You are on page 1of 3
Ha ipo-ipo, cantos de. Chile. Véase Pascurnse: Héaeni cocedxz. México. Denominacién seri utilizada para describ el arco de cuerda percutida o punteada, Véase Anco usicaL. VIL. MEXICO. 1. ARCOS INDIGENAS, Haas, Valentin, Espafta, siglo XIX. Editor y almacenista de nisica activo en Barcelona entre 1878 y 1900. Su primer domicilio comprobado (1880-82) estuvo en Rambla de Cen- tro, 26; posteriormente pas6 a otro local en Rambla de Esta dios, 11 (1888-1900). En los tiltimos afios del s, XIX la enti- dad figuraba como Viuda de Haas e Hijo. La produccién editorial fue relativamente escasa, pero tenia la caracteristi- a calidad grtica de los editores catalanes de misica de la época. Véase EDITORES. CARLOS JOSE GOSALVEZ LARA Hias Bachmann, Andrée, Suiza, ?: Santiago de Chile, 1989. Bailarina, coredgrafa y docente. Hizo sus estudios en los ins- titutos Jacques Daleroze de Ginebra y Parfs. Obtuvo el titulo de profesora de Ritmica y Piano en 1926 y en 1927 se per- feccioné en la Opera de Paris, Por ser delegada del Instituto Central Daleroze de Ginebra se convirtié en profesora de la lial de Varsovia, En 1928 fue contratada en Chile por el Conservatorio Nacional de Miisica, que cre6 para cllael curso ‘Ritmica. Ademas, abrid su propia Academia de Ritmica y ‘se asoci6é mas tarde con Elsa Martin (titulada en la = Mary Wigman). Fue designada profesora en el Je Educacién Fisica. Regresd a Europa en 1935-36 nel Instituto Dalcroze de Ginebra como profe- « en Dresde se especializ6 con Mary “all (Inglaterra) tomé un curso de Jooss. Ya en Chile, asumi la ‘en Pedagogia Musical del Con- Su escuela privada comenz6 ‘avanzadas con técnicas y est aliz6 una labor permanente st Uthoff, Lola Botka y tuna escuela y un ballet ‘Andrée Hias entreg farina y dovente, al m ‘nuevo equipo de maestros. Andrée Has se nacionaliz6 chile- nna en 1940, COREOGRAFIAS: La Bote 3 jonious, M,C. Debussy, 1929; Cancn de la iera, M, G. Mabler, 1930; Petite rite, M,C. Debussy, 1932; Ma mare oye, M.M. Ravel, 1936; Hansel y Gretel, M, Cesc colestva de larmnos ‘de rvnica, 1938; L‘Enfantprodique, M,C. Debussy, 1939; Mojas dela maa ra M,1. Straus ‘YOLANDA MONTECINOS Habana, La. Capital de la Repiiblica de Cuba, Véase La HABANA. Habaners presente en iia, 1. Argentina Cuba. I, Uruguay 1 ARGENTINA. Danza rural que segtin la clasificacién de Carlos Vega se ubica entre las de pareja enlazada indepen- diente, Enel timo euarto dels. XTX pas6 de Tos salones a los ‘estratos rurales, donde se mantuvo vigente hasta promediar el s. XX. Se document6 en los mbitos del norveste, central, ‘mesopotimico y pampeano. Compuesta en modo mayor 0 ‘menor, compés 2/4, pie binario, tiene la formula basica de acompasamiento, corchea con puntillo-semiicorchea-corchea- corchea, ubicindose dentro del cancionero que Vega denomi: 16 Oriental. Consta de dos perfodos de ocho compases cada ‘uno, que se repiten. Se interpretaba con acordesn o verdulera ‘y/o guitarras, Enel teatro argentino, especialmente en las pri- eras expresiones del llamado género chico criollo, fines del s. XIX y comienzos del XX, la habanera aparece ya como riisica ambiental o caracterizacién de los personajes. En las partituras se indica “tiempo de habanera”, junto con “tiempo de tango” y “tiempo de milonga”. A finales del s. XX en las provincias de Entre Rios y Corrientes, en los bailes populares 6 “bailantas” se cultivaba una danza denominada rasguido doble, que conserva un ritmo cadencioso y un acompaiia- ‘miento que Ia emparentan con la antigua habanera. IL, CUBA. Especie del complejo genético de la cancién ccubana cuyo origen se considera esté situado en la primera mmitad del s. XIX. Hasta el momento, la més antigua que se ‘conoce fe publicada en La Prensa, en 1842, titulada El amor ‘en el baile, de autor desconocido y calificada como “nueva ‘érmino que designa una danza y forma musical rentes lugares de Hispanoamérica y en Espa- 17s Habanera cubanas del ns us pacaciones ates SRC cea os m8 cat ‘eras musicales sino también a diversos event Oe pleas musa ie desde Cuba hasta Eas Po MEL rales que se trasladaron d ra principale fas constanes idas y vuelta de las flotas mariimas, Po mente las espaiolas. La misica, dentro del amplio cont ve fue fa de mayor perdurablidad y araigo, POF crake dante ete emo, profunizron eo as Toe mas” y “maneras de hacer” ya definidas como La danza y la contradanza fueron dos de los tos de los creadores cubanos y los que