SESENTA ANOS
Disertacién pronunciad. por el Acaclémico Titular
Arq. Mario Roberto Alvarez en oportunidad de su incorporacién
«la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires,
en la sesidn publica del 28 de julio de 1997Conceptos del Académico Presidente doctor Julio H. G. Olivera
Un eminente fildtogo, Eduardo Benot, dio a uno de sus li-
bros principales el titulo: La Arquitectura de las Lenguas. En el
capitulo principal, donde explica el objeto » plan de su obra,
expresa que su tratado se dirige preferentemente “a quienes quic
ran aprender el arte de consiruir”. Aludta en particular al arte
de construir proposiciones mediante las que denominaba masas
locutivas.
La arquitectura no es s6lo el arte de construir edificios. Es la
fuente de categortas conceptuales que se aplican a todo empero
constructive material o inmaterial. De ella provienen las nocio-
nes de fundamento, orden y estructura, De ella procede tambien
la idea de euritmia, la buena disposicién y correspondencia de
las partes de una. obra. La arquitectura proporeiona un marco
de referencia para el esfuerzo intencional, organizado y creador
en los variados dominios de la aceién humana,
Hoy la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires se
reine para incorporar a un descollante cultor de esa disciplina,
el Arquitecto Mario Roberto Alvarez, de cuya personalidad y
trayectoria trataré nuestro ilustre eolega el Académico Titular y
Vicepresidente 1°, ex-Presidente de esta corporacién y de la Aca-
demia Nacional de Medicina, Doctor Osvaldo Pustinoni.
Arquitecto Alvarez: Es para mi sumamente grato poner en
sus manos ei diploma de Aeadémico Titular.
99Presentacién por el Académico Titular Doctor Osvaldo Fustinoni
Sefioras y sefiores:
Una de las mas antiguas artes cultivadas por el hombre es
Ja arquitectura, puesto que nacié de la necesidad de defenderse
de las crudezas atmoaféricas.
Asi comenz6 el hombre por refugiarse en las cavernas natu-
rales, luego las abrié en donde no las habfa y més tarde se
ingenié para construir albergues fijos o mdviles segiin el sistema
de vida, sedentario o némade.
En las mismas cavernas aparecieron ya las dos finalidades
propias de Ia arquitectura: la satisfaccién de la necesidad de
refugio y la expresisn de la belleza.
De alli su definicién: arte de proyeetar y construir edificios.
Pero el aleance de esta definicién no satisface el sentido mas
amplio del vocablo, ya que la arquitectura no solo es el arte de
construir, sino un archivo para las investigaciones histéricas,
para los estudios antropolégicos y para todo cuanto se relacione
con la raza humana. Atafte pues a la cultura del hombre.
Pobre deduecién sera pues, la de quien pensara que es sola~
mente a través del estudio de las modificaciones de la arquitec-
tura y asf por intermedio de la historia, que podria formarse un
Juicio atinado de su importaneia como un arte y aquello de lo
que tiene de ciencia.
Entonces, si la consideramos desde el punto de vista de la
teoria la juzgaremos como arte que, desde el punto de vista de
su practiea, necesita del auxilio de Ia ciencia en su principio de
simetria, de perspectiva, de edleulos multiples que hacen a la
solidez de sus estructuras
Debe ademas el arquitecto, por su formacién, conocer los es-
tilos que desde el periodo prehistérico y pasando por el antiguo
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