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Feliz Navidad

El pasado 5 de octubre leí la noticia en un portal de Río San Juan,


www.costaverdedr.com, y otro de Santo Domingo,
www.almomento.net, de que el Gobierno Dominicano no permitirá
la venta de fuegos artificiales durante las fiestas de navidad y año
nuevo en esta ocasión.
Leí las noticias en ambos portales y me alegré porque en mi
vecindario hay un considerable número de niños de todas las edades,
incluyendo tres hijos y tres nietos míos, y no quisiera ver que a
ninguno de esos niños que son hijos de niños que vi crecer, les
causaren estos artefactos ni muertes ni lesiones permanentes.

Para Navidad faltaban 80 días cuando Mirka Terrero, Directora del


Programa de Control de Fuegos Artificiales (COFA) de la Secretaría
de Interior y Policía, según www.almomento.net, “advirtió a los
vendedores ambulantes que se abstengan del expendio de los fuegos
artificiales, porque de lo contrario serán incautados por las
autoridades.”
Sin embargo, desde 15 días después de la advertencia, 20 de octubre,
he visto cada día a niños pequeños y menos pequeños, a veces frente
a sus hogares, sin el manejo de adultos, manipular esos artefactos
pensando solo les causara goce, en vez de muerte, minusvalidez,
cicatrices, dolor y sufrimientos.

Parece que cada año se nos olvidan las acciones que hacen efectivo
el control del uso de esos objetos malditos, pues las medidas se
toman siempre cuando ya el mercado está saturado de ofertas y los
almacenes de mayoristas y detallistas están atisbados de los
diferentes tipos de esta mercancía. Hace unos tres años conversaba
con un colmadero en procura de que no comprara los diferentes
productos de este género por sus peligrosidades.
Me dijo que él no los compraría si los otros competidores suyos
tampoco los compraban. Pero compró, mucha cantidad de todos los
tipos. Y los vendió todos a pesar de los anuncios de la Secretaría de
Interior y Policía. Daba pena ver el desfile de infantes noche y día
adquiriéndolos.

La Secretaría de Interior y Policía tiene que volver a tomar la sartén


por el mango y hacerlo ya, para impedir que los productos llamados
fuegos artificiales lleguen a manos de niños. Para lograr eso se
requiere de ejecutar acciones en todos los niveles.
En el de producción en las fábricas legalmente constituidas, en el de
las clandestinas, con los intermediarios, con los profesionales de
espectáculos, con los vendedores, con los adultos compradores que
no están registrados como profesionales del área, con los detallistas.

Todos son en potencia violadores de la ley y si queremos que este


año no salga ningún niño afectado, debemos a toda costa impedir
que los malditos artefactos lleguen a locales donde puedan ser
adquiridos por padres irresponsables a quienes no parece importarles
ni la vida ni la seguridad de sus hijos, a comerciantes que arriesgan
la salud de los niños de sus vecindarios por unos cuantos pesos,
como si con ello no fueran co-responsables de tales daños.
Tenemos que cerrar todas las fábricas clandestinas de forma que
jamás pueda volver a abrir sus puertas y eliminar los permisos de
producción a toda fábrica que viole la ley.
Tenemos que apoyar la ejecución de la resolución de la Secretaría de
Interior y Policía con los medios a nuestro alcance como
ciudadanos. Entre otras cosas, apoyándonos en la ley de protección
al niño, tenemos la obligación de delatar a los padres que someten
sus hijos a los riesgos implícitos en el manejo de fuegos artificiales.

Vamos a comprometernos a acabar con esta desgracia que nos da


tanto dolor todos los años. No tengas pena de tu vecino amigo, pues
si a él no le importan sus hijos mucho menos le importas tú.
Vamos a convertirnos en luchadores a favor de los niños
dominicanos con la misma vehemencia con que durante años lo ha
hecho Huchi Lora. Emulemos a gente que como él siempre ha
tenido compromiso con el bienestar de los demás.
Marcos R Taveras es Consultor Empresarial
marataveras@yahoo.com

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