un cable aéreo,
que se extiende entre la pluma de la torre y el punto final de la línea de
madereo. Los controles que utiliza el operador para accionar el huinche
son embrague, acelerador, freno y palanca de cambio. Respecto de la
información que se utiliza durante el madereo, el trabajador percibe
información visual del recorrido del carro y la carga. Cuando las
condiciones del terreno lo permiten, se vigila el recorrido entre el bosque
y la cancha. En la gran mayoría de los casos, sólo se percibe la llegada
de la carga a la cancha, dependiendo de la información del jefe de línea
para controlar la operación del carro en su trayecto desde y hacia el
bosque. Durante el desplazamiento del carro y la carga, el operador
vigila que el cable de arrastre, se enrolle y distribuya ordenadamente en
el tambor del huinche ubicado, en la base de la pluma y contiguo a la
cabina. En cuanto a la toma de decisiones, el operador dirige el flujo de
madera hacia la cancha. También, tiene responsabilidades relacionadas
con la mantención de los equipos y la operación de la torre en los
cambios de línea. En esta última tarea, debe orientar la torre hacia la
línea de madereo, estabilizar la torre, mediante la ubicación de vientos y
soportes hidráulicos o mecánicos, ubicados estos últimos bajo la
estructura de la torre. También, durante la instalación de la torre, en los
cambios de línea y durante la operación, el torrero debe verificar y vigilar
la tensión del cable aéreo, para lo cual opera controles que accionan el
huinche ubicado en la base de la pluma, en el cual se enrolla el cable
aéreo.

1.1.4 Resultados de la evaluación ergonómica del puesto de trabajo del


operador

de la torre

1.1.4.1 Areas de acceso y salida de la cabina

En la mayoría de los modelos que disponían de cabina, las puertas


tienen dimensiones que permiten un desplazamiento sin restricciones.
Sin embargo, en algunos modelos, la altura de la puerta está pensada
para que el operador mantenga una posición sentado en la cabina, e
ingrese y salga en una condición semiagachado. Desde el punto de vista
de seguridad y comodidad, considerando que no existen limitantes
estructurales que impidan aumentar la altura de la cabina, es preferible
que esta característica del equipo, permita al operario ingresar y salir sin
restricciones de espacio. Para ello, de acuerdo a la información
antropométrica que se dispone de población nacional, las puertas
deberían tener un ancho y altura no inferior a 57 y 190 cm,
respectivamente. Del mismo modo, la ubicación de la puerta de la
cabina, debe ser tal, que favorezca el acceso al resto de la plataforma
de la torre.

En los modelos de torres que están situados sobre plataformas, el


diseño de escalas, barandas y apoyos para el desplazamiento,
presentan deficiencias. Estas condiciones de trabajo, no sólo son
inseguras, por el riesgo de caída, toda vez que la plataforma está
situada aproximadamente a 130 cm del suelo, sino que limitan el
desplazamiento del operario fuera de la cabina, en momentos en que se
requiere respuestas rápidas. Como se puede apreciar en la figura 10.1,
la necesidad es cierta, lo que se requiere es la construcción de escalas
con barandas, como la ilustrada en la figura 5.1. (capítulo 5), con un
ángulo respecto del piso de 75º, una profundidad de peldaño no inferior
a 20 cm y una altura de peldaño de 25 cm. Estas estructuras deben
tener la posibilidad de ser retiradas para el desplazamiento de la torre.
Lo más importante, es que tengan soportes resistentes, que se
enganchen a la plataforma y, en su extremo inferior, dispongan de
soportes que se ajusten a las irregularidades del terreno. De no existir
un soporte al piso, en general las escalas ceden, y el tiempo de vida útil
se reduce.

Figura 10.1. Ejemplo de diseño inadecuado de escalas de torres

1.1.4.2. Espacio interno de la cabina

Las cabinas estudiadas no presentaron problemas de ancho y largo. En


las marcas analizadas, las medidas se situaron entre 100 y 120 cm, lo
cual permite una adecuada movilidad en la operación de la torre. Sin
embargo, se detectó alturas de cabina inferiores a 150 cm. Como se
mencionó anteriormente, este factor de diseño afecta la seguridad del
desplazamiento y la comodidad del operario. En general esta dimensión
no debería ser inferior a 190 cm.

1.1.4.3. Visibilidad

La visibilidad que el operario tiene de la cancha, del desplazamiento del


carro y la carga depende, en gran medida, de la ubicación que presenta
la cabina respecto de la pluma, así como también, del tamaño y
localización de las ventanas. Condiciones de visibilidad favorables se
presentan cuando el puesto de trabajo del operario se ubica a la misma
distancia del borde anterior de la pluma (ver figura 10.2), la altura de la
cabina es de 190 cm, con ventanas que comienzan próximas al techo y
se extienden hasta 80 cm del piso en la ventana anterior y de 60 cm en
la ventana contigua a la pluma. Del mismo modo, la ubicación de la
cabina respecto del piso de la plataforma juega un rol importante en la
visibilidad de las áreas inmediatas a la torre. En este sentido, se estimó
que la altura del piso de la cabina debe estar a 40 cm de la superficie de
la plataforma.

Figura 10.2. Esquema de la ubicación de la cabina en la plataforma de la


torre de madereo. Medidas expresadas en cm.

1.1.4.4. Butaca

Los asientos no presentan condiciones favorables para mantener una


postura adecuada por períodos prolongados de tiempo. Una de las
deficiencias más comunes, es que no permiten apoyar la región lumbar
en el respaldo, cuando se operan los controles, y no se dispone de
ajuste anterior. Esta característica es fundamental para acomodar a
personas de diferente tamaño corporal, particularmente para adecuar los
alcances de brazos y piernas a los controles. Recomendaciones
respecto del diseño de butacas se pueden observar en la tabla
5.1.(capitulo 5)

1.1.4.5. Interfase hombre-máquina

La ubicación y selección de indicadores y controles es una de las


principales deficiencias del diseño que se aprecia en los equipos
estudiados. Respecto de los indicadores, su ubicación en algunos
modelos, impide una adecuada vigilancia del sistema. A modo de
ejemplo, en la figura 10.3, se puede ver que, los indicadores que
proporcionan información de las revoluciones del motor, temperatura del
motor y presión de aceite, están fuera de la cabina, lo que dificulta la
verificación del estado y funcionamiento del motor. Por otra parte, en la
figura 10.4, se ilustra que, aún cuando los sistemas analizados están
dentro de la cabina, su ubicación se aleja del campo visual del operador
y de las principales tareas de vigilancia y control. Estas se sitúan hacia
el centro de la cabina, donde están ubicados los controles para verificar
el transporte y llegada de carga a la cancha, así como también, hacia la
izquierda de la cabina, área donde se vigila el enrollado del cable de
arrastre en el huinche, ubicado en la base de la pluma.

Figura 10.3. Indicadores y controles ubicados fuera de la cabina

Figura 10.4. Indicadores dentro de la cabina


Para un trabajo en posición sentado, se recomienda ubicar los
indicadores en la parte central del tablero, en un plano posterior a los
controles. En la Tabla 10.1, se presentan referencias que definen el
espacio en el cual deberían situarse estos sistemas. Como orientación,
se utiliza la superficie del asiento y el punto central del respaldo, para
definir las dimensiones de alturas, distancias y separación de los
indicadores en el panel. En cuanto al diseño de estos componentes de la
interfase, se debería preferir indicadores que faciliten la interpretación de
información. Este es el caso de indicadores de temperatura, presión y
revoluciones, los cuales deberían tener cuadrantes o áreas de colores
que identifiquen los estados de normalidad y peligro de las variables
registradas. En este punto, es importante destacar que, la información
del funcionamiento de los sistemas o mensajes de precaución deben
estar en castellano.

Tabla 10.1. Ubicación de indicadores y controles. Las referencias que se


entregan son rectas perpendiculares a la cara anterior del respaldo, la
superficie del asiento y la línea media que separa el asiento en una
mitad derecha e izquierda

Dimensiones Valores recomendados

(cm)
Indicadores del panel de instrumentos
Distancia desde el respaldo
· Máxima 85
· Mínima 65
Altura desde el asiento
· Máxima 72
· Mínima 41
Distancia de la línea media del asiento
· Máxima 25
Controles manuales
Distancia desde el respaldo
· Máxima 55
Altura desde el asiento
· Máxima 56
· Mínima 14
Distancia desde línea media del asiento
· Máxima 35
Pedales
Distancia desde el respaldo al borde
posterior del pedal
· Máxima 90
· Mínima 59
Separación de la línea media al borde interior del
pedal
· Máxima 22

Respecto de los controles, en la figura 10.5, se ilustra un diseño de


interfase que reduce la velocidad de respuesta de parte de los operarios.
En este caso, los controles que accionan el huinche que regula la
tensión del cable aéreo, se encuentran situados fuera de la cabina.
Como se ve en la figura, en cada oportunidad que el operario corrige la
tensión del cable aéreo, debe salir de la cabina para accionarlos. En
cambio, un diseño que mejora la respuesta es el que se observa en la
figura 10.6, En esta situación, los controles que accionan el huinche se
encuentran al costado izquierdo de la cabina, específicamente la
palanca ubicada a nivel del piso y las palancas situadas en el panel de
instrumentos, en el extremo izquierdo.

Figura 10.5. Controles situados fuera de la cabina

Figura 10.6. Controles situados dentro de la cabina


Respecto de la selección de los controles, en algunas torres se
sobrecarga la extremidad superior, al operar sistemas de freno, que
exigen un gran compromiso de fuerza para el brazo. Lo correcto es
incorporar pedales, los cuales permiten generar mayor fuerza, y reducir
problemas de fatiga física. Sin embargo, al seleccionar pedales, su
ubicación debe ser tal, que permita un accionamiento ventajoso para la
extremidad inferior. En este sentido, la figura 10.7, ilustra el diseño de un
pedal, el cual está muy próximo al asiento. En general, esta ubicación es
poco funcional. Por lo tanto, para lograr una mayor ventaja mecánica, los
operarios tienden a ponerse de pie cada vez que accionan el pedal.

Figura 10.7 Ubicación de pedal muy próximo al asiento

Para un trabajo en posición sentado, los controles accionados por la


extremidad superior deberían situarse al alcance del trabajador, y los
pedales deberían estar ubicados de modo que permitan al operario
apoyarse en el respaldo al accionar el dispositivo. En la tabla 10.1, se
presentaron referencias que definen el espacio en el cual deberían
situarse estos sistemas. Las referencias que se entregan son rectas,
perpendiculares a la cara anterior del respaldo, la superficie del asiento y
la línea media que separa el asiento en una mitad, derecha e izquierda.

Es necesario también, considerar el recorrido o desplazamiento que


tienen los controles e indicadores, y su relación con los estereotipos de
población. Por ejemplo, se pudo detectar que, la palanca de cambio
automático, en algunos modelos, tiene la reversa situada de modo tal,
que para accionarla, el operario aleja la palanca hacia la parte anterior
del cuerpo. Este movimiento es contrario a lo que espera la gran
mayoría de la población, respecto del funcionamiento y respuesta de los
sistemas. Más aún, al comparar diferentes modelos, se estableció que
no existe una estandarización. Específicamente, el incremento de la
aceleración en algunas torres, funciona alejando la palanca del cuerpo y
en otro, acercándola. No cabe duda que, deficiencias como ésta,
incorporan riesgos y sobrecarga al operador, especialmente cuando, en
casos de emergencia, el ser humano tiende a emplear las formas de
respuesta que le son más familiares, entre estos patrones, los
estereotipos de accionamiento de controles.

1.1.4.6. Ambiente físico

· Ruido

La mediciones de ruido en el puesto de trabajo del operador de torre, en


ciclos representativos de la actividad, indican niveles de presión
equivalente (Leq) en un rango de 78 a 87 dB (A). Las diferencias que se
presentan en el nivel de ruido en los puestos de trabajo estudiados, se
relacionan con la capacidad de madereo y potencia del motor de la torre,
así como también, con el nivel de mecanización de las faenas. Es así
como, el valor inferior del rango se obtuvo en una faena de raleo, con un
motor con capacidad de madereo de 2 toneladas, en que el traslado de
trozos en la cancha se efectuaba con bueyes y el arrumado era manual.
Por el contrario, el valor superior del rango se alcanzó en faenas de
cosecha, donde el motor de la torre tenía capacidades de madereo de 6
ton y el traslado de fustes y clasificación en cancha se realizaba con
trineumático.

En general, las torres que tenían cabina, no presentaban en su diseño


sistemas efectivos de atenuación del ruido. La prevención del daño
auditivo, sólo se hace con elementos de protección personal. En este
sentido, para implementar sistemas para la atenuación del ruido de la
cabina, es necesario efectuar una intervención integral en su diseño.
Para ejemplificar lo señalado, es importante tener presente que la
transmisión del ruido es aérea y estructural. Por tal motivo, se debería
incorporar una aislación o unión flexible entre la cabina y la plataforma,
de modo que las vibraciones no se trasmitan a la estructura. También el
diseño de paredes o la cubierta de la cabina, debería incorporar
materiales aislantes. Del mismo modo, el diseño de puertas y ventanas
debería ser hermético. Soluciones como las planteadas, hacen
necesario controlar el problema de carga térmica, ya que se reducen las
posibilidades de perder calor por convección, al mantenerse las puertas
y ventanas cerradas. Por esta razón, se requeriría incorporar sistemas
para acondicionar la temperatura del aire de la cabina.

· Calor, frío y polvo

Como se señaló anteriormente, uno de los problemas que se presenta


en las cabinas, es la carga térmica derivada de la radiación solar que
ingresa por las ventanas. De acuerdo a la percepción de los operarios
entrevistados, éste es el factor del medio ambiente físico, que les genera
mayores molestias, siendo calificado por algunos de los operarios como
molestias "algo intensas". Según una escala de percepción de 1 a 9
aplicada a los torreros, las molestias "algo intensas" tiene una valoración
de 6. En cuanto a la frecuencia y efecto que genera, se plantea que,
dependiendo de las condiciones climáticas, existen ocasiones en que el
nivel de exposición al calor les impide "mantenerse concentrados y
atentos en el trabajo".

Por su parte, el frío, también se señaló como un factor de incomodidad,


calificándose su intensidad en segunda ubicación después del calor.
Respecto del polvo, no lo destacan como un factor relevante.

1.1.4.7. Seguridad

Uno de los riesgos en este tipo de máquinas, es la caída de objetos y el


rompimiento de cables. Respecto de la caída de objetos, éstos pueden
ser ramas, el carro, los estrobos y fustes. No cabe duda que, el riesgo es
mayor para operarios que trabajan en torres que no tienen cabina, como
se ilustra en la figura 10.8. Sin embargo, la existencia de una cabina
puede generar una falsa seguridad, si ésta no ha sido construida para
soportar un impacto como la caída de fustes. Es importante destacar
que, los modelos estudiados, no tienen certificación del cumplimiento de
ninguna norma de construcción de cabinas y que, en las observaciones
efectuadas, se detectaron graves deficiencias de diseño. En este
sentido, un avance en medidas de seguridad, sería considerar en el
diseño de las cabinas, los estándares internacionales de construcción
para maquinaria forestal. Como normativas de referencia para máquinas
forestales, existe la norma ISO 3449.

Figura 10.8.Torres de madereo sin cabina


Los riesgos de golpes por cables que se rompen o se sueltan de sus
instalaciones, así como también, la probabilidad de golpes o
atrapamientos por fustes, están asociados a la mantención y recambio
de estos implementos, así como también, al conocimiento que el
personal tiene de las capacidades de los equipos que opera, las áreas
de seguridad en estrobado y destrobado, las técnicas de estrobado y
destrobado y de instalación de vientos y soportes. Por lo tanto, para
prevenir estos riesgos es necesario, por una parte, mantener un riguroso
cumplimiento de los períodos de recambio establecido para cables,
particularmente del aéreo y de arrastre. También, mantener una
vigilancia preventiva de todo el sistema de cables y los medios por los
cuales se deslizan o sirven de anclaje o soporte. En cuanto a la
capacitación del personal, se han publicado monografías, textos y
artículos que analizan la seguridad en faenas de torre. Por ejemplo, a
solicitud del Grupo de Producción Forestal y Fundación Chile, el
Laboratorio de Ergonomía de la Universidad de Concepción, realizó un
estudio titulado "Bases para la certificación de aptitudes físicas,
psicológicas y técnicas de trabajadores forestales" (1996). Sin embargo,
estos estudios deben ser complementados con un proceso sistemático
de transferencia de información a los trabajadores.

1.1.4.8. Nuevas tendencias en faenas de madereo con torre o cable

En cuanto a innovaciones en los sistemas de trabajo en faenas de


madereo con torre, quizás el más significativo corresponde al uso de
carro de arrastre con un sistema "dador de cable". Este tipo de carros,
como el Koller MSK-3, el cual se presenta en la figura 10.9, dispone de
un motor que puede ser accionado a través de un control remoto. La
función del motor y del control remoto, es permitir al estrobero detener el
carro en el lugar más adecuado para estrobar y, como su nombre lo
indica, mediante el control remoto, operar el motor para que "de cable".
El propósito del sistema es reducir los tiempos de descenso del cable de
arrastre y el traslado de éste a los fustes. También, reducir la sobrecarga
física de los estroberos, debido a que el motor facilita el traslado del
cable de arrastre.

Figura 10.9. Carro para "dar cable"

Para ilustrar las tendencias que se observan en el rendimiento y la


sobrecarga física que generan estos sistemas de madereo con cable, en
la tabla 10.2, se presentan resultados obtenidos de dos faenas. Una de
ellas se realizó con torres Koller 501 empleando un carro tradicional y la
otra con torre Koller 501, utilizando el carro MSK-3. Las variables que se
analizan son diámetro a la altura del pecho (DAP) de los árboles
madereados, pendiente del terreno, distancia media de madereo,
porcentaje de tiempos dedicado a labores de estrobado, porcentaje de
carga cardiovascular y el rendimiento expresado en metros cúbicos por
hora. En cuanto a la organización de las faenas es importante destacar
que, en las labores de estrobado con el carro MSK-3, se empleaban dos
trabajadores y con el carro tradicional, tres.

Como se puede ver en la tabla 10.2, con el carro MSK-3 se lograron


rendimientos levemente superiores. En cuanto a las condiciones de
rodal y terreno, no variaron significativamente. La distancia media de
madereo fue similar para ambas condiciones. Sin embargo, se debe
destacar, que la diferencia en el tiempo dedicado a estrobado, fue un
21,1 % mayor con el carro tradicional. También, el nivel de carga física
de los estroberos fue levemente superior en el sistema de carro
tradicional. Al respecto, es necesario destacar que, aún cuando el
trabajo de estrobado con el carro tradicional se distribuye entre tres
operarios, la carga física en este ensayo fue mayor que la registrada en
el sistema del carro MSK-3.

Tabla 10.2. Comparación entre carro MSK3 y carro con mordaza


tradicional

Sistema DAP Pendiente Distancia Porcentaje Carga Rendimiento


media de de tiempo cardiovascular de la torre
de (cm) (%) madereo de estroberos
(m3/hora)
estrobado
madereo (m) (%)
(%)
Torre Koller Promedio 34.0 44 170 53.8 25.1 18.8
501 y carro D.E. 4.32 12.1 5.0 2.8
MSK3
Torre Koller Promedio 30.5 36 150 74.9 29.2 17.2
501 y carro D.E. 3.12 10.8 16.6 4.4
tradicional

(D.E.: Desviación estándar)

Por otra parte, estudios de tiempo y rendimiento efectuados por las


empresas que participaron en el proyecto, muestran tendencias
similares, que también favorecen al carro MSK-3. Para condiciones
similares de rodal, pendiente y distancias de madereo, con el carro
MSK-3 se ha obtenido rendimientos entre 19 a 26 % superiores al
alcanzado con carros tradicionales. En cuanto a los tiempos de
madereo, con el carro MSK-3 se ha estimado una disminución promedio
de 28,4 %.

1.1.4.9. Rendimientos obtenidos con torres de madereo

Otro de los temas importantes de analizar en el trabajo con torres es


establecer el nivel de rendimiento que se alcanza con estos equipos. La
importancia radica en que, para organizar ergonómicamente las faenas,
es necesario generar un equilibrio entre la capacidad que tienen las
máquinas para desplazar madera y el número y la capacidad física y
psicológica que deben tener los operarios que abastecen el sistema.
Con este objetivo, se recopiló información de los rendimientos
alcanzados por diferentes marcas y modelos de torres. En la tabla 10.3,
se resume la información obtenida de faenas estudiadas en el presente
proyecto y de bases de datos que disponían algunas empresas
forestales. Además del rendimiento, se incluye el DAP, la pendiente del
terreno y la distancia de madereo. Como se puede observar en la tabla,
el rango de rendimiento oscila entre 23,5 y 14,3 metros cúbicos/hora.
Uno de los factores que influye en los rendimientos es la capacidad de
arrastre que tienen las torres. En este sentido, si se compara torres de
menor capacidad de arrastre como las Koller 300 y la URUS I UP, con
aquellas de mayor arrastre, como la Koller 500 o la URUS III y IV, en
promedio se puede establecer diferencias de aproximadamente 3 metros
cubicos/hora, en favor de las de mayor capacidad.

Tabla 10.3. Rendimientos de torres de madereo

Sistema de madereo DAP Pendiente Distancia Rendimiento


de de la torre
(cm) (%) madereo
(m3/hora)
(m)
Torre Koller 501 y carro Promedio 34.0 44 170 18.8
MSK-3
( D.E.) (4.3) (2.8)
Torre Koller 501 y carro Promedio 100 - 310 23.5
MSK-3
( D.E.) (2.5)
Torre Koller 501 y carro Promedio 30.5 36 150 17.2
tradicional(freno
mordaza) ( D.E.) (3.1) (4.4)
Torre Koller 501 y Carro Promedio 100 - 310 19.1
K2,5
( D.E.)
Torre Koller 501 y carro Promedio 34 25 50 - 300 15.0
K2,5
( D.E.)
Torre Koller 300 carro Promedio 24.6 31 50 - 200 15.3
tradicional (freno
mordaza) ( D.E.)
Torre URUS I UP carro Promedio 27.1 35 10 - 150 14.3
tradicional(freno
mordaza) ( D.E.)
Torre URUS III , carro Promedio 29.1 70 150 18.1
tradicional (freno
mordaza) ( D.E.) (2.6) (5.2)
Torre URUS IV, carro Promedio 31.1 61 150 19.1
tradicional (freno
mordaza) ( D.E.) (3.3) (9.7)

(D.E.: Desviación estándar)

Rendimientos de referencia reportados por las empresas. No


comparables debido a que no se especifica condiciones de evaluación y
otros detalles.

1.2. Trineumático

Respecto de las marcas y modelos estudiados, estos fueron TECFOR


2.2, Bell Super y Bell Ultra Logger. En las faenas en que se evaluó este
tipo de máquinas, el trabajo consideraba el madereo con torres o
skidder. De este modo, las actividades que realizaban los trineumáticos
estaban asociadas al traslado de fustes desramados, desde la línea de
madereo de la torre a la zona de trozado y, posteriormente, a su
clasificación. En cuanto a las faenas con skidder, las labores se
circunscribían básicamente a la clasificación de trozos.
1.2.1. Traslado y clasificación de trozas en cancha

El traslado y clasificación en cancha son actividades relativamente


estructuradas, en las cuales existen pocas variantes de operación. En
los casos analizados, las observaciones efectuadas en terreno
permitieron establecer que los factores que influyen en la operación de
la máquina están relacionados con:

· Diseño de la cancha, específicamente el espacio que se dispone

· Condiciones del terreno, particularmente la presencia de lodo en


invierno y polvo en la temporada cálida

· Variedad de productos que se requiere clasificar

· El volumen de madereo y el tamaño de los trozos

· Las características de diseño de la máquina, particularmente la


velocidad, potencia y facilidades de operación de la garra y pluma

1.2.2. Exigencias de operación

Para operar el trineumático se requiere controlar el desplazamiento del


vehículo, el ascenso de la pluma y la abertura y giro de la garra. En el
caso del desplazamiento del vehículo, los equipos pueden disponer de
una o dos velocidades, aunque en la mayoría de los modelos, disponen
de una marcha. El control de la transmisión de la fuerza motriz a las
ruedas se realiza por el accionamiento de pedales, los cuales también
controlan la dirección del desplazamiento. Para ello, el pedal derecho
controla el giro de la rueda derecha y el izquierdo hace lo propio con la
rueda izquierda. Para avanzar en forma recta, el operario acciona los
dos pedales en sentido anterior. Para retroceder en forma recta, acciona
los dos pedales en sentido posterior. Para efectuar giros, el operario sólo
acciona el pedal de la rueda del lado hacia el cual se quiere virar. El
freno puede ser de tipo dinámico, al mantener ambos pedales en una
posición neutra. En forma complementaria, se dispone de un freno de
estacionamiento, el cual es accionado por un botón o "switch" ubicado
en el panel de instrumentos. Como se puede deducir, para el
desplazamiento del vehículo, existe un compromiso permanente de la
extremidad inferior.

