Professional Documents
Culture Documents
Eduardo Canela, feat, Manila, Dr. Ralph Engelmann, K.I.M., Nairobi, Sabine
Fischer-Sepulveda, Fundasol, Montevideo, Devi R. Gnyawali, Hubert Humprey
Programme, Pittsburg, Arnulfo Itao, Technonet Asia, Singapur Lucita S. Lazo, OIT,
Bangkok Torsten Streipke, James W. Tomecko, ISP, Nairobi
No es de extrañar, pues, que el debate sobre como crear, mejorar, valorar, evaluar
y encontrar esos héroes, que supuestamente serán capaces de superar el
inexplicable fenómeno del estancamiento del desarrollo, haya alcanzado
finalmente, al cabo de una década, un punto culminante. Grandes y pequeños
Schumpeters han tenido sus admiradores, seguidores y críticos.
Sin embargo esta teoría no parece ser adecuada para adecuarse a la existencia
de los cambiantes entornos socio económicos, políticos, industriales y culturales
de la mayoría de los países. Esta teoría, simple y llanamente, no funciona.
O “el problema no radica en que no haya dinero disponible para los pequeños
empresarios, sino en que el acceso al dinero está siendo obstaculizado por
restricciones de seguridad y procedimientos burocráticos inflexibles. Esta es la
razón por la cual se impide a tantos empresarios penetrar en el mercado o
prosperar en el”.
¿Se está invirtiendo bien este dinero tan costoso? ¿Acaso no se ha demostrado
hace ya décadas que miles y miles de cursos de contabilidad sólo han servido
para que muchos capacitados se ganen la vida enseñando lo que esta escrito en
unos libros que cualquier empresario interesado hubiera podido comprar por
menos dinero y leer el mismo?
¿Por qué hay tan pocos empresarios que actúan de acuerdo con estas verdades?
¿Por qué se continúa mezclando el ingreso de la empresa con el de la familia?
¿Por qué existen todavía tantos vendedores, como por ejemplo en la India, que
nunca han oído hablar de Marketing, lo que está siendo enseñado a los
estudiantes durante años sin que por ello sean capaces de “venderse” a si mismos
- es decir, encontrar trabajo después de culminados sus estudios.
ALGUNAS OBSERVACIONES
La historia del fomento ha demostrado, y así hay que aceptarlo, que el sólo hecho
de ofrecer una mejor educación, otorgar créditos, fomentar la democracia o
estimular mentalmente a las personas no hará que el mundo de la pequeña
empresa cambie positivamente, sino, que incluso podría empeorar la situación,
como sucedió con los programas de subvenciones de los años sesenta, setenta y
ochenta.
Si en realidad es eso lo que quieren los “agentes de cambio”, ¿Qué les impide
observar cuidadosamente y analizar el misterio del éxito de esos tan admirados
“peces gordos”?
En primer lugar esas personas tan admiradas son individuos tan normales como
usted y yo. No hay ningún misterio. Estas personas resultan estar en el lugar
adecuado en el momento oportuno, con la idea indicada y la imaginación
necesaria para promocionarse a si mismos y a sus planes con la necesaria
confianza. En resumen: demostraron su competencia a la hora de enfrentarse a
esa situación específica.
En segundo lugar, pese a sus cualidades, todos ellos confiaron en otras personas,
ejercieron influencia sobre ellas pero también dependiendo de ellas.
No hay duda de que cada uno de nosotros tiene su propio marco referencial
forjado por factores tales como el lugar de nacimiento, padres, educación, etc.
¿Nació niño o niña?, ¿Fue el primogénito, el segundo o el séptimo hijo?, ¿Qué tipo
de visión de la vida le fue inculcada durante los primeros años de su vida?
Pero, ¿No es cierto que el entorno particular de cada uno de nosotros, en el que
nacemos, crecemos y vivimos, desempeña un papel fundamental en nuestro éxito
o fracaso personal?
¿Cuáles son los parámetros que definen los resultados de las oportunidades
económicas en un pequeño pueblo como Eldoret en Kenia o en San Pablo, Brasil?
