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Rafael Aguirre Wa movimiento de Jestis PMP (aCe Oa Min rI Tel Ensayo de exégesis sociolégica del cristianismo Le Iv La casa como estructura base del cristianismo primitivo: las iglesias domésticas Cémo es que lo que empez5 como un movimiento carismético intrajudto, alternativo a su sociedad y éticamente muy radical, en poco tiempo llegs a ser una institucidn religiosa auténoma, que se acomodaba a su sociedad y que fundamentalmente la legitimaba? Para estudiar el proceso que va del movimiento de Jests a la Igle- sia eristiana se requieren datos e informaciones. Pero, quiz4, la clave reside en dar con la perspectiva y las categorias adecuadas para inter- pretarlo. Un adecuado uso de categorias sociolégicas introduce inteli- gibilidad en los procesos histéricos, ayuda a comprenderlos, e incluso permite inferir conocimientos histéricos mis allé de los datos que por los sistemas positivos convencionales pueden adquirirse. Pues bien, en mi opinién, las relaciones que establece con la casa es una perspectiva privilegiada para estudiar la evolucién de cristia- nismo primitivo. En efecto, la casa es la estructura bisica de la sociedad en que el cristianismo nacié y se desarroll6, como en reali- dad lo es de toda sociedad sedentaria pre-industrial’. El mundo gre- corromano, que tanto elabors la teonia del Estado (politeia), lo entendia a mode de la casa y como su extensibn?, Los diversos geu- web, Ramet igs Vasu i heute “Olen Ne lady epehien Ill GOO A-D; Layer HI GA9E-GDOC, Avidtle, Police L 1.260 6 1221; Bra Nismaco 8.14 1160s. Esa ideas apareen eteradament en Fis, por cemplo, De Jogplo 38-39: «El Ruta hombre de Estado ene que Sst antes enttenado ep © gobicto de cis, Suna casa es una chdad en pequco y si Tero de atoms con pli pcke ect docu cada tn ‘asgrande..» (Laporte, Defgpb, Pai 1964, pp. 58-99). Idee muy pareidas 20 ‘DEL MOVIMIENTO DE JESOS ALA IGRESIA CRISTINA pos sociales tenian que entenderse por relacién a esta realidad social fundamental. Para el cristianismo la sclacién con el mundo se plan- te6 coneretamente y ante todo come la actitud que se debe adoptar ante la casa. La fe suponia romper con la propia casa?, 0, por el con- trario, zhabia que respetarla?, era posible tomar ala letra y mance- ner las duras palabras de Jestis (Mc 10,29s; Mr 8,211s; 10,348)? En el Nuevo Testamento se nos habla de la conversién de casas enteras (Jn 4,53; Heh 11,14; 16,15.31-34; 1 Cor 1,16, Hch 18,8) ¢ incluso parece que la casa era la forma bésica de organizacién de la Iglesia en sus inicios («NN y la Iglesia de su casav. CE Rom 16,5; 1 Cor 16,19; Col 4,15; Filem 1-2). Nos encontramos, por tanto, con la primera forma de consti- tuirela Iglesia y de relacionare con el riundo, aaf como con una realidad que iba a condicionar decisivamente la reflexién teol6gica. Mi propésito en este capitulo es mostrar la realidad y naturaleza de las iglesias domésticas en los textos del Nuevo Testamento, situar- las histérica y socialmente. También indicaré las repercusiones de este fenémeno en el cristianismo primitivo, aunque este tema seri desarvollaéo mas profundamente en capftulos posteriores. La casa es un concepto polisémico, que designa tanto un lugar 0 espacio como un grupo humano que con él se identifica, Para evitar anacronismos hay que tener muy presente el diferente significado de la casa en nuestros dias y en la antigiiedad de la que hablo. Como grupo, la casa es hoy mucho mas reducida (comparemos la familia znuclear actual con la familia pateiarcal antigua) y menos firme (pen- semos en el debilitamiento de los «lazos de sangre»). ‘También como lugar o espacio fisico el significado de la casa ha cambiado profundamente. Por cierto, que hoy asistimos a la ruptura ccon unos usos que han permanecido invariables durante muchisi- 1mos siglos. La modificacién del sentido de la casa, de la vinculacién con clla,refleja desplazamientos socioldgicos y culrurales de enorme trascendencia. Hay un cierto proceso de trivializacién de la casa/vivienda que, probablemente, no es ajeno al menor vigor de la casa/familiz. Hoy se cambia de casa con facilidad y los hijos no con- Philodemus ( aC.) Rerce XV (oS. Sudha, Leprig 1896) Ci Pea el Iny Tn3 ‘como sla casa del César Ticito, Hit 1 Te Estas Kes serdn ampli lo siguiente. 1 ACASK COMO FSTRUGTURA RSS BEL CRISTIANO PAIMTIVO 81 tintian en la vivienda de los padres. Un caserfo vasco era el lugar donde wradicaoa» y residia una familia alo largo de generaciones. Caando recorremos una ciudad, con mucha frecuencia, lo que mis ‘108 impresiona son las casas de fos barrios antiguos. Son, incluso, las, que mis se cotizan, micntras edificaciones bien recientes se degra dan y no se sabe qué expresan més, si la urgencia de cobijarse de unos 0 la de especular de otros, ‘Adin en nuestros dias, entre la poblacién arabe de Palestina, que conserva el coacepto tradicional de la familia y el apego ancestral a su tierra, la prmera aspiracién en cuanto se tiene dinero suficiente, normalmente ganado en la emigracién, es hacerse una casa sélida y amplia en su pueblo, Incluso entre los palestinos pobres las casas son relativamence buenas. Hay némadas, pero no hay chabolistas. La fivela cs un fenomeno de