Para operar la pluma y la garra, existen modelos controlados por


palancas así como también, se han incorporado "joystick". En general,
existen tres palancas en el lado izquierdo del puesto de trabajo del
operador, las cuales permiten el control de la extensión de la garra, la
abertura y el giro. En el lado izquierdo del puesto, existe una palanca
que controla el ascenso de la pluma. La operación de la pluma y la garra
requieren de un importante compromiso motriz de las extremidades
superiores. Además, se requiere de coordinación y concentración para
manejar carga sin perder la estabilidad del equipo, evitar los obstáculos
que existen en el entorno de trabajo y clasificar los trozos en las rumas
que les corresponden a sus dimensiones. Respecto de la percepción de
información ésta corresponde básicamente a la estimación visual del
tamaño y peso de los fustes y trozas que se trasladan y arruman, a la
evaluación visual y propioseptiva de la estabilidad del equipo al trasladar
y elevar carga, a la detección visual de operarios que requieren ingresar
al área de trabajo y a los obstáculos e irregularidades del terreno.

1.2.3. Resultados de la evaluación ergonómica del puesto de trabajo del


operador de trineumático

1.2.3.1. Areas de acceso y salida

Este tipo de máquina presentan cabinas de espacios muy reducidos, lo


cual influye en la comodidad y seguridad del acceso y salida. En los
equipos estudiados, la altura de la puerta no superó los 127 a 130 cm.
Respecto del ancho del espacio de acceso, el desplazamiento de los
pies se ve restringido, tanto por el ancho que tiene la puerta a este nivel,
que es de aproximadamente 44 cm, y la distancia que existe entre el
asiento, el marco de la puerta y los controles que están contiguos al
asiento. En este sentido, en la figura 10.10, se ilustra las dificultades que
tiene el operador por las puertas y espacios restringidos.

El cambio más relevante en este aspecto del diseño sería aumentar la


altura y el largo de la cabina, de modo que genere un incremento en el
tamaño de la puerta. Los valores normalmente recomendados para una
puerta por la cual salen personas que trabajan sentadas, es de 155 cm
de alto y al menos 57 cm de ancho. Bajo determinadas condiciones de
diseño del puesto de trabajo, particularmente en cabinas de espacios
restringidos, y cuando los asientos tienen valores inferiores a 40 cm de
altura, es aceptable que la altura de las puertas sea de 145 cm. Además,
el espacio para piernas entre el borde del asiento y los obstáculos que
se presentan como controles o el marco de la puerta, debería ser de al
menos 28 cm.

Figura 10.10. Espacios restringidos en áreas de acceso y salida de


trineumáticos
1.2.3.2. Espacio interno de la cabina

En este aspecto del diseño del puesto de trabajo, es necesario destacar


que todos los modelos estudiados presentan deficiencias importantes.
Las consecuencias, no sólo se expresan en términos de alteración de la
comodidad de los operarios, sino que se generan riesgos de golpes
contra las estructuras internas de la cabina. Para ilustrar esas
deficiencias, en la figura 10.11, se destaca cómo una flexión moderada
del tronco, puede significar un golpe en el parabrisas. También, una
oscilación lateral del cuerpo puede implicar golpes de la cabeza en las
vigas laterales de la cabina. En este sentido, el problema es tal, que en
algunas empresas, han tenido que suplir las deficiencias del diseño de la
cabina, con protección para la cabeza. En la figura 10.12, se presenta
esta condición de trabajo.

Figura 10.11. Riesgo de impactar el parabrisas del trineumático


Figura 10.12. Operador de trineumático usando una protección para la
cabeza

No cabe duda que en este aspecto del diseño, se deben efectuar


modificaciones en los futuros modelos de trineumático. Con el propósito
de orientar estos cambios, para acomodar a trabajadores forestales
chilenos cuyo tamaño corporal se encuentre entre el 5 y 95 percentil, se
estableció el espacio mínimo requerido para efectuar las tareas de
operación del trineumático. En la figura 10.13, se ilustran estas
dimensiones. Como se puede observar la altura de la cabina no puede
ser inferior a 145 cm. Esta dimensión debe ser medida en el área en la
cual está sentado el operario. El ancho de la cabina debe ser mayor a
100 cm. Respecto del largo o distancia anteroposterior, no debería ser
inferior a 95 cm. En este sentido, es importante definir el sitio donde se
realiza la medición del largo de la cabina. Ello debido a que el parabrisas
es inclinado, lo cual genera cambios en el largo de la cabina
dependiendo de la altura a la cual se efectúa la medición. De este modo,
considerando el riesgo de impactar la cabeza en el parabrisas, la altura
del tronco de los trabajadores forestales y la flexión que puede
experimentar el tronco, se estimó como valor de referencia aquel medido
a 80 cm del asiento. Del mismo modo, para evitar el golpe de la cabeza
en la pared posterior de la cabina, el espacio disponible entre el respaldo
y la pared posterior, no debería ser inferior a 33 cm.

Figura 10.13. Dimensiones mínimas recomendadas para espacio interno


de cabina de trineumáticos. Las medidas están expresadas en cm

VISTA LATERAL

PLANTA
1.2.3.3. Visibilidad

La visibilidad que el operario tiene de la cancha, la garra y la carga


desplazada, depende del tamaño de las ventanas y puertas, del grosor
de las estructuras de la cabina, del diseño de las protecciones y la
efectividad de los retrovisores. Es así como, la visibilidad hacia la parte
anterior de la cabina se ve limitada, en la medida en que se abre el
ángulo de visión hacia los costados. Ello se debe al grosor y diseño de
las protecciones de las ventanas y a la obstrucción que generan los
pilares que soportan el eje de la pluma. Por su parte, la visibilidad lateral
se reduce en función del tamaño y diseño de la puerta, y el tamaño y
ubicación de los retrovisores laterales. Respecto de la visibilidad hacia la
parte posterior del vehículo, en algunos modelos, ésto depende
exclusivamente de espejos retrovisores ubicados en las aletas situadas
en los pilares de soporte de la pluma. El tamaño de estos espejos y su
ubicación, limitan la utilidad de estos elementos de referencia. En
modelos recientes, como el Ultra Logger de Bell y el EURO 2000 de
Tecfor, han modificado el techo de la parte posterior de la cabina,
generando un espacio a través del cual, se puede observar un área que
antes quedaba ciega. En la figura 10.14, se esquematizan las áreas de
visibilidad y espacios ciegos que se generan en este tipo de máquinas.

Figura 10.14 Areas de visibilidad y espacios ciegos de trineumáticos

Como se puede deducir de la figura, uno de los problemas importantes


que presentan este tipo demáquinas, es la visibilidad hacia los costados
posteriores y anteriores, y hacia la parte posterior del vehículo. Por lo
tanto, cualquier modificación resultará en directo beneficio de la
seguridad en la cancha. En este sentido, el rediseño, o las nuevas
máquinas que sean adquiridas por las empresas, deberían considerar
las siguientes recomendaciones:
· Mejorar el diseño de la protección del parabrisas. Al respecto, los
barrotes de protección deben estar orientados en la dirección de la
visibilidad del operador. Ello se puede apreciar en la figura 10.15. En la
fotografía, se observa, que los barrotes no están paralelos y presentan
una ligera angulación desde la línea media de la cabina hacia los
costados. Ello permite que los perfiles de los barrotes reduzcan los
espacios ciegos.

Figura 10.15. Diseño de protecciones del parabrisas

· Para mejorar la visibilidad hacia la parte posterior del vehículo, es


fundamental instalar una ventana posterior. Una buena aproximación a
este requerimiento es la ventana observada en el modelo ilustrado en la
Figura 10.16

Figura 10.16. Ventana posterior de cabinas de modelos Bell y Tecfor

1.2.3.4. Butaca

En cuanto a las dimensiones de las butacas, las principales deficiencias


se relacionan con asientos muy profundos. Para que todos los usuarios
tengan acceso al sistema, sin presentar molestias de adormecimiento de
las extremidades inferiores por compresión de la pierna, la profundidad
no debería ser superior a 43 cm. En cuanto al material de construcción,
en todos los modelos estudiados, era sintético. En este sentido, se
debería preferir tapices de lanilla, debido a que permiten una mejor
conducción del calor, favoreciendo la evaporación de sudor.

Entre los aspectos positivos que se aprecian, están los apoya brazos
regulables en altura e inclinación, lo cual reduce la tensión de la
musculatura de la extremidad superior, para fijar los segmentos en la
operación de los controles. En la figura 10.17, se puede ver la postura
de trabajo y el uso del apoyo para los brazos.

Un aspecto que se aprecia en la mayoría de las máquinas estudiadas,


es el grado de deterioro que presentan las butacas, particularmente de
los mecanismos de ajuste antero posterior del asiento y de los sistemas
que permiten la modificación del ángulo del respaldo.

Una de las características que deberían tener todas las butacas de


trineumático, es el mecanismo de atenuación de vibraciones. Este
sistema es fundamental para reducir los riesgos de trastornos músculo-
esqueléticos que se presentan, principalmente a nivel de región lumbar.
Los dispositivos deberían permitir controlar la deformación del asiento o
elasticidad de la suspensión de acuerdo al peso del operario.

Figura 10.17. Apoya brazos y postura de trabajo

1.2.3.5. Interfase hombre-máquina

Como se planteó en el tema de exigencias de operación del


trineumático, la conducción del vehículo y el control de la pluma y garra
demandan una gran coordinación para las extremidades inferiores y
superiores. Los modelos que utilizan palancas, para el control de la
pluma y garra, exigen una gran destreza. Además, estas tareas están
asociadas a trabajo repetitivo y sobrecarga postural, particularmente
para la mano y brazo derecho. Este segmento, con movimientos de
dedos y muñeca, acciona las tres palancas que se ilustran en la figura
10.18. Los movimientos del equipo que se controlan con estos
dispositivos son la abertura, giro y extensión de la garra.

Figura 10.18. Palancas utilizadas en trineumáticos

Desde el punto de vista de reducción de la sobrecarga para el operario,


un cambio positivo en estos equipos ha sido la instalación de joystick.
Estos controles permiten, una mejor distribución de tareas para la
extremidad superior, reducción del número de controles, de la
sobrecarga postural y del trabajo repetitivo, particularmente para el
brazo derecho. Como se aprecia en la figura 10.19, estos controles se
sitúan en soportes ajustables, que permiten al operario, descansar sus
brazos en los apoya brazos de la butaca. Respecto de la distribución de
tareas, uno de los joystick controla los movimientos de ascenso de la
pluma y extensión de la garra, mientras el otro, el giro y abertura de la
garra.

Figura 10.19 Joystick utilizado en trineumáticos

1.2.3.6. Agentes Ambientales

· Ruido
El nivel de ruido equivalente registrado en ciclos representativos del
trabajo, osciló entre 97 y 101 dB(A). Las cabinas no presentan sistemas
efectivos de atenuación del ruido. Bajo estas circunstancias, la selección
y uso de protectores auditivos es fundamental. En todos los casos
estudiados, los operarios empleaban protectores tipo fono. No obstante,
de ocho operadores entrevistados, siete describieron algún tipo de
molestias asociada con el ruido, tales como agotamiento general, o
zumbido de oídos durante o al término de la jornada. En la escala de
intensidad de 1 a 9, las molestias percibidas oscilaron entre 3 y 4, es
decir de leves a moderadas.

· Vibraciones

Las oscilaciones, a las cuales es sometido el operador, dependen de las


irregularidades del terreno, las maniobras de conducción y de la limpieza
de la cancha. Como mecanismo de atenuación de las vibraciones
transmitidas al cuerpo del operador, estos sistemas disponen sólo de la
suspensión incorporada a la butaca. En todos los modelos estudiados,
existía mecanismo de suspensión. Sin embargo, la mantención y calidad
de estos dispositivos no son efectivos para atenuar las vibraciones. Ello
en gran medida, se confirma con la percepción de molestias de parte de
los trabajadores. En este sentido, todos los operarios señalaron percibir
molestias, cansancio o fatiga a nivel de espalda, derivado de las
"sacudidas al operar el vehículo". Las molestias oscilaron entre leves a
algo intensas, con una frecuencia que dependía según los operarios, de
las irregularidades que se presentan en las canchas.

Por lo expuesto, un aspecto fundamental que se debe tener presente al


momento de adquirir equipos de esta naturaleza, es que tengan butacas
de suspensión hidráulica, las cuales permitan adecuar la tensión de la
suspensión al peso del operario.

· Calor, frío, lluvia y polvo

De las condiciones ambientales consultadas a los operarios, los agentes


más críticos son el polvo y el calor. La intensidad y frecuencia con que
se presentan estos problemas, dependen de la temporada y las
características de las canchas en las que se labora. Respecto del polvo,
todos los operarios señalan que les produce irritación de ojos, además
de molestias en fosas nasales y vías respiratorias superiores. Es
importante destacar que, la intensidad de estas molestias, osciló entre
moderadas y extremadamente intensas, siendo el factor que mayor
incomodidad genera. Algunos de los operarios señalaron que las
molestias en los ojos les impedían mantener el ritmo de trabajo.

Respecto del calor, todos los operarios entrevistados señalan percibir


molestias de agotamiento y fatiga general de moderadas a intensas.
Además, algunos de ellos, plantean que la intensidad del calor altera su
nivel de concentración y les impide mantener el ritmo de trabajo.
Respecto de las causas de la carga térmica, las fuentes son diversas.
Por una parte, está la convección del aire caliente que circula en las
canchas de madereo. Por otra, la radiación solar que ingresa por las
ventanas y/o puertas. También está el calor radiante emitido por el motor
y, en algunos modelos, una importante fuente de calor radiante la
constituye el calor emanado del fluido hidráulico que pasa por la
estructura metálica que rodea la cabina. En general, los operarios
consideran que, desde el punto de vista del diseño de la máquina y su
efecto en las condiciones de trabajo, uno de los aspectos más negativos,
corresponde a la ubicación del sistema hidráulico en los pilares que
rodean el espacio inmediato de la cabina.

Como se puede concluir, estos problemas se solucionan con aire


acondicionado. En aquellos modelos, que presentan problemas de
generación de calor por la ubicación del depósito del sistema hidráulico,
estos deben ser modificados, dejando libre el espacio que rodea la
cabina.

1.2.3.7. Seguridad

Los problemas de seguridad en la operación del trineumático están


relacionados con la probabilidad de golpear, atrapar o atropellar a los
operarios que laboran y transitan en cancha y a su volcamiento.

El riesgo que tienen los trabajadores de ser golpeados o atrapados por


el trineumático, particularmente los motosierristas de cancha, los
despicadores y los destroberos, depende, entre otros factores, de la
capacitación que tengan en procedimientos de trabajo seguro, de la
implementación de tales procedimientos, del diseño de la cancha, de la
visibilidad del operador de la máquina y de la organización de las
actividades en cancha.

En lo que a procedimientos de trabajo se refiere, se debe destacar que


los operarios no deben ingresar al espacio de trabajo del trineumático
cuando se trasladan fustes y clasifican trozas. En general, se deben
mantener en áreas de seguridad. Estas áreas corresponden a las de
menor tráfico del trineumático y del skidder o, en el madereo con torre, a
las zonas en la que hay menor riesgo de ser golpeado por fustes y
cables. Las figuras 10.20 y 10.21, ilustran estas áreas. No obstante lo
señalado, una práctica común es que el trineumático reduzca tiempos de
espera, al retirar la madera en el instante en que los motosierristas van
trozando. Este es un aspecto de la organización del trabajo que requiere
cambios. La capacitación debe estar orientada a mantener espacios de
seguridad entre máquina y trabajadores de cancha. Es así como, el
trineumático debería respetar la zona de trabajo del motosierrista y de
los ayudantes de cancha. En el caso óptimo, el trineumático no debería
sacar madera hasta que el motosierrista haya terminado de trozar el
grupo de fustes depositados en la cancha.

Figura 10.20. Areas de seguridad en cancha: faenas de torres


Figura 10.21. Areas de seguridad en cancha: faenas de skidder

En cuanto al diseño de cancha y otros factores relacionados con la


organización, en el madereo con torres, un sistema de trabajo que
debería favorecerse, cuando sea posible, es la generación de dos
canchas de clasificación y trozado. En este esquema, el trineumático
traslada fustes desde la línea de madereo a una de las canchas,
mientras el trozado se realiza en la otra. Posteriormente, máquina y
trozadores rotan entre áreas de trabajo, dedicándose el trineumático a la
clasificación, y el motosierrista continua con las labores de trozado. Esta
práctica es ilustrada en la figura 10.22. Como se puede apreciar, el
trineumático está trasladando fustes a un área de trozado ubicada en el
costado izquierdo de la cancha, mientras el trozador está ubicado al
costado derecho trozando los fustes. Ello impide que trozadores y
trineumático trabajen simultáneamente en el mismo espacio, reduce los
riesgos de accidentes para los operarios de cancha por atrapamiento,
atropello, golpes del trineumático o de la carga desplazada, así como
también, reduce los tiempos de espera del trineumático.
Figura 10.22 Diseño de canchas con dos áreas de clasificación y
arrumado

Respecto de los riesgos de volcamiento, estos se relacionan con la


capacidad del operador del trineumático para ponderar la estabilidad de
la máquina en relación al peso de la carga desplazada, las
irregularidades y pendiente de la cancha, el movimiento que se efectúa
de la carga, particularmente de la altura de ascenso y del
desplazamiento lateral de los trozos y fustes, respecto del centro de
gravedad o eje longitudinal de la pluma. La situación de peligro más
frecuente se presenta cuando el operador eleva o arrastra la carga, con
pendientes negativas, y una de la ruedas delanteras, o la trasera, se
eleva al pasar por una irregularidad del terreno o por desechos que no
han sido retirados oportunamente. Estas condiciones se ven agravadas,
si la carga va suspendida en una distribución que genera mayores
torques hacia el costado opuesto al que se eleva la rueda delantera.
Como se puede deducir, la limpieza y la eliminación de irregularidades
de la cancha, así como también, el traslado de cargas balanceadas
respecto de la pluma, son factores relevantes en la prevención de
volcamientos.

Una de las situaciones que puede tener consecuencias muy graves, se


presenta en madereo con torres en bordes de camino, en los cuales no
hay un adecuado establecimiento de canchas. En estos casos, el
trineumático tiene poco espacio para efectuar las maniobras y debe ser
conducido muy próximo a la pendiente.

1.3. Skidder

El tractor articulado fue evaluado en faenas que contemplaban


trineumático en cancha. Las marcas estudiadas fueron Caterpillar, John
Deere y TimberJack.
Las actividades realizadas con el skidder incluyen la conducción del
vehículo al bosque, la carga o estrobado en bosque, el traslado de
trozas hacia la cancha y la descarga, o destrobado en cancha. De
acuerdo a las observaciones efectuadas en terreno, las principales
dificultades del proceso y de la conducción de la máquina se derivan de:

· Las características del terreno, particularmente la pendiente y la


presencia de obstáculos, como tocones y desechos forestales

· Características técnicas del skidder, como potencia del motor, uso de


huinche o garra, capacidad de arrastre del huinche, espacio que
requiere para el viraje, velocidad de desplazamiento y estabilidad del
vehículo

· Ubicación y espacio de la cancha, en especial la distancia a la cual


está, respecto de los diferentes frentes de madereo y del espacio que se
dispone para las maniobras

· Características del volteo, en particular la realización de volteo dirigido

· La seguridad y facilidades de operación que presenta el diseño de la


máquina

1.3.1. Características de los equipos y exigencias de operación

El tractor articulado está constituido por dos mitades de chasis unidas


por un pasador central. Este mecanismo, reduce los radios de giro del
vehículo y permite que las ruedas posteriores sigan las huellas de las
anteriores. Ello facilita el desplazamiento por espacios restringidos en el
bosque, en los caminos y en las canchas de madereo. También,
presenta ventajas para salvar obstáculos, tales como piedras, tocones y
ramas, entre otros.

1.3.1.1. Skidder con huinche

El skidder más utilizado es el que dispone, en el semichasis posterior, de


un huinche en el que se enrolla un cable de acero. Este huinche se
acciona a través de palancas o, en algunos modelos recientes, con
joysticks ubicados en la cabina.

Para operar el skidder se requiere conducir el vehículo y controlar el


funcionamiento del huinche y de la pala. En este sentido, debido a las
dificultades que impone el terreno por el cual se desplaza, y debido a los
riesgos de volcamiento, es necesario que el operario esté capacitado
para efectuar procedimientos seguros de trabajo. Para ilustrar las
exigencias que impone el trabajo con skidder en faenas de cosecha, a
continuación se describirán los principales procedimientos y
requerimientos que imponen estas tareas al operador.
En términos generales, para efectuar el madereo, el operario debe
conducir el skidder desde la cancha hacia el bosque y situarlo lo más
próximo al lugar donde se encuentran los fustes a maderear. Para
realizar esta labor de conducción, la mayoría de los equipos estudiados
disponían de volante para controlar la dirección, palanca de cambios de
velocidades, pedal de aceleración y pedal de freno.

En el tramo final del recorrido hacia el bosque, el operario debe conducir


el skidder en retroceso. Si la pendiente es muy pronunciada, el operador
emplea el huinche para acercarse a los fustes. Para ello, el estrobero
traslada el cable hacia los fustes. Durante esta etapa del proceso, el
operador está atento a las señales del estrobero para "dar o recoger
cable" y facilitar las técnicas de "amarre de trozas". También, debe
verificar si el estrobero ha conectado una cantidad de trozas que pueda
ser arrastrada por el skidder, en las condiciones de terreno que se
presentan.

Una vez unidas las trozas al cable del huinche, el operador espera la
señal del estrobero para comenzar a desplazar los fustes hacia el arco
del skidder. Recibida la señal del estrobero, el operador tiene que decidir
si avanza con el skidder o recoge de inmediato el cable del huinche. Si
la pendiente y la carga exceden la capacidad de la máquina y existe el
riesgo que la máquina pierda la estabilidad, el operador debe dejar la
carga y avanzar con el skidder para, metros más arriba, tirar la carga.

Una vez que los fustes están en el arco del skidder y puesto el huinche
en posición que permita "sujetar la carga", el operario coordina una
secuencia de movimientos que le permiten avanzar con la máquina y la
carga suspendida en el arco. Los movimientos que realizan, en la
mayoría de los modelos de skidder estudiados, corresponden a sacar el
freno de mano, poner la palanca de cambios en primera, soltar
lentamente el freno de pedal y embrague e incrementar la aceleración.
Durante esta acción vigila constantemente la carga desplazada y el
camino o vía por la cual se sacará la madera del bosque. En este
proceso de vigilancia existe una importante sobrecarga postural de la
región cervical y lumbar, debido al giro que debe efectuar hacia la parte
posterior del vehículo.

En su recorrido hacia la cancha debe desplazarse a una velocidad que


no sobrecargue ni ponga en peligro la estabilidad de la máquina.

Al acercarse a la cancha, debe vigilar que, en su recorrido, no exista


riesgo de colisionar con el trineumático u otros equipos que estén en las
áreas de tránsito del skidder o de atropellar al personal que labora en
esta área. Respecto de las exigencias de operación en cancha, éstas
consisten en depositar los fustes en áreas específicas, donde los
motosierristas los trozan y, posteriormente, el trineumático los clasifica y
los arruma.

1.3.1.2. Skidder con garra o grapple


Este tipo de skidder se caracteriza por disponer en el semichasis
trasero, de una garra hidráulica, ubicada sobre un soporte que le permite
movimientos verticales y anteroposteriores. El sistema es apropiado
cuando los fustes están volteados de modo que su base quede en
dirección a las vías por las cuales se saca la madera del bosque. En
este caso, los tiempos de carga son menores que con huinche. Sin
embargo, este tipo de tractores articulados presenta limitantes. Por una
parte, el skidder debe acercarse hasta donde están los fustes a
maderear, por lo que, el terreno en el que se desplaza, debe ser
preferentemente plano, para no comprometer su estabilidad al
transportar carga por terrenos accidentados o con pendiente.

Para operar este tipo de equipos, el trabajador conduce el vehículo


desde la cancha hacia el frente de madereo. En la zona de madereo
retrocede, y se ubica de modo que la garra alcance el fuste a maderear.
Con controles de palanca o joystick, ubicados en la cabina, el operador,
abre y desciende la garra, la cierra y recoge desde el suelo los fustes.
Con los fustes semisuspendidos, se traslada a otras trozas, ubicando el
skidder de forma tal que, la carga transportada queda sobre las nuevas
trozas. Abre la garra y recoge toda la carga. Vuelve a ponerse en
movimiento hacia otro fuste, repitiendo las operaciones, hasta completar
la capacidad de carga de la garra. Posteriormente, se desplaza hacia la
cancha, seleccionando velocidades de desplazamiento que no
sobrecarguen o pongan en riesgo la estabilidad del equipo.

