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El referido artculo 148 del Cdigo Civil regula la figura doctrinalmente

conocida como deuda alimentaria, que puede definirse como la que


afecta a una persona, llamada alimentante, que resulta obligada a prestar a
otra, llamada asimismo alimentista, lo indispensable para cubrir todas sus
necesidades perentorias, o dicho con palabras legales, las necesidades
mnimas para subsistir. Adems dicha deuda alimenticia precisa la
existencia de un nexo de parentesco entre el alimentante y el alimentista
-artculo 143 del Cdigo Civil-, as como una situacin socio-econmica
suficiente en el primero y deficiente en el segundo -artculo 148 del Cdigo
Civil-. Y en este sentido aparece la definicin dada a la deuda legal de
alimentos la sentencia de esta Sala de 13 de abril de 1991 (RJ 1991\2685),
que se basa en la de 8 de marzo de 1962 (RJ 1962\1229), cuando dice que
dicha deuda se deriva del deber impuesto jurdicamente a una o varias
personas de asegurar la subsistencia de una u otras; y tambin definida
doctrinalmente como la deuda surgida entre parientas, basada en lazos de
solidaridad familiar, y que tiene su fundamento en el derecho a la vida
configurado como un derecho de la personalidad, a cuya conservacin
tiende esta figura que tutela, pues, un inters jurdico privado e individual.
Pues bien, en el presente caso, de los requisitos antedichos, no hay lugar a
dudas sobre la existencia de la relacin parental -padres e hija- y el de la
suficiente situacin socioeconmica de los padres con el fin de poder
proporcionar o abonar la deuda alimenticia. El ncleo duro de la presente
contienda judicial, surge en la concrecin del parmetro de la situacin
socio-econmica de la hija -parte recurrente- que es mayor de edad. Para
ello hay que tener en cuenta que entre dichas personas ha surgido una
cuestin que sociolgicamente est comnmente denominada lucha
generacional; y dicha situacin se deriva, en primer lugar, de la posicin de
unos padres, que tratan de fijar una norma de vida -horarios, salidas y otros
aspectos similares- para una convivencia comn y familiar en el hogar, y, en
segundo lugar, el desacuerdo con la misma, de una hija que pretende
realizar su vida con arreglo a unas normas que, ella, cree imprescindible
para desarrollar y reafirmar su personalidad. Las dos parte

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