tansicion en aquell tera, cuando el ‘ndmada ve agredido su sistema equilibrado de vida y empieza a ser un simple merodeador de la ciudad, que ha sido repentinamente instalada en lo que hasta ahora habia sido su habitat natural. La politica represiva actual de los judios contra los palestinos tiene como arma especialmente grave la de dinamitar la casa de quienes son acusados de «acciones terroristass. Tal medida se realiza sl margen de todo derecho, arbieraria e injustamente. Pero tiene wn significado muy profundo. Destruir la casa ex intentar romper el irhol genealdgico, intentar boreae su memoria; es la maxima afrenta; es dispersar el grupo al quicarles su ancestral espacio comtin, con- verttles en desarraigados ‘Tras estas someras indicaciones para introducirnos en el sentido antropolégico y sociolégico de la casa, ¢s necesario presentar breve- mente unos datos filoldgicos. En nuestros idiomas modernos la casa (house, haus, maison) significa primeramente el lugar donde se habiea, pero también puede evocar al geupo humano ~entendido de forma mas o menos amplia~ que con él se relaciona. Esto sucede auin mis en griego y en hebreo, idiomas en los que no existe una palabra determinada para designar a lo que nosotros llamamos Fumi- lia, El hebreo Sayit es un edificio o habitacién, pero también puede referirse a la familia del padre, a los parientes © a todo lo que com- prende la casa, incluidos esclavos y ganados. Los LXX traducen bayit de manera indistinta por oikos y oikia, haciendo desaparecer pricti- camente la distincidn primitiva entre ambas palabras. En el Nuevo “Testamento hay una cierta preferencia en elegie ofkos para designar 82 [DEL MOVIMIENTO DE JESDS LA IGLESIA CRISTIANA cl grupo familiar y oikia para el lugat de habitacién, pero las dos palabras se usan con ambos sentidos’. Es decir, se trata de términos Hlexibles y de gran capacidad evocadora. Sélo el estudio del texto podra decimos en cada caso el sentido en que se utiliza‘, 1. Textos del Nuevo lestamento 1.1. Hechor de los Apéstoles* Le nos presenta al inicio de los Hch una visién idealizada de la primitiva comunidad de Jerusalén. Los apéstoles, con algunas muje- tes, con Maria la madre de Jests y los hermanos de éste, permane- cen reunides en oracién en el piso superior de una casa de la ciudad que dista del monte de los Olivos el camino de un dia de sibado (1,12-14; c& 2,1-2). En las casas orientales el piso alto sucle ser el mejor (cfs Me 14,15, Heh 9,37s). Muy pronto la tradicién local jerosolimitana identificd este lugar con el utilizado por Jestis y sus disefpulos para celebrar la cena pascual, lo cual no es inverosimil’ Si esto fueta correcto se tratarfa de una estancia situada ofecti mente en el piso superior (anagaion, cf. Mc 14,15), grande (mega) y dispuesta con cojines (estromenon). es decit, de la sala geande (kata- Jiama) de ana tica casa oriental. Volveros a encontzat «muchos (no todos) reunidos en oracién en la casa de Marfa la madre de Juan ‘As, por ejemplo, ambos vocablos aparecen con ol senida de resdencia (Me 7.2430; Le 7$.10.36°37: 15,68; cf Me'5,38 con Le Bil y Mr 9.23); en Pablo ambas designan ala fumilia de Fséfano (1 Cor 1,16; 16,15; sia con ext tentide tambicn en Me 64; Jn 4,53; Fil 4,22); en Fich com oid se rfiere a casa de Sin (1061731; 11,11) y com ahora fa de Cornelio (10-22-30; 11323) (0. Miche, TWAT V'122-161; H. A. Hoflncr, Baia, TWAT 1, 629-638; E. Goetz Jenni, Bayz Haus, Telogiche Handuwiraerbuch sum ALY, pp 308-31 Inann, Haus, heologiches Berlin umn NTI pp. 36149: epek Weigand obi y orn, Exetches Worterbuch cm NEL Il pp 1210.12 HJ Klaick, Hawgomeind und Howie im fen Chritentom SBS 103). 8 gt 1981, pp. 15-20 na noe 9. «Dos bra, recent y cx malin, ean profundamente la case/faia en el eistianismo primi teen muy en cuenta ef conteato del mundo mite tine dl siglo: © Osi DL Balch, Famili the New etment Werdd Hon ‘eld and Hse Cure, Lainie 4997, H. Moxnes). Comtrucng Early Christian Fontes Family at Social Realy and Metaphor London - New ork 1997 “B. Blue, Acts andthe House Church en Te Book of Aa ints Fare Century Sein, wl. 2, Grand Rapids 1994, pp 119-932. “is To que intena probat Th. Eshn, Eine in dar New Tesament Il Leip sig 1900, pp 200.215-14 4 C988 COMO ESTRUCTURA MASE DHL CHNTTANISMO MRIMETIVO 83 Marcos, adende se dirige Pedro cuando sale de la cécel (12,12), Parece que se trata de un grupo de la comunidad y no de toda ella (cf. x. 17), quiza de los helenistas. En efecto, Bernabé, «chipriota de raza» (4,36), era tio de Marcos y, ademas, no se encuentea alli San- riago el jefe de la seccidn judia de la comunidad (x, 17). Incluso se puede pensar que si Pedro se va a otto lugar (1 17) quird es por e peligro de ser identificado con los helenistas que son los que han cenido dificultades (8,1-3). Los helenistas eran de un nivel evond- ico mds elzvado , lo que corresponde a la buena situacién social de la casa de Maria, que tiene vestibulo y puerta con acceso directo 2 la calle y que cuenta con los servicios de una esclava (v.12) Al descriir la vida de la comunidad de Jerusalén se dice que fre- cuentaban el templo y anunciaban fa Buena Noticia y partian el pan Aatoikon (2,46; 5,42). Esta expresion griega puede traducirse wen casas» ‘0 «por las