1.3.2. Resultados de las evaluaciones ergonómicas del puesto de


trabajo del

operador de skidder

1.3.2.1. Areas de acceso y salida

Para acceder a la cabina se requiere emplear peldaños y manillas. En


general, la disposición y tamaño de estas estructuras en las máquinas
evaluadas facilitan el ingreso y salida de los operarios. Respecto del
tamaño de las puertas, están diseñadas para que una persona pase en
posición semiagachado. Los valores de altura oscilaron entre 140 y 147
cm y de ancho entre 55 y 63 cm. En cuanto al ancho, de acuerdo a
información antropométrica de población chilena, se recomienda un
espacio no inferior a 57 cm. Respecto de la altura, para puestos de
trabajo en los cuales los operarios salen de una posición sentado y
pasan el umbral semiagachados, los valores deberían ser superiores a
155 cm. Como se puede deducir el problema, aún cuando no es
extremo, se relaciona con espacios restringidos derivados de la altura de
la puerta.

1.3.2.2. Espacio interno de la cabina

El espacio de la cabina en los skidder está determinado por el tamaño


corporal de los usuarios, la postura de trabajo y el tamaño y ubicación de
los equipos que se operan. En este sentido, los trabajadores realizan
sus actividades en posición sentado, accionan controles para la
conducción del vehículo y para operar la pala, el huinche o la garra.
Además, requieren espacio para efectuar los desplazamientos de
ingreso y salida de la cabina, así como también, para evitar golpes, en
particular, en la región del tronco y cabeza, con las estructuras internas
de la cabina. Este último riesgo, se genera por las oscilaciones durante
el desplazamiento del vehículo.

De este modo, según el tamaño corporal de trabajadores forestales, la


altura de la cabina no puede ser inferior a 155 cm. Respecto del ancho,
específicamente el espacio inmediato a la región del tronco y cabeza, no
debe ser inferior a 100 cm. Respecto del largo, entre el respaldo del
asiento y la pared anterior de la cabina debería existir una distancia de
100 cm. Ello permite que las piernas adopten una postura funcional para
operar los pedales, y dan un rango de ajuste anteroposterior al asiento,
para acomodar a trabajadores de diferente tamaño corporal. Entre el
respaldo y la ventana posterior de la cabina, debería haber una distancia
no inferior a 25 cm, de modo de evitar golpes de la cabeza con estas
estructuras. De este modo, el largo total de la cabina no debería ser
inferior a 120 cm.

En las máquinas estudiadas, no se verificó dificultades importantes en la


altura y el ancho de la cabina. En modelos antiguos, que están en pleno
uso, algunos presentaban largos de cabina inferior a 114 cm, valor que
está bajo el mínimo recomendado. Sin embargo, fue positivo establecer
que todos los modelos estudiados, que se están incorporando al
mercado, han mejorado este aspecto del diseño. Por ejemplo, en la
figura 10.23, se ilustra un cabina que tiene una altura de 156 cm, un
ancho de 113 cm y un largo de 139 cm.

Figura 10.23. Diseño de cabina de skidder


1.3.2.3. Visibilidad

La visibilidad de las áreas por las cuales se transita, la vigilancia del


trabajo con el huinche o garra y del desplazamiento de la pala, depende
del tamaño de las ventanas y de la presencia de obstáculos que
imponen las propias estructuras de las máquinas. Respecto del tamaño
de las ventanas, las áreas de visibilidad permiten percibir información
visual desde todos los puntos de trabajo. Sin embargo, tareas
específicas, como la vigilancia de las operaciones realizadas con el
huinche o del trabajo efectuado con la garra, se ve limitado por el diseño
del arco que mantiene los fustes suspendidos en la parte posterior del
skidder. En particular, por la ubicación de los pilares del arco, y del
escudo de protección que cubre la parte posterior del vehículo. Diseños
que dificultan la vigilancia del proceso se pueden ver en la figura 10.24.
Por el contrario, condiciones favorables de diseño son las que se ilustran
en la figura 10.25. Esta disposición de las estructuras permite mejor
vigilancia de la operación del huinche o garra, y reducción de la
sobrecarga postural del trabajador. Con respecto a este último punto, es
importante señalar, que el operador, para vigilar estas tareas, que se
efectúan en la parte posterior del vehículo, requiere girar su cuerpo. Por
lo tanto, deficiencias en la visibilidad incrementan la sobrecarga postural.

Figura 10.24. Diseño de arcos que dificultan la percepción visual de


tareas realizadas con huinche, en una máquina antigua

Figura 10.25. Diseño de arco que favorece la percepción de tareas


realizada con huinche y garra
1.3.2.4. Butaca

El diseño de la butaca, en este tipo de máquina, es muy importante. Ello


se debe a que el vehículo se desplaza por terrenos irregulares,
condición de trabajo que expone al operario a oscilaciones durante la
conducción. Para aminorar este efecto, se requiere que la butaca
disponga de un sistema de atenuación de las vibraciones. También, la
ubicación y dimensiones de este sistema, debe permitir que operarios de
diferente tamaño corporal, alcancen en posturas funcionales, los
diferentes controles. Por su parte, durante la operación del huinche o
garra, es necesario vigilar el proceso que se desarrolla en la parte
posterior del skidder. Por esta razón, la butaca debería favorecer el
cambio de postura que implican estas tareas.

Respecto de la atenuación de las vibraciones, la mayoría de los equipos


han incorporado asientos con suspensión hidráulica, en los cuales se
puede controlar la deformación de la suspensión, según el peso del
usuario. No obstante, la efectividad en la atenuación de las vibraciones
requiere complementar estas medidas, con otras modificaciones de la
máquina. Entre éstas, se debe señalar, la incorporación de uniones
elásticas, entre el chasis de la máquina y la cabina. Algunos modelos
estudiados, están incorporando este tipo de soluciones.

En cuanto a las dimensiones de la butaca, el principal problema se


aprecia en la altura del asiento. En uno de los modelos recientemente
incorporados al mercado, la altura del asiento es de 50 cm. Esta
dimension no es adecuada para la población chilena. En general, se
recomienda una altura de 39 cm, lo cual permite a los operarios acceder
adecuadamente a los pedales y mantener una postura estable durante la
conducción. En los modelos recientes, el ancho y profundidad del
asiento y la altura y ancho del respaldo, están dentro de valores
aceptables. Por ejemplo, el ancho de los asientos está en el rango de 44
a 48 cm. Respecto del respaldo, se aprecia una preocupación en el
diseño, por acomodar adecuadamente la región lumbar, existiendo un
cojinete lumbar, que permite dar apoyo y estabilidad a esta región del
cuerpo. El resumen de las dimensiones recomendadas para butacas, se
presentó previamente en la tabla 10.1
Por otra parte, también se observan avances en las características del
material de las butacas. Es así, como se puede observar en la figura
10.26, que el material de la superficie del asiento y el respaldo, que
tienen contacto con la región del muslo y la espalda, es de género. Ello
favorece el intercambio calórico y la disipación de sudor.

Figura 10.26. Diseño de butaca de skidder

1.3.2.5. Interfase hombre-máquina

El skidder es una máquina sometida a grandes exigencias mecánicas,


las cuales derivan de la carga que se transporta, del terreno, de las
condiciones climáticas y de las extensas jornadas de trabajo. Del mismo
modo, es una maquinaria de alto costo, cuyas detenciones, no
planificadas, deberían ser mínimas, más aún, si son el resultado de
desperfectos que se pueden evitar con una adecuada vigilancia de sus
sistemas. En este sentido, es fundamental que la interfase, en particular
los indicadores, entreguen información oportuna del estado y
funcionamiento de los sistemas vitales. Entre estas variables destacan el
voltaje, temperatura del refrigerante del motor, temperatura del líquido
hidráulico, nivel de combustible, presión de aceite del motor, presión del
sistema de transmisión, baja en la presión del freno, estado del filtro de
aire, estado del filtro de aceite, entre otros. La información debería
presentarse de modo tal, que el operario pueda detectar los posible
desperfectos.

El análisis de los equipos estudiados, reveló que se están efectuando


importantes innovaciones en este sentido. La última generación de
skidder está incorporando procesadores que monitorean los sistemas
más sensibles; mediante indicadores luminosos, asociados a señales
auditivas, entregan información sobre posibles desperfectos. Un ejemplo
de estos cambios se aprecia en el panel de instrumentos, que se
presenta en la figura 10.27. Como se puede apreciar, también se ha
mejorado la presentación de la información en indicadores visuales con
sistemas cualitativos. En ellos, se utilizan colores para definir los rangos
de normalidad y las desviaciones de este estado. Ello contrasta con
sistemas precedentes, en los cuales, la información que se entregaba,
era limitada y su presentación era a través de indicadores de tipo
cuantitativo o de relojes análogos, que dificultan o retardan la
identificación e interpretación de la información.

Figura 10.27. Panel de instrumentos de un skidder moderno

Respecto del diseño y selección de controles, la dirección del vehículo


es de tipo hidráulica y es accionada mediante un volante. Es interesante
destacar que, modelos antiguos, empleaban palancas para conducir el
vehículo, condición de trabajo que exigía una gran coordinación de la
extremidad superior.

En la mayoría de los skidder,, el freno y el acelerador están situados


desde la línea media de la cabina hacia el costado derecho. Esta
disposición facilita la conducción del vehículo cuando el trabajador tiene
que girar su tronco hacia la parte posterior del vehículo, para vigilar el
proceso de madereo con huinche o garra.

En cuanto a modificaciones que se están incorporando, en el modelo


observado en la figura 10.28, se puede apreciar en el volante, botones
que permiten controlar el cambio de velocidades en ambas direcciones.
Este tipo de modificaciones tiene una gran ventaja, debido a que
reducen las tareas de la extremidad inferior y permite mayor estabilidad
al operario para realizar sus labores. Respecto del control de la garra, se
ha incorporado joystick, lo cual facilita la operación, al compararlo con el
sistema de palancas que normalmente tiene este tipo de equipos.

Figura 10.28. Cambio de velocidades incorporado al volante


1.3.2.6. Agentes ambientales

· Ruido

Para evaluar la intensidad del ruido en estos equipos, se registró el nivel


equivalente, en períodos no inferiores a una hora. En cuanto a los
resultados, las diferencias entre los equipos evaluados dependen
básicamente del diseño de las cabinas. El nivel de ruido registrado en
las máquinas con cabina hermética, osciló entre 85,7 y 87,9 dB(A), en
cambio en las de cabina abierta, o sin vidrios, presentó un rango de 87,1
a 92,3 dB(A). Como se puede apreciar, los valores están sobre los 85
dB(A), incluso en máquinas con cabinas herméticas. Por lo tanto, para
reducir el riesgo de desarrollar una sordera profesional, todos los
operarios deben usar protectores auditivos.

Es importante destacar, que el nivel de ruido que percibe el operario,


está determinado, no sólo por la barrera que genera la cabina, sino por
variables asociadas a las exigencias a que es sometido el motor. En este
sentido, el trabajo en pendiente y la carga transportada, junto con la
selección de las velocidades de desplazamiento, son factores que
incrementan el ruido. De este modo, si se considera los sistemas de
transmisión de los skidder, son más adecuados aquellos que permiten
un mejor aprovechamiento de la potencia del motor, según los
requerimientos del trabajo. En otras palabras, la transmisión debe
disponer de un mayor número de velocidades. Pero al mismo tiempo,
debe tener mecanismos, como un convertidor de torque o powershift,
que reduzca las combinaciones necesarias para efectuar los sucesivos
cambios de velocidad.

Otro factor del diseño que influye en el nivel de ruido en el puesto de


trabajo del operario, está relacionado con el tipo de unión que existe
entre la cabina y el chasis del skidder. En la medida que los modelos
utilicen uniones elásticas, se reduce la transmisión del ruido estructural
hacia la cabina.

· Vibraciones
Una de las características del puesto de trabajo analizado, son las
vibraciones verticales, laterales y frontales a las que está expuesto el
operador en la cabina del skidder. Entre los trastornos asociados a las
vibraciones transmitidas al cuerpo del operario, está la fatiga de la
musculatura extensora y estabilizadora del tronco y los procesos
degenerativos de la comuna vertebral. Con el propósito de identificar
posibles problemas músculo-esquelético de los trabajadores, se les
consultó por molestias percibidas y sus posibles causas. Todos los
operadores entrevistados señalaron que presentaban molestias en su
espalda, incluso aquéllos que están trabajando con skidder de última
generación. Sin embargo, las intensidades de las molestias fueron
mayores en trabajadores que operaban equipos de versiones previas a
las que hoy ofrece el mercado. En la escala de percepción de molestias
de 1 a 9, estos últimos trabajadores señalan presentar molestias en un
rango de 6 a 7, es decir, molestias intensas y muy intensas. En cambio,
los operario que utilizan versiones recientes, presentan molestias de
intensidad 3, es decir leves.

Para atenuar las vibraciones, los fabricantes han incorporado diferentes


sistemas de atenuación. Entre ellos, se han mencionado butacas de
suspensión hidráulica y uniones elásticas entre la cabina y el chasis.
Además, se han diseñado equipos con una mayor distancia entre ejes.
Esta medida tiene como finalidad otorgarle mayor estabilidad al skidder
en sentido longitudinal y atenuar las vibraciones o "cabeceos" de la
máquina. También, se verificó la incorporación de ejes oscilantes como
lo ilustra la figura 10.29. Se observa el tren delantero y la elevación que
experimenta la rueda al pasar por un tocón. La oscilación del eje es de
15º respecto de la horizontal y ayuda a aislar la cabina de los
desplazamientos verticales a los cuales está sometido el tren delantero.
Esta modificación en el diseño, está asociada a mejoras en la estabilidad
en sentido transversal, de modo de evitar el volcamiento al pasar
obstáculos, especialmente si la maniobra es un viraje en pendiente.

Figura 10.29. Oscilación del eje del tren delantero

· Calor, frío, lluvia y polvo


Según opinión de los trabajadores, los agentes ambientales más críticos
son el polvo y el calor. La intensidad y la frecuencia con que se
presentan estos problemas depende de la temporada, de las
características de las vías de tránsito y de las canchas en las que se
trabaja. Respecto del polvo, todos lo operarios que trabajaban en
cabinas sin ventanas señalaron que les irritaba los ojos. Es importante
destacar que la intensidad de estas molestias, en la escala de 1 a 9,
osciló entre 4 y 7, es decir de moderadas a muy intensas. Algunos
operarios señalaron que la irritación de ojos y la nube de polvo les
impedía percibir lo que está ocurriendo en su entorno de trabajo.

Respecto del calor, todos los entrevistados señalaron percibir


agotamiento y fatiga general con intensidades que oscilan entre 4 y 6, lo
que corresponde a molestias moderadas e intensas, respectivamente.
Es importante destacar que los operarios que empleaban cabinas
herméticas, pero que no disponían de acondicionamiento de aire o
disponían sólo de un ventilador, presentaban molestias de intensidad 5,
es decir algo intensas. Como se puede deducir las medidas de control
del polvo y el calor deben estar asociadas. Si el objetivo es controlar el
ingreso de polvo, para evitar las molestias generadas por la irritación de
ojos y de las vías respiratorias y facilitarle al trabajador la percepción del
entorno, la construcción de cabinas herméticas debe estar acompañada
de sistemas de acondicionamiento del aire y vidrios opacos que
reduzcan el ingreso de calor radiante. En caso contrario, los operarios
tienden a abrir las ventanas o las puertas para reducir la carga térmica a
la que están sometidos.

1.3.3 Rendimientos esperados en trabajo con skidder

El rendimiento con skidder está determinado por la relación entre la


carga transportada y el tiempo que tarda en realizar un ciclo completo de
trabajo. El ciclo de trabajo, es la suma del tiempo de traslado hacia el
bosque sin carga, de estrobado o carga en el bosque, de transporte con
carga y de destrobado o descarga en cancha. En cuanto al tiempo de
transporte, éste depende de las distancias de madereo y de la velocidad
a la cual se desplaza el vehículo. En este sentido, la velocidad es una
variable que está asociada a las características del equipo y a las
condiciones del terreno, en particular a la pendiente y a la escabrosidad.
Respecto del tiempo de carga y descarga, éste depende del número de
trozas, el que a su vez, está relacionado con el volumen de los fustes. A
mayor volumen por troza, menor es el tiempo de carga y descarga.
Finalmente, la carga que puede transportar en un ciclo de trabajo
depende de la potencia de la máquina, su estabilidad y a la resistencia
del suelo a la tracción de la máquina.

En síntesis, el rendimiento del skidder está relacionado principalmente


con las variables del rodal, el equipo y el terreno. En este sentido, con la
finalidad de disponer de información para proponer formas de
organización de faenas que aprovechen al máximo la capacidad de los
equipos, se ha recabado información de las empresas y se han
realizando estudios para determinar los rendimientos que se pueden
alcanzar con estas maquinarias. En la Tabla 10.4 se incluye una síntesis
de resultados. En ella se puede observar que el rango de rendimientos
es bastante amplio y que, en general, si se maderea en distancias
cortas, fustes de mayor diámetro, por terrenos de baja pendiente, se
pueden alcanzar los mayores rendimientos.

Tabla 10.4. Rendimientos de skidder

Tipo de máquina Rendimiento Diámetro a la Distancia Pendiente del


altura del media de terreno
(m3/hora) pecho de madereo
fustes (%)
madereados (metros)
(cm)
John Deere 640 18,3 20 130 5

Huinche
Caterpillar 518 19,0 24 160 36

Huinche
John Deere 640 43,1 42,0 120 12

Huinche
Caterpillar 525 50 35 300 Plano

Grapple
Caterpillar 525 40 35 300 58

Grapple
Timberjack 35 150 Plano

450-C

Grapple
Timberjack 30 150 58

450-C

Grapple

Rendimientos de referencia reportados por las empresas. No


comparables debido a que no se especifica condiciones de evaluación y
otros detalles.

1.4 Síntesis de conclusiones del estudio de máquinas


Al comparar la evolución que han experimentado las máquinas
forestales estudiadas en este proyecto, es posible apreciar que las torres
de madereo son los equipos que han tenido menos innovaciones en
seguridad y funcionalidad. En este sentido, debido a que las deficiencias
son de mucho riesgo para las personas que las operan, no es posible
recomendar una marca o modelo en particular. Por lo tanto, lo que se
plantea en estas conclusiones, está referido a los criterios que deberían
orientar el rediseño de estos equipos, o los aspectos que deberían
observar los empresarios al renovarlos. Es así como, debería tenerse en
consideración los siguientes principios ergonómicos básicos:

· La cabina debe tener un diseño que asegure la protección de los


operarios frente a la caída o penetración de objetos. Como referencia
está la norma ISO 3449

· Seleccionar equipos que dispongan de controles e indicadores que


permitan operar la torre desde el interior de la cabina. Las dimensiones
que deben orientar el prototipo están resumidas en la tabla 10.1

· La ubicación y altura de la cabina, y el tamaño de las ventanas deben


favorecer la visibilidad de las diferentes tareas, en particular, de la
vigilancia del recorrido del carro, la carga y el funcionamiento de los
huinches

· Respecto de la sobrecarga generada por los agentes ambientales, los


equipos deben disponer de pantallas o vidrios opacos que reduzcan el
calor radiante que ingresa por ventanas, y favorecer la convección

· En cuanto a la selección de carros, aquellos que funcionan con freno


de mordaza, ofrecen mayor seguridad que los de freno de tope. Estos
últimos, producen un mayor desgaste de cables e incrementan el riesgo
de cortes. También, se debería seleccionar carros que incorporen
dispositivos de seguridad, que eviten su caída desde el cable aéreo

En cuanto a la incorporación de nuevos sistemas de madereo con


cables, se pudo establecer que el carro dador de cable, permite mayores
rendimientos, reduce los tiempos de estrobado y el trabajo se puede
efectuar con un estrobero menos.

En cuanto al trineumático, su diseño presenta para los operadores las


condiciones de trabajo más desfavorables. Esta situación requiere
modificar en forma urgente los criterios de selección y diseño de estos
equipos. En este sentido, los cambios que se implementen o los criterios
de selección deben tender a:

· Incrementar el espacio interno de la cabina

· Elegir equipos que tengan una ventana en la parte posterior de la


cabina, "joystick" para la operación de la pluma y la garra, butacas con
suspensión hidráulica y aire acondicionado. Para evitar el ingreso de
polvo, seleccionar diseños herméticos con sistemas que generen
presiones positivas en el interior de la cabina

· Respecto de la organización del trabajo, implementar sistemas de


pausa durante la jornada. De acuerdo a la sobrecarga que perciben los
operadores de trineumático, es fundamental incorporar al menos una
pausa de 15 minutos a media mañana y a media tarde. En cuanto a las
canchas, deberían incorporar dos áreas de trozado y clasificación, para
reducir los riesgos de atropello y atrapamiento. Un paso importante en
los cambios de organización es lograr la polifuncionalidad o la rotación
de funciones. Se ha señalado que el operario tiene condiciones muy
desfavorables de trabajo, por lo tanto, una forma de reducir la
exposición, es mediante la rotación de funciones.

De los tres tipos de máquinas evaluadas, se puede concluir que el


skidder es el que ha tenido una mayor evolución. Como se plantea en el
texto, las últimas versiones incorporan cambios significativos en la
comodidad y funcionalidad, en particular en el diseño de indicadores y
controles, espacio de la cabina y diseño de butacas. También, se aprecia
mejoras en el control de agentes ambientales, al incorporar cabinas
herméticas con aire acondicionado

2. Trabajos con motosierra

2.1. Introducción

De las diferentes tareas forestales, aquellas que requieren el uso de


motosierras están consideradas entre las más peligrosas. En este
sentido, los operarios se desplazan en canchas o en el bosque y deben
operar una herramienta de potencia, que ha sido diseñada para cortar
eficientemente la madera. De modo tal que, si ésta no se opera
adecuadamente, si no tiene dispositivos de seguridad o si el
motosierrista no usa equipos de protección personal efectivos, se
pueden producir graves lesiones de corte. Además, el trabajo impone
una gran demanda física. Por ejemplo, si se considera el trabajo en el
bosque, estas labores pueden requerir el desplazamiento por terrenos
irregulares, en laderas con pendiente y en sotobosques densos. Más
aún, las condiciones climáticas, pueden humedecer las superficies por
las cuales se transita, favoreciendo el deslizamiento y caída de los
motosierristas. Por otra parte, el calor ambiental puede incrementar la
carga física y acelerar el proceso de fatiga.

En cuanto al peso que se carga durante el trabajo, este corresponde


básicamente a la motosierra y al equipo de protección personal.
También, si se considera los desplazamientos hacia y en el bosque, se
requiere incluir el bidón con combustible y aceite, las herramientas para
la mantención de la cadena y, en volteo, la cuña e implementos para
golpearla. Mediciones del peso que transporta el trabajador, incluyendo
motosierra, bidón y equipo de protección personal como guantes, slack,
pantalón anticorte y calzado de seguridad, indican que éste oscila en un
rango de 12 a 17 kg. Uno de los factores que influye en la sobrecarga, lo
constituye las diferencias de peso que existen entre las marcas y
modelos de motosierras, lo que se analizará más adelante en este
capítulo.

A diferencia del trabajo con herramientas manuales, las de potencia


incorporan nuevos agentes ambientales o incrementan su intensidad. De
este modo, si no se controla la exposición de los trabajadores, estos
agentes pueden deteriorar la salud. Entre los agentes físicos destacan,
el ruido y las vibraciones. En menor medida, se presenta la
contaminación química con gases de combustión y el manejo de
combustible y aceites de tipo natural o mineral.

Respecto de las actividades de volteo, estas se caracterizan porque el


operario tiene cierto grado de libertad para administrar los períodos de
trabajo. En cuanto a las tareas que desempeña, debe estar capacitado
para decidir cuál es la dirección, forma y el momento más adecuado
para voltear los árboles. Para ello debe verificar si hay trabajadores en el
área de caída del fuste, la existencia de obstáculos sobre los cuales
podría caer el árbol y la pendiente del terreno, así como también, debe
estar capacitado para decidir la técnica de volteo más adecuada según
el diámetro del fuste, la inclinación del árbol y la dirección que favorece
el madereo. Debido a los riesgos a los que está expuesto el operario,
como cortes con la motosierra, caída de ramas y el rompimiento y
retroceso del fuste, el operario debe estar capacitado para realizar
procedimientos seguros y emplear convenientemente el equipo de
protección personal. Además, debe trabajar concentrado y disponer del
conocimiento para detectar señales de peligro y proceder en caso de
emergencia.

En cuanto a las actividades de desrame, al igual que en volteo, el


trabajador tiene cierto grado de libertad para administrar los tiempos de
trabajo. Respecto de las tareas, éstas demandan un gran esfuerzo
físico, debido a que el operario se desplaza por terrenos irregulares,
deslizando la motosierra alrededor y a lo largo del fuste, para que, al
pasar la espada próxima al fuste, la cadena corte las ramas.
Dependiendo de las condiciones del terreno y la altura que queda el
árbol respecto del suelo, el operario, para cortar las ramas, debe
modificar la postura de trabajo. En la medida que el fuste esté a una
menor altura, existirá una mayor inclinación y sobrecarga a nivel de la
columna vertebral. Del mismo modo, el operario transita por superficies
inestables y con obstáculos. Ello exige una gran destreza para operar la
motosierra, evitar caídas y cortes. Respecto de riesgos específicos, el
operario debe ponderar en el desrame la estabilidad del fuste, toda vez
que, al cortar una rama que sirve de soporte, éste puede deslizar o
rodar, generando accidentes por golpes o atrapamiento del propio
operario o compañeros.

En las faenas estudiadas, las actividades de trozado se realizaban


preferentemente en cancha. En este sentido, es importante destacar que
existen ciclos bastante estructurados de trabajo y esperas. Estos ciclos
están condicionados por los flujos de madera que llegan a la cancha. En
la medida que existan mayores niveles de mecanización, los
trabajadores estarán expuestos a los riesgos que implica el efectuar
actividades con máquinas en el área de trabajo. Al respecto, podemos
señalar, el ruido y los accidentes por atropello y atrapamiento. Respecto
de carga física, el desplazamiento del trabajador es más estable, por lo
tanto, existen menos riesgos de caídas. La mayor sobrecarga, se genera
por las adaptaciones posturales que el motosierrista realiza para acercar
la espada a los fustes. También, requiere ponderar constantemente la
estabilidad de los fustes y trozas, debido a que al ser trozados, éstos
pueden perder puntos de apoyo y desplazarse o rodar en dirección de
ellos mismos o de los ayudantes.

2.2. Exigencias psicológicas de los motosierristas

Las principales exigencias mentales que impone esta actividad están en


relación con la alta carga emocional que enfrentan, debido a que:

· El trabajo que realiza es de alto riesgo o peligro vital

· Se les exigen altos niveles de exactitud, calidad y perfección en los


resultados de su labor

· Deben velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización


de las actividades con sus colegas, del cumplimiento de los
compromisos y de la calidad del trabajo entregado

Por otra parte, se identifica una carga cognitiva, relacionada con la toma
de decisiones, ya que, pese a operar de acuerdo a procedimientos
establecidos, debe decidir la forma mas indicada de operación,
comparar la información del entorno físico de trabajo y analizar las
alternativas que guíen su decisión. Al mismo tiempo, requiere monitorear
sus propias acciones.

Otra exigencia mental relativamente pesada en estos trabajadores, es la


derivada de la utilización de mecanismos sensorio-motores. Al respecto,
realizan ciclos de trabajo que pueden tener una duración superior o
inferior a 5 min., dependiendo de si voltean y desraman, o sólo voltean y,
además, deben mantener una alta demanda de atención y concentración
para garantizar la calidad del trabajo y la seguridad personal, como así
también la de sus compañeros de trabajo. Por lo tanto, esta actividad es
considerada como relativamente pesada en cuanto a la carga mental
asociada a este factor.

2.3. Características de las motosierras

La motosierra es una herramienta que ha presentado una constante


evolución en el tiempo. Los productos actuales son más seguros y
eficientes. Esto se refleja, por ejemplo, en los sistemas de seguridad, ya
que todos los modelos evaluados tenían freno de cadena accionado en
forma automática o por inercia, captor de cadena, seguro contra
aceleraciones involuntarias y protección del mango posterior contra el
golpe de la cadena, en caso que ésta se corte.

Respecto de los mangos de las motosierras, su diseño juega un rol


fundamental debido a que son la interfase entre el equipo y el operador.
El tamaño y ubicación de los mangos puede condicionar en forma
importante la capacidad de desarrollo de fuerza, el alcance, la presión y
la resistencia al esfuerzo del operario. En las motosierras estudiadas, los
mangos anteriores eran cilíndricos y los posteriores de caras planas y
bordes redondeados. Estas formas favorecen la disipación de presiones,
particularmente el cilíndrico; el de caras planas, le otorga estabilidad
para mantener la herramienta en una línea de trabajo o para
contrarrestar torques, que se generen a nivel del mango posterior.
Respecto del diámetro de los mangos anteriores y posteriores, este
osciló entre 2,5 y 3 cm, lo cual permite efectuar una tomada de fuerza y
favorecer la disipación de presiones. En cuanto a la disposición de los
mangos, el anterior presenta una ligera angulación en el plano antero
posterior. Ello, con el objetivo de reducir la desviación cubital de
muñeca, que debe efectuar la mano izquierda para sostener la
motosierra. En cuanto al mango posterior, en todos los modelos
estudiados, éste tiene un largo y espacio para los nudillos de los dedos,
que permite una tomada sin restricciones para los usuarios.

Debido a que esta es una herramienta de potencia, es fundamental


incorporar en el análisis, variables relacionadas con la potencia que es
capaz de desarrollar, el peso, el ruido y las vibraciones que genera.
Respecto del ruido, se registró el nivel de ruido equivalente (Leq),
mediante un dosímetro marca Quest Q-500, a nivel del oído de los
trabajadores, en instantes que la motosierra funcionaba y se efectuaba
desrame o trozado. Debido al riesgo que implica efectuar estas
mediciones en volteo, por la necesidad de mantener el micrófono cerca
del oído del operario, mientras efectúa los cortes de dirección y caída,
no se registró esta información para motosierras durante el volteo. En
forma complementaria, se efectuó un segundo tipo de evaluación de
ruido. Este consistió en registrar el nivel de ruido en períodos de tiempo
que consideran el ritmo de trabajo en términos de actividad y
detenciones. Para ello, se registro el nivel de ruido equivalente en
períodos no inferiores a una hora, y se le solicitó al trabajador que
mantuviese un ritmo de trabajo similar al que seguía, cuando trabajaba
rutinariamente.

En cuanto a las mediciones de vibraciones, se utilizó un instrumento


marca Brüel & Kjaer modelo 2513. Para efectuar las mediciones, se
sitúa un sensor o transductor en uno de los mangos de la motosierra.
Para registrar la información, el medidor de vibraciones se conecta con
un cable al transductor. Por esta limitante de proximidad, que es
necesario mantener con el operador, se desistió de efectuar mediciones
en motosierristas de volteo. Por lo tanto, la información que se analiza
en vibraciones, también se circunscribe básicamente a labores de
trozado y desrame.

Los resultados de las mediciones y la información sobre el peso y


potencia de las motosierras se resume en las tablas 10.5, 10.6 y 10.7.
En cuanto al peso, con la finalidad de presentar un valor estándar, la
información que se resume en las tablas, corresponde a la obtenida de
catálogos y representa el peso del motor sin espada, cadena,
combustible ni aceite.

Respecto de los resultados, se puede observar que, en faenas de


desrame y trozado, se utilizan motosierras de diferente cilindrada,
potencia y peso. En cuanto a esta última variable es importante destacar
que, en los modelos estudiados, si se suma la carga que impone la
cadena y la espada y se considera el estanque lleno de combustible, el
peso de la herramienta puede incrementarse entre 2 a 3,5 kilogramos.
Por lo tanto, un trabajador que utiliza una motosierra con un motor de
5,7 kg, con equipo completo, puede perfectamente aumentar a 7,5 u 8
kg de peso, y para un motor de 7,5 kg, incrementar el peso por sobre los
10 kg. Este, como se señaló antes, es un factor relevante en el nivel de
sobrecarga a la cual está expuesto el trabajador. En este sentido, si se
considera el tipo de motosierra más liviana, se estimó que el nivel de
sobrecarga, para la región lumbar es riesgosa. Por ejemplo, en una
acción de trozado, como la ilustrada en la figura 10.30, la inclinación de
columna y el desplazamiento del peso de la motosierra respecto del
operario, genera un importante incremento del torque a nivel de columna
vertebral y compresión de los discos intervertebrales. Estudios en los
que se asocia trastornos músculo-esqueléticos de columna lumbar en
relación a las cargas desplazadas, revelan que, cuando la compresión a
nivel de los discos intervertebrales ubicados entre la vértebra lumbar 5 y
vértebra sacra 1, supera los 350 kilogramos fuerza, aumenta en forma
progresiva la probabilidad de daño para la columna lumbar. Del mismo
modo, si la compresión supera los 750 kilogramos fuerza, la labor es de
alto riesgo.

Tabla 10.5. Motosierras estudiadas en faenas de volteo

Características Unidades Motosierras


A1 A2 B1
Cilindrada Cc 61,5 70,7 67,0
Potencia KW 3,4 3,8 3,2
peso del motor, sin Kg 5,7 5,9 6,2
espada y cadena
nivel de ruido dB(A) 97,4 102,1 92,0
equivalente de ciclos
representativos
Tabla 10.6. Motosierras estudiadas en faenas de desrame

Características Unidades Motosierras


A1 A2 B1 C1
Cilindrada Cc 61.5 70.7 67 61.5
Potencia KW 3.4 3.8 3.2 3.2
Peso sin espada y Kg 5.7 5.9 6.2 6.3
cadena
Nivel de ruido dB(A) 93.6 102.4 93.2 101.3
equivalente de ciclos
representativos
Nivel de ruido dB(A) 100.4 110.6 100.1 107.2
equivalente de desrame
Nivel de vibraciones M/seg2 3.7 5.5 3.5 3.5
equivalente del ciclo de
trozado

Tabla 10.7. Motosierras estudiadas en actividades de trozado

Características Unidades Motosierras


A1 A3 B1 B3
Cilindrada Cc 61.5 91.6 67 87
Potencia KW 3.4 5.0 3.2 4.5
Peso sin espada ni Kg 5.7 7.3 6.2 7.5
cadena
Nivel de ruido dB(A) 96.5 95.8 96.3 98.6
Equivalente de ciclos
representativos
Nivel de ruido dB(A) 105.1 103.1 103.9 106.2
equivalente de trozado
Nivel de vibraciones m/seg2 4.4 8.5 3.9 10
equivalente de trozado

Figura 10.30. Postura de trabajo adoptada por un motosierrista durante


el trozado
Al respecto, si se toma como referencia una persona que mide 170 cm y
pesa 70 kilogramos, operando una motosierra en trozado de 7 kg, con
una inclinación de columna de 45º respecto de la vertical y alejada 50
cm del centro de masa del cuerpo, la presión intradiscal a nivel de la
vértebra lumbar 5 y la vértebra sacra 1, sería superior a 350 kg fuerza.
Una condición de trabajo de esta naturaleza, que es frecuente en las
labores del motosierrista, indica que estos trabajadores están expuestos
a trastornos de columna, o que exista una alta probabilidad que, con el
transcurso del tiempo, presenten cuadros incapacitantes temporales o
permanentes.

En cuanto a los resultados obtenidos de las emisiones de ruido, en las


tablas 10.5, 10.6 y 10.7 se presentan los resultados de las evaluaciones
realizadas durante períodos de tiempo que representan los ciclos de
trabajo efectuado durante el volteo, desrame y trozado. Como se puede
apreciar, el promedio del nivel de ruido equivalente fue superior a 92 dB
(A), en todos los modelos estudiados. En este sentido, es importante
destacar, que el riesgo de sordera profesional se presenta cuando el
nivel equivalente de ruido de una jornada de 8 horas, es igual o superior
a 85 dB (A). Por lo tanto, se puede señalar que, independiente de las
marcas o modelos de motosierra, los trabajadores están expuestos a
niveles elevados de ruidos, y para prevenir el riesgo de desarrollar una
sordera profesional, es fundamental que utilicen protectores auditivos
que atenúen el ruido en al menos 20 a 25 dB (A).
Respecto de las vibraciones, se observa una tendencia muy clara, en la
cual, una mayor cilindrada y potencia de las motosierras, se asocia con
vibraciones más intensas. En cuanto al efecto de las vibraciones en el
ser humano, las consecuencias son fatiga de la extremidad superior y el
"síndrome de dedos blancos". En este último tipo de trastorno, las
vibraciones generan una alteración del control vascular periférico,
reduciendo el flujo de sangre, lo cual modifica la tonalidad de los dedos y
manos. La alteración se acompaña de trastornos de sensibilidad de los
dedos, los motosierristas sienten hormigueo o pinchazos en las zonas
afectadas, con sensaciones de adormecimiento y dolor. Al respecto, es
importante señalar, que las alteraciones son producto de un proceso
acumulativo.

En cuanto al límite de exposición para una jornada de 8 horas, la


variable que se considera es la intensidad de las vibraciones, la cual no
debe exceder los 4 m/seg2. Como se puede observar en las tablas 10.6
y 10.7, algunas motosierras evaluadas sobrepasan ampliamente este
valor. En este sentido, como medida preventiva, el incremento en el nivel
de vibraciones debe estar acompañado de una reducción del tiempo de
exposición. Por ejemplo, para un nivel de vibraciones de 10 m/seg2, el
tiempo de exposición no debería ser superior a 3 horas diarias.

Como se puede deducir, la recomendación principal para reducir el


riesgo a que están expuestos los trabajadores, sin disminuir los tiempos
dedicados al trabajo con motosierra, es seleccionar herramientas cuya
cilindrada, potencia y peso, se ubiquen dentro de los valores inferiores
del rango estudiado. En este sentido, la pregunta que surge, es bastante
obvia, ¿qué ocurre con el rendimiento, si se selecciona una motosierra
que tiene menor potencia y cilindrada? Para tratar de contestar esta
pregunta, se analizarán las tendencias observadas en dos de los
estudios efectuados como parte de este proyecto, uno de volteo y otro
de trozado. Para poder comparar el trabajo efectuado con diferentes
motosierras, se tuvo que seleccionar actividades realizadas en el mismo
predio, de modo que las condiciones del terreno, el rodal y el clima
fuesen lo más semejantes posible. Al respecto, las tablas 10.7 y 10.8,
resumen los resultados obtenidos en estas actividades.

Con respecto al volteo, en la tabla 10.8 se puede observar que, si se


compara una motosierra de 3,8 KW de potencia con otra de 5 KW, para
un DAP similar, los rendimientos son semejantes. Respecto al trozado,
en la tabla 10.9 se aprecia que, al igual que en el volteo, prácticamente
no existen diferencias en el rendimiento.

Tabla 10.8. Comparación de motosierras en volteo

Características Unidades B2 B3
Peso motor, sin espada y cadena Kg 5.9 7.3
Potencia Kw 3.8 5.0
DAP Cm 38.7 39.0
Volumen m3/hora 35.0 35.1
Pendiente % 16.0 7.7

Tabla 10.9 Comparación de motosierras empleadas en trozado

Características Unidad A1 B1
Peso del motor sin espada y kg 6.2 5.7
cadena
Potencia kw 3.2 3.4
DAP cm 29.1 30.0
Volumen m3/hora 15.84 15.85

En forma complementaria a lo descrito anteriormente, es importante


destacar la opinión de los trabajadores, en relación a los criterios que
emplean para elegir la marca y modelo de motosierra que adquieren. En
este sentido, los tres factores que citan con mayor frecuencia son el
precio, la facilidad para disponer de repuestos y el peso de las
motosierras. En cuanto al peso, señalan que es una característica que
influye notoriamente en la fatiga que sienten en sus brazos. Es
interesante que, con respecto al peso, y su relación con la potencia, el
comentario más frecuente fue que una herramienta de mayor potencia y
peso permitía efectuar cortes más rápidos, pero como la acción se
efectuaba en reiteradas oportunidades durante la jornada, en la medida
que avanzaba el día, percibían mayor cansancio en los brazos.

2.4. Técnica

La técnica en el trabajo con motosierra depende de la actividad que se


quiera realizar con esta herramienta. Como se mencionó anteriormente,
entre las labores que se pueden ejecutar con una motosierra está el
volteo, trozado y desrame y sus posibles combinaciones.

2.4.1. Técnica de volteo con motosierra

Por las condiciones topográficas que presenta nuestro país, el volteo


con motosierra es y seguirá siendo una de las actividades más comunes
y peligrosas del sector forestal.

Esta actividad presenta una serie de complicaciones y peligros en su


ejecución, por lo que se requiere que el personal que la realiza esté
capacitado en aspectos de seguridad y técnicas de trabajo.

2.4.1.1. Recomendaciones generales

Antes de que un trabajador proceda al volteo, debe tener presente lo


siguiente:

· Evitar que el árbol volteado caiga sobre otros árboles


· No voltear en condiciones de lluvia y/o escasa visibilidad

· En terrenos sin pendiente, por lo general la caída de los árboles debe


hacerse en dirección contraria al sentido de madereo. Esto permite que
el carguío sea más fácil por que se realiza por la base del árbol. En lo
posible, los árboles deben quedar paralelos entre si, para facilitar el
desrame y carguío

· En terrenos con pendiente nunca se debe voltear a favor de la ladera o


en dirección de las curvas de nivel, ni tampoco voltear contra la
pendiente, en lo posible se debe voltear en sentido diagonal al de la
pendiente

· Evitar que los árboles caigan sobre depresiones, montículos u otros


obstáculos

2.4.1.2. Limpieza del área de trabajo

En cuanto a la limpieza del fuste y área de trabajo:

· Limpiar la base del árbol de manera de permitir, posteriormente,


realizar los

cortes de dirección y caída lo más abajo posible

· Utilizar el tronco del árbol como protección, ubicándose al lado opuesto


de las ramas a cortar

· Desramar hasta la altura del pecho

· Al eliminar el matorral, mover la motosierra de izquierda a derecha,


para evitar el golpe de retroceso

· Seleccione dos vías de escape, las cuales deben estar en dirección


opuesta a la dirección de caída del árbol

Al iniciar el volteo se debe considerar lo siguiente:

· Antes de comenzar el corte verificar que no haya personas en el área


de caída del árbol

· Elegidos los árboles a voltear determinar la dirección de caída,


considerando la distribución de los caminos de madereo, la inclinación
natural del árbol, la dirección del viento, la pendiente, la forma de los
árboles y la densidad del bosque

· Es fundamental que la dirección de caída favorezca el madereo. Para


ello se debe considerar la dirección y distancia de la probable vía de
transporte de trozas a la cancha. También se debe tomar en cuenta la
irregularidad y pendiente del terreno, de modo de facilitar las labores de
estrobado

La técnica de volteo va a depender de:

· La pendiente en que se encuentre el árbol a voltear.

· La relación entre el diámetro del tocón y la longitud de la espada.

2.4.1.3. Cortes de dirección .

· Mirar hacia la dirección elegida de volteo .

· Adoptar una postura adecuada de trabajo, separando los pies,


manteniendo las rodillas dobladas, con la espalda recta y apoyando los
codos en los muslos.

Como se puede apreciar en la figura 10.31, el corte de dirección se


compone de un corte superior que es oblicuo y de uno inferior que es
horizontal.

Figura 10.31. Motosierrista realizando los cortes oblicuos y horizontal, en


el inicio de la etapa de volteo

El motosierrista debe comenzar por el corte oblicuo, realizándolo con un


ángulo igual o superior a 45º. Se recomienda que el corte se haga lo
más abajo posible, efectuando el corte oblicuo y el corte horizontal con
la parte inferior de la cadena. Si el volteo se ejecuta en pendiente, es
recomendable que el corte oblicuo sea cercano a 60º . Ello con el
propósito de retardar el quiebre del árbol y lograr una caída más
controlada por la pendiente.
· La profundidad del corte debe ser alrededor de un 1/4 a 1/5 del
diámetro del árbol

· Se debe hacer coincidir exactamente el corte horizontal con el oblicuo

a) Cortes de dirección para diámetros superiores a la longitud de la


espada.

a1) Realizar la mitad del corte oblicuo de 45º desde un lado del árbol,
luego se debe cambiar la posición y terminarlo desde el otro lado .

a2) El corte horizontal se debe realizar comenzando desde la posición


en que se encuentra, girando luego la motosierra alrededor del árbol,
hasta liberar la muesca.

2.4.1.4 Corte de Caída.

· La técnica de ejecución del corte de caída (figura 10.32) depende de


varios factores, tales como el diámetro de los árboles, la inclinación
natural, la forma del fuste y la longitud de la barra

· El corte de caída es opuesto al de dirección. Este se debe realizar 2.5 a


5.0 cm, sobre el corte de dirección horizontal

· El corte de caída no debe llegar al corte de dirección, se debe dejar


bisagra de aproximadamente 1/10 del diámetro del árbol. Esta bisagra
evita que el tronco retroceda violentamente y permite controlar la
dirección de caída del árbol

· El corte de caída debe ser recto dejando la bisagra de espesor


uniforme

· Se debe dejar de cortar cuando el árbol comienza a caer

Figura 10.32. Motosierrista iniciando el corte de caída


a) Cortes de caída para diferentes condiciones.

En cuanto a los cortes de caída se producen situaciones que se


relacionan con el diámetro de los árboles y la longitud de la espada de la
motosierra.

a1) Arboles cuyo diámetro es inferior a la longitud de la espada.

· Apoyar la motosierra detrás de la bisagra y comenzar a realizar el corte


girándola hasta que el árbol inicie su caída, en la forma en que se ilustra
en la figura 10.33. Este corte se puede realizar de dos maneras. La
primera de ellas es con la cadena empujando, la cual tiene la ventaja
que el corte direccional y de caída se realizan desde la misma posición.
La otra alternativa es con la cadena tirando, lo que permite un corte más
preciso, pero el motosierrista tiene que cambiar de posición.

Figura 10.33. Motosierrista finalizando el corte de caída, cuando la


espada es mayor al diámetro del árbol
a2) Arboles cuyo diámetro es superior hasta dos veces la longitud de la
espada.

· En el corte de caída se debe entrar con el acelerador a fondo para


efectuar una incisión detrás del corte de dirección. Este corte se realiza
con la parte inferior de la punta de la barra, luego se introduce la barra
de punta, completando el corte hasta la bisagra de 5 cm de espesor.
Posteriormente se gira la motosierra en torno al árbol, hasta el otro
extremo de la bisagra. (figura 10.34)

Figura 10.34. Diagrama de corte de caída en árboles cuyo diámetro es


superior a la longitud de la espada

a3) Arboles cuyo diámetro es superior a dos veces la longitud de la


espada.

· Realizar un corte de dirección grande y profundo. Posteriormente


introducir la punta de la barra haciendo un corte de defensa contra el
rebote. Una vez introducida la barra, esta se mueve en forma de abanico
realizando una entrada en el centro del corte de dirección.(figura. 10.35
y 10.36.), denominado corte de corazón, para finalmente ejecutar el
corte de caída con la misma técnica anteriormente descrita.

Figura 10.35. motosierrista realizando un corte de pinchazo con la punta


de la herramienta

Figura 10.36 esquema del movimiento de abanico que se realiza con la


motosierra en el interior del árbol

2.4.1.5 Casos especiales en el volteo

a) Volteo de árboles inclinados

· La dirección de caída de estos árboles debe orientarse hacia un lugar


determinado aún cuando él árbol presente una inclinación natural. La
técnica de corte consiste en dejar una bisagra más delgada al mismo
lado de su inclinación. Si la inclinación natural del árbol coincide con la
dirección de caída deseada, se debe realizar orejas de volteo antes de
iniciar el corte de caída

· El volteo con "orejas" debe practicarse en arboles rectos y en aquellos


cuya inclinación natural coincida con la dirección de caída elegida. En
aquellos árboles torcidos o inclinados que no cumplan la condición
anterior, solo se podrá hacer oreja a un solo lado. Este corte tiene por
finalidad prevenir rajaduras de la madera.

Figura 10.37.
Motosierrista realizando el corte de "orejas" para prevenir la rajadura de
la madera

b) Volteo de árboles enganchados.

En esta instancia lo principal es actuar con precaución ya que es una


situación muy peligrosa

· Observar la bisagra, y si todavía permanece unida al tocón, pararse


fuera de la posible trayectoria del árbol por si este retrocede y cortar con
extremo cuidado el resto de la bisagra

· Si aún el árbol permanece enganchado se recomienda realizar las


siguientes actividades.

a) Girar el fuste. Establecer la dirección en la que debe girarse el


fuste para soltarlo o liberarlo de las ramas u obstáculos en los
cuales se encuentra enganchado. Como implemento se puede
emplear diferentes herramientas entre las que se destacan
palancas de volteo, ganchos o cuerdas que se ilustran en la figura
10.38.

Figura 10.38. a) ganchos; b) palanca de volteo; c) cuerda de


rotación; d) palancas de gancho
· Tirar el fuste hacia atrás. Para esto el operario debe emplear una
vara de madera como palanca. Para empujar el fuste, la vara se
apoya en el piso, se fija con los antebrazos y mediante la acción
de elevación de piernas se realiza la palanca. La espalda debe
permanecer recta como se ilustra en la figura 10.39. En caso de
ser necesario, el árbol enganchado puede ser tirado por dos o
más trabajadores, empleando dos varas como lo muestra la figura
10.40

Figura 10.39
Trabajador empujando el fuste enganchado con una adecuada
técnica

Figura 10.40 Dos trabajadores desenganchando un fuste con


varas
· En casos difíciles, si las condiciones del terreno lo permiten, tirar el
árbol con la ayuda de máquinas

Lo que nunca se debe hacer y que es común en nuestros bosques, es lo


que se destaca en la figura 10.41, vale decir colocarse debajo del árbol
montado y cortar el árbol sostén. Al mismo tiempo es muy riesgoso dejar
árboles colgados en el bosque.