ocuparon el Maye indice de representatividad de toda la miisica que s° edit centonces dentro y fuera del pai, difundidos bajo las denom- naciones de contradanza habanera o danza habanera. Ademés del alifcativo, por un proceso de sedimentacisn, el cultivo de la contradanca y de la danza durante tantos aflos hizo que S& fijaran muchos de sus elementos en la tradcién musical cubs- na, algunos de los cuales funcionan como antecedentes de las especies y modsalidades que comprende el complejo genérico de la cancién cubana, incluyendo la habanera. La relacion estd dada en la concepcicn pianistica estilizada, de la cual resultaron altamente representativas la creaciones de Manuel Saumell ¢ Ignacio Cervantes. En sentido general se mantic- nen, para toda la cancionistica elementos como la merica en 2/4 la periodicidad de las estructuras y el movimiento de las voces a distancias de tereeras y sextas, mayores 0 menores, movimiento heredado de la linea melédica superior de las con. tradanzas y danzas. Este tltimo elemento sefialado es el més significativo, pues funciona como centro alrededor del cual se interrclacionan los demés para la conformacién de la factura Yoral-insirumental de las canciones. En la babanera, ademés de Estas, perduran otras caractersticas sedimentadas también por la comadanva y Ia danza, Exnte en ella una inevitable asociacin con la misicabuilable a pesar de ser lo cantable funcig qs tascens. Esa vines est dad patna, binacin de figuraciones rimicas que por mucho tiempo se emplearon en el ambiente musical bailable, apuntadas en partituras de las puarachas, de las contradanzas y de las dan Sets oe a del bajo acompaitante ~que ademés 2 ses omen ends ce eae Yariantes de ésa en el bajo com diferentes fguracione cq melodia y algunos movimientos sincopados como rege de ta habanea que hasta a se han seas meee Soa fh a lal pen Un recuerdo de lenacio Cervantes danza para piano ceancién habanera” suede tomarse también como Feta danza y la contradanza e ta habanera, Las habaneras con fn el baile fueron abandonand faciones de sus frases ¥ semifia textos con teméticas humoristicas Emionces adoptar caracteristicas Mis cercana al tratamiento de Ta peras, la linea mel6dica vocal birse més extensa y fluida por la ticos, con versos largos ¢ imagenes lite das, que brindaban amplias posi jucimiento de Ios cantantes solistas. aquellos elementos sedimentados por la Ganza que son esencialmente los que define ‘como tal. La habanera Tit de Eduardo Séinchez ¢ cescrita en 1890 y publicada en 1894, se re iniciadora de una nueva etapa en la creacién de y una de las mas representativas. A partir de bien entrado el s. XX la ereacién de habaneras Jas dos lineas mas importantes de creacién de canci Cuba: la Iinea de concierto profesional y la linea ign popular. (i ‘Fragmento de Va de Eduardo Sanches de Fuentes: iets obras que fueron editadas bajo lt denominaeit genética de cancién cubana contienen sin embargo ci Ttieas que las acercan a la habanera, bien sea pot 3s 60M” Pinaciones y recombinaciones de las ict ss Por el dso del nea melodica vocal, a com Tal a Factra vocal-insrumental ota temic 8 iculada easi siempre a ta exaltacion de la mule © lea y el paisaje cubanos. De estos cxsos pueden af Se El Quitrin, i Tecan. com exo de Federico Villoch,» Flr de FER SERSE SRL ERGRE (faa H # GLAPALZ ALLA i nay Mirame ast. Creadores que pueden ser ubi twa ine de composicisn de canclones onc trovadoresca popular tambicnenriguecie ay! fe"0- caxapa el amplio catélogo de habaneray. can cot durante la ‘un disefio de la linea mel6dica vocal meget 8488 Por Su regisro como en Tas habaneras de la conan mio en concierto y por ser la guitara, fundamenalg niet otras que destacan son Mariposita de pring Miguel Matamoros y Veinte anos (19ssy an Yera. Del pasaclo mas reciente hasta la década de 190 pocos los compositores que han incursionade, ex et oe oo” por lo que la cantidad de obras para seftalar son esse tmiyaisladas las fechas de sus creaciones. snes denen (1978) de Marta Valdés y Guarda de hoy (1989) te ner to Blanca son dos ejemplos que pertenceen ¢ scat contemporinea de trovadores cubanosEn la naive ge Girt ha predominado en los times iemmros hn neon, de crear obras donde las reminiscencias del enero cartes aparecen de forma muy aisladas como para ser considera, habaneras propiamente, o el tratamiento de sus elementn mis extemos en versiones instrumentales, como por ejenlo Ia Habunera perteneciente