casas», Dado que s¢ nos presenta tna comunidad de un ele- sada ntimero de miembros (1,15: 2.41; 4,4), parece mejor entender spor las casas. Ademas, ya hemos visto ances (ef 12,12) que ka come nidad no se reunia en un solo lugar. La leetura del cod. D «Autvikous» respondde fielmente al sentido, Es evidente que estos sumarios lucanos 9-47; 4,32-35; 5,12-16) estin fuertemente idealizados, pero la kei- ‘entre los miembros de la comunidad, rasgo larmente (2,42.44-45), sélo se puede explicar a partir de la vida de las iglesias domésticas. Cuando se desata la primera persecucién conera la Iglesia, se dice aque Saul «entraba por las casas y se llevaba por la fueraa'a hombres y mujeres.» (8,3). Pudiera entenderse que itrumpe en las celebraciones de la comun dad. Si bien por cl contexto pareve referise a Jerusalén, sin embargo, es mejor colocar en otro lugar, quiz en la regién de Damaseo, eas iglesias domestics devasadas (Cal 1.22), Cand ox judios se amotinan cn Tesalénica contra Pablo y Silas, van a buscarlos a casa de Jascin, que parece ser conocida como I n de os 5). Posteriormente, Pablo, en un resumen de su rministerio, dice que spredicaba y ensefiaba en puiblico y por las casas (20,20), quchay que referira la predicacion ditigida a todos y ala ins- «ruccidn real zada en el seno de la comunidad cristiana tristianos (Hel M. Henge, «Zoiscen Jess und Paulus, 27 72.(1975) 151-206; Gi, Sey wider =Stephanaus. de Helonisen aad Samaras. em J. Kroner (oh). Let ie de Apion, Lntair 1979, pp. 219-2408 (i, Baumbach, Dic Antunge ler Kirhowerdong, ion Uschisentums, Kgs 34 (ORD) 12-30, 84 DEL MOVIMIENTO DE JESUS A LA IGLESIA CRISTIANA ‘MenciSn especial merece la formula «NN y (toda) su casa», que aparece repetidas veces. Tiene sus precedentes lingiiisticos tanto en el helenismo como en los LXX', de una manera parecida a como la comunidad de bienes en los sumarios 2,448; 5,32-37 responde a la promesa biblica de Dr 15,4 y a la ucopla social platénico-pitag6rica Esta formula ha sido muy estudiada con relacién al bautismo de los nifios?, que algunos pensaban legitimado por ella. Hoy parece exis- tirun amplio acuerdo en que la formula, por s{ misma, no transmice tun contenido fijo y univoco, de modo que s6lo el contexto puede descubrirnos en cada caso la amplicud que se le da a la casa men- cionada. También parece claro que Le describe de una forma este- reotipada, transmitiendo una imagen solidaria y pacifica de la casa, que puede no responder plenamente a la realidad histérca, El centurién Cornelio era «piadoso y temeroso de Dios con toda su casa» (10,2). Pudiera pensarse que los bautizados (10,44-48) son Jos parientes y amigos fntimos de Cornelio a quienes éste habia invi- tado para escuchar a Pedro (10,24). El autor de Hch desea por motivos redaccionales que Pedro se dirija a un auditorio de gentiles més amplio que la mera casa de Cornelio. De todas formas, es claro que habia una solidaridad religiosa entre el paterfimilias piadoso y sus servidores (10,7) y, al final, vuelve a aparecer su casa como des- tinataria de la salvacién (11,14). En Filipo recibe el bautismo Lidia, una rica negociante en puir- pura, y st casa (16,15). Pablo y Silas se quedan en su casa (16,15) Cuando salen de la cdrcel se drigen a aquel lugar (¥. 40) que parece convertido en centro de la vida de la comunidad cristiana, La vit culacién de un hombre y su casa esti especialmente subrayada en el «aso del carcelero de Pablo y Silas en Filipo. Se promete la salvacién a él ya su casa (v, 31); le anuncian la palabra «con todos los de su Para fos XX: Gn 75 De 15,20 Sam 1,21; 2 R Ba Ps Sal 3.8 Pars lhe imo: FOxy 1299.5; 2273 2326; 3164.59. “Sea, «Zur Kinderaule in der Unkiches, Deutch Pfireblr 49 (1949) 152-154; Jems, Hat die Unkle die Kinder ges, Gotangen 1949; ty Die Kinderife in den ten ver lebrbunderten Gtingen 1958; K. Asn, Die Si ingtanfem Neven Tenement nd in der alien Kirche, Minchen 1961). tei, Racbmab: De Anfnge der Kinderafe, Munchen 1962; P Welgan. “Zar 6 tanaten "Oilosforme», NT 6 (1963) 49-74 A. Seobel, eSaughng- and Kinder: tau in der atest Kicher en O. Der). Bertndng nnd Gebneach der el Tanfe (1963) 7-63: G. Delling. Zar Taufen vor Hater im Urchisencane Air 7 G45) 285-311 1181 COMO ESIRLCTE RA RISE DEL CRISTANIMO ERIN 85 casav (\, 32); «recibid el bautismo él y todos los suyos» (v. 33); hizo subir a los apéstoles a su casa y wse alegré toda la casa de haber creido en Dios» tw. 34). 1.2. Cartas de Pablo Las comunidades paulinas son, sin duda, las mejor conocidas del ccistianismo primitivo. También para el rema que nos ocupa las car- tas del apéstel son una fuente preciosa de informacién. Desde Ffeso Pablo envia a los corintios saludos de parte, de Aquila y Prisca scon la iglesia de su casay #@ kar orkon auton ebhlésia (1 Cor 16,15). Esta expresién es frecuente y no se refiere solo a la familia del mencionado o a los habitantes de su casa, sino que abarca 4 mis cristianos que se retinen en torno a ellos y que, incluso, de alguna forma, se adhieren a esa casa cristiana. Aquila y Priscila apa- recen por vez primera en Corinto, adonde llegan tras la expulsién de los judios de Roma por orden de Claudio (Fich 18,2), después estin en Efeso (cf. Hch 18,185), més tarde vuelven a aparecer en Roma