Figura 10.41 Motosierrista cortando el árbol sostén, para liberar el árbol


enganchado

2.4.2 Técnica segura de desrame con motosierra

Antes de proceder a desramar, se deben tener algunas consideraciones


previas, las cuales van a permitir efectuar un trabajo seguro y de buena
calidad. Estas son:
· Identificar ramas que sirven de soporte al fuste, las cuales, si se cortan,
lo deslizan o lo hacen rodar

· No efectuar desrame, si se observa que el fuste esta en una posición


inestable, en pendiente, con probabilidades de rodar o deslizarse al
cortar sus ramas

· Si el fuste está diagonal o paralelo a las curvas de nivel, no ubicarse


pendiente abajo respecto del fuste para desramarlo, ni cortar las ramas
que sirven de soporte

Después de considerar estas precauciones se procede a desramar con


alguna de las siguientes alternativas metodológicas:

· Método de palanca: La motosierra se emplea como una palanca; esta


técnica se usa en árboles que tienen ramas regulares. La motosierra se
hace correr en proceso de seis pasos, en los cuales el operador no
cambia de lugar, y en todo momento el peso de la motosierra descansa
sobre el fuste, y la barra queda fuera del alcance de las piernas

· Método de palanca modificado: Cuando la distancia entre verticilos, es


superior a 70 cm., se debe modificar el esquema de movimiento. Por lo
tanto, el desplazamiento tiene lugar en la posición que se ilustra en la
figura 10.42

Figura 10.42. Método de Palanca modificado

· Método del Péndulo: El motosierrista realiza un movimiento pendular.


Este método es adecuado para árboles con ramas delgadas, en gran
cantidad y disposición irregular

Independiente del método utilizado, el desrame seguro requiere las


siguientes fases:

2.4.2.1. Desramado de ramas ubicadas en la parte lateral y superior del


fuste
· Situarse de pie en una posición estable, al lado izquierdo del fuste
derribado, mirando en dirección de la copa del árbol (figura 10.43)

Figura 10.43. Motosierrista desramando en el lado izquierdo del fuste y


en dirección a la copa del árbol

· Realizar los cortes con la parte superior e inferior de la espada,


dependiendo

de la posición de las ramas

· Como se aprecia en la figura 10.44, para avanzar hacia la copa del


árbol, esto sólo se debe hacer cuando la motosierra se encuentra al lado
derecho, opuesto al de desplazamiento

Figura 10.44. Motosierrista desramando al lado opuesto, es solo en este


caso que este puede avanzar
2.4.2.2. Corte de ramas ubicadas en la cara inferior del fuste

La aplicación de esta técnica va depender de la altura en que se


encuentre el fuste.

· Si el fuste está a una altura entre cadera y rodilla, se puede emplear la


técnica de barrido. Para ello, una vez que se haya desramado las caras
laterales y superiores del fuste, se desliza la motosierra por la cara
inferior de éste, cortando las ramas con la parte superior de la cadena.
Este procedimiento se puede efectuar cada vez que se haya avanzado
aproximadamente 1.5 m a lo largo del tronco

· Si el fuste está a nivel del suelo y las condiciones del terreno permiten
girarlo, una vez que se haya desramado las caras laterales y superior, el
operario lo mueve, de modo de dejar expuestas las ramas que aún no
han sido cortadas. Se debe ubicar al lado izquierdo y, con la parte
superior de la cadena cortar las ramas, desplazándose a lo largo del
fuste

· Si las condiciones del terreno y/o altura del fuste no permiten aplicar
alguno de los métodos descritos, el desrame lo finalizará el motosierrista
de cancha

2.4.2.3. Consideraciones generales en el desrame

· No cambiar la postura de los pies mientras la sierra esté en el lado


izquierdo del fuste

· Trabajar cerca de la motosierra, para sobrecargar menos la espalda


· Tener cuidado con otras ramas, troncos de apoyo y extremos de troza

· Emplear una longitud de barra guía que corresponda a la dimensión del


árbol

· Tener siempre cuidado con los movimientos del árbol y de las ramas

· Eliminar primero las ramas que dificultan el trabajo

· Bajo el árbol volteado, generalmente, quedan ramas tensionadas que


al cortarlas pueden producir fuertes golpes. Antes de desramar observar
la situación y proceder evitando quedar en la trayectoria de la rama
tensionada

· Para ejecutar el desrame evitar desplazarse sobre el tronco. Es una


superficie muy inestable y en ocasiones resbalosa al desprenderse la
corteza del árbol

2.4.2. Técnica de trozado con motosierra

Para desarrollar esta actividad en forma correcta, que se realiza, tanto


en bosque como en cancha, en la figura 10.45. se puede apreciar la
técnica para realizar esta operación:

· Separar los pies, situando el derecho en la línea de corte

· Doblar ligeramente las rodillas, con la pierna derecha detrás del mango
delantero y pierna izquierda hacia afuera

· Mantener rectas las muñecas

· Apoyar el equipo sobre el árbol, a medida que se avanza en el desrame

· Si el tronco tiene una curvatura hacia abajo, primero comenzar el corte


en la parte más alta y luego seguir hacia abajo y, si la curvatura es hacia
arriba, viceversa

· Cuando se troza en pendiente, situarse en la parte superior y colocar


una cuña en el fuste para evitar que éste se deslice por la pendiente y
provoque accidentes a las personas que están realizando sus labores
más abajo

Figura 10.45. Motosierrista empleando una correcta técnica de trozado


en el bosque
2.4.3. Distribución de los tiempos

Para efectos de estudios de tiempo, esta faena se divide en actividades


principales y secundarias.

Actividades principales:

· Limpieza del área de trabajo

· Trabajo con la motosierra: volteo, desrame y trozado

· Desplazamiento

Actividades secundarias:

· Materiales

· Personales

· Esperas

· Generales

· Detenciones

2.5. Vestuario
El vestuario del motosierrista debe ser considerado en detalle y tener
claras especificaciones ya que están expuestos a ruido, vibraciones,
caída de ramas y fustes y principalmente a cortes en las zonas más
expuestas como muslos, piernas y bajo vientre. Ellos necesitan algunos
implementos para todo el año y otros que varían según la estación.
Deben usar:

· Casco con protector auditivo y visual incorporado

· Guantes antideslizantes

· Pantalón anticorte en invierno

· Perneras anticorte para los meses estivales

· Chaqueta con canesú de color

· Traje de agua

· Botas de goma con clavos y punta de acero para invierno

· Chaleco reflectante

· Zapatos de seguridad

Las especificaciones de cada uno de estos implementos de vestuario y


seguridad están detallados en el capitulo 8

Independiente de la época de año, el motosierrista debe contar con el


siguiente equipo adicional para resolver en forma adecuada problemas y
situaciones que se puedan presentar durante su trabajo

· Herramientas de reparación, ajustes menores y mantención

· Repuestos de cadena y bujías

· Bidón plástico hermético combinado para aceite y mezcla

· Hacha de 2 lbs de lomo liso

· Cinta métrica retráctil

· Cuña de volteo 5" x1"x 2.5"

· Ganchos, tenazas y palancas de volteo

· Cinturón portaherramientas

· Botiquín de seguridad
2.6. Rendimientos de referencia

Como se señaló antes, la motosierra se usa para realizar distintas


actividades, o combinaciones de ellas, dependiendo de la mecanización
que se disponga y de la técnica que se emplea. Dentro de estas
alternativas se encuentra el volteo, volteo combinado con desrame,
desrame, trozado y volteo con desrame y trozado. En el texto que
continúa se presentará los estudios realizados para obtener
rendimientos de referencia con el uso de la motosierra. Para cada
actividad se presentará los valores promedio, desviación estándar,
mínimo y máximo y el número de jornadas de observación. Luego se
presentará la ecuación de regresión para la estimación del rendimiento y
una tabla para el cálculo de este a partir de variables fáciles de medir
antes de iniciar la faena.

2.6.1. Motosierristas que voltean en cosecha

En la tabla 10.10 se resumen las variables medidas a motosierristas que


voltean en trabajos de cosecha.

Tabla 10.10. Variables medidas a motosierristas que voltean en cosecha


(n=68)

Variables Promedio Desviación Mínimo Máximo


estándar
Carga física de trabajo
Frecuencia cardíaca 100.8 8.0 82.7 119.7
(latidos/min)
Carga Cardiovascular 34.0 6.6 17.5 51.3
Rodal
DAP (cm) 30.7 7.7 19.2 44.4
Volumen por árbol (m3 árbol) 0.9 0.4 0.3 1.7
Clima y Terreno
Temperatura (ºC) 17.7 6.9 7.5 37.0
Pendiente (%) 21.3 14.3 5.0 62.0
Distribución de tiempos
Tiempos principales (%) 65.3 25.8 19.7 100
Tiempos secundarios (%) 34.7 25.8 0 80.3
Rendimiento
Arboles por hora (n) 26 10.4 11.0 56
Volumen por hora (m3/hora) 21.3 10.0 7.4 43.0

La regresión paso a paso efectuada en estos trabajadores dio los


siguientes resultados:
RH(m3) =-7.427+0.258*CC+0.187*TP+9.999*VA-0.066*P

Indicadores estadísticos: R: 0.93; R2: 0.87; error estándar: 3.8; p>0.001

Donde: RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje

TP = Porcentaje de la jornada dedicado a la actividad principal

VA = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos

P = Pendiente del lugar de trabajo

En base a los antecedentes anteriores se preparó la tabla 10.11, para la


estimación de rendimientos de referencia para motosierristas que
voltean en cosecha.

Tabla.10.11. Tabla para la estimación de rendimientos de referencia


(m3/hr) de motosierristas que sólo voltean en cosecha

T.PRINCIPALES 55 % T. PRINCIPALES 65 %
15%pend 30%pend 50%pend 15%pend 30%pend 50%pend
VOL/ARB CC CC CC CC CC CC CC CC CC CC CC CC
30% 40% 30% 40% 30% 40% 30% 40% 30% 40% 30% 40%
0,40 13,6 16,2 12,6 15,2 11,3 13,9 15,5 18,1 14,5 17,1 13,2 15,7
0,48 14,4 17,0 13,5 16,0 12,1 14,7 16,3 18,9 15,3 17,9 14,0 16,6
0,58 15,4 17,9 14,4 17,0 13,1 15,6 17,2 19,8 16,2 18,8 14,9 17,5
0,68 16,4 18,9 15,4 18,0 14,1 16,6 18,2 20,8 17,2 19,8 15,9 18,5
0,78 17,4 20,0 16,5 19,0 15,1 17,7 19,3 21,9 18,3 20,9 17,0 19,6
0,90 18,6 21,2 17,6 20,2 16,3 18,9 20,5 23,1 19,5 22,1 18,2 20,7
1,02 19,8 22,4 18,9 21,4 17,5 20,1 21,7 24,3 20,7 23,3 19,4 22,0
1,16 21,2 23,7 20,2 22,8 18,9 21,4 23,0 25,6 22,0 24,6 20,7 23,3
1,30 22,6 25,1 21,6 24,2 20,3 22,8 24,4 27,0 23,4 26,0 22,1 24,7
1,44 24,0 26,6 23,1 25,6 21,7 24,3 25,9 28,5 24,9 27,5 23,6 26,2
1,60 25,6 28,2 24,6 27,2 23,3 25,9 27,5 30,1 26,5 29,1 25,2 27,7
1,76 27,2 29,8 26,3 28,8 24,9 27,5 29,1 31,7 28,1 30,7 26,8 29,4
1,94 29,0 31,5 28,0 30,6 26,7 29,2 30,8 33,4 29,8 32,4 28,5 31,1
2,12 30,8 33,3 29,8 32,4 28,5 31,0 32,6 35,2 31,6 34,2 30,3 32,9
2,30 32,6 35,2 31,7 34,2 30,3 32,9 34,5 37,1 33,5 36,1 32,2 34,8
2,50 34,6 37,2 33,6 36,2 32,3 34,9 36,5 39,1 35,5 38,1 34,2 36,7
T. PRINCIPALES 75 %
15 % pendiente 30 % pendiente 50 % pendiente
VOL/ARB CC CC 40% CC CC CC CC
30% 30% 40% 30% 40%
0,40 17,3 19,9 16,4 18,9 15,0 17,6
0,48 18,2 20,8 17,2 19,8 15,9 18,5
0,58 19,1 21,7 18,1 20,7 16,8 19,4
0,68 20,1 22,7 19,1 21,7 17,8 20,4
0,78 21,2 23,8 20,2 22,8 18,9 21,5
0,90 22,3 24,9 21,4 23,9 20,0 22,6
1,02 23,6 26,2 22,6 25,2 21,3 23,9
1,16 24,9 27,5 23,9 26,5 22,6 25,2
1,30 26,3 28,9 25,3 27,9 24,0 26,6
1,44 27,8 30,4 26,8 29,4 25,5 28,1
1,60 29,3 31,9 28,4 30,9 27,0 29,6
1,76 31,0 33,6 30,0 32,6 28,7 31,3
1,94 32,7 35,3 31,7 34,3 30,4 33,0
2,12 34,5 37,1 33,5 36,1 32,2 34,8
2,30 36,4 39,0 35,4 38,0 34,1 36,7
2,50 38,3 40,9 37,4 39,9 36,0 38,6

2.6.2. Motosierristas que sólo desraman en cosecha

La tabla 10.12. incluye algunas variables medidas en trabajadores que


desramaban con motosierra durante la cosecha

Tabla.10.12. Variables medidas a motosierristas que desramaban en


cosecha (n=22)

Variables Promedio Desviación Mínimo Máximo


estándar
Carga física de trabajo
Frecuencia cardíaca (latidos/min) 97.2 6.7 86 112
Carga Cardiovascular (%) 33.3 6.7 21.5 47.9
Rodal
Dap (cm) 38.2 5.3 25 46.2
3
Volumen por árbol (m árbol) 1.26 0.3 0.5 1.7
Número de verticilos por árbol (n) 20.5 3.5 13.0 26.7
Número de ramas por verticilo (n) 5.4 0.6 4.0 6.3
Diámetro de ramas promedio 5.1 0.2 2.3 10.4
(cm)
Terreno
Pendiente (%) 24.5 21.3 3.5 65
Indice de escabrosidad (%) 0.6 0.2 0.2 0.8
Distribución de tiempos
Tiempos principales (%) 63.4 22.9 12.3 95.0
Tiempos secundarios (%) 36.6 22.9 5.0 87.7
Rendimiento
Arboles por hora (n) 7.1 2.8 2.0 12.0
Volumen por hora (m3/hora) 9.1 4.2 1.1 16.1

El análisis de regresión paso a paso dio como resultado la siguiente


ecuación para el cálculo de rendimientos de referencia para
motosierristas desramadores.

RH(m3) =-6.22+0.159*CC+2.71*V.A+0.12*TP-0.192*NRV

Indicadores estadísticos: R: 0.91; R2: 0.84; error estándar:1.89 ; p>0.001

Donde: RH = Rendimiento expresado en metros cúbicos por hora

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje

V.A = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos por árbol

TP = Porcentaje de la jornada dedicado a la actividad principal

NRV = Número de ramas por verticilo

Tabla 10.13. Rendimientos de referencia (m3/hr) en motosierristas que


sólo desraman en cosecha

TIEMPOS PRINCIPALES 55 % TIEMPOS PRINCIPALES 65 %


3NRV* 4 NRV 5 NRV 3 NRV 4 NRV 5 NRV
VOL/ARB CC CC CC CC CC CC CC CC CC CC CC CC
30% 40% 30% 40% 30% 40% 30% 40% 30% 40% 30% 40%
0,40 5,71 7,30 5,52 7,11 5,33 6,92 6,92 8,51 6,73 8,32 6,54 8,13
0,48 5,94 7,53 5,75 7,34 5,56 7,15 7,15 8,74 6,96 8,55 6,77 8,36
0,58 6,19 7,78 6,00 7,59 5,81 7,40 7,40 8,99 7,21 8,80 7,02 8,61
0,68 6,46 8,05 6,27 7,86 6,08 7,67 7,67 9,26 7,48 9,07 7,29 8,88
0,78 6,75 8,34 6,56 8,15 6,37 7,96 7,96 9,55 7,77 9,36 7,58 9,17
0,90 7,07 8,66 6,88 8,47 6,68 8,27 8,28 9,87 8,09 9,68 7,89 9,48
1,02 7,41 9,00 7,21 8,80 7,02 8,61 8,62 10,21 8,42 10,01 8,23 9,82
1,16 7,76 9,35
7,57 9,16 7,38 8,97 8,97 10,56 8,78 10,37 8,59 10,18
1,30 8,14 9,73
7,95 9,54 7,76 9,35 9,35 10,94 9,16 10,75 8,97 10,56
1,44 8,54 10,13
8,35 9,94 8,16 9,75 9,75 11,34 9,56 11,15 9,37 10,96
1,60 8,97 10,56
8,77 10,36 8,58 10,17 10,18 11,77 9,98 11,57 9,79 11,38
1,76 9,41 11,00
9,22 10,81 9,03 10,62 10,62 12,21 10,43 12,02 10,24 11,83
1,94 9,88 11,47
9,69 11,28 9,49 11,08 11,09 12,68 10,90 12,49 10,70 12,29
2,12 10,37 11,96
10,17 11,76 9,98 11,57 11,58 13,17 11,38 12,97 11,19 12,78
2,30 10,88 12,47
10,68 12,27 10,49 12,08 12,09 13,68 11,89 13,48 11,70 13,29
2,50 11,41 13,00
11,21 12,80 11,02 12,61 12,62 14,21 12,42 14,01 12,23 13,82
TIEMPOS PRINCIPALES 75 %
3 NRV 4 NRV 5 NRV
VOL/ARB CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% CC 30% CC 40%
0,40 8,36 9,95 8,17 9,76 7,98 9,57
0,48 8,61 10,20 8,42 10,01 8,23 9,82
0,58 8,88 10,47 8,69 10,28 8,50 10,09
0,68 9,17 10,76 8,98 10,57 8,79 10,38
0,78 9,49 11,08 9,30 10,89 9,10 10,69
0,90 9,83 11,42 9,63 11,22 9,44 11,03
1,02 10,18 11,77 9,99 11,58 9,80 11,39
1,16 10,56 12,15 10,37 11,96 10,18 11,77
1,30 10,96 12,55 10,77 12,36 10,58 12,17
1,44 11,39 12,98 11,19 12,78 11,00 12,59
1,60 11,83 13,42 11,64 13,23 11,45 13,04
1,76 12,30 13,89 12,11 13,70 11,91 13,50
1,94 12,79 14,38 12,59 14,18 12,40 13,99
2,12 13,30 14,89 13,10 14,69 12,91 14,50
2,30 13,83 15,42 13,63 15,22 13,44 15,03
2,50 7,05 8,64 6,86 8,45 6,67 8,26
* NRV= Numero de ramas por verticilo

2.6.3. Estimación del rendimiento de motosierristas que voltean y


desraman en cosecha

La tabla 10.14. resume algunas de las variables más importantes


evaluadas en motosierristas que efectúan labores de volteo seguidas de
desrame con motosierra.

.Tabla 10.14. Variables medidas a motosierristas que voltean y


desraman en cosecha (n=16)
Variables Promedio Desviación Mínimo Máximo
estándar
Carga física de trabajo
Frecuencia cardíaca (latidos/min) 105.8 7.3 88.9 119.2
Carga Cardiovascular 35.9 5.2 28.2 46.3
Rodal
Dap (cm) 22.8 5.8 16.4 22.82
Volumen por árbol (m3 árbol) 0.5 0.4 0.2 1.8
Clima
Temperatura (ºC) 11.9 3.2 7.6 19
Distribución de tiempos
Tiempos principales (%) 58.2 6.3 41.9 66.2
Rendimiento
Arboles por hora (n) 6.4 1.8 3.0 8.9
Volumen por hora (m3/hora) 2.8 0.9 1.1 5.4

La función obtenida después de realizar una regresión paso a paso fue


la siguiente:

RH(m3) =-1.398+0.031*CC+2.66*VA+0.042*TP-0.136*NRV

Indicadores estadísticos: R: 0.93; R2: 0.87; error estándar:0.39 ; p>0.001

Donde: RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje

VA = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos

TP = Porcentaje de la jornada dedicado a la actividad principal

NRV = Número de ramas por vertcilos

Tabla 10.15. Rendimiento de referencia (m3/hr) en motosierristas que


voltean y desraman en cosecha

Tiempos principales 55%


3 ramas por verticilo 5 ramas por verticilo 7 ramas por verticilo
Volarb 30 %CC 40%CC 30%CC 40%CC 30%CC 40%CC
0,3 2,2 2,5 2,0 2,3 1,7 2,0
0,4 2,5 2,8 2,2 2,5 2,0 2,3
0,5 2,8 3,1 2,5 2,8 2,2 2,5
0,6 3,0 3,3 2,8 3,1 2,5 2,8
0,7 3,3 3,6 3,0 3,3 2,8 3,1
0,8 3,6 3,9 3,3 3,6 3,0 3,3
0,9 3,8 4,1 3,6 3,9 3,3 3,6
1,0 4,1 4,4 3,8 4,1 3,6 3,9
1,1 4,4 4,7 4,1 4,4 3,8 4,1
1,2 4,6 4,9 4,4 4,7 4,1 4,4
1,3 4,9 5,2 4,6 4,9 4,4 4,7
Tiempos principales 65%
3 ramas por verticilo 5 ramas por verticilo 7 ramas por verticilo
Volarb 30 %CC 40%CC 30%CC 40%CC 30%CC 40%CC
0,3 2,7 3,0 2,4 2,7 2,1 2,4
0,4 2,9 3,2 2,6 3,0 2,4 2,7
0,5 3,2 3,5 2,9 3,2 2,6 3,0
0,6 3,5 3,8 3,2 3,5 2,9 3,2
0,7 3,7 4,0 3,4 3,8 3,2 3,5
0,8 4,0 4,3 3,7 4,0 3,4 3,8
0,9 4,3 4,6 4,0 4,3 3,7 4,0
1,0 4,5 4,8 4,2 4,6 4,0 4,3
1,1 4,8 5,1 4,5 4,8 4,2 4,5
1,2 5,0 5,4 4,8 5,1 4,5 4,8
1,3 5,3 5,6 5,0 5,4 4,8 5,1

Tiempos principales 75%


3 ramas por verticilo 5 ramas por verticilo 7 ramas por verticilo
Volarb 30 %CC 40%CC 30%CC 40%CC 30%CC 40%CC
0,3 3,1 3,4 2,8 3,1 2,5 2,8
0,4 3,3 3,6 3,1 3,4 2,8 3,1
0,5 3,6 3,9 3,3 3,6 3,1 3,4
0,6 3,9 4,2 3,6 3,9 3,3 3,6
0,7 4,1 4,4 3,9 4,2 3,6 3,9
0,8 4,4 4,7 4,1 4,4 3,9 4,2
0,9 4,7 5,0 4,4 4,7 4,1 4,4
1,0 4,9 5,2 4,7 5,0 4,4 4,7
1,1 5,2 5,5 4,9 5,2 4,7 5,0
1,2 5,5 5,8 5,2 5,5 4,9 5,2
1,3 5,7 6,0 5,5 5,8 5,2 5,5

2.6.4. Motosierristas que trozan en cancha, en una cosecha


La tabla 10.16. resume algunas de las variables más importantes
evaluadas en motosierristas que efectúan labores de trozado en cancha.

Tabla 10.16. Algunas variables medidas a motosierristas que trozan en


cancha (n=51)

Variables Promedio Desviación Mínimo Máximo


estándar
Carga física de trabajo
Frecuencia cardíaca (latidos/min) 89.0 11.0 64.0 113.0
Carga Cardiovascular 27.0 9.0 11.0 47.0
Árboles
Volumen por árbol (m3 árbol) 0.9 0.3 0.1 1.5
Distribución de tiempos
Tiempos principales (%) 53.0 22.0 10.0 97.0
Rendimiento
Arboles por hora (n) 18 8.2 2.0 36.0
Volumen por hora (m3/hora) 115.6 8.6 0.9 40.5

La función obtenida después de realizar una regresión paso a paso fue


la siguiente:

RH(m3) =-7.577+0.158*CC+0.227*TP+8.098*VA

Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.67; error estándar:5.09 ; p>0.001

Donde: RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora.

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje.

TP = Porcentaje de la jornada dedicado a la actividad principal.

VA = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos.