alos Estudios para plano de Cos Jos Malcolm. Véase CANCION. IIL Cua Ill URUGUAY. Tuvo su periodo de auge en Uruguay al mismo tiempo que la milonga y el tango primitivo. Estas tes danzas tienen en comin un misino pie itmico que las emp fenla sn lugar a dudas. Ventura Lynch dice al referise la milonga que ya se ha extendido en “bailes de medio pelo” y hasta los orgailleros la tocan con aire de habanera o danza. Mucho antes que en Uruguay, ta danza llamada luego haba- nea, como principalmente se Ia eonoci6 en Europa, adgui- leados en ta 1i6 particular desarrollo en Cuba y las zonas del Cait donde segiin los cronistas de la época lleg6 a causar verda- dro furor. Hacia 1870 se populariza la habanera Me gustan todas, que extrafiamente sobrevive en el recuerdo de las generaciones actuales. En el tltimo cuarto del s. XIX abun- dan las habaneras de autores nacionales, de las cuales La pecadora de Dalmiro Costa, estrenada en 1870, es la que onguisté fama universal ‘Teniendo en cuenta las comunicaciones comerciales del s XVIILy la preponderancia de Francia en sts colonias aca reras, mas la presencia de la flota francesa en La Habana, se ‘comprende fécilmente el auge de esta danza. Hay que tener en ‘eenta también 1a independencia de Haité que produjo una fuerte inmigracién francesa hacia toda la egidn. En Uruguay, Ja danza o habanera y la milonga coinciden en su periodo de auge-y como considera Lauro Ayestardn, ambas son congéne ‘es, como lo son también del primitivo tango. Son especies iviven en el mismo tiempo, y purticipan del mismo sis- titmico y morfoldgico. Esto es vasto sedimento ‘se extiende desde Cuba hasta el Rio de la Plata y ‘definié como Cancionero Oriental. En cada iularidades tanto en os nstrumentos com ‘como en Jos acentos y giros mel6dicos. Pa tene en Uroguay amplio desaoll como en el teatro. Sus textos cantados, ar, toman temas de interés y 5 referidos a Ja mujer. Frcayendo en 1s salons » Srl ‘campesinas con el nombre erfodio de auge en el salén y en jonde nombrada como reameros ¥ aordeonsts Habichuela 179 cumiMLIOGRAFIA: 1 ATR-1; PMP, V. Lynch: Foor honarente, Clee Gat Loniuane de Folklore Argentino, Buenos Ait. 1953. TL MC: MCC. F sca popular cana, Liab, 193% A. Len: Del canto y el tempo, La Habana, PE, 1978; Martin “Las bens experencas pra "epetirse: Habaneas de nuevo C6, 45-7 I. APU. |. MARTA LENA PAZ/HECTOR LUIS GOYENA LMP DELOS ANGELES ALFONSO IML NILDA.AGUSTONI/WALTER GUIDO Habanero, Sexteto, Cuba, siglo XX. Véase Stxtet0 HABs- Habas verdes. Segtin el diccionario de Parada y Barreto: “Cancién popular de Andalucia, Su aire es vivo, en modo ‘menor, y su compas 2 por 4, siendo su tonalidad la del cuar- {0 tono del canto Llano, lo cual prueba que esta canci6n es ‘una de las més antiguas cantinelas de Espafa. El uso de esta alegre y animada cancién tiene Iugar principalmente en la ersidn del pueblo bajo al mecerse en los columpios que an generalmente en las huertas entre dos. rboles robustos”. Pedrell, en su Diccionario técnico de la misica, indica, ademas del caricter modal al que aludia Parada y Barreto, que no sélo era una cancidn sino también un baile, ampliando su ambito geografico a Castilla y Leén junto con ‘Andalucia, Las canciones de las habas verdes que se cono- ‘cen se componen de una serie de cuartetas octosilabicas lo en cuarteta de seguidilla o bien cen cuarteta heptasilébica. Ast puede ejemplificarse con la siguiente estructura procedente de unas habas verdes canta- ddas en Robledo (Sanabria, Zamora) como cuarteta octosilé bica: “Para bailar bien las habas/tres cosas hay que tener: /saber cantar y bailar/y también ser sanabrés”; est billo (cuarteta de seguidillas): “Una vuelta p’ Yabajo/y en el medio del baile/dale un abraz Por su parte, se define como un baile al agudo. BIBLIOGRAFIA: DPB: F Perel: Diccionario téenico dela misc, Ba ‘eloa, itr Beds, 18904; B. Gil: "Panorama de la cnciGn popular bur tals", AnM, XVII, 1963, 85-102; M.A. Palacios Gan: ridin ala ‘cancion popular castellnay eonesa, Sua de Casilla y Lan, 1988. JAVIER SUAREZ: PAJARES Habichuela [Juan Gandulla Gémez] (I). Cédiz, segunda mitad del siglo XIX; Madeid, 1927. Guitarrista. Fue disefpu- lo de Patino y figura destacada en los elencos de los cafés cantantes de fa paca. También actus en numerosos teatros Fue el guitarista de las primeras grabaciones discogrticas del cantaor Antonio Chacén, con quien alterné en muchas Jan Gandaila Gime Mabichucla

You might also like