o guizé nucvamente en Efeso (Rom 16,5). Son artesanos, constructo- rcs de tiendas como Pablo (Hch 18,3), probablemente gozaban de ‘una buena situacién social y se puede pensar que su movilidad no es ajena al trabajo que desempefaban. Es destacable que de las seis veces en que se menciona a este matrimonio, en cuatro aparezca en primer lugar el nombre de la snujer (Rom 16,3; Heh 18,18-26; 2 Tm 4,195 cf 1 Cor 16,19; Heh. 18,2). En el epilogo de las Cartas a los Romanos se menciona a varias mujeres. Febe es diaconisa de la iglesia de Cencreas en Corinto y es designada prostatis (Rom 16,1), que muy posiblemente tiene el sen- tido preciso de protectora o patrona de la iglesia”, lo cual implicarla aque es rica, Se saluda a Maria (v. 6), Pérsida, Trifena y Trifosa (v. 12), de las que se destaca que shan trabajado con dureza» (kopiad), verbo que utiliza Pablo de su propia actividad (1. Cor 15,10; Gal 4,11; Fil 2,16; Col 1,29) 0 de la de quienes presiden la comunidad (1 Cor 16,16; 1 Tes 5,12). En Rom 16,7 se habla de Junia, a quien fre- cuentemente los comentaristas consideran un. vardn. Pero esto es muy discutible. El acusativo TOYNIAN (con maytisculas) puede ser Tounian (del nombre de mujer founia) o founian (del nombre de "W Bauer, Werterbuch cam NT. a, lo, a 86 DEL MOVINIENTO DE JESUS ALA GLESIA CRISTIANA varén Iownias). El nombre de varén es muy poco frecuente, al revés due el de mujer, y los padres entendieron que Pablo se referia a una ‘mujer. Quiza Andrénico y Junia eran un matrimonio misionero, como Priscila y Aquila o Pedro y su mujer" (1 Cor 9,5). En todo caso a Junia se la considera apéstol (v. 7). En el v. 15 Pablo menciona otras dos mujeres de la comunidad romana, Eu Fil 4,2, Pablo exhorra a la idn a dos mujeres destacadas por su trabajo en favor del ‘evangelio (sunergén). En Col 4,15, saluda a otra mujer, Ninfas, y «a Ia iglesia de su casa». En resumen, vemos el papel relevante de varias mujeres en las iglesias domésticas, incluso hospedindolas en sus casas (asi Prisca, Febe, Lidia, Marfa madre de Juan Marcos, Ninfas). Pablo en Corinto ha bautizado a las casas de Crispo, Gayo y Estéfanos (1 Cor 1,14-16; cf. Heh 18,8 y Rom 16,23), que son tres personas de relieve social y buena situacién econémica!, En Corinto parece que la comunidad estaba formada por varias iglesias domésticas, pero en ocasiones determinadas se reunian todos juntos (cf. 1 Cor 14,23). Gayo debia de ser el rico propietario de una casa grande que podia cobijar a la reunién. de toda la iglesia (Rom 16,23). Se ha pensado que esta pluralidad de iglesias domésticas habrla derivado en grupos particulristase insolidarios que extn cn cl origen de los partidos enfrentados de los cristianos de esta ciudad (1 Cor 1,11-12)”, Los versiculos siguientes parecen indicar que «stos partidos se entendfan come comunidades personales en las que se establecia una vinculacién sobrenatural entre el bautizador y el bautizado, al estilo de los cultos mistéricos en que los iniciados se consideraban ligados de una forma especial a la persona del inici dor, Por eso Pablo relativiza la importancia de la persona que bat |tiza (1 Cor 4,13-15)". También es a la luz de diversas iglesias domésticas como mejor se entiende el famoso conflicto de Antio- quia (Gil 2,11-14). Pedro come con los paganocristianos hasta que, por temor ante la venida de los de Santiago, se separa de ellos. Lagi TE tad 30 os ‘i G. Thasen, Studion zur Sosiloic der Urchritentums, Tibingen 1979, pp. 231-271, Tincuccin estas: Birdos de acolo del ernie prime, mane 195 cin deforma bids hom pate primera del ginal, que tone un erste mnctodoigico, y code sun impor {ancia no slo para entender eo dl bo, sino tabien para soda en lo rifles de eat orcmacon ic, me © "FE Fikon, «The Significane ofthe Early House Churches», 8 LVI (1939) 109. HL. Kauck, 0 6, p40 |X SY COMOFSIRUCTE RS RIEDEL CRIS SSM ARATE a7 camente estas comidas separadas de paganoctistianos y judeocristia- hos suponen a existencia de distintas iglesias domésticas". Parece aque la denuncia que le ditige Pablo tiene lugar en una reunién del pleno de la comunidad femproszen panton v. 14), Fy muy dscurido si el capitulo 16 de la Car percenccia primirivamente a este esctito o sis por 4 los Romanos el vontrario, iba dlrigido a la iglesia de Ffeso. Se dice que es imposible que Pablo conovea a tana gente en una iglesia que atin no ha visitado, que el capitulo falta en algunos manuseritos y que 15,33 perfeccamente podia ser el final primicivo, Los que defienden la sicuacién actual del texto se basan en ka neeesidad de Pablo de mostrar sus conocimien: tos entte los cristianos para preparar su. visita; lo mismo que Aquila Priscila (s. 3}, ambign otros cristianos pudieron ser expulsados por Claudio y haber regresado otra vez a Roma. Sea lo que sea de «sta cuestién. no hay duda de que Rom 16 ofrece una ria informa- cidn para nuestro tema. Algunos datos ya los hemos presentado. Los tristianos mencionados en los vv. 5-13 probablemente pertenecen a glesia de la casa de Aquila y Priscila (x. 5)", En los yw. 14-15 Pablo saluda a casas enteras, a dos iglesias doméstias. En cambio en Jos ve. 10-11 (saludad a los de la de Aristibulo... saladad a los de la de Narciso, alos que son en el Sefiors) se