Nuevamente, cada actor se enfrenta a entornos muy diferentes, que, hoy en día,
cambian con gran rapidez.
Todos los actores económicos se enfrentan día a día a una situación económica
individual que depende del tiempo y del entorno. Esto es válido no sólo para el
innovador empresario del sector de alta tecnología que ve surgir en estos días
grandes oportunidades en Europa del Este, sino también para un miembro con
instinto de supervivencia de alguna banda de ladrones de Kingston, Jamaica o
para el director de una escuela de administración de empresas en una
universidad de Inglaterra o de los Países bajos, o para el encargado de un
programa en una organización de ayuda al desarrollo en Alemania o Ginebra.
¿Acaso no son las personas con éxito aquellas quienes, con sus cualidades
innatas o adquiridas, incluyendo su propia visión sobre lo que quieren lograr en la
vida, son más aptas que otras para lograr lo que desean en su entorno económico
específico?
¿Qué criterios podrían servir para distinguir de otras personas a aquellas que
tienen más éxito a la hora de realizar su visión en una situación económica dada?
Esta última ha pasado a ser una de las más importantes en el mundo moderno.
Puede ocasionar una enorme presión política, pero también si se maneja
adecuadamente, llevar a una mayor concentración de la competencia. Asimismo,
puede inducir al actor económico a cambiar de empresa o mudarse a otro lugar, si
los obstáculos que se le presenten son demasiado grandes y no le es posible pese
a sus esfuerzos.
Un sueño que todo Diseñador de políticas, todo agente en pro del desarrollo
desearía hacer realidad. Pero es sólo eso, un sueño.
Cualquiera que sea el tipo de intervención en pro del desarrollo que este
planeando, si no conduce a un aumento de la competencia de los actores
económicos, llevar al caos, a un estancamiento del desarrollo y al
desaprovechamiento de oportunidades.
El sistema educacional
Servicios de asesoramiento
Infraestructura
Crédito
Política
Marco institucional
Estos son sólo pocos ejemplos de cómo las actividades intervencionistas pueden
fomentar o destruir lo que las economías basadas en la competencia profesional
están construyendo. Sin embargo, es evidente que ninguna de estas actividades
puede ser valorada, supervisada y evaluada en un contexto aislado. Ninguna
puede reclamar para sí el éxito logrado, a menos que pueda demostrar que su
actuación ocasionó el incremento de la competencia profesional de la economía,
ya sea por su efecto sobre los actores, el micro o macroentorno o las políticas
gubernamentales presentes y futuras.
Mientras que las intervenciones específicas a cada situación pueden ser fáciles de
diseñar (aunque difíciles de implementar) desde un punto de vista científico, en
educación y capacitación, las intervenciones específicamente dirigidas a los
actores y destinadas a mejorar la competencia, no sólo contradicen la didáctica
actual sinó que parecen ser impracticables.
Imagínese una clase de, por ejemplo, 20 personas académicas, colegiales,
estudiantes, practicantes, oficinistas, gerentes, empresarios, analfabetos,
graduados de universidad, mujeres, hombres, niños, soldados, funcionarios
públicos, etc., y que su tarea consiste en profesionalizar a todos ellos en el arte de
manejar competentemente su vida particular, es decir, convertirlas en personas de
éxito en su entorno individual.
La pregunta clave era: “¿Por qué estas personas son tan incapaces, estúpidas e
ignorantes que el sistema formal las rechaza?” y por otra parte “¿Por qué este
sistema formal está tan incapaz, estúpido e ignorante que no se da cuenta del
potencial de ésta gente?”
No fue posible obtener los resultados deseados por medio de charlas, ni con
estudios de caso, asesoría profesional, uso de la fuerza, legislación, normas y
reglamentos, ni siquiera el dinero resolvía el problema !! Pero esto no se debía a
mala voluntad, sino a la falta de entusiasmo, visión, perspectiva y experiencia de
exponerse.
• Los servicios para los empresarios existentes no tienen efecto alguno sobre la
generación de empleo en las respectivas localidades, pero ocasionan un alto
aumento de ingreso: