Este documento resume la teoría política de Dante Alighieri sobre el imperium mundi o monarquía universal. Según Dante, la paz y la felicidad humana requieren una autoridad suprema única que garantice el orden. Solo una monarquía universal puede cumplir esta función. Dante desarrolla una justificación teórica rigurosa de esta posición basada en la filosofía aristotélica y tomista sobre el orden cósmico.
Este documento resume la teoría política de Dante Alighieri sobre el imperium mundi o monarquía universal. Según Dante, la paz y la felicidad humana requieren una autoridad suprema única que garantice el orden. Solo una monarquía universal puede cumplir esta función. Dante desarrolla una justificación teórica rigurosa de esta posición basada en la filosofía aristotélica y tomista sobre el orden cósmico.
Este documento resume la teoría política de Dante Alighieri sobre el imperium mundi o monarquía universal. Según Dante, la paz y la felicidad humana requieren una autoridad suprema única que garantice el orden. Solo una monarquía universal puede cumplir esta función. Dante desarrolla una justificación teórica rigurosa de esta posición basada en la filosofía aristotélica y tomista sobre el orden cósmico.
El pensamiento filosfico de Dante est diseminado en toda su obra,
sobre todo a lo largo de la Divina Comedia, generalmente en forma alegrica o simblica. Un intento de formulacin sistemtica fu el Convito o Convivio, que qued sin terminar y hubiera tal vez llegado a adquirir las dimensiones de una enciclopedia del saber medieval. En cuanto al pensamiento poltico, ofrecen un primer esbozo algunos captulos del libro IV del Convivio, pero est contenido esencialmente en el tratado latino De Monarchia, cuya fecha de composicin es objeto de discusin entre los bigrafos del poeta. Parece probable que, si no motiv su composicin la expedicin de Enrique VII a Italia, iniciada en 1311, y estaba ya redactado, lo public por lo menos en dicha ocasin. Es un estudio monogrfico de la monarqua universal segn los ms rgidos cnones escolsticos, y en medio de implacables deducciones a menudo abstractas o rebuscadas, tiene momentos de inspiracin y apasionado acento que estn en la lnea de su gran poema. Tambin las llamadas Epstolas polticas (Epstolas V, VI y VII, dirigidas a los prncipes, senadores y pueblos de Italia, a los florentinos, a Enrique VII), deben tomarse en consideracin (9). La Divina Comedia conserva, aqu un valor primordial, no tanto por lo que en forma explcita o figurada en ella se dice, cuanto por la energa de sus juicios histrico-polticos. Como muy bien subraya un reciente expositor del pensamiento poltico del autor de la Divina Comedia, mucho ms que en las oscuras alegoras y los enigmas insolubles diseminados en el poema, la ltima palabra de Dante en la materia se encontrar en su poderosa interpretacin de las figuras de papas, reyes y emperadores, de los destinos de ciudades y naciones (10). Dante
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es del linaje de los grandes moralistas polticos por el rigor insobornable
de su sentido de la cosa pblica y sus exigencias prcticas. Sera errneo entender el anhelo de paz de Dante como mero impulso subjetivo de un temperamento dado a la contemplacin o simplemente deseoso de tranquilidad personal. A diferencia del anhelo de paz que determinar la filosofa poltica de Toms Hobbes, el de Dante no es slo existencial, es tambin metafsico y tico. La paz en la sociedad no hace sino reflejar el^orden que rige en la naturaleza, segn la concepcin finalista de inspiracin aristotlica que Dante comparte con Santo Toms. El universo, para Dante como para Santo Toms, es una totalidad ordenada dentro de la cual cada ser ocupa un lugar determinado por su fin, en funcin del conjunto. Dentro de esta concepcin del mundo, el linaje humano es susceptible de una consideracin unitaria, y visto as bajo el ngulo de su unidad, se integra er el universo armonioso, constituyendo a su vez una entidad superior a las distintas comunidades que agrupan a los hombres: ...la universalidad humana es como un todo respecto a una parte y como una parte respecto a un todo. Es un todo en relacin con los reinos particulares y las varias naciones..., y es una parte en relacin con todo el universo (11). La sociedad humana es una imagen del universo, comportndose respecto a ste como el microcosmos respecto al macrocosmos. Pues bien, el principio ordenador del macrocosmos es el principio de unidad, el cual radica en Dios, monarca de la creacin. El principio de unidad ser el llamado tambin a informar la sociedad del gnero humano (12). La sociedad, del gnero humano tiene en efecto en Dante una entidad propia como tal. La asociacin ms simple es el domus, la casa o familia en sentido amplio, cuyo fin es, poner a sus miembros en condiciones de vivir bien; la agrupacin de varias casas o familias es el vicus, la aldea o vecindad, que tiene por cometido el concurso agradable de personas y cosas; de la aldea pasamos a la civitas, la ciudad, que hace .posible un vivir mejor, porque permite satisfacer necesidades materiales y espirituales ms complejas; sobre ella se eleva el regnum, el reino, capacitado para asegurar los beneficios de la ciudad con mayor seguridad y tranquilidad. Pero los reinos han de eniTiarcarse a su vez en una unidad superior, a la que Dante llama monarqua temporal, la cual abarca a todo el linaje de los hombres bajo una unidad de mando (13). Se trata de un proceso en la sociabilidad natural del hombre (14) que no hace sino llevar a su ltima consecuencia el descrito por Aristteles y Sarito Toms de Aquino. Porque sta, como ya apuntamos, es la significacin peculiar de Dante en la historia del pensamiento poltico: haber dado la formula-