refiere a miembros infe- siores de casas cuyas caberas no son eristianos: se conserva la unidad dle la casa, aturque distingue a los cristianos de los que no lo son. En Fil 4,22 hay algo similar: «Os saludan... los de ka casa del César» Los de la casa del Césare ey una expresién eéenica que designa a esclavos y Tibertos que por mandato del emperador acruaban espe- cialmente en ki ciudades importantes {no solo en Roma), de modo especial en asuntos financieros y econémicos. No se incluyen ni fa mujer del César ni sus hijos". Como en Rom 16,10s, vemos que no sélo se daban conversiones de casas enteras y que la conversién xno suponia necesariamente romper con la propia casa que no se hacia eristiana (el. 1 C 16). Lo mismo encontramos en kt Carta a Filemin en la que se nos habla de Onésimo, un esclavo no cristiano (x. 10) de an amo ereyente y que hospedaba una iglesia en su easa (vw. 1-2), Sin duda Filemén cra un hombre de medios eve TH J Klock, a c. . 4 1W. Nigger {Due Roeser urchrihien Hagens fie is Arnot agg Boal M. Biles 7h i Penna. London 195, 88. DEL MOVIMIENTO DE JESUS A LA IGLESIA CRISTIANA, ndmicos y sociales. Es importante notar que Pablo menciona a su ‘mujer, Apia (v. 2) y pide que le preparen hospedaje (v. 22) porque tuna de las funciones de las iglesias domeésticas era acoger y servir de plataforma a los misioneros cristianos (cf. 2 Jn 10)". Cuando Ts 5,27, se dice «que esta carta sea lefda a todos los het cabe suponer que lo que se propugna es que leguc sias domésticas de aquella ciudad. En las Cartas Pastorales se observa una separacién entre la casa y_ la comunidad cristiana, Se habla de la casa del episcopo (1 Tm 3,4s) y de los diconos (1 Tm 3,12); se insiste en los deberes de solidari- dad para con la propia casa (1 Tm 5,4-8), asi como en su buen gobierno (1Tim 3,12) sin perturbar la casa de los demas (1 Tin 5,13); no se trata de recomendaciones a iglesias domésticas sino a hogares familiares. Ahora ¢s la iglesia en su conjunto la que ¢s denominada ‘casa de Dios (I Tim 3,15). Es evidente que nos encontramos cn otto estadio de la organizacién eclesidstica y de la reflexién teolégica, En2Tin 1,16 y 4,19 se habla de la casa de Onesfforo, No se tata de una iglesia doméstica sino de la Familia de este personaje, a quien se alaba extcaordinariamente, y que ya ha fallecido (1,18). 2 Tm 3,6 previene contra los propagadores de falsas doctrinas que «se introdu- cen en las casas y conquistan a mujerzuelas». De un modo semejante Tic 1,11 pone en guardia contra wlos que trastornan casas enteras». Se estén refiriendo estos textos a los que dividen o desvian iglesias domeésticas? No puede excluirse. Pero no puede perderse de vista que diversas doctrinas y cultos —como sucedié con el cristianismo— pre- tendfan intoducirse en las casas y, con frecuencia, encontraban terreno abonado en las mujeres. No deja de ser interesante observar ue, si antes el cristianismo forcejeaba por introducirse en las casas, ahora (2 Tin y Tit) se esfuerza para impedir que otros lo hagan. En 3 Janos encontramos con ds isa domestica en una lacie de Asa Menor tin dls ek, la de Cayo, hase ls snes envio por al preter ysl que se chorea pars ue vice «recor (68), mlcntre que Str Ia cde Die sb rechsulo @e11), CEA Malherbe, ete Tae. a Diouephen en God Che and Fs People Stain lonour PNA. Dab Os 1977, pp. 223-252. Fs posiblemente en Axa Menor donde le ilesas domética ‘vito mayoimportaciay mis langs durin CLS: Johnsons «Ata Moy and Ean Chistantys en Chron, dain and ether Greco-Roman Cui Sadi for Ai Soh Pr een 7g 718 1 li Hamer he Home A Sacoloia Ese of 1 Peer, Padlphin 1981, 223.264 (Tad eps Ur hoger ‘er un en pin hg Eh re cede Cart por de io Sere uacbny crag stl 1995), SAGA COMO ESTRUCTURA MASE DEL CRISPANIMO PRIMITTYD 89. En resumen, sabemos que Pablo cuando Hlegaba a una ciudad predicaba en la sinagoga y en el ambiente judio, Pero los resultados eran escasos y, en todo easo, su actividad alli muy limitada, Es muy ligico pensar que el apéstol se preocupaba por establecer otra serie de contactos con quienes pudieran proporcionarle una casa ade- waada como centro de su actividad y lugar de scuinién de los ere yentes. Es una estrategia que se ajusta a ls palabras de Jestis cuando dordena a los misioneros entrar en una casa en la regidn ala que lle- guen y hacer de ella el centro y la plataforma de la misién (Le 10,5- 7), Por eso, Pablo entra en relacién con gente de relativa buena osicidn, a les que excepcionalmente incluso bautiza con toda su Eq ( Cor 114416); deeste ambiente proceden los pateones eono- cidos de las iglesias domeésticas de las comunidades paulinas (Aquila y Prisca en Efeso, Ninfas en Laodicea, Filemén en Colosas, Febe en Cencreas, Cayo y Estéfanos en Corinto)”. Normalmente desempe- fiaban también las funciones de lideres de las comunidades, lo que viene confirmado por las calficaciones que Pablo les da; colabora- dlor (sunergén) Filemén v. 1; Aquila y Priscila en Rom 16,3; Estéfa nos en 1 Cor 16,16), diaconisa (diakonon) (Febe en Rom 16,1). En el caso de Estéfanos este liderazgo se afirma explicitamente (1 Cor 16,15-16). "S.J we su comentaia a Carta de Fkmnin,a ri a 22 patece tcl rcuerdo de las glsas domi! «abla gic prepara ‘taps mi que a Pablo. Cuando Mega + un nace aad para preicae al ruc cado y prochnar unos dogmas nunc dos snc sabia suc habia {iScomcursr mucha genes por xo cr ocesaro ante ao ua case sit apro™ ado del cual ats que tes paidisen concurrie Adem no debi enc nan Menents bis cramps pars ue pies senger «mu “FRc ht lstaca sn mdse erp de Pablo por mance 2 tahajand con ns ante (Ts 295.2 36-10, 18.3: 20.3335), Soe todo en Corinna, donde una di ben situa rene wn papel Hagemnico en vids dela comunidad ata muestra un especial empei cn aque quod claro a dsimerés 0 Cor 15-18; 16,23), su femuncias un derecho que ‘eon (1 Coe 9,413) Aa hace sre detox 1 Cor 98) Para tere tacin de este of RF Mock, sPauls Tentmaking snd the Problem of Hig Socal Case JB 97 11978) 355-564). Fn eat jam eprint los superapeeise sc knen oGar 8e3037, 43h Pb lain ‘Spec conus comunidad y no septa paras apostolol tip de ayuda ni cision que consilers normals ene eee moe misonerosy Raps. Eatin inelacion dal bajo de Pablo con ss aposcladositfocoe ne coment de los friars y Hus del en F Hock The Sil Context of Pel mi Minimang on Apt, Phiilphia 19RD, Deserello posternente ta eds cot epintlo VE 90 DEL MOVIMIENTO DE JESUS A LA IGLESIA CRISTIANA 1.3. Evangelios sindpticos™ En Q (especialmente Mt 10,11-14 par, Le 10,5-7; ef. Mc 6,10) Jestis envia a los discipulos diciéndoles que cuando lleguen a una ciudad 0 aldea se informen de quién hay en ella digno, que vayan a su casa y, si les reciben, permanezcan en ella convirtiéndola en cen- to de su actividad. Se refleja la existencia de iglesias domeésticas y, como hemos visto, Pablo sigue fundamentalmente esta estrategia. En los evangelios sinéprices esta muy presente el momento de ruptura, entendida como abandono, con la propia casa ocasionado por la conversién y el seguimiento de Jest: «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa el érmino englobs lo que igus) 6 hermanos o hermanas...» (Mc 10,29 par. Esto ya aparece en las primeras escenas de vocacién de Me 1,16-20). Pero, lo que resulta ‘mis cscandalozo, se repite con frecuencia la posblidad de contl tos gravisimos con los miembros de la propia casa (Le 12,51-53 pars Le 14,26 pars Me 13,9-13 par). La conversi6n al cristianismo podia romper la unidad de la casa « introducir disensiones en su seno. Debe tenerse en cuenta que en quel tempo la unidad tligiosa« idcolopica de la casafamilia er algo fundarnental, Era normal que toda la casa siguiese al peter ‘ilias en sus decisiones religiosas, por ejemplo si decidia hacerse adepto de un determinado culto en el mundo pagano. Las conver- siones individuales a la fe en Jesis, que también se daban, rompfan esta unidad bisica de la familia. Parece claro que la primera forma de petsecucién, y la mis dolorosa, que experimentaron los cristia- nos, los de origen judio sobre todo, procedia de su ambiente fami- liar, Ena fuente Q y en Jos evangelios sin6pticos prevalecen los textos_criticos con la familia natural, porque en ste primer mor experimentan, ante todo, las dificultades con la familia de origen cebido a la aceptacién de la fe en Jesis. Mc sefila la existencia de casas cristianas que acogen al creyente y son principio de comunidad, idencificacién y distincién en su nueva vida: «..que no recibe el céntuplo ahora en este tiempo en * Parasia los texts de los sindpricosen su verdadero context es sumamente instructive sabajo de S. Guijare, oka familia en Ia Galilea de sigo primeroe, Bi ‘Bib 53 (1995) 461-488. “ Puede verse mi trabajo +Experiencia de persceucin en la historia de Jes yen las primeras comunidades erstianas en 12, Causiero y Libeacon. Actas del 1 Cow gre Triniteris de Granade, Césdoba 1996, pp. 41-72. LACAN COMO ESTRUCTURA BASE DEL CRISTIASISMO PRIMITTED oO «asas, hermanos...» (10,30) ®. Quiz haya que romper con la propia «asa, pero inmediaramente surge la comunidad cristiana como alter nativa para susticuirla y para posibilitar la resocializacién en los valo- res de la nueva fe. El conjunto de Me 3,20-35 ilustra muy bien la imporrancia de una nueva forma de casa en a eclesiologia de Me Los versiculos que enmarcan la pericopa (20-21.31-35) juegan con la contraposicin entre las viejas relaciones familiares y las nuevas que nacen de estar en torno a Jestis (v. 34) y hacer la voluntad del Padre (v. 35), En la seccién intermedia se reitera el motivo de la aikialdorésticos (vx. 22-26), que puede dividirse, y de la vikialvivienda (v. 27), que puede ser saqueada Los nifios, que en aquel tiempo, sobre todo en el mundo greco- rromano, estaban especialmente desvalidos y no raras veces cran vendidos como esclavos y abandonados, deben ser acogides en estas nuevas casas cristianas, como en general hay que acoger a los nece- sitados y a los predicadores itinerantes para acoger al Reino y al mismo Jestis (Me 10,13-15; ef, Mr 10,40-42)" En el evangelio de Me esti muy elaborado el tema de fa casa, que es el lugar de fa ins- truceién exclusiva (9,28s.33-50; 10,10-16) para los de «dentro», a los que ha sida dado ef misterio del Reino de Dios (4,11). Con esto cl evangelistarefleja, sin duda, la situacién de su tiempo y su expe- riencia de ser iglesia en la caxa como espacio fisico y humano de una nueva forma de comunidad En la teadicida propia de Mr y Le la raptura con la propia casa se expresa excandalosamente en la subordinacién de los deberes familiares més sagrados para los judios (Le 9,59-62; ef. Mc 8,213) "5 se pce aban Taha dl pau {sj cl mismo Didre dl cco. CE Me 23.9 a convertin como rupea eal con lor vnculossocices pods vive sin been de cron nuevos én viene af jess CEG Micen, Studion sur Silage de, Unnisentamn binge 1 23127. y Sana del Movimiontn defers Santander 1979. Eta posta [Sci sempaeprcente en [a Iglesia en Tos movinnntorssctics radia xo Me 10.29.30 enue que on el movment de fee uy pronto se constrayen saci no seca sean mn de a *Y Lambrch,cThe Relves of us in Matko, NTU? (1974) 241-258 “Wi. Segemann, sLaset die Kinder 10 mit kommen. Soxalgechichiche Aspe des Rilervangsinms, en W. Schoceo#-W. Segemann fe) Tradinonen {Eo Bpevung | Munchen 1980, pp 114-144 RA Hog, Squemientey Cantina Sanraase 1981, pp. 13-30. cae Me conser qu ecupera cml casa cian tod lo que mati propia excep ol pale CLs, 30- Ea ta comunidad cts auras del Reon tiene que cr ssi por la frntar 92 DEL MOVIMIENTO DE JESUS ALA GLESLA CRISTIANA, explicitamente sefiala Jestis las consecuencias curbadoras que su actuacién tendré para aquel orden social que tenia en la casa su cen- to, (Le 12,51-53; Mr 10,34-36; cf. Me 64 pars Me 13,57; Me 13,12s pan; Me 10,21 y Le 21,165)”. Los sirépticos son escritos posteriores a las Cartas Paulinas, pero en ellos encontramos las tradiciones mas primicivas y radicales. En estas tradiciones se conocen los contictos domésticos gravisimos desencaderados por la fe en Jess y las consipuientes rupturas fami liares. La comunidad cristiana se ve como. slhesnativa a esa casa de procedenda. En ella el discipulo recupera un ambiente familiar y encuentra el lugar de resocializacién en los valores del Reino. En Pablo destaca, més bien, el punco de vista de familias que se han hecho cristianas y que en torno a ellasaglutinan la comunidad cris- tiana. Pars el apéstol es importante evitar los conflicts intrafami- linres por cause dela fe. Bod presente el interés por extender el Evangelio y acomodarse a las estructuras vigentes. Esta preocupa- cién se acentia en la tradicién paulina posterior al apéstol. En ella van a nacer los textos parenéticos que exaltan la unidad familiar y la legitiman teolégicamente. Es decir, en el Nuevo Testamento encon- twamos textos muy diferentes respecto a la familia, desde algunos sumamente criticos hasta otros muy favorables y conservadores. Este dato, sin cuda profundamente cuestionante, se entiende a partir de las diferentes preocupaciones y situaciones de las comunidades”: al principio en tensién con las familias de origen, después poco a poco insistiendo en no romper la casa, en acomodarse a ella, y llega muy pronto un momento en que la comunidad cristiana no es una alter- Da vests ce dete min es ra ppp Hy tox Pain obra Iucana pute verse D;L, Matson, Household Convenion Nantes i sehen uaa eet ee rin ene de, nt gry Sti snr i ce a eg pe oe cee Papeete sg re i ae cls ia icone on jeg ies oo colonies ‘Temple verus Household in Luke-Acts: A Contras in Socal Insitutions, en J. Fl sa caer fe Comer Sl ig Nar Sh Th Sat Wed Lae Meares YY op Hagel nd Met a ea fem ae A,B oak le 20 em en cma Maes be *C. Osick, «The Family in Early Cheistianiey: “Family Values", Revisited, Ci 58 (1996) 1-24. ” sf - . we | | | | [ACA COMO ESTRUCTURA BASE DEL CRISTLANISMO PRIMITIVO 93 nativa a la casa de procedencia, sino que conviercea ésta en la estruc- tura base de iglesia cristiana, 2. Testimonio de la arqueologia La importancia de la arqueologia para los estudios del Nuevo Testamento frecuentemente ¢s infravalorada. Una causa funda- mental es el predominio de hermenéuticas desmitologizadoras y estructuralistas. También es verdad que, a veces, los trabajos de arqueologia del Nuevo Testamento, sobre todo de los evangelios, han solido estar muy preocupados por alimentar la piedad de los creyentes y no han sabido introducirse en el mundo cientifico. Pero cl aumento actual del interés por la historia de Jestis y del cristia- nismo primitivo exige tomar mucho més en consideracién el tipo de trabajos que voy a mencionar en este apartado. De pocas cosas esta mds necesitada la exegesis que de una buena arqueologta del Nuevo Testamento. El primer ejemplo lo encontramos en la ciudad siria de Duta- Europos, en la que se ha descubierto una casa privada que proba- blemente sirvié muy pronto como lugar de reunién y de culto de la comunidad ccistiana”. A mediados del siglo ut, debido al aumento de los cristianos, se procedié a derribar un tabique para lograr una habitacién mis espaciosa, de unos 65m’, En aquel momento toda Ja planta recibié una utilizacién religiosa, Ademés de Ia estancia mencionada, existfa otra mucho més pequefia decorada con pintu- ras, que contenfa el baptisterio y una sacristia. El presidente de la comunidad se situaba en un lugar ligeramente elevado. No se ha encontrado altar fijo, lo cual da'a entender que se servian de una mesa normal. No se puede descartar que el segundo piso se utilizase como vivienda del propierario para hospedar a cristianos que se eneontraban de paso. En Dura comprobamos la existencia de una iglesia domésiica que se reunia en una casa convertida después en dons ecclesia, es decit, un edificio domeéstico