Tabla 10.17. Rendimientos de referencia ( m3/hr) en motosierristas que


sólo trozan en cancha

Carga cardiovascular Carga cardiovascular 40%


30%
Tiempos principales tiempos principales
V.A 70 80 90 70 80 90
0,10 13,86 16,13 18,40 15,44 17,71 19,98
0,30 15,48 17,75 20,02 17,06 19,33 21,60
0,50 17,10 19,37 21,64 18,68 20,95 23,22
0,70 18,72 20,99 23,26 20,30 22,57 24,84
0,90 20,34 22,61 24,88 21,92 24,19 26,46
1,10 21,96 24,23 26,50 23,54 25,81 28,08
1,30 23,58 25,85 28,12 25,16 27,43 29,70
1,50 25,20 27,47 29,74 26,78 29,05 31,32

2.6.5. Motosierristas Nordfor en un raleo comercial

En la tabla 10.18 se resumen las variables medidas a un grupo de


motosierristas que efectuaban labores en raleo empleando el sistema
Nordfor.

Tabla 10.18. Resumen de algunas variables medidas en los estudios


realizados en motosierristas que volteaban, desramaban y trozaban en
raleo comercial (n = 35)

Variables Promedio Desviación Mínimo Máximo


estándar
Carga física de trabajo
Frecuencia cardíaca 107.2 10.4 91.5 133.9
(latidos/min)
Carga cardiovascular (%) 36.1 8.4 23.3 53.5
Rodal y clima
Diámetro a la altura del pecho 20 3 16 26
(cm)
Volumen por árbol (m3 por árbol) 0.38 0.2 0.2 0.8
Temperatura (ºC) 26.9 9.1 12.9 45.8
Terreno
Pendiente (%) 4.8 3.6 1.0 16.1
Distribución de tiempos
Tiempos principales(%) 73.1 9.1 54.2 87.1
Rendimiento
Arboles por hora (n) 5 1.3 3.2 8.6
Volumen por hora (m3 por hora) 1.8 0.7 0.7 6

El análisis de regresión paso a paso dio como resultado la siguiente


ecuación para el cálculo de rendimientos de referencia en raleo
comercial, a partir de la cual se elaboró la tabla 10.19

RH (m3) = 0.618+3.138*V.A+0.016*CC+0.015*TP-0.258NRV

Indicadores estadísticos: R: 0.89; R2: 0.79; error estándar: 0.33; p>0.001


Donde : RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora

V.A = Volumen por árbol expresado en metros cúbicos

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje

T.P = Tiempos principales en porcentaje

NRV = Número de ramas por verticilos

Tabla 10.19 Rendimientos de referencia (m3/hora) para motosierristas


que voltean, desraman y trozan en raleo comercial.

CC 30% CC 40%
NRV VOL/ARB TP TP TP 75% TP TP TP 75%
55% 65% 55% 65%
0,2 1,5 1,7 1,8 1,7 1,8 2,0
0,3 1,8 2,0 2,1 2,0 2,1 2,3
4 0,4 2,1 2,3 2,4 2,3 2,4 2,6
0,5 2,4 2,6 2,7 2,6 2,8 2,9
0,6 2,8 2,9 3,1 2,9 3,1 3,2
0,7 3,1 3,2 3,4 3,2 3,4 3,5
0,2 1,2 1,4 1,5 1,4 1,6 1,7
0,3 1,6 1,7 1,9 1,7 1,9 2,0
5 0,4 1,9 2,0 2,2 2,0 2,2 2,3
0,5 2,2 2,3 2,5 2,4 2,5 2,7
0,6 2,5 2,7 2,8 2,7 2,8 3,0
0,7 2,8 3,0 3,1 3,0 3,1 3,3
0,2 1,0 1,1 1,3 1,2 1,3 1,5
0,3 1,3 1,5 1,6 1,5 1,6 1,8
6 0,4 1,6 1,8 1,9 1,8 1,9 2,1
0,5 1,9 2,1 2,2 2,1 2,2 2,4
0,6 2,2 2,4 2,5 2,4 2,6 2,7
0,7 2,6 2,7 2,9 2,7 2,9 3,0

3. Trabajo con Hachas

3.1 Introducción

A través del tiempo esta herramienta se ha utilizado para diferentes


labores en el bosque, destacando tareas de volteo, desrame, trozado y
despicado. Sin embargo, en la actualidad, en el sector forestal las
hachas se emplean preferentemente en tareas de desrame y despicado.
Por esta razón, el análisis y recomendaciones que se plantearán en el
texto que sigue estarán orientadas a este tipo de labores.

Respecto al desrame, la tarea consiste en la remoción de las ramas de


los árboles volteados. Para ello, el operario debe desplazarse a lo largo
del fuste y con movimiento de oscilación del hacha impactar con el filo,
en un ángulo coincidente con la superficie del fuste. Con el propósito de
ilustrar los requerimientos del trabajo, en las figuras 10.46, 10.47 y
10.48, se presenta el desplazamiento de un trabajador a lo largo del
fuste, cortando ramas que se ubican al costado opuesto del
desplazamiento, al mismo costado del desplazamiento y sobre el fuste,
respectivamente.

Figura 10.46. Desplazamiento a lo largo del fuste y corte de ramas


ubicadas al costado opuesto

Figura 10.47. Desplazamiento a lo largo del fuste y corte de ramas


ubicadas al mismo costado

Figura 10.48. Corte de ramas ubicadas en la cara superior del fuste


3.2. Resultados del análisis ergonómico de hachas de desrame

En cuanto a las características del diseño de este tipo de herramientas,


en la figura 10.49 se presenta un hacha y sus componentes, destacando
el mango, la cabeza y el filo.

Figura 10.49 Componentes de un hacha

Respecto de la cabeza del hacha, su masa debe estar apropiadamente


balanceada, de modo que al impactar con el filo las ramas, no se
generen vibraciones o "zapateos" que se transmitan hacia las manos de
los operarios. En cuanto al peso de la cabeza, los estudios de terreno
permitieron establecer que los trabajadores emplean normalmente
cabezas de hacha de 2 kilogramos de peso. Ello en gran medida se
debe a que en el mercado regional y nacional, prácticamente es la única
alternativa que existe para este tipo de labores forestales. Al respecto se
debe destacar que las tareas de desrame combinan requerimientos de
fuerza, precisión y resistencia. De este modo, el peso debe estar en el
justo equilibrio, lo suficientemente liviana para cortar con precisión las
ramas del fuste y no generar fatiga de brazos, así como también, lo
suficientemente pesada para que el impacto con el filo corte las ramas.
En este sentido, debido a que el peso de la cabeza de las hachas
empleadas actualmente en desrame están limitadas por lo que ofrece el
mercado y se están empleando modelos que tienen características que
las hacen más adecuadas para labores de mayor requerimiento de
fuerza, como es el volteo; se propone construir para desrame cabezas
de hacha de menor peso.
En cuanto a la curvatura que presenta la hoja, el objetivo es evitar que la
herramienta quede clavada en la madera. La curvatura debe
corresponder con el arco descrito por el hacha, considerando el centro
del círculo aquel ubicado en el punto medio del ojo, como se indica en la
figura 10.50.

Figura 10.50. Curvatura de la hoja

· El ojo del hacha debe ser ovalado. Ello permite introducir un mango de
forma oval, lo cual le otorga mayor fuerza a la tomada y estabilidad a la
herramienta, evitando que gire en las manos del trabajador durante su
operación

· El mango del hacha debe cumplir con los requerimientos de facilitar el


alcance de brazos para impactar con el filo las ramas de los fustes
volteados. De este modo, su largo debe ser tal que permita alcanzar las
ramas con un mínimo de inclinación de columna vertebral. Pero, al
mismo tiempo, el largo del mango debe evitar el golpe en las regiones
costales de tórax y abdomen y no debe entorpecer los cambios de
tomada que efectúa el operario para cortar ramas ubicadas a ambos
costados del fuste. De acuerdo al largo de brazos de la población
usuaria, se estimó que los mangos no deberían superar los 68 cm. En
forma complementaria, para aminorar la inclinación de la columna
vertebral al momento de impactar con el filo las ramas, se requiere
incorporar en el diseño de mangos una angulación que baje la ubicación
de la cabeza y el filo del hacha respecto de la tomada.

También el mango debe favorecer la aplicación de fuerzas que generan


la oscilación del hacha y, al mismo tiempo, el diseño debe permitir un
control sobre la dirección del desplazamiento de la herramienta.
Considerando estos requerimientos, el mango del hacha debe ser
ovalado. En este sentido, de acuerdo a las mediciones antropométricas
de la mano de los trabajadores forestales, el mango ovalado debería
tener una altura de 3,8 cm y un espesor de 3,2 cm.

Para evitar que la herramienta salga despedida por la acción de la


fuerza centrífuga, es fundamental que el mango termine en su parte
posterior en forma cónica.

3.1.2. Proposición de diseño de hachas de desrame.


De acuerdo al análisis ergonómico de las hachas, en la figura 10.51, y la
tabla 10.20 se resumen las principales recomendaciones para este
implemento. Respecto de la forma del mango, como se puede observar
en la figura 10.51, en el tramo más próximo a la tomada tiene un ángulo
_ hacia la parte posterior, de 10 grados respecto de la horizontal. Esta
inclinación tiene como propósito reducir el torque que se genera sobre la
muñeca en la acción final del movimiento de desrame. En la segunda
porción, la inclinación es de 12 y 25 grados en dirección de la cabeza del
hacha. Esta inclinación anterior que corresponde a los ángulos _ y _
tienen como objetivo bajar la altura de impacto del filo del hacha en
aproximadamente 15 cm y, con ello, reducir las exigencias de inclinación
de columna vertebral durante el desrame.

Figura 10.51. Mango de hacha de desrame

En cuanto a la forma de su sección transversal, se puede observar que


el mango es de forma ovalada de 3,8 por 3,2 cm. La porción posterior
(tramo 4), tiene forma cónica de 4,2 cm de largo y 3,6 cm de espesor.

El material del cual está hecha es eucalipto, debido a que esta madera
tiene un bajo costo y presenta una favorable resistencia al rompimiento.
Sin embargo, se debe reforzar las partes más vulnerables del mango,
específicamente se debe enrollar con alambre la parte posterior a la
unión cabeza-mango.

Tabla10.20 Características del mango de hacha propuesto

Característica Medida o forma


1 Largo mango (cm) 68
2 Largo porción anterior (cm) 41
3 Largo porción media (cm) 19
4 Largo porción posterior (cm) 8
5 Angulo _ (grados) 10
6 Angulo _ (grados) 12
7 Angulo _ (grados) 25
Forma de mango a la altura de tomada Ovalado
8 Largo (cm) 3,8
9 Espesor (cm) 3,2
Forma de mango porción posterior Ovalado y Cónico
10 Altura (cm) 4,2
11 Espesor (cm) 3,6
Forma de mango porción anterior Ovalado
12 Largo (cm) 7,2
13 Espesor (cm) 4,2
Material Eucalipto

En cuanto a la cabeza del hacha su peso debería oscilar entre 1,6 y 1,8
kilogramos. Debe ser de acero con una proporción de 0,6 % de carbono,
de 0,1 a 0,2 % de vanadio y 0,7 a 1 % de cromo.

3.3. Vestuario para hacheros

Los hacheros deben utilizar:

· Casco. Al trabajar en cercanía de otros árboles en pie, se debe utilizar


casco frente a la posibilidad de caída de conos o ramas sueltas

· Guantes. Con la finalidad de dar protección contra golpes, roces y


favorecer el agarre del hacha. Para el contacto con el mango del hacha,
necesitan refuerzo palmar en el área comprendida entre el índice y el
pulgar

· Calzado de seguridad

· Pantalón de mezclilla y camisa de algodón o poleras (depende de las


temperaturas ambientales). Para las mañanas, los trabajadores deberían
disponer de polerón y una casaca de mezclilla

Para detalles del vestuario e implementos de seguridad, consultar el


capítulo 8.

3.4. Exigencias psicológicas del trabajo con hacha

Las principales exigencias mentales que impone esta actividad están en


relación con la carga emocional que enfrentan, debido a que:

· Se les exige altos niveles de exactitud, calidad y perfección en los


resultados de su labor

· Deben velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización


de las actividades con sus colegas, del cumplimiento de los
compromisos y de la calidad del trabajo entregado
· Pese a lo anterior, tienen un bajo control sobre su ritmo de trabajo, ya
que su actividad está condicionada a la labor del motosierrista y de las
máquinas

En general, la actividad del hachero no reviste mayores exigencias


cognitivas, pero sí se reconoce la existencia de una importante carga
sensorio-motora, derivada del ciclo de trabajo que describe, la cual
puede reducirse, dependiendo de la cantidad de ramas y del tamaño del
árbol, junto con los momentos de desplazamiento y de trabajo del
motosierrista, cuando deben detenerse por razones de seguridad.

3.5. Rendimientos de referencia

En la tabla 10.21, se resumen los resultados de 34 jornadas de


evaluación de desrame con hacha en raleo

Tabla 10.21. Estudios de desrame con hacha en raleo (n = 34)

Variables Promedio Desviación Mínimo Máximo


estándar
Carga física de trabajo
Frecuencia cardíaca 109.1 12.9 94 143
(latidos/min)
Carga Cardiovascular (%) 39.4 10.0 26.1 63.1
Rodal
Diámetro altura del pecho (cm) 24.5 2.8 18 30
Volumen por árbol (m3/árbol) 0.4 0.1 0.1 0.8
Distribución de tiempos
Tiempos principales (%) 77.1 19.1 36.7 100
Tiempos secundarios (%) 22.9 19.1 0 63.3
Rendimiento
Arboles por hora (árboles/hora) 7 2.8 4 15
Volumen por hora (m3/hora) 3.0 1.1 0.6 6.0

Mediante una regresión paso a paso se obtuvo la siguiente función para


el desrame con hacha en raleo:

RH(m3) =-3.103+0.051*CC+3.227*M3/HORA+0.035*TPRIN

Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.73; error estándar: 0.5; p>0.001

Donde: RH = Rendimiento expresado en metros cúbicos por hora

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje


M3/HORA = metros cúbicos por hora

TPRIN = Tiempo principal

En la tabla 10.22, se presentan antecedentes para la estimación del


rendimiento en raleo en función de la dedicación a la actividad principal,
la carga cardiovascular de referencia y el volumen por árbol.

Tabla 10.22. Rendimientos de referencia (m3/hora) para la labor de


desrame con hacha en raleo

55 65
VOL/ARB CC 30% CC 40% CC 30% CC 40%
0,40 1,64 2,15 1,99 2,50
0,48 1,91 2,42 2,26 2,77
0,58 2,21 2,72 2,56 3,07
0,68 2,53 3,04 2,88 3,39
0,78 2,88 3,39 3,23 3,74
0,90 3,26 3,77 3,61 4,12
1,02 3,66 4,17 4,01 4,52

75
VOL/ARB CC 30% CC 40%
0,40 2,34 2,85
0,48 2,61 3,12
0,58 2,91 3,42
0,68 3,23 3,74
0,78 3,58 4,09
0,90 3,96 4,47
1,02 4,36 4,87

En cuanto a los estudios de desrame con hacha en cosecha, en la tabla


10.23, se presentan los resultados de las evaluaciones realizadas en
esta tarea

Tabla 10.23. Estudios de desrame con hacha en cosecha (n = 79)

Variables Promedio Desviación Míni Máximo


estándar
Mo
Carga física de trabajo
Frecuencia cardíaca 105.4 13.0 74 146
(latidos/min)
Carga Cardiovascular (%) 35.1 9.8 8.5 63.2
RODAL
Diámetro altura del pecho (cm) 29 6.7 15 46
Volumen por árbol (m3/árbol) 0.7 0.4 0.1 1.7
Distribución de tiempos
Tiempos principales (%) 59.3 18.3 20.1 100
Tiempos secundarios (%) 41.2 18.4 0 83.0
Rendimiento
Arboles por hora (árboles/hora) 7 2.8 4 15
Volumen por hora (m3/hora) 3.0 1.1 0.6 6.0

La regresión paso a paso efectuada permitió obtener la siguiente función


para el desrame con hacha en cosecha, mientras que el cálculo de los
rendimientos de referencia para esta tarea se resumen en la tabla 10.24

RH(m3/HR) = 0.161+0.029*CC+3.217*M3/ARB+0.037*TPRIN-
0.041*PEND

Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.73; error estándar: 0.5; p>0.001

Donde: RH = Rendimiento expresado en metros cúbicos por hora

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje

M3/ARB = Volumen por árbol

TPRIN = Tiempo principal

PEND = Pendiente en porcentaje

Tabla 10.24. Rendimientos de referencia (m3/hora) para labores de


desrame con hacha en cosecha
TIEMPO PRINCIPAL 55%
15 % pendiente 30 % pendiente 50 % pendiente
VOL/ARB CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% CC 30% CC 40%
0,40 3,74 4,03 3,12 3,41 2,30 2,59
0,48 4,01 4,30 3,39 3,68 2,57 2,86
0,58 4,30 4,59 3,69 3,98 2,87 3,16
0,68 4,63 4,92 4,01 4,30 3,19 3,48
0,78 4,97 5,26 4,36 4,65 3,54 3,83
0,90 5,35 5,64 4,73 5,02 3,91 4,20
1,02 5,75 6,04 5,13 5,42 4,31 4,60
1,16 6,17 6,46 5,55 5,84 4,73 5,02
1,30 6,62 6,91 6,01 6,30 5,19 5,48
1,44 7,10 7,39 6,48 6,77 5,66 5,95
1,60 7,60 7,89 6,98 7,27 6,16 6,45
1,76 8,13 8,42 7,51 7,80 6,69 6,98
1,94 8,68 8,97 8,06 8,35 7,24 7,53
2,12 9,26 9,55 8,64 8,93 7,82 8,11
2,30 9,86 10,15 9,25 9,54 8,43 8,72
2,50 10,49 10,78 9,88 10,17 9,06 9,35

TIEMPOS PRINCIPALES 65%


15 % pendiente 30 % pendiente 50 % pendiente
VOL/ARB CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% CC 30% CC 40%
0,40 4,11 4,40 3,49 3,78 2,67 2,96
0,48 4,38 4,67 3,76 4,05 2,94 3,23
0,58 4,67 4,96 4,06 4,35 3,24 3,53
0,68 5,00 5,29 4,38 4,67 3,56 3,85
0,78 5,34 5,63 4,73 5,02 3,91 4,20
0,90 5,72 6,01 5,10 5,39 4,28 4,57
1,02 6,12 6,41 5,50 5,79 4,68 4,97
1,16 6,54 6,83 5,92 6,21 5,10 5,39
1,30 6,99 7,28 6,38 6,67 5,56 5,85
1,44 7,47 7,76 6,85 7,14 6,03 6,32
1,60 7,97 8,26 7,35 7,64 6,53 6,82
1,76 8,50 8,79 7,88 8,17 7,06 7,35
1,94 9,05 9,34 8,43 8,72 7,61 7,90
2,12 9,63 9,92 9,01 9,30 8,19 8,48
2,30 10,23 10,52 9,62 9,91 8,80 9,09
2,50 10,86 11,15 10,25 10,54 9,43 9,72

TIEMPO PRINCIPAL 75%


15 % pendiente 30 % pendiente 50 % pendiente
VOL/ARB CC 30% CC 40% CC 30% CC 40% CC 30% CC 40%
0,40 4,48 4,77 3,86 4,15 3,04 3,33
0,48 4,75 5,04 4,13 4,42 3,31 3,60
0,58 5,04 5,33 4,43 4,72 3,61 3,90
0,68 5,37 5,66 4,75 5,04 3,93 4,22
0,78 5,71 6,00 5,10 5,39 4,28 4,57
0,90 6,09 6,38 5,47 5,76 4,65 4,94
1,02 6,49 6,78 5,87 6,16 5,05 5,34
1,16 6,91 7,20 6,29 6,58 5,47 5,76
1,30 7,36 7,65 6,75 7,04 5,93 6,22
1,44 7,84 8,13 7,22 7,51 6,40 6,69
1,60 8,34 8,63 7,72 8,01 6,90 7,19
1,76 8,87 9,16 8,25 8,54 7,43 7,72
1,94 9,42 9,71 8,80 9,09 7,98 8,27
2,12 10,00 10,29 9,38 9,67 8,56 8,85
2,30 10,60 10,89 9,99 10,28 9,17 9,46
2,50 11,23 11,52 10,62 10,91 9,80 10,09

4. Descripción de la tarea de estrobado

4.1 Introducción

La etapa final del trabajo que se realiza en el bosque es el estrobado,


operación que consiste en manipular estrobos para colocarlos alrededor
de los trozos. Esta actividad permite que la torre o skidder lleve los
trozos desde el bosque a la cancha de madereo.

Como lo señalan APUD y VALDES (1995), el rendimiento y carga de


trabajo de la faena de estrobado, dependen de lo que anteriormente ha
sido alcanzado por el resto de la cuadrilla y de las condiciones del
terreno y la temperatura.

4.2 Exigencias psicológicas del estrobado

Este trabajo no reviste mayores exigencias cognitivas, ni sensorio-


motoras, ya que las actividades varían en intensidad, dependiendo del
volumen de trabajo y condiciones del terreno, por lo cual no están
sometidos a un exigencia o presión constante. Pese a lo anterior, la
exigencia mental más importante está en relación con la carga
emocional vinculada a la presión por mantener un adecuado ritmo de
trabajo, para la sincronización de las actividades con sus colegas.

4.3. Elementos de trabajo

En la figura 10.52 se ilustra el elemento utilizado por los estroberos para


realizar su labor.

Figura 10.52. Partes constituyentes de un estrobo

4.4. Técnica de estrobado

Para realizar el madereo de las trozas deben utilizarse una serie de


técnicas básicas, las cuales permiten un adecuado estrobado frente a
situaciones normales o con obstáculos. Dentro de las técnicas se
cuentan:

· Estrobado normal. El estrobo se aprieta fuertemente; el gancho debe


estar apegado a la troza y puesto en el extremo de ella (figura 10.53)

Figura 10.53. Estrobado normal de una troza

· Estrobado en rodillo. Se hace rodar el tronco con la finalidad de salvar


el obstáculo y tener una salida más fácil (figura 10.54)

Figura 10.54. Técnica de rodillo


· Estrobado con golpe/salto. Se utiliza un cable entre trozo y obstáculo
para golpearlo en el costado o saltarlo (figura 10.55)

Figura 10.5 5. Técnica de golpe/salto

· Estrobado con técnica de roce. Se debe colocar el cable alrededor del


árbol o trozo a rozar para mover levemente la troza. Después se debe
estrobar nuevamente o se puede pasar el cable sobre el tocón (figura
10.56)

Figura 10.56. Técnica de roce

· Estrobado con llapa. Se denomina de esta forma cuando se llevan a


dos o más trozos en un solo estrobo (figura 10.57)

Figura 10.57. Técnica de Llapa


· Estrobado cruzado. Se utiliza cuando se debe estrobar firmemente dos
trozas cruzadas (figura 10.58)

Figura 10.58. Técnica del cruzado

En conjunto a las técnicas básicas de estrobado, pueden utilizarse una


serie de técnicas auxiliares y señales, las cuales consideran
procedimientos que permiten un estrobado más eficiente y fácil, pero
que no están libres de riesgos. Para realizarlas debe encontrarse el
estrobero siempre en un lugar seguro. Estas técnicas auxiliares y el
conjunto de señales han sido descritas en detalle por Apud et al (1996) y
también en documentos de difusión de la Asociación Chilena de
Seguridad.

Respecto a la posición adecuada de transporte de los estrobos, este


debe ser realizado tratando de no sobrecargar la articulación del hombro
y la espalda. Se debe descargar el esfuerzo de la columna
transportando los estrobos sobre el hombro, sin rotar el tronco, siendo
este el procedimiento más recomendable cuando el madereo con
skidder es ayudado por un solo trabajador (figura10.59)

Figura 10.59. Transporte correcto de estrobos


4.5. Vestuario e implementos de seguridad

Los estroberos deben utilizar:

- Casco

- Guantes

- Calzado de seguridad

- Pantalón de mezclilla y camisa de algodón o poleras

4.6. Rendimientos de referencia

En la tabla 10.25 se resumen algunas variables medidas durante el


trabajo de estrobado.

Tabla 10.25. Resultados de estudios realizados durante labores de


estrobado (n=13)

Variables Promedio Desviación Mínimo Máximo


Estándar
Carga física de
trabajo
Frecuencia cardíaca 102 10.4 85 130
(latidos/min)
Carga cardiovascular (%) 30 7.5 21 47
Rodal
Diámetro a la altura del pecho 35 7.8 48 23
(cm)
Volumen por árbol (m3 por árbol) 1.21 0.7 0.4 2.48
Terreno
Pendiente (%) 32 12.2 12 57
Indice de escabrosidad (%) 0.5 0.1 0.4 0.7
Distribución de tiempos
Tiempos principales (%) 56 19.9 34 100
Rendimiento
Arboles por hora (n) 15 9.7 6 37
Volumen por hora (m3 por hora) 14.7 9.6 4.6 43

La siguiente fue la ecuación obtenida después del proceso estadístico


de regresión paso a paso. En la tabla 10.26 se sintetizan los
rendimientos de referencia para estroberos

RH (m3/Hr) = - 1.984+ 0.0180 CC - 16.364 LogP + 0.158 TP

Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.72; error estándar: 5.8; p>0.001

Donde : RH = Rendimiento expresado en metros cúbicos por hora

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje

Log P = Logaritmo de la pendiente

TP = Tiempos principales

La ecuación permite estimar el rendimiento en función de la carga


cardiovascular promedio, el logaritmo de la pendiente y los tiempos
principales. Mediante la ecuación se generó la tabla 10.26 con la que se
pueden calcular los rendimientos de referencia para esta actividad.

