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De los casi siete siglos de existencia de la ciudad, seis de ellos se han desarrollado en el
recinto de lo que hoy conocemos como Casco Viejo bilbaíno.
A. LA FUNDACION.
El Bilbao primitivo responde a una organización regular que se adapta al terreno que
ocupa. Esto se traduce en una parcelación uniforme generada por el trazado de las tres
calles paralelas iniciales -Somera, Artecalle y Tendería- con sus correspondientes
cantones, esquema que se ha conservado hasta nuestros días. La iglesia de Santiago en
la cabecera, la muralla y ciertas construcciones fuera de ella -San Antón, arrabales de
San Nicolás, Begoña y Bilbao la Vieja completaban el conjunto.
B. LA PRIMERA EXTENSION.
Este desarrollo hace que se plantee, en la primera mitad del s. XVI, el primer
«ensanche» o extensión de la ciudad, en dirección Norte -hacia la actual iglesia de San
Nicolás- construyéndose nuevas edificaciones, como el Ayuntamiento junto a San
Antón, y generándose nuevos espacios, como el de la Plaza Vieja o mercado en la
Ribera. En definitiva, junto a los edificios de viviendas y locales comerciales ubicados
en las manzanas encontramos las casas-torre rematando éstas, las iglesias, los edificios
singulares y los espacios públicos como elementos configuradores del recinto urbano a
mediados del s. XVI.
C. LA RECONSTRUCCION.
D. LA CONSOLIDACION.
En el siglo XVII se agudizan las querellas iniciadas un siglo antes entre la ciudad y las
anteiglesias vecinas, provocadas por la defensa del territorio de éstas ante el avance y la
extensión de aquélla. Conflicto que permanecerá vigente hasta nuestro siglo. Por otro
lado, el Casco Urbano, con su esquema parcelario gótico, adquiere una estructura radial
con la incorporación de las «rondas» o calles periféricas y la expansión conocida como
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«ensanche de la Ribera», en dirección hacia el Arenal, que respetaba, asimismo, la
estructura vial medieval.
E. LA ESCASEZ DE VIVIENDAS.
En 1862 Amado Lázaro plantea una ciudad utópica de baja densidad que no recogía las
necesidades portuarias ni la posibilidad de inclusión del ferrocarril.
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El s. XIX se cierra con la consiguiente incorporación a la ciudad de los terrenos de
Abando en 1890 -abriéndose el proceso anexionista- sobre los que se iniciará el
desarrollo del Ensanche.
G. EL DESMEMBRAMIENTO DE LA CIUDAD.
Con el cambio de siglo, mientras la burguesía local se asentaba sobre los nuevos
terrenos de Abando -a través de las mansiones que iban llenando los huecos del trazado
del ensanche- el fuerte crecimiento urbano provoca la aparición de los primeros barrios
obreros en la zona de la Casilla y Recaldeberri, extendiéndose después a otras zonas de
la periferia, a través de interesantes y variadas experiencias.
En los años treinta se sigue completando el espacio del Ensanche y se van aportando
nuevas experiencias en el terreno de los barrios obreros: Ciudad Jardín, Torre Urizar...
I. LA EXPANSION DE POSGUERRA.
J. EL DESARROLLISMO.
K. LA CIUDAD HOY.
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En la actualidad, muchos frentes y expectativas están abiertos: las inundaciones de 1983
han sido el detonante para acometer una rehabilitación integral del Casco Viejo; el
desmantelamiento industrial ha generado atractivos espacios libres en las márgenes de
la Ría, oportunidad para que la ciudad deje de estar de espaldas a ella; distritos
periféricos como Txurdinaga emprenden una nueva fase de construcción de viviendas
lejos de los procesos incontrolados de otras épocas... Estas y otras «señales», unidas a la
reciente aprobación del Plan General de Ordenación Urbana de Bilbao, son elementos
suficientes para percibir que, al menos, la ciudad se encuentra en un decisivo punto de
inflexión de su desarrollo urbano.