que en un momento dado es reutilizado de modo que sirva exclusivamente (al menos en 'W. Rordot, «Was wissen wir aber die christlichen Gottesdiensriume der vor honstantinischen Zeit’, ZW 55 (1964) 110-128; C. H. Keacling, Tbe Excavations t Duro-Europos. Final Report VIN, 1: The Synagogue, New York 1956, Vill. 2 The isan Basldi, New York 1967, 94 DEL MOVIMIENTO DE JESUS ALAIGLEIA CRISTIANA » parte) como lugar de reunién de la comunidad cristiana”. Dos ‘manzanas ms alli, en la misma calle, se encontraba una sinagoga famosa por sus pinturas y que también tenia su origen en una vivienda. No lejos se hallaba un lugar de culto a Mitra, cosa que no puede extrafiar dado que por ser ciudad fronteriza habia en Dura un fuerte desacamento de tropa romana Un cao similar, segiin fuentes licerarias™, sucedié en Antioquta, e a donde un personaje distinguido llamado Teéfilo puso su casa a dis- posicién ce la comunidad y la convirtié en iglesia. Es de gran importancia el descubrimiento en Cafarnatin de lo que los excavadores franciscanos del lugar han dado en llamar la casa de Pedro™. Parece que las familias vivian agrupadas en clanes en torno a un patio comtin. Las construcciones eran de basalto y cl techo de paja y barro. Habla una sola puerta al exterior provista de cierres mientras que las habitaciones daban al patio y estaban siem- pre abiertas, La casa de Pedro se ha identificado cn una de las «insu- las» mds cetcanas al lago. Su construccién data del siglo 1 a.C. En la segunda mitad del siglo 1 d.C. esta casa se convirti6 en centro de la comunidad judcocristiana de la localidad. La utilizacién religiosa viene testimoniada por numerosas inscripciones, fragmentos de lamparas y por, al menos, tres capas de revoque que recibieron los muros. Un segundo nivel procede de finals del siglo to inicios del tv. Un mero especial, con una apertura al norte y otra al sur, separé esta casa del resto de la ciudad, El nivel tercero es de mediados del siglo V. Se destruyen las viviendas de esta «insula» y se erigié una iglesia con un plan octogonal central construido exactamente sobre los fundamentos de la casa venerada y rodeado de otro octégono; cl pavimento estaba adornado con mosaicos y también habia un pér- *Sobrelaevolucin de wna igheia que rein en ura cst a a demas eciae ¥, poseriomente ts Constantine 418 bares dec 4 un ein cose Esmeticamene parc lo ean, pace esc B us at cy C. Ouch =D. Uae, Frit the New Yotament World Host end Foe Charest vile 1987, pp. 3435 con bloga 0 Lae Revogn 1271 °NC. Corba, Caférnaa Gli efi dela cits, Jesuralem 1975, pp. 26-106; id, La maison de Se Bert 4 Capharnaims, Let dower de [Archologie taiji 1975, Bp. 64-73: S.Loflred, Gide de Capharnatom, Jerusilern 1975. Un balance sobre el febate acta sobre este tema S. Lateda, aa tadizonale Casa di Simon Dieto 4 CCafarnao 2 25 anni dalla ua scopertae, en F Manne -E. Alaa (eds), Early Critia- nity in Contes, Jrasilem 1993, pp. 37-67, [LACASA COM ESTRUCTURA BASE DEL CUSTIANISMO FRIMITIVO 95 tico, sacristia_y baptisterio. La virgen Exeria, que visité el lugar en tomo al aflo 400, nos describe el nivel segundo: «En Cafarnatin la casa del principe de los apéstoles se ha convertido en iglesia, Los muros (de esta casa) permanecen hasta hoy tal como eran». En cl siglo VI un peregrino anénimo de Plasencia (Italia) ve una basilica fen el lugar de la eaca de Pedeo: «Hemos legado a Cafarnacin, a lugar de la casa del bienaventurado Pedto, la cual es actualmente una basi- licas. Ya ne podia ver la casa sepultada bajo el pavimento de la igle- sia, ¢s decir, se refiere al nivel cercero. La importancia de estos datos arqueolégicos no se circunseribe a nuestro tema, pero por lo que a €l respecta vemos la transicién de una vivienda utiizada por la comunidad cristiana, convertida en domus ecclesia y que acaba siendo un edificio religioso de nueva planta. No me resisto a mencionar un tercer ejemplo, oscuro cierta~ mente, pero que afecta a uno de los problemas por investigar més interesante de la primitiva comunidad. La tradicién localizé desde muy pronto en el sudoeste de Jerusalén, en lo que se llama el Monte Siény, la casa de Marfa la madre de Juan Marcos conside- rindola como el lugar de la Gltima cena y de la reunién del efrculo cristiano que vivid las experiencias pascuales y Pentecostés (Le 24,36-49; Jn 20,19-20; Fich 1,12-14; 2,1ss)®. Lo que interesa para nuestro caso ¢s la existencia indudable en aquel lugar de una primi- ‘iva comunidad cristiana vinculada a una casa concreta. La historia particularmente dramstica de esa zona de la ciudad ha imposibili- tado la realizacién de unos trabajos arqueolégicos a fondo™, de modo que nuestra informacién es deficiente y casi toda basada en fuentes litesarias. La desteuccién de Adriano no fue completa en esta regién y Fpifanio, escribiendo en la segunda mitad del siglo 1v, decia que estaba todo en ruinas sexcepto algunas casas y la pequefiaigle- . Kopp, indir Enonglgue Pais 1968, pp. 535s Ca ay rrncency aed fe acon Por Pk en 1951, que pul lr pci sD Tom Nic th Hor ofthe Bald Duden 111°C A Rbinoite Fund forte Exploration of Ancien Smagogue rss. lem Decembe 1960, pp 4-44. Elexcavador aur en 1956 sn hacer publican

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