Tabla 10.26. Rendimientos de referencia (m3/hora) para tareas de


estrobado

carga cardiovascular 30% carga cardiovascular 40%


tiempos principales tiempos principales
pendiente log. pend. 70 80 90 70 80 90
15 2,7 28,52 30,10 31,68 30,32 31,90 33,48
20 3,0 23,61 25,19 26,77 25,41 26,99 28,57
25 3,2 20,34 21,92 23,50 22,14 23,72 25,30
30 3,4 17,06 18,64 20,22 18,86 20,44 22,02
35 3,6 13,79 15,37 16,95 15,59 17,17 18,75
40 3,7 12,15 13,73 15,31 13,95 15,53 17,11
45 3,8 10,52 12,10 13,68 12,32 13,90 15,48
50 3,9 8,88 10,46 12,04 10,68 12,26 13,84
55 4,0 7,24 8,82 10,40 9,04 10,62 12,20
5. Descripción de la tarea de arrumado.

5.1. Introducción

El arrumado consiste en movilizar los trozos dimensionados en la


cancha de trozado hacia un lugar en el cual se apilan de acuerdo a
diámetros y largos determinados.

El arrumado es la última tarea realizada en una faena de raleo o


cosecha tradicional, antes de despachar la madera hacia los centros de
elaboración. Cuando se realiza en forma manual, se debe considerar el
riesgo de daño músculo esquelético, unido a la fatiga fisiológica que
puede provocar esta labor. En este sentido, en los estudios realizados
en Chile se ha observado que aunque la frecuencia cardíaca promedio
de la jornada no siempre permite definir el arrumado como pesado, los
trabajadores deben cargar trozos en peso como se observa en la figura
10.60, poniendo en riesgo sus estructuras musculares y esqueléticas
(ver detalles en capítulo 2). En términos generales, el esqueleto es
definido como el marco de soporte del organismo. Los huesos de las
extremidades, unidos por articulaciones móviles, pueden efectuar
distintos movimientos ayudados por los músculos. Por su parte, la
columna vertebral constituye el soporte desde donde salen las
extremidades. Al levantar pesos, la sobrecarga en todo el sistema
muscular y articular puede ser muy pesada, que es exactamente lo que
ocurre en el arrumado (APUD, 1989). Movimientos mal realizados y
pesos exagerados pueden llevar a producir serias incapacidades y, por
ello, el arrumado manual es una actividad que debería en lo posible ser
mecanizada. De no ser así, este trabajo tendría que limitarse al máximo
y buscar formas auxiliares de ayuda, como por ejemplo el uso de
ganchos de arrastre. Sin duda que la capacitación también es importante
en esta actividad, principalmente en lo que se refiere a educar a los
trabajadores en la ejecución de esfuerzos, individuales o colectivos,
asumiendo posturas correctas. El riesgo de no considerar estos factores
es enorme, ya que puede resultar en un alto porcentaje de trabajadores
incapacitados por problemas de columna, a una edad productiva.

Figura 10.60. Labor de arrumado manual durante la cual se desplazan


pesos considerables de un lugar a otro
Las consecuencias del arrumado para los trabajadores pueden ser
alteraciones como la que se presenta en la figura 10.61. En ella se
observa la espalda de un trabajador después de haber sido arrumador
durante 10 años.

Figura 10.61. Espalda de un arrumador después de 10 años realizando


el trabajo. Observe, que el hombro izquierdo en que carga los trozos,
está alrededor de 10 cm. más bajo que el hombro derecho

5.2. Carga psicológica de trabajo

Esta actividad impone exigencias mentales en relación con la carga


cognitiva, sensorio-motora y emocional. En cuanto a la carga cognitiva,
se identifica el uso de la memoria inmediata para la retención temporal
de un número igual o superior a 8 estímulos o unidades de información,
dependiendo del tipo de producto que se esté obteniendo y de las
dimensiones para su selección.
Respecto de la carga sensorio-motora, el ciclo de trabajo que desarrolla
un arrumador tiene una duración inferior a 5 minutos, dependiendo de la
distancia que tenga que desplazarse con los trozos, y de las
dimensiones y el peso de éstos. Sin embargo, este ciclo no es continuo
ya que depende de cuán expedito sea el acceso de la madera a la
cancha y el tiempo empleado en el trozado, lo cual podría reducir la
carga mental asociada a este factor.

En cuanto a la carga psíquica o emocional, ésta se debe a que:

· Deben velar por el control de su ritmo de trabajo, de la sincronización


de las actividades con sus colegas y del cumplimiento de los
compromisos y de la calidad del trabajo entregado

· Sin embargo, el ritmo de su trabajo depende principalmente de la


facilidad de acceso de la madera a la cancha, lo cual les resta control al
ritmo de sus labores

5.3. Herramientas

Como lo señala un documento de FAO(1993), cuando esta labor no se


puede mecanizar, los arrumadores deben usar elementos auxiliares
como, por ejemplo, ganchos de arrastre o pinzas similares a las que se
ilustran en la figura 10.62

Figura 10.62. Trozas levantadas desde el suelo con pinzas y ganchos

5.4 . Técnica de arrumado

Para realizar el arrumado, se deben seguir los siguientes pasos:

· Como las trozas no tienen asideros, se recomienda tomarlas manteniendo


siempre la espalda recta. Cuando se levanten las trozas desde el suelo, los
brazos pueden extenderse usando ganchos o pinzas

· Considerando lo anterior, muchos problemas pueden evitarse usando técnicas


apropiadas para levantar la carga. Cuando se levanta con la espalda doblada
hacia adelante y las piernas estiradas como se muestra en la figura 10.63, la
presión en las vértebras inferiores se concentrara sólo en una pequeña parte
de los discos. Como los discos son muy sensibles a presiones desiguales, el
riesgo de lesión será muy grande

Figura 10.63. Levantamiento incorrecto de trozas

Por lo tanto, lo más recomendable es levantar las trozas como se


muestra en la figura 10.64, vale decir con:

· la espalda derecha

· las rodillas dobladas

· los pies ligeramente separados y bien apoyados

Además:

· la carga debe ser mantenida cerca del centro del cuerpo.

· el cuerpo se debe usar lo más simétricamente posible.

Figura 10.64 Posición correcta para levantar trozas.


De la forma descrita la presión en los discos va a estar distribuida
uniformemente y el riesgo de dolor de espalda disminuirá.

5.5. Vestuario

A continuación se presentan los implementos de seguridad que deben


ser utilizados por los arrumadores, considerando los riesgos a los cuales
se exponen de acuerdo a la tarea que realizan y al terreno por el cual se
desplazan. No se detallarán mayormente ya que ello se encuentra en el
capítulo 8 dedicado al vestuario y elementos de protección personal.

De acuerdo a su labor deben utilizar:

- Casco

- Guantes

- Calzado de seguridad

- Pantalón de mezclilla y camisa de algodón o poleras. Para las


mañanas, los trabajadores deberían disponer de polerón y una casaca
de mezclilla

5.6. Rendimientos de referencia

5.6.1. Estimación del rendimiento de arrumadores en raleo

Los resultados de los estudios realizados para obtener referencias de


rendimiento de arrumado en raleo se presentan en la tabla 10.27. No se
incluye información de cosecha por las contraindicaciones que tiene esta
tarea.

Tabla 10.27. Resultados de estudios realizados durante tareas de


arrumado manual (n = 28)

Variables Promedio Desv.Estánd Mínimo Máximo


Carga física de trabajo
Frecuencia cardíaca 101.5 12.3 73 122
(latidos/min)
Carga Cardiovascular 33.1 9.5 12.7 53
Rodal
Diámetro medio (cm) 16.8 1.2 15 19
Volumen por trozo (m3 por 0.06 0.009 0.04 0.07
trozo)
Distribución de tiempos
Tiempos principales (%) 33.7 15 5 57.2
Rendimiento
Trozos por hora (n) 36 18 4 67
Volumen por hora (m3/hora) 2.0 1.0 0.2 3.2

La siguiente fue la ecuación obtenida después del proceso estadístico


de regresión paso a paso.

RH(m3/hr) =-2.976+0.018*CC+0.049*TPRIN+0.165*DIAMED

Indicadores estadísticos: R: 0.85; R2: 0.73; error estándar: 0.5; p>0.001

Donde: RH = rendimiento expresado en metros cúbicos por hora

CC = Carga cardiovascular expresada en porcentaje

TPRIN = Tiempos principales

DIAMED = Diámetro medio

La ecuación precedente, que permite estimar el rendimiento en función


de la carga cardiovascular promedio, la dedicación a los tiempos
principales y el diámetro medio de trozos, generó la tabla 10.28
mediante la cual se pueden calcular los rendimientos de referencia para
esta actividad.

Tabla 10.28. Rendimientos de referencia (m3/hr) para tareas de


arrumado en raleo

TIEMPOS PRINCIPALES
40% 50%
DIA/MED CC 30% CC 35% CC 40% CC 30% CC 35% CC 40%
10 1,17 1,26 1,35 1,66 1,75 1,84
11 1,34 1,43 1,52 1,83 1,92 2,01
12 1,50 1,59 1,68 1,99 2,08 2,17
13 1,67 1,76 1,85 2,16 2,25 2,34
14 1,83 1,92 2,01 2,32 2,41 2,50
15 2,00 2,09 2,18 2,49 2,58 2,67
16 2,16 2,25 2,34 2,65 2,74 2,83
17 2,33 2,42 2,51 2,82 2,91 3,00
18 2,49 2,58 2,67 2,98 3,07 3,16
19 2,66 2,75 2,84 3,15 3,24 3,33
20 2,82 2,91 3,00 3,31 3,40 3,49
21 2,99 3,08 3,17 3,48 3,57 3,66
22 3,15 3,24 3,33 3,64 3,73 3,82
23 3,32 3,41 3,50 3,81 3,90 3,99
24 3,48 3,57 3,66 3,97 4,06 4,15
25 3,65 3,74 3,83 4,14 4,23 4,32

TIEMPOS PRINCIPALES
60%
DIA.MED CC 30% CC 35% CC 40%
10 2,15 2,24 2,33
11 2,32 2,41 2,50
12 2,48 2,57 2,66
13 2,65 2,74 2,83
14 2,81 2,90 2,99
15 2,98 3,07 3,16
16 3,14 3,23 3,32
17 3,31 3,40 3,49
18 3,47 3,56 3,65
19 3,64 3,73 3,82
20 3,80 3,89 3,98
21 3,97 4,06 4,15
22 4,13 4,22 4,31
23 4,30 4,39 4,48
24 4,46 4,55 4,64
25 4,63 4,72 4,81
6. Estudio de caso. Uso de las tablas de rendimientos de referencia
para la configuración de cuadrillas en una faena de raleo comercial

Al cierre de este capítulo, es importante señalar que las tablas de


rendimiento de referencia ayudan a configurar los equipos de trabajo.
Esto no quiere decir que se pueda llegar a un equilibrio exacto, en
cuanto a rendimiento y carga física, de todos los integrantes de una
cuadrilla, pero al estimar los rendimientos con las tablas propuestas se
puede determinar si, en determinada configuración, existen "cuellos de
botella" que frenen todo el proceso productivo. Por otra parte, en los
casos en que los trabajadores estén sometidos a exceso de carga o, al
revés, a una subutilización del tiempo, las tablas nos indicarán si es
necesario enriquecer tareas, realizar rotación de funciones, efectuar una
pausa o modificar la técnica de trabajo, entre otras.

El ejemplo a continuación es una tarea de raleo comercial en que la


cuadrilla estaba organizada como sigue:

· 8 motosierristas, utilizando la técnica Nordfor, volteaban, desramaban y


trozaban los árboles

· 4 operarios engavillaban el producto

· La madera apilada en el bosque era madereada por un trineumático


que la sacaba a orilla de camino, en donde era arrumada

· En el trayecto, un trabajador apoyaba a la máquina en el ordenamiento


de la madera en rumas

En total se evaluaron 17 jornadas de trabajo con motosierra. En la tabla


10.29, se puede observar los promedios, la desviación estándar y el
rango para algunas de las variables más importantes medidas en esta
parte del estudio.

Tabla 10.29. Rendimiento, carga física y algunas variables del rodal, del
terreno y del ambiente en motosierristas efectuando una faena de raleo
comercial (n=17)

VARIABLES UNIDADES PROMEDIO D.E. RANGO


Duración de la jornada Horas 7,95 0,6 6,2-8,6
Carga cardiovascular % 30 2,5 26-35
Tiempos principales % jornada 79 4,7 71-87
DAP cm 18,7 2,7 15,5-24,8
Volumen medio árboles m3 0,26 0,09 0,18-0,50
Pendiente % 5,9 3,6 2,0-16,1
Escabrosidad Indice 0,6 0,2 0,0-0,7
Temperatura bulbo seco ºC 21,9 1,6 18-24
Rendimiento m3/hora 1,29 0,3 0,7-1,9
Rendimiento m3/jornada 9,7 2,3 5,4-15,1

La pregunta es: ¿ cuánto podría llegar a rendir un motosierrista en esta


tarea?. De acuerdo a la ecuación propuesta antes en este capítulo se
llega a la siguiente estimación:

VOLUMEN CARGA
POR ARBOL CARDIOVASCULAR
30 % 40 %
0,2 1.5 2.0
0,3 1,8 2,3
0,4 2,1 2,6

Indudablemente que lo óptimo sería que los trabajadores se exigieran


físicamente para trabajar en promedio al 40 % de carga cardiovascular.
Sin embargo, para que esto ocurra debe haber estímulos que los
motiven a alcanzar tal intensidad de esfuerzo. Cabe mencionar que
actividades realizadas al 30 o 35 % de carga cardiovascular no son
precisamente livianas, de manera tal que para que la persona sienta
interés por realizar un esfuerzo mayor debe contar con elementos
básicos como dieta, buena técnica de trabajo, equipos de seguridad, etc.
Sin embargo, el mayor aliciente lo constituye el salario. Hemos venido
sosteniendo que una forma de motivar a los trabajadores sería
calculando el salario base, considerando el rendimiento posible de
obtener trabajando en promedio al 30 % de carga cardiovascular, y
establecer primas para el rendimiento que se obtenga por sobre este
nivel, considerando que no es conveniente que las personas se exijan
más allá del 40 % de su capacidad para evitar accidentes y trabajos de
mala calidad.

Otro hecho que resulta de interés para la planificación del trabajo es


definir el número de motosierristas para máquinas de diferente
rendimiento. Por ejemplo, si la cuadrilla la integran 8 motosierristas y
ellos procesan árboles con un volumen promedio de 0.2 m3 por árbol,
trabajando al 30 % de carga cardiovascular, podrán alcanzar un
rendimiento global de 12.0 metros cúbicos por hora. Si el requerimiento
del trineumático puede llegar a 15 metros cúbicos por hora, existen dos
posibilidades:

· Mantener la intensidad del esfuerzo y aumentar la dotación a 10


trabajadores que producirían los 15 metros cúbicos necesarios para
alimentar el trineumático
· Mantener el número de trabajadores y estimularlos para trabajar al 40
% de carga cardiovascular. Si esto ocurre, los 8 trabajadores podrían
alcanzar una producción global de 16 metros cúbicos por hora

Sin duda que la segunda alternativa aparece como bastante más lógica,
siempre y cuando se logre la motivación de los motosierristas para
realizar el trabajo que harían las dos personas adicionales.

En cuanto a los engavilladores, se evaluaron 10 jornadas trabajando en


la forma antes señalada, vale decir 1 engavillador por cada dos
motosierristas. En la tabla 10.30, se resumen las variables más
importantes medidas durante esta tarea.

Tabla 10.30. Rendimiento y algunas otras variables medidas durante 10


jornadas de engavillado manual

VARIABLES UNIDADES PROMEDIO D.E. RANGO


Duración de la jornada Horas 7,8 0,28 7,3-8,1
Carga cardiovascular % 27,4 8,1 18-44
Tiempos principales % jornada 76,2 8,0 67-90
Diámetro medio trozos cm 13,3 0,9 12-15
Pendiente % 9,7 2,4 5-13
Escabrosidad Indice 0,8 0,03 0,7-0,8
Temperatura bulbo seco ºC 21 2,0 18-24
Rendimiento m3/hora 16,6 2,6 13-21
Rendimiento m3/jornada 2,2 0,3 1,8-2,8

En base a los estudios realizados, el rendimiento de los engavilladores,


según el nivel de carga cardiovascular, se puede proyectar de la
siguiente manera:

%CARGA METROS CUBICOS


CARDIOVASCULAR POR HORA
25 2.3
30 2.6
40 3.2
50 3.8

Como se señaló, 8 motosierristas podrían completar 16 metros cúbicos


por hora. Desde este punto de vista, no parece recomendable que una
persona engaville para dos motosierristas; para alcanzar a completar el
trabajo tendrían que esforzarse hasta alcanzar una carga cardiovascular
superior al 50%, ya que deberían producir cerca de 4 metros cúbicos por
hora. Esto transformaría este trabajo en extremadamente pesado. Lo
más probable es que los engavilladores resistirían este ritmo al
comienzo de la jornada, disminuyéndolo progresivamente a medida que
avanzara el día. Esto es un freno para los motosierristas, que contribuye
a la subutilización de la máquina. De manera tal que debería pensarse
en una forma de organización del trabajo en que 5 engavilladores se
integraran con ocho motosierristas, para obtener un volumen cercano a
los 16 metros cúbicos por hora. Una alternativa que podría también
intentarse es, verificar si la carga física del trabajador que apoya a la
máquina es más baja, y establecer rotación de actividades de manera
que el engavillado se compartiera entre los cinco trabajadores, pudiendo
ellos establecer una especie de pausa dinámica al rotar a una actividad
diferente durante el 20% de la jornada. En todo caso, lo importante es
que los rendimientos de referencia, al indicarnos lo que se puede
esperar de un trabajador, permiten proyectar las actividades ofreciendo
una alternativa válida para una organización equilibrada de faenas que,
evitando la fatiga, redunde en buenos rendimientos en torno a la
tecnología disponible.

CAPÍTULO 11

ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO: ASPECTOS


ERGONÓMICOS, ECONÓMICOS Y PROYECCIONES
FUTURAS

1. Introducción

La calidad y la productividad en el sector forestal, particularmente con el


empleo de tecnologías básicas e intermedias, sólo puede lograrse en la
medida que la respuesta de los seres humanos involucrados en los
sistemas de trabajo sea compatible con sus capacidades y limitaciones.
Es conveniente destacar, que es muy difícil desarrollar trabajos seguros
y eficientes con personas fatigadas física y mentalmente, por exceso de
trabajo o porque la organización y requerimientos de éste no se
satisfacen plenamente. En otras palabras, creemos que la productividad
y seguridad sólo podrán mejorarse en la medida que la organización de
faenas sea abordada en forma integral.

2. Número de trabajadores por función

A lo largo de las investigaciones realizadas en el contexto de este


proyecto, hemos podido verificar la importancia de equilibrar
correctamente las cuadrillas. A manera de ejemplo, señalaremos que en
las formas más tradicionales de trabajo manual, en el bosque durante la
cosecha, un motosierrista trabaja con un grupo variable de
desramadores y un estrobero. La elección incorrecta del número de
hacheros puede generar un cuello de botella que limite el rendimiento de
todo el resto del equipo incluyendo una subutilización de las
maquinarias. Lo que ocurre es que las exigencias físicas que impone el
desrame con hacha, herramienta aun muy utilizada en los bosques
chilenos, puede ser muy alta. Apud y Valdés (1995), demostraron que en
la mayoría de los casos un motosierrista volteador debe trabajar con 4
hacheros. Estudios realizados en este proyecto, verificaron que esta
configuración, en un equipo afiatado de trabajadores bien capacitados y
con experiencia, permitía un claro equilibrio en todo el equipo de trabajo.
En la tabla 11.1 se ilustran los rendimientos obtenidos por motosierristas
y hacheros. Para comparación, se incluyen los rendimientos estimados
de las tablas de referencia.

Tabla 11.1. Rendimientos observados y estimados a partir de las


funciones de rendimientos de referencia en una cuadrilla integrada por
un motosierrista y cuatro hacheros. EL DAP de los árboles en ambos
casos era de 39 cm.

ACTIVIDAD RENDIMIENTO RENDIMIENTO % DEL MAXIMO


RECOMENDABLE
OBSERVADO ESTIMADO
VOLTEO 35,1 32,4 108
DESRAME 9,3 9,3 100

Como se puede ver en la tabla 11.1, esta es la situación ideal. Sin


embargo, esto no siempre es así. Un claro ejemplo de ello, fue una
faena, en la cual posteriormente se introdujeron una serie de
modificaciones que se discuten al final de este capítulo, en que
trabajaba un motosierrista volteador con 3 hacheros. La comparación
entre el rendimiento observado y el estimado se incluye en la tabla 11.2.

Tabla 11.2. Rendimientos observados y estimados a partir de las


funciones de rendimientos de referencia en una cuadrilla integrada por
un motosierrista y tres hacheros. EL DAP de los árboles en ambos casos
era de 24 cm

ACTIVIDAD RENDIMIENTO RENDIMIENTO % DEL MAXIMO


RECOMENDABLE
OBSERVADO ESTIMADO
VOLTEO 11,1 17,1 64,9
DESRAME 2,9 3,2 85,0

Ciertamente que bajo las condiciones ilustradas en la tabla 11.2, los


motosierristas rendían un 64% de lo que podrían haber producido si la
faena hubiese estado organizada de una manera adecuada. En este
caso particular, el empresario era muy receptivo y acogió los diferentes
cambios que se le fueron proponiendo en su faena, ejemplo que
usaremos a lo largo de este capítulo, para demostrar al final, que la
inversión en mejorar la organización del trabajo resulta en beneficios
económicos para el empresario y los trabajadores.

Como consecuencia de los resultados anteriores, una sugerencia fue,


entre otros cambios, incrementar el número de hacheros para aumentar
el trabajo del motosierrista y evitar la subutilización de la torre que, en
este caso, se empleaba para el madereo. En la figura 11.1, se puede ver
que los motosierristas incrementaron su rendimiento en un 36% (de 11.1
m3/hora a 15.1 m3/hora), al aumentar la dotación de 3 a 4 desramadores,
lo que permitió un aumento proporcional del tiempo de uso y rendimiento
de la máquina empleada para maderear.

Figura 11.1. Rendimiento de motosierristas trabajando con 3 o 4


desramadores.

3. Dosificación de pausas

Las pausas tienen una importancia fundamental para reducir la carga


física de trabajo y aumentar el rendimiento. Por lo general, cuando en
una faena no se otorgan pausas y los trabajadores realizan sus
actividades en forma continuada, se producen tendencias similares a las
observadas en un grupo de podadores, resumidas en la figura 11.2. En
ella, se ilustra un seguimiento hora a hora del rendimiento expresado en
árboles podados por hora y los valores medios de carga cardiovascular,
derivados de la frecuencia cardíaca medida minuto a minuto durante
toda la jornada de la mañana (%CC). Como se observa en la figura 11.2,
la tendencia general es que el trabajo en la primera hora se inicia con
buen rendimiento y también con una carga cardiovascular relativamente
alta. Sin embargo, según avanza la jornada, hay una tendencia a la
disminución del rendimiento con una baja moderada de la carga
cardiovascular. A partir de la tercera hora, sigue bajando el rendimiento,
pero la carga física se mantiene, mientras que en la última hora, el
rendimiento continúa bajando, pero la carga sobre el sistema
cardiovascular aumenta significativamente. Por lo general, un aumento
de la frecuencia cardíaca, con reducción del rendimiento, es
consecuencia de la fatiga acumulada por la falta de descansos. Es un
error muy común no programar las pausas, siendo lo más recomendable
que los trabajadores que efectúan tareas repetitivas, hagan al menos
una pausa a media mañana de alrededor de 15 minutos o, más
conveniente aún, pausas de 5 minutos después de cada hora de trabajo.
Desde un punto de vista ergonómico, las pausas breves y frecuentes
son las más efectivas para reducir la fatiga general o de los segmentos
corporales comprometidos, como por ejemplo, los brazos, en el caso de
los podadores. Por supuesto, que la decisión de una u otra forma de
pausas depende de las circunstancias en que se efectúa el trabajo.