DANTE AUGIHRRI
Y EL IMPEIIIUM MUNDI
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cin doctrinal ms rigurosa de la teora de la monarqua universal. El
ideal del imperio ecumnico, no era en la Edad Media una novedad ni era algo inslito, como lo atestiguan los muchos autores que, sobre todo en Alemania, lo sostuvieron con diferencias de concepcin qiie aqu no son del caso: as Manegold de Lautenbach (Ad Geberhardum, hacia 1103) en los siglos XI-XII, Jordn de Osnabrck (De praerogativa 'Romani Imperii, h. 1260) y Alejandro de Roes [Tractatus de translatione imperii,.h. 1281), en-el XIII, Engelberto de Admont (De ortu, prgressu et fine Romani Imperii, h. 1320), Lupoldo de Bebenburgo {Tractatus de iuribus regni et-imperii, h. 1340), Conrado de Mengenberg {De translatione Romani Imperii, h. 1354), en el XIV. Tanto ellos como Dante oponen el monismo imperial al nacionalismo pluralista de los legistas y tratadistas franceses, entre los que destacan Juan de Pars [De potestate regali et papali, 1303) y Pedro Dubois (De recuperatione Terrae Sanctae, 1305). Tampoco son una novedad la mayora de los argumentos que en favor de este ideal aducir Dante. Lo nuevo en l, como ha sealado Kelsen, es la precisin y el radicalismo de la concepcin. La monarqua universal no es para Dante una forma entre otras de sociedad poltica, sino la sociedad poltica por antonomasia, la nica comunidad a la que puedan atribuirse los predicados de autosuficiencia y perfeccin que Aristteles estimara esenciales para la sociedad poltica. Es la monarqua temporal llamada imperio un principado nico y sobre todos los dems en el tiempo o en aquellas cosas medidas por el tiempo (15). Slo la monarqua temporal as definida es -susceptible de asegurar al mundo la paz. Ya hemos apuntado que la valoracin positiva de la paz tena en Dante una raz metafsica. Ello se confirma con lo que dice acerca de su necesidad en el libro I del De monarchia. El gnero humano como tal tiene, segn Dante, un fin propio, y por ende una operacin propia, que ni el individuo ni ninguna comunidad particular son capaces de alcanzar. La determinacin de este fin y esta operacin resulta de un anlisis de la naturaleza humana y los supuestos de su perfeccin. En este punto se une en Dante la influencia de Averroes a.la de Aristteles, dando lugar a un razonamiento original. La perfeccin suprema del hombre consiste en la facultad de aprehender la realidad por el intelecto posible, cuya capacidad rebasa lo que en cada momento realiza en acto. Esta potencialidad slo puede realizarse en acto ntegra y simultneamente por la universalidad de los hombres, diversos entre s (16). En otros trminos: slo la universalidad de los hombres, la humanidad como tal, al reunir en su seno la fecunda multiplicidad de los entendimientos particulares, puede actualizar la plenitud de sus posibilidades
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para la contemplacin y la accin, asegurando con ello a los hombres la
felicidad ms completa que les sea dado alcanzar. Pero ello supone que reine la paz, la cual se convierte as en condicin sine qua non de la humana beatitud (17). La paz, a.su vez, es imposible sin un poder nico que la garantice: el orden del mundo requiere la existencia de la monarqua en el sentido dantesco de imperio universal (18). No vamos a seguir aqu a Dante en los pormenores de su ulterior justificacin terica del imperium mundi. Digamos tan slo que no omite recurso dialctico alguno, por alambicado que hoy pueda parecemos. Todos los argumentos que la Edad Media haba acumulado en favor de la forma monrquica de gobierno, los recoge Dante, referidos a su monarqua universal, con una fe impresionante en su eficacia; con un afn conmovedor de convencer. Prescindiendo de la analoga entre el gobierno del monarca universal sobre los hombres y el gobierno de Dios sobre la creacin, y de razones extradas de la fsica aristotlica, mencionemos tan slo su afirmacin de que el monarca universal es necesario como instancia jurisdiccional suprema, garanta a la vez de justicia y libertad, por cuanto el ser seor de todo elimina la codicia y da como fruto la moderacin. No. pecar aqu Dante de un optimismo psicolgico excesivo ? Justificada tericamente la monarqua universal, surge la cuestin de si la existencia de sta implica o no la destruccin de los principados y repblicas particulares, es decir, la cuestin de cual sea la dependencia de lo que hoy llamaramos grupos nacionales con respecto al poder mundial. Dante no ha tratado expresamente este punto, pero algunos textos hacen referencia al respeto de las comunidades polticas histricas en la unidad imperial. As, seala que el poder del Emperador mantendr contentos a los reyes en los lmites de sus reinos, de modo que tengan paz entre s (19). En otra ocasin, demuestra tener en cuenta las diversidades nacionales en orden a la funcin legislativa; tienen las naciones, reinos y ciudades, propiedades diversas que concitan leyes diferentes (20). Estas indicaciones estn en la lnea de la concepcin medieval del imperio, segn la cual el emperador no ejerca un gobierno directo sobre los cristianos, sino una funcin tutelar y arbitral sobre los monarcas y repblicas, que se aada a su cualidad de rey de sus territorios nacionales.