Figura 11.2. Promedio horario de rendimiento (árboles / podados) y


porcentaje de carga cardiovascular (% CC) durante cuatro horas de
trabajo en la mañana para un grupo de podadores

A manera de ejemplo, del efecto de las pausas, en un estudio realizado


en época de verano en desramadores que trabajaban con hacha, se
programaron pausas de 15 minutos a media mañana y media tarde. Se
encontró un aumento de 16% en el rendimiento con descansos
programados. Como se observa en la figura 11.3, cuando se trabajó con
pausas, el rendimiento aumentó de 2.6 a 3.2 metros cúbicos por hora,
mientras que la carga cardiovascular disminuyó de 35 a 33%. En otras
palabras, la buena recuperación que sigue a las pausas, permite a los
trabajadores lograr mejores rendimientos con menor carga física.

Figura 11.3. Promedio de rendimiento (m3/hr) y carga cardiovascular


(%CC) para un grupo de hacheros desramadores trabajando con y sin
pausas
4. Rotación de funciones

Otro aspecto que se ha demostrado claramente conveniente, cuando las


condiciones de trabajo así lo permiten, es la rotación de funciones. El
cambio de actividades entre trabajadores que ejecutan trabajos pesados
y livianos puede llevar a duplicar el rendimiento, sin que la carga
fisiológica de trabajo aumente en forma peligrosa para ninguno de los
integrantes del grupo. A manera de ejemplo, se incluye un estudio
efectuado en motosierristas volteadores y trozadores. Se tomaron dos
criterios para definir los tiempos en que los sujetos cambiaban de
actividad. El primero de ellos, se refirió a la simplicidad de operación, de
manera tal que los trabajadores rotaban después de efectuar la colación
de mediodía. El segundo criterio fue fisiológico, en el sentido que está
demostrado que la recuperación después de un trabajo pesado es más
rápida mientras más frecuente sea el cambio a una actividad más liviana
o se realice una pausa. Por ello, se hicieron ensayos para que los
trabajadores ejecutaran dos períodos en la actividad más pesada y dos
en la actividad más liviana. Las tareas se organizaron en tal forma que
los trabajadores iniciaban sus funciones en una actividad a las 8 de la
mañana. A las 10, después de 10 minutos de pausa para el cambio de
actividad, iniciaban la otra tarea asignada. El almuerzo se efectuaba a
las 12 horas. Al inicio de la jornada de la tarde, ellos reiniciaban el
trabajo en la primera actividad y, luego, a las 15.15 horas, hacían una
pausa de 10 minutos mientras cambiaban nuevamente de tarea.

En la figura 11.4 se puede ver el promedio para las variables medidas


cuando las rotaciones se hicieron para volteo y trozado. En ella se
puede observar que en los dos tipos de rotación estudiados, la carga
cardiovascular media de la jornada es inferior a la observada cuando el
volteo se realizó sin rotación. Los valores de carga cardiovascular
permiten calificar la combinación de volteo y trozado como una actividad
física moderada, ya que no supera el 40% de carga cardiovascular que
es el límite por sobre el cual un trabajo se considera pesado. En la figura
también se puede ver que en el período que voltearon, los motosierristas
derribaron 13 árboles por hora cuando realizaron una rotación y 22
árboles por hora cuando se hizo tres rotaciones. A simple vista, el
rendimiento con la segunda alternativa aparece como significativamente
más alto, pero es necesario consignar que el DAP de los árboles
volteados fue menor cuando se analizó esta última alternativa. Por lo
tanto, el valor más representativo es el rendimiento expresado en metros
cúbicos. En el estudio que se resume en la figura 11.4, se observa que
cuando se trabajó con tres rotaciones, a pesar de que el DAP de los
árboles era menor, el rendimiento fue más alto que en las otras
alternativas.

Figura 11.4. Promedio de rendimiento (m3/hr y arboles/hora) y carga


cardiovascular (%CC) para un grupo de motosierristas trabajando en
volteo y rotando funciones con los motosierristas trozadores una vez al
día (almuerzo) y tres veces al día (10 A.M., almuerzo y 15.15 P.M.)

5. Secuencias de trabajo

Cuando la respuesta al esfuerzo se evalúa en las cuadrillas en forma


simultánea en todos los trabajadores, se puede verificar que, en muchos
casos, existen tiempos de espera que se podrían disminuir sin que ello
signifique una sobrecarga excesiva. Por ejemplo, se ha podido
determinar que la forma en que los motosierristas planifican su rutina de
trabajo tiene una alta incidencia en el rendimiento de los trabajadores
que lo acompañan. La figura 11.5, ilustra dos alternativas para la
organización del volteo. En la primera de ellas, que hemos denominado
método continuo, el motosierrista que trabaja con 4 hacheros establece
dos zonas de volteo. En tal caso, mientras los hacheros desraman en
una zona, en otra zona ubicada a una distancia segura, el motosierrista
continúa volteando con sólo las interrupciones naturales para
recuperación o actividades secundarias. Otra alternativa común, que
también fue evaluada, es la que hemos denominado método
discontinuo. Como se destaca en la figura 11.5, todo el trabajo lo
realizan en una sola zona y avanzan juntos, de manera tal que mientras
los motosierristas voltean los hacheros se detienen y viceversa. Como
se puede ver en la figura 11.6, los estudios realizados permitieron
constatar que si el volteo se organiza en dos áreas, de manera que los
desramadores puedan hacer su trabajo sin detenerse a esperar el
volteo, el rendimiento aumenta en un 35%, por la reducción de los
tiempos de espera de los hacheros, de 42% a 19%. Esto además se
logra dentro de márgenes fisiológicamente aceptables.

Figura 11.5. Alternativas de secuencias de trabajo en el bosque

Método Continúo

Cuando el motosierrista está volteando en la zona 1, los hacheros


desraman en la zona 2. Al completar la tarea cambian de zona

Método discontinuo

Los trabajadores avanzan simultáneamente de manera que, mientras los


motosierristas voltean, los hacheros esperan y viceversa.
Figura 11.6. Rendimiento promedio (m3/hr) y tiempos de esperas (%
esperas) para un grupo de hacheros desramadores trabajando con
motosierristas con distintos métodos de trabajo

6. Rentabilidad de las inversiones en organización ergonómica de


faenas

Hasta ahora, en este capítulo, se han dado ejemplos aislados de como


algunos aspectos básicos de organización pueden ayudar a aumentar el
rendimiento sin incrementar la carga física de los trabajadores. La
pregunta que se hacen los empresarios de servicio es: ¿es rentable
invertir en mejorar las condiciones de trabajo?. Desde nuestro punto de
vista, hay tareas y formas de trabajo que deberían ser erradicadas del
bosque porque constituyen un riesgo para la integridad física de los
trabajadores y además son un freno al rendimiento de los equipos de
trabajo. Una de estas tareas es el arrumado manual. El daño que
provoca al sistema músculo-esquelético puede llegar a ser irreversible.
Por lo tanto, esta tarea debería ser realizada con maquinarias. En
general, uno de los temores al incorporar maquinarias es que se genere
desempleo, pero en el caso del trabajo forestal no siempre es así. A
continuación, se presentarán dos ejemplos de estudios de caso
realizados, como parte de nuestro proyecto, en que se aplicaron
recomendaciones ergonómicas que fueron beneficiosas para los
trabajadores y rentables para los empresarios.

6.1. Estudio de caso 1. Diseño del trabajo en una faena de cosecha

6.1.1. Situación sin intervención ergonómica

La faena estudiada correspondió a una cosecha final de rodales de pino


insigne sin manejo. La cuadrilla estaba integrada por siete personas: un
motosierrista, tres desramadores, un estrobero, un boyerizo y un
operador de torre. El ciclo de trabajo consistía en efectuar el volteo y
desrame en el bosque, labores que eran realizadas por el motosierrista
volteador y tres hacheros respectivamente, de ahí el nombre dado a esta
configuración: Configuración 1:3. Posteriormente, las trozas eran
estrobadas por un estrobero y trasladadas por medio de cable aéreo a
una cancha de trozado; un boyerizo acarreaba las trozas desde la torre
a la cancha, en la cual el mismo motosierrista que volteaba en el bosque
procedía al trozado y los hacheros que desramaban en el bosque eran
quienes marcaban las trozas y las arrumaban una vez dimensionadas.
Esta labor se realizaba con una frecuencia de dos días de trabajo en
bosque por un día a un día y medio en cancha, dependiendo de la
cantidad de madera acumulada. El esquema de trabajo se puede ver en
la figura 11.7.

Figura 11.7. Diagrama de secuencia de las tareas realizadas por la


cuadrilla 1:3
6.1.2. Situación con intervención ergonómica

Después de realizados los estudios del trabajo, se propuso una nueva


configuración, ello porque fue posible afirmar que en la configuración
evaluada se producían desequilibrios y, en algunos casos, sobrecargas
peligrosas, si se pretendía que los trabajadores las mantuvieran en el
tiempo.

El problema comenzaba en la labor de volteo, donde se apreció baja


dedicación a las actividades principales, junto a una baja carga
cardiovascular promedio, por lo cual se consideró que era posible
mejorar el rendimiento del motosierrista sin llegar a una carga
cardiovascular que superara el 40% promedio para una jornada laboral,
aumentando el número de hacheros de 3 a 4.

Además, presupuestando un aumento de producción, se incluyó otro


estrobero. Por otra parte, se descartó el madereo con bueyes y se
incorporó un trineumático, el cual realizó el madereo a cancha y
arrumado de la madera trozada, con lo que también fue descartada la
labor de arrumado. Con la incorporación de un despicador y un
marcador, fue posible aumentar en cinco las personas de la cuadrilla de
trabajo, llegando a un total de doce personas. La nueva configuración, a
la cual se la designó como 1:4, ya que el motosierrista volteador ahora
trabajaba con cuatro hacheros, quedó conformada de la siguiente
manera: dos motosierristas, uno en bosque y otro para trozado en
cancha, cuatro hacheros, dos estroberos, un marcador, un despicador,
un operador de trineumático y un operador de torre. En la nueva
organización se estableció también un sistema de pausas a media
mañana y media tarde, en que a los trabajadores se les aportaba un
jugo y una fruta que eran muy bien recibidos ya que el estudio se
efectuó en verano.

El nuevo ciclo de trabajo comenzaba con el volteo y desrame en el


bosque, labores que realizaban el motosierrista volteador y cuatro
hacheros respectivamente, siendo las trozas estrobadas, ahora, por dos
estroberos y trasladadas por medio de cable aéreo a orilla de camino;
desde donde un trineumático acarreaba las trozas hacia la cancha.
Posteriormente, el otro motosierrista procedía al trozado, apoyado por
un marcador y un despicador. Una vez dimensionadas las trozas el
trineumático las apilaba. En esta organización el trabajo en bosque era
paralelo al trabajo en cancha. El ciclo de trabajo se ilustra en la figura
11.8.

Con la reestructuración del método de cosecha forestal, se logró


aumentar el rendimiento de 700 metros cúbicos mensuales a 1500
metros cúbicos mensuales.

Figura 11.8. Diagrama de secuencia de las tareas realizadas por la


cuadrilla 1:4
6.1.3. Evaluación económica del cambio en la organización del trabajo

La evaluación realizada corresponde a la relación costo-beneficio


mensual, en la cual se consideraron valores reales proporcionados por
el empresario de servicios.

En la tabla 11.3, se sintetizan las variables consideradas en el análisis


económico.

Tabla 11.3. Variables consideradas en el análisis económico.

Variable Valor Unidad


Días trabajados 24 días/mes
Duración de la Jornada 8 horas
Valor de madera en cancha (*) 8.37 US$/m3
Producción mensual 1:3 700 m3
Producción mensual 1:4 1500 m3
Factor de conversión m3 a m. 1.6
ruma
Producción mensual 1:3 437.5 m ruma
Producción mensual 1:4 937.5 m ruma
Valor petróleo 150 $/lt
Valor bencina 250 $/lt
Valor dólar 490 $/US$
Horas trineumático 130 Horas/mes
Gasto petróleo trineumático 8 lt/hora
Arriendo trineumático (**) 9000 $/hora
Horas torre 1:3 100 horas
Horas torre 1:4 168 horas
Gasto petróleo torre 8 lt/hora
Valor minuta diaria 1500 $/persona
Valor suplemento alimenticio 1:4 290 $/persona

Nota: Los valores de las variables corresponden a la fecha de


realización del estudio (Noviembre 1998 a marzo 1999).

(*): Valor de la madera en cancha, especial para el bosque bajo estudio.

(**):Incluye el sueldo del operario y desgaste de la maquinaria

Es necesario tener en consideración los siguientes antecedentes:

Sé trabajarón 24 al mes con una jornada de 8 horas de duración. Frente


al cambio de configuración y por el hecho de mecanizar la faena y
aumentar el personal de la cuadrilla, se produjeron nuevos costos
incrementales y variaciones de los ya existentes, los que se
consideraron en la evaluación económica del cambio en el diseño del
trabajo.

La razón de expresar los volúmenes en metros cúbicos y metros ruma,


es que, para el cálculo de producción de los trabajadores, en algunas
actividades se usa el metro cúbico, como es el caso del estrobero,
marcador, despicador y operador de torre y para otras actividades como
la del motosierrista, hachero y boyerizo, la producción se calcula en
metros ruma.

Para los gastos de alimentación se consideró la minuta efectivamente


entregada por el contratista. Esta minuta estaba compuesta de 3
comidas básicas para la totalidad del personal. En la nueva
configuración se otorgó además un suplemento alimenticio. Este
consistía en la entrega durante la mañana, de un jugo en caja (250 cc.)
más una unidad de pan por persona y durante la tarde medio litro de
jugo más una fruta por persona.

Según los antecedentes entregados por el contratista, el cálculo de los


sueldos consideró, el pago de un sueldo fijo, más un bono por
producción y un pago por desgaste de herramienta cuando
correspondía.

Respecto al costo de la torre, este consideró el petróleo utilizado, su


rendimiento y cantidad de horas trabajadas, ya que esta última variable
tuvo un incremento positivo con el cambio de configuración.

Con las variables resumidas en la tabla 11.3 y las consideraciones


anteriormente señaladas, se realizó el análisis económico, para un mes
de funcionamiento.
La relación beneficio-costo de ambas configuraciones se muestra en la
tabla 11.4. En ella se puede apreciar, el ingreso obtenido debido a la
producción mensual alcanzada, el sueldo pagado a cada trabajador de
acuerdo a su función y producción, los costos de alimentación,
transporte, maquinaria y gastos generales.

Tabla 11.4 Relación beneficio - costo para las cuadrillas 1:3 y 1:4.

Cuadrilla 1:3 Cuadrilla 1:4


$/unidad Cantidad Totales $/unidad Cantidad Totales
($) ($)
INGRESOS
Total ingresos 4101.3 700 2870910 4101.3 1500 6151950
COSTOS
sueldos
Motosierrista 250 937.5 234375
volteador
Motosierrista 250 937.5 234375
trozador
Motosierrista 450 437.5 196875 0
trozador-volteador
Hachero- 950 437.5 415625 0
arrumador
Hacheros 600 937.5 562500
Estroberos 170 700 119000 100 1500 300000
Marcador 90 1500 135000
Boyerizo 330 437.5 144375 0
Despicador 90 1500 135000
Operador torre 100 700 170000 100 1500 250000
Total sueldos 1045875 1851250
Maquinaria
Torre 120000 201600
Arriendo 1326000
trineumático
Total maquinarias 195000 1602600
Alimentación
Minuta diaria 1500 504 252000 1500 864 432000
Suplemento 290 96 27840
alimenticio
Total alimentación 252000 459840
Transporte 250 300 75000 250 300 75000
Gastos generales 78394 199435
(5%)
Total costos 1646269 4188125
Beneficios 1224641 1963825

(ingresos-costos)

El aumento de la producción observado en la tabla 11.4, fue verificado


con la empresa mandante y con el empresario de servicios. Si bien el
empresario de servicios tuvo mayores gastos, incluyendo el arriendo del
trineumático, su beneficio fue un 60% superior. Los ingresos de los
trabajadores aumentaron en el siguiente orden: operadores de máquina
47%, estroberos 26%, motosierristas 19 % y desramadores sólo un 1.5
%.

Como una forma de visualizar más claramente parte de la información


de la tabla 11.4. En la figura 11.9 se muestran los costos e ingresos
totales y la relación beneficio-costo de la cuadrilla 1:3 y la cuadrilla 1:4.
Además se indica la diferencia entre ambos beneficios.

Figura 11.9. Costos, ingresos y la relación beneficio - costo de la


cuadrilla 1:3 y la cuadrilla 1:4.

Si la situación analizada se proyecta al número total de hectáreas para


explotación, que en este caso derivaban de un predio con una superficie
de 55.6 hectáreas, con una densidad de 397.5 metros cúbicos por
hectárea, tenemos un total de 22.101 metros cúbicos de madera para
cosecha. Luego en caso de que el trabajo lo realizara una sola cuadrilla
el tiempo necesitado por la configuración 1:3, para terminar esta faena
habría sido de aproximadamente 32 meses, en cambio con la nueva
configuración el tiempo requerido sería de 15 meses.
De todos estos hechos se desprenden los siguientes beneficios:

· Para los trabajadores

1. El trabajo fue más equilibrado, lo que les permitió realizar su trabajo


sin fatiga

2. Se eliminó una actividad de riesgo como es el arrumado

3. Se aumentó el empleo

4. Sus sueldos fueron mejores que en la situación original

· Empresario de servicios:

1. Los ingresos esperados por término de faena fueron recibidos en un


tiempo bastante menor.

2. Se generaron meses disponibles para comenzar otra faena.

3. Sus ingresos anuales aumentaron.

4. Pudo cumplir con holgura sus metas frente a la empresa mandante.

· Empresa mandante

Ganó tiempo en la entrega del producto solicitado al contratista, lo que le


podría significar un mejor manejo de inventario o una reestructuración de
la planificación de faenas, entre otros.

Como conclusión, dos hechos claros se desprenden de este estudio. El


primero es que se puede innovar exitosamente sin necesidad de
grandes inversiones. El segundo es que para que estos cambios
perduren en el tiempo, debe analizarse el problema de los salarios.
Todos los participantes en los cambios quedaron satisfechos, a
excepción de los desramadores que prácticamente mantuvieron sus
ingresos; los cambios de rendimiento se obtuvieron aumentando su
dotación. Lo cierto, es que para mantener esfuerzos de esas
características, en forma permanente, se requieren estímulos. El tema
es complejo y no hay una respuesta única, pero los salarios sin duda
que juegan un papel importante. Trabajar en los límites más altos de
rendimiento que un ser humano puede alcanzar no es fácil. En este
sentido, los estudios ergonómicos pueden aportar información para
buscar formas seguras y equilibradas de trabajo, tendientes a lograr
beneficios para los trabajadores y para las empresas.

6.2. Ejemplo 2. Organización del trabajo en una faena de segunda poda

6.2.1. Situación sin intervención ergonómica


La faena estudiada correspondió a la citada en el capitulo 9 y en el punto
6.1.2 de este manual. En este ejemplo se puede ver, que esta segunda
poda con tijerón era realizada por 10 podadores, los cuales debían
trabajar en una superficie de 69.5 hectáreas, con una densidad inicial de
796 árboles por hectárea, en jornadas de 7.8 horas diarias. El
rendimiento alcanzado por estos trabajadores fue de 26 árboles por
hora, con una dedicación del 93.7% del tiempo a las actividades
principales y con una carga cardiovascular promedio de 41.5%.

6.2.2. Situación con intervención ergonómica

Frente a la situación encontrada, se propuso incorporar una pausa de 10


minutos por hora de trabajo, lo que provocó que los tiempos principales
de la tarea fueran ahora de un 84%, cifra inferior a la de la situación
original, pero más ajustada a lo recomendable, para que el trabajo sea
sustentable en el tiempo. Una prueba de ello es que el rendimiento
promedio de los trabajadores aumentó a 43 árboles por hora, con una
carga cardiovascular del 40 % como promedio de la jornada.

6.2.3. Análisis de costos del cambio en la organización del trabajo

Con la reestructuración del método de poda, se realizó el siguiente


análisis económico. En la tabla 11.5, se resumen los costos, que
experimentaron variación debido a la diferencia de duración entre la
faena original (sin pausas programadas) y la faena reestructurada en
base a pausas programadas, más una asignación del 5% a gastos
generales basados en los costos totales de cada situación. En la figura
11.10, se muestran esquemáticamente estas mismas diferencias,
expresadas en dolares.

Tabla 11.5. Itemes con diferencias de costos debido al cambio en la


organización del trabajo

$/u cantidad Total Nº Nº Total s/p Total c/p

$/jornada Jornadas Jornadas ($) ($)


c/p
s/p
Podadores 3620 10 36200 28 17 1013600 615400
Capataz 4650 1 4650 28 17 130200 79050
campamentero 2500 1 2500 28 17 70000 42500
Sueldos 10770 43350 28 17 1213800 736950
Alimentación 1500 12 18000 28 17 504000 306000
Transporte 250 12.5 3125 28 17 87500 53125
Gastos 90265 54804
generales
TOTAL 1895565 1150879
COSTOS

Figura 11.10. Costos de cada organización para realizar una segunda


poda y la diferencia neta entre ambos esquemas de trabajo.

Nota: 1 US$ = $ 550

En síntesis, con el método de trabajo original, el tiempo total requerido


para realizar la segunda poda, sería de 28 días, lo que equivaldría a
aproximadamente 1 mes y 4 días, si se trabajan 24 días al mes. En
cambio en la situación con intervención ergonómica, bajo igual
consideración, el tiempo necesario es de 17 días. Por lo tanto el ahorro
porcentual en los costos sólo por reducir 11 dias de trabajo es del 40%.
Se debe considerar que este ahorro es mayor, si además tomamos en
cuenta que hay una ganancia de oportunidad del contratista por los días
que él puede destinar a la realización de otras faenas.

7. Proyecciones futuras

La necesidad de mejorar las condiciones de trabajo en equilibrio con la


productividad es una meta de la Ergonomía. En este contexto, los
estudios realizados en el proyecto, confirman que los problemas
relacionados con la productividad parten desde los aspectos más
básicos para el buen uso de las capacidades del trabajador, como por
ejemplo, facilidades en los campamentos y alimentación, hasta
deficiencias en la capacitación, mal uso de tecnologías y falta de
sistematización en la organización y métodos de trabajo.
Hoy en día existe preocupación por la certificación medio ambiental y
también por la calificación individual de trabajadores. Sin embargo, no
existe ninguna institución cuyo norte sea calificar faenas. Desde un
punto de vista ergonómico, trabajadores muy bien capacitados no
podrán trabajar en forma segura ni eficiente, si están insertos en faenas
mal organizadas. Se necesita una visión integral para poder organizar
los sistemas de trabajo en forma eficiente. En tal sentido, parece casi un
despilfarro preocuparse de certificar trabajadores, si después, la
organización no les provee los elementos que requieren para un buen
desempeño.

Desde la perspectiva de este proyecto, lo que se visualiza como una


necesidad urgente, es la creación de unidades de eficiencia operacional,
integradas en paquetes tecnológicos, capaces de orientar a los
empresarios de servicio en los siguientes aspectos:

· Diseño y organización de campamentos

· Organización de sistemas de alimentación

· Selección de vestuario y elementos de protección personal

· Selección de herramientas, maquinarias y accesorios

· Selección de trabajadores: evaluación y certificación de aptitudes


físicas y psicológicas

· Capacitación y certificación de aptitudes técnicas

· Diseño ergonómico para optimizar el uso de la tecnología:

 Equilibrio funcional en la organización de equipos de trabajo

 Reducción de diferencias entre rendimientos de referencia y


rendimientos reales

 Capacitación ergonómica con orientaciones a la prevención de


riesgos

 Manejo de incidentes críticos

 Diseño de faenas, considerando polifuncionalidad, rotación de tareas,


manejo de pausas y secuencias de operaciones

 Seguimientos de control

 Sistemas de salarios en función de la dificultad del trabajo


Como parte de este proyecto, tuvimos oportunidad de visitar numerosas
empresas de servicio y en la mayor parte de ellas visualizamos
posibilidades de aumentar la productividad a través de medidas simples
que, además ayudarían a mejorar los salarios y las condiciones de vida
en los campamentos, lo que se debería ir haciendo también extensivo a
la familia de estos trabajadores. El principal pilar del desarrollo de un
país es que el progreso económico, se vea reflejado en las poblaciones
que, con su trabajo, lo hacen posible. Hay que reconocer que en el
sector forestal chileno hay progresos evidentes, pero, también es cierto
que aún queda mucho por mejorar. Las tecnologías intermedias, como
las que han sido motivo de nuestro trabajo, son precisamente donde se
vislumbra una mayor necesidad de utilizar conceptos simples, muchas
veces de sentido común para corregir problemas que deterioran la
productividad y el bienestar de los trabajadores. El temor al incremento
en los costos es lógico, pero la mayoría de las veces, cuando hay que
hacer inversiones, lo habitual es que